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8 de febrero de 2022

El astral permanente


En ocasiones los teósofos usan el término "astral permanente" y se hace necesario obtener una comprensión clara de su significado.

Sólo pocas personas tienen un cuerpo astral continuo, mientras que la mayoría -probablemente un 99% de la población- posee la cobertura astral común que comienza a tomar forma en la concepción y se desintegra después de la muerte a igual ritmo que el cuerpo físico. Podemos leer en las notas de William Q. Judge para una novela de carácter oculto en "Letters That Have Helped Me" (p. 250) sobre lo que él llama los dos tipos de reencarnación:

“(a) La reencarnación común en que no hay memoria de la vieja personalidad, ya que el cuerpo astral es nuevo, y

(b) la excepción en cuanto al cuerpo astral, o similitud de concepción a la de los casos corrientes donde el niño retiene el cuerpo astral antiguo y, por lo tanto, el recuerdo de la vieja personalidad y la noción pasada de conocimiento y destreza".

Luego, al dar una breve reseña sobre algunas de sus propias muertes y nacimientos, el autor dice:

“Primero se esfuerza por algunas vidas normalmente; luego en una de ellas se torna viejo y sabio, y un día sentado frente a un templo en Madura muere lentamente, y como una visión que se diluye presencia a los adeptos que lo rodean y ayudan; también un niño pequeño que parece ser él mismo, y luego una densa oscuridad. Él nace entonces de la manera habitual. Esto se repite dos veces, en cada ocasión pasando por el útero, pero con el mismo cuerpo astral".

En el libro "Answers to Questions on The Ocean of Theosophy", Robert Crosbie (fundador de la Logia Unida de Teósofos y también estudiante y colega de William Q. Judge y H.P. Blavatsky) da las siguientes explicaciones:

“Es un cuerpo compuesto de sustancia astral durante una vida por el ego reencarnado; cuando se genera así permanece con todos sus poderes y funciones como la forma astral para vidas sucesivas. En casos ordinarios, se proyecta un nuevo astral para cada nacimiento” (p. 71).

“El astral común se construye sobre la base de skandhas, mientras que el astral permanente se configura durante la vida en base a las aspiraciones y los esfuerzos autoinducidos fuera de la sustancia astral, pero no exactamente de la sustancia homóloga terrenal. Si alguien que construye un astral permanente cede a la ira o al mal en cualquier dirección, arruinará sus esfuerzos y el viejo cuerpo astral skándhico se deja completamente desarrollado. Un individuo con astral permanente nunca tiene un Kamaloka ni un Devachan porque él sabe demasiado y no puede ser atraído a esas condiciones. Luego regresa trabajando no sólo con tendencias, sino también con aspiraciones, conocimiento y esfuerzo sostenidos” (p. 168-169).

“El 'astral permanente’ se configura durante la vida de los elementos que pertenecen al Hombre Real, el Ego. El astral corriente se forma para cada nacimiento antes de la concepción y está gobernado por el karma que va a expenderse en la vida siguiente (...) Sólo quienes han llegado a una cierta etapa de desarrollo o iniciación regresan a la encarnación con un 'astral permanente' y todos los demás fabrican un nuevo astral para cada existencia. Por eso no traen la memoria por ese conducto, pues no lo han establecido en este plano. El astral permanente es el que está permeado, modificado y pulido por el fuego de la conciencia y, por lo tanto, hecho permanente” (p. 248).

De esta forma, una persona con astral permanente no experimenta los mismos procesos y estados después de la muerte que el individuo promedio, sino simplemente permanece en su vehículo astral constante en los planos superiores y funcionando de modo consciente, hasta que su Karma o las necesidades apremiantes de la humanidad los obliguen una vez más a "establecer su residencia" en un cuerpo físico aquí en la Tierra.

