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12 de diciembre de 2024

Los orígenes ocultos de la zoolatría


The Theosophical Movement, parte 1, abril 2010

Existen muchos supuestos que intentan dilucidar el origen del culto a los animales. Por ejemplo, se habla de un mito prístino en que las divinidades asumieron talles zoomorfos al verse amenazadas por gigantes, e incluso después que recuperaran su estatus normal, la gente continuó rindiendo homenaje a las "especies-disfraz".

Dicha pleitesía emerge cuando se adoran dioses por medio de criaturas representativas, siendo el totemismo una de sus prácticas más célebres, en que un animal específico es crucial para un individuo o grupo. Los aborígenes australianos tienen ceremonias cuyo objeto es apaciguar o invocar animales legendarios, aunque en ciertos casos un tótem sacro puede no detentar esa categoría para otros colectivos o personas; de igual manera, los animales simbólicos en muchas religiones son venerados acatando "órdenes divinas" y ante grupos más amplios de fieles, excluyendo a tribus reducidas. Según cuentan los nativos norteamericanos, todo individuo se relaciona con nueve animales que actúan a modo de "guías", y dependiendo del estilo de vida "entran" y "salen" de su camino. Entre éstos, hay uno que se convierte en "guardián" y orienta a la persona a través del mundo físico y los ámbitos espirituales. Para algunos, conocer a este "vigilante" es un proceso muy subjetivo al verse atraídos por una criatura de significado oculto que inspira cualidades a descubrir y potenciar. En ocasiones ayuda a integrar aspectos psicológicos que no suelen admitirse a un "nivel inconsciente".

El ser humano es más que un animal porque alberga un dios en sí mismo, y tampoco es únicamente "egregio" pues debe controlar su cariz salvaje o naturaleza inferior y emplearlos a guisa de "vehículos". En la tradición india, todos los dioses poseen "coberturas" veneradas junto con sus protagonistas, y existen múltiples historias de animales que coligan con ellos. Sin embargo, la zoolatría parece indicar una etapa definida en el concepto voluble que nuestros antepasados se hicieron de "Dios", cuya presencia veían en plantas o incluso rocas. En su libro The Golden Bough, James Frazer sostiene que el respeto por los árboles data de muy antiguo, y al principio recibían el nombre de "habitáculos vivos" de espíritus al encarnar fuerzas místicas naturales. Cada país contaba con su árbol protector de atributos esotéricos, a la vez que ciertos bosques fueron protegidos. Igualmente, los rasgos de seres animales les hacían únicos, lo que condujo a su deificación al pensar que eran "almas" de difuntos. Todas las criaturas etiquetadas de "apestosas" en la Biblia fueron emblemas de la Deidad en épocas lejanas, y así H.P. Blavatsky manifestó que eran tan divinas que "se les puso una máscara de 'inmundicia', a fin de preservarlas contra la extinción" (Doctrina Secreta, vol. 1, p. 355). En realidad, la palabra "inmundo" es ciega porque puede connotar un carácter "santo"; verbigracia, Moisés prohibió comer pelícanos y cisnes, clasificándolos de "sucios" (DS, vol. 1, p. 80 nota al pie).

En todas las naciones hay temores respecto a matar ciertas clases de aves. En Egipto, el ibis posee propiedades mágicas comunes con albatros y cisnes blancos ("representantes de la Eternidad"); también se creía que al arrebatarles vida o incluso a un halcón dorado -símbolo del Sol y Osiris- el malhechor no escapaba de la muerte. En el zoroastrismo era un delito grave atentar contra gallos, pues glorificaban naturalmente al Astro Rey anunciando el crepúsculo matutino. Los antiguos siempre creyeron en la adivinación por medio de pájaros y métodos zoománticos, utilizando por ejemplo el contenido de huevos para presagiar el futuro, pero hoy esa forma estaría subvertida. Así, hubo agoreros que leían prospectos conyugales mediante lecturas de albúmenes.

La cristiandad habla de cuatro animales sacros en la visión de Ezequiel -toro, águila, león y serpiente con alas de fuego-, o imágenes de los elementos y principios inferiores en el ser humano; además pertenecen a cuatro constelaciones que plasman la "comitiva del Dios Solar" [Tauro, Acuario, Leo y Escorpio] y durante el solsticio de invierno marcan los cuatro puntos cardinales del círculo zodiacal (DS, 1, p. 362-63).

En la "comarca del Nilo" algunos animales eran momificados al ser "representantes vivos" de un dios, como el gato lo fue para Bastet, el halcón por intuito a Horus y el ibis respecto de Thoth. Sin embargo, se nos dice que los místicos egipcios nunca adoraron dichas criaturas, y fueron objetos de idolatría masiva sólo cuando se perdieron las ideas genuinas.

El sacrificio de animales es común en varias religiones, semejando constituir el efecto de ceremonias pervertidas cuyos principios se toman literalmente. A menudo, estas obras invitan a erradicar o dirigir nuestros rasgos inferiores, aunque la eficacia de inmolar animales se fundamentaba en leyes magnéticas.

Para el pueblo israelita, el “Día de Expiación” o Yom Kippur denotaba eliminar los agravios nacionales y purificar el Santuario. Se conseguían dos cabras machos, similares en cuanto a apariencia, altura, costo y tiempo selectivo; uno se dedicaba a Yavé y el otro era consagrado para Azazel. Los antiguos rabinos interpretaron éste último nombre como "azaz" (“áspero”) y "-el" (“potente”), refiriéndolo al precipicio montañoso desde donde se arrojaba el chivo expiatorio. Las Notas sobre el Bhagavad-Gita (p. 88-91) apuntan que el sacerdote "recogía" en su persona los efectos de malas acciones entre la gente, y comunicaba esos influjos poniendo las manos sobre el cabrío, que luego era conducido al desierto para exhalar dichas energías. Se recomendaba inmolar ciertos animales limpios, pues según la creencia esto atraería fuerzas saludables y conservantes. Mientras Moisés negociaba con pueblos tribales, ordenó sacrificios a manera de norma religiosa por razones sanitarias propias.

Blavatsky dijo que el macho cabrío o Azaz-el ("Dios de la Victoria") es uno de los animales sagrados bíblicos, y junto con su "hueste" representan a "Prometeo" en estilo hebraico, debiendo analizarse con la misma perspectiva. Hubo un tiempo en nuestra evolución donde no éramos mejores que las bestias, aunque sí en forma humana. Según el relato, Prometeo sustrajo fuego del cielo y lo llevó a la Tierra, pero Zeus le encadenó a un despeñadero y los buitres comían sus vísceras a diario. Cada vez que arrancaban órganos, crecían otros nuevos repitiendo la tortura, y el proceso duró miles de años hasta ser liberado por Hércules. Aquí nos referimos a la "luz mental" otorgada al ser humano por deidades solares, dotándolo con el poder de razonar y elegir. En las series reencarnatorias esta mente se vuelve dual, y al permanecer envuelta con Kama (pasiones), adviene el "carroñero" sempiterno de anhelos insatisfechos, desesperación y otros vicios. Zeus personifica la Hueste de Padres Primigenios que crearon mortales inconscientes e irreflexivos, en tanto que Prometeo define a los creadores espirituales. "Todos los días vemos la contienda en nuestra humanidad: los afanes viles encadenan las aspiraciones nobles a la roca de materia, para generar en muchos casos buitres de pesadumbre, dolor y arrepentimiento" (DS, vol. 2, p. 422).

A propósito del individuo, el Ego Superior es "objeto" de la expiación vicaria. Blavatsky sostiene que en filosofía india el Manas es conocido bajo el nombre de Kshetrajna, o "aquéllo que da forma al cuerpo". Si etimologizamos la palabra, vemos que contiene el término aja que es "primogénito", y asimismo el "cordero" o nuestra mente deífica, explicando que si bien durante la vida humana el Ser superior e inferior están escindidos, tras la muerte somática y la personalidad los actos perjudiciales de ésta se hallan "anclados" al Ego Superior, es decir, el foco kármico se desplaza hacia la naturaleza divina; pero aunque es impoluta en la estadía mundana, tiene que sobrellevar el castigo por malhechos del "yo" burdo en una existencia venidera (Transactions, p. 67-68). El cordero es símbolo de todos los seres espiritualmente prósperos como Jesús, Buda y otros, quienes llegan a ese nivel al tomar sobre sí el karma humano negativo en conjunto, e identificándose por completo con nuestra especie. En ambos casos tenemos una expiación vicaria, y los Egos/Seres Superiores vendrían siendo "chivos emisarios".

Las cabras son otro emblema de Parabrahman. Subba Row enseñó que los doce signos del Zodíaco narran la vida del Universo, desde lo Eterno Ignoto hasta su condición actual. El primer signo es Aries o Mesha (carnero), cuyo sinónimo sánscrito es Aja, "lo que no tiene nacimiento", y es utilizado para referir a Brahman en algunos Upanishads y también a Parabrahman, la Causa Autoexistente, Imperecedera y Autosuficiente de todo.

La mitología hindú ilustra que Daksha, el suegro de Shiva, estaba realizando un sacrificio del que elidió a su yerno, pero Uma, la esposa de éste último, tuvo grandes ansias por ir. Tras llegar al sitio, su padre la insultó y ella se ofreció como víctima propiciatoria; montando en cólera por su muerte, Shiva creó al terrible demonio Virabhadra de mil cabezas y mil brazos, para destruir el rito concebido. Daksha fue decapitado y su cabeza quemada en fuego, pero luego se reemplazaría por aquélla de un carnero. Blavatsky sostuvo que este personaje corresponde al Progenitor Principal o Prajapati, y la testa y cuernos caprinos son el poder generador o reproductivo, siendo Daksha quien impuso la era de los humanos nacidos por separación de los sexos. Sin embargo, esto no ocurrió de improviso, sino que tomaría largas eras antes de convertirse en "natural". Por ende, se muestra que Shiva obstaculiza el sacrificio que alude a un desarrollo biológico (DS, vol. 2, p. 182).

Hansa (cisne) o Kalahansa (cisne negro) es figura de Brahma. Asimismo, Parabrahm se denomina Hansa-vahana, o "aquél que utiliza a Hamsa como su vehículo", ya que la Realidad Única se expresa a través de Brahma o Hansa. Brahma -el Logos manifiesto- es Sagunabrahmam (aspecto inmanente o con atributos) y es un dios finito, desapareciendo en el momento de la disolución y también se lo nombra "cisne fuera del tiempo". Entretanto, Parabrahmam es Nirgunabrahmam (aspecto trascendental) o Realidad Eterna bautizada con la misma alegoría aviar. Se cree que los cisnes viven en el lago tibetano Mansarovar, pero viajan a India sólo en invierno, y desde ese lugar los Vedas fueron llevados al país. El imaginario popular asegura que los Siete Cisnes seráficos equivalen a los Siete Rishis (Osa Mayor), que asumen esta forma para visitar la zona donde se escribieron aquellos textos (DS, vol. 1, p. 357 nota al pie). El Nadavindu Upanishad consigna que el término AUM está resumido por Kala Hansa; la primera vocal simboliza el "ala derecha", "U" su apéndice izquierdo, "M" la cola, y Ardhamatra ("medio metro") su cabeza. La fuente literaria dice que "un yogui que cabalga sobre Hansa" (concentrándose en AUM) está libre de influencias kármicas y tampoco le afectan miríadas de pecados.


Parte 2, mayo 2010

Hansa o el "cisne" es emblema de Sabiduría Divina. En exoterismo es un pájaro fabuloso con sapiencia inherente, pues cuando se le daba leche (espíritu) mezclada con agua (materia) bebía sólo el primer líquido (DS, vol. 1, p. 79). Hamsa es igual a "a-ham-sa", o "yo soy Aquéllo"; al escribirse Sah-aham o Soaham (Soham) denota la acepción en viceversa. Sólo en esto se contiene el Misterio Universal, la identidad de nuestra esencia humana con lo divino (DS, vol. 1, p. 78).

