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5 de octubre de 2024

La patología del victimismo zurdifacho y hedonista


Es bien conocido el adagio por Marco Aurelio que sostiene: "Quien corre tras los placeres, no puede evitar cometer alguna injusticia". Muchos deseamos vivir y morir de buena forma, y en lo posible, inspirar a otros en su búsqueda de sentido vital. Al mismo tiempo, una horrenda mayoría no se interesa por aprender que estamos llamados a conseguir y practicar el criterio de la moderación, lo cual implica actuar siempre -y por sobre cualquier amenaza ideológica, incluyendo sus extremos perdedores- del modo más despierto, porque así lo exige nuestro sentido de conciencia natural, y el Universo del que formamos parte no suele funcionar en modo arbitrario. Y a pesar de ello, ¡con qué desparpajo esa manada de libertinos claudica a vivir de modo responsable y cae en el victimismo duopolista, por representar el camino más fácil! ¿Cómo piensa y vive un hedovictimastro? Veremos a renglón seguido algunos de sus comportamientos cíclicos.

Un hedovictimista suele pertenecer a cualquier oficio o profesión, y su objetivo es minimizar/exacerbar siempre la gravedad de problemas a nivel individual o colectivo, viviendo por tanto en rencores pasivos: todo le ocurre porque sí, haciendo que estos monstruos de avaricia y resentimiento seculares nunca asuman responsabilidad o autocríticas, o si las elaboran, proceden del modo más hipócrita o tangencial posible; tampoco "se equivocan" ni aceptan denostaciones merecidas, y sólo se nutren de la "compasión" y el "consuelo" de sus feligreses subnormales. Los hedovictimistas, prefiriendo no correr el riesgo de seguir el difícil camino medio, se pasan la vida en reclamos contra el malentendido hacia sus "libertades", que achacan como origen principal de obstáculos. Así, vemos que el "trabajo" de un victimista zurdifacho resulta muy conveniente pues no necesita apostar por nada que esté fuera de "lo establecido", que él mismo contribuye a edificar durante sus periodos de maldad premeditada.

Los hedovictimistas de duoimbecilidad lamentan no tener las oportunidades que "los otros" les bloquean (pensando "ellos sí se salen con la suya, y nosotros no"), pero son incapaces de construir una mentalidad propia, o les parece "insatisfactoria" para hacer algo realmente constructivo con sus vidas-soretes, por cuanto creen más juicioso (o "políticamente correcto") reprimirla o ignorarla. Piensan que los demás "les hacen la vida imposible" para llegar a ser lo que desean y pudieron llegar a ser, una oligomanía recurrente y autodestructiva que deviene su "aria" predilecta, venero de culebreos psíquicos y trasfondo de pseudo-existencia patética.

Un hedovictimastro comunidiota o capitalidiota (da igual el tipo de régimen) suele exhibir grandes medidas de conducta narcisa o paranoica, que encubre maravillosamente de optimismo falso o prepotencia petulante, de acuerdo con sus planes o el contexto donde les corresponda alardear. El primero de ellos se adscribe a una sensiblería extrema sobre lo que sus partidarios o enemigos "deben/deberían llevar a cabo" o "estar cediendo por ellos", y la segunda por un modo falaz de pensar y vivir: como su "sistema soñado" se ve en "tan malas condiciones" -o no puede concretarse- y esta gentuza fingida necesita "destacar" por ser una caterva de plagios bípedos y miserables, creen que lo mejor es polarizar más los problemas, renovar querellas y dárselas de "justicieros" denunciando el "pésimo estado" de la humanidad o sus países, para continuar insultando y responsabilizando a quienes, en su juicio pautado del establishment, son la causa de tantas opresiones y desgracias en sus trincheras.

También hemos de explorar su obsesión extralimitada por "justicia", lo que absurdamente bloquea toda instancia de debate maduro en la arena político-administrativa de nuestro tiempo. Esto se convirtió en la otra cara de su hedovictimismo comercial y animalizante, rehusando valorar las situaciones conflictivas en forma imparcial, y argumentando que "la culpa siempre es del otro bando", cuya solución pasaría por "transmutar" ese factor, pero casi nunca emprendiendo acciones coherentes ni razonables que perduren con el tiempo. Lo más obvio que apreciamos en estos adefesios repugnantes es su teatro contumaz de hallarse en "vulnerabilidad" recíproca, haciendo de ello su "convicción" para delinear el "discurso justiciero" que les otorgue una "eximiente". Incluso esparcen dicha perorata a otros detalles o facetas donde simplemente no es aplicable: por ejemplo, decir que "la religión/espiritualidad está en peligro por ciertas tendencias nihilistas y negacionistas", versus "la materia es el reino supremo y no hay nada más fuera de ella", mientras Helena Blavatsky ya consignaba en la década 1880 que las estulticias canónicas en el cristianismo parieron irremediablemente a los ateos sañosos e infantiles que hoy rebaten la putrefacción conceptual de aquéllas, sin que hasta hoy los actores comprometidos muestren voluntad de subsanar fechorías.

Cuando estos monstruos manipuladores se ven sobrepasados ante la cruda realidad, huyen de las consecuencias de sus actos o influencias y aplican ese patrón de pensamiento a otras áreas. Para ellos, el negocio multimillonario se sostiene gritando a los cuatro vientos que "algo o alguien externo" tienen que responder por su infelicidad, y no contentos con eso, infectan al resto de la gente a través de codicia y acrimonia sectarias, perpetuando la "neurosis culpabilista de oídos sordos" en familias, entornos laborales, jefaturas, sindicatos, relaciones de pareja y otros ámbitos. Lo fundamental es evitar a toda costa que más ciudadanos cuestionadores se atrevan a abuchear el espectáculo, pues entonces "los de allá arriba" se acogen al mantra de que "si el sistema es abusador contigo, es porque no te comprometes con la dicotomía que imponemos".

En conjunto, esos detalles preparan el terreno para saturar los medios comunicacionales con actitudes pseudocontestatarias que exigen "cambios foráneos" o a "nivel mundial". El objetivo de mayor relevancia es bombardear a los receptores con premisas ético-morales birladoras, de tal guisa que terminen considerando todos los problemas más urgentes como meros "errores" o "falencias", y que "no hay en absoluto ninguna voluntad de dañar"; es decir, las obligaciones de honor incumplidas por sedicientes "autoridades" o sus influencerdos pelotilleros se traspasan a la ciudadanía, y en esta labor es crucial el apoyo de un ejército de psicolobastardos condicionados con fobia a la parresía, que tan bien inculcaran los pioneros del cinismo filosófico y sus continuadores modernos. Estos malnacidos, pazguatos y rancios útiles del prostipolio político, al permanecer alejados de la honestidad, esperan entonces que si los demás les otorgasen lo que anhelan, o fueran objeto de mayor "compasión", nunca les darían motivo para iniciar discusiones o pleitos, etiquetándose mutuamente de "tacaños", "envidiosos" e "inoportunos".

El enfrentamiento entre obsesiones hedonistas o de falsa espiritualidad suele rendir personas muy torticeras con los demás o consigo mismas, incluso cometiendo delitos de múltiples niveles. La trampa de su lloriqueo victimista es hacernos creer que, como están en un rango polarizado de "desventaja" y no quieren abandonar la inoperancia en puestos de mando, justifican su "privilegio" a tratar con desprecio toda iniciativa de conciliación honesta y moderada. Es imposible que estos "justicieros" de microtestículos/microvarios e improvisadores de "certeza absoluta" y dicotómica sean sólo "ignorantes" atrapados en delirios, incluyendo la mencionada tropa de psicolotipejos entrenados en la moda del "blanco/negro", y no por las "razones" que elucubran, sino porque están habituados a la autocompasión enfermiza por sus inseguridades y frustraciones vomitivas, regándolas como orina a guisa de pretextos para demorar una y otra vez la consecución de metas más nobles.

Los manyaorejas zurdos y fachos, sumidos en el hedonismo antieutrapélico, tienen por costumbre pasar del análisis a la rutina podrida del prejuicio; es más, su "razonamiento" está concebido o diseñado para autoconvencerse y sermonear a las masas de que "lo más importante y sublime es lo que se nos antoja hacer, ahora y ya". A esta clase de bestias podríamos ilustrarla con un refrán de María Zambrano: "Todo extremismo destruye lo que afirma". Siempre es posible hacer algo que no esté dictado por semejantes prostitutos de facilismo, incluso en situaciones extremas, como muestran los ejemplos de quienes han sabido -y saben- afrontar eventos aciagos de manera sobria y con plena confianza en los dictados de su temperancia disciplinadora. Los hedovictimistas escogen, no obstante, vivir en calidad de verdugos falsos y maníacos, lo cual les permite compararse constantemente, envidiar, calumniar o pisotear. Diseccionan los errores de otros, pero tampoco actúan de conformidad con principios éticos universales, quizás soslayando que los electores u oponentes les retribuyan con el mismo mal que tanto temen. El hedovictimista bipolar encarna el modelo de despojo humano que encubre sus fracasos -o traspiés- porque opta directamente por culpabilizar a las "fronteras enemigas" y renuncia a construir armonía en su vida, sin controlar sus pasiones animales, vericuetos literatuchos o paranoias asalariadas.

El mayor equívoco de la actitud hedovictimista es su visión antojadiza de la vida. En el fondo de ese tártaro espumante, las arpías de esta calaña no creen en liberarse de la egolatría ni en el deber que tiene toda persona de dominar sus impulsos salvajes, menos aún la posibilidad real de sobreponerse a las malas experiencias o enseñanzas falaces provenientes del sistema o su entorno inmediato (familiar, educativo, económico, político, etc.), lo cual surte graves efectos en el plano personal. A su vez, cuando dicho enfoque logra una injerencia más amplia -tanto en Occidente como Oriente-, produce angustia, resentimiento e insatisfacción a escala social, y es precisamente esto lo que sirve de carga en los disparos de furcios doctipalurdos contra los individuos más perceptivos y honrados que se niegan a rendirles pletesía. Un caso especial son algunos "pedánticos" y lloricas chingones referente al alza de votos nulos en comicios, calificando el descontento neutral de "antirepublicano", "antidemocrático" y hasta "incivilizatorio".

