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3 de marzo de 2022

Nirvana, Parinirvana y Eternidad


“¿Qué tiene que ver NIRVANA con los recuerdos de existencias objetivas? Esa es una condición aún más elevada y donde se olvidan todas las cosas manifestadas. Es un estado de descanso absoluto y asimilación con Parabrahm: es el mismo Parabrahm (...) [pero] el Nirvana tampoco es comparable al Para-Nirvana
(Mahatma K.H.).

Durante el siglo XX el término sánscrito "nirvana" se hizo muy conocido en Occidente, tal como lo fue en Oriente por miles de años. Muchos occidentales, independiente de sus creencias particulares, se hallan al corriente de que "nirvana" es más o menos sinónimo con la idea de "dicha absoluta", pero más allá de eso mucha gente no lo comprende.

Esta palabra apunta a una doctrina central en las religiones índicas principales, pues aparece por primera vez en las escrituras hindúes donde es sinónima con los términos sánscritos Moksha y Mukti, y también se encuentra en el jainismo y todas las formas de budismo. De éste último, la modalidad Theravada (a menudo conocida como "budismo del sur" por los occidentales hasta décadas más recientes) usa el idioma Pali que lo deletrea como "nibbana", mientras que la tendencia Mahayana (o "del norte") a menudo lo escribe "nirvana". La palabra literalmente significa "apagado", recordando a una llama que se extingue, pero esto no debe tomarse como un concepto de "aniquilación absoluta del ser espiritual".

Un término relacionado es "Parinirvana", y H.P. Blavatsky con frecuencia lo escribía "Paranirvana", pero en ocasiones señaló que estrictamente debiera ser "par i nirvana", que es la forma con que siempre se ortografía en budismo. En las formas de esta religión conocidas al público, el nirvana se produce cuando el individuo alcanza un estado de iluminación absoluta y Unidad divina mientras está vivo físicamente, y el Parinirvana es la experiencia plena del Nirvana tras la muerte corporal, aunque como veremos ésta no es la forma con que se distinguen en Teosofía. 

Aunque la Filosofía Esotérica presentada por H.P. Blavatsky es universal, anti-sectaria y tiene rastros en todas las religiones del mundo, se sostiene que la Hermandad de Adeptos e Iniciados transhimaláyicos -quienes se hallaban directamente tras la labor de H.P.B.- son budistas esotéricos, conectados con una escuela y un sistema que ni siquiera se conoce públicamente en el mundo de hoy, y que sin embargo existe. Se puede descubrir más sobre ello en la última sección del artículo "Gelugpas, Tantra y Dalai-Lamas (parte 2)" donde se muestra que la clave reside en la Escuela Esotérica Yogacharya del Aryasangha original.

Dicho sea de paso, el término "Paranishpanna" o "Parinispanna" -que H.P.B. a veces usaba como sinónimo de "Parinirvana"- es exclusivamente un vocablo Yogacharya, al igual que "Alaya", otra palabra importante que aparece en literatura teosófica. "Parinispanna-Svabhava" es otra idea distintiva de Yogacharya y también significará algo para los estudiantes serios de las enseñanzas teosóficas originales.

El concepto budista de "Mahaparinirvana" no es utilizado en Teosofía, aunque sí forma parte de algunas versiones antagónicas a ésta y correspondientes al periodo pos-Blavatsky, y en que aparecen contradicciones absurdas en ideas como "plano mahaparanirvánico" (¡siendo éste el nivel más alto del Universo manifestado!), mientras que en budismo "Parinirvana" y "Mahaparinirvana" parecen recíprocos.

En hinduismo, jainismo, budismo y Teosofía, el Nirvana es lo opuesto a Samsara: la rueda, círculo o ciclo de nacimiento, muerte y reencarnación, y en realidad significa "mar de sufrimiento" u "océano de existencia condicionada". Cuando mediante vidas de esfuerzo y evolución autoinducidos el individuo llega a un estado de completa libertad espiritual, entra internamente en el nirvana que, por el contrario, se simboliza como el océano infinito de EXISTENCIA absoluta e incondicionada en sí, que a nuestras percepciones finitas aparece como una "no-existencia absoluta". En realidad, se trata de una fusión y reabsorción literal e íntegra en la Esencia/Fuente Divinas e Infinitas, que es el verdadero Ser de todos y cada uno.

