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19 de febrero de 2025

Agentes e instrumentos kármicos


(The Theosophical Movement, junio 2022).

“No hay karma salvo que exista un ser que lo haga o perciba sus efectos”, declara el primer Aforismo aplicable por William Judge. En otro escrito, agrega que toda persona, criatura o característica del planeta y el Universo (animales bravíos/domésticos, montañas, corrientes hídricas, el Sol, la Luna, las galaxias, etc.) están sujetas a la Gran Ley de causa-efecto, y contribuyen a hacer del Cosmos lo que es. Incluso en tareas diarias -conscientes o no- somos factores en dicho contexto, pues una sóla palabra nuestra puede tener influencias que durarán toda la vida sobre otros particulares, despertando en ellos el interés místico y cambiarles para bien, o todo lo contrario. También es posible que nos convirtamos en "mediadores" de alguien que llega tarde a una cita, y alejarle de un infortunio o dirigirlo a él, y así sucesivamente.

Los antiguos hindúes enseñaban que todos los seres hasta Brahma permanecen bajo el gobierno de esa normativa. Como agentes, creamos karma y experimentamos secuelas; sin embargo, todas las obras, en cierto sentido, son hechas por Paramatma o el Ser Supremo, ya que de ahí proviene la facultad de originar sin límites. Los humanos sólo representamos medios por los cuales se efectúan esos actos. Todos cargamos un "costal de deudas", y la Ley lo utiliza con miras a producir desenlaces. Si un individuo no está en el lugar o minuto precisos, se encontrarán más "operadores" correctos para lograr el fin y reestablecer la armonía. Nacemos en progenituras, ciudades, países o comunidades específicas y desempeñamos roles de maestros, barrenderos, amas de casa, jurisconsultos, etc., todo ello con base en nuestro karma pretérito.

A pesar de lo antes expuesto, concretamos deberes y acciones con un hincapié autofílico de "hacedor" o kartabhav. El poeta Narsimha Mehta dijo que la ignorancia nos hace creer que "generamos" determinadas faenas, al igual que el perro que camina bajo una carreta piensa "transportar" su contenido. Swami Savitanandji observa que a diario realizamos muchos trabajos, y todo el tiempo nos invade el sentimiento y la certeza de “yo hice esta labor" o "esto se pudo conseguir gracias a mí"; por ejemplo, los padres o madres de familia señalan "yo mantengo el hogar". ¿Qué queremos decir con eso? ¿Qué hemos hecho exactamente? ¿Tal vez hicimos que lloviera, o el Sol y la Luna sigan su curso en el espacio? ¿Provocamos que el aire circule en una u otra dirección? Los animales o plantas para consumo, ¿emergieron porque "lo determinamos así", con "arte de magia"? ¡En absoluto! El santo Tukaram siempre decía que Dios (Parabrahm) sostiene al mundo, ¿y qué parte cumplimos entonces? Actuamos sólamente como vehículos de aquel Gran Poder. La conducta clave es dejar el título de "hacedor" y nuestro apego a los frutos de acciones, tras lo cual devenimos “interpósitos” reales o nimitta matram.

Tukaram añade que, si tenemos éxito en algún cometido, no es sensato atribuirnos mérito ni jactarse; si fracasamos, no hay necesidad de albergar tristeza, porque no somos los artífices verdaderos. Ramakrishna Paramhansa solía acudir al relato de "yo soy locomotora, usted es conductor”: cuando viajamos en tren y llegamos a destino sin ningún problema, no damos gracias a la máquina, sino al chofer, pero si hay descalabros o retrasos, culpamos sólo a éste último.

En India hubo una mujer muy pobre con cáncer uterino en la tercera fase, y si lo quitaban mediante operación, incluso así moriría en poco tiempo según los prospectos. El médico se mostró reacio a tratarla, mas Savitanandji le dijo que un galeno es una clase de "abogado" que intercede entre lo divino y el paciente, dando una lucha por el caso sin pronunciar el dictamen final, a cargo sólo del Altísimo. La cirugía se concretó y la mujer llegó a vivir más de quince años, en buena salud y cumpliendo todos los quehaceres en casa y su granja.

Si tenemos el poder parcial de elegir y creamos nuevos efectos y causas, ¿cómo saber que somos "agentes inmediatos" en problemáticas especiales? Una persona autorrealizada o Jnani, que se identifica con el Ser Interno, asume la óptica de testigo u observadora. Así como la luz de un proyector despliega imágenes en pantalla, y no obstante permanece inalterable por escenas de comedias o tragedias, el Ser Superior es origen de toda acción y no participa en ello ni se transforma. Incluso al dormir, respirar, hablar, etc., la postura de un sabio es “las cualidades actúan en las cualidades”, o “los sentidos se mueven entre los objetos de aquéllos”, pero el Ser no constituye ningún "actor". Hubo cierto maestro espiritual que comía con gopis (pastoras) en el margen de un río, y cuando dijeron que deseaban ir al otro lado, el yogi puso una mano sobre su estómago aduciendo que si no había ingerido nada, el río debería abrirse y dejarles paso, lo que terminó por ocurrir y las gopis se asombraron, ya que en efecto el hombre comió junto con ellas. Según él, esa aptitud provino de consagrar sus raciones a los "fuegos" interinos estomacales, sin pensar "soy yo quien se alimenta".

Debe ejecutarse toda faena obligatoria, con incentivos correctos para uno mismo y el bienestar de la humanidad. Cuando trabajamos en esa luz, desaparecen los velos oscuros que impiden nuestro engarce con el Alma. Judge escribe: “Puesto que el corazón y la mente son los verdaderos planos del error, se insta a que realicemos con diligencia todo acto porque está ahí para ser hecho, y hasta que sea difícil separarnos de él. Nunca podemos ser más que vehículos por cuyo medio se generan lo que llamamos 'bien' y 'mal', pero como éstos son resultado de analogías y no 'absolutos' (...) el verdadero 'yo' aprende a 'remontarse' hacia un lugar donde estos sucesos nos parezcan simplemente cambios en una vida inestable, lo que incluso ocurre entre el gentío mundano”. Cita el ejemplo de un terapeuta que se ubica sobre los dolores que sabe provocará al enfermo, y considera sólo el bien previsto; de resultas y en lugar de preocuparnos tanto por lo "bueno" o "malo", es prioritario evaluar el motivo. “Hacen mal quienes van a una guerra por provecho o venganza personales, pero no los que siguen órdenes superiores [el Espíritu]" (Letters That Have Helped Me, p. 23-24).

La expresión nimmita matram bhava (Bhagavad-Gita) es un consejo que Krishna ofrece a Arjuna: el primero no matará al ejército enemigo de Kauravas [deseos animales/egoístas], porque Él ya lo fulminó, y su discípulo acepta el escenario como prarabdha karma. Visto que ninguno es inmortal en dicha tropa, si no es hoy, "fenecerán mañana", y sostiene: “El tiempo ha madurado [término de un ciclo kármico]; acércate para la destrucción de todas estas criaturas”. Nuestras obras producen etapas y determinan su permanencia, siendo una de ellas el conjunto nacimiento/muerte. Krishna [chakra cardíaco] asevera que incluso sin Arjuna [humanos mortales] todos esos guerreros iban a morir: “Ya los eliminé: sé tú el único agente inmediato”. No implicamos que "la vida esté prefijada", porque el destino es un Karma maduro que no puede evitarse ni posponerse por hechos individuales o colectivos, “tan fuerte y abrumador que otro karma no puede equilibrarlo”, en palabras de Judge. Todo quien comprende el funcionamiento de la Ley puede vaticinar el futuro, y basándose en esta Ley amén de Sabiduría, Krishna anuncia el colapso del ejército en virtud de sus acciones anteriores. Arjuna cumple su rol "militar" para destruir la injusticia [tónicas malignas en una persona] y convertirse en "canal divino", sin albergar ínfulas de “hacedor”.

La religión hindú tiene varios nombres para el destino, entre ellos Kala (tiempo/periodo señalado), Vidhi (ordenanza) y Daiva (voluntad deífica). En consecuencia, representa un corolario de actos hechos por el alma en cuerpos previos, que ejercen poder irresistible sobre el mismo. Una fábula india dice que un niño falleció por mordedura de culebra, y Yama (dios de la muerte) enunció intervenir bajo mandato de Kala, y a su vez éste último aseveró no ser responsable, sino las propias obras del muchacho. Al objeto de comprender esa historia, recordemos que el Karma es de tres tipos: a) sanchita (pendiente o irresoluto al no haber condiciones aptas); b) prarabdha (aspecto kármico que traemos al nacer, y listo para precipitar en ciertos momentos o la fisiología individual, induciendo cambios y circunstancias); y c) agami (se forma hoy y aparece a futuro).

En su artículo "Men Karmic Agents", Judge elucida el trasfondo particular y técnico con que se utiliza la idea central del título. Hay personas concentradoras de fuerzas que precipitan karma en modo repentino, y otras vienen prósperas o infaustas con ese poder, en virtud del tipo de existencia pasada. Los Adeptos tienen la facultad de condensar energías análogas a través de un difícil aprendizaje esotérico, lo que se insinúa en los Aforismos Yoga de Patanjali (n° 36): “Si la honradez es completa, el yogui se convierte en foco del karma resultante de todas las obras, buenas y malas”. Es bien conocido en India que cuando alguien se encuentra y dialoga con un Adepto, su karma empieza a manifestarse más pronto de lo normal; además, se sabe de testigos que hallaron ascetas por casualidad a quienes les hablaban de amigos o deudos gravemente enfermos, y al regresar descubren que están sanos. Otros declaran el agotamiento súbito de mucho karma desagradable en casos similares.

Los Evangelios bíblicos [Mateo/Lucas] señalan que Centurión, un oficial romano, se topó con Jesús al ingresar en Cafarnaúm y le pidió ayuda porque su servidor estaba muy enfermo en casa, con sufrimientos terribles. El Nazareno quiso ir hasta la vivienda, pero el peticionario respondió que no era digno de aceptarlo en su hogar; sugirió entonces que el Maestro diera una orden y su ayudante se pondría bien, al igual que sus propios soldados obedecían lo que él les mandara. Jesús quedó enternecido por el fervor del romano: "No he visto en Israel a nadie con una fe como ésta. Vuelve a casa, y se te dará según tu convicción", tras lo cual el sirviente se recuperó.