La vida de un sannyasi comporta cuatro etapas sucesivas: Kutichaka, Bahudaka, Hansa y Paramhansa. En la tercera, el místico vive lejos de su familia y del mundo, se mantiene con óbolos recogidos de siete casas, contempla a Parabrahman y lleva un bambú de un sólo nudo. El último estadio es colateral a los anteriores, excepto que el renunciante posee el cordón sagrado y su cabello y barba son muy largos; por tanto, un Paramhansa meritorio se transformará en Dikshita (The Theosophist, octubre 1879).

Se cree que el "Espíritu Santo" descendió sobre Jesús en forma de pichón, y los rusos no le incluyen en su dieta por ser una criatura de paz. El carácter de las sierpes es reconocido por el Nazareno, quien aconsejaba "ser cautos como serpientes" y "sencillos a modo de palomas". Entre sus connotaciones, el ofidio apunta al movimiento circular del Sol en el espacio; si se muerde la cola es la Eternidad o el Tiempo que todo lo devora, la gran espiral evolutiva o Manvantara; y también Vishnu (el Preservador) aparece habitualmente sobre el cuerpo encogido de Adi Sesha o Ananta, con múltiples cabezas de cobra. Se cuenta que Garga, el astrónomo más antiguo de India, obtuvo conocimientos astronómicos de Sesha, la serpiente de mil caras que lleva a los siete Patalas (infiernos) y el mundo entero en su cabeza, que además es Ananta ("infinito") y el "Ciclo de Eternidad" en esoterismo. Narada fue uno de los pocos que visitó las comarcas tenebrosas, y no queda claro si heredó su pericia astronómica de Sesha, pero le habría superado en destreza respecto a las complejas fórmulas cíclicas: "Es él quien está a cargo de nuestro progreso y el bienestar o la desgracia de nuestras naciones, provocando guerras y poniéndoles fin" (DS, vol. 2, p. 49 nota al pie).

La serpiente se enrosca para arremeter, recordándonos el funcionamiento de la Ley Kármica que da golpes infalibles al tenor de las causas u obras que ponemos en marcha. Este reptil se ha visto incluso como "miniatura" del "círculo de necesidad" o las numerosas reencarnaciones al despojarse de su piel escamuda, en comparación con el alma que abandona un cuerpo para adquirir otro; de esa manera, el animal refleja a un individuo "espiritualmente renacido" o que alcanza el nivel de Iniciado.

En La Doctrina Secreta (vol. 2, p. 47) leemos que nuestra Tierra y la humanidad pasaron tres Rondas y hoy experimentan la cuarta. Al comienzo de cada fase y después de un "oscurecimiento", el planeta cambia su "piel vieja" mereciéndole el apelativo de "Sarpa Rajni" en el Aitareya-Brahmana, la "Reina de las Serpientes" y "madre de todo lo que se mueve". Hasta la fecha se despojó de tres coberturas o Rondas previas, y las "Siete Pieles" esbozan los trastornos geológicos séptuples que acompañan la evolución de las Siete Razas-Raíz.

Los ofidios insinúan eternidad y rejuvenecimiento, así como también sabiduría o perfección divinas, e incluso Hermes conjeturó que eran los seres más espirituales de todos. La serpiente gnóstica con siete vocales en su cabeza es insignia de las siete jerarquías de Creadores Planetarios. Los dragones en la Antigüedad muestran siete cabezas, señalando los principios humanos e igual número de razas. Blavatsky comentó que en el orden evolutivo los reptiles precedieron a las aves y éstas a los mamíferos; en consecuencia, las serpientes integran el simbolismo más arcaico. Existen leyendas alegóricas relativas a sus propiedades, pero visto que el gentío y varios "académicos" no entienden el trasfondo, esos relatos se tachan de "fábulas" basadas en "ignorancia supersticiosa". No debemos aceptar literalmente las crónicas de Filóstrato, cuando sostuvo que en Arabia e India el pueblo se alimentaba del corazón o hígado de serpientes, para aprender el lenguaje de todos los animales y porque las víboras tendrían esa facultad. De manera similar, los escandinavos hablan de Sigurd quien mató al monstruo Fafnir y cocinó su corazón, deviniendo el más sabio de los humanos. Helena escribió que “serpiente”, “dragón” y "naga" eran nombres dados a los "Sabios" o Adeptos [HUMANOS] (1), cuyos aprendices "devoran" (adquieren) el conocimiento de los Misterios Inefables.

[(1) N.del T.: compárese esto con la idiotez "conspirativa" de quienes ven alienígenas "reptilianos" hasta en las nubes].

En todas las lenguas remotas, el concepto de "dragón" significaba lo mismo que entre los chinos actuales, es decir, "alguien con profunda inteligencia" y en griego "el que ve y observa". La serpiente es una criatura capaz de hacer bien o mal, magia blanca o negra; Thoth es descrito como dios de sabiduría y con autoridad sobre el panteón egipcio, en tanto que el Glosario Teosófico cita a Bonwick: "Hermes era la serpiente en una faceta mística. Se desliza en secreto y sin esfuerzo aparente a lo largo de las eras (...) ilustra el cielo salpicado de estrellas, pero también es enemiga del mal porque el ibis exterminó a los ofidios de Egipto".

Los retoños de sierpes quiebran el huevo y salen por sus propios esfuerzos; así, dichos reptiles encarnan a los "autonacidos" esotéricos. La “serpiente en bronce” de Moisés trata de los judíos en el desierto, quienes reclamaron a Dios por no tener agua, y mandó “víboras ardientes” al objeto de castigarlos. Yavé dispensó al líder un bastón metálico y ondulante para que viviese cualquier persona que lo mirara, y después concedió agua al pueblo. En conformidad, la serpiente de alas ígneas es imagen de lo Eterno. La voz hebrea Nakash designa "bronce", "útero" y el "mundo inferior"; el metal es figura del “principio femenino” y “calinoso” u “oro” atañen al masculino, pero jamás a Cristo ni la crucifixión como aseguran muchos exégetas (DS, vol. 1, p. 364 nota al pie).

Además, la serpiente de azófar es el Divino Custodio que sana a quienes le miran. El báculo zoomorfo de Moisés se adoraba cual símbolo de "Esmun-Asklepius, el Iao fenicio" ("Principio físico y espiritual de todas las cosas"), siendo de este modo un "salvador". La serpiente, al igual que el agathodaimon, representa el arte médico y la inmortalidad humana, decorando las imágenes de varios dioses u objetos análogos, incluyendo la "copa de salud" que en los misterios egipcios aparecía cubierta con reptiles (Isis Develada, vol. 1, p. 157; vol. 2, p. 481).

Thoth Hermes porta una vara ofídica que más tarde se llamó Caduceo, si bien la de Esculapio es algo distinta. El instrumento se corona mediante un pomo, y permanece flanqueado por dos alas de cisne (Hansa). El bastón corresponde al árbol Ashwattha o "de la vida y el ser", que crece y desciende en cada nuevo Manvantara desde ambas alas oscuras. Las dos culebras son el Espíritu y la Materia, bajando hasta confluir en un estrecho abrazo donde sus colas se unen a la Tierra, el Universo manifiesto o "reino de ilusiones" (DS, vol. 1, p. 549-50). Astronómicamente, la cabeza y el rabo de aquéllas son los puntos eclípticos donde las esferas visibles -incluidos Sol y Luna- presentan mayor cercanía.

Esculapio, Serapis, Plutón, Knoum y Kneph son deidades con atributos de sierpes, asépticos y visionarios. Shiva es sanador de mordeduras análogas al neutralizar el veneno aparecido durante la borrasca del océano, manteniéndolo en su garganta. Los Upanishads incluyen un capítulo sobre Ciencia de las Serpientes o Conocimiento Oculto, mientras los Nagas del budismo exotérico no son "criaturas míticas" con pergenio animal, sino superiores a los humanos y protectores de la ley de Buda, porque interpretan sus axiomas metafísicos bajo el esquema correcto (DS, vol. 2, p. 26). Entretanto, los Nagas hindúes fueron Adeptos e Iniciados semidivinos -nunca reptiles per se- con rostro humano y cola de serpiente a partir del exoterismo, aunque también hubo una raza homónima que surgió de Kadra, esposa del sabio Kasyapa, con el fin de poblar Patala (América). El Naga-Dwipa constituyó una de las siete divisiones de Bharata-Varsha o India, habitada por dicho linaje iniciático (DS, vol. 2, p. 132). El Mahabharata cuenta sobre Arjuna visitando Patala y casándose con Ulupi, hija de Naga o el Rey Nagal: "Nargal era el jefe caldeo y asirio de los magos (...) y Nagal el hechicero primario de los indios mexicanos. Ambos derivan sus nombres de Nergal Serezer, dios asirio, y los equivalentes hindúes" (DS, vol. 2, p. 213).

Conforme al relato tradicional, después que la reina Maya incoase a Gautama Buda, los nagas Nanda y Upananda dieron un lavado ritual al bebé con agua cálida y fría. Mucalinda, el Rey Serpiente, protegió al Despierto de la tormenta cuando meditaba a los pies del árbol Bodhi, envolviendo Su cuerpo siete veces y usando la "capucha" (tórax) a modo de paraguas. Sangharakshita explicó ese detalle como la ascensión de Kundalini, y añadió que los nagas suelen ilustrarse en medio de "profundidades oceánicas", una posible metáfora de las energías sibilinas del inconsciente en su arista próvida.

La Kundalini consiste en una fuerza electroespiritual zigzagueante, y el poder creador que puede engendrar y matar con holgura. Las siete espirales podrían indicar los núcleos psíquicos (chakras) por donde pasa Kundalini en su derrotero ascendente, y marca la activación de Buddhi que de otra manera continuaría siendo un principio o vehículo pasivo de Atman. Así, La Voz del Silencio (p. 10) muestra que "el Yogi contempla las cosas allende los mares y fulgores del cielo; escucha y comprende el lenguaje de los Devas, y percibe lo que ocurre en la mente de una hormiga". En el prefacio, Blavatsky apunta que la gran obra mística Paramartha fue transmitida al arhat Nagarjuna por los Nagas [véase el símil entre los apelativos]. Al tenor del budismo, Gautama les confió su doctrina Prajnaparamita, quienes más tarde la revelaron a aquel discípulo.

La serpiente que instigó a Adán y Eva en el Jardín del Edén era el mismo “Dios”, quien al igual que Ofis o portador de Sabiduría Divina, nos enseñó las implicancias reproductivas. Ellos simbolizan la primera pareja fisiológicamente completa, e introducida en el enigma creacional por la "víbora" (Logos) al comer el fruto del Conocimiento, mas la posteridad indocta -y proclive a lo material- los acusó de "irrespetar al Señor" y "dejarse conducir a errores" (DS, vol. 2, p. 215).


Parte 3, junio 2010

En una nota del artículo “Comentario sobre la Pistis Sophia”, Helena Blavatsky menciona que los Logos de todas las naciones figuran "aplastando cabezas de serpientes/dragones" o traspasándoles con lanzas, una imagen para el éxito del Espíritu sobre la materia, y ésta se supedita a la Voluntad Divina del Iniciado por transmutación llamando a lo tangible “Serpiente Vieja” o “Gran Abismo”. Igualmente, vemos aquí el triunfo de los Asuras o “Dragones de Sabiduría” ante los Devas, lo que a su vez significa el control de Manas activo en la pasividad del espíritu puro (aquellos seres divinos que no forjaron carácter impoluto, pero son limpios en un sentido "automático"). Respecto a una persona común, puede involucrar servidumbre de la naturaleza animal y conseguir experticia. Ejemplos de ello son los pares Krishna-Kaliya, Hércules-Hidra, Horus-Tifón, Apolo-Pitón y Thor que fulmina a su adversario con un martillo. Asimismo, la serpiente de cabeza séptuple alude a múltiples planos físicos y de conciencia.

