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21 de marzo de 2024

La moda "anti-rabia" es la pasión de mojigato$ pervertidos

(Imagen cortesía de shutterstock.com).

Respuesta-parodia a teosocharlatane$ egocéntricos, 
polarizados y polarizantes

(Ver además este y este otro artículo para más detalles y filípicas).

En tiempos de descalabro ético, muchos remedos geopolíticos llamados "países" (en realidad, tribus plenas de salvajes sensorio-nihilistas con cuello y corbata, y aficionados de ética sólo para salvar pellejos seborreicos) experimentan múltiples divisiones, y sus circunstancias desafían la manoseada y cada vez más lejana "armonía colectiva". Hay muy pocos líderes que desean preservar diálogos honestos y el equilibrio entre diversos puntos de vista, cuyas iniciativas son ahogadas permanentemente por "camaradas" indignos de toda compasión. Así, por una parte los medios convierten a la rabia en siutiquería condenatoria hacia todo individuo crítico de hartazgo filoso, y por otra se canaliza en un lavado de imagen cínico respecto a tendencias "políticas" manchadas o hediondas de sangre, pero sigue siendo ira, repulsión u odio al fin y al cabo, sólo que más "aceptable".

El alcornoque politizado y bipolar promedio, como consecuencia de esta guerra cotidiana de estupidez, de modo consciente o inconsciente se autoconvence de que "todo aquél que piense distinto a mí es deshonesto", y dicho arrellanamiento mameluco le provee una falsa excusa para dejar la honestidad. Hoy la mala intención y la ingeniería social del temor gobiernan la agenda paroxista, haciendo que la gente no defienda lo ético con odio y desprecio merecidos -en momentos excepcionales y cuando el entendimiento se hace del todo imposible- contra basuras desalmadas en la (anarco) derecha y la (anarco) izquierda que necesitan alimentarse de nuestra sumisión irracional e innecesaria.

Hay algunos teosofastros (muy "sátvicos" ellos al "no culpar a nadie" de sus elecciones bipolares) que sin ningún escrúpulo se "amparan" en lo dicho por Blavatsky de que "la ira es la pasión de los tontos, pues no hace a un hombre más sabio". Esas mismas bestias sanguinarias de "ira diplomática y perfumada" son los que apoyan directa o indirectamente regímenes autocráticos (y pro-ortodoxia cristiana) con "mandamases" de corrupción probada, o "democracias" dirigidas por alcahuetes de interese$ corporativos/individuales. Esos sanguinarios bastardos que vienen prometiendo "hacer mejor las cosas si nos apoyas" son, sin duda, los principales destinatarios de aquella cita blavatskiana, aún sabiendo que Helena jamás consintió la politización de Teosofía, y describió la actividad gubernamental de su época en duros términos.

George Bernard Shaw sentenció: "Una persona inteligente se adapta a las circunstancias, mientras que un estúpido insiste en arreglar el mundo a sus propias ideas. Hoy el progreso depende sólo de los irracionales". Añádase que el irlandés se quedó algo corto, en vista de que ahora no basta con ejercer "adaptabilidad", sino "hiper-desenvoltura" y ojalá "sin ningún tipo de límite" (salvo el resentimiento codicioso de SIGLOS entre las tarascas duopolistas que ahora se presentan a modo de "religiosas" o "escépticas"), patrocinada por los reverendos y seglares improvisados del dios-dinero.

Se hace cada vez más necesario denigrar y exponer a los desperdicios "humanos" que han hecho y siguen haciendo del Movimiento Teosófico un cabaret de prostitución intelectual, donde es muy fácil encontrar odiadores y miedosos controlados y paupérrimos de principios. Son ellos y sus acólitos los que contribuyen al espectáculo descarado de "ideología$" capaces de destruir matrimonios, familias, instituciones y países enteros, una y otra vez. Son ellos quienes hacen más infernal la búsqueda de verdaderas orientaciones espirituales y psicológicas; como si fuera poco, aparentan limpiarse lágrimas y mocos con nociones tales como "ignorancia acumulada", "cooperación plena", "posibilidades de justicia/sabiduría ilimitadas" y otras imbecilidades repetitivas que no alcanzan a cubrir sus vergüenzas contradictorias. Esos pendejos serviles de poder corrupto y casquivano perdieron la oportunidad de detenerse a pensar con miras a una autorreforma, condenando la rabia incomodadora de los "poco inteligentes" que "se esfuerzan por cambiar a otros", mas dichos periforros evitan denunciar de modo transparente el odio/rencor "acaramelado", bipolar/multipolar, CONVENIENTE y MULTIMILLONARIO en los "gobiernos" del mundo y sus adversarios.

[Existen varias formas en que un "peregrino teosófico" puede evaluar el estado de su "puente interior" psicoespiritual (Antahkarana). Quizás la más polémica es comparar los niveles de hostilidad y gratitud fraudulenta en la manera que observa a otros, y en su vida real. Para los casos descritos anteriormente, la primera suele camuflarse entre "sentimientos nobles"; la frustración y envidia tradiciobestia/progremelona por los atributos de individuos anónimos es un signo seguro de que dicho conector esotérico está contaminado por los tufos del orgullo, el miedo y la ambición, lo cual es persistente en algunos "preservadores" cuyos nombres reales aparecen hasta en la sopa. Es cierto que H.P.B. y quienes colaboraron con ella eran muy conocidos por relacionarse con grupos aristócratas, pero hoy el auge de internet hace el anonimato más preferible entre quienes podrían abandonar sus payasadas gárrulas de pseudoliteratura y "fraternidad" hechiza.

La mala voluntad de estos ejemplares los torna proclives al atarantamiento y reprimen diabólicamente su sana autovalía, haciendo partícipes a sus audiencias ingenuas o comercializadas. En consecuencia, los muy estúpidos no tienen razones para ocultar su "gratitud" desazonada con la vida, y se sienten muy "orgullosos" de armar y repartir toda una parafernalia de "humildad", "alegría" y "sentimientos amigables" de trincheras divisionistas. Ese aspecto les lleva al deseo de competir y ver a sus enemigos seculares como "inferiores" y autoetiquetarse de "más sabios". Su egocentrismo partidista y revulsivo los tienta a manejar sus críticas "hermanables" o periodos de silencio de modo muy calculado, exponiendo mutuamente defectos reales o imaginarios. 

Entonces, cuando captamos una atmósfera así en el Movimiento Teosófico -u otros-, donde se practican culpabilidades deferentes o sardónicas, se puede concluir que esos grupos están muy cerca de su muerte espiritual. "Ommmmm... No todos mis semejantes son colegas en este 'viaje sagrado' de intereses fiero$. Son más imperfectos que yo, pues al menos elijo siempre 'el menor de dos males' según las órdenes que obedezco. Ommmmm... Desde mi defensoría política les muestro cómo interactuar con los detalles sublimes y toscos de la existencia, pero no quieren hacerme caso; el deber encomendado por mis amos es sembrar cizaña y codearnos con lo injustificable con tal de que nuestra visión emerja triunfante con la venganza que cocemos a fuego lento. Ommmmm..."].  

Aquellos aprendices de idiotas representan sólo una tropa de pusilánimes mediáticos que no salvarán a sus cochambres de "países", estimulando que la letra muerta de la legislación formal tenga poca o nula utilidad durante los "terremotos" que ponen al sistema contra la pared. Mientras no haya condena fuerte, peyorativa y transversal, no evidenciarán nunca la voluntad de crear confianza mutua para concretar reformas éticas y urgentes. Vemos que tampoco les interesa que sus naciones remedien el peligro de enfrentamientos sociales (¡cómo serán de imbéciles!: ¿puede un SEPARATISTA DEGENERADO y fanático zurdo/facho/anarco/demócrata/autoritario/misticoide fomentar verdadera "unidad"?), y de esa manera la familia es para ellos sólo un medio de control sátrapa, un "cadáver" moral disputado por carroñeros anarcos y estatistas, como muy bien insinuara cierto Mahatma teosófico en una de sus Cartas para Alfred Sinnett.

Cualquier persona decente percibirá que una legión de mercaderes espirituales aborrece las críticas directas a los males en sociedad, en razón de que sólo intentan preservar su esquema de negocios a través de la manutención de dichos problemas. Siempre les sale más fácil ser eternamente MEDIOCRES y monicacos con apariencia de sabihondos, vendiendo "soluciones metafísicas" a corto plazo. Pero H.P.B. fue muy clara en su posición, al enviar sendas "bofetadas" en publicaciones a los rapaces de medios económicos, y al igual que William Judge, estuvo de acuerdo en que se cobraran cantidades austeras para financiar directamente los esfuerzos de la Causa Teosófica y transparentando hasta el más mínimo gasto, nunca al objeto de alimentar los bolsillos de gandules, tutores babiecas de medias tintas o lujópatas chillones como sucede hoy en no pocos "centros de estudio". En otras palabras: según los neo-demonios de pacotillería emocional/ideologicastra, estamos "obligados" a aprobar su comercio místico porque ahora no basta con sólo "estar en el mundo", y nos intimidan para "ser del mundo" con odios y formas de violencia sonrientes o escondidas, ya que eso les representa más ingresos.

Refiriéndose a los muertos vivientes de codicia, y como sabia que era, la propia Agente de los Maestros anticipó y recomendó la estrictez requerida contra semejante plaga y otros flagelos en "La Clave de la Teosofía": "Estúpido es el jardinero que trata de eliminar plantas venenosas (...) cortándolas sólo en la superficie, en lugar de arrancarlas desde su raíz". E incluso: "Al servir a dos dueños, sufrirá uno de dos: el trabajo mundano o el filantrópico". Lo correcto, por ende, es hacer conciencia de que TODA actividad decorosa y generadora de capital tenga una base ética, y no hacer que sólo "algunas" tengan más "relevancia" entre ciertos bribones clasistas y de colmillos largos, los mismos fascistoides que en internet y sus libros vacuos avientan "no juzgar a nadie", pero con la pandemia de 2020 fueron los primeros en responsabilizar a blancos conscientemente elegidos, azuzando la misma rabia ciega -o "amable"- entre hordas de pseudoesceptiranos zurdeques y cientifimohínos antiparapsicología y antiesoterismo.

