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20 de marzo de 2022

La importancia de respaldar las pruebas

Los Maestros y H.P. Blavatsky
sobre la importancia de proporcionar
pruebas, referencias y fuentes
para demostrar la validez y autenticidad
de las enseñanzas presentadas


“Fue al comienzo de un nuevo ciclo, esos días en que ni los cristianos o los espiritualistas concebían, y mucho menos mencionaban, más de dos principios humanos -cuerpo y Alma- llamando al último Espíritu. Si usted tuviera tiempo para referirse a la literatura espiritualista de esa época, encontraría que tanto entre fenomenalistas como cristianos Alma y Espíritu eran sinónimos. H.P.B., actuando bajo las órdenes de Atrya (a quien usted no conoce), fue la primera en explicar en el Spiritualist la diferencia que había entre psique y nous, nefesh y ruach, o Alma y Espíritu. Tuvo que llevar consigo todo el arsenal de pruebas y citas de Pablo y Platón, de Plutarco y Santiago, etc. antes que los espiritualistas admitieran que los teósofos tenían razón” (Carta de un Maestro, 1882). 

"Un trabajo como éste ["La Doctrina Secreta"] tiene que ser presentado sin un simple Prólogo, sino más bien con un volumen que proporcionara hechos y no meros comentarios, ya que la DOCTRINA SECRETA no es un tratado o una serie de teorías vagas, pues contiene todo lo que se puede dar al mundo en este siglo.

Sería peor que inútil publicar en estas páginas incluso aquéllas partes de las enseñanzas esotéricas que ahora han escapado del confinamiento, a menos que se estableciera por primera vez la autenticidad -o en cualquier caso, probabilidad- sobre la existencia de tales enseñanzas. Dichas declaraciones, como se harán ahora, deben mostrarse justificadas por varias autoridades: las de los antiguos filósofos, los clásicos e incluso ciertos experimentados Padres de la Iglesia (…) La escritora tendrá que otorgar nombres históricos y confiables y citar autores conocidos -antiguos y modernos- de reconocida habilidad, buen juicio y veracidad, como también nombrar a algunos de los famosos expertos en artes y ciencia secretas junto con los misterios de ésta última, a medida que se divulgan o, más bien, se presentan parcialmente al público en su extraña forma arcaica (...)”. 

"Esto explica la necesidad en virtud de la cual ha trabajado esta escritora para explicar siempre los hechos dados desde la antigüedad más remota [en las miles de páginas de "La Doctrina Secreta"] por evidencias recogidas del periodo histórico. No se disponía de ningún otro medio, a riesgo incluso de ser acusados una vez más por 'falta de método y sistema'. El público debe familiarizarse con los esfuerzos de muchos Adeptos en el mundo y también poetas, escritores y clásicos iniciados en todas las épocas para preservar al menos en los registros de la Humanidad el Conocimiento sobre la existencia de tal filosofía, si no en realidad de sus principios. En efecto, los Iniciados de 1888 seguirían siendo incomprensibles y siempre como un 'mito' aparentemente imposible si no fuesen como los Adeptos cuya existencia se ha demostrado en cualquier otra época de la historia. Esto sólo se puede hacer al nombrar el capítulo y verso donde se puede encontrar una mención de estos grandes personajes que fueron precedidos y seguidos por una larga e interminable línea de otros famosos Maestros en las Artes antediluvianas y postdiluvianas. Sólo así y en la autoridad semitradicional y semihistórica se podía demostrar que el conocimiento de lo oculto y los poderes que confiere al hombre no son del todo ficciones, sino que son tan antiguas como el mundo mismo" (H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. xxxviii-xxxix, xlv, "Introductorio").

Helena Blavatsky declaró que "la Doctrina Secreta es la Sabiduría acumulada de las edades", refiriéndose a dicha Enseñanza en sí misma, de la cual el libro homónimo es el principal y más egregio representante en nuestros días.

La Teosofia es sabiduría antigua y atemporal. Blavatsky no la inventó; simplemente ella cumplió su misión de transmitirla y, utilizando miles de referencias a partir de un vasto conjunto de fuentes distantes y heterogéneas, demostró la intemporalidad, confiabilidad y carácter universal de sus doctrinas, incluso aquéllas que a primera vista parecían ser las más peculiares. Quienes han leído y estudiado su trabajo -particularmente "La Doctrina Secreta" e "Isis Develada"- saben de primera mano que éste es el caso.

La Agente de los Maestros nunca afirmó que ninguna de sus enseñanzas fuera resultado de "investigación clarividente" o "lecturas de registros akáshicos" llevadas a cabo por ella misma. Desafortunadamente, como los llamados "maestros teosóficos" posteriores pretendieron haber derivado sus propias “instrucciones” (totalmente contradictorias y opuestas a las presentadas por H.P.B.) a través de tales métodos, algunos han asumido automáticamente que los conocimientos de Blavatsky debían originarse en dichos procedimientos y no se han molestado en realizar ningún estudio o indagatoria independientes y serios para verificar si eso es cierto o no.

Mientras que los principales libros de H.P.B. contienen literalmente miles de referencias desde los ámbitos de la religión, filosofía, literatura clásica, historia antigua/moderna e incluyendo ciencia, las obras de individuos como C.W. Leadbeater, Annie Besant, Alice Bailey, Geoffrey Hodson y Helena Roerich no contienen nada por el estilo y esos autores se contentan únicamente con presentar sus múltiples declaraciones sobre lo que se ha descrito como "líneas de pura aserción con autoridad implícita en el fondo" (véase “El pseudo-ocultismo de Alice Bailey" por Alice Leighton Cleather y Basil Crump).

Mientras que la Teosofía Original se describe a sí misma como la síntesis de religión, filosofía y ciencia (como señala el subtítulo de "La Doctrina Secreta") y es presentada a modo de unión perfecta y natural de los tres, la posterior pseudoteosofía - término acuñado por la propia H.P.B. en contraposición a lo que ella llamó "Teosofía Pura"- se basa sólo en el componente religioso e ignora por completo los elementos filosóficos y científicos. De esta forma, dichos contenidos tardíos tienden a atraer más a los crédulos, irreflexivos y "religiosos" que aceptarán casi cualquier aspecto si es exhibido en un tono suficientemente autoritario o se proclama que provienen de un "maestro"; por supuesto, también éste es el caso en la gran mayoría de la literatura y adherentes del Movimiento Nueva Era.

Ninguna de las enseñanzas de Blavatsky fue resultado de teorías, conjeturas o ideologismos elaborados por sí misma; ella rechazó específicamente esto escribiendo que "la única ventaja que tiene la escritora sobre sus predecesores es que no necesita recurrir a especulaciones y teorías personales, pues este trabajo es una declaración parcial de lo que ella misma ha recibido por estudiantes más avanzados (…) La escritora (…) cree en los herederos antiguos y modernos de su Sabiduría; y al dar crédito a ambos, ahora transmite lo que aprendió a todos quienes lo acepten" ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. vii, xxxvii).

La premisa básica en Teosofía es que la Verdad existe y que también “aquéllos que SABEN" son reales, siendo así el lema del Movimiento Teosófico "no existe religión más elevada que la Verdad". Nosotros también podemos llegar a conocer y entender si hacemos uso y aplicación sabios, respetuosos y diligentes de la vasta masa de conocimiento, información e instrucción que se han hecho tan libre y generosamente disponibles a la humanidad en las enseñanzas teosóficas genuinas.

No hay necesidad de creencia ni aceptación, sino que simplemente se nos invita a examinar la Doctrina y descubrir por nosotros mismos lo que tiene que decir. Si lo hacemos, se verá que prueba por sí misma y exactamente lo que sostiene representar como muchos lo han verificado durante el último siglo.

Los Maestros de Sabiduría no son tan tontos o ingenuos para esperar que el mundo acepte su Conocimiento sin respaldo, referencias ni fundamento, y menos aún que funcionen de acuerdo con “líneas de afirmación pura”. Sólo actúan así los individuos que buscan poder como sacerdotes, dogmatistas o quienes detentan carácter o motivos siniestros o cuestionables.

27 de febrero de 2022

Evolución humana en "La Doctrina Secreta"

Basado en las notas de una charla dada en la Logia Unida de Teósofos en Londres (2015).


Aunque el título elegido es "Evolución humana en la Doctrina Secreta", también podría llamarse "El Gran Viaje" porque éste es uno de los términos utilizados por los Maestros de Sabiduría para referirse a este ciclo evolutivo en que nos encontramos actualmente, o período de Cuarta Ronda planetaria.