Los Rishis, Manus o "hijos de Brahma" son "progenitores" de algunos animales, y en el "país del Nilo" se atribuía a un dios la génesis de cierta especie predilecta para él. El cocodrilo o "dragón egipcio" se relacionaba con Tifón y Sebak, sus "patrones", y existen allí incalculables momias de esos reptiles, símbolos duales del Cielo y la Tierra, o Sol y Luna, siendo adscritos a Osiris e Isis por su naturaleza anfibia (DS, vol. 1, p. 409). Este saurio era objeto de reverencia y encono; su avistaje en el desierto y fuera del agua pronosticaba lluvias y buenas cosechas, pero masacra personas y otros animales todos los años. Los cocodrilos eran consagrados a Tifón, que ilustra el aspecto material de Osiris (incluido el cuaternario inferior humano), y éste a la Tríada Superior o Luz Divina. Según el mito cosmogónico, aquél lo mató engañosamente y seccionó su cadáver en catorce pedazos; luego fue proscrito por alejarse de lo seráfico y devino malo o señor de tormentas y huracanes. Osiris personifica al universo ideal, y su opositor el rasgo físico o destructor de Shiva.

El décimo signo zodiacal se denomina Makara (cocodrilo) o instrumento de Varuna, dios hindú del agua; sin embargo, los primeros astrónomos occidentales lo bautizaron Capricornio al recordar la silueta de una "cabra". Subba Row añade que la letra Ma corresponde al número 5, y Kara significa "mano" o "costado". En sánscrito, Tribhujam o Karam se vincula a "tres lados" o el "triángulo", y Makaram o Panchkaram es el pentágono que resume la figura humana de cinco limbos. Toda vez que Manas constituye el quinto principio, dicho esbozo geométrico es emblema del humano pensante y consciente. En India y Egipto, los Dhyanis de la Quinta Jerarquía de seres divinos estaban unidos al "cocodrilo" y su morada se sitúa en Capricornio. Makara es también anagrama de Kumara, los cinco "Hijos de Brahma nacidos de la Mente" y dos se mantienen secretos, siendo ellos los "directores" que alumbraron nuestro intelecto: "Se supone que contienen los atributos (...) espiritual y físico del Universo, los dos polos de Mahat o Inteligencia Universal, y la naturaleza duádica humana (...). De ahí su número cinco, que multiplicado y convertido en diez lo conecta con Makara, el décimo signo del Zodíaco" (DS, vol. 1, p. 221).

Conforme a Subba Row, Makara representa al hombre o Microcosmos, y además el Universo o Macrocosmos; ergo, Capricornio denota las "caras" de éste último al estar circunscrito por pentágonos. Suponiendo que engloba simetría, los polígonos son regulares y el espacio presenta cariz dodecaédrico. No obstante, en el sentido real aquella voz no significa "cocodrilo", porque la criatura análoga en el zodíaco hindú tiene cabeza y patas frontales de antílope, y el resto de su anatomía concierne a un pez. "El delfín era vehículo de Poseidón-Neptuno entre los griegos, y uno con él esotéricamente; es el 'dragón marino' tanto como el reptil del Nilo sagrado era herramienta del propio Horus" (DS, vol. 2, p. 578).

De los diez avatares o encarnaciones de Visnú, el primero es Matsya y apunta a una fase en que la Tierra estuvo cubierta de agua. Al tenor del Mahabharata y mientras Vaivaswata Manu (el Noé bíblico) hacía prácticas devocionales a orillas del río, se le apareció un pez y rogó que lo salvara de otro más grande, por cuanto el individuo lo guardó en un frasco, y al crecer más en su interior le previno de un diluvio. Cuando el barco estaba listo, Vaivaswata albergó a su familia, simientes y las parejas de todos los animales; la catástrofe advino y un pez gigante con cuerno se situó en la proa. Siguiendo sus órdenes, el protagonista amarró cordeles al asta y el vertebrado guió la nave sin problemas entre la furia de los elementos. En la cultura hindú, el tiempo que duró la tragedia coincide exactamente con el relato mosaico (Isis Develada, vol. 2, p. 425).

Según otra versión, Vishnu encarga construir un barco donde Manu se salvó junto con los Siete Rishis, insignia de las razas y otros detalles septenarios. En un sentido, la historia refiere al colapso de Atlántida y a Vaivaswata, el gran sabio del mundo que libró a la Quinta Raza-Raíz de ser destruida junto con miembros de la Cuarta en ese lugar (DS, vol. 1, p. 139-40); pero Vaivaswata también impide que se extinga la humanidad o parte de ella cuando Lemuria pereció bajo el mar 700.000 años antes de comenzar la era Terciaria (ibídem, vol. 2, p. 313). Blavatsky dice: "Para todos los pueblos antiguos, el 'pez' y su entorno acuático señalan a los Mesías o encarnaciones de Sapiencia Divina. Dichos animales frecuentan viejas medallas cristianas, y las catacumbas romanas exhiben la 'Cruz Mística' o 'Ancla' que se alza entre dos pejes que hacen de 'fundamento'. 'Daghdae' o la madre de Zaratustra significa 'Pez Divino', la Sabiduría Sagrada" (HPB Series, nº 2, p. 13).

El “discípulo hierofante” o probacionista gnóstico era Ichthus o “pez” en honor a Cristo, y quien dijo a sus primeros acólitos que devendrían "pescadores de hombres". Curiosamente, la palabra inglesa "nun" [monja] es el vocablo caldeo que señala a esta criatura marítima. El Mesías "se denomina 'Dag' o pez, una herencia caldea, y tiene lazos con el Dagón babilónico u hombre-pez, que era instructor e intérprete del pueblo”, anunciando su venida con la alianza de Saturno y Júpiter en Piscis. El Hari-Purana y otros libros describen a Vishnu ictiomórfico para recuperar los Vedas que tragó el diluvio, y enseñar labranza y arquitectura, volviendo al océano todas las noches (Isis, vol. 2, p. 256).

La Biblia incluye el relato de Jonás, que ha sido interpretado desde varios ángulos. Dios le encomendó ir a Nínive, capital del imperio de Asiria, con objeto de predicar Su mensaje, pero no quiso cumplir el mandato pues creyó que el Altísimo no destruiría la ciudad. Jonás partió en dirección contraria a Jopa donde embarcó hacia Iberia, pero Dios lanzó una gran tormenta y el hombre conminó a los tripulantes que le arrojasen al mar para detener su furor, lo cual hicieron tras muchos empeños por controlar el buque. Acto seguido, una ballena tragó a Jonás y permaneció cautivo tres días y tres noches, lamentando su falta con ruegos y votos de obedecer al Señor, quien determinó liberarlo en la costa.

La fábula menciona una época en que el Sol (Jonás) se hallaba en la constelación Cetus, y al terminar dicha fase viaja al asterismo opuesto ("playa") del círculo zodiacal, una metáfora sobre el curso de la Tierra por los signos astrológicos y sus antípodas. Durante esos trayectos hay cambios sociales y planetarios, previstos con exactitud por los orbes si se "leen" de forma correcta (El Océano de la Teosofía, p. 130). La "estancia" de Jonás en el vientre del animal indica un ciclo iniciático que toda la humanidad debe experimentar en ciertas épocas, similar al descenso del candidato a los infiernos para lidiar con su naturaleza burda, reflexionando en una cripta subterránea sobre los misterios insignes y luego de lo cual emerge "renacido".

Varaha o el jabalí es la tercera encarnación de Vishnu. Los Puranas citan dos grandes creaciones, Padma (final) y Varaha (contemporánea), y en el transcurso de ésta, Brahma sacó a la Tierra del agua bajo el pergeño de un cerdo ferino. Nuestro mundo estaba cubierto por océanos y la naturaleza física no logró concebir al ser humano sin asistencia de fuerzas divinas; así, los "Creadores" insatisfechos secaron al planeta añadiendo estratos corticales (DS, vol. 2, p. 52-53). Los indios sostienen que el mamífero escarba la tierra antes que llegue el monzón, al igual que Vishnu al impartir agricultura.

En la biografía exotérico-alegórica de Buda, se sostiene que falleció tras consumir "arroz y puerco". Visto a la letra parece contradictorio y absurdo, si recordamos que estableció el vegetarianismo y respeto más severos por los animales. El pasaje implica que nació en Varaha-Kalpa, intervalo donde Brahma advino a guisa de paquidermo rescatando al planeta de las "Aguas del Espacio". Además, hay un dato curioso en aquel episodio puesto que los brahmanes afirman proceder de la Divinidad y son antagónicos a la cultura budista: "El brahmanismo (jabalí o Varaha Kalpa) masacró a la doctrina de Buda en India (...) y declara que, identificado con su filosofía, murió al comer carne de cerdo montés" (DS, vol. 1, p. 368-69).


Parte 4 y final, julio 2010

Se comenta que Helena Blavatsky tenía el poder y conocimiento de "leones" y sabios, en cuanto a su corazón amplio y "garra" para los objetivos; igualmente, ciertos libros designan a Buda como "León de la Ley". Este felino y "rey de la sabana" inspira connotaciones de poder, valor, majestad o nobleza. Se sabe que come sólo presas necesarias y entrega las partes "impuras" a los chacales. La clásica Esfinge tiene cuerpo leonino y cabeza humana, el nexo entre vigor y sabiduría, acerca de lo cual William Judge escribió: “La fuerza, cuando carece del apoyo gobernante de la sensatez, se ve dominada por un asombro estúpido que confunde todas las cosas; y para propósitos de acción, el intelecto es inútil al no haber energía”. Los atlantes o Cuarta Raza eran asociados a estos carnívoros por su señorío, y dos de ellos ilustran "ambos 'ojos solares' electropositivo y electronegativo” (DS, vol. 1, p. 673). Subba Row manifestó que Simha, el quinto signo zodiacal, "contiene un mundo de acepciones ocultas", y la jerarquía de Poderes Creativos se divide en siete grupos esotéricos, siendo el más consabido los "Leones Ardientes" o "de Vida".

En "The Esoteric Character of the Gospels" por H.P.B., Escorpio atañe a Meshiac o el candidato que pasa pruebas iniciáticas, visto a modo del Sol sin sus rayos áureos y coronado de espinas. Leo se vincula con el Cristo vencedor en la cima del arco celestial, a semejanza del León de las tribus de Judá. "Chrestos era el viajero solitario que alcanza la meta a través del 'Camino' cuyo objeto era Cristo, el Espíritu glorioso de la 'VERDAD', y esa concordia permite que el Alma (Hijo) sea UNA con el Espíritu (Padre)", explicando que el cuadrúpedo es símbolo de Miguel, el Hijo de Dios.

Un avatar de Vishnu es Nara-Simha o última fase animal en la escala evolutiva. La prerrogativa de Brahma para el rey Daitya Hiranyakasipu fue que no sería destruido por bestias ni humanos, pero Vishnu apareció con ese camuflaje, rompiendo la columnata protectora y aniquiló al monarca desgarrándole por la mitad.

El pavo real es a la vez un emblema de bien y mal. En la filosofía zoroástrica, Ormuzda es Señor de la Luz y su hermano Angra Mainyu rige la Oscuridad, quien con su ejército de demonios vilipendia al conocimiento, la luz, pureza, verdad y bondad con tinieblas, bazofias, mentiras, crueldades e ignorancia. Ormuzda engendró animales prácticos y limpios, mientras su antítesis creaba especies brutas y pájaros sanguinarios. Cuando los virtuosos dijeron a Mainyu que era incapaz de producir un ser bello e inofensivo, se burló y de él surgiría el espléndido pavo real, distintivo de fachenda y egoísmo, instituyendo: "Que sea el Rey de los Pájaros, y que el hombre lo idolatre y actúe a su manera". A partir de entonces, este animal rotulado Melek Taoos pasó a considerarse "internuncio del diablo" y hasta hoy le rinden culto los yazidis -algunos oriundos de Babilonia-, mas el pavo real verdaderamente constituye la "sabiduría de cien ojos", vahan (vehículo) de la diosa Saraswati y de Karttikeya, el Kumara o célibe adscrito a la iluminación mental. En consecuencia, también es el ave de todos los dioses que patrocinan el aprendizaje secreto.

