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3 de febrero de 2022

Ovnis: la dimensión psíquica (10 de 10)

David Pratt
Octubre 2002, octubre 2013


Contenidos:

10. Mitología y visitas astrales
11. Conclusión


10. Mitología y visitas astrales

En las diversas tradiciones religiosas, míticas y folclóricas del mundo pueden encontrarse referencias a la interacción humana con dioses, ángeles, demonios, duendes, silfos, hadas, fantasmas, animales monstruosos y otras entidades no terrenas e inmateriales. Se creía que algunos de estos personajes secuestraban personas y las sometían a pruebas estresantes y surrealistas, por cuanto los "alienígenas" parecen formar parte de este espectro de seres paranormales.

Fig. 10.1. Pintura antigua de una mujer secuestrada por un sátiro mítico (cortesía de Keven Randle) (1).

Ciertos escritores materialistas han argumentado que los "dioses" de la antigüedad eran realmente "astronautas anacrónicos", pero si bien existen varias narraciones en escritos religiosos que podrían ser interpretarse como "encuentros con ovnis", éstos no tienen por qué ser necesariamente extraterrestres. Alrededor del 850 a. de C., en las orillas del río Jordán apareció "un carro de fuego con caballos ardientes" y el profeta bíblico Elías "subió al cielo en un torbellino" (2 Reyes, 2:11). El Libro de Ezequiel se abre con la descripción de cómo, en torno al 593 a. de C. y a orillas del río caldeo de Quebar aquél presenció "una tormenta de viento que venía del norte, una inmensa nube con rayos intermitentes y rodeada por luz brillante". En el fuego divisó lo que parecían "cuatro seres vivientes" y cada uno de forma humana, pero con cuatro alas y cuatro caras (de hombre, león, buey y águila). En medio de las criaturas había algo similar a "carbones ardientes" y junto a los seres reparó en cuatro redondelas en el suelo, donde cada una era "una rueda intersectada con otra", y por sobre las entidades vio "lo que asemejaba una bóveda reluciente como el cristal". En la parte superior de ésta se situó lo que a su criterio era un "trono", encima del cual se sentaba una forma humana rodeada de resplandor; Ezequiel entonces cayó de bruces ante "la gloria del Señor" y luego escuchó una voz que le hablaba.

Posteriormente este personaje tuvo varias experiencias similares, y describe cómo el "espíritu" le levantó para llevarlo a otros lugares. Hoy algunas personas creen que Ezequiel se topó con "un vehículo espacial pilotado por extraterrestres", mientras que otros consideran que tuvo una visión; así, a la luz de los EC modernos este acontecimiento podría haber sido parte físico y parte visionario.


Fig. 10.2. Arriba: la visión de Ezequiel en una pintura de Rafael (1518). Debajo: la "nave espacial" descrita por el profeta tal como la interpretó el ingeniero Josef Blumrich (1974) (2).

La literatura védica contiene muchos relatos de encuentros entre humanos y otras razas humanoides, incluyendo cruzamientos y raptos. En ocasiones los seres son benévolos o maléficos y a menudo vienen de otros mundos. También hacen referencias a ciudades voladoras, carros aéreos tirados por caballos y diversos tipos de naves análogas, algunas de las cuales podían desaparecer repentinamente (3).

Por supuesto, es importante tener en consideración que al evaluar las historias religiosas y mitológicas no todo está destinado a ser tomado literalmente, pues las narrativas pueden combinar descripciones de acontecimientos reales con alegorías, simbolismos y fantasía pura; de esta forma, algunos encuentros genuinos con seres inusuales y manifestaciones "foráneas" pueden tener lugar en el plano físico y otros en el nivel mental.

Como ya se ha descrito, la hipótesis extraterrestre es de poca utilidad en la explicación de estos advenimientos, ya que no tiene en cuenta la variedad de apariencias y comportamiento a menudo extraños y paranormales de los "visitantes" en cuestión. Esencialmente, el fenómeno ovni moderno tiene visos de constituir una versión tipo "era espacial" para el vínculo de larga data entre nosotros y los habitantes del mundo psíquico. Como dice Jacques Vallée, parece que estamos siendo confrontados con la reaparición de una corriente oculta y coloreada con "nuestros nuevos sesgos humanos, nuestra preocupación por la ciencia y el anhelo por una tierra prometida en otros planetas" (4).

Los testigos interpretan sus vivencias con fenómenos de otro mundo en función de sus preconcepciones culturales y personales. Por ejemplo, un hombre africano vio figuras con trajes plateados y una bola de luz roja, y pensó que podrían ser espíritus de sus antepasados (5). Los hawaianos señalan haber observado ovnis durante mil años, en muchos colores y formas incluyendo esferas de fuego, conos y discos, llamándolos akualele o "espíritus voladores" (6). Durante los períodos de avistamientos ovni en otras partes al suroeste de Estados Unidos, los indios hopi divisaron estrellas azules o kachinas ("espíritus") en el aire nocturno por encima de las altiplanicies (7).

En Occidente, con su imaginería ubicua de ciencia ficción, muchas personas que experimentan luminosidades raras o piensan haber visto seres extraños asumen de forma automática que atestiguaron un suceso extraterrestre, y quienes buscan ayuda en los ufólogos creen que esos hechos pueden explicarse por visitaciones alienígenas. Sin embargo, otros individuos pueden creer que han logrado una unidad con lo Divino, hicieron contacto con sus yoes/seres superiores, recibido revelaciones internas o alternativamente se toparon con entidades demoníacas (8). Ciertos fundamentalistas cristianos ven a los ovnis como "diabólicos", mientras otros sospechan que podría tratarse de ángeles, pero si consideramos toda la evidencia puede verse que en ocasiones actúan como unos u otros, ¡e incluyendo todas las variantes intermedias!

En la Edad Media hubo numerosos informes de posesión diabólica y proezas sexuales con demonios masculinos y femeninos (íncubos y súcubos). Comenzando en 1230 con el establecimiento de la Inquisición, las historias de ese tipo y la brujería causaban miseria y muerte a muchos miles de personas durante los próximos cientos de años. El trabajo del siglo XV Malleus Maleficarum ("El martillo de la bruja") fijó varios criterios sobre la posesión que tienen un parecido sorprendente con las descripciones modernas sobre "abducción extraterrestre". Según se dice, las personas poseídas por demonios eran capaces de levitar, comunicarse telepáticamente, tener conocimiento de eventos futuros y capacidades intelectuales mejoradas. Sobre las brujas se afirmaba que podían pasar a través de puertas y paredes sólidas, volar, robar y comer bebés, disfrazarse adoptando formas de otros seres y que participaban en orgías sexuales (9). De este modo, han existido temas similares tanto entonces como ahora, y en lugar de ser invenciones puramente imaginativas podrían derivar en parte de experiencias físicas o astrales genuinas.

El "examen médico" a que con frecuencia las víctimas de rapto afirman haber sido subyugadas es una reminiscencia de cuentos medievales referentes a encuentros con demonios. Betty Hill fue la primera secuestrada en tiempos modernos que informó de una larga aguja insertada en su ombligo y le causó dolor; sin embargo, es interesante observar que en un calendario francés del siglo XV que muestra torturas infligidas por demonios en sus rehenes, dichas criaturas se representan perforando los abdómenes de las víctimas con agujas largas (10). 

Fig. 10.3. Representación del siglo XV de demonios que infligen torturas, tomado del Kalendrier des Bergiers (cortesía de Jacques Vallée) (11).

En algunas ocasiones sacerdotes y monjas afirmaban que eran seducidos por súcubos e íncubos respectivamente, y a pesar de que a menudo despertaban sólo después que las criaturas se habían ido, las eyaculaciones nocturnas eran vistas como "evidencia física" de que los "seres de oscuridad" recogían esperma para propósitos de cruzamiento. Hubo religiosas que reclamaban ser ultrajadas durante la noche por íncubos y les inyectaban el esperma recogido por esos diablos. Una vez que estos relatos se hicieron populares, muchos ciudadanos empezaron a tener padecimientos similares y ciertos eventos ocurrían en un orden específico. A medida que pasaba el tiempo, el acto de tener sexo con demonios llegó a ser visto como señal definitiva de brujería. Las mujeres que informaban de dicha experiencia eran arrestadas y sus cuerpos inspeccionados en busca de cualquier cicatriz o marcas que indicasen la presencia de amantes demoníacos; posteriormente algunas de las víctimas eran ejecutadas (12). 

Fig. 10.4. Íncubo sentado en el pecho de una víctima durmiente (cortesía de Kevin Randle) (13).

¡Claramente, las emisiones nocturnas por sí sólas no equivalen a evidencia de relaciones sexuales con demonios! En algunos casos, las anécdotas referentes a íncubos y súcubos pueden haber sido racionalizaciones de impulsos generativos prohibidos y ocasionados por celibato obligatorio, pero esto no explica todo. Muchos países tienen tradiciones de asaltos similares, a veces llamados "ataques de harpía", que se caracterizan por parálisis y la sensación de que "alguien" ejerce presión sobre la persona que duerme. En nuestros días estas eventualidades son atribuidas simplemente a la "parálisis del sueño", pero dar una "etiqueta de implicación científica" a un fenómeno no es lo mismo que explicarlo. Es posible que durante la transición entre vigilia y sueño la gente sea más susceptible a recibir impresiones del ser interior u otras entidades astrales, ya sean de índole benéfica o perjudicial. Algunas reseñas sobre ataques "demoníacos" pasados y presentes sugieren la elevada factibilidad de interacciones sexuales con entidades etéreas, y a veces dichos seres pueden asumir una forma visible o concreta.

Las "materializaciones de muertos" se divulgaron durante el auge del espiritismo en el siglo XIX, como también el contacto sexual espóradico con dichas presencias. H.P. Blavatsky aceptó que esto realmente sucedía cuando escribió: "Si hay 'espíritus’ capaces de beber té y vino, comer manzanas y pasteles, o besar y tocar visitantes en sesiones espiritistas, todos ellos hechos probados -así como la existencia de esos mismos invitados-, entonces ¿por qué no deberían esos mismos espíritus realizar también deberes matrimoniales?" Añadió que existe una "conexión espantosa" entre los maridos y esposas "espirituales" de médiums y los faunos, sátiros, íncubos, súcubos, sílfides, ninfas y "elementarios" reseñados por místicos medievales y cabalistas (14).

De acuerdo con Blavatsky y sus Maestros-Adeptos, los súcubos e íncubos eran a menudo cuerpos o coberturas astrales de individuos desencarnados, pero no tenían nada que ver con el alma humana más elevada (15). En particular, las almas astrales de personas con una naturaleza particularmente lujuriosa y maléfica (conocidas como "elementarios") pueden estar conscientes luego de morir, especialmente si sus vidas terminaron de modo abrupto, y al estar desprovistas en gran medida de razón, siguen sus instintos animales y tratan de aferrarse a la vida material vampirizando a los vivos. Tales "demonios" pueden llegar a hacerse concretos y visibles al atraer materia de la atmósfera circundante, desde el cuerpo de la víctima si ésta es un médium, o de cualquier otro individuo en que hay poca cohesión de elementos inferiores, posiblemente como resultado de enfermedades. También los atacantes etéreos son susceptibles de generarse por la propia imaginación intensa de la víctima, o pueden ser hechiceros o magos negros con el poder de proyectar sus formas astrales (16).

Franz Hartmann relata una instancia en que un joven se suicidó luego que una mujer casada rechazara sus apasionadas propuestas. Luego de fallecer, su forma astral se sintió atraído por ella, y como ésta tenía temperamento mediúmnico encontró las condiciones necesarias para materializarse parcialmente. La mujer necesitó realizar un esfuerzo largo y persistente, incluido un curso de tratamiento, para que finalmente lograra deshacerse del íncubo (17). Evans Wentz oyó hablar sobre el caso de un hombre que estaba enamorado de un "hada" que lo visitaba todas las noches. Finalmente se cansó tanto que empezó a temerle y para escapar de ella emigró a Estados Unidos, pero la aparición continuó acosándolo (18).

Durante el verano de 1975 una madre soltera que vivía con sus cuatro hijos en un hogar destartalado informó sobre un flagelo de manifestaciones fantasmales; varias de ellas involucraban una aparición semisólida de 1,8 mts. en altura. La madre y su hijo mayor también dijeron haber divisado dos figuras materiales y oscuras con "cara oriental" en el dormitorio, a veces luchando entre sí. Además, la mujer afirmó que en varias ocasiones fue agredida sexualmente por tres seres semivisibles que dejaron grandes moretones en su cuerpo (19).

Mucho antes que aparecieran en escena las "naves espaciales metálicas" y sus ocupantes, los pequeños y etéreos seres humanoides ya estaban consagrados en el folclore y la mitología; en efecto, tales criaturas son casi universales y entre las más conocidas se encuentran diversos tipos de hadas. Jacques Vallée señala que la mayoría de las entidades encontradas en los primeros avistamientos ovni durante el pasado medio siglo se clasifican en dos grupos principales: (a) individuos peludos, pequeños y oscuros con ojos reducidos y brillantes, de voz grave, escabrosa y profunda que se asemejan a los enanos de la Edad Media; y (b) entidades de complexión humana, cabezas de gran tamaño y voces argénteas similares a los silfos medievales o duendes en la tradición de hadas (20), y estos tipos en gran parte ya han sido reemplazados por los grises de amplia publicidad.

