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19 de febrero de 2022

Debate sobre Big-Bang y agujeros negros


Contenidos:

•¿Agujeros negros? (Aard Bol)
•Agujeros negros: ¿realidad o ficción? (diciembre 2004)
•Agujeros negros, desplazamientos al rojo y mala ciencia (marzo 2005)


¿Agujeros negros?/Por Aard Bol

En su interesante y controvertido artículo "Big Bang, agujeros negros y sentido común", David Pratt argumentó para mi sorpresa que tanto la Gran Explosión como los agujeros negros son construcciones teóricas o puros inventos. Esto fue decepcionante, ya que tengo mucha confianza en la investigación científica moderna en este campo, pero sus puntos de vista ofrecieron la oportunidad de seguir discutiendo.

Sus argumentos sobre los agujeros negros (no se abordará aquí el Big-Bang) se pueden resumir en que "nadie los ha visto jamás y son objetos teóricos. La idea básica que subyace a su existencia de que la gravedad puede volverse infinita y comprimir un gran volumen de materia hasta un punto infinitesimal (o 'singularidad') es irracional e ilógica pues nada finito puede volverse infinitamente grande o pequeño, porque estas son abstracciones matemáticas".

"Un estudio publicado en 1995, basado en observaciones del telescopio espacial Hubble para 15 quásares, mostró que 11 de ellos no tenían material circundante que pudiera caer en ningún agujero negro hipotético, pero de alguna manera estaban produciendo emisiones de radio intensas".

(Comentario: las observaciones de los 15 cuásares sólo muestran que 11 están produciendo emisiones de radio, para lo cual no se sugiere ningún mecanismo explicativo; los detalles sobre los otros quásares no se mencionan y por lo tanto tampoco se aclaran).

Las galaxias M87 y NGC 6605 emiten chorros de material y se supone que tienen hoyos negros supermasivos en sus centros. Según Pratt, los partidarios de esos fenómenos pensaron que "los chorros estaban alimentados por una nube de polvo en forma de rosquilla alrededor del agujero negro M87 y un disco de acumulación de materia atraída en torno a aquél de NGC 6605, pero las observaciones no han podido encontrar evidencia para ninguno de los dos".

(Comentario: estas observaciones son de 2001 y 2003 respectivamente; este año, uno de los sitios en internet a los que se hace referencia presentó un informe de la NASA (16 de febrero de 2004) que muestra el hallazgo de la "prueba irrefutable" para la existencia de un agujero negro supermasivo que está desgarrando una estrella; ver el informe a continuación).

Pratt señala que es significativo que "la materia casi siempre se vea alejándose de los núcleos galácticos, en lugar de moverse hacia ellos como requiere la teoría del agujero negro. Esto también es cierto para nuestra propia galaxia y la radiación proveniente de su centro no coincide con la que se espera que provenga de dicha oquedad. Varios científicos han concluido que los centros de galaxias activas son regiones de creación de materia en lugar de su destrucción". También el autor refiere a [conceptos teosóficos] sobre los "centros-laya" cuya energía puede fluir tanto del interior como del exterior; agrega que "cada punto del espacio es en cierto sentido un centro-laya y toda entidad, átomo, humano y cuerpo celeste tiene dicho centro en su núcleo, porque cada forma física está animada desde dentro hacia fuera.

(Comentario: por un lado, Pratt ve que la materia casi siempre se aleja de los núcleos galácticos en vez de ir hacia ellos, y por otro se dice que cada cuerpo celeste tiene en su núcleo un "centro-laya" que [según la interpretación teosófica] puede tener circulación bidireccional).

El autor añade que "una de cada seis galaxias espirales está pasando actualmente por una fase activa y explosiva; al mismo tiempo los núcleos galácticos ejercen una fuerte atracción sobre la materia circundante". Sin embargo, en su opinión la idea de que la materia puede desaparecer de nuestro plano al ser aplastada hasta un punto infinitesimal no es una propuesta seria.

(Comentario: en contraste con su afirmación de que la materia casi siempre se ve alejándose de los núcleos galácticos, dice aquí que dicho material también puede moverse hacia el núcleo, pero no ofrece una explicación alternativa a los hoyos negros supuestamente inexistentes).

Su interesante artículo es más amplio de lo que sugiere este resumen y está respaldado con referencias a treinta estudios científicos y esotéricos. Sin embargo, dudo si es correcta su conclusión de que los agujeros negros no existen, pues cimenta su posición en estudios de "cosmólogos no ortodoxos" que parecen estar basados en observaciones que son anteriores al 2000.

Mis dudas se incrementan al leer artículos de periódicos, revistas y varios libros sobre este tema. Presento aquí dos informes tomados del diario holandés NRC:

a) 19-10-02, "El agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia es real".

"Se ha eliminado cualquier duda restante gracias a diez años de mediciones precisas de la estrella que está más cerca del centro galáctico y sigue una órbita elíptica. Un equipo internacional de astrónomos encabezado por Rainer Schödel del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre ha determinado que la masa del agujero negro supermasivo es de 3,7 millones de masas solares, con un margen de 1,5 millones (Nature, 17 de octubre). Los astrónomos piensan que los centros de casi todas las galaxias albergan un agujero negro con una masa de millones a miles de millones de veces superior la de nuestro Sol. Una fuerte evidencia de estos agujeros negros supermasivos son los rayos X emitidos desde su vecindad inmediata, y la velocidad con que las estrellas cercanas se mueven alrededor de ese centro lleva a la misma conclusión (...)".

b) 19-02-04, "Agujero negro desgarra una estrella".

"Por primera vez, los astrónomos han sido testigos sobre la descomposición de una estrella que se aventuró a ir demasiado cerca de un agujero negro supermasivo. Ayer la Organización Espacial Europea y la NASA presentaron los resultados de dos satélites de rayos X que habían observado este acto de extrema violencia cósmica. El agujero negro tragó el uno por ciento de la desafortunada estrella que era casi tan pesada como nuestro Sol. El agujero negro supermasivo reside en el centro de la galaxia RX J1242-11, a una distancia de aproximadamente 700 millones de años luz de la Tierra y su masa es 100 millones de veces mayor que la de nuestra estrella".

Es cierto que los científicos convencionales piensan en su carrera, financiación y reputación -además de su integridad- y que los especialistas disidentes encuentran dificultades para hacerse escuchar. Sin embargo, los informes anteriores provienen de organizaciones de renombre que trabajan con astrónomos prominentes y equipos de última tecnología, y los hallazgos se publican en revistas eminentes como Nature. Por el momento supondré que los agujeros negros sí existen, quizá con cierta ingenuidad. 


Agujeros negros: ¿realidad o ficción?/Respuesta por David Pratt

"El hecho de que una opinión se haya sostenido ampliamente no es evidencia de que no sea completamente absurda" 
(Bertrand Russell).

Los científicos de cabecera nos dicen que los agujeros negros se forman por el colapso gravitacional de estrellas extremadamente masivas, y algunos especulan que grandes volúmenes de gas interestelar pueden dejarse caer en hoyos negros supermasivos en los centros de galaxias. El supuesto es que durante este proceso la gravedad se vuelve infinitamente fuerte, aplastando la materia hasta un punto infinitesimal de densidad infinita y una ilimitada "curvatura espacio-temporal". Esta "singularidad", como se le llama, está rodeada por un campo gravitacional tan intenso que nada -ni siquiera la luz- puede escapar cuando ingresa en el límite de un agujero negro. Los teóricos predicen que dichas aberturas pueden emitir cantidades extremadamente pequeñas de radiación calórica, por lo que un agujero negro típico se evaporará en aproximadamente 1064 años.

En "Big Bang, agujeros negros y sentido común" establecimos que la existencia de esos fenómenos como se definió antes puede rechazarse simplemente por razones de lógica y sentido común. En el mundo real, nada finito puede convertirse en infinito o infinitesimal, ni el Universo ilimitado puede originarse desde un punto infinitesimal como afirma la teoría del Big-Bang. En cuanto a la noción de "espacio curvo" que Einstein inventó para "explicar" la gravedad, varios científicos [y también algunos teósofos] lo han descartado como una ilusión matemática. Dentro de un agujero negro el "espacio-tiempo" supuestamente se distorsiona tanto que el espacio se convierte en tiempo y viceversa, pero Aard Bol guarda silencio sobre todo esto, lo cual no es sorprendente ya que es poco probable que haya encontrado una manera de convertir lo finito en infinito o el espacio en tiempo.

Dejando a un lado las extrañas teorías sobre lo que sucede dentro de un hoyo negro, ¿qué evidencia hay de que tales objetos existen? Éstos nunca se pueden observar directamente, por cuanto los científicos buscan evidencia indirecta de ellos, a saber, sus efectos gravitacionales sobre la materia en su vecindad y la radiación proveniente de su entorno directo (atribuido al material que cae dentro de ellos). Sin embargo, como han observado Fred Hoyle y otros astrónomos con mentalidad crítica, las pruebas disponibles simplemente apuntan a la existencia de agregados de materia altamente condensados que producen campos gravitacionales muy fuertes, pero estos objetos generalmente parecen experimentar actividad explosiva en lugar de "tragar" cosas.

La teoría del agujero negro tiene una gran dificultad para explicar por qué el gas se ve universalmente moviéndose de modo radial hacia el exterior desde los núcleos galácticos; insiste en que la materia primero debe ser atraída hacia una hipotética oquedad oscura desde el espacio circundante y de alguna forma parte de ella puede arrojarse en la dirección opuesta. En el artículo anterior se mencionaron varias observaciones que muestran que a menudo faltan los mencionados "discos" y las "nubes de gas y polvo" que rodean los "agujeros negros", y esto implica que el gas o la radiación que se acelera hacia el exterior se origina dentro del objeto central, lo que por definición sería imposible si realmente fuera un agujero negro. Luego de que las observaciones por telescopio espacial en 1995 no pudieran detectar material en torno a agujeros negros hipotéticos en el centro de muchos cuásares, el astrónomo que dirigió la investigación llamó al descubrimiento "un salto gigante hacia atrás", por cuanto este gran problema para la teoría del agujero negro todavía no se ha resuelto.