La cola del pavo real indica el espacio sidéreo y la franja zodiacal está escondida en su hechura, por lo que se llama Dwadasa Kara (el "de las doce manos") y Dwadas Aksha o "docena de ojos" en su rabo policromo, siempre abiertos para contemplar lo que existe (DS, vol. 2, p. 619). Quien desee convertirse en Adepto de "Doctrinas Secretas" debe tener los "cien ojos de Argos" a fin de comprender (Isis, vol. 2, p. 409).

El Rishi Kasyapa y su consorte Tamra produjeron aves y a Garuda, rey de la "tribu plumífera" o "aquél que remonta". Al nacer fue confundido con Agni -dios del fuego- debido a su esplendor, y ello le valió el apodo de Gaganeswara o "señor celeste" (DS, vol. 2, p. 564-65). En el Ramayana, las flechas disparadas por Indrajit contra Rama y su hermano Lakshamana se convirtieron en culebras que les dejaron atados e inconscientes. Cuando Garuda se acercó a ellos, los ofidios escaparon y cicatrizó las heridas con toques; así, el Garuda Purana aborda los niveles post-mortem y prescribe rituales para honrar muertos. Esta figura es un vehículo donde monta Vishnú (Kala o "tiempo"), el "fénix indio" y emblema de grandes ciclos como el Maha Kalpa, coeterno con la Divinidad, y también periodos solares (Jatayu, hijo de Garuda, tipifica 60.000 años o dos precesiones planetarias de 25.920).

Eones atrás había un "océano lácteo" primordial e impetuoso, conteniendo Amrita -agua de Vida o inmortalidad- y Surabhi, la "vaca de abundancia" sagrada al igual que el toro (poderes generativos), conectados con fuerzas solares y cósmicas (DS, vol. 1, p. 67). Dicha res lleva los apelativos Kamadhenu ("cumplidora de deseos") y Nandini ("señora de placidez"). En Egipto, ambos rumiantes quedaron protegidos por Osiris e Isis, quien junto con Hator (principio femenino en la Naturaleza) eran afines al Sol y la Luna. Además, la pareja bóvida fue imagen de la “tierra nutricia” y la Quinta Raza o Aria. “En todos los países, la vaca es generatividad pasiva (...) y el Logos, cuyo distintivo llegó a ser el toro entre indios y egipcios (...). En filosofía oculta concierne la naturaleza creadora, y el Toro (su ternero) el 'Espíritu Santo' que le da vida" (DS, vol. 2, p. 418).

En India, un candidato a brahmán debe pasar por la "vaca dorada" si quiere ser Dwija o "nacer nuevamente" (DS, vol. 2, p 462). La leyenda escandinava tiene a Audhumla de cuya ubre emanan cuatro caudales al espacio, y representa la luz astral en su índole más pura (Isis, vol. 2, p. 147).

Indra, rey del cielo, monta al elefante Airavata que sobrevino en medio del rugido oceánico. Ganesha es el dios de sabiduría con cabeza de paquidermo, y existen muchas leyendas al respecto. El Matsya Purana cuenta que era un niño nacido del sudor y tierral de Parvati; luego ésta se dispuso a tomar un baño y ordenó al hijo que custodiase la entrada del hogar, con preceptos drásticos de no permitir extraños. Shiva, esposo de aquélla, retornaría tras un largo viaje y no reconoció a su nuevo vástago, decapitándolo al prohibir el ingreso. Sin embargo, admitió el desliz y mandó reemplazar su cabeza con aquélla de un elefante que dormía apuntando al sur.

A semejanza del credo egipcio, Ganesha presenta cariz proboscidio y cuerpo humano, señalando el punto evolutivo en que no éramos mejores que otros animales. El libro The Symbolism of Hindu Gods and Rituals por A. Parthasarathy explica que la trompa indica el discernimiento que nace de la sabiduría (comprensión de aspectos espirituales/físicos), siendo capaz de desplantar árboles o tomar monedas y agujas. El Dhammapada añade: "Soportaré los males, como un elefante en el campo de batalla sometido a las flechas (...). Aléjate del error, cual elefante hundido en el cieno" (versos 320 y 327).

Hanuman es el dios mono y fiel devoto de Rama, a quien ayudó con su ejército de primates (Vanersena) en la lucha contra Ravana. Blavatsky apunta que los simios tienen carácter místico en India pues su origen es bien conocido por Adeptos, escondiéndolo tras gruesas capas de alegorías. El ser humano actual no desciende de monos, sino que éstos provienen de ligámenes antinaturales entre hombres y especies inferiores. La Tercera Raza comportó gigantes simiescos, pero irresponsables en términos morales, y copularon con otras criaturas generando los predecesores de monos antropoides, aunque eran como "dioses" por su espiritualidad y pureza (DS, vol. 1, p. 190). En From the Caves and Jungles of Hindostan, Helena dice: "Hanuman personifica al 'hombre mundano', quien a despecho de su naturaleza bruta, desarrolla la parte espiritual mediante trabajo férreo, y habiendo superado la primera, obtiene el triunfo intelectual sobre los decursos terrenos, pareciéndose a un dios meritorio de acompañar a Rama o la encarnación divina más egregia".

La misma obra registra diálogos con un anacoreta del sur indio, quien sostiene que Hanuman es ancestro dravidiano, una raza oximorónica a los brahmanes norteños en casi todo aspecto. Mitológicamente es hijo de Vayu (dios del aire), guardián y barquero del río Viraja (recíproco hindú de Estigia) al que llegamos tras morir en el "reino de sombras", y "nadie puede cruzarlo sin su guía", es decir, antes de llegar a un periodo donde no se requieran formas tangibles, debemos comenzar bajo la apariencia de humanos-simios con todas sus pasiones e instintos (p. 88).

20 de marzo de 2022

La importancia de respaldar las pruebas

Los Maestros y H.P. Blavatsky
sobre la importancia de proporcionar
pruebas, referencias y fuentes
para demostrar la validez y autenticidad
de las enseñanzas presentadas


“Fue al comienzo de un nuevo ciclo, esos días en que ni los cristianos o los espiritualistas concebían, y mucho menos mencionaban, más de dos principios humanos -cuerpo y Alma- llamando al último Espíritu. Si usted tuviera tiempo para referirse a la literatura espiritualista de esa época, encontraría que tanto entre fenomenalistas como cristianos Alma y Espíritu eran sinónimos. H.P.B., actuando bajo las órdenes de Atrya (a quien usted no conoce), fue la primera en explicar en el Spiritualist la diferencia que había entre psique y nous, nefesh y ruach, o Alma y Espíritu. Tuvo que llevar consigo todo el arsenal de pruebas y citas de Pablo y Platón, de Plutarco y Santiago, etc. antes que los espiritualistas admitieran que los teósofos tenían razón” (Carta de un Maestro, 1882). 

"Un trabajo como éste ["La Doctrina Secreta"] tiene que ser presentado sin un simple Prólogo, sino más bien con un volumen que proporcionara hechos y no meros comentarios, ya que la DOCTRINA SECRETA no es un tratado o una serie de teorías vagas, pues contiene todo lo que se puede dar al mundo en este siglo.

Sería peor que inútil publicar en estas páginas incluso aquéllas partes de las enseñanzas esotéricas que ahora han escapado del confinamiento, a menos que se estableciera por primera vez la autenticidad -o en cualquier caso, probabilidad- sobre la existencia de tales enseñanzas. Dichas declaraciones, como se harán ahora, deben mostrarse justificadas por varias autoridades: las de los antiguos filósofos, los clásicos e incluso ciertos experimentados Padres de la Iglesia (…) La escritora tendrá que otorgar nombres históricos y confiables y citar autores conocidos -antiguos y modernos- de reconocida habilidad, buen juicio y veracidad, como también nombrar a algunos de los famosos expertos en artes y ciencia secretas junto con los misterios de ésta última, a medida que se divulgan o, más bien, se presentan parcialmente al público en su extraña forma arcaica (...)”. 

"Esto explica la necesidad en virtud de la cual ha trabajado esta escritora para explicar siempre los hechos dados desde la antigüedad más remota [en las miles de páginas de "La Doctrina Secreta"] por evidencias recogidas del periodo histórico. No se disponía de ningún otro medio, a riesgo incluso de ser acusados una vez más por 'falta de método y sistema'. El público debe familiarizarse con los esfuerzos de muchos Adeptos en el mundo y también poetas, escritores y clásicos iniciados en todas las épocas para preservar al menos en los registros de la Humanidad el Conocimiento sobre la existencia de tal filosofía, si no en realidad de sus principios. En efecto, los Iniciados de 1888 seguirían siendo incomprensibles y siempre como un 'mito' aparentemente imposible si no fuesen como los Adeptos cuya existencia se ha demostrado en cualquier otra época de la historia. Esto sólo se puede hacer al nombrar el capítulo y verso donde se puede encontrar una mención de estos grandes personajes que fueron precedidos y seguidos por una larga e interminable línea de otros famosos Maestros en las Artes antediluvianas y postdiluvianas. Sólo así y en la autoridad semitradicional y semihistórica se podía demostrar que el conocimiento de lo oculto y los poderes que confiere al hombre no son del todo ficciones, sino que son tan antiguas como el mundo mismo" (H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. xxxviii-xxxix, xlv, "Introductorio").

Helena Blavatsky declaró que "la Doctrina Secreta es la Sabiduría acumulada de las edades", refiriéndose a dicha Enseñanza en sí misma, de la cual el libro homónimo es el principal y más egregio representante en nuestros días.

La Teosofia es sabiduría antigua y atemporal. Blavatsky no la inventó; simplemente ella cumplió su misión de transmitirla y, utilizando miles de referencias a partir de un vasto conjunto de fuentes distantes y heterogéneas, demostró la intemporalidad, confiabilidad y carácter universal de sus doctrinas, incluso aquéllas que a primera vista parecían ser las más peculiares. Quienes han leído y estudiado su trabajo -particularmente "La Doctrina Secreta" e "Isis Develada"- saben de primera mano que éste es el caso.

La Agente de los Maestros nunca afirmó que ninguna de sus enseñanzas fuera resultado de "investigación clarividente" o "lecturas de registros akáshicos" llevadas a cabo por ella misma. Desafortunadamente, como los llamados "maestros teosóficos" posteriores pretendieron haber derivado sus propias “instrucciones” (totalmente contradictorias y opuestas a las presentadas por H.P.B.) a través de tales métodos, algunos han asumido automáticamente que los conocimientos de Blavatsky debían originarse en dichos procedimientos y no se han molestado en realizar ningún estudio o indagatoria independientes y serios para verificar si eso es cierto o no.

Mientras que los principales libros de H.P.B. contienen literalmente miles de referencias desde los ámbitos de la religión, filosofía, literatura clásica, historia antigua/moderna e incluyendo ciencia, las obras de individuos como C.W. Leadbeater, Annie Besant, Alice Bailey y Geoffrey Hodgson y  no contienen nada por el estilo y esos autores se contentan únicamente con presentar sus múltiples declaraciones sobre lo que se ha descrito como "líneas de pura aserción con autoridad implícita en el fondo" (véase “El pseudo-ocultismo de Alice Bailey" por Alice Leighton Cleather y Basil Crump).

Mientras que la Teosofía Original se describe a sí misma como la síntesis de religión, filosofía y ciencia (como señala el subtítulo de "La Doctrina Secreta") y es presentada a modo de unión perfecta y natural de los tres, la posterior pseudoteosofía - término acuñado por la propia H.P.B. en contraposición a lo que ella llamó "Teosofía Pura"- se basa sólo en el componente religioso e ignora por completo los elementos filosóficos y científicos. De esta forma, dichos contenidos tardíos tienden a atraer más a los crédulos, irreflexivos y "religiosos" que aceptarán casi cualquier aspecto si es exhibido en un tono suficientemente autoritario o se proclama que provienen de un "maestro"; por supuesto, también éste es el caso en la gran mayoría de la literatura y adherentes del Movimiento Nueva Era.