También existen individuos comunes que pueden agrupar karma y continuamente generan efectos "relámpago" buenos o malos, que de otra manera se habrían extendido por muchos años, o apareciendo "en pequeñas dosis" y no un episodio único. Judge sostuvo que alguien con "mal de ojo" provoca daños a personas u objetos con sólo mirarlos, creando una rápida madurez kármica ya sea beneficiosa o perjudicial.

Sin embargo, nunca debemos ejercer fanática o temerariamente el rol de "castigadores" o "censorios" contra quienes nos ofendan; no tenemos plena sabiduría para conocer el impacto de nuestras obras, y corremos el riesgo de engendrar conflictos durante encarnaciones venideras o la presente. Asimismo, al encontrar prójimos que lo pasan mal es muy bienvenido ayudar con criterio en la medida de nuestros conocimientos o chances, y no alejarnos con la evasiva remilgada de que "es su Karma sufrir".

12 de febrero de 2025

El grano de mostaza (parábola budista)


("El Evangelio de Buda", Paul Carus, capítulo 30./Traductor (es) anónimo (s); se realizaron leves cambios).

1. Sucedió una vez que un rico, que encontró de pronto su oro convertido en carbón, se metió en la cama y renunció a probar alimento; y habiendo sabido un amigo suyo que estaba mal, fue a verlo y le hizo contar la causa de sus penas. Entonces, el amigo le dijo: "No has hecho buen uso de tu opulencia. Cuando amontonaste tu oro no valía más que el carbón. Ahora escucha: Extiende tus tapices en el bazar, los llenas de carbón y anuncias su venta".

2. El rico hizo lo que su amigo le recomendó, y cuando sus vecinos le preguntaban "¿por qué vendes carbón?", él respondía: "Es que pongo en venta mis bienes".

3. Algún tiempo después una joven llamada Krisha Gotami, huérfana y muy pobre, pasó por allí, y viendo al rico en el bazar, le dijo: "Señor mío, ¿es que vendéis también esas pilas de plata y oro?"

4. Y entonces el rico dijo: "¿Queréis hacerme el favor de darme ese oro y esa plata?" Krisha cogió un puñado de carbón, y he aquí que se transformó en oro.

5. Reconociendo el rico que Gotami poseía el ojo mental del conocimiento, y veía el valor real de las cosas, la unió con su hijo en matrimonio, diciendo: "Para muchas gentes no vale el oro más que el carbón; pero con Krisha el carbón se transforma en oro".

6. Gotami tuvo un hijo, pero ese niño murió. En su dolor, llevaba el cadáver a todas las vecinas pidiendo un remedio, y las gentes decían: "Ha perdido la razón; su bebé está muerto".

7. Por fin, Krisha encontró alguien que escuchó su ruego: "No puedo darte un remedio para el niño, pero sé de un médico que podrá recetarlo".

8. Entonces ella dijo: "Te conjuro a que me digas qué señor es". Y el hombre respondió: "Ve a buscar a Sakyamuni, el Buda".

9. Gotami fue a hablar con el Despierto, y exclamó llorando: "Señor y Maestro, dadme el remedio que curará a mi niño".

10. Buda contestó: "No hace falta más que un grano de mostaza". Y como en su gozo la joven prometiera encontrarlo, Él añadió: "Ese grano debe proceder de una casa donde no se haya perdido un niño, esposo, pariente o amigo".

11. La pobre Gotami fue casa en casa. Las gentes tenían piedad de ella y le decían: "He ahí el grano de mostaza; tómalo". Pero cuando preguntaba: "¿Habéis perdido en tu familia un hijo o hija, un padre o una madre?", le contestaron: "¡Ay, los vivos son pocos, pero los muertos son muchos! No despertéis nuestro dolor". Y no encontró un sólo hogar en que no hubiesen muerto seres amados.

12. Cansada y desesperada, Krisha se sentó al borde del camino. Las sombras parecían emerger de todos lados. Entonces pensó en el destino del hombre, cuya vida se amortigua y extingue, y se dijo a sí misma: "¡Qué egoísta soy en mi dolor! La muerte es común a todos nosotros. Sin embargo, en este valle de desolación hay un camino que conduce a la inmortalidad que destierra todo egoísmo".

13. Y rechazando el egoísmo del amor por su hijo, Krisha lo enterró en el bosque; luego se dirigió al Buda, tomó refugio en Él y encontró consuelo en el Dharma, el bálsamo que alivia todos los corazones lacerados por la pena.

14. Y entonces Buda habló:

15. "La vida de los mortales sobre la Tierra se trastorna, traspasa y altera por el dolor. Para los que han nacido, no hay medio de evitar la muerte; tras la vejez viene el óbito, y así lo quiere la naturaleza de los seres vivos.

16. Así como los frutos maduros están a punto de caer, así los mortales, desde que nacen, están expuestos a la muerte.

17. Tal y como las vasijas de greda acaban por quebrarse, así ocurre con la vida de los humanos.

18. Jóvenes y adultos, locos y sabios, todos caen ante el influjo de la muerte; todos están sometidos a ella.

19. Entre aquéllos que abandonan la vida, y aterrados por la muerte, los padres no pueden salvar a sus hijos, ni los parientes a sus próximos.

20. ¡Mirad! Mientras los parientes miran y se lamentan con amargura, ya otro mortal es llevado como buey al matadero.

21. Así el mundo está afligido de muerte y ruina, y el sabio no se desconcierta, al conocer las leyes del mundo.

22. La manera como se cree que morirá una cosa, difiere de cómo se extinguirá por fin, y el contratiempo es grandísimo. ¡Tales son las leyes de! mundo!

23. Llorar en demasía afecta mucho la solaz del espíritu; al contrario, se acrecienta el dolor y sufrirá el cuerpo. Enfermaréis hasta poneros pálidos, y sin embargo, la muerte no se remediará por lamentaciones.

24. Los hombres mueren, y tras dejar el mundo, su destino está regulado según sus actos.

25. Que alguien viva cien años o menos, siempre acabará por separarse de la compañía de sus parientes, y deja la vida de este mundo.

26. Todo quien desee la paz, debe arrancar de su herida las flechas de lamentos eternos, quejas interminables y disgustos morbosos.

27. El que haya arrancado la flecha de su herida y se calme, obtendrá la paz del espíritu. Quien venza al dolor, se liberará de toda pena y será bendecido".

La superchería del "renacimiento humano" en animales


The Theosophical Movement, parte 1, febrero 2015

Entre varios pueblos antiguos, así como hindúes y budistas modernos, era y es muy común asegurar que tras la muerte física un individuo responsable de actos malos renacerá en cuerpos de animales, plantas o incluso piedras, siendo para ellos una perspectiva terrorífica. Las Ordenanzas por Manu incluyen normas éticas y religiosas en pro de una vida correcta y la armonía social, puntualizando las clases de obras que llevan a "reencarnar" en especies orgánicas e inertes. Pitágoras, quien enseñó la metempsicosis, sostenía que el alma era inmortal y transmigraba en otros animales, de lo cual se hizo eco Jenófanes, su contemporáneo. Platón declaró en su República el carácter intemporal del espíritu y sus "viajes" en criaturas inferiores, mientras Heródoto describió que según los egipcios aquél renacía en animales antes de volver a formas humanas, luego de tres mil años. El Ramayana cuenta sobre Ahalya, consorte del sabio Gautama, quien la maldice y convierte en roca durante mil años por cometer adulterio, retornando al nivel humano gracias al toque de Rama.

El Vishnu Purana relata el episodio de un gran asceta, cuya penitencia fue interrumpida al forjar cariño extremo por un ciervo. Se dice que estuvo tan ansioso con el bienestar del rumiante, que cuando murió sus últimos pensamientos se centraron en la criatura y renació a semejanza de un ejemplar análogo. Terminado el ciclo reencarnatorio en dicha especie, llegó a una familia india de almas puras como un sabio a quien llamaron Jada Bharata, pues ocultó su iluminación y el mundo lo veía a modo de persona torpe, floja y obtusa. Otra historia refiere que Gautama Buda señaló a sus bhikkus [discípulos] cierta escoba en el lugar donde vivía, y dijo que anteriormente fue un novicio que descuidó barrer la sala del consejo, motivo por el cual reencarnó como ese utensilio.

Al tenor de William Judge, los persas creyeron que la gente mala volvía a nacer en bestias ferinas, y quienes incitaban crímenes eran condenados a venir al mundo en calidad de animales indefensos para ser destruidos por los primeros. En el Bhagavati Sutra del jainismo se lee que los malhechores regresan al planeta como animales y plantas, los actos agresivos conllevan a morar en el infierno y quienes muestran disposición benéfica y humilde logran el nacimiento humano.

¿Qué atisbo de verdad hay en esas creencias? No cabe duda de que ellas, junto con muchas otras en escrituras místicas, son mal entendidas porque los principios espirituales/psicofisiológicos humanos y las leyes de Karma, metempsicosis y reencarnación no se comprenden a nivel general. Huelga añadir que, cuando sean bien asimilados, desaparecerán el miedo supersticioso y las perspectivas inexactas, llevando a replantear nuestros destinos sobre la base de ideas correctas.

No existe más que UNA Vida, Infinita, Omnipresente, Ilimitada e Indivisible. A partir de ella y en su seno emergen Jivas o almas particulares; cada una representa una copia perfecta de dicha Vida y comporta todos los poderes ínsitos en ese Espíritu Universal. La evolución de aquéllas implica el crecimiento gradual de facultades ocultas a través de una larga serie de reencarnaciones dirigidas por la Ley Kármica, y sólo en la Tierra, el ser humano es la cumbre del proceso, cuyo destino es acoplar su Ser con la Divinidad, y ayudando a los reinos inferiores para conseguir el mismo objetivo; de esta guisa, no hay nada "muerto" en la Naturaleza. Los llamados "átomos minerales" o "inorgánicos" también encierran un potencial superior, y con el tiempo ascenderán la "escalera evolutiva" hasta alcanzar nuestra índole.

Lo que nos distingue de otros seres planetarios es el principio de Manas (Ego), un rayo de la Mente Universal, mientras las formas "pedáneas" entrañan ese rasgo inactivo que se "encenderá" rumbo a la etapa humana. Nuestra parte verdadera es este Ego Superior, que cuando encarna en un cuerpo humano se vuelve dual: una porción adquiere el rol de mente corpórea o mortal -personalidad mundana-, y la otra más sublime junto con Atma y Buddhi "incuba" al sujeto de carne y hueso. El Hombre Real es un Ego Reencarnante (Atma-Buddhi-Manas), en tanto que el individuo consiste en un reflejo burdo y transitorio del primero. Sólo perdura la esencia espiritual de los pensamientos y anhelos de un fallecido en el estadio post-mortem, los cuales se integran al Ser Superior como parte del progreso hacia la Completitud Absoluta.