Aún cuando no presta ninguna atención seria a la evidencia que contradice los agujeros negros, Aard Bol insiste en que si algo de gas se traslada hacia los núcleos galácticos sólo puede deberse a que albergan una oquedad oscura. No hace falta decir que un núcleo galáctico ejerce una fuerte atracción sobre todos los sistemas solares, nubes de gas, etc. que forman esa galaxia, ¡pero esto difícilmente demuestra que la masa central deba ser una singularidad de agujero negro con volumen cero! Además, la evidencia sugiere que se impide que el gas se aproxime demasiado a los centros de galaxias activas por la enorme energía que irradian -contrarrestando el tirón interno de gravedad- y por su propio momento angular, lo que hace que orbite al centro a una distancia considerable. En 2001 las observaciones por telescopio de rayos X mostraron que la materia orbita el corazón de nuestra galaxia a una distancia al centro 1.500 veces mayor de lo previsto por los creyentes del agujero negro (LaViolette, 2003: 175, 224; 2004: 241-2). Esto socava seriamente la hipótesis de que la energía intensa que proviene del centro de nuestra galaxia es alimentada por la materia absorbida por dicho "boquerón" oscuro.

Sin embargo, se olvidó rápidamente la evidencia que desestabiliza el dogma del agujero negro y al año siguiente, como menciona Aard Bol, un equipo de científicos afirmó haber demostrado que el misterioso objeto en el centro de nuestra galaxia conocido como Sagitario A* era de hecho un agujero negro (Nature, 419, 2002: 694-6). Su razonamiento era que las mediciones para la velocidad orbital de la estrella más cercana a aquél muestran que la masa de Sgr A* es tan grande que un agujero negro es la única posibilidad teórica, suponiendo que sean "correctas" y "completas" las teorías actuales sobre gravedad, espacio curvo, estrellas de implosión, singularidades y los posibles estados de materia física. Bol debe estar seguro de que lo son, dada la forma acrítica en que aborda cualquier afirmación sobre la existencia de agujeros negros.

A tenor del segundo informe citado por Bol, hubo astrónomos que atestiguaron "inequívocamente" que una estrella fue "destrozada" por un hoyo negro gigante en el centro de la galaxia RX J1242-11. Por desgracia, los hechos son bastante menos dramáticos pues todo lo que se observó es una potente explosión de rayos X en el centro de esa galaxia (http://chandra.harvard.edu). ¡Toda la historia sobre lo que en teoría causó ese estallido es pura especulación! Pero el público desprevenido es fácilmente engañado debido a que a menudo la propaganda del agujero negro no logra una distinción clara entre observación e interpretación.

El físico de plasma Wal Thornhill presenta un análisis crítico de estas "noticias" grotescas en su artículo "Black holes tear logic apart" (www.holoscience.com, 'News & views'). La teoría de los hoyos negros se centra exclusivamente en la gravedad que trata a este concepto de manera fantasiosa como una "deformación del espacio-tiempo" mientras ignora las fuerzas eléctricas que son 1039 veces más fuertes y evitarían que se forme un agujero negro. Según el modelo de agujero negro hay emisión de rayos X cuando los gases se calientan a millones de grados cuando se empujan hacia un agujero negro a una velocidad muy alta. Thornhill comenta: "Usar la gravedad para calentar gas es el método más improbable que se pueda imaginar para producir rayos X. Utilizamos energía eléctrica casi infinitamente más eficiente para hacerlo y la Naturaleza no es conocida por ser inepta. El modelo de agujero negro gravitacional es ficticio y sin valor".

La fuerte evidencia sobre generación de materia en el núcleo de galaxias muestra que no contienen hoyos negros, que por definición sólo pueden destruir la materia. Este problema se conoce desde hace décadas y a mediados de los años '80 el astrofísico Phillip Morrison (oponente a esta teoría) dijo: "No vemos que en su mayor parte traguen objetos, sino que los escupen". Los núcleos galácticos incluso pueden expulsar galaxias-embriones que tienden a tener desplazamientos al rojo mucho más altos que su galaxia madre. El modelo Big-Bang/agujero negro es totalmente incapaz de hacer frente a esto y se han realizado esfuerzos durante décadas para negar y suprimir la abundante evidencia observacional (Arp 1998, 2003). El astrónomo Paul LaViolette, que rechaza la noción de hoyos negros con sus "singularidades" irracionales, propone que los centros galácticos albergan "estrellas madre" u objetos altamente compactos que convierten energía etérica en materia-energía física de forma continua.

En Teosofía, el término "Sol Central" es utilizado para referir -entre otros aspectos- al centro galáctico. Si hacemos una analogía con nuestro Sol, podemos concluir que Sgr A* comprende estados de materia más sutiles que los cuatro conocidos por la ciencia, que es un "laboratorio alquímico" y contiene un "centro-laya" que a su vez es una región grande o pequeña donde la sustancia-energía se materializa o desmaterializa, pero estos dos procesos no siempre deben ocurrir simultáneamente o en el mismo grado.

Por ejemplo, nuestro Sol claramente emite grandes cantidades de radiación y plasma ("viento solar"). Según la Teosofía, se alimenta ante todo de un influjo energético de planos internos y no por la cantidad relativamente pequeña de materia física que absorbe de su entorno; incluso cuando muera no devorará a los planetas ni implosionará, sino que explotará. Se dice que algunas de las energías "derramadas" por el Astro Rey circulan a través del Sistema Solar antes de regresar -en un modo u otro- al corazón de esa estrella y así estos procesos podrían aplicarse igualmente a un Sol Central. H.P. Blavatsky señalaba que éste último se encuentra en una condición de "laya" (altamente etérea) llamándolo un "centro vital de emisión perenne" (La Doctrina Secreta, 2:240 nota al pie), por cuanto la radiación proveniente del centro galáctico indica que dicho Sol Central es millones de veces más poderoso que nuestra estrella.

La Teosofía también sugiere que cuando la materia física se desmaterializa o deviene etérea las fuerzas atractivas y cohesivas se debilitan, al contrario de lo que supuestamente sucede en un agujero negro. No está claro si la materia también puede desmaterializarse mientras es sometida a compresión, pero lo que podemos descartar con absoluta certeza es que la gravedad pueda volverse infinitamente fuerte y aplastar la materia hasta un punto infinitesimal, una característica definitoria en la doctrina moderna del agujero negro que desafía la lógica. Incluso el propio Einstein se negó a creer que las "singularidades" permitidas por sus ecuaciones pudieran existir en la realidad. Parece probable que con el tiempo más científicos llegarán a admitir abiertamente que no pueden formarse singularidades, que es necesario replantear la hipótesis de implosión en estrellas y nubes de gas y que los "objetos" en el centro de galaxias de hecho generan y expulsan materia-energía, tal como sugieren las observaciones y los escritos teosóficos.

Si Aard Bol se familiarizara con el trabajo de los cosmólogos disidentes descubriría que lejos de basar sus teorías en datos obsoletos tienen en cuenta la información que los científicos convencionales prefieren ignorar. Además, el hecho de que "astrónomos prominentes" hagan observaciones con "la última tecnología" no garantiza que sus interpretaciones e inferencias sean correctas, incluso si se publican en "revistas eminentes" como Nature. De hecho, esta publicación ha desempeñado un papel vergonzoso en la censura de evidencia que desafía el ideario del Big-Bang (Arp, 1998: 190, 245). Cuando Rupert Sheldrake publicó "A New Science of Life" en 1981 -donde argumentaba que varios hechos biológicos requieren la existencia de "campos mórficos" no físicos- el editor de Nature lo denunció como un "panfleto exasperante (...) ¡el mejor candidato para ser quemado que ha existido en muchos años!"

Al perseguir lo que H.P. Blavatsky llamó "investigación libre e intrépida" el mejor enfoque es examinar un tema desde diferentes ángulos, y de esta manera la fe ciega en las últimas modas científicas puede dar paso al pensamiento crítico e independiente.


Fuentes:

Halton Arp, Seeing Red: Redshifts, cosmology and academic science, Apeiron, 1998; Catalogue of Discordant Redshift Associations, Apeiron, 2003; www.haltonarp.com.

Paul LaViolette, Genesis of the Cosmos: The ancient science of continuous creation, Bear and Company, 2004 (2ª edición de Beyond the Big Bang); Subquantum Kinetics: A systems approach to physics and cosmology, Starlane Publications, 2ª edición, 2003; http://etheric.com.


AGUJEROS NEGROS, CORRIMIENTOS AL ROJO Y MALA CIENCIA
Por David Pratt

Fe ciega vs. análisis crítico

En una respuesta al artículo anterior, Aard Bol dice defender "un enfoque más equilibrado de la investigación científica -con más ventajas y desventajas- que el que adopta David Pratt". Sin embargo, en su escrito anterior Bol parte de la suposición de que los agujeros negros existen, no hace ningún esfuerzo para distinguir entre observaciones e interpretaciones, ignora los desafíos que enfrenta la teoría de dicho fenómeno e incluso repite la afirmación de que el potente estallido de rayos X en una galaxia distante es "prueba inequívoca" de esas oquedades. Esta es ciertamente una interpretación novedosa de "equilibrado", pues ¡podría confundirse fácilmente con el parloteo acrítico de los dogmas oficiales sobre agujeros negros!

El interlocutor también asevera que "los artículos de Pratt podrían llevar a los astrónomos a clasificar a los teósofos como alborotadores y creyentes". Esto parece significar que si por ejemplo hacemos un estudio en profundidad sobre la controversia del desplazamiento al rojo y llegamos a la conclusión de que la interpretación prevalente del "Universo en expansión" es incorrecta, deberíamos rechazar nuestra propia inferencia o al menos guardar silencio por miedo a lo que la mayoría científica pueda pensar de nosotros, y tal servilismo insensato a la ortodoxia está muy lejos de una "investigación libre e intrépida".

Como muestra el siguiente ejemplo, no son sólo los miembros del público quienes a menudo prefieren confiar en las autoridades científicas que ejercer su juicio crítico.


¿"Maestro" o "manipulador del tiempo"?

