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13 de mayo de 2024

El debate sobre los experimentos Ganzfeld

Chris Carter, "Science and Psychic Phenomena" (2007), capítulo 7


[N.del T.: el efecto Ganzfeld (del alemán "campo homogeneizado") es un recurso en parapsicología que sirve para comprobar facultades telepáticas y extrasensoriales. Con este objetivo, es necesario suprimir los sentidos físicos de una persona para facilitarle el reconocimiento de información emitida desde otras fuentes, por lo común imágenes. De esta manera, cuando el individuo es expuesto a un campo de estímulo uniforme, el cerebro amplifica el ruido neuronal para encontrar símbolos audiovisuales faltantes, y según los parapsicólogos, es esto lo que permitiría detectar ondas telepáticas de otras personas, aunque también puede generar ciertos tipos de alucinaciones].

El psicólogo Ray Hyman, por mucho tiempo critico de la indagatoria psi y miembro fundador del CSICOP [Comité para la Investigación Científica de Afirmaciones Paranormales], no estuvo de acuerdo con las inferencias de Charles Honorton y llevó a cabo su propio metanálisis sobre los datos Ganzfeld. Este hecho generó un debate, cuyos inicios se publicaron en dos números completos del Journal of Parapsychology en 1985 y 1986.

Hyman afirmaba que era demasiado alto el cálculo del 55% de estudios significativos, y adscribiendo una serie de escollos con las 42 pruebas, en vista de que algunos investigadores utilizaron más de una medida para determinar un resultado exitoso (análisis múltiple); peor aún, existía la posibilidad de que ciertos pesquisantes hubieran “regateado”, aplicando diversos criterios a los datos hasta encontrar un parámetro que fuera “indicativo”. También planteó la hipótesis de un sesgo favorable para llegar a resultados satisfactorios.

Este es el llamado problema del “archivador”, es decir, cuando tienden a reportarse los experimentos con resultantes propicias, mientras que las fallas simplemente languidecen en cajones llenos de informes. Finalmente, Hyman presentó los resultados de un análisis estadístico que aspiraba a mostrar una relación entre el número de errores en cada estudio y el éxito reportado, sosteniendo que los ensayos más incompletos solían informar las puntuaciones más altas. Al ajustar todos esos factores, Hyman concluyó que la tasa de éxito real estaba cerca de lo predicho por el azar.

Honorton aceptó la primera de estas críticas, y concedió que el análisis múltiple era en realidad un contratiempo. En respuesta, limitó su análisis sólo a aquellas 28 pruebas que genuinamente reflejaban las tasas de acierto obtenidas para calcular el porcentaje de logros directos, definiendo un resultado exitoso sólo como aquel donde el sujeto clasificaba al objetivo en primer lugar. Utilizando esta medida uniforme, 23 de las 28 instancias obtuvieron productos superiores a la expectativa aleatoria, y el 43% del total de ensayos arrojó frutos significativos. El promedio general de aciertos fue del 35% (25% esperado por casualidad) y el intervalo de confianza del 95% osciló entre 28 y 43%. Además, los resquicios de que esto ocurriera sólo por casualidad eran de mil millones a uno (1).

Honorton evidenció que estas resultantes positivas no se debieron sólo a uno o dos laboratorios, pues los 28 experimentos provinieron de diez recintos diferentes: uno dirigido por el psicólogo británico Carl Sargent, que contribuyó con nueve; el de Honorton con cinco; otros dos que realizaron tres cada uno; dos instalaciones replicaron dos cada una, y las cuatro restantes contribuyeron con un estudio por separado. Así, la mitad de los controles vino sólo de dos laboratorios, siendo uno de ellos el de Honorton.

En consecuencia, Charles analizó los productos de cada laboratorio y encontró que eran significativos para seis de los diez establecimientos. Incluso si proscribiéramos los resultados de las dos instalaciones más prolíficas, las probabilidades contra el azar seguían siendo de 10.000 a uno (2). Por lo tanto, las respuestas positivas no podían explicarse mediante análisis múltiple, o como efecto de que sólo uno o dos lugares contribuyeran con la mayor parte de los estudios. Luego Honorton abordó las otras críticas de Hyman.


Informes selectivos

Durante mucho tiempo se ha venido creyendo que en todos los campos puede haber un sesgo a favor para reportar y publicar estudios con desenlaces positivos. Dada la naturaleza controvertida de su tema, los parapsicólogos estuvieron entre los primeros en abordar esta dificultad, y en 1975 la Asociación de Parapsicología adoptó una política contraria a la retención de datos no significativos, siendo éste un hecho único entre las disciplinas científicas. Además, en 1980 Susan Blackmore realizó una encuesta entre parapsicólogos para comprobar si había un sesgo a favor de notificar resultados exitosos de Ganzfeld, y concluyó que no había ninguno. Descubrió sólo diecinueve estudios homónimos completos, pero no declarados; siete de ellos (37%) tuvieron secuelas significativamente positivas, una proporción muy similar a aquélla de los testeos en el metanálisis que lograron frutos llamativos de modo independiente (43%) (3).

Aún así y como en teoría no es posible saber cuántos ensayos no reportados pueden permanecer en cajones de archivos, Honorton utilizó una técnica de metanálisis con objeto de calcular cuántos experimentos Ganzfeld desconocidos y no significativos se necesitarían para abreviar las resultantes informadas a niveles de probabilidad. Acerca de las 28 pruebas Ganzfeld sobre impacto directo, se requerirían 423 no reportadas y no significativas respecto a una proporción de ensayos sin informar, para una tasa aproximativa de 15 a 1 de estudios divulgados versus desconocidos. Puesto que una sesión Ganzfeld comporta más de una hora y considerando el bajo número de laboratorios equipados en el mundo para esta clase de experimentos, no es sorprendente que Hyman coincidiera con Honorton en que los informes selectivos no podían explicar la importancia de los resultados (4).


Defectos del estudio

Una de las críticas más frecuentes a la investigación psi es que la mayoría de controles tiene errores metodológicos. Se afirma que esas instancias mal diseñadas y ejecutadas explican muchos resultados positivos; por ende, si se descartaran dichos ensayos, las secuelas favorables desaparecerían.

Afortunadamente, el metanálisis proporciona una técnica para determinar en qué medida los traspiés metodológicos pueden dar cuenta de desenlaces satisfactorios. Cada estudio se categoriza según el grado de presencia de un defecto concreto, y luego estas calificaciones se correlacionan con los productos del control. De esta manera, las congruencias positivas más grandes entre la presencia de fallas y resultados exitosos respaldarían el reclamo de que aquéllos se deben simplemente a fallas del estudio. Uno de los engaños más graves en la investigación psi es la fuga sensorial, en que un sujeto es capaz de adquirir conocimiento del objetivo por medio de sentidos ordinarios, ya sea sin percatarse o recurriendo a trampas intencionales.


Fuga sensorial

A través de privación sensoria y habitáculos acústicamente sellados, el diseño Ganzfeld tiende a minimizar cualquier oportunidad de fuga sensorial del objetivo. Sin embargo, los críticos plantearon que si los experimentadores que tratan con sujetos conocen el objetivo, de alguna forma pueden sesgar la elección de éstos últimos. Un estudio contenía ese lapsus, pero en realidad los sujetos obtuvieron puntuaciones levemente por debajo de la probabilidad. Otra opción de fuga sensorial es si la imagen física usada por el remitente se incluye en el conjunto de imágenes entregadas al receptor para que las evalúe, y así tal vez éste pueda darse cuenta consciente o inconscientemente de que la figura meta haya sido manipulada. Esto se conoce como "hipótesis de los dedos grasientos", y aunque los controles Ganzfeld contemporáneos utilizan grupos duplicados de objetivos, no fue así en algunos de los primeros estudios.

Hyman y Honorton concluyeron que no existía un vínculo sistemático entre las fallas que posiblemente condujeran a una fuga sensorial y la resultante del ensayo. Charles también informó que, incluso si se descartaran los testeos que no emplearon conjuntos de objetivos duplicados, las respuestas seguían siendo muy significativas, con probabilidades de aproximadamente 100.000 a uno (5).


Aleatorización inadecuada

Luego Hyman concentró sus reparos en lo que, según él, constituían errores en los procedimientos aleatorios. Esta práctica es importante en los experimentos Ganzfeld, e implica dos aspectos: a) cada objetivo potencial debe tener las mismas posibilidades de ser seleccionado, y b) cada objetivo no debe aparecer en una posición predecible, cuando se muestra al sujeto el conjunto de cuatro imágenes-objetivo al final de la sesión.

Hyman aseguró descubrir una relación importante entre los defectos de la aleatorización y los desenlaces exitosos, mientras Honorton dijo que no existía tal vínculo. La fuente del disenso se remonta a definiciones contradictorias de equívocos, y quizá en esta parte del análisis se adscribiría a diferencias de sesgo. Después de todo, Hyman es un escéptico confirmado desde hace mucho tiempo, y Honorton había estado efectuando investigaciones psi durante décadas.

Sin embargo, ninguno de los diez participantes en el debate publicado en 1986 aprobó las conclusiones de Hyman, mientras que cuatro no parapsicólogos -dos estadísticos y dos psicólogos- convergieron explícitamente con el parámetro de Honorton (6). David Saunders, estadístico en psicología, fue uno de los primeros profesionales independientes en abordar el estudio de fallas por Hyman, y concluyó que "todo el análisis no tiene sentido" (7).

No obstante y si bien muchos han argumentado históricamente que los equívocos de proceso pueden explicar resultados positivos en controles psi, el análisis por Hyman fue pionero en cuantificar realmente el nexo entre errores y respuestas significativas. En cualquier caso, él continuó insistiendo en que había vínculos entre la aleatorización inadecuada y los frutos del estudio, pero admitía que "la base de datos actual no respalda ninguna conclusión firme" entre ambos aspectos (8).

Como se mencionó anteriormente, diez críticos y partidarios adicionales de la parapsicología añadieron comentarios sobre el debate. En su mayoría, los críticos no estaban convencidos, pero hubo una salvedad notable: el matemático inglés Christopher Scott -y conocido escéptico- describió el razonamiento de Honorton como "el argumento más convincente sobre la existencia de PES [Percepción Extra-Sensorial] que he encontrado hasta ahora" (9).


El "Comunicado Conjunto"

Quizás el evento más atípico en la siguiente ronda del debate fue un "comunicado" del que eran coautores Hyman y Honorton. En lugar de seguir con la discusión, crearon un apéndice que comenzaba enumerando sus diferencias y puntos de acercamiento: "Estamos de acuerdo en que existe un efecto general significativo en esta base de datos, que no puede explicarse razonablemente por informes selectivos o análisis múltiples. Seguimos discrepando sobre el nivel en que el resultado constituye evidencia de psi, pero pensamos que el veredicto final aguarda la iniciativa de experimentos futuros realizados por una gama más amplia de investigadores, y con arreglo a estándares más estrictos" (10).

Luego describieron esos parámetros imprescindibles con que deberían ejecutarse futuros testeos Ganzfeld. Estos incluían férreas precauciones de seguridad contra fugas sensoriales y posibles fraudes, pruebas requeridas de los métodos de aleatorización, y la insistencia en documentar detalladamente los procedimientos experimentales, las técnicas aleatorias y el estado del control, ya sea que se destinara a confirmar hallazgos previos o investigar condiciones nuevas. Uno de los colegas parapsicólogos de Honorton señaló que “[Charles] estaba especialmente interesado en lograr que Hyman aceptara públicamente dichos criterios, pues los pseudoescépticos son conocidos por cambiar las reglas del juego tras cumplirse todas las objeciones anteriores, y cuando los nuevos experimentos continúan proporcionando resultados positivos" (11).

