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5 de marzo de 2022

Robert Crosbie: el hombre que rescató la Teosofía

BREVE BIOGRAFÍA DE ROBERT CROSBIE (1849-1919),
FUNDADOR DE LA LOGIA UNIDA DE TEÓSOFOS

El nombre de Robert Crosbie es completamente desconocido para la
gran mayoría de los teósofos de Adyar. Los miembros pertenecientes a las Sociedades de Pasadena y Point Loma están familiarizados con su persona y trabajo en cierto grado, mientras que la Logia Unida de Teósofos (o L.U.T.) que fundó lo tiene en alta estima y no duda en describirlo como “el hombre que rescató la Teosofía”. Pero ¿de qué la rescató y en qué forma?

En otros artículos hemos señalado que "no sería exagerado describir a Robert Crosbie como 'el hombre que rescató la Teosofía'. El impulso, la motivación y actividad incansable que lo llevó a formar finalmente la Logia Unida de Teósofos (a menudo referida como L.U.T.) ciertamente salvó las enseñanzas teosóficas genuinas del olvido al que habían sido relegadas por muchos de los autoproclamados 'sucesores' de Madame Blavatsky (…) las enseñanzas de H.P.B. aún estarían fuera de impresión y en gran medida no disponibles en la actualidad si no fuera por Robert Crosbie y la Logia Unida de Teósofos, quienes emprendieron esa tarea con grandes gastos personales para revivir la publicación de las escrituras inalteradas e íntegras de H.P. Blavatsky y William Q. Judge y ponerlas a disposición con los precios más bajos posibles. A este respecto y otros temas, se puede decir verdaderamente que Robert Crosbie rescató la Teosofía".

Luego de su muerte en junio de 1919 a los 70 años de edad, se publicó lo siguiente como parte de un artículo obituario titulado "ROBERT CROSBIE-SU COLEGA FALLECE" en “Theosophy Magazine”, que fue la principal publicación mensual de la L.U.T. La frase "su colega" se refiere a que Crosbie fue compañero y asistente de esas dos grandes almas que sirvieron como Mensajeros de los Maestros de Sabiduría y como Instructores teosóficos para nuestra humanidad actual:

"Como todos saben, H.P. Blavatsky fue la Madre y Creadora del Movimiento Teosófico en el siglo XIX, la Maestra de Teosofía, Mensaje y Mensajera en una sóla persona. La naturaleza de su trabajo la exponía a las piedras y flechas de la escandalosa fortuna en manos de todos esos intereses egoístas en la religión, la ciencia y la Sociedad Teosófica que estaban en peligro por su misión o eclipsadas por su grandeza, y así ella fue el 'chivo expiatorio' por todos los pecados de omisión y comisión de la S.T. y sus compañeros.

Mientras Blavatsky vivía, William Q. Judge pudo trabajar en relativos silencio y aislamiento en esa parte de la gran tarea que hizo suya. Lo que constituía ese trabajo se puede conjeturar por las declaraciones de H.P.B. de que él era el Preservador de la Teosofía y el Corazón y Alma de la Segunda Sección. Después de morir Blavatsky, Judge se vio obligado por las exigencias del Movimiento a permanecer en su lugar como blanco de los ataques contra ella, su trabajo, su buen nombre y fama, sólo para que al final se convirtiera en víctima de la traición desde dentro de la Sociedad, como lo había sido Blavatsky. Los enemigos de la fe siempre provienen del hogar.

Sin embargo, siempre hay un testigo en escena, y después de la muerte de Judge Robert Crosbie mantuvo el enlace intacto. En su primera reunión durante esta vida, Judge le dijo: 'Crosbie, usted está en mi lista'. Nadie sospechó en el momento, ni siquiera hasta ahora, que el hombre callado, serio y firme cuyo corazón y alma fueron asimilados por la naturaleza de H.P.B. y W.Q.J. iba a ser de hecho el agente para la regeneración del Movimiento Teosófico en las líneas establecidas desde el principio por los Maestros. H.P.B. era el Creador, W.Q.J. el Preservador y Robert Crosbie el Regenerador de la Teosofía pura.

'Pregúntenle a Crosbie; él piensa y actúa como yo', solía decir Judge a los esoteristas de Nueva Inglaterra cuando acudían a él en busca de consejo e instrucción. 'Vayan a hablar con W.Q.J.; él es mi alter Ego', declaraba H.P.B. cuando los estudiantes estadounidenses la importunaban para obtener directrices. Las insinuaciones que dio en relación con Judge no fueron comprendidas por los ambiciosos, los codiciosos por la preferencia soterrada, los despistados y quienes no usaban su discriminación, y las implicaciones avanzadas por Judge con respecto a Crosbie no fueron percibidas por aquéllos cuyo único pensamiento era su propio avance o escalar posiciones. Después de la muerte de H.P.B., Judge hizo tales declaraciones con respecto a su naturaleza y misión que, de ser consideradas, habrían mostrado a los estudiantes dónde encontrar el enlace de Dzyan. Entonces, de la misma manera y posterior al fallecimiento de Judge, Crosbie dio tales aseveraciones con respecto a aquél que, si fueran tomadas en cuenta, habrían preservado la unidad de todo el cuerpo estudiantil teosófico. 

'Y después que le hubieron crucificado, repartieron sus vestidos, echando suertes'. La vanidad, la ambición y el deseo de posar ante el mundo como Sucesor del Mensajero, posterior a la partida de H.P.B. y W.Q.J., causó que muchos reclamantes para el 'manto del profeta' distrajeran la atención de los estudiantes desconcertados. El redil fue devastado por lobos con piel de oveja y la Sociedad Teosófica antaño unida se dividió en fragmentos sectarios; la única luz del Mensaje se rompió en muchos rayos espectrales.

