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20 de febrero de 2022

Las mujeres y el sexo: una perspectiva espiritual

Nota del traductor/administrador:

Para el caso específico de este blog, el presente artículo se incluye única y exclusivamente con el propósito teosófico de crear reflexión y debate despersonalizados sobre el tema aludido, y de ninguna manera representa un "guiño" o "estímulo" para sentimentales y condicionados de (extrema) izquierda/(extrema) derecha, gravemente imbuidos por el materialismo cínico, imbécil y manipulador que exige "tratamiento ético" cuando le conviene con tal de mantener sus negocios repugnantes. De esta forma, dependerá de cada lector/a en qué modo absorbe esta información y cómo se las arregla con su consciencia... una palabra ignorada por MILLONES.

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Recientemente ha habido un aumento nunca antes visto en la violencia contra mujeres, especialmente en India, por cuanto hay delitos sexuales, maltrato doméstico y hostigamiento hacia ellas. Tras la violación y muerte de una joven en Delhi, la conclusión general es que las mujeres en nuestro país están en peligro y se considera que las leyes deben ser más estrictas: en lugar de unos pocos años en prisión, debe existir cadena perpetua. Es necesario que los casos de violación se resuelvan en tribunales de vía rápida e incluso que el acoso y la intimidación “menores” se tomen en serio para sancionar adecuadamente a quienes los cometan; pero se reconoce que el problema no es meramente de ley y orden, sino que tiene un aspecto social y psicológico. Tuhin A. Sinha escribe: "Hay demasiados aspectos del problema y la naturaleza del crimen es diferente en diferentes partes del país", señalando que en India una gran parte de la población masculina vive lejos de su cónyuge para ganarse la vida y es esta parte de población la que ha mostrado una mayor tendencia hacia los delitos contra mujeres. Sinha entonces pregunta: “¿Podríamos considerar legalizar la prostitución?”

Steven Pinker, profesor de psicología en la Universidad de Harvard, dice que "la violación es un fin extremo de un continuo en la sexualidad masculina; los hombres persiguen a parejas sexuales de manera más fogosa e indiscriminada que las mujeres. Por lo general, esto lleva a los hombres a cortejar, proponer y seducir, pero en entornos no regulados, lo cual puede llevar al hostigamiento y la violación cuando los hombres se muestran desesperados, con poca empatía y autocontrol".

Esto puede exacerbarse en las culturas que practican infanticidio selectivo para mujeres, ya que entonces la proporción de hombre a mujer está sesgada (The Times of India, 14 de enero de 2013). Hay muchas sugerencias prácticas para disuadir los delitos sexuales, pero muy pocos han sentido la necesidad de cambiar la mentalidad del individuo moderno. Fue alentador saber que mientras la mayoría de personas discutía sobre formas y medios para mejorar las leyes de protección a mujeres, un grupo de directores de escuelas pensó que otro tema importante a abordarse es la necesidad de sensibilizar a los hombres. Los niños deben ser instruidos a respetar tanto a niñas como mujeres; de igual forma, los padres no deben discriminar entre hijos e hijas, sino otorgarles el mismo trato. De hecho, valdría la pena reflexionar y popularizar la actitud y las opiniones de los antiguos hacia las mujeres, el sexo y el matrimonio.

En el transcurso del tiempo, el estatus de la mujer en la sociedad ha disminuido. Nos preguntamos cuántos hombres están preparados para reconocer y practicar la enseñanza de Manu: “Donde las mujeres son honradas, allí realmente se regocijan los Devas; donde no son honradas, en verdad todos los ritos son infructuosos”. En muchas historias, leyendas y alegorías, la mujer es simbolizada como "inferior" al hombre, pero estos relatos no deben tomarse de forma literal sino alegórica. La materia está simbolizada por la mujer, como también ésta personifica los poderes de dicha materia o Shaktis. Así como el Espíritu y la Materia son sólo dos aspectos de la Realidad Única, también lo son el hombre y la mujer. Shri B.P. Wadia escribió: “Cuando el hombre o el Alma se une con la Sabiduría o la mujer, aquél alcanza la Iluminación. Si no puede levantarse sin ella, ésta sin él es una abstracción impotente”. Desde hace mucho tiempo los hombres han asumido la posición de "superioridad" y las mujeres la de "inferioridad", y el remedio para esto no es la "afirmación de su independencia" por parte de la mujer o que ella a su vez trate de "explotar" a los hombres, sino despertar en éstos el sentido del deber hacia el género opuesto. Es menester que tanto varones como féminas reconozcan sus deberes e interdependencia; es bueno que ellas sean capaces de llevar a cabo lo mismo que sus compañeros, pero ¿realmente necesita hacerlo? ¿Es la tarea de las mujeres inferior a la de los hombres? Shri Wadia afirmaba que la mujer no es una máquina para criar niños, ni necesita estar confinada a la cocina y al cuidado de los vástagos, y sin embargo en estos dos ámbitos tiene las funciones más importantes que desempeñar.

