Según las enseñanzas de Helena Blavatsky y William Quan Judge
Quizá sea conveniente revisar el texto de “La naturaleza séptuple humana” antes de leer este artículo, que constituye una suerte de “complemento” en la sección de aquél sobre el Linga Sharira, la parte astral del ser humano. Citamos brevemente parte de ese escrito para proporcionar una introducción:
“Linga Sharira, llamado cuerpo astral, es el 'doble' sutil e invisible del cuerpo físico y también la forma, molde y prototipo sobre y alrededor del cual se construye la cobertura material. Viene a la existencia antes que aquélla y sólo se desvanece y muere completamente cuando desaparece y se desintegra la última partícula remanente del cuerpo físico inerte, a excepción del esqueleto.
El cuerpo astral también puede considerarse como 'cuerpo vital' o 'energético' humano, porque es el vehículo a través del cual Prana (3er Principio) fluye hacia el cuerpo material, y es esta parte de nuestra constitución que se utiliza en las actividades conocidas como 'viajes astrales', 'proyección astral', etc. El término 'astral' se usa en Teosofía simplemente como sinónimo de 'subjetivo', 'sutil' o 'interno'. Su punto de conexión principal con el cuerpo físico está en el área del bazo, y ambos están vinculados lo largo de cada vida por una especie de cordón umbilical invisible, que algunos han llamado 'hilo' o 'cordón de plata'”.
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"Este cuerpo astral o doble impregna al físico como hace el color con el cuenco de agua, y aunque para las modernas concepciones materialistas no se admite que una sombra tan nebulosa tenga partes, poderes y órganos, sin embargo posee todas esas cualidades con un sorprendente poder y asimiento. Aunque tal vez sea una neblina, en las condiciones apropiadas puede ejercer una fuerza comparable al viento invisible cuando echa por tierra las orgullosas construcciones del humano insignificante" (William Q. Judge, “Mesmerism”).
Judge explica en este mismo artículo que el cuerpo o doble astral "es mediador entre mente y materia". Comúnmente muchas personas utilizan la expresión "mente sobre materia", pero la única forma en que la primera tenga control, influencia y efecto sobre el cuerpo tangible es mediante la cobertura astral, sobre y alrededor de la cual se construye la física.
El cuerpo astral escucha las órdenes mentales, provocando que los nervios y el cuerpo físico respondan y en la medida de lo posible. Todos hemos escuchado sobre casos en que algunos individuos han tenido éxito en la curación del cuerpo material mediante el uso de varias “técnicas de pensamiento positivo” o “afirmación positiva”, proceso también conocido como “autosugestión”. Quizá el método más conocido es el del doctor Émile Coué y la repetición de la frase “todos los días, en todos los sentidos, cada vez me siento mejor".
También hemos sabido que ciertas personas con un perfecto estado de salud se enfermaron al pensar incorrectamente y creer que algo andaba mal en ellas.
Las enseñanzas teosóficas acerca de la constitución septenaria humana ilustran que el principio de la mente se encuentra más arriba del astral, y que éste a su vez se halla un nivel por encima del principio físico. Así, nuestro cuerpo astral o de energía recibe los mandamientos e impulsos de la mente, ya sea que se envíen consciente o inconscientemente, y reacciona en consecuencia a través de su vehículo de manifestación, el cuerpo físico denso.
Obviamente, la medida en que ello ocurre está regulada de modo completo por nuestro Karma. Nada podrá sucedernos fuera del propio “fardo” kármicamente predeterminado en la vida, porque la Ley del Karma es la del destino autocreado, pues en el ayer creamos el presente y en la actualidad forjamos nuestro futuro, pero siempre funcionamos bajo restricciones definidas que producimos a través de nuestros actos en vidas anteriores, y en esto radica la principal explicación de por qué la gran mayoría de los intentos de "autocuración" terminan en fracaso. Como H.P. Blavatsky afirmó con énfasis en "La Clave de la Teosofía", el Karma es "la máxima Ley del universo".
William Judge explica que los sentidos verdaderos pertenecen al cuerpo astral, y los medios físicos sensoriales son sólo sus representantes externos en el plano de la materia burda: "Todos los sentidos tienen su asiento en él [cuerpo], y cada uno de ellos es mil veces más extenso en rango que sus representantes exteriores, porque los ojos y oídos físicos y el sentido del tacto, el gusto y el olfato son sólo órganos brutos que utilizan los internos, pero que por sí mismos no pueden hacer nada”.
