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27 de noviembre de 2023

Los misterios de Giza (9 de 9)

David Pratt
Noviembre 1997, última revisión noviembre 2023


Contenidos:

-Apéndice 2: Resultados del cálculo
-Apéndice 3: La perspectiva de un ingeniero


APÉNDICE 2: Resultados del cálculo

Fechas en años previos al 2000/AP


Correlaciones Giza-Orión


X= Gran Pirámide o estrella Alnitak; Y= Segunda Pirámide o Alnilam; Z= Tercera Pirámide o Mintaka.

AB y XA= diferencia en grados entre las declinaciones de dichas luminarias, o entre el terceto piramidal (usando las medidas de Legon; ver sección 8).

ZC y CB= diferencia en grados entre ascensiones rectas estelares, o distanciamiento entre las estructuras.

Las posiciones mutuas de obras y el asterismo se determinan por la relación de latitud AB:XA y longitud ZC:CB. Seguidamente veremos las dos proporciones de las pirámides guizenses, y cómo se cotejan con aquéllas del "cinturón estelar" en tres épocas distintas.



APÉNDICE 3: La perspectiva de un ingeniero

Los siguientes son extractos de correspondencia, escritos en 1997 por Derek B. Pratt, ingeniero civil especializado en el diseño de vigas de hormigón armado para puentes y edificios.


Piedras de revestimiento

Derek señala: "Es muy interesante la teoría de Davidovits sobre el posible uso de piedra artificial por los antiguos egipcios. Hoy la de tipo 'reconstruido' se elabora con roca molida cuidadosamente clasificada, cemento y agua. Con una buena vibración para compactar la mezcla, es factible generar una 'piedra' duradera, pero como todo concreto, se contrae en una pequeña cantidad a medida que seca y es propensa a 'estrías' leves en la superficie. Actualmente se fabrican muy buenas imitaciones de mármol utilizando áridos análogos y aglutinantes de resina. No conozco ningún granito artificial que sea indistinguible de la piedra bruta, y necesitaría una combinación muy exótica que coincidiera con la original.

No me atrevería a producir piedras de revestimiento con métodos prefabricados con la precisión evidente que vemos en la Gran Pirámide. Los moldes occidentales no podrían crear un material con tales grados de tolerancia, e incluso los moldes de acero mecanizados presentarían dificultades para llegar a dicha exactitud. Es posible obtener superficies muy ajustadas moldeando bloques en contacto con sus adyacentes, utilizando revestimiento en la cara para evitar adhesiones, y esto se conoce como contracasting ["contrarevestido"]. Si esta tolerancia fina también existe en los costados horizontales de esas piezas, ello necesitaría técnicas muy exigentes. Creo que hoy sería más fácil moldear esos bloques de gran tamaño, ¡y luego cortarlos y pulirlos con sierras y pulidores de diamante!

El proceso de voltear, erigir y situar las unidades sería muy complejo de emular con artefactos modernos. Hasta donde sé, la única forma de elevación que no deja rastro es por medio de ventosas, hechas en metal con juntas de goma alrededor del borde, y una bomba de vacío para crear fuerza de succión. Las almohadillas de este tipo se emplean para manipular y colocar grandes láminas de vidrio plano, y además en unidades lisas con revestimiento de hormigón.

En el mundo actual, recurriríamos a grúas torre con objeto de alzar y ubicar los bloques, pero en cuanto a cementar las uniones, no veo cómo podría aplicarse mortero entre espacios tan reducidos. Quizás exista la posibilidad de formar un patrón de ranuras coincidentes en las caras aparejadas, y que conduzcan al borde superior de la piedra, de modo que se pueda verter o forzar la lechada de cemento fluido, hasta llegar al área donde se frotará.

Se podrían emplazar grúas en la cima del monumento durante la colocación de dichos sillares externos, pero las últimas hileras plantearían un problema luego que el artefacto tuviera que bajarse. En cuanto a las grúas torre, para la Gran Pirámide deberían tener unos 150 mts. de alto y trabajar en un radio de más o menos 60 mts., pero no sé si hay maquinaria de ese tipo y lo dudo mucho".


​La Cámara del Rey

El habitáculo, mirando al oeste (sombreado= piedra caliza; rayas cruzadas= granito).

Derek comenta la idea de que los compartimentos sobre la Cámara fueron diseñados para "protegerla": "No veo ningún propósito estructural para esos nichos. Consideremos que tanto ese vestíbulo como aquél de la Reina presentan una estructura cimera y burda de 'arco'.


Esta construcción también pudo utilizarse directamente sobre la Cámara del Rey, aunque sería necesario girarla de este a oeste, al objeto de evitar que las cargas pesadas llegaran a la Antecámara y la Gran Galería.

Como delinea el siguiente bosquejo, las piedras del 'arco' transmiten la carga de mampostería rocosa superior, a los fundamentos en 'A' y el relleno en 'B'. Las cargas en 'A' se proyectan hacia abajo mediante las losas horizontales y sus bloques de soporte hasta los muros en 'C'. Vemos que dichas losas no sirven de nada, pues sólo aguantan su propio peso a lo largo del vano entre los bloques de carga, y en la parte inferior entre los muros. El 'abarcamiento' estructural de la Cámara se realiza por medio de las piedras superiores del 'arco'. 


Si suponemos que el cuerpo piramidal está construido con hileras horizontales de módulos líticos, la carga resistida por el arco será esta:


Sólo puedo concluir que las cinco brechas sobre esta Cámara fueron labradas por alguna razón distinta a la estructural".

Como se explica en el diagrama anterior, es incorrecto sugerir que el techo del recinto deba sobrellevar "cientos de miles de toneladas" en mampostería superpuesta. Quienes defienden el considerando de que "los compartimentos superiores alivian la tensión en los muros", parecen creer que cada nivel sucesivo de arriba abajo transmite parte del peso desde encima, y en forma horizontal al núcleo de mampostería, de modo que cada estrato resiste progresivamente menos masa, pero Derek comenta: "Esto no es así, a menos que cada nivel esté integrado en ese centro".

Si las vigas no se extienden hasta ese punto, las secciones superiores en realidad aumentan el peso en lugar de disminuirlo sobre las paredes, porque éstas deben soportar no sólo la masa de los abitaques y el peso transmitido verticalmente por el hastial, sino además las cuatro capas de travesaños intermedios. Derek consideró poco factible que se prolonguen hasta el núcleo "ya que todas las demás evidencias apuntan hacia una estructura independiente, con una cámara en la mampostería central rematada por un simple 'arco'".

Cámara del Rey, mirando al norte (sombreado= piedra caliza; rayas cruzadas= granito).

Sabemos con certeza que las vigas graníticas no se despliegan a dicho sector de albañilería en los extremos este y oeste de los compartimentos cimeros. En su lugar, hay dos inmensos muros calcáreos pertenecientes al mismo centro, e independientes de los travesaños en ambos costados, lo cual también puede ser el caso en los extremos norte y sur de las vigas pétreas y sus rocas de soporte, pero no hay acceso para verificarlo. El análisis de las cualidades acústicas del complejo respalda la teoría de que es autónomo, con un espacio entre el granito y la mampostería calífera medular (Dunn, The Giza Power Plant, p. 158-9).

La pirámide ha sufrido al menos dos grandes terremotos en los últimos 2000 años, y la Cámara del Rey tuvo los mayores estragos. Reveló parte de sus secretos con el tiempo, y algunas juntas verticales de paredes se abrieron hasta cierta medida. El suelo de granito es muy irregular, pero esto se debe sólo en parte al hundimiento, pues en apariencia nunca estuvo perfectamente nivelado.


Los nueve travesaños de granito que forman el techo de la Cámara están fracturados cerca de la pared sur. Como dijo Flinders Petrie, toda esa cubierta, que pesa unas 400 toneladas, se sostiene por medio de golpes y empujones en los sectores más comprometidos. Declaró que el colapso del habitáculo es inminente según factores de tiempo y actividad sísmica, y lo que le ha salvado hasta ahora es su separación de la estructura mayor, por lo cual puede ceder libremente a los asentamientos (The Pyramids and Temples of Gizeh, 1990, p. 27-31).

Derek Pratt observa que esos listones con daños podrían deberse a un asentamiento desigual, dado que sus extremos están "fijos" al quedar atrapados por la carga superior. Si la primera serie de vigas está integrada en el núcleo (como se supone en varios diagramas), ello aumentaría el riesgo de que se agrieten en un cabo por aquella disimilitud.

Movimientos horizontales y verticales de acuerdo con Lemesurier, ampliado 10 veces (The Great Pyramid Decoded, p. 111). [1) Gran Galería; 2) pasaje abierto por la fuerza, excavado desde la Galería hacia las Cámaras de Construcción; 3) empuje de la Galería que levanta los travesaños del techo durante el colapso; 4) locación aproximada de grietas en vigas; 5) fractura de caliza, molida dentro de la cámara por caída de bloques; 6) Antecámara; 7) fuerza de empuje incrementada en el desplome; 8) amplitud de caída en el techo de 5,20 mts. y rasgadura; 9) Cámara del Rey; 10) fisura; 11) ancho de base en la Cámara= 5,23 mts.; 12) lámina granítica; 13) empuje de Galería durante subsidencia].