Pese a que las hadas son concebidas generalmente como criaturas pequeñas, algunas fueron descritas tan altas como nosotros o incluso más, y se dijo que otras tenían formas humanas hermosas o feas. En Irlanda también eran conocidas como "buenas personas" o "gente pequeña" a quienes frecuentemente se les ve jugar, bailar, cantar, hacer música, levitar o volar y participar en batallas, cacerías y recolección de alimentos. Hay historias que las muestran en actividades como el robo o pidiendo cosas prestadas de humanos -especialmente comida-, ayuda con tareas domésticas, negocio de productos, engaños o ataques a viajeros, y la protección o el develado de tesoros. Al igual que en algunos encuentros con "extraterrestres" modernos, en ocasiones se vislumbran hadas sacando agua de arroyos y pozos en cubetas; también hay relatos en que amenazan, pellizcan, golpean, paralizan, ciegan e incluso matan a los testigos, e igualmente colocan a humanos en trance, juegan bromas y luego escapan, se montan a una nube o simplemente desaparecen. En relación con esta clase de incidentes a ratos se informaba de huellas como pruebas físicas.

Es imposible decir con certeza en qué medida una historia de hadas es hecho o ficción, o implicó una experiencia corpórea, psíquica o mental. Curiosamente, la palabra "hada" [fairy] proviene de fai-erie, lo que designa un estado de encantamiento. Estas entidades generalmente fueron consideradas como espíritus no-humanos de la naturaleza (elementales), o "almas" de los muertos (cascarones astrales en descomposición o cadáveres de personas desencarnadas, en lugar de verdaderas almas). En ocasiones se las tenía como seres angélicos y desterrados del cielo y se les atribuían cuerpos etéreos que normalmente eran invisibles, aunque sí detectables por los videntes.

Según se afirma, las hadas habitan bajo tierra (por ejemplo, colinas huecas), en el mar, el cielo o un mundo invisible donde el tiempo transcurría a una velocidad diferente. Se las retrata como traviesas, caprichosas y a veces irritables, pero no malas; igualmente se pensaba que podían cambiar de forma a su antojo o según la mente que las distinguía, como también aparecer o desaparecer en forma repentina. Al igual que los "alienígenas" modernos, a menudo trabajaban durante la noche y solían mostrar gran interés en materia reproductiva, pues supuestamente seducían a humanos y daban a luz a sus retoños. Hay numerosos relatos atañentes a secuestros por hadas y los "rehenes" afirmaron ser llevados a los palacios subterráneos de aquéllas; inclusive ciertos hombres regresaron narrando extrañas circunstancias en que fueros forzados a aparearse con la reina de las hadas. Éstas también raptaban a mujeres, especialmente embarazadas o madres jóvenes, y robaban niños sanos, a veces sustituyéndolos con hijos propios en un acto conocido como "intercambio" [changeling]. Cabe destacar que esta creencia se encuentra no sólo en Europa, sino también en China y el Pacífico americano.

Parece poco probable que las hadas literalmente se cruzaran con humanos o conmutasen su progenie con la de nosotros. Durante su estudio de primera mano referente a tradiciones de hadas a principios del siglo XX, a Evans Wentz se le mostraron varias de dichas "alternaciones" contemporáneas y concluyó que muchas "permutas" fueron llamadas así por el sólo hecho de alguna deformidad física, o debido a ciertas características mentales patógenas o inusuales susceptibles de interpretación racional y común, pero que otros casos donde hubo cambio de personalidad a menudo se explicaban mejor por posesiones (21).

Las historias sobre manifestaciones de pequeñas criaturas parecidas a humanas -a veces asociadas con ovnis- se encuentran hoy entre diversas culturas. Por ejemplo, los indios tzeltales de México tienen leyendas acerca de humanoides negros, peludos y con un metro de altura llamados ikales que viven en cuevas y a quienes los nativos encuentran con frecuencia ("ikal" significa "negro" en tzeltal, y "espíritu" en lengua maya). Estos seres ocasionalmente se asocian con luces extrañas en el cielo y se cree que dichas criaturas vuelan, atacan a gente y en informes modernos llevan una especie de "cohete" a su espalda y secuestran indios; de vez en cuando ha habido testigos paralizados cuando dan de casualidad con ikales (22).

En junio de 1982 una niña malaya de 12 años iba al río a lavar ropa al momento de encontrarse con un extraño ente femenino y de su propio tamaño que le invitó a visitar otra región. La chica no sintió miedo y se vio luego en un hermoso lugar donde el tiempo "parecía pasar a toda prisa". Sus familiares la buscaban desesperadamente en la zona todo el tiempo, y dos días más tarde la ubicaron tendida e inconsciente. En la tradición de Malasia e Indonesia la extraña "mujer" se asigna a un grupo de seres llamados bunians que son conocidos por raptar gente, especialmente niños, y no están asociadas con ovnis ni exámenes médicos alienígenas (23).

En la antigüedad las hadas eran conocidas por sus travesuras y
prácticamente todas las culturas de antaño tenían leyendas sobre una figura birladora. Una variante es el "chupavísceras" de Filipinas
[costado derecho] que vuela de noche y extrae órganos, fluidos corporales y fetos de sus víctimas por medio de su lengua larga, delgada y cortante como navaja (se ha sabido también sobre sustracciones fetales en algunos casos modernos referentes a mutilaciones de ganado). En el folklore indio americano el "burlador" es una entidad esencialmente desprovista de forma y por lo general llamado "Coyote", "Cuervo" o "Conejo" que desempeña todo tipo de trucos en humanos y otros animales. Con frecuencia se lo asocia con mutilaciones en personas y otras especies pues decapita, eviscera y desuella a sus víctimas; incluso se le describe extrayendo anos de animales, una característica general en los informes de hatos ganaderos desmembrados (24).

Durante el siglo XVI se supo de instancias relativas a supuestos raptos por injerencias sobrenaturales. El 15 de noviembre de 1572 Hans Buchmann, un agricultor de 50 años y originario de Römerswil (Suiza), regresaba a su casa de un pueblo cercano. Al caminar por el bosque oyó un ruido extraño similar a música y desenvainó su espada dando mandobles a su alrededor. Se sintió levantado en el aire, perdió el conocimiento y dos semanas después se encontró en Milán (Italia) sin tener idea de cómo había llegado hasta allí. Estaba desorientado y perplejo, se sentía débil por inanición y falta de bebida, y su cara y cabeza se sentían dolorosas e hinchadas. No conocía la ciudad ni hablaba el idioma, pero encontró a un guardia de origen alemán que se apiadó de él. Finalmente regresó a su casa el 2 de febrero de 1573; no tenía un sólo pelo en la cabeza, cara o barbilla, y su rostro estaba tan abultado que su esposa e hijos apenas lo reconocieron. Uno de sus amigos estaba seguro de que fue secuestrado por hadas, ya que sabía de varios casos análogos (25).

En la época contemporánea también se dan contextos de abducciones atípicas. Hacia enero de 1978, en la localidad brasileña de Curitiba una madre llevó a su pequeño hijo Cristovão hasta el ascensor de su edificio para que bajase a jugar, y en este aparato dieron con un hombre extraño que sonrió al niño. Cuando veía que su hijo no regresaba a casa, la madre preguntó al conserje y le dijo que no lo había visto salir del elevador. Pasaron el resto de la noche buscándolo, sin resultados positivos, y al mismo tiempo se producían acontecimientos extraños en el apartamento como ciertos objetos que se movían solos y una sonoridad semejante a un pitido. A la mañana siguiente un trabajador de una planta de energía local descubrió a Cristovão durmiendo en el pasto y emitía un olor muy fuerte. El niño dijo haber abordado un "cohete" que lo llevó a una "luna amarilla" y luego a otra luna aún más grande donde conoció a un hombre y una mujer que parecían no tener boca. Se le insertaron algunos objetos en la cabeza y le dieron arroz y pescado para comer y una bebida gaseosa de color rojizo. Cristovão también vio otros niños allí y posteriormente lo pusieron en una cama pequeña, cubierta con una manta y le dejaron dormir. Asimismo contó a su madre que ellos volverían por él en el futuro, y ésta descubrió algunas marcas en la piel del chico que no había visto antes. Cristovão siguió señalando a la región del cielo donde había aparecido la "luna amarilla" y los extraños sucesos paranormales alrededor de la casa continuaron durante un tiempo y luego cesaron (26).

Keith Thompson escribe: "Dada la riqueza temática y versátil de la epopeya ovni, no debiéramos sorprendernos al encontrar que el continuo de encuentros con 'foráneos' se extiende desde los relatos edificantes por contactados en un extremo, hasta aterradoras crónicas de secuestro en el otro" (27). Los contactados son una especie de "profetas modernos"; algunos de ellos tenían reuniones cara a cara con seres benignos en un lugar remoto -a veces incluso en el desierto- y al tiempo que se cernía un platillo en las inmediaciones, mientras que otros recibieron mensajes telepáticamente. Las comunicaciones tienden a mostrar un elevado contenido ético y anticipatorio, con apelaciones para que los humanos cambiasen su conducta antes del apocalipsis. Surgieron muchos de estos "embajadores" con habilidades psíquicas y conciencia espiritual intensificadas sólo para enfrentar acosos, burlas y desprecio de los "no creyentes". Algunos de los más famosos contactados en la década de 1950 terminaron sintiéndose traicionados por los "hermanos del espacio" cuando sus profecías no se cumplieron.

Varios contactados fundaron cultos luego de sus encuentros; del mismo modo, Joseph Smith estableció la iglesia mormona durante el siglo XIX en virtud de visiones angelicales. Aseguraba haber presenciado una columna de luz muy brillante por encima de su cabeza que descendió sobre él y acto seguido divisó a dos personajes "cuyo fulgor y gloria desafían todas las descripciones" que estaban de pie en el aire y encima de Smith; fue así que entonces uno de ellos le habló (28). En el siglo VI d. de C. un hombre árabe llamado Mahoma tuvo una visión del arcángel Gabriel "en la figura de un hombre, de pie en el cielo y sobre el horizonte"; se le ordenó asumir el rol de profeta y durante varios años periódicamente experimentaba trance para dictar mensajes, que más tarde fueron compilados para formar el Corán (29). En 1347 a. de C. el faraón egipcio Akenatón (Amenofis IV) paseaba a orillas del Nilo una mañana de verano, y al levantar la vista divisó un ítem plano y circular que descendía del cielo. Oyó "la voz del disco solar" diciéndole que construyese una nueva capital llamada Akhetatón ("horizonte del disco solar"), y de esta forma cumplió con la orden y también fundó una nueva religión basada en el culto al Sol (30).

Keith Thompson comenta: "Tal y como los encuentros de contactados son abundantes en matices proféticos e imágenes de ascenso a mundos en el espacio, las experiencias abductivas cuentan con ecos estremecedores de viajes mitológicos hacia el inframundo, el reino de los muertos y desposeídos, las regiones infernales del alma colectiva" (31). Los raptados hablan de ser recluidos en lugares que suelen designar como fríos, húmedos, opresivos y débilmente iluminados. El "platillo" aterrizado se convierte en un escenario de tormentos inframundanos tradicionales, o una "prisión de sufrimiento" infligido por demonios prístinos. Tanto contactados como abducidos a menudo sostienen que la experiencia les transformó en el contexto de un rito de paso cósmico, y mientras que los "hermanos del espacio" con sus gallardas formas humanas son similares a los ángeles de luz, los siniestros "hombres de negro" corresponden a emisarios de oscuridad.

Parece ser que las energías elementales y psíquicas del mundo astral pueden manifestarse en todo tipo de formas que emulan rasgos morales humanos y van desde benignos a brutales. En la tradición teosófica se dice que el mundo (o luz) astral comprende varias esferas de materia cada vez más etérea y plástica que rodean e interpenetran la Tierra física. Sus partes más elevadas se funden en los reinos akáshicos o espirituales, y de esta forma la luz astral ocasionalmente es llamada "galería de imágenes de la Naturaleza", ya que contiene un registro de todo lo que ha sucedido en el ciclo evolutivo presente y los periodos anteriores del planeta. Puesto que almacena pensamientos, emociones y acciones de todas las cualidades imaginables, comprende todo desde el "inconsciente" hasta el superconsciente colectivos.

Entre otros "inquilinos", el mundo astral está poblado por toda clase de criaturas metamorfoseantes, conocidas por los términos genéricos de "elementales" y "fuerzas/espíritus de la Naturaleza". Los místicos y alquimistas medievales los categorizaron en cuatro grupos, según el elemento que habitaban: gnomos (tierra), ondinas (agua), silfos (aire) y salamandras (fuego). [Hay autores que] distinguen tres reinos de elementales bajo el grado mineral; esto significa que los centros de consciencia (o mónadas) que se manifiestan como elementales están en las primeras fases de su crecimiento evolutivo, y todavía tienen que realizar un recorrido por otros departamentos de la Naturaleza, esto es, mineral, vegetal, animal, humano y otros tres superhumanos o dhyani-chohánicos. Desde otro punto de vista existirían siete reinos de elementales, como también criaturas de este tipo asociadas con cada subplano (o elemento cósmico) con características etéricas o espirituales de varios grados.