A los "pobres e inocentes hijos de su tiempo" envueltos en escándalos corruptivos hay que darles muchas oportunidades, incluso más de las que merecen, para ser perdonados "setenta y siete veces siete" (y ojalá también 77 elevado a un millón) y sobornar a jueces, abogados o fiscales con tal de que jamás se abran los sepulcros fétidos y bien custodiados en todas las clases sociales. Los "pobres e inocentes hijos de sus circunstancias" necesitan mucho tiempo para reorganizar sus hampas "aristocráticas/arrabaleras" y posar como "guardianes de patriotismo", mientras los cesantes ilustrados (gente meritoria, esforzada y con bastante más cacumen que muchas "prostiautoridades" juntas) y víctimas de estafa universitaria deben "trabajar" en rubros hacinados de prepotencia, pecuniofilia y chingadería explotacional, dando en el gusto a los multimillones de puñeteros zurdos/fachos que se repletan los bolsillos amansando y encubriendo a los verdaderos responsables y autores ideológicos del crimen. Y es muy inteligente, también, que esos "pobres e inocentes hijos de su tiempo" sean bendecidos por todos nosotros, el Universo y los arcángeles orgásmicos y ansiosos de misericordia, pues ellos -cómo no- son nuestras brújulas intocables que siempre deben estar por encima de las leyes y buenas costumbres, liberándose con fianzas sólo porque debemos suponer que al sistema judicial "se le antoja" cobrarles por "inspiración" u "ocio". Como "todos nosotros" somos "indignos" de lanzarles piedras, y "todos" hacemos el mismo mal "de manera exacta e irredargüible", hay que aferrarse a las puras e inmaculadas tradiciones generacionales "de banderita" (meras felicidades inútiles que alimentan a babiecas sensualistas), pues "todos" los oligarcas de nuestros "países" saben muy bien lo que hacen y debemos confiar ciegamente en ellos, todo el tiempo, para que éstos últimos y los nigromantes que les asesoran nunca lleguen a prisión.

Es imposible tener un "país" armónico si el altruismo y el espíritu de ciudadanía responsable no forman parte de la vida diaria, lo cual es muy diferente de las leyes escritas. Hoy casi nadie quiere zafarse del control político putañero ni sacrificarse con tal de contribuir a una mejora de la "civilización", ni trascender la búsqueda de placeres inmediatos y fracasados. Por las amenazas continuas desde las cúpulas partidistas, casi nadie tiene la hombría/mujería de servir verdaderamente a sus compatriotas, sacando a la luz sin compasión los excrementos pervertidores de la "pobrecita progenie de su tiempo" o sus tráficos de influencias (siendo que varios especímenes provienen de sedicientes "alcurnias"), y que de paso "aleccionan" a las clases desfavorecidas, casi igual de chabacanas y desorientadas como la mesocracia o "los de allá arriba". El exceso de egoísmo y la ignorancia están plenamente naturalizados, por cuanto sólo resta humillar en retorno con abominaciones y aspereza de palabra SUBSTANCIALES e INEGOÍSTAS a los agentes visibles u ocultos.

Sembraron rencores e inequidad en su "carácter incuestionable", y eso es lo que tendrán, amén de dolorosas catástrofes en el mediano plazo. "NI PERDÓN NI OLVIDO, NI COMPASIÓN NI RESPETO POR QUIENES NO LOS MEREZCAN". La espiritualidad nunca nos fue concedida para servir como "retrete de consciencia". Y suele ser muy cierto que quien muestra más espectáculo externo, alberga mayor vacío por dentro. Vaya que hacen falta más Zazies (el inolvidable personaje de Raymond Quenau), pour envoyer tout de suite ces déliquants à la con...

Aquila in Terris


APÉNDICE (noviembre 2022)
Ejemplo de represión emocional por "alumnos fervientes" (créditos de fotos: Amanda Reiss U., octubre 2024)







¿Cuál es la idea para catalogar de "pseudointelectual" una postura fundada, y sin dar mayores argumentos? Hay varios que debieran recibir una medalla en letramuertología...

20 de marzo de 2024

El pésimo y malintencionado hábito de subjetivarlo todo


PARTE 1: Respuesta a un pseudoteó$ofo zalamero, obsceno e incongruente en Facebook (va también para otros "experto$")

Hay bastantes COTORRAS OBSESIVAS e histriónicos canallas en RR.SS. que se jactan de "ser más 'humildes' que otros porque no juzgan a los demás". Y son lo bastante cobardes y EGOÍSTAS para no admitir que los males humanos tienen AGENTES y CÓMPLICES. Como ya puede inferirse a partir de otros artículos del sitio, la NEGLIGENCIA retroalimenta los ABUSOS PREMEDITADOS en múltiples áreas de acción.

Denunciar lo malo (con dureza o indulgencia, según el caso) no es sólo de "despertadores ansiosos" o "coléricos" por "imponer" algo, sino el deber inexcusable de cualquier persona con un mínimo grado de sentido común y decencia. La responsabilidad de despertar o abrir conciencias es mía, tuya y de todos. Está claro que cada persona evoluciona a su ritmo, pero eso NO equivale a "postergar indefinidamente" las obligaciones propias y colectivas, en constante relación, menos todavía disfrazarlas con una "tolerancia" que raya en la imbecilidad corazonesca, mezclando ideas y enseñanzas místicas/filosóficas como si todo fuera "válido", "verdadero" o "provechoso". Además, toda persona que fuerce una subjetividad exacerbada e "incuestionable" es tan DÉSPOTA, ARROGANTE, FANÁTICA, INMADURA y MANGONEADORA como aquéllos "salvadores desesperados" a los que "critican" desde su sitial de comodidad.

No hay ninguna diferencia de FONDO entre un psicópata bruto y otro que esconde su maldad persuadiendo con "afectos" a sus víctimas. De igual modo, en el campo del misticismo (y la lucha por el control social) podríamos distinguir dos clases generales de intolerantes: los embrutecidos que se cierran a la cruda realidad negando todo cuestionamiento, y los disimulados que pervierten consciencias ajenas con "cariñitos" y melindres huecos.

A ti te desafío públicamente, subjetivista crónico (a) y MENTIROSO (A) DE FELPA: toma conciencia de esa necesidad por apremiar "tu verdad" o "visión" chillonamente rosada. Y yendo un poco más allá, atrévete a mirar hacia ti mismo (a) y pregúntate si estás "despierto (a)", porque si juzgas con dobleces o exhortas a los demás a que asuman tu publicidad ñoña o "simpatiquera", seguramente estás más dormido (a) que muchos de ellos. NO depende de ti que cambien o experimenten una transformación espiritual, únicamente SOSLAYANDO los problemas evidentes en el trabajo teosófico. Todos terminaremos despertando, estés tú o no con tu siutiquería vomitiva, la cual tampoco es imprescindible para que otros abran los ojos.

"Por sus obras los conoceréis", dijo Alguien hace mucho tiempo, y esa máxima sigue vigente. TODO juicio o condena son válidos mientras sean fundamentados y apunten a evidencias. Por esto resulta tan raro -e inaceptable- que haya tantos "teósofo$" o "pensadores" de cartón que huyen permanentemente de discusiones reguladas que exijan un análisis de pruebas o declaraciones consistentes. Quizás con esa actitud creerán "honrar" la Teosofía de que tanto se "enorgullecen", como si dichos cursis prostituidos estuvieran "exentos" de desbalances.

A tu ego melindroso puede molestarle... pero si crees que en verdad estás "inspirando" a la gente siendo tan ridículamente estirado (a), obsérvate bien y replantéate el asunto, porque en realidad asumes un rol MUY CUESTIONABLE frente a los ciudadanos honestos que no necesitan "hacer teatro" para mendigar consideración.

"UN TIMADOR FINGE TOMARTE POR LO QUE ERES, A FIN DE TOMARTE POR LO QUE TIENES". Hay trabajos más útiles que sólo dedicarse al adormecimiento "espiritual" y pontificio. ¡Vaya una "resiliencia" ante la vida! ¡Y qué "sinceridad" para reconocer las "muletas del ego"!

Ahora bien, con lo anterior desembocamos en un segundo aspecto y no menos estresante: la subjetivación mafiosa de los valores éticos. Muchos autores de basural especulativo pasan buena parte de su vida sintiéndose "dueños" de la sapiencia que no poseen, practican ni predican, es decir, se creen expertos de todo y nada a la vez. Nada les preocupa, nada les sacude, nada les hace fruncir el ceño porque perdieron el norte ético por nutrir pendejadas ñoñas, como la Nueva Emocional-era acuariana. Todos los problemas o diferencias importantes o serios entre personas se reducen a "expectativas" o "anticipaciones irreales", y para esta gentuza "sólo tú, y tú, y tú y por siempre tú" eres "el/la único/a culpable de lo que te ofende o molesta" 
(sin comprobar si las 8 mil millones de almas tienen escrúpulos por sus actos, ya sea en compañía o a solas). Ahora comprendo por qué un dizque-teó$ofo como el aludido tiene que gastar su tiempo en Facebook lamiendo zapatos al género femenino cada vez que puede, haciéndose el "divertido" con degeneramientos pseudochistosos y lamentándose de su soltería con lirismos patéticos, sin siquiera añadir una pizca de originalidad. Lo peor de todo, es que el mencionado "macho alfa" -hasta el momento- es "moderador" en un grupo de la misma plataforma.