Este es el caso tanto de H.P.B. como W.Q.J., o más bien las grandes almas iniciadas a las que nos referimos con esos nombres conocidos hace un tiempo en el plano físico, y muy posiblemente también personas como Robert Crosbie y B.P. Wadia. Por cierto, este tópico incluye a los Maestros, excepto que Ellos parecen preferir encarnarse físicamente casi todo el tiempo y pueden permanecer en un cuerpo material durante 300 a 400 años, y luego cuando aquél ya no es adecuado para ellos, por lo general se transfieren a otro cuerpo adecuado en el momento que "sale" el ocupante anterior, y así sucesivamente.

El astral permanente no siempre equivale al Nirmanakaya, pero éste es ciertamente una forma de ese concepto. Una nota al pie en las páginas 77-78 de "La Voz del Silencio" dice:

"Los tres cuerpos o formas budistas se designan como:

i. Nirmanakaya.
ii. Sambhogakaya.
iii. Dharmakaya.

El primero es la forma etérea que uno asumiría al abandonar lo físico y aparecería en su cuerpo astral, además de tener todo el conocimiento de un Adepto. El Bodhisattva lo desarrolla en sí mismo a medida que avanza en el Sendero; habiendo alcanzado la meta y rechazado su realización, permanece en la Tierra como un Adepto, y cuando muere, en lugar de ir al Nirvana continúa en ese cuerpo glorioso que ha tejido para sí mismo e invisible para la humanidad no iniciada, con tal de vigilarla y protegerla".

Aunque "Nirmanakaya" es técnicamente el nombre del cuerpo o vestidura etérea de un Bodhisattva -que se describe en la p. 45 como "Cuerpo Bodhisátvico"- a menudo también se usa como sinónimo para un Bodhisattva masculino o femenino.

Se puede observar entonces que la adquisición o consecución de un astral permanente está muy vinculado con el logro de una continuidad ininterrumpida de conciencia, y según la Teosofía ésta es la verdadera inmortalidad.

"Elías también es llevado vivo al cielo, y el astrólogo en la corte de Isdubar, el Hea-bani caldeo, también fue elevado a las alturas por el dios Hea que era su patrón como Jehová lo fue para Elías (cuyo nombre en hebreo significa 'Dios-Jah', Jehová), y otra vez de Elihu que tiene la misma acepción. Este tipo de muerte fácil o eutanasia tiene un trasfondo esotérico, pues simboliza la muerte de cualquier adepto que haya alcanzado el poder y el grado -como también la purificación- que le permite morir sólo en el cuerpo físico mientras todavía sigue vivo y lleva una existencia consciente en su cuerpo astral. Las variaciones en este tema son infinitas, pero el significado secreto es siempre el mismo. La expresión paulina (Hebreos xi., 5) "para que no vea la muerte" -ut no videret mortem- tiene así una significancia esotérica, pero nada sobrenatural en ella" (H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 531).

6 de febrero de 2022

Misterios del Cuerpo Astral

Según las enseñanzas de Helena Blavatsky y William Quan Judge


Quizá sea conveniente revisar el texto de “La naturaleza séptuple humana” antes de leer este artículo, que constituye una suerte de “complemento” en la sección de aquél sobre el Linga Sharira, la parte astral del ser humano. Citamos brevemente parte de ese escrito para proporcionar una introducción:

“Linga Sharira, llamado cuerpo astral, es el 'doble' sutil e invisible del cuerpo físico y también la forma, molde y prototipo sobre y alrededor del cual se construye la cobertura material. Viene a la existencia antes que aquélla y sólo se desvanece y muere completamente cuando desaparece y se desintegra la última partícula remanente del cuerpo físico inerte, a excepción del esqueleto.

El cuerpo astral también puede considerarse como 'cuerpo vital' o 'energético' humano, porque es el vehículo a través del cual Prana (3er Principio) fluye hacia el cuerpo material, y es esta parte de nuestra constitución que se utiliza en las actividades conocidas como 'viajes astrales', 'proyección astral', etc. El término 'astral' se usa en Teosofía simplemente como sinónimo de 'subjetivo', 'sutil' o 'interno'. Su punto de conexión principal con el cuerpo físico está en el área del bazo, y ambos están vinculados lo largo de cada vida por una especie de cordón umbilical invisible, que algunos han llamado 'hilo' o 'cordón de plata'”. 