Cuando se le preguntó '¿por qué los estudiantes no pudieron ver las líneas verdaderas a seguir, sin importar los clamores y reclamantes que surgieran?', Crosbie solía responder: 'Todo se basa en una sola palabra: personalidades. Personalidades y 'sucesión'. Si los estudiantes en todos esos años no pudieron apreciar la naturaleza de H.P.B. y W.Q.J. como muestran Sus obras y sabiduría; si no podían poner a prueba las afirmaciones y las 'experiencias psicológicas personales' según los principios de la filosofía que profesaban estudiar, entonces ¿cómo podía algo o alguien desengañarlos?'

A este respecto es altamente significativo afirmar por su verdadero valor oculto que el único escrito publicado en que Crosbie alguna vez estampó su firma fue compuesto por él al momento de la muerte de Judge, y se redactó y firmó para señalar la verdadera naturaleza de W.Q.J. y mostrar el camino a cualquier estudiante que sinceramente pudiese estar buscándolo. Ese artículo se vuelve a publicar en el número actual de esta revista, y en simple verdad y justicia se puede decir que todo lo que Crosbie expresó allí sobre Judge se aplica con igual fidelidad a sí mismo. Como ellos, él debe ser juzgado por sus obras y sabiduría, y en Ocultismo lo que único que cuenta es el mérito.

Entre 1896 y 1906 Crosbie hizo todo cuanto pudo por aquéllos cuya falta de discriminación los puso a merced de los demandantes y los autodenominados 'agentes' de los Maestros. Durante esos largos años transcurridos, él permaneció leal sin ninguna variación hacia los Maestros, Su Mensaje y Sus Mensajeros. Cuando terminó el tiempo de tribulación encontró camaradas agradecidos y fieles para ocupar sus manos en la gigantesca tarea de restaurar lo que se había perdido y oscurecido. La obra se revivió en 1906, y de ahí en adelante trabajó incesantemente para reivindicar las reputaciones calumniadas de H.P.B. y W.Q.J. y recuperar un pasado deshecho, ese crédito por sus logros que habían sido retenidos durante demasiado tiempo por usurpadores y traidores. 

Siempre fiel y amable, como el maestro y guía de todos quienes lo buscaban para aprender, encontró consuelo y satisfacción profundas y duraderas al señalarles la naturaleza de esos grandes Seres. 'Quédese con los Mensajeros y el Mensaje', solía decir, 'pues la ingratitud no es uno de Sus vicios. Continúen con el trabajo. Nos esforzamos en el presente para el futuro, y a menos que se capte la naturaleza de H.P.B. y W.Q.J., la Teosofía no se comprende y no podrá entenderse".

Crosbie vivió para ver crecer el trabajo inaugurado por él hasta que la Logia Unida de Teósofos numerase a cientos de Asociados en todos los rincones del mundo, dedicados en unidad de pensamiento, voluntad y sentimiento a un objetivo, un propósito y una Enseñanza: la diseminación de los principios fundamentales de la filosofía teosófica tal como fue dada por Aquéllos que la trajeron, y la ejemplificación práctica de esos postulados".

También podemos citar el número de “Theosophy Magazine” (noviembre de 1923) donde se dice que Robert Crosbie "entró en contacto con la Teosofía después del regreso de Madame Blavatsky a Inglaterra en 1887 y por su instrucción se colocó bajo la dirección de William Q. Judge. Crosbie fue uno de los primeros miembros estadounidenses de la E.S.T.S. [Sección Esotérica de la Sociedad Teosófica] y al establecer su conexión y recuperar el vínculo, Crosbie trabajó incansablemente para el Movimiento en sus canales exotéricos y esotéricos. Fue durante muchos años el pilar de la Logia en Boston, Massachusetts; por disposición de Judge fue puesto a cargo de los miembros de la S.E. en Boston y, en última instancia, de Nueva Inglaterra. Su conexión con H.P.B. y Judge era estrecha e íntima, pero tan cuidadosamente guardada que pocos sospechaban que la relación fuera más que casual e incidental para la rutina del propagandum teosófico. Durante todo el turbulento período entre 1893-1896, Crosbie compartió en las responsabilidades y la confianza de Judge en un grado desconocido y jamás soñado por otros".

Con los años, algunos teósofos han cuestionado el aserto de que Crosbie fue alumno personal directo de H.P.B. y W.Q.J., como también la insinuación ocasionalmente referida en la literatura de la L.U.T. de que retuvo o recuperó la conexión con ambos después de su partida del plano físico.

Otros han criticado a la L.U.T. por supuestamente "pasar por alto" o "ignorar" el hecho de que durante varios años apoyó abiertamente a Katherine Tingley como líder de la Sociedad Teosófica (Point Loma) expresando su lealtad y confianza inquebrantables en ella, mientras que en años posteriores tanto él como la L.U.T. fueron muy críticos con Tingley y su colectividad. Vamos a abordar primero este punto en particular. Citamos a continuación las propias palabras de Crosbie, extraídas de sus notas autobiográficas con fecha 24 de marzo de 1907, dos años antes de la fundación de la L.U.T.:

"Dos o tres de los miembros de Nueva York, principalmente E.T. Hargrove y E.A. Neresheimer, obtuvieron las llaves de Judge y buscaron entre sus documentos privados [tras la muerte de Judge en 1896]; en estos dijeron encontrar referencias a cierto 'chela' a quien Neresheimer determinó que era Tingley, a la que conocía desde hace un año y que había señalado a juicio de Judge. Teniendo en mente la idea de que debe haber necesariamente un sucesor oculto, y coincidiendo en la opinión de que Tingley era la indicada, enviaron una circular a la S.E. de que Judge la había nombrado como tal (…) Tingley aprovechó la situación y, de la manera más plausible y sagaz, fortaleció su posición durante dos años después de su llegada para luego crear la 'HERMANDAD UNIVERSAL' con ella misma como dictadora absoluta y llevando consigo la mayor cantidad de miembros en todo el país. Un año después se fue a Point Loma y estableció la institución allí.