Durante los años '80 el físico teórico Stephen Hawking hizo el sorprendente anuncio de que el tiempo iría en reversa si nuestro Universo "en expansión" comenzara a contraerse; supuestamente las personas se volverían más jóvenes en lugar de envejecer, el agua circularía de modo ascendente para formar nubes y las tazas rotas se juntarían desde el piso para saltar de nuevo a la mesa. Además, todo esto parecería perfectamente normal para los habitantes de dicho Universo (1). Algunos especialistas realmente tomaron en serio esta tontería debido a que Hawking es ampliamente considerado como uno de los científicos más brillantes del planeta o "maestro del tiempo" en la vida real.

Luego Hawking anunció que había cometido un error, y en efecto explicó que el tiempo no daría marcha atrás porque "la condición límite del Universo es que no tiene límite". Con esto no quiso decir que el Universo sea ilimitado en el sentido de infinito; por el contrario, señaló que si hay suficiente materia en el Cosmos el espacio se curvará sobre sí mismo y por tanto será finito. Para permitir que el espacio realice esta contorsión, Hawking introduce la noción de "tiempo imaginario" que define como "una dirección del tiempo en ángulo recto con el tiempo real":

"Así, la curvatura del espacio-tiempo causada por la materia en el Universo puede conducir a las tres direcciones espaciales y a la dirección imaginaria del tiempo que se encuentra en la parte posterior y formarían una superficie cerrada, como la de la Tierra. Las tres direcciones espaciales y el tiempo imaginario configurarían un espacio-tiempo cerrado en sí mismo, sin límites ni bordes" (2). 

En otras palabras, al rechazar sus disparates anteriores sobre el "tiempo en reversa" Hawking invoca tonterías igualmente engañosas sobre la deformación del "espacio-tiempo". No hay pruebas serias para ello y mucho menos de un "espacio-tiempo" curvo. Podemos hablar de líneas curvas, caminos y superficies en el espacio, pero la idea de que éste en sí mismo puede ser curvado no tiene sentido a menos que incluyamos una cuarta dimensión espacial con tal de que adopte dicha forma.


Ciencia estrafalaria

El astrónomo Tom Van Flandern dijo: "Algo va fundamentalmente mal con la ciencia pues las teorías se vuelven cada vez más extrañas", y cita el dogma del Big-Bang como un excelente ejemplo:

"Esta teoría requiere que aceptemos lo siguiente: tiempo y espacio no siempre han existido; ambos comenzaron hace un tiempo finito y tanto la edad como el tamaño del Universo actual son finitos; también que toda la materia y energía en todo el Cosmos estaban contenidas en un punto infinitesimal al 'principio'; que por alguna razón desconocida todo explotó; que ese espacio y tiempo se expandieron a partir de ese estallido; que al inicio el espacio se expandió más rápido que la velocidad de la luz; que la explosión fue tan uniforme que emitió una radiación casi perfectamente pareja en todas partes y el mismo estampido no fue lo suficientemente estable para crear la distribución de materia observada y bastante irregular en el Universo (...) que toda la materia en el Cosmos se expande lejos de toda otra materia a medida que el espacio mismo continúa expandiéndose, aunque no hay centro; que la dilatación espacial en sí ocurre entre todos los cúmulos galácticos y estructuras más grandes, pero no sucede en absoluto a escalas tan pequeñas como las galaxias individuales o el Sistema Solar" (3). 

La "hipótesis Big-Bang" sostiene que durante la primera fracción de segundo después del estallido primigenio el "espacio-tiempo" se infló de modo exponencial, duplicando su tamaño aproximadamente una vez cada 10-43 ó 10-35 segundos (4). En sólo 10-34 segundos el Cosmos se expandió en más de 1027 por ciento y según Hawking esta inflación hiperrápida "produjo todos los contenidos del Universo literalmente de la nada" (5), ¡un logro verdaderamente notable! No es de extrañar que el Papa Pío XII diera su bendición al Big-Bang, siendo otro acólito de la creación ex nihilo.

Se encuentran ideas igual de extravagantes en la teoría de los hoyos negros. Supuestamente éstos tienen una singularidad en su centro -o punto de densidad infinita- y una "curvatura espacio-tiempo" ilimitada donde la materia se aplasta a un punto infinitesimal por una fuerza de gravedad interminable. Dentro del límite exterior de un agujero negro u "horizonte de eventos" (ubicado a una distancia donde la velocidad de escape es igual a la velocidad de la luz) se cree que el "espacio-tiempo" se distorsiona tanto que el espacio se convierte en tiempo y viceversa. También se piensa que el horizonte de eventos en sí es simultáneamente estacionario, y sin embargo se desplaza al exterior a la velocidad de la luz. Un teórico de agujeros negros comentaba: "Si todo esto suena muy extraño, no te preocupes. Es raro; un poco como Alicia en 'A Través del Espejo': tiene que correr lo más rápido que pueda para permanecer en un sólo lugar" (6). En otras palabras, ¡es otro caso de pura tontería que se hace pasar por "ciencia"!


Juegos de infinito

La lógica elemental nos dice que ningún objeto o fuerza finita pueden llegar a ser infinitamente grandes o pequeños, ya que éstas son abstracciones matemáticas y no tamaños máximos y mínimos que eventualmente pueden alcanzarse. Por lo tanto, las singularidades no pueden existir ya sea en el origen del Universo o en el centro de agujeros negros, pero Aard Bol responde a esto así:

"Pratt afirma que la existencia de agujeros negros debe ser rechazada sólo 'por razones de lógica y sentido común'. Ahora bien, lo que realmente quiere decir es sobre la base de 'su propio sentido común' y el de unos pocos astrónomos 'alternativos'".

La pretensión de Bol de que no existen problemas lógicos fundamentales con la teoría del hoyo negro no es muy convincente. Incluso los principales científicos admiten que en las singularidades se rompen las "leyes físicas", por cuanto sería más exacto decir que "sus propias teorías" se desmoronan. Algunos defensores Big-Bang/agujeros negros son lo suficientemente honestos para admitir esto; por ejemplo, el autor de un artículo a favor de esa idea confesó: "(...) la hipótesis predice que en la Gran Explosión la temperatura era infinita, pero las infinitudes advierten a los físicos que su teoría es errónea" (7).

Aard Bol prosigue: "Lamentablemente no todo se puede explicar con sentido común y lógica. Por ejemplo, la luz puede definirse como ondas y partículas, aunque las descripciones sean mutuamente excluyentes. Sin embargo, continúa brillando sin ningún problema".

Los científicos convencionales ciertamente no han logrado presentar una teoría consistente sobre la luz, pero esto difícilmente prueba que no sea posible una teoría lógica/cohesiva o que la luz misma se comporte de manera irracional; de hecho hay explicaciones de la luz más prudentes y disponibles. Uno de los modelos más detallados y notables que se basa en una experimentación meticulosa es que los fotones son ondas estacionarias de corta duración con forma de vórtice en el éter, y se generan localmente cuando las partículas de materia liberan energía cinética obtenida de la interacción con ondas de electricidad sin masa, una forma de radiación eléctrica que emite el Sol y cuyo espectro ha sido identificado (8). 

Por supuesto, la luz se observó por primera vez antes de que se buscara una teoría para explicarla. Lo contrario es cierto para los agujeros negros, pues la teoría de relatividad general predijo la existencia de ellos y luego los científicos buscaron alguna evidencia. Curiosamente, el propio Einstein sostuvo que aunque habían singularidades en sus ecuaciones no existían en la realidad física y argumentó que "la materia no puede concentrarse de modo arbitrario" por cuanto nunca podrían formarse las singularidades de esas oquedades oscuras (9). 


Abstracciones vs. éter

Muchos investigadores exploran la función de un medio etérico subyacente de energía-sustancia más sutil en la producción de materia física, fuerza y luz, y se está progresando con el desarrollo de tecnologías que aprovechan la energía etérica (o "energía de vacío" como se la denomina en ocasiones). La ciencia convencional rechaza la noción de éter dinámico y prefiere "explicar" los aspectos en términos de ficciones matemáticas abstractas (es decir, nada): partículas infinitesimales, cadenas unidimensionales, espacio-tiempo de 10 dimensiones, espacio curvo o en expansión, etc. La última moda son las "branas" multidimensionales, incluidas las de tipo "cero" y las antibranas (tal vez soñadas por los "sin cerebro").

Las abstracciones tienen su utilidad, pero surge un problema cuando son tratadas como si fueran objetos concretos que pueden influir directamente en la materia o componerla y explicar los eventos físicos. [En Teosofía] se observa que la mente occidental ama lo abstracto o entificar éste útltimo al considerarlo como "realidad concreta", y este sesgo o hábito psicológico es la causa de la mayor parte en la confusión filosófica y psicológica tan notable en esta parte del mundo.

Los infinitos que plagan diversas teorías científicas surgen de este coqueteo con las abstracciones matemáticas. Aparte de ser evidente en el paradigma Big-Bang/agujero negro, esto también puede advertirse en el modelo estándar sobre física de partículas que describe a electrones y quarks como partículas sin estructura e infinitamente pequeñas. Dado que los puntos infinitesimales son abstracciones y los objetos que vemos a nuestro alrededor obviamente están compuestos de abstracciones, esto no puede ser literalmente cierto; además, un electrón de pequeñez ilimitada estaría rodeado por un campo electromagnético infinitamente fuerte y por tanto tendría una masa infinita, mientras que un electrón tiene una masa medible de 10-27 gramos.

Para sortear este problema embarazoso, los físicos usan un truco matemático en que simplemente restan los infinitos de sus ecuaciones y sustituyen los valores conocidos empíricamente. El físico Paul Davies señala: "Para hacer que este procedimiento todavía algo dudoso parezca respetable, se lo dignifica con el nombre 'renormalización' que suena mejor" (11). Murray Gell-Mann, premio Nobel de Física, dice que la renormalización es una "propiedad maravillosa" del modelo estándar, pero admite que se paga un precio: "la aparición de más de una docena de números arbitrarios que no se pueden calcular y deben tomarse del experimento" (12). Sin embargo, la teoría de gravedad cuántica no es renormalizable pues para obtener respuestas finitas se requiere "un número infinito de sustracciones infinitas con un número igualmente interminable de restos finitos indeterminados" (13). Existe un reconocimiento generalizado sobre la necesidad de ir más allá del modelo estándar, pero la preferencia actual por inventar dimensiones "encrespadas" adicionales y entidades ficticias con menos o más de tres dimensiones -como en la teoría de cuerdas o branas- no contribuye para avanzar en nuestra comprensión del mundo físico. Existen esfuerzos más prometedores para modelar partículas subatómicas como estructuras finitas condensadas (vórtices, toroides u ondas estacionarias) en un éter subyacente.