Ante ese panorama, es necesario recordar que el hedovictimismo es grosero para quien está convencido de que nada ni nadie, ni siquiera las sabandijas demoníacas con tufos "libertarios" y de cualquier tribuna similar, puede impedirle ser o vivir de modo conscientemente autónomo, en estrecho vínculo con su sentido ético. Nada ni nadie puede sustraerle la libertad más radical y profunda de menospreciar y combatir la obsesión por lo material u otro tipo de fanatismos, muchísimas veces disfrazados como "credos respetables", y de tomar decisiones o juzgar por sí mismo incluso con violencia razonable de palabra u obra. Empero, cuando los hedovictimistas duopólicos se consideran "encarcelados" por la "irresponsabilidad" o "inmadurez" de sus adversarios, no demuestran intenciones de ejercer dicha autonomía, negándose a aceptar y gestionar el caos cotidiando generado por ellos, y así pretenden "aleccionar" mediante rebeliones y llantinas por lo que denominan "injusticias" provenientes del bando antílogo. No les conmueve la idea de convertirse en personas de bien aceptando las dificultades en su extensión real ni sacar de ellas las mejores enseñanzas posibles, y en su lugar se autodestruyen y denigran más porque no asumen esos obstáculos "injustos" sin afrontarlos en la verdadera libertad que sólo ofrece el vilipendio perdurable y furibundo a la codicia y el sensorialismo, sean cuales sean sus variantes.

Para vivir libres de coerciones materialistas, es necesario aceptar y estudiar el origen de todo desequilibrio humano, por más incómodo que pueda parecer. Los extremos idiotas del optimismo/pesimismo nunca han enaltecido a nadie en el largo plazo -excepto los bolsillos de tiranos bipolares y estercorarios-, inhibiendo permanentemente la mejoría o transformación eficaces de sociedades, instituciones o países. Quejarse por caprichos personales o grupales que pierden fuerza o interés es uno de los actos más ridículos y fútiles que pueden existir; de hecho, hoy es una forma "aceptable" de autoamargura, y de ese modo los hedovictimastros del "mal menor" tienden a corroerse por quebrantos "representativos" de generaciones enteras.

Los chupadores crónicos del duopolivictimismo son miedosos de primera, al no reconocer los errores o adversidades engendrados en su ignorancia comodona, sin admitir necesidades y obligaciones de crecer o madurar. En su soberbia infinita se creen "resistentes", olvidando que desde los grandes males pueden emerger provechos impensados, toda vez que las partes implicadas abandonen sus cárceles sensorias y de onanismo mental. Esas facciones podrían aprender mucho unas de otras, pues les permitiría actuar más allá de sus límites auto- o interimpuestos, en lugar de quejarse, culparse y victimizarse en la arena del hedonismo abyecto. Si estos gorrones despechados adoptaran esa óptica, se sentirían incluso agradecidos con sus oponentes y las situaciones creadas de mutuo infantilismo. Pero por desgracia, aún hoy vemos que el aprecio genuino es lo más contrario a la babería hedovictimista del rameropolio, una enfermedad que no conoce sitio en la riqueza interna de toda persona que transite el camino del refrenamiento, la agresividad ética y el realismo antimanipulador.

Aquila in Terris


10 de septiembre de 2024

Oye, prostisofista, ¡nadie te debe nada!


Por todas partes encontramos sabandijas "espirituales/altruistas" o "incrédulas" que con una mano promueven y perpetúan injusticias o desbalances en pos de sus interese$ creados, y con la otra seducen mediante discursos de "tolerancia", "amabilidad" y "lucidez". Esta clase de monstruos (anarco-) zurdifachos no logra dominar sus mentes-emociones desequilibradas, con anclaje obsesivo en el pasado y futuro, y se repleta de especulaciones oscuras, miedos e inseguridades por muchas formas de rencor, ya sean motivadas en dictaduras, guerras civiles, expropiaciones, crímenes de lesa humanidad, malpraxis o teorías conspirativas, amén de sus estrategias para hacerse daño mutuo o anticipar movimientos.

No desean que les examines ni analices sus móviles sórdidos, ni ates cabos para entender cómo se las arreglan al objeto de continuar sus piruetas manipuladoras. Lo que más les agrada es romantizar o condenar en un modo fanático la "riqueza" o "pobreza" materiales, desdeñando por completo el escarmiento histórico de mucha gente acaudalada que terminó en miseria, puesta en prisión o muriendo a manos de delincuentes, y otros tantos ex-menesterosos (o los típicos "don/doña nadie") que "llegan arriba" y pierden su prestigio o bonanza, todo en nombre de los VICIOS que les condenaron merecidamente a esos destinos... por ser haraganes de consciencia.

Semejantes pelagatos son el origen real de la psicopatía bipolar y ultramaterialista que afecta a millones de personas en todo el mundo, haciendo de las redes sociales su medio favorito para conseguir "admiradores" o "ayudantes". Toda su perorata de monomanía la centran en el falso "equilibrio" entre materia-espíritu (tal vez ellos vivirán en ambientes perfectos, quién sabe) y socavado por ellos mismos, pero son los primeros idiotas en hacerse las víctimas cuando alguien o algo les hace daño o expone sus mentiras. Son ellos los responsables de esclavizar con ojerizas premeditadas, sádicos infernales que encuentran gozo en ventilar sus psiques tormentosas y buscando apoyo de pelmazos útiles en todas las clases sociales.

Durante siglos, muchas "autoridades" religiosas y políticas (incluyendo cómplices) se esmeraron intencionalmente para hacer que la educación ética no fuera parte del desarrollo humano íntegro, y en vez de eso instauraron dogmas a sangre y fuego, retrasando en cada oportunidad el avance correcto y armónico de nuestra especie. Hoy están pagando las consecuencias, y seguirán rindiendo cuentas carísimas, no obstante sus "consejos-tapadera" de practicar "relajaciones", "introspección contemplativa" o "emplazamientos inconcusos" que siguen estando dentro de marcos fisicalistas y "balsámicos".

Es una vergüenza mundial que las tendencias místicas más "importantes" sean todo un ejemplo de acobardamiento en su cometido, vendiéndose al (anarco-) zurdifacherío cortoplacista. De esta forma, es evidente que muchísimas "personas", a pesar de elegir torturarse con mentes/sensaciones desbocadas (propias o foráneas), no tienen las agallas de hacer sacrificios para alcanzar la verdadera felicidad, repitiendo ciclos de perfidia como su "herencia más sublime" para las generaciones venideras.

Ahondemos un poco más en las "cualidades" de estos holgazanes e inmaduros. En general, podríamos distinguir tres tipos de lamesuelas pro-sistema:

a) Gandules éticos. Siempre utilizan los conceptos de bien/mal con fines malévolos, encasillando de "maniqueos" a los individuos más atinados que saben poner límites. Se sabe que los psicópatas politicastros y terminales (es decir, quienes ya perdieron todo nexo interno con su consciencia) se comportan con fingimientos para atraer secundantes, y suelen alardear de mucho carisma, cometiendo sus salvajadas toda vez que las presas no oponen resistencia.

Apenas olfatean que están siendo descubiertos, dichos soberbios y lamepatas con ínfulas de "impermeabilidad" despliegan el rol de víctimas a su antojo. Esta clase de charlatanes suele imponer su "ética a la carta", fluctuando entre amabilidad y prepotencia, y como creen vivir en un mundo "hecho a la medida", nunca admiten su parte de responsabilidad toda vez que son objeto de humillación o burla merecidas. Por ende, sus seguidores "deben" consentirles y los demás son "perversos". En pocas palabras, se revisten con una falsa autovalía porque tratan de convertir a otros en forofos de arbitrariedad.

También les da igual mentir o tergiversar con miras a "ganar discusiones" (cuando en realidad las pierden desde el comienzo). Uno de los ejemplos más insolentes y tóxicos es el cacareo mediático en torno a los mal denominados "debates electorales", cuyos representantes comodones apelan todo el tiempo a exaltaciones brutas y bajos instintos en los consignatarios.

b) Pelafustanes emocionales. Al tenor de múltiples observadores, esta puede ser la plaga de mayor incidencia actual. Probablemente la mejor clave de su "éxito" consiste en una búsqueda enfermiza de aprobación, pero que a la larga resulta en un total fiasco. Es muy curioso que cierta manada de psicopatrañeros e influenciadores bi-mamelucos de "todo-perfectismo" asegure "estar satisfecha con su vida y circunstancias", aun cuando se obsesiona a diario con cumplidos ajenos para adoctrinar en sus "credos infalibles". Se nota a leguas que su "verdad absoluta" los tiene "muy complacidos"...

Muchos personajes de inodoro, trastornados y narcisos se deleitan infligiendo desasosiego, creando polémicas descontextualizadas o baladíes, y cargan siempre los malentendidos en otras espaldas. Por eso, no es verdad de que "asumen el control de sus dichos o actos", ignorando con excusas de toda laya lo que sus audiencias comprenden o interpretan. Según ellos, "jamás se toman nada personal", pero viven dando explicaciones no solicitadas, por cuanto les calza bastante el dicho "tirar la piedra y esconder la mano, es de villanos".

Otra subespecie de flojos excrementales la componen los sensibleros incurables que no asimilan otros vericuetos de realidad y huyen del orden ético, viviendo encerrados en sus constructos ególatras y repartiendo tufos victimistas de "alegría" o "tristeza" a dondequiera que vayan. Tienen mucha experiencia en melodramatizar con perdones facticios y prejuzgando aquéllo que les genera menos éxtasis sensualista, en aras de su "inteligencia emocional" y "superior" al resto. Así, terminaron por infectar todos los principios valóricos en las "religiones" y el cinismo colorido "Nueva Era", involucionando con gravedad paulatina hacia lo que algunos llaman "supermercado místico", y también la dictadura de "compasión babienta", pues hoy por hoy casi nadie se atreve a poner el dedo en la llaga promoviendo instancias de diálogo responsable y cristalino para localizar o expulsar elementos pútridos.