Yo estaba en Boston y no tenía motivos para dudar de las declaraciones de aquéllos en Nueva York a quienes creía sinceros y de buen entrenamiento y juicio. Debería haber sabido por otros medios el verdadero estado de la situación (...) cuando Judge dejó esta vida, perdí el contacto con él; indudablemente yo confiaba demasiado en él y no había ejercido mi propia intuición, y a partir de los acontecimientos posteriores mi comprensión es que esta pérdida de vínculo fue provocada deliberadamente para que pudiera transmutar mi debilidad en esa dirección. Fui a Point Loma a pedido urgente de Tingley para colaborar en el trabajo propuesto y estuve allí dos años ayudando a preparar el camino para los desarrollos previstos, antes que comenzara a recuperar el contacto que había perdido. Me inclino a excusar incoherencias y desviaciones en otros, de modo que aunque había empezado a dudar y ver, fue más de un año después cuando me percaté tan clara e inconfundiblemente que aproveché la ocasión para decirle a Tingley los hechos como los percibí y declarar mi intención de terminar toda conexión con ella. Por supuesto, trató en todos los sentidos de cambiar mi determinación, pero al encontrarme inmutable, me dejó ir y -como luego escuché- dijo que me había expulsado por 'mala conducta', sólo que no sé cuál; y obviamente, lo hizo para 'salvar su propio pellejo' como espetan los chinos. Estoy muy consciente de sus capacidades en la dirección anterior a partir de los relatos de otros que habían descubierto su verdadero carácter, y también renunciaron; no hay calumnias demasiado bajas o mezquinas para que ella las use en semejantes casos con tal de justificarse. Perdóname por decirlo, pero así es el personaje de Katherine Tingley, la líder del movimiento teosófico en todo el mundo, mientras se da ínfulas... bueno, hay más que es demasiado nauseabundo para escribirlo. Fue una escuela dura para mí, pero tuvo buenos usos y efectos. No siento enemistad hacia ella; realmente la compadezco y la ayudaría a hacer lo correcto cada vez que esté en mi capacidad. También compadezco más profundamente a aquéllos que están retenidos por ella en cautiverio mental, pero no se puede hacer nada pues deben abrir sus propios ojos y no están en condiciones de que otros lo hagan por ellos.

Tal vez ahora puedas entender por qué es que tengo tanto miedo de cualquier abreviación del juicio personal, o que cese el esfuerzo para desarrollar la intuición individual".

Aquí vemos a Crosbie, en su propio testimonio, admitir haber cometido errores en este sentido debido a la falla autoconfesada de desarrollar o aplicar su intuición y juicio individuales con respecto a Katherine Tingley y en asuntos relacionados. ¿Quién de nosotros no ha incurrido en equívocos de juicio con respecto a asuntos espirituales o de otro tipo? Lo importante es que se dio cuenta de ello, aprendió de él y avanzó hacia una nueva dirección.

"La Voz del Silencio" nos recuerda: "No mires atrás, o estás perdido" y "Mata en ti todo recuerdo de experiencias pasadas". Una vez que reconocemos nuestro error y nos alejamos de él, no obtenemos nada al insistir en ello, hablando sobre eso o confesándolo constantemente al mundo. Ni Crosbie ni la L.U.T. alguna vez han negado o intentado ocultar el hecho de que inicialmente apoyó de forma leal a Katherine Tingley, pero tampoco han sentido la necesidad de llamar la atención sobre este hecho, pues ¿cuál sería la lógica de eso?

El libro "The Theosophical Movement 1875-1950" (publicado por The Cunningham Press en nombre de la L.U.T.) nos informa:  "Crosbie era un teósofo de Boston durante la época de William Q. Judge y trabajó muy de cerca con él, disfrutando de su confianza. Cuando después de la muerte de Judge los miembros más activos en la sede de Nueva York elevaron a Tingley al cargo de sucesora de aquél, Crosbie le dio su lealtad y apoyo. Alrededor de 1900 concurrió a Point Loma para ayudar con lo que pudiera con el trabajo realizado allí. Sin embargo, en el transcurso de algunos años llegó a la conclusión de que no se podía lograr nada constructivo permaneciendo en Point Loma y que, de hecho, las enseñanzas y la filosofía teosóficas habían sufrido un eclipse casi total por los métodos y el programa sensacionalista instituido por Tingley, y en silencio dejó la Sociedad Point Loma en 1904 y llegó a Los Ángeles. No tenía bienes ni fondos, pues entregó todas sus posesiones mundanas al trabajo del Movimiento [Nota: en ese momento se requería que todos los que se unieran a la comunidad en Point Loma entregaran todo su dinero e ingresos al hacerlo y en el entendido de que no se les devolvería, en caso de que luego decidieran renunciar]. Aseguró el trabajo en Los Ángeles y gradualmente comenzó a reunir a su alrededor unos pocos estudiantes, la mayoría de ellos completamente nuevos en Teosofía, para emprender una vez más la tarea de promulgar la Doctrina en la misma forma como se presentó originalmente por los Fundadores del Movimiento. Cuando en 1909 se había unido a un pequeño núcleo de personas que compartían este ideal, se formó la Logia Unida de Teósofos para llevar a cabo los propósitos planificados".

Con respecto a la estrecha relación de Crosbie con William Judge, podemos tener en cuenta lo que se citó anteriormente: 

"Cuando Judge dejó esta vida, perdí la conexión con él; indudablemente yo confiaba demasiado en él y no había ejercido mi propia intuición, y de los eventos posteriores mi comprensión es que esta pérdida de vínculo fue realizada a propósito para que yo pudiera transmutar mi debilidad en esa dirección. Fui a Point Loma (…) y estuve allí dos años (...) antes de comenzar a recuperar el contacto que había perdido".