Estas tres religiones de India enseñan que en cuanto ingresamos al nirvana no hay posibilidad de reencarnarse otra vez; en otras palabras, uno es "final y eternamente libre".

El budismo Mahayana y a diferencia del Theravada, el hinduismo, el jainismo y de hecho cualquier otro credo, sostiene que también es posible alcanzar el umbral de la condición nirvánica, pero eligiendo renunciar a ella y a la dicha infinita para reencarnar conscientemente una y otra vez mientras toda la vida continúe, con miras a ayudar y enseñar a otros con la ayuda del conocimiento y los poderes que la persona ha adquirido. Esto se conoce como el "ideal Bodhisattva" o "camino del Nirmanakaya", los cuales se enseñan, promueven y recomiendan de modo constante en Teosofía como el único enfoque espiritual verdaderamente compasivo y desinteresado que debe adoptarse. Se entiende que los individuos a quienes los teósofos designan como "Maestros" son Bodhisattvas o Nirmanakayas de diversos grados, incluyendo los seres internos de H.P. Blavatsky y William Q. Judge (véanse "¿Quién es usted, Madame Blavatsky?" y "Para comprender la importancia de William Judge"). 

El Maha Chohan, venerable jefe tibetano de la Hermandad Transhimaláyica, dice en "La Carta del Gran Maestro": "Al verdadero teósofo no lo constituye el propósito individual y determinado de alcanzar Nirvana -la culminación de todo el conocimiento y la sabiduría absoluta, que después de todo es sólo un egoísmo exaltado y glorioso-, sino la búsqueda abnegada de los mejores medios para guiar en el camino correcto a nuestro prójimo y beneficiar a la mayor cantidad de criaturas que podamos".

No obstante, la Teosofía difiere de otros sistemas al afirmar que si bien Nirvana es tan extenso que en verdad nos parece "eterno", no es así en un sentido literal y verdadero.

Para ilustrar, si alguien que hubiera alcanzado internamente el estado nirvánico muriera hoy y en lugar de tomar el camino bodhisáttvico se fusionara a totalidad con el Absoluto, permanecería en esa condición durante (a) el resto del ciclo vital de este Universo manifestado, y (b) el período adicional de Parinirvana -y que de alguna forma misteriosa es un nivel todavía más sublime- donde todo se absorbe en el Pralaya Universal, es decir, cuando el Universo llega a su fin. La duración de este Pralaya, Maha-Pralaya o Parinirvana se establece en 311.040.000.000.000 de años. Sólo después de que llegue a su fin -y las Estrofas de Dzyan se refieren a ello como las "Siete Eternidades"- quien ingresó a Nirvana finalmente reasumirá su individualidad espiritual o Ego y volverá a emerger a la manifestación, es decir, al amanecer de un Universo completamente nuevo, el producto kármico y resultante del anterior.

Veamos ahora lo que H.P. Blavatsky señaló exactamente sobre el tema, como discípula iniciada y mensajera de los señalados Mahatmas.

"Nirvana (sánscrito). Según los orientalistas, el 'apagado' total, como en la llama de una vela, el término radical de existencia; pero en la explicación esotérica es la condición de existencia y conciencia absolutas, en la cual entra el Ego de un humano que ha alcanzado el más alto nivel de perfección y santidad durante la vida -tras la muerte del cuerpo físico-, y ocasionalmente en el transcurso de vida como en el caso de Gautama Buda y otros" ("Theosophical Glossary", p. 232).

"Nirvana, el glorioso estado de Absolutidad, la Beatitud que está más allá del pensamiento humano" ("La Voz del Silencio", p. 41, edición original de 1889, traducida por H.P.B. del Libro de los Preceptos Dorados).

“El ocultista intuitivo que ha estudiado a fondo los misterios del Nirvana (...) sabe que es idéntico a Parabrahm, y por lo tanto inmutable, eterno y el No-Objeto, sino el Todo-Absoluto" ("The Doctrine of Avataras", artículo publicado póstumamente).