En las páginas 37-38 de “La Voz del Silencio” leemos:

"En el 'Gran viaje' [o todo el ciclo completo de existencias en una Ronda] las causas que se siembran a toda hora llevan cada una sus cosechas de efectos, pues una rígida justicia gobierna el mundo. Con un poderoso influjo de acción que nunca yerra, trae a los mortales vidas de bienestar o aflicción, la progenie kármica de todos nuestros pensamientos y acciones anteriores. Toma entonces todo lo que el mérito tiene para ti, oh tú de corazón paciente. Debes permanecer con buen ánimo y estar conforme con el destino. Tal es tu Karma, el Karma del ciclo de tus nacimientos, el destino de aquéllos que en su dolor y tristeza nacen contigo, se regocijan y lloran de vida en vida, encadenados a tus acciones anteriores. Actúa por ellos 'hoy' [en esta vida] y actuarán por ti 'mañana' [una existencia siguiente o posterior]. Es a partir del capullo de la Renuncia del Ser que se produce el dulce fruto de la Liberación final".

En los próximos minutos descubriremos información y detalles interesantes y relevantes sobre lo que las enseñanzas teosóficas llaman las "Razas-raíces" como los atlantes, los lemurianos que les precedieron, etc., pero es importante que mantengamos muy presente que estos individuos no eran otras personas, pues fueron nosotros mismos en algunas encarnaciones pasadas y lejanas.

H.P. Blavatsky enfatiza esto, diciendo en la página 146 del segundo volumen de "La Doctrina Secreta": "Esto es evidente: la Humanidad del Primer Manvantara es aquella de la séptima y todas las intermedias. La humanidad de la Primera Raza Raíz es la misma que la segunda, tercera, cuarta, quinta, etc. Hasta el último forma una reencarnación cíclica y constante de las Mónadas que pertenecen a los Dhyan Chohans de nuestra cadena planetaria".

Así que realmente es vuestro y nuestro gran viaje, la magnífica odisea de la especie humana ÚNICA, la ÚNICA familia humana que adquiere expresión, experiencia y evolución a través de un ciclo de numerosas Razas-Raíz temporales y diferentes e incluyendo las subrazas.

"La Doctrina Secreta" es el nombre del libro más importante de Madame Blavatsky, pero también es equivalente al término sánscrito "Gupta Vidya" que significa Conocimiento Secreto, Ciencia Sagrada, Sabiduría Esotérica o simplemente Doctrina Secreta. Y se dice que a fines del siglo XIX ciertos Adeptos o Mahatmas de una Hermandad Esotérica oculta allende los Himalayas pusieron a disposición de la humanidad -en este libro y otros- tanto de ese Conocimiento como nos sea permitido adquirir y disponer en este punto de nuestro gran viaje.

"La Doctrina Secreta" procede de universales a particulares, al igual que toda la verdadera Filosofía Esotérica, por lo que el primer volumen se titula "Cosmogénesis" y trata sobre los orígenes, el nacimiento y la evolución del Universo, el Cosmos, el Sistema Solar y nuestro planeta, mientras que el segundo volumen es llamado "Antropogénesis" y presenta las enseñanzas ocultas del Este con respecto a los inicios y la progresión de nuestra humanidad en particular.

Como la mayor parte de la información que veremos aquí se deriva de ese segundo volumen, pensamos que podría ser útil comenzar con las Tres Proposiciones Fundamentales.

El volumen primero se inicia con tres propuestas de base que algunos han resumido como "DEIDAD-LEY-SER". La primera es el PRINCIPIO DIVINO ÚNICO, Absoluto, infinito, Omnipresente y Eterno; la segunda es la ley de periodicidad o ley cíclica, la aparición periódica y la desaparición del Universo y de todo lo que hay en él, ciclos dentro de ciclos y todo dentro de la gran fase de vida Universal; y la tercera es la continua evolución interna y gradual de toda la vida y el hecho de que esto se rige para cada entidad por las Leyes del Karma y Reencarnación.

El volumen dos comienza presentando tres proposiciones más. En palabras de H.P.B.:

"Con respecto a la evolución humana, la Doctrina Secreta postula tres nuevas proposiciones que se oponen directamente al antagonismo de la ciencia moderna y también a los dogmas religiosos actuales. Enseña: (a) la evolución simultánea de siete grupos humanos en siete porciones diferentes de nuestro globo; (b) la creación del cuerpo astral antes del físico, ya que el primero es modelo del segundo; y (c) que el ser humano en esta Ronda precedió a todos los mamíferos en el reino animal, incluidos los antropides".

"Antropoides" significa aquí "monos" y ésta es en realidad una de las enseñanzas más importantes de "La Doctrina Secreta", pues el humano no proviene de los monos, sino que éstos descienden de nosotros.

Con el fin de explicar términos como "rondas", "cadenas" y "globos", la Teosofía sostiene que cada planeta conocido -como Tierra, Marte, Mercurio, Venus, Saturno, Júpiter, etc.- es de hecho un sistema séptuple que consta de siete globos, pero en cada caso sólo uno de esos globos está en el nivel físico. Las otras seis son esferas no físicas que existen en una conexión cercana e inseparable con aquél para propósitos de evolución continua.

Los seres de cada planeta -y la Teosofía señala que cada astro tiene sus propios seres- pasan juntos de globo en globo en su propia cadena planetaria durante un proceso extremadamente lento y gradual, pero definido y cíclico de desarrollo y avance interno, recorriendo así toda la cadena de globos siete veces. A este proceso se le conoce como “Siete Rondas”. 

En nuestro caso, la evolución se encuentra aún activa y se desarrolla en el globo físico de nuestra Cadena Terrestre, por lo que nuestra vista y percepción se limitan únicamente al plano material, y por eso sólo vemos los globos físicos del planeta de otras cadenas. Podemos ir al astro físico denominado Marte, por ejemplo, y encontrar que allí no hay seres, ninguna actividad real o grandes signos de vida... y aunque "La Doctrina Secreta" se escribió antes de la era espacial, H.P.B. sostiene que Marte en la actualidad se encuentra en un estado de Pralaya menor o inactividad temporal, aunque bastante larga, porque la onda evolutiva ha pasado a uno de los globos inmateriales de la cadena marciana.

Pero en el caso humano, nuestro planeta es el cuarto globo físico de la Cadena Terrestre y se halla en curso la Cuarta Ronda de las 7 Rondas eventuales. Pero podemos preguntarnos: ¿Cómo llegó la humanidad aquí, en primer lugar? ¿De dónde vinimos con objeto de terminar aquí? ¿Cómo comenzó la raza humana en este cuarto globo al comienzo de la Cuarta Ronda? ¿Y cuándo sucedió?

Esta Tierra es hija de la Luna, y en cierto sentido su reencarnación. Antes de que existiera este planeta, nuestra familia humana evolucionaba en niveles anteriores a través de los diversos Reinos de la Naturaleza en otra cadena planetaria, que era vital y activa. Luego llegó al final de su Ciclo de Existencia y uno por uno se "apagaron" sus siete globos, como cuando una bombilla deja de iluminar, y envió sus principios y energías a otro punto en el espacio que finalmente resultó en la formación de una nueva cadena planetaria sucesora. Ésta última es nuestra Tierra y la antigua es lo que denominamos la Luna (Cadena Lunar) que ahora es efectivamente un cadáver y se está reduciendo gradualmente para desaparecer y desintegrarse por completo.

La Tierra debía ser poblada por los seres de su "padre", la Luna. No sabemos cuándo aconteció esto; los Maestros tienen esa información, pero "La Doctrina Secreta" señala que son extremadamente reticentes a otorgar fechas y cronologías aproximadas para las dos primeras Razas-Raíz. Ciertamente fue hace muchos millones de años, pero sí sabemos cómo y dónde sucedió y esto es muy interesante.

Cuando llegó el momento, los seres más elevados y evolucionados que se hallaban en la Luna -llamados Pitris lunares o Pitris Barhishad, los Padres o Antepasados Lunares- fueron convocados para salir de su descanso cíclico por los Dhyan-Chohans superiores (o seres angelicales) e instruidos para emigrar como siete grupos o "anfitriones" a siete zonas diferentes de "esa tierra misteriosa y sagrada" que se convertiría en "la cuna del primer ser humano"... un lugar conocido como "la Tierra Sagrada Imperecedera" y “eterna Tierra central” ubicada en algún lugar de la zona superior del Polo Norte.

En las páginas 400-401 del volumen 2 podemos ver que al comienzo de esta Cuarta Ronda en nuestro globo toda la Tierra estaba cubierta de agua tibia, excepto el Polo Norte, y así éste era el único terreno seco y perfectamente habitable en ese momento, el cual no se convirtió en una masa congelada de hielo hasta mucho más tarde. De hecho, el Polo Norte se llama el “Atma” de nuestro planeta y se describe en un Comentario Esotérico como la "Cabeza" de la Madre Tierra, mientras que el Polo Sur son sus pies, los Himalayas su cinturón y el corazón de la Tierra “late a los pies del sagrado Shambalah”. Así, fue en las siete zonas de la Tierra Sagrada Imperecedera que corona el Polo Norte donde nació la primera Raza Raíz, la primera humanidad, a la cual en Teosofía se la designa simplemente como Raza Raíz Polar.