En otra parte de sus notas autobiográficas explica:

"Me uní a la Sociedad [la Sociedad Teosófica de Boston, Massachusetts] (…) y poco tiempo después fui elegido Secretario. Judge llegó a Boston algún tiempo más tarde; me lo presentaron junto con otros miembros y no recibí ningún otro aviso suyo hasta después de la reunión, y cuando nos separamos en la puerta él se fue con algunos miembros a su hotel y yo tomé otra dirección. Nos habíamos distanciado un poco cuando escuché que decía: 'Buenas noches Crosbie, lo tengo en mi lista', y le respondí 'buenas noches', pero pensé mucho en el resto de su comentario. No obstante, algo sucedió entonces: se levantó un velo para establecer un vínculo que nunca se ha roto. Judge venía a Boston con frecuencia y se quedaba en mi casa, y yo constantemente iba a Nueva York. Me nombraron presidente de la S.T. de Boston y posteriormente, cuando la Sección Esotérica estaba formada por H.P.B. y W.Q.J., fui admitido y luego me nombraron presidente. Ocupé dichas posiciones hasta que me fui de Boston en abril de 1900". 

"Creo que haberte dicho que mi conexión con Judge fue íntima en líneas internas; éstas no se pueden explicar, pero para mí son las únicas reales”.

No se sabe mucho más sobre esto a nivel público. Como se estableció en el pasaje citado anteriormente de Theosophy Magazine, su relación con H.P.B. y Judge “fue estrecha e íntima, pero tan cuidadosamente guardada que pocos sospecharon que la relación fuera más que casual o incidental para la rutina del propagandum teosófico. Durante todo el período perturbador 1893-1896, el señor Crosbie compartió en las responsabilidades y la confianza de Judge hasta un punto desconocido y nunca soñado por otros".

En una versión anterior de la biografía y encuesta del Movimiento Teosófico de The Cunningham Press, llamada "The Theosophical Movement 1875-1925", se dice que "Robert Crosbie (…) durante muchos años tuvo el beneficio del entrenamiento directo y la instrucción de H.P.B. y William Judge".

Aquéllos que están dispuestos a juzgar lo anterior como “improbable” o “falso” (ya que no hay evidencia disponible para confirmarlo) harían bien en recordar que sí existen pruebas con respecto a otras personas que recibieron entrenamiento, instrucción y contactos a distancia por H.P.B. y W.Q.J. El caso mejor conocido y documentado es el de Julia Keightley (nombre de soltera VerPlanck) que usó el seudónimo de Jasper Niemand para su literatura teosófica. Keightley estaba en comunicación con ambos instructores al mismo tiempo, tanto por correspondencia como a través de canales metafísicos. Sus contactos con W.Q.J. son bien conocidos y algunos se publicaron en el libro "Letters That Have Helped Me", mientras que su vínculo y "visitas a distancia" con H.P.B. -durante la vida de ésta última y después de su fallecimiento- pueden encontrarse relatados al final del libro "Reminiscences of H.P. Blavatsky and The Secret Doctrine".

Julia Keightley no fue la única teósofa favorecida o merecedora del karma. El libro "The Theosophical Movement 1875-1925" habla también sobre "la venerable señora Julia Scott, superviviente de la Sociedad original y fiel amiga y alumna de H.P.B. y Judge, [quien] trabajó durante muchos años para ayudar e instruir a algunos miembros en las enseñanzas y prácticas que constituían originalmente la Tercera Sección. Primero en Inglaterra, luego en Italia y durante los últimos años en Suiza, su labor se llevó a cabo en medio de muchos obstáculos y a pesar de la mala salud y el avance de la edad. Muchos le deben su primera luz teosófica en esta encarnación, y varios otros su restauración a las líneas que se habían perdido en las confusiones tras la muerte de Blavatsky y Judge".

Ahora bien, hoy no se sabe nada sobre Julia Scott, sólamente que fue "fiel amiga y alumna de Blavatsky y Judge", pero podemos asumir con seguridad que en efecto tuvo dicho vínculo como señala el libro ya que los escritores no tendrían motivos para inventar historias de este tipo. Y si fue así en el caso de Keightley y Scott, ¿por qué no sería válido también para Robert Crosbie? Todos quienes lo conocieron lo describían como un alma humilde, seria y gentil y totalmente dedicada a la Causa Teosófica. Teniendo esta referencia real y si su Karma era el adecuado, entonces no hay ninguna razón por la que no debiera haber recibido “el beneficio del entrenamiento directo e instrucción tanto de H.P.B. como de Judge".

Como jefe de la Sección Esotérica para toda Nueva Inglaterra, sin duda Crosbie habría sido conocido por Blavatsky. La única referencia publicada sobre él de que había estado en correspondencia con aquélla se puede encontrar en la página 188 de "The Friendly Philosopher": "En el caso de H.P.B. tuvieron que ser utilizados medios extraordinarios para preservar el cuerpo íntegro mientras se mantuvo. Un par de semanas antes de abandonar el plano material, ella escribió a alguien en Boston: 'Incluso la voluntad y el yoga no pueden mantener este viejo trapo físico íntegramente por mucho más tiempo'. Esto no abroga su poder, pero sí muestra que los cuerpos de la presente raza no son capaces de soportar una tensión como implica la ocupación de dicho ser, pues si se intensifica la fuerza nerviosa en nuestro organismo, la capacidad corporal se destruye; imagine una fuerza cien veces mayor que eso, y no es difícil entender por qué los cuerpos tan activos se desintegran".

La frase “alguien en Boston” ciertamente se refería a Crosbie, y este modo de expresión es típico de su característica humildad y voluntad de jamás llamar la atención ni parecer un personaje importante. El anonimato y la impersonalidad fueron características definitorias y un método central de la L.U.T. desde su creación y aún lo son en la actualidad. A lo largo de la obra "The Friendly Philosopher", donde se publican las cartas escritas por Crosbie a otros teósofos, se hacen declaraciones como éstas:

"Nuestro propósito es atraer la atención hacia los Docentes y la Enseñanza, no hacia otros; por lo tanto, es la conservación y seguridad para mantener la impersonalidad de la L.U.T.” (p. 368).

"Entonces, se debe llevar la atención hacia las Enseñanzas, no a nosotros mismos, quienes sólo las estamos entregando en la mejor manera que podemos" (p. 365). 

"Si se atrae la atención a los trabajadores vivos, eso resta valor al verdadero problema" (p. 373).

"Es un error permitir que crezca la impresión en la mente de cualquier individuo que él es de 'importancia' para la Teosofía" (p. 378).