Haciendo hincapié en el hecho de que el cuerpo físico es simplemente nuestra cobertura exterior y sirve como vehículo para el astral, Judge nos recuerda que la muerte de la cobertura material no se debe simplemente a la desintegración física, sino que ésta es reflejo y respuesta de la descomposición y decadencia del doble astral interno. Nuestro doble astral permanece coherente e intacto durante el tiempo que permita nuestro karma, hasta que finalmente "se alcance el término del cuerpo astral" y luego "ya no sea capaz de mantener intacto el marco externo".
En el párrafo citado anteriormente, vimos que el cuerpo astral tiene sus propias "partes, poderes y órganos", y por tanto "la estructura astral interna del ser humano es definida y coherente (…) Así como el cuerpo externo tiene una columna vertebral -el pilar sobre el cual se sostiene el ser- y un cerebro en su parte superior, así también el doble astral tiene su columna central y cerebro".
William Judge enseña que el doble astral está impregnado de "corrientes" similares en parte a los flujos de electricidad y que pueden llamarse “astro-nervios”, que se extienden por todo el doble astral desde el cerebro y la columna vertebral homólogos.
Todos ellos “están relacionados con cada órgano del cuerpo visible" y se conectan particularmente con centros en el cuerpo físico tales como corazón, garganta, plexo solar y bazo. Aquí Judge hace una referencia directa a los chakras o centros de energía, pero debe tenerse en cuenta que no es aconsejable concentrarse demasiado en ellos.
"El cuerpo astral está hecho con materia de una textura muy fina en comparación con el cuerpo visible, y tiene una gran resistencia a la tracción, por lo que cambia muy poco durante toda la vida, mientras que el físico se altera a cada momento. Y no sólo comprende esta fuerza inmensa, sino que al mismo tiempo posee una elasticidad que permite su extensión a una distancia considerable, siendo así un componente flexible, plástico y fuerte.
La materia de que está formado es eléctrica y magnética en su esencia, que es justamente de la que estaba compuesto todo el planeta en el pasado remoto, cuando los procesos de evolución aún no habían llegado al punto de producir el cuerpo material humano, aunque no constituye materia prima ni cruda" (William Q. Judge, “El Océano de la Teosofía”).
En su periodo de juventud y también ocasionalmente durante sus últimos años, Madame Blavatsky asombraba a los presentes al hacer que los objetos en el extremo de una habitación u otra fueran llevados hacia ella por el aire, o que el piano tocara solo cuando no había nadie cerca de él. Más tarde Blavatsky explicó que había diversos métodos para lograr tales hazañas, y que uno de ellos era la capacidad de extender los brazos y las manos de su cuerpo astral tanto como fuera necesario (mientras que su cuerpo tangible permanecía sentado), y luego usarlos para recoger diversos objetos y llevarlos de vuelta a donde estaba situada físicamente, y de la misma manera Blavatsky podía tocar piano en un rincón lejano de la habitación con sus manos astrales. Dado que nadie de los testigos en estas numerosas ocasiones poseía facultades adecuadas de clarividencia, no podían apreciar lo que realmente sucedía y sólo observaban los efectos físicos de sus acciones astrales.
Helena Blavatsky no realizó tales fenómenos con la intención de entretener o impactar a la gente, sino para demostrar claramente la existencia real de poderes y fuerzas invisibles que están presentes en los seres humanos, aunque por lo común se encuentran latentes o dormidos.
Se relata que el día de su fallecimiento en Londres (mayo de 1891), Blavatsky realizó una "visita astral" de despedida a su tía Nadia en Rusia, quien para ese momento no estaba informada de su muerte, y por lo tanto no reconoció sino hasta más tarde el significado de ciertos fenómenos que ocurrieron en su casa durante la misma jornada. Posteriormente explicó lo siguiente en una carta a Vera, la hermana de H.P.B.: "En varios momentos a lo largo de la noche, y una vez durante el día (…) de improviso comenzaba a tocar el órgano cerca de su gran retrato. Estaba cerrado y nadie más lo manipuló; además, las campanas repicaban sin causa aparente".