En este punto cabe subrayar lo extraordinario de la discusión, ya que marcó una gran diferencia en los intercambios retóricos habituales entre los parapsicólogos y sus críticos. Poco antes de las primeras rondas, Hyman escribió: “El nivel del debate en los últimos 130 años ha sido una vergüenza para todos quienes creen que los académicos y científicos se adhieren a estándares de racionalidad y juego limpio” (12).

Tras publicarse el anuncio conjunto, el psicólogo Robert Rosenthal señaló: “Los parapsicólogos y científicos en general mantienen una enorme deuda de gratitud con Ray Hyman y Charles Honorton por su cuidadoso y extenso trabajo analítico y meta-analítico sobre el problema Ganzfeld. Su intercambio generó una relación de claroscuros especialmente llamativa, y muchas de las cuestiones importantes ahora se han puesto de relieve con audacia" (13).

También es destacable el final de la segunda ronda mediante dicho comunicado, pues marcó la primera vez que un parapsicólogo y un crítico colaboraron en una declaración de esta índole. Ahora se preparaba el escenario para ver si futuros ensayos Ganzfeld -practicados de acuerdo con estándares más rigurosos- continuarían proporcionando efectos indicativos. Pero antes que se diera a conocer el producto de los nuevos experimentos, ocurrió un incidente muy extraño.


El informe del Consejo Nacional de Investigaciones [EE.UU.]

“Quizás nuestros corolarios más sólidos se encuentren en el área de la parapsicología”, manifestó el orador leyendo su discurso preparado. Los asistentes permanecían en silencio cuando aquél hizo una pausa para lograr un ligero efecto dramático, y prosiguió: "El comité no encuentra ninguna justificación científica en las investigaciones realizadas durante 130 años para la existencia de fenómenos parapsicológicos" (14).

Los extractos corresponden a la perorata de John Swets en diciembre de 1987, ante los periodistas que repletaban el lugar. Swets era presidente de un comité creado por el Consejo Nacional de Investigación (NRC), cuyo cometido era evaluar diversas técnicas de mejoramiento de desempeño humano, y en las que estaba interesado el ejército norteamericano. Así, se organizó la conferencia para informar las secuelas de ese proyecto de dos años y que costó casi medio millón de dólares.

Tres años antes, el Instituto de Investigación del Ejército [Army Research Institute o ARI] pidió a dicho Consejo -una extensión de la Academia Nacional de Ciencias- que abordara fenómenos como el aprendizaje durante el sueño, visualizaciones guiadas, meditación, telepatía y clarividencia. Con vistas a garantizar equidad, el ARI generalmente nombraba a un observador imparcial a cargo de monitorear los contratos de investigación, pero en este caso designaron al doctor George Lawrence, un psicólogo militar civil con historial opuesto a la investigación psi. Por ejemplo, junto con Ray Hyman tuvo un rol decisivo al suprimir un proyecto de parapsicología en Stanford, financiado por el Pentágono en 1972 (15), y cuando el Consejo empezó a formar subcomités para explorar las diferentes áreas, señalaron a Hyman para comandar el grupo de parapsicología. En el momento en que Hyman ocupaba ese cargo, era además miembro activo del consejo ejecutivo del CSICOP.

Los únicos estudios psi evaluados en el reporte fueron aquéllos de Ganzfeld, y la apreciación del NRC se fundamentaba en el metanálisis por Hyman. Recordemos que dos años antes coincidía con Honorton en que “hay un efecto global significativo en esta base de datos que no puede explicarse razonablemente por informes selectivos o análisis múltiples”, y que “varios investigadores produjeron resultados significativos” (16); pues bien, ninguno de esos puntos se menciona en dicha reseña. Durante la conferencia de prensa, Hyman anunciaba que "la mala calidad en la investigación psi fue una sorpresa para todos nosotros, y creíamos que el trabajo terminaría siendo mejor" (17).

El comité del NRC solicitó informes de especialistas externos, pero en parapsicología no se consultó a ningún profesional del área; en cambio, encargaron un reporte al psicólogo James Alcock, quien como Hyman, también es miembro del CSICOP y ampliamente conocido por sus libros y artículos que atacan los trabajos en parapsicología.

También se pidió un dictamen al psicólogo Robert Rosenthal (Universidad de Harvard), mundialmente célebre en evaluar afirmaciones de estudios controvertidos en ciencias sociales, y junto con Monica Harris, preparó un documento sobre la calidad de los exámenes en cinco áreas abordadas por el comité. Refutando las opiniones de Hyman ante la prensa, escribieron que de esos cinco ámbitos “sólo los estudios Ganzfeld en PES cumplen con los requisitos básicos de un diseño experimental sólido" (18), y concluyeron: "La situación para el dominio de Ganzfeld parece razonablemente clara. Creemos que sería inverosímil considerar los datos nulos [esto es, inferir que los resultados se deben al azar] dada la p [probabilidad] combinada de estos 28 estudios (...). Cuando la tasa de precisión esperada bajo el valor nulo es 1/4, estimamos que el promedio obtenido es aproximadamente 1/3" (19).

En otras palabras, la pareja declaró que los resultados Ganzfeld no eran azarosos, y el índice de exactitud rondaba el 33%, cuando se esperaría un 25 si la "suerte" fuera el único motivo. Increíblemente, John Swets llamó a Rosenthal y le exigió que retirara el apartado que era favorable a la parapsicología, mas el autor se negó. En el relatorio final de la NRC, dicho artículo se cita sólo en las diversas secciones que tratan temas no relacionados con parapsicología, y tampoco se menciona nada en la parte que trata sobre ese tópico.

El psicólogo John Palmer, Charles Honorton y Jessica Utts, profesora de estadística en la Universidad de California (Davis), concibieron un rebatimiento amplio y detallado contra el informe del comité. Este escrito llevó a la senadora estadounidense Claiborne Pell a solicitar que la Oficina de Evaluación Tecnológica del Congreso emprendiera una indagatoria con un grupo más equilibrado. Su iniciativa dio lugar a un taller celebrado el 30 de septiembre de 1988, que reunió a parapsicólogos, críticos y expertos en campos vinculantes. El reporte de la instancia concluyó que la parapsicología necesita "una audiencia más justa en un espectro más amplio de la comunidad científica, para que los factores emocionales no impidan el análisis objetivo de resultados experimentales" (20).

Mucho más revelador fue un artículo escrito al año siguiente -como desafío al NRC- por el coronel retirado John Alexander, quien formó parte de la investigación castrense sobre varios temas perquiridos en el comité:

"Me desempeñaba como informador a los miembros de la junta mientras investigaron el Informe EHP [Enhancing Human Performance]. También fui encargado de Tecnología Humana Avanzada para el Comando de Seguridad e Inteligencia del Ejército (1982-1984), y durante la preparación de ese documento dirigí la Oficina de Conceptos de Sistemas Avanzados, en el Comando de Laboratorio del Ejército estadounidense. Creo tener buenas aptitudes para revisar las conclusiones del comité. Muchas organizaciones del Ejército ya venían experimentando con diversas técnicas para mejorar el desempeño humano, y con frecuencia habían visto resultantes muy llamativas (...). Varias personas en la alta dirección del Ejército consideraron que contratar un organismo tan prestigioso como la NRC (...) proporcionaría un informe creíble en que se podría basar la administración de fondos públicos para los cometidos de investigación militar, en el campo de la mejora del desempeño humano.

La tarea de administrar el contrato recayó en la ARI. Fueron ellos quienes propusieron que el doctor George Lawrence, psicólogo civil del Ejército con experiencia en biorretroalimentación, fuera Representante Técnico de Oficiales de Contratación (COTR), es decir, un observador imparcial que no participa en el estudio y garantiza que sea técnicamente sólido.

Desafortunadamente (...) Lawrence estaba lejos de ser ecuánime, pues tenía prontuarios por su postura firme y pública contra muchos ámbitos de análisis. De hecho, en una asignación previa con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), Lawrence tuvo un rol gravitante en el bloqueo de fondos para investigación psíquica (psi) en el Instituto de Stanford (SRI) (...). Para lograrlo, Lawrence había acudido al SRI con Ray Hyman, un conocido crítico de los fenómenos psi (...). Ambos terminaron efectivamente con la financiación de DARPA para el SRI, que era la única pesquisa patrocinada por el gobierno en ese momento.

Antes de organizarse la junta directiva del EHP, Lawrence me dijo en 1984 que trataba de incorporar a Hyman al mismo grupo, y lo consiguió. El problema respecto a la credibilidad del Informe es que Ray era la única persona asignada que demostró cierta familiaridad con la literatura de investigación parapsicológica, y desde el principio se conocía su postura incrédula. Hyman es miembro fundador del CSICOP, el autoproclamado 'grupo de vigilancia' que se opone a los estudios parapsicológicos (...)".

"Por lo anterior, cuestioné desde el inicio los inconvenientes de 'sesgo' y 'objetividad' aplicables a la génesis del comité. Parece claro que Lawrence, y luego Hyman y James Alcock (otro fundador del CSICOP y crítico de estos estudios) siguieron un camino intencional para desprestigiar el trabajo en parapsicología (...). A lo largo de la sección correspondiente del Informe EHP, la junta se refirió sólo a aquellos artículos publicados que respaldaban su posición, e ignoró el material favorable (...)".

"Entonces, ¿qué debemos colegir sobre el reporte EHP? (...). Primero, es muy relevante que un conjunto particular de desacreditadores no pudo encontrar ninguna 'prueba inconcusa' ni 'alternativa plausible' a la hipótesis psi (...). Segundo, deberíamos preocuparnos por que el tribunal científico más alto del país operó de manera tan parcial y dura, y no parece haber ningún canal para apelar o revisar su trabajo. ¿Y a qué le temen? ¿Es tan 'urgente' amparar la ortodoxia científica rehusando pruebas y suprimiendo opiniones contrarias?" (21).


Los estudios Autoganzfeld

Poco después de aparecer el relatorio por la Oficina del Congreso, se presentaron las secuelas de nuevos experimentos Ganzfeld que cumplían a cabalidad con los estándares rígidos descritos en el Comunicado Adjunto. Desde 1983, Honorton y sus colegas trabajaron en una nueva serie de testeos controlados por computadora o "Autoganzfeld", la cual continuó hasta 1989 cuando la ausencia de fondos obligó a cerrar el laboratorio de Honorton.

Los principales cambios fueron el uso de ordenadores para regular los ensayos, y la introducción de cámaras de video en circuito cerrado para presentar fragmentos de películas breves e imágenes estáticas como objetivos. Durante la sesión, ni el experimentador ni el receptor podían monitorear los eventos al interior de la sala del emisor, que también estaba aislada acústicamente y protegida contra influjos electromagnéticos.

Los objetivos dinámicos consistieron en ochenta fotografías y ochenta videos cortos, incluyendo pistas de sonido, todos grabados en cinta de video. Puesto que el metanálisis de los experimentos previos reveló un nexo positivo entre la tasa de aciertos y el uso de estos blancos, los diseñadores del Autoganzfeld deseaban probar si el empleo de aquéllos generaría mayores índices de éxito.

Los controles automatizados y recintos herméticos estaban concebidos para neutralizar fugas sensoriales por accidente o trampa intencional. Además, se incluyó a dos magos de escenografía que se especializaban en fingir aptitudes psi, con miras a comprobar si el Autoganzfeld tenía susceptibilidad a engaños o fraudes. Uno de ellos era Ford Kross, funcionario de la Asociación de Artistas Psíquicos, quien declaró por escrito: "En mi capacidad profesional como mentalista, revisé el sistema automatizado Ganzfeld en los Psychophysical Research Laboratories [PRL], y descubrí que proporciona una excelente seguridad contra el engaño de los sujetos" (22). El otro mago fue Daryl Bem, psicólogo de la Universidad de Cornell, quien convergió con las apreciaciones de su homólogo sobre los procedimientos de seguridad, y colaboró con Honorton en un artículo atañente a las experiencias Ganzfeld de 1994 (23). Bem ha ejercido como mentalista durante muchos años y también forma parte de la misma Asociación que Kross.