Los Pitris lunares, que eran de naturaleza etérea o astral, debían proyectar o "rezumar" formas astrales a partir de ellos mismos. Como los Pitris lunares no tenían huesos y eran inmateriales, también lo fue su progenie que se describe como formas sombrías gigantescas y parecidas a simios. Tenemos que recordar que incluso la Tierra en sí no era completamente sólida en aquellos días, y los seres humanos no devinieron físicos hasta la mitad de la Cuarta Raza Raíz o atlante. De igual modo, los humanos no desarrollamos ningún tipo de estructura ósea hasta la 3ª Raza-Raíz, la lemuriana.

Esta es la razón por la que William Q. Judge sostuvo lo siguiente en "Ecos del Oriente" (p. 42- 43) con respecto a los dinosaurios y otros animales similares que aparecieron por primera vez en la Época Lemuriana y pasaron de ser etéreos y desprovistos de huesos a sólidos:

"En la época de los enormes animales antediluvianos, absorbían en sus enormes cuerpos tanta de la cantidad total de materia bruta disponible para los marcos de seres sensibles que el humano astral permanecía sin un marco corpóreo, todavía desprovisto de 'capas de piel'. Por esta razón podía coexistir en el mismo lugar con esas enormes aves y reptiles sin miedo. Sus proporciones masivas no le inspiraban terror, y por su consumo de alimentos tampoco disminuyó el sustento. Y por lo tanto, al ser de tal composición que no dejó huella en el barro o en la roca plástica, la muerte de un cuerpo astral tras otro no dejó fósiles ni rastros para ser descubiertos en compañía de las mismas bestias y aves que fueron sus contemporáneas (…) sus restos no podían depositarse en ningún estrato hasta que hubiera alcanzado la dureza suficiente (…) Mientras tanto, de vez en cuando nuestros exploradores encuentran restos de animales, aves y reptiles en estratos que muestran una edad mucho mayor que cualquiera otra asignada a la especie humana, y nunca se topan con esqueletos humanos. ¿Cómo pudo el hombre dejar algún rastro en una etapa en que no podía ejercer presión sobre arcilla o quedar atrapado por lava suave o masas de polvo volcánico?”

La Razas-Raíz 1ª, 2ª y la primera parte de la 3ª, todas ellas carecían no sólo del cuerpo físico en la forma que lo conocemos hoy, sino también de la calidad mucho más importante de la mente y la autoconciencia individual. Eran efectivamente inconscientes y sin alma. Tenían sus cuerpos y también Atman, el SER Superior, el Espíritu Universal Único y la Vida Divina, que es una y la misma en todos, pero no poseían ningún punto de conexión entre ambos. Aunque disponían de cuerpos individuales no eran individuos reales en ningún sentido.

La tarea de los Pitris lunares había sido simplemente producir la base para la naturaleza física (inferior) de la humanidad en nuestra Tierra. Como progenitores de la primera humanidad de nuestro globo, se les conoce colectivamente como Vaivasvata Manu (el Manu Raíz de la 4ª Ronda). La mente y la naturaleza egoica iban a ser proporcionadas por seres superiores a los Pitris lunares, conocidos como "Señores de la Llama" o Pitris solares, los Hijos de la Sabiduría.

Por razones de tiempo, podemos omitir la historia de la 2ª Raza Raíz, ya que no se dice mucho al respecto en “La Doctrina Secreta”, excepto que a su debido tiempo la 1ª Raza evolucionó hacia su propia descendencia, que era su producto “por germinación y expansión”, siendo esa la frase utilizada. Fueron la Raza Raíz hiperbórea que terminó habitando en el continente homónimo, “la tierra que extendía sus promontorios hacia el sur y el oeste desde el Polo Norte para cobijar a la Segunda Raza y comprendía todo lo que hoy se conoce como el Norte de Asia”. 

Cada una de las Razas-Raíz recibe "su luz y vida" de su propio Dhyani o Espíritu Planetario especial. H.P.B. cita un Comentario esotérico que dice: “La primera nace bajo el Sol; la segunda bajo Brihaspati (Júpiter); la tercera [lemuriana] con influencia de Lohitanga ('cuerpo de fuego', Venus o Sukra); la cuarta [atlante] bajo Soma (la Luna, y también nuestro globo o Cuarta esfera que surge por influencia lunar y desde aquél satélite) y Sani, Saturno, el Krura-lochana ('ojos malvados') y Asita (oscuridad), y la quinta [aria o indo-caucásica, la raza raíz actualmente en evolución] bajo Budha (Mercurio)” (“La Doctrina Secreta”, vol. 2, p. 29). 

Esto nos lleva a los lemurianos, la tercera Raza-Raíz, que aparecieron bajo el amparo de Venus y del cual se dice que es el planeta que tiene la mayor influencia en la Tierra y están estrechamente vinculados. Se llama "el Espíritu Guardián de la Tierra y la Humanidad", la hermana mayor de nuestro domicilio cósmico y Portador de la Luz para él tanto en el sentido físico como místico. La Doctrina Secreta señala que todo lo que acontece en la Tierra es percibido por Venus, y viceversa. 

Lemuria y Atlántida se convirtieron en una especie de manía en el movimiento Nueva Era, y la enorme cantidad de ideas fantasiosas y ciencia ficción que se han publicado al respecto desafortunadamente terminaron por alejar la atención general de las presentaciones más serias y profundas de las enseñanzas teosóficas.

"La Doctrina Secreta" contiene literalmente miles de referencias a una amplia gama de fuentes para demostrar al menos la probabilidad -si no legitimidad- y validez reales de sus contenidos, a veces inusuales y peculiares. La Teosofía genuina (de H.P.B., su colega William Judge y los Maestros) es la Enseñanza Esotérica que subyace a todas las religiones del mundo, y no tiene interés ni necesidad de recurrir a fantasías psíquicas sensacionalistas ni a términos de moda populares en la Nueva Era.

Por estos motivos, contradecimos la peculiar preferencia e inclinación de ese movimiento por retratar a los lemurianos y atlantes con "apariencia blanca o caucásica" o "semejante a la humanidad moderna". Los atlantes fueron predecesores de los caucásicos y florecieron hace millones de años, y su civilización parental y prehistórica de Lemuria se remonta aún más atrás. La mayoría de ellos tenía relativamente poco parecido físico con el hombre moderno, pues muchos de los atlantes eran gigantescos en estatura -entre 4,6 a 7,6 metros e incluso más- según se dice en "La Doctrina Secreta", mientras que los lemurianos poseían mayor talla.

Las famosas estatuas ubicadas en Isla de Pascua fueron obra de algunos de los últimos lemurianos y tienen la misma altura que sus constructores, quienes gradualmente disminuyeron en altura. La Teosofía sostiene que las denominadas tradiciones "mitológicas" acerca de los gigantes en todas las naciones y culturas tienen su origen y base en este hecho arcaico.

La época lemuriana se desarrolló hace tanto tiempo en la infancia primordial del hombre físico que sus representantes- de quienes se dice poseían un "Tercer Ojo" en la parte posterior de la cabeza y que en la humanidad moderna está degenerado y se representa por la glándula pineal- nunca desarrollaron ninguna forma de habla o comunicación verbal más allá de gruñidos monosilábicos de base e imitaciones de gritos y llantos de los animales que les rodeaban. La mayoría de sus comunicaciones se realizaron a través de medios psíquicos de clarividencia y percepción de los pensamientos de quienes estaban cerca y fue con los atlantes que finalmente se desarrollaron el lenguaje y el habla adecuados.

Lemuria era un enorme continente ubicado en el Océano Pacífico y Atlántida la gigantesca extensión en el mar de su mismo nombre. Estas grandes masas acuosas corresponden al lugar donde una vez se hallaban estos continentes, y en realidad no se llamaban "Atlántida" o "Lemuria", sino que esos nombres fueron acuñados como términos descriptivos en el siglo XIX para una mejor comprensión, aunque el nombre "Atlántida" se remonta a Platón hace dos mil quinientos años cuando escribió “Timeo” y “Critias”. Blavatsky explica en "La Doctrina Secreta" que el nombre "Lemuria" fue inventado por el zoólogo P.L. Sclater en algún momento entre 1850 y 1860 y que también fue utilizado por el eminente biólogo y filósofo alemán Ernst Haeckel en su "Pedigree of Man". Entonces, aquéllos que llamamos "lemurianos" no se llamaban a sí mismos como tal y tampoco los atlantes, y así sólo son términos de referencia.