Conforme a la teoría de relatividad general, la gravedad resulta por la curvatura de materia o la deformación del "tejido espacio-tiempo" en una manera inexplicable. Sin embargo, hay muchos científicos acreditados que rechazan este intento de reducir la gravedad a la geometría abstracta (14) y comparten el corolario de que las ideas de Einstein parecen ser un sueño matemático puro y simple con respecto a la naturaleza de la gravedad como un desfiguramiento o distorsión del espacio en la proximidad de cuerpos materiales. En este caso también existe la necesidad de modelos más concretos de gravedad y otras fuerzas naturales, y varios científicos de éter están trabajando en esta tarea (16). 


Sesgo y engaño

Aard Bol escribe: "¿No sería bueno si Pratt mostrara algo de respeto por sus oponentes en la ciencia astronómica? Según él, 'la propaganda sobre agujeros negros a menudo no logra hacer una distinción clara entre observación e interpretación' y 'el público desprevenido se engaña fácilmente'. Tal aserto sugiere engaño y eso no es muy cortés, a menos que se pruebe de manera concluyente".

La razón por la que los artículos populares sobre agujeros negros tienden a no resaltar la distinción entre hechos de observación por un lado, e interpretaciones y supuestos por otro, no es porque quienes los elaboran sean mentirosos, sino porque están absolutamente convencidos de que las conjeturas y explicaciones estándar son "correctas".

Puede verse la misma mentalidad en el hecho de que hoy los desplazamientos al rojo galáctico se equiparan con un Universo en expansión. Los libros sobre el Big-Bang afirman con frecuencia que a principios del siglo XX Edwin Hubble "descubrió que el Universo se estaba amplificando", pero esto simplemente no es cierto. En 1929 Hubble anunció su hallazgo de que los desplazamientos al rojo aumentan en proporción a la distancia aparente de las galaxias y señaló que una posible interpretación es el ensanchamiento del Cosmos. El mismo año, Fritz Zwicky propuso que este redshift podría deberse a que la luz pierde energía de modo gradual en su largo viaje por el espacio, lo cual se conoce como "teoría de luz cansada". Irónicamente y aunque los científicos actuales hablan de la "expansión/constante de Hubble", en realidad su autor se mostró a favor de la idea de luz cansada argumentando que "los modelos en expansión son un esclarecimiento forzado de las resultantes observacionales" (17). Los libros modernos de astronomía guardan silencio al respecto y la discusión seria sobre las diferentes interpretaciones del desplazamiento al rojo ha desaparecido hace mucho tiempo de las revistas científicas con alto perfil.

A lo largo de décadas se han medido desplazamientos al rojo galáctico cada vez más altos, y sobre la base de los supuestos para el Big-Bang esto significa velocidades de recesión cada vez más elevadas. Hacia 1931 los redshift de mayor rango (que se supone tienen las galaxias más distantes) sugirieron velocidades de recesión de hasta 20.000 km/s (7% de la velocidad de la luz), pero hoy los desplazamientos al rojo de más aumento implican recesiones sólo fraccionalmente menores que la rapidez de la luz (la ecuación relevante permite que las recesiones derivadas del redshift se acerquen cada vez más a la velocidad de la luz, pero no alcanzarla realmente). Nótese que los "big-bangers" no dicen que las galaxias se mueven por el Cosmos a estas aceleraciones increíbles, sino que ¡éstas son las velocidades a las que se extiende el espacio entre cúmulos de galaxias, pero no dentro de ellos! 


Batallas por el corrimiento al rojo

La hipótesis de "luz cansada" gana más aceptabilidad que la idea del Universo expansivo en varias pruebas de observación, pero ninguna de las teorías por sí sola es suficiente para explicar todos los datos (18). En las últimas décadas ha surgido abundante evidencia observacional de que las galaxias a la misma distancia pueden tener desplazamientos al rojo muy diferentes; en particular, existe constatación de que las galaxias parentales de bajo desplazamiento hacia el rojo pueden expulsar embriones galácticos con redshift alto (generalmente cuásares) y en ellos a su vez este fenómeno disminuye a medida que envejecen.

Esto socava la hipótesis para un Cosmos en dilatación ya que contradice el supuesto de que el desplazamiento al rojo es invariablemente una medida de velocidad y distancia. Además, si bien el "paradigma de agujeros negros" puede acomodar la materia arrojada en torno a esas oquedades, es incapaz de habérselas con la expulsión de galaxias embrionarias de núcleos galácticos, y es por eso que esa evidencia ha sido desterrada de las principales revistas profesionales durante varias décadas. Quienes tengan una imagen idealizada de cómo funciona la ciencia pueden encontrar esto difícil de creer, pero la evidencia está disponible para cualquiera que desee echar un vistazo (19), y nuevamente esto no sucede porque los científicos interesados están tratando de ocultar la verdad, sino porque están absolutamente convencidos de que ya la conocen.

El astrónomo Halton Arp ha desempeñado un rol fundamental para exponer las anomalías de desplazamiento al rojo y los procesos sobre expulsión de galaxias, pero ha pagado un precio muy alto en su carrera profesional. Los propios colegas de Arp en los observatorios Mount Wilson y Palomar se sintieron tan incómodos e incrédulos por los resultados obtenidos por él que a principios de los años '80 recomendaron que no se le permitiera seguir utilizando estos telescopios para seguir su programa de observación "inútil". Esta medida se implementó y tras retirarse anticipadamente Arp se mudó a Alemania y ahora trabaja en el Max-Planck-Institut für Astrophysik.

Un destacado astrónomo objetó que si los resultados de Arp fueran correctos, no tendríamos ninguna explicación para el desplazamiento al rojo. Por su parte Hoyle, Burbidge y Narlikar comentan: "En otras palabras, si ninguna teoría conocida es capaz de explicar las observaciones, ¡son éstas las que deben estar equivocadas! (...) Por lo tanto, Arp fue el tema de uno de los intentos más claros y exitosos en la actualidad para bloquear la investigación que atinadamente se consideró revolucionaria en su impacto si fuera aceptada" (20). 


Figura 1. NGC 7603 es una galaxia Seyfert activa de rayos X brillantes con un desplazamiento al rojo de 0,029 (8.000 km./seg.) y está unida por un puente luminoso a una galaxia compañera más pequeña. Sin embargo, ésta última tiene un desplazamiento al rojo más alto de 0,057 (16.000 km./seg.) y según los supuestos convencionales debería estar mucho más lejos. Por tanto, los cosmólogos del Big-Bang sostienen que estas dos galaxias sólo parecen "estar físicamente vinculadas" y que ¡el nexo entre ellas es puramente "ilusorio" y "coincidente"! En 2002 dos jóvenes astrónomos españoles descubrieron que el filamento luminoso entre ambas galaxias contiene dos objetos similares a los cuásares con redshift aún más alto. Las revistas Astrophysical Journal y Nature se negaron a publicar esta observación, y finalmente se incluyó en Astronomy and Astrophysics, un semanario menos "prestigioso" revisado por pares. Además, los comités de asignación rechazaron las solicitudes para realizar observaciones de seguimiento con el satélite Chandra de rayos X y el Very Large Telescope del hemisferio sur. La historia de NGC 7603 es un ejemplo tajante de cómo se ignora y suprime evidencia científica crucial (21).


Figura 2. En 1971 se descubrió un puente luminoso entre la galaxia espiral interrumpida NGC 4319 y el quasar (núcleo galáctico activo o AGN en inglés) Markarian 205 (esquina superior derecha en ambas imágenes). Se encontró con una feroz resistencia de los astrónomos convencionales porque los desplazamientos al rojo de ambos objetos difieren en unos 20.000 km./s. En octubre de 2002 el Space Science Telescope Institute emitió un comunicado de prensa con una imagen de NGC 4319/Markarian 205 que no muestra ningún puente e implicando que nunca existió (imagen superior); sin embargo, la imagen de NASA ni siquiera se imprimió con suficiente profundidad para mostrar los brazos espirales exteriores de la galaxia. En la imagen inferior se muestra una mejor impresión en que pueden apreciarse tanto los brazos espirales como el puente luminoso. Science (11 de octubre de 2002, p. 345) publicó un pequeño artículo sobre las declaraciones de ambas partes, pero la mayoría de las revistas científicas simplemente aceptaron el comunicado de prensa de NASA como "refutación" sobre dicho vínculo (22).

Figura 3. Esta imagen CCD de NGC 4319 y Markarian 205 fue tomada por un astrónomo aficionado en un observatorio inglés durante 1998 (23).


Figura 4. Aquí se aprecian filamentos de rayos X que emergen de Markarian 205 y terminan en dos quásares con desplazamientos al rojo mucho más altos (.464 y .633). Descartando la posibilidad de que las galaxias activas expulsen objetos con redshift más elevados, los "expertos" insisten en que las conexiones luminosas se deben a "ruidos" o defectos en el instrumental (24).


Agujeros negros y soles centrales 

En lo que respecta a muchos científicos, la gran "ventaja" en la concepción del agujero negro es que no necesita una nueva física por ser un producto de la teoría de relatividad general. No obstante, sí requiere fe en conceptos matemáticos irracionales como "espacio-tiempo curvo", "singularidades de densidad infinita" y la capacidad del tiempo y el espacio para "metamorfosearse" entre sí. La opinión predominante es que una hipótesis respaldada por miles de científicos profesionales no puede estar equivocada, sin importar cuán extraña pueda parecer.

Nadie niega que los núcleos galácticos emitan radiación intensa y se aprecien grandes cantidades de gas siendo desplazado radialmente hacia el exterior desde aquéllos. Dado que los agujeros negros sólo pueden devorar y destruir materia, colocar dicha oquedad en el centro de galaxias requiere la invención de mecanismos muy complejos y a veces tortuosos para explicar cómo la materia-energía termina moviéndose en la dirección opuesta (25). Se asigna un papel clave al disco de acreción, compuesto por gas en órbita alrededor de un agujero negro, pero desafortunadamente a menudo se observa el mismo flujo de materia-energía incluso cuando no se ve ningún disco de acreción. Además, no existe una teoría convincente y aceptada en términos generales para explicar cómo podrían formarse hoyos negros en el centro de galaxias. Las nubes de gas molecular en discos de galaxias espirales no parecen condensarse en dichos "boquerones" oscuros, pues las fuerzas rotatorias evitan la condensación continua y las mismas incidencias operan en los núcleos galácticos (26).