Asimismo, y referente al tipo previo, esta banda de facilones "ilustrados" nunca acepta intercambiar ideas ni aprender con transparencia, menos todavía si se trata de contextos públicos, porque necesitan el apoyo y las órdenes contumaces de sus dueños bajo el más turbio secretismo. La espontaneidad para ellos no existe; lo más apremiante es fingir las poses, siempre maquilladas de acuerdo con sus objetivos infames.

c) Zánganos mentales. El caso más difundido actualmente es la paranoia conspirativa entre zurdeques y derechistoides ociosos. Uno se pregunta cómo pueden llegar a esas cotas de vagancia adictiva, siendo que es innecesario especular cuando en nuestros trabajos, familia o vida social hallamos tanto gente mala como bienintencionada. Esto recuerda mucho a un artículo que compuso William Judge en la revista teosófica The Path, para un lector que inquiría cómo reconocer magos negros en la cotidianidad. Judge fue lacónico y directo: si no tienes motivos para convertirte en uno de ellos, entonces no te servirá de nada saber los pormenores, pues semejante atrae semejante. De esta manera, las paranoigallinas son auténticas buenas para nada al discernir entre conocimiento provechoso e inútil, creyéndose "paladines" de misticismo y, obviamente, anhelando que todos los extraterrestres e "Illuminati-satanistas" sepan de su actividad, por ser muy peligrosos e intocables al poseer la "certeza definitiva". Quizás varios youtubers o tiktokianos podrían agradecer sin ambages ni rodeos a sus "enemigos de la Matrix" por dejarles la lengua enterita... si es que antes no se les cae o enreda para candidatearse a un trasplante, pobrecitos.

También hay que mencionar su especial predilección por la estulticia del "mal menor", no obstante sus arengas llenas de "fraternidad" en ocasiones concretas. Esta es la causa de que ventilen contenidos para atosigar audiencias/lectores, cayendo en permanentes incongruencias conductuales y reflejando su pereza de mantener hilos discursivos o argumentos sólidos, haciéndose los melifluos o dominadores según corresponda a las instrucciones o pagas recibidas. Esa característica los lleva sutilmente a desplegar orgullo intelectual/pedantería y disonancia cognitiva cuando se les presentan hechos o constancias que remecen sus estructuras demoníacas.

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Es tu condena diaria creer a rajatabla que tu "izquierdita" o "derechita" de burdel te deben otorgar "decencia" o una "buena imagen", ya que no fuiste capaz de creártelas por ti mismo (a). La premisa más desafiante en ello es aceptar, desde una postura adulta, que tu papi-mamistema sólo te enseña los vicios que conoce, y nada más. Por lo tanto, y conforme vas creciendo, forjarte los principios y autonomía valóricos que te faltan son sólo TU RESPONSABILIDAD, y SÓLO TÚ debes proporcionártelos. Dice una sentencia que "no eres culpable por la programación venenosa que te inculcaron en tu madurez de pacotilla, pero como grandulón (a) y viejo (a) que eres, te haces 100% consciente y metódico al buscar soluciones".

Los anarco-zurdifachos mediáticos, superficiales, de mala vida y peor muerte se tornan más que ridículos ante la existencia mundana, cada vez que asumen el papel tenaz de rezongones por "lo mal que actúan" otros, o pensando que "podríamos estar mejor si se extinguieran -o nos hicieran caso- aquéllos del frente contrario" para obtener "más reconocimiento o aprecio".

Estos infantes bravucones, deschavetados, cotorrientos y básicos no ganan dinero honradamente, no tienen habilidades de crear ni mantener familias, y tampoco hacen lo necesario para ejercitar la confianza en sí mismos, sin apoyarse en las muletas dicotómicas del papi-mamistema. Un niñato como éstos siempre espera que aquél haga todo con tal de "no sentirse perdido", por cuanto su único destino es bloquearse o padecer estancamiento a todo nivel, y de aquí la fanfarronería de "tapar sus vergüenzas" dándoselas de "intelectuales", mostrando desesperación por "regalar" su "bondad" y que todo el mundo les aplauda. Los ñoños malcriados detestan la frialdad racional y el análisis en perjuicio de ellos, al ser indignos de la "almohada perfecta" que les aguante el peso de su "conciencia" manipuladora.

Seamos claros: si ya tienes la edad suficiente, NADIE está obligado a echarte crema en el trasero ni disimulártelo con billetes cuando te deshonren los del "bando antílogo", y ahora la responsabilidad de CUESTIONAR y RENUNCIAR a tu pantano calientito es sólo TUYA. Lloriquear por chupetes ideológicos y falsos paradigmas es de vagos "cuchi-cuchi", pedorrientos hechizos y envidiosos de neuronas. Los fuertes jamás demuestran ni sienten compasión por gente diabólica, venga de donde venga, arropada con el pellejo ovino y cagueta de lo "políticamente correcto". Ciertamente y desde esa óptica, es "muy inspirador" vivir con miedo y resentimiento bajo un disfraz de "autoestima" y arrastrándote con clichés.

Ambos lados -y sus extremos- se la pasan sufriendo en un masoquismo patológico, y esperan que sus "amos todopoderosos" les brinden todas las energías o pautas para sacarlos de la desgracia personal. Es evidente que jamás apreciarían la ayuda de personas realmente amables, porque dependen de traiciones, malquerencias y una serie de delitos que continúan impunes. No tienen la iniciativa para levantarse y seguir un camino de libertad honesta, y en su lugar gimotean por "trabajo" a esperpentos individualidiotas/colectivimarranos. Lo que les obsesiona es camuflar su dolor, limosnear al poder establecido o clandestino, y armar rabietas por todas las circunstancias en que "nadie escuchó su gimoteo sincero" al negarse a quemar puentes o averiguar caminos alternativos de bienestar.

Nadie os debe absolutamente nada, filosoretes y odiosos remunerados de cuarta. No tenéis derecho a nada sólo por existir, pues ¿para qué querríais vivir con seriedad si en el fondo sentís que muchos aspectos "no funcionan", aguardando que otros acarreen el peso de vuestros desencantos y "errores"? Lo mejor de todo es que más personas los ignoran, y el "espejito de proyección" no servirá de nada en el juicio inclemente que hará la posteridad.

Aquila in Terris

25 de mayo de 2024

Teosofía Original y Agni Yoga: notas y admoniciones breves

"NADIE PUEDE COMPLACER A DOS AMOS"
(caricatura por Christopher Oliver©,
todos los derechos reservados).

Hasta hace poco, el presente blog incluyó la traducción de un extenso artículo acerca de las "graves desemejanzas" entre la Doctrina Teosófica genuina, y las enseñanzas de Agni Yoga por Nicolás y Helena Roerich, cuyo original puede encontrarse en este vínculo.

En mayo de 2024 y mostrando una postura radicalmente distinta, el sitio Blavatsky Theosophy (de la Logia Unida de Teósofos londinense) comenzó promocionando una página subsidiaria (theosophyandagniyoga.wordpress.com) en la cual se fundamentan los "nexos cercanos" entre ambas corrientes, exponiendo una serie de aspectos que atañen, por ejemplo, al contacto permanente de los Roerich con "Maestros reales" de Shambhala, la admiración del matrimonio ruso por la obra de Blavatsky, las "revelaciones" acerca del "término de Kali Yuga en 1942", las felicitaciones transmitidas por los Mahatmas a Lenin por "haber limpiado a Rusia" del yugo monárquico y desaprobando sus métodos sanguinarios, más otros detalles de corte metafísico-teórico.


Como se sostiene claramente en algunas entradas de este blog, el administrador no apoya ni endosará nunca las mejoras de "reputación" que se vienen llevando a cabo en el Movimiento Politisófico por décadas. Las Logias Unida e Independiente se caracterizan por dar beneplácitos más o menos ostensibles a lo que llaman de conformidad "izquierda espiritual" o "derecha espiritual", pero jamás cuestionando directamente la indecencia materialista, pseudo-oligárquica e incompetente en las facciones que avalan, elaborando en su lugar "reflexiones" frecuentemente repletas de parafísica y moralidad timorata, o incluso poco útiles.

Por más inofensivos o "racionales" que aparezcan en diccionarios o mamotretos literarios, conceptos tales como "sociomunismo/comunocialismo" y "capitalismo" continúan arrastrando toneladas de bultos criminales y karma sórdido, que apestan a masacres, prostitución de la ley, suicidios por desvaríos nihilistas (o escape de responsabilidades penales), asesinatos por codicia, crisis económicas y destrucción de familias, cohecho, apropiaciones indebidas, intervenciones electorales, tráfico de influencias, mercantilización de vicios "aceptables" (drogas, pornografía, armas, tabaco, alcohol...), gravísimos escándalos de inoperancia, cesantía ilustrada/"fuga de cerebros", ataques mutuos por medio de "teorías conspirativas", amparo de delincuentes variopintos en religiones/mafias organizadas y más categorías "enriquecedoras".

De igual forma, menciónese el apabullante conflicto psicológico en RR.SS. de adoctrinamiento politiquero, patrocinado por "sanadores mentales" de retoricismo y ñoñería huecos, alternándolos con instigaciones violentas y frívolas para "alivianar" su necesidad patológica de aprobación o captar adherentes "respetables" de extremismo narcisista. Este problema serio tampoco parece llamar a la conciencia de los aludidos grupos con "devoción" por la Causa Teosófica Original, actuando así en calidad de fautores apáticos o diligentes. La mojigatería no es sinónimo de "buen nombre", y a estas alturas es más que evidente la pachorra "misericordiosa" de los "humildes consecuentes" que jamás critican ni analizan severamente el origen de problemas para "evitar conflictos", y no obstante viven en discordia por negarse a "terremotear" estructuras psicoemocionales "muy merecedoras de piedad".

Es obvio que cuando se trata del dinero o mantener una fuerte imagen egocéntrica, siempre habrá "animalitos de raza" con mucho "respeto", "tolerancia" o "cortesía" con aquéllos que "piensan distinto" en el coliseo gubernamental u otras áreas de envergadura. La idea es soslayar problemas-tabú o el juicio abierto y argumentado de sus mentiras o contradicciones, y dicho sea de paso, adjudicarse el título de "vocación de servicio", cuando realmente lo que hacen es SERVIRSE de lectorados, audiencias, pacientes o público general. De aquí aparece luego la efusividad pestilencial que los invade al verse puestos en ridículo, y automáticamente arman broncas de adolescentes asegurando vivir en "paz" recíproca, con tal de no perder las presas.