"Mientras no se puede decir que un Dharmakaya -un nirvani 'sin restos' como tradujeron nuestros orientalistas, siendo absorbido en esa Nada que es la única real, porque es Consciencia Absoluta -regresa a la encarnación en la Tierra y el nirvani ya no sigue siendo 'él', 'ella' o incluso 'eso', sí puede hacerlo el Nirmanakaya o quien ha obtenido el Nirvana 'con restos', es decir, revestido con un cuerpo sutil, lo que le hace impermeable a todas las impresiones externas y a todos los sentimientos mentales, y en quien la noción de su Ego no ha cesado por completo. Una vez más, cada ocultista oriental está consciente del hecho de que existen dos tipos de Nirmanakayas, el natural y el asumido; que el primero es el nombre o epíteto dado a la condición de un asceta o Iniciado de alto rango, que ha conseguido una etapa de dicha sólo anterior a Nirvana; mientras que el último significa el sacrificio personal de alguien que voluntariamente abandona el Nirvana absoluto para ayudar a la humanidad y seguir haciendo el bien, o en otras palabras, salvar a sus semejantes guiándolos (...) Un renacimiento general para cada individuo con el interludio de Kama Loka y Devachan, y una reencarnación consciente y cíclica con un objeto grandioso y divino para los pocos" ("The Doctrine of Avataras").

"(...) el Nirvana (...) tuvo lugar en un momento poco más de 20 años previos a la muerte física de Tathagata [Gautama Buda] (...) El error de los budistas del sur [seguidores de la corrienteTheravada] radica en datar el Nirvana de Sanggyas Pan-chhen desde el día de su muerte, mientras que como ya se dijo lo había alcanzado más de veinte años antes de su desencarnación. Cronológicamente, los sureños tienen razón (...) al fechar Su deceso en 543 'a. de C.' (...) Pero los Chohanes tibetanos, que poseen todos los documentos relacionados con los últimos veinticuatro años de Su vida externa e interna -de los cuales ningún filólogo sabe nada-, pueden mostrar que no existe discrepancia real entre las cronografías tibetana y cingalesa (...) fue en 563 antes de la cronología cristiana que Tathagata alcanzó su Nirvana completo, muriendo (...) en 543 (...) Los tibetanos dicen que Tathagata se convirtió en un Buda completo -es decir, alcanzó el Nirvana absoluto- en 2.544 de la era Kali (según Souramana), y por tanto vivió en efecto sólo ochenta años, ya que no puede computarse ningún nirvani del séptimo grado entre los hombres vivos o existentes" (H.P.B. o uno de los Adeptos, "Sakya Muni's Place in History", Five Years of Theosophy, p. 371, 374-375, 383).

Y agrega: "El Nirvana de los budistas es sólo el umbral del Paranirvana, de acuerdo con la Enseñanza Esotérica: mientras que con los brahmanes es el summum bonum, ese estado final del cual no hay retorno" ("The Mystery of the Buddha", artículo publicado de modo póstumo). 

"Paranirvana (sánscrito). El No-Ser absoluto, equiparable al Ser absoluto o 'Seidad', el estado conseguido por la Mónada humana al final del gran ciclo (ver Doctrina Secreta I, 135); equivalente a Paranishpanna" ("Theosophical Glossary", p. 249-250).

“PARANISHPANNA (perfección absoluta, Paranirvana, que es Yong-Grub) (...) es la perfección absoluta que alcanzan todas las existencias al final de un gran período de actividad o Maha-Manvantara, y en el que descansan durante el período subsiguiente de reposo. En tibetano se llama Yong-Grub. Hasta el periodo de la escuela Yogacharya, la verdadera naturaleza de Paranirvana se enseñó en forma pública, pero desde entonces se ha vuelto completamente esotérica y de ahí tantas interpretaciones contradictorias. Sólo un verdadero idealista puede entenderlo. Todo tiene que ser visto como ideal, con excepción de Paranirvana, por aquél que comprenda ese estado y adquiera un conocimiento de cómo el No-Ego, el Vacío y la Oscuridad son Tres en Uno y el único Autoexistente y perfecto. Sin embargo, es absoluto sólo en sentido relativo, ya que debe dar lugar a una perfección absoluta aún mayor de acuerdo con un estándar más elevado de excelencia en el siguiente período de actividad" ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 42-43).

En un artículo titulado “World-Improvement of World-Deliverance”, H.P.B. describe las definiciones y exégesis budistas conocidas de los términos “Nirvana” y “Parinirvana” como “un error exotérico frecuente” y asevera: “Se puede alcanzar el Nirvana durante la vida del hombre, y luego de su muerte en el Manvantara o vida-kalpa al que pertenece. El Paranirvana ('más allá' de Nirvana) se alcanza sólo cuando el Manvantara se ha cerrado y durante la 'noche' del Universo o Pralaya. Tal es la enseñanza esotérica".