Por su parte, William Judge señaló: "El hombre y la mujer son de carácter complementario (…) Es natural que cada sexo disfrute de la compañía del otro". La afinidad mutua puede resultar en intimidad y simpatía que conduce a la apreciación de unidad e identidad. “Cuanto más perfecta es la simpatía -en su mejor sentido, que es compartir la vida de otro y penetrarla con filamentos de amor-, más claramente se aprehende la verdad (…) que enmascarada bajo apariencias muy diferentes, el alma del hombre y el alma de la mujer son lo mismo”. También Charles Johnston aseveraba que es a través del amor entre ambos sexos que la vida enseña las lecciones de simpatía y unidad (The Path, febrero de 1888).

En la sociedad moderna encontramos que existe necesidad de reconocer la santidad del sexo y el matrimonio. El énfasis y la lucha por igualdad de género han transformado la relación entre hombres y mujeres, lo que a su vez está cambiando la actitud hacia el matrimonio. Entre otros aspectos, se supone que el matrimonio es "el único remedio contra la inmoralidad", como dijo H.P.B., pero la definición misma de moralidad está en proceso de cambio. Por ejemplo, el premio otorgado a la virginidad como virtud actualmente se ha convertido en insignificancia, pues ahora tanto hombres como mujeres -que antes buscaban estabilidad y seguridad del matrimonio- prefieren aventuras casuales de una noche, de las que puedan zafarse sin mirar atrás. La escritora Vinita Nangia lo describe así: “Los adolescentes de uno y otro sexo se han unido en travesuras nocturnas sin inhibiciones ni responsabilidad. Y para deleite de los hombres, las mujeres acuden a ellos livianamente, sin aferrarse, sin lágrimas ni interrupciones emocionales y, sobre todo, sin exigencias de declarar amor y afecto eternos. De hecho, la nueva mujer parece huir tan rápido como cualquier hombre ante el compromiso”. La mayoría de hombres y mujeres jóvenes hacen malabarismos entre múltiples relaciones, disfrutan la vida y extraen la mayor diversión posible antes de sentar cabeza. El matrimonio puede traer estabilidad, pero también conlleva restricciones. Además, la independencia financiera y los empleos que implican viajes largos han dado “sabor de libertad” a muchas mujeres, que ahora prefieren no atarse a sus hogares, ni criar a sus hijos y otras responsabilidades, y quizás esto sea una reacción a muchos años de opresión contra ellas.

Shri B.P. Wadia dice que en la vida matrimonial de un Grihasta el hombre y la mujer deben darse cuenta de que la verdadera unión es el contacto de mente con mente, de corazón a corazón y de un alma con otra, donde la esposa considera al marido no como una posesión sino como socio, y donde el marido no vea a su esposa bajo la etiqueta de objeto personal, sino a modo de compañera, y entonces ambos se ayudan mutuamente a recorrer el Camino de la Nobleza.

Un hombre casado tiene la oportunidad de desarrollar su fuerza de voluntad al resistir tentaciones de todo tipo. Si él usa correctamente esa capacidad, se vuelve fuerte y nacerá en la próxima vida con ese aspecto más desarrollado y llegará a poseer la cualidad de continencia. El instinto sexual es el más fuerte de todos, y el que lo vence se convierte en un dios. El matrimonio es la unión de dos almas con el propósito de propagar la especie, pero si en su lugar sólo existe vínculo de cuerpos masculinos y femeninos, entonces el desposorio se convierte simplemente en un acto brutal que a veces hace que el hombre y la mujer se rebajen a un nivel incluso inferior al de los animales. Pero ¿cuántos matrimonios son realmente espirituales y no se basan en la belleza de la forma u otras consideraciones? Si un hombre permite la libertad total de sus pasiones animales y sin moderación, entonces gradualmente se convertirá en esclavo de sus antojos animales y la esposa comienza a verlo como bruto, por cuanto la felicidad conyugal comienza a ser reemplazada por la miseria y lo desagradable. En su artículo llamado “Chastity”, Franz Hartmann decía que el remedio para todos estos males es la continencia.