Los elementales son agentes semiautomáticos, cuasi-conscientes y constituyen los bloques de construcción en la Naturaleza, y están implicados en todo cuanto sucede en el plano terrenal ya que cada átomo físico está animado por un elemental. Mientras algunos elementales son de tamaño atómico, otros son gigantescos, cada uno con capacidades distintas. Aunque estos componentes no están conscientes de sí mismos y no tienen libre albedrío, los asociados con subplanos superiores pueden mostrar cierto grado de inteligencia. La vasta mayoría de elementales no tiene forma propia permanente y pueden cambiarla con gran rapidez, adoptando así apariencias (y también vestimentas) que reflejan las imágenes y maneras de pensamiento existentes en su entorno, incluyendo las mentes humanas. Los elementales superiores pueden asumir la forma de animales vivos o extintos, y aquéllos en el plano mental tienden a adquirir una silueta más o menos humana. Se dice que algunos elementales son hostiles hacia los humanos y otros amigables, siendo los seres de aire los más peligrosos debido a su estrecha conexión con el cuerpo del deseo en la constitución humana.

Otros entes que habitan los ámbitos astrales son humanos que han conseguido un alto grado de poder oculto y tienen la facultad de vivir u operar conscientemente en el mundo astral luego de dejar atrás su cuerpo físico, ya sea de manera temporal o permanente. Estos pueden ser humanos de naturaleza mahátmica o sus contrapartes malignas como hechiceros, magos negros o "hermanos de las sombras". Las entidades superhumanas asociadas con los tres reinos superiores de la Naturaleza habitan en el alto astral o los ámbitos akásicos de mayor rango.

Algunas manifestaciones concretas de entidades etéricas pueden ser espontáneas e instintivas, mientras que otras podrían producirse por inteligencias superiores que poseen las competencias necesarias. La Tierra también está sujeta a influencias de otros planetas y sistemas solares y en ocasiones algunos de ellos quizá participen en manifestaciones ovni, aunque sólo un adepto avanzado podría hablar con certeza sobre estos asuntos.

En consecuencia, los alienígenas y objetos no identificados semejan formar parte de un amplio espectro de fenómenos supranormales que se entrometen en nuestra propia realidad desde el plano astral o "zona de penumbras". Las materializaciones de "espíritus" eran comunes en las sesiones mediúmnicas a fines de los siglos XIX y XX (33), y durante estas ocurrencias el canal y otros asistentes eran "vampirizados" en cierta medida por entidades astrales, quienes a partir de la constitución corporal en aquéllos y agotando su vitalidad extraen los elementos necesarios para materializarse. En los encuentros con extraterrestres también las presencias sobrenaturales menos desarrolladas -ya sea que se manifiesten físicamente o no- pueden alimentarse de las emanaciones de testigos, incluyendo emociones intensas de miedo y dolor, especialmente si las personas implicadas tienen marcados rasgos mediúmnicos.

Ciertas áreas parecen atraer una cantidad desproporcionada de actividad ovni, y durante los períodos más intensos de este tipo se constata un aumento de otros hechos anómalos en las mismas áreas, a veces presenciados por iguales testigos; por ejemplo, precipitación de sustancias aéreas extrañas, avistamientos de monstruos, apariciones y actividad poltergeist. En tales sectores las condiciones geomagnéticas y electromagnéticas pueden ser más conducentes a manifestaciones astrales. Es significativo que ocurren más avistamientos ovni en fases de fuerte actividad magnética y en localidades caracterizadas por perturbaciones o anomalías relacionadas. Muchos avistajes también se producen en torno a embalses, lagos y ríos, pues el agua es una forma concentrada de energía etérica, sin descartar que haya más factores en funcionamiento que posibiliten o dificulten las "visitas astrales" a intervalos periódicos.


Referencias

1. Kevin D. Randle, Russ Estes y William P. Cone, The Abduction Enigma: The truth behind the mass alien abductions of the late twentieth century, New York: Forge, 1999, lámina 3.

2. Josef F. Blumrich, The Spaceships of Ezekiel, London: Corgi, 1974, p. 14.
3. Richard L. Thompson, Alien Identities: Ancient insights into modern UFO phenomena, Alachua, FL: Govardhan Hill Publishing, 2da ed., 1995, p. 199-241.

4. Jacques Vallée, Dimensions: A casebook of alien contact, New York: Ballantine Books, 1989, p. 63.

5. John Spencer, Gifts of the Gods? Are UFOs alien visitors or psychic phenomena?, London: Virgin, 1994, p. 119.

6. M.K. Jessup, The Case for the UFO, New York: Citadel Press, 1955, p. 176.
7. Richard Grossinger, The Night Sky: The science and anthropology of the stars and planets, Los Angeles, CA: Jeremy P. Tarcher, 1988, p. 375.

8. Gifts of the Gods?, p. 95-6.
9. The Abduction Enigma, p. 107.
10. Dimensions, p. 107.
11. Jacques Vallée, Passport to Magonia: On UFOs, folklore, and parallel worlds, Chicago, IL: Contemporary Books, 1993 (1969), lámina 2.

12. The Abduction Enigma, p. 107-9.
13. Ibídem, lámina 2.
14. H.P. Blavatsky, "Thoughts on the Elementals", Lucifer, mayo de 1890; también "Miscellaneous Notes", Lucifer, octubre de 1888.

15. H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 2, p. 169-70, pie de página: A.T. Barker (comp.), Cartas Mahatma a A.P. Sinnett, TUP, 2da ed., 1975, p. 109-10/Wheaton, IL: Theosophical Publishing House (TPH), ed. cron., 1993, p. 198.

16. Franz Hartmann, The Life of Paracelsus and the Substance of his Teachings, San Diego, CA: Wizards Bookshelf, 1985 (1887), p. 29, 35, 40, 89-92; Franz Hartmann, Magic White & Black or The Science of Finite and Infinite Life, Bellaire, OH: Tat Foundation, 4ta ed., 1980 (1886), p. 196.

17. The Life of Paracelsus, p. 87-8, nota a pie de página.
18. W.Y. Evans Wentz, The Fairy-Faith in Celtic Countries, Gerrards Cross, Buckinghamshire: Colin Smythe, 1999 (1911), p. 112-3.

19. Hilary Evans y Patrick Huyghe, The Field Guide to Ghosts and Other Apparitions, New York: Quill, 2000, p. 52.

20. Dimensions, p. 147.
21. The Fairy-Faith in Celtic Countries, p. 244-53, 491.
22. Dimensions, p. 73-4.
23. Alien Identities, p. 287; Wonders in the Sky, p. 290-1.
24. Dennis Stillings, "Myth, mutes, and more", The Anomalist, n° 2, 1995, p. 80-6.
25. Jacques Vallée y Chris Aubeck, Wonders in the Sky: Unexplained aerial objects from antiquity to modern times and their impact on human culture, history, and beliefs, New York: Jeremy P. Tarcher/Penguin, 2009, p. 168-9.

26. Albert Rosales, "The strangest of the strange", The Anomalist, n° 12, 2006, p. 145-59.

27. Keith Thompson, Angels and Aliens: UFOs and the mythic imagination, Reading, MA: Addison Wesley, 1991, p. 147.

28. Ibídem, p. 70, 145; Wonders in the Sky, p. 447-9.
29. Alien Identities, p. 301.
30. Wonders in the Sky, p. 29-30.
31. Angels and Aliens, p. 146.
33. Véase "Visitantes paranormales".


11. Conclusión

Los avistajes de objetos voladores no identificados y encuentros con alienígenas no constituyen un fenómeno completamente nuevo que comenzó a mediados del siglo XX, sino que son parte de un espectro de sucesos equivalentes que han tenido lugar desde tiempos inmemoriales.

La mayoría de los ovnis está conformada por formas lumínicas inexplicables que a menudo parecen comportarse como entidades vivas y conscientes. Probablemente una buena parte de ellas surge a nuestra visibilidad desde ámbitos etéricos que interpenetran nuestro mundo físico y son capaces de cambiar su apariencia, tamaño y densidad.

También existen avistamientos de artilugios aparentemente estructurados que a ratos se comportan como objetos sólidos, e igualmente son capaces de aparecer, desvanecerse y cambiar de aspecto en modo abrupto. No puede descartarse la posibilidad de que extraterrestres genuinos y desarrollados en otros planetas físicos e incluso intangibles estén visitando la Tierra; sin embargo, la increíble diversidad de entidades y su comportamiento extraño y excéntrico sugieren que varias de ellas aluden a manifestaciones pasajeras de seres elementales y metamorfoseantes, moldeadas por imágenes en la atmósfera de pensamiento terrícola. Además, sus "naves" pueden tratarse de apariciones temporales según el modelo de imaginería astral en lugar de ser el producto de una tecnología evolucionada en algún otro planeta.

Si bien algunos particulares reportan encuentros anormales con "seres foráneos", otros cuentan sobre eventos con todo tipo de monstruos u otros personajes religiosos, míticos y legendarios, algunos de los cuales se ven en conjunto con luces brillantes o "aparatos aéreos". Nadie podría afirmar con total certeza que todas estas entidades provienen de otros planetas; en efecto, la mayoría de ufólogos prefiere ignorar esos relatos y sus paralelismos con encuentros ovni para seguir propagando el mito moderno de las visitas extraterrestres en la era espacial.

Mientras que con frecuencia los ECs incluyen fenómenos físicos delimitados, otros aspectos son más parecidos a experiencias visionarias. Muchos informes de abducciones al menos en parte parecen estar generados por hipnosis y desde luego distorsionados por esa técnica, pero no hay duda de que muchas personas han tenido verdaderas experiencias estrambóticas en que alcanzan niveles alterados de conciencia y tienen visiones que incorporan estereotipos de temas e imágenes arquetípicos, extraídos de la psique colectiva y modificados por obsesiones culturales contemporáneas y prejuicios individuales.

El fenómeno ovni involucra elementos que son a la vez racionales y absurdos, amables y hostiles. No hay ninguna razón para pensar que exista una sóla inteligencia o conciencia tras bambalinas. Es una aglomeración de múltiples aspectos, desde manifestaciones espontáneas de formas bióticas elementales y lúdicas, a eventualidades orquestadas por inteligencias invisibles y no necesariamente bienintencionadas. Estamos en presencia de proyecciones originadas en la mente multicapa de Gea, de la cual nuestra propia mente es una faceta, por cuanto la explicación a los encuentros ovni parece residir no tanto en las estrellas, sino más bien en nosotros mismos.

Aunque como humanos comunes no podemos predecir cuándo, dónde o a quién se manifestará el siguiente objeto no identificado o criatura foránea, no hay nada accidental en ello pues "azar" no es más que un eufemismo que oculta nuestra ignorancia de las causas reales. De acuerdo con la antigua tradición de sabiduría, cosechamos lo que sembramos vida tras vida, y encontramos las experiencias y los retos necesarios para ayudarnos a reconocer y corregir defectos propios y profundizar nuestra comprensión de la naturaleza.

Las ocurrencias ovni pueden considerarse como una prueba de inteligencia colectiva, y una que es ampliamente reprobada. Al igual que el espiritualismo y otros hechos paranormales, plantea un desafío a la visión materialista del mundo moderno. Los científicos están siendo confrontados con máquinas voladoras "imposibles" que desafían las leyes fisicas, y los militares deben mirar impotentes cómo luces extrañas circulan alrededor de sus instalaciones y superan a sus aviones de combate. La mayoría de científicos está dispuesta a desechar y ridiculizar todo el fenómeno, ya que no encaja en sus concepciones estrechas de realidad.

Muchos ufólogos siguen adhiriendo de forma rígida a la hipótesis extraterrestre simplista, a pesar de que no hace justicia a la complejidad global del fenómeno. Habiendo crecido desilusionados con ángeles y dioses antiguos, ahora muchos individuos prefieren volver la vista a seres espaciales para "su salvación", y otros tantos se unen a "cultos platillistas" que se comportan como sectas religiosas irracionales.

En lugar de extraterrestres, estos sujetos parecen ser "psicoterrestres del espacio interior" como les llama Michael Grosso, y añade: "Las aventuras alienígenas se convierten en aliados para la transformación (...) cuando nos obligan a cuestionar y revisar nuestros supuestos metafísicos y mapas cotidianos de la realidad" (1). Por todo lo ya expuesto, el fenómeno ovni merece ser investigado con una mente a la vez crítica y abierta, o como habría dicho un "visitante": "Deberíais creer en nosotros, ¡pero no demasiado!"


Referencias

1. Michael Grosso, Frontiers of the Soul: Exploring psychic evolution, Wheaton, IL: Quest, 1992, p. 224.

Ovnis: la dimensión psíquica (9 de 10)

David Pratt
Octubre 2002, octubre 2013


Contenido:

09. Abducciones alienígenas (parte 2)


09. Abducciones alienígenas (parte 2)

Los siguientes eventos muestran que las experiencias abductivas pueden involucrar mucho más que pura fantasía.

El primer secuestro de alienígenas en la época ovni moderna ocurrió durante 1957 y afectó a un estudiante brasileño de derecho llamado Antonio Villas-Boas. En la mañana del 16 de octubre y mientras araba en el rancho de sus padres, notó una estrella roja muy brillante en lo alto, y a medida que se acercaba adquiría la apariencia de una nave ovoide que aterrizó en tres patas plegables. El motor de su vehículo dejó de funcionar y entonces Villas-Boas se encontró con un pequeño humanoide al que empujó, haciendo que tropezara y cayera, pero otros tres "compañeros" lo capturaron y fue llevado a bordo del artilugio. Los seres tenían 1,5 mts. de alto, usaban trajes de una pieza ajustados y cascos, y se comunicaban entre sí produciendo gruñidos. Le quitaron la ropa y "lavaron" con un líquido aceitoso, además de tomar muestras sanguíneas desde su barbilla.