Estamos de acuerdo en que hay expectativas y expectativas. El problema surge cuando -como se esperaría de un un individuo "reflexivo" y con muchas décadas de estudio teosófico a su haber- se hacen generalizaciones estúpidas e innecesariamente polemicastras sólo por llamar la atención, en un absoluto espíritu de ocio e imbecilidad especulativa. Si según este payasito de eyaculación perpetua no habría distinciones entre "creencia/imaginación", "respeto por la verdad" y "hechos concretos", entonces respondo que mejor debiera cerrar más el pico y dejar de exponer sus llantinas volubles. Este hombre necesita emprender un gran trabajo para aclarar sus tinieblas, pues no le falta "inspiración" para soñar con la "pareja ideal", de que "el amor es compromiso espiritual", que "el amor representa una conexión profunda" y otros clichés idiotas, los que a todas luces no es capaz de aplicar a su "devoción" por la Teosofía auténtica, y ensalza en su lugar a personajes repulsivos dentro de la tendencia opuesta.

Al momento de aparecer la neo-Teosofía y sus mentiras comerciales, todos sus partícipes se creían auténticos por ofrecer supuestas "novedades", y así se empeñaron en suprimir la verdadera naturaleza de la Doctrina con una serie casi interminable de artificios. Con el paso de las décadas, crearon toda una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos del misticismo análogo, y de cómo debieran actuar los demás ante ello.

Todos sabemos que las novelas mendaces no tienen nada que ver con las probanzas reales y conocidas. Las personas también son "criaturas de inventario", y en este sentido los pseudoteósofos se han hecho diestros en coleccionar experiencias "agradables" de modo compulsivo, y las almacenan en su bagaje paroxista para explotaciones posteriores. Así, se esmeran en tachar de "negativa" toda vivencia que podría llevarles a un entendimiento más profundo, señalando asimismo que se ven "maltratados en su libre albedrío" cuando su "inventario" es expuesto a duros cuestionamientos.

Uno deduciría que cualquier pseudoteósofo-veleta como éste vive con un miedo permanente de que le escamoteen sus mentiras. Cuando conoce a legos en Teosofía, trata de comprobar si el nuevo acólito repetirá las mismas actitudes veraces ("conflictivas", según él) que le hirieron en algún instante, sobre todo al hacer la elección consciente de permanecer en el error. Se pone los lentes de esa experiencia y contempla así a personas y contextos nuevos. Como resultado, ese "arlequín" de fofería duplica y repite los mismos problemas y experiencias desfavorables a su "criterio" insulso.

Después, el inventario negativo sigue creciendo, y en realidad estorba más el trabajo de difusión de este individuo descomprometido. No le permite ser genuinamente feliz, pues no quiere habérselas con su conciencia, y a medida que avanzan los años se torna más "suavecito" al percatarse de que el tiempo no le alcanza para remediar los pasados pringapiés; no por algo un miembro londinense de la L.U.T. me comentaba por Skype en febrero de 2021 que "hay viejos mentirosos que se ponen más tiernos conforme se aproxima su muerte". Si no, pregunten al coronel Olcott cuando al final de su vida admitió haber hecho daño a William Judge...

Entonces, y siguiendo con el futuro de este chupamedias y pseudo-poeta, la lista que rellena con frases vacías se le hace tan grande, que se vuelve incapaz de diferenciar entre lo correcto e incorrecto. Una y otra vez saca a relucir axiomas huecos y extra-chatos ante cualquier circunstancia, reforzando su ausencia de compromiso. Una de sus mayores fuentes de "ofensas dogmáticas" se produce cuando le impiden desplegar su primitivismo emocional y "guiar la vida" de otros, claro está, siempre bajo el esquema ultrasubjetivista. Cuando un tercero le expone su estupidez y se niega a admitir los hechos, se crea y suprime resentimientos por partida doble: a) se siente "ofendido" porque el otro no hizo lo que pretendía inculcar, y b) la persona-aprendiz también se siente engañada o confundida. Y por eso la neo-Teosofía y el negociado de las religiones son un círculo vicioso. Todos tienen el derecho divino de comandar y encauzar sus existencias como pueden, pero nuestro dizque-teósofo embustero no aprende de sus errores por decidir estar ciego a la realidad de cómo se desvirtuó la enseñanza de los Maestros. "¡Déjenme ser!", dice lloriqueando en el suelo, "¡no le pertenezco a nadie!" Y el público expectante que conoce la verdadera historia corea "lambeo-jos, lambeo-jos...".

[Y hazle también un favor a tu dignidad, que dudo mucho la tengas. Nadie sugiere desde aquí que te hagas más hipócrita de lo que ya demuestras, pero si quieres refregar "sincerofilia" en tus "amigos" con fayanquitas ambivalentes de rencor y lujuria, más te valdría utilizarla con fines más nobles y prácticos, y no para devenir "famoso" con tus sharlas y "ocurrencias". Deja las posiciones del Kamasutra con tus compadres de lenocinio o la intimidad, saco de huevos y sinvergüenza]. 

El "protagonista" en cuestión debiera comprender que:

a) La verdad o el juicio castigador no ofenden ni hieren por sí sólos, sino los entendimientos y aspiraciones turbios de aquél, sus ideas distorsionadas de "cómo debiera ser la Teosofía", productos de máscaras que aprendió a ponerse desde el primer momento en que juró trabajar para servir a lo falso, y debiera reconocer que la mayoría de gente no quiere embustes y muchos simplemente no van a cuadrarse con sus tratativas de manipulación.

b) Si arma tanto berrinche con aquello de "lo subjetivo", por último -y si se considera un "teósofo" verdadero- debe presentar todas las aristas del desarrollo histórico del Movimiento, dejando que las audiencias analicen el tema y lleguen a una decisión informada, y no sólo imponiendo todo el tiempo caprichos o brutalidades conceptuales que, como la propia Blavatsky advirtió, no son obstáculos menores entre la humanidad y los Maestros, y por lo cual tendrá que responder por un karma gravísimo (¿o me equivoco, estimado Don Juan Tenorio?, por algo se siente tan solito, ¿no?).

c) La Teosofía prístina le pertenece a todo el mundo, y no es ético que una organización moribunda, mediocre y proxeneta de violadores infantiles como la Sociedad homónima se apodere de la Doctrina para filtrarla de acuerdo con los "gustos incuestionables, puros e inmaculados" de sus principales exponentes; así, ellos no forman parte verdadera del flujo evolutivo natural, y más bien lo estancan con aguas sucias de conocimiento inútil.

d) Pensar u observar más y en profundidad no ha matado a nadie, ni tampoco quemará tus apreciadas neuronas de desatino, ni hará que tus emociones queden "en el olvido". Así como andas pavoneándote con el meme de que "la obsesión puede canalizarse en disciplina, tu ira en determinación y el miedo en prudencia", ¿por qué eres tan cobarde y poca cosa para no defender lo que es correcto? Piénsalo: sería una buena oportunidad de usar mejor y a tiempo tu líbido chabacana, porque cuando menos lo esperes, tu "conciencia" de PRÍAPO SUBJETIVISTA y URDIDOR te jugará muy malas cartas... a menos que ya estés acostumbrado a eso y no tengas cura. ¿Cómo se las arreglará para seguir "jugando al balero", digo yo?


PARTE 2: A un psicolo-superficial y optimista tóxico con anteojeras en Facebook

Una de las grandes tareas de un profesional SERIO en salud mental (no alguien que depende de sensualidades baladíes para sentirse "armonizado") es la de trascender el ego animal y dar ejemplo de coherencia, pero hay quienes pretenden "aceptar", "reconocer" o "integrar" ese componente creando pleitos nimios contra adversarios políticos en su disciplina, bajo un ridículo traje de "respeto" y "tolerancia", e ignorando por completo que eso ES fomentar polaridades innecesarias y artificiales para proteger el comercio médico deshonesto y la fama personal. Según estos "especialistas", el sólo hecho de fingir "aceptación" ante el público los hace "maestros" en el arte de "liberar apegos" para que "lo demás se dé solo".

Por ende, ellos no hacen consciente a dicha voluntad animalizada. Y cuando creen que "le han sacado la ficha", se transforma en una de sus versiones más peligrosas y fabulistas, el "ego espiritual", que tiene su complemento cercano en el mundo politilunático como "ego moral": yo y los míos somos buenos (o preferibles), tú y los tuyos son los malos o confusos.

Dicho ego espiritual es representado justamente por aquéllos que se llenan la jeta hablando de "amor", pero en sus actos y posteos alarmistas o parciales demuestran todo lo contrario. Se trata de un afecto muy selectivo hacia todo el que piensa igual y reafirma su pedantería "tolerante" o condicionamiento psicosocial hecho a propósito.

No hay nadie tan poco confiable como un mistinefario que encubre su animalización convencionalista mediante discursos de utilitarismo emocional, al constituir el tipo más engañoso de todos. Podría identificarse más fácilmente a megalómanos, narcisos o paranoicos, pero lleva cierto tiempo detectar al llorica "anti-límites" pues suele presentar esas mismas características, incluso más refinadas.

Hasta ese momento, centrará sus conatos en sumar adeptos y seguidores para su teatro comercial de afectación, que bajo capas de libretos "amorosos" esconde víboras en ciernes de miedo, inseguridad o encono. Lo peor de todo es que la mayor parte del tiempo ese medicastro de locos ni siquiera asume su patología de "dualismo amable" (de nuevo, odio hipócrita y repletador de billeteras), y cayendo en los fangos más espesos de la proyección.

La clave para advertir a esos buitres-pastores de medianía es desconfiar SIEMPRE de sus arengas emocionales, y sobre todo los que ensalzan el individuali$mo/colectivi$mo (haciéndolos pasar como "reivindicaciones" espiritualoides/cientifistas, a pesar del karma criminal de muerte, exterminio, saqueo y magia negra que llevan a su espalda) en forma simplista, reduccional y maniquea, que ponen "lo benéfico" de un lado y los "deterioros" en otro. De esta forma, su "infalibilidad de pensamiento" se esmera en dividir y no integrar.

