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19 de febrero de 2022

Maji, la yoguini de Benarés

Breve biografía de una iniciada poco conocida
Ilustración de Maji tomada de “The Mystics, Ascetics, and Saints of India”.

Quienes han investigado con cierta profundidad real la historia del Movimiento Teosófico, probablemente habrán notado varias referencias a una misteriosa mujer india conocida como Maji (o también Majji, 1826-1898), cuya designación significa literalmente "madre venerada" y no era su nombre de nacimiento.

Aunque al parecer fue bastante conocida en ciertos círculos durante su vida, hoy es muy ignota incluso en India y entre los hindúes de Benarés (ahora llamada Varanasi). Hasta donde sabemos y fuera del ámbito teósofico, ella ha sido mencionada en un libro llamado “The Mystics, Ascetics, and Saints of India” de John Campbell Oman, publicado en Londres en 1905, y de este trabajo citamos los siguientes pasajes:

“Aunque son comunes para los jainistas, las ascetas femeninas son raras entre los hindúes. Sin embargo, hubo una que residió cerca de Benarés durante muchos años, honrada y respetada por la comunidad hindú. Lamento no haberla visto yo mismo, pero me comunicaron los siguientes datos relativos a ella:

Shri Maji, la Yogini de Benarés, nació en 1826 y se llamaba Hari Kuer Bai, pero el amor que inspiraba le ganó el cariñoso título de Maji, por el que era conocida para un gran público. Su familia era originaria de Gujrat, pero como sus antepasados residieron en Benarés durante algunas generaciones y ella misma había sido criada allí, sus admiradores -que la conectaban con su ciudad sagrada- le dieron el nombre de Benarsi. Siendo la menor de seis hijos, Maji tenía sólo cinco años cuando su madre murió. Su padre, Shri Rameshwar Dev, era un buen erudito en sánscrito y hombre de fuertes afectos religiosos; heredando su temperamento devocional y amor por el aprendizaje, ella se convirtió en su hija favorita. A ésta dedicó gran parte de su tiempo, enseñándole sánscrito e instruyéndola en los deberes religiosos. Asimismo demostró ser una alumna apta, que por su progreso recompensó ampliamente al amable instructor por sus labores como maestro y guía espiritual.

Cuando tenía diez años de edad, Maji se casó en Benarés con un joven brahmán. Tres años luego de su matrimonio ella fue a casa de su suegro; en otras palabras, se unió a su joven esposo. Apenas dos años después, se quedó viuda y regresó a casa de su padre con sólo quince años de edad, y totalmente decidida a dedicar su vida al estudio de los libros religiosos y la práctica del yoga. En poco tiempo, Maji adquirió una justa reputación entre los pandits eruditos de Benarés. Su padre hizo muchas peregrinaciones a pie y ella lo acompañó, llevando sobre su cabeza y a la manera india todas las simples necesidades de su viaje. En estas romerías andantes -que abarcaron unos cinco años-, padre e hija visitaron Jugganath, Hardwar, Brindaban, Badrinath, Kedarnath y muchos otros lugares sagrados. Cuando regresaron a Benarés en 1846, falleció Swami Sri Sachda Nand, el gurú de Rameshwar Dev que solía vivir en una cueva o celda subterránea conocida como Annandgupha y situada a unos 19 kms. al este de Benarés, y el gufha o gruta quedó desocupado. Así, el padre de Sri Maji tomó su morada en ese sitio y con él también su hija, siempre estudiando los libros sagrados hindúes y practicando yoga. Allí, en el gupha, vivieron juntos durante catorce años, hasta que en 1860 el padre murió y Maji se quedó sola, pero ella no abandonó el lugar y continuó su vida solitaria ahí hasta su muerte en noviembre de 1898, a la edad de setenta y dos años.

Por lo tanto, parece ser que durante treinta y ocho años esta religiosa había vivido completamente sola en la celda subterránea de Annandgupha, donde de hecho ella había pasado en tranquilidad y estudio místico no menos de cincuenta y dos años de su vida.