Por ello, cuando decimos que "el humano reaparece en animales/vegetales" debe entenderse que no alude al Ego. Las almas en otros subreinos alcanzan nuestra etapa luego de incontables eras mediante todos los estratos inferiores, y habiendo conseguido venir al mundo entre nosotros, bajo ninguna circunstancia el Ego retrocede a jerarquías menos avanzadas, un hecho contrario al Plan Universal. Los bebés no reingresan en el útero, ni la sangre fluye por una sóla arteria para inundar el corazón, ni éste tampoco cierra sus válvulas forzando el ciclo.

Hay tres verdades principales que subyacen al tema. La primera reside en el misterio de la transmigración de átomos vitales. Nuestro cuerpo -como en todos los reinos de la Naturaleza y el planeta- está formado por innumerables "vidas" invisibles que pertenecen a los cuatro grandes elementos; son Jivas eternos, miríadas de chispas de la Vida Única que evolucionan en el peldaño más bajo. Los humanos, en cuanto Egos Espirituales, atraemos esos componentes de acuerdo con nuestro Karma y en toda encarnación, para concebir los principios físico, astral, pránico y kamásico. Al morir, ese conjunto cuádruple se desintegra y separa del Ego, y las vidas que les modelaron regresan al ámbito natural o van hacia nosotros cuando adoptamos otra "permanencia" terrena.

El Ego es indestructible, al igual que las mencionadas partículas. De modo continuo les "imprimimos" pensamientos, emociones y la energía de nuestros actos, buenos y malos. A su vez y durante la vida corpórea, el Manas Superior lleva un registro de esos predominios hasta en el último detalle, formando los vasanas o depósitos psíquicos, unidos magnéticamente a los átomos vitales de nuestra cobertura tangible. Así llegamos a la herencia de atributos y carácter (Samskara) que afloran desde nuestra propia creación, mejorados o corrompidos por obras individuales.

También en el curso mundano, dichas partículas surgen a diario de nuestro organismo y mente -cargadas con la fuerza de conductas o ideas-, entran en el caudal dinámico de la Naturaleza e influyen al prójimo u otros seres para bien o mal [es decir, consolidan o aminoran rasgos más o menos brutales]. Si somos egoístas y perversos, los efluvios que despedimos viajan al reino animal, vegetal o mineral, y metafóricamente se dice que el hombre "renace" entre ellos dependiendo de la similitud en su carácter. Este es el significado del aserto por Buda de que un joven perezoso adquirió "talle de escoba", pues sus átomos profusos de Tamas se integraron a plantas y hierbas con que se elaboró ese adminículo, y el Despierto presenció la imagen del individuo por medio de visión espiritual.

Las Ordenanzas de Manu, adicionalmente, se interpretan conforme a lo anterior: "El hombre (Nara) por sus acciones nefarias merece el estado (Yati) de los objetos inmóviles como plantas y minerales (Sthavarata); por las ofensas pronunciadas concurre a pájaros y animales (Pakshi Mrigata), y entregándose a malos pensamientos llega a lo más bajo de los hombres (Antya Jati)" (capítulo 12, verso 9).

Nara simboliza la personalidad terrestre. Hay una clara diferencia entre el “hombre”, su Ego Eterno/Real y el Espíritu: "Aquel impulsor de la vida y faenas del ser corpóreo se llama Kshetrajna ('conocedor del campo'), y el 'sabio Bhutatma' ('Ser que se compone de elementos') se encarga de realizar actos. Otro Ser interno que se genera con todos los encarnados (Kshetrajnas) es Jiva, a través del cual Kshetrajna se torna sensible a placeres y dolores en nacimientos sucesivos. Luego está el Gran Uno (Mahakshetrajna), y éstos dos últimos (...) se hallan muy unidos con los elementos, instilando a Aquél que reside en los seres multiformes" (Manu, capítulo 12, versos 12 a 14).

Asimismo, Nara refiere al engarce de Bhutatma (cuerpo) y Antaratman (Alma Interna/Mente Inferior) que moldean el "personaje terreno", y Kshetrajna (Ego Inmortal) se encuentra por sobre la vida efímera como testigo, experimentándola indirectamente a través de ellos, terminando con el Alma Suprema o Paramatma, la base de todo el cuadro.

Los humanos deben salvarse concretando los anhelos de su Divino Padre (Kshetrajna) o caer por inobservancia, prefiriendo vivir según pasiones grotescas. El Manava Dharma Shastra señala que los insensatos y vulgares (avidvamsonaradhamah), adictos a los sentidos y casquivanos, obtienen una existencia condicionada por múltiples faltas (ibídem, verso 52), siendo Nara [átomos vitales] lo que entra en dicha tesitura y no Kshetrajna. El concepto tampoco implica un "castigo personal", sino un efecto por acciones humanas que pueden perdurar a lo largo de varios renacimientos (HPB Series n° 25, p. 34).

Cualquier Sabio auténtico de perspicacia intachable ve la semblanza de alguien en plantas, criaturas o rocas, y saber que sus partículas les concibieron, pero los "psíquicos" imperfectos -para hoy contados por miles- desvirtúan o mezclan ambas facetas, contribuyendo a la superchería de que "renacemos en planos inferiores".


Parte 2 y final, marzo 2015

Nuestro Karma está indisolublemente conexo al que tiene el mundo. No es posible soslayar un destino común, pero estamos bajo el precepto ineludible de practicar virtudes y asistir al prójimo. Si atendemos a la Conciencia Divina y se demuestra ética cotidiana, damos a las "vidas" del cuerpo una índole superior haciendo que permanezcan en el reino humano, engendrando buenos pensamientos y emociones sutiles o más nobles, y atraemos influjos de carácter similar; entonces, toda la Naturaleza emite "ondas" finas y armoniosas para el bien de todos. Existen relatos de grandes sabios, en torno a cuyas ermitas residían animales salvajes mostrando y recibiendo perfecta calma. De tales individuos se habla en el Libro de Job (capítulo 5, versículos 22-23): "No tendrás temor de las fieras, porque con las piedras del campo estarás en alianza, y las bestias vivirán en paz contigo".

Si, por el contrario, nos focalizamos en impulsos viles y egoístas, nuestros "inquilinos metafísicos" contraen rasgos brutales, que al pasar a otros semejantes les inspiran a cometer obras de vicio y maldad. Así, nos hacemos responsables de impedirles a ellos y a la Naturaleza su marcha progresiva hacia estratos superiores, cosechando efectos de dolor, tristeza y más ignorancia.

Al explicar la doctrina persa del renacimiento en animales, Judge sostiene: "Esos átomos prorrumpen de todos nosotros a cada minuto, y buscan su centro apropiado o similar al temple de quien los desarrolla. Absorbemos de nuestros semejantes todo lo que se nos parece, y así es como el ser humano 'vuelve a encarnar' en reinos inferiores porque es el 'señor' del gran laboratorio de la naturaleza, su clave, foco y concentrador supremo. Y los corpúsculos que remite a las bestias volverán a él en alguna vida futura para desmedro, pero su faceta inmortal no decae, sino sólamente la más burda o personal. El hombre es hermano y maestro de todo ser que se halla a sus pies, por lo cual no tiene derecho a obstaculizar la naturaleza con faltas de virtud" (Heart Doctrine, p. 145).

En la Parte 1 esbozamos una de las tres realidades incumbentes al "retorno cíclico" en criaturas. La segunda es que los pensamientos de un individuo, aparte de modelar átomos de sus tejidos u órganos, tienen efectos inequívocos sobre el cuerpo astral mientras vive y posterior a la muerte. Si la persona fue egoísta, maléfica o viciosa, su "capa" interna asume el talle del animal feroz o reptil que homologa su carácter. En apariencia externa, los hombres o féminas con dicho pergenio pueden mostrar cariz normal o gran belleza, pero sus componentes invisibles a nuestros ojos -y bien percibidos por dotados veraces- adquieren figuras animales, grotescas o repulsivas, al ser el producto de sus pensamientos y actos.

Cuando un humano fallece, la anatomía tangible se desintegra y sus partículas somáticas (tendencias psicológicas) pasan por ciclos de transmigraciones en ámbitos naturales. La suma de pensamientos y deseos más nobles gravita hacia el Ego Superior, y aferrándose a él llega al Devachán; luego, en el área de Kama-Loka su constitutivo paralelo se une con el astral, carente de todo intelecto. Allí la "basura" tenue fabrica un "cadáver inconsciente" conocido bajo los nombres de bhut, pisacha, elementario, etc. Si en la vida mundana el occiso aplicó ideas y obras beneficiosas, su Kama rupa se disuelve pronto, mas si se entregó a modos perversos, manipuladores o materialistas la cobertura astral "digiere" el semblante de animales bravos o luce deforme, equivaliendo precisamente al carácter del muerto. Dichos residuos impuros siguen activos muchos años en Kama Loka y generan desequilibrios en la naturaleza, de lo cual la persona responderá bajo la Ley Kármica.

El cuerpo astral está hecho de cierta materia que el humano comparte con el mundo animal, exhibiendo afinidades espontáneas; por ello, los restos análogos de un muerto se adhieren a igual estrato sutil de sus "hermanos menores", pero sin implicar que el hombre adopte figuras animales. Aquí comprendemos mejor el episodio del asceta Jada Bharata [Parte 1], y el Bhagavad-Gita enseña: “Se dirige a lo mismo todo aquél que, como secuela de la constante meditación en una forma particular, piense en ella al abandonar su cuerpo físico” (VIII, verso 6). Así, el astral del sujeto adquirió la "estampa" del ciervo, y tras la muerte finalizó en el medio animal.