Una regla básica en psicología señala que quien está en conflicto INSIDIOSO con alguien o algo, es porque en realidad tiene un desequilibrio consigo mismo, y el capitán SIEMPRE es su animal interno con aires de "raciocinio" y "acogida", por más que se cubra con túnicas de paz, amor, inclusión o cuanta causa "noble" elija para abanderarse. Es curioso que el propio Gandhi reconociera a la cobardía ética como el motivo más innoble en la vida, sentenciando, por ejemplo: "Creo que cuando existe sólo una opción entre falta de coraje y violencia, aconsejaría ésta última" (The Collected Works of Mahatma Gandhi, XVIII, 1965, p. 132).

El juicio duro y penalizador tiene la virtud de develar a los psicotruhanes que difuminan límites valóricos, creyéndose especiales y desechando todo problema grave que no les permita elegir "soluciones hermosas", en permanentes ascuas con su conciencia. Y "humanos" así jamás traerán la paz ni el amor que simulan para mantener su comercio ideológico.

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"La luz sería incomprensible sin la oscuridad, que por medio del contraste la saca a relucir. El bien no sería bien sin el mal que pone de manifiesto la naturaleza invaluable del primero. La virtud personal no podría reclamar ningún mérito si no ha pasado por la llama de la tentación. Nada es eterno ni fijo, excepto la deidad escondida [en el ser humano]. Nada de lo finito puede quedar estacionario, porque tuvo un principio y deberá tener un fin. Debe progresar o retroceder; y un alma sedienta de reunirse con su espíritu, el único que le otorga la inmortalidad, debe purificarse a través de transmigraciones cíclicas, hacia la única tierra de la beatitud y del descanso eterno"
(Helena Blavatsky, "La Clave de la Teosofía").

Aquila in Terris

13 de agosto de 2023

La asquerosa "compa$ión" neoerista: "sí, pero no; no, pero sí"


"A menudo, la mojigatería es sólo modestia exagerada: su hábito es multiplicar el número de centinelas a medida que su fortaleza se ve en menos peligro"
(George Dennison).

El crecimiento espiritual, cuando es abordado seriamente, está lejos de ser un recorrido "fascinante" en palabras de muchos autores algodonescos y buenistas. Por ejemplo, la psicología junguiana ya advertía sobre la necesidad de abandonar el "imaginario de luz" para enfrentar nuestras creencias obsoletas, perspectivas erróneas o cargas emocionales sin fundamento realista, y de allí pasar idealmente a la manutención del "jardín interno" con sus brotes graduales de experiencia útil, apaciguamiento productivo y, sobre todo, integridad ética. Sin embargo y como sucede con todo trabajo a nivel personal, ese paisaje idílico puede llegar a ser invadido por malezas, plagas y otras formas corruptoras que plantean graves amenazas a este progreso.

En años recientes, ha emergido una lechigada de mal denominados "referentes" o "pensadores espirituales", cuyos sutiles manoseos se centran en prejuiciar como "egoísta" toda iniciativa de exponer el lado oscuro de la existencia con objetivos pedagógicos y despertar psicológico firme. Aún cuando dichos personajoides acostumbran ensalzar el "rol crucial" o "positivo" de sus egos infames para "ayudarles a cumplir un propósito de vida", compartiendo "dones o talentos únicos" y "trabajando mucho en su karma individual", sus dilogías humorísticas los dejan en evidencia al identificarse en exceso con emociones o ideas baratas, sin ser capaces de evaluar honestamente su nivel buscado y encontrado de separatividad respecto al medioambiente; incluso, culpabilizan a los críticos racionales de "sufrimiento/insatisfacción no asumidos" al momento de recibir opugnaciones veraces.

Sin ir más lejos, la incipiente moda en "economística" moderna ha sido bautizada como "evitar las trampas del ego", revolviendo múltiples ideas contendientes y prescindibles. Quienes así yerran están llevados por manías comerciales de "jamás quedar mal con alguien", e intentan cubrir sus vergüenzas asegurando "comprender" que defectos como la vanidad, el orgullo mal entendido o el narcisismo son obstáculos para el despliegue de facultades espirituales. Desde su sitial neoerista de "borronismo limítrofe", creen revestirse de mucha "tolerancia" probando "sabores" nuevos aquí y allá, tanto mejor cuanto más fuerte sea el clímax de patetismo que consigan, y a partir de esa esclavitud sensorial atacan la prioridad que algunos promovemos de dar más importancia temporal al intelecto.

Es obvio y hasta innecesario señalar que el conocimiento teórico en asuntos religiosos por sí sólo no ayuda a prevenirnos de caer en comportamientos friccionales, por cuanto es menester aplicar también un grado de práctica. No obstante, el principal escollo que ignoran estos nuevos "filocoprófagos" es la utopía persistente de hacer encajar cubos de "recetas" en hoyos redondos de problemas éticos que se repiten y agravan generación tras generación. Por esto, el "ego" que tanto reprenden en sus obras desechables les viene como anillo al dedo, pues se notan muy arrellanados en sus falsos juicios o dogmas antojadizos, aparte de creerse superiores moralmente por dispensar sermones quietista$ y aburridos a granel.

En síntesis, lo que menos exhiben esos urdidores es el interés robusto en una "verdadera evolución" con "humildad" fabulista, "autenticidad" camaleónica y "compasión" calculada hacia sí mismos y otros, dejando sus sombras e imperfecciones intocables u ocultas para resguardo de maquinaciones roñosas. Como se aborda en otras partes del blog, es sencillamente de inocentones pretender que en el mundo actual hay o exista "equilibrio" suficiente entre ideales y hechos para ejercer conmiseración o actos fraternales con la asiduidad que muchos quisiéramos. Así, y frente a las consabidas críticas que destronan cada vez más la alcahuetería del "happierismo churrigueresco", ahora el motivo es tratar de hacernos "tragar la azufaifa" de que "los enemigos están sólo en nuestra mente" y otros axiomas rufianes derivados.

Además, los criminales de conciencia en la New Age gustan muchísimo de repetir que "la espiritualidad es una vivencia completamente personal", "no puede comprenderse con ideas limitadas" y "está ajena a creencias estáticas", dejando claras sus alusiones gallináceas a las advertencias en Teosofía Original de no experimentar con energías o potencialidades esotéricas, sin antes pasar por el valle de lágrimas que exige el merecimiento pleno de su posesión. ¡Probablemente también estén a favor de poner un primate a cargo de una central nuclear! Por ello, esos carroñeros pecuniarios exigen a sus clientelas "liberarse de las ataduras de la mente" y "abrirse a experiencias" que van más allá de lo intelectual, nuevamente, con el objetivo inequívoco de reducir cuestionamientos que puedan exponerlos a condenas mediáticas.

Entre esta fauna novel de "instructores" y "vindicadores de ultrasubjetividad" hay algunos que elaboran discursos chaqueteros con nociones repetitivas y "ajustadas a los tiempos" como: a) enfatizar la importancia de "no relegar las sombras internas y la falta de autoaceptación"; b) no "transferir responsabilidades" que "atenten contra una toma prudente de decisiones"; c) no "enfocarse en teorías o dogmas" (en su afán de evitar ser blanco de dudas), y d) no incurrir en "ilusiones de superioridad", u otros detalles vinculados.

Si bien en los medios podemos apreciar un cierto avance general contra la pestilencia en franca retirada de los optimistichungos, las "sugerencias" de dicha lista no pasan de ser muestras desesperadas por captar más atención en el mercado. Seguidamente, veremos contrarrespuestas a algunos ataques indirectos contras las labores denunciadoras en Teosofía y sus admoniciones relativas a peligros en la práctica ocultista.


01. ¿"Superioridad moral" o majestuosa sinvergüencería?

De acuerdo con los perritos falderos del neoerismo, la "superioridad espiritual" se manifiesta cuando alguien se considera "más consciente" o "por encima" de otros que no se hallan en el mismo sendero religioso, o tratándoles con desprecio por "no compartir iguales perspectivas". En realidad, lo que quieren decir es "somos mejores que los demás porque tenemos mayor habilidad para engañar y satisfacer nuestra codicia con el misticismo, y todo aquél que represente oposiciones debe ser apartado"; de aquí su rechazo a ser vistos como "dormido$", "ciegos morale$" u "oveja$" de la sociedad, pues buscan a toda costa fomentar su hipocresía diabólica o bi-tendenciosa. De esta forma, debemos recordar siempre que no todos los humanos recorren el camino espiritual y tampoco evidencian el mismo grado de consciencia, ni "hacen lo mejor que pueden con sus conocimientos", si es que tienen fundamento sólido. El cultivo de comprensión y paciencia jamás se reserva para malhechores y crapulosos vitalicios sin interés en crecer ni despertar, o justifican permanentemente su prostitución psíquica con vulgaridades "respetables" y antifilosóficas como la Nueva Era u otros "credo-nientes" organizativos. En un contexto así, se pierde todo esfuerzo de crecimiento basado en la humildad y el respeto mutuo. Sería bueno que, si los truhanes anti-Teosofía dicen expresar tanta "tolerancia" con las tradiciones religiosas, nos disertaran acerca del significado oculto del "Juicio Final" como se presenta en varias obras canónicas, y si eso no constituye una diferenciación rotunda entre "responsables" e "irresponsables" en evolución espiritual.


02. ¿"Forzando a otros para que despierten"?