Año tras año, llegaban a su gruta personas de todos los sectores para consultar a esta mujer cuya fama se había extendido a lugares distantes, y conociendo el respeto con que los hindúes tienen a un personaje como Maji, podemos estar seguros de que no pasó necesidades personales o dificultades en su vejez, sino que vivió sus años de decadencia honrada por sus correligionarios y en el mayor confort que pudiera ser compatible o aceptable respecto a sus profesiones ascéticas o con su abnegada sencillez. Al comienzo de este capítulo puede verse un retrato de esta dama, reproducido a partir de un grabado en madera".

Por supuesto, el "yoga" mencionado en las citas anteriores es el Raja Yoga, la modalidad noble y espiritual del hinduismo, y distinto del Hatha Yoga que es de tipo físico. Este último está completamente descartado por los Maestros inspiradores del Movimiento Teosófico, así como por todos los hindúes sabios y de mentalidad filosófica, incluido el gran Adi Shankaracharya (fundador y codificador de la rama Advaita Vedanta del hinduismo) que a veces habló sobre el tema de manera claramente opuesta.

La breve descripción sobre la vida de Maji dada anteriormente es interesante, pero trata sólo con aspectos externos. Veamos qué más puede descubrirse de su verdadera naturaleza, su ser interior y conexión con H.P. Blavatsky y los Maestros de la Hermandad Transhimaláyica. 

En 1879, H.P.B. y el coronel Olcott se mudaron de Nueva York a India, trasladando allí la sede de la entonces Sociedad Teosófica. Hacia fines de ese año Olcott declaraba en su "Old Diary Leaves": "Todos fuimos al retiro de Majji, una asceta muy conocida y versada en el Vedanta que ocupaba una guha (cueva excavada) con edificios sobre el terreno, en la orilla del Ganges y a uno o dos kilómetros por debajo de la ciudad de Benarés (…) En ese momento, Majji tenía unos cuarenta años de edad, piel clara y una dignidad tranquila y gracia de gesto que exigía respeto. Su voz era de tono tierno, su rostro y cuerpo regordetes y ojos llenos de inteligencia y fuego (...) Una visita de regreso que realizó Majji a H.P.B. a la mañana siguiente causó sorpresa, porque según nos dijeron era algo muy inusual para ella ser convocada por alguien a excepción de su Gurú, y nunca por un europeo (…) en ausencia de H.P.B. ella le contó libremente a la señora Gordon, Damodar y a mí una historia maravillosa sobre ella. Majji dijo que el cuerpo de Blavatsky estaba ocupado por un yogui y que trabajaba con él tanto como podía para difundir la filosofía oriental".

Respecto al elevado nivel espiritual de H.P.B. y el de la propia Maji, sabemos también de una carta escrita en enero de 1880 por Damodar K. Mavalankar (consúltese la introducción del artículo "'Salvación' por el cristianismo" para más detalles sobre aquél) a William Quan Judge, uno de los tres cofundadores principales del Movimiento y quien se quedó en Nueva York para continuar con el trabajo teosófico en Estados Unidos. Damodar escribe: 

"Poco después, Madame [Blavatsky] y el coronel Olcott, acompañados por dos o tres miembros europeos de nuestra Sociedad, se reunieron conmigo en Benarés. Para mi gran sorpresa y cuando Madame preguntó, Swamiji [Swami Dayan y Sarasvati de Arya Samaj, quien estuvo inicialmente en estrecha asociación con teósofos de India, hasta que “cayó” por orgullo personal y ambición, según relatan los Maestros con cierta profundidad en cartas a A.P. Sinnett] mencionó el lugar donde residía 'Maji' y se ofreció a llevarnos allí, agregando que él la conocía bien y que a menudo venía a verlo (...) Madame no podía acompañarnos para entonces, pues en ese tiempo no se sentía bien, pero cuando se lo contamos a 'Maji' en consecuencia, ésta dirigió una mirada significativa al coronel Olcott quien la devolvió, y le pidió que permaneciera en silencio ya que sólo ellos habían sentido la presencia cercana de Madame. 'Maji' dijo entonces que, a pesar que nunca había visitado a europeos, ella misma venía a ver a la señora una o dos veces previo a nuestra partida de Benarés (...)". 