En un escrito posterior titulado "What Shall We Do For Our Fellow-Men?" la autora aclara más específicamente:

"Al decir que Para -o más bien Pari- nirvana se alcanza sólo en el cierre manvantárico, nunca quise implicar el 'planetario', sino todo el Manvantara Cósmico, es decir, al final de 'una era' de Brahmā y no un 'Día', porque éste es el único momento en que durante el Pralaya universal la humanidad alcanzará Parinirvana 'solidariamente' (es decir, no sólo la humanidad terrestre, sino la de cada 'humano' o globo, estrella, sol o planeta 'portador de manu'), e incluso entonces no será todo el conjunto humano, sino sólo aquellas porciones de esas humanidades que se hayan preparado para ello".

En ese pasaje está la enigmática insinuación -y quizá preocupante- de que ni siquiera Parinirvana será alcanzado por todos, sino únicamente por quienes "se hayan preparado para ello". ¿Y qué pasa con el resto? Nunca se nos dice, pero esperaríamos que para el momento en que el Universo actual llegue a su muerte y en un futuro extremadamente lejano (aún estamos en la mitad de este Ciclo de Vida Universal como se dice en "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 368), habrá un mínimo en el número de almas que aún no están listas para entrar a Parinirvana, el Gran Día de "SÉ CON NOSOTROS" según consigna la mencionada obra.

Con respecto a la eventual reaparición de Parinirvana/Parinishpanna leemos lo siguiente (nótese que los Adeptos o Bodhisattvas nunca ingresan al Nirvana, sino sólo al Parinirvana, mientras que otros pasan primero al Nirvana que luego al final del Manvantara Universal o Maha Kalpa se funde en Parinirvana):

"Como ocultista y bajo la autoridad de la Doctrina Secreta, sostengo que si bien se fusionó por completo en Parabrahm, el espíritu humano -aunque no es individual per se- aún conserva su individualidad distintiva en Paranirvana, debido a la acumulación en él de los agregados o skandhas que han sobrevivido luego de cada muerte, a partir de las facultades más elevadas del Manas (...) tras la muerte de cada personalidad ésta última se desvanece, desapareciendo antes que se produzca la evolución de la nueva personalidad (renacimiento) desde Devachan; pero la individualidad del alma-espíritu se conserva hasta el final del gran ciclo (Maha-Manwantara) cuando cada Ego entra en Paranirvana o se fusiona en Parabrahm. Para nuestra comprensión talpática o similar a un topo, el espíritu humano se pierde en el Espíritu Único, como la gota de agua arrojada al mar que ya no se puede rastrear y recuperar; pero de facto no es así en el mundo del pensamiento inmaterial (...) Que tales 'espíritus' o unidades parabráhmicos y paranirvánicos tienen sus individualidades divinas (no humanas) y deben preservarlas, se demuestra en el hecho de que por muy larga que sea la 'noche de Brahma' o incluso el Pralaya universal (no el Pralaya local que afecta algún grupo de mundos), a pesar de eso, cuando éste concluye, la misma Mónada Divina e individual retoma su majestuoso camino de evolución, aunque en una cadena de Tierras más elevada, cien veces perfecta y más pura que antes, y trae consigo toda la esencia de las espiritualidades compuestas desde sus innumerables renacimientos anteriores. Debe recordarse que la evolución espiral es dual, y el camino de la espiritualidad gira como un sacacorchos dentro y alrededor de la evolución física, semifísica y suprafísica" (artículo "Isis Unvelied and The Visishtadwaita").

"Por ilimitable que sea el estado paranirvánico -desde un punto de vista humano-, aún así tiene una frontera en la Eternidad. Una vez alcanzado, la misma mónada volverá a emerger desde allí como un ser aún más egregio, en un plano mucho más sublime, para reiniciar su ciclo de actividad perfeccionada. En su etapa actual de desarrollo, la mente humana no puede trascender o apenas alcanzar este plano de pensamiento; aquí se tambalea al borde de la Absolutidad y Eternidad incomprensibles" ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 266).