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"Este cuerpo astral o doble impregna al físico como hace el color con el cuenco de agua, y aunque para las modernas concepciones materialistas no se admite que una sombra tan nebulosa tenga partes, poderes y órganos, sin embargo posee todas esas cualidades con un sorprendente poder y asimiento. Aunque tal vez sea una neblina, en las condiciones apropiadas puede ejercer una fuerza comparable al viento invisible cuando echa por tierra las orgullosas construcciones del humano insignificante" (William Q. Judge, “Mesmerism”).

Judge explica en este mismo artículo que el cuerpo o doble astral "es mediador entre mente y materia". Comúnmente muchas personas utilizan la expresión "mente sobre materia", pero la única forma en que la primera tenga control, influencia y efecto sobre el cuerpo tangible es mediante la cobertura astral, sobre y alrededor de la cual se construye la física.

El cuerpo astral escucha las órdenes mentales, provocando que los nervios y el cuerpo físico respondan y en la medida de lo posible. Todos hemos escuchado sobre casos en que algunos individuos han tenido éxito en la curación del cuerpo material mediante el uso de varias “técnicas de pensamiento positivo” o “afirmación positiva”, proceso también conocido como “autosugestión”. Quizá el método más conocido es el del doctor Émile Coué y la repetición de la frase “todos los días, en todos los sentidos, cada vez me siento mejor". 

También hemos sabido que ciertas personas con un perfecto estado de salud se enfermaron al pensar incorrectamente y creer que algo andaba mal en ellas.

Las enseñanzas teosóficas acerca de la constitución septenaria humana ilustran que el principio de la mente se encuentra más arriba del astral, y que éste a su vez se halla un nivel por encima del principio físico. Así, nuestro cuerpo astral o de energía recibe los mandamientos e impulsos de la mente, ya sea que se envíen consciente o inconscientemente, y reacciona en consecuencia a través de su vehículo de manifestación, el cuerpo físico denso.

Obviamente, la medida en que ello ocurre está regulada de modo completo por nuestro Karma. Nada podrá sucedernos fuera del propio “fardo” kármicamente predeterminado en la vida, porque la Ley del Karma es la del destino autocreado, pues en el ayer creamos el presente y en la actualidad forjamos nuestro futuro, pero siempre funcionamos bajo restricciones definidas que producimos a través de nuestros actos en vidas anteriores, y en esto radica la principal explicación de por qué la gran mayoría de los intentos de "autocuración" terminan en fracaso. Como H.P. Blavatsky afirmó con énfasis en "La Clave de la Teosofía", el Karma es "la máxima Ley del universo".

William Judge explica que los sentidos verdaderos pertenecen al cuerpo astral, y los medios físicos sensoriales son sólo sus representantes externos en el plano de la materia burda: "Todos los sentidos tienen su asiento en él [cuerpo], y cada uno de ellos es mil veces más extenso en rango que sus representantes exteriores, porque los ojos y oídos físicos y el sentido del tacto, el gusto y el olfato son sólo órganos brutos que utilizan los internos, pero que por sí mismos no pueden hacer nada”. 

Haciendo hincapié en el hecho de que el cuerpo físico es simplemente nuestra cobertura exterior y sirve como vehículo para el astral, Judge nos recuerda que la muerte de la cobertura material no se debe simplemente a la desintegración física, sino que ésta es reflejo y respuesta de la descomposición y decadencia del doble astral interno. Nuestro doble astral permanece coherente e intacto durante el tiempo que permita nuestro karma, hasta que finalmente "se alcance el término del cuerpo astral" y luego "ya no sea capaz de mantener intacto el marco externo".

En el párrafo citado anteriormente, vimos que el cuerpo astral tiene sus propias "partes, poderes y órganos", y por tanto "la estructura astral interna del ser humano es definida y coherente (…) Así como el cuerpo externo tiene una columna vertebral -el pilar sobre el cual se sostiene el ser- y un cerebro en su parte superior, así también el doble astral tiene su columna central y cerebro".