En consecuencia y para este espacio, el editor no albergará informaciones relativas al contenido "teosófico" en medios externos y que de una forma u otra realice propaganda política, sea cual sea la variante. Asimismo, aquí no habrá alusiones al sistema Agni Yoga mientras haya prescindencia de iniciativas que muestren y condenen públicamente la desidia e irresponsabilidad de quienes siguen creyendo en el "reordenamiento del mal", o utilizando nociones politidualistas obsoletas, provocadoras e irritantes. Habida cuenta de lo anterior, desde esta tribuna -y toda vez que sea necesario- seguirá existiendo antipatía y escepticismo por organizaciones tales como las Logias Unida e Independiente.

Total, como la imparcialidad "no vende" y los cáncanos necesitan entretención...

Aquila in Terris

18 de abril de 2024

El Anarquismo Místico como opción al fracaso eterno de "políticas" materialistas

Por Bahman Pestonji Wadia
Título original: "Problems of National and International Politics"


Contenidos:

01. Comparación entre religión y política
02. Gobernanza divina
03. El Plan y los Ayudantes
04. El Ser Humano Libre
05. El individuo como factor principal
06. El Estado Arquetípico y de otras clases
07. La civilización no tiene origen
08. Jerarquías de grupos
09. Una nueva visión de las razas
10. La responsabilidad múltiple del Estado
11. Una nueva categoría
12. El Estado dejará de ser útil
13. Yoga con el Estado
14. Los dos caminos de avance político
15. Los verdaderos políticos
16. Dos Principios
17. El Camino Doble
18. Razas humanas y Principios séptuples

Este discurso fue presentado en la Convención de Calcuta de la Sociedad Teosófica (Adyar), en diciembre de 1917. Es una humilde tentativa para comprender algunos principios de Evolución Política, a la luz de las enseñanzas ofrecidas mediante la Doctrina Secreta y H.P. Blavatsky en el último cuarto del siglo XIX./Febrero de 1922.

[N.del T.: se ha prescindido de repeticiones innecesarias, y los números de notas fueron mantenidos en forma sucesiva].

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El tema de la charla suena polémico, pero no considero que mi discurso sea impelido a la controversia durante algún tiempo. En cierto modo, desearía que fuera un asunto de acalorado debate, porque entonces significaría que el mundo está cambiando su visión sobre los problemas políticos. Muchas veces oímos que la Teosofía no tiene nada que ver con política, mas no creo que ningún miembro instruido de nuestra Sociedad proscriba el estudio y la exposición de los aprietos gubernamentales que deseo mostrar hoy, si bien me inclino a creer que el mundo fuera de la Sociedad Teosófica los mirará en forma desdeñosa, encogiéndose de hombros con buen humor.

Puedo garantizar más Teosofía que política en esta conferencia, pero al principio me gustaría dejar claros dos puntos: a) lo que digo encarna sólo mi opinión, y no debe considerarse de ninguna manera como autorizada; siempre existe el riesgo de que los pareceres de teósofos importantes sean tomados como "principios" o "doctrinas" de la Sociedad Teosófica, y creo que se convierte en el deber de todo estudiante de Ciencia Sagrada -cuando comparte los frutos de su análisis ante la Sociedad- afirmar que las posturas personales no limitan la plataforma de nuestra organización internacional; y b) lo que declaro es consecuencia del estudio hecho por un hermano, con todas sus limitantes de visión y entendimiento.


01. Comparación entre religión y política

El mirador predominante desde donde se observa toda la gama política es occidental y moderno, pero la forma en que el antiguo Oriente consideraba los problemas análogos era diferente. Durante los últimos siglos, cuando el mundo occidental ha influido cada vez más en el pensamiento de nuestra civilización, el antiguo enfoque político "ha pasado de moda", y no se pondera ni examina. Así como los eruditos del siglo XIX rastrearon los inicios de la religión hasta "lo supersticioso" y describen sus avances desde el tótem y el fetiche hasta las fases monoteístas, también nuestros filósofos indagan la historia política evolutiva desde los períodos lejanos en que las tribus salvajes incursionaron en el arte de gobernar. La familia patriarcal, como tótem del pensar religioso, es la semilla de donde surge el árbol multiramificado de la política moderna, y entonces se acostumbra decir: "Un Dios Universal empezando con el tótem, y nuestra amplia estructura política desde la familia patriarcal".

Esta no es la posición que adopta la Teosofía. Nuestra Sociedad ha sido fundamental para permitir que el mundo, gracias a las enseñanzas de H.P. Blavatsky, apruebe una visión algo distinta sobre los comienzos de la Religión y los credos. Todavía no muestra un éxito completo, pero ya hemos dado un gran paso, y encontramos que algunos de los filósofos más capaces de Occidente se inclinan hacia nuestros postulados. De igual manera (y creo que lo conseguiremos), podrá ayudarse a dicha parte del mundo a comprender y practicar nuestras teorías de ciencia política. Hoy se acepta rápidamente la perspectiva teosófica en cuestiones religiosas, y no me sorprendería que aquélla en lo tocante a la política encuentre acogida en el escenario internacional de dinamismo permanente (1). El objetivo aquí es desarrollar una visión respecto a contrariedades políticas, y no de un grupo particular, sino de la humanidad en su conjunto. No hablaré de autonomía y representación comunal, ni de la revolución rusa o el comercio estadounidense, ni de los muchos problemas que captan la atención de políticos y estadistas de múltiples países. Todo lo que se plantea son algunos principios que nos encumbran como teósofos al sitio desde el cual vemos, entendemos e interpretamos el progreso político de comunidades, naciones y razas. Por lo tanto, es apropiado decir que sólo se debe esperar una conferencia algo imprecisa, y está más allá de mi alcance mostrar una "perspectiva completa" garantizando un flujo secuencial de ideas vinculadas; así, sólo puedo describir ideas -que considero axiomáticas- con tal de permitirnos seguir analizando el tema propuesto.

(1) El gran demócrata Woodrow Wilson, en su excelente volumen The State, hace referencia al parentesco -que según él es principio fundamental activo en la producción del Estado original- y a la religión (p. 14 y 16, donde se discuten los inicios de la Religión y el Estado).


02. Gobernanza divina

La civilización moderna todavía rehúye el concepto antiguo de que la evolución de formas e instituciones, y el correspondiente desarrollo de almas y principios, tiene lugar de acuerdo con cierto esquema concreto, de origen divino y principalmente de naturaleza suprafísica. Tampoco favorece las chances de que la humanidad esté guiada por su camino de progreso en términos de un plan bien definido. La ciencia declara que el gobierno espiritual del mundo es un "absurdo", y que las personas religiosas utilizan dicha idea "como figura retórica" para "consolar sus mentes" en episodios de dolor o dificultad. Para un estadista o político, sería descabellado considerar la interferencia divina a modo de factor en la política práctica, o la consulta de proyectos divinos como ayuda para su trabajo diario; a cualquier legislador que se atreviera a hablar en ese aspecto, aunque fuera vagamente, se le prescribiría internación en el manicomio más cercano. Un hombre o una mujer dedicados al ámbito político y que abracen tales perspectivas o creencias, trabajan en silencio y deben mantenerlas más o menos en secreto. No obstante, un teósofo instruido cree o sabe que existe un plan divino según el cual se genera un progreso, ya sea en el reino humano y los entornos inferiores/superiores a él, o bien de tipo físico-visible y superfísico-invisible.

El antedicho proyecto místico era razón de estudio para los antiguos. Los Reyes Divinos que guiaron a la humanidad infantil de los últimos días lemurianos y atlantes, cumplieron su estupendo trabajo en términos de esa agenda. En los albores de nuestra raza Aria, los antiguos Rishis y Yoguis tuvieron visiones del Plan y realizaron su tarea en consecuencia. A medida que el ser humano lograba cada vez más autovalía -conforme su instinto y mente desplegaban poderes con el transcurso del tiempo y sus intuiciones comenzaron a funcionar de acuerdo con las líneas del Plan-, físicamente se le encomendó la tarea de construir su individualidad y avanzar con la ayuda de su naturaleza despierta. Los Lectores del Plan se borran de las páginas de la historia, y cuando llegamos a lo que hoy se denominan "etapas históricas", no se hace referencia alguna a dicho esquema.

Veamos los Puranas, y se harán evidentes los hechos sobre la existencia de un Designio, así como también de sus trabajadores; si analizamos los escritos iraníes posteriores o griegos, encontramos menciones de antiguos Videntes, Reyes Divinos y Maestros religiosos. Pero si nos adentramos en la historia moderna, no tenemos ningún Esquema ni Ayudantes que guíen a la humanidad en su viaje ascendente. Aún más tarde, esta última noción se descartó y en la última parte del siglo XIX, gracias a los escritos de Darwin, adquiere prominencia sólo la evolución materialista y corporal. Los acontecimientos recientes, los numerosos descubrimientos científicos, las indagatorias espiritistas y psíquicas, y sobre todo las enseñanzas teosóficas, están haciendo que el pensamiento global tienda a considerar algún tipo de proceso por cuyo medio se ha ido generando todo el avance de la humanidad, a lo largo de muchas líneas. Los versos frecuentemente citados del gran poeta victoriano Tennyson constituyen sólo un índice del pensamiento de su mundo, que tanteó en la oscuridad para encontrar una mejor comprensión de este panorama evolutivo en constante movimiento. Al comienzo de su In Memoriam, nos aconseja permitir que "la reverencia habite en nosotros", y al final, con ayuda de la misma, canta sobre

"un Dios único, una ley, un elemento,
y un suceso divino aún más remoto,
al cual se dirige toda la creación".

Ese Acontecimiento Divino tiene un significado político que forma parte de nuestro estudio.