"El Ego humano no es Atman ni Buddhi, sino el Manas superior (...) Las obras antiguas se refieren a esto como Karana Sarira en el plano de Sutratma, que es el hilo dorado en que se encadenan como cuentas las diversas personalidades de este Ego superior. El lector difícilmente entendería el texto correctamente si se le dijera -como en las alegorías semi-esotéricas- que estos Seres [los Egos humanos, conocidos como Manasaputras/Kumaras/Agnishvattas, etc.] eran nirvanis que estaban de regreso desde Maha-Manvantaras anteriores, edades de inestimable duración que se han perdido en la Eternidad, hace un tiempo aún más incalculable; mientras que algunos vedantinos podrían decir 'esto no es así; el nirvani nunca puede regresar', lo cual es cierto durante el Manvantara al que pertenece y erróneo en lo que respecta a la Eternidad, porque se dice en las Sagradas Slokas:

El hilo de resplandor que es imperecedero y se disuelve sólo en el Nirvana, resurge de él en su integridad el día en que la Gran Ley vuelve a poner en acción todas las cosas" ("La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 79-80).

La ilustración poética contenida en esa cita nos dice que el Ego o la autoconciencia individual de hecho se "disuelve" al entrar en Nirvana o Parinirvana, pero no está "destruida" sino que, por así decirlo, queda latente y "sellada" en algún lugar fuera del alcance, hasta que llegue el momento en que el Universo renazca y entonces sólo se experimente una conciencia absoluta no-individual, no-egoica y universal.

La Estrofa I del Libro Secreto de Dzyan traducida por H.P.B. en "Cosmogénesis", el primer volumen de "La Doctrina Secreta", lleva por título "La Noche del Universo" y es una reseña -en la medida que lo permitan las palabras y que a fin de cuentas no está muy lejana- sobre ese vasto período en que no hay manifestación alguna, debido a que todo el Universo y sus siete planos han sido literalmente reabsorbidos en el Principio Divino, y por lo tanto en el estado de Parinirvana. Se puede encontrar en el volumen 1, página 27, y se comenta verso por verso más adelante en el libro:

"1. El Padre Eterno (Espacio), envuelto en sus siempre invisibles vestiduras, había dormitado una vez más por Siete Eternidades. 

2. No había Tiempo, pues yacía dormido en el Seno Infinito de la Duración. 

3. No existía Mente Universal, pues no había Ah-hi (seres celestiales) para contenerla (y por consiguiente manifestarla). 

4. Los Siete Senderos de Felicidad (Moksha o Nirvana) no existían, como tampoco las Grandes Causas de Desdicha, porque no había nadie que las produjese y quedara atrapado por ellas. 

5. Sólo la Oscuridad llenaba el Todo Ilimitado; pues Padre, Madre e Hijo eran Uno otra vez, y el Hijo no había aún despertado para la nueva Rueda y su Peregrinación en ella. 

6. Los Siete Señores Sublimes y las Siete Verdades habían dejado de ser; y el Universo, el Hijo de la Necesidad, estaba imnerso en Paranishpanna (perfección absoluta, Paranirvana, que es Yong-Grub) para ser exhalado por aquello que Es, y sin embargo no es. No existía nada. 

7. Las Causas de la Existencia se habían acabado; lo Visible que fue y lo Invisible que es permanecían en Eterno No-Ser, el único Ser. 

8. Sólo la única forma de Existencia se extendía sin límites, infinita y sin causa en el Sueño sin Ensueño, y la Vida palpitaba inconsciente en el Espacio Universal, en toda la extensión de aquella Omnipresencia que percibe el Ojo Abierto de Dangma. 

9. Pero ¿dónde estaba Dangma cuando el AIaya del Universo (Alma como base de todo, Anima Mundi) estaba en Paramârtha (Ser y Consciencia absolutos, que son No-Ser e Inconsciencia totales), y la Gran Rueda era Anupâdaka?"

No se puede culpar a alguien por pensar que lo anterior significa que "de alguna manera nadie, ningún ser o entidad en absoluto está consciente de sí mismo durante Parinirvana", pues ésa es sin duda la imagen que ilustra clara y enfáticamente. No hay relatividad ni individualidad alguna; sólo una UNIDAD absoluta, inconsciente, todo-absorbente, universal e infinita.