En esta vasta época lemuriana deben haber ocurrido muchos sucesos importantes e interesantes, pero hay tres en particular a los que debemos prestar atención. Y fue a lo largo de esta Raza-Raíz que los cuerpos humanos pasaron de ser asexuados, o no tener ningún género, a ser de doble sexo (andróginos) y luego experimentaron la separación de los sexos, lo que resultó en los géneros individuales masculino y femenino como se conocen hoy.

Pero mientras los lemurianos aún eran andróginos, algunos de los Señores de Sabiduría o entidades divinas eligieron encarnar en algunos de esos seres y después utilizaron el poder de Kriyashakti -energía divina del pensamiento creativo, voluntad e imaginación- para crear formas físicas más desarrolladas como vehículos para la encarnación de seres aún más elevados y conocidos como "Hijos de Ad", "de la Niebla Ígnea" o "de la Voluntad y el Yoga".

Sin embargo, crearon primero un cuerpo mediante Kriyashakti que sirviera como vehículo físico para la encarnación en nuestra Tierra de un Gran Ser especial de reinos superiores que estaba destinado a sacrificarse por el bien de la humanidad al convertirse en el Jefe Espiritual Supremo y terrestre, que se dice habita hasta el día de hoy en Shamballa, esa legendaria y real tierra misteriosa ubicada en algún lugar cercano al Desierto de Gobi en Asia Central.

Siendo aparentemente una encarnación directa del Logos, en "La Doctrina Secreta" se lo llama por conceptos como "el Ser Maravilloso", "el Sin Nombre", "Iniciador", "Gran Sacrificio", "Observador Solitario", "el primer y santo hijo de Kriyashakti", "eterno Banyan Humano" o "el Árbol del cual crecen los adeptos", y no es el Maha Chohan o Jefe de la Hermandad Transhimaláyica, sino el Maha-GURU, Cabeza de toda la Gran Hermandad. Para aquéllos que quieran saber más sobre esto, la referencia principal está en el volumen 1, páginas 206 a 211. Éste y los "Hijos de Ad" llegaron como los primeros grandes guías espirituales e instructores de la humanidad que pronto sería dotada por fin con mente y autoconciencia.

La "separación de los sexos" ocurrió primero en el reino animal y luego en el humano. Al observar el nuevo método sexual de reproducción entre los animales, el hombre comenzó a hacer lo mismo, pero ocurrió el "pecado de los inconscientes”. Algunos lemurianos, todavía sin conciencia mental ni inteligencia apropiados, procrearon con algunos de los que se han denominado "enormes animales". El producto de esta unión profana fue "una raza de monstruos cuadrúpedos y torcidos cubiertos de pelo rojo"- descritos como "una raza tonta para mantener la vergüenza indecible".

Estas criaturas fueron ancestros de los monos modernos. El ser humano no evolucionó de los simios, sino que éstos descienden del hombre, y de aquí la similitud entre ambos. Todas las personas en la Tierra pasaron por el reino animal para alcanzar el humano, pero por lo que podemos apreciar, al parecer lo hicieron hace eones en la Cadena Lunar y no en este planeta. En la Tierra, el hombre precedió a los animales y en cuanto a los monos nunca tuvieron ninguna existencia hasta que el hombre primitivo e inconsciente se cruzó con algunos animales durante la época lemuriana.

Fue después de esta tragedia involuntaria que los Hijos de la Sabiduría encarnados en humanos los convirtieron de "hombres-animales" inconscientes en una humanidad verdadera durante la quinta subraza de la Tercera Raza Raíz (que se nos dice data hace 18.000.000 de años), y dijeron: "Enseñémosles mejor, para que no suceda lo peor".

Ya sea que fuera literalmente hace 18 millones de años o no, no podemos asegurarlo porque "La Doctrina Secreta" a menudo señala que las cifras y fechas exactas aún no pueden divulgarse en público, y así se dan sustitutos en su lugar. El dieciocho es un número simbólicamente muy esotérico, al igual que el 9, la suma de 1 y 8. En todas las duraciones aplicadas en la cronología hindú a los yugas, kalpas, manvantaras, etc., si se suman los números en cada uno de los ciclos siempre resultan entre 9 y 18. En el volumen 2, página 287 de "La Doctrina Secreta", se implica que este pecado de los inconscientes realmente ocurrió hace 2 millones de años, pero cuandoquiera que haya sucedido -e incluso si esa transgresión nunca hubiera tenido lugar-, inevitablemente debía ocurrir la encarnación de estos Señores de la Llama, Pitris Agnishvatta, Pitris Solares, Ángeles Solares, Manasaputras, Hijos de la Mente Universal, Kumaras, Manasadevas, Dhyanis de fuego, etcétera.

Helena Blavatsky y los Maestros parecen dar a entender que idealmente debería haber acontecido antes, pero por alguna razón los Manasaputras retrasaron su "encarnación en masa" como podríamos llamarlo, y en consecuencia ocurrió el "pecado de los inconscientes" y probablemente otros hechos desafortunados que de otro modo se habrían evitado. Pero así es el Karma.

Pero, ¿quiénes son estos Manasaputras, estos "Hijos de la Sabiduría" o "de la Mente"? Ellos son nosotros mismos. Nosotros somos ellos. Hasta entonces el hombre no tenía un quinto principio despierto -el llamado Manas o principio mental- y es así que su encarnación en las formas evolucionadas que se habían construido y desarrollado se conoce en las enseñanzas como "la iluminación de Manas".

Hasta entonces nadie había tenido ni experimentado los estados de Kama Loka o Devachan posteriores a la muerte, y mucho menos el Nirvana, simplemente porque no existían individualidades autoconscientes en la Tierra ni nadie con la capacidad o potencialidad de crear o vivir alguna condición después de la muerte. Y hasta esa época no existía muerte de todos modos -en el sentido que se conoce ahora- porque el hombre aún no estaba constituido de un cuerpo completamente material.

Los Vedas y Upanishads hablan de Yama que en hinduismo y budismo es la personificación del "Dios de la Muerte". En la entrada de "Yama" del "Theosophical Glossary", Blavatsky explica que en el sistema esotérico Yama es la personificación de la tercera Raza-Raíz por este hecho que acabamos de mencionar, pues el nacimiento de la muerte -si podemos usar una frase tan paradójica- sucedió en la época lemuriana.

Aunque divino en su máxima esencia impersonal, como todo en el Universo, nuestro ancestro carecía de alma individual y su naturaleza era más similar a un "individuo-animal" que un verdadero ser humano. Por esto, no existía reencarnación en el verdadero sentido de la palabra, al menos hasta que la individualización ocurrió gracias a la "iluminación" de Manas, el despertar de la mente individual y la autoconciencia a través del ingreso del Ego o alma humana.

El Manasaputra, un rayo individualizado de la Mente Universal, es nuestro Manas Superior, el Ego Superior o individualidad divina espiritual y permanente, y no el Ser Superior que es el Atman impersonal-universal. Lo que pensamos común y erróneamente como "nosotros mismos" en el nivel cotidiano no es más que un reflejo temporal y kármicamente imperfecto de nuestro Ego Superior o Entidad Mental Superior, el "Ser de Luz" que muchas personas describen haber conocido en experiencias cercanas a la muerte.

Por tanto, nuestro verdadero "Yo", Ego o Individualidad es una de estas Entidades Mentales y "La Doctrina Secreta" sostiene que su naturaleza exacta es tan misteriosa y profunda que sólo puede insinuarse de una manera un tanto velada. Sin embargo, está implícito que pertenecen a la jerarquía espiritual que preside la constelación de Capricornio -Makara en sánscrito- y que son "yogis celestiales" de Manvantaras muy antiguos, y así ellos (como individualidades impersonales) eligieron asumir personalidades individuales en la Tierra para ayudar en todo el esquema de la evolución planetaria y cósmica.

Lo que debemos recordar es que nosotros somos ellos. La teología cristiana ha distorsionado todo esto y describe su caída kármica en la materia en calidad de "ángeles" expulsados del cielo a la Tierra. Pero en palabras de H.P.B., "los así llamados 'Ángeles Caídos' son la humanidad misma". El hombre es un ángel venido a menos o mono resucitado, y el primer término es mucho más correcto.

Aquí tenemos el verdadero significado sobre la alusión en el libro del Génesis bíblico en el famoso pasaje que señala que en los primeros días de la humanidad los "Hijos de Dios" tomaron como esposas a las "hijas de los hombres" y que como consecuencia hubo "gigantes en la tierra". El “Theosophical Glossary” habla de esto en la entrada de "Jehová" y establece que los llamados "Hijos de Dios" son aquellos Manasaputras que se encarnaron o “casaron” con las formas físicas de las entidades terrestres que como resultado crecieron para convertirse en "gigantes" en cuanto a intelecto, mentalidad y conciencia comparados con lo que habían sido.