A solas, Villas-Boas notó un extraño olor en la habitación y vomitó. Fue entonces cuando entró una mujer desnuda, delgada, con ojos azules, pómulos altos, barbilla angulosa, pechos muy puntiagudos y brillante vello púbico de color rojo, quien comenzó a acariciarlo y Antonio se sorprendió al tener excitación. Tuvieron sexo dos veces y la mujer también tomó una muestra de esperma. Antes de marcharse, aquélla señaló su vientre y luego hacia el cielo, y después de vestirse Villas-Boas fue llevado a otro habitáculo. Pensó en robar una caja con "cara de reloj" como prueba de su experiencia, pero uno de los seres lo apartó inmediatamente. Tras un recorrido en la nave Antonio bajó por una escalera hasta el exterior y la embarcación despegó, en la cual había estado por más de cuatro horas.

Villas-Boas sufrió de somnolencia excesiva durante aproximadamente un mes posterior al evento. Un examen reveló dos cicatrices a cada lado de su barbilla y también se encontró que había sufrido envenenamiento por radiación. En ese momento el caso era demasiado extraño para que alguien lo aceptara como auténtico, a pesar de que Villas-Boas era un joven sincero e inteligente, quien andando el tiempo se convirtió en abogado. La experiencia fue hecha pública por primera vez en 1966 y es significativo que Antonio recordó el secuestro conscientemente (sin empleo de hipnosis), por cuanto este suceso marcó el tono para los informes de secuestro que seguirían.

Justo antes del evento anterior, Villas-Boas tuvo otras dos extrañas ocurrencias. El 5 de octubre de 1957 no podía dormir a causa del calor, abrió las persianas de su casa y avistó una luz brillante y fluorescente que parecía "barrer" el cielo. Poco después volvió a mirar afuera y la luz seguía allí, que ahora se aproximaba a la ventana. Cerró los postigos, pero el destello se filtró a través de los listones y las tejas del techo, mientras él y su hermano lo observaban. El 14 de octubre Antonio trabajaba el campo con su hermano por la noche cuando vieron un fuerte resplandor flotando en el cielo; intentó acercársele, pero siguió alejándose (1). 

El famoso rapto de Betty y Barney Hill tuvo lugar el 19 de septiembre de 1961. El matrimonio divisó un ovni siguiendo su vehículo en un camino solitario de New Hampshire, por cuanto Barney salió y pudo ver figuras dentro. Aterrorizado, volvió al auto y se alejaron a toda velocidad. Poco después la pareja escuchó una serie de pitidos electrónicos y se sintió somnolienta; más tarde percibieron una segunda serie de sonidos agudos y descubrieron que casi estaban en su hogar. Sólo después del evento se percataron de que el viaje tomó dos horas más de lo que debería haber tardado. 

Betty se obsesionó con el tema ovni y comenzó a tener sueños inquietantes que discutía con su marido, quien desarrolló úlceras como resultado de la ansiedad causada por esa experiencia, además de verrugas en torno a sus ingles; más tarde recordó un instrumento colocado sobre sus genitales en la aeronave divisada. Bajo hipnosis los Hill rememoraron que tras la primera serie de pitidos Barney inexplicablemente se desvió de la carretera principal para detenerse ante un grupo de figuras en el camino. Fueron llevados a bordo de una nave aterrizada donde se sometieron a un examen médico. Betty creía haberse comunicado con el líder alienígena telepáticamente y la pareja estuvo de acuerdo en que los extraterrestres tenían una altura cercana a 1,5 mts. y frente ancha, pero la mujer recordó grandes narices y pelo negro, mientras que Barney no tenía memoria de narices, sino sólo dos hendijas por fosas nasales y no describió cabello. Extrañamente el comandante del aparato estaba vestido como "nazi" y el hipnotizador consideró que la pareja relataba fantasías. Vale la pena señalar que posterior a ese encuentro cercano los Hill comenzaron a experimentar fenómenos poltergeist en su hogar y Betty tenía una historia pasada de episodios paranormales (2). 

El siguiente rapto tuvo por escenario la localidad brasileña de Bebedouro (estado de Minas Gerais) en la tarde del 4 de mayo de 1969. José Antonio da Silva, militar alistado de 24 años, pescaba en una laguna cuando de pronto oyó voces, vio figuras que se movían tras él y sintió una ráfaga de luz que golpeó su pierna, por cuanto dejó caer su caña de pescar cayendo de rodillas.

"Dos seres con cerca de un metro en altura, vestidos con trajes de aluminio y lo que parecían ser cascos, lo capturaron arrastrándole hasta un objeto posado en un camino de tierra, el cual tenía forma de cilindro vertical y plataformas negras en cada extremo. José fue llevado al interior donde los humanoides le pusieron uno de sus 'yelmos'.

Da Silva sentía que el artefacto se elevó, mientras sus captores hablaban animadamente en un lenguaje no reconocido. Tras un extenso período de viaje advirtió una sacudida sugiriendo que el aparato se posó en tierra; entonces el militar fue vendado y conducido a una gran sala, donde le quitaron la venda. Un ser estaba frente a él, en extremo peludo y un poco más alto que el resto. Su cabello era ondulado y rojizo y llegaba hasta la cintura (...) Cuando los otros se quitaron los yelmos, tenían una apariencia similar a aquél.

Da Silva observó cómo los seres -que en un momento eran más de una docena- examinaban su equipo de pesca y tomaron uno de cada artículo que tenía en duplicado. Más tarde el testigo notó en un estante inferior los cuerpos de cuatro hombres humanos, uno de ellos negro, y se asustó terriblemente. Después los humanoides le suministraron un líquido verde oscuro que bebió de un vaso pétreo y cúbico. 

Entonces el líder enano comenzó un extraño diálogo con el soldado, sobre todo respecto a armas, que fue conducido enteramente con gestos y dibujos. Da Silva también entendió que deseaban la colaboración de éste en sus relaciones con humanos, y cuando el testigo se negó el enano le arrebató el crucifijo de un rosario que llevaba siempre con él; José comenzó a rezar y se apareció una figura similar a Cristo que hizo revelaciones".

Poco después Da Silva fue vendado nuevamente y devuelto a la realidad. Cuando el ovni aterrizó, percibió que estaba siendo arrastrado y perdió el conocimiento, despertándose en soledad cerca de Vitoria, a unos 320 kms. de donde había estado pescando. Permaneció ausente cuatro días y medio y se hallaba deshidratado y hambriento, pero bebía de un arroyo y era capaz de capturar algunos peces pues aún tenía su caña con él. Sólo había desaparecido su tarjeta de identidad, que los "invasores" también examinaron. Tenía una rodilla hinchada donde el rayo le alcanzó y tres heridas abiertas en el cuello donde el casco frotó contra su piel (3). 

Fig. 9.1. Alienígena encontrado por Antonio da Silva, mayo de 1969 (cortesía de Harry Trumbore) (4).

Algunas preguntas centrales en este hecho son cómo Da Silva viajó más de 300 kms. desde Bebedouro a Vitoria, y dónde estaba su cuerpo físico durante la ausencia de 4,5 días. Si hubiesen existido testigos y equipos de video en ambos lugares, ¿habrían registrado su captura e ingreso a una nave, el despegue de ésta última y su aterrizaje en la otra ubicación y su salida de ella?

La mayor parte de este evento podría ser fácilmente una visión. Jacques Vallée señala los sorprendentes paralelos entre la experiencia de José y las pruebas iniciáticas que se caracterizan por las siguientes escenas generales: a) el candidato se enfrenta a miembros del grupo oculto que llevan un traje especial, b) tiene los ojos vendados, c) es conducido por el brazo a lo largo de una ruta difícil, d) lo trasladan a una cámara especialmente diseñada sin ventanas, e) lo llevan a presencia de un "maestro", f) se le impone una prueba y formulan preguntas, g) se muestra una variedad de símbolos diseñados para recordarle la muerte, h) la situación sugiere que puede no sobrevivir a la probación, i) se le da comida o bebida ritual, y j) se vendan sus ojos nuevamente y lo llevan afuera; todos estos elementos están presentes en el caso de Antonio da Silva (5).

El 25 de octubre de 1974 Carl Higdon, perforador de campo petrolífero, estaba cazando en un bosque rural de Wyoming. Localizó a cinco alces, levantó su rifle y disparó contra uno, pero sin notar ningún culatazo en el arma de alta potencia y no escuchó ninguna detonación. Hubo un silencio absoluto en el bosque; la bala pareció flotar desde el cañón y cayó a 15 mts. frente a él. Tras recuperarla, oyó un resquebrajar de ramas (característica común en encuentros con "seres de otro mundo"), se volvió y contempló una figura parecida a un hombre parado de piernas torcidas con cerca de 1,95 mts. y próximo a Carl. Su tono de piel era como el de un oriental y el rostro parecía fundirse con el cuello. Como en tantos otros casos, el visitante llevaba traje de una pieza y el brazo derecho terminaba en un dispositivo con forma de cono. El individuo que más tarde reveló llamarse "Ausso" le saludó diciendo "¿cómo te va?", y luego preguntó si tenía hambre. Antes que Higdon pudiera responder, un pequeño paquete flotaba hacia él en cuyo interior había cuatro píldoras y tomó una.

Fig. 9.2. Alienígena encontrado por Carl Higdon, octubre de 1974 (6).

Entonces notó la nave de dicha criatura a distancia y ésta preguntó al testigo si deseaba ir con ella; antes que respondiera se vio dentro de un artefacto cúbico transparente, atado a una silla y con casco. Ausso y otro ufonauta estaban con él y los cinco alces permanecían abarrotados en una jaula tras él. Cuando Ausso apuntó su brazo a los controles, el ovni comenzó a moverse y Higdon vio la tierra alejándose por debajo. Momentos después aterrizaron en un astro oscuro que según Ausso se ubicaba a "163.000 millas-luz" (!) de nuestro planeta. Afuera había una enorme torre de brillante luz rotatoria, y Carl vio lo que parecían cinco humanos de pie en la plaza cercana. Cuando Ausso volvió a apuntar su brazo Higdon se encontró en una habitación de la torre. Un aparato salió de la pared frente a él y lo examinó durante varios minutos; entonces su "anfitrión" le dijo que "no era lo que necesitaban" y sería llevado de vuelta, por cuanto Ausso le devolvió su rifle y sacó las píldoras restantes de su bolsillo.

Lo siguiente que Higdon recordó era caminar por un sendero, sintiéndose atolondrado y confundido. Aproximadamente habían pasado 2,5 horas; aún llevaba su rifle, pero no sabía quién era ni dónde estaba. A lo lejos vio un camión estacionado y decidió usarlo como refugio, sin darse cuenta que era su propio vehículo, situado en medio de un barrial y sin huellas que mostraran cómo había llegado allí; entonces Carl usó la radio bidireccional para pedir ayuda y finalmente fue encontrado. El transporte tuvo que remolcarse y los participantes concluyeron que debió haber sido trasladado allí desde el aire. Llevaron a Higdon al hospital y al día siguiente comenzó a recuperar su memoria y equilibrio.

La bala que el testigo disparó al principio de su aventura fue examinada por un experto, quien no pudo explicar el estado en que se encontró. El plomo había desaparecido, no mostraba ninguna deformación esperada de un proyectil percutado y parecía como si hubiese sido volteado de dentro hacia fuera. No obstante, buena parte en la vivencia de Higdon suena muy onírica, pues algunos detalles fueron recordados con ayuda de sugestión. Carl pasó una prueba de detector de mentiras y se consideró que era un personaje confiable. Asimismo otras personas avistaron luces en el cielo la noche del secuestro (7). 

Otro incidente muy distinto del "secuestro estándar moderno" tuvo lugar en Emilcin, una aldea al sureste de Polonia, el 10 de mayo de 1978. Jan Wolski, granjero de 71 años, viajaba a bordo de un carro tirado por caballos en una carretera rural cuando encontró dos "bichos", como él los llamó. Pensaba que debían ser "extranjeros" pues tenían caras verdosas, ojos inclinados, pómulos prominentes y llevaban overoles oscuros de una pieza que cubrían sus cabezas y cuerpos, terminando en algún tipo de aletas pedales y también hablaban en un idioma desconocido. De improviso se metieron en la carroza a ambos lados de él, pero Wolski continuó su viaje sin decir nada. Poco después entraron en un claro y Jan advirtió un extraño vehículo reluciente y tan grande como un autobús, que se cernía en el aire y zumbaba suavemente. En cada esquina había un "taladro" de 3 mts. de longitud que giraba muy rápido. Wolski y los dos humanoides entraron en la nave por medio de un "ascensor" suspendido por cuatro cuerdas y dentro había dos seres más. Se encontró en una habitación oscura y rectangular, y notó unos 10 cuervos aparentemente paralizados en el suelo. Una de las entidades hizo gestos a Wolksi para quitarse la ropa y los captores se movían a su alrededor con un instrumento compuesto por dos pequeños platos que emitían una sonoridad de chasquido; luego le indicaron levantar los brazos y pararse de lado, como si tomaran fotografías. Después que Wolski se vistió, los captores le indicaron que se fuera, y así Jan se quitó la gorra e hizo una reverencia, siendo respondido con igual gesto por los otros quienes le sonrieron.