"No se encuentra espacio aquí para un líder o autoridad, ni para el dogma o la superstición" (p. 411). 

"Ahora posiblemente se pueda apreciar lo que representa nuestra Logia: los tres objetivos establecidos por H.P.B. y los Maestros, y de acuerdo con las líneas establecidas por Ellos; sin dogmatismo, sin seguidores personales ni 'autoridad espiritual' (...) De esta manera se obtiene verdadera discriminación y se evita la desgracia de todos los movimientos espirituales, como la supremacía, la intransigencia y su corolario en los seguidores personales" (p. 29).

"¿Cuál es la raíz de los cismas que han trastornado la Sociedad Teosófica que dejó H.P.B.? 'Personalidades', todo el tiempo. ¿Y qué es lo opuesto y correctivo de la personalidad? Nada menos que la impersonalidad que no busca nada para sí y todo para la Causa de la Teosofía pura y simple. No existe la fama, la gloria o el provecho mundano en tal curso; sin embargo, sólo esto elimina todos los obstáculos que puedan interferir entre el Mensaje de la Teosofía y aquéllos que desean estudiarla y aplicarla por sus propios méritos. Únicamente por esa razón existen la revista 'Theosophy' y 'The United Lodge of Theosophists', conducidas anónimamente. La mente de la raza sigue obsesionada con la idea de que es importante saber quiénes son los agentes activos, mientras que lo esencial es el mérito de la cosa hecha" (p. 407-408).

Se ha dicho que Crosbie era tan callado y modesto, incluso en la L.U.T. de Los Ángeles, que muy pocos de quienes lo conocieron alguna vez supieron o se percataron de que él era en realidad el fundador y la fuerza motriz de dicha organización en sí misma. Todas sus charlas y talleres de estudio se presentaron sin mencionar su nombre ni rol, y todos sus artículos se publicaron de manera incógnita, sin ninguna denominación o firma adjunta; Crosbie tampoco escribió o publicó ningún libro por él mismo, y fue sólo después de su fallecimiento que se publicaron sus artículos, transcripciones de charlas y algunas cartas en forma de libros y bajo su propio nombre.

Dichas obras todavía se publican y solicitan en todo el mundo y son: "The Friendly Philosopher", "Answers to Questions on The Ocean of Theosophy", "Universal Theosophy" y "Notes on The Bhagavad Gita". Los primeros siete capítulos de este último fueron compuestos y publicados por William Judge y los otros once por Crosbie tras la muerte de Judge para completar la serie.

En el prefacio de “The Friendly Philosopher”, publicado en 1934 para el 15º aniversario de la muerte de Crosbie, se dice que reverenció a H.P. Blavatsky y William Q. Judge sirviendo a sus órdenes y que adquirió la capacidad o poder “que le permitió mantenerse en contacto con los grandes Instructores después de que Ellos hubieran desechado el bucle mortal". Esta es una declaración clara y específica, afirmando que Crosbie estaba realmente en una especie de vínculo permanente con H.P.B. y W.Q.J. posterior a su partida del plano físico. Podemos suponer, a partir de sus notas autobiográficas -nunca conocidas o publicadas durante su vida- que fue alrededor de 1902 y mientras estaba en Point Loma cuando comenzó a recuperar su contacto oculto con W.Q.J., establecido durante los últimos años de vida de éste último y cuya muerte ocurrió en 1896. También es posible que en torno a la misma época o más tarde Crosbie se haya comunicado con H.P.B. en planos internos.

Esta no es una evidencia contundente y aún así no se necesita ninguna. Es un asunto muy poco mencionado entre los asociados de la L.U.T. y el breve comentario referido en el párrafo anterior es la única instancia en que este dato se establece específicamente en toda la literatura de la organización.

Sin embargo, algunos pueden concluir que fue debido a la inspiración directa de H.P.B. y W.Q.J. que Crosbie finalmente estableció la L.U.T., un acto que dio como resultado la muy necesaria restauración del Movimiento Teosófico genuino y fiel a las líneas, impulsos, programa y sistema originales que los Maestros y H.P.B. habían enfatizado con tanta frecuencia. Hasta el día de hoy, la L.U.T.. es la única rama teosófica que continúa presentando y promoviendo las enseñanzas originales e inalteradas de la Doctrina auténtica, o en otras palabras la Teosofía tal como se otorgó al mundo por los Maestros y la única persona que alguna vez llamaron su "Agente Directo", H.P. Blavatsky.

Es posible que existan documentos privados, cartas y evidencias que demuestren el contacto personal de Crosbie con H.P.B. y W.Q.J. durante sus vidas o de forma póstuma, y si hubiera tal evidencia nunca se hará pública ni estará disponible para su análisis, ya que es "por sus frutos" que debemos conocer y evaluar la vida y el trabajo de tales individuos y no por las circunstancias estrictamente privadas y las relaciones de su vida oculta o interna.

Los frutos y la naturaleza de Robert Crosbie y la Logia Unida de Teósofos son evidentes para que todos las examinen. Han mantenido el Movimiento Teosófico original vivo en el mundo y durante un período de este Ciclo oscuro en que de otra manera seguramente habría desaparecido. Por esto, Robert Crosbie merece la gratitud duradera de todos los estudiantes de Teosofía y los seguidores de la Sabiduría y Mensaje de H.P. Blavatsky y William Quan Judge. La vida, el trabajo y la influencia de Crosbie se conmemoran mundialmente todos los meses de junio y esta celebración se conoce como el “Día de la L.U.T.”