Finalmente, surgió la 4ª Raza-Raíz o atlante, originalmente en el continente lemuriano, pero luego se extendió para establecerse en las islas de un enorme terreno situado en el área del Océano Atlántico. En el punto medio histórico de la raza atlante, la "puerta hacia el Reino Humano" se cerró por todo el resto del ciclo evolutivo para nuestra cadena planetaria. Pasarán muchos millones de años antes de que exista una mayor evolución en las entidades del reino animal que pasan al nuestro. Así, esa oportunidad se perdió y los miembros del reino humano se establecieron y sucumbieron a mediados de los tiempos atlantes.

Cada miembro de la humanidad actual ha sido parte de ella desde al menos el período intermedio de la historia atlante. Todo esto se debe a que el punto central de la cuarta subraza de esa Cuarta Raza-Raíz (para este cuarto globo de la Cuarta Ronda) fue exactamente el tiempo promedio y fundamental en la evolución humana. De hecho, hasta ese momento todo había sido involución más que evolución, el descenso desde lo más etéreo y espiritual -como en la 1ª Raza- hasta el punto más bajo y material posible a mediados de la 4ª Raza. A partir de entonces la verdadera evolución comienza en la forma de un arco ascendente a medida que avanzamos hacia una condición etérica y espiritualizada, pero ahora con la adición de autoconciencia, experiencia e intelecto podemos elevarnos y ayudar a la evolución de toda la materia manifestada en el proceso junto con todos los reinos inferiores de la naturaleza, por lo que no existe separación entre ningún ser viviente.

La única excepción a la regla de que "no pasarán más miembros animales al reino humano hasta la próxima cadena planetaria" son los monos. "La Doctrina Secreta" nos informa que todos los simios están destinados a extinguirse durante la 5ª Raza-Raíz actual y que esto realmente será una fortuna para ellos, porque sus Egos -conocidos colectivamente como "raza retrasada"- finalmente podrán ingresar al reino humano propiamente dicho, algunos de ellos posiblemente a fines de la 6ª Raza-Raíz, pero ciertamente todos ellos lo harán a inicios de la 5ª Ronda.

A su debido tiempo, todo el continente lemuriano fue destruido por acción volcánica, terremotos e incendios subterráneos y posteriormente se hundió bajo el Océano Pacífico. Cada gran continente y Raza deben terminarse bajo la Ley Cíclica y Kármica al ser arrasados alternativamente por acción de fuego y agua. Así como Lemuria fue devastada por fuego, Atlantis sucumbió por el elemento hídrico y también nuestro país [Reino Unido] y el continente europeo algún día serán destruidos mediante operaciones cataclísmicas de fuego y así sucesivamente.

A medida que el Principio de la Mente se encarnaba y desarrollaba a una profundidad cada vez mayor en los seres humanos, los atlantes continuaron construyendo grandes ciudades y desplegaban una gran civilización y cultura que eventualmente llegó a un nivel muy superior al de la antigua India y Egipto... pero no todo fue como debiera.

El orgullo, la lujuria y el deseo egoísta comenzaron a aparecer. Algunos hombres, cuyas acciones ya no podían achacarse a la “falta de mente”, procreaban deliberadamente con algunos de los descendientes del “pecado lemuriano y original de los inconscientes”, y por lo tanto engendraban más monstruosidades.

Los atlantes comenzaron a idolatrar el cuerpo humano y el lado externo de la vida, incluido el acto sexual, antropomorfizando sus hasta ahora conceptos puros y espirituales de lo Divino, retratándolo en forma humana y en su propia imagen y semejanza material. Algunos de ellos se iniciaron en hechicería y taumaturgia negra, especialmente la magia sexual y varios ritos que se convirtieron en los orígenes del tantra sexual moderno. De esta forma se abusó de la facultad generativa en el ser humano, descrita en "La Doctrina Secreta" como "poder creativo" y "don divino".

Y todo esto, que es tan contrario a las leyes físicas y metafísicas y la armonía de la Naturaleza, condujo con gran efecto perjudicial a la caída y destrucción de Atlántida y sus habitantes.

Como resultado de su creciente degradación, sus facultades espirituales disminuyeron. Anteriormente dijimos que el Tercer Ojo -en la parte posterior de la cabeza- comenzó a petrificarse y finalmente desapareció por completo, retirándose al interior del cráneo donde permanece hasta hoy como el pequeño órgano conocido como glándula pineal, que cuando se activa aún tiene el poder de producir visiones espirituales genuinas y clarividencia precisa, incluso infalible (esto no es clarividencia psíquica- en gran parte un embrollo de confusión y engaño-, sino clarividencia espiritual). Y cuando esta facultad es despertada se la conoce como el Ojo de Shiva, de Dangma o de la Sabiduría.

Sin embargo, no es seguro, fácil ni necesario que intentemos despertar el Tercer Ojo en este momento. "La Doctrina Secreta" enfatiza que para lograrlo de manera responsable y adecuada se requiere la máxima pureza y una vida casta y célibe.

A veces la gente cuestiona este aspecto, pero cuando nos detenemos a pensar en el hecho de que fue particularmente la creciente materialidad y el sensualismo humanos que provocaron el oscurecimiento y deterioro del Tercer Ojo y sus facultades, se comprende que su reactivación o "reapertura" depende de la disminución de esos vicios por parte del aspirante espiritual.

También podemos agregar brevemente que en realidad la procreación física es sólo una fase temporal que experimenta la humanidad. Al final de la 6ª Raza Raíz, que es cuando se dice que el Kali Yuga finalmente termine, nuestro método actual de procreación se habrá extinguido y el ser humano habrá dejado de ser la entidad física que es ahora.

Respecto de la destrucción de los atlantes, las Estrofas de Dzyan dicen: "Todos los santos salvados, los impíos destruidos". La devastación y el hundimiento de las diversas islas y penínsulas se produjeron gradualmente a lo largo de miles de años, lo que resultó en el gran cataclismo final: la inundación e inmersión de la última isla de Atlántida conocida como Poseidonis en 9.564 a. de C. (o hace 11.579 años a partir de éste, 2015), fecha dada por el Maestro K.H. en una carta a A.P. Sinnett. En estos desastres pereció el último de los enormes animales monstruosos, ahora confinado al mito y la leyenda en forma de dragones e incluso seres más extraños.

Algunos supervivientes huyeron para refugiarse de las letales y turbulentas aguas con ayuda de Adeptos atlantes y benéficos hacia los puntos más altos y secos de la Tierra que pudieron encontrar, en este caso, los picos y montañas de los Himalayas en Asia Central... y fue allí donde tuvieron lugar los inicios de la 5ta Raza Raíz.

Ésta primero floreció en la antigua India, llamada una vez Aryavarta, que se convirtió en la madre de nuestra civilización actual y por eso generalmente nos referimos a esta Raza-Raíz como “aria”, aunque también se denomina indocaucásica o indoeuropea. El término "ario" fue gravemente manipulado en el siglo XX al igual que el antiguo y verdadero símbolo indio de la esvástica por Hitler y los nazis, pero ni dicha palabra ni ese signo implican connotaciones negativas y nadie los concibió de esa manera hasta la década de 1930 cuando su significado se distorsionó a escala mundial. En el momento en que se escribió "La Doctrina Secreta", "ario" en gran parte era sólo un sinónimo en inglés para "indio", como cualquiera puede corroborar al referirse a trabajos religiosos, filosóficos, culturales y académicos de la época. Como vocablo, literalmente significa "noble" o "digno".

Aquéllos que deseen leer parte del relato por un testigo ocular de la destrucción atlante pueden encontrarlo en "La Doctrina Secreta", vol. 2, entre las páginas 423 a 429. También hay una historia corta basada en este suceso por William Judge titulada "Where The Rishis Were”, contenida entre las páginas 244-246 de "Letters That Have Helped Me".

En términos de etnología esotérica, la Teosofía establece que las razas orientales en la actualidad como china, mongol, tibetana, malaya, indonesia, japonesa, vietnamita, etc., descienden en gran parte de la séptima y última subraza de la raza atlante, como son los esquimales o inuit y los nativos americanos, mientras que los pueblos indígenas de África y Australia se originan en subrazas atlantes anteriores, así como en la séptima y última subraza de la Raza Raíz lemuriana. Todos los otros grupos étnicos son parte de las diversas subrazas de la Raza-Raíz Aria.

Pero esto no significa que las almas encarnadas en razas y nacionalidades orientales, africanas o aborígenes sean de alguna manera “inferiores” o “atrasadas” respecto de otras. No existe tal cosa como "inferioridad" o "supremacía racial". Las distinciones que acabamos de describir se refieren al tipo físico o corporal y no al alma residente, pues todos encarnamos en todos los diferentes tipos de razas y países de acuerdo con nuestro Karma.