Este fraude conceptual bien puede aplicarse a fenómenos como la consparanoia, el aborrecimiento partidista o las visibles manipulaciones en el ámbito científico, todas ellas destinadas a generar un pretendido "abrir de ojos" según el tipo de destinatarios, pero procurando que las masa$ emerjan de un hoyo para caer en otro. Las observaciones críticas y duras contra estas plagas son más necesarias que nunca, independiente de la situación de los cómplices y el método con que respaldan esas formas de criminalidad. Al repetir como loros aquello de "cada individuo tiene su proceso y tiempo para darse cuenta"; "cada uno presenta niveles distintos de crecimiento"; que "cada quien se preocupe de sí mismo", etc., esos neoeristas sólo hacen el papel de tontos útiles al exagerar la bondad, o peor aún, el "amor incondicional", cuales habitantes del País de las Maravillas que no conocen de desarmonías ni actitudes mojigatas.

Téngase en cuenta, además, que si alguien evita siempre leer o escuchar filípicas o comentarios adversos sobre males humanos, seguramente a futuro deberá padecer las consecuencias de su inmadurez, por lo cual no es suficiente con creer a rajatabla que "el simple acto de vivir nuestros valores servirá de inspiración a otros para que despierten" (el adjetivo en cursivas de por sí es muy engañoso, pues la ética sí se relaciona con la psicología científica -ajena a dulzonerías- y concierne a toda nuestra especie). Lo real y normal en la vida es que todos tenemos y tendremos amigos o enemigos, y de esta suerte debiéramos cuestionarnos qué tipo de allegados u oponentes nos rodean, y por qué los ganamos como tales: si estábamos guiados por un mero oportuni$mo de mojiganga sociopática, o realmente peleamos por defender principios UNIVERSALES. Pareciera ser que a muchos forofos del "esoteri$mo a la carta" les da igual recibir un manotazo en el rostro como advertencia, o una buena patada de burro que les fracture la cadera por molestar al animal. ¡Vaya adicción masoquista y dechado de "salud mental"!

Igualmente, se sugiere adoptar precauciones psicológicas en la mencionada trifulca materialiboba entre el "pensamiento positivo" y sus detracciones, que respectivamente atañen a maniobras comunicacionales desde antros de individuali$mo y colectivi$mo, para hoy colmados de vicios y cretinismo fanatista. Al considerar esto, no se entiende por qué estos flamantes "espirituales" señalan que "la libertad y justicia no se logran con sólo cambiar el marco externo" (de nuevo, idolatrando conceptos vinagres de izquierda/derecha con cierto grado de insistencia), demostrando sin ninguna duda el "compromiso inquebrantable" de "no identificarse con las artimañas o trampas del ego". Si ellos propician tan escandalosamente "ser uno mismo el cambio que queremos ver en el mundo", sumando el hecho ineludible de que no toda la humanidad vive de manera balanceada, entonces ¿por qué minimizar el dolor valioso de una crítica que sólo duele a los mangoneadores inmundos y sus serviles adherentes? Porque éstos se nutren vampirizando ira, caos y división para mantenerse en pie y prosperar, eternizando la dinámica que mantiene atrapada a mucha gente en un ciclo de conflictos redomados.


03. ¿"Autovictimización" en críticas antimaterialistas?

El apartado previo nos lleva a ponderar los reclamos casquivanos de "victimización" referente al proceso de "alborada" espiritual. La nauseabunda ideologización en ese tópico representa un sector de holgura personal diseñado para reducir nuestra sensibilidad a muchos enrevesamientos terrenales e innecesarios. Si los neoestúpidos de esa calaña promueven obsesivamente la "autorresponsabilidad" o el "deber colectivo", más les valdría que salieran de su calabozo psíquico y empiecen a escudriñar bajo la superficie, si en realidad están dispuestos a dejar de etiquetarse como "víctimas" o "victimarios". Según esto, es perspicuo que la fase de "amanecer" místico experimentado los dejó muy "vulnerables" en alguna etapa del recorrido, pero prefirieron arrimarse a la ansiedad y paranoia a sueldo, lo cual es más notorio en RR.SS. donde apreciamos la "fiesta lastimera" entre los novicios del camino espiritual. En consecuencia, todo el tiempo una gran mayoría de newagers o gentuza de otras sectas son el ejemplo patente de que el sufrimiento que asestan sí puede ser intencional y estar dirigido a otras personas, o amoldado a determinadas situaciones, por lo que debieran eliminar cuanto antes esos pensamientos y perspectivas, asumiendo la madurez que implica transformar dolorosamente sus creencias o enfoques, recuperando el poder sobre sus vidas y evitar el "masoquismo admirable" de sentirse "impotentes" o "presas del otro bando". Claramente, estos modelitos tienen mucha consciencia de su crecimiento personal, y grandes dosis de autocompasión con tal de crear más "serenidad" imparcial en sus relaciones.


04. ¿"Dogmatización" del ocultismo serio?

Aquí tenemos otro conato idioterista de mezcla entre certezas y falsedades. Para sus compinches, ya no bastan las denuncias por abusos de poder en grupos religiosos, los casos clínicos de demencia por experimentar atolondradamente con procedimientos mágicos o "comunicaciones" nigrománticas, las alteraciones de personalidad o somáticas por causa de jugar con la Kundalini o el "tercer ojo", o incluso los alicientes suicidas inspirados por "hermanos del Cosmos" en la década '90 o a comienzos de los 2000. El éxtasis por el "trascendentalismo" puede ser tan poderoso que no pocos arrogantignorantes quieren prolongarlo, se resisten a volver a la realidad cotidiana y se adhieren a historias y creencias de hechura propia para "comprender" o "controlar" la experiencia.

Helena Blavatsky escribió que "la verdad a medias es hermana de la mentira". ¿Es "casual" entonces que la "espiritualidad" moderna e idiotizada por politicastros facilite el libertinaje de conceptos en áreas que realmente merecen profunda reflexión y disciplina imparcial? Cuando alguien se aferra obstinadamente al facilismo, corre el serio peligro de volverse tanto o más rígido y ridículamente hipersensible como aquéllos que denigra en calidad de "estrechos" o "aguafiestas"; en otras palabras, los dogmatismos de la "sensación" y "ortodoxia" son igualmente asquerosos y reprensibles. En este sentido, el lugar común de la "aceptación plena" no contribuye a abrir espacios para el crecimiento místico genuino; más bien, sus seguidores estimulan una relajación insidiosa de principios éticos bajo el capricho de "establecer conexiones pacíficas con el momento presente", a través de lo que llaman el "abandono de expectativas" o "interpretaciones limitantes". Y aunque no lo reconozcan, sí se han tornado dependientes de ídolos o técnicas "ocultistas" que limitan sus posibilidades de forjar una libertad responsable.

Si a usted le preguntan "¿hizo tal o cual cosa?", la respuesta será sólo "sí" o "no", más algunas aclaratorias que desee elaborar. Pues bien, la tendencia de ciertos "e$oteristas" fóbicos al autodominio es aplicar ambigüedad maléfica a todo lo que cae en sus manos sucias, y su contestación sería más o menos: "Sí, pero ¿sabe?, realmente me desdoblé y no recuerdo si hice esto o lo otro; estaba aquí y allá al mismo tiempo, ¿me entiende? Escuché una voz interior y maravillosa que me decía 'hazlo, hazlo', pero me dio yuyo y terminé haciendo lo otro, pero de verdad mis intenciones eran realizar otra cosa, en el mismo sentido y de modo contrario...". Honestamente, ¿cuántos de quienes leen esto aceptarían embustes en su búsqueda de sentido vital? ¿Millones? ¿Unos pocos? Lo que está claro es que lo agradable no siempre resulta beneficioso, y termina por generar costumbres denigrantes en función del empeño y las motivaciones invertidos en el proceso. Y en vista de que los engaños floreados tienen más prensa que las verdades amargas pero seguras, a buena fe tendrían que corregirse muchas estadísticas mundiales en psicología/psiquiatría respecto al autosadismo y los trastornos de infantilización en la edad adulta.

De conformidad con lo ya expuesto, el corolario es que definitivamente la indu$tria Nueva Era y sus filiales aún están muy necesitadas de coherencia y dignidad, pues al fin y al cabo sí eluden los efectos inmediatos o colaterales de no relegar los demonios internos y muestran carencia de autoaceptación, no evitan traspasar obligaciones y adoptan dictámenes en base a prejuicios enlatados, sí tienen predilección por el $ubjetivismo extremo, e incitan espejismos frecuentes de preeminencia. A ese movimiento de "apertura ilimitada" bien podría llamarse el "reality-show" de la espiritualidad contemporánea, donde todos los exhibicionistas supervivientes pelean o se amigan con todos, todos se acuestan con todos y fingen delante del resto. Y lo más gracioso del tema es que, a pesar de los consabidos libretos de mentira, saltan muchas liebres meapilas alegando "respeto" o "comprensión" cuando surge una polémica morbosa, que perfectamente podría superarse con sólo gramos de análisis radicalmente cristalino.

Aquila in Terris

24 de julio de 2023

¿"Sólo un sabio puede criticar"?: exponiendo a los idólatras y descarados

"No podrá haber paz hasta que ellos no renuncien a su dios Conejo, 
en favor de nuestro dios Pato".
(Cortesía de CartoonStock, viñeta por Paul Noth, todos los derechos reservados).

La expresión entre comillas y contenida en el título es etiquetada en varios casos como "falacia de autoridad", esto es, basar un argumento o proposición en el prestigio de "alguien" que la sustenta. En este marco, la certidumbre no depende del individuo que realiza el aserto, sino del uso de razonamientos incorrectos (y carentes de evidencia) para persuadir a oyentes o lectores, y respaldar así una supuesta "verdad".