"Al día siguiente vino 'Maji' (que nunca habla de sí misma excepto como 'este cuerpo') para ver a Madame, y sólo yo estaba con ellas pues el coronel Olcott y la señora Gordon habían ido con Swamiji para supervisar la escuela de niñas. Luego me enteré de lo que dijo sobre haber estado primero en el cuerpo de un faquir que, después de quedar con una mano inutilizada por un disparo recibido cuando pasaba por la fortaleza de Bhurtpore, tuvo que cambiar su cuerpo y elegir el que ahora era 'Maji'. Una niña de unos siete años se estaba muriendo en ese momento y, antes de su deceso, este faquir entró en su cuerpo y tomó posesión de él. Por tanto, 'Maji' no es una mujer, sino un verdadero faquir hindú en cuerpo femenino. Sólamente uno por uno reuní todos estos detalles.

En su cuerpo anterior, este faquir había estudiado la ciencia del Yoga durante 65 años y tuvo que elegir otra cobertura corporal, ya que ese estudio había sido detenido e incompleto para cuando su cuerpo ya no era apto y por tanto no era compatible con la tarea que tenía que realizar. En su cuerpo actual tiene 53 años, y en consecuencia la 'Maji interna' tiene 118 años.

Luego preguntó a Madame si sabía que tenían al mismo hombre para su 'Gurú', pero como Blavatsky deseaba que ella diera algunas pruebas de lo que me dijo, las proporcionó fácilmente. Sostuvo que el gurú de Madam [Maestro M.] nació en Punjab, pero por lo común vive en la parte sur de India y especialmente en Ceilán. Tiene alrededor de 300 años y un compañero de aproximadamente la misma edad, aunque ambos no aparentan ni siquiera cuarenta. En unos pocos siglos entrará en el cuerpo de un 'kshatriya' (casta de guerreros entre los hindúes) y hará algunas grandes hazañas para la India, pero aún no ha llegado el momento.

Cuando Madame y el coronel Olcott fueron el verano pasado a las cuevas de Karley, vieron a cierto sannyasi con una vaca de cinco patas que se llevó aparte a Olcott, le dio el apretón de manos teosófico y luego dijo al coronel que era discípulo de 'Maji'. En esta ocasión comuniqué ese hecho a aquélla, quien rió y declaró que no era otro que el gurú de Madam en el cuerpo del fakir que había saludado a Olcott, y que si volvíamos a ver este personaje no podría darnos la señal nuevamente por el Maestro de Madam que a menudo realiza tales cosas, pues era él quien tomaba posesión de dicho hombre en ese instante. Luego 'Maji' se fue a casa prometiendo volver a vernos antes de nuestra partida (...)".

"'Maji' vino por segunda vez y en esta ocasión todos estuvimos presentes, excepto Swamiji y Madame que llegaron después. El coronel Olcott hizo a 'Maji' algunas preguntas sobre Madame, y aquélla señaló que Blavatsky no era lo que parece ser. Su hombre interior ya había estado dos veces en un cuerpo hindú (…) También dijo que hasta ese momento nunca había visto a un europeo, pero como hubo obtenido la información sobre Madame de su Gurú,  había venido a verla. Entonces le pregunté si la verdadera H.P.B. todavía estaba en el cuerpo [es decir, si la Helena Blavatsky original abandonó su cuerpo en algún momento anterior, quedando entonces ocupado exclusivamente por un yogui indio o iniciado], pero ella se negó a responder y solo añadió que ella misma, Maji, era inferior a Madame (...)".

“Luego dijo al coronel Olcott que una vez fue un joven hindú en la parte sur de India, pero había muerto y volvió a nacer. También nos explicó el significado de la acción del fakir al traer una vaca de cinco patas a Karli cuando vio a Olcott allí y lo saludó al modo teosófico. Ella dijo que toda persona tiene derecho a repetir el Gayatri Mantram que consta de tres Padas (metros), pero un brahmachari tiene derecho de repetir un Pada más, mientras que un Yogi puede reiterar tantos como quiera y así realizar maravillas. Por lo tanto, un yogui tiene facultad de iterar un mantram que consta de cinco Padas que es igual a Om Tat Sat; y como la palabra 'Pada' también significa 'pie' o 'pierna', había traído deliberadamente una vaca de cinco extremidades para denotar este significado. Y además, sostuvo que este símbolo estaba con Madam en el sello de su anillo, aunque ni ella (la señora) ni ninguno de nosotros había insinuado el hecho a 'Maji'. Así usted habrá visto cómo las instrucciones indias se transmiten por medio de símbolos, y alguien que pueda descifrar la antigua simbología aria encontrará un vasto campo para explorar (...)."