William Judge enseña que el doble astral está impregnado de "corrientes" similares en parte a los flujos de electricidad y que pueden llamarse “astro-nervios”, que se extienden por todo el doble astral desde el cerebro y la columna vertebral homólogos.

Todos ellos “están relacionados con cada órgano del cuerpo visible" y se conectan particularmente con centros en el cuerpo físico tales como corazón, garganta, plexo solar y bazo. Aquí Judge hace una referencia directa a los chakras o centros de energía, pero debe tenerse en cuenta que no es aconsejable concentrarse demasiado en ellos.

"El cuerpo astral está hecho con materia de una textura muy fina en comparación con el cuerpo visible, y tiene una gran resistencia a la tracción, por lo que cambia muy poco durante toda la vida, mientras que el físico se altera a cada momento. Y no sólo comprende esta fuerza inmensa, sino que al mismo tiempo posee una elasticidad que permite su extensión a una distancia considerable, siendo así un componente flexible, plástico y fuerte.

La materia de que está formado es eléctrica y magnética en su esencia, que es justamente de la que estaba compuesto todo el planeta en el pasado remoto, cuando los procesos de evolución aún no habían llegado al punto de producir el cuerpo material humano, aunque no constituye materia prima ni cruda" (William Q. Judge, “El Océano de la Teosofía”). 

En su periodo de juventud y también ocasionalmente durante sus últimos años, Madame Blavatsky asombraba a los presentes al hacer que los objetos en el extremo de una habitación u otra fueran llevados hacia ella por el aire, o que el piano tocara solo cuando no había nadie cerca de él. Más tarde Blavatsky explicó que había diversos métodos para lograr tales hazañas, y que uno de ellos era la capacidad de extender los brazos y las manos de su cuerpo astral tanto como fuera necesario (mientras que su cuerpo tangible permanecía sentado), y luego usarlos para recoger diversos objetos y llevarlos de vuelta a donde estaba situada físicamente, y de la misma manera Blavatsky podía tocar piano en un rincón lejano de la habitación con sus manos astrales. Dado que nadie de los testigos en estas numerosas ocasiones poseía facultades adecuadas de clarividencia, no podían apreciar lo que realmente sucedía y sólo observaban los efectos físicos de sus acciones astrales.

Helena Blavatsky no realizó tales fenómenos con la intención de entretener o impactar a la gente, sino para demostrar claramente la existencia real de poderes y fuerzas invisibles que están presentes en los seres humanos, aunque por lo común se encuentran latentes o dormidos

Se relata que el día de su fallecimiento en Londres (mayo de 1891), Blavatsky realizó una "visita astral" de despedida a su tía Nadia en Rusia, quien para ese momento no estaba informada de su muerte, y por lo tanto no reconoció sino hasta más tarde el significado de ciertos fenómenos que ocurrieron en su casa durante la misma jornada. Posteriormente explicó lo siguiente en una carta a Vera, la hermana de H.P.B.: "En varios momentos a lo largo de la noche, y una vez durante el día (…) de improviso comenzaba a tocar el órgano cerca de su gran retrato. Estaba cerrado y nadie más lo manipuló; además, las campanas repicaban sin causa aparente".

Judge continúa señalando en "El Océano de la Teosofía": “El cuerpo astral es el modelo o guía para el físico, y todos los otros reinos tienen el mismo prototipo astral. Tanto plantas como minerales y animales tienen un doble etéreo, y esta teoría es la única que responderá a la pregunta de cómo es que la semilla puede producir su propia clase, y todos los seres sintientes engendran su semejanza".

En sus enseñanzas recientemente publicadas en "The Secret Doctrine Dialogues", Helena Blavatsky explica que la semilla paterna que crece y toma forma en la madre contiene la simiente de Linga Sharira o doble astral. Éste último y el cuerpo físico que le corresponde (configurado sobre y alrededor de aquél en el útero materno) está relacionado directamente con un alma que en ese momento se encuentra en el estado de Devachán (ver “¿Qué ocurre cuando morimos?") y se está preparando para reencarnar en este plano físico.