Como rasgos generales, dicha táctica comporta improcedencia cuando el referente citado no demuestra expertiz en el tema tratado, e inexactitud si no hay atribuciones verdaderas en la autoridad mencionada, además de irrelevancia y carestía de fundamentos. No obstante, en ocasiones muy concretas sí es cuerdo aceptar considerandos autoritativos, siempre que un experto o institución acreditados en temáticas determinadas apoyen posturas remitiéndose a razonamientos estrictos, análisis estadísticos u otras fuentes. Dicho de otro modo, cuando es humanamente imposible comprobar toda la información que procesamos en algún momento, esos planteamientos son aceptables cuando se juzga lógico confiar en el emisor, y no haga falta examinarlos por nuestra cuenta.

Al efecto de mixtificar estos parámetros, en el mundo de la "e$pirtualidad" actual no han faltado -y siguen habiendo- perendecos descerebrados o zelotes dañinos que en muchas instancias son asalariados para repartir distorsiones cognitivas. Lamentablemente el Movimiento Teosófico no está ajeno a esa problemática, pues los "intocables amos ideológicos" continúan haciendo mella en catervas de "estudiantes" sumisos con tal de impedirles abandonar el fingimiento misticón en sus sitios electrónicos despreciables.

La controversia se genera por interpretaciones caprichosas del Capítulo VI en el Dhammapada ("El Sabio"), que dice lo siguiente conforme a traducciones directas o modélicas del Canon Pali (levemente reformuladas aquí):

"Como un tesoro escondido
que aquí un enseñante te mostró;
así es el sabio que reprendió.
Asóciate con alguien así.
Con él, el tiempo de vínculo
resulta bueno y nunca malo.

El que reprende y aconseja,
e impide conversaciones groseras,
ése por el consciente es amado,
y odiado por el inconsciente.

No te asocies
con amigos desviados.
No te juntes
con amigos malvados.
Busca la compañía
de amigos admirables,
y frecuenta a las mejores personas".

Hablando en particular sobre el consumo de carne animal, William Judge observó que en determinadas fases de evolución humana es inevitable generar daños con tal que la vida se sostenga a sí misma, y por ello no es aconsejable ceñirse a la estrechez mental que condena o exagera sin fundamentos la alimentación vegetariana. De igual modo, y en el contexto de este artículo, puede señalarse que la crítica pungente y sin contemplaciones tampoco es ineludible cuando se trata de combatir malas influencias psicológicas, o propensidades narciso-estercofílicas, cuyo fin sea reprimir cuestionamientos honestos. De acuerdo con los fari$eos contemporáneos, ni siquiera sería recomendable criticar agrupaciones con malos rasgos, con lo cual exponen indudablemente su podredumbre absolutista e incomodidad fútil, olvidando el simple hecho de que "si el sombrero te sirve, póntelo, y lárgate a otra parte si no estás conforme".

Cito como primer ejemplo la vivencia del familiar de un amigo, el cual durante su niñez recibió poca o nula disciplina paterno-materna respecto a la higiene bucal. Los padres negligentes, creyendo ser muy "amorosos" con el retoño, le estimulaban casi rogando que se lavara los dientes en forma apropiada, a lo que éste último respondía con procrastinaciones o aseándose en mala manera. Pasó el tiempo, y en la veintena aquél ya comenzó con síntomas de gingivitis, para diez años más tarde perder casi el 40% de su dentadura. Hoy y como resultado de esta "amorosa inobservancia", el sujeto arriesga la extracción del tracto digestivo e incluso su estómago, pues los médicos comprobaron que las bacterias bucales adquirieron mucho avance y se trasladaron a esas zonas, por lo que el paciente deberá alimentarse eventualmente con sonda por el resto de su vida.

La segunda ilustración de contraste apunta a que en internet no es difícil encontrar reflexiones o testimonios de personas decentes que cuando niños padecieron golpes o castigos merecidos (como último recurso), y en la actualidad no necesitan echar mano de comportamientos antisociales, y menos aún aventar lloriqueos o amarguras que sirven perfectamente a los intereses de "especialista$" adormecedores de neuronas. Casualmente, esta "nueva" y "aceptable" costumbre es fomentada por muchos hipocriconformista$ del ámbito teosófico o religioso moderno (mejor dicho, aparatosos de "misericordia", como si la tuvieran a raudales en sus vidas mendaces y anfibias) incapaces de controlar su sensualidad o emociones (o únicamente lo hacen para pretender "simpatía") y discontinúan el examen propio con tal de ejercer atención plena; en lugar de eso, "trabajan" bastante para autoengañarse con sinvergüencerías y causando perjuicios directos o colaterales a través de sus maquinaciones en pos de la querida "adaptabilidad".

Esta tropa de aterciopelados o "fificito$" debería saber que, en el Sigalovada Sutta (Digha Nikaya iii, 180), Buda describe cuatro tipos de amigos buenos: el que ayuda en tiempos de necesidad, los fieles en épocas adversas o prósperas, quienes nos protegen o advierten del mal, y los que se alegran de nuestro progreso. Igualmente denuncia cuatro malas amistades: las que buscan aprovecharse de uno, las "ayudadoras" sólo en palabra, quienes aprueban tanto lo bueno como lo malo en uno, y los tentadores a acciones inmorales. De esto se deduce que un "sabio" es todo individuo que ha desarrollado discernimiento y virtudes hasta cierto punto, y no exclusivamente alguien "perfeccionado" que defeca orquídeas o transpira esencia de rosas.

El sentimentali$mo tergiversador de doctrinas -revestido con una falsa espiritualidad- es frecuente entre los cínicos y titeristas malenseñados que buscan placeres o sensaciones fuertes en su cotidianidad hueca, tautológica y veleidosa, demostrada con su adicción a la belleza sintética o autocomparaciones enfermizas con personajes públicos e influenciadores psitáscidos en RR.SS. Para tributar el mal sistémico, escogen confundir a propósito el idealismo/contexto soñado (que no existe en el infierno social corriente de chispas edénicas) con la realidad que evitan; por ende, su paroxismo dogmatista e incongruente para "no aplicar crítica disciplinadora" ni siquiera representa una metamorfosis emocional saludable, sino directamente un llamamiento a suprimir las alertas de conciencia o los sentimientos correctos asociados, y con ello también controlar o desdeñar la capacidad crítica en cualquier persona.

Hay una buena cantidad de desatinados a quienes sinceramente les falta calle, y todavía tienen la imbecilidad grotesca de elaborar "consejos" que por remate no los deja bien parados en su estatus de "estudiantes esotéricos" con un mínimo de ingenio y sentido realista. Inclusive tenemos "pupilos" ejemplares anquilosados en la falacia de "no hacer guerra hacia las personas, sino contra los errores". Esto es francamente ridículo y retrógrado por decir lo menos, pues los equívocos transformados en malos hábitos no salen "de la nada" o un "vacío absoluto e insondable"; son practicados gozosamente por legiones de individuos, a su vez engendradas por sistemas "éticos" ahora pervertidos por conservalcornoque$ y progreidiota$ (muy adaptaditos ellos al coro de la muchedumbre aparentando "servicio al prójimo"... ¡y cómo podría ser de otro modo, si de ésta depende su riqueza impropia!).

Por otra parte, tenemos a no pocos gargaristas de baja estofa con el discurso de la "acción mundana" como "reprimenda" al carácter más reservado, crítico u observador de algunos teósofos o seguidores de otros credos. Hay muchas formas de ser útil que no implican necesariamente "salir de cuatro paredes"; en efecto, esos mismos que gustan citar a filósofos clásicos pasan por alto que la obra imperecedera de aquéllos se realizó en momentos de soledad y profunda cogitación, junto con una perspicacia infrecuente en su tiempo que les permitió detectar vicios y conductas de doble moral, a las que no dudaron en exponer, tal y como hacen en la actualidad esos hipócritas de felpa. Por esto, es imperioso cuidarse de su pestilencia fanatista, al adjudicarse "la última palabra" y sin siquiera mostrar la DECENCIA de evaluar sus declaraciones o afanes copistas en su mediocridad "anti-crítica" o "pro-infalibilidad" para ciertos personajes influyentes.

Ahora bien, ¿dónde está esa persona "sabia" en los ejércitos de subdesarrollados derelictos en la (ultra) izquierda/(ultra) derecha, que "nunca protesta por nada", "no tiene enemigos" o "daría su vida" por sacrificar su ideario al concepto de Ética Universal? ¿Existe realmente alguien que sea tan "perfecto" y "santo" que no tenga oponentes en ninguna parte, ni los vea como tales? Los mayores enemigos de la Humanidad, precisamente, son todos quienes impiden o minimizan la expresión directa y sin filtros de lo que muchos medrosos y anuentes no se atreven a decir, ya sea para no desprenderse de privilegios "ganados" con el trabajo de otros, o cualquier guirnalda psicológica que aviente "disimuladamente" su faceta más animalizada. Esta clase de ogrodontes se halla por doquier, pero muy especialmente en religión, ciencia y filosofía, por si algunas "criaturita$ de dos ambientes" no se han percatado, y como sucede hasta hoy, no están proclives a reconocerlo y se convierten en cómplices intencionales de dicha desarmonía.

Sería muy llamativo ver cómo se las arreglan esos "aspirantes a chelas" y comodones de letra muerta en una situación de catástrofe natural o antropogénica, cuando ya no dispongan de su confortabilidad, tarjetas de crédito, favores especiales, celebridad ni ningún medio asequible, y deban permanecer en comunidad para sobrevivir (retrocediendo más o menos entre 500 y 1000 años, si hacemos el inventario de privaciones factibles) e incluso repeliendo intentos de criminalidad o intrigas planeadas/favorecidas por la desesperación o malicia de otros en medio de ese apocalipsis. A ver si en su "santidad" no serían capaces de matar a alguien para impedir daños mayores, o "inmolarse" como el conejo de la historia budista que se lanzó a una hoguera para alimentar al Despierto. Con semejante tragantona irrefrenable por la palabra impresa, ¡no cabe ninguna duda de que así será!