Si tomamos la evidencia al pie de la letra, los núcleos galácticos parecen generar y expulsar materia-energía en lugar de "tragar" objetos. ¿Se puede crear materia física a partir de la nada? La teoría del Big-Bang dice que sí, pero quienes prefieren la noción -por sentido común- de que nada puede venir de nada o "aniquilarse en el vacío" encontrarán mucho más plausible la idea de que la materia física se cristaliza o disuelve nuevamente en un éter subcuántico. Existe amplia evidencia en una variedad de campos para un éter dinámico y energético (27) y algunos investigadores sostienen que los procesos etéricos desempeñan un rol en el funcionamiento de estrellas, explosiones de supernovas y estallidos en el núcleo galáctico. En definitiva, es mucho más probable que los núcleos galácticos contengan "estrellas-madre" emisoras de energía (como las llama Paul LaViolette) o "soles centrales" (concepto teosófico) en lugar de constituir "desaguaderos cósmicos" en que la materia es aplastada en el vacío. 


"Astronomía" por notas de prensa

Con mucho sensacionalismo se emiten comunicados periodísticos sobre agujeros negros a un ritmo de aproximadamente uno por semana, y esto representa un buen ejemplo de cómo las observaciones astronómicas de forma inevitable se interpretan en términos del paradigma dominante, mientras que el mismo modelo simplemente se da por sentado. Como demostró en su artículo anterior, Aard Bol es propenso a citar estos informes sin molestarse en ningún análisis crítico. En su última contribución se refiere a un informe emitido por el Observatorio Chandra de Rayos X anunciando una "fuerte evidencia circunstancial" de que un denso enjambre de 10.000 o más agujeros negros relativamente pequeños o estrellas de neutrones orbitan el supuesto "boquerón" supermasivo en el centro de nuestra galaxia (conocido como Sagitario A* o Sgr A*) (28). 

Lo que Chandra observó realmente fueron cuatro fuentes de rayos X con una salida de rayos homólogos muy variable dentro de los tres años-luz de Sgr A*. Éstos se consideran buenos candidatos para rayos X binarios, que consisten en un hoyo negro o una estrella de neutrones orbitada por una estrella compañera y que extraen materia de ésta última. La cifra de 10.000 o más agujeros negros o estrellas de neutrones cerca de Sgr A* es una estimación aproximada que se basa en el supuesto de que las estrellas masivas colapsan en estrellas de neutrones o agujeros negros cuando mueren, y luego van en espiral hacia el interior del centro galáctico como resultado de "fricción dinámica" con otras estrellas. Se presume además que varios cientos de estas oquedades/estrellas de neutrones capturan una estrella de sistemas estelares binarios comunes, pero que sólo el 1% de esos complejos de agujeros negros/estrellas neutrónicas tienen actividad de rayos X en un año particular, lo que "explica" por qué únicamente se han observado cuatro fuentes de rayos X de gran variabilidad cerca de Sgr A*.

Figura 5. Chandra ha descubierto cuatro fuentes de rayos X (círculos) brillantes y variables dentro de los 3 años-luz de Sgr A* (el punto brillante justo por encima de la Fuente C).

La suposición central en esta emocionante historia es que cuando muere una estrella de entre 1,5 y 3 masas solares colapsa bajo gravedad para formar una estrella de neutrones altamente densa, pero cuando se extinguen estrellas más masivas el desplome gravitacional continúa hasta que la gravedad se vuelve infinita y produce una singularidad de agujero negro con densidad ilimitada y curvatura espacio-tiempo de igual característica. Si la gravedad no puede volverse infinita, entonces no hay hoyos negros reales, ¡ni mucho menos 10.000 de ellos cerca del centro de nuestra galaxia y 100 millones en toda la Vía Láctea! (29). 

En su artículo "Astronomy by press release-news from a black hole" (30), Halton Arp relata un caso en que la comparación de las fuentes de rayos X con los agujeros negros dejó como tontos a los defensores de éstos últimos:

"Se supone que los procesos de acreción en agujeros negros les permiten irradiar rayos X de alta energía. Cuando los telescopios de rayos X encontraron potentes fuentes homónimas en galaxias, los científicos dijeron 'esto es demasiado fuerte para ser una estrella de rayos X, por lo que debe constituir un agujero negro en órbita alrededor de una estrella binaria con un enorme 'boquete' oscuro giratorio en su entorno'. El descubrimiento de estos hoyos negros masivos fue tan emocionante que han aparecido innumerables artículos que muestran las posiciones de rayos X y fotografías profundas en las localizaciones de los objetos. Curiosamente, cuando éstos se apreciaron con medios ópticos nadie tomó espectros para ver qué eran en realidad. Finalmente apareció un escrito en una revista arbitrada (31) donde los autores mostraron que los espectros de dos de ellos correspondían a cuásares de alto desplazamiento al rojo. Sólo para cimentar el caso, observaron los cuásares previamente identificados en o cerca de galaxias y en 24 de 24 casos dichos cuásares pertenecían a la clase de fuentes de rayos X ultraluminosos (...) Este resultado es un doble desastre en el sentido de que los hoyos negros masivos resultaron ser cuásares de alto desplazamiento al rojo y no un 'boquete' oscuro en una estrella binaria. Y quizá lo peor: han sido aceptados como miembros de galaxias cercanas y por lo tanto no pueden estar en el borde del Universo".

En otras palabras, los astrónomos convencionales estaban tan seguros de que las fuentes de rayos X en cuestión eran "agujeros negros" que ni siquiera se molestaron en comprobar sus espectros (incluidos sus desplazamientos al rojo), por cuanto fueron Arp y sus colegas quienes tomaron la iniciativa para hacerlo (tengamos en cuenta que él es astrónomo observacional por excelencia; como dice Van Flandern "Arp conoce el cielo extragaláctico tal vez mejor que cualquier otro astrónomo vivo" (32)). El resultado fue más vergonzoso para la institucionalidad del agujero negro, pero no es sorprendente que "este resultado no se publicó a modo de comunicado de prensa". Arp concluye su artículo contando lo siguiente:

"(...) Recuerdo un almuerzo de astrofísicos en Cal Tech hace unos 30 años. Stephen Hawking se sentó a la mesa y frente a varios de nosotros que discutíamos las observaciones sobre la expulsión de nuevas galaxias de núcleos compactos en galaxias activas. Nada de esto se infiltró en las suposiciones de Hawking sobre agujeros negros; sólo muy recientemente ha abandonado su dictamen de que nada sale de esos orificios y ahora es famoso por reconocer que sí 'emerge un poco'. Mientras tanto, en los muchos años transcurridos se han descubierto nuevas pruebas sorprendentes sobre las propensiones en la naturaleza de los 'agujeros blancos' y el único fracaso que veo en ello es que no forma parte de los comunicados periodísticos".

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Las teorías científicas defectuosas no pueden sobrevivir para siempre, pero los poderosos intereses creados a menudo prolongan su desaparición. Reconociendo lo difícil que es para la "vieja guardia" admitir errores fundamentales y cambiar radicalmente sus puntos de vista (algo que también puede aplicarse a los miembros del público), citamos a Max Planck, fundador de la física cuántica: "Una nueva verdad científica no triunfa al convencer a sus oponentes y hacerles ver la luz, sino más bien cuando esos antagonistas eventualmente mueren y surge una nueva generación que está familiarizada con esa verdad". 


Referencias

1. Stephen Hawking, "The direction of time", New Scientist, 9 de julio de 1987, p. 46-9; John Boslough, Masters of Time: Cosmology at the end of innocence, Reading, MA: Addison-Wesley, 1992, p. 179-82.

2. Stephen Hawking, Black Holes and Baby Universes and other essays, New York: Bantam Books, 1994, p. 75.

3. Tom Van Flandern, Dark Matter, Missing Planets & New Comets, Berkeley, CA: North Atlantic Books, 1993, p. xv.

4. "Cosmos", Encyclopaedia Britannica, CD-ROM (2004).
5. Black Holes and Baby Universes, p. 88.
6. Ted Bunn, "Black holes FAQ", http://cosmology.berkeley.edu/Education/BHfaq.html.

7. Marcus Chown, "The big bang", New Scientist, 22 de octubre de 1987, Inside science, p. 1.

8. Paulo N. Correa y Alexandra N. Correa, Experimental Aetherometry, vols. 1 & 2A, Toronto: Akronos Publishing, 2001 & 2003, y vol. 2B, www.aetherometry.com; "Earth’s meteoric veil", sección 3, davidpratt.info.

9. Tom Van Flandern, "Physics has its principles", en: Konrad Rudnicki (ed.), Gravitation, Electromagnetism and Cosmology: Toward a new synthesis, Montreal: Apeiron, 2001, p. 87-101, www.metaresearch.org/cosmology/PhysicsHasItsPrinciples.asp.

11. Paul Davies y John Gribbin, The Matter Myth, New York: Simon & Schuster/Touchstone, 1992, p. 244.

12. Murray Gell-Mann, The Quark and the Jaguar, London: Abacus, 1995, p. 200.
13. Black Holes and Baby Universes, p. 54.
14. Véase "Espacio, tiempo y relatividad"; Infinite Energy, nros. 38 y 39, 2001, y n° 59, 2005.

16. Véase "Gravedad y antigravedad".
17. Paul LaViolette, Genesis of the Cosmos: The ancient science of continuous creation, Rochester, VE: Bear and Company, 2004, p. 279-83 (http://etheric.com).

18. Ver "Exploding the big bang" y "Cosmology and the big bang", davidpratt.info.
19. "Universe – the cosmology quest", DVD (2003), www.universe-film.com; Halton Arp, Quasars, Redshifts and Controversies, Berkeley, CA: Interstellar Media, 1987; Halton Arp, Seeing Red: Redshifts, cosmology and academic science, Montreal: Apeiron, 1998; Halton Arp, Catalogue of Discordant Redshift Associations, Apeiron, 2003 (www.haltonarp.com); Fred Hoyle, Geoffrey Burbidge y Jayant V. Narlikar, A Different Approach to Cosmology, Cambridge: Cambridge University Press, 2000, p. 117-62; David G. Russell, "Evidence for intrinsic redshifts in normal spiral galaxies", 2004, http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/0408348.