Resultados

En los seis años del Autoganzfeld participaron 100 hombres y 140 mujeres como receptores en 354 sesiones, con edades comprendidas entre 17 y 74 años, mientras que los estudios fueron conducidos por ocho encargados diferentes, incluyendo a Honorton.

Durante las once pruebas que totalizaron dicho número de sesiones, se obtuvieron 122 aciertos directos para una tasa de éxito global de 34%, cuando se esperaba un 25% por casualidad; así, estas secuelas son casi idénticas al promedio del 35% en el metanálisis de 1985. El nuevo intervalo de confianza del 95% osciló entre 30 y 39%, y las probabilidades de que esas resultantes no se producían por azar son de casi 45.000 a 1.

Asimismo, los testeos abarcaron todas las sesiones efectuadas a lo largo de seis años; en otras palabras, no existía un “archivador” de estudios no reportados. Se confirmó plenamente la hipótesis de que los objetivos dinámicos rendían mayores tasas de acierto, y en general, las sesiones que los empleaban arrojaron promedios satisfactorios del 40%, frente al 27% con objetivos estáticos (24).

Otras consecuencias incluyeron la corroboración de nexos entre el desempeño psi y varias características personales de los receptores, como extraversión, vivencias psi previamente informadas y la creatividad o dotes artísticos. Todos esos factores predijeron significativamente los éxitos, pero la relación con capacidades artísticas fue particularmente notoria. En una sesión con veinte estudiantes universitarios de la Escuela Julliard de Artes Escénicas, los sujetos lograron acertar en 50%, uno de los coeficientes más altos conocidos para una sóla muestra. Es más: seis de ocho músicos (75%) identificaron objetivos correctamente, con probabilidades de casi 250 a 1,25.


Y tenía que salir el melindroso fingido...

Años antes, Honorton y Hyman subrayaron la necesidad de incluir criterios estrictos y una mayor gama de expertos en estudios de parapsicología; así, las pruebas Autoganzfeld cumplieron con esas demandas. Sus frutos demostraron ser estadísticamente significativos y consistentes con aquéllos de la base de datos anterior; además, hubo enlaces entre variables conceptualmente relevantes y el desempeño psi, también replicando hallazgos precedentes. Hyman comentó: "Los experimentos de Honorton han producido resultados intrigantes (...). Si otros laboratorios independientes pueden generar secuelas parecidas con las mismas relaciones e igual atención a una metodología rigurosa, entonces es posible que la parapsicología finalmente haya capturado a su esquiva presa" (26).

Como implica el autor, los controles Autoganzfeld no estaban adheridos al parámetro de que las recreaciones fueran hechas por "un grupo más amplio de científicos", pero en 1995 las resultantes fueron repetidas por tres laboratorios adicionales. El primer segmento de la Tabla 7.1 muestra aquéllas de las primeras iteraciones Autoganzfeld en los Laboratorios de Investigación Psicofísica de Honorton (Princeton, Nueva Jersey), y los otros identifican las respuestas de laboratorios en tres países diferentes.

Tabla 7.1. Replicaciones Ganzfeld a partir de 1995.

En 1995, Dick Bierman (Universidad de Amsterdam) informaba que en cuatro experimentos las tasas de acierto llegaron al 34, 37,5, 40 y 36% para 124 sesiones, y el índice de satisfacción combinada fue de 37% (27). El mismo año, Robert Morris, Kathy Dalton, Deborah Delanoy y Caroline Watt divulgaron el corolario de 97 pruebas en la Universidad de Edimburgo (28), y finalmente Broughton y Alexander describían las consecuencias de 100 controles en el Instituto de Parapsicología de Carolina del Norte (29).

Los 28 estudios del metanálisis primigenio acarrearon una tasa de éxito combinada del 35%; más tarde, Robert Rosenthal la estimó en cerca del 33%, cuando se esperaba un 25 por obra del "azar". Como se puede ver en la Tabla 7.1, el promedio general de aciertos combinados en todos los experimentos alcanza un 34%, y Jessica Utts declaró: "Se trata de un efecto robusto, que si no ocurriera en un ámbito tan inusual, la ciencia ya no lo cuestionaría como fenómeno real. Es poco factible que los problemas metodológicos puedan explicar la notable consistencia de los resultados" (30).


Un nuevo "reto"

En 1999 apareció un "desafío" a las pretensiones de Honorton para replicar el Autoganzfeld. Los psicólogos Julie Milton y Richard Wiseman publicaron un breve artículo donde exhibían resultados de treinta estudios Ganzfeld desde 1987, el comienzo escogido para que “los diseñadores de las pruebas tuvieran acceso a Hyman y las directrices de Honorton (1986)" (31). Dichos controles se obtuvieron de catorce artículos escritos por diez personas de siete laboratorios, que comprenden en total 1198 sesiones; no se utilizó ningún criterio para seleccionar los ensayos, y sus autores siguieron una política de "incluir en nuestra base de datos todos los estudios psi que utilizaron la técnica Ganzfeld" (32).

El promedio de éxito combinado de esos 30 experimentos llega al 27,5%, un guarismo menor a los intervalos de confianza del 95% de los dos primeros y con más relevancia. Milton y Wiseman concluyeron: "Los nuevos estudios Ganzfeld muestran un tamaño del efecto cercano a cero, y una acumulación general estadísticamente no significativa (...). Este desdoro en la replicación podría indicar que los resultados Autoganzfeld eran falsos (...). Alternativamente, las diferencias de secuelas entre los Autoganzfeld y la nueva base de datos podrían deberse a que ésta última no se llevó a cabo en condiciones psi-conducentes. Cualquiera que sea el motivo, las resultantes Autoganzfeld no han sido replicadas por un 'espectro más amplio de investigadores', y no se puede considerar que el paradigma homónimo constituya evidencia sólida del funcionamiento psíquico" (33).

Sin embargo, más tarde se develó que Milton y Wiseman viciaron su análisis estadístico al no considerar el tamaño de la muestra. Dean Radin sumó el número total de aciertos y ensayos en esos treinta experimentos (el recurso estándar para realizar metanálisis), y encontró un producto estadísticamente significativo con probabilidades de 20 a 1.

Los treinta ensayos elegidos por la dupla variaron en tamaño desde cuatro hasta cien, pero se sirvió de un modo estadístico que ignoró el factor N (muestra). Supongamos que tenemos tres estudios, dos con N= 8 y dos aciertos (25%) y un tercero de N= 60 con 21 éxitos (35%). Si descartamos la cifra de muestras, el índice no ponderado de aciertos es sólo del 28%, pero el promedio reunido de todas las secuelas satisfactorias es poco menos del 33%, y en términos simples, este fue el equívoco del dueto "incrédulo", pues si hubiera sumado aciertos y errores, realizando luego una prueba-t simple y unidireccional, encontraría productos significativos al nivel del 5%. Como Utts observó más tarde, si Milton y Wiseman hubieran hecho el testeo binomial exacto, las resultantes habrían sido llamativas a un nivel inferior al 4%, con probabilidades contra el azar de 26 a 1.

Otro fallo del "reto" consistió en no incluir un estudio prolongado y de gran éxito por Kathy Dalton debido a una fecha límite arbitraria, a pesar de que se publicó casi dos años antes que el artículo de dicha pareja (34); tuvo amplia discusión entre los parapsicólogos, fue parte de una tesis doctoral en la universidad de Julie Milton, y se presentó en una conferencia presidida por Wiseman dos años antes de que ambos difundieran su "protesta".

En el Comunicado Conjunto, Hyman y Honorton pidieron a los futuros investigadores Ganzfeld, como parte de sus “protocolos más rigurosos”, que documentaran claramente el estado del experimento, es decir, si se pretendía confirmar hallazgos anteriores o pesquisar condiciones nuevas (35). La tercera falla por Milton y Wiseman fue que agrupaba todos los controles, independiente de si el estatus de cada uno era asertivo o exploratorio. En otras palabras, no hicieron ningún intento de definir el nivel en que los testeos individuales cumplían con el precepto Ganzfeld estándar.

El artículo de Milton-Wiseman abrió un vigoroso debate en línea, que culminó con un texto publicado en el Journal of Parapsychology, escrito conjuntamente por un psicólogo y dos parapsicólogos. Tras un breve resumen de la discusión hasta ese momento, Bem, Palmer y Broughton señalaron: "Una de las observaciones realizadas durante el debate fue que varios estudios que contribuyeron con puntuaciones z-negativas al análisis [es decir, las secuelas fueron menores de lo esperado por casualidad] habían utilizado procedimientos que se desviaban notablemente del protocolo Ganzfeld estándar, y semejante evolución no es mala ni fortuita. Muchos investigadores psi creen que la confiabilidad del método básico está suficientemente bien establecida, para justificar su uso como herramienta para una mayor exploración psi. De esa manera, y en lugar de seguir efectuando réplicas precisas, han ido modificando el proceso y extendiéndolo a territorio desconocido. No es sorprendente que tales desvíos del repriz exacto tengan un mayor riesgo de fallas; por ejemplo, en vez de emplear estímulos visuales, Willin ajustó el procedimiento Ganzfeld para ver si los emisores podían comunicar objetivos musicales a los receptores, y no fue así. Cuando esos estudios se incluyen en un metanálisis indiferenciado, el tamaño del efecto general se reduce, y malévolamente, el procedimiento Ganzfeld se convierte en víctima de su propio éxito" (36).

Bem, Palmer y Broughton se propusieron verificar su hipótesis de que las mermas en puntuaciones promedio se debían a que los controles eran explorativos y no confirmatorios. Se pidió a tres evaluadores independientes no familiarizados con estudios Ganzfeld recientes -y por ende desconocían el producto de los mismos- que calificaran el nivel en que cada uno de los testeos nuevos se apartaba del protocolo estándar. Luego se reexaminó la base de datos para probar el supuesto de que las tasas de aciertos estaban correlacionadas positivamente con el grado en que los procedimientos experimentales se adhirieron a los formalismos. Los evaluadores asignaron una clase a cada uno de los 40 estudios, y se promediaron sus categorías. La clasificación osciló de 1 a 7, donde éste último indica el mayor grado de cumplimiento del protocolo, como se describe en dos artículos por Honorton a principios de la década '90.


Resultados

Según la hipótesis, las tasas de éxito se correlacionaban significativamente con el rango en que las técnicas experimentales se ajustaron a los principios establecidos. Si definimos como “estándar” a aquellos estudios que se ubicaron por sobre el punto medio de la escala (4), entonces las recreaciones modélicas obtuvieron aciertos generales del 31,2%, mientras que los no paradigmáticos produjeron sólo 24%. Las secuelas son aún más espectaculares si consideramos sólo los controles de replicación clasificados en el puesto 6 y superiores: esas 21 pruebas (más de la mitad de la muestra) lograron un promedio de satisfacción general del 33%, casi igual a las instancias previas.

No tiene mucho sentido realizar más iteraciones, y varios de quienes tengan un compromiso previo con el pseudoescepticismo tal vez jamás cambien sus asertos públicos, sin importar cuántos estudios se implementen. Sólo se podrán lograr avances reales si los investigadores están dispuestos a explorar nuevas fronteras.