La L.U.T. no es una Sociedad Teosófica ni tampoco es la colectividad homónima, sino una asociación totalmente independiente, desafiliada y voluntaria de estudiantes de Teosofía que desean asimilar las enseñanzas originales sin los elementos innecesarios de organizaciones, líderes, conflictos políticos y personalidades que buscan notoriedad. Su declaración de misión expresa es: “Difundir ampliamente las enseñanzas originales de la Teosofía tal como están registradas en los escritos de H.P. Blavatsky y William Q. Judge". A veces Crosbie solía decir que la L.U.T. es de naturaleza semi-esotérica, es decir, representa más que una mera asociación en el plano físico y tiene bases arraigadas de manera más profunda. Esencialmente es una Escuela de Teosofía, con los únicos Instructores que son H.P.B. y W.Q.J., quienes también fueron los Fundadores del Movimiento Teosófico en 1875. En la Logia Unida todos sus miembros son estudiantes y nadie es "maestro"; el único documento guía que poseen es la "Declaración" que sostiene:

“La política de esta Logia es la devoción independiente a la causa de Teosofía, sin profesar apego a ninguna organización teosófica. Es leal a los grandes Fundadores del Movimiento, pero no toma parte en disensiones o diferencias de opinión individual.

El trabajo a realizar y el objetivo que tiene a la vista son demasiado absorbentes y elevados para dejarle tiempo o inclinación para involucrarse en problemas secundarios. Esa labor y ese fin son la diseminación de los Principios Fundamentales de la filosofía teosófica, la puesta en práctica de esos principios a través de una verdadera realización del SER SUPERIOR, y una convicción cada vez más profunda de la Hermandad Universal.

Sostiene que la base inexpugnable para la unión entre los teósofos, cualquiera sea su lugar y situación, es similitud de propósito, objetivo y enseñanza, y por lo tanto no tiene Constitución, Estatutos ni Oficiales, siendo esa base el único vínculo entre sus Asociados y también tiene como meta difundir esta idea entre los teósofos en fomento de la Unidad.

Considera como teósofos a todos quienes se dedican al verdadero servicio de la humanidad sin distinción de raza, credo, sexo, condición u organización, y da la bienvenida a todos aquellos que están de acuerdo con sus propósitos declarados y que desean prepararse, por el estudio u otros medios, para ayudar y enseñar a otros.- 'EL VERDADERO TEÓSOFO NO ADHIERE A NINGÚN CULTO O SECTA, PERO PERTENECE A TODOS Y CADA UNO DE ELLOS'".

Robert Crosbie redactó muy pocas partes en esta Declaración de la L.U.T. ya que en gran medida constituye una compilación de frases por H.P.B. y W.Q.J. citadas de diversas fuentes y publicaciones. Crosbie nunca se cansaba de señalar que la gente debía volver la vista hacia esos dos Mensajeros de los Maestros y enfatizaba que aún están vivos y en plena actividad, y que la manera de entrar en "la corriente que fluye de ellos" es mediante el estudio sincero y la aplicación de todas las enseñanzas invaluables que nos dejaron y, por supuesto, a través del servicio difusor de la Doctrina para beneficio de la humanidad.

Se dijo que "Robert Crosbie no dejó ningún nombre para ser evocado ante la sociedad, pero llevó una vida que todos podrían emular. Era uno de los soldados desconocidos en el ejército de aquéllos que viven para beneficiar a la humanidad, y quienes luchan por la redención de cada criatura de los lazos de la existencia condicionada”.

25 de febrero de 2022

La verdadera moralidad (por Robert Crosbie)


Charla de Robert Crosbie tomada de "The Friendly Philosopher", p. 332-338 e incluida en "Universal Theosophy" (énfasis añadido).

La verdadera moralidad no es un asunto de palabras, frases o modos de acción de ningún tipo, y su base tampoco se encuentra en los múltiples tipos de ideas sobre ella en el mundo que varían según tiempo y lugar. Lo que es "moral" en un momento es "inmoral" en otro. No existe base alguna en esta actitud cambiante hacia los actos y clasificaciones cambiantes del bien y el mal en una "división del universo" también impermanente. La intolerancia es su resultado seguro, pues quienes se enorgullecen de sus propias marcas especiales de "moralidad" son siempre intolerantes con los que no aceptan ese parámetro. La verdadera moral descansa en la comprensión y el logro de la propia naturaleza espiritual humana y necesariamente debe surgir de ella, independiente a todo tipo de convenciones. Necesitamos conocer nuestra propia naturaleza interna para saber qué es realmente la moral.

Las convenciones de la vida externa se establecen meramente por un consenso de opinión entre los seres que viven en un momento y lugar concretos. No se basan necesariamente en la verdad y ciertamente no en una percepción de toda esa verdad; así, como podemos ver, el interés superior de todos no está servido por las ideas que se sostienen generalmente. El mundo se halla en un estado peligrosamente perverso y egoísta, y con todas nuestras ideas prevalecientes de "progreso", "moralidad" y "religión" en ninguna parte representa un lugar más feliz como hace quizá uno o dos siglos; no es un lugar tan bueno para los seres humanos como lo fue en las civilizaciones más inocentes y menos complejas de las naciones más antiguas. Evidentemente hay algo que anda mal con las ideas que sostenemos, si nos resulta imposible negar el hecho de que en lugar que el mundo mejore y la vida se vuelva más simple, la sociedad empeora y la existencia se torna cada vez más enredada. No debiéramos encontrarnos en la condición actual si nuestras ideas religiosas y morales surgieran de las ideas básicas subyacentes a todas las religiones, filosofías y sistemas de pensamiento.

La base de la comprensión existencial aceptada por la mayoría de los pueblos occidentales ha sido una "religión revelada" y un "Dios personal" que inspiró esa creencia. Desde esta base han surgido todas nuestras concepciones erróneas y de ahí el gran énfasis puesto en la existencia física. De hecho, se podría decir que la generalidad del pensamiento humano se centra enteramente en la existencia material. Y ni siquiera nos hemos planteado las preguntas: "¿Cómo es que nazco en este momento, en tales condiciones, en medio de esta gente y no en un momento anterior o futuro, cuando el mundo podría ser mejor? ¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es la causa preexistente que nos llevó a esta relación? ¿Fue por capricho de un Ser especial, o fue bajo la operación de una ley inherente a nosotros mismos?" Si estamos aquí con nuestras cualidades presentes y rodeados de dificultades, no debido a algo que hayamos cometido sino al antojo de algún Ser, entonces debemos considerarnos absolutamente irresponsables por cualquier aspecto. Si fuimos creados así, ¡no hay nada que pueda deshacer esa creación y debemos sufrir las consecuencias o causas que no hemos puesto en marcha!