Judge escribe que "en la actualidad el cuerpo astral es el modelo para el desarrollo del ser dentro del útero (...) Es en él donde las moléculas se organizan hasta que el niño esté completo, y la presencia del cuerpo de diseño etérico mostrará cómo se desarrolla su forma, cómo los ojos emergen desde el interior a la superficie facial y muchos otros asuntos misteriosos en embriología, que los médicos abordan sólo con descripciones, pero sin lograr explicarlos".

“El ser humano tiene su 'doble' o sombra propiamente dicha, alrededor de la cual se construye el cuerpo físico del feto o futuro ser. De esta manera, la imaginación de la madre o un accidente que afecte al niño incidirá también en el cuerpo astral. Lo astral y lo físico existen antes que la mente comience su curso de desarrollo y previo al despertar de Atma, lo cual ocurre cuando los niños cumplen siete años y con ello viene la responsabilidad de conectarse con un ser consciente y sintiente. Este 'doble' nace con la persona, muere con ella y nunca puede separarse del cuerpo durante la vida, y aunque lo sobrevive, se desintegra pari passu con el cadáver. Es esto lo que a veces se aprecia sobre las tumbas como la figura luminosa del individuo fallecido, y durante ciertas condiciones atmosféricas. Durante la vida y desde el punto de vista físico, es el doble vital del ser humano, y posterior a la muerte sólo son los gases emitidos por el cuerpo en descomposición, pero en cuanto a su origen y esencia constituye algo más. A este doble hemos acordado llamarlo Linga-Sarira, pero yo propondría denominarlo 'cuerpo proteano' o 'plástico' para una mayor conveniencia" (H.P. Blavatsky, “Astral Bodies or Doppelgangers”).

También en "El Océano de la Teosofía" leemos: "En la persona común no entrenada en ocultismo práctico, o que no tiene la facultad de nacimiento, el cuerpo astral no puede prolongarse a más de unos pocos metros del físico. Es parte de ese aspecto material, lo sostiene y se incorpora a él al igual que las fibras del mango se encuentran por toda esa fruta; pero debido a las prácticas llevadas a cabo durante vidas anteriores en la Tierra, hay quienes tienen un poder innato que consiste en enviar el cuerpo astral inconscientemente. Estos individuos pueden ser médiums, algunos videntes y muchas personas histéricas, catalépticas y escrofulosas. Contrariamente, aquéllos que se han entrenado por largo tiempo bajo una disciplina particularmente estricta que atañe a la naturaleza moral y mental y se encuentra más allá del poder del humano promedio, pueden emplear la forma astral a voluntad ya que han superado completamente la ilusión de que el cuerpo físico es permanente en ellos, y además han aprendido las leyes químicas y eléctricas que rigen este proceso. En su caso, actúan con conocimiento y a sabiendas, pero en otros contextos el acto se realiza sin la capacidad para evitarlo, provocarlo a voluntad o soslayar los riesgos asociados con el uso de dichas potencias elevadas en la Naturaleza".

Existe un gran peligro respecto del interés cada vez mayor en lo que se conoce como "viaje" o "proyección astral". Cientos, si no miles de sitios en internet, pretenden “instruir” al lectorado sobre cómo funcionar a voluntad en su cuerpo astral y tener todo tipo de experiencias extracorporales en el plano homónimo. Muchas de esas páginas cobran dinero -a veces una gran cantidad- a cambio de revelar supuestos "secretos" del viaje astral y otros asuntos similares, y en ese sentido esperamos sinceramente que todos quienes lean este artículo eviten dichos esquemas fraudulentos, peligrosos y explotadores. Este tipo de personas presenta y describe el uso consciente del cuerpo astral como si fuera sólamente diversión, búsqueda de sensaciones o placeres egoístas, pero no hacen mención alguna acerca de ayudar y servir a la humanidad, o la importancia capital del desarrollo interno y la pureza absoluta de nuestra naturaleza física, emocional, mental y espiritual.