Los actuales europeos blancos y sus descendientes directos, ya sea en Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, etc., constituyen la quinta subraza actual y más reciente de la 5ª Raza-Raíz. El pueblo estadounidense se convertirá en "pionero" para la sexta subraza de la Quinta Raza y este proceso comenzará relativamente pronto. La 6ª Raza Raíz en sí también comenzará en América y así encontramos estas palabras al respecto en la página 26 de “Ecos del Oriente”:

"En América se está preparando una nueva raza que exhibirá la perfección de las glorias que, según dije, fueron sacadas lentamente a la superficie desde el pretérito olvidado. Es por esto que se ve a América en un fermento perpetuo; es el hervir y burbujear de las razas más antiguas en la olla de refinación y el lento surgimiento del material para la nueva raza. Aquí y en ningún otro lugar se encuentran hombres y mujeres de todas las razas que viven y son gobernados juntos, adaptan la naturaleza y encaran juntos los problemas de la vida y crían hijos que combinan a dos razas. Este proceso continuará hasta que en el transcurso de muchas generaciones se produzca en el continente americano una raza completamente nueva; nuevos cuerpos y órdenes de intelecto, nuevos poderes psíquicos curiosos e inauditos, así como facultades físicas extraordinarias y también nuevos sentidos y extensiones de los órganos actuales ahora imprevistos. Cuando se genere este tipo de cuerpo y mente, entonces otras mónadas -o las nuestras nuevamente- los animarán y proyectarán en la pantalla del tiempo las imágenes de hace 100.000 años".

Bajo la ley de correspondencia y analogía -una de las grandes claves para entender las enseñanzas y el simbolismo esotéricos- cada uno de los números 1 al 7 de las siete Razas-Raíz, las siete subrazas, los siete globos y las siete rondas se relacionan de una u otra manera al postulado de los Siete Principios en la constitución humana, la naturaleza séptuple del hombre. Como Manas ("mente e intelecto") es el quinto principio y Kama ("deseo y pasión") es el cuarto, podemos ver que actualmente estamos en la subraza manásica de la Raza-Raíz manásica, en la ronda kámica del globo kámico, mientras que la sexta clasificación corresponderá a Buddhi y el séptimo a Atma. ¡Y finalmente ya estamos en el arco ascendente de este Gran Viaje!

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De "La Doctrina Secreta" (H.P. Blavatsky), vol. 2, p. 444-446, 420

“Ahora bien, la Filosofía Oculta enseña que incluso ahora, ante nuestra misma vista, la nueva Raza y razas preparan su formación, y es en América donde la transformación se verificará y ha empezado silenciosamente.

De anglosajones puros hace apenas trescientos años, los habitantes de Estados Unidos se transformaron en una nación aparte, y debido a la mezcla acentuada y al mutuo cruce de diferentes nacionalidades, devinieron una raza sui géneris no sólo mental, sino también físicamente. Citando a De Quatrefages:

'Toda raza mezclada, cuando es uniforme y fija, ha podido representar el papel de raza primaria en los cruzamientos nuevos. Mayoritariamente y en su estado actual, la humanidad se ha formado por cruzamientos sucesivos de un número de razas hoy indeterminadas'. 

Así pues, los americanos se han convertido durante sólo tres siglos en una 'raza primaria' o pro tempore antes de llegar a ser una raza aparte, y bastante separada de todas las demás razas que hoy existen. Son ellos, en pocas palabras, los gérmenes de la sexta subraza y en unos cuantos cientos de años más devendrán decididamente las avanzadas del grupo que deberá suceder a la presente quinta subraza europea en todas sus nuevas características. Después de esto, dentro de unos 25.000 años entrarán en la preparación de la séptima subraza; hasta que aparecerá la Sexta Raza-Raíz en el escenario de nuestra Ronda a consecuencia de cataclismos, la primera serie de aquéllos que deberán destruir Europa algún día y aún más tarde toda la Raza Aria (afectando así a las dos Américas), así como a la mayor parte de las tierras directamente relacionadas con los confines de nuestro continente e islas. ¿Cuándo será esto? ¡Quién lo sabe! Quizás los grandes Maestros de Sabiduría, y éstos permanecen tan sigilosos respecto al asunto como los nevados picos que contemplan. Todo lo que sabemos es que vendrá silenciosamente a la existencia; tanto así que durante milenios sus avanzadas -los niños especiales que se desarrollarán como hombres y mujeres peculiares- serán considerados como lusus naturæ o rarezas anormales físicas y mentales. Luego, a medida que aumenten y su número se haga mayor con cada edad, se encontrarán en mayoría. Entonces los hombres presentes empezarán a ser considerados como bastardos excepcionales, hasta que por último desaparecerán de los países civilizados y sobreviviendo tan sólo en pequeños grupos en islas (las mesetas de las montañas actuales) donde vegetarán, degenerarán y se extinguirán quizás dentro de millones de años, como se han extinguido los aztecas y los Nyam–Nyam y los enanos Mûla Kûrumba de Nilghiri Hills. Todos ellos son restos de las que fueron una vez razas poderosas, el recuerdo de cuya existencia se ha extinguido por completo de la memoria de las presentes generaciones, lo mismo que nosotros desapareceremos del recuerdo para la Sexta Raza humana. La Quinta Raza se superpondrá a la Sexta durante muchos cientos de milenios, transformándose con ella más lentamente que su continuadora y cambiando en estatura, físico general y mentalidad, del mismo modo que la Cuarta se superpuso a la Raza Aria y la Tercera a los Atlantes.

Este proceso de preparación para la Sexta gran Raza debe durar todo el tiempo de la sexta y séptima subrazas. Pero los últimos restos del Quinto Continente no desaparecerán sino algún tiempo tras el nacimiento de la nueva Raza, o después que otra nueva morada -el Sexto Continente- haya aparecido sobre las nuevas aguas en la faz del planeta para recibir al nuevo huésped. Allí también emigrarán y se establecerán todos aquéllos que tengan la fortuna de escapar al desastre general. ¿Cuándo sucederá esto? La escritora, como se ha dicho antes, no puede saberlo. Sólo que, como la naturaleza no procede por impulsos ni saltos repentinos, y así como el hombre no cambia repentinamente de niño a individuo maduro, el cataclismo final será precedido por muchos hundimientos y destrucciones más pequeños, tanto por olas como fuegos volcánicos. Entonces el pulso exuberante latirá fuertemente en el corazón de la raza que ahora se halla en la zona americana, pero no habrá habitantes cuando comience la Sexta Raza; no más que los europeos, pues entonces ellos se habrán convertido en una nueva Raza y en muchas flagrantes naciones. Sin embargo, la Quinta no morirá, sino que sobrevivirá por cierto tiempo sobreponiéndose a la nueva Raza durante muchos cientos de milenios, y como ya hemos dicho se transformará con ella más lentamente que su sucesora, aunque cambiando por completo en mentalidad, aspecto físico y estatura. La humanidad no volverá a desarrollar cuerpos gigantescos como los lemurianos y atlantes, pues mientras que la evolución de la Cuarta Raza condujo a esta última hasta el fondo mismo de materialidad en su desarrollo físico, la presente Raza se halla en su arco ascendente y la Sexta se liberará rápidamente de los lazos de la materia, y hasta de la carne.

Así, la humanidad del Nuevo Mundo -más viejo con creces que el Antiguo, un hecho que los hombres también olvidaron– de Pâtâla (las Antípodas o el Mundo Inferior, como América es llamada en India) es la que tiene la misión y el Karma de sembrar las simientes de una Raza futura, más grande y gloriosa que todas las que hasta ahora hemos conocido. Los Ciclos de Materia serán reemplazados por periodos de Espiritualidad y una mente por completo desarrollada. Con arreglo a la ley de la historia y las razas paralelas, la mayor parte de la humanidad futura estará compuesta de Adeptos gloriosos. La Humanidad es hija del Destino Cíclico y ni siquiera una de sus Unidades puede escapar a su misión inconsciente, ni librarse de la carga de su trabajo cooperativo con la Naturaleza. De este modo la especie humana, raza tras raza, llevará a cabo su peregrinación cíclica señalada. Los climas cambiarán y ya han principiado con cada Año Tropical sucesivo correspondiendo con cada subraza, pero sólo para engendrar otra raza superior en el ciclo ascendente, mientras que una serie de otros grupos menos favorecidos -los fracasos de la Naturaleza- se desvanecerán de la familia humana como ciertos hombres individuales, sin siquiera dejar un rastro. 