Las tablas adjuntas evidencian que las resultantes fueron repetidas por múltiples investigadores en diferentes laboratorios y culturas, con tasas de acierto similares. En 1996 Hyman escribió: “Los argumentos a favor del funcionamiento psíquico parecen mejores que nunca (...) no tengo una explicación preparada para estos efectos observados” (37), y así los escépticos de camelo perdieron la contienda.

Tabla 7.2. Reiteraciones desde 1996.

Tabla 7.3. Sinopsis (1974-1999).


Notas sobre el tamaño del efecto y la muestra

Vimos que los investigadores aislaron ciertas variables, como la capacidad artística y el uso de objetivos dinámicos, que parecen mejorar el rendimiento psi más allá de lo que se esperaría normalmente; pero hasta hoy el promedio global de aciertos se mantiene muy constante -alrededor de 33% frente al 25% por azar-, lo cual corresponde en términos generales a un éxito cada tres sesiones, mientras que la "suerte" predeciría uno de cada cuatro.

Puede que esto no sea muy impresionante, pero es aleccionador comparar los resultados con aquéllos de un importante ensayo médico, que buscaba definir si la aspirina reducía las chances de ataques al miocardio. El estudio se interrumpió luego de seis años, porque ya estaba claro que tomar dicho fármaco cumplía ese objeto, y se consideró injusto mantener el tratamiento alejado del grupo control que consumía placebos. Los frutos de esas pruebas se celebraron como un "gran avance científico", pero al final se descubrió que ingerir aspirina reduce la probabilidad de infartos en sólo 0,8%, un guarismo casi diez veces menor que el efecto observado en los experimentos Ganzfeld (38).

La prolongada controversia Ganzfeld se explica en parte porque la magnitud de las secuelas no es "lo suficientemente grande" para ser advertida, y sin ayuda de estadísticas. Cuando los tamaños del efecto son reducidos, se necesitan muestras grandes para proporcionar el poder estadístico con tal de percibir la resultante. El testeo de la aspirina se realizó con más de 22.000 participantes, pero si hubiera comportado 2200, las consecuencias no habrían tenido significación estadística.

Si el verdadero índice de aciertos en las pruebas Ganzfeld fue sólo 33% frente al 25% esperado, entonces un experimento con treinta sesiones (promedio de los 28 estudios del metanálisis de 1985) tiene aproximadamente una probabilidad entre seis de encontrar un efecto llamativo, al nivel del 5%; y con cincuenta, las posibilidades llegan a una de cada tres. De esta manera, hay que expandir el porte de la muestra a cien sesiones para alcanzar un punto de equilibrio, donde las chances quedan en 50/50 de hallar respuestas apreciables (39).

Algunos "escépticos" semejan tener problemas para asimilar la importancia del tamaño de la muestra, o tal vez deciden ignorarlo. Jessica Utts complementa: “Cuando se trata de un efecto pequeño o mediano, se necesitan cientos o miles de intentos para establecer una 'significancia estadística' (...). A pesar de las continuas protestas por Hyman sobre la falta de repetibilidad en parapsicología, nunca he visto una iniciativa escéptica de concretar experimentos con suficientes ensayos para acercarse siquiera a asegurar el éxito" (40).


Referencias

1. Honorton, “Rhetoric over Substance", p. 206; Bem y Honorton, “Does Psi Exist?”
2. Radin, The Conscious Universe, p. 79.
3. Blackmore, “The Extent of Selective Reporting of ESP Ganzfeld Studies”.
4. Hyman y Honorton, “A Joint Communiqué", p. 352.
5. Honorton, “Meta-analysis of Psi Ganzfeld Research: A Response to Hyman”; Radin, The Conscious Universe, p. 81–82.

6. Harris y Rosenthal, “Postscript to ‘Human Performance Research’”; Saunders, “On Hyman’s Factor Analyses”; Utts, “Rejoinder”.

7. Saunders, “On Hyman’s Factor Analyses”, p. 87.
8. Hyman y Honorton, “A Joint Communiqué”, p. 353.
9. Scott, “Comment on the Hyman-Honorton Debate”, p. 349.
10. Hyman y Honorton, “A Joint Communiqué”, p. 351.
11. Radin, The Conscious Universe, p. 85.
12. Hyman, “A Critical Overview of Parapsychology”.
13. Rosenthal, “Meta-analytic Procedures and the Nature of Replication", p. 333.
14. Descrito en Broughton, Parapsychology, p. 322. Ver también “Academy Helps Army Be All That It Can Be” (noticias y comentarios); Druckman y Swets, Enhancing Human Performance.

15. Alexander, “Enhancing Human Performance”, p. 12.
16. Hyman y Honorton, “A Joint Communiqué”, p. 352.
17. “Academy Helps Army Be All That It Can Be”.
18. Harris y Rosenthal, “Human Performance Research”, p. 53.
19. Ibídem, p. 51.
20. “Report of a Workshop on Experimental Parapsychology”.
21. Alexander, “Enhancing Human Performance”.
22. Bem y Honorton, “Does Psi Exist?”
23. Ibídem.
24. Utts, “Replication and Meta-analysis in Parapsychology".
25. Bem y Honorton, “Does Psi Exist?” Ver también Schmeidler, Parapsychology and Psychology; Dalton, “Exploring the Links”; Krippner, “Creativity and Psychic Phenomena”; Palmer, “Extrasensory Perception”; Honorton, Ferrari y Bem, “Extraversion and ESP Performance”.

26. Hyman, “Comment”, p. 392.
27. Bierman, “The Amsterdam Ganzfeld Series III & IV”.
28. Morris, Dalton, Delanoy y Watt, “Comparison of the Sender/No Sender Condition in the Ganzfeld".

29. Broughton y Alexander, “Autoganzfeld II”.
30. Utts, “An Assessment of the Evidence for Psychic Functioning”, p. 21.
31. Milton y Wiseman, “Does Psi Exist?”, p. 388.
32. Ibídem, p. 388.
33. Ibídem, p. 391.
34. Dalton, “Exploring the Links”.
35. Hyman y Honorton, “A Joint Communiqué”, p. 361.
36. Bem, Palmer y Broughton, “Updating the Ganzfeld Database”, p. 208.
37. Hyman, “Evaluation of Program on Anomalous Mental Phenomena”.
38. Steering Committee of the Physicians Health Research Group, “Preliminary Report”.

39. Utts, “The Ganzfeld Debate”.
40. Utts, “Response to Ray Hyman’s Report”, p. 3.

21 de abril de 2024

El "mentirasombroso" Randi y la estafa de su "reto paranormal"

Por Sean Connelly ("Peebrain"), reproducido de PsiPog.net,
https://skepticalaboutskeptics.org


El 29 de enero de 2005 y en la sala virtual de chat, hablábamos sobre el "desafío paranormal" de US$1 millón propuesto por James Randi. Para quienes no lo sepan, la versión breve es que dicho ex-mago está dispuesto a otorgar ese premio a cualquier individuo que constate un hecho o habilidad parapsíquicos. Comúnmente nos preguntan por qué no aceptamos el reto con todo lo que hablamos en PsiPog; claramente podemos ser candidatos, y parece ser dinero fácil. Durante el coloquio, la usuaria Annie observó que el pago era en forma de bonos, no en efectivo, explicando cómo aquéllos pueden "valer" legalmente un millón de dólares, pero en realidad serían del todo inservibles.

Decidí investigar el asunto. Había pensado en "recoger el guante", y sé que algunos de mis amigos también... ¡millones de dólares semejan un dulce muy tentador! Pero al mismo tiempo, he oído que Randi se hizo fama de deshonesto, y como veréis a continuación, el supuesto premio es una estafa.

Empecé enviando un correo electrónico a Randi, y todo fue cuesta abajo desde ese momento. Me llevaría una eternidad precisar los detalles, y serían muy aburridos de leer; por ende, seré conciso. Obviamente estoy sesgado porque jugué un rol clave en esta situación, y no tenéis que confiar en mí por completo. Publicaré los registros de lo sucedido al objeto de confirmar el resumen. Permanezco abierto a cualquier discusión y pregunta; sólo escríbanme por el chat o también a peebrain@psipog.net [N.del T.: se desconoce si la dirección sigue activa].

¿Qué es un bono y por qué es distinto al efectivo? Primero, hay que entender cómo funcionan los bonos. Estaba realmente confundido al inicio, pues si Randi ofrece un millón de dólares, ¿cómo puede ser una recompensa "inútil"? En apariencia es muy claro. Los bonos constituyen certificados de deuda, o básicamente pagarés. Los gobiernos o corporaciones necesitan dinero para financiar proyectos, por lo que acuden a los ricos y les dicen "dennos algo de peculio y les pagaremos intereses; luego de un tiempo, les devolveremos todo su capital”.

Los bonos tienen cuatro elementos clave: el emisor, la tasa de interés, los plazos para devolver el dinero y la cantidad prestada. Veamos un ejemplo. Para su panadería, el señor A. necesita dinero con tal de adquirir un horno, y comienza a percibir ganancias por sus ventas, pero no dispone de fondos para activar los engranajes mayores. Entonces recurre al patrocinador B. y le dice "si me das US$10.000, te pagaré $100 todos los meses durante dos años, y recibirás de vuelta tus 10.000". Esto es atractivo para A. porque puede poner en marcha su empresa y con ello aumentar los ingresos. El trato se cumple, la panadería crece y el dueño está feliz. El rico también está conforme porque le da $10.000 y no tiene que hornear, comprar equipos ni contratar empleados. Vemos así cómo y para qué existen estos lazos: los ricos quieren más dinero y los empresarios pobres desean un negocio exitoso (sé que estoy simplificando todo para que se entienda, y en realidad es un poco más enrevesado).

¿Cómo pueden los bonos implicar dinero legalmente, y a la vez no tener valor? ¿Dónde está el problema? ¿Y si la panadería de A. no tiene éxito y quiebra? ¿Qué pasa con los $10.000? Básicamente, todo se pierde. El rico no recibe sus $100 mensuales y además pierde su caudal.

¿Y cómo se traduce esto en el "desafío" de James Randi? El premio no es en efectivo, sino con bonos que VALEN un millón de dólares. Hubo mucha gente dispuesta a financiar el proyecto y todos dieron pagarés a Randi, que en total suman un millón de dólares. De esta forma, es posible que sean inválidos, pues ¿qué pasa si muchos de ellos son de corporaciones a punto de ir a la bancarrota? ¿Tal vez no tengan que pagar los bonos por otros 40 años? En nuestro ejemplo, A. canceló todo en 24 meses, y a esto se llama "vencimiento" del bono. Algunos títulos prescriben en pocos años y otros luego de décadas. Si Randi otorga un premio que no vence en 40 años, entonces legalmente tengo un millón de dólares, pero no puedo USARLOS hasta que venzan los documentos. Como podéis colegir, hay muchos escenarios diferentes en que los bonos valdrían LEGALMENTE un monto específico, pero en realidad no serían útiles.

El siguiente paso fue averiguar cuánto valen realmente dichos certificados. Envié un email a Randi con la dirección que proporcionó en su sitio; cortésmente señalé el acápite en las Reglas de que la recompensa estaba en bonos, y pregunté qué corporaciones los emitían, y cuáles eran las tasas de interés y fechas de vencimiento. James respondió: "Postule, o váyase".





Le expliqué que buscaba más detalles sobre el premio, lo cual no tenía nada que ver con mis pretensiones, sino sólo eran preguntas encaminadas a obtener datos. Randi escribió: “Inmediatamente convertible en dinero. Eso es todo en lo que me voy a involucrar. Postule o esfúmese”. Mis dudas continuaban igual. "Inmediatamente convertible", pero ¿en cuánto dinero? ¿Y a través de quién?