En consecuencia, ¿qué "revelación especial" detentan ellos para insinuar que "sólo un esoterista excelso tiene facultades para criticar, y no un ciudadano común y decente"? ¿Se alteraría tan caóticamente el significado de sus citaciones teosóficas/budistas inapropiadas, o peor aún, sacadas de contexto? Si no pueden demostrarlo, o emplean otras ideas para desviar la atención ex profeso, quedará en evidencia su emocionalidad mocosa por adaptar la grafía somera de determinados autores a empeños podridamente sectarios y personales.

Usted tiene TODO el derecho de amonestar (crudamente o con indulgencia merecida, según corresponda) vicios o procederes en los que NO incurre -o NO tiene parte objetiva de culpa-, si NO cae en el prostioportuni$mo, NO ampara ni emblandece actos de corrupción o "modas" degenerativas, y NO achaca responsabilidades sólo al "equipo del frente", siempre que esté comprometido (a) de facto a no seguir esos caminos por convicciones firmes (1). En el presente contexto "social", no hay nadie tan "sabio" que no tenga algo que aprender, ni nadie tan "humilde" que no ofrezca una enseñanza. Quienes traten de lavaros el cerebro una y otra vez con eso de que la "crítica es monopolio de algunos" son sólo dogmáticos y dementes abominables que no analizan sus existencias paupérrimas (saludos especiales a los fanaticones "New Age"), y si en realidad estuvieran "tan ansiosos por dar ejemplo", entonces que se vayan del sistema, RENUNCIEN A TODO y vivan encerrados en grutas o monasterios. Ah, veo que no les anima la recomendación, ¿pero tampoco quieren COHERENCIA?

[(1) Sobre esto, y toda vez que sea pertinente, el administrador del sitio no tiene problemas para demostrar su condición por vía jurídica, a tenor de lo establecido en la página "Contacto"].     

Déjense de esquizotipias. No continuemos dando atención ni empatía a hipócrita$ desahuciados/publicicastro$ que no pierden pan ni pedazo y subjetivizan conceptos, casándolos con partidismos roñosos, inútiles y fracasados a perpetuidad, con las "medias tintas" que la propia Blavatsky habría rechazado con energía y adustez si viviera hoy entre nosotros. Y en última instancia, si teóricamente "hubiera" entre ellos quienes sí se esmeran por crear un mundo mejor, con mayor razón deberían abstenerse a totalidad de mezclar su propaganda política con la labor teosófica, porque eso los hace quedar como estúpidos amaestrados por opiniones ajenas, en lugar de asumir los riesgos nobles de pensar por sí mismos.

Hablando de escenarios funestos, recuerdo muy bien que tras el terremoto de Chile en febrero de 2010, fuimos con mi padre a recolectar agua en bidones -para los que no vivieron esa tragedia que llegó a casi 9 grados Richter, se comprenderá que todos los suministros básicos estaban inutilizables-, y en la plaza cercana al manantial vi cómo departían ricos y mendigos, con camionetas enormes y atestadas de enseres rescatados, compartiendo espacio con carpas improvisadas hechas de telares viejos. Más de una década después, la gran mayoría de "ciudadanos" aún no aprende a salir de sus enemistades artificiales, siendo los mismos prepotentes y chabacanos congénitos o "dueño$ de la verdad" que antes.

Termino con una breve historia de origen chino, titulada "El serpentario y la serpiente" (recopilado por Wu Nen Dsi, y de autor desconocido del siglo VIII), al objeto que los lectores -y también esos "puros y castos mortalmente ofendidos"- extraigan sus conclusiones y se preparen para lo que viene, pues como ya se anticipa, en el mediano plazo la Naturaleza pondrá en marcha un tren de limpiezas muy dolorosas, probablemente como nunca se ha visto en nuestra época. Se aprende por las buenas, o por las malas, y en vista de ello los soñadores compulsivos, botarates y marionetistas sufrirán lo indecible que sus "cariñosos" y "calmados" antecesores evitaron con tanto fervor. Quizás también preferirán quedarse sin dientes ni sentido común en favor de los patógenos separatistas que nunca enfrentaron, y ahora abundan en sus tufos apestosos y llenos de "odio inocente"...

"Un serpentario encontró a una víbora, y abalanzándose sobre ella la hirió a picotazos.

-¡No me hagas daño! -le dijo la rastrera-. Todo el mundo dice que eres un pájaro venenoso; ésa es una mala reputación y se debe a que te alimentas de serpientes. Si dejas de comernos, ya no tendrás nuestra ponzoña y desaparecerá tu mala fama.

-¡Me das mucha risa! -contestó el ave-. ¡Ustedes, las serpientes, matan a los hombres mordiéndolos! Decir que yo corro peligro con ellos, sería una mentira. La naturaleza me ha puesto en tu camino para comerte como castigo por tu maldad. Los campesinos lo saben muy bien, y ellos me alimentan para que yo les defienda contra ustedes. El humano también sabe que mi carne y mis plumas están contaminadas y las usa para envenenar a sus semejantes, pero eso no es de mi incumbencia. Si alguien mata con un arma, ¿hay que condenar a ésta o al sujeto que la utiliza? Además, yo no deseo mal al género humano sólo por amor al mal. En cuanto a ustedes, viven escondidas en la hierba, reptando astutamente, listas para morder al primer incauto que encuentran. Es el destino quien te puso hoy en mi camino, y tus falsos argumentos no te salvarán.

Dicho esto, el pájaro devoró a la serpiente".

Aquila in Terris

19 de julio de 2023

Los "espiritualipócrita$" que dan "lecciones de teoría y práctica"


El concepto de "hipocresía" incomoda a millones de practicantes "místicos", en especial los arrellanados en tendencias biestupidizantes e infructuosas (en todo el espectro que les engloba), y a las cuales no dudan en hacer un lavado de imagen cada cierto tiempo, incluso si ello significa torcer doctrinas nobles, imparciales y profundamente revolucionarias como la propia Teosofía.

Cualquier persona sincera y cuestionadora de rebaños cenagosos dará poca o ninguna importancia a sus berrinches pseudointelectivos y pleonásticos con aires de "modernidad", en muchos casos más representativos de lamezapatos atormentados que de personas cuerdas y comprometidas por servir a sus semejantes. Ante los cuestionamientos sobre la ideologización subnormal e innecesaria en Teosofía, los "universalistas" postizos del Movimiento recurren a la estratagema de señalar como "ilusorio" el reclamo justo de mucha gente acerca de "la imposibilidad de combinar calma y sabiduría en la vida real, evitando ansiedades u otros desequilibrios relacionados". Así, la idea fundamental de su engaño es relegar por completo la autocrítica y traspasar toda responsabilidad al individuo común por su "falta de interés" o "malos hábitos procrastinadores" en la disciplina ético-espiritual, obviando además una serie de aspectos no menos graves que involucran tanto a esos "arquetipos incuestionables" como a la población general.

[Como trasfondo, añádase la relación simbiótica entre maldad premeditada y negligencia, los rasgos prevalecientes en dichos especímenes. La primera característica estimula conductas de omisión o indiferencia egoísta, y la segunda deviene combustible de aquélla; ergo, no cabe hablar de caprichompasión según la plantean ciertos "teósofo$"].   

01. Hay tres conductas destructivas que caracterizan la incoherencia fáctica entre varios autores. Primero, los mal llamados "teósofos" parcializantes (y los miembros viciados de otras religiones) son los principales culpables de desvincular la teoría de la práctica. La acotación popular de que "el misticismo puede sonar muy bonito, pero es impracticable", es precisamente una consecuencia directa de la hipocresía o los embustes elaborados por dicha gentuza para fines de autoengaño o manipulación de masas. Segundo, las actitudes ideologizadas suelen expresar el abandono implícito de la intención por tratar de ser coherente, pues la persona con esa patología se justifica de antemano en su odioplomacia y desecha la idea de vivir la sabiduría en su cotidianidad; por ende, debiera tener el suficiente coraje para descartar también la Teosofía que tanto dice "alabar", y en lugar de ello se aproxima gustosa al abismo ético y de forma imperceptible. Tercero, al poner obstáculos hurgamanderos y tan superficiales, demuestran no tener la cognición más elemental de un hecho histórico que inspiró los inicios del Movimiento: las prácticas ejemplares de calma y sabiduría solían provenir de personas que renunciaron a quimeras separatistas o lagartonas y permanecieron en el mundo, estableciendo el parámetro de no aferrarse a humoradas borreguiles, y por ello estaban más comprometidos con el centro de paz en su fuero interior, ya sea de modo formal/informal, consciente o inconsciente.

Las diversas corrientes místico-esotéricas han documentado y difundido el testimonio de miles de sabios y aprendices de Sabiduría Perenne, dejando claro que sí es posible vivir en base a la simplicidad y no echando mano de complicaciones absurdas o artificiales que neuroticen más a lectorados o audiencias. Sin embargo, y aún cuando en la actualidad millones de ciudadanos honestos se esfuerzan por recorrer este camino práctico, considerando sus posibilidades o límites, se topan con una muralla enorme al comprobar el cinismo inveterado de los "exponentes" o "estudiantes" más proclives a defender a capa y espada -en modo indirecto, claro está- las mafias excrementicias en los sectores público o privado, y "haciendo ojitos" a causas "honorables" que para hoy están gravemente devaluadas y fuera de control, dependiendo del politizoológico que se trate.

En consecuencia, es muy necesario condenar abierta y continuamente a ese grupúsculo de "excepciones divinas al Karma", sin añadir las típicas coartadas imbéciles de que "ay, es que el asunto es tan complejo y dinámico...". A esto debiera llamarse "buenismo oxcitocinesco", pues la misión de ese puñado es imponer la falacia de que "la espiritualidad ofrece las mismas oportunidades evolutivas para todos", y ojalá sin despertar mayores cuestionamientos sobre los orígenes de fondos para sus viajecitos por el mundo, continuando la trama de recibir u otorgar favores particulares y extasiándose con el "hermoso caleidoscopio" del sistema, ya sea refregando en otros su acceso exclusivo a "estilos saludables" o bien soslayando problemas contemporáneos de especial urgencia, quedando todo el tiempo como simples monigotes desgastados e hilachentos cada vez que abren sus bocas pestíferas para "aleccionar".