El tercer axioma se vincula con el reingreso del Ego en otro cuerpo, tras dejar su vida previa y Devachán. Todos sabemos que el marco físico humano es consecuencia del nexo entre células germinativas masculinas y femeninas. Puesto que la fineza de nuestro organismo y el proceso reproductivo dependen de los alimentos consumidos, el Ego que busca nacer debe "tomar posesión" en un gameto andrógeno y a través de la dieta seguida, con vistas a procurarse el nuevo soma alojado en el útero. Los Maestros teosóficos no se explayan mucho sobre el particular, al considerarlo más bien abstruso, pero dan ciertos indicios. El Chhandogya Upanishad consigna (cap. 5 y párrafo 10d): "Allí [la “esfera de la Luna” o Devachán] permanecen [los Egos espirituales] mientras les quede bondad. Cuando se agotan, vuelven por el camino que recorrieron: primero a esta esfera, del espacio al aire, para después convertirse en humo, nubes errantes y lluvia que nutre el campo, donde aparecen arroz, cebada, pastos, árboles, sésamo y frijoles. Es sumamente arduo salir de ahí, pues todo quien come alimento y esparce la semilla, como él nace el hombre caído" (versículos 5 y 6).

Las cláusulas previas tienen poco sentido si se toman literales. El "hombre caído" designa al Ego reencarnatorio, que adviene en un cuerpo análogo al de quien lo engendra. Se dice que Manas reside "prisionero" en plantas y granos alimenticios, desde donde emigra a diversos cuerpos animales que los ingieren; por eso, el Upanishad y Sri Shankaracharya sostienen que es complejo para Aquél -recluso en múltiples criaturas- entrar en un hombre fértil, y Su destino se halla condicionado a virtudes o defectos morales: “Entre ellos, los de buena conducta pronto alcanzarán nacimientos felices: maestros eruditos, héroes o gente de riqueza; pero los innobles devienen perros, cerdos, Chandalas o parias" (ibídem, verso 7).

En cuanto a los individuos ferósticos o proclives a malos pensamientos, el Ego puede quedar cautivo en animales y plantas durante la transición del estado incorpóreo al tangible, por tiempo considerable o proporcional a sus yerros, antes de encontrar un cuerpo humano acorde al Karma pretérito; sin embargo, es sólo un periodo de mayor o menor lapso, de acuerdo estricto con la Ley. Un paso rápido es producto de buen Karma, y la demora significa que el Ego se mantendrá sin encarnar, con la consiguiente pérdida de aprendizajes en el plano terrestre.

Además, en aquel contexto debe auscultarse el Manu Smriti que relata el "viaje humano" a cuerpos rocosos, vegetales y animales debido a ofensas por actos, mente y habla. Un mayor estudio de dichas leyes cruciales muestra el aspecto científico de la ética con que todos lograríamos el bien del mundo y la propia ventura. "Cada persona tiene un imperativo no sólo consigo misma, sino también para los átomos que utiliza, pues representa su principal educadora. Al poseer un número de ellos o desprendiéndolos en todo momento, debiera vivir de modo tal que asimilen un nuevo impulso hacia el entorno humano, en comparación con las bestias. Esa impronta y pujanza otorga afinidad por nuestros cuerpos y cerebros, o les envía a reinos inferiores mediante pasiones brutales (...). A partir de estos principios verdaderos, la gente podría llegar a creer en la transmigración como una manera oportuna y fácil de proponer el asunto, e indicar reglas de conducta" (Heart Doctrine, p. 131-132).

22 de enero de 2025

Los Lipika o Registradores Kármicos


(The Theosophical Movement, noviembre 2024).

En Teosofía, lo que se llama "Dios" es un Principio Impersonal, Eterno, Ilimitado, Omnipresente e Inmutable, y no puede emanar ni fragmentarse. Sin embargo, por así decir existe un segundo “Uno” o reflejo de aquél, llamado Logos o Iswara, que emite los Siete Rayos o Dhyani-Chohans. Blavatsky dice que este Logos Creador no es un "dios" personal ni extracósmico, sino el conjunto de Dhyanis y otras fuerzas. El término genérico Dhyani-Chohan designa a todos los seres celestiales o "dioses", y se agrupan en siete jerarquías de diversas clases, en varios planos, realizando tareas circunscritas a su ámbito particular, y bien pueden ser vistos como otras tantas manifestaciones de la Divinidad.

Entre los muchos órdenes de Dhyanis, Helena menciona tres: “Constructores”, “Espíritus Planetarios” y “Lipika”, cada uno dividido a su vez en siete subgrupos. Los primeros y terceros son poderes inteligentes o creativos, que terminaron "personificándose" mediante nombres. De las tres índoles de Lipika, la más baja se vincula con todos los sucesos de nuestro mundo; así, la voz Lipi-ka viene de lipi o "escritura", y corresponde a Seres Divinos relacionados con el Karma al ser sus "Secretarios" o "Escribas".

Desde la Mente Universal pasiva, los Lipika proyectan en la objetividad el plan ideal del Universo, siendo "amanuenses" directos de la Ideación Eterna, o como señala Platón, el “Pensamiento Divino”, y en base a este esquema suplido por ellos, los Constructores "reedifican" el Kosmos (Sistema Solar) después de cada Pralaya (Doctrina Secreta, vol. 1, p. 104).

Para asimilar el concepto de "Ideación Eterna", vemos en el Glosario Teosófico que “Akasa es la esencia espiritual sutil y suprasensible que instila todo el espacio; la sustancia primigenia (...) el Espacio Universal donde reside inherentemente la Ideación Eterna del Universo (...) y desde el cual irradia el Primer Logos o pensamiento expresado”.

En Studies of the Secret Doctrine tenemos: “El plano arquetípico es una expresión de la filosofía platónica [que es] el mundo tal como existía en la Mente Divina (...). Dicha sustancia cósmica, energizada por ideación homónima, es el mundo de los noúmenos donde se ubica el rango ínsito de los fenómenos, en sus aspectos abstractos y arquetípicos” (p. 29-30).

En la página 200 del primer volumen de La Doctrina Secreta, hay un gráfico sobre tres planos Arupa o “sin forma”, y otros cuatro atañentes al Rupa o "ámbito de las formas" (conciencia cósmica), que tal vez podamos enlazar con los tres niveles de Akasa y cuatro de Luz Astral.


El mundo arquetípico de los noúmenos, mencionado por Platón, es “el segundo de los ‘tres planos del Kosmos Septenario'" (ibídem, p. 30). El primer nivel Rupa se describe así: “Los constructores elaboran paternas según los cánones en la Mente Divina. El mundo de éstos últimos es también el ámbito modelo; está hecho de prototipos, y es aquél responsable de generar mundos sucesivos, en o sobre los cuales las formas suceden a los modelos” (ibídem, p. 30). De este modo, “las formas ideales (...) permanecen 'latentes' en el seno de la Ideación Eterna, como las futuras hojas de loto y sus pétalos están ocultos en la semilla” (p. 31).

Una vez que los Lipika objetivan el Plan Ideal del Universo (o traducen la Ideación Universal en Cósmica), los Constructores fabrican el mundo-modelo basado en estas formas. En Transactions, Blavatsky señala de qué manera las formas condensadas y concretas en el plano físico se desarrollan a partir del arquetípico. Se nos dice que “los prototipos o ideas de objetos existen primero en la Conciencia Divina eterna (Akasa), y éstos se invierten en la Luz Astral”. Akasa simboliza los niveles superiores de materia y conciencia (nouménicos), en tanto que el concepto por Platón sostiene que hay ideas abstractas de "las cosas que serán".

Podemos afirmar que en ese "marco" existe la idea de “triangularidad”, en base a lo cual aparecen los tipos rectángulo, equilátero, isósceles, etc. Basándose en la idea abstracta, los Constructores perfilan modelos que van mejorando de plano en plano, hasta que los Elementales o Espíritus de la Naturaleza trabajan en dichos patrones a fin de crear formas tangibles. El primer diseño es perfeccionado por los mundos que le suceden, cada uno más burdo que el superior -y en ese sentido menos puro-, remitiendo las "plantillas" astrales que surgen a modo de "imágenes concebidas". Por ejemplo, el plano de una casa corresponde a los prototipos espirituales, mientras que su miniatura -en madera o cartón- es la paterna astral, que a su vez sirve de proyecto para construir el hogar de cemento, ladrillo, etc., es decir, con sustancias más duras.

En The Secret Doctrine Commentaries, H.P.B. explica los cuatro ámbitos inferiores del diagrama previo. El rango arquetípico puede homologarse con el pensamiento que precede a la acción (a semejanza del Manas individual). Un artista primero concibe su idea antes de trabajar, pero debe adquirir lienzos, pinceles, colores, etc., lo cual concierne a la fase intelectual/creativa. Luego, el estadio formativo implica delinear bosquejos sobre el panel, y la etapa material se simboliza con el cuadro terminado.

El sloka o verso 6 (a) de la Estrofa V dice: “Los Lipika circunscriben el triángulo, el primer Uno (...) el Cubo, el Segundo Uno y el Pentáculo dentro del Huevo (círculo). Es el Anillo Infranqueable [Pass-Not]” (DS, vol. 1, p. 129). Al interpretar numéricamente, obtenemos 3, 1, 4, 1 y 5 que pueden cotejarse con la Estrofa IV, verso 2 (b), que habla de iguales cifras y da un total de dos veces siete ó 14. El valor "31415" ó 3,1415 es Pi, la relación de una circunferencia con el diámetro circular. Se supone que indica la jerarquía múltiple de Dhyani Chohans, y al guarismo del mundo interior o manifiesto que está circunscrito; también connota a los seres que se encuentran en el límite que separa el mundo fenoménico del noumenal, y ellos formarían el Dhyanipasa, “cuerda de los ángeles” o Anillo Inexpugnable. Respecto a cadenas planetarias, los Lipika que montan esa "palestra" dividen las áreas Rupa de las tres Arupa, si bien desde una perspectiva cósmica integran el Anillo que circunscribe el Huevo de Brahma, representado por el círculo o niveles perceptibles.

“Los Lipika separan los mundos (...) de Espíritu y Materia. Aquéllos que ‘descienden y ascienden' -las Mónadas encarnantes o humanos que luchan por 'elevarse' y aún no alcanzan su objetivo- pueden cruzar el ‘círculo Insalvable' sólo en el 'Día de Bienvenida' [Be-With-Us]” (DS, vol. I, p. 131). Este "lindero" metafísico es el que atraviesan los Egos mientras encarnan, y vuelven a pasarlo al “ascender" o "limpiarse", cuando a través de las ilusiones materiales se dan cuenta de que no están escindidos del Ser Universal y llegan a integrar la Esencia Única.