El testigo y sus caballos partieron al galope hasta su casa y luego volvió al claro con su hijo mayor y un vecino, encontrando una serie de huellas trapezoidales, casi rectangulares, y un montón de plumas aviares. Un niño de seis años que habitaba en las cercanías dijo haber visto cierto aparato metálico semejante a un autobús que volaba muy bajo sobre un granero, luego subía verticalmente por el aire y desapareció; también aseguró divisar dentro un piloto con cara verde, gorro y uniforme gris oscuro, mientras que su madre percibió un estruendoso rugido. Este incidente es considerado como un relato abductivo de referencia estándar, con poca o ninguna contaminación del mundo exterior y sin el despliegue mediático que caracteriza las historias de secuestros estadounidenses (8). 


Fig. 9.3. Arriba: Jan Wolski (9). Debajo: reconstrucción artística de la nave descrita por Wolski, mayo de 1978 (10). ¡No recomendada para viajes interestelares!

El que sigue constituye un presunto caso de rapto permanente. En la localidad brasileña de Piranhas y hacia las 17 horas del 20 de enero de 1978, seis muchachos jugaban fútbol al momento de percibir un objeto volador, descrito como "locomotora luminosa" que bajaba sin hacer ruido. Cuatro de los chicos corrieron aterrorizados a casa, pero Manoel y su primo Paulinho de 10 años se quedaron atrás. Los otros jóvenes alertaron a sus padres y se activó la búsqueda de ambos chavales. Manoel fue encontrado más tarde esa noche por un ingeniero en la ciudad de Rondonópolis, a 500 kms. de distancia; tenía frío y hambre y buscaba refugio. Dijo que cuando el objeto aterrizó él y Paulinho intentaron correr, pero eran incapaces de moverse, y luego fueron atraídos hacia el aparato. Dentro de la nave se encontraron en un habitáculo grande donde había ocho humanoides pequeños con trajes rojizos, elásticos y ajustados, quienes no hablaban y se hacían entender por movimientos oculares; también había un asiento y un botón grande en la pared contigua a aquél. Los muchachos se sentaron allí todavía incapaces de movimiento, hasta que uno de los seres mostró cómo podían liberarse pasando la mano por un costado de la silla. Los visitantes dieron a los muchachos un líquido para beber, luego el objeto aterrizó en Rondonópolis una o dos horas después y los humanoides dejaron ir a Manoel. En torno al mismo periodo hubo un corto apagón en la zona y nunca más se escuchó algo de Paulinho ni se lo ha visto nuevamente (11). 

En la noche del 3 de enero de 1979 los estadounidenses Filiberto Cárdenas, su amigo Fernando Martí, la esposa de éste y su hija de 13 años conducían a casa cuando el motor del automóvil dejó de funcionar. Los dos hombres salieron para inspeccionar el capó, y repentinamente vieron alternar luces rojas y violetas que se reflejaban en el motor y oyeron un sonido "similar a muchas abejas". El vehículo comenzó a temblar, la luz se tornó blanca-brillante y Fernando gateaba por debajo del capote para protegerse, mientras Filiberto se sentía paralizado y comenzó a alzarse en el aire gritando "¡no me lleven!". Fernando lo vio levantarse, y cuando salió de su escondite lo único que notó fue un objeto voluminoso que ascendía y se alejaba. Lo siguiente que Filiberto rememoró era que había sido atropellado por un auto en la ruta Tamiami, a unos 16 kms. de donde lo habían abducido. La policía estaba bastante desconcertada por la historia y clasificaron este suceso como "encuentro cercano de tercer tipo" en su informe oficial.

Bajo hipnosis Filiberto aseguraba ser sometido a un examen que dejó numerosas marcas en su cuerpo. Acto seguido una figura encapuchada y de apariencia humana le habló telepáticamente en perfecto español y le mostró muchas "escenas notables" en las paredes. Filiberto entonces fue llevado a una base submarina donde nuevamente se le examinó en estado de parálisis y se extrajo una muestra de esperma. Después otra figura con capucha y entronizada le dio instrucciones ilustradas con imágenes en hileras de televisores, y tras varias experiencias similares que parecían prolongarse durante muchos días, lo dejaron cerca del camino Tamiami al cabo de un lapso cercano a dos horas.

Richard Thompson comenta: "Es posible (...) que Filiberto Cárdenas haya sido llevado al cielo como Marti testificó, pero las experiencias que relató con hipnosis pueden haber sido generadas parcialmente por su propia imaginación, o proyectadas en su mente por la injerencia que lo llevó". Hubo un segundo encuentro con alienígenas cuando Filiberto y su esposa caminaron voluntariamente por una rampla hacia una nave extraña y mantuvieron una conversación amistosa con sus ocupantes casi humanos. Posteriormente fueron capaces de evocar este suceso sin sugestión, pero no hubo testigos independientes para confirmar su objetividad (12).

El siguiente evento con varios testificantes ocurrió el 17 de noviembre de 1971. A las 21:30 horas el brasileño Paulo Gaetano conducía su auto acompañado por Elvio B., y al pasar por la ciudad de Bananeiras Gaetano advirtió que el vehículo no traccionaba con normalidad; lo mencionó a su compañero quien dijo estar cansado y deseaba dormir. El motor se detuvo por cuanto Paulo llevó su coche a un costado de la carretera, y luego vio un objeto a unos 4 mts. de distancia. Un haz de luz roja se proyectaba sobre el auto y parecía hacer que la puerta se abriera; aparecieron así varios seres de baja estatura quienes llevaron a Paulo a la nave y lo hicieron acostarse sobre una mesa pequeña. Tras sujetarle los brazos bajaron del techo un aparato semejante a una máquina de rayos X. Sintió cortes cerca de su codo y los seres extrajeron sangre (los investigadores de un grupo ufológico fotografiaron la herida tres días más tarde). Luego le mostraron dos paneles, uno de ellos con un plano de la ciudad de Itaperuna y el otro que proyectaba una explosión atómica. Paulo se sentía "pesado" y rememoró haber sido ayudado por Elvio, pero no recuerda cómo llegaron a casa.

La historia de Elvio, sin embargo, es muy diferente pues éste contó que cerca de Bananeiras Paulo había comenzado a mostrar signos de nerviosismo, diciendo que había un "platillo volante" siguiéndolos cuando en realidad era sólo un autobús. Elvio añadió que el auto se detuvo luego de disminuir su velocidad y que había acudido en ayuda de Gaetano cuando éste se desplomó tras el coche, con la puerta abierta del lado del conductor. Elvio consiguió poner a su amigo en pie y llegaron en autobús hasta Itaperuna donde aquél fue examinado por el puesto de primeros auxilios. La policía envió una patrulla al lugar y encontró el auto de Paulo en la carretera, aunque Elvio no pudo explicar lo que ocurrió con su acompañante y por qué la puerta estaba abierta. No recordaba cuando Gaetano había salido y tampoco fue capaz de esclarecer por qué tomaron el bus; asimismo los agentes no encontraron rastros en el coche que pudiesen aclarar el origen de la herida en el brazo de Paulo.

Vallée comenta que algunos experimentos con microondas sugieren la factibilidad técnica de que se estén proyectando a distancia impresiones sensoriales a la mente de personas y pregunta: "¿Es esta parte de la tecnología que está involucrada en el fenómeno ovni? (...) ¿Estamos tratando con sistemas que confunden metódicamente a los testigos?" (13). Otra opción es que en lugar de que la mente se vea influenciada por dispositivos psicotrónicos avanzados que actúan sobre el cerebro, aquélla podría ser afectada directamente en el nivel astral/mental sin el uso de equipamiento físico.

Las narraciones anteriores muestran que algunos episodios de rapto parecen tener un componente físico. Ciertamente existe gran cantidad de evidencia de que los ovnis pueden manifestarse de modo tangible y dejar huellas constatables; en algunos casos las personas pueden haber sido trasladadas de forma corporal a bordo de esas naves y hay algunas instancias de secuestro en que los abducidos aparentemente fueron abandonados a varios kilómetros de distancia respecto al punto de recogida. Si ocasionalmente se lleva a humanos al interior de artefactos materializados, entonces un examen médico no es inconcebible, aunque sólo puede ser uno de tipo simulado y conducido por entidades paranormales en lugar de "científicos extraterrestres"; sin embargo, muchos aspectos de las experiencias abductivas suenan como visiones o sueños.

Los episodios de abducción con elementos físicos definidos parecen ser raros en comparación con los numerosos ejemplos donde no hay evidencia de algo extraordinario, sino sólo eventos recordados principalmente bajo hipnosis. En estos hechos toda la experiencia podría tener lugar en el plano mental y reflejar una variedad de influencias. Algunos de esos acontecimientos pudieron generarse durante la sesión hipnótica, mientras que otros pueden tener origen en una ocurrencia real y atípica. 

La cultura popular ha tenido gran influencia en los relatos de abducción. Desde principios del siglo XX películas, libros, historietas, etc. a menudo han presentado historias sobre raptos, artefactos alienígenas y seres de ojos grandes, incluidos exámenes médicos, implantes, cicatrices, bloqueos de memoria y tiempo perdido. Por ejemplo, varios elementos en la contingencia narrada por el matrimonio Hill parecen derivarse de las películas Invaders from Mars y Killers from Space, un episodio del programa televisivo The Outer Limits y un libro de Donald Keyhoe titulado The Flying Saucer Conspiracy que Betty había leído justo después de su extraña experiencia (14). El gran nivel de atención por los medios comunicacionales respecto a secuestros en las últimas dos décadas significa que probablemente ninguna historia análoga esté del todo descontaminada por influencias culturales.

Los motivos de abducción que surgieron por primera vez en los casos de Villas-Boas y la pareja Hill se habrían originado en parte de influencias culturales y hasta cierto punto por la imaginación de los experimentadores, pero es poco probable que ello sea la historia completa pues los patrones que constituyen la cultura popular y nuestra propia mente se extraen principalmente desde la "memoria de la naturaleza", del "inconsciente colectivo" o el mundo astral en terminología oculta, la atmósfera de pensamiento en que nuestras mentes están sumergidas de modo constante.

Existe algo más involucrado y ajeno a la imaginación individual, lo que se enfatiza por el hecho de que durante la década '60 -incluso antes que se hicieran conocidos los casos Villas-Boas y Hill- John Keel recopiló muchos otros informes de individuos con recuerdos difusos de haber sido detenidos en carreteras solitarias y llevados a algún tipo de estructura (no siempre platillos volantes) donde se les examinó médicamente (15). Keith Thompson sugiere que "quizá algo muy antiguo en el alma del mundo estaba haciendo su retorno periódico y en una forma novedosa, como parte de un ciclo o una espiral de manifestación de mayor envergadura" (16), porque después de todo los raptos son un tema recurrente en la mitología y el folclore.

Algunas abducciones comienzan con una observación de raras externalizaciones, a menudo luces brillantes, que ayudan a desencadenar más experiencias que no tienen lugar en nuestra realidad física, y parece ser que cuanto más personas denuncian secuestros y más publicidad reciben, mayor es la probabilidad de que otros puedan vincularse con iguales temas e imágenes "arquetípicos", especialmente cuando están en trance o bajo sugestión. Esto también puede acontecer durante la transición despertar-dormir y durante los sueños, ya que incluso éstos últimos no son simplemente productos de nuestro cerebro. Dicho órgano es una extensión de la mente que opera en diferentes niveles del plano astral, y es parte de la mente colectiva de Gaia.

De este modo, comparar raptos con quimeras, presencias y alucinaciones no significa que se generen únicamente en nuestra propia cabeza. En un evento nocturno de EC una mujer recordó salir de su cama y reunirse con un amigo para caminar por el campo hacia un "avión" que los esperaba, el que entonces despegó. La testigo fue llevada a una inmensa nave madre donde pudo apreciar las instalaciones, y al día siguiente su amiga informó de una experiencia idéntica, describiendo un paseo con ella a través de la campiña hasta una aeronave y corroborando todos los detalles de ésta hasta que se separaron, cuando el hombre recordó ir a un planeta con ciudades doradas. Victoria LePage escribe:

"Muchos investigadores ahora consideran altamente probable que los 'testigos-ovni', en particular aquellos involucrados en encuentros cercanos y secuestros, estén informando de eventos con una base genuinamente objetiva pero percibidos de modo imaginario, como son los sueños, a través de la lente de una conciencia subjetiva y absorta, y en términos que están de acuerdo con sus propios prejuicios inconscientes, expectativas, neurosis y nivel de desarrollo intelectual o psicoespiritual" (17). 

La mente sutil puede experimentar un acontecimiento abductivo puramente visionario, basado en una serie de elementos arquetípicos estándar, y algunas instancias podrían implicar viajes astrales, es decir, la separación temporal de la mente respecto a los cuerpos físico y astral*. Es posible que ambos tipos de vivencia tengan influencias de agentes externos ya que el mundo astral está habitado por varios tipos de seres, tanto elevados como inferiores. En raras ocasiones, los eventos visionarios o externos al cuerpo podrían comenzar después que el testigo haya sido llevado a bordo de una nave materializada; sin embargo y como apunta Michael Talbot, la mayoría de los exámenes médicos probablemente sean sólo una representación simbólica de un sondeo en la anatomía sutil de nuestros "seres energéticos" o almas (18), aunque sólo un adepto avanzado podría desentrañar todos los factores físicos, astrales y mentales implicados en cualquier eventualidad particular de abducción.