Escribí de nuevo a Randi, solicitando aclaraciones. No quería ser molestoso, pero de facto no estaban respondiendo. ¿Por qué debía postular en caso que los bonos fueran inválidos? Las Reglas del desafío establecen que eventualmente soy responsable de todos los costos incurridos en la búsqueda del premio, por lo que es muy factible que debiera pasar por una serie de obstáculos engorrosos, gastar mi dinero y quedarme sólo con una pila de certificados vacíos para demostrarlo.

Randi me derivó con un tal Kramer, cuyo trabajo era administrar todas las candidaturas de aserciones paranormales. Se presentaba así en un mensaje: “Randi señaló que me comunique con usted directamente, respecto a sus consultas sobre el desafío de la JREF (...). Me encargo de todas las actividades relacionadas con ello, y podéis escribirme en caso de preguntas”.




De acuerdo. Cortésmente expliqué mi situación a Kramer y formulé las mismas interrogantes. El tipo replicó: “Hasta ahora, estás lleno de mierda. Esa es NUESTRA perspectiva. Postula o lárgate. No tenemos que probarte nada. Si realmente tienes habilidades, las presentarás”. ¡Guau, gracias por la cortesía!






Antes de contactarlos, sospechaba que las cosas se pondrían feas, por lo cual traté de mantenerme dolorosamente educado, lógico y consistente desde el principio. Incluso previo a escribirles, supe que Kramer publicaba conversaciones por email en los foros de su sitio, comentando que un "imbécil" les hacía preguntas. Más tarde encontré el hilo nuevo en dicha página electrónica.

Esperé encontrar un montón de pseudoescépticos burlándose de mí, y así fue. Lo que no imaginaba es que Kramer EDITÓ los correos antes de publicarlos. De improviso, su amable frase "lleno de mierda" quedó como "lleno de tonterías", y el empático "postule o esfúmese" de Randi devino en "tiene sólo dos opciones: participar o abstenerse". También hicieron otros cambios menores para convertir el texto en uno severo, pero cortés.







Ahora bien, ¿es esto un gran problema? En realidad no. Sin embargo, obviamente fue un todo un lío para Kramer, o no se habría tomado el tiempo para elaborar esta manipulación. Por fortuna, mi mensaje aún era transmitido en el registro público del foro. Quizás dicho personaje modificó las entradas para que Randi y él mismo "se vieran mejor", pero mis preguntas seguían ahí. Para mi sorpresa, algunos miembros me apoyaron al corroborar que esas dudas eran legítimas.

Visto que otros usuarios estaban de acuerdo con mi postura, Kramer decidió publicar una respuesta que jamás llegó a mi correo electrónico, y la única razón de haberla descubierto fue porque sabía que él se esforzaba para hacerme quedar como "idiota" en el foro (como hizo con todos los demás que le enviaron mensajes privados). Kramer sostuvo después que el galardón era en EFECTIVO y no bonos. "Vaya", pensé, "esto es una sorpresa". Las reglas establecen: "(...) la JREF pagará al reclamante el resto del premio, por un total de US$1.000.000 (...) en bonos negociables, retenidos por una empresa de inversión en Nueva York". Esto se puede leer de múltiples formas; personalmente, lo interpreto en el sentido de que la recompensa constituye dichos títulos, al tiempo que Kramer decía lo contrario basándose en la cotización del valor. Así que yo era el "idiota", ¿verdad? Por suerte, otros que tal vez no aceptaban la parapsicología eran lo suficientemente cuerdos para ver que mencioné un problema lícito. Si Kramer sostiene que el pago es en efectivo, entonces debieran cambiar la página de reglas.

Durante ese tiempo, comencé a postear en los foros para exponer mi criterio, y señalar también que Kramer había editado las comunicaciones. Los argumentos se veían muy interesantes, pero más lo fue el meollo del asunto: las exigencias no eran transparentes en cuanto a que el premio es en efectivo; y si era en bonos, entonces ¿cuáles son los detalles?

Lo siguiente me dejó totalmente alucinado. Kramer publicó haber "recibido un correo" mío, donde yo "elogiaba su arduo trabajo" y diciéndole que "el malentendido se resolvió". El problema es que jamás acusé recibo de este mensaje. Me quedé en shock. Ahora no se trataba de "ediciones menores" para influir en la gente de un modo u otro, y recurría a una mentira descarada. Pensé que Kramer pudo ser víctima de alguien que se hizo pasar por mí, pero lo cierto es que envié emails a Randi y Kramer desde una cuenta privada, la cual no utilicé para nada más. Nadie en los foros, PsiPog y ni siquiera mis amigos cercanos saben cuál es la dirección. Para que un tercero falsificase el correo, tendría que mandar un mensaje a Kramer desde otra cuenta (lo que debería hacer que éste sospechara), o distorsionar alguno desde la mía (que, nuevamente, conocen sólo yo y los dos interlocutores). Además de eso, Kramer mostró su disposición a manipular correos. Traté de hacer que se investigara el asunto, pero rápidamente se descartó bajo todo tipo de excusas. Y a Kramer no le importaba, por cierto.

La mayoría de foreros acordó que era menester aclarar el tema, porque los detalles no eran convincentes desde el principio; así, alguien ofreció escribir un apartado de FAQs ("Preguntas Frecuentes") sobre el desafío, y publicarlo en el sitio. La idea era que Kramer derivara a los interesados hacia dicho texto y ahorrarle tiempo. En la redacción, su autor planteó una consulta sobre la forma del dinero, y anteriormente ya vimos que era "en efectivo".

El párrafo decía: “Si alguien gana, ¿cómo se le pagará? -Aunque el dinero se mantiene en bonos como forma de mostrar al público que realmente existe, los certificados se convertirán a dólares estadounidenses antes de pagarse. Los primeros $10.000 en metálico se cancelarán con cheque, tal como establecen las reglas. El método común para otorgar una cuantía grande como los $990.000 restantes es mediante transferencia electrónica, y es razonable suponer que así es como se pagará también este premio en metálico”.

Esto es lo que Kramer había estado diciendo todo el tiempo, y eso se identificó como el origen de "mi confusión". Al tipo le encantaron las FAQs y decidió postearlas oficialmente; por supuesto, hizo algunas modificaciones al borrador y dejó el texto de la siguiente forma:

“Si paso la prueba formal y gano el desafío, ¿cómo me pagarán? -Los primeros $10.000 en metálico se pagarán con cheque, como establecen las reglas, inmediatamente después de la demostración exitosa. El dinero se mantiene en forma de bonos, con tal de mostrar al público que el capital realmente existe. Estos certificados convertibles se darán al ganador dentro de los 10 días posteriores a la aprobación del testeo formal. El método de transferencia de dichos bonos quedará a discreción de la JREF y el ganador, de acuerdo con los estándares legales aceptables”.

N.del T.: El 1 de abril de 2007, la JREF presentó el nuevo Reglamento de Postulación, aumentando sus cláusulas de 12 a 16 y manteniendo el aserto que Connelly impugnó.

Y al final, resulta que el premio SON LOS BONOS. Mi suposición original era correcta después de todo, y mis preguntas siguen en el aire. ¿Qué se puede decir? Lo más obvio es que Kramer ciertamente no es digno de confianza. Editó correos electrónicos, dijo a todos que el premio era "en efectivo", y nadie sabe de dónde vino el email falso (Kramer tampoco mostró información para averiguarlo). Al momento de escribir esto, el sujeto no abordó los escollos iniciales que provocaron todo este fiasco (recapitulando, quién emitía los bonos, cuáles eran las tasas de interés y las fechas de vencimiento).

Si bien los integrantes del mencionado foro muestran diversos niveles de incredulidad, Kramer no muestra nada relacionado con el escepticismo verdadero y saludable. Su mente es la de un fundamentalista egocéntrico: él tiene razón, todos los demás se equivocan y "está bien trastocar la verdad" para convencer. Si alguien de ustedes considera participar en el "desafío paranormal" por Randi, sería muy ingenuo al pensar que es "tan claro y simple" como lo describen. Cuando firmes la solicitud, estarás amarrándote a un contrato con ellos. Y si les resulta tan difícil jugar limpio cuando se trata de unos cuantos mensajes, imaginemos cómo actuarán cuando exista un millón de dólares en disputa... suponiendo que los bonos realmente valgan.

17 de febrero de 2023

Tres ejemplos de "investigación" pseudoescéptica

Por Chris Carter, "Science and Psychic Phenomena" (2007), capítulo 8


[N.del T.: los subtítulos se reformularon en esta versión para resumir el contenido].

En su clásico artículo "Rhetoric over Substance", Charles Honorton señaló una distinción importante entre la controversia psi y los altercados científicos más ortodoxos. Los desacuerdos normalmente ocurren entre grupos de investigadores que formulan hipótesis, diseñan experimentos y luego reúnen datos para probar teorías, pero como escribió Honorton: “Por el contrario, la 'reyerta psi' se caracteriza en gran medida por disputas entre un conjunto de pesquisantes, parapsicólogos y un sector de críticos que no realiza averiguaciones experimentales para probar asertos psi, o la viabilidad de sus contrahipótesis” (1).

Dicha ausencia de indagatoria puede sorprender a cualquiera cuya principal fuente informativa haya sido la literatura escéptica "a medias". Por ejemplo, en 1983 Martin Gardner sostuvo: "¿Cómo puede saber el público que, durante cincuenta años, los psicólogos dubitativos han venido haciendo todo lo posible para replicar experimentos psi clásicos, y con un notable fracaso? Es este hecho, más que cualquier otro, lo que ha llevado al estancamiento perpetuo de la parapsicología. La evidencia positiva sigue originándose en un pequeño club de entusiastas, mientras la negativa sale desde conglomerados mucho más grandes de [pseudo] escépticos" (2). Honorton respondió: “Gardner no intenta documentar esa afirmación, y tampoco podría hacerlo. Son sólo patrañas. Busquen acerca de experimentos por escépticos postizos, y verán lo que encuentran”. En su mayor parte, los adversarios simplemente critican desde fuera y no han redituado ningún análisis experimental propio.


Susan Blackmore: del desconcierto a la... ¿honestidad?

Una notable excepción ha sido la psicóloga británica Susan Blackmore. Comenzó su doctorado en parapsicología durante los '70, pero afirmó repetidamente no poder encontrar ninguna evidencia psi. Por ejemplo, hacia 1996 relató: “Cuando decidí convertirme en parapsicóloga, no tenía idea de que eso significaba 20 años sin poder encontrar lo paranormal" (3). Blackmore se forjó carrera como una de las [pseudo] escépticas más famosas del mundo, y en 1988 fue designada miembro del CSICOP (Comité para Investigación Científica de Afirmaciones Paranormales).

En varias publicaciones, Susan expresó que cada vez se tornaba más incrédula sobre la existencia de fenómenos psíquicos, tras "diez años de intensa investigación en parapsicología" (4). Esa postura llevó al especialista Rick Berger a analizar críticamente los experimentos de Blackmore en gran detalle, y descubrió que "el alegato de 'diez años de investigación' en realidad representa una serie de estudios planificados, cumplidos e informados con premura, y dirigidos principalmente en un lapso de dos años" (5). Ni más ni menos, consistieron en un conjunto de experimentos realizados entre octubre de 1976 y diciembre de 1978 para su tesis final de doctorado.

Blackmore informó veintinueve pruebas completadas en esos dos años, de los cuales veintiuno se publicaron como indagatorias separadas en cinco artículos de revistas parapsicológicas. Siete de aquéllas produjeron resultados estadísticamente significativos, pero si bien constituyen la base de su afirmación de tener "fallas en ubicar evidencia paranormal", ¡las probabilidades de que siete éxitos entre veintiún intentos ocurran por casualidad son más de veinte mil a uno!