Tal es el curso de la Naturaleza, bajo la influencia de la Ley Kármica, de la Naturaleza siempre presente y siempre transformándose. Pues según las palabras de un Sabio, conocido tan sólo de algunos Ocultistas:

EL PRESENTE ES HIJO DEL PASADO; EL FUTURO, ENGENDRADO POR EL PRESENTE. Y SIN EMBARGO, ¡OH MOMENTO PRESENTE!, ¿NO SABES QUE NO TIENES PADRE, NI PUEDES TENER UN HIJO, Y QUE SÓLO ESTÁS SIEMPRE ENGENDRÁNDOTE A TI MISMO? ANTES QUE HAYAS PRINCIPIADO A DECIR: 'YO SOY LA PROGENIE DEL MOMENTO QUE FUE, EL HIJO DEL PASADO', TE HAS CONVERTIDO EN ESE PASADO MISMO. ANTES DE QUE PRONUNCIES LA ÚLTIMA SILABA, ¡MIRA!, YA NO ERES EL PRESENTE, SINO EN VERDAD ESE FUTURO. ASÍ SON EL PASADO, EL PRESENTE Y EL FUTURO, LA TRINIDAD EN UNO POR SIEMPRE VIVA –EL MAHÂMÂYÂ DEL “SER” ABSOLUTO”.

Existe una Ley eterna en la Naturaleza que siempre tiende a ajustar los contrarios y produce la armonía final. Por causa de dicha Ley de desarrollo espiritual que reemplaza a lo físico y puramente intelectual, la humanidad se liberará de sus falsos dioses y finalmente se hallará AUTOREDIMIDA

8 de febrero de 2022

¿Quién escribió "La Doctrina Secreta"?


"La Doctrina Secreta" es la obra maestra de H.P. Blavatsky, y que representa EL libro de Teosofía. También puede ser útil el texto “Evolución humana en 'La Doctrina Secreta'", junto con otros de temática similar en este sitio.

El propósito de esta entrega es simplemente presentar una serie de declaraciones importantes de los Mahatmas -Maestros de Sabiduría- relacionadas con la verdadera autoría de ese libro que no fue meramente escrito por la propia H.P.B., ni tampoco inspirado o dictado por un chela del Maestro Koot-Hoomi conocido como Djwhal Khul, como han afirmado falsamente algunos individuos.

Djwhal Khul o D.K. era sólo un discípulo "de primer grado" según declararon Blavatsky y Damodar K. Mavalankar; por tanto, no fue un mahatma y ni siquiera tomó su primera iniciación hasta la década de 1880 (ver "Damodar and the Pioneers of the Theosophical Movement", p. 202 y "Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett", p. 12). No dictó ningún libro o escrito de H.P.B. ni de nadie más, lo cual sólo es una de las tantas mentiras de Alice Bailey, quien afirmó que “La Doctrina Secreta” había sido dictada a Blavatsky por aquél -y según Bailey también fue su propio inspirador- para luego poder “corregir” y “revisar” (o mejor dicho distorsionar, mutilar y suprimir) las enseñanzas de "La Doctrina Secreta" en sus propios libros, supuestamente bajo la autoridad del mismo Maestro.

El Mahatma K.H. certificó que "La Doctrina Secreta" fue compuesta por él y el Maestro Morya, junto con Blavatsky a quien denominaron "Agente Directo", "Hermano” y también "Upasika", concepto budista que significa “discípula", y como él dijo constituyó una "triple producción".

H.P. Blavatsky escribiendo "La Doctrina Secreta" en Londres.

Existen tres Cartas Mahatma relacionadas con la autoría de la obra que nos compete en esta ocasión y también una cuarta misiva, aunque en gran parte desconocida en la que se menciona brevemente.

Lo que citamos en primer lugar es de una correspondencia por el Maestro K.H. al coronel Henry Olcott, la cual repentinamente se materializó en el habitáculo de éste último mientras se hallaba a bordo de un barco que se dirigía a Londres durante el período en que se componía "La Doctrina Secreta". Esta importante carta se cita con mayor extensión al comienzo del artículo “La deslealtad de Olcott hacia H.P. Blavatsky", y tras mencionar una serie de aspectos sobre H.P.B., el Maestro dice:

“También he notado sus pensamientos sobre la 'Doctrina Secreta'. Puede estar seguro que lo que ella no anotó de trabajos científicos y otros, se lo hemos otorgado o sugerido. Cada noción errónea, corregida y explicada por ella a partir de las obras de otros teósofos, fue corregida por mí o bajo mis instrucciones. Es un trabajo más valioso que su predecesor, un epítome de verdades ocultas que lo convertirá en una fuente de información e instrucción para el estudiante serio durante los próximos años" ("Cartas de los Maestros de Sabiduría", primera serie, n° 19, p. 51).

Luego el teósofo alemán Hubbe Schleiden -quien se mostró escéptico de que “La Doctrina Secreta” estaba escrita o inspirada por los mismos Maestros- recibió una misiva de K.H. que incluía una acotación por M. en el otro lado de la página:

"Me pregunto si esta nota mía es digna de ocupar un lugar selecto con los documentos reproducidos, pues ¿a cuál de las peculiaridades en el estilo de escritura 'blavatskiano' se encontrará más parecida? La presente es simplemente para satisfacer al doctor [Schleiden] que 'cuanto más pruebas se dan, menos se cree'. Deje que siga mi consejo y no haga públicos estos dos documentos. Es por su propia satisfacción que el suscrito está feliz de asegurarle que cuando esté lista La Doctrina Secreta será la triple producción de M., Upasika y el servidor más humilde del doctor.- K.H.”

"Si esto puede ser de alguna utilidad o ayuda para el doctor Hubbe Schleiden, aunque lo dudo, el humilde faquir que suscribe más abajo certifica que la 'Doctrina Secreta' está dictada a Upasika en parte por mí y en parte por mi Hermano K.H.-M.” ("Cartas de los Maestros de Sabiduría", segunda serie, n° 69, p. 126-127).

En su artículo "Autorship of The Secret Doctrine", escrito y publicado en 1893 -dos años posteriores al fallecimiento de H.P.B.- William Q. Judge citó el mensaje anterior a Schleiden y escribió: 

“Un año posterior a esto y como surgieron ciertas dudas en las mentes de algunos, se envió otra carta por uno de los firmantes de lo anterior y señala lo que a continuación se transcribe. A medida que la profecía en ella se ha hecho realidad, ahora es el momento de publicarla para beneficio de aquéllos que saben algo de cómo tomar y entender tales cartas, pero para el lego todo será una tontería".


Esta "otra carta" a la que refería le fue enviada directamente y en el artículo citó la parte de K.H., pero evitó publicar lo que M. había escrito al final de la misiva en relación con Schleiden y quien en ese momento aún vivía. Parte de esta carta se muestra en la foto superior y el texto completo es el siguiente:

“El certificado expedido el año pasado aseverando que la Doctrina Secreta sería la producción triple de Upasika, M. y yo cuando terminara, era y es correcto, aunque algunos han dudado no sólo de los hechos comprobados en él, sino también de la autenticidad del mensaje que contenía. Copie esto y también guarde la réplica del certificado que mencionamos, pues los encontrará de utilidad el día que desee -como sucederá sin su solicitud- recibir el certificado original por parte de la misma persona a quien se entregó el documento con el fin de usted pueda copiarlo; y luego puede verificar actualmente la corrección de esta copia enviada por anticipado. Y puede ser conveniente indicar a quienes desean saber qué partes de la Doctrina Secreta fueron copiadas por la pluma de Upasika en sus páginas, aunque sin comillas, a partir de mi propio manuscrito y quizás de M., aunque éste es más difícil por la rareza de su conocida caligrafía y la mayor ignorancia sobre su estilo. Todo esto y más será necesario a medida que pase el tiempo, aunque respecto de ello usted está bien calificado para esperar-K.H.”

“El doctor estará en la misma rutina por muchos años. Prosiga y no tema nada, pues estoy a vuestro lado cuando menos lo espera. No, éste no es mi estilo personal, y que está en un idioma que no se puede comprender y sí, toda la era transcurre. No se especifican los detalles- M."

Esta otra fotografía es de un mensaje enviado por el Maestro M. a William Judge en 1892 o principios de 1893, e incluye la frase “como dije en la Doctrina Secreta...”, nuevamente indicando su papel directo en la creación de ese libro. Esta carta es posterior a la muerte de Blavatsky (1891), pero no existe información o registro disponibles de cómo Judge recibió ese documento, es decir, si llegó a través del correo postal, se materializó en su habitación o fue transmitido mediante otra persona.


El individuo llamado "Heliodore" y referido en la carta es un nombre que se otorgó a Annie Besant, quien en ese periodo todavía se encontraba en el camino correcto. De hecho, Besant terminó viajando a India por primera vez en 1893 como predijo este mensaje, y cayó bajo la influencia de los brahmanes ortodoxos que siempre se habían opuesto a H.P.B. y al Movimiento Teosófico aprovechando su orgullo y vanidad innatos, particularmente a través de G.N. Chakravarti. No es necesario que tratemos ese tema aquí, pues se aborda más detalladamente en otros artículos como “La deslealtad de Olcott a Blavatsky", "William Q. Judge sobre la 'nueva era' del ocultismo occidental” y “La última Carta Mahatma”.

