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20 de febrero de 2022

Prana, cansancio y somnolencia


“El Sol da luz y vida a todas las criaturas, hacia el este y el oeste, norte y sur, arriba y abajo; es el prana del Universo” 
(Prashna Upanishad). 

Según la Ciencia Esotérica de la Teosofía:

“La vida no resulta por operación de los órganos, ni desaparece cuando el cuerpo se disuelve. Es un principio universalmente generalizado, el océano en que flota la Tierra; impregna el mundo y cada ser y objeto en ella. Funciona sin cesar en y alrededor de nosotros, pulsando en contra y a través de nosotros para siempre. Cuando ocupamos un cuerpo, simplemente utilizamos un instrumento más especializado que cualquier otro para tratar con Prana y Jiva. Estrictamente hablando, Prana es aliento y esa es la mejor palabra, puesto que la respiración es necesaria para la continuidad de vida en la máquina humana. Jiva significa 'vida', y también se aplica al alma viviente, porque la vida en general se deriva de la Vida Suprema en sí misma; por tanto Jiva es apto para aplicación general, mientras que Prana es más particular (…) Ya sea que estemos vivos o muertos, la energía vital aún está allí; en la vida se halla entre nuestros órganos para sustentarlos, y en la muerte entre las innumerables criaturas que surgen luego de nuestra destrucción. No podemos deshacer esta vida como si deseáramos borrar el aire en que flota el ave y, como el aire, llena todos los espacios del planeta, de modo que en ninguna parte podamos perder su beneficio ni escapar de su aplastante poder final. Pero al trabajar sobre el cuerpo físico, esta vida -Prana- necesita un vehículo, medio o guía, y éste es el cuerpo astral" (William Q. Judge, "El Océano de la Teosofía" p. 37-38). 

En ocasiones el término sánscrito "jiva" se usa en las enseñanzas teosóficas con varios significados diferentes. Por ejemplo, en "La Doctrina Secreta" H.P. Blavatsky a veces lo emplea como sinónimo de Mónada y en otras para el Ego o alma reencarnada, nuestro quinto principio denominado Manas. Ya que la palabra literalmente significa "vida", podría aplicarse potencialmente a cualquier cosa, ya que TODO ES VIDA. En la filosofía Vedanta del hinduismo "jiva" designa principalmente al alma reencarnada, y como señalaba Judge el mejor vocablo es "prana" cuando nos referimos a la fuerza o energía vital dentro de nosotros, ya que esta palabra tiene sólo un significado metafísico principal, es decir, representa el "aliento vital" en la constitución humana.

En la página 176 de “La Clave de la Teosofía”, H.P.B. explica que “'Prana' o 'Vida' es, estrictamente hablando, la fuerza radiante o Energía de Atma -como la Vida Universal y el SER ÚNICO-, SU aspecto más bajo o mejor dicho más físico (en sus efectos) al estar manifestado. Prana o Vida impregna todo el ser del Universo objetivo y se denomina 'principio' sólo porque es un factor indispensable y la deus ex machina del hombre vivo".

La Teosofía establece la existencia de un cuerpo astral sutil e invisible (Linga Sharira en sánscrito) que es prototipo, estructura y molde sobre y alrededor de los cuales se construye la capa exterior de nuestro cuerpo físico; éste es el vehículo para el cuerpo astral, que a su vez es el medio para Prana. En efecto, dicho "doble astral" -como también se le llama- es el cuerpo energético al representar el instrumento mediante el cual Prana (energía vital) fluye hacia el cuerpo físico.

Naturalmente, podríamos asumir que las sensaciones de agotamiento, fatiga y somnolencia se producen por falta de Prana, porque una gran parte de él se ha agotado durante el día o debido a algún factor que impide o bloquea su flujo adecuado a través de nuestro cuerpo astral al físico.

Sin embargo, de acuerdo con la Sabiduría Antigua es todo lo contrario, porque el cansancio y la somnolencia se producen por demasiado Prana, y no por su carencia o disminución. Todos variamos en nuestra capacidad para manejar y hacer frente a la afluencia constante de Prana en nuestro sistema físico durante la vida de vigilia, y así algunos sólo pueden habérselas con una cantidad relativamente pequeña y, por lo tanto, necesitan más descanso y sueño que otros. Esto es particularmente común en jóvenes y ancianos, debido a los estados comparativamente más débiles del organismo físico y por representar los extremos opuestos del espectro. Lo que la ciencia moderna generalmente denomina "vida", "vitalidad" o "energía" en la mayoría de los casos no es Prana en sí, sino simplemente los efectos pránicos en el funcionamiento físico de nuestro sistema corporal, y de esta forma el concepto de Prana en sí es metafísico.