03. El Plan y los Ayudantes

El primer concepto a asimilar para los propósitos de nuestra charla, es que incluso la evolución política humana está sucediendo en términos exactos de un Plan Divino, y además se desenvuelve de acuerdo con las líneas de Quienes lo conocen. Los teósofos deben arriesgarse al ridículo mundano, afirmando que los Ayudantes Divinos existen hoy como en el pasado lejano, lo que nos lleva a la segunda idea: los políticos de proclividad teosófica tendrán la labor de familiarizar al mundo con el hecho de que la evolución política es fundamentalmente guiada por Rajarshis, Manus o Legisladores, que trabajan en el anonimato a ojos de la gran mayoría, pero cuya presencia y actividades son conocidas por pocos individuos. Estos son los Ayudantes Egregios, Masones del Gran Arquitecto del Universo que construyen según el conocimiento. Los políticos y estadistas del futuro, que conducirán una civilización internacional de gloria en gloria hasta fines de la quinta etapa del vasto drama de evolución en nuestro globo, serán hombres y mujeres que en un número cada vez mayor se convertirán en alumnos de dichos Colaboradores. Algunos grandes políticos contemporáneos son estimulados inconscientemente por aquéllos a dar un paso u otro; es más, muchos acontecimientos significativos de hoy son corolarios de esa dirección y ayuda no reconocidas. Conforme la humanidad crezca hacia la Justicia y Libertad, los influjos del Divino Ayudante se harán más visibles hasta que en la civilización culminante de nuestra raza Aria, los Dioses caminarán sobre la Tierra como antes y la Edad de Oro habrá regresado.


04. El Ser Humano Libre

Nuestra próxima fase es investigar el objetivo del Plan, en lo que respecta al desarrollo político de este globo. La Teosofía enseña que el objetivo de la evolución es conseguir nuestra divinidad, no sólo latente, sino hacerla plenamente ostensible. De esta forma, el ser humano se convierte en un dios, se conoce a sí mismo y a Su Universo, es capaz de usar el Poder de Su Voluntad y crea un Universo propio que llena con Su Amor y dirige con Su Sabiduría. En otras palabras, la meta perseguida es el desarrollo del individuo -mediante las etapas conducentes al Superhombre o la Supermujer- hacia la Perfección encarnada en el concepto shastraico del Supremo Purusha. El ser humano se esfuerza por llegar a ser Perfecto, libre en su mente, moral y actividades. La intención de ese "árbol evolutivo" es permitirle alcanzar dicho nivel exaltado; asimismo, el amplio ramaje nos brinda el cobijo necesario mientras continuamos en la hercúlea batalla de crecimiento hacia una Individualidad Perfecta.

Teniendo en cuenta ese principio, abordaremos los fundamentos de evolución política bajo un alero teosófico. Para este orador, esa meta es producir un Ser Humano Libre que vivirá, amará y trabajará entre personas de igual índole, sin interferencia de leyes estatales y cualesquiera que sean. Nuestro humano independizado presenta un carácter divino en la medida que le permite comprender y aplicar las leyes del Ser para su propio bien, y sin perjuicio de nadie más. No necesita leyes ni decretos hechos por otros; además, sus normas de vida -consecuencia y manifestación del propio desarrollo- y por disímiles que sean respecto a las de su prójimo, no obstaculizan la existencia de éste último; nuestros ciudadanos libres tendrán diversas posturas sobre la vida y el mundo, pero cada uno de ellos, en su libertad individual, vive de acuerdo con su conciencia iluminada y el conjunto de reglas que se han autocreado, sin dañar ni persuadir a otros.

Visto lo anterior, examinemos los principios que guían dicha evolución. La génesis del Ser Humano Libre y autosuficiente, es el objeto que la Naturaleza se esfuerza por alcanzar a través del progreso político. Para usar el lenguaje teosófico, esta clase de persona ha conseguido desarrollar el Poder de su Atma hasta cierto nivel, y esta sabiduría le ha hecho descubrir y adoptar la ley del Ser que encuentra expresión en su vida. Está en compañía de otros particulares quienes de forma similar y por medio de realizaciones átmicas, han encontrado sus leyes análogas. Imaginemos una comunidad de hombres y mujeres que detentan ese poder, cuyas individualidades tienen plena libertad de pensamiento y movimiento, sin ningún apego y cada uno como reyes o reinas en sí mismos, y no obstante viviendo en armonía al perder la facultad de imponerse o causar perjuicios. El nexo común entre ellos es el esfuerzo por vivir bajo los cánones del Ser Superior, una existencia de fortuna y realidad interiores que recibe sólo un tipo de ayuda foránea, esto es, el empeño de cada uno por asimilar el punto de vista de los demás. No podría describir adecuadamente el fin de la evolución política que florecerá al llegar la Séptima Raza-Raíz, y sólo se ilustra la meta para facilitarnos el estudio del camino hacia ella.


05. El individuo como factor principal

Familias, tribus, comunidades, naciones y sus respectivos ámbitos de crecimiento -hogar, aldea, provincia, país y Estado, que crecen desde la simplicidad hasta devenir organismos complejos- son escenarios para el desarrollo de la persona, y también los instrumentos con cuya asistencia eventualmente se forjará el Ser Humano Libre.

En esto, una vez más, diferimos de los pensadores y exponentes occidentales de ciencia política. La evolución del Estado y sus agencias gubernamentales no pueden estudiarse por sí solos sin referencia al individuo, la pieza más gravitante en el esquema, ya sea al ponderar el rol de la familia en el hogar, o de la tribu en su aldea. En esta época ultramaterialista y cuando se le consulta sobre patologías somáticas, un galeno apenas considera la influencia de pensamientos y emociones en los enfermos, y ni hablar de desequilibrios en las fuerzas de sus almas. De igual modo, nuestros "doctores políticos" desechan al individuo en sus análisis de instituciones, y se preocupan por las leyes que afectan su entorno dinámico, al cual las personas insuflan vida en diversas etapas. Este es el gran obstáculo, y al menos así lo he descubierto al conocer escritores políticos occidentales, pero en sus grandes exposiciones nos alejan de realidades e inculcan conceptos ajenos al interés vivo y humano. Además, sus teorías pasan por alto de que los individuos que alguna vez formaron el Estado original y simple de la familia, son exactamente los mismos que, conforme van desplegando sus capacidades, crean los Estados más complejos de aldeas o naciones; que los lazos familiares y las relaciones consanguíneas evolucionan hacia vínculos comunales y raciales, y que la guerra entre un país y otro no debe atribuirse simplemente a disputas entre familias o tribus, sino que las causas deben hallarse en los humanos cuyas propensiones bélicas son el corolario de un desarrollo anímico insuficiente. Se podrían escribir largos volúmenes sobre dicho aspecto, pero basta con hacer una referencia de pasada y continuar.

Por ello, comprobamos de inmediato que los supradichos colectivos -o en otras palabras, el Estado complejo y en permanente crecimiento- no tienen importancia primaria, sino secundaria. A medida que evoluciona, el individuo deja atrás las instituciones. No son creadas por él, sin importar cuán grande haya sido su parte de contribución a establecerlas. Está muy bien que nuestros "médicos políticos" de Occidente adjudiquen los comienzos del Estado a la familia, pero ¿quién la concibió? ¿Quién indicó al salvaje ignorante, que no era más que la encarnación de impulsos bárbaros, cómo llevar armoniosamente la vida estatal de familias o tribus? Sabemos que estos burdos antecesores desarrollaron por instinto algunas normas de vida comunitaria, etc.; sin embargo, no es mi objetivo demostrar los errores teóricos que ahora se aceptan, sino más bien sugerir una perspectiva teosófica sobre estos problemas.

Aristóteles, a quien todavía se considera en muchos aspectos la "mayor autoridad" en temas de ciencia política, remonta el origen del Estado al hogar. Platón y Seeley admitieron el profundo rol que desempeña el individuo en la génesis y los avances de aquél, mas parecen olvidar que un gobierno existe para los fines del ciudadano. Desde luego, todo el asunto puede trazarse al pecado original del materialismo, que excluye la divinidad humana y de las cosas, y se niega a ver una "mano creativa" en la evolución.


06. El Estado Arquetípico y de otras clases

En sus diferentes etapas de crecimiento, el Estado es una institución con que nos topamos en nuestro estudio del esquema divino. Dicha entidad política es un arquetipo del Mundo Espiritual; el Estado es una idea, en el sentido que Platón adscribió a esa palabra, y también un concepto (arupa o sin forma, como dirían los teósofos). Ese paradigma se expresa de varias maneras en el ámbito profano, al igual que muchos triángulos surgen de un patrón mayor y homólogo. La idea del Estado es una matriz para todos los otros, grandes y pequeños, políticos o religiosos, autocráticos, burocráticos o demócratas, familiares, tribales y nacionales. Además, el Estado arupa se asemeja al extraño mamífero original del profesor Owen, compuesto por todas las clases de gobierno que conocemos o aparecerán a futuro (2).

(2) De los diversos autores occidentales, el profesor Seeley muestra razones que a menudo se aproximan al pensamiento antiguo y teosófico. Por ejemplo, sobre la idea del Estado modélico, encontramos nociones afines en su Introduction to Political Science (p. 16-18): "La división de la humanidad en Estados implica una gran importancia, primero debido a su carácter universal, y segundo por su magnitud y los efectos trascendentales. Cuando hablo de universalidad, admito que prolongo considerablemente el trasfondo que por lo común se da a la palabra Estado. En el sentido europeo, griego o romano clásicos, se ha dicho que no es universal en ningún modo, sino un aspecto muy atípico entre las personas. Pero deseamos que alguna palabra denote la gran corporación, más grande que la familia, pero generalmente relacionada con ella -cualquiera que sea su forma-, y el vocablo 'Estado' es el único que puede emplearse para este propósito. A veces sería mejor llamarlo tribu o clan, iglesia o religión, pero como sea, el fenómeno es mundial. Casi en todas partes, los ciudadanos se autoperciben como elementos de un gran organismo (...) en caso de requerirse, sostienen que ese colectivo puede hacerles demandas ilimitadas y estarían obligados a morir por él.

Los resultados más interesantes y memorables se derivan de la existencia de estas grandes asociaciones. En el comienzo tenemos su desarrollo, las diversas formas que adquieren y sus múltiples procesos; luego, la interacción entre varios Estados, las guerras que libran, sus conquistas, federaciones y convenios de paz; y después, los incontables efectos que produce sobre el individuo la pertenencia a un ente mancomunal, resumidos en la única y expresiva palabra civilización. Como se aprecia, hay un campo especulativo casi ilimitado, porque engloba casi todo lo memorable en la historia humana, y sin embargo, ¡todo es producido directamente por el hecho de que las personas pertenecen al Estado en casi todo el mundo!