Aldous Huxley fue uno de esos pocos pensadores occidentales que creían que nuestro progreso intelectual y material ha superado al desarrollo moral y ético. Reconociendo la urgente necesidad de autocontrol y someter nuestra naturaleza animal, puntualiza: “La castidad es una de las principales virtudes en la medida en que, cuando está ausente, las sociedades carecen de energía y los individuos se hallan condenados a la falta de conciencia, el apego y la animalidad perpetuos”. Esta cualidad ha sido enfatizada por todos los maestros espirituales por dos razones: (1) no es posible auto-realizarse como alma espiritual, toda vez que uno se identifica con el cuerpo y las funciones corporales; y (2) la castidad es el medio para la conservación de la energía vital o Prana que puede dirigirse hacia los planos superiores de conciencia. El Kama Deva del período védico temprano -que es el deseo divino de crear felicidad y amor- puede compararse con Eros en la mitología griega que personifica el Amor Universal e Impersonal que funciona para la elevación espiritual en la especie humana. Ahora y en el plano material inferior, Kama-Deva se ha convertido sólo en Kama (deseo animal) y el poder procreativo de las bestias, comparable al Cupido de los helenos que representaba la fuerza de lujuria egoísta. El abuso del poder creativo y el desperdicio de la esencia vital con fines de gratificación personal ha hecho del hombre "un ser malhadado y escrofuloso (…) el heredero más rico del mundo en enfermedades constitucionales y hereditarias, y de todos los animales es el más consciente e inteligentemente bestial”, según consignaba H.P.B. Nuestra sociedad parece estar siguiendo la filosofía del hedonismo creyendo que la adquisición de placeres es el principal bien y al considerar el control de las pasiones como “antinatural”, y en este sentido Huxley explica de qué forma la adicción al sexo es equiparable a las drogas que crean hábito como el alcohol, la morfina o la cocaína, lo que lleva al tormento del cuerpo y la mente.

El verdadero comienzo en la práctica de continencia o castidad debe hacerse a nivel de los pensamientos, y luego extenderlo a palabras y hechos. Hay muchos que disfrutan discutiendo el tema de la indulgencia sexual. Gandhi escribió que la observancia de Brahmacharya (celibato) no significa mero control físico, y en realidad denota un dominio total sobre todos los sentidos. Así, un pensamiento impuro es una fractura en el brahmacharya, como también la ira y otros defectos. En ocasiones continuamos disipando inconscientemente la vitalidad o energía creativa a través de pensamientos básicos y no deseados, y por ello Jesús advertía: "Quien mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón".

En “Letters That Have Helped Me”, William Judge escribe que no hay sexo en el nivel del Espíritu porque allí todos los hombres son mujeres y viceversa, los dos unidos en uno, pero en la conciencia psíquica todavía existen distinciones. Cada ser humano se prepara para pasar del cuerpo masculino al femenino y viceversa en alguna vida posterior para adquirir experiencia. Todos nosotros y muchas veces debemos haber vivido en encarnaciones pasadas como varones y féminas hasta ahora, pues hay lecciones que aprender a nivel físico para ambos sexos y mediante las naturalezas que describen a cada cual.

Se dice que la liberación para una mujer se logra sólo a través del hombre, y también Judge señala que es igualmente difícil para ambos alcanzar la meta de la perfección espiritual. El hombre trabaja a través del intelecto y la mujer mediante las emociones o el corazón. Por separados ambos son igualmente inútiles luego de un tiempo, y de los dos el corazón es la mejor herramienta; pero una mujer se siente abrumada por sus emociones y no puede ir más lejos. Sin embargo, el autor dice que es más difícil dominar el cuerpo como mujer que siendo un hombre.

Nos encontramos en un punto evolutivo donde predomina el principio de Kama o deseo. Los Maestros nos dicen que la especie humana como conjunto está atrasada en su desarrollo, por cuanto deberíamos mostrar un mayor desarrollo de la mente con sus facultades superiores e involucrarnos menos con nuestros deseos y pasiones a estas alturas. En cambio, ¿qué encontramos? Que hay demasiada preocupación con el desarrollo de la personalidad; que se otorga importancia irracional a la apariencia física y la adquisición de nombre, fama y poder; de esta manera y en todos los modos de vida la gratificación de los sentidos se considera el "bien más elevado". Existe necesidad general de controlar nuestra naturaleza deseosa en lugar de dar juego libre a nuestros apetitos sexuales o de otro tipo.

En la obra “Through the Gates of Gold” se dice: "Ninguna bestia de la Tierra es tan brutal como el hombre que somete su poder divino a su facultad animal (…) No sólo el individuo es más que un animal por haber un dios en él, sino es más que una divinidad porque hay un animal en su interior. Una vez que obligues a la bestia a ocupar el lugar inferior que le corresponde, te encontrarás en posesión de una gran fuerza hasta ahora insospechada y desconocida. El dios como sirviente complementa mil veces los placeres del animal y éstos a los poderes divinos. Y es sobre la unión o relación correcta de estas dos fuerzas en sí mismo, que el hombre se erige como un rey fuerte".

(“The Theosophical Movement”, febrero 2013).