Entonces, ¿cómo armoniza esto con la salmodia de que "su propia investigación la llevó a convertirse en escéptica"? Como dice Berger, aplicó doble rasero a sus experimentos. Cuando éstos parecían mostrar evidencia psi, los resultados se descartaron por "errores en el proceso", pero si no dejaban entrever constataciones, ella simplemente ignoró la calidad del estudio.

Hay muchas irregularidades de diseño que pueden generar resultados positivos falsos, pero también otras que conducen a falsos negativos, como un tamaño de muestra inadecuado (potencia estadística baja), muestreo inconveniente, etc. Berger escribe: "La base de datos de Blackmore está repleta con ejemplos sobre tales fallas (6) (...) Algunos [incluida ella] argumentan que pueden mantenerse diversos estándares de diseño experimental según el desenlace del estudio: los resultados positivos e importantes deben tener concepciones más estrictas que el mismo testeo con resultado negativo. Esa determinación post hoc de la crítica experimental conduce a la paradoja ejemplificada por el trabajo de Blackmore: si éste último expusiera resultados consistentemente positivos, todos ellos podrían descartarse por haber surgido desde 'fallas de diseño' (...) Las conclusiones negativas según experimentos deficientes no deben tener más peso que las positivas, basadas en los mismos controles viciosos" (7).

En otras palabras, nuestra decisión para invocar errores en el estudio para omitir resultados no debe estar influenciada por nuestras ideas preconcebidas sobre cuál “debería haber sido” la secuela. Pero esto parece ser exactamente lo que hizo Blackmore para justificar sus creencias, e incluso comentó: "(...) si usted no encuentra evidencia de P.E.S [percepción extraensorial], ¿qué va a decir? ¡Que no ha sido capaz de encontrar algo que, según la ciencia, no debió haber estado allí en primer lugar!" (8).

Como veremos, la retórica de Susan es emplear a menudo esta apelación a lo "científico" como un cuerpo inamovible de conclusiones que nos dicen de antemano cómo deberían salir los experimentos. Berger observó: "El argumento de que su base de datos 'no presenta evidencia psi' es infundado, porque la gran mayoría de sus estudios fueron creados, hechos y reportados en forma descuidada, y en su propia evaluación eran individualmente defectuosos. Como tal, no deben extraerse conclusiones de dicha base (...) es muy palabrera al denostar averiguaciones psi en sus escritos, televisión y radio, y ante los camaradas de CSICOP, citando su propio trabajo como soporte para ese firme aplomo" (9).

Y en un artículo posterior, Berger añadía: "Blackmore consiguió un sitio de preeminencia en la comunidad 'escéptica', basada en su conversión de creyente a miembro del CSICOP durante 'diez años de pesquisas negativas'. A pesar de su énfasis en lo contrario, creo que mi repaso a su estudio logró un fin constructivo al indicar que dicha metanoia no mostró base científica en su propia actividad experimental" (10).

El mismo número de la revista también incluye una respuesta de Blackmore a Berger, donde ella reconoció: "Estoy de acuerdo en que uno no puede elaborar conclusiones sobre la realidad psi, basándose en estos experimentos" (11). Hacia el final de su crítica, aquél declaró: “Durante mi metanálisis interrumpido del trabajo publicado por Blackmore, me sorprendieron los patrones de datos que sugerían el funcionamiento del psi (...) Sin un metaestudio serio del material fuente e inédito, completado con ponderación de fallas (...) no puede resolverse el problema de si los ensayos hechos [por Susan] muestran evidencia psi" (12).

Presumiblemente ansiosa por corregir el traspié, Blackmore respondió: "Estoy a tono con su sentencia final: 'Debe considerarse injustificado elaborar cualquier conclusión -positiva o negativa- sobre la realidad psi basada en los experimentos de Blackmore'” (13).

Es interesante examinar los textos de Susan antes y después de la crítica por Berger. Dos años antes, confesaba en un artículo para Skeptical Inquirer titulado “The Elusive Open Mind: Ten Years of Negative Research in Parapsychology”: "¿De qué manera podría comparar mis propios resultados con los de otras personas, teniendo en cuenta que los míos tendían a ser negativos y los otros favorables? Tenía que hallar algún tipo de equilibrio. Los dos extremos eran que simplemente no podía creer en mis resultados e ignorar otros, y viceversa (...) Eso sería aún más inútil. No habrían hecho sentido todos esos años de experimentos si no hubiera tomado en serio mis conclusiones” (14).

En otro artículo exhibido casi al mismo tiempo, reconocía: "Desde luego, el otro gran desafío para un escéptico es que hay evidencia opuesta y positiva en literatura parapsicológica. No podía ignorarlo todo. Y eso plantea una inquietud: ¿cuánto peso puedes o debes dar a los resultados de tus experimentos sobre aquéllos de otras personas? Por un lado, los tuyos deberían ofrecer más consistencia, pues sabes exactamente cómo se obtuvieron (...) Por otro lado, el sector científico necesariamente es una empresa colectiva (...) No podía usar mis fracasos como 'evidencia justificable' de que el psi no es real, y tenía que considerar el éxito de otros. Me pregunté mil veces, como hago ahora: ¿existe una conclusión correcta? No lo sé, y es la única respuesta que puedo dar tras diez años de intensos análisis" (15).

Después de la crítica por Berger, estuvo dispuesta a conceder en una revista académica que "no pueden extraerse inferencias sobre la realidad psi basándose en dichos experimentos", pero sus escritos en la prensa popular no han reflejado esta admisión, conocida en 1989. Comentaba así los ensayos Ganzfeld en un texto de 1996: "Mi corolario está sesgado por mi experiencia. Intenté el primer control Ganzfeld en 1978, cuando el procedimiento era novedoso (...) Por supuesto, los nuevos resultados de Autoganzfeld son aún mejores. ¿Por qué debería ponerlos en duda por causa de eventos pasados? El problema es que mi experiencia entra en conflicto con los éxitos que aparecen en la literatura, y no puedo ignorar ninguna de las partes. La única reacción honesta es decir 'no sé'" (16).

¿No sería más honorable si Blackmore admitiera en público que "no podemos extraer deducciones sobre fenómenos psi" fundamentada en sus experimentos, y que una opinión científica debe apoyarse únicamente en una evaluación crítica de obras por otras personas? Quizás estemos pidiendo mucho; al fin y al cabo, ella obtuvo su Ph.D. para convertirse en una "parapsicóloga famosa" (17). Habiendo fracasado en producir estudios que respaldaran la hipótesis psi, evidentemente trató de hacerse un nombre atacando esa teoría, que en ese momento debió parecerle un blanco fácil. No obstante, en un artículo reciente describe: “Finalmente me di por vencida, y ahora que lo pienso me siento un poco triste. Hace más de tres décadas tuve la impresionante vivencia extracorpórea que me convenció de la realidad de los fenómenos psíquicos (...) Sólo unos pocos años de cuidadosos experimentos cambiaron todo eso. No encontré ningún fenómeno relacionado (...) y me volví escéptica.

Entonces, ¿por qué no me rendí antes? Hay muchas malas razones. Admitir que estás equivocado siempre es difícil, aunque es una habilidad que todo científico necesita aprender. Y comenzar de nuevo, en un ámbito extraño, es una perspectiva desalentadora. También lo es perder todo el rango o influencia de 'ser experto'. Reconozco que disfruté mi conocimiento ganado con tanto esfuerzo (...) Nada de eso lleva a alguna parte, y es una buena causa para retirarse. Pero tal vez el motivo real es que estoy demasiado agotada, sobre todo para conservar una mente abierta. No podía descartar todas esas afirmaciones extraordinarias sin más. Después de todo podrían ser ciertas, y si lo fueran, entonces tendrían que recomponerse algunos sectores de la ciencia".


Richard Wiseman: escondiendo la cabeza bajo el ala

Este es otro psicólogo inglés que continúa el "trabajo" de su predecesora. Wiseman está muy bien financiado por múltiples organizaciones [pseudo] escépticas, es miembro del CSI y aparece con frecuencia en medios británicos para condenar y desacreditar la investigación psi. Fue mencionado anteriormente (...) como uno de los autores del informe que pretendía "desbancar" los corolarios de experimentos Ganzfeld, utilizando una metodología defectuosa y estadísticas chapuceras.

Al igual que Blackmore, Richard es inusual pues en ocasiones sí realiza experimentos, en lugar de sólo criticar desde el margen. Y como aquélla, insiste majaderamente en que "nunca ha encontrado evidencias" (...).

Una de las experiencias más difundidas por él involucra a un perro llamado Jaytee. Su dueña, Pamela Smart, relató que la mascota podía anticipar su llegada a casa, incluso en momentos impredecibles. Era un terrier de raza mixta, adoptado a las pocas semanas de edad y se encariñó mucho con Pam. Cuando trabajó como secretaria en Manchester, dejaba al perro con sus padres jubilados que vivían en una casa colindante, y ellos notaron que en varias jornadas -alrededor de las 16.30 h.- Jaytee solía esperar junto a la ventana cuando Pam estaba de camino. Dado que ésta última laboraba en horas de rutina, los padres asumieron que el comportamiento del can se basaba en algún "sentido del tiempo".

Pamela fue despedida en 1993, y durante un periodo no mantuvo un horario regular. Sin embargo, los ancianos se percataron que Jaytee aún "predecía" el regreso de aquélla, inclusive en momentos repentinos, y por lo visto comenzaba su espera en el instante que la mujer emprendía el recorrido de vuelta.

En abril de 1994 Pam leyó en el Sunday Telegraph sobre una investigación efectuada por Rupert Sheldrake, sobre mascotas que parecían saber cuándo los amos retornaban al hogar. Se puso en contacto y participó como voluntaria en sus pruebas. La primera fase consistía en que los padres llevaran un registro del comportamiento de Jaytee en ausencia de la hija. Entre mayo de 1994 y febrero de 1995 tomaron nota en cien ocasiones cuando estaba fuera; ella también anotó el lugar a donde iba, cuánto tiempo estuvo, qué distancia recorrió y cómo y en qué instante volvió. En 85 instancias el registro señaló que Jaytee esperaba generalmente con diez minutos o más de anticipación.

Cuando Sheldrake analizó la información estadísticamente, descubrió que las conductas de Jaytee estaban muy relacionadas con el momento en que su dueña iniciaba el regreso. Tampoco parecía importar cuán lejos estaba o qué vehículo utilizó, ya fuera su automóvil, una bicicleta o un taxi. Sin embargo, en quince de cien ocasiones el animal no reaccionó; en algunas de ellas los investigadores concluyeron que estaba indispuesto o había una perra en celo en un sector vecino. No hubo explicaciones obvias respecto a tres oportunidades, y así Jaytee no siempre reaccionaba cuando Pam se dirigía a casa y él podía distraerse.

En esta etapa, Sheldrake decidió videograbar las conductas para tener registros más precisos y objetivos. Justo en ese momento fue contactado por la unidad científica de la Televisión Estatal de Austria (ORF), que manifestó interés en divulgar un experimento con el perro. Se diseñó un modelo en que un grupo filmaría continuamente a Jaytee en el departamento de los padres, mientras el otro seguía las actividades externas de Pam.

El ensayo se concretó en noviembre de 1994. Pam salió, y ni ella ni sus padres sabían la hora seleccionada al azar en que le pedirían su regreso, lo cual ocurrió tres horas y 50 minutos más tarde. Cuando se transmitió el experimento la pantalla fue dividida en dos, mostrando a la mujer de un lado y Jaytee del otro en perfecta sincronización temporal. Antes de solicitar a Pam que volviera, la mascota permanece acostada cerca de la señora Smart, y casi inmediatamente después de avisar la partida, el can muestra signos de alerta. Tras once segundos y mientras la dueña camina hacia la parada de taxis, el perro se aproxima al ventanal y espera allí hasta encontrarse con Pam al cabo de 10 minutos.