Esto se describe con más detalle en los siguientes pasajes escritos por Helena Blavatsky y William Judge:

“Dormir es una señal de que el estado de vigilia se ha vuelto demasiado fuerte para el organismo físico, y que la fuerza de la corriente vital debe romperse al cambiar la vigilia por el sueño. Solicite a un buen clarividente que describa el aura de una persona recién renovada por el sueño y la de otra antes de irse a dormir. La primera se verá bañada en vibraciones rítmicas de corrientes vitales: dorado, azul y rosado; éstas son las ondas eléctricas de la vida. Este último individuo está, por así decirlo, en una neblina de intenso tono dorado-naranja compuesto por átomos que giran con una velocidad espasmódica casi increíble, mostrando que la persona comienza a estar fuertemente saturada de Vida; la esencia de ésta es demasiado vigorosa para sus órganos físicos, y debe buscar alivio en el lado oscuro de esa esencia, el elemento del sueño físico, y que es uno de los estados de conciencia" (H.P. Blavatsky, “Transactions of the Blavatsky Lodge”, p. 71). 

"El cuerpo (…) es como la Madre Tierra, en el sentido de que está formado por una cantidad de 'vidas' infinitesimales. Uno de los misterios de la vida física está oculto entre estas 'vidas' y su acción forzada por la energía vital -llamada Prana o Jiva- explicará la existencia activa y la muerte física. Se dividen en dos clases, los destructores y conservadores, y estos luchan entre sí desde el nacimiento hasta que ganan los destructores. En esta lucha, la Energía de Vida en sí termina la disputa porque es Ella la que mata, lo cual puede parecer heterodoxo, pero en filosofía teosófica se considera como un hecho. Se dice que el niño vive porque la combinación de órganos sanos puede absorber la vida que lo rodea en el espacio y se duerme cada día por la fuerza abrumadora de la corriente vital, ya que los preservadores entre las células del cuerpo juvenil aún no están dominados por la otra clase. Estos procesos de ir a dormir y despertarse otra vez son simple y exclusivamente el restablecimiento del equilibrio en el sueño y la acción producida al interrumpirlo cuando está despierto, lo cual puede compararse con la luz de arco eléctrico cuya luz brillante en el punto de resistencia es el símbolo del hombre activo que está despierto. Por tanto, en el sueño el individuo está nuevamente absorbiendo y no resistiendo la Energía de Vida y al despertar se deshace de ella; pero al existir a nuestro alrededor como un océano en el que estamos inmersos, nuestro poder para arrojarla es necesariamente limitado. Justo al despertar nos hallamos en equilibrio con respecto a nuestros órganos y vida; cuando nos dormimos estamos aún más llenos de vida que en la mañana, nos ha agotado y finalmente 'mata' el cuerpo” (William Q. Judge, "El Océano de la Teosofía" p. 35-36). 

“Esto nos lleva a una interesante noción ofrecida por la Teosofía con respecto a la vida misma como lo demuestra el hombre, su muerte y sueño, y también se relaciona con lo que generalmente se denomina 'fatiga'. La explicación más común para el fenómeno del sueño es que el cuerpo se cansa y más o menos se agota su vitalidad para luego buscar reposo. La Teosofía señala que esto es justo lo contrario de la verdad, ya que en lugar de haber sufrido una pérdida de vitalidad, al final del día el cuerpo tiene más vida que cuando despertó. Durante el estado de vigilia, las ondas vitales se precipitan hacia el cuerpo con mayor intensidad cada hora, y al no poder resistirlas por más tiempo del período que se suele observar, nos superan y nos quedamos dormidos. Mientras dormimos, las ondas vitales se ajustan a las moléculas del cuerpo y cuando se completa el equilibrio nuevamente nos despertamos para continuar el torneo con la vida. Si este ajuste periódico no ocurriera, la corriente de vida nos destruiría (…) Los Adeptos señalan que los niños duermen más que los adultos y necesitan un reposo más temprano porque la máquina corporal, al ser joven y tierna, es fácilmente vencida por la vida y la hace dormir.

Obviamente, en un artículo tan breve no puedo elaborar esta teoría, pero aunque probablemente no sea aceptable ahora para la ciencia, algún día será acogida como verdadera. Como se empieza a considerar que la electricidad es omnipresente, tal vez dentro de poco tiempo se llegará al consenso de que la vida es universal, incluso en lo que estamos acostumbrados a llamar 'materia muerta'" (William Q. Judge, "Echos from the Orient", p. 17-18).