APÉNDICE PARA REFLEXIÓN (“The Theosophical Movement”, junio de 2013, sección “In the Light of Theosophy”)

Las mujeres de todo el mundo parecen llevar la carga psicológica de la belleza. Es extremadamente difícil escapar de esa trampa en el mundo de hoy, con modelos que salen de revistas e imágenes sexualizadas de íconos adolescentes que son difíciles de seguir como ejemplo, pero también difíciles de ignorar. Phoebe Baker Hyde (38 años), estudiante de una especialidad sobre antropología cultural en una facultad de Ivy League, dejó de lado sus cosméticos por 13 meses luego de esforzarse por alcanzar un peso y una apariencia "perfectos" en el período posterior al embarazo. Hyde escribió sobre su experiencia en el libro “The Beauty Experiment” y en una entrevista con Shikha Shah ella confiesa que lo que la llevó a renunciar a los cosméticos durante todo ese tiempo fue darse cuenta de que el empoderamiento no proviene de tener un vestuario increíble y no debemos confundir la confianza en uno mismo con una gran apariencia exterior. Hyde logró esto concentrándose en otras cosas además de la belleza y se comprometió en una "dieta de revistas" absteniéndose de comprar publicaciones de celebridades o glamour, y en su lugar comenzó a apreciar el mundo real a su alrededor. Se dio cuenta de que cuidar su salud básica contribuía a su "belleza interior": "Cuando estoy sana, bien descansada y mentalmente equilibrada, soy más amable y compasiva conmigo misma y con los demás, más sabia de mis acciones y elecciones, e incluso más generosa y siento menos temores”. Todos tenemos el impulso biológico de gustar y parecemos atractivos para los demás porque los humanos son animales sociales y se reproducen sexualmente, pero cuando hombres y mujeres tienen una fijación obsesiva por tener un tipo de belleza muy específico y culturalmente obligatorio, a menudo experimentan nerviosismo e inseguridad, como dice Hyde (“Times Life!” [Sunday Times of India], 26 de mayo de 2013).

Vivimos en un mundo que persigue "apariencias". Se da demasiada consideración a la cobertura externa que a la naturaleza interior y los valores morales. Un exterior "feo" a menudo esconde un alma noble. Nuestra autoestima generalmente se mide a través de los demás y también por nosotros mismos sobre la base del sentido derivado del "yo". Hay experiencias en la vida que nos abren los ojos al hecho de que nuestra identidad es más profunda que la apariencia y nuestros logros, ideas o sentimientos. Ya sea que busquemos verdadera belleza o felicidad duradera, debemos ir más allá de lo físico (…) Existe mayor sensualidad en nuestro arte y obras literarias. La hermosura de la forma es evanescente, pues como escribe Walter De la Mare: "Pero lo bello se desvanece; la belleza pasa, por muy rara que sea”. Se trata en realidad de una belleza interior que debemos esforzarnos por adquirir al llevar una vida moralmente pura.

¿Son crímenes el suicidio y el aborto? (por Helena Blavatsky)


Nota del traductor/administrador:

Para el caso específico de este blog, el siguiente texto y las notas finales se añaden única y exclusivamente con el propósito teosófico de ilustrar y crear reflexión despersonalizada en torno al aspecto esotérico del tema. De esta forma, el artículo no es de ninguna manera un "guiño" ni "estímulo" para sentimentales y condicionados de (extrema) izquierda/(extrema) derecha, seriamente imbuidos del materialismo idiota tanto en la "religión" organizada como en el ateísmo visceral y cínico que apelan a la "fraternidad" cuando les conviene. Dependerá entonces de cada lector/a qué hace con esta información y cómo se las arregla con su consciencia... una palabra ignorada por MILLONES.  

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¿EL SUICIDIO ES UN CRIMEN? (H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 2, p. 329-334)

Carta y respuesta

El autor en el Spiritualist londinense de noviembre, que llama “elaboración especulativa” a los "Fragments of Occult Truth", a mi parecer difícilmente puede aplicar ese epíteto al Fragmento n° 3, por lo que la hipótesis planteada sobre el suicidio es cautelosa. Vista en su aspecto general, dicha teoría parece bastante sólida, satisface nuestros instintos sobre la Ley Moral del Universo y se ajusta a nuestras ideas comunes, así como a las que hemos extraído de la ciencia. La inferencia obtenida de los dos casos citados -a saber, el del suicidio egoísta por un lado y la autoaniquilación desinteresada por otro- es que si bien los estados posteriores pueden variar, el resultado es invariablemente malo y la variación consiste únicamente en el grado de castigo. Al llegar a esta conclusión, me parece que el escritor no pudo haber tenido en mente los posibles casos de suicidio que ocurren o pueden ocurrir, porque sostengo que en algunas circunstancias el autosacrificio no sólo es justificable, sino también moralmente deseable, y que el resultado de tal autoinmolación no puede ser malo. Pondré un ejemplo, quizás el más raro de todos los casos extraños, pero no por fuerza uno puramente hipotético por ese motivo, porque conozco al menos un hombre en quien estoy interesado y que está actuando con sentimientos no muy diferentes a éstos. Ahora lo describiré, y éste se sentiría profundamente agradecido por cualquier luz adicional que pudiera arrojarse sobre este tema misterioso (véase más abajo Nota del Editor n°1).