Judge continúa señalando en "El Océano de la Teosofía": “El cuerpo astral es el modelo o guía para el físico, y todos los otros reinos tienen el mismo prototipo astral. Tanto plantas como minerales y animales tienen un doble etéreo, y esta teoría es la única que responderá a la pregunta de cómo es que la semilla puede producir su propia clase, y todos los seres sintientes engendran su semejanza".
En sus enseñanzas recientemente publicadas en "The Secret Doctrine Dialogues", Helena Blavatsky explica que la semilla paterna que crece y toma forma en la madre contiene la simiente de Linga Sharira o doble astral. Éste último y el cuerpo físico que le corresponde (configurado sobre y alrededor de aquél en el útero materno) está relacionado directamente con un alma que en ese momento se encuentra en el estado de Devachán (ver “¿Qué ocurre cuando morimos?") y se está preparando para reencarnar en este plano físico.
Judge escribe que "en la actualidad el cuerpo astral es el modelo para el desarrollo del ser dentro del útero (...) Es en él donde las moléculas se organizan hasta que el niño esté completo, y la presencia del cuerpo de diseño etérico mostrará cómo se desarrolla su forma, cómo los ojos emergen desde el interior a la superficie facial y muchos otros asuntos misteriosos en embriología, que los médicos abordan sólo con descripciones, pero sin lograr explicarlos".
“El ser humano tiene su 'doble' o sombra propiamente dicha, alrededor de la cual se construye el cuerpo físico del feto o futuro ser. De esta manera, la imaginación de la madre o un accidente que afecte al niño incidirá también en el cuerpo astral. Lo astral y lo físico existen antes que la mente comience su curso de desarrollo y previo al despertar de Atma, lo cual ocurre cuando los niños cumplen siete años y con ello viene la responsabilidad de conectarse con un ser consciente y sintiente. Este 'doble' nace con la persona, muere con ella y nunca puede separarse del cuerpo durante la vida, y aunque lo sobrevive, se desintegra pari passu con el cadáver. Es esto lo que a veces se aprecia sobre las tumbas como la figura luminosa del individuo fallecido, y durante ciertas condiciones atmosféricas. Durante la vida y desde el punto de vista físico, es el doble vital del ser humano, y posterior a la muerte sólo son los gases emitidos por el cuerpo en descomposición, pero en cuanto a su origen y esencia constituye algo más. A este doble hemos acordado llamarlo Linga-Sarira, pero yo propondría denominarlo 'cuerpo proteano' o 'plástico' para una mayor conveniencia" (H.P. Blavatsky, “Astral Bodies or Doppelgangers”).
También en "El Océano de la Teosofía" leemos: "En la persona común no entrenada en ocultismo práctico, o que no tiene la facultad de nacimiento, el cuerpo astral no puede prolongarse a más de unos pocos metros del físico. Es parte de ese aspecto material, lo sostiene y se incorpora a él al igual que las fibras del mango se encuentran por toda esa fruta; pero debido a las prácticas llevadas a cabo durante vidas anteriores en la Tierra, hay quienes tienen un poder innato que consiste en enviar el cuerpo astral inconscientemente. Estos individuos pueden ser médiums, algunos videntes y muchas personas histéricas, catalépticas y escrofulosas. Contrariamente, aquéllos que se han entrenado por largo tiempo bajo una disciplina particularmente estricta que atañe a la naturaleza moral y mental y se encuentra más allá del poder del humano promedio, pueden emplear la forma astral a voluntad ya que han superado completamente la ilusión de que el cuerpo físico es permanente en ellos, y además han aprendido las leyes químicas y eléctricas que rigen este proceso. En su caso, actúan con conocimiento y a sabiendas, pero en otros contextos el acto se realiza sin la capacidad para evitarlo, provocarlo a voluntad o soslayar los riesgos asociados con el uso de dichas potencias elevadas en la Naturaleza".