20. A Different Approach to Cosmology, p. 134.
21. Halton Arp, "Research with Fred", www.haltonarp.com/?Page=Abstracts&ArticleId=5; Catalogue of Discordant Redshift Associations, p. 202-4.

22. Halton Arp, "Rebuttals", www.haltonarp.com/?Page=Abstracts&ArticleId=6.
23. Catalogue of Discordant Redshift Associations, p. 22-3, 227.
24. Seeing Red, p. 18-20, 22-4, 154-6.
25. A Different Approach to Cosmology, p. 166-7.
26. Ibídem, p. 316.
27. Ver "Worlds within worlds", davidpratt.info.
28. http://spacenews.da ncebeat.info/article.php/chandra_black_hole_swarm; http://chandra.harvard.edu/photo/2005/gctr_bin.

29. John Gribbin, "Black holes reveal themselves", New Scientist, octubre de 1992, p. 32-6.

30. Halton Arp, "Astronomy by press release – news from a black hole", Journal of Scientific Exploration, 18:4, 2004, p. 722-5, www.haltonarp.com/?Page=Abstracts&ArticleId=8.

31. H. Arp, C. Gutiérrez y M. López-Corredoira, "New spectra and general discussion on the nature of ULXs", Astronomy and Astrophysics, v. 418, 2004, p. 877-83.

32. Tom Van Flandern, "Book review: Seeing Red by Halton Arp", www.metaresearch.org/publications/books/SeeingRed-Arp.asp.

12 de febrero de 2022

Big-Bang, agujeros negros y sentido común

Por David Pratt
Julio de 2003, actualizado en agosto de 2004 e impreso en Fohat, invierno de 2003.
 
 
¿Cuán grande es el Universo? ¿Hasta dónde se extiende el espacio? El sentido común nos dice que el Universo debe ser infinito, ya que es imposible imaginar un límite absoluto en algún lugar sin espacio más allá, y como nada puede venir de la nada, el espacio ilimitado debe haber existido siempre y en Teosofía significa "sustancia de conciencia infinita".

La teoría estándar del Big-Bang -el postulado científico más popular sobre el origen del Cosmos- cuenta una historia muy diferente, pues señala que al principio y hace sólo 8-15 mil millones de años no había absolutamente nada, ni materia, ni energía, ni conciencia y tampoco algún tipo de espacio; entonces, a partir de este vacío de repente el Universo surgió como resultado de una "fluctuación cuántica aleatoria". Después de originarse como un punto infinitesimal de densidad y temperatura infinitas, supuestamente el espacio se ha estado estirando como elástico desde entonces; sin embargo, si no había espacio, ni materia ni energía antes del hipotético Big-Bang, obviamente no había nada que sufriera una "fluctuación" y ningún lugar para que sucediera.

Pero los "big-bangers" han abandonado las reglas lógicas comunes desde hace mucho tiempo y crearon un mundo de fantasía propio, basado en acrobacias matemáticas avanzadas. Algunos de estos partidarios afirman que el espacio se curva sobre sí mismo para que sea finito y aún así no tenga límites, y también creen que el Universo en algún momento comenzará a contraerse y terminará su vida en un "Big-Crunch" donde se aniquilará a sí mismo dejando "literalmente nada" (1). Otros "big-bangers" afirman que aunque el espacio surgió hace un período finito y se expande a un ritmo limitado, de alguna manera se volvió infinito, y aunque es ilimitado aún se las arregla para seguir expandiéndose (2). Es sorprendente que tales ideas a medio elaborar hayan logrado pasar por "ciencia", pero como George Orwell dijo una vez: "Hay algunas ideas tan erróneas que sólo una persona muy inteligente podría creerlas".

Cuando se confronta cualquier teoría científica, es importante distinguir entre los hechos por un lado y las suposiciones e interpretaciones por el otro; también es necesario examinar puntos de vista opuestos, pero los científicos que desafían las teorías reinantes a menudo encuentran obstáculos importantes al tratar de que sean oídos, con el resultado de que el público puede estar completamente inconsciente sobre la existencia de ideas alternativas. En un artículo reciente que enumera los 30 problemas principales respecto al Big-Bang, el astrónomo Tom Van Flandern señala que la teoría está experimentando constantemente ajustes ad hoc para acomodar descubrimientos nuevos e inesperados.

Quizás nunca en la historia de la ciencia se haya acumulado tanta evidencia de calidad contra un modelo tan ampliamente aceptado dentro de un campo. Incluso los elementos más básicos en dicha teoría- la expansión del Universo y la radiación remanente de la bola de fuego- siguen siendo posturas con explicaciones alternativas creíbles (3). 

El físico de plasma Wal Thornhill lo expresa sin rodeos: "Olvídese de los brillantes libros y revistas de astronomía: el Big-Bang es pura ficción" (4). La principal evidencia de la Gran Explosión y un Universo expansivo es el desplazamiento al rojo o redshift, y esto se refiere al hecho de que la luz de galaxias distantes muestra un cambio hacia longitudes de onda más largas (o más rojas), lo que indica que está perdiendo energía. Los "big-bangers" interpretan esto diciendo que el espacio se expande y todas las galaxias se están separando a una velocidad inmensa, pero no todos están de acuerdo pues [desde la perspectiva teosófica] la teoría de un Cosmos/espacio en expansión es poco menos que un "sueño científico" o "cuento de hadas", y se sugiere que el desplazamiento hacia el rojo podría ser causado por la luz que pierde energía durante su largo viaje a través del éter espacial. Esto se conoce como "teoría de la luz cansada" y cuenta con el respaldo de varios científicos incluidos Tom Van Flandern y Paul LaViolette, que han demostrado que se ajusta a los datos mucho mejor que la hipótesis del Universo en expansión (6). Además, si los desplazamientos al rojo fuesen causados principalmente por la velocidad deberían mostrar un rango continuo de valores, pero en cambio exhiben periodicidades que son múltiplos de ciertas unidades básicas (7). La mayoría de los acólitos "Big-Bang" ha ignorado este rompecabezas y por lo tanto todo el edificio de dicha teoría se basa en la única suposición injustificada de que los desplazamientos al rojo galácticos son causados principalmente por velocidades de recesión.

Los astrónomos convencionales creen que debido a que los cuásares normalmente tienen desplazamientos al rojo muy altos, deben estar cercanos al límite del Universo observable y se alejan rápidamente de nosotros a velocidades cercanas a la de la luz. Si estuvieran realmente tan lejos como implican sus desplazamientos al rojo, algunos cuásares estarían irradiando mil veces más energía que una galaxia entera, a pesar de que son tan grandes como nuestro Sistema Solar y esto ha llevado a la creencia de que deben estar alimentados por monstruosos "agujeros negros".

El razonamiento que encontramos tras estas conclusiones es erróneo pues el desplazamiento al rojo no sólo no representa una medida confiable de velocidad y tampoco es una estimación creíble de la distancia, ya que existe abundante evidencia de que las galaxias a la misma separación pueden tener desplazamientos al rojo muy diferentes. En el caso de una galaxia este fenómeno parece depender en parte de su edad pues las galaxias activas de bajo desplazamiento hacia el rojo a veces están rodeadas de otras con redshift alto (a menudo cuásares) que aparentemente han sido expulsadas de ellas; asimismo, hay pares de estas galaxias embrionarias que a menudo se alinean a ambos lados de la galaxia madre y están conectadas a ella por puentes luminosos o chorros de materia. Los desplazamientos al rojo de galaxias y estrellas parecen disminuir a medida que envejecen (8), pero los cosmólogos ortodoxos han tratado sistemáticamente de ignorar, descartar, ridiculizar y suprimir esta evidencia. El astrónomo Halton Arp ha jugado un papel clave para sacar a la luz estos hallazgos, y al igual que otros oponentes del Big-Bang ha encontrado grandes dificultades para publicar artículos en revistas convencionales y sus solicitudes de trabajo en telescopios terrestres y espaciales son rechazadas con frecuencia. El Big-Bang se ha convertido claramente en un artículo de fe para muchos científicos y curiosamente fue propuesto por primera vez por el sacerdote belga Georges Lemaître en 1927, ¡y en 1951 incluso recibió la bendición del papa Pío XII!
 
En su libro "A Different Approach to Cosmology", Fred Hoyle, Geoffrey Burbidge y Jayant Narlikar usan esta imagen para ilustrar el enfoque conformista de la cosmología estándar sobre el Big-Bang y dicen: "Hemos resistido la tentación de nombrar algunos de los gansos líderes".

Si el espacio es infinito, entonces obviamente no puede expandirse ya que el sentido común nos dice que la infinitud no puede hacerse más grande, o como expresa Helena Blavatsky "la extensión infinita no admite ampliación". Algunos escritores han establecido paralelismos superficiales entre la "expansión" del espacio y la "explosión" de Brahmâ (fuerza creativa tras la manifestación de un planeta, estrella, etc.), como se describe en la filosofía hindú, pero Blavatsky explica que "la expansión desde el interior al exterior" no se refiere a un aumento de tamaño, sino de condición: "el desarrollo de la subjetividad ilimitada en una objetividad ilimitada". En otras palabras, la inhalación y exhalación o expansión/contracción pueden referirse al desarrollo del Uno (la culminación espiritual de un sistema de mundos) en los muchos reinos materiales inferiores y la posterior reabsorción de los muchos en el Uno durante un ciclo interminable o latido cósmico de evolución e involución (9).

[Desde la perspectiva teosófica puede decirse que] una nebulosa puede crecer en tamaño mientras se está formando, en parte como resultado de las energías que se vierten desde los reinos internos y parcialmente a través de la acumulación de materia física, pero una vez que -por ejemplo- una galaxia o grupo galáctico ha alcanzado su pleno crecimiento, su estructura y forma permanecen relativamente estables durante el resto de su vida útil. En este sentido, todas las cosas -incluidas estrellas y galaxias- experimentan expansiones y contracciones rítmicas análogas al latido del corazón humano, pero esto no tiene nada que ver con la teoría de que "todo el Universo se está expandiendo" lo cual es completamente inaceptable e imaginario. 

