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27 de enero de 2022

Akasha y los "registros akáshicos"


En términos generales, la Teosofía no usa el término "Registros Akáshicos" y ni Blavatsky, Judge ni los Maestros lo mencionaron en sus escritos. El concepto fue acuñado más tarde por otros y ahora se usa con mayor frecuencia en el movimiento Nueva Era, donde todo el significado y la realidad que implican están distorsionados y trivializados; lo mismo sucede con casi toda idea que cae en manos de neoeristas.

Akasha es algo mucho mayor e infinitamente más importante de lo que la mayoría de la gente piensa cuando usa esta palabra de manera casual. "La Doctrina Secreta" enseña que "Akasha se puede definir en pocas palabras como el Alma universal, la Matriz del Universo, el 'Mysterium Magnum' del cual todo lo que existe nace por separación o diferenciación. Es la causa de la existencia y llena todo el Espacio infinito; es el Espacio mismo, en un sentido, tanto en sus principios Sexto y Séptimo” (vol. 2, p. 511).

Continúa explicando (p. 512) que Akasha "es la Causa universal en su unidad e infinitud no manifestados”, lo cual parece suficientemente claro.

En "Isis Develada", el primer libro de Blavatsky, Akasha se describe como la fuente de toda vida, reservorio de toda energía y el movimiento que subyace a cada cambio de materia. Más tarde la autora sostiene en "Transactions of Blavatsky Lodge" (p. 96) que Akasha "es la conciencia divina y eterna" e incondicionada, indiferenciada e infinita. En la entrada para "Akasha" del "Theosophical Glossary", escribe que el Primer Logos -también conocido como Logos Inmanifestado- se irradia desde Akasha; sin embargo, en otros pasajes se establece que el Primer Logos emana desde Parabrahm.

De hecho, no existe contradicción pues si comparamos las entradas en “The Theosophical Glossary" sobre Parabrahm, Brahman, Mulaprakriti, Akasha, Svabhavat y Pradhana se encuentra que son idénticas en la definición y explicación dadas, y a menudo son casi iguales en la elección de palabras y frases utilizadas.

Todos ellos son sinónimos para la Realidad Divina, Absoluta y Única, el Principio Supremo/Último que es Causa sin Causa y Raíz sin Raíz de todo y que es Espíritu/Sustancia Divinos y Absolutos, Consciencia/Materia Pura y Eterna (véase "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 337). Los "dos" en su esencia última representan uno y lo mismo, o "el Único Objeto Eterno" como expresa H.P.B.

“Mire a su alrededor y vea las innumerables manifestaciones de vida, tan infinitamente multiformes; la vitalidad, el movimiento y el cambio. ¿Qué los causó? ¿De qué fuente inagotable vinieron y por cuál influencia? Fuera de lo invisible y subjetivo han entrado en nuestra pequeña área de lo visible y objetivo. Los hijos de Akasha, las evoluciones concretas del éter, constituyeron la fuerza que los llevó a la percepción y esa Fuerza los alejará de la vista del hombre" (Carta de un Maestro).

El Akasha se describe como Infinito y de éste sólo puede existir uno sólo, o un Absoluto: "No puede haber dos INFINITOS ni dos ABSOLUTOS en un Universo que se supone es Ilimitado” ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 7).

La palabra sánscrita "akasha" significa literalmente "espacio", con lo cual no designa al entorno manifestado que vemos en la bóveda celeste, sino se refiere más bien al Espacio Abstracto y Absoluto, que a su vez es perfecta y literalmente UNO con Materia, Movimiento y Duración Absolutos y Abstractos. De igual manera, los estudiantes de "La Doctrina Secreta" estarán conscientes de que estos son los cuatro términos bajo los cuales la Ciencia Esotérica Oriental habla de la Única Realidad Suprema.

Si bien la Teosofía no habla de "registros akáshicos/de Akasha" o "bibliotecas akáshicas" (!), sí ha presentado a Occidente la gran verdad de que todo acto, pensamiento o declaración en la Tierra [pasados, presentes y futuros] se imprime instantánea e indeleblemente en la atmósfera psíquica que rodea el plano físico y que este es un proceso en curso.

Pero a lo anterior la Teosofía llama "Luz Astral", y mientras que los teósofos pueden hablar de "registros" en dicha zona o "imágenes grabadas en tablas astrales invisibles", tienen cuidado de no llamarlos "registros akáshicos" porque están conscientes de que esta forma sutil y subjetiva de materia o sustancia conocida a lo largo de la historia como "luz astral" es en realidad sólo la manifestación más baja e ilusoria de Akasha, que es Fuente, Causa y Vida de todo. En ocasiones los Siete Planos de Existencia se describen en las enseñanzas teosóficas como “Siete Principios de Akasha” la cual es Materia Eterna y pura, inseparable del Espíritu Eterno, porque en su carácter absoluto ambos son Uno por la Eternidad.

Para la mente occidental baladí, perezosa, no filosófica o promedio, muy poco de esto será adecuadamente comprensible, pero para quienes cuya mentalidad y conciencia se han elevado y espiritualizado a través del estudio meditativo y disciplinado de la Teosofía se reconoce y entiende que es la gloriosa clave dorada para muchos misterios del Universo.

Parte de este escrito es un extracto del artículo "Los elementales y la Luz Astral"; asimismo recomendamos "La materia es eterna" y "La divinidad impersonal".