Ninguna de las enseñanzas de Blavatsky fue resultado de teorías, conjeturas o ideologismos elaborados por sí misma; ella rechazó específicamente esto escribiendo que "la única ventaja que tiene la escritora sobre sus predecesores es que no necesita recurrir a especulaciones y teorías personales, pues este trabajo es una declaración parcial de lo que ella misma ha recibido por estudiantes más avanzados (…) La escritora (…) cree en los herederos antiguos y modernos de su Sabiduría; y al dar crédito a ambos, ahora transmite lo que aprendió a todos quienes lo acepten" ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. vii, xxxvii).

La premisa básica en Teosofía es que la Verdad existe y que también “aquéllos que SABEN" son reales, siendo así el lema del Movimiento Teosófico "no existe religión más elevada que la Verdad". Nosotros también podemos llegar a conocer y entender si hacemos uso y aplicación sabios, respetuosos y diligentes de la vasta masa de conocimiento, información e instrucción que se han hecho tan libre y generosamente disponibles a la humanidad en las enseñanzas teosóficas genuinas.

No hay necesidad de creencia ni aceptación, sino que simplemente se nos invita a examinar la Doctrina y descubrir por nosotros mismos lo que tiene que decir. Si lo hacemos, se verá que prueba por sí misma y exactamente lo que sostiene representar como muchos lo han verificado durante el último siglo.

Los Maestros de Sabiduría no son tan tontos o ingenuos para esperar que el mundo acepte su Conocimiento sin respaldo, referencias ni fundamento, y menos aún que funcionen de acuerdo con “líneas de afirmación pura”. Sólo actúan así los individuos que buscan poder como sacerdotes, dogmatistas o quienes detentan carácter o motivos siniestros o cuestionables.

27 de febrero de 2022

Evolución humana en "La Doctrina Secreta"

Basado en las notas de una charla dada en la Logia Unida de Teósofos en Londres (2015).


Aunque el título elegido es "Evolución humana en la Doctrina Secreta", también podría llamarse "El Gran Viaje" porque éste es uno de los términos utilizados por los Maestros de Sabiduría para referirse a este ciclo evolutivo en que nos encontramos actualmente, o período de Cuarta Ronda planetaria.

En las páginas 37-38 de “La Voz del Silencio” leemos:

"En el 'Gran viaje' [o todo el ciclo completo de existencias en una Ronda] las causas que se siembran a toda hora llevan cada una sus cosechas de efectos, pues una rígida justicia gobierna el mundo. Con un poderoso influjo de acción que nunca yerra, trae a los mortales vidas de bienestar o aflicción, la progenie kármica de todos nuestros pensamientos y acciones anteriores. Toma entonces todo lo que el mérito tiene para ti, oh tú de corazón paciente. Debes permanecer con buen ánimo y estar conforme con el destino. Tal es tu Karma, el Karma del ciclo de tus nacimientos, el destino de aquéllos que en su dolor y tristeza nacen contigo, se regocijan y lloran de vida en vida, encadenados a tus acciones anteriores. Actúa por ellos 'hoy' [en esta vida] y actuarán por ti 'mañana' [una existencia siguiente o posterior]. Es a partir del capullo de la Renuncia del Ser que se produce el dulce fruto de la Liberación final".

En los próximos minutos descubriremos información y detalles interesantes y relevantes sobre lo que las enseñanzas teosóficas llaman las "Razas-raíces" como los atlantes, los lemurianos que les precedieron, etc., pero es importante que mantengamos muy presente que estos individuos no eran otras personas, pues fueron nosotros mismos en algunas encarnaciones pasadas y lejanas.

H.P. Blavatsky enfatiza esto, diciendo en la página 146 del segundo volumen de "La Doctrina Secreta": "Esto es evidente: la Humanidad del Primer Manvantara es aquella de la séptima y todas las intermedias. La humanidad de la Primera Raza Raíz es la misma que la segunda, tercera, cuarta, quinta, etc. Hasta el último forma una reencarnación cíclica y constante de las Mónadas que pertenecen a los Dhyan Chohans de nuestra cadena planetaria".

Así que realmente es vuestro y nuestro gran viaje, la magnífica odisea de la especie humana ÚNICA, la ÚNICA familia humana que adquiere expresión, experiencia y evolución a través de un ciclo de numerosas Razas-Raíz temporales y diferentes e incluyendo las subrazas.

"La Doctrina Secreta" es el nombre del libro más importante de Madame Blavatsky, pero también es equivalente al término sánscrito "Gupta Vidya" que significa Conocimiento Secreto, Ciencia Sagrada, Sabiduría Esotérica o simplemente Doctrina Secreta. Y se dice que a fines del siglo XIX ciertos Adeptos o Mahatmas de una Hermandad Esotérica oculta allende los Himalayas pusieron a disposición de la humanidad -en este libro y otros- tanto de ese Conocimiento como nos sea permitido adquirir y disponer en este punto de nuestro gran viaje.

"La Doctrina Secreta" procede de universales a particulares, al igual que toda la verdadera Filosofía Esotérica, por lo que el primer volumen se titula "Cosmogénesis" y trata sobre los orígenes, el nacimiento y la evolución del Universo, el Cosmos, el Sistema Solar y nuestro planeta, mientras que el segundo volumen es llamado "Antropogénesis" y presenta las enseñanzas ocultas del Este con respecto a los inicios y la progresión de nuestra humanidad en particular.

Como la mayor parte de la información que veremos aquí se deriva de ese segundo volumen, pensamos que podría ser útil comenzar con las Tres Proposiciones Fundamentales.

El volumen primero se inicia con tres propuestas de base que algunos han resumido como "DEIDAD-LEY-SER". La primera es el PRINCIPIO DIVINO ÚNICO, Absoluto, infinito, Omnipresente y Eterno; la segunda es la ley de periodicidad o ley cíclica, la aparición periódica y la desaparición del Universo y de todo lo que hay en él, ciclos dentro de ciclos y todo dentro de la gran fase de vida Universal; y la tercera es la continua evolución interna y gradual de toda la vida y el hecho de que esto se rige para cada entidad por las Leyes del Karma y Reencarnación.

El volumen dos comienza presentando tres proposiciones más. En palabras de H.P.B.:

"Con respecto a la evolución humana, la Doctrina Secreta postula tres nuevas proposiciones que se oponen directamente al antagonismo de la ciencia moderna y también a los dogmas religiosos actuales. Enseña: (a) la evolución simultánea de siete grupos humanos en siete porciones diferentes de nuestro globo; (b) la creación del cuerpo astral antes del físico, ya que el primero es modelo del segundo; y (c) que el ser humano en esta Ronda precedió a todos los mamíferos en el reino animal, incluidos los antropides".

"Antropoides" significa aquí "monos" y ésta es en realidad una de las enseñanzas más importantes de "La Doctrina Secreta", pues el humano no proviene de los monos, sino que éstos descienden de nosotros.

Con el fin de explicar términos como "rondas", "cadenas" y "globos", la Teosofía sostiene que cada planeta conocido -como Tierra, Marte, Mercurio, Venus, Saturno, Júpiter, etc.- es de hecho un sistema séptuple que consta de siete globos, pero en cada caso sólo uno de esos globos está en el nivel físico. Las otras seis son esferas no físicas que existen en una conexión cercana e inseparable con aquél para propósitos de evolución continua.

Los seres de cada planeta -y la Teosofía señala que cada astro tiene sus propios seres- pasan juntos de globo en globo en su propia cadena planetaria durante un proceso extremadamente lento y gradual, pero definido y cíclico de desarrollo y avance interno, recorriendo así toda la cadena de globos siete veces. A este proceso se le conoce como “Siete Rondas”. 

En nuestro caso, la evolución se encuentra aún activa y se desarrolla en el globo físico de nuestra Cadena Terrestre, por lo que nuestra vista y percepción se limitan únicamente al plano material, y por eso sólo vemos los globos físicos del planeta de otras cadenas. Podemos ir al astro físico denominado Marte, por ejemplo, y encontrar que allí no hay seres, ninguna actividad real o grandes signos de vida... y aunque "La Doctrina Secreta" se escribió antes de la era espacial, H.P.B. sostiene que Marte en la actualidad se encuentra en un estado de Pralaya menor o inactividad temporal, aunque bastante larga, porque la onda evolutiva ha pasado a uno de los globos inmateriales de la cadena marciana.

Pero en el caso humano, nuestro planeta es el cuarto globo físico de la Cadena Terrestre y se halla en curso la Cuarta Ronda de las 7 Rondas eventuales. Pero podemos preguntarnos: ¿Cómo llegó la humanidad aquí, en primer lugar? ¿De dónde vinimos con objeto de terminar aquí? ¿Cómo comenzó la raza humana en este cuarto globo al comienzo de la Cuarta Ronda? ¿Y cuándo sucedió?

Esta Tierra es hija de la Luna, y en cierto sentido su reencarnación. Antes de que existiera este planeta, nuestra familia humana evolucionaba en niveles anteriores a través de los diversos Reinos de la Naturaleza en otra cadena planetaria, que era vital y activa. Luego llegó al final de su Ciclo de Existencia y uno por uno se "apagaron" sus siete globos, como cuando una bombilla deja de iluminar, y envió sus principios y energías a otro punto en el espacio que finalmente resultó en la formación de una nueva cadena planetaria sucesora. Ésta última es nuestra Tierra y la antigua es lo que denominamos la Luna (Cadena Lunar) que ahora es efectivamente un cadáver y se está reduciendo gradualmente para desaparecer y desintegrarse por completo.

La Tierra debía ser poblada por los seres de su "padre", la Luna. No sabemos cuándo aconteció esto; los Maestros tienen esa información, pero "La Doctrina Secreta" señala que son extremadamente reticentes a otorgar fechas y cronologías aproximadas para las dos primeras Razas-Raíz. Ciertamente fue hace muchos millones de años, pero sí sabemos cómo y dónde sucedió y esto es muy interesante.

Cuando llegó el momento, los seres más elevados y evolucionados que se hallaban en la Luna -llamados Pitris lunares o Pitris Barhishad, los Padres o Antepasados Lunares- fueron convocados para salir de su descanso cíclico por los Dhyan-Chohans superiores (o seres angelicales) e instruidos para emigrar como siete grupos o "anfitriones" a siete zonas diferentes de "esa tierra misteriosa y sagrada" que se convertiría en "la cuna del primer ser humano"... un lugar conocido como "la Tierra Sagrada Imperecedera" y “eterna Tierra central” ubicada en algún lugar de la zona superior del Polo Norte.

En las páginas 400-401 del volumen 2 podemos ver que al comienzo de esta Cuarta Ronda en nuestro globo toda la Tierra estaba cubierta de agua tibia, excepto el Polo Norte, y así éste era el único terreno seco y perfectamente habitable en ese momento, el cual no se convirtió en una masa congelada de hielo hasta mucho más tarde. De hecho, el Polo Norte se llama el “Atma” de nuestro planeta y se describe en un Comentario Esotérico como la "Cabeza" de la Madre Tierra, mientras que el Polo Sur son sus pies, los Himalayas su cinturón y el corazón de la Tierra “late a los pies del sagrado Shambalah”. Así, fue en las siete zonas de la Tierra Sagrada Imperecedera que corona el Polo Norte donde nació la primera Raza Raíz, la primera humanidad, a la cual en Teosofía se la designa simplemente como Raza Raíz Polar.