Para resolver varios problemas con el modelo Big-Bang, a principios de la década '80 los teóricos decidieron que durante los primeros 10-30 
segundos tras la explosión inicial el "espacio-tiempo" experimentó un período de "inflación" hiper-rápida en el cual se expandió 1048 veces más rápido que la velocidad de la luz, creciendo desde un punto minúsculo a un volumen de varios cientos de millones de años luz en diámetro y luego de alguna manera frenó abruptamente a un ritmo de expansión más pausado. ¡Claramente, nadie puede negar que los "big-bangers" tienen una imaginación muy fértil! Todas las diferentes versiones sobre la teoría de la inflación establecen la predicción comprobable de que los protones eventualmente deberían decaer, pero todos los experimentos hasta la fecha no han podido detectar ese fenómeno y no parece importar pues el "trencito de la Gran Explosión" todavía está andando. Es importante darse cuenta de que nadie jamás ha medido ninguna expansión del espacio y no hay evidencia alguna de que átomos, galaxias o cúmulos galácticos se hayan agrandado con el tiempo. Por lo tanto, los defensores del Big-Bang afirman que el espacio debe expandirse entre cúmulos de galaxias y supercúmulos, donde se halla situado convenientemente más allá de la investigación experimental.
 
Portada para la edición de la revista "Discover" (abril de 2002). Bajo el encabezado "¿De dónde vino todo?" está la imagen de una canica de mármol rojo con la leyenda "El universo a unos 1034 segundos (TAMAÑO REAL)". El mármol mide 2 centímetros de diámetro y el texto bajo él señala: "El Universo estalló desde algo de absolutamente nada, cero; y a medida que creció fue relpetándose con más cosas que vinieron de la nada. ¿Cómo es eso posible? Pregunte a Alan Guth. Su teoría de la inflación ayuda a explicarlo todo". El cosmólogo John Barrow, por otro lado, cree que en el momento del Big-Bang el Universo no era de tamaño cero, sino una bola increíblemente densa de 6 milímetros de diámetro. Esto es mejor que nada, ¡pero sigue siendo basura!

Según una estimación reciente, el Universo según el Big-Bang tiene 13.700 millones de años; sin embargo, otros científicos afirman que las estrellas más antiguas de nuestra galaxia tienen entre 16 y 20 mil millones de años. De acuerdo con la Teosofía, el Universo en su conjunto es eterno, sin principio ni fin, y dentro de él planetas, estrellas, galaxias, etc. sufren ciclos recurrentes de nacimiento, evolución y muerte. El ciclo evolutivo actual y principal que involucra nuestro propio Sistema Solar -la "edad de Brahmâ" como la llaman los hindúes- ha estado en progreso durante más de 155 billones de años, tiempo durante el cual ha habido numerosas reencarnaciones planetarias y solares en muchos planos diferentes.

Los agujeros negros están de moda en la cosmología ortodoxa. Se cree que los agujeros negros supermasivos habitan en el centro de muchas galaxias, y cuando mueren estrellas suficientemente masivas se supone que sufren un colapso gravitacional e implosionan en agujeros negros. El astrónomo Fred Hoyle describió la "manía del agujero negro" -junto con la cosmología del Big-Bang en general- como "una forma de fundamentalismo religioso".

En los últimos años ha surgido lo que podría llamarse la "institucionalidad de los agujeros negros" compuesta por individuos que se hablan entre sí en un lenguaje positivo, como si los agujeros negros tuvieran la misma certeza que el amanecer de mañana. Sin embargo, no existe una pizca de evidencia observacional que respalde su posición, y de lo que sin duda hay pruebas es de aglomeraciones altamente condensadas de materia que producen campos gravitacionales muy fuertes. Se ha sabido de mucha evidencia respecto a actividad violenta asociada con tales agregados, pero esa constatación refiere a estallidos y nunca al continuo movimiento descendente que conduciría a la formación de un agujero negro (12). 

Por definición, nadie ha visto agujeros negros y siguen siendo entidades teóricas. La idea básica subyacente a este fenómeno de que la gravedad puede volverse infinita y comprimir un gran volumen de materia hasta un punto infinitesimal (o "singularidad") es irracional e ilógica; nada finito puede volverse infinitamente grande o pequeño porque estas son abstracciones matemáticas. El concepto de "agujero negro" se deriva de las manipulaciones matemáticas para la teoría de relatividad general que "explica" la gravedad como una deformación o distorsión del espacio alrededor de cuerpos materiales, una idea que [ciertos teósofos] y muchos científicos descartan como un "sueño matemático". Algunos investigadores sostienen que las fuerzas electrostáticas evitarían que las estrellas sufran un colapso gravitacional significativo e incluso hay buenas razones para cuestionar la suposición fundamental de que la gravedad es proporcional a la masa inerte (14).

Los teóricos dicen que nada -ni siquiera la luz- puede escapar si ingresa en el límite exterior u "horizonte de eventos" de un agujero negro, y asignan algunas propiedades curiosas a dicho ámbito de sucesos pues según ellos es simultáneamente estacionario, y sin embargo se desplaza hacia el exterior a la velocidad de la luz; asimismo, dentro del horizonte de eventos el "espacio-tiempo" supuestamente se vuelve tan "distorsionado" que el espacio se convierte en tiempo y viceversa (15). En este sentido la descripción que hizo Hoyle sobre la teoría del Big-Bang como un "revoltijo infructuoso de símbolos matemáticos" parece muy apropiada y es fácil ver por qué algunos científicos descartan los agujeros negros como pura ciencia ficción.

Un estudio publicado en 1995 y basado en las observaciones de 15 cuásares por el telescopio espacial Hubble recibió un golpe dañino en la teoría del agujero negro al descubrirse que 11 de aquéllos no tenían material circundante que pudiera caer en ningún agujero negro hipotético; sin embargo, de alguna manera estaban produciendo emisiones de radio intensas (16). Otras indagatorias más recientes han seguido avergonzando a la institucionalidad de los agujeros negros, pues las galaxias M87 y NGC 6605 emiten chorros de material y se cree que tienen agujeros negros supermasivos en sus centros. Se pensaba que esos chorros estaban alimentados por una nube de polvo en forma de rosquilla en torno al agujero negro M87 y un disco de acumulación de materia atraída alrededor del agujero NGC 6605, pero no se puede encontrar rastros para ninguno de ellos (17). 

De modo significativo, la materia casi siempre es vista alejándose de los núcleos galácticos en vez de moverse hacia ellos como requiere la teoría del agujero negro. Esto también es cierto para nuestra propia galaxia y la radiación proveniente de su centro no coincide con la que se espera que se origine en un agujero negro. Varios científicos han concluido que los centros de galaxias activas son regiones de creación de materia en lugar de su destrucción, y a este respecto tanto Arp como Hoyle citan a Sir James Jeans quien a fines de los años '20 sugirió que "los centros de nebulosas [galaxias] tienen la naturaleza de 'puntos singulares' en donde la materia se vierte en nuestro Universo desde alguna dimensión espacial y completamente extraña".

[Hay teósofos que hacen eco de] esta afirmación y se dice que sería más exacto hablar de otros "mundos" o "planos" en lugar de "dimensión"; después de todo, si este ámbito adicional es más que una simple abstracción en blanco, tendría que incluir tres dimensiones. El concepto de "puntos singulares" se compara a la enseñanza teosófica de "centros laya" o "de disolución", que son "canales" a través de los que pasan las sustancias energéticas de un plano a otro superior o inferior, una forma gráfica de referirse a los procesos de materialización y eterización. En ocasiones un centro laya se describe como el estado relativamente homogéneo de materia correspondiente al grado más alto de un plano y al nivel más bajo del plano superior. En cierto sentido cada punto del espacio es un centro laya y además cada entidad, átomo, semilla, ser humano y cuerpo celeste tiene un centro laya en su núcleo ya que cada forma física está animada desde el interior al exterior. 

En la actualidad el núcleo de nuestra galaxia se halla relativamente inactivo en comparación con otras galaxias espirales y cerca de una en cada seis está pasando por una fase activa y explosiva. Al mismo tiempo, los núcleos galácticos ejercen una fuerte atracción sobre la materia circundante; sin embargo, no hay una propuesta seria en la idea de que la materia puede desaparecer de nuestro plano al ser absorbida por un "agujero cósmico" y aplastada hasta un punto infinitesimal. Vale la pena señalar que, por ejemplo, según la Teosofía el globo originalmente etéreo de un planeta recién formado se condensa y contrae durante la primera mitad de su ciclo vital, y luego se reconvierte en etéreo durante la segunda mitad a medida que sus fuerzas cohesivas y atractivas se debilitan (19). Cuando Brahmâ "se contrae" y retira sus energías vitalizantes, los planetas y las estrellas mueren para desintegrarse y su materia se dispersa; también las estrellas terminan sus vidas en una ex-plosión y no im-plosión (20). 

Otros ingredientes clave del "Universo Big-Bang" son la "materia oscura" y "energía oscura". Los seguidores de la hipótesis solían afirmar que hasta el 99% de la masa del Cosmos estaba compuesta de materia oscura. Indudablemente hay concentraciones "negras" o no luminosas de materia física ordinaria en nuestro Universo, pero se dice que gran parte de ese material oscuro consiste en partículas físicas exóticas y nunca detectadas que no emiten ni absorben luz a diferencia de todas las formas de sustancia física conocida. Esta teoría se basó parcialmente en la velocidad excesiva y aparente de ciertos movimientos galácticos, pero esta evidencia observacional se basa en varias suposiciones cuestionables (incluyendo el mito de que el desplazamiento al rojo se iguala a la velocidad). Sin embargo, la razón principal para postular la existencia de tanta materia oscura era puramente teórica: el Big-Bang no funcionaría sin ella y la mayoría de esa concentración no lumínica debía tener propiedades inusuales o de lo contrario alteraría otros aspectos en dicho paradigma. Así, la existencia de materia oscura exótica "se basa en la creencia, no en alguna constatación sólida" y literalmente se inventó (21). 