Muchos individuos serían presos de un miedo terrible si en la práctica comenzaran a funcionar conscientemente en su cuerpo astral, en particular si carecen de la capacidad y el conocimiento para regresar al cuerpo físico a voluntad, porque el hecho es que la información ofrecida por dichos sitios es irremediablemente incompleta e inexacta. Los viajes y proyecciones astrales NO están para entretenimiento individual, y son imposibles para la gran mayoría de la gente, sin importar cuántas "técnicas" se intenten. Como señala Judge, sólo están total y adecuadamente disponibles para "aquéllos que se han entrenado bajo un régimen estricto concerniente a la naturaleza moral y mental" y que "superaron por completo el engaño de que el cuerpo físico es un elemento permanente".

Aún así, dichas facultades no deben forzarse, sino que surgirán de manera espontánea, segura y a su debido tiempo para la persona que lleva una vida espiritual pura, desinteresada, comprometida por completo con el bienestar de otros, y viviendo a un alto nivel de conciencia en todo momento, pues la capacidad de funcionar en el cuerpo astral implica responsabilidades sagradas. No es necesario ni beneficioso para el humano promedio poder funcionar voluntariamente en su vehículo astral, y la persona que consigue realizar este proceso sin saber lo que hace puede terminar creando un Karma horrible al incurrir en una "mala conducta astral", por travesuras motivadas sensual y pasionalmente en el plano homólogo, sin mencionar la posibilidad de cortar por accidente el cordón de plata que conecta el cuerpo astral con el físico, y causando así su propia muerte.

En el tercer volumen de "Echoes of The Orient" (compilación de tres volúmenes sobre escritos por William Judge y publicada por Theosophical University Press), encontramos una sección interesante titulada "By Astral Hand" que relata un hecho inusual acontecido en 1896 durante los últimos instantes en la vida de Judge. Uno de los varios teósofos que estaba junto a su cama informó: "Era una escena solemne y que nunca olvidaré. El alma estaba a punto de abandonar su morada terrenal, y la mano del presidente [Judge] ya no tenía fuerza alguna, pero a medida que la serenidad de la así llamada 'muerte' ya se asentaba en sus facciones, todos observamos un ligero revoloteo entre los papeles que yacían sobre la mesa junto a su cama. Cuando miramos en esa dirección, nuestro asombro fue total al ver que una mano blanca y delicada escribía varias líneas sobre la página en blanco de un libro, cuyo título era 'El Océano de la Teosofía'. Los que están más familiarizados con el Sr. Judge dicen que la mano era suya, y en cuanto a las líneas no puedo recordarlas exactamente, pero sé que se relacionan con uno de los principios fundamentales de nuestra creencia. Cuando la mano completó la escritura, el Sr. Judge suspiró ligeramente y cerró los ojos".

Los periodistas de Nueva York estaban tan intrigados por este relato que contactaron a Claude Falls Wright, uno de los principales asociados de Judge que también se encontraba en ese lugar al momento de su fallecimiento. Se nos dice que Wright declaró al diario “The Morning Advertiser” que "no estamos acostumbrados a buscar publicidad o fama, pero como no tenemos nada que ocultar y dado que eres persistente, aquí está el papel al que te refieres". Dicho noticiero, en su edición del 26 de marzo de 1896, contenía una reproducción fotográfica del mensaje escrito por la mano astral de Judge y decía:


“No hay espacio para la tristeza en el corazón de aquél que conoce y trabaja para la Unidad de todos los seres espirituales. Mientras personas, monumentos y gobiernos desaparecen, el Ser permanece y vuelve nuevamente. Los sabios no se perturban y permanecen en silencio; ellos dependen del Ser y buscan su refugio en él”.

31 de enero de 2022

Chakras, los Centros en el Cuerpo Astral


La Teosofía no pone gran énfasis en los "chakras" y de hecho en su literatura se los denomina "centros" o "nervios" en lugar de su nombre sánscrito, el cual no se popularizó hasta la primera mitad del siglo XX.