En consecuencia y bajo el significado más amplio del término, el peculiar fenómeno del Estado es objeto de la ciencia política, concebido como dispar a la familia aunque no ajeno a ella, y también respecto a la nación, si bien suele coincidir aproximadamente con ésta. Puesto que el rasgo distintivo del Estado -donde quiera que aparezca- es el uso del mecanismo llamado gobierno, podemos señalar que dicha ciencia ausculta formas de mandato tal como hacen la economía política que trata de riquezas, los biólogos que investigan la vida, el álgebra que se ocupa de los números, o la geometría al escrutar el espacio y las mensuras".

Las manifestaciones de ese Estado-modelo y sin forma que existe en el reino del Espíritu se hallan en nuestro mundo tangible. Se extiende así con miras a proporcionar contextos a los humanos en evolución sobre esta esfera, e inclusive esas proyecciones están más o menos resueltas; algunas en particular se asignan a nuestro globo, y nos encontraremos con otras en planetas allende la Tierra cuando abandonemos el presente teatro de lucha. Podemos estudiar el proceso al comprender el Plan Divino y conocer a los Ayudantes que trabajan en la causa.

Esto indica que el fundamento del progreso político es el Estado donde vive el ser humano, y con cuya injerencia evoluciona. En esto coinciden los expertos orientales y occidentales, pero difieren en cuanto a la importancia y el valor relativos de los particulares y el Estado, la aparición de éste y cómo influyen los sujetos en él. En la literatura especializada se los presenta como polos separados; sin embargo, no es mi tarea describir las opiniones de investigadores, y me limito a esbozar un panorama teosófico.

El origen divino del Estado es reconocido por el Mahabharata:

"En los primeros años del Krita-Yuga, no había monarcas ni gobiernos. Todas las personas solían protegerse unas a otras con rectitud. [Estos son la época y régimen de Perfección de la Inocencia, con que comienzan todas las fases de desarrollo, y como indicó H.P.B. en su monumental obra (B.P.W.)]. Después de algún tiempo, sin embargo, encontraron dolorosa la tarea de ampararse mutuamente, y el error asaltó sus corazones. Habiendo quedado sujetos a él, las percepciones de los hombres se nublaban, y en consecuencia sus virtudes comenzaron a declinar. El afán de riquezas se apoderó de ellos y les hizo egoístas; pronto la ira repletó sus mentes, y una vez dominados por ella, perdieron toda consideración sobre lo que se debía hacer y evitar. Así se estableció una licencia descontrolada. Los hombres empezaron a hacer y decir lo que se les antojaba, provocando que todas las distinciones entre virtud y vicio llegaran a su fin. Cuando tal descalabro invadió las almas humanas, el conocimiento del Ser Supremo desapareció por completo, y con ello también la rectitud. Los dioses estaban abrumados por dolor y miedo, y se acercaron a Brahma en busca de protección y consejo. Brahma luego creó por decreto de su voluntad un hijo llamado Virajas, nacido por la energía de Aquél, y fue hecho gobernante del mundo" ("Shanti Parva", Mahabharata).

Compárese esto con la obra de Milton Tenure of Kings and Magistrates, donde dice que todos los individuos nacieron libres, el mal surgió a través del pecado de Adán, y para evitar su destrucción acordaron "mediante una liga común protegerse de daños unos a otros, y defenderse en grupo contra cualquiera que perturbara dicho acuerdo".

En el Mahabharata, el origen de la ciencia política aparece en "Shanti Parva" (Sección 59), donde se le denomina Dandaniti, y es descrito como fuente espiritual suprema. Los estudiantes de esoterismo pueden meditar en ello con gran provecho para obtener claridad.


07. La civilización no tiene origen

Ya nos referimos a los inicios del Estado, siendo de naturaleza divino-arquetípica y parte integrante del esquema del Logos. Las numerosas manifestaciones análogas son otros tantos escenarios de progreso en que los humanos adquieren experiencia y sabiduría. Los Estados, sencillos y abstrusos, siempre han existido como hoy. Además, no creo que podamos afirmar sinceramente, como han hecho algunos occidentales, que cuando la Tierra era joven "todos fuimos salvajes" y "andábamos desnudos" en cuerpo, mente y alma. La Doctrina Secreta y el ocultismo -en cuanto estudio de la Mente Divina en la Naturaleza- cuentan un drama muy diferente. Durante mis exámenes de esa magna obra por Blavatsky, no hallé referencias a la época en que los humanos cultos y civilizados estaban completamente ausentes del campo evolutivo. La Tierra ha sido desde tiempos muy remotos más o menos igual, en el sentido de que individuos en varias etapas de crecimiento, inteligencia y cultura han ido progresando unos al lado de otros como en la actualidad. En el siglo XX, intelectuales norteamericanos y pieles rojas viven en el mismo continente; para el caso de India, yoguis, sabios y santos comparten espacio no sólo con analfabetos, sino además con tribus montañesas semisalvajes. Siempre han habido personas rústicas y educadas, y por ello también hubo Estados de muchos tipos, básicos o aparatosos (3). Y nuestra investigación teosófica arroja que estas mancomunidades proporcionan los medios para que los miembros del reino humano evolucionen a lo largo de múltiples líneas, incluida la política (4).

(3) Aquí nuevamente Seeley hace algunas observaciones en las cuales me gustaría que reflexionarais: "También los antiguos vivían en Estados y se sometían al gobierno. Y si vamos a países lejanos como China, que nunca se ha visto afectada por la civilización occidental, o India que sí continúa bajo su prevalencia, todavía encontramos dichas formas de gobernabilidad. Es cierto que las instituciones remotas difieren mucho de aquéllas que conocemos, y más de lo que se suele entender. Los observadores y estudiantes, en lugar de sorprenderse por el parecido, han estado muy dispuestos a asumirlo y exagerarlo, dando por seguro que los hombres, dondequiera que se encuentren, deben tener reyes, nobles y gobiernos como los europeos, y quizá por esta causa se introdujo algún error en la historia. Por ejemplo, recientemente se dijo que los relatos españoles sobre las antiguas instituciones mexicanas están demasiado influidos por tendencias ibéricas, pero cuando se ha tenido en cuenta ese equívoco, encontramos Estados -aunque de diferente tipo- del mismo modo que localizamos idiomas en todas partes, si bien las desemejanzas entre bantú y chino, o griego y alemán, puedan ser mayores de lo que concebimos al principio” (Introduction to Political Science, p. 30-31).

Seeley ofrece una pista al escudriñar en los problemas que tiene ante sí, y acuciado por el noble motivo de buscar la verdad en todos los sectores; entonces, sería bueno que sus alumnos y continuadores discurrieran sobre ello de acuerdo con los planteamientos hechos.

(4) Pramathana'h Banerjea, en su excelente libro Public Administration in Ancient India, sostiene: "Ya no podemos pensar en excluir a un Estado porque no nos guste, como tampoco un naturalista tendría derecho a omitir plantas bajo el despectivo término de 'malas hierbas', o animales a guisa de 'alimañas'. En consecuencia, debemos abrir nuestra clasificación a los organismos políticos más diferentes al nuestro y a los que aprobamos” (p. 33); “Siempre se consideró deber del Estado entregar facilidades para el desempeño de sus funciones por parte del pueblo” (p. 282).


08. Jerarquías de grupos

El hecho relevante en ese propósito es que los humanos se mueven en grupos, lo que también es reconocido por filósofos occidentales, y están de acuerdo con la visión esotérica de que los Estados crecen en complejidad a medida que prosigue el desarrollo. Un consorcio gubernativo civilizado es un organismo más llamativo; así, una familia de integrantes cultos es más sobresaliente que una tribu, y un municipio detenta más elaboración que una provincia, aunque en este caso podría ser al revés.


09. Una nueva visión de las Razas

Añadimos aquí el rol principal del Estado. Hay seres con grandes avances y otros de menor nivel; por ende, los primeros requieren como campo de acción un Estado complejo. La naturaleza siempre ofrece entornos adecuados para mayores progresos; separa a un individuo o lo emplaza con otros en la misma familia, tribu o raza, a fin de generar el crecimiento armonioso. Los teósofos estamos familiarizados con las Razas-Raíz y Subrazas, en cuanto vías de adelanto por el cuerpo o la forma; el tipo de raza es un conjunto de atributos corporales, y los etnológicos representan esa clase. De esta forma, el sujeto ario se describe de una manera, el de la Sexta Raza-Raíz de otra, etcétera.

Observemos ahora los aspectos psicológicos de Razas-Raíz y Subrazas. La conciencia de un humano progresa hasta cierto punto de acuerdo con sus necesidades, y por ello pertenece a una raza-raíz y subraza particulares; en ésta última, se organizan ramas y familias para hacer posible una eclosión definida de conciencia. Por ejemplo, en la tercera subraza (de la cual sólo quedan vestigios) se encuentran ramificaciones y parentelas de todos los grados susceptibles de contener las almas de místicos, artistas o escritores, y también las menos evolucionadas de quienes luchan en los estratos más bajos de la sociedad. Me comprenderéis mejor si digo que en esta 1ª subraza de la Raza Aria se encuentran personas de 2ª, 3ª, 4ª y 5ª subrazas (5); verbigracia, un indio es miembro de la primera en lo que atañe a su físico (aunque con excepciones), pero a la vez sería germánico o kelt cuando se toma en cuenta la acrecencia de su espíritu. Un parsi podría hallarse en la tercera subraza según conceptos generales, y ser indio o griego en lo referente a su conciencia. El popurrí de castas es común no sólo en este país, sino por todo el mundo, si limitamos nuestros pensamientos a un sólo carril evolutivo; pero el caos desaparece cuando estudiamos el problema racial desde múltiples facetas de avance.

(5) Puedo ir aún más lejos, y decir que psicológicamente se incluirían personas de la Sexta y Séptima razas. Compárese la línea de pensamiento sugerida por H.P.B. en La Doctrina Secreta, vol. I p. 160-162 (edición de 1888).