Supongamos que un individuo -al que llamaré M.- reflexiona profundamente y por largo tiempo sobre las fastidiosas interrogantes de los misterios en la existencia terrenal, sus objetivos y los deberes humanos más elevados. Para ayudar a sus pensamientos recurre a obras filosóficas -en particular, aquéllas que tratan con las sublimes enseñanzas de Buda. En última instancia, llega a la conclusión de que el primer y único objetivo de la existencia es ser útil para nuestros semejantes; y que su fracaso en este sentido constituye su propia inutilidad como ser humano sintiente; que al continuar una vida inservible simplemente disipa la energía a la que se aferra con confianza y por lo tanto no tiene derecho a malgastar. Trata de ser útil, pero fracasa miserable y deplorablemente. ¿Cuál es entonces su remedio? Recuérdese que aquí no hay “ningún mar de problemas” contra el cual “tomar armas”, ninguna ley humana deshonrosa que temer ni el escape de un castigo terrenal merecido; de hecho, no hay cobardía moral alguna que esté involucrada en el sacrificio personal. Simplemente el señor M. pone fin a una existencia que es inútil y así falla en su propio propósito primario. ¿Es justificable su acto, o debe ser también víctima de esa transformación en espectros y pisachas contra la cual el Fragmento n°3 emite su temible advertencia? (nota n°2).

Tal vez M. puede asegurar en el próximo nacimiento condiciones más favorables y así desarrollar mejor el propósito del Ser. Apenas él puede ser peor, porque además de haber sido inspirado por un motivo loable para dar paso a alguien que podría ser más útil, en este caso particular no ha sido culpable de ninguna vileza moral (nota n°3).

Pero doy un paso más al decir que M. no sólo es inútil, sino también bribón en la práctica. A su incapacidad para hacer el bien, encuentra que agrega una disposición un tanto inquieta que le incita constantemente a esforzarse por hacer el bien. M. realiza la tentativa -la denominación “hombre” le sería absolutamente indigna si no lo hiciera- y descubre que por lo general su incapacidad le lleva a errores que convierten el bien posible en un mal real; y que también debido a su naturaleza, nacimiento y educación un gran número de personas se involucra en los efectos de su celo equivocado y que el mundo en general sufre más por su existencia que de otra manera. Ahora bien, si después de llegar a tales resultados M. busca llevar a cabo la conclusión lógica de que está obligado a disminuir los males a que están sometidos los seres sensibles en la Tierra, que él debería destruirse a sí mismo y por ese medio concretar el único bien del que es capaz, ¿existe alguna culpa moral involucrada en el acto de anticipar la muerte en tal caso? Por mi parte, yo ciertamente debería decir que no y más aún sostengo -ciñéndome por supuesto a la corrección por un conocimiento superior- que M. no sólo está justificado para deshacerse de sí mismo, sino que sería un villano si de inmediato y sin dudar no pusiera fin a una existencia no sólo inútil, sino evidentemente perniciosa (4).

M. puede equivocarse, pero suponiendo que muera acariciando la feliz ilusión de que en la muerte está todo el bien y en la vida existe todo el mal del que es capaz, ¿no hay en su caso circunstancias extenuantes para abogar en su favor y ayudar a evitar una caída en ese horrible abismo con el que se han espantado vuestros lectores? (5).

Repito que el caso de M. no es hipotético. La historia está llena de instancias sobre vidas sin valor y perniciosas llevadas hasta el amargo final y que provocaron la ruina de las naciones. Considere los autores de la Revolución Francesa, ardiendo con un amor tan fogoso por sus semejantes como alguna vez haya demostrado el corazón humano; ¡pero mírelos teñidos con sangre inocente y trayendo desastres indecibles a su país en el “sagrado nombre de la libertad”, al parecer tan vigorosa y en verdad lamentablemente débil! ¿Qué lastimoso resultado de incapacidad ha sido el suyo? ¿No podrían haber visto sino con los ojos de M. y sido sus prototipos? ¿Habrían sido en realidad bienaventurados para Francia si se hubieran anticipado a M.?

Una vez más, mire a Jorge III de Inglaterra, un soberano bien intencionado pero aún incapaz que después de haber reinado durante varios años dejó a su país perturbado y empobrecido por conflictos extranjeros, desgarrado por disensiones internas y escindido de una raza emparentada a través del Atlántico, con las libertades pisoteadas de sus súbditos y la virtud prostituida en el gabinete, el Parlamento y las campañas electorales. Su correspondencia con Lord North y otros demuestra ampliamente que deben rastrearse las calamidades de Gran Bretaña e Irlanda a su autoconfianza -por muy bien intencionada que haya sido-, desgracias de cuyos efectos el Reino Unido aún no se ha recuperado por completo. Habría sido mucho mejor para Inglaterra si este gobernante, como M., hubiera visto la inutilidad de su vida para abandonarla como haría aquél en el nacimiento de su perniciosa carrera.