Las ideas verdaderas de la filosofía antigua nos liberan de dos conceptos erróneos: la idea de que existe un "Dios vengativo" que nos castiga por lo que no podemos evitar hacer, y la noción de un "diablo" a quien estamos destinados si no seguimos las líneas que algunas personas han establecido para nosotros. Un conocimiento de la Teosofía nos permite comprender que nunca hubo ninguna "creación" en el sentido de "elaborar algo de la nada", sino que todas las cosas y todos los seres evolucionan y siguen en ese proceso. Los seres bajo nosotros avanzan hacia nuestro estatus desde donde otras entidades -que han progresado mucho más allá- en algún momento del pasado lejano experimentaron una etapa similar. Todos los seres son lo que son a través de la evolución desde el interior hacia el exterior, ese desarrollo que procede de la Ley.

La Ley opera en todas partes y sobre cada ser, porque esta norma no está separada de él ni tampoco del hombre espiritual interior. La ley es la normativa de la propia acción humana. Entonces, al actuar en la línea que afecta a otros para bien o para mal, necesariamente recibimos el retorno de esos efectos beneficiosos o perjudiciales que hacemos que otros experimenten. Cada individuo es operador de la Ley; de acuerdo con sus acciones obtiene las reacciones y según sea su siembra, así cosechará. Por tanto y en lugar de la idea de un Dios vengativo, tenemos los conceptos de justicia absoluta y responsabilidad individual.

Si desde el punto de vista de esa Ley nos preguntamos qué causas preexistentes nos llevaron a estas relaciones, podemos ver que lo que ahora existe debe haberse generado por nosotros mismos, y lo que ahora vivimos es similar a lo que fue. De inmediato se nos presenta la idea de que no es la primera vez que hemos estado en un cuerpo, sino en varias ocasiones; esa reencarnación es el proceso por el cual los humanos alcanzan alturas cada vez más grandes, y no hay otra manera o medio de aprender todas las lecciones que se pueden obtener en la vida física entre nuestros semejantes, excepto a través de reencarnaciones repetidas.

De esta forma llegamos a otra fase de nuestro ser, porque vemos que hay en nosotros un aspecto que funciona de manera continua, que nunca nació y nunca muere. Si continúa de una vida a otra, durante y a lo largo de muchas existencias, debe haber una permanencia en nosotros que ningún cambio de condición, cuerpo o circunstancia pueda alterar por un sólo instante. Así como pensamos en términos de edades y no en los días de una vida corta, comenzamos a vislumbrar esa Realidad que se encuentra en nosotros; abrimos la puerta para que esas percepciones internas, reales y más permanentes puedan funcionar en nuestros pensamientos diarios de vigilia, ya que cada ser humano que surgió de la Gran Fuente Única y está animado por Aquéllo, de hecho es ESO en la raíz misma de su ser; en Aquéllo está su poder de percepción y acción espiritual y permanente. El poder de esa apreciación y ese acto existe en todos y la dirección de ambos descansa en cada uno. Toda persona tiene la facultad de tomar el curso que le parezca mejor, pero al hacerlo también siembra y debe cosechar lo que constituyó la naturaleza de su acto. Cada ser en este Universo de Ley está experimentando como él debido a sus propios pensamientos, palabras y acciones; cada circunstancia, cada día infortunado o mal que nos llega, así como todo bien, se deben a nuestros pensamientos, declaraciones u obras en el pasado. En cada encarnación encontramos amigos y enemigos, por cuanto nuestras mentes pueden estar tranquilas con respecto a Dios o al diablo. Cada uno de nosotros representa tanto el Espíritu o naturaleza divina más elevada, como también la característica más baja o de índole infernal. El ser humano es una entidad espiritual, pero al creer que es material y separado, y al actuar de acuerdo con su pensamiento, provoca la batalla entre las dos naturalezas en sí mismo.

El gran error de los fanáticos religiosos en nuestra época ha sido la clasificación del bien y el mal. No hay nada bueno en sí mismo, ni nada malo en sí mismo. Es el uso que se da a cualquier cosa lo que la hace benéfica o perjudicial. ¿Cómo podemos trazar una línea fina entre el bien y el mal en cada caso? Ambos se juzgan por los efectos que se derivan de la acción realizada, pero lo que parecería malo en un caso podría ser el mayor bien, y viceversa. Sólo una hebra de telaraña divide lo divino de lo satánico, y esa línea no consiste en este u otro modo de conducta, sino en el motivo o intención claramente presentado por quien actúa. Una buena motivación nunca puede producir resultados totalmente malos, y sin embargo, un buen motivo no es suficiente. Puede que tengamos el mejor propósito del mundo, pero si no tenemos también conocimiento y sabiduría podemos caer en lo incorrecto sin intención cuando intentamos hacer el bien, y asimismo algunas veces podemos realizar un acto bueno cuando deseamos hacer mal. De este modo, se puede ver que la verdadera moralidad no se encuentra en el acto en sí, sino en el motivo, y depende del conocimiento e inteligencia del ser actuante.

Las líneas de la verdadera moralidad pueden ir a cualquier parte, pero esto no quiere decir que hagamos mal para producir bien. ¿Cómo podríamos perpetrar un mal si nuestra percepción es buena, si nuestro conocimiento es claro, el motivo incuestionable y sin interés propio? Ningún mal imaginable podría fluir en tales condiciones que son de la naturaleza del Espíritu. Se requiere el rango más amplio de inteligencia y sabiduría para hacerlo posible ya que los efectos del mal no fluyen incluso si se pretende el bien. La sabiduría siempre es necesaria porque la misma naturaleza y esencia de nuestro ser es la sabiduría misma, el objeto de ella y lo que debe obtenerse por su intermedio. No hay nada más elevado que la esencia de nuestro ser y podemos asimilarla conscientemente dejando de lado todas aquellas ideas que entren en conflicto con ello y luego actuando desde la base de nuestra naturaleza espiritual, la base de la Ley absoluta e infalible. Una vez que se tienen en cuenta estas nociones, se excluyen todas las demás ideas separativas y se mantiene la unidad de Espíritu, pensamiento y acción.