Los Pitris lunares, que eran de naturaleza etérea o astral, debían proyectar o "rezumar" formas astrales a partir de ellos mismos. Como los Pitris lunares no tenían huesos y eran inmateriales, también lo fue su progenie que se describe como formas sombrías gigantescas y parecidas a simios. Tenemos que recordar que incluso la Tierra en sí no era completamente sólida en aquellos días, y los seres humanos no devinieron físicos hasta la mitad de la Cuarta Raza Raíz o atlante. De igual modo, los humanos no desarrollamos ningún tipo de estructura ósea hasta la 3ª Raza-Raíz, la lemuriana.

Esta es la razón por la que William Q. Judge sostuvo lo siguiente en "Ecos del Oriente" (p. 42- 43) con respecto a los dinosaurios y otros animales similares que aparecieron por primera vez en la Época Lemuriana y pasaron de ser etéreos y desprovistos de huesos a sólidos:

"En la época de los enormes animales antediluvianos, absorbían en sus enormes cuerpos tanta de la cantidad total de materia bruta disponible para los marcos de seres sensibles que el humano astral permanecía sin un marco corpóreo, todavía desprovisto de 'capas de piel'. Por esta razón podía coexistir en el mismo lugar con esas enormes aves y reptiles sin miedo. Sus proporciones masivas no le inspiraban terror, y por su consumo de alimentos tampoco disminuyó el sustento. Y por lo tanto, al ser de tal composición que no dejó huella en el barro o en la roca plástica, la muerte de un cuerpo astral tras otro no dejó fósiles ni rastros para ser descubiertos en compañía de las mismas bestias y aves que fueron sus contemporáneas (…) sus restos no podían depositarse en ningún estrato hasta que hubiera alcanzado la dureza suficiente (…) Mientras tanto, de vez en cuando nuestros exploradores encuentran restos de animales, aves y reptiles en estratos que muestran una edad mucho mayor que cualquiera otra asignada a la especie humana, y nunca se topan con esqueletos humanos. ¿Cómo pudo el hombre dejar algún rastro en una etapa en que no podía ejercer presión sobre arcilla o quedar atrapado por lava suave o masas de polvo volcánico?”

La Razas-Raíz 1ª, 2ª y la primera parte de la 3ª, todas ellas carecían no sólo del cuerpo físico en la forma que lo conocemos hoy, sino también de la calidad mucho más importante de la mente y la autoconciencia individual. Eran efectivamente inconscientes y sin alma. Tenían sus cuerpos y también Atman, el SER Superior, el Espíritu Universal Único y la Vida Divina, que es una y la misma en todos, pero no poseían ningún punto de conexión entre ambos. Aunque disponían de cuerpos individuales no eran individuos reales en ningún sentido.

La tarea de los Pitris lunares había sido simplemente producir la base para la naturaleza física (inferior) de la humanidad en nuestra Tierra. Como progenitores de la primera humanidad de nuestro globo, se les conoce colectivamente como Vaivasvata Manu (el Manu Raíz de la 4ª Ronda). La mente y la naturaleza egoica iban a ser proporcionadas por seres superiores a los Pitris lunares, conocidos como "Señores de la Llama" o Pitris solares, los Hijos de la Sabiduría.

Por razones de tiempo, podemos omitir la historia de la 2ª Raza Raíz, ya que no se dice mucho al respecto en “La Doctrina Secreta”, excepto que a su debido tiempo la 1ª Raza evolucionó hacia su propia descendencia, que era su producto “por germinación y expansión”, siendo esa la frase utilizada. Fueron la Raza Raíz hiperbórea que terminó habitando en el continente homónimo, “la tierra que extendía sus promontorios hacia el sur y el oeste desde el Polo Norte para cobijar a la Segunda Raza y comprendía todo lo que hoy se conoce como el Norte de Asia”. 

Cada una de las Razas-Raíz recibe "su luz y vida" de su propio Dhyani o Espíritu Planetario especial. H.P.B. cita un Comentario esotérico que dice: “La primera nace bajo el Sol; la segunda bajo Brihaspati (Júpiter); la tercera [lemuriana] con influencia de Lohitanga ('cuerpo de fuego', Venus o Sukra); la cuarta [atlante] bajo Soma (la Luna, y también nuestro globo o Cuarta esfera que surge por influencia lunar y desde aquél satélite) y Sani, Saturno, el Krura-lochana ('ojos malvados') y Asita (oscuridad), y la quinta [aria o indo-caucásica, la raza raíz actualmente en evolución] bajo Budha (Mercurio)” (“La Doctrina Secreta”, vol. 2, p. 29). 

Esto nos lleva a los lemurianos, la tercera Raza-Raíz, que aparecieron bajo el amparo de Venus y del cual se dice que es el planeta que tiene la mayor influencia en la Tierra y están estrechamente vinculados. Se llama "el Espíritu Guardián de la Tierra y la Humanidad", la hermana mayor de nuestro domicilio cósmico y Portador de la Luz para él tanto en el sentido físico como místico. La Doctrina Secreta señala que todo lo que acontece en la Tierra es percibido por Venus, y viceversa. 

Lemuria y Atlántida se convirtieron en una especie de manía en el movimiento Nueva Era, y la enorme cantidad de ideas fantasiosas y ciencia ficción que se han publicado al respecto desafortunadamente terminaron por alejar la atención general de las presentaciones más serias y profundas de las enseñanzas teosóficas.

"La Doctrina Secreta" contiene literalmente miles de referencias a una amplia gama de fuentes para demostrar al menos la probabilidad -si no legitimidad- y validez reales de sus contenidos, a veces inusuales y peculiares. La Teosofía genuina (de H.P.B., su colega William Judge y los Maestros) es la Enseñanza Esotérica que subyace a todas las religiones del mundo, y no tiene interés ni necesidad de recurrir a fantasías psíquicas sensacionalistas ni a términos de moda populares en la Nueva Era.

Por estos motivos, contradecimos la peculiar preferencia e inclinación de ese movimiento por retratar a los lemurianos y atlantes con "apariencia blanca o caucásica" o "semejante a la humanidad moderna". Los atlantes fueron predecesores de los caucásicos y florecieron hace millones de años, y su civilización parental y prehistórica de Lemuria se remonta aún más atrás. La mayoría de ellos tenía relativamente poco parecido físico con el hombre moderno, pues muchos de los atlantes eran gigantescos en estatura -entre 4,6 a 7,6 metros e incluso más- según se dice en "La Doctrina Secreta", mientras que los lemurianos poseían mayor talla.

Las famosas estatuas ubicadas en Isla de Pascua fueron obra de algunos de los últimos lemurianos y tienen la misma altura que sus constructores, quienes gradualmente disminuyeron en altura. La Teosofía sostiene que las denominadas tradiciones "mitológicas" acerca de los gigantes en todas las naciones y culturas tienen su origen y base en este hecho arcaico.

La época lemuriana se desarrolló hace tanto tiempo en la infancia primordial del hombre físico que sus representantes- de quienes se dice poseían un "Tercer Ojo" en la parte posterior de la cabeza y que en la humanidad moderna está degenerado y se representa por la glándula pineal- nunca desarrollaron ninguna forma de habla o comunicación verbal más allá de gruñidos monosilábicos de base e imitaciones de gritos y llantos de los animales que les rodeaban. La mayoría de sus comunicaciones se realizaron a través de medios psíquicos de clarividencia y percepción de los pensamientos de quienes estaban cerca y fue con los atlantes que finalmente se desarrollaron el lenguaje y el habla adecuados.

Lemuria era un enorme continente ubicado en el Océano Pacífico y Atlántida la gigantesca extensión en el mar de su mismo nombre. Estas grandes masas acuosas corresponden al lugar donde una vez se hallaban estos continentes, y en realidad no se llamaban "Atlántida" o "Lemuria", sino que esos nombres fueron acuñados como términos descriptivos en el siglo XIX para una mejor comprensión, aunque el nombre "Atlántida" se remonta a Platón hace dos mil quinientos años cuando escribió “Timeo” y “Critias”. Blavatsky explica en "La Doctrina Secreta" que el nombre "Lemuria" fue inventado por el zoólogo P.L. Sclater en algún momento entre 1850 y 1860 y que también fue utilizado por el eminente biólogo y filósofo alemán Ernst Haeckel en su "Pedigree of Man". Entonces, aquéllos que llamamos "lemurianos" no se llamaban a sí mismos como tal y tampoco los atlantes, y así sólo son términos de referencia.

En esta vasta época lemuriana deben haber ocurrido muchos sucesos importantes e interesantes, pero hay tres en particular a los que debemos prestar atención. Y fue a lo largo de esta Raza-Raíz que los cuerpos humanos pasaron de ser asexuados, o no tener ningún género, a ser de doble sexo (andróginos) y luego experimentaron la separación de los sexos, lo que resultó en los géneros individuales masculino y femenino como se conocen hoy.

Pero mientras los lemurianos aún eran andróginos, algunos de los Señores de Sabiduría o entidades divinas eligieron encarnar en algunos de esos seres y después utilizaron el poder de Kriyashakti -energía divina del pensamiento creativo, voluntad e imaginación- para crear formas físicas más desarrolladas como vehículos para la encarnación de seres aún más elevados y conocidos como "Hijos de Ad", "de la Niebla Ígnea" o "de la Voluntad y el Yoga".

Sin embargo, crearon primero un cuerpo mediante Kriyashakti que sirviera como vehículo físico para la encarnación en nuestra Tierra de un Gran Ser especial de reinos superiores que estaba destinado a sacrificarse por el bien de la humanidad al convertirse en el Jefe Espiritual Supremo y terrestre, que se dice habita hasta el día de hoy en Shamballa, esa legendaria y real tierra misteriosa ubicada en algún lugar cercano al Desierto de Gobi en Asia Central.

Siendo aparentemente una encarnación directa del Logos, en "La Doctrina Secreta" se lo llama por conceptos como "el Ser Maravilloso", "el Sin Nombre", "Iniciador", "Gran Sacrificio", "Observador Solitario", "el primer y santo hijo de Kriyashakti", "eterno Banyan Humano" o "el Árbol del cual crecen los adeptos", y no es el Maha Chohan o Jefe de la Hermandad Transhimaláyica, sino el Maha-GURU, Cabeza de toda la Gran Hermandad. Para aquéllos que quieran saber más sobre esto, la referencia principal está en el volumen 1, páginas 206 a 211. Éste y los "Hijos de Ad" llegaron como los primeros grandes guías espirituales e instructores de la humanidad que pronto sería dotada por fin con mente y autoconciencia.

La "separación de los sexos" ocurrió primero en el reino animal y luego en el humano. Al observar el nuevo método sexual de reproducción entre los animales, el hombre comenzó a hacer lo mismo, pero ocurrió el "pecado de los inconscientes”. Algunos lemurianos, todavía sin conciencia mental ni inteligencia apropiados, procrearon con algunos de los que se han denominado "enormes animales". El producto de esta unión profana fue "una raza de monstruos cuadrúpedos y torcidos cubiertos de pelo rojo"- descritos como "una raza tonta para mantener la vergüenza indecible".

Estas criaturas fueron ancestros de los monos modernos. El ser humano no evolucionó de los simios, sino que éstos descienden del hombre, y de aquí la similitud entre ambos. Todas las personas en la Tierra pasaron por el reino animal para alcanzar el humano, pero por lo que podemos apreciar, al parecer lo hicieron hace eones en la Cadena Lunar y no en este planeta. En la Tierra, el hombre precedió a los animales y en cuanto a los monos nunca tuvieron ninguna existencia hasta que el hombre primitivo e inconsciente se cruzó con algunos animales durante la época lemuriana.

Fue después de esta tragedia involuntaria que los Hijos de la Sabiduría encarnados en humanos los convirtieron de "hombres-animales" inconscientes en una humanidad verdadera durante la quinta subraza de la Tercera Raza Raíz (que se nos dice data hace 18.000.000 de años), y dijeron: "Enseñémosles mejor, para que no suceda lo peor".