En 1998 se descubrió que las supernovas remotas o estrellas en explosión eran más tenues de lo esperado. Los "big-bangers" señalaron que, al contrario de todas las predicciones anteriores, esto significaba que la expansión del Universo se está acelerando y el espacio se expandirá para siempre hasta que todas las estrellas se consuman y se extinga toda forma de vida. Para "explicar" la supuesta expansión acelerada los acólitos del modelo imperante crearon la "energía oscura" o "quintaesencia", una fuerza repulsiva presente en todas partes del espacio. La última suposición es que aproximadamente el 73% de la masa del Universo consiste en energía oscura, el 23% es materia oscura y el resto sustancia ordinaria (22). Dado que ante todo el espacio infinito no puede expandirse, la supuesta dilatación acelerada de éste es sólo otra mitología basada en suposiciones falsas y razonamientos defectuosos (23). Como la materia/energía oscuras se conjuraron para salvar el Big-Bang, obviamente no tienen nada que ver con los reinos internos mencionados en la tradición oculta.

Se ha sugerido que la energía oscura puede explicarse por las "dimensiones adicionales" postuladas por algunos físicos teóricos. Las ideas en cuestión son buenos ejemplos de cuán grotesca puede ser la especulación matemática pura. Por ejemplo, la hipótesis de "supercuerdas" -para la cual no hay una pizca de evidencia experimental o de observación- afirma que todas las partículas de materia/fuerza e incluso el espacio y el tiempo surgen de "cuerdas" unidimensionales y vibratorias, con un largo de 10-34
 centímetros que se según se afirma es el tamaño más pequeño posible en la naturaleza, pero con espesor cero, y se dice que habitan en un universo de diez dimensiones en que los seis ámbitos espaciales extra se han sometido a una "compactación espontánea", de modo que ahora están tan acurrucados que son indetectables. Es más: de acuerdo con la última moda -la teoría M- el Universo tiene once dimensiones y está habitado por objetos de hasta nueve.

Pero el hecho de que puedan escribirse ecuaciones para ideas descabelladas no significa que esos pensamientos sean correctos. Como Blavatsky dijo una vez, "el sentido común popular se rebela justamente contra la idea de que bajo cualquier condición de cosas pueda haber más de tres dimensiones tales como longitud, anchura y grosor" (24). 

En 2001 dos astrofísicos propusieron un nuevo modelo de Universo en expansión más aerodinámico, conocido como "Universo cíclico", pues no estaban satisfechos con los esfuerzos constantes para solucionar los graves defectos del modelo estándar. Aunque con razón abandonan la idea de que el Universo tuvo un comienzo absoluto, intentan explicar su supuesta expansión en términos de las teorías de cuerdas y M. Argumentan que el Cosmos consta de dos láminas paralelas infinitamente grandes o "branas" que se encuentran muy juntas en una quinta dimensión inaccesible, no observable y finita. Una de esas branas se compone de materia ordinaria, mientras que la otra puede contener materia oscura. Las branas se están separando actualmente en la quinta dimensión haciendo que se expanda el espacio infinito, y después de unos pocos billones de años la quinta dimensión comenzará a contraerse y el espacio dejará de expandirse, pero no se contraerá. Se producirá un "crujido" cuando las branas colisionen y la quinta dimensión se desvanezca, pero ésta reaparecerá de inmediato y las branas "rebotarán" en una nueva "explosión" causando que el espacio infinito experimente un nuevo ciclo de expansión (25). 

El hecho de que este sinsentido arbitrario se esté tomando tan en serio subraya los graves problemas en que se encuentra la cosmología ortodoxa, y como era de esperar, ¡incluso se ha afirmado que la teoría muestra "convergencia" con la Teosofía! (26). Se dice que el nuevo modelo demuestra hasta qué punto necesitamos "deshacernos de los conceptos de sentido común" para avanzar en cosmología. Los científicos convencionales simplemente se basan con tal ahínco en el modelo de Universo expansivo en términos de carrera, financiación y prestigio que no están dispuestos a considerar seriamente las anomalías de desplazamiento al rojo y otras pruebas de observación que contradicen la idea misma de espacio dilatado.

Dejando a un lado la materia y energía oscuras, se cree que más del 99% de la materia en el Universo físico existe en estado de plasma, incluyendo estrellas, atmósferas exteriores de planetas y medios interplanetarios, interestelares e intergalácticos. El plasma -conocido como cuarto estado de la materia (después de sólidos, líquidos y gases)- consiste en átomos disociados, es decir, electrones e iones (núcleos atómicos). Es interesante notar que mientras la mayoría de científicos considera al Sol como una bola de plasma, la Teosofía dice que el interior de ese astro consiste en gran parte de materia en sus estados quinto, sexto y séptimo, desconocidos para los científicos en la Tierra (27); por tanto, tras la palabra "plasma" pueden ocultarse grados más finos de materia física. 

Los cosmólogos de plasma critican a los "big-bangers" por creer que la fuerza de gravedad relativamente débil es la impulsora del Cosmos, y muestran que el comportamiento conocido de fuerzas eléctricas/magnéticas y los plasmas conductores de electricidad pueden arrojar luz sobre la formación y evolución de las galaxias, incluyendo los procesos de eyección que tienen lugar en los núcleos galácticos (28). Algunos científicos ajenos al establishment van más allá y señalan la necesidad de invocar la generación de materia-energía física a partir de un éter subyacente para explicar la fuente energética que alimenta estrellas, estallidos de supernovas y explosiones de núcleo galáctico (29). El éter solía ser considerado como la clave para una comprensión unificada de la fuerza y materia físicas, pero la ciencia ortodoxa lo abolió a principios del siglo XX y fue reemplazado con abstracciones matemáticas. Sin embargo, muchos investigadores independientes están encontrando evidencia experimental que respalda su existencia (30). 

Ciertamente, el éter de la física no es el "nivel inferior" de la realidad, sino simplemente un puente hacia los reinos más profundos de la sustancia espiritual que se encuentran más allá. Estos ámbitos imperceptibles interpenetran nuestro mundo físico y son tan concretos para sus habitantes como este mundo para nosotros. No tienen nada en común con las dimensiones matemáticas imaginarias, inaccesibles y marchitas soñadas por algunos científicos, y es una gran ironía que muchos profesionales se sientan bastante cómodos con las teorías especulativas e indetectables, repletas de las ficciones matemáticas más extrañas, y se oponen ferozmente a la idea oculta de mundos internos de energía-sustancia conectados con una variedad de fenómenos paranormales y relacionados con la conciencia.

Una vez preguntaron a H.P. Blavatsky qué era lo más importante y necesario en el estudio de la Teosofía y su respuesta fue "sentido común", algo que los científicos también podrían aprovechar. Cuando se le interrogó qué colocaría en segundo lugar respondió "un sentido del humor", que también es útil al estudiar las últimas teorías científicas, y al pedírsele que dijera qué colocaría en tercer lugar Blavatsky replicó: "¡Oh, sólo MÁS sentido común!" (31). 
 

Referencias

1. Paul Davies y John Gribbin, The Matter Myth, New York: Simon & Schuster/Touchstone, 1992, p. 122, 175.

2. Richard Morris, The Edges of Science, New York: Prentice Hall Press, 1990, p. 48-52.

3. "The top 30 problems with the big bang", Infinite Energy, v. 8, n° 46, 2002, p. 10-5 (www.infinite-energy.com). Ver "Cosmology and the big bang", davidpratt.info; William C. Mitchell, Bye Bye Big Bang – Hello Reality, Carson City, NE: Cosmic Sense Books, 2002.

4. ‘Science heading for a big bang’, www.holoscience.com/news/science_bang.htm.
6. Paul LaViolette, Genesis of the Cosmos: The ancient science of continuous creation, Rochester, VE: Bear and Company, 2004, p. 280-3, 288-95 (http://etheric.com); Tom Van Flandern, "Did the universe have a beginning?", Meta Research Bulletin, 3:3, 1994 (www.metaresearch.org).

7. Halton Arp, Seeing Red: Redshifts, cosmology and academic science, Montreal, Quebec: Apeiron, 1998, p. 195-223 (www.haltonarp.com).

8. "Exploding the Big-Bang", davidpratt.info; Arp, Seeing Red.
9. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 1:62-3, también 4, 43, 83-5.

12. Fred Hoyle, Home is Where the Wind Blows: Chapters from a cosmologist’s life, Mill Valley, CA: University Science Books, 1994, p. 406, 413.

13. Véase "Espacio, tiempo y relatividad".
14. Véase "Gravedad y antigravedad".
15. http://cosmology.berkeley.edu/Education/BHfaq.html.
16. Genesis of the Cosmos, p. 329.
17. www.gemini.edu/project/announcements/press/2001-3.html; http://arxiv.org/abs/astro-ph/0302349.

19. La Doctrina Secreta, 1:159; A.T. Barker (comp.), The Mahatma Letters to A.P. Sinnett, TUP, 2da edición, 1975, p. 98-9.

20. La Doctrina Secreta, 1:4, 41, 83-5.
21. Fred Hoyle, Geoffrey Burbidge y Jayant V. Narlikar, A Different Approach to Cosmology, Cambridge: Cambridge University Press, 2000, p. 293, 307; Eric J. Lerner, The Big Bang Never Happened, New York: Vintage Books, 1992, p. 32-5.

22. www.sciencenews.org/20030215/fob1.asp, www.sciencenews.org/20010407/bob14.asp.

23. "Do supernovas prove an expanding universe?", Meta Research Bulletin, 13:2, 2004, p. 28-30, http://metaresearch.org/msgboard/topic.asp?TOPIC_ID=517 (también TOPIC_ID=526).

24. La Doctrina Secreta, 1:252.
25. http://feynman.princeton.edu/~steinh; www.brain-mind.com/SciNewsJanMay2002.html.

26. Sunrise, abril/mayo 2003, p. 140-2.
28. The Big Bang Never Happened, capítulos 5 y 6.
29. Genesis of the Cosmos, p. 318-29.
30. Véase "Worlds within worlds", davidpratt.info.
31. Sylvia Cranston y Carey Williams, H.P.B.: The extraordinary life and influence of Helena Blavatsky, Santa Barbara, CA: Path Publishing House, 3era edición, 1994, p. 337.