No había manera de que Jaytee supiera por medios sensoriales y comunes que su ama regresaba, y considerando su respuesta antes que ella subiera al vehículo, parecía haber respondido a sus intenciones. En otras palabras, la respuesta del can pareció ser telepática.

Luego de recibir un subsidio por la Fundación Lifebridge (Nueva York), Sheldrake comenzó sus testeos grabados con Jaytee en mayo de 1995. Desde esa fecha hasta julio de 1996 se realizaron 30 videos de sus conductas normales mientras Pam permanecía fuera. A los padres no se les dijo cuándo regresaría, y por lo común la hija no estaba segura. Los resultados indican que Jaytee esperó mucho más si ella venía en camino que en el caso contrario, lo cual fue estadísticamente significativo (p < 0,000001).

Pronto los investigadores notaron que Jaytee respondía incluso cuando Pam salía en momentos seleccionados al azar. Este fue un descubrimiento relevante, ya que descartaba una explicación basada en "rutinas" o "expectativas" según el comportamiento de los padres. En consecuencia, se registraron doce experimentos más donde la mujer volvía en horas fortuitas, determinadas por lanzamiento de dados tras abandonar el domicilio.

Figura 8.1. Resultantes por Sheldrake (regresos aleatorios), obtenidas en doce controles videograbados. El gráfico muestra con claridad que Jaytee aguardó mucho más tiempo cuando Pam viajaba de vuelta, que durante el período principal de su ausencia (55% vs. 4%). La desemejanza es muy significativa en términos estadísticos, con un valor p de 0,0001, lo que implica probabilidades contra el azar de más de 10.000 a 1.

El patrón general de la respuesta canina puede apreciarse en la figura 8.2, que sintetiza los resultados promedio de ausencias largas, medianas y breves. El eje horizontal muestra las series de diez minutos (p1, p2, etc.) desde que Pam salía hasta su retorno, y el último indica los primeros diez minutos de la trayectoria de vuelta. Esto señala que Jaytee pasó más tiempo en la ventana durante el regreso, y comenzó a esperar poco antes que ella lo iniciara, pues estaba pensando en ir a casa. Tras el experimento difundido por la ORF, aparecieron varios reportes en televisión y periódicos británicos/europeos.

Los periodistas buscaron a Wiseman para analizar las repercusiones, quien sugirió posibles factores como "tiempos habituales de regreso" o "memoria selectiva" que Sheldrake probó y descartó. Sin embargo y en lugar de debatir, éste simplemente invitó a Richard a elaborar pruebas por su cuenta, en tanto que Pam y su familia accedieron gentilmente a colaborar.



Figura 8.2. Serie temporal de esperas por Jaytee en la ventana durante ausencias largas, medias y cortas. Los gráficos representan promedios de once experimentos continuos, siete medianos y seis breves (Sheldrake, Dogs That Know When Their Owners Are Coming Home, p. 61).

En sus cuatro ensayos, Wiseman grabó a Jaytee mientras su asistente Matthew Smith salió con Pam y registraba todo en cámara. Permanecieron en bares u otros sitios a una distancia entre 8 y 20 kms. y regresaban en momentos escogidos al azar por Smith; éste los conocía de antemano, pero no avisaba a Pam hasta cumplirse la hora.

De vuelta en la casa, Wiseman tampoco sabía el instante del retorno. Además, ellos viajaban en taxi o el automóvil de Smith, para eliminar la posibilidad de que Jaytee reconociera el motor de un vehículo familiar. Se realizaron tres experimentos en el domicilio de los padres de Pam, similares a los conducidos por Sheldrake (ver figura 8.3). El cuarto fue practicado donde vivía la hermana de aquélla, pero Jaytee enfermó en el transcurso.

Al igual que en las instancias generadas por Sheldrake, el perro estaba mucho más tiempo en la ventana cuando Pam venía de regreso que durante la fase principal de ausencia (78% vs. 4%). Con sólo tres ensayos, el tamaño de la muestra era pequeño, pero los resultados aún eran estadísticamente significativos, con un valor p de 0,03. En otras palabras, Wiseman había replicado el producto de su contendor.

Figura 8.3. Resultados por Wiseman.

Sin embargo y para asombro de Sheldrake, en el verano de 1996 Richard participó en conferencias sosteniendo "haber rebatido" el fenómeno de la "mascota psíquica", y continuó en TV menospreciando las habilidades de Jaytee. ¿Y cómo justificó sus deducciones? Usó un criterio arbitrario para el éxito del experimento que le permitió ignorar la mayoría de datos reunidos. Si Jaytee iba a la ventana "sin motivo aparente" en cualquier momento de la prueba, Wiseman descartaba el resto de información juzgando la instancia como un "fracaso". Estos “errores” aparecieron durante el 4% del tiempo que el can permaneció en la cristalera mientras Pam se hallaba al exterior. Luego prescindió de otros datos, a pesar de que el animal mostró dicha conducta el 78% del tiempo cuando la mujer emprendía el regreso.

Sheldrake se reunió con Wiseman en septiembre de 1996 y le señaló que sus datos exhibían el mismo patrón que los recopilados previamente. El biólogo dejó en claro que, lejos de cuestionar sus conclusiones, el trabajo de Richard las confirmó, e incluso le otorgó copias de gráficos sobre sus experimentos (la figura 8.4 resume los derivados conseguidos por Wiseman en casa de los padres de Pam).

Según los estándares de Richard, sólo el cuarto test -casa de la hermana- fue un éxito parcial, porque Jaytee miraba a través del vidrio "sin razón aparente" y por primera vez durante la fase en que Pamela volvía (la cinta mostró que su acercamiento al ventanal coincidió exactamente con el retorno). Sin embargo, Wiseman no lo consideró satisfactorio pues el animal no se quedó allí por al menos dos minutos, sino que "se alejó del lugar y vomitó".

Durante los siguientes dos años, Wiseman anunció repetidamente en los medios que había "desacreditado" la facultad del terrier para pronosticar el regreso de su dueña. Por ejemplo, en el programa británico Strange but True aseveró: “En uno de cuatro experimentos respondió en el instante correcto; no fue una tasa de aciertos muy impresionante y podría ser sólo coincidencia" (19; ver ilustración siguiente).



Figura 8.4. Resultados de Wiseman para tres controles en el hogar de Pam. Las flechas indican períodos tras los cuales el psicólogo excluyó datos. Los puntos finales de cada gráfico representan los primeros diez minutos del viaje de regreso, señalados por un círculo negro.

Wiseman subestimó el análisis gráfico de sus datos por Sheldrake, llamándolo "post-hoc" e implicando de alguna manera que "no es científico" evaluar la información obtenida por otra persona. Sin embargo, es importante recordar que Rupert aplicó exactamente el mismo parámetro a su indagatoria, dos meses antes que Richard se entrometiera y durante los dos años siguientes.

(...) El criterio sesgado de Wiseman puede explicarse con una analogía. Supongamos que él quisiera probar la afirmación de que "un tratamiento nuevo y radical para una forma de cáncer es más prometedor que los métodos convencionales"; encuentra que un sujeto en el grupo de control exhibe una mejoría “sin razón aparente” en cualquier fase del experimento, y en consecuencia lo declara "fallido". A la vez, ignora buena parte de sus datos y anuncia a la prensa que, mediante sus "averiguaciones", la nueva terapia no posee un mayor índice de éxitos a pesar de la evidencia a largo plazo que sostiene lo contrario.

Sheldrake hizo dos declaraciones basadas en sus datos: (a) el perro permanecía más tiempo en la cristalera cuando su propietaria venía de vuelta que en el caso opuesto, y (b) la diferencia era estadísticamente representativa. Los resultados de Wiseman muestran igual patrón, y debería ser obvio que si el terrier iba o no a la ventana en algún momento “sin razón ostensible”, no tiene importancia con respecto a la verdad o falsedad de dichos corolarios.

Posteriormente, Blackmore trató de salvar a Richard en un artículo periodístico, asegurando que había un "equívoco fatal" en el trabajo de Sheldrake. Éste último llevó a cabo 12 experimentos donde llamó a Pam en momentos aleatorios para pedirle que regresara. Seguramente Jaytee no podría estar desplegando poderes normales, ¿verdad? Pero hay otro problema simple: cuando ella se va por primera vez, el perro se sienta y no camina hacia el ventanal. Cuanto más tiempo aquélla está fuera, su amigo cuadrúpedo va a observar con más frecuencia (20).

El punto de Blackmore es que Jaytee pasa cada vez más rato junto a la ventana cuanto más tiempo su ama está fuera, y lo mismo mientras ella viaja de regreso, pero "no porque tenga alguna habilidad telepática". Al ver los datos reales acreditamos fácilmente que el comentario de Susan no es cierto. Por ejemplo, la figura 8.2 expone que durante las ausencias cortas, el can pasa la mayor parte del tiempo "en vigilancia" cuando Pamela retorna al domicilio, pero no hay un aumento comparable en el tiempo tomado por aquél en este mismo período durante las ausencias medias y prolongadas. De igual manera, en el periodo n° 11 de ausencias largas no aparece el máximum de tiempo que el perro invierte en dicho sector cuando la mujer vuelve durante las ausencias medias.

Sheldrake también elaboró múltiples videos en las jornadas que Pam no llegaba a casa hasta muy tarde, o se quedaba fuera toda la noche (figura 8.5). Este material sirve como control y expone que Jaytee no iba con más asiduidad a la ventana cuanto más tiempo aquélla permaneció fuera. Nuevamente, un examen minucioso de las pruebas muestra la necesidad de tratar con escepticismo las afirmaciones de estos pretendidos "escépticos".

Figura 8.5. Tiempo que Jaytee estuvo cerca de la cristalera, en las tardes cuando Pam no regresaba a casa durante el experimento, en períodos de diez minutos (promedios de diez noches).

En conferencias públicas y programas televisivos, Wiseman declaró una y otra vez haber opugnado los dones de Jaytee. En abril de 2004 aún exponía dicha "conclusión" en su sitio de internet, pero como señala Sheldrake, "sus presentaciones son deliberadamente engañosas (...) No menciona que el animal espera mucho más en la ventana cuando Pam va de camino a casa, ni tampoco refiere a mis ensayos. Quiere hacernos creer que mis pruebas se fundamentan en una experiencia filmada por una compañía de televisión, en lugar de más de doscientos controles, e insinúa que él ha realizado los 'únicos' testeos científicos y rigurosos sobre las aptitudes del perro. Confieso que estoy asombrado por su persistente malicia" (21).

A pesar de demostrarse que su crítica de los estudios Ganzfeld es claramente errónea, y que sus investigaciones con Jaytee validaron los resultados de Sheldrake, Wiseman todavía dice alegremente a los medios que "nunca se ha encontrado con un experimento paranormal que se pueda replicar” (22).


James Randi: la mitomanía disfrazada de ignorancia

Por lo menos, Blackmore admite que los resultados de experimentaciones destacadas le producen confusión. Pero otro célebre "crítico" simplemente pasó por alto los estudios Ganzfeld; de hecho, su "trabajo" fue tan mediocre para el escudriñamiento serio que, en su mayor parte, los parapsicólogos no le prestaban atención. En su artículo sobre [pseudo] escepticismo, Honorton le dedica sólo un párrafo:

"La contribución de Randi es puramente polémica y no aborda de manera sustancial los temas científicos que subyacen a la controversia psi. Sus comentarios despectivos sobre el metanálisis sugieren que no lo comprende, y desconoce su empleo generalizado en la medicina y las ciencias del comportamiento. La habilidad de Randi como mago es bien conocida, pero a pesar de las afirmaciones muy publicitadas de 'experiencia metodológica', su capacidad para diseñar experimentos psíquicos científicamente adecuados no es del todo evidente al analizar sus esfuerzos públicos. Por ejemplo, ocurren graves debilidades técnicas y errores estadísticos en su libro sobre constancias de percepción extrasensorial, y sus pruebas televisadas de psíquicos" (23).