Ya sea que fuera literalmente hace 18 millones de años o no, no podemos asegurarlo porque "La Doctrina Secreta" a menudo señala que las cifras y fechas exactas aún no pueden divulgarse en público, y así se dan sustitutos en su lugar. El dieciocho es un número simbólicamente muy esotérico, al igual que el 9, la suma de 1 y 8. En todas las duraciones aplicadas en la cronología hindú a los yugas, kalpas, manvantaras, etc., si se suman los números en cada uno de los ciclos siempre resultan entre 9 y 18. En el volumen 2, página 287 de "La Doctrina Secreta", se implica que este pecado de los inconscientes realmente ocurrió hace 2 millones de años, pero cuandoquiera que haya sucedido -e incluso si esa transgresión nunca hubiera tenido lugar-, inevitablemente debía ocurrir la encarnación de estos Señores de la Llama, Pitris Agnishvatta, Pitris Solares, Ángeles Solares, Manasaputras, Hijos de la Mente Universal, Kumaras, Manasadevas, Dhyanis de fuego, etcétera.

Helena Blavatsky y los Maestros parecen dar a entender que idealmente debería haber acontecido antes, pero por alguna razón los Manasaputras retrasaron su "encarnación en masa" como podríamos llamarlo, y en consecuencia ocurrió el "pecado de los inconscientes" y probablemente otros hechos desafortunados que de otro modo se habrían evitado. Pero así es el Karma.

Pero, ¿quiénes son estos Manasaputras, estos "Hijos de la Sabiduría" o "de la Mente"? Ellos son nosotros mismos. Nosotros somos ellos. Hasta entonces el hombre no tenía un quinto principio despierto -el llamado Manas o principio mental- y es así que su encarnación en las formas evolucionadas que se habían construido y desarrollado se conoce en las enseñanzas como "la iluminación de Manas".

Hasta entonces nadie había tenido ni experimentado los estados de Kama Loka o Devachan posteriores a la muerte, y mucho menos el Nirvana, simplemente porque no existían individualidades autoconscientes en la Tierra ni nadie con la capacidad o potencialidad de crear o vivir alguna condición después de la muerte. Y hasta esa época no existía muerte de todos modos -en el sentido que se conoce ahora- porque el hombre aún no estaba constituido de un cuerpo completamente material.

Los Vedas y Upanishads hablan de Yama que en hinduismo y budismo es la personificación del "Dios de la Muerte". En la entrada de "Yama" del "Theosophical Glossary", Blavatsky explica que en el sistema esotérico Yama es la personificación de la tercera Raza-Raíz por este hecho que acabamos de mencionar, pues el nacimiento de la muerte -si podemos usar una frase tan paradójica- sucedió en la época lemuriana.

Aunque divino en su máxima esencia impersonal, como todo en el Universo, nuestro ancestro carecía de alma individual y su naturaleza era más similar a un "individuo-animal" que un verdadero ser humano. Por esto, no existía reencarnación en el verdadero sentido de la palabra, al menos hasta que la individualización ocurrió gracias a la "iluminación" de Manas, el despertar de la mente individual y la autoconciencia a través del ingreso del Ego o alma humana.

El Manasaputra, un rayo individualizado de la Mente Universal, es nuestro Manas Superior, el Ego Superior o individualidad divina espiritual y permanente, y no el Ser Superior que es el Atman impersonal-universal. Lo que pensamos común y erróneamente como "nosotros mismos" en el nivel cotidiano no es más que un reflejo temporal y kármicamente imperfecto de nuestro Ego Superior o Entidad Mental Superior, el "Ser de Luz" que muchas personas describen haber conocido en experiencias cercanas a la muerte.

Por tanto, nuestro verdadero "Yo", Ego o Individualidad es una de estas Entidades Mentales y "La Doctrina Secreta" sostiene que su naturaleza exacta es tan misteriosa y profunda que sólo puede insinuarse de una manera un tanto velada. Sin embargo, está implícito que pertenecen a la jerarquía espiritual que preside la constelación de Capricornio -Makara en sánscrito- y que son "yogis celestiales" de Manvantaras muy antiguos, y así ellos (como individualidades impersonales) eligieron asumir personalidades individuales en la Tierra para ayudar en todo el esquema de la evolución planetaria y cósmica.

Lo que debemos recordar es que nosotros somos ellos. La teología cristiana ha distorsionado todo esto y describe su caída kármica en la materia en calidad de "ángeles" expulsados del cielo a la Tierra. Pero en palabras de H.P.B., "los así llamados 'Ángeles Caídos' son la humanidad misma". El hombre es un ángel venido a menos o mono resucitado, y el primer término es mucho más correcto.

Aquí tenemos el verdadero significado sobre la alusión en el libro del Génesis bíblico en el famoso pasaje que señala que en los primeros días de la humanidad los "Hijos de Dios" tomaron como esposas a las "hijas de los hombres" y que como consecuencia hubo "gigantes en la tierra". El “Theosophical Glossary” habla de esto en la entrada de "Jehová" y establece que los llamados "Hijos de Dios" son aquellos Manasaputras que se encarnaron o “casaron” con las formas físicas de las entidades terrestres que como resultado crecieron para convertirse en "gigantes" en cuanto a intelecto, mentalidad y conciencia comparados con lo que habían sido.

Finalmente, surgió la 4ª Raza-Raíz o atlante, originalmente en el continente lemuriano, pero luego se extendió para establecerse en las islas de un enorme terreno situado en el área del Océano Atlántico. En el punto medio histórico de la raza atlante, la "puerta hacia el Reino Humano" se cerró por todo el resto del ciclo evolutivo para nuestra cadena planetaria. Pasarán muchos millones de años antes de que exista una mayor evolución en las entidades del reino animal que pasan al nuestro. Así, esa oportunidad se perdió y los miembros del reino humano se establecieron y sucumbieron a mediados de los tiempos atlantes.

Cada miembro de la humanidad actual ha sido parte de ella desde al menos el período intermedio de la historia atlante. Todo esto se debe a que el punto central de la cuarta subraza de esa Cuarta Raza-Raíz (para este cuarto globo de la Cuarta Ronda) fue exactamente el tiempo promedio y fundamental en la evolución humana. De hecho, hasta ese momento todo había sido involución más que evolución, el descenso desde lo más etéreo y espiritual -como en la 1ª Raza- hasta el punto más bajo y material posible a mediados de la 4ª Raza. A partir de entonces la verdadera evolución comienza en la forma de un arco ascendente a medida que avanzamos hacia una condición etérica y espiritualizada, pero ahora con la adición de autoconciencia, experiencia e intelecto podemos elevarnos y ayudar a la evolución de toda la materia manifestada en el proceso junto con todos los reinos inferiores de la naturaleza, por lo que no existe separación entre ningún ser viviente.

La única excepción a la regla de que "no pasarán más miembros animales al reino humano hasta la próxima cadena planetaria" son los monos. "La Doctrina Secreta" nos informa que todos los simios están destinados a extinguirse durante la 5ª Raza-Raíz actual y que esto realmente será una fortuna para ellos, porque sus Egos -conocidos colectivamente como "raza retrasada"- finalmente podrán ingresar al reino humano propiamente dicho, algunos de ellos posiblemente a fines de la 6ª Raza-Raíz, pero ciertamente todos ellos lo harán a inicios de la 5ª Ronda.

A su debido tiempo, todo el continente lemuriano fue destruido por acción volcánica, terremotos e incendios subterráneos y posteriormente se hundió bajo el Océano Pacífico. Cada gran continente y Raza deben terminarse bajo la Ley Cíclica y Kármica al ser arrasados alternativamente por acción de fuego y agua. Así como Lemuria fue devastada por fuego, Atlantis sucumbió por el elemento hídrico y también nuestro país [Reino Unido] y el continente europeo algún día serán destruidos mediante operaciones cataclísmicas de fuego y así sucesivamente.

A medida que el Principio de la Mente se encarnaba y desarrollaba a una profundidad cada vez mayor en los seres humanos, los atlantes continuaron construyendo grandes ciudades y desplegaban una gran civilización y cultura que eventualmente llegó a un nivel muy superior al de la antigua India y Egipto... pero no todo fue como debiera.

El orgullo, la lujuria y el deseo egoísta comenzaron a aparecer. Algunos hombres, cuyas acciones ya no podían achacarse a la “falta de mente”, procreaban deliberadamente con algunos de los descendientes del “pecado lemuriano y original de los inconscientes”, y por lo tanto engendraban más monstruosidades.

Los atlantes comenzaron a idolatrar el cuerpo humano y el lado externo de la vida, incluido el acto sexual, antropomorfizando sus hasta ahora conceptos puros y espirituales de lo Divino, retratándolo en forma humana y en su propia imagen y semejanza material. Algunos de ellos se iniciaron en hechicería y taumaturgia negra, especialmente la magia sexual y varios ritos que se convirtieron en los orígenes del tantra sexual moderno. De esta forma se abusó de la facultad generativa en el ser humano, descrita en "La Doctrina Secreta" como "poder creativo" y "don divino".

Y todo esto, que es tan contrario a las leyes físicas y metafísicas y la armonía de la Naturaleza, condujo con gran efecto perjudicial a la caída y destrucción de Atlántida y sus habitantes.

Como resultado de su creciente degradación, sus facultades espirituales disminuyeron. Anteriormente dijimos que el Tercer Ojo -en la parte posterior de la cabeza- comenzó a petrificarse y finalmente desapareció por completo, retirándose al interior del cráneo donde permanece hasta hoy como el pequeño órgano conocido como glándula pineal, que cuando se activa aún tiene el poder de producir visiones espirituales genuinas y clarividencia precisa, incluso infalible (esto no es clarividencia psíquica- en gran parte un embrollo de confusión y engaño-, sino clarividencia espiritual). Y cuando esta facultad es despertada se la conoce como el Ojo de Shiva, de Dangma o de la Sabiduría.

Sin embargo, no es seguro, fácil ni necesario que intentemos despertar el Tercer Ojo en este momento. "La Doctrina Secreta" enfatiza que para lograrlo de manera responsable y adecuada se requiere la máxima pureza y una vida casta y célibe.

A veces la gente cuestiona este aspecto, pero cuando nos detenemos a pensar en el hecho de que fue particularmente la creciente materialidad y el sensualismo humanos que provocaron el oscurecimiento y deterioro del Tercer Ojo y sus facultades, se comprende que su reactivación o "reapertura" depende de la disminución de esos vicios por parte del aspirante espiritual.

También podemos agregar brevemente que en realidad la procreación física es sólo una fase temporal que experimenta la humanidad. Al final de la 6ª Raza Raíz, que es cuando se dice que el Kali Yuga finalmente termine, nuestro método actual de procreación se habrá extinguido y el ser humano habrá dejado de ser la entidad física que es ahora.

Respecto de la destrucción de los atlantes, las Estrofas de Dzyan dicen: "Todos los santos salvados, los impíos destruidos". La devastación y el hundimiento de las diversas islas y penínsulas se produjeron gradualmente a lo largo de miles de años, lo que resultó en el gran cataclismo final: la inundación e inmersión de la última isla de Atlántida conocida como Poseidonis en 9.564 a. de C. (o hace 11.579 años a partir de éste, 2015), fecha dada por el Maestro K.H. en una carta a A.P. Sinnett. En estos desastres pereció el último de los enormes animales monstruosos, ahora confinado al mito y la leyenda en forma de dragones e incluso seres más extraños.

Algunos supervivientes huyeron para refugiarse de las letales y turbulentas aguas con ayuda de Adeptos atlantes y benéficos hacia los puntos más altos y secos de la Tierra que pudieron encontrar, en este caso, los picos y montañas de los Himalayas en Asia Central... y fue allí donde tuvieron lugar los inicios de la 5ta Raza Raíz.