En el compartimento más bajo, algunas entibas del cornijal sureste se hallan quebradas y todo el muro sur pareció caer hacia fuera en cierto grado. El segundo espacio también muestra grietas en los cabios del sureste, pero en las zonas superiores aquéllos se ven intactos, si bien existen indicios en la cuarta cámara de que los grandes muros centrales de mampostería -entre los que se encuentran esas particiones- se han hundido por casi ocho centímetros. En los tres tabiques inferiores, las vigas líticas descansan sobre piezas en granito con un metro de alto, mientras que en los dos superiores éstas últimas son de caliza, considerablemente triturada y desconchada.

Las vigas calcáreas e inclinadas que forman el techo culminante se separaron en el vértice por 3 a 4 cms., y Derek añade: "Era de esperarse por el 'fundamento' en la mampostería central. El arco se aplanaría ligeramente y eso abriría la junta de las cumbreras en el área inferior visible. Es verosímil que se hayan producido majaduras en el punto superior de la articulación".

Respecto a la Cámara del Rey en su conjunto, dice: "Me resulta difícil entender cómo mentes tan conocedoras pudieron desarrollar un método arquitectónico tan pobre. ¿Podría ser que el experto en estructuras fuera desestimado por superiores con menos conocimientos, pero hábiles en su propio campo? ¡Y eso ocurre hasta el día de hoy!"

Expresa también que el aposento de la Reina "está sujeto a las mismas fuerzas del núcleo cimero de mampostería", pero "aún sigue intacto y es una obra mucho más simple". Luego presenta el diseño básico para un recinto que no estaría supeditado a ninguna carga por albañilería superpuesta, siendo así mucho más duradero. Eso implica confeccionar una cavidad al interior de este centro, con un techo a dos aguas, y luego construir una estancia independiente dentro de ella.


La conclusión más lógica es que los espacios sobre la Cámara del Rey cumplen una función simbólica, junto con el uso variable de caliza y granito, o superficies rugosas y lisas. Es evidente que los arquitectos de la Gran Pirámide no buscaban tallar un vestíbulo que durara para siempre; después de todo, una de las enseñanzas esotéricas clave es la impermanencia de mundos y seres materiales, sometidos a ciclos constantes de formación y disolución, nacimiento, muerte y encarnaciones, descenso a la materia y resurrección espiritual.

24 de noviembre de 2023

Los misterios de Giza (8 de 9)

David Pratt
Noviembre 1997, última revisión noviembre 2023


Contenidos:

15. Nuestra evolución inconclusa
-Apéndice 1: Observación de estrellas y cálculos astronómicos


15. Nuestra evolución inconclusa

Lejos de constituir una "muestra ridícula y boba de ostentosidad regia" como describió Plinio (1), o "un callejón sin salida en una enorme obra lítica" según la Encyclopaedia Britannica (2), la Gran Pirámide era un majestuoso templo de iniciación y "formidable monumento viviente de registros esotéricos" (3), además de reflejar el testimonio perpetuo de los Sabios-Adeptos que la concibieron y supervisaron en su construcción.

La obra está repleta de simbolismo, siendo uno de los temas principales la transformación de materia densa en espíritu. De acuerdo con la Sabiduría Eterna, ambos aspectos son uno en esencia pues la materia espiritual puede existir en infinitos grados de espesura o niveles etéricos, y cada gran ciclo evolutivo comprende un arco declinante y paulatino de materialidad, seguido por otro ascendente de re-espiritualización.

El sagrado número 7 se compone de 3 (espíritu) y 4 (materia); el tres también representa un triángulo o pirámide, mientras que el cuatro señala al cuadrado o cubo. Se dice que aquélla es la "figura ígnea", y el vocablo respectivo surge del griego pyr o pur que denota "fuego". Según Platón, "en la génesis del mundo visible y tangible se formaron primero el fuego y la tierra (...) siendo sus partículas piramidales las unas, y cúbicas las otras" (5).

El polígono triangular refiere a la emanación material desde el espíritu, o de mundos más compactos a partir de otros menos sólidos. Su vértice "tipifica el punto clave y perdido en el universo invisible, desde donde comenzó la primera andanza de los prototipos espirituales humanos (...) transmite la idea de que todos los objetos tuvieron inicio en el espíritu: la evolución partió originalmente 'desde arriba' y prosiguió 'hacia abajo', en lugar de lo contrario como enseña la teoría darwinista" (6). El término egipcio de pirámide era mr o "lugar de ascenso", y Mark Lehner declara: "(...) es una representación del montículo de tierra primitiva y los ingrávidos rayos solares, uniendo de este modo Cielo y Tierra" (8).

Así como el fuego se asocia con lo impalpable (o éter), el agua puede vincularse a la materia, pues el concepto "aguas del espacio" significa un estado primordial en aquélla y de gran fineza, el "útero" o "madre cósmica" que debe insuflarse de vida por el "padre" eterno al comienzo de un ciclo, dando origen así al mundo manifestado o "hijo". El espíritu también encuentra su símil en el granito, una sustancia magmática, en tanto que lo corpóreo se adscribiría a la piedra caliza, un tipo sedimentario que se deposita bajo el agua y consiste principalmente en carbonato de calcio (sal), originándose por restos de animales marinos o precipitación química del mar.

Es interesante comprobar que los muros en la Cámara de la Reina solían estar muy cubiertos con un depósito blanco y cristalino de sal común, hasta que fue removido en años ulteriores. Sólo se han visto más bloques similares y lixiviados en el corredor del mismo habitáculo, otros esparcidos por la Gran Galería y el pasaje ascendente, y en el gran frontón sobre la cámara de construcción de mayor altura. Peter Lemesurier comenta: "De alguna manera, dichas piezas calcáreas se patinaron con sal de mar, ya sea en modo intencional o inconsciente", y se pregunta si habría un trasfondo simbólico (10).

Generalmente los cristales de sal exhiben apariencia cúbica, pero Blavatsky dice que cuando se compacta una solución homóloga, las primeras formas moleculares asumidas son triángulos, pirámides y conos (11). Las metamorfosis durante la producción de caliza y cualquier lixiviado posterior (en ambientes húmedos) comportan múltiples simbolismos; de hecho, la sal referiría entre otros detalles al "elemento tierra, la pureza espiritual y la transmutación de conciencia a un nivel superior" (12). La sal de natrón era tenida por sagrada en el antiguo Egipto, y se utilizaba no sólo como fundente en metalurgia o aditivo de compuestos para elaborar rocas artificiales, sino además en ritos de embalsamado, limpieza y homenaje a los dioses (13).

En la sección 5 (Parte 3) vimos que los espacios de la Cámara del Rey corresponderían a cinco de los planetas sagrados. Las cuatro capas adicionales de vigas graníticas sobre el techo igualmente recuerdan al djed egipcio, descrito con cuatro barras transversales cerca de la parte superior, y se cree que simboliza estabilidad y la columna vertebral de Osiris. Cuando representa la espina dorsal humana (y los tres canales energéticos-sutiles ubicados a lo largo de ella, conocidos en hinduismo como ida, pingala y sushumna), los segmentos horizontales señalarían a los chakras corazón, garganta, frontal y corona.


Fig. 15.1.

La energía creativa llamada kundalini -la forma más alta de prana o chi/qi- permanece latente en la base espinal, pero se eleva a través de sushumna hasta la zona superior del cráneo durante niveles místicos de conciencia. El ritual egipcio de "levantar el djed" connota el accionamiento de dicha fuerza como resultado natural de autopurificación, y jamás debiera intentarse por otros medios. En la mitología se dice que Osiris, dios de ultratumba, se eleva al cielo por la columna de su madre Nut y usando las vértebras como "peldaños", por lo cual se habla de un estado de iluminación en la vida terrena.

Con arreglo a ciertos escritores, en la defunción el alma abandona su "hogar somático" por la zona craneal superior, y se genera un proceso similar durante las iniciaciones en la Pirámide. Una vez liberado de su atuendo corpóreo, el espíritu del candidato sube mediante los espacios "planetarios" sobre la Cámara del Rey, y si logra zafarse de todos los atributos efímeros, traspasa el "anillo infranqueable" -o "triángulo gigante" (arco) que les corona- antes de llegar hasta la cima del monumento y más allá.

Fig. 15.2. Papiro Padiamon: columna djed (arriba) y "reavivamiento" del faraón occiso (debajo) (16). Compárese esto con el diseño y propósito de la Cámara del Rey (o de Resurrección).

En la etapa evolutiva actual, con frecuencia los humanos parecen "muertos vivientes" o incluso "momias", porque su naturaleza noble está oscurecida y paralizada por espesos velos materialistas y atractivos autofílicos. Por ello, el objetivo de la "estadía mundana" es redescubrir y reconectarnos con el Ser Eterno y lograr una regeneración espiritual, mientras que el estudio y la praxis iniciáticos tienen la finalidad de acelerar dicho curso.

En general las pirámides estaban coronadas con caliza, granito o basalto, a veces recubiertos de oro para representar al Sol, y ese componente era la "piedra benben", aludiendo al montículo sagrado que emergía de las aguas primordiales conocidas en el panteón como Nu ("acuoso") o Nun ("inerte"), sobre las cuales se asentaba el dios Atum ("consumador"/"creador"). La leyenda sostiene que entonces el pájaro bennu, como el fénix de renacimiento e inmortalidad, se posó en la roca benben y lanzó un "grito primigenio" que puso al mundo en movimiento.