*Se dice que el cuerpo astral "modelo" o de "diseño" (linga-sharira en sánscrito) puede viajar a no más de unos metros respecto a la cobertura física. No obstante, nuestra conciencia puede ser transferida a una forma astral o capa sutil superiores (a veces llamados mayavi-rupa o forma ilusoria) que puede alejarse de los cuerpos físico y astral, espontánea o intencionalmente.

Michael Grosso asevera que "hay una mezcla tal de elementos míticos y psíquicos que es difícil tomar las narraciones ovni en forma literal" (19), y John Whitmore comenta: "Los patrones supuestamente descubiertos por investigadores de secuestros suelen tener connotaciones religiosas o similitudes con tipos más tradicionales de experiencia mística. Además, a esta ocurrencia de rapto a menudo se le otorga un significado fervoroso por el perceptor, y estas interpretaciones son habitualmente ignoradas u omitidas por los estudiosos de ovnis" (20). 

También Jacques Vallée subraya que las historias de secuestros no debieran tomarse al pie de la letra:

"Desde cerca, los fenómenos ovni actúan como un transformador de realidad (...) provocando para el testigo una serie de demostraciones simbólicas que son indistinguibles de la realidad. Estas exhibiciones, que a menudo comienzan con una desconcertante serie de destellos lumínicos coloreados y de extraordinaria intensidad, inducen a un estado de profundo desconcierto para los sujetos vulnerables a la inserción de nuevos pensamientos y experiencias visuales.

La respuesta de los ufólogos a la perplejidad de los secuestrados ha sido desastrosa. Al tomar las exhibiciones simbólicas al valor nominal, e hipnotizando a los testigos en un esfuerzo por disipar su confusión, muchos pesquisantes bien intencionados han reforzado la realidad alternativa inducida por el avistamiento ovni, exacerbando así lo que puede ser un efecto secundario espurio y perdiendo de vista la experiencia principal (...)". 

"La representación simbólica vista por los secuestrados es idéntica al tipo de ritual iniciático o viaje astral que se incluye en las tradiciones de cada cultura. En ese sentido, la experiencia ovni es un verdadero disparador que libera imaginería de gran potencia y que todos llevamos en nuestro 'inconsciente colectivo'" (21). 

En otra oportunidad, cierta mujer se despertó en la cama y notó un helicóptero sobre su casa como si el cielo raso intermedio y el techo hubiesen desaparecido. Vio asimismo a dos humanoides inusuales al pie de su litera y afortunadamente dos amigos atestiguaron esta escena, pues divisaron una esfera de luz azul alrededor de esta persona (como la testigo relató) con luces más brillantes que se "disparaban" desde esa "envoltura", pero no oyeron ningún helicóptero y no vieron entidad alguna, por cuanto dicha luz aparentemente creó un escenario de realidad virtual (22). 

Kenneth Ring agrega que los episodios abductivos pueden considerarse como una variación del viaje iniciático estándar, con su secuencia familiar de separación, calvario y retorno. La primera fase es de abducción, donde el individuo generalmente es hecho desaparecer contra su voluntad y el "via crucis" toma la forma de un examen médico comparable a los patrones de desmembramiento en las iniciaciones tradicionales chamánicas. Entre los buriatos de Siberia el aprendiz chamánico es sustraído por sus ancestros y luego atormentado por los saajtani que se asoman a su vientre con cuchillos, cortando y lanzando trozos enteros de su cuerpo. Los "espíritus" entonces cocinan su carne para "sazonarla" y el iniciado adquiere su conocimiento interno durante este procedimiento.

Posterior a ser examinados y al igual que los chamanes, los abducidos pueden recibir enseñanzas o revelaciones y finalmente regresan a su entorno normal. Con frecuencia padecen desbarajuste, desorientación, pérdida de tiempo y deterioro de memoria, pero también el sentimiento de que ha ocurrido un suceso extraordinario que dejará huellas duraderas. Ring sostiene que, como las experiencias cercanas a la muerte -otra variante del viaje iniciático-, las abducciones tienen lugar en una realidad alternativa, el "reino de la imaginería" (23).

Con frecuencia hay diferencias superficiales significativas entre encuentros con ovnis, visitas angélicas, viajes chamánicos y experiencias cercanas a la muerte; sin embargo, como señala Keith Thompson, "en todos estos ámbitos encontramos imágenes arquetípicas de iniciación que implican viajes de otro mundo en medio de seres extraordinarios y aparentemente autónomos. Muchos ufólogos, tratando de mantener su precioso campo de estudio único y discreto, cuestionan tales paralelos porque según ellos no hay evidencia de que los seres descritos en informes no-ovni sean 'del mismo lugar' que los alienígenas, ¡pero lo que rara vez señalan es que tampoco tienen pruebas sobre la procedencia de éstos últimos!

Se requiere un acto de voluntad para no observar los paralelos temáticos entre las ceremonias de desmembramiento sufridas por iniciados chamánicos dentro de tradicionales cabañas circulares, y los procedimientos 'médicos' invisibles y experimentados por 'iniciados-ovni' al interior de quirófanos contorneados en naves discoidales u ovaladas" (24). 

Paul Devereux menciona los intrigantes efectos del DMT, la sustancia alucinógena más conocida que se produce naturalmente en el cerebro humano y está contenida en plantas psicodélicas que han sido utilizadas por pueblos chamánicos desde tiempo inmemorial. Durante años, los usuarios de este componente han narrado eventualidades bastante similares, tales como encontrarse con inteligencias extraterrenas. También son dignas de mención las historias de un individuo que trató de ingresar en un estado de sueño lúcido directamente desde la vigilia, e informó que en las profundidades de relajación extrema y concentración requeridos fue perturbado por la vivencia tangible de ser "examinado en la oscuridad por robots" u "operado por pequeños seres" (25). 

Algunos estudiosos sugieren que los "alienígenas" son un reflejo de nosotros mismos, es decir, los humanos maldispuestos y desvinculados con nuestro nivel interior y respecto a los demás, y de la sociedad antiespiritual, indiferente e incontrolable que nos rodea. En una línea similar, Michael Grosso interpreta los secuestros como una prueba simbólica para las perturbaciones en el inconsciente colectivo. Las visiones de seres con aspecto poco saludable (grises) que a veces pretenden venir de un planeta moribundo, examinan a sus rehenes y se llevan material genético para crear una especie híbrida significan "que los enfermos somos nosotros (...) como especie viviente en el planeta Tierra, estamos en necesidad de regenerarnos". Asimismo la apariencia fetal de estas entidades alude a una progenie o continuidad de vida humana; según Grosso, "el humano nuevo, en tanto que futuro de la especie, está en grave peligro y nuestro porvenir está en riesgo de extinción (...) Si aprendemos a cooperar con las fuerzas del renacimiento, aún podemos erguirnos de la 'mesa de examen' y resucitar por nuestra experiencia planetaria cercana a la muerte" (26). 


Referencias

1. Kevin D. Randle, Russ Estes y William P. Cone, The Abduction Enigma: The truth behind the mass alien abductions of the late twentieth century, New York: Forge, 1999, p. 30-6.

2. The Abduction Enigma, p. 36-9, 125-9, 133-4, 140-1, 385-8; Richard L. Thompson, Alien Identities: Ancient insights into modern UFO phenomena, Alachua, FL: Govardhan Hill Publishing, 2da ed., 1995, p. 162-3.

3. Patrick Huyghe, The Field Guide to Extraterrestrials, London: Hodder and Stoughton, 1997, p. 44-5; "La singular aventura de João Antonio da Silva", http://dimensionovni.galeon.com/abducciones.htm.

4. The Field Guide to Extraterrestrials, p. 45 (ilustración por Harry Trumbore).
5. Jacques Vallée, Dimensions: A casebook of alien contact, New York: Ballantine Books, 1989, p. 170-1.

6. http://thenightsky.org/higdon.html.
7. Kevin Randle y Russ Estes, Faces of the Visitors: An illustrated reference to alien contact, New York: Fireside, 1997, p. 108-12; The Field Guide to Extraterrestrials, p. 64-5; http://college-de-vevey.vd.ch/magic/Enigma2/class2.htm.

8. "CE3-G, Emilcin, Poland 10 May, 1978", http://ufostudy.wordpress.com/tag/jan-wolski; Dennis Stacy y Patrick Huyghe, The Field Guide to UFOs: A classification of various unidentified aerial phenomena based on eyewitness accounts, New York: Quill, 2000, p. 100-1; Brad Steiger y Sherry Hansen Steiger, Real Aliens, Space Beings, and Creatures from Other Worlds, Detroit: Visible Ink, 2011, p. 12-3.

9. http://chodel.com/emilcin.htm.
10. http://ufostudy.wordpress.com/tag/jan-wolski.
11. "January 20, 1978, Piranhas, Goias and Rondonopolis, Mato Grosso, Manoel Roberto", ufologie.patrickgross.org; Albert Rosales, "The strangest of the strange", The Anomalist, n° 12, 2006, p. 145-59.

12. Alien Identities, p. 176-7.
13. Dimensions, p. 171-2.
14. Keith Thompson, Angels and Aliens: UFOs and the mythic imagination, Reading, MA: Addison Wesley, 1991, p. 65-6.

15. John A. Keel, Disneyland of the Gods, Lilburn, GA: IllumiNet, 1995, p. 103, 131-2.

16. Angels and Aliens, p. 65.
17. Victoria LePage, Shambhala: The fascinating truth behind the myth of Shangri-La, Wheaton, IL: Quest, 1996, p. 248-9.

18. Michael Talbot, The Holographic Universe, New York: HarperPerennial, 1991, p. 283.

19. Michael Grosso, Frontiers of the Soul: Exploring psychic evolution, Wheaton, IL: Quest, 1992, p. 210.

20. John Whitmore, "Religious dimensions of the UFO abductee experience", en: James R. Lewis (ed.), The Gods Have Landed: New religions from other worlds, Albany, NY: State University of New York Press, 1995, p. 66.

21. Jacques Vallée, Confrontations: A scientist’s search for alien contact, London: Souvenir Press, 1990, p. 157, 161-2.

22. Charles F. Emmons, At the Threshold: UFOs, science and the new age, Mill Spring, NC: Wild Flower Press, 1997, p. 136.

23. Kenneth Ring, The Omega Project: Near-death experiences, UFO encounters, and mind at large, New York: William Morrow and Company, 1992, p. 64-5.

24. Angels and Aliens, p. 188-9.
25. Peter Brookesmith, "Do aliens dream of Jacobs’ sheep?", Fortean Times, n° 83, octubre-noviembre 1995, p. 22-30 (p. 28).

26. Thomas E. Bullard, "UFOs: Lost in the myths", en: David M. Jacobs (ed.), UFOs and Abductions: Challenging the borders of knowledge, Lawrence, KS: University Press of Kansas, 2000, p. 141-91 (p. 162-3).

Ovnis: la dimensión psíquica (8 de 10)

David Pratt
Octubre 2002, octubre 2013


Contenido:

08. Abducciones alienígenas (parte 1)


08. Abducciones alienígenas (parte 1)

En las décadas de 1950 y 1960 eran muy raras las declaraciones de personas secuestradas por alienígenas, pero comenzaron a multiplicarse durante inicios de los años '70 y adquirieron proporciones epidémicas tras la publicación de Missing Time por Budd Hopkins en 1980 y Comunión de Whitley Strieber en 1987. Mientras que estos raptos inicialmente parecían ocurrir sólo una vez, los afectados comenzaron a reportar múltiples experiencias que se remontaban a su infancia, y en algunos casos incluso hasta finales del siglo XIX. Después de 1980 las víctimas también comenzaron a hablar de ser sometidas a procedimientos médicos mucho más invasivos. Dos encuestas -que los críticos han desestimado como irremediablemente defectuosas- han sido interpretadas por los "abduccionistas" en el sentido de que ¡más de tres millones de estadounidenses podrían haber experimentado este fenómeno en los últimos 50 años! (1). En el primer estudio se asumió que cualquiera que hubiera tenido al menos cuatro de las siguientes "experiencias inusuales" probablemente había sido raptado por entidades foráneas: una hora o más de "tiempo perdido", ver luces inusuales en una habitación, encontrar cicatrices desconcertantes en el cuerpo, divisar una figura extraña en el dormitorio o tener la "sensación de volar". El hecho de que comúnmente los afectados pasan las pruebas de detección de mentiras muestra que creen con firmeza la historia que relatan, pero casi sin excepción no hay evidencia convincente que refiera a una experiencia física/objetiva.

Por regla general las historias de abducción comienzan durante la noche, mientras la "víctima" conduce en una carretera solitaria o tras despertarse en la cama. En algunos incidentes se ven primero una "nave espacial" o cierta luz brillante, pero en otros aparecen extraños seres humanoides sin que se perciba un ovni. En este punto los afectados suelen padecer inmovilización y de vez en cuando recuerdan ser llevados o acompañados a bordo de la nave, o "flotar" a través de paredes y techos sólidos o puertas y ventanas cerradas, a veces en un haz de luz, pero más comúnmente los secuestrados no pueden recordar cómo acabaron en el interior de lo que suponen era un "artefacto extraterreno".