“'Maji' me dijo que, si quería hacer un progreso espiritual y ver a alguno de nuestros Hermanos [los Maestros], debo depender por completo de Madame pues nadie más era competente para llevarme por el camino correcto. Si fuera a irme solo a algún lado, estaría vagando aquí y allá durante años, pero eso será del todo inútil. Debo concentrarme enteramente en Madame y depositar mi plena y única confianza en ella. También 'Maji' me señaló que trabajase en la Sociedad y practicara regularmente dos veces al día lo que Madame me había ordenado hacer. En todo respecto debo actuar en obediencia a sus instrucciones (...)  Comentó que a medida que los hijos de India se están volviendo más y más malvados, ellos (estos Adeptos) se han ido retirando gradualmente hacia el norte de las montañas del Himalaya (...)".

"De esta forma, usted verá los grandes efectos que tiene para mí estar siempre con Madame. Desde el principio percibí todo lo que 'Maji' me había dicho. Sólo dos o tres días después de solicitar la admisión en la Sociedad, dije a H.P.B. lo que realmente sentía, que la consideraba mi benefactora, la veneraba como mi Gurú y la amaba más que a una madre. Desde entonces le aseguré lo que dije y ahora 'Maji' me afirma lo mismo, fortalece mi fe y me pide que confíe en ella (Madame). Cuando más tarde consulté a Swamiji con respecto a mí, y sin que yo le dijera una palabra de lo que 'Maji' señaló, él me instó a hacer lo mismo, es decir, poner mi fe en H.P.B. A lo largo de todo esto he sentido -y todavía siento con fuerza- que ya hubiera estudiado esta filosofía con Madame y que una vez fui su discípulo más obediente y humilde. Esto debe haber sido un hecho, pues de lo contrario ¿cómo puede usted explicar el sentimiento creado en mí sobre ella, sólo después de verla no más de tres o cuatro veces? Por lo tanto, todas mis esperanzas y planes futuros están centrados en ella y nada en el mundo puede sacudir mi confianza en su persona, especialmente cuando dos hindúes que no hablan inglés y no podrían haber arreglado estas cosas de antemano me dicen las mismas cosas sin consulta previa y lo que siempre yo había sentido”.

En relación con algunos aspectos mencionados aquí por Damodar y relacionadas con él según Maji, también podemos citar estas palabras de Julia Keightley, una teósofa estadounidense bastante influyente que fue estrecha colaboradora de William Judge,  destinataria de las cartas compuestas por éste último y publicadas en el libro "Letters That Have Helped Me":

“Unos días después de fallecer Madame Blavatsky, ella misma me despertó por la noche. Me levanté sin sentir sorpresa, sino sólo el dulce placer acostumbrado. Ella sostuvo mis ojos con su mirada leonina y luego se hizo más delgada y alta, su forma se volvió masculina, y entonces lentamente sus rasgos cambiaron hasta que se alzó frente a mí un hombre alto y de fuertes poderes, y el último vestigio de sus rasgos se fundió con el suyo hasta que sólo permaneció la mirada leonina, el resplandor progresivo de su mirada. El hombre levantó la cabeza y dijo: '¡Atestígualo!'. Luego salió de la habitación y apoyó la mano en el retrato de H.P.B. al pasar. Desde entonces, él ha venido a mí varias veces con instrucciones a plena luz del día y mientras trabajaba, y una vez salió de un gran retrato de H.P.B."

James Morgan Pryse, otro teósofo estadounidense, escribió:

“Una tarde [en 1889] mientras estaba meditando así, la cara de H.P.B. brilló ante mí. La reconocí por su retrato en Isis [su primer libro "Isis Develada"], aunque parecía mucho más vieja. Traté de excluirla pensando que la imagen astral -como la consideré- se debió a una fantasía caprichosa; pero en ese momento el rostro evidenció una mirada de impaciencia, y al instante fui sacado de mi cuerpo e inmediatamente estaba de pie 'en el astral' junto a H.P.B. en Londres. Allí era de mañana, pero ella todavía estaba sentada en su escritorio. Mientras Blavatsky me hablaba de forma muy amable, no pude evitar pensar en lo extraño que una anciana aparentemente robusta fuese un Adepto. Traté de sacar de mi mente ese pensamiento descortés, pero ella lo leyó y como si fuera una respuesta a ello, su cobertura física se volvió translúcida, revelando un maravilloso cuerpo interior que parecía estar formado por oro fundido. Entonces y de repente el Maestro M. apareció ante nosotros en su mayavi-rupa y a Quien hice una profunda reverencia, porque me parecía más un Dios que un hombre. De alguna manera yo sabía quién era él, aunque ésta era la primera vez que lo veía. Me habló con amabilidad y dijo: 'Tendré trabajo para usted en seis meses'. Caminó hasta el otro lado de la habitación, hizo un gesto de despedida con la mano y se marchó. Luego, H.P.B. me despidió con las palabras 'Dios te bendiga' y directamente vi las olas del Atlántico debajo de mí; descendí flotando y sumergía mis pies en sus crestas. Luego crucé con prisa el continente hasta que vi las luces de Los Ángeles y regresé a mi cuerpo, sentado en la silla donde lo había dejado”.

En respuesta a esto, Judge comentó: “Su visión es correcta respecto de que cuando miró a H.P.B., no vio a una anciana sino a Dios. Tuvo el privilegio de ver la Verdad, porque el Ser en ese viejo cuerpo llamado H.P. Blavatsky es un Adepto poderoso que trabaja en su propio plan en el mundo, y por lo tanto no necesitamos ir al Tíbet ni a América del Sur para encontrar el tipo de Ser que tantos desean contemplar. Sin embargo, habiendo visto mejor la realidad, guarde silencio y trabaje con eso a la vista. Incluso si le dijera que usted sabía que Él estaba allí, éste sonreiría mientras esperara que usted pudiese hacer algo en su esfera limitada. La adulación no cuenta y las declaraciones son peores que inútiles. Pero es una gran cosa ver tanto como ya lo ha hecho, y será algo más grande si no duda, pues puede ser que nunca más lo vea nuevamente".

A otra persona Judge replicó: "En cuanto a H.P.B., no puede juzgarla por ninguna regla. Hay un gran Adepto allí y él emplea ese cuerpo para Sus propios fines, tanto para el uso como para la prueba de otros".

Tallapragada Subba Row, otro colega de Blavatsky y conocido discípulo del Maestro Morya, escribió lo siguiente a V.V. Sivavadhanulu: "En algunos aspectos el temperamento de Madame Blavatsky es bastante malo como usted dice. Sin embargo, ella es la única agente que puede ser empleada por los Mahatmas para los efectos de la Sociedad Teosófica (…) Por favor, recuerde también que la persona que habita en el cuerpo de Madame Blavatsky (un Chela hindú) tiene enormes dificultades a enfrentar y no siempre es capaz de controlar la influencia de las impresiones áuricas de ese cuerpo, dejadas allí por la personalidad anterior con que estaba asociado". Y no sólo un chela, sino "uno iniciado y de alto nivel" según el Maestro K.H.

Para los no-teósofos que lean este artículo, puede sorprenderles saber que hay muchas personas autodenominadas "teósofas" que son completamente ignorantes sobre la vida, el trabajo y las enseñanzas de H.P. Blavatsky, sin mencionar su verdadera naturaleza e identidad internos y su alto estatus espiritual. Incluso muchos de esos individuos la ven desde una perspectiva negativa y crítica, debido en gran parte a que se los mantiene deliberadamente en el desconocimiento sobre los hechos de "teósofos" posteriores como Annie Besant, C.W. Leadbeater y Alice Bailey, quienes estaban muy interesados en hacer creer al público que H.P.B. era simplemente "un tipo de precursor para ellos" y en realidad "una persona bastante infortunada", "torpe", de "menor grado espiritual", propensa "a muchos errores e imprecisiones" y "utilizada por los Maestros como recurso provisional", por así decirlo, hasta que dicho trío infame apareciese en escena. Hablando desde una amplia experiencia personal, también estamos conscientes de que muchos seguidores de Bailey casi llegan al desprecio en su visión de H.P.B. y actitud hacia ella y sus enseñanzas, que en la mayoría de los casos nunca se han molestado en considerar. De hecho, recientemente recibimos a través de nuestro sitio [en inglés] un mensaje muy extenso de un entusiasta discípulo "baileyano", y completamente tóxico y descarado contra H.P.B. y aquéllos que tienen en alta estima su persona y legado, en lugar de "aceptar las enseñanzas de Bailey".