02. El artículo "Materialismo, ingenuidad y carácter débil" examina la mala costumbre entre hordas de comodones materialistuchos de llamar como "impráctica" a la espiritualidad, creando cadenas de pretextos para justificar el hecho de que no se interesan por encarnar principios espirituales sólidos, ni siquiera dentro de sus posibilidades. Es importante no perder de vista que, hasta ahora, la pugna entre individualismo y colectivismo es intrínsecamente egomaníaca y no tiene nada que ver con iniciativas de educación ética, las cuales no existen en muchos países. Por esta razón, todos quienes critican la mala gobernanza en sus respectivas naciones debieran tener los genitales bien puestos para reconocer la inutilidad de cualquier modelo político mientras no se lleve a efecto una revolución mental, capaz de romper paulatinamente los moldes condicionantes que toman como rehén al sentido común, y que de hecho es cada vez más atípico si consideramos la chanchería mediática sintonizada por millones de bipelmazos odiosos.

En este caso específico, la mediocridad aparentemente inacabable de "optar por el mal menor" es un germen muy contagioso destinado a suprimir el vigor mental que genera el examen directo y sin remordimientos del mal humano, y apreciando cómo éste último se las arregla al objeto de vampirizar el trabajo político y las necesidades demográficas inmediatas. Sobre el tema del conformismo promovido con miras a la coacción reflexiva, conviene citar la mordacidad incluida en una fábula china llamada "Tres o cuatro castañas", escrita por Chuang Dsi:

"Un amaestrador de monos, en el Reino de Sung, era muy aficionado a estos animales y mantenía un gran número de ellos. Era capaz de entenderles, y los primates a él. El sujeto debía guardar una porción de la comida de su familia para dársela a sus changos, pero llegó un día en que el alimento no sobraba en casa, y quiso disminuir la ración para los simios. Sin embargo, temía que no estuviesen de acuerdo con esto, y decidió engañarlos.

-Les daré tres castañas cada mañana, y cuatro cada tarde -dijo el hombre-. ¿Será suficiente?

Todos los monos chillaron, alzándose en señal de protesta.

-Bueno, entonces ¿qué les parece cuatro en la mañana y tres por la tarde?

Los monos, esta vez, volvieron a ponerse en cuclillas, bastante satisfechos".

Si extraemos las connotaciones aplicables de esta historia a la época moderna, vemos que la imposición comunicacional del "mal menor" tiene por objetivo tratar siempre a los votantes como si fueran niños desilusionados, y haciéndoles partícipes de una "compasión resignada" sólo por formar parte de un esquema electoral o civismo forzado que raya en lo patético, explotando sensiblerías y rencores muy estudiados, cómo no, con la gentil ayuda de psicolobasuras al servicio del mal. Se supondría que, al pelear contra falsedades o exponerlas sin compromisos, aprendemos a refinar el discernimiento, pero en nuestros días los escándalos por delitos de corrupción sólo avivan la imbecilidad permanente de "jugar al empate" o sacando trapos al sol, haciendo de ello el juguete predilecto de ignaros conscientes o inintencionales, los mismos que desprecian o subestiman la espiritualidad seria, sin poner jamás en duda la condición pestilencial de partidos o sectas incapaces de ejercer un autoexamen consistente.

03. Visto lo anterior, no es aceptable ni menos "compasivo" hablar de "hipocresía sincera", ya sea en grupos teosóficos o de otro tipo. Para ser alguien honesto, no es forzoso recibir una "pedagogía apropiada", pues los pocos observadores imparciales se encuentran en cualquier estirpe y detentan esa capacidad de forma innata. Desde un punto de vista teosófico, lo ideal es que la educación básica o formal libere a la gente de falsedades heredadas en épocas, familias o entornos laborales, y particularmente propiciar instancias de autoanálisis. La pregunta es: ¿qué han hecho en 140 años esos "teósofos" sesgados y mala clase para traer esa liberación a todo el mundo (excluyendo la cristianofilia denigrante), y no sólo para oligarquías cabronas (del lado que sea) que siguen rapiñando al prójimo como denunciaba H.P.B. en "La Clave de la Teosofía" y otros escritos? Ya vamos a cumplir dos centurias presenciando ese circo, y es muy factible que estos bellacos polarizados sólo estén tratando de ganar tiempo para reescribir la partitura y letra de sus cantos seductores. ¡Y paradojalmente, en esto consiste su "ideal" de "flexibilidad"!

Si analizamos los sendos fracasos pedagógicos de colectivos esotéricos, su adoración a personalidades o formas externas, el "buenismo hormonal", codicia por dinero de acólitos, ansias de reclutamiento/coerción sexuales o respeto a enseñantes de camelo, es menester recordar siempre que en muchos casos ser falso SÍ es una decisión individual. Todos tenemos la opción de asimilar y corregir nuestra parte de culpa en aquellos hechos de la vida que nos incomodan, y por ello los hipócritas recalcitrantes en más de una ocasión también se han enfrentado (o enfrentan) con sus propias hechuras o la rabia disciplinadora de quienes diabólicamente tachan como "aguafiestas" o "enemigos"; en consecuencia, dichos incongruentes no tienen excusa para decir "es que nadie me enseñó que había otras formas de vivir" y tampoco son sólo "víctimas de su tiempo".

Los teósofos que están bien informados sobre la naturaleza humana saben que nadie está libre de ilusiones; no obstante, uno de sus deberes irrenunciables es exhibir las falsedades interconectadas en todo ámbito de la existencia mundana o religiosa, mostrando el debido entendimiento hacia los cándidos genuinos o menos cultivados (sin contar a masoquistas autoflagelantes), y condenando duramente cada vez que sea posible las maquinaciones de filosofuchos malparidos y adictos terminales a la inmediatez. Ya hace miles de años, los maestros del I Ching sostenían en la interpretación de uno de sus hexagramas que, en momentos de extrema tensión o rebeldía sociales, "es conveniente ejecutar a los cabecillas, y perdonar la vida a sus adherentes". Ustedes como lectores verán cómo adoptan esa postura, si de manera literal o metafórica. En este sentido, es muy jocoso constatar que en nuestra era del Informatoceno haya "monitos amaestrados" en el mantra gilipollesco de "no juzgar a la persona, sino al error", como si todos los humanos presentaran igual comportamiento, o todos albergaran las mismas intenciones. Así es como va la "estupenda" y "consecuente espiritualidad" en muchos colectivos de nuestro tiempo.

La dureza oportuna de carácter y acción contra fanático-materialistas o referentes putativos inmerecedores de compasión siempre representará para ellos una oportunidad de acusar "estrechez psicológica" o "afán dictatorial" en sus oponentes, haciendo gala estúpida de la "norma espejo" (detallada en este artículo) con lo cual justifican sus crímenes y el "derecho especial" de manosear la filosofía del Karma a conveniencia. Afortunadamente para los críticos imparciales o la gente sincera y traicionada por organizaciones "espirituales" análogas, y mientras no se produzca una limpieza firme y profunda de todo elemento politiagusanado o proselitista, todas las sectas del Movimiento Teosófico perdieron la influencia mahátmica que caracterizó el periodo 1875-1891 y experimentan hoy como castigo kármico una supervivencia nominal o flemática más o menos notoria, y asimismo una indiferencia general hacia divisiones marginales (que aún tienen la petulancia de considerarse "universales") en vista de las iniciativas denunciadoras que ya comienzan a aparecer aisladamente por internet e instancias grupales.

Las ya mencionadas limitaciones para vivir plenamente la sabiduría son tanto personales como asociativas, y por ende es bufonesco darles importancia exclusiva porque al fin y al cabo los "modelos" espirituales/ideológicos y enloquecidos que tratan de venderse salen de la misma sociedad enferma e idiotizada que crea sus propios monstruos. Con esa tendencia en auge, a futuro sólo unos pocos vencerán los obstáculos señalados y quizá los 432.000 años del Kali Yuga o Edad de Horrores se alarguen más de lo previsto. Querámoslo o no, los sistemas de control imperantes son obra kármica de déspotas manipuladores y corderitos manipulados, unos más ansiosos que otros por hacer prevalecer sus arrebatos o lloriqueos generacionales. Dice una sentencia que "los problemas más difíciles tienen las soluciones más fáciles", y resulta tragicómico observar la plétora de conformistas que juegan a ser "originales", "resilientes", "corajudos" o incluso "renovadores". Deberían simplificar más su vida y probar suerte en la actuación, ya que les sale tan natural fingir y provocar emociones superfluas... 

O mejor todavía, ¿qué tal si sólo dejan el engolamiento y se bajan del trono, haciendo memoria sobre la decrepitud en gobiernos pasados que despertó maldiciones y violencia a granel en su momento? Es curioso que muestren tanta facilidad en lo tocante a aspectos metafísicos, y a la vez anulen con igual presteza su memoria genealógica o nacional. Sería muy interesante ver qué clase de iluminación los guía para entonces, cuando ya no puedan pontificar acusatoria y malignamente desde sus sillones.        

Recordando la letra de aquella canción roquera, ya estamos saturados de misticone$ que se entregan a cualquier oferta en su avaricia de poder, pero el día que decidan echar pie atrás, tendrán muchas huellas que borrar. Total, y como dice el chiste, al parecer no están preocupados por seguir perdiendo babas o ahogarse en ellas, porque tienen bastante para segregar y les cuesta cada vez más cortar el hilito cuando tratan de reciclarlas.

Aquila in Terris