Un investigador


Notas del Editor

(1) “Investigador" no es ocultista, y de ahí su afirmación de que en algunos casos el suicidio "no sólo es justificable, sino también moralmente deseable". No más que el asesinato, el acto de matarse uno mismo no se justifica ni por más deseable que pueda parecer. El ocultista que mira el origen y el fin último de las cosas, enseña que el individuo -quien a su vez afirma que toda persona y en cualquier circunstancia “está llamada a poner fin a su vida”- es culpable de una ofensa tan grande y una perniciosa obra de sofistería como la nación que asume el derecho de matar en la guerra a miles de personas inocentes con pretexto de vengar el mal hecho a uno. Todos estos razonamientos son los frutos de Avidya confundidos con filosofía y sabiduría. Ciertamente nuestro interlocutor está equivocado al pensar que el escritor de “Fragments” llegó a sus conclusiones sólo porque no pudo considerar todos los casos posibles de suicidio. En algún sentido el resultado es invariable y hay una sóla ley o regla general para todos los suicidios, pero sólo porque los "estados posteriores" varían hasta el infinito no es correcto inferir que esta variación consiste sólo en el grado del castigo. Si en todo caso el efecto será la necesidad de vivir el período designado de existencia sensible, no vemos de qué modo "Investigador" ha obtenido su idea de que "el resultado es invariablemente malo". Dicha resultante está llena de peligros, pero hay esperanza para ciertos suicidios e incluso en muchos casos una RECOMPENSA si LA EXISTENCIA FUE SACRIFICADA PARA SALVAR OTRAS VIDAS y que no existía otra alternativa para ello. Que lea el párrafo 7 de la página 313 en el Theosophist de septiembre, y reflexione. Por supuesto, la pregunta es simplemente generalizada por el escritor porque para tratar de manera exhaustiva todos y cada uno de los casos de suicidio y sus estados posteriores, necesitaríamos un estante completo de la Biblioteca del Museo Británico, y no nuestros Fragmentos.

(2) Reiteramos que ninguna persona tiene derecho de poner fin a su existencia simplemente porque ésta sea “inútil”. También se argumentaría la necesidad de incitar al suicidio a todos los inválidos incurables que son fuente constante de miseria para sus familias, y predicaría la “belleza moral” de esa ley entre algunas de las tribus salvajes del Mar del Sur, en cuya obediencia dan muerte a sus hombres y mujeres con honores bélicos. La instancia elegida por "Investigador" no es feliz. Hay una gran diferencia entre el individuo que renuncia a su vida en absoluto disgusto por el constante fracaso en hacer el bien, por desesperación de ser siempre útil, o incluso por temor a hacer daño a sus semejantes al permanecer vivo; y otra persona que da su vida voluntariamente para salvar a otros comprometidos a su cargo o estimados por aquél. Uno es un misántropo medio demente; el otro, un héroe y mártir. Uno se quita la vida y el otro la ofrece en sacrificio a la filantropía y a su deber. No son suicidios los casos en que un capitán permanece solo a bordo de un barco que se hunde; el individuo que abandona su lugar en un bote donde no caben todos y en favor de los seres más jóvenes y débiles; el médico, la hermana de caridad y la enfermera que permanecen apegados a la cama de los pacientes que mueren de fiebre infecciosa; el hombre de ciencia que desperdicia su vida en trabajo mental y fatiga, sabe que la está perdiendo, y sin embargo la ofrece día tras día y noche tras noche para descubrir una gran ley del Universo que puede traer en sus resultados un gran favor para la humanidad, o la madre que se arroja ante la bestia salvaje que ataca a sus hijos con tal de protegerlos y darles tiempo para escapar. El impulso que los incita a contravenir la primera gran ley de la naturaleza animada -cuyo primer motor instintivo constituye en preservar la vida- es grandioso y noble. Y aunque todos éstos tendrán que vivir en Kama Loka en el término de vida designado, aún son admirados por todos y su memoria seguirá honrada entre los vivos por un período todavía más largo. Todos deseamos que en ocasiones similares tuviésemos el valor para morir, aunque seguramente no es así en el caso del hombre que ejemplifica “Investigador". A pesar de su afirmación de que "no hay cobardía moral involucrada" en tal sacrificio, lo llamamos decididamente "cobardía moral" y rechazamos el nombre de “sacrificio”.