Sin embargo, un párrafo en la página 53-54 de ese primer volumen sugiere sutilmente que esto en realidad puede no ser la imagen completa, y que si uno ha alcanzado Paramartha -el Conocimiento absoluto de la Verdad absoluta-, es posible que Parinirvana no constituya en rigor un estado "inconsciente", sino en cierto sentido un nivel individualmente consciente; y no es una experiencia similar a la "extinción", sino más bien una verdadera felicidad. Cada quien, entonces, deberá adoptar la aproximación más conveniente y sacar sus propias conclusiones sobre el significado:

"Recuérdese que Paranishpanna es el summum bonum, lo Absoluto, y de aquí su sinonimia con Paranirvana. Además de ser el estado final, es esa condición de subjetividad que no tiene relación con nada más que la única verdad absoluta (Para-marthasatya) en su plano. Es ese nivel lo que lleva a uno a apreciar correctamente el significado completo del No-Ser que, como se explicó, es el Ser absoluto. Tarde o temprano, todo lo que ahora parece existir estará realmente en el estrato de Paranishpanna, pero hay una gran diferencia entre el 'ser' consciente y el inconsciente. La condición de Paranishpanna sin Paramartha, la conciencia autoanalítica (Svasamvedana), no es una dicha, sino simplemente una extinción (por las Siete Eternidades)" ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 53-54).

Esto es probablemente a lo que refiere "La Voz del Silencio" en la página 42 (edición original) donde tenemos:

"El 'Camino Secreto' [Sendero del Bodhisattva] conduce también a la felicidad paranirvánica, pero al final de los innumerables Kalpas; los Nirvanas ganados y perdidos por la infinita piedad y compasión hacia el mundo de los mortales engañados".

Aquéllos en el Nirvana están completamente fuera del alcance de los que aún permanecen en la encarnación manifestada. Por su propia elección, los primeros se hallan aislados "para siempre" de toda la humanidad e incapaces de ayudar, enseñar o brindar apoyo a las masas de almas sufrientes que aún no han alcanzado la iluminación.

Se dice que de los "dos caminos" esos individuos eligieron el "sendero de la liberación" y se han convertido en Budas Pratyeka (o "Budas de egoísmo", un término ciertamente paradójico), mientras que los Nirmanakayas toman el "camino de la Renuncia" y devienen Bodhisattvas o "Budas de Compasión", comprometidos a permanecer con la humanidad, y en la Tierra o cerca de ella hasta el final de los tiempos. Helena Blavatsky señala:

"Los 'devotos' se dividen en dos grandes clases: aquellos que alcanzan el Nirvana y lo aceptan o no (porque tienen la opción de hacer el bien permaneciendo en la Tierra o al menos en su atmósfera, o tienen la alternativa de ir a sumergirse egoístamente en Nirvana y sin preocuparse por el mundo), y los que no lo hacen y no han llegado a Nirvana (...) Los adeptos (...) tienen perfecto derecho al Nirvana, pero no irán. Piensan que es egoísta hacerlo y rechazan la condición nirvánica (...) Nirvana (...) es egoísta: no beneficiaréis a nadie más que a vosotros mismos, y este egoísmo debe ser evitado" ("The Secret Doctrine Dialogues", p. 299-301, 601, 445).

Con respecto a los Budas Pratyeka, B.P. Wadia sostiene en la página 11 de "Studies in The Voice of the Silence": "El individuo que busca y gana Mukti no sólo abandona a la humanidad, sino que deja atrás un conjunto particular de sus skandhas, los que forzosamente deben atraerlo nuevamente a la existencia encarnada, incluso en otro manvantara".

William Judge revela que incluso el Buda de Egoísmo necesita algún tipo de penitencia kármica: “El nirvana llega a quienes se han alzado sobre todas las ilusiones y se han dado cuenta de la unidad suprema de todo; entonces esa condición puede tomarse, pero si luego es adquirida para uno mismo y dejando a otros sin ayuda en el fango de la vida, se convierte en un enorme egoísmo que más tarde debe resultar en tener que realizar penitencia en algún otro manvantara" ("Forum Answers", p. 97).

Tras leer éste u otro artículo o libro, algunos podrán decir que "las enseñanzas de Teosofía son demasiado teóricas, metafísicas, abstractas y complicadas", y que simplemente "no es necesario conocer todos estos detalles". Si el objetivo de esos individuos es simplemente obtener Nirvana e ingresar en él dejando el mundo atrás, entonces en cierto sentido tienen razón ya que B.P. Wadia expresa: "El conocimiento necesario para la autorealización espiritual es limitado, pero lo necesario para el servicio de otras almas es vasto y complejo. Al estimular a sus creyentes que horaden el Sendero de la Renuncia, la Filosofía Esotérica requiere que obtengan el último conocimiento".