Por lo común los abducidos se encuentran en una habitación extraña y muy iluminada, a menudo repleta de equipos sofisticados. Tras haber sido recostados sobre una mesa, se lleva a cabo un doloroso examen "médico" en que se efectúan cortes, extracción frecuente de sangre, remoción de óvulos o espermios y sondeos en varios orificios corporales. Los órganos genitivos son objeto de una atención especial, y se han vuelto cada vez más comunes los informes de actividad sexual entre alienígenas y sus víctimas. Las entidades que realizan los exámenes son hoscas y directas, y otras sólo permanecen alrededor y observan. Al final del examen se borra de los afectados todo recuerdo del episodio o se les conmina a que se abstengan de contar a otros sobre el suceso. Por último, algunos secuestrados describen recorridos por la nave espacial, discusiones sobre crisis ecológicas y geopolíticas en la Tierra, e incluso viajes a otros mundos donde los detalles exactos varían mucho de un caso a otro.

Los avistamientos ovni implican un promedio cercano a los 2,5 testigos, mientras que por lo general los raptos involucran sólo a la persona directamente afectada. Si están presentes dos o más individuos, pueden rememorar posteriormente experiencias similares o sólo uno puede afirmar haber sido secuestrado, mientras que los otros niegan que la persona aludida se ausentara. Por ejemplo, una mujer australiana creía ser llevada periódicamente a bordo de una nave espacial; en una ocasión los investigadores estaban con ella quien comenzó a describir que era abducida, ¡y sin embargo todos los demás podían verla aún sentada en un automóvil estacionado! (2). Lo que sea que revistiera este caso, está claro que no tuvo lugar en el nivel físico.

Mientras que la mayoría de avistajes ovni parece ocurrir cuando los testigos se hallan en un estado de mente "normal", muchas veces los raptos semejan tener una cualidad -incluso para muchos experimentadores- que sugiere un nivel alterado de conciencia. Cuando los abducidos contemporáneos reportan "flotar" por fuera de sus habitaciones o automóviles, pasando mediante paredes sólidas y techos en un haz de luz hacia naves espaciales que los esperan, y sin sensación de frío a medida que se elevan, hay una buena razón para sospechar que esto no se trata de una experiencia tangible.

Muchas personas raptadas y algunos investigadores creen que los alienígenas son "extradimensionales" en lugar de "extraterrestres", y esto generalmente se interpreta en el sentido de que aquéllos han evolucionado en otro plano de realidad o "universo paralelo", desarrollando así una "civilización y tecnología avanzadas" que les permite materializarse y desmaterializarse a voluntad. Sin embargo, esta hipótesis es tan problemática como la teoría extraterrestre porque los experimentos genéticos y reproductivos reportados se describen como "brutos" y "primitivos", y ciertamente no son obra de "seres superinteligentes". Es más, la idea de que una raza etérica en esencia fuese genéticamente compatible con humanos físicos es tan improbable como pensar que lo serían las criaturas evolucionadas en otro planeta material. Las experiencias de abducción genuinas bien pueden involucrar niveles parafísicos de realidad, pero los "secuestradores" no exhiben ningún signo de ser individuos con gran adelanto.

Rara vez los recuerdos de raptos surgen sin ayuda. Comúnmente las personas que sospechan ser objeto de secuestro buscan asistencia por una variedad de razones tales como ansiedades vagas, fobias específicas, pesadillas, remembranzas fragmentarias e inquietantes, o lo que parece ser un episodio inexplicable de "tiempo perdido". Por lo general, sólo después de hablar con un psicoterapeuta o ufólogo pueden articular una elaborada "reminiscencia" de abducción extraterrestre.

El hecho de que una gran cantidad de retentivas sobre abducción se recupera al menos en parte bajo hipnosis es la razón principal que citan los críticos para impugnar su autenticidad. La sofronización puede ayudar a recordar más detalles de un evento; por ejemplo, ha permitido a victimas de crímenes evocar detalles como números de patente o la ropa de un asaltante. Sin embargo, también posibilita que la gente "reviva" momentos que jamás han sucedido e incurriendo en parloteos descabellados, lo cual se conoce como síndrome de falsa memoria. Así, la hipnosis puede dar pie a que la gente se torne más sugestionable y dispuesta a complacer al interrogador.

Por lo tanto, muchos críticos argumentan que la gran mayoría de historias relativas a secuestros son puras invenciones producidas bajo hipnosis (3). Se dan ejemplos de literatura análoga que muestran cómo los investigadores hacen preguntas conductivas, y de modo sutil e inconsciente provocan que los testigos elaboren un relato que encaja con sus propias creencias o expectativas, y de hecho con las de los secuestrados, ya que éstos no se acercan a los abduccionistas a menos que ya estén abiertos a la idea de que les ha ocurrido dicho suceso.

Los investigadores suelen sostener que las experiencias referidas por víctimas son tan horribles y aparecen emociones de tal intensidad que deben ser "literalmente ciertas", pero Randle et al. dicen que puede demostrarse su falsedad estableciendo un paralelo entre relatos de secuestro y los de abusos rituales satánicos. Éstos últimos se basan casi exclusivamente en el testimonio recuperado a través de regresión hipnótica, visualización y otras técnicas para incrementar la memoria. Miles de personas que creen ser objeto de ritos diabólicos apuntan a contextos horribles de asesinato, mutilaciones y sacrificios humanos, pero al igual que con los secuestros no hay prácticamente ninguna evidencia física o confirmatoria, y en algunos casos se demostró que los acontecimientos evocados no pudieron haber acontecido. Muchos de quienes una vez creyeron haber sufrido abusos comienzan a dudar sobre la realidad de sus recuerdos tras dejar la terapia o encontrar un nuevo especialista (4).

Curiosamente, el investigador Richard Boylan trató a una mujer quien consideraba fue abusada en base a su trabajo con otro terapeuta, ¡y logró convencerla de que en lugar de ello había sido secuestrada por extraterrestres! Se le proporcionaron libros y artículos sobre raptos, habló con ella de sus creencias en alienígenas y finalmente hizo que los sueños vagos se tornaran en una experiencia abductiva; así, el ritual satánico era supuestamente una "memoria de pantalla" (5).

El programa de los diversos pesquisantes de secuestro se refleja en lo que encuentran. Budd Hopkins halló a alienígenas fríos y calculadores que practican manipulación genética; John Mack apuntaba a entes que tienen una nueva filosofía "Nueva Era" y proporcionan experiencias positivas, y David Jacobs habla de "extraterrestres tipo Hopkins", pero que ahora llevan a cabo un "plan de dominación".

Jacobs dice pertenecer a la escuela "realista" de investigadores y critica a los "positivos" como Mack que creen que los abducidos pueden conectarse con una realidad alternativa y experimentar una transformación benéfica. David sostiene que la postura optimista "se basa en suposiciones metafísicas no comprobadas e hipnosis incompetente", y que "los mesmeristas con agendas Nueva Era específicas podrían distorsionar hipnóticamente el testimonio rememorado en las creencias de dichos profesionales" (6). Mack reconoce que la calidad en las vivencias de los raptados varía de acuerdo con el individuo que practica la regresión, y dice que Jacobs y Hopkins "pueden sacar por la fuerza lo que desean ver de sus experimentadores" (7). Es de destacar que si bien los analistas de secuestro a menudo acusan a sus colegas de hipnosis incompetente, nunca se aplican las mismas críticas a sí mismos...

Muchas veces las remembranzas de secuestros son totalmente inverosímiles y absurdas. Por ejemplo, en un caso estudiado por Jacobs, "Tom y Nancy" estaban haciendo el amor cuando ella percibió "una sacudida eléctrica" a través de sus caderas; Tom no sintió nada, pero al mirar el reloj se sorprendió al descubrir que había participado en el acto sexual durante unos 45 minutos. Podríamos pensar "¡qué pareja tan afortunada!", pero por desgracia el "tiempo perdido" fue considerado como "evidencia potencial de secuestro extraterrestre", y bajo hipnosis Nancy "recordó" ser abducida, ¡mientras su marido no se había dado cuenta pues los alienígenas le habían "desconectado"! (8). Es de suponer que al regresar la mujer estimuló nuevamente a su pareja y continuó con el desempeño como si nunca hubiera sido interrumpido. Algunas personas incluso afirman haber sobrellevado raptos en entornos urbanos de hacinamiento o removidas de sus apartamentos en un haz de luz sin que nadie más lo notara, debido a la "gran capacidad de los alienígenas para desconectar a la gente".

Mack tendía a aceptar todo cuanto le contaban los "secuestrados", sin importar cuán descabellado fuera. Por ejemplo, practicó regresiones en un joven llamado "Paul" a un rapto en 1972, cuando tenía seis años de edad y éste consideraba haber estado en un "artilugio espacial" alrededor de 70 veces, y sin embargo se le daba un "tour estándar" como si nunca hubiese puesto un pie en él previamente. Los "extraterrestres" aseguraban que él es un espíritu del espacio en un cuerpo humano y que hay muchos alienígenas con doble identidad en la Tierra. El planeta de Paul -que está muy lejano, pero "se sitúa en este Universo"- es bastante tranquilo y esos seres están aquí para ayudar a nuestra especie (¡¿secuestrando y violando gente?!); sin embargo, "los humanos han sido muy violentos y hostiles al matar a muchos alienígenas". Supuestamente estos seres vinieron aquí hace miles de años y se comunicaban con los dinosaurios que tenían "gran inteligencia, compasión y poderes clarividentes".

En otras sesiones una figura encapuchada con puntero "mostraba el mundo" a Paul y veía a morir a muchas personas, pero se le dijo que él mismo "va a remediarlo". Cuando regresó a la edad de 12 años "rememoró" una batalla en cierta bodega con lo que "algunas personas llaman 'Satanás'"; asimismo evocó haber sido raptado a los nueve años y se le removió un fragmento óseo de su pierna, pero Mack no da signos de haberse molestado en comprobar este detalle. Los "extraterrestres" dijeron a su víctima que lo querían para formar un grupo de reunión con ellos y entrar en un "intercambio de amor". Paul también sostuvo que le mostraron "dónde está la fuerza creacional" y afirmaba poseer cuadernos llenos de información "sólida" sobre su "increíble" tecnología.

El vocablo "increíble" quizá se queda corto, pues Paul recordó que a los nueve años estuvo presente en la escena del "accidente ovni" cercano a Roswell, un evento que se supone aconteció en 1947, 19 años antes que el hipnotizado naciera (¡y ciertamente nada podría ser más "inverosímil" que eso!). Al parecer los soldados dispararon a los "invasores" que se habían estrellado, ¡pero por suerte Paul llegó en otra nave para rescatarlos!, y Mack dice que la historia fabulosa de su paciente es "convincente y persuasiva" debido a su "intensidad de sentimientos y movimiento corporal", mientras que Peter Brookesmith lo etiqueta como "baboserías de un contactado mesiánico y cliché" (9).

Desde luego, sería un error suponer que todo lo recordado bajo hipnosis debe ser falso; más aún, se dice que una cuarta parte de los relatos sobre secuestro son rememorados sin recurrir a sofronización y las experiencias abductivas develadas con esa técnica son muy similares a las primeras. Newman y Baumeister, sin embargo, sostienen que "la promulgación del tipo 'juego de rol imaginativo' y característico de la hipnosis es posible incluso sin la inducción intencional de un estado hipnótico (...) La clave para implantar falsos recuerdos (...) es la imaginación prolongada de acontecimientos en presencia de figuras autoritarias que fomentan la creencia y confirman la autenticidad de esos pseudo-recuerdos" (10).

En las instancias donde los raptos son "reanimados" sin sugestión, a menudo los recuerdos provienen de sueños o pesadillas. En una encuesta a más de 150 abducidos, Randle et al. encontraron que muchos de ellos tienen dificultades para distinguir entre la realidad y los sueños o fantasías, y a través de hipnosis se les anima a creer que sus sueños vívidos son reminiscencias de eventos reales. Todos soñamos con las cosas que experimentamos y pensamos durante el día, y las cogitaciones sobre "captores extraterrestres" durante la vigilia aumenta la posibilidad de tener sueños con esos temas por la noche.

Randle et al. creen que aproximadamente un 50% de los informes relativos a abducciones tiene su origen en la "parálisis del sueño" o la incapacidad temporal de moverse o hablar al despertar, y menos comúnmente al quedarnos dormidos. A veces se acompaña de alucinaciones (conocidas como "hipnagógicas" cuando se concilia el sueño, e "hipnopómpicas" al despertar), tales como detectar "presencias de entidades" amenazantes en la habitación o sentadas sobre el pecho del experimentador. Este fenómeno afecta hasta una de cada cinco o seis personas en la población general (11).

Este tipo de raptos a menudo contiene elementos oníricos, incluyendo discontinuidades irritantes. Las víctimas suelen narrar que se encuentran fuera de su cuerpo durante ciertas fases del evento, o se ven a sí mismas en tercera persona por todas partes; también cuentan sobre imaginería onírica muy común como flotar o volar, caídas libres interminables o aparecer desnudos en un lugar público. Por lo general hay presencia alienígena y luego el experimentador se ve repentinamente dentro de un ovni. De súbito el día se convierte en noche, el interior de una habitación o nave se aprecian mucho más grandes que lo permitido por sus dimensiones exteriores (¡y algunos ven esto como señal de la "tecnología avanzada" de esos seres!) y se descubre que los eventos que subjetivamente parecen extenderse por horas en realidad llevaron minutos o viceversa (12).