(3 y 4) Hay mucho más valor para vivir que para morir en la mayoría de los casos. Si "M." siente que es "bribón en la práctica", entonces que se retire a una jungla o isla desierta o, lo que es aún mejor, a una cueva o cabaña cerca de una gran ciudad, y luego lleve la vida de un ermitaño que le impediría la posibilidad misma de hacer daño a cualquiera o trabajar de una manera u otra para los pobres, hambrientos y afligidos. Si lo hace, nadie puede "involucrarse en los efectos de su celo equivocado", mientras que si tiene el más mínimo talento puede beneficiar a muchos con el simple trabajo manual realizado en una soledad y un silencio tan completos como pueda imponerse bajo determinadas circunstancias. Cualquier cosa es mejor -incluso ser llamado un “filántropo loco”- que cometer suicidio, la más cobarde de todas las acciones, a menos que se recurra al felo de se en un ataque de locura.

(5) “Investigador” pregunta si su "M." ¡también debe ser víctima de esa transformación en espectro y pisacha! A juzgar por la delineación dada de su carácter por su amigo, deberíamos decir que de todos los suicidas es el que tiene más probabilidades de convertirse en un fantasma para la sala de sesiones espiritistas, y bien puede ser inocente de "cualquier torpeza moral"; pero debido a que está afligido por una "disposición inquieta que lo incita perpetuamente a esforzarse por hacer el bien", aquí en la Tierra no sabemos por qué debería perder esa disposición desafortunada (debido al fracaso constante) en el Kama Loka. Un "celo equivocado" seguramente lo guiará hacia varios médiums, y atraído por el fuerte deseo magnético de los sensitivos y espiritistas, "M." probablemente se sentirá "obligado a disminuir los males a los que estos seres sensibles (médiums y creyentes) están sujetos en la Tierra", y una vez más se destruirá a sí mismo y también a sus "afinidades", los médiums.

Theosophist, noviembre de 1882.


¿ES EL FETICIDIO UN CRIMEN? (H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 2, p. 335-336).

Las respuestas en su artículo titulado “¿Es el suicidio un crimen?” me han hecho pensar en otra pregunta: “¿Es un delito el feticidio?” No es que yo personalmente tenga dudas serias sobre la ilegalidad de tal acto, pero la costumbre prevalece hasta tal punto en Estados Unidos que comparativamente sólo unas pocas personas pueden ver algún equívoco en ella. Los medicamentos para este propósito se anuncian y comercializan abiertamente; en “familias respetables” la ceremonia se realiza con regularidad cada año, mientras se presume que si el médico de familia se niega a efectuar el trabajo será despedido perentoriamente para ser reemplazado por uno más complaciente.

He hablado con especialistas que no tienen más escrúpulos de conciencia para producir un aborto que para administrar un medicamento; por otro lado, existen ciertos panfletos de canales ortodoxos publicados en contra de esta práctica, pero en su mayoría exageran tanto al describir las "terribles consecuencias" que pierden influencia sobre el lector común en virtud de su absurdidad.

Se debe confesar que existen ciertas circunstancias en las que puede parecer que sería mejor impedir el nacimiento del individuo para la comunidad en general. Por ejemplo, en caso que la madre anhela seriamente la destrucción del niño, su deseo probablemente influirá en la formación del personaje de esa criatura y lo convertirá en su madurez en un asesino, un preso reincidente o un ser para quien habría sido mejor "no haber nacido jamás" [véase punto "a" más abajo]. 

Pero si el feticidio es justificable, ¿no sería aún mejor matar al niño después que nazca, ya que entonces no habría peligro para la madre? Si hubiese razón para matar niños antes o después de que nazcan, entonces surge la siguiente pregunta: "¿A qué edad y en qué circunstancias se justifica el asesinato?"

Como lo anterior es una cuestión de gran importancia para miles de personas, estaría agradecido de verla tratada desde el punto de vista teosófico.

Un médico y amigo de la Sociedad Teosófica, George Town, Colorado, EE.UU.


Nota del editor 

En general la Teosofía responde: "¡En ninguna edad ni bajo ninguna circunstancia es justificable un asesinato!" Y la Teosofía Oculta agrega: "Sin embargo, no es ni desde el punto de vista de la ley, ni de ningún argumento extraído de una u otra tendencia ortodoxa que se alza la voz de advertencia contra esta práctica inmoral y peligrosa, sino más bien porque en filosofía oculta tanto la fisiología como la psicología prueban su desastrosa consecuencia". En el presente caso, el argumento no trata de las causas sino de los efectos producidos. Nuestra filosofía llega tan lejos para decir que si el código penal en la mayoría de los países castiga los intentos de suicidio, debería también -y si es que dicha normativa se muestra coherente- castigar doblemente el feticidio como intento de doble suicidio, porque en efecto y cuando incluso es exitoso y la madre no muere en ese momento, todavía acorta la vida de aquélla en la Tierra para prolongarla con un porcentaje sombrío en Kama-loka, la esfera intermedia entre la Tierra y la región de descanso, un lugar que no es el “purgatorio de San Patricio" sino un hecho, y un sitio necesario para detenerse en la evolución del grado de vida. El crimen cometido se basa precisamente en la destrucción voluntaria y pecaminosa de vida y la interferencia con las operaciones de la naturaleza, y de este modo con el KARMA tanto de la madre como del futuro ser humano. Los ocultistas no consideran que este pecado tenga carácter religioso, porque de hecho y en lo que respecta a eso no hay más que espíritu y alma en un feto o incluso un niño -antes de que llegue a la autoconciencia- de lo que hay en cualquier otro animal pequeño, pues negamos la ausencia del alma en el mineral, la planta o la bestia y no creemos sino en la diferencia de grado. Pero el feticidio es un crimen contra la naturaleza. Por supuesto, el escéptico de cualquier clase se burlará de nuestras nociones y las llamará supersticiones absurdas y "tonterías no científicas"; sin embargo, no escribimos para los incrédulos. Se nos ha pedido que expresemos los puntos de vista teosóficos sobre el tema (o más bien de la filosofía oculta) y respondemos a la inquietud hasta donde sabemos.