Para A.P. Sinnett, un influyente teósofo inglés que tuvo una actitud algo similar hacia H.P.B. como los pseudoteósofos de hoy, la Agente de los Maestros dirigió estos asertos que se vuelven más comprensibles en su significado a la luz de todo lo que acabamos de ver sobre Maji, Damodar y otros:

"No, usted no me odia; sólo siente una especie de desprecio amable, indulgente y benévolo para H.P.B. Usted está justo ahí, como la conoce hasta ahora y que está lista para caerse a pedazos. Tal vez aún pueda descubrir su error con respecto a la otra parte que está bien oculta (...) Ahora, ¿realmente cree que me conoce, señor Sinnett? ¿Cree eso porque ha comprendido, como piensa, mi corteza física y cerebro, ese astuto analista de la naturaleza humana, aunque sea que alguna vez haya penetrado incluso bajo las primeras cutículas de mi Ser Real? (…) lo que digo es esto: usted no me conoce, pues lo que sea que haya dentro no es lo que piensa; y por tanto juzgarme como 'deshonesta' es el mayor error en el mundo, además de ser una injusticia flagrante. Yo (el 'yo' interior real) estoy en prisión y no puedo mostrarme como soy con todo el deseo que pueda tener".

Otra referencia interesante a Maji se encuentra en una carta compuesta por Olcott a Francesca Arundale, en la que menciona haber sido visitado de noche por el Maestro M. y Maji juntos en sus cuerpos astrales.

Para 1885, Damodar había alcanzado tal nivel de progreso espiritual que el Maestro K.H. decidió que para él ya era hora de vivir con los Mahatmas en el Tíbet con objeto de aprender de ellos directamente, tal como lo había hecho H.P.B. dos décadas antes como preparativo para su gran misión y trabajo teosóficos con la humanidad. El Maestro recién mencionado y quien fue gurú de Damodar ayudó a planear el viaje para él, incluyendo sus diversas etapas físicas y espirituales, pues parte de ello implicaba volver a ver a Maji y quedarse con ella durante varios días.

En el interesante diario que nos legó, Damodar registra el día 8 de marzo: "(...) llegué a Benarés y fui al ashram de Maji. Tenía largas conversaciones con ella tanto de mañana como de tarde; habló sobre Subba Row y me contó cosas que él me refirió últimamente en privado. También comentó sobre Bawaji y otras cosas que sólo conocíamos Madame B. y yo, además de otros aspectos sorprendentes".

Al día siguiente, "las conversaciones con Maji continuaron. Habló sobre los retratos de los Maestros en la Sede y me contó muchas cosas asombrosas. Cuatro teósofos de Benarés llamaron por la tarde y la charla de Maji fue muy interesante e instructiva. En igual periodo del día, ella me contó sobre el gurú de Subba Row y él mismo". Para el 10 de marzo comenzó a "tomar un medicamento que ella preparó para mí y tuve diálogos privados con ella durante el día. Sobre Madame B., Maji afirma que aún no morirá dentro de un año o más" (como sucedió, H.P.B. vivió otros seis años antes de salir del plano físico), y el 11 de marzo "los diálogos continuaron (...) Más tarde, Maji me mostró un retrato de su padre que fue precipitado luego de su muerte". El 12 de ese mes fue su última jornada en Benarés y tuvo "una plática matutina con ella, y otra al mediodía, totalmente privadas en su guha, cuando ella discutió los planes a la vista y las personas involucradas. Me cuenta hechos sorprendentes y algo sobre el futuro".

Poco más de un mes más tarde, Damodar escribió su última entrada en el diario: "Tomé bhat por la mañana y procedí solo desde Kabi [Kabi Lungchok en el Sikkim himaláyico] enviando mis cosas de vuelta [incluyendo el diario] con los coolies a Darjeeling".

Aunque H.P.B. y algunos otros tuvieron noticias de él posterior a ese tiempo, nunca regresó a India sino que permaneció con el Maestro. En la medida en que es posible relatarla, la historia completa se narra en el libro "Damodar and the Pioneers of the Theosophical Movement", compilado por Sven Eek.