Esta era la opinión de Randi sobre la libertad académica, extraída del libro Flim Flam!: "La audiencia ha sido mal atendida por científicos que se apoyan en su considerable reputación en otros campos para dar peso a sus declaraciones sobre parapsicología. He visto que poseer una licencia de conducir permite manejar sólo si no se abusa del privilegio, y tal vez los doctorados debieran ser igualmente retractables en ciencias" (24).

Randi, quien no era científico, pensó que cualquier especialista contrario al fundamentalismo del CSICOP debería ser excomulgado por el delito de herejía. Uno de ellos seguramente sería Rupert Sheldrake, quien obtuvo su Ph.D. en bioquímica en la Universidad de Cambridge, y escribe lo siguiente:

"Un ejemplar de la revista Dog World (enero de 2000) incluía un artículo sobre el posible sexto sentido en perros, que analizaba parte de mi investigación. Allí citan a Randi sobre la ESP canina: 'En la JREF [fundación creada por éste] probamos esas declaratorias y no son verdaderas'. No se incluían pormenores de aquéllo, y envié un correo electrónico a Randi para pedírselos. Jamás respondió, y asimismo ignoró un segundo mensaje.

Luego insté a los miembros del Consejo Científico de la JREF que me ayudaran a saber más sobre esta declaración; de hecho, colaboraron aconsejando a James que respondiera. En un e-mail del 6 de febrero de 2000 dijo que las pruebas aludidas no se realizaban en la JREF, sino que databan de 'hace años' y eran 'informales'. Se remitían a dos canes pertenecientes a un amigo suyo, que observó durante dos semanas. Todos los registros se habían perdido, y escribió: 'Exageré mi caso por dudar de la realidad atañente a la percepción extrasensorial en perros, en función de la reducida cantidad de datos que obtuve. Fue insensato e impropio de mi parte'.

Randi también afirmaba desacreditar uno de mis experimentos con Jaytee, parte del cual se mostró en televisión. El perro se acercó a la ventana para esperar a su dueña cuando comenzaba el regreso a casa, y no antes de partir. En Dog World, James declaró: 'Al ver la cinta completa, se aprecia que el animal responde a cada automóvil y persona que transitaba', lo cual simplemente no es verdad, y ahora él reconoce que nunca ha revisado el material" (25).

Randi publicitaba un "desafío" a los psíquicos, en el cual recompensaría con un millón de dólares por cualquier demostración convincente de capacidad análoga, y en circunstancias controladas. El problema es que el propio Randi actuaba como "policía" y "juez", y por sus innumerables comentarios despectivos e insultantes sobre la parapsicología -amén de su participación financiera en esa campaña hostil-, difícilmente se le podía considerar un "observador imparcial". También él decidía quién iba a ser evaluado, y se negó explícitamente a probar al menos un individuo, el homeópata John Benneth. Randi también escapó de un reto lanzado por la doctora Jule Eisenbud, quien apostó US$10.000 a que James no podía duplicar la “fotografía de pensamiento” por Ted Serios, incluso con ayuda de un accesorio en que se escondería un dispositivo truculento (26). Más típicamente, ignoró otras proposiciones como testear al psíquico inglés Chris Robinson por televisión en vivo.

Ocasionalmente, Randi parecía estar de acuerdo con una prueba seria. Dick Bierman, psicólogo por la Universidad de Amsterdam y Ph.D. en física experimental, lleva más de 25 años publicando ampliamente en sus campos de estudio, y aceptó el reto del ilusionista para un control que mostrara una forma de precognición conocida como presentimiento, a lo que Randi contestaba: "Gracias por su respuesta. Entregué el mensaje a mi colega, Andrew Harter, para consideración previa, y eventualmente pasará a varios colaboradores que me darán sus sabias opiniones. Eso no debería tomar mucho tiempo (...) Me mantendré en contacto con usted mientras consideramos su solicitud". Bierman después comentó: "Básicamente, esto fue seguido por otros intercambios irrelevantes entre él y yo, y nunca más volví a escuchar algo sobre mi propuesta" (27).

Randi también insistía en una "prueba preliminar" antes de la comprobación real, y jamás permitió que alguien la superara. Esto implica que el “desafío” no era más que un truco publicitario. Incluso el psicólogo Ray Hyman, miembro del CSI/CSICOP, sostuvo que este “premio” no puede tomarse en serio: “Los científicos no resuelven incógnitas con una sóla pesquisa; e incluso si alguien ganara un premio suculento, esto no va a convencer a nadie. La prueba en ciencia ocurre a través de la replicación, no por experimentos individuales" (28).

Con respecto a su "desafío", se mencionaba a Randi espetando "siempre tengo una salida" (29); sin embargo, fue objeto de varios juicios costosos por sus persistentes difamaciones, y en mayo de 1991 renunció al CSICOP para evitar que fuera imputado en demandas posteriores.

¿Dónde estamos ahora en relación a este conflicto entre semi-incredulidad y los hechos metapsíquicos? El ex miembro del CSICOP Marcello Truzzi resumía así la historia de la parapsicología en laboratorio:

"A medida que los defensores de anomalías generan evidencias más duras, los críticos han ampliado el marco de la portería (...) Para convencer a los científicos de lo que simplemente había sido respaldado por pruebas anecdóticas y generalizadas, aunque débiles, los parapsicólogos trasladaron la investigación psíquica al laboratorio. Cuando se presentaron resultados experimentales, despreciaban los diseños, y al mejorar los protocolos se exigió una 'prueba de fraude' o un 'experimento crítico'. Cuando éstos se mostraron, hubo exigencia de replicaciones, y no contentos con ello los oponentes argumentaban que podrían generarse por 'nuevas formas de error' (como aquél del "cajón de archivos" que podía resultar de estudios negativos no publicados). Luego se recurrió al metanálisis para contrarrestar ese problema, siendo descartado por pseudoescépticos como 'controvertido', y la P.E.S. se redujo a 'un equívoco en algún lugar' actual e impreciso, en la forma de lo que Ray Hyman llamó 'argumento del tubo de ensayo sucio' (es decir, alegar 'contaminación' en el instrumento, haciendo que los fenómenos psi quedaran como meros artefactos). Y en un caso, cuando los burlones no hallaron contraexplicaciones, describían el resultado como 'simple anomalía fútil', proscribiéndolo a un juego de rompecabezas. Ahora los postes del arco se han movido a una zona donde algunos críticos tienen posiciones infalsificables" (30).

Susan Blackmore pareció esconderse en esta trinchera, al menos como señalaba en 1995: "Soy escéptica porque creer en el psi no me lleva a ninguna parte (...) No estoy aguardando por evidencia aún más fuerte (...) [sino a que] la hipótesis psi alcance el punto en que haga más trabajo científico que generar rechazo. No creo que se haya logrado dicho nivel, y en consecuencia estoy conforme con llamarme escéptica" (31).

En otras palabras, Blackmore puede autoproclamarse "incrédula" sin importar las pruebas ofrecidas por investigadores, pues en respuesta siempre afirmará que "creer en ello no me conduce a ningún lado". Esta trivialización de la realidad psi es sorprendente, considerando que proviene de alguien que decía haber pasado treinta años buscando hechos sólidos (...).


Observaciones finales

Esta no es la primera vez que los estudiosos finalmente semejan presentar casos sólidos para la realidad psi. En 1955 el doctor George Price, entonces investigador asociado del Departamento de Medicina en la Universidad de Minnesota, publicó un artículo en la prestigiosa revista Science, manifestando: "Los creyentes en fenómenos psíquicos (...) parecen haber obtenido una victoria decisiva y virtualmente silenciado a la oposición (...) como consecuencia de una experimentación cuidadosa y argumentaciones inteligentes. Docenas de buscadores lograron resultantes positivas en controles de P.E.S., y los procedimientos matemáticos han sido aprobados por estadísticos de renombre (...) Contra toda esa evidencia, casi la única defensa que le queda al [pseudo] escéptico es la ignorancia" (32).

No obstante, Price luego decía que "la P.E.S. es incompatible con la teoría científica actual (...) Si la parapsicología y la ciencia moderna son divergentes, ¿por qué no rechazar a aquélla? (...) La elección está entre creer en algo 'verdaderamente revolucionario' y 'radicalmente contradictorio con el pensamiento contemporáneo', o dar crédito a la ocurrencia de fraudes y autoengaño. ¿Cuál es más razonable?" (33).

Más de cuarenta años después, el archiescéptico Ray Hyman se quedó sin contrargumentos para las resultantes de los últimos ensayos automatizados, pero no se desanima. Al comentar sobre el informe de Jessica Utts, escribe: "Si la conclusión [de ella] es correcta, entonces deben revisarse dramáticamente los principios fundamentales que han guiado con tanto éxito el progreso de la ciencia, desde los días de Galileo y Newton hasta el presente. Ni la teoría de relatividad, ni la mecánica cuántica en sus versiones actuales, pueden hacer frente a un mundo que alberga los fenómenos psíquicos tan audazmente proclamados por Utts y sus colegas parapsicólogos" (34).


Referencias y notas

1. Honorton, “Rhetoric over Substance”, p. 194.
2. Gardner, The Whys of a Philosophical Scrivener, p. 60.
3. Blackmore, “Reply to ‘Do You Believe in Psychic Phenomena?’”
4. Blackmore, “The Elusive Open Mind.”
5. Berger, “Discussion,” p. 140.
6. Ibídem, p. 137.
7. Ibídem.
8. Blackmore, “Confessions of a Parapsychologist”, p. 71.
9. Berger, “Discussion.”
10. Berger, “Reply to Blackmore’s ‘A Critical Response to Rick Berger’”.
11. Blackmore, “A Critical Response to Rick Berger”, p. 145.
12. Berger, “Discussion”, p. 140.
13. Blackmore, “A Critical Response to Rick Berger”, p. 152.
14. Blackmore, “The Elusive Open Mind”.
15. Blackmore, “Confessions of a Parapsychologist”, p. 74.
16. Blackmore, “Reply to ‘Do You Believe in Psychic Phenomena?’”
17. Blackmore, In Search of the Light, p. 163, 187.
18. Blackmore, “Into the Unknown”.
19. Programa televisivo Strange but True, 01-11-1996.
20. Blackmore, “If the Truth Is Out There, We’ve Not Found It Yet”, p. 18.
21. www.sheldrake.org.
22. Crace, “Richard Wiseman: Fortune Teller”. La cita completa es: "He encontrado una plétora de evidencia en aproximaciones no-científicas a los datos, pero jamás un experimento paranormal que pueda replicarse".

23. Honorton, “Rhetoric over Substance”, p. 210.
24. Randi, Flim Flam! Psychics, ESP, Unicorns, and other Delusions, p. 211.
25. www.sheldrake.org/D&C/controversies/wiseman.html (visitado el 10-09-2011).
26. Eisenbud, The Psi Researcher.
27. Correspondencia personal, 27-09-2002.
28. www.skepticalinvestigations.org/Organskeptics/index.html (visitado el 20-11-2010).

29. Rawlins, “Starbaby”, p. 89.
30. Truzzi, “On Some Unfair Practices towards Claims of the Paranormal”.
31. Blackmore, “Which Skeptical Position?”
32. Price, “Science and the Supernatural”, p. 359.
33. Ibídem, p. 367.
34. Hyman, “Evaluation of Program on Anomalous Mental Phenomena”, p. 24.