A continuación se compila lo relativamente poco que fue escrito sobre este tema por H.P. Blavatsky y su colega William Q. Judge, y se hará evidente que el enfoque teosófico de los chakras es principalmente afirmar el hecho de su existencia y eso es todo; no existe ninguna recomendación de meditar en ellos, intentar "abrirlos" o considerarlos como un aspecto tan importante para nuestro progreso espiritual, sino todo lo contrario como podrá verse.

En el Hatha Yoga y las prácticas tántricas de India y Tíbet se puede hallar un fuerte énfasis en los chakras y su supuesta relevancia, pero H.P.B., W.Q.J. y los Maestros de Sabiduría no los tienen en gran estima.

En Occidente, la obsesión moderna en los chakras dentro del Movimiento Nueva Era se remonta a la Sociedad Teosófica de Adyar, particularmente a C.W. Leadbeater, quien en las primeras décadas de 1900 escribió bastante sobre este tema y ayudó a popularizar el concepto. Sin embargo, este individuo junto con colaboradores y simpatizantes ya habían abandonado la Teosofía de Blavatsky en favor de una versión “nueva” y muy alterada, que es una de las razones por la que muchas publicaciones de dicha sociedad son rechazadas por varios teósofos, incluidos nosotros. En nuestro artículo “El caso Leadbeater” pueden encontrarse más antecedentes. 

Tengamos en cuenta que en estos pasajes los términos "cuerpo astral", "cuerpo etéreo", "cuerpo interno", "cuerpo sutil", etc. se usan como sinónimos y refieren al principio de Linga Sharira en la constitución humana. Asimismo se añadieron negritas y subrayados para destacar ciertos extractos.

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El cuerpo astral (…) posee un completo sistema de nervios y arterias propias para el transporte del fluido astral que corresponde a ese cuerpo como nuestra sangre es al físico” (William Q. Judge, "El Océano de la Teosofía", p. 42).

“También debemos conocer la estructura anatómica interior. El cuerpo etéreo tiene sus propias corrientes (o nervios, a falta de una mejor palabra), cambios y método de crecimiento y acción, tal como sucede con la cobertura física. De hecho, es el cuerpo real ya que rara vez se altera a lo largo de la vida, mientras que la contraparte material se transforma a cada momento, y sus átomos van y vienen en la matriz o modelo proporcionado por el cuerpo etéreo.

Las corrientes internas emanan de sus propios centros y están en constante movimiento. Se ven afectadas por los pensamientos y el reflejo del cuerpo en sus cambios fisiológicos, y cada una de ellas actúa sobre la otra sin cesar. Todo centro del cuerpo interno tiene su contraparte correspondiente en el físico, al cual afecta y mediante el cual actúa a su vez. Es por medio de estas corrientes sutiles -llamadas 'aires vitales' cuando se traduce del sánscrito- que las impresiones se transmiten a la mente superior, y a través de ellas también se explican las hazañas extraordinarias de las sesiones espiritistas y del yogui indio.

Y así como un individuo puede dañar su cuerpo por el uso indebido de drogas o prácticas físicas, también las corrientes más finas y los nervios humanos internos pueden desequilibrarse si se experimenta con ellos sin instrucción o desde el orgullo y la ignorancia” (W.Q.J., "Replanting Diseases for Future Use").

“La estructura del hombre astral interior es definida y coherente (…) Así como el cuerpo externo tiene una columna vertebral que es la base sobre la que el ser se sostiene y con un cerebro en la parte superior, también el cuerpo astral tiene su columna y cerebro. Es tangible porque está hecho de materia, aunque finamente dividido y no es de la naturaleza del espíritu (...)”. 

“Ahora bien, como en nuestra forma física el cerebro y la columna vertebral son los centros nerviosos, así en el otro cuerpo se encuentran nervios que se ramifican desde el cerebro interno y la columna vertebral en toda la estructura. Todos estos están relacionados con cada órgano en el cuerpo visible exterior; pertenecen más a la naturaleza de corrientes que nervios, como entendemos la palabra, y pueden llamarse astro-nervios. Se mueven en relación con centros tan importantes en el cuerpo exterior como el corazón, la fosa faríngea, el centro umbilical, el bazo y el plexo sacro (...)”.