Nunca se han hecho fotografías ni películas de un secuestro, a pesar de los esfuerzos concertados por algunos afectados para documentar sus experiencias en formato audiovisual. El hecho de videograbar en dormitorios donde supuestamente tienen lugar secuestros regulares sólo ha retrasado ese fenómeno, hasta que la gente se cansa de configurar la cámara o el abducido duerme en otro lugar. Generalmente los intentos de secuestrados para extraer recuerdos mientras se encuentran en la aeronave alienígena resultan infructuosos, o si se cree que una evocación es traída de regreso, más tarde no se puede comprobar (13). Estos hechos también apuntan hacia una experiencia psicológica o psíquica en lugar de un suceso concreto.

El 80% de los secuestrados son mujeres. Randle et al. determinaron que una elevada tasa de raptados señaló tener problemas sobre identidad de género, familias disfuncionales y vidas rotas. Hasta un 90% de los "rehenes" en su muestra tenía algún tipo de disfunción sexual, y sus testimonios de violación y actividad análoga en ovnis podrían ser vistos como evidencia de esas dificultades. Casi todos ellos afirmaron que o bien fueron ultrajados por una criatura alienígena o forzados a tener intimidad con una.

Una mujer abducida aseveró que mientras se hallaba recostada e inmóvil sobre una camilla, un alienígena de 1,5 mts. se encaramó sobre ella mirándola profundamente a los ojos y diciendo "¡lo que necesitas es una buena follada!" (las maneras de este particular ser muestran un sorprendente parecido a las de un terrícola machista); la víctima añadió que después la entidad procedió a darle "el más profundo orgasmo de su vida" y dijo que los investigadores jamás le preguntaron por el aspecto sexual de su secuestro, ya que sólo estaban interesados en experimentos genéticos (14).

La mayoría de hombres entrevistados por Randle et al. y que padecieron secuestro informaban ser "montados" por "alienígenas hembras", pero no podían entender cómo alcanzaron erección bajo circunstancias estresantes (lo que probablemente apunta a una experiencia de "sueño") y todos ellos informaron que el acto sexual se completó sin las sensaciones placenteras del orgasmo. Significativamente, los "intrusos" de tipo gris suelen describirse como desprovistos de genitales o sin evidenciar desigualdades en ese aspecto; no obstante, cuando llega el tiempo para el sexo con "extraterrestres", aparecerán mujeres grises con pechos y vagina y apropiadamente los "invasores" masculinos muestran penes que según los testigos tienen aspecto muy humano... Con esto queda claro que no todo es como parece en el extraño mundo de las abducciones alienígenas.

Newman y Baumeister establecen paralelismos entre los relatos de abducciones ovni y las fantasías sexuales masoquistas (15) cuyas principales características son dolor, pérdida de control y humillación, tres temas dominantes en historias de secuestro. Las víctimas suelen ser atadas a una mesa de examen, se les examinan sus rectos y la violación es frecuente, pero a pesar de esas experiencias dolorosas, humilladoras y degradantes a menudo se separan de sus captores con un sentido de tristeza y afecto por ellos, percibiendo que han tenido una experiencia de transformación extraordinaria. Estos autores afirman que tales sentimientos tienen sentido si los relatos de abducción fuesen considerados como el cumplimiento de un intenso deseo por escapar de la autoconsciencia común en sociedades individualistas y exigentes, especialmente EE.UU., donde se informa la gran mayoría de raptos. Tanto masoquistas como secuestrados tienden a provenir de las clases socioeconómicas más altas y en su mayoría son caucásicos. Muchos abducidos comenzar a relatar ensueños masoquistas explícitos luego de ser capturados por tales entes anónimos.

A primera vista son muy impresionantes las similitudes entre experiencias de abducción narradas por diferentes personas. Sin embargo, el hecho de que la gente cuenta sobre incidentes similares y en formas parecidas no es prueba concluyente de veracidad, pues un factor crucial y subyacente a las semejanzas en informes de rapto es que los investigadores saben lo que esperan encontrar y pueden influir sutilmente a los secuestrados mediante sus preguntas y cómo reaccionan a las respuestas; inclusive los afectados también podrían estar siendo incididos por pesquisantes en forma telepática, ya sea que se utilice o no la sugestión. En un trabajo clásico sobre la teoría de comunicación en telepatía, el psiquiatra Joost Meerloo exploró la "conversación no verbal y el proceso comunicativo entre las mentalidades inconscientes de terapeuta y paciente" (16). John Whitmore sugiere que la idea de Jung sobre un inconsciente colectivo o depósito de ideas y las imágenes compartidas por todas las personas puede ayudar a explicar los patrones similares de secuestro que los estudiosos pretenden encontrar entre sus temas (17).

Los investigadores del fenómeno afirman con asiduidad que si los secuestros fuesen puramente imaginarios, esperaríamos encontrar un surtido mucho mayor en las historias concernientes, pero es importante tener en cuenta que en efecto existe un abanico mucho más amplio de lo que admite la gran parte de abduccionistas. Whitmore sostiene que los numerosos relatos de raptos en primera persona "revelan una gran cantidad de detalles extraños que no condescienden totalmente las teorías ordenadas de muchos ufólogos" (18). Asimismo, varios casos no incluyen las fases bien definidas descritas por abduccionistas, y muchos otros no son traumáticos, no tienen a seres grises y pequeños como protagonistas, ni exámenes médicos o dispositivos parecidos a naves espaciales.

La literatura contiene referencias a una desconcertante diversidad de criaturas, pues además de los grises hay narraciones de individuos con "pelo dorado, parecido a pajilla", otros que asemejan "una combinación de animales terrícolas", "entes con piel arrugada, tenazas de cangrejo a modo de manos y orejas puntiagudas", y una mujer con "largo cabello colorado y ojos violeta" (19). Jacobs, sin embargo, insiste en que los únicos alienígenas reales son los grises, ¡y que si se presentan otros tipos de "foráneos" es porque aquéllos hicieron que los afectados vieran ilusiones! Esto ilustra cómo algunos abduccionistas se ocupan de lo reportado con una actitud meramente selectiva.

En múltiples incidentes de secuestro, con frecuencia las presuntas víctimas tienen una estrecha relación de algún tipo entre sí, han tenido oportunidad de hablar sobre el incidente y se influyen mutuamente antes que se lleve a cabo cualquier indagatoria. A pesar de ello, en una instancia dos testigos que llevaron vidas aparte tras su experiencia de abducción y nunca la habían discutido, fueron sometidos a sugestión por separado muchos años más tarde y corroboraron alrededor del 70% de la descripción sobre lo sucedido con el otro (20), mientras que esto no significa por obligación que tuvieron una experiencia física/objetiva, ya que los "sueños compartidos" no son secreto para nadie [en particular las "visitas" oníricas de parientes fallecidos o a punto de morir; véase "Vida después de la muerte", sección 3].

Si realmente existen raptores alienígenas en general, es curioso que la gran mayoría de los reportes provengan de EE.UU., a pesar de que éste comprende menos del 5% de la superficie terrestre, y aunque han aparecido eventos similares en Gran Bretaña, Sudamérica y otras partes del mundo, no parecen haber despertado tanto fervor como en el país del norte. Las víctimas no estadounidenses parecen contactarse con una mayor variedad de entidades que los norteamericanos, pero repetidamente tales diferencias son "disfrazadas" por quienes buscan poner de relieve las similitudes entre los diferentes relatos.

Un problema importante al evaluar estas historias es que los afectados que buscan estudiosos de raptos no representan una sección transversal de observadores de ECs. Como dice Mack, "la población que llega a nosotros (...) es sin duda auto-seleccionada" (21) y Jacques Vallée observa que los abducidos "se han preseleccionado a sí mismos en la búsqueda de investigadores sensacionalistas, cuyos libros o apariciones en televisión ya habían proporcionado una plantilla para las experiencias de las víctimas. Estos patrones artificiales y preexistentes son reforzados bajo hipnosis, que a menudo se realiza en condiciones de incompetencia escandalosa, y las estadísticas resultantes se sacan de una base de datos donde sólo se han admitido los casos que se ajustan al modelo preferido. Esto no es ciencia, sino un juego inmaduro y peligroso sobre la verdadera tragedia de las vidas y los temores en estas personas" (22).

Vallée añade que los profesionales consultados por él consideran poco ético interrogar a un afectado bajo hipnosis para cualquier persona que haya elaborado una fuerte conclusión personal sobre los ovnis. Sin embargo, ¡algunos hipnotizadores ahora afirman que ellos mismos han tenido secuestros extraterrestres y tienen una "misión" en su nombre!

Comúnmente las víctimas de rapto alienígena dicen encontrar marcas o cicatrices en el cuerpo luego de un incidente, pero dado que muchas personas tienen manchas en la piel, siempre es posible que tras una presunta retención sean notadas por primera vez una o más de ellas. La mayoría de analistas asume que las lesiones físicas y los síntomas son resultado de "exámenes alienígenas"; aún así, es bien sabido que el trauma en un nivel sutil y mental puede provocar síntomas tangibles importantes. Por ejemplo, hay casos en que cristianos devotos (sobre todo mujeres católicas) han desarrollado heridas sangrantes (estigmas) parecidas a las que supuestamente sufrió Jesús durante la crucifixión. Estas laceraciones suelen brotar repentinamente durante un trance extásico, y pueden desaparecer con rapidez sin dejar cicatrices (23). 

Fig. 8.1. Antonio Ruffini recibió estigmas en 1951 posterior a una visión de la Virgen María y permanecieron hasta su muerte en 1999. Las lesiones atravesaron sus palmas, pero nunca se infectaron. Los médicos que las examinaron no pudieron ofrecer ninguna explicación racional (24).

También la sugestión hipnótica puede causar un patrón "cruciforme" de piel enrojecida y provocar que desaparezcan síntomas físicos como las verrugas. Un hombre que tuvo una experiencia cercana a la muerte y en la cual un individuo lo tocó con manos muy calientes, experimentó una sensación de ardor intenso en el brazo izquierdo al regresar a la conciencia; en esa zona apareció ebullición y dejó una marca residual luego de la mejoría. Del mismo modo, una abducida aseveró bajo hipnosis haber sido forzada a un examen que incluyó sondeo vaginal, y más tarde desarrolló una infección en ese órgano que puso su vida en riesgo (25). 

Según algunos analistas, otros rasgos en las abducciones incluyen implantación y posterior hurto de fetos, como además la presentación a las mujeres de sus hijos híbridos. Estos eventos se encuentran principalmente en los trabajos de investigadores convencidos de que los extraterrestres están produciendo un cruce racial, y así pueden ejercer influencia en los testimonios de individuos. La documentación médica necesaria para apoyar la hipótesis de "fetos perdidos" es insuficiente, y además muchas mujeres que hacen tales afirmaciones son post-menopáusicas, han tenido histerectomía o no pueden tener hijos luego de la menopausia (26). Al igual que los estigmas y otras marcas corporales generadas de modo mental, el falso embarazo podría ser un signo de la extraordinaria capacidad de respuesta del organismo a imágenes mentales y deseos intensos.

Es interesante constatar que los temas de fetos extraviados o "alienígenas fetales" han crecido sostenidamente con la práctica del aborto desde inicios de la década '70. Algunos estudiosos sugieren que "la experiencia clínica y el dolor emocional del aborto quedan sepultados en la psique para acosar a una sociedad culpable por fantasías alienadas de nonatos" (27).

Muchos abducidos afirman que fueron insertados "implantes" en sus cuerpos durante la retención (28), que supuestamente se trataría de pequeños dispositivos metálicos para seguir, controlar o supervisar a las víctimas. Por lo común son nódulos duros bajo la piel y es posible que el afectado simplemente no los haya percibido con anterioridad. Igualmente los testigos informan de hemorragias nasales y creen portar un cuerpo invasivo en ese tracto. En ocasiones los rayos X revelan objetos, pero generalmente no lo hacen, y en una instancia esta tecnología mostró algo cercano a la nariz de una persona, pero desapareció antes que se agendara una cirugía para eliminarlo. No obstante, algunas "inserciones" pequeñas sí fueron removidas y analizadas por laboratorios científicos independientes y acreditados, pero en cada caso se determinó que eran material orgánico, astillas de vidrio u otro material completamente terrestre, por cuanto ninguno de los "injertos" recuperados hasta la fecha parece representar "dispositivos de alta tecnología".

Una intrigante posición sobre este fenómeno es proporcionada por Paracelso, médico y alquimista alemán del siglo XVI, quien dijo que uñas, pelo, agujas, cerdas, trozos de vidrio y otros ítemes habían sido retirados de algunos pacientes. Esta situación a veces continuaba durante muchas semanas o meses, sin que el médico supiera qué hacer, y sostuvo que estos objetos se hicieron entrar en el cuerpo por el poder imaginativo de brujos malignos o practicantes de magia negra (29).

Cualquiera que sea el estado real en cada experiencia abductiva, los secuestrados son proclives a creer que han sido específicamente "elegidos por extraterrestres", y a pesar de afirmar muchas veces que desean el término de esos eventos, con cada rapto refuerzan su propia autovalía y fortalecen su sentido del ser. Al convertirse en abducidos, estos individuos pueden atribuir sus problemas a una causa externa y quedar absueltos de toda responsabilidad; quienes se sienten poco atractivos y rechazados tratan de encontrar algo que les dé la atención que buscan, incluso si es negativa, y esto explica por qué tantos de ellos están ansiosos por el interés de los medios. Muchos raptados se unen a grupos de apoyo, pero mientras que la asociación a estos colectivos solía ser parte de un proceso curativo, ahora se ha convertido en una seña de identidad y la mejoría está deviniendo un proