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1 de mayo de 2024

El calendario Saptarishi

David Pratt, junio 2022


​Contenidos:

01. Zodíacos lunar y solar
02. Zodíacos sideral y tropical
03. Saptarishis y Nakshatras
-Primer enfoque: Indrasena
-Segundo enfoque: Sule et al.
-Tercer enfoque: John Bentley

04. Calibración del calendario
05. Kali-Yuga y Magha
06. Antigüedad india


​01. Zodíacos lunar y solar

Visto desde la Tierra, el Sol pasa a lo largo de un año por las doce constelaciones del Zodíaco. La Luna también recorre diversos grupos de estrellas o asterismos, también conocidos como mansiones lunares, mientras orbita a nuestro planeta. Dicho satélite natural demora unos 27,32 días en regresar al mismo punto de su ruta, visto contra el fondo de estrellas, al que se denomina mes lunar sidéreo. Los astrónomos hindúes, al igual que otros antiguos observadores, dividieron el recorrido en 27 (ó 28) partes o nakshatras, y al igual que las constelaciones solares, sus porciones se fundamentan en la eclíptica (plano del "camino" terrestre alrededor del Sol), ya que la órbita lunar está inclinada sólo unos 5° con respecto a aquélla.

Fig. 1 [los tamaños relativos y ángulos de Tierra y Luna se reproducen a escala, no así su distancia relativa].

Existen múltiples versiones del zodíaco lunar hindú. Si la eclíptica se divide en 27 nakshatras de 13°20', la Luna permanece poco más de un día en cada uno. En ocasiones se designa un intervalo más pequeño al vigésmo octavo (Abhijit), de modo que ella se sitúa un día en cada uno de los 27, y aproximadamente 0,3 en el n° 28. En otros esquemas, las 27 mansiones poseen amplitudes desiguales; el Surya Siddhanta les adscribe igual ancho (cap. 2, v. 64), pero también proporciona detalles de 28 gajos, repartidos de modo muy disparejo a lo largo de la eclíptica (cap. 8) (1).

Fig. 2. Zodíacos solar y lunar (tamilandvedas.com).

En tiempos modernos, Ashvini (representado por una cabeza de caballo) se considera el primer nakshatra, pero otros textos hindúes indican que antaño lo fueron Rohini, Krittika y otros (2). Esto se relaciona con el movimiento precesivo ("Inversiones polares" 1, apartado 3), es decir, que la posición del Sol en equinoccios y solsticios se desplaza lentamente hacia el oeste a través de las constelaciones eclípticas, tardando 25.920 años en completar un circuito del Zodíaco.

Fig. 3.


Referencias

​1. E. Burgess y W.D. Whitney, Sūrya-Siddhānta: A text-book of Hindu astronomy, John Wiley, 1860, reimpreso por Wizards Bookshelf (sin fecha).

​2. Richard L. Thompson, Mysteries of the Sacred Universe: The mythology of the Bhāgavata Purāna, Govardhan Hill Publishing, 2000, p. 81, 247; David Frawley, Gods, Sages and Kings: Vedic secrets of ancient civilization, Passage Press, 1991, p. 147-99.


02. Zodíacos sideral y tropical

Existe una diferencia significativa entre los zodíacos sideral (móvil) y tropical (fijo), nuevamente, como resultado de la precesión.

[N.del T.: En el texto inglés, Pratt se equivoca al describir el sistema sideral como "estacionario" y el tropical a guisa de "variable", pues en realidad es éste el que sigue inamovible al ignorar el cambio precesivo del punto vernal cada 2160 años].

El sidéreo comprende las constelaciones reales en el espacio (Aries, Piscis, Acuario, etc.), que además reciben el nombre de "casas". El de tipo tropical engloba los signos astrológicos del Zodíaco: tienen iguales nombres que los asterismos, constituyendo sectores alrededor de la Tierra, y el equinoccio del 21 de marzo siempre marca el inicio de Aries. En otras palabras, aquí el sitio vernal representa el grado 0 del signo, sin importar en qué constelación zodiacal se encuentre el Sol en ese momento. Para esta fecha, el Astro Rey entra al grupo estelar de Piscis, acercándose al límite con Acuario.

Fig. 4. Posición del Sol en el equinoccio primaveral de 2022, mostrando el ecuador celeste (rojo) y la cuadrícula eclíptica de coordenadas (verde) (CyberSky 5.2).

Así como el equinoccio de marzo siempre marca 0° de Aries en el zodíaco solar-tropical, también apunta al 0 de Ashvini en la versión corriente del esquema lunar-tropical indio, cualquiera que sea la mansión real (o signo lunar) donde se emplace el Sol.


03. Saptarishis y Nakshatras

En astronomía hindú, los Saptarishis ("siete sabios") son las siete estrellas más lucientes del asterismo Osa Mayor o "Arado".

Fig. 5. Osa Mayor, donde Mizar y Alcor son estrellas dobles (Stellarium).

Varios textos indios de la Antigüedad consignaron que los Saptarishis se trasladan por los nakshatras, a razón de un sector lunar cada 100 años. Tomado al pie de la letra, constituye un sinsentido pues no hay ningún cambio relevante en la distancia angular entre las estrellas-saptarishi y otras alrededor de la eclíptica de un año a otro. Aunque cada luminaria sigue su propio movimiento, fuera del Sistema Solar todas las estrellas se ubican a lejanías tan inconmensurables que su posición entre sí apenas cambia, incluso a lo largo de muchos milenios.

El Vishnu Purana dice: "Cuando las dos primeras estrellas [de Osa Mayor] se elevan en el cielo, y por la noche se ve algún asterismo lunar a igual distancia entre ellas, entonces los siete Rishis continúan estacionarios en esa conjunción, por cien años humanos" (1), siendo ésta la traducción por Wilson, mientras que Dutt omite la frase "entre ellas", lo que hace al contexto más ambiguo (2). Las dos luminarias que ascienden en Osa Mayor son Dubhe (Alpha Ursae Majoris) y Merak (Beta Ursae Majoris), y como se explica enseguida, hay tres maneras diferentes de interpretar la cita.


Referencias

1. H.H. Wilson, The Vishnu Purāna: A system of Hindu mythology and traditions, Trübner & Co., 1864-1877, vol. 4, p. 230-3.

2. M.N. Dutt, A Prose English Translation of Vishnupuranam, Elysium Press, 1896, parte 4, sección 24, p. 312.


Primer enfoque: Indrasena

Indrasena (1) plantea que se traza una línea desde Dubhe hasta Merak y actúa como "puntero". Cuando se extiende hacia el sur, cruza la eclíptica en la constelación de Leo, muy cerca de 59 Leonis, y esta área corresponde al nakshatra Purva Phalguni, cuya estrella principal es Chertan (Delta Leonis).

Fig. 6. 59 Leonis se encuentra justo bajo la eclíptica (línea verde), a la izquierda de su nombre (en rojo: cuadrícula de coordenadas celestes).

Debido a que las estrellas son relativamente fijas, el sitio donde la línea Dubhe-Merak intersecta la eclíptica cambia no más de uno o dos grados, incluso al transcurrir miles de años. Sin embargo, lo que sí varía en modo significativo y permanente -por la precesión- es la distancia angular entre el cruce de la eclíptica con el equinoccio vernal. Así, mientras el puntero siempre permanece en Purva Phalguni en el zodíaco lunar-sideral, se mueve a través del lunar-tropical a una velocidad promedio de 50 segundos de arco por año, equivalente a 1° en 72 años, 960 por mansión lunar y 25.920 para un ciclo precesional completo.

Fig. 7. Osa Menor, Osa Mayor y los Polos Norte celeste y eclíptico.

En la actualidad, si el "cursor" Dubhe-Merak se prolonga hacia el norte, pasa muy cerca del polo celeste homónimo, que está a unos 0,6° de la estrella polar (Polaris/Alpha Ursae Minoris), y de hecho, a Merak y Dubhe se les llama "indicadoras" precisamente porque apuntan hacia Polaris. Esta situación no es durable, pues el extremo norte sidéreo se mueve por completo alrededor del Polo Norte eclíptico (Draco) en el transcurso de un ciclo precesional. Polaris se trasladó a 5° del septentrión astronómico hacia 1200, y la última estrella que se ubicó cerca de dicha zona fue Thuban (Alpha Draconis) en el tercer milenio a. de C.

Fig. 8. La estrella polar cambiante. Según la Teosofía, el eje terrestre no describe un "círculo" en torno al polo eclíptico, sino una espiral, a causa de desvíos axiales paulatinos ("Inversiones polares" 1, sección 4).

Al fundamentar su estudio, Indrasena sostiene que "a igual distancia" (traducción por Dutt) significa que el puntero saptarishi se encuentra aproximadamente a medio camino entre el Polo Norte celeste y la eclíptica. Dubhe y Merak siempre se ubican a unos 50° de ésta última, pero actualmente las vemos a sólo 30° del Polo Norte astronómico. En 2150 a. de C., cuando Thuban era la estrella "marcadora", su distancia angular al polo era de casi 20°, y como el extremo celeste se mueve completamente alrededor del polo eclíptico en un ciclo precesional, la distancia puede alcanzar los 65°.

La referencia del Vishnu Purana a que "los rishis continúan en la misma conjunción durante 100 años" no significaría que tarden ese periodo en atravesar toda una mansión lunar, sino para moverse un grado a lo largo de la eclíptica. Esto fijaría la tasa de precesión en 1° por centuria, el mismo promedio que calculó Hiparco (siglo II a. de C.) (2) y acogido por Tolomeo (siglo II d. de C.). Algunos escritores creen que los hindúes subsecuentes heredaron dicho guarismo, pero los antiguos indios hicieron sus propias observaciones (el valor correcto es 1,39° por siglo).

Como existen 27 ó 28 mansiones lunares, el ciclo saptarishi dura 2700 ó 2800 años. Los primeros se pueden transformar en 27.000 años, ya que sumar o restar ceros es común en los cálculos numerológicos. Dado que estamos tratando con "porciones" lunares, esto se puede leer como 27.000 años análogos, lo que equivale a 354/365 x 27.000 = 26.186 años solares. Si se toma como la duración del ciclo precesional, ello corresponde a una tasa de 49,49 segundos de arco/año, mientras que el valor en 2000 era de 50,288"/año. Con el transcurso del tiempo, el índice oscila alrededor de la cifra canónica de 50"/año, si bien hoy va en aumento y habría sido de 49,49"/año alrededor del 1500 a. de C.


Notas

1. Buddhike S.H. Indrasena, "The Saptarishis calendar: 'The Indian tropical zodiac'!", Journal of Astronomical History and Heritage, v. 18, n° 2, 2015, p. 190-8.

2. Según Neugebauer (1975, p. 298), la estimación máxima de Hiparco fue 1° por siglo de años egipcios con 365 días, pero su cómputo real fue 1° en 77 años egipcios (Thompson, Mysteries of the Sacred Universe, p. 305).


Segundo enfoque: Sule et al.

De acuerdo con esta visión, el puntero saptarishi siempre comienza en el Polo Norte celeste y pasa por la zona media entre Dubhe y Merak; asimismo, en dos sitios del trayecto de igual polo en derredor del eclíptico, dicha línea también pasará exactamente por esas estrellas (1). Esto implicaría que el "señalador" es un trazo de longitud sidérea o "ascensión recta", igual al encumbramiento promedio de esas luminarias.

El uso del punto intermedio de Dubhe y Merak armoniza con el extracto "a igual distancia entre ellas" en el texto de Wilson, quien además menciona la siguiente explicación de Sridhara Swami, comentarista del Bhagavata Purana: "Las dos estrellas (Pulaha [Merak] y Kratu [Dubhe]) deben alzarse o estar visibles antes que el resto; y cualquier asterismo en una línea al sur del centro de las mismas, es aquél con el que están unidas las siete, continuando así durante cien años" (2).

Fig. 9. El puntero en 2000. El polo celeste se encuentra al medio; la línea de puntos representa el ecuador celeste, y el indicador se cruza con Purva Phalguni.

Fig. 10. En 2150 a. de C. el puntero estaba en el nakshatra Pushya (Cáncer), cuando Thuban era el astro más cercano al polo.

La teoría de Sule et al. difiere de Indrasena en que el marcador saptarishi se mueve a través de los nakshatras debido a la precesión, pero es insuficiente porque este "cursor" no pasa por todos ellos durante el ciclo precesional, sino que va y viene a través de sólo cuatro o cinco, abarcando 60 grados (esto puede apreciarse dibujando una línea desde cualquier punto en el camino precesivo del polo celeste, a lo largo de la zona media entre Dubhe y Merak). Además, la coordenada saptarishi puede tardar desde pocos cientos de años hasta más de 1000 en atravesar un nakshatra, dependiendo de qué tan cerca esté el polo celeste de Dubhe/Merak (cuanto más próximo se encuentre, menos tiempo tardará), y de la anchura precisa para cada mansión lunar.


Referencias

1. A. Sule, M. Vahia, H. Joglekar y S. Bhujle, "Saptarsi’s visit to different naksatras: subtle effect of earth’s precession", 2006.

2. Wilson, The Vishnu Purāna, vol. 4, p. 233, nota al pie.


Tercer enfoque: John Bentley

John Bentley (1825) propuso que la "línea de los Rishis" empieza en el Polo Norte de la eclíptica y traspasa Merak (Beta Leonis), pero no Dubhe (1). Al igual que la versión de Indrasena sobre ambos astros, este segmento también intersecta la eclíptica en la constelación de Leo, pero ello ocurre en el nakshatra Magha (estrella principal Regulus) y no Purva Phalguni, siendo ambas colindantes, y según el zodíaco lunar (fig. 2) comienza en el límite Cáncer-Leo.

El esquema de Bentley podría modificarse ligeramente para que dicho trazo conecte el polo de la eclíptica y la región entre Dubhe y Merak (en lugar de sólo ésta última), lo que estaría de acuerdo con la cita anterior del Vishnu Purana, y en ambos casos representa una línea de longitud eclíptica, cruzando Magha.

Fig. 11. La cruz entre Leo y Cáncer señala una línea convergente que va desde el Polo Norte eclíptico, a través de la zona intermedia entre Dubhe y Merak.

Fig. 12. Primer plano de Leo.

A diferencia de las dos primeras teorías, el punto central entre Dubhe y Merak se encuentra casi exactamente a medio camino entre el polo de la eclíptica y el punto de intersección con la misma; esto viene ocurriendo desde hace milenios, ya que el polo eclíptico apenas se mueve y las estrellas permanecen relativamente estacionarias.

Bentley dice que la "línea de los Rishis" está "invariablemente unida al comienzo del asterismo lunar Magha", en el sentido de que el punto donde intersecta con la mansión homónima no cambia su lugar de modo significativo durante miles de años. Sostiene que los hindúes inventaron las divisiones lunares en 1192 a. de C., implicando que "en ese entonces, las zonas lunares móviles -o que dependían de la revolución del Sol en los trópicos- coincidieron con las fijas o siderales del mismo nombre". Para aquella época, "el punto solsticial de invierno [que marcaba el comienzo del año] estaba al inicio de la casa fija y dinámica de Sravishtha", ahora conocida como Dhanishtha (en Capricornio), y el equinoccio vernal caía dentro de Bharani (alojado en Aries). Sin embargo, los hindúes observaron que desde 1192 a. de C. hasta 698 a. de C. los equinoccios y solsticios precedieron 6°40', de modo que en ese último año "el principio del asterismo Magha coincidió con la mitad de la mansión desplazable con igual nombre". Los hindúes optaron por expresar esto de una manera diferente, diciendo que "los Rishis ingresaron a los 6°40' de Magha, es decir, Su línea 'cortó' la casa móvil en esa coordenada" (2).

Al tenor de la astronomía a simple vista, la tesis por Indrasena sería fácil de aplicar, ya que comporta extender un trazo mediante Dubhe y Merak y llevarlo hasta la eclíptica. La aproximación de Sule et al. (una raya desde el Polo Norte sidéreo que cruce el centro Dubhe-Merak) y Bentley (comienzo del indicador en el Polo Norte eclíptico) ofrecerían más complejidad, porque rara vez hay una estrella en el septentrión celeste y no hay ninguna en el extremo boreal de la eclíptica. Sin embargo, nuevos descubrimientos cuestionan cada vez más los prejuicios sobre las "tecnologías muy primitivas" de civilizaciones antiguas.


Referencias

1. John Bentley, A Historical View of the Hindu Astronomy, Smith, Elder & Co., 1825, p. 64-65.

2. Bentley, p. 35, 64-66.


04. Calibración del calendario

Los textos hindúes suelen decir que había una contingencia importante cuando los Siete Rishis estaban en un nakshatra específico. Sin embargo, son inciertos los períodos precisos vinculados con cada sector, en parte por los dilemas respecto a la definición sobre la "línea", y además porque se emplearon múltiples sistemas de "parcelas" lunares en distintos momentos. Como ya se mencionó, Aries y Ashvini constityuen hoy los primeros signos del zodíaco solar y lunar respectivamente; Krittika y Rohini también fueron vistos de igual forma en épocas anteriores, cuando el equinoccio de primavera ocurría en esos sectores. Las referencias astronómicas en varias obras indias sostienen que fueron editadas en los últimos miles de años, pero se originaron en tiempos muy pretéritos.

Hoy se establece que los signos y constelaciones solares están en afinidad cuando el equinoccio de primavera se alinea con los 0° del asterismo Aries. Esto ocurre al final de la Era homónima, pues el equinoccio tiene una precesión este-oeste, mientras que la Tierra da vueltas al Sol en sentido contrario. Dicho de otro modo, aquél se sitúa entre las estrellas de Aries a sus 0° una vez al año, y el equinoccio cae en igual grupo a 30° una vez por cada etapa precesiva. Un factor que complica la situación es que los signos tienen cada uno 30° de amplitud, en tanto que las constelaciones (cuya suma real es de 13) (1) varían en sus dimensiones y se superponen parcialmente, por lo cual existen múltiples formas de dividirlas en 12 segmentos iguales.

No hay consenso respecto de dónde localizar el límite entre Aries y Piscis, ni tampoco la fecha cero en que coincidieron por última vez los zodíacos sideral y tropical. Helena Blavatsky situó el fin de la Era del Carnero y el comienzo de la fase pisciana en 255 a. de C. ("Inversiones polares", Apéndice 1), e Indrasena en 232 d. de C. El equinoccio vernal coincidió con el punto de arranque del zodíaco hindú en 564 d. de C., ubicado a 10 minutos de arco al este de Zeta Piscium, la estrella principal del nakshatra Revati. Ese lugar marca el límite entre Revati y Ashvini, es decir, 0° Ashvini y 0° Aries, aunque se encuentra al interior de Piscis.

Fig. 13. Revati (cruz próxima a la eclíptica) se encontraba 10' al oeste del equinoccio de primavera en 564 d. de C.

La astrología occidental moderna (o helenística) utiliza los signos del zodíaco solar tropical, y no armonizan con los grupos estelares correspondientes. Por ejemplo, el Sol pasa por el signo Aries del 21 de marzo al 19 de abril, y atraviesa su constelación real del 19 de abril al 13 de mayo. La astrología hindú (conocida como jyotisha), por otro lado, emplea los diagramas siderales solar y lunar; en otras palabras, tiene en cuenta la precesión (ayanamsa) (2). Parece arbitrario fijar 0° Aries/Ashvini en el punto equinoccial de primavera, reflejando el hecho de que la precesión fue redescubierta por los griegos hacia fines de la Era de Aries. Con la misma facilidad podríamos reajustar los esquemas tropicales solares y lunares con las gráficas sidéreas, cuando el equinoccio de primavera ocurra en otra constelación.


Notas

1. Earthsky.org.
2. Los críticos aducen que la astrología védica no se basa integralmente en observaciones astronómicas, sino en textos hindúes tradicionales (nirmukta.com). Por ejemplo, el Surya Siddhanta (cap. 3, v. 9-12) indica que la posición del Sol en el equinoccio se desplaza lentamente hacia adelante y atrás desde Revati en 54°; aumenta de 0° a +27°, regresa a 0°, disminuye a -27° y luego vuelve a 0°, realizando un movimiento completo de ida y vuelta (2 x 54°) en 7200 años (Burgess y Whitney, Sūrya-Siddhānta, p. 243-9). Esta es una referencia velada a la precesión y un índice aparente de 54"/año, incluso más exacto de lo que calcularon los griegos.


​05. Kali-Yuga y Magha

Según el Vishnu Purana, al comienzo de Kali-Yuga ("edad oscura" o "del hierro") los Siete Rishis moraban en el nakshatra Magha. Las fuentes hindúes suelen declarar que ese periodo llegó en 3102 a. de C., y para entonces el equinoccio advenía cuando el Sol ingresaba en Tauro (1), aproximadamente 0,8° al este de Aldebarán o astro primario del nakshatra Rohini. Al salir de éste último, el punto equinoccial señaló Krittika (que contiene a Pléyades), también incluido en Tauro. El equinoccio coincidió con Aldebarán hacia el 3045 a. de C. y Alcyone durante 2340 a. de C.; por ello, en otras épocas ambos nakshatras eran vistos como los "primeros" del ciclo.

Fig. 14. Pléyades.

Según Indrasena, el puntero Dubhe-Merak siempre "corta" la eclíptica en Purva Phalguni. Utilizando el 232 d. de C. como parámetro cuando convergieron las mansiones lunares sideral y tropical (es decir, los 0° del signo Aries sincrónicos con 0° de igual constelación), sostiene que el indicador estuvo en Magha tropical desde 1177 a. de C. hasta 210 a. de C., y su fecha para el arribo de Kali-Yuga es 951 a. de C.; en consecuencia, adoptar el dato por Blavatsky de 255 a. de C. para el término del periodo ariano haría retroceder la influencia de Magha en 486 años. Entretanto, el enfoque por Sule et al. coloca el puntero Magha sideral desde 1250 a. de C. hasta el 800 d. de C.

El paradigma de Bentley (original o modificado) asevera que ciertamente la "línea-rishi" corta el plano eclíptico en Magha sideral, pero este ha sido el caso durante miles de años. Sin embargo, si los zodíacos lunares sidéreo y tropical fueran puestos en cero cuando el equinoccio entró en Rohini, entonces los Saptarishis también habrían permanecido en Magha tropical al comienzo de Kali-Yuga.

Blavatsky se refiere así a la interpretación por Bentley sobre el comienzo de la "Era de Horror" cuando Magha cobijó a los Siete Rishis: "(...) de esta forma, son los Rishis quienes marcan el tiempo y las fases del pecado y sufrimiento en Kali-Yuga. Como dice el Bhagavata Purana (xii, ii, 26-32): 'Luego que el esplendor de Vishnu llamado Krishna se elevó al cielo, invadió el mundo la era de Kali, durante la cual los hombres se deleitan en el mal (...). Cuando los Siete Rishis estaban en Magha, comenzó la era Kali que comprende 1200 años (divinos, ó 432.000 años comunes); y toda vez que desde Magha alcancen Purvashadha, este tiempo oscuro alcanzará el clímax bajo Nanda y sus continuadores'. Y sobre el movimiento de los Rishis: 'Cuando las dos primeras estrellas de los siete Rishis (Osa Mayor) se elevan en el firmamento, y por la noche se ve algún asterismo lunar a igual distancia entre ellas, aquel septenio continúa fijo en dicha conjunción durante cien años', como un enemigo de Nanda hace decir a Parasara (Vishnu Purana). Según Bentley, dicho concepto surgió entre los astrónomos para evidenciar la magnitud de la precesión equinoccial; se elaboró 'asumiendo una línea imaginaria, o gran círculo, que transita por los polos de la eclíptica y el comienzo del Magha fijo, un perímetro que se suponía cortaba algunas estrellas en Osa Mayor [texto omitido: 'que, según los cálculos, parece haber sido la estrella β', es decir, Merak]. Las siete luminarias en esa constelación se llamaban Rishis, y el círculo se denominó línea de los Rishis; y al estar invariablemente ancladas al inicio del asterismo Magha, la precesión solía registrarse con el grado, etc. de cualquier mansión lunar móvil cortada por esa línea o círculo, en cuanto índice' (Historical View of the Hindu Astronomy, p. 65)" (2).

Bentley niega rotundamente que los hindúes practicaran astronomía en el 3102 a. de C., asegurando que "inventaron" las mansiones lunares en 1192 a. de C. y el Kali-Yuga se extendió del 540 al 299 a. de C. Acusa de "suprimir el relato mosaico" a quienes adscriben una antigüedad mucho mayor a esta disciplina india, porque eso significaría que la historia bíblica sobre la creación, Adán y Eva y el diluvio de Noé es "toda una fábula" (3).

Si bien el puntero saptarishi no se mueve por las casas lunares a razón de un nakshatra por siglo, aún puede utilizarse un calendario basado en esta suposición. Por ejemplo, según el Vishnu Purana, la "era de horrores" comenzó en el reinado de Parikshit, cuando los Rishis estaban en Magha, y al momento en que lleguen a Purvashadha, "Nanda comenzará su gobierno" y "la influencia de Kali aumentará". Dado que Purvashadha es el décimo nakshatra, ese periodo tendría 9600 años según la tasa media precesiva, y sólo 1000 si tomamos la cifra de 100 años por nakshatra. En los libros hindúes, el tiempo desde Parakshit hasta Nanda se indica de diversas formas como 1015, 1050, 1115 ó 1500 años (4), y su significado no está claro porque "años" no indica por fuerza que sean "terrenales".


Notas

1. Blavatsky añade: "La constelación de Tauro (el Aleph hebreo) estaba en el primer signo del Zodíaco al comienzo de Kali-Yuga, y en consecuencia el punto equinoccial caía en esa zona. Además, Leo marcaba el solsticio de verano, Escorpio el equinoccio de otoño y Acuario el invierno; estos hechos forman la clave astronómica para la mitad de los enigmas religiosos en el mundo, incluido el esquema cristiano” (The Theosophical Glossary, The Theosophy Company, 1973 (1892), p. 387).

2. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, Theosophical University Press, 1977 (1888), 2:550; Secret Doctrine References, Theosophical University Press, 2013, D.S., vol. 2. La cita del Bhagavata Purana es de Wilson, Vishnu Purāna, vol. 4, p. 230 nota al pie.

3. Bentley, A Historical View of the Hindu Astronomy, p. xxvii, 77.
4. Wilson, Vishnu Purāna, vol. 4, p. 229-34.


​06. Antigüedad india

Feuerstein et al. sostienen que el calendario Saptarishi, con su ciclo de 2700 años, es el más antiguo de India y aún se ocupa en algunas regiones del país. En Cachemira, su punto de partida se determinó en el 3076 a. de C.

Hace dos mil años, los historiadores Plinio y Arriano, quienes se basaron en informes por embajadores en las cortes Maurya [322-185 a. de C.], mencionaban que la tradición histórica nativa de India conocía a 154 reyes que gobernaron durante 6450 años. Cuando reconstruimos ese dato, al parecer en la época Maurya el calendario principió en 6676 a. de C., exactamente 3600 años antes del inicio del actual ciclo Saptarishi y al terminar una década homónima (1), debido a que 360 años se contaban como "año divino".

Hay alusiones astronómicas en los primeros textos védicos que son previos a la Era de Tauro (nakshatras Krittika y Rohini), una fase en que se producía el equinoccio primaveral en Mrigashira, Punarvasu y Pushya (cuyo nombre védico es Tishya) (2). Las estrellas primarias de estas tres porciones son Meissa (Orión), Pollux (Géminis) y Asellus Australis (Cáncer) que coincidieron con el equinoccio en torno al 4060, 6300 y 7300 a. de C., respectivamente. Según Krishna Shastri Godbole, las observaciones estelares consignadas en obras hindúes se remontan incluso al 20.000 a. de C. (3).


Referencias

1. Georg Feuerstein, Subhash Kak y David Frawley, In Search of the Cradle of Civilization, Quest, 2da ed., 2001, p. 246.

2. Frawley, Gods, Sages and Kings, p. 165-99.
3. "India, cuna de la civilización", parte 3.