“La columna astroespinal tiene tres grandes nervios del mismo tipo de materia. Pueden llamarse vías o canales que van hacia arriba y abajo, donde juegan las fuerzas que permiten al humano interior y exterior mantenerse erguido, moverse, sentir y actuar. En esta descripción responden exactamente a los fluidos magnéticos, es decir, son respectivamente positivos, negativos y neutros, y su equilibrio regular es esencial para la salud mental. Cuando la columna astral alcanza el cerebro interno, los nervios se alteran y vuelven más complejos, teniendo una gran salida final por el cráneo” (W.Q.J., "Mesmerism").

"La tranquila ignorancia que resulta de estos asuntos esenciales puede ser agradable, pero no destruiría la existencia de la forma sutil de materia llamada akasha, ni el cuerpo sutil llamado temporalmente sukshma sharira, ni el Mayavi Rupa ni esas corrientes astrales negativas y positivas conocidas como Ida y Pingala, pero aún no percibidas claramente por científicos o 'curanderos metafísicos o divinos'” (W.Q.J., "Of 'Metaphysical Healing'”). 

"Se sostiene que un cierto nervio o corriente psíquica, llamado Brahmarandhra-nadi, pasa a través del cerebro y cerca de la zona parietal. En esta parte se acumula más del principio luminoso en la naturaleza que en cualquier otra parte del cuerpo y se llama jyotis, la luz en la cabeza (…) Este punto, el final de Brahmarandhra-nadi, es también el lugar donde se establece la conexión entre el individuo y las fuerzas solares" (W.Q.J., “Patanjali's Yoga Aphorisms”, comentario explicativo sobre el Aforismo 3:33, p. 50).

¿Por qué los siete plexos nerviosos del cuerpo irradian siete rayos? ¿Por qué existen estos siete plexos?” (H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 92).

"Le aconsejo que deje de enfocarse en los centros vitales, que de nuevo pueden resultar peligrosos a menos que estén bajo la guía de un maestro. Hasta cierto punto habéis aprendido el poder de la concentración y la mayor ayuda ahora os llegará al centraros en el Ser Superior y la aspiración hacia él. Además, si vais a tomar algún tema u oración del Bhagavad Gita, concentrar vuestra mente en eso y meditar en ello, encontraréis varios buenos resultados y no hay peligro en tal proceso" (W.Q.J., “Letters That Have Helped Me”, p. 115). 

"Tales sonidos [escuchar "campanas astrales"], como muchos otros, son percibidos por personas que se dedican a este entrenamiento y siempre implican cambios o desajustes de ciertas condiciones no percibidas y centros en el cuerpo, y las advertencias contra esto son para evitar que la gente se aleje de su verdadero progreso al prestar atención indebida a tales fenómenos" (W.Q.J., “Letter to Miss Julia Yates”, 1890). 

"A menudo se pregunta '¿por qué el celibato y la castidad son regla y condición sine qua non para el discipulado regular, o el desarrollo de poderes psíquicos y ocultos?' (…) La conexión se entenderá cuando aprendemos que el 'tercer ojo' era un órgano fisiológico y que más tarde se atrofió debido a la desaparición gradual de la espiritualidad y el aumento del materialismo (la naturaleza espiritual ahogada por lo físico) (…). Durante la vida humana el mayor impedimento en el camino del desarrollo espiritual, y especialmente para la adquisición de poderes del Yoga, es la actividad de nuestros sentidos fisiológicos. Es inútil dar una explicación más larga siendo que la actividad sexual está estrechamente conectada por interacción con la médula espinal y la materia gris del cerebro. Por supuesto, el estado normal y anormal del cerebro y el grado de trabajo activo en la medulla oblongata reacciona poderosamente en la glándula pineal, debido al número de 'centros' en esa región que controla con creces la mayoría de las acciones fisiológicas en la economía animal, y también debido a la íntima cercanía de ambos debe ejercerse una acción 'inductiva' muy poderosa por la medulla en la glándula pineal. Todo esto es bastante claro para el ocultista, pero muy vago a la vista del lector general” (H.P.B., "La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 295-296).