En una ocasión Damodar mencionó a Maji en un breve artículo titulado "Can Females Become Adepts?" y señalando: "Es difícil ver una buena razón por la cual las mujeres no deban convertirse en Adeptos (...) En Benarés también vive una cierta dama, insospechada y desconocida excepto para unos pocos". También Damodar ofrece una referencia a otro artículo de The Theosophist que consiste en una transcripción de preguntas y respuestas entre Olcott y Swami Dayanand Sarasvati, donde el primero pregunta: "¿Puede un yogui pasar de su propio cuerpo al de una mujer?", a lo que Swami responde: "Con tanta facilidad como un hombre puede ponerse el atuendo de una mujer, si lo desea, así también él puede poner sobre su propio atma la forma física de aquélla. Externamente, entonces él sería mujer en todo aspecto físico y relación, pero en su ámbito interno continúa siendo él mismo". Con H.P.B. y Maji en mente, Olcott luego dice: "Me he encontrado con dos de ellos, es decir, dos personas que parecían mujeres, pero que eran completamente masculinas en todo, menos en el cuerpo. Si usted recuerda, visitamos juntos a una de ellas en Benarés, en un templo a la orilla del Ganges", y Swami Dayanand replica: "Sí, Maji". 

La mención final de Maji en la literatura teosófica parece figurar en el artículo de William Q. Judge "Habitations of H.P.B.", compuesto poco después de su fallecimiento en 1891. Al describir la sala de escritura que aquélla tenía en la casa de Londres donde pasó sus últimos años, dice: "Se yerguen dos ménsulas, y en una de ellas al final hay una foto de Maji, la famosa mujer yogui de India".

Al parecer existe cierta contradicción entre los teósofos de esa época en cuanto a si Maji era bien conocida o no, pero una cosa es segura tras revisar todos estos hechos y referencias intrigantes, y es que Maji fue y es un alma grande y especial que trabaja estrechamente con la Hermandad de Maestros para ayudar a la humanidad, al igual que H.P.B., aunque Maji declaró que respectó a sí misma Blavatsky tiene un nivel más elevado.

Es interesante observar que ninguno de esos individuos probados objetivamente y de quienes se sabía eran chelas de los Maestros, jamás respaldaron de ninguna forma el trabajo y las "enseñanzas" de los diversos "teósofos" posteriores como Besant, Leadbeater y Bailey que afirmaban ser "discípulos de los mismos Maestros" y nunca dieron evidencias de ello. Dado que los últimos chelas indios y supervivientes de la Sociedad Adyar de Blavatsky se sintieron tan perturbados por las acciones y asertos de tales individuos -sin mencionar su completa reescritura y alteración de los contenidos teosóficos genuinos-, se separaron completamente de ese conglomerado para aliarse con la Logia Unida de Teósofos cuando B.P. Wadia la estableció en Bombay.

El más prominente de estos individuos fue Bhavani Shankar, de quien se habla en términos brillantes en ciertas cartas escritas por los Maestros. Recordando lo dicho por uno de los Mahatmas de que la Sociedad Adyar se había convertido en "un cadáver sin alma" y destinado a "caerse a pedazos" como el inevitable resultado kármico de su infidelidad a H.P.B., y al ver cómo Besant y Leadbeater parecían estar muy convencidos destruyendo el legado y los sacrificios de aquélla, cortó todos los lazos con Adyar y se convirtió en asociado de la L.U.T. al percibir que aquí existía la única agrupación leal a la Causa, instrucciones y Maestros auténticos, de los cuales Shankar fue discípulo fiel y con quien estaba familiarizado personalmente. Como parte de su sadhana o práctica espiritual rutinaria en la última parte de su vida, Shankar solía centrarse en H.P.B. durante meditaciones reverenciales y animó a otros a hacer lo mismo.

La L.U.T., fundada en Los Ángeles en 1909 por Robert Crosbie, continúa vigente en todo el mundo hasta el día de hoy y su declaración sigue siendo la misma como en ese entonces: "difundir ampliamente las enseñanzas originales de Teosofía, tal como se registran en los escritos de H.P. Blavatsky y William Q. Judge".