De esta manera, la filosofía teosófica presenta una base desde la cual se puede percibir el verdadero tipo de moralidad. Dijimos que ésta no depende de palabras, frases o convenciones, sino de una percepción universal de todas las cosas, por lo cual todo se hace para bien y cada pensamiento y sentimiento se emplea en beneficio de otros en lugar de uno mismo. Un entendimiento claro de la propia naturaleza espiritual y el motivo para beneficiar a la humanidad en todas direcciones y en todos los casos, sin interés egoísta, son los dos elementos esenciales para la verdadera moralidad. Ésta es, en efecto, una existencia universal y su comienzo está en el deseo de vivir para beneficiar a la humanidad sin egoísmo ni esperanza de recompensa alguna, y luego, para practicarlo y ayudar a los que saben aún menos que nosotros.

Esto es todo lo contrario de las ideas religiosas prevalecientes sobre la salvación personal; sin embargo, dicha existencia universal es nuestra salvación. Al mismo tiempo, cuando se ven estas nociones universales y se logran hasta cierto punto, uno pierde todos los temores. Ni el cambio ni la muerte, ni las cosas presentes o venideras pueden tener algún efecto sobre eso. El individuo cumple con las condiciones a medida que llegan, hace lo que puede y permite que otras circunstancias les sucedan. Se mueve a través de la vida, y lejos de ser una persona infeliz ahora es bastante capaz de tomar toda la alegría y el placer que existen en el mundo, todo aquello en los que sus semejantes sólo subsisten o esperan poder sostenerse. Se mueve entre sus pares comprendiendo todo lo que están pasando al disfrutar con su alegría y lamentándose cuando están tristes, y sin embargo, ese individuo se libera de la felicidad o la pena. Cuando lleguemos a esa condición, nuestro sentido de la moral se basará en la naturaleza humana y luego veremos a todos y cada uno de los seres como del mismo tipo que nosotros mismos, diferenciándonos sólo en el grado de comprensión. No puede haber en nosotros nada más que tolerancia y misericordia, porque sabremos que no podemos juzgar a otros en sus luchas; no podremos decir que hay bien en este caso y mal en el otro; entenderemos que bondad y maldad son completamente relativas en las personas mientras no perciban la Realidad en absoluto, y veremos que lo mejor que podemos hacer por otro es ayudarlo a comprenderse a sí mismo con tal de alcanzar ese punto de percepción, conocimiento y poder que en realidad es suyo y debe lograr.

Las falsas concepciones de la vida humana nos impiden conocer la verdad, y es evidente que el primer paso hacia una genuina percepción consiste en dejar de lado los prejuicios y las predilecciones por las que se ha vivido. Y siempre hay ayuda. Nunca hemos estado solos. Siempre hay seres mayores que nosotros en la evolución que regresan a este campo de existencia física para ayudarnos con tal de despertar a una percepción de nuestra naturaleza. Tal ha sido la misión de todas las Encarnaciones Divinas a lo largo de los siglos. Esos seres han venido y vivido entre nosotros, al convertirse "en todas las cosas y en nosotros" como se dijo de Jesús para que pudieran entenderse las palabras que pronunciaran. Se reúnen con nosotros en base a nuestras ideas e intentan aclararlas y establecerlas en un curso verdadero, pero no pueden hacer nada para detener lo que hemos hecho y lo que queremos realizar; no pueden interferir, pero sí nos ayudan a ver la dirección correcta, si así lo deseamos; colaboran cuando nos dirigimos a esa dirección que indican, el Camino que Ellos mismos siguieron hace tantas eras. Siempre intentan ayudarnos, incluso cuando transitamos por senderos erróneos y traemos sobre nosotros el sufrimiento que eso conlleva, o aún cuando intentan conducir los resultados hacia un mejor canal. Retienen el terrible Karma que sacudiría al mundo y dejarán que los efectos lleguen tan gradualmente para que podamos soportarlos. Eso es parte del poder protector de la naturaleza espiritual y opera en todas direcciones.

En consecuencia, corresponde a nosotros decir hacia dónde iremos. No somos criaturas de la circunstancia ni del medio ambiente. Somos sus creadores. Nos corresponde verificar que pensamos bien y construimos correctamente, nos basamos en los sólidos cimientos de las verdades eternas y que mantenemos nuestros ojos en ese Camino que los grandes Maestros de Sabiduría han tratado de abrir ante nosotros. Y a nuestro turno señalaremos el Camino entre las huestes que se mueven en el engaño y la ignorancia, y al ayudar a cada uno nos ayudamos a nosotros mismos. Así como nos ayudamos al colaborar con los demás, elevamos a todos.

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Se pueden encontrar cinco temas clave a lo largo de las charlas de Robert Crosbie, treinta de las cuales están incluidos en la sección "The Eternal Verities" de "The Friendly Philosopher" y que también comprenden un libro más pequeño llamado "Universal Theosophy". Esos temas son:

(1) LA REALIDAD ÚNICA; el Espíritu Único o Conciencia de la Deidad como el Verdadero Ser de todos y la esencia universal subyacente de todo.

(2) El conocimiento y la comprensión de nuestra verdadera naturaleza como base correcta para el pensamiento y la acción; el sufrimiento humano y el dolor causado por su ignorancia.

(3) La Ley de Karma (inherente a nuestro propio ser) y la reencarnación del alma: responsabilidad (incluida la justicia) y esperanza.

(4) La evolución continua de todo.
(5) Los Maestros de Sabiduría como resultado de la evolución; los Hermanos Mayores, Maestros y Guías de la humanidad.

En ellas se encuentran las Tres Proposiciones Fundamentales de "La Doctrina Secreta", también conocidas como los Tres Fundamentos de la Teosofía que forman la base necesaria para el estudio, la práctica y la comprensión teosófica.