Theosophist, agosto de 1883.


[Comentarios del traductor: Para este siglo XXI quizá puede parecer a muchos que este punto de vista sobre el aborto sea "anticuado", tomando en cuenta los actuales avances médicos en ecografía que permiten aplicar dicha práctica en caso que el feto presente anomalías graves o poner en riesgo la vida de la madre. 

Por otro lado, existe un gran debate a nivel científico para definir en qué momento el cigoto en desarrollo puede calificarse como "entidad viva" con tal de generar procedimientos abortivos o abstenerse de ellos. Hay algunos autoproclamados "clarividentes" o "canalizadores" que aseguran que "el alma humana" encarna en el feto "entre los tres o cuatro meses de gestación", aunque no existe consenso respecto de esas "revelaciones" pues la clarividencia es un ámbito ambiguo y sujeto a caprichos comerciales.

No obstante, es menester recordar algunos aspectos:

a) De acuerdo a las enseñanzas teosóficas sobre el cuerpo astral y la incidencia en él de los pensamientos/características personales [1] ("ego inferior"), es factible que los padres muy materialistas, los que mantienen emociones desequilibrantes de forma constante o vinculados a karma pasado de cierta gravedad tengan más posibilidades de engendrar hijos con malformaciones, u otras patologías médicas relacionadas, que pudieran requerir interrupción de embarazo. 

b) En vista que este tema se halla seriamente distorsionado por el mercantilismo político/ideológico actual, quien suscribe sugiere que lo mejor que puede hacerse antes de tener familia es trabajar en uno mismo con objeto de alcanzar el mayor autodominio, madurez y armonía posibles, considerando que los hábitos de pensamiento tienen efecto acumulativo a nivel psicosomático y a lo largo de varias vidas, lo que puede afectar la calidad reproductiva del individuo en algún momento.

c) En cuanto a la legislación existente en algunos países sobre abortar en caso de violación, se recomienda reflexionar a fondo en el artículo "Las mujeres y el sexo: una perspectiva espiritual" para complementar el tema de esta entrega. Como se dijo en el punto anterior, tanto en hombres como mujeres los pensamientos/acciones poseen cualidades acumulativas y en algunos casos provienen de larga data (entiéndase "vidas anteriores"), por cuanto si nuestros lectores están conscientes de la abrumadora hipocresía y hedonismo que caracterizan a la "sociedad" presente, ellos podrán obtener sus conclusiones para evaluar determinados casos o establecer patrones comunes.

De igual modo, es necesario denunciar brevemente el fenómeno denigrante de la sexualización en niños/as y mujeres/hombres, que como es obvio contribuye a la idolatría del sexo para convertirlo en un simple instrumento de gratificación sensorial, sumado al degeneramiento en sátiros misóginos, brutos y falicistas como la inmoralidad en ninfómanas misándricas, nihilistas y rabiosasDependerá de cada quien si su dolor personal se incrementa como resultado de su propia imprudencia o negación sistemática de la realidad espiritual, o si lo transforma en una oportunidad de madurez efectiva para aprender las lecciones que conlleva].      

[1] Sólo para plantear una inquietud: de acuerdo a lo que se conoce hasta ahora y acudiendo a los hallazgos empíricos sobre la influencia de la mente sobre el cuerpo y el carácter "consciente" en el funcionamiento de las células humanas, ¿cómo es que los espermios "conocen" el camino al óvulo y éste comienza a formarse "automáticamente" como cigoto? ¿Existirá alguna incidencia metafísica y desconocida como Blavatsky parece insinuar cuando aborda el feticidio desde una perspectiva esotérica y no religiosa? Sugerimos echar un vistazo a la serie "Diseño y evolución de las especies" para más detalles sobre cómo las células del cuerpo humano parecen tener "autoconsciencia" en varios procesos biológicos y están dirigidas por incidencias internas en lugar del "azar ciego".