Vemos entonces que si se trata de colectividades -por cuyo medio se origina la evolución política- debemos ponderar sus diversos ángulos. Las progenies de hoy son más o menos iguales que en el pasado: existen parentescos salvajes y otros cultos, pero no llamaríamos "prosaico" a uno de ellos si los cuerpos que suministra pertenecieran, digamos, a la Cuarta Raza. Un clan mongol puede tener ventaja sobre una familia alemana en cuanto al desarrollo del alma, y según la etnología el físico de aquéllos es inferior.


10. La responsabilidad múltiple del Estado

Es necesario comprender que la función del Estado es versátil y se relaciona con la totalidad del individuo, nunca con sus aspectos particulares. El objetivo estadual es generar un ámbito para la persona en desarrollo, y su misión consiste en manejarla e incidir sobre ella. El "ser humano" teosófico es distinto a la criatura que la ciencia viene esbozando desde el siglo XIX. La Sabiduría Eterna afirma nuestra característica septenaria y décuple, pero los racionalistas sólo admiten dos o tres niveles a lo sumo. Por lo tanto y según nuestra postura, el cometido de un Estado -cualquiera que sea- debiese incorporar siete o diez facetas.

El Estado posee algunas virtudes, si podemos decirlo en forma concreta, y las personas que pasan por él deben adquirirlas y llevarlas a la práctica. Sin embargo, en casi todas las circunstancias no podría asimilarse todo lo que esa entidad les ofrece, o bien se torna imposible; pero bajo una cierta ley evolutiva (y éste es otro cariz que los teósofos pueden rastrear con holgura), cualquier particular bajo un Estado específico no lo abandona por completo, hasta que mediante renacimientos continuos o a intervalos, adquiere definitivamente sus cualidades positivas. En otras palabras, no deja ese colectivo hasta verse lo suficientemente influenciado por él. Visto desde la perspectiva de un ciudadano, como alma él nace una y otra vez en el entorno que le brinda oportunidades hacia el siguiente paso. Supongamos que el progreso de alguien depende de absorber una virtud concreta, y se encontrará en instituciones con la facultad de ayudarle con eso. Un individuo que necesite cultivar un intenso patriotismo bien puede hallarse hoy en el Estado de India siendo joven. Por otra parte, quien esté superando ese rasgo y en vías de aprehender una mirada más humanitaria, encontraría en Alemania un canal óptimo para cumplir ese propósito.

Esto nos lleva al hecho de que el número de manifestaciones del Estado arquetípico utilizado en este globo es definido (algo vasto, pero aún con límites) que se ajusta a los tipos correspondientes de humanidad terrestre en evolución (6).

(6) "No sería sorprendente que todos los Estados descritos por Aristóteles, y además los de Europa moderna, produjeran sólo una ínfima proporción del número total de variedades, mientras tenemos muchos más de aquéllos que nos resultan menos conocidos, y nuestros manuales no quieren pasarles por alto o en silencio como 'bárbaros'" (Introduction to Political Science, p. 34).

Vistos de esa manera, los Estados pueden definirse como instituciones naturales que corresponden a determinadas fases de evolución humana.


11. Una nueva categoría

Podemos señalar que nuestra evolución, especialmente para los fines de esta charla, consiste en el crecimiento de organismos materiales -tanto físicos como suprafísicos- y también del Espíritu y sus instrumentos o canales: (7) Voluntad [Divina], (8) Razón Pura y Compasiva, (9) Mente razonadora, (10) Mente, (11) Mente emocional, (12) Sentimientos y (13) Instintos.

(7) Atma. (8) Buddhi.
(9) Buddhi-Manas o Manas Superior.
(10) Mente no tocada por Buddhi, pero libre de influencias kámicas.
(11) Kama-Manas. (12) Kama.
(13) Los instintos son dobles: (a) resultado de nuestros sentimientos por su vínculo con el cuerpo; y (b) secuela del nexo entre un elemental físico y nuestra cobertura material.

Dijimos que la evolución política aspira a crear un Ser Humano Libre, con ayuda de Estados en son de colectividades naturales (14). El desarrollo humano, material y espiritual es multifacético, avanza por muchos recorridos y la política es sólo uno de ellos. El progreso de ésta consiste en que el individuo se haga uno con el Estado, a fines de un aprendizaje integral y absorber todos sus valores provechosos. Una persona logra este cometido gracias a la instrumentalidad del orden agrupador y muy económico en la Naturaleza, ya que también es más comprensivo con los seres en desarrollo y siempre plantea atajos y estradas menos difíciles, por llenos de obstáculos que nos parezcan (15).

(14) Seeley reconoce esta característica; por lo tanto, se predispone a aceptar los orígenes divinos, y me atrevo a decir que lo predicará cuando regrese a la Tierra para ocupar la entonces Cátedra Regius en Cambridge. Dice además: "Ahora bien, ciertamente el Estado no es un producto tan puramente natural como plantas o animales; sin embargo, sí lo constituye en parte, y bajo esa óptica debe agregarse que en sentido estricto no tiene depositario alguno" (op. cit., p. 40). No aprobamos la última parte, mas no queremos entrar en discusiones.

(15) Esto representa un camino fascinante, y debo renunciar a la tentación de explorarlo. En libros de Ocultismo y Yoga se dice que un individuo puede escapar de los ciclos de nacimiento y muerte en casi cualquier etapa de evolución, siempre y cuando haga uso adecuado de su entorno y responda a él como un alma, y no en cuanto personalidad efímera. Se aduce que el Nirvana es un cambio de Condición y no "condiciones"; por ello, me parece que en el desarrollo político la conquista de Libertad es una alternativa muy deseable.


12. El Estado dejará de ser útil

El Estado es consecuencia del acuerdo de agrupación; puede haber otras resultantes, pero aquél parece ser la más notoria, al menos en lo que concierne a nuestro análisis. El individuo pasa de una corporación estadual a otra, cada vez con mayores avances, pero al mismo tiempo gana terreno con tal de "recuperar el alma infantil que perdió". Se vuelve más independiente y es capaz de ayudar al prójimo en su calidad de Superhombre o Supermujer. Así, la evolución política termina cuando Aquéllos no necesitan la presencia de un Estado.

Aristóteles tenía razón al declarar que "el hombre es naturalmente un animal político, y quien no integre la ciudadanía de ningún Estado -si la causa de su aislamiento es natural y no accidental-, o bien constituye un ser sobrehumano, o bien es inferior en la escala civilizatoria", a lo que agregamos la clase de aquél que no pertenece en absoluto al reino humano (16).

(16) Seeley observa que el filósofo griego "casi excluye de su investigación a todos los Estados, excepto aquél tipo muy peculiar que floreció en su país".

Al entrelazarse en urdimbres gubernativas más complejas, el ser humano logra en sí las virtudes que incluyen, pero también se esfuerza por romper las trabas concomitantes con esa adquisición. En el avance político, como de otros tipos, existen periodos de ida y vuelta, o los marpas Prayrtti y Nivrtti. Me resulta muy laberíntico ilustrar el camino de un sujeto cuando pasa por Estados, hasta que comienza a volver a lo simple y llega a la Meta Suprema. Traté de pintar el cuadro en muchas formas, pero sólo hay una que parece lo suficientemente inteligible para ser presentada, y es lo que hago aquí.


13. Yoga con el Estado

Los teósofos conocemos bien la idea del yoga o vínculo con el Ser Superior, un objeto de nuestra devoción o lo Supremo. También sabemos que puede existir conectividad entre la conciencia del discípulo y su maestro. Si aplicamos esto en materia de Estados e individuos, obtendremos un criterio no tan "ilógico" del proceso por el que un ciudadano crece políticamente, a través de la instrumentalidad gubernativa, y al final emerge como hombre/mujer libre o anarquista perfecto, en su sentido filosófico según León Tolstoi o Walt Whitman. Sé que hay aspectos de esa comparación que permanecen ajenos a la exactitud del detalle, pero sólo aplico principios generales, y difícilmente podemos concebir una analogía idónea en todas sus partes.

Imaginando a una persona en el Estado-familia, incluso allí es un "animal político" para usar la cita aristotélica (no muy elogiosa para los dioses en ciernes). En ese nivel "aprende" políticamente y eso le permitirá convertirse en Ciudadano Perfecto de una Comunidad Perfecta, donde cada quien lleva su existencia según leyes autodefinidas (17).

(17) No olvidemos que hay Estados-familia más complejos que los Estados-tribu evolucionados.

Este adelanto lo consigue por el yoga con el Estado-familia; la conciencia institucional se amplía hasta que el parentesco estadual íntegro es asimilado por el sujeto (teniendo como base una circunstancia donde predominan las leyes de consanguinidad que orientan el esfuerzo humano). Comienza con una fase temprana de evolución, e incluso en la cultura moderna los humanos en general no han salido de ella. Hoy tenemos Estados familiares con mucha elaboración, propios de seres altamente desarrollados y en donde adquirimos las virtudes del dirigente, pero este nivel aún no se supera. El hombre o la mujer de familia actuales practican yoga con la conciencia de su prole y las ramificaciones gubernamentales; de manera similar, el Estado-tribu no fue diluido completamente por quienes llegaron a la civilización europea del siglo XX. Como ejemplo, en Inglaterra hay particulares de Yorkshire y Lancashire, y en India están los panjabis y madrasis.

Por conducto de nuestras experiencias nacionales o provinciales, creamos un nexo con el Estado-tribu y logramos internalizar sus virtudes. Quizás este ejemplo no sea del todo feliz, porque antaño las tribus fueron andariegas (hoy existen remanentes de ellas que no se ven muy afectados por límites geográficos (18)), y la población provincial se ha establecido en áreas concretas. Sin embargo, si rastreamos la evolución tribal a profundidad, no creo que mi muestra sea completamente rechazada. Igualmente, adquirimos experiencia y valores éticos a través de Estados-nación, raciales, etc. Los individuos también progresan al establecer vínculos políticos entrañables con dichas corporaciones y nuestros semejantes en ellas.

(18) Podemos perquirir con ventaja la posición de los miembros en la Sociedad Teosófica como pertenecientes a un "clan ambulante".