Metafóricamente, toda persona moldea y "empuja" una "cerca" dependiendo del desarrollo intelectual, psíquico y espiritual mientras vive la "fiebre separatista" en el reino tangible, a través de sus elecciones presentes y karma pasado que "monitorean" los Lipika. “La entidad espiritual llega al Nirvana eterno e inmutable sólo cuando se libera para siempre de toda partícula de materia, sustancia o forma, y se convierte de nuevo en parte del Aliento Divino” (La Clave de la Teosofía, p. 113). No pueden zanjar el Anillo otros seres celestiales excepto los Lipika, ni menos la gente común que no haya conseguido el Nirvana, excepto en el instante del Mahapralaya.

La Doctrina Secreta (vol. 1, p. 132) enseña que Visishtadwaita alcanzó la felicidad de Moksha en Parampadha, lugar constituido por el Suddasatwa o esencia divina de que están hechos los "cuerpos" de Dhyanis más sublimes. Allí los Muktas se liberan para siempre de atributos materiales o kármicos y no están obligados a reencarnar en la Tierra, pero pueden hacerlo voluntariamente.

Se dice que los elementales o "vidas" propalan el Karma a las órdenes de Chitra-Gupta o Lipikas, imprimiendo "la enorme galería de imágenes de la Eternidad en la Luz Astral y sus 'catálogos invisibles', un registro fiel de cada acto y pensamiento humano de todo lo que fue, es o será en el Universo fenoménico”. La literatura egipcia indicaba cuarenta “Evaluadores” en la zona de Amenti que leen la vida en los corazones de fallecidos ante Osiris o el equivalente de Yama (Karma). Además, el hindú Chitra-Gupta supervisa el Agra-Sandhini o historia del individuo que permanece en los archivos astrales (DS, vol. 1, p. 104-105).

El hinduismo sostiene que Chitra-Gupta es un dios cuyo oficio es "poner en bitácora" a todos los humanos en la Tierra, y generalmente se lo representa a la derecha del rey Yama (o de la muerte) sosteniendo un inventario de nuestras obras mundanas. Cuando el espíritu del difunto ingresa en Yamaloka, sus acciones se juzgan para decidir si es meritorio del Swarga ("cielo") o Naraka ("infierno").

Los Lipika son agentes de Karma o Ley Retributiva. “En la Kabbalah se denominan 'cuatro Ángeles Registradores'; en India, los cuatro Maharajás que toman nota de cada pensamiento y obra humanos” (Transactions, p. 147). Dichos Maharajás gobiernan las fuerzas cósmicas del Norte, Sur, Este y Oeste, pero necesitan vehículos materiales -por ejemplo, los tipos cuádruples de vientos- con tal de hacer cumplir decretos kármicos. Se afirma que ciertas masas de aire "llevan" descalabros y otras son auspiciosas, al tenor de epidemias, contratiempos o hechos críticos en el planeta. “La gloria de Dios viene de Oriente", de acuerdo con Ezequiel, mientras el dogma católico-romano atribuye diversas calamidades a los "mensajeros invisibles" del Norte y Oeste (DS, vol. 1, p. 123). Subrayemos que los Maharajás no recompensan ni castigan a la especie humana, sino ella misma se condena o redime al actuar individual y colectivamente, sembrando pensamientos y actos que despiertan poderes análogos en el mundo sideral; éstos, a su vez, son atraídos hacia quienes produjeron determinados factores y reaccionan sobre ellos.

Estas injerencias pueden referir a elementales, en cuanto emisarios de Karma que gatillan réplicas -ya sean unitarias o grupales- a nuestros efluvios psíquicos o actos. William Judge enseñó que toda patología física muestra un desajuste del ser interno en el plano material. El libro teosófico For The Children Who Ask Why contiende que las "vidas" en el planeta se saturan por ideas egomaníacas o perversas de hombres y mujeres, llegando a un "punto álgido" que detona tsunamis, terremotos, volcanismos, etc., ya que nos auto-castigamos por el modo en que cada persona utiliza su mente. Muchos estudios serios en Parapsicología demuestran que las cogitaciones emiten formas sutiles de materia; así, toda partícula es susceptible de absorber o consignar hechos.

Visto lo anterior, hay otro detalle oculto: “Los Lipika se relacionan con el destino del individuo y el nacimiento de niños, cuyas vidas ya están delineadas en la Luz Astral no en un sentido fatalista, sino sólo porque el futuro, como el PASADO, siguen vivos en el PRESENTE. También puede señalarse que tienen predominio sobre la Ciencia Astrológica, y guste o no, debemos admitir su realidad” (DS, vol. 1, p. 105).

3 de marzo de 2022

¿Qué pasa con las personas que cometen suicidio?


"El suicidio es el peor de los crímenes y terrible en sus resultados" 
 (H.P. Blavatsky).

"Suicidio: el más grande de todos los crímenes existentes” 
(Maestro S.B.). 

"Los suicidas no están muertos, pues sólo han matado su tríada física (…) Los suicidas que tontamente quisieron escapar de la vida, se encuentran aún vivos y tienen suficiente sufrimiento para ellos desde esa misma existencia. Su castigo está en la intensidad de ésta última" 
(Mahatma K.H.).

Debido a que el suicidio es una forma de muerte autoinducida y altamente antinatural -y que sigue siendo espiritualmente ilegal, aunque muy trágica y en muchos casos comprensible y digna de toda nuestra compasión-, el proceso mortuorio en este caso es diferente al de un deceso natural; esto se aborda con detalle en ¿Qué ocurre cuando morimos?

El individuo que se suicida permanece completamente consciente y atrapado en Kama Loka (atmósfera psíquica o astral que rodea y hasta cierto punto interpenetra el plano físico), capaz de atestiguar todo lo que sucede en la Tierra con respecto a las situaciones y personas que abandonó, y tiene que permanecer allí durante el tiempo previsto de lo que habría sido su vida si no hubiera cometido suicidio.

Por ejemplo, si la persona estaba destinada por su Karma a vivir 90 años terrestres en esa encarnación y se suicidó a la edad de 20, tendrá que permanecer dentro de Kama Loka durante 70 años y no podrá seguir progresando hasta entonces, y tampoco puede pasar por el proceso completo de la muerte y entrar en el estado de Devachan o "Cielo".

En este sentido el Maestro K.H. explicó: "Esa ola vital y particular de evolución debe trasladarse hacia su orilla". Los suicidas están verdaderamente atrapados, y el sufrimiento causado por hallarse en ese contexto es mucho peor que la "tortura" evitada en la Tierra.

El hecho de tener que quedarse en Kama Loka durante toda la vida restante a la que estaban destinados en ningún sentido es una forma de "castigo" impuesto por un Poder Superior o Ser Divino; se da simplemente porque cada ser humano está compuesto de siete partes o componentes (generalmente llamados “Siete Principios” en las enseñanzas de Teosofía), y las Leyes inmutables de la Naturaleza requieren que éstos se separen de la manera correcta, en el orden apropiado y el momento preciso para que todo se desarrolle de forma normal en el momento de la muerte y el contexto del más allá.

La persona que muere de forma normal lo hace porque sus Principios han seguido gradualmente todo su curso de duración prevista, y por su propia dinámica han dejado de permanecer unidos entre sí, pero éste no es el caso de la persona que comete suicidio. 

Quienes ponen fin abrupto y forzado a su existencia se encuentran igual de vivos después, sólo que ahora sin su cuerpo físico y en un nivel incluso más "entrampado" que antes. A menudo llenos de arrepentimiento y deseos de volver a estar en contacto con la vida terrestre, es relativamente fácil para ellos iniciar comunicaciones con un médium o que éste los busque.

Pero esto es lo peor que pueden hacer, ya que es espiritualmente ilegal que los individuos reinicien vínculos con la vida de que se han privado en modo intencional. Los Maestros y Madame Blavatsky enseñaron que la víctima suicida que incurre en esto a menudo perderá su alma para siempre como resultado, y cuando llegue el término de su vida natural. También se reservará un destino oscuro para el médium que hizo posible esa transgresión, ya que habrá creado un terrible Karma para sí mismo.

¡Si tan sólo la gente dejara a las almas difuntas en paz y se les permitiera progresar en su camino ascendente y potencial! Tras describir algunos de estos aspectos, el Maestro K.H. añadió acremente: "Y ahora podrás entender por qué nos oponemos con tanta fuerza al espiritismo y la mediumnidad".

A finales del siglo XIX, cuando las enseñanzas de Teosofía se dieron al mundo, no era conocido el concepto de las E.C.M. (Experiencias Cercanas a la Muerte), por cuanto sólo en las últimas décadas se ha producido e incrementado una conciencia general y el estudio científico serio de este fenómeno.

Es interesante observar que la naturaleza y descripción de casi todas las E.C.M. actuales están en perfecta armonía con las explicaciones y los detalles proporcionados por la Teosofía. Nos referimos aquí al sistema original y genuino de H.P. Blavatsky, William Quan Judge y los Maestros, no la pseudoteosofía de “figuras” posteriores como C.W. Leadbeater, Annie Besant y Alice Bailey, ya que sus postulados sobre la muerte y la vida post-mortem son profundamente distintas de la Doctrina auténtica, y no están validadas por investigación contemporánea sobre las E.C.M. u otras instancias similares.

Incluso podemos comparar la enseñanza teosófica acerca de la experiencia interna para alguien que se suicida (que ya describimos) con lo que señala el doctor Raymond Moody en su famoso libro "Vida después de la vida". El autor escribe lo que reproducimos a continuación con respecto a las entrevistas que realizó con quienes atestiguaron una experiencia cercana a la muerte, como resultado de un intento de suicidio al que sobrevivieron, o que fueron resucitados mecánicamente:

“De manera uniforme estas experiencias se caracterizaron por ser desagradables. Como dijo una mujer: 'Si dejas aquí un alma atormentada, también serás un alma atormentada allí'. En resumen, informan que los conflictos de quienes intentaron escapar con el suicidio todavía estaban presentes cuando murieron, pero con complicaciones adicionales. En su estado incorpóreo, no pudieron hacer nada por sus problemas, y también tuvieron que presenciar las consecuencias desafortunadas que resultaron de sus actos. Un hombre que abatido por la muerte de su esposa se disparó a sí mismo, 'murió' como resultado y fue revivido. Dice: 'No fui a donde estaba [mi esposa] y llegué a un lugar horrible (…) Inmediatamente vi el error que había cometido (…) Pensé: desearía no haberlo hecho'. Otros que experimentaron este desagradable estado de 'limbo' comentaron haber tenido la sensación de que estarían allí por mucho tiempo, y éste fue su 'castigo' por 'romper las reglas' al tratar de liberarse prematuramente de lo que era en efecto una 'tarea', es decir, llevar a cabo un determinado propósito en la vida".