“Los soldados valientes no necesitan órdenes ni ánimo constante. Sigue las líneas establecidas hace mucho tiempo y 'buscaremos los resultados'. Como dije en la Doctrina Secreta, Atma es Karma, por lo que si te hallas desapegado todas las resultantes que surjan de un trabajo sincero serán correctos. He hablado con Heliodore en Occidente y ella puede ir a India en el '93. Sé sabio y prudente, y no esperes nada porque esta es una época de oscuridad. Tú, Hijo mío, no puedes ser demasiado cuidadoso y debes estar precavido con la 'regla de hierro'. Debes plantar semillas; presta toda tu atención a eso y no fuerces el crecimiento. Sé siempre amable con los discípulos rebeldes a tu cuidado como nosotros lo somos contigo. Bendiciones, M."

Cuando H.P.B. comenzó a escribir "La Doctrina Secreta", vivía recluida en Europa y asistida en su mala salud por su amiga la condesa Wachtmeister. En su obra "Reminiscences of H.P. Blavatsky and The Secret Doctrine", Wachtmeister relata muchos fenómenos fascinantes y sorprendentes, además de los sucesos que ocurrieron a través de y en torno a H.P.B. durante esa etapa. Vale la pena leer el libro completo, pero citamos aquí algunos extractos:

“Hubo un suceso que me impresionó fuertemente con la convicción de que estaba siendo vigilada y atendida por guardianes invisibles y se repitió continuamente durante un largo período. Desde la primera noche que pasé en su habitación y hasta la víspera de nuestra partida de Wurzburg, escuché una serie de golpes intermitentes en la mesa junto a su cama; comenzaban a las diez cada noche y continuaban hasta las seis de la mañana a intervalos de diez minutos. Eran golpes agudos y claros, como nunca había escuchado en ningún otro momento. A veces sostenía un reloj en mi mano durante una hora y de un tirón, y siempre a intervalos de diez minutos el golpeteo se reanudaba con la mayor regularidad. Ya sea que H.P.B. estuviera despierta o dormida, no importaba en absoluto la ocurrencia del fenómeno ni su uniformidad.

Cuando pedí una explicación para estos golpes, me dijeron que eran un efecto del telégrafo psíquico que la vinculaba en comunicación con sus Maestros, y que los chelas podían observar su cuerpo mientras su astral lo dejaba (...)”. 

“Una noche, esta lámpara se encontraba encendida luego que el reloj hubiera marcado la una. No podía dormir y, como juzgué por la respiración regular de H.P.B. que estaba dormida, me levanté, caminé suavemente hacia la lámpara y la apagué (…) Extinguí el fuego y me devolvía, cuando se encendió de nuevo y la habitación se iluminó brillantemente. Pensé para mis adentros '¡qué lámpara tan extraña, supongo que el resorte no funciona!', así que puse mi mano de nuevo en él y observé hasta que se consumiera todo vestigio de fuego, e incluso entonces sostuve el resorte durante un minuto. Luego lo solté y me quedé mirando otro momento, cuando para mi sorpresa la llama reapareció y la lámpara ardía como nunca.

Esto me desconcertó considerablemente y decidí quedarme allí junto a esa lámpara y apagarla toda la noche si fuera necesario, hasta que descubriera el por qué de sus excentricidades. Por tercera vez presioné el resorte y lo apagué hasta que la lámpara estuvo bastante sofocada, y luego la solté mirando ansiosamente para ver qué sucedería. Y por tercera vez, la lámpara se encendió y entonces vi una mano marrón que giraba lenta y suavemente la perilla del instrumento. Como estaba familiarizada con la acción de fuerzas astrales y las entidades homólogas en el plano físico, no tuve ninguna dificultad en llegar a la conclusión de que era la mano de un chela y, suponiendo que había alguna razón por la que la lámpara debía permanecer encendida, volví a mi sillón. Pero un espíritu de malicia y curiosidad habitaba dentro de mí esa noche. Quería saber más, así que grité: '¡Madame Blavatsky!'; luego más fuerte, '¡Madame Blavatsky!' y otra vez '¡Madame Blavatsky!' De repente escuché un grito de respuesta: '¡Oh, mi corazón! ¡Mi corazón! ¡Condesa, casi me mata!' y de nuevo '¡mi corazón!, ¡mi corazón!', por cuanto volé a la cabecera de H.P.B. 'Estaba con el Maestro', murmuró, '¿por qué me trajo de vuelta?' Yo estaba completamente alarmada, porque su corazón revoloteaba en la palma de mi mano con una palpitación salvaje.

Le di una dosis de digitalina y me senté a su lado hasta que los síntomas de ella se calmaran. Luego me contó cómo el coronel Olcott una vez casi la mató de la misma manera al llamarla de vuelta repentinamente cuando su forma astral estaba ausente de su cuerpo. Me hizo prometer que nunca volvería a intentar experimentos con ella, lo que por supuesto le juré enérgicamente fuera de la plenitud de mi dolor y arrepentimiento por haberle causado tanto sufrimiento” (p. 33-35).

Luego durante un período en que H.P.B. estaba muy enferma y al borde de la muerte, Waichtmeister relata:

“Cuando abrí los ojos, estaba entrando la luz de la madrugada y me invadió una horrenda aprehensión de haberme quedado dormida y que tal vez H.P.B. murió durante mi sueño y mientras no fui fiel a mi vigilia. Me volví hacia la cama con horror y allí vi a Blavatsky mirándome tranquilamente con sus claros ojos grises mientras decía: 'Condesa, venga' y corrí a su lado. '¿Qué pasó, Madame? Usted se ve muy diferente respecto de anoche...'

Ella respondió: 'Sí, el Maestro estuvo aquí; Él me dio la opción de que yo pudiera morir y liberarme si así lo hago, o podría vivir y terminar La Doctrina Secreta. Me dijo lo grande que serían mis sufrimientos y el periodo terrible que habría para mí en Inglaterra (porque debo ir allí); pero acepté el sacrificio cuando pensé en aquéllos estudiantes a quienes se me permitiría enseñar algunas cosas, y en la Sociedad Teosófica en general, a la que ya he dado la sangre de mi corazón” (p. 62).

El siguiente es un extracto del capítulo "About The Secret Doctrine" y fue escrito por William Judge para el libro de la condesa Wachtmeister:

“El día en que se terminó fue cálido y agradable, y de pronto, en medio de la tarde, ella se quedó absorta una vez más. El aire de la habitación al mismo tiempo estaba por debajo del punto de congelamiento -a juzgar por la sensación- y observé el hecho. No fue un cambio de clima en absoluto, sino que parecía estallar de H.P.B. como si fuera la puerta abierta de un enorme habitáculo de refrigeración. Volví a llamar su atención y dije: 'Se siente como si una puerta estuviera abierta en las montañas del Himalaya y soplara aire frío en esta habitación'. A esto ella respondió: 'Quizás sea así' y sonrió (...)”. 

"Hablando a quienes saben y creen que H.P.B. estuvo todo el tiempo en comunicación con los Maestros durante sus retiros en algún lugar del mundo, puedo decir que se realizó una serie de consultas entre ellos sobre lo que debería incluirse en La Doctrina Secreta, y se dijo claramente que el libro se elaborara de tal forma que obligara al estudiante serio a desenterrar muchas verdades profundas que en un texto moderno serían anunciadas específicamente e incluidas en el curso regular. También se señaló de la misma fuente que esta época, siendo una transición en todos los aspectos, las revelaciones completas no eran para esta generación, pero que se otorgaría lo suficiente de la manera descrita y de forma clara para hacerla sustancialmente una revelación. Entonces, todos los estudiantes empeñosos harán bien en no pasar descuidadamente las páginas en cualquier parte del libro.

Eso es todo lo que puedo decir sobre el tema de la escritura para este maravilloso texto. Sólo desearía que fuera más, y únicamente puedo culparme a mí mismo por no haber estado presente en un momento en que, como sé ahora, se ofreció una oportunidad mayor que en cualquier otro período para el conocimiento interno de los escritores visibles e invisibles de La Doctrina Secreta".

Sin embargo, a pesar del conocimiento sobre la existencia de estas diversas cartas y relatos, el recordatorio de Blavatsky en "La Clave de la Teosofía" (p. 300) sigue siendo importante: "Todos los libros teosóficos deben aceptarse según sus méritos, y no de acuerdo con cualquier reclamo de autoridad que puedan presentar". De esta forma, "La Doctrina Secreta" debe mantenerse o caer por la existencia o merma de su propia valía y legitimidad, si los lectores lo perciben de esa manera.