14. Los dos caminos de avance político

Anteriormente dijimos que este curso presenta dos etapas: a) el ligamen del individuo con el Estado, y b) la liberación de ese organismo cuando no tiene nada más que aprender. En nuestra época se está generando un fenómeno extraño, y quizás por primera vez en la historia: los miembros de razas evolucionadas abandonan cada vez más la vida familiar sedentaria bajo presiones económicas y de otros tipos. La inclinación a casarse y formar familia es menos dominante que en eras pretéritas, cuando las civilizaciones no tenían gente soltera, las asociaciones de parentesco revestían importancia suprema, y el rol principal de sus miembros era llevar a cabo el rito matrimonial y vivirlo en consecuencia (19).

(19) Henry Maine, Ancient Law, p. 131: "Era absolutamente extraña -y monstruosa para la antigüedad primitiva- la idea de que varias personas ejercieran derechos políticos comunes simplemente por residir dentro de los mismos linderos topográficos. El recurso que en aquellos tiempos gozaba de notoriedad era que el grupo entrante fingía descender del mismo linaje que el pueblo donde se instalaba, y es precisamente la buena fe de este disimulo y la cercanía con que pareció 'imitar la realidad' lo que ahora no podemos esperar comprender (...). Sin embargo, una circunstancia a recordar es que los hombres que formaban los diversos conjuntos políticos ciertamente tenían la costumbre de reunirse periódicamente, con el fin de reconocer y consagrar su asociación mediante sacrificios comunes. Sin duda fueron admitidos a ellos, y una vez hechos, podemos creer que parecía igualmente fácil -o menos enredoso- concebirlos como participantes del linaje común. Así, la conclusión que sugiere la evidencia no es que 'todas las sociedades primitivas se formaran por descendencia del mismo antepasado', sino todas aquéllas con alguna permanencia y solidez derivaban de ese modo, o se suponía que así era. Un número indefinido de causas pudo haber descompuesto a grupos primigenios, pero como fuese que sus miembros se recombinaran, ello sucedía de acuerdo con el modelo o principio de una asociación de parientes. Cualesquiera que fueran los hechos, todo pensamiento, lenguaje y norma se ajustaron a la teoría; pero aunque todo ello parece bien establecido con referencia a las comunidades cuyos registros conocemos, el resto de su historia sostiene la posición antes expuesta, en cuanto al influjo esencialmente transitorio y terminable de las ficciones jurídicas más poderosas. En algún instante -quizás tan pronto como se sintieron lo suficientemente fuertes para resistir la presión extrínseca-, todos esos Estados dejaron de crecer mediante extensiones ficticias de consanguinidad".

En su lugar, hoy encontramos una gobernanza más compleja que el Estado-familia, y todos evolucionamos a través del Estado-comarca/raza. Ahora los principios de nacionalidad se emplean como en los antiguos Estados-familia; la humanidad deviene una con nuestros respectivos países y etnias, y en pocos siglos deberíamos trascenderlos completamente para fundirnos con un organismo más complejo de carácter internacional e interracial. Incluso en nuestro tiempo hay hombres y mujeres que sueñan con alcanzar dicho nivel.


15. Los verdaderos políticos

En consecuencia, vemos que también se trata de escapar de un Estado cuando aprendemos las lecciones que tiene reservadas, exactamente como un discípulo se convierte en Maestro y deja atrás la condición de novato. Así obtenemos una imagen sobre la función del individuo en ese Estado, e indirectamente de este último respecto al primero. Ello se aplica a todos los miembros de la familia humana, porque son "animales políticos" y serán Ciudadanos Perfectos de una comunidad anárquica, una vez más, en el sentido filosófico. Pero si bien todos los hombres y mujeres experimentan evolución política, no todos pueden dedicarse a la actividad homóloga. Se trata de una metamorfosis muy distinta, a la que pertenece un cierto número de personas, y muy probablemente una séptima parte del total. Para estos individuos, el desarrollo político se vuelve más profundo o agotador. Y otra vez ingresamos en un desvío fascinante del tema primario. Estos humanos que se preparan como políticos (no necesariamente todos los miembros de Parlamentos o Consejos Legislativos) a menudo se convierten en Ayudantes de la Humanidad, Manus y soberanos, Rajarshis y gobernantes. Una muy buena descripción de estos verdaderos referentes se encuentra en La República de Platón, donde se les bosqueja como "artistas que emulan el patrón celestial", y "aquí se marcará la diferencia entre ellos y cualquier otro legislador: no tendrán nada que ver con el individuo ni el Estado, y no inscribirán normas hasta que ellos mismos encuentren o conciban una superficie limpia". ¿Y cómo copiarían ese patrón luego de obtener dicha pulcritud? "Cuando estén completando la obra, como yo lo entiendo, a menudo considerarán lo superior e inferior, es decir, primero observarán justicia, belleza y templanza absolutas, y luego la copia humana, mezclando y regulando los diversos elementos de la vida a la imagen del individuo. Esto lo conseguirán de acuerdo con esa otra imagen que, cuando existe entre los hombres, se convierte en la forma y semejanza de lo Divino en palabras de Homero". Pero todo eso, como diría Kipling, es otra historia.


16. Dos Principios

Vimos anteriormente los procesos simultáneos por cuyo medio un individuo se entrelaza con el Estado o se libera de éste último, las dos margas en evolución política. El primero fue descrito en términos de yoga o unión con el Estado, y del segundo se puede hablar acertadamente como una contrapartida espiritual del "combate por existir" y la "supervivencia del más apto": el nacimiento de un Humano Libre que supera el nivel de "animal político" para convertirse en "Anarquista" apto, sobreviviendo a todas las barreras que impone la larga evolución. Esos aspectos indican que debe haber también dos principios fundamentales sobre los que descansa esta paridad, y creo que un estudio cuidadoso confirma nuestra expectativa al percibir que, comunes a todos los Estados (simples y complejos), hay un principio de unión (donde el cooperativismo es su centro) y de unidad (con el Purusha Supremo, lo cual producirá Ciudadanos Perfectos y Libres en Reinos sin leyes corruptas/corrompibles como la meta siempre perseguida).

Una persona incumbente a un Estado particular -en el yoga con esa institucionalidad- se entrelaza con otros componentes gubernamentales. El Estado no se separa del individuo, aunque haya sido creado para él; éste último, por así decirlo, es parte de la maquinaria estadual, y sin él la necesidad de aquélla desaparece. El Esquema Divino prevé el Estado porque los individuos tienen que desarrollarse en un "campo de juego" para el progreso. ¿Dónde estaría la necesidad de un parque infantil, si los jugadores no tuvieran que desplegar ninguna habilidad? El patio de recreo implica participantes, y ellos forman parte del terreno. En una primera parte o "mitad" de desarrollo político, el ciudadano y el Estado forjan una relación similar: el primero absorbe las virtudes del segundo por la instrumentalidad de sus semejantes, y al unirse con el gobierno, dicho particular coopera con otros en el mismo contexto. El ser humano aprenderá a colaborar todo el tiempo, ya sea en familias reducidas, tribus numerosas, nacionalismos de masa, internacionalismos que engloban a muchos millones de almas, o siendo humanitario con toda la especie. Los avances son rápidos y se logran principalmente gracias a estos vínculos. La segunda etapa contempla la aparición del individuo como tal, y se le otorga el debido homenaje en función de su dominio e independencia sobre el Estado (o siendo superior a toda forma de mandato externo).


17. El Camino Doble

Para evitar malentendidos, no sostengo que en las condiciones estatales simples y tempranas los hombres cooperan entre sí, y en la segunda mitad se la pasan guerreando. No hay dos períodos, sino dos fases comunes a todos los Estados, que pueden exhibir una estructura básica o diversa, ser estables o cambiar de espacio, o instituirse tarde o tempano. Durante épocas muy pretéritas y en el más sencillo de los Estados familiares, ambos procesos se hallan en funcionamiento como demuestra una pequeña observación, y además ocurrirá en el Estado Mundial más complejo del futuro con Humanos Autosuficientes. Veremos entonces que el sendero doble consiste en unirse a los demás y mantener la individualidad; cooperación y competencia no son irreconciliables, sino complementarias. Puede ser una idea descabellada, pero aparentemente es cierta: estamos comprometidos en el trabajo de obtener algo sólo para dejarlo atrás o rechazarlo. Nos hacemos uno con nuestra familia, tribu o nación, y luego queremos zafarnos de ellas. Obtener y regalar... En consecuencia, ¡fórjate una riqueza [literal o simbólica] y luego aspira a no poseer nada! ¡Y esto, a lo largo de decenas de miles y millones de años!


18. Razas humanas y Principios Séptuples

Este enorme drama (o farsa si queréis llamarlo así) tiene siete actos, que en Teosofía llamamos Siete Razas-Raíz, donde cada una comporta siete escenas o subrazas, que a su vez prosiguen con otras ramas. En cada acto, el rol central es representado por una "capa" humana séptuple y las otras seis también actúan a su modo. El objetivo supremo es la perfección del conjunto, pero el mayor impulso para una mejora de cada parte se genera cuando desempeña el papel protagónico. Por ejemplo, en una raza-raíz habrá un acendramiento de Kama; éste no mostrará perfección en el término del acto, sino sólo al concluir la obra, y sin embargo recibe el mayor ímpetu hacia la idoneidad en el capítulo racial. El componente kámico humano manifestará pulidez al final del camino evolutivo, mas percibe el mejor apoyo para lograrlo en la raza-raíz donde la Naturaleza juega con ese principio. Todos los Estados -desde el más sencillo al más heterogéneo en dicha raza- se comprometen a coadyuvar a Kama en el individuo a progresar hacia una manifestación íntegra. El doble proceso de vínculo o cooperación -que implica competencia en todos los Estados de aquel grupo fundamental- se refiere principalmente a Kama, y lo que sucede en las razas-raíz también acontece en sus correspondientes subrazas.

Todos estos principios deben tenerse en cuenta en el estudio real de los problemas políticos de cualquier nación. Para este ensayo se mantuvieron lejos de conceptos como electorados, gobiernos autónomos, transformaciones "al por mayor" o en etapas, exclusión/inclusión femenina en sufragios, libre comercio o proteccionismo, etc., etc., pero estamos por fin en el comienzo de nuestro tema. Aquí sólo expongo el prospecto teosófico, y creo que podréis aplicar estas ideas al examinar los escollos que afectan a vuestras ciudadanías.