No se ha descubierto la piedra angular de la Gran Pirámide y probablemente nunca se añadió, porque en el siglo I a. de C. Diodoro Sículo informaba que la estructura seguía en perfectas condiciones, pero sin su corona, y es complejo inferir cómo se podría haber quitado sin dañar algunos bloques abruptos y lisos del revestimiento; en consecuencia, la obra jamás se completó. Además, los cuatro cimientos tallados en el lecho rocoso y fuera de las esquinas muestran que fue fabricada un poco más pequeña que el plano original, y así la pirámide disminuida y sin terminar puede considerarse como símbolo de nuestra evolución en los reinos de la materia.

Fig. 15.3. Aquí se vislumbra otra afinidad, que muestra un polígono triangular sin la piedra consumatoria, y un ojo luminoso en su sitio; la inscripción de arriba significa "ha mirado los inicios favorablemente", y debajo señala "un nuevo orden de las edades". Este diseño, que aparece en los billetes de un dólar desde 1935, refleja el deseo entre los fundadores de Estados Unidos -varios de ellos masones- para establecer un nuevo orden en Occidente (17).

Las cuatro esquinas del monumento inconcluso podrían significar el cuaternario inferior o aspectos mortales de la constitución humana séptuple, el "yo" transitorio y finito. El ojo del triángulo es Horus, el Sol invisible y espiritual o fuente de nuestra naturaleza divina, y asimismo la facultad de visión interior que, una vez activada, permite la comprensión directa sobre verdades de la naturaleza; por su parte, el triángulo recuerda las facetas del Ser Superior (Manas o mente sublime, Buddhi/sabiduría intuitiva y Atman). De esta forma, el objetivo de la evolución humana es "purificar de tal modo el cuaternario que vibre al unísono con la tríada sublime" (18), es decir, refinar esos niveles con miras a expresar cualidades propias del Buda o Cristo internos.

El mismo mensaje se halla contenido en la Biblia, estableciendo que "la piedra rechazada por los constructores" se convirtió en la principal clave, siendo ésta última identificada con Jesús o el principio crístico (19). Nuestra odisea humana está lejos de finalizar, pero al seguir vida tras vida aquellas aspiraciones profundas hacia lo místico, llevaremos gradualmente a la expresión nuestra índole espiritual, cuyo logro hará que el conocimiento encarnado en la Gran Pirámide se convierta en herencia de toda la humanidad.


Referencias

1. C. Staniland Wake, The Origin and Significance of the Great Pyramid, Wizards Bookshelf, 1987 (1882), capítulo 3, p. 42.

2. britannica.com/technology/construction.
3. Blavatsky Collected Writings, 14:195.
5. La Doctrina Secreta, 2:594.
6. Isis Develada, 1972, 1:296-7, 154.
7. Schoch y Bauval, Origins of the Sphinx, p. 3.
8. Lehner, The Complete Pyramids, p. 35.
10. Lemesurier, The Great Pyramid: Your Personal Guide, p. 80.
11. La Doctrina Secreta, 2:594.
12. Rosemary Ellen Guiley, The Encyclopedia of Magic and Alchemy, Visionary Living, 2006.

13. Davidovits, Why the Pharaohs Built the Pyramids with Fake Stones, capítulo 9.
16. ushabtis.com/papyrus-padiamon-a-114; Bauval y Hancock, Keeper of Genesis, p. 277.

17. William Quan Judge, Ecos del Oriente, TUP, 2da edición, 2009-11, 2:76-80.
18. Blavatsky Collected Writings, 12:692.
19. Salmos 118:22; Mateo 21:42; Marcos 12:10; Lucas 20:17; Hechos 4:10-11; Efesios 2:20-21; I Pedro 2:4-7; Blavatsky Collected Writings, 14:220-1, 285; La Doctrina Secreta, 2:626-7.


APÉNDICE 1: Observación de estrellas y cálculos astronómicos

Sistemas por coordenadas

Para describir la posición y el movimiento de astros, los especialistas conciben la Tierra en el centro de una enorme esfera (llamada celeste) donde cada estrella, galaxia u otro ítem están representados por un punto de luz en la superficie interna de esa área. De tal guisa, a cada objeto pueden asignarse dos coordenadas, equiparables a la latitud y longitud en la Tierra.

Para este fin, los sistemas utilizados son el ecuatorial o celeste (proyección de igual línea equidistante en el firmamento) y eclíptico (órbita planetaria de traslación solar). El ecuador terrestre y el Polo Norte sidéreo se hallan a 23,4° con respecto al plano eclíptico y su extremo boreal, respectivamente, y asimismo la oblicuidad del eje planetario cambia de continuo, pero con mucha lentitud.

En el método ecuatorial, se usan los conceptos de ascensión recta (AR ó α) y declinación (δ) en lugar de "longitud" y "latitud". La primera de ellas se mide hacia el oriente y a lo largo del ecuador celeste, y desde el punto equinoccial de primavera, uno de los dos sectores donde la eclíptica cruza el ecuador proyectado. El punto vernal es también el "cero" de la longitud eclíptica (λ), mensurada hacia su dirección este. La declinación de una estrella o latitud eclíptica (β) es positiva si se encuentra al norte del ecuador celeste o la eclíptica, y negativa si está en el sur.

Sistema de coordenadas ecuatoriales.

Sistema eclíptico de coordenadas.


​Estrellas circumpolares y estacionales

Las estrellas visibles desde cualquier latitud terrestre cambian debido a la rotación planetaria (día/noche) y la revolución en torno al Sol. Para un observador en 30°N, el polo celeste homónimo se encuentra a 30° sobre el horizonte boreal, y por ende todos los orbes en dicha zona son circumpolares, es decir, parecen "rodear" ese punto extremo una vez cada 24 horas y son visibles toda la noche y en todo el año, a menos que estén oscurecidos por nubes.

El resto de luminarias es estacional: las que se aprecian desde un sitio determinado varían según la posición de la Tierra en su viaje alrededor del Astro Rey; así, parecen surgir en el levante y ponerse al oeste, llegando al punto más álgido cuando cruzan el meridiano del observador (línea de longitud). El movimiento diario y aparente de estrellas circumpolares y estacionales se debe a la rotación planetaria oeste-este (en sentido antihorario, visto por arriba desde el Polo Norte).

Vista de la esfera celeste para un observador en latitud (φ) 35° N. El Polo Norte astronómico (NCP) está a 35° sobre el horizonte septentrional. Las luminarias boreales con declinación de 55° (90°-35°) o más son circumpolares; todas las otras salen y se ocultan, excepto aquéllas que siempre están bajo el horizonte del espectador.

Las coordenadas cambian muy lentamente debido a la precesión de equinoccios, el ladeo variable del axis terrestre y el movimiento de estrellas (respecto al Sistema Solar) tanto transversal (izquierda/derecha, arriba/abajo) como radial (cercanía o alejamiento hacia nosotros). La precesión denota que el punto de primavera se mueve a través de las 12 constelaciones zodiacales, lo cual modifica qué estrellas son visibles en un lugar y periodo específicos del año.


En otras palabras y desde nuestro "hogar azul", de un equinoccio vernal al próximo el Sol semeja ir hacia el oeste a través de dichos asterismos (actualmente está en Piscis y llegando a Acuario), en sentido contrario a su paso por aquéllos durante la traslación terrestre. La tasa de precesión es 50" por año, 1° cada 72 años y tarda 25.920 en completar un circuito zodiacal. A lo largo de cada etapa, el eje planetario delinea un círculo aproximado ("voluta") en torno a los polos eclípticos Norte y Sur, y así la Tierra no necesita moverse por 360° de un equinoccio o solsticio al siguiente, sino unos 50" menos.



​Alineaciones pasadizos-ejes

Si estuviéramos en el Polo Norte planetario (latitud 90°), el celeste análogo se hallaría justo encima nuestro, y su altitud (ángulo sobre el horizonte) sería 90°. En el ecuador (latitud 0°) el mismo tramo del firmamento se ubicaría en el horizonte boreal con cota 0°, y desde la Gran Pirámide (29,98°N) le encontraríamos a 29,98° sobre ese plano.

Si el pasaje descendente en la cara norte estuviera a 29,98° con respecto al suelo, señalaría el Polo Norte astronómico, pero en realidad tiene 26,48° y se dirige hacia un punto 3,5° bajo aquél (29,98°-26,48°). En consecuencia, dicho corredor se ajustará con cualquier estrella boreal a una declinación de 86,5° (90°-3,5°); así, su clase es circumpolar y cada día cruzará el meridiano de la pirámide bajo el polo (culminación inferior) y por encima (culminación superior), apuntando al conducto degresivo sólo en la primera instancia. El astro referido será polar si es más fulgurante y cercano al Polo Norte sidéreo, aun cuando es muy raro que una estrella coincida exactamente con cualquier extremo proyectado.

El eje norte en la Cámara del Rey se aparta en 32,08° e indica un sector 2,1° por encima del Polo Norte celeste (29,98°+2,1°); entonces, coincidirá con cualquier astro septentrional a 87,9° (90°-2,1°) sólo en culminación alta.

El segmento austral del recinto presenta un ángulo de 45,11°. En cualquier lugar de la Tierra, el campo de visión para un observador se extiende 90° en todas direcciones, y la otra mitad de la esfera celeste está oculta por el planeta. Dado que la Gran Pirámide se encuentra a 29,98°N, una persona situada allí puede apreciar luminarias con declinación sur de hasta 60,02° (90°-29,98°), y así ese tramo interior corresponderá con alguna estrella a 14,91° (60,02°-45,11°) al atravesar el meridiano de la estructura.

Debido al movimiento de astros y los cambios en el declive axial planetario, las alineaciones no se repiten en intervalos exactos de un ciclo precesional.


Cálculos estelares

Existen muchos programas astronómicos recomendables como CyberSky y Stellarium, que muestran panorámicas en diversos momentos del pasado o futuro; no obstante, sólo son razonablemente precisos para unos pocos miles de años, como efecto de la variación del ritmo precesional y en el eje terrestre.

Los cálculos realizados se fundamentan en el supuesto de que, a lo largo de varios ciclos precesionales, la extensión media de 25.920 años y un cambio regular en el declive axial de 4° por ciclo son suficientemente precisos para generar resultados significativos. Por supuesto, existen incertidumbres relevantes como las variabilidades en tasas de precesión o ladeo axial, inexactitudes sobre el movimiento estelar, distancia/velocidad radial, cambios cronológicos en ese desplazamiento y la velocidad radial, y el ángulo exacto de los distintos corredores y ejes.

Con el objetivo de establecer posiciones en un momento particular (T) del pasado, se escribieron programas para los siguientes cómputos:

1. Corregir ascensión recta (α) y declinación (δ) actuales (época 2000.0) de la estrella, para el movimiento transversal y radial entre 2000 y la fecha T.

2. Transformar α y δ rectificados a la longitud (λ) y latitud (β) de la eclíptica correspondientes.

3. Ajuste de λ para considerar el movimiento del equinoccio desde T, sobre la base de una precesión igual a 50"/año.

4. Calcular oblicuidad eclíptica para T, basada en un cambio de 4° cada 25.920 años.

5. Según lo anterior, transformar λ y β a las coordenadas ecuatoriales correspondientes en T.

Las fórmulas astronómicas y la metodología de los pasos 1, 2 y 5 pueden encontrarse en:

• A. Hirshfeld, R.W. Sinnott y F. Ochsenbein, Sky Catalog 2000.0, vol. 1, Cambridge University Press, 2da edición, 1991, p. xvi.

• Jean Meeus, Astronomical Formulae for Calculators, Willmann-Bell, 4ta edición, 1988, capítulos 8 y 14.

Las estimaciones emplean datos más recientes de la base Simbad.


Datos piramidales

Las latitudes se definieron de acuerdo con Google Earth.



Fuentes:

*I.E.S. Edwards, The Pyramids of Egypt, Penguin, 1993.
*Ahmed Fakhry, The Pyramids, University of Chicago Press, 2da edición, 1969.
*Keith Hamilton, "The Great Pit of Zawiyet el-Aryan", noviembre 2017, academia.edu.

*Howard Vyse, Operations Carried on at the Pyramids of Gizeh in 1837, vol. 2, Londres, 1841; vol. 3: apéndice por J.S. Perring, Londres, 1842.

*William Kingsland, The Great Pyramid in Fact and in Theory, Part 1: Descriptive, Rider & Co, 1932.

*W.M. Flinders Petrie, The Pyramids and Temples of Gizeh, Field and Tuer, 1883.
*Piazzi Smyth, The Great Pyramid: Its secrets and mysteries revealed, Gramercy Books, 1978.

Para los cálculos zodiacales se utilizó un modelo estandarizado, donde cada constelación tiene 30° de ancho y la Era de Acuario comenzó en 1900, como propuso H.P. Blavatsky.

20 de noviembre de 2023

Los misterios de Giza (7 de 9)

David Pratt
Noviembre 1997, última revisión noviembre 2023


Contenidos:

13. Alineaciones antiguas
14. Descubrimientos recientes


13. Alineaciones antiguas

Las Grandes Pirámides se construyeron tras una segunda migración a Egipto, hace unos 80 ó 100 mil años, por gente de ascendencia mixta atlante y aria de Poseidonis, una isla remanente en el Océano Atlántico. La última gran ola demográfica arribó entre 12.000 y 20.000 años atrás desde el sur de India y Sri Lanka, que antaño fue la elevación boreal de un territorio ahora sumergido.

Blavatsky cita un Comentario de que las pirámides se erigieron al comienzo de un ciclo precesional "cuando Dhruva (Estrella Polar) estaba en su culminación más baja, y las Krittika (Pléyades) miraban sobre su cabeza (en igual meridiano y más arriba) para observar la faena de los gigantes", e identifica la estrella en cuestión como Polaris (Alpha Ursae Minoris) respecto al periodo en que se escribió dicha glosa (2). Frederick Dick establece así que las primeras obras fueron levantadas cuando Polaris tenía mayor distancia del polo real, y en un meridiano idéntico con éste último y Alcione, situada a su vez más arriba del horizonte que el Polo (3). Según sus cálculos, el postrer contexto de ese tipo fue a 86.960 años antes del 2000, durante la Era de Cáncer, una constelación que se muestra de forma muy prominente en los esquemas astrológicos de Dendera (4). Esto coincide con las afirmaciones por Blavatsky de que "los egipcios tienen en sus zodíacos pruebas irrefutables de registros que abarcan más de tres años sidéreos y medio [ciclos precesionales], o alrededor de 87.000 años" (5).

En términos teosóficos, esa fecha marcó el inicio de la actual raza familiar o caucásica, y como ésta se divide en siete razas nacionales -donde cada una se extiende por un lapso precesional (25.920 años)-, los países europeos modernos comprenden la cuarta de ellas que comenzó hace unos 9200 años y tiene otros 16.000 de vida, antes que una serie de cataclismos generen hundimientos en varias zonas del continente y marcando los albores de la próxima etapa civilizatoria (6).

Entonces, ¿cuándo se construyeron exactamente las pirámides más importantes? No tenemos datos precisos, y la implicación es que ello tuvo lugar en el ciclo precesional de hace 87.000 años (tercero anterior al actual). Sin embargo, es posible determinar una serie de épocas significativas basándonos en consideraciones zodiacales y astronómicas (un monumento puede aludir a cierta fecha, sin haberse concebido en aquel momento), y también calcular alineaciones potencialmente intencionales o simultáneas. El siguiente escenario especulativo sostiene que hubo un plan maestro desde el principio, porque en el caso de las pirámides alzadas en distintas fases, las características que señalan sus finalizaciones pertenecen a un tiempo previo de labrado (ver Apéndice 1 / 2); esas estructuras incluyen las dos enormes de Dahshur, que generalmente se adscriben a Sneferu, padre de Keops ("Sen-nefer" significa "las dos energías" (7)). Vimos que el trío guizense refleja las estrellas principales de Orión, y las pirámides Roja (norte) y Acodada (sur) corresponden a Aldebarán y Ain, mientras que el Nilo simboliza nuestra galaxia.

Fig. 13.1. Orión y Tauro en relación con la eclíptica (naranja), el ecuador galáctico (rojo) y la Vía Láctea.

La Pirámide Romboidal se llama así porque su zona más alta tiene un declive menos pronunciado que la inferior, y de acuerdo a la ortodoxia esto se debió a que los constructores temían un derrumbe, pero el maestro de obras Peter Hodges lo descarta al no haber evidencias de un trabajo con menor calidad (8). La forma de esta pirámide simboliza dualismo, al igual que los accesos (norte y occidental) conducentes a dos clases distintas de cámaras (9), y asimismo los pasajes de entrada cambian parcialmente su ángulo de descenso. Los cimientos pudieron ser establecidos hace 86.500 años, cuando el equinoccio vernal pasó de Cáncer a Géminis, y el sector pedáneo del corredor degresivo norte se alineó con Thuba (estrella polar) en la constelación Boötes.

Fig. 13.2. Pirámide Romboidal o Acodada (longitud basal 189,4 mts.).

Fig. 13.3. Interior de la obra (10).

La "Segunda" Pirámide en Giza es única porque tiene dos ingresos al norte, lo cual también es un signo de dualidad y puede mostrar vínculos con Géminis. Las pocas hileras inferiores, hasta una elevación de 9 mts., se componen por bloques gigantes parecidos a aquéllos de la mampostería central utilizada en templos megalíticos locales, que se cree fueron extraídos desde las inmediaciones de la Esfinge, si bien algunas partes bajas de dicha pirámide se labraron en estratos calíferos. Como el templo de ésta última se une a otro cerca de la Esfinge por una calzada, es posible que el sector basal del monumento y la estatua se hayan construido de forma paralela.

Varios investigadores, incluido el astrónomo Norman Lockyer, aducen que la Esfinge es mitad león y mitad virgen, representando el acoplamiento de las constelaciones relacionadas (hegemonía del Ser Divino sobre el yo efímero), y al mismo tiempo que el solsticio estival pasa de Virgo a Leo, el equinoccio vernal se traslada de Géminis a Tauro. La última vez que se produjo esa instancia fue hace unos 6580 años, pero si retrocedemos tres ciclos precesionales más llegamos a los 84.340, cuando el pasaje descendente e inferior de la Segunda Pirámide se habría alineado con Xuange (Boötes).

Fig. 13.4. La estrella rodeada por un círculo bajo Alkaid es 24 Canum Venaticorum.


Fig. 13.5.

De acuerdo a una remota inscripción árabe, cuando se alzaron las pirámides "Primera" y "Segunda" el asterismo Lira (o Buitre) estaba en Cáncer (11), y en las fechas ya estipuladas para ambas el meridiano celeste de Vega cruzó la eclíptica en Cáncer y Capricornio. Las escarpas que llevan a esos polígonos señalan 14° al N.E. y S.E. según el caso, y en aquel tiempo esto era exactamente un tercio del ángulo entre el levante y las zonas de amanecer en los solsticios de verano e invierno (Bauval está en lo cierto al decir que en 10.500 a. de C. el ángulo de dicha calzada era la mitad de aquél entre el oriente y los sectores de albor).

Fig. 13.6. Pirámide Roja (longitud basal 220 mts.).

Es posible que varios módulos de la Gran Pirámide se erigieran hacia el término del ciclo precesional hace 86.960 años. Lo que ahora se llama Gran Galería era conocido como "Salón de la Órbita", y dado el extraordinario conocimiento astronómico de los autores, Frederick Dick sostuvo que quizás fue instaurada para ubicarse en el plano exacto de la órbita terrestre a la medianoche del solsticio de verano, o al mediodía en invierno (12). El desnivel del corredor ascendente a dicho recinto es de 26°6', y éste último comporta 26°20', correspondiendo a una inclinación del eje planetario de 33°54' y 33°40' respectivamente. De esta forma, el primer "ladeo" se produjo hace unos 67.930 años y el segundo en 66.375 AP.

En 67.930 AP, el eje norte de la Cámara de la Reina coincidía con Albireo (Cygnus) y Aladfar (Lyra), mientras que el boreal dio vista hacia Aldebarán unos 825 años después, a medio camino entre esas dos fechas. Durante el 66.375 AP el extremo sur de la Cámara del Rey señalaba Alción y el norte Sulafat (estrella polar más brillante), y tras ser construida hasta el ápice de la Gran Galería, es factible que la obra permaneciese truncada antes de su fase terminal y se empleara en parte como lugar de iniciaciones y observatorio. En ese instante cúlmine, el "cinto" de Orión habría estado cerca de su punto más bajo en el cielo austral (visto desde Giza), proporcionando una sincronía cercana con el diseño de las tres pirámides en Giza. Un avance rápido de dos ciclos precesionales nos lleva a alrededor del 12.500 AP, y Bauval descubrió otra aproximación entre aquéllos para ese tiempo.

Fig. 13.7. El dios Jnum.

Adicionalmente, en 67.930 AP se produjo el solsticio de verano en Capricornio. Uno de los dioses más antiguos de Egipto es Khnum, representado con lo que a menudo es descrito como "cabeza de carnero" (cuernos horizontales y retorcidos) de la especie extinta Ovis longipes palaeoaegyptiacus; sin embargo, ésta exhibía cornamentas muy variadas (13), y en ocasiones se afirma que la deidad poseía testa caprina, asociándolo con el décimo signo zodiacal (14). En algunos bloques pétreos de la Gran Pirámide, el animal también aparece sobre jeroglíficos que dicen "Khnum-Khufu" ("Khnum me protege"), a ratos abreviado como "Khufu".

Fig. 13.8. Templo en Dendera.

Capricornio preside el zodíaco rectangular del templo en Dendera ("lugar de la órbita"). El santuario contemporáneo data del siglo I a. de C., pero está construido en un sitio que albergó recintos previos, y el diseño genuino se atribuye a Keops (15). El edificio principal está consagrado a la diosa Hathor y el más pequeño a Isis, representando ambas a la "Madre del Mundo", mientras la Estela del Inventario asocia estos personajes con la Gran Pirámide. El templo está dirigido 18,5° al N.E., y de acuerdo con un registro antiguo el rey miraba a la Osa Mayor cuando se edificó (16). Su latitud es ligeramente mayor que el ángulo del pasaje ascendente en la Gran Pirámide, y en términos del plano orbital terrestre señalaría una fecha de 67.650 años AP; para entonces, la declinación de Dubhe -luminaria de primera magnitud en aquel asterismo- era de casi 18°, y la variación promedio de las siete estrellas que lo componen llegaba a 19°.

Fig. 13.9. Sala hipóstila, Templo de Hathor.

Hace unos 67.930 años, el Polo Norte de la Tierra mostraba el "cuello" de Cygnus (situado junto a Lyra) y el astro polar era Eta Cygni, situado a 1,5° del punto celeste análogo. Dick argumenta que la pirámide se erigió en esta fecha, porque el eje global indicaba al vértice solar o área hacia donde se moverían el Sol y toda su consorte planetaria, en relación con las estrellas locales. Actualmente, los astrónomos dicen que esta localidad se encuentra en Hércules, cerca de la frontera con Lyra, aproximadamente a las 18 h. en ascensión recta y +30° de declinación; asimismo, el Sistema Solar se traslada allí a una velocidad de 17 a 20 km/s, mientras el grupo estelar al que pertenece el Astro Rey gira en torno al centro de la Vía Láctea a unos 240 km/s (17).

Según la Teosofía, este conjunto de planetas también gira alrededor de un "sol central" o "raja-sol" (núcleo galáctico), y ese foco se encuentra bajo el "muslo" de Hércules (18). Si la sugerencia por Dick es correcta, entonces aquella "vecindad" se mueve en dirección horaria (este-oeste) si lo vemos desde el norte galáctico -del mismo modo que circula al centro de éste último en sentido horario-, mientras que todos los planetas de nuestro sistema rodean al Sol de oeste a este.

Fig. 13.10. Situación de Eta Cygni.


Referencias

2. La Doctrina Secreta, 1:435.
3. F.J. Dick, "Ancient astronomy in Egypt and its significance", The Theosophical Path, marzo 1916, p. 287-303.

4. "Inversiones polares y catástrofes geológicas", Apéndice 5.
5. La Doctrina Secreta, 2:332.
6. Ibídem, 2:331, 1:439 nota al pie.
7. De Lubicz, Sacred Science, p. 229.
8. Hodges y Keable, How the Pyramids Were Built, p. 61.
9. West, The Traveler’s Key to Ancient Egypt, p. 196-9.
10. Franck Monnier, "New light on the architecture of the Bent Pyramid", Nile Magazine, n° 20, junio-julio 2019, p. 44-50.

11. Tompkins, Secrets of the Great Pyramid, p. 218.
12. "Ancient astronomy in Egypt and its significance".
13. oldeuropeanculture.blogspot.com/2019/04/khnum.html. Véase J. Norman Lockyer, The Dawn of Astronomy: A study of the temple-worship and mythology of the ancient Egyptians, Cassell and Company Ltd., 1894, p. 384-5.

14. R.H. Allen, Star Names: Their lore and meaning, Dover, 1963 (1899), p. 138.
15. Adams y Garstin, The Book of the Master of the Hidden Places, p. 69-70.
16. The Dawn of Astronomy, p. 176-7; davidfurlong.co.uk.
17. P.R. Weissman, "The solar system and its place in the galaxy", en: T. Spohn, D. Breuer y T.V. Johnson, Encyclopedia of the Solar System, Elsevier, 3era edición, 2014, p. 3-28.

18. Blavatsky Collected Writings, 5:162-3.


14. Descubrimientos recientes

En 1986 un equipo francés realizó estudios microgravimétricos de la Gran Pirámide, y tras hallar pruebas de cavidades en el lado occidental del corredor en la Cámara de la Reina, se practicaron tres pequeños orificios atravesando piedra caliza compacta, escombros análogos y mortero, arena de cuarzo muy fina (posiblemente del sur del Sinaí) y más restos calcáreos. Sólo un boquete no consiguió alcanzar el final del cuerpo arenisco, lo que generó especulaciones sobre una "cámara oculta", si bien los estratos podrían ser sólo el relleno entre las murallas pétreas del pasadizo y la mampostería central.

En 1987 expertos japoneses utilizaron un radar de penetración terrestre y confirmaron la presencia de una cavidad, que atribuían a un pasillo secreto y equidistante al corredor. También hubo indicios de una zona con aproximadamente 1,5 mts. bajo esa galería, repleta de arena y cuya profundidad era estimada en tres metros, y una posible brecha de 1 x 1,5 mts. dispuesta a su vez tres metros posteriores a la pared norte de la Cámara de la Reina, pero estos hallazgos no han sido investigados más a fondo. Al sur de la Gran Pirámide se localizó otro "túnel" soterrado a 3 ó 5 mts. que puede prolongarse bajo la estructura (1).

La meseta de Giza se compone principalmente por cal entrelazada con capas de arena y grava. Los sedimentos se depositaron bajo el mar en el Eoceno, y además de numerosas fallas, ese altiplano engloba cursos de agua subterráneos que disuelven la caliza y crean muchas cavidades naturales, aparte de los túneles y cámaras artificiales que puedan existir.

Se han excavado múltiples "pozos de tumbas" profundos en la meseta, y uno de los más conocidos es el de "Osiris", descubierto en 1934. El acceso a este complejo se ubica en un túnel bajo la calzada que conecta la Segunda Pirámide y la Esfinge. El primer foso lleva a una cámara, donde un ulterior desciende a una gran cavidad circuida por siete nichos que albergan dos cofres de 40 toneladas (de basalto y dacita, una roca africana que sólo se encuentra en pequeños volúmenes), junto con cerámica y huesos que podrían datar del 500 a. de C. Uno de esos nichos contiene un tercer pozo ("acuífero") en dirección a una enorme brecha llamada "tumba simbólica de Osiris", a más de 30 mts. bajo tierra. En el agua clara pueden verse los restos de cuatro pilares con un gran arcón granítico en el centro, y los artefactos se remontan al 1500 a. de C. (2).

Fig. 14.1. Cofre de basalto en el "pozo de Osiris".

Existen varios fosos o túneles conocidos al interior de la Esfinge o subdurales a ella, pero parecen no llevar a ninguna parte (3). Se localizaron múltiples anomalías por teledetección en esa escultura, realizada por SRI International en 1977-1978, mas el perforado no encontró cavidades significativas aparte de las generadas naturalmente en piedra caliza. La indagatoria de 1987 develó pruebas de un túnel norte-sur bajo la estatua, un sector acuífero subterráneo cerca de la pata trasera sur y otra oquedad contigua a la trasera norte; sin embargo, una exploración egipcia de 1992 que empleó refracción sísmica superficial no determinó rastros de hoyadas próximas al monumento (4).

Por el contrario, un examen con métodos sísmicos del recinto de la Esfinge en 1991 por Robert Schoch y Thomas Dobecki, encontró tres anomalías de baja velocidad que podrían ser espacios huecos, ya sean naturales o artificiales (5). El más notorio es una "cámara" posiblemente colapsada de 12 x 9 mts. bajo la pata izquierda; otro sector se prolonga desde la esquina S.O. de esa irregularidad hasta el extremo de igual orientación en la efigie, tal vez un conducto con derrumbe incompleto, y el tercer vacío se ubica junto a la grupa izquierda y correspondería a una cavidad conocida, pero las autoridades egipcias no permitieron más investigaciones.

Asimismo, los autores declaraban que justo al oriente del Templo de la Esfinge, situado frente a ella, el lecho calcáreo se encuentra uno o dos metros bajo la superficie arenosa, y luego cae repentinamente por 8 ó 9 antes de continuar descendiendo hasta más de 18, comparados con el suelo actual. Hoy la mayor parte del material térreo que llena dicho espacio está repleta de agua, al encontrarse por debajo del nivel freático moderno. En la antigüedad, el estrato lítico habría formado alguna estructura parecida a un acantilado, y Schoch cree que contendría el acceso a una cámara bajo la estatua zoomorfa.

Estos hallazgos alimentaron especulaciones acerca del "Salón de los Registros" que el clarividente Edgar Cayce describió en trance. Sostenía que se encontraba entre la Esfinge y el Nilo y su portal estaba cerca de la pata derecha, prediciendo que sería descubierto antes de concluir el siglo XX. Agregó que allí se preservan registros de la cultura atlante, traída a Egipto mediante supervivientes liderados por el sacerdote Ra-Ta, una supuesta encarnación previa del médium estadounidense, y se piensa que dichos expatriados levantaron la Gran Pirámide entre el 10.490 y 10.390 a. de C. como templo iniciático (6). La Teosofía está de acuerdo en que la isla mesoatlántica de Poseidonis se hundió hace unos 11.500 años, pero no en que esa obra fuese autoría de individuos atlánteos.

En 1992 hubo otra pesquisa con medios no destructivos alrededor de la Cámara Subterránea en la Gran Pirámide, y se fundamentaba en el aserto por Heródoto de que el faraón Keops fue enterrado en una isla subyacente rodeada por las aguas del Nilo, amén de evidencias arqueológicas sobre un canal fuera de la meseta. Se detectó un par de anomalías y en 1995 el grupo tuvo "luz verde" con objeto de horadar el lecho de roca, pero no dio con ninguna cavidad (7).

En 1993 Rudolf Gantenbrink sondeó los pozos en la Cámara de la Reina (que medían 23 cms. de amplitud y 20 de alto) con un robot-oruga que él mismo diseñó, llamado Upuaut 2. Luego de empinarse por 64 mts., develó que el "aljibe" austral estaba bloqueado por una losa calcárea o "puerta", de la que sobresalen dos herrajes o "tiradores" en cobre corroído, mientras que un fragmento del mismo metal yacía en el piso del sitio, justo por delante. En 2002 el Pyramid Rover practicó un pequeño agujero en la losa y distinguió otra "piedra-obstáculo" trasera a 19 cms.; el primer sillar mencionado y el último bloque en U (que forman los lados y el techo) eran de caliza y artesanía superiores al resto de las piezas, y además el pozo norte en la Cámara de la Reina se encontraba obstruido por una baldosa análoga. En 2009 y 2011 el equipo robótico Djedi exploró el canal sur descubriendo tres glifos de color ocre rojo, en el suelo del espacio entre las dos rocas interceptoras, que posiblemente decían "1", "20" y "100" ó "200", junto con una línea roja de albañilería (8).

Fig. 14.2. Cámara de la Reina: primer componente de bloqueo, extremo sur.

En 2016 y con técnicas de muografía (similar a los rayos X, pero utilizando muones de haces cósmicos), el proyecto ScanPyramids encontró una brecha posterior al frontón sobre el acceso al pasaje degresivo en la cara norte de la pirámide, y la exploración con cámara endoscópica en febrero de 2023 reveló un túnel horizontal con nueve metros de largo, dos de holgura y dos en alto, cuya techumbre está formada por grandes patrones en V como aquéllos encima de la entrada (9). En 2017 el mismo operativo desentrañó un espacio muy grande a 10-15 mts. sobre la Gran Galería; tiene al menos 40 mts. de largo y es transversal o inclinado hacia arriba como el pasadizo inferior homólogo (10), pero actualmente es inaccesible y se desconoce su naturaleza y finalidad.

Fig. 14.3. Hastial sobre la entrada al pasaje descendente (izquierda superior), e ingreso de turistas (centro-derecha).

Fig. 14.4. Imagen endoscópica del corredor, cara norte (ScanPyramids).

Fig. 14.5. Área extensa sobre la Gran Galería (ScanPyramids).


Referencias

1. Ian Lawton y Chris Ogilvie-Herald, Giza: The truth, Rational Spirituality Press, 3era edición, 2020 (Kindle), capítulo 6; Zahi Hawass, "The pyramids and temples of Egypt: an update", en: Petrie, The Pyramids and Temples of Gizeh, 1990, p. 97-135 (p. 101-2); Lehner, The Complete Pyramids, p. 67.

2. Selim Hassan, Excavations at Giza, vol. 5: 1933-1934, Cairo, 1944, p. 193; Zahi A. Hawass, "The discovery of the Osiris Shaft at Giza", en Zahi A. Hawass y Janet Richards (eds.), The Archaeology and Art of Ancient Egypt, Conseil Suprême des Antiquités de l’Egypte, vol. 1, 2007; Zahi Hawass, "The Osiris Shaft", guardians.net; Giza: The truth, capítulo 14; Versadoco, "The Osiris Shaft at Giza", y Anyextee, "The Osiris Shaft Black Goo Mystery Finally Solved", youtube.com; "Mysterious Osiris Shaft Private Tour Photos", techzelle.com.

3. madainproject.com/sphinx_tunnels_chambers.
4. The Complete Pyramids, p. 67-9.
5. Schoch y Bauval, Origins of the Sphinx, p. 81-5.
6. Edgar Cayce on Atlantis, Warner Books, 1968.
7. Giza: The truth, capítulo 6; The Complete Pyramids, p. 67.
8. Robert Richardson, "The Djedi Project: Part 1", 2020, realrobotics.co.uk; Keith Payne, "The Djedi Project: The next generation in robotic archaeology", 2012, emhotep.net.

9. "ScanPyramids SP-NFC 2023 Report", vimeo.com; S. Procureur et al., "Precise characterization of a corridor-shaped structure in Khufu’s Pyramid by observation of cosmic-ray muons", Nature Communications, vol. 14, marzo 2023, 1144.

10. "ScanPyramids 2019 English Video Report", vimeo.com; K. Morishima et al., "Discovery of a big void in Khufu’s Pyramid by observation of cosmic-ray muons", Nature, vol. 552, 2017, p. 386-90.

16 de noviembre de 2023

Los misterios de Giza (6 de 9)

David Pratt
Noviembre 1997, última revisión noviembre 2023


Contenidos:

11. La Gran Esfinge
12. Monumentos megalíticos


11. La Gran Esfinge

Fig. 11.1. 

La Esfinge se halla estrechamente relacionada con los misterios de la Gran Pirámide, y representa el trabajo escultórico más notable del mundo antiguo. Tallada en la roca natural del altiplano guizense, mide 73 mts. de longlitud, 20,2 de alto y 19 de ancho en su parte trasera. Los egiptólogos ortodoxos creen que se elaboró durante el reinado de Kefrén, alrededor del 2550 a. de C., aunque no hay una sóla inscripción que los vincule. Supuestamente es un retrato de aquél, si bien muchos viajeros e investigadores le atribuyeron apariencia femenina con rasgos africanos y negroides.

Mark Lehner aseguró demostrar que sí es un retrato de Kefrén mediante imágenes computacionales, pero admite que utilizó una estampa del faraón como modelo, lo que simplemente evidencia que los ordenadores trabajan según las instrucciones recibidas. El detective Frank Domingo, artista forense senior del Departamento de Policía neoyorquino, y basándose en su propio análisis, concluyó que la cabeza de dicho monumento no representa al monarca, sino a una persona con semblante africano o negro (1).

La Esfinge fue excavada en un sólido lecho de caliza, dejando un hueco o foso a su alrededor que se llenó repetidamente de arena durante los últimos 4500 años, enterrándola hasta el cuello, y se requirió varios cientos de personas y muchos años para despejar su base, sugiriendo que el Sahara no era un desierto cuando la figura se labró por primera vez. Dicha área estuvo cubierta de hierba, árboles y lagos durante el período húmedo, entre el 14.500 y 5500 A.P., y luego el clima se tornó cada vez más árido (2). En tiempos prehistóricos, cuando era una exuberante sabana, estaba poblado por una etnia africana que emigró al valle del Nilo cuando el desierto se hizo extremadamente seco.

Existe contundente evidencia geológica de que la Esfinge es anterior al gobierno de Kefrén en muchos milenios. El filósofo y orientalista R.A. Schwaller de Lubicz fue el primero en señalar la posibilidad de que se hubiera moldeado por agua y no arena o viento, como se suponía hasta ahora. Esa idea fue retomada por John West, quien involucró a Robert Schoch, profesor de geología en la Universidad de Boston, y tras un examen minucioso de la ablación extrema en el cuerpo y las paredes del foso adyacente -en parte empleando métodos sísmicos-, Schoch determinó que el perfil erosivo-ondulado y las profundas fisuras verticales se deben principalmente a lluvias y escorrentía hídrica (3).

La índole y el grado de erosión no pueden explicarse mediante lluvias torrenciales y esporádicas o inundaciones repentinas desde la época de Kefrén, o por agua subterránea trazumada hacia la Esfinge durante ese período. Puede apreciarse un alto nivel de desgaste eólico en las mastabas de adobe en Saqqara, que supuestamente son varios cientos de años más viejas, y las tumbas guizenses del Reino Antiguo escindidas de la misma secuencia calcárea que el cuerpo de la Esfinge, pero no presentan signos de erosión pluvial significativa como en el caso de aquella escultura. Hay corrosión por viento en su cabeza -tallada en cal más dura-, la cual se proyecta por sobre el nivel altiplánico, y asimismo en el tramo superior del "lomo".

Actualmente, Schoch sostiene que la Esfinge debe tener al menos 10.000 años, siendo reparada con bloques calíferos en el Imperio Antiguo y Nuevo, y se han efectuado más remodelaciones hasta hoy. Inclusive podría encerrar una antigüedad incalculable, pues no sabemos exactamente cuánta lluvia precipitó en el pasado lejano, o cuántas veces el monumento fue reconstruido. Según la Estela del Sueño, erigida entre sus patas bajo la Dinastía XVIII, la Esfinge ha existido desde "la primera vez" (zep tepi), una edad próspera, remota y mítica en que los dioses gobernaban Egipto (4). Los especialistas dogmáticos rechazan cualquier nueva datación, pero recurren a argumentos inverosímiles para mantener sus creencias.

Fig. 11.2. Acción erosiva y de reparaciones en el costado de la Esfinge.

Fig. 11.3. Erosión del muro sur. El resto de tapiales presenta hasta dos metros de desgaste.

West destaca el repentino surgimiento de la civilización egipcia: "En la práctica no hubo signos de un intervalo de 'desarrollo' en ciencias, técnicas de arte o arquitectura y el sistema jeroglífico; en efecto, muchos logros de las primeras dinastías nunca fueron superados ni tuvieron símil posteriormente. Este hecho asombroso es admitido por egiptólogos ortodoxos, pero la envergadura del misterio que plantea se subestima hábilmente, al tiempo que varias de sus implicancias continúan sin ser mencionadas" (5). Afirma que esta cultura no era novedosa y más bien constituyó un legado o remanente de otra anterior y perdida, describiendo la historia del Egipto dinástico como "una sucesión de fases decadentes y alcistas, donde sus cumbres eran cada vez más pequeñas" (6).

El templo de la Esfinge, el mortuorio de "Kefrén" u otros del valle homónimo, y el mausoleo de "Micerino" proporcionan más evidencias de una civilización predinástica. Están construidos en parte con enormes bloques de caliza cuyo peso promedio llega a 50 toneladas, otros poseen alrededor de 100 y existe al menos uno con 200. Se dice que estos sillares fueron removidos mientras se enhestó la Esfinge y tuvieron daños similares por erosión. No hay ningún otro lugar en el país que exhibe el mismo tipo o nivel de rozamiento (recordemos que antiguamente las pirámides estaban protegidas por revestimientos de alta calidad), y en algún momento a dichos templos se añadieron componentes graníticos de entre 3 y 15 toneladas, aunque gran parte de esa cubierta fue retirada desde entonces. En ocasiones, su flanco cimero era esculpido para encajar con la superficie tortuosa de los bloques erosionados, e incluso el área con desgaste se recortaba para hacerla un poco más recta (ver imagen siguiente).

Fig. 11.4. Bloques de caliza, templo del valle de "Kefrén".

Fig. 11.5. Piezas de granito aún en su sitio original.

Otra prueba es el Osireion subterráneo de mampostería ciclópea, excavado a principios del siglo XX en el limo y la arena tras el templo de Seti I en Abydos. El piso está a más de 15 mts. bajo el nivel de esa instalación, que data alrededor del 1300 a. de C., y al igual que los templos megalíticos de Giza, el Osireion se caracteriza por su absoluta simplicidad y carece de esculturas y decoración, exceptuando algunas inscripciones y adornos dejados por Seti I que se hallaron en cámaras ajenas al enorme núcleo del recinto. Es posible que en su mandato la estructura original haya tenido restauraciones y se amplificara, pero considerando su estilo atípico, es insostenible la opinión ortodoxa de que fue erigida por aquel faraón. Blavatsky dice que "todas las naciones del mundo, y no sólo los egipcios, comenzaron con santuarios desprovistos de ídolos e incluso símbolos", y que esa característica es evidencia de una "enorme antigüedad" (7).

Fig. 11.6. El Osireion.

Robert Bauval y Graham Hancock también piensan que la Esfinge se buriló hacia el 10.500 a. de C., durante la pasada Era de Leo, y ésta es la "primera vez" o gran época que describen los textos egipcios. West pone en duda esa teoría, porque nuestro planeta se encontraba en medio de intensos trastornos asociados con las postrimerías de la última edad glacial, mientras que todo en el altiplano de Giza apunta a una civilización avanzada, segura y establecida desde hace mucho tiempo. Plantea así que la Esfinge se habría construido alrededor del 36.000 a. de C. -es decir, todo un ciclo precesional anterior-, una fecha más acorde con la historia local como aparece en algunas nóminas de reyes. West también relata que cuando él y Robert Schoch obtuvieron permiso oficial en 1991 para explorar el habitáculo de la Esfinge con cámaras y un grupo de patrocinadores, Schoch miró las rocas y exclamó: "¡Vaya, parecen tener cientos de miles de años!", y al darse cuenta de que tenía una audiencia considerable, añadió rápidamente "pero no me citen diciendo eso" (8).

Los múltiples datos cronológicos sitúan la fundación de Egipto hasta 50.000 años antes de iniciarse el Período Dinástico Temprano, que en la historia convencional se remontaría al 3150 a. de C. Platón manifestó que los vernáculos habían observado estrellas "durante diez mil años o un tiempo infinito, por así decirlo"; en tanto, Pomponio Mela (siglo I) decía que según los anales escritos, desde comienzos del pueblo egipcio "las estrellas han completado cuatro revoluciones, y el Sol se ha puesto dos veces en donde ahora sale" (9), lo que podría significar cuatro ciclos precesionales o un periodo superior a 100.000 años. Por su parte, Simplicio (siglo VI) supo que los egipcios poseían catastros astronómicos que abarcaban nada menos que 630.000 años (10).

Si los estudios geológicos muestran que la Esfinge es mucho más antigua de lo establecido, otras construcciones deben seguir enterradas en algún sitio, quizás a mayor profundidad de lo que nadie ha buscado, o en partes aún ignotas como las orillas del antiguo Nilo -a varios kilómetros de su ubicación actual-, o en el fondo del Mediterráneo, pues ciertas zonas costeras estaban sobre el agua en la última edad de hielo; asimismo, dos tercios de Egipto permanecen cubiertos de arena y completamente sin excavar.

Comentando sobre la falta de pruebas respecto a una "gloria anterior y mucho más remota", un Adepto indotibetano escribía en la década de 1880: "(...) debido al incremento anual de la crecida del Nilo, que asciende sólo a unos pocos centímetros en un siglo (...) para el conocimiento de vuestras subrazas, están ocultos eternamente los rastros de la civilización egipcia más antigua, una que era tan superior a la última, o aquélla que los egiptólogos afirman conocer (...) ya que [vuestra cultura inglesa] es ahora superior al Tíbet. Como fuisteis los últimos conquistadores de Egipto, os corresponde calcular cúantos milenios pasaron sobre pirámides que superan a las actuales, arrojando cada vez uno o dos metros de arena sobre ciudades sepultadas y en ruinas, esfinges y palacios aún más viejos. Cavad más profundamente en la arena y el limo de los siglos, y tal vez encontréis algo; después podréis emitir y sumar las cifras" (11).

Según la Teosofía, hubo varias oleadas migratorias cuando la masa continental de Atlántida -entonces situada en el océano de su nombre- se fragmentó y hundió lentamente dejando islas grandes y pequeñas. Algunos grupos viajaron a nuevas tierras emergidas de las aguas del Lejano Oriente, y otros escogieron áreas que se formaban en lo que hoy es África, empezando por las mesetas etíopes (Abisinia), luego a nuevos sitios más al norte y finalmente el delta del Nilo, creado por enormes acumulaciones de sedimentos provenientes del interior africano. De igual manera, se establece que una gran masa de colonos arribó a Egipto hace 400.000 años (13).

Hace unos 430.000 años, la inclinación del eje planetario era de 90° y la Tierra yacía oblicua con sus polos en el plano orbital (eclíptica). En ese lapso habría existido una fase de luz diurna continua y calor tropical en verano, y otra de oscuridad permanente y frío invernal severo; por consiguiente, las latitudes menos inhóspitas eran más cercanas al ecuador. Así y cuando Egipto se creó, la Tierra comenzaba a despertar de la última "era de horror" como le llamó S.A. Mackey (14), y de acuerdo con ciertas tradiciones, los primeros pobladores habrían llegado desde el corazón de África.


Referencias

1. Robert M. Schoch y Robert Bauval, Origins of the Sphinx: Celestial guardian of pre-pharaonic civilization, Inner Traditions, 2017, p. 135-44; John Anthony West, Serpent in the Sky: The High Wisdom of Ancient Egypt, Quest, 1993, p. 230-2.

2. wikipedia.org/wiki/African_humid_period.
3. Origins of the Sphinx, p. 35-88, 234-69, 337-432; Serpent in the Sky, p. 184-232.
4. Origins of the Sphinx, p. 113-4.
5. Serpent in the Sky, p. 1.
6. Serpent in the Sky, p. 210.
7. Blavatsky, The Theosophical Glossary, p. 135-6.
8. I.P. Cory, Ancient Fragments, 2da edición, Wizards Bookshelf, 1975, p. 177.
9. R.A. Schwaller de Lubicz, Sacred Science: The king of pharaonic theocracy, Inner Traditions International, 1961, p. 279.

10. John Anthony West, "Giza: the (half) truth", parte 4, jawest.net.
11. Blavatsky Collected Writings, 13:319-20.
13. La Doctrina Secreta, 2:750.
14. Mackey, Mythological Astronomy of the Ancients Demonstrated.


12. Monumentos megalíticos

Helena Blavatsky reseñó una fase subsecuente a la migración inicial a Egipto hace 400.000 años, pero muy anterior al terceto piramidal en Giza: "(...) hay registros que muestran a sacerdotes egipcios -Iniciados- viajando por tierra en dirección noroeste, a través de lo que más tarde se convirtió en el Estrecho de Gibraltar, y enfilaron hacia el norte pasando por los futuros asentamientos fenicios del sur de Galia; luego, aún más al septentrión y hasta pisar Carnac (Morbihan), volvieron al oeste llegando al promontorio noroccidental del Nuevo Continente [Islas Británicas contemporáneas, aún no escindidas de la masa térrea primaria] (...). Las inscripciones arcaicas dicen que los Iniciados de la Segunda Subraza de la familia aria se movían entre una comarca y otra, con el fin de supervisar la construcción de menhires y dólmenes*, colosales zodíacos en piedra y sepulcros que sirvieran como receptáculos para las cenizas de generaciones venideras" (1).

*Los menhires son piedras individuales, en tanto que los dólmenes representan conjuntos de rocas múltiples que sostienen losas horizontales.

A tenor de la literatura teosófica, nuestra humanidad aria o indoeuropea moderna evolucionó hasta transformarse en una raza-raíz distinta en Asia Central, hace aproximadamente un millón de años. Si dividimos su historia en subrazas, donde cada una se mantuvo por unos 210.000 años (2), entonces la tercera de ellas comenzó hace unos 370.000 y puede denominarse "segunda subraza de la familia aria" dado que la primera todavía fue claramente "atlanto-aria".

Fig. 12.1. Menhir granítico de Champ-Dolent, Bretaña. Se eleva a 9,5 mts. y pesa unas 100 toneladas.

Hay cientos de palestras líticas y monumentos similares en África, Medio Oriente, Europa, Escandinavia y otras partes, e incluso algunos fueron intervenidos con el paso del tiempo. Los de Carnac en Bretaña y aquél de Stonehenge (Wiltshire, Inglaterra) figuran entre los vestigios cuyas estructuras prístinas se remontarían al periodo que refiere Blavatsky (3). El nombre moderno "Carnac" tiene un claro parecido a "Karnak", la zona donde se encuentra y conserva el templo egipcio más grandioso, e igualmente Thoth -dios de sabiduría- sobrevive en cientos de colinas llamadas Toot o Tot esparcidas por Inglaterra. El vocablo "henge" puede ser una permutación del egipcio ankh, que significa "vivo" o "vida", y el sistema de mensuras piramidales, basado en magnitudes planetarias, se refleja en obras antiguas de varias localidades; por ejemplo, el anillo sarsen de trilitos en Stonehenge posee el mismo tamaño que el "círculo anual" egipcio (4).

Fig. 12.2. Piedras en Avebury, Wiltshire.

Fig. 12.3. Reconstrucción informática de Avebury, que muestra cómo pudo verse alrededor del 2300 a. de C.

Se han propuesto diversas teorías -en parte contradictorias- sobre el uso de Stonehenge como observatorio solar y lunar, todas ellas basadas en la creencia de que su edad es de sólo "pocos miles de años". El Sol estival no sale hoy sobre la heelstone ("Piedra Talón"), sino justo al norte de ella, y esta discrepancia habría sido mayor hace 5200 años cuando se piensa que comenzó la primera fase del levantamiento (5). Las dataciones "oficiales" se sustentan en gran medida por análisis de radiocarbono sobre fragmentos orgánicos y encontrados en el suelo adyacente, pero no hay garantías de que sean tan antiguos como la estructura original.

Fig. 12.4. En Stonehenge, las piedras sarsen del círculo exterior miden cuatro metros de alto y tienen unas 25 toneladas. Los cinco trilitos internos, dispuestos en "herradura", presentan hasta 7,3 mts. y 50 toneladas.

Fig. 12.5. Los dinteles permanecen en su lugar por ensambladuras de caja-espiga y machihembrado, y se nivelan con mucha exactitud.

Frederick J. Dick ofrece una interpretación más radical (6), señalando que hace aproximadamente 150.000 años el eje de Stonehenge apuntó hacia la salida de Aldebarán u "Ojo de Tauro", el astro que los egipcios utilizaban para sus cálculos del nuevo ciclo (7) (350.000 años atrás era probablemente el más luminoso del cielo nocturno), y sugiere que datarían de esa época los peñascos del altar, la heelstone y quizás las "piedras azules" (bluestones).

En periodos antiguos, el templo de Stonehenge se llamaba Danza de los Gigantes. Las leyendas cuentan que las colosales piezas fueron llevadas a Irlanda por gigantes africanos y después a Inglaterra por Merlín. Blavatsky dice que los megalitos de todo el mundo son obra de antepasados con tamaño físico mucho mayor que el nuestro, como los atlantes en su apogeo hace varios millones de años, pero los humanos se redujeron en talla de 5 a 4-3 mts. a partir de la tercera subraza del linaje ario (8). En tiempos recientes se han descubierto muchas osamentas análogas de hasta 4 (9), y hace 150.000 años los individuos con dos o más metros pudieron ser comunes.


Referencias

1. La Doctrina Secreta, 2:750.
2. Ibídem, 2:435.
3. Ibídem, 2:754.
4. J. Michell, The New View Over Atlantis, Thames and Hudson, 1983, p. 121-52; Lemesurier, The Great Pyramid: Your Personal Guide, p. 145-6.

5. G. Cornelius y P. Devereux, The Secret Language of the Stars and Planets, Chronicle Books, 1996, p. 116-20; P.L. Brown, Megaliths, Myths and Men, Book Club Associates, 1977, p. 60-161.

6. F.J. Dick, "Restoration of Stonehenge", The Theosophical Path, febrero de 1921, p. 134-8.

7. La Doctrina Secreta, 2:785.
8. Ibídem, 2:753.
9. Ibídem, 2:276-80, 293, 336, 753-6; "Orígenes humanos", partes 6 y 7.