Ésta primero floreció en la antigua India, llamada una vez Aryavarta, que se convirtió en la madre de nuestra civilización actual y por eso generalmente nos referimos a esta Raza-Raíz como “aria”, aunque también se denomina indocaucásica o indoeuropea. El término "ario" fue gravemente manipulado en el siglo XX al igual que el antiguo y verdadero símbolo indio de la esvástica por Hitler y los nazis, pero ni dicha palabra ni ese signo implican connotaciones negativas y nadie los concibió de esa manera hasta la década de 1930 cuando su significado se distorsionó a escala mundial. En el momento en que se escribió "La Doctrina Secreta", "ario" en gran parte era sólo un sinónimo en inglés para "indio", como cualquiera puede corroborar al referirse a trabajos religiosos, filosóficos, culturales y académicos de la época. Como vocablo, literalmente significa "noble" o "digno".

Aquéllos que deseen leer parte del relato por un testigo ocular de la destrucción atlante pueden encontrarlo en "La Doctrina Secreta", vol. 2, entre las páginas 423 a 429. También hay una historia corta basada en este suceso por William Judge titulada "Where The Rishis Were”, contenida entre las páginas 244-246 de "Letters That Have Helped Me".

En términos de etnología esotérica, la Teosofía establece que las razas orientales en la actualidad como china, mongol, tibetana, malaya, indonesia, japonesa, vietnamita, etc., descienden en gran parte de la séptima y última subraza de la raza atlante, como son los esquimales o inuit y los nativos americanos, mientras que los pueblos indígenas de África y Australia se originan en subrazas atlantes anteriores, así como en la séptima y última subraza de la Raza Raíz lemuriana. Todos los otros grupos étnicos son parte de las diversas subrazas de la Raza-Raíz Aria.

Pero esto no significa que las almas encarnadas en razas y nacionalidades orientales, africanas o aborígenes sean de alguna manera “inferiores” o “atrasadas” respecto de otras. No existe tal cosa como "inferioridad" o "supremacía racial". Las distinciones que acabamos de describir se refieren al tipo físico o corporal y no al alma residente, pues todos encarnamos en todos los diferentes tipos de razas y países de acuerdo con nuestro Karma.

Los actuales europeos blancos y sus descendientes directos, ya sea en Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, etc., constituyen la quinta subraza actual y más reciente de la 5ª Raza-Raíz. El pueblo estadounidense se convertirá en "pionero" para la sexta subraza de la Quinta Raza y este proceso comenzará relativamente pronto. La 6ª Raza Raíz en sí también comenzará en América y así encontramos estas palabras al respecto en la página 26 de “Ecos del Oriente”:

"En América se está preparando una nueva raza que exhibirá la perfección de las glorias que, según dije, fueron sacadas lentamente a la superficie desde el pretérito olvidado. Es por esto que se ve a América en un fermento perpetuo; es el hervir y burbujear de las razas más antiguas en la olla de refinación y el lento surgimiento del material para la nueva raza. Aquí y en ningún otro lugar se encuentran hombres y mujeres de todas las razas que viven y son gobernados juntos, adaptan la naturaleza y encaran juntos los problemas de la vida y crían hijos que combinan a dos razas. Este proceso continuará hasta que en el transcurso de muchas generaciones se produzca en el continente americano una raza completamente nueva; nuevos cuerpos y órdenes de intelecto, nuevos poderes psíquicos curiosos e inauditos, así como facultades físicas extraordinarias y también nuevos sentidos y extensiones de los órganos actuales ahora imprevistos. Cuando se genere este tipo de cuerpo y mente, entonces otras mónadas -o las nuestras nuevamente- los animarán y proyectarán en la pantalla del tiempo las imágenes de hace 100.000 años".

Bajo la ley de correspondencia y analogía -una de las grandes claves para entender las enseñanzas y el simbolismo esotéricos- cada uno de los números 1 al 7 de las siete Razas-Raíz, las siete subrazas, los siete globos y las siete rondas se relacionan de una u otra manera al postulado de los Siete Principios en la constitución humana, la naturaleza séptuple del hombre. Como Manas ("mente e intelecto") es el quinto principio y Kama ("deseo y pasión") es el cuarto, podemos ver que actualmente estamos en la subraza manásica de la Raza-Raíz manásica, en la ronda kámica del globo kámico, mientras que la sexta clasificación corresponderá a Buddhi y el séptimo a Atma. ¡Y finalmente ya estamos en el arco ascendente de este Gran Viaje!

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De "La Doctrina Secreta" (H.P. Blavatsky), vol. 2, p. 444-446, 420

“Ahora bien, la Filosofía Oculta enseña que incluso ahora, ante nuestra misma vista, la nueva Raza y razas preparan su formación, y es en América donde la transformación se verificará y ha empezado silenciosamente.

De anglosajones puros hace apenas trescientos años, los habitantes de Estados Unidos se transformaron en una nación aparte, y debido a la mezcla acentuada y al mutuo cruce de diferentes nacionalidades, devinieron una raza sui géneris no sólo mental, sino también físicamente. Citando a De Quatrefages:

'Toda raza mezclada, cuando es uniforme y fija, ha podido representar el papel de raza primaria en los cruzamientos nuevos. Mayoritariamente y en su estado actual, la humanidad se ha formado por cruzamientos sucesivos de un número de razas hoy indeterminadas'. 

Así pues, los americanos se han convertido durante sólo tres siglos en una 'raza primaria' o pro tempore antes de llegar a ser una raza aparte, y bastante separada de todas las demás razas que hoy existen. Son ellos, en pocas palabras, los gérmenes de la sexta subraza y en unos cuantos cientos de años más devendrán decididamente las avanzadas del grupo que deberá suceder a la presente quinta subraza europea en todas sus nuevas características. Después de esto, dentro de unos 25.000 años entrarán en la preparación de la séptima subraza; hasta que aparecerá la Sexta Raza-Raíz en el escenario de nuestra Ronda a consecuencia de cataclismos, la primera serie de aquéllos que deberán destruir Europa algún día y aún más tarde toda la Raza Aria (afectando así a las dos Américas), así como a la mayor parte de las tierras directamente relacionadas con los confines de nuestro continente e islas. ¿Cuándo será esto? ¡Quién lo sabe! Quizás los grandes Maestros de Sabiduría, y éstos permanecen tan sigilosos respecto al asunto como los nevados picos que contemplan. Todo lo que sabemos es que vendrá silenciosamente a la existencia; tanto así que durante milenios sus avanzadas -los niños especiales que se desarrollarán como hombres y mujeres peculiares- serán considerados como lusus naturæ o rarezas anormales físicas y mentales. Luego, a medida que aumenten y su número se haga mayor con cada edad, se encontrarán en mayoría. Entonces los hombres presentes empezarán a ser considerados como bastardos excepcionales, hasta que por último desaparecerán de los países civilizados y sobreviviendo tan sólo en pequeños grupos en islas (las mesetas de las montañas actuales) donde vegetarán, degenerarán y se extinguirán quizás dentro de millones de años, como se han extinguido los aztecas y los Nyam–Nyam y los enanos Mûla Kûrumba de Nilghiri Hills. Todos ellos son restos de las que fueron una vez razas poderosas, el recuerdo de cuya existencia se ha extinguido por completo de la memoria de las presentes generaciones, lo mismo que nosotros desapareceremos del recuerdo para la Sexta Raza humana. La Quinta Raza se superpondrá a la Sexta durante muchos cientos de milenios, transformándose con ella más lentamente que su continuadora y cambiando en estatura, físico general y mentalidad, del mismo modo que la Cuarta se superpuso a la Raza Aria y la Tercera a los Atlantes.

Este proceso de preparación para la Sexta gran Raza debe durar todo el tiempo de la sexta y séptima subrazas. Pero los últimos restos del Quinto Continente no desaparecerán sino algún tiempo tras el nacimiento de la nueva Raza, o después que otra nueva morada -el Sexto Continente- haya aparecido sobre las nuevas aguas en la faz del planeta para recibir al nuevo huésped. Allí también emigrarán y se establecerán todos aquéllos que tengan la fortuna de escapar al desastre general. ¿Cuándo sucederá esto? La escritora, como se ha dicho antes, no puede saberlo. Sólo que, como la naturaleza no procede por impulsos ni saltos repentinos, y así como el hombre no cambia repentinamente de niño a individuo maduro, el cataclismo final será precedido por muchos hundimientos y destrucciones más pequeños, tanto por olas como fuegos volcánicos. Entonces el pulso exuberante latirá fuertemente en el corazón de la raza que ahora se halla en la zona americana, pero no habrá habitantes cuando comience la Sexta Raza; no más que los europeos, pues entonces ellos se habrán convertido en una nueva Raza y en muchas flagrantes naciones. Sin embargo, la Quinta no morirá, sino que sobrevivirá por cierto tiempo sobreponiéndose a la nueva Raza durante muchos cientos de milenios, y como ya hemos dicho se transformará con ella más lentamente que su sucesora, aunque cambiando por completo en mentalidad, aspecto físico y estatura. La humanidad no volverá a desarrollar cuerpos gigantescos como los lemurianos y atlantes, pues mientras que la evolución de la Cuarta Raza condujo a esta última hasta el fondo mismo de materialidad en su desarrollo físico, la presente Raza se halla en su arco ascendente y la Sexta se liberará rápidamente de los lazos de la materia, y hasta de la carne.

Así, la humanidad del Nuevo Mundo -más viejo con creces que el Antiguo, un hecho que los hombres también olvidaron– de Pâtâla (las Antípodas o el Mundo Inferior, como América es llamada en India) es la que tiene la misión y el Karma de sembrar las simientes de una Raza futura, más grande y gloriosa que todas las que hasta ahora hemos conocido. Los Ciclos de Materia serán reemplazados por periodos de Espiritualidad y una mente por completo desarrollada. Con arreglo a la ley de la historia y las razas paralelas, la mayor parte de la humanidad futura estará compuesta de Adeptos gloriosos. La Humanidad es hija del Destino Cíclico y ni siquiera una de sus Unidades puede escapar a su misión inconsciente, ni librarse de la carga de su trabajo cooperativo con la Naturaleza. De este modo la especie humana, raza tras raza, llevará a cabo su peregrinación cíclica señalada. Los climas cambiarán y ya han principiado con cada Año Tropical sucesivo correspondiendo con cada subraza, pero sólo para engendrar otra raza superior en el ciclo ascendente, mientras que una serie de otros grupos menos favorecidos -los fracasos de la Naturaleza- se desvanecerán de la familia humana como ciertos hombres individuales, sin siquiera dejar un rastro. 

Tal es el curso de la Naturaleza, bajo la influencia de la Ley Kármica, de la Naturaleza siempre presente y siempre transformándose. Pues según las palabras de un Sabio, conocido tan sólo de algunos Ocultistas:

EL PRESENTE ES HIJO DEL PASADO; EL FUTURO, ENGENDRADO POR EL PRESENTE. Y SIN EMBARGO, ¡OH MOMENTO PRESENTE!, ¿NO SABES QUE NO TIENES PADRE, NI PUEDES TENER UN HIJO, Y QUE SÓLO ESTÁS SIEMPRE ENGENDRÁNDOTE A TI MISMO? ANTES QUE HAYAS PRINCIPIADO A DECIR: 'YO SOY LA PROGENIE DEL MOMENTO QUE FUE, EL HIJO DEL PASADO', TE HAS CONVERTIDO EN ESE PASADO MISMO. ANTES DE QUE PRONUNCIES LA ÚLTIMA SILABA, ¡MIRA!, YA NO ERES EL PRESENTE, SINO EN VERDAD ESE FUTURO. ASÍ SON EL PASADO, EL PRESENTE Y EL FUTURO, LA TRINIDAD EN UNO POR SIEMPRE VIVA –EL MAHÂMÂYÂ DEL “SER” ABSOLUTO”.

Existe una Ley eterna en la Naturaleza que siempre tiende a ajustar los contrarios y produce la armonía final. Por causa de dicha Ley de desarrollo espiritual que reemplaza a lo físico y puramente intelectual, la humanidad se liberará de sus falsos dioses y finalmente se hallará AUTOREDIMIDA