En su libro posterior "Reflexiones sobre la Vida después de la Vida", Moody señala:

Todas estas personas están de acuerdo en un punto: sintieron que sus intentos suicidas no resolvieron nada y descubrieron que estaban involucrados [en el otro mundo] en exactamente los mismos problemas de los que habían tratado de librarse por el suicidio. Independiente de la dificultad que habían tratado de evadir, todavía estaba allí y sin resolver. Una persona mencionó estar 'atrapada' en la situación que había provocado su intento de suicidio y se repetía una y otra vez, como en un ciclo".

En el excelente libro de Sylvia Cranston llamado "Reincarnation-A New Horizon in Science, Religion and Society" se relatan algunas observaciones y vivencias del psiquiatra estadounidense George Ritchie durante su propia experiencia cercana a la muerte. Citamos aquí un pasaje particularmente relevante y trágico de esa obra que incluye extractos del estudio de Ritchie:

“Según el psiquiatra George Ritchie, uno de los peores destinos de un suicida es que después de la muerte puede contemplar la miseria causada por su acto de autodestrucción. Entre los lugares a los que llevó el 'guía celestial' a Ritchie durante su propia experiencia próxima al deceso, se encontraba una casa donde un hombre más joven seguía a otro mayor de una habitación a otra y repetía: 'Lo siento, papá... ¡no sabía qué le haría a mamá! No lo entendí'. Pero aunque Ritchie podía escuchar al joven claramente, era obvio que el otro sujeto con que estaba no podía oírlo. El anciano llevaba una bandeja hacia la habitación donde una anciana se hallaba sentada en la cama. 'Lo siento, pa', decía el joven suicida o 'lo siento, mamá', una y otra vez a los oídos que no podían escucharlo". George cuenta: "En desconcierto me volví hacia el brillo a mi lado, y aunque sentí que Su compasión fluía como un torrente hacia el lugar que teníamos ante nosotros, ningún entendimiento me iluminó. Varias veces nos detuvimos ante escenas similares. Por ejemplo, un niño iba tras una adolescente por los pasillos de una escuela, diciendo 'lo siento, Nancy'".

"Luego vieron una mujer de mediana edad que pedía perdón a un hombre de cabello gris. Ritchie entonces se volvió suplicante a su guía: '¿Por qué siguen hablando con personas que no pueden escucharlos?' Entonces desde la Luz a mi lado vino el pensamiento: Son suicidas, encadenados a cada consecuencia de sus actos. Esta idea me sorprendió, pero sabía que venía de Él, no de mí, porque ahora no veía más escenas igual que éstas, como si la verdad que Él enseñaba se hubiera aprendido".

Por lo tanto, ¡es muy apropiado que los Maestros se refieran a las víctimas de suicidio como "caminantes de la Tierra"!

En su artículo "Suicide Is Not Death", William Q. Judge (colega cercano de H.P. Blavatsky y cofundador de la Sociedad Teosófica) expresó el asunto de esta manera:

En general el destino del suicida es horrible. Se ha separado de su cuerpo usando medios mecánicos que lo afectan, pero no puede tocar al hombre real. Luego se proyecta en el mundo astral, porque tiene que vivir en algún lugar, y allí la Ley implacable, que actúa realmente por su bien, lo obliga a esperar hasta que pueda morir de modo adecuado. Y como es obvio, debe esperar medio muerto los meses o años que, bajo el orden de la Naturaleza, hubieran pasado por sobre él antes de que el cuerpo, el alma y el espíritu pudieran separarse correctamente. El suicida se convierte en una sombra; vive en el purgatorio, por así decirlo, llamado por el teósofo 'lugar de deseo y pasión' o Kama-Loka, y así existe totalmente en el reino astral, devorado por sus propios pensamientos. Recreando en pensamientos constantes y vívidos el acto mediante el cual intentó detener la peregrinación de su vida, al mismo tiempo ve a la gente y el lugar que abandonó, pero no puede comunicarse con nadie".

En este siglo XXI las tasas de suicidio están aumentando dramáticamente y de forma constante por lo menos desde de los años cincuenta o sesenta, mientras que las gentes tuvieron la misma oportunidad y capacidad para atentar contra sus vidas muchos siglos antes de nuestra Era, pero no lo hicieron. ¿Y qué dice esto acerca de nuestra "civilización" fanfarrona en que la ciencia es el “Dios” del hombre, el materialismo y la sensualidad su credo, y la televisión, la Biblia e internet el patio de recreo?

La verdadera espiritualidad no es una fantasía ni un engaño, como a muchos "científicos" y ateos bravucones les gustaría que la gente crea, porque es la revelación de HECHOS y REALIDADES. La premisa fundamental de la Teosofía es que la Verdad existe y que también existen “Aquéllos que saben”. H.P. Blavatsky era muy consciente de lo que hablaba, al igual que William Judge y los Maestros orientales de quienes eran discípulos devotos.

Robert Crosbie, estudiante asociado de Judge y fundador de la Logia Unida de Teósofos, escribió: “La Teosofía está para aquéllos que la quieren. Sí, la verdad está aquí: la respuesta a cada pregunta y la solución a cada problema que pueda tener, si usted está dispuesto a recibirla”.

DEDICAMOS ESTE ARTÍCULO A TODAS AQUELLAS ALMAS QUE ELIGIERON TERMINAR CON SU VIDA, Y TAMBIÉN A AQUÉLLOS QUE ESTÁN VIVOS CON NOSOTROS Y LUCHAN CONTRA PENSAMIENTOS OSCUROS O DEPRESIVOS Y CONTEMPLAN SUICIDARSE.
QUE TODOS ELLOS RECOBREN LA FUERZA PARA SEGUIR.

7 de febrero de 2022

¿Es verdad que "la Teosofía y el Karma perpetúan las inequidades sociales"?


En algunos círculos "académicos" y otros que se precian de "racionalistas" (aún cuando sus exponentes tienen la afición de escoger sólo lo que les incomoda en aquéllo que atacan o difaman y como "gran muestra" de su "humildad objetiva") se suele "argumentar" que las enseñanzas teosóficas respecto a las Leyes de Karma y Reencarnación "justifican o realzan las diferenciaciones sociales arbitrarias", supuestamente con objeto de mantener en "sumisión" a los seguidores de la Teosofía -y las religiones índicas que sostienen dichas leyes- para "perpetuar abusos, discriminaciones y corrupción" en determinados estamentos o entre las mismas divisiones sociales.

Una de las principales bases para dicha pseudocrítica proviene de una lectura exclusivamente literal y "viviseccionista" del Bhagavad-Gita (además de las traducciones defectuosas que circulan) que como señalamos en este artículo también contiene aspectos esotéricos si se sabe abordar de manera correcta y desprejuiciada

En décadas recientes muchos ateos rabiosos, nihilistas o banderizos se han embarcado en una campaña ridícula y estéril contra el aspecto únicamente externo/exotérico de las principales religiones mundiales tratando de elevar el "racionalismo cientificista" a un altar de "infalibilidad". No obstante, toda persona con un mínimo de sentido crítico y DECORO notará fácilmente que incluso en ciencia y política (actualmente casi indistinguibles por el circo mediático del calentamiento global, el Covid-19 y la flagrante manipulación/negación de datos por los sectores involucrados) hay conductas maquiavélicas tendientes a perpetuar malas prácticas y doble estándar inspirados por el afán de notoriedad, desviación/malversación de fondos, conflictos de poder o interés, etc., y desde la visión de su negocio es muy conveniente para ellos atacar en forma incesante las ciencias esotéricas y los elevados principios morales que implican.

Muchas veces se dice que "la culpa no es del cuchillo, sino del monstruo que lo usa", y a este respecto los Mahatmas teosóficos en sus Cartas señalaron claramente que el sacerdocio (egoísmo de guante blanco en varios casos) y la imposición de la creencia en "dioses" o dogmas dudosos han contribuido en buena medida al nivel de decadencia y odiosidad actuales entre las diversas religiones, e incluso en su propio seno. 

Entre otros "nuevos dogmas" está la idiotez post-moderna del "tanto tienes, tanto vales", el celebrado reflejo de la perversión en el esquema establecido (sacerdotes, ideólogos, administradores, profesionales, militares, comerciantes y trabajadores, todos ellos permeados por infecciones tales como el nepotismo, la ética a la carta, la politiquería cortoplacista y hormonal, el arribismo, la cleptocracia, etc.) que a su vez hace que la dinámica social -o el acceso a mejores condiciones evolutivas- sea imposible en los países del Segundo/Tercer Mundo, o como dirían algunos, de "subdesarrollo exitoso". Si revisamos la obra de Helena Blavatsky y William Judge, se constata fácilmente que muchas veces la Teosofía combate y denuncia el egoísmo sin cuartel ni tibieza, pues sólo el mérito moral es garante de una sociedad más justa que sea capaz de controlar debidamente el mal en todas sus formas (no erradicarlo, porque eso es imposible mientras exista el dualismo originado por el uso indebido de la materia y las facultades humanas) que atenta una y otra vez contra los principios de armonía en el Cosmos y la Naturaleza.

Cabe recordar además que:

a) Al escribir sobre la Ley de Karma, Judge mencionó que esta norma universal no implica sólo "castigo o recompensa" arbitrarios como se piensa en Occidente, sino que también conforma una Ley de Necesidad Evolutiva pues -como bien señalan la lógica budista e hindú- la felicidad por sí misma no produce aprendizaje ético ni tampoco obliga a reconsiderar nuestras actitudes cuando sea menester, sino es más bien el producto del obrar correcto, y así "el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional".

b) Dicha ley de necesidad tiene en cuenta:

b.1) los actos de omisión (lo que elegimos no hacer en perjuicio de la dignidad humana o los ciclos y estados naturales) y comisión (acciones efectivas para bien o mal, egoísmo o altruismo) en todos y cada uno de nosotros y su influencia pasada, presente y futura en el colectivo humano; y 

b.2) la intención o motivo moral/inmoral del agente, que muchas veces es doble como se demuestra en el obrar "político", "religioso" o "científico". 

Precisamente ésta es la negligencia conceptual común a los sectores anarquistas de izquierda/derecha y el ateísmo de cuarta categoría al plantear la "eliminación de autoridades", "suprimir las diferencias sociales por vía armada" o descartar todo credo oriental como "invención" mediante "indagatorias" extremadamente sesgadas y selectivas. Con esto queda de manifiesto la ignorancia supina y el desdén adolescente en estos grupos de falsa política respecto de temáticas espirituales al promover sólo reformas externas y materialistas guiadas por fanatismos y resentimientos no digeridos que -como si eso fuera poco- inculcan en sociedad para mover raudales de dinero a costa de manipulaciones psico-ideológicas.

[El hermetista Paul Jagot observaba: "En su delirio subversivo, estos pretendidos anarcos e individualistas reivindican el 'derecho' a vivir fuera del juego de las reglamentaciones sociales, a fin de entregarse sin frenos a las diversas impulsiones precisamente contenidas por la ley. El verdadero individualismo comienza por la ordenación interior, pues ¿cómo se puede luchar contra la colectividad organizada y ni siquiera sustraerse a su influencia, si no se saben disciplinar los medios propios de defensa y acción?"]. 

Como respuesta a este grave contexto, presentamos extractos de los comentarios por Robert Crosbie -fundador de la Logia Unida de Teósofos- para la versión del Bhagavad-Gita según William Judge, especialmente referido al Capítulo XVIII de esa obra y su exégesis sobre la importancia de la acción e inacción humanas en el contexto kármico, y también su relación esotérica con los verdaderos orígenes y razones del sistema de castas hindú, como su emulación en todos los países hasta el día de hoy. Sugerimos también la lectura previa de "Para entender correctamente el Karma", "Karma: actos de comisión y omisión", "Los elementales y la Luz Astral", "Las tres Gunas", "Una explicación sobre las Skandhas", "Teosofía y política" y la serie "Explorando los 'Aforismos sobre Karma' por William Judge".

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El capítulo comienza con esta pregunta por Arjuna: “Yo deseo aprender, oh tú de grandes brazos, la naturaleza de cómo abstenerse de la acción, renunciar a sus resultados [desapego de las ilusiones materialistas] y también la diferencia entre estos dos”. 

Toda esta sección está dedicada a la instrucción dada por Krishna. No sólo en la respuesta se incluyen la naturaleza de la abstinencia por actuar y la renuncia a sus efectos, sino también un entendimiento sobre la característica misma del hecho y sus causas y bases. En lo que concierne a los “agentes de la acción” Krishna dice: “Aprende, ¡oh tú de grandes brazos!, que para la realización de toda obra, cinco agentes son necesarios, como se ha dicho. Estos son: el substrato, el agente, los varios tipos de órganos, los varios y distintos movimientos y con éstos, el quinto o las deidades [cualidad refinada/burda del aura humana] que presiden. Estos cinco agentes están incluidos en la ejecución de todo acto llevado a cabo por alguien, ya sea con su cuerpo, palabra o mente”, y añade: “Quienquiera que por sus imperfecciones mentales contempla el yo real [ego animal] como 'agente', piensa de modo erróneo y no ve debidamente”. Por lo tanto, es obvio que no es el “ser real” lo que actúa, una declaración que ha sido reiterada a través de los capítulos previos y que es necesario asimilar antes que la naturaleza de la acción sea comprendida. 

Prakriti -o Naturaleza- es la causa de toda acción a través del Universo y también la base por cuyo medio la acción puede llevarse a cabo, y esto es cierto en cada plano de existencia. En el capítulo trece leemos: “Sábete que prakriti o naturaleza, y Purusha o espíritu, no tienen comienzo; y que las pasiones y tres cualidades o gunas surgen de la naturaleza. Se ha dicho que prakriti es aquéllo que opera en producir causas y efectos en las acciones, mientras que el espíritu individual o purusha representa la causa de la experiencia del dolor y placer, porque cuando el espíritu es investido con la materia o prakriti experimenta las cualidades que proceden de ésta”. Este pasaje arroja algo de luz sobre el significado del "substrato”, la sustancia en su estado primordial de la cual proceden todas las diferenciaciones y en cuyo interior se contienen todas ellas; así, constituye el agente básico de todo acto. En la clasificación, la palabra “agente” puede ser comprendida como el poder que impulsa a la acción; por ejemplo, el yo personal [ego animal/inferior] con sus ideas concretas y limitadas impele a los órganos corporales y los movimientos necesarios para llevar a cabo la idea prevaleciente. El quinto “agente” es llamado como “las deidades que presiden”, término que puede explicarse por el hecho de que nuestros cuerpos están compuestos por pequeñas vidas [elementales/campo áurico] de muchas clases y cada una de ellas actúa sólo en respuesta a impulsos determinados; también cada tipo actúa de acuerdo a su propia naturaleza y constituye una jerarquía de seres, devas o divinidades.

Desde luego, se da por entendido que Aquéllo de lo cual emana todo poder de percibir o causar acción es el Ser de Todo; por así decirlo, ese poder se particulariza en el Ego Individual [reencarnante] que en planos superiores impulsa acciones; en el ámbito físico, el yo personal no es más que un aspecto temporal de Manas Superior, y así el primero es llamado en ocasiones “falso ego” por razón de su carácter ilusorio; es este yo personal que consciente o inconscientemente impele a la acción las vidas que existen en sus órganos corporales

Ahora podemos comprender mejor este pasaje del capítulo quinto: “El devoto que conoce la verdad divina piensa ‘yo nada hago’ cuando veo, escucho, toco, huelo, como, me muevo, duermo o respiro; y aún cuando hablo, doy o tomo, abro o cierro los ojos, él dice ‘los sentidos y órganos se mueven por impulso natural hacia sus objetos apropiados’”. Se ha dicho que el Ser [Superior o Atman] no actúa ni hay influencias sobre él; esto ha de ser cierto también para el yo personal, porque como dice el capítulo trece: “El espíritu en el cuerpo es llamado Maheshwara, el Gran Señor, el espectador que amonesta, sostiene y disfruta, y también el Paramātman, el Alma Suprema”. El Ser o espíritu en el cuerpo es engañado por las tres cualidades percibidas en la naturaleza [gunas], ya sea que le agraden o desagraden y se identifica con las acciones que ella induce. “Realmente comprende aquél que ve que todas sus acciones son ejecutadas sólo por la naturaleza y que el yo interior no es el actor”. También se encuentra este pasaje: “El sendero de la acción es oscuro; entonces, el individuo que ve inacción en la acción y viceversa, es sabio entre los hombres”. 

Si reconstruimos nuestras ideas en lo que concierne a la acción como está indicado más arriba, esto arrojará una nueva luz sobre la responsabilidad kármica, conectándonos más íntimamente con todos los yoes, con todas las vidas pequeñas o grandes y nos asistirá a un mejor logro de cómo actuar por y como el Ser. Habiendo determinado la naturaleza de la acción hasta cierto punto, hemos activado a ese nivel lo que Kṛishna llama “poder discerniente” que también se llama Buddhi o cognición directa, el entendímiento más elevado o facultad de juicio de acuerdo a sus varias clases de actividad. Estos grados fluyen de la atracción hacia una u otra de las tres cualidades que se encuentran en la naturaleza y se les describe así: “El poder discerniente que sabe cómo comenzar y renunciar, lo que debería y no debería hacerse, lo que debiera y no debiera temerse, lo que ata y libera al alma, eso es la cualidad de sattva. Ese discernimiento, oh hijo de Prithā, que no sabe enteramente lo que ha de hacerse y lo que no, lo que debía temerse y lo que no, es la cualidad de rajas, hija de la pasión. Y el poder discriminatorio que está envuelto en oscuridad, que confunde lo correcto e incorrecto y todas las cosas contrarias a su verdadera intención y significado, representa la característica oscura de tamas”. 

Y con ese “poder discerniente" también debe existir la "habilidad de determinación”, pues seríamos desleales a lo mejor que conocemos a no ser que seamos inconstantes en la devoción hacia la vida suprema y al ideal de una existencia consciente en espíritu y no en la materia. Habiendo alcanzado la facultad de discernir y al haberse mostrado el sendero que es particularmente nuestro, deberíamos abandonar toda otra consideración que tiende a distraernos de ello, por cuanto se hace necesario cultivar y practicar “ese poder de determinación que sostiene la cohesión en el individuo, que por la devoción controla cada movimiento de la mente y respiración, de los sentidos y órganos”; esto “participa de la cualidad de sattva” según el capítulo, y eso es el instrumento completo que se utiliza sólo para el más elevado propósito. 

Esa "facultad de determinación” puede existir sin el más egregio poder de discernimiento, como en el caso de alguien que al buscar los frutos de la acción aprecia el deber, placer y bienestar según el deseo o rajas; o en el hombre de una capacidad pequeña que permanece firme en letargo, miedo, dolor, vanidad e imprudencia, atrapado por la cualidad tamásica. 

En caso que hayamos definido la naturaleza del acto, el objeto del discernimiento verdadero y la determinación que es armónica en pensamiento, voluntad y sentimiento -como también un proceder conforme a nuestra resolución-, sólo hubiéramos podido lograrlo a través de ese "algo" que es “la sabiduría que percibe en toda la naturaleza un Principio Único, indivisible e incorruptible, inseparado en los objetos que asemejan estar divididos” y que atañe a la cualidad de sattva. Eso es el Ser interno e inmutable, respecto del cual llegaremos a una realización cada vez más profunda si seguimos las líneas de nuestra determinación.

No puede haber realización del Ser en esa clase de conocimiento “que percibe muchos y diferentes principios como se presenta en el mundo de las criaturas”, o en “ese saber que no tiene ningún valor, es mezquino, se adhiere a un sólo objeto como si fuera el todo y que no ve la causa verdadera de la existencia”.

Todas nuestras cogitaciones dan lugar a actos entre las vidas que componen nuestro instrumento astro-físico, y como nunca cesamos de pensar, el acto continúa siempre porque se dice a menudo que “el pensamiento es el verdadero plano de acción”. Aún cuando no estemos contemplando ningún proceder corporal inmediato, por nuestros pensamientos podemos acumular una tendencia en las vidas de nuestro instrumento que eventualmente resultarán en acciones externas dondequiera que las condiciones favorables lo permitan, y seremos víctimas de nuestra falta de discernimiento y constancia, así como también envolveremos a otros en nuestro destino

“Ahora escucha cuáles son estas tres clases de placer desde donde emanan la felicidad por hábito y mediante las cuales termina el dolor”. Podemos obtener alguna comprensión de esta sentencia si consideramos que cuando alguna meta u objeto son deseados y buscados ardientemente y los encontramos, nos da felicidad al principio y con ello termina el dolor de no conseguirlos; pero la felicidad no permanece igual pues se resuelve en satisfacción y hábito, hasta que este último se convierte en aburrimiento y anhelamos otro final u objetivo

“La cualidad de sattva es declarada en aquéllo que al comienzo es como veneno y al final es como agua de vida, y surge de una comprensión purificada [esto es, nada que ver con un odio por la materia en sí, sino saber utilizarla y no dejarse dominar por ella]”. La búsqueda de deseos trae un comienzo de dulzura y un final amargo; el placer adquirido por vagancia, descuido e indiferencia atontan el alma. Al principio la emancipación del deseo, descuido o indiferencia es “como veneno”, pero con un entendimiento purificado se convierte “en agua de vida”.

[Nota: en Teosofía se dice que la cualidad o guna más elevada de sattva es sólo "bondad al estilo humano", y por ende imperfecta. Repetimos: "El Ser o espíritu en el cuerpo es engañado por las tres cualidades percibidas en la naturaleza, ya sea que le agraden o desagraden y se identifica con las acciones que ella induce"]

La declaración de que “no hay criatura sobre la Tierra ni entre las huestes del Cielo que esté libre de estas tres cualidades que surgen de la naturaleza” nos señala el hecho de que esa tríada existe en cada plano del ser.  

Las rígidas castas hereditarias de India actual no son las mencionadas en este capítulo como brahmanes, kshatriyas, vaisyas y sudras. En el pasado y antes que la antigua enseñanza fuera materializada, el matrimonio representaba un contrato sagrado y religioso; la vida familiar era entendida y conducida para proveer un ambiente apropiado para los Egos [Manas] de la misma naturaleza en ese grupo a lo largo de líneas espirituales, psíquicas y otras índoles. Para entonces existían castas naturales donde convergían todas las líneas de herencias, pero en estos tiempos de degeneración las prosapias están mezcladas y hay quienes nacen en estirpes cuya naturaleza no se conforma a la original, adoptando y abusando su nombre y privilegios. Sin embargo, las castas existen por todas partes, aunque la posición social o condición física ya no las distinguen. En todos los países actuales están quienes se hallan en alta posición y poder que por naturaleza son sudras, y muchos que siendo brahmanes en su índole se encuentran más abajo en nuestra escala social, porque este es el Kali Yuga, cuando los poderes de la oscuridad están en ascenso. 

Las castas antiguas ejecutaban deberes que eran resultado de sus variadas naturalezas y eran así reconocidos por todos. No existía orgullo de casta ni celos y se generaba una comunidad ideal de ayuda mutua; por tanto, las obligaciones de los linajes eran determinadas "por las cualidades predominantes en cada una”

“Los hombres logran la perfección al permanecer contentos y devotos a sus propios deberes (aquéllos por los cuales su naturaleza los hace aptos)”. “Una persona obtiene perfección [en todo cuanto hace] cuando ofrenda al Ser Supremo o la fuente de las obras de todo y por quien el Universo fue desplegado”. “La ejecución de las obligaciones vocacionales del individuo, aunque carezca de excelencia, es mejor que realizar el deber de otro, no importa cuán bien lograda esté, y aquél que cumple los deberes exigidos por la naturaleza no incurre en pecado. El deber natural que es propio de alguien no debiera ser abandonado, aún cuando este manchado con faltas […] La más alta perfección en la libertad del acto se logra a través de la renunciación por quien tiene una mente libre y un corazón subyugado”. 

Dharma es una palabra que en nuestro lenguaje ha sido traducida como “deber”, pero tiene un significado muchísimo más amplio. Hay muchos que creen que se trata de algo que debemos cumplir según lo que piensan los demás; otros por el contrario consideran que es "fastidioso" y en cuanto acto debe realizarse bajo coerción y por ende evitarse; en consecuencia, es necesario asimilar el significado de la palabra "deber" como se usa en el Gita. Dharma significa "Ley Sagrada", el cumplimiento de nuestro destino kármico mediante muchas encarnaciones, el trabajo para eliminar defectos que nos han traído a la Tierra bajo las condiciones en que nos hallamos y que debiéramos aceptarlas y conocerlas como oportunidades reales y requeridas para nuestro progreso. Este es el motivo por el que uno de los grandes Profesores escribió "el deber es el talismán regio, y sólo el deber nos llevará a la meta".

Krishna enumera las consecuciones por las que "un hombre se prepara para devenir un Ser Supremo. Habiéndolo logrado, se comporta de modo sereno, sin sufrir ni desear más, pero como hacia todas las criaturas, él alcanza la suprema devoción por mí. Por ésta él sabe fundamentalmente quién y qué soy, y así habiéndome descubierto entra en mí sin ninguna condición intermedia, y aún el individuo que está siempre comprometido en la acción logrará por mi favor la eterna e incorruptible morada, si pone su confianza sólamente en mí [...] Y si con actitud de suficiencia dijeras ‘yo no lucharé’, tal determinación probaría ser vana, porque los principios de tu naturaleza te impulsarían al compromiso. Y estando atado por tu karma pasado a tus deberes naturales, tú hijo de Kuntī, harás involuntariamente y por necesidad lo que en tu insensatez no querías hacer”. 

“En el corazón de cada criatura, Oh Arjuna, habita el Maestro -Ishwara- que por su poder divino hace que todas las cosas y criaturas giren sobre la rueda universal del tiempo. Busca refugio sólo en él, hijo de Bharata, con toda tu alma; por su gracia obtendrás la suprema felicidad, la eterna morada”.

“En dondequiera que estén Krishna -el Supremo Maestro de la Devoción- y el hijo de Prithā, el poderoso arquero, allí ciertamente se hallarán la fortuna, la victoria, la opulencia y la sabia acción”. Cada uno es Krishna y Arjuna; donde ambos permanezcan juntos toda la naturaleza rinde homenaje.  

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Para terminar, lanzamos un desafío a los negacionistas del karma y la reencarnación: 

a) En psiquiatría y criminología es bien conocido el fenómeno de los niños asesinos o psicopatía infantil. En su libro "El inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean" (2003) el psicólogo canadiense Robert Hare determinó que hay psicópatas que no se hacen, sino nacen como tales (https://lamenteesmaravillosa.com/test-de-psicopatia-de-robert-hare-pcl/), lo cual confirma las observaciones actuales de que si bien muchos delincuentes se forman en familias conflictivas/viciosas, ello no se ajusta a los rasgos genéticos que pueden gatillar conductas antisociales (es decir, las causas no son exclusivamente exógenas); véanse al respecto los siguientes enlaces de muestra:

"Niños psicópatas: cinco tristes casos de asesinos menores de edad": https://psicologiaymente.com/forense/ninos-psicopatas-asesinos-menores-edad.

b) El caso de los asesinos aristócratas (https://www.infobae.com/2012/11/13/1061393-millonarios-asesinos-cinco-magnates-mas-crueles/http://www.ansalatina.com/americalatina/noticia/mundo/2019/04/24/asesinos-instruidos-y-de-clase-alta_5b9c2e41-d30f-429a-b95d-23bc9554a1c8.html) demuestra claramente que incluso las conductas psicopáticas se dan en familias o personas que supuestamente tuvieron las "mejores oportunidades" y la "mejor educación", mientras que otros individuos que vienen al mundo en hogares de mucha carencia material y afectiva se convierten en profesionales y ciudadanos decentes (este escritor puede citar al menos tres parientes designados como P., R. y E., y también varios lectores conocerán otras instancias que confirmen ese fenómeno). Y si no creen, que echen un vistazo a lo siguiente (clic para ampliar):





¿Cómo explican los materialistas ciegos estas diferencias? Si por una parte los factores exógenos pueden desencadenar comportamientos perversos, y por otra la genética neodarwinista trata al comportamiento y función de los genes humanos como "azaroso" y "mecánico", ¿cómo reconcilian esto en criminología? ¿Es que la genética por sí sóla puede dar cuenta de la fortaleza moral en quienes deciden forjar otro destino que no sea el presidio o la pena de muerte?

Debemos señalar además que la pretendida "inexistencia de un Orden Cósmico" (que algunos "intelectuales trendy" confunden con la "teoría del caos") tampoco es satisfactoria, pues en el contexto que desarrollamos para este caso se habla de antisociales que disfrutan haciendo el mal y lo perpetran de modo planificado y recalcitrante -incluso luego de permanecer mucho tiempo en prisión-, por lo cual no es válido decir que todos cedemos a los mismos bajos instintos, todos reaccionamos de igual forma a los mismos estímulos/situaciones ni tampoco todos tenemos el mismo grado de conciencia o arrepentimiento. Por otra parte, los fenómenos de clarividencia genuina y percepción extrasensorial demuestran que sí hay circunstancias que son predecibles, y al fin es nuestra ignorancia lo que realmente da a muchos la ilusión de "aleatoriedad en la vida humana" (para hoy convertida en tiranía subjetivista sin evidencia dura). Así las cosas, se demuestra que el mal humano puede explicarse perfectamente por obra de un destino inarmónico y autocreado (ya sea a nivel personal o colectivo, ambos en permanente relación), y que puede corregirse siempre que aprendamos a considerar a la materia como ES en su realidad más profunda, y no a través de sus apariencias sensoriales.
 
Mientras esta grave diferencia siga sin explicación convincente por el establishment, los engreídos semi-filosóficos y aprendices de "revolucionarios" no tienen derecho a pataleo. Cuán cierta y vigente es la sentencia del Nazareno cuando decía "es más fácil ver la paja en el ojo ajeno..." Ciertamente todos tenemos el derecho irrestricto de pensar lo que queramos, pero de ahí a ventilar y regurgitar odiosidades y sesgos sin fundamento para fines egoístas existe un gran abismo. "¿Y ensanchado por quiénes?", se preguntará usted... 

Aquila in Terris

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Ética, honestidad, bondad, generosidad... ¿servirán para triunfar? 
Le preguntaron al gran matemático árabe Al Khwarizmi sobre el valor del ser humano y respondió: Si tiene ética, su valor es igual a 1. Si además es inteligente, agréguele un cero y su valor será 10. Si también es rico, súmele otro cero y será 100. Si por sobre todo eso es, además, una bella persona, agréguele otro cero y su valor será 1.000. Pero si pierde el 1, que corresponde a la ética, perderá todo su valor, pues sólamente le quedarán los ceros, tarde o temprano...