Existe un gran peligro respecto del interés cada vez mayor en lo que se conoce como "viaje" o "proyección astral". Cientos, si no miles de sitios en internet, pretenden “instruir” al lectorado sobre cómo funcionar a voluntad en su cuerpo astral y tener todo tipo de experiencias extracorporales en el plano homónimo. Muchas de esas páginas cobran dinero -a veces una gran cantidad- a cambio de revelar supuestos "secretos" del viaje astral y otros asuntos similares, y en ese sentido esperamos sinceramente que todos quienes lean este artículo eviten dichos esquemas fraudulentos, peligrosos y explotadores. Este tipo de personas presenta y describe el uso consciente del cuerpo astral como si fuera sólamente diversión, búsqueda de sensaciones o placeres egoístas, pero no hacen mención alguna acerca de ayudar y servir a la humanidad, o la importancia capital del desarrollo interno y la pureza absoluta de nuestra naturaleza física, emocional, mental y espiritual.
Muchos individuos serían presos de un miedo terrible si en la práctica comenzaran a funcionar conscientemente en su cuerpo astral, en particular si carecen de la capacidad y el conocimiento para regresar al cuerpo físico a voluntad, porque el hecho es que la información ofrecida por dichos sitios es irremediablemente incompleta e inexacta. Los viajes y proyecciones astrales NO están para entretenimiento individual, y son imposibles para la gran mayoría de la gente, sin importar cuántas "técnicas" se intenten. Como señala Judge, sólo están total y adecuadamente disponibles para "aquéllos que se han entrenado bajo un régimen estricto concerniente a la naturaleza moral y mental" y que "superaron por completo el engaño de que el cuerpo físico es un elemento permanente".
Aún así, dichas facultades no deben forzarse, sino que surgirán de manera espontánea, segura y a su debido tiempo para la persona que lleva una vida espiritual pura, desinteresada, comprometida por completo con el bienestar de otros, y viviendo a un alto nivel de conciencia en todo momento, pues la capacidad de funcionar en el cuerpo astral implica responsabilidades sagradas. No es necesario ni beneficioso para el humano promedio poder funcionar voluntariamente en su vehículo astral, y la persona que consigue realizar este proceso sin saber lo que hace puede terminar creando un Karma horrible al incurrir en una "mala conducta astral", por travesuras motivadas sensual y pasionalmente en el plano homólogo, sin mencionar la posibilidad de cortar por accidente el cordón de plata que conecta el cuerpo astral con el físico, y causando así su propia muerte.
En el tercer volumen de "Echoes of The Orient" (compilación de tres volúmenes sobre escritos por William Judge y publicada por Theosophical University Press), encontramos una sección interesante titulada "By Astral Hand" que relata un hecho inusual acontecido en 1896 durante los últimos instantes en la vida de Judge. Uno de los varios teósofos que estaba junto a su cama informó: "Era una escena solemne y que nunca olvidaré. El alma estaba a punto de abandonar su morada terrenal, y la mano del presidente [Judge] ya no tenía fuerza alguna, pero a medida que la serenidad de la así llamada 'muerte' ya se asentaba en sus facciones, todos observamos un ligero revoloteo entre los papeles que yacían sobre la mesa junto a su cama. Cuando miramos en esa dirección, nuestro asombro fue total al ver que una mano blanca y delicada escribía varias líneas sobre la página en blanco de un libro, cuyo título era 'El Océano de la Teosofía'. Los que están más familiarizados con el Sr. Judge dicen que la mano era suya, y en cuanto a las líneas no puedo recordarlas exactamente, pero sé que se relacionan con uno de los principios fundamentales de nuestra creencia. Cuando la mano completó la escritura, el Sr. Judge suspiró ligeramente y cerró los ojos".
Los periodistas de Nueva York estaban tan intrigados por este relato que contactaron a Claude Falls Wright, uno de los principales asociados de Judge que también se encontraba en ese lugar al momento de su fallecimiento. Se nos dice que Wright declaró al diario “The Morning Advertiser” que "no estamos acostumbrados a buscar publicidad o fama, pero como no tenemos nada que ocultar y dado que eres persistente, aquí está el papel al que te refieres". Dicho noticiero, en su edición del 26 de marzo de 1896, contenía una reproducción fotográfica del mensaje escrito por la mano astral de Judge y decía:
“No hay espacio para la tristeza en el corazón de aquél que conoce y trabaja para la Unidad de todos los seres espirituales. Mientras personas, monumentos y gobiernos desaparecen, el Ser permanece y vuelve nuevamente. Los sabios no se perturban y permanecen en silencio; ellos dependen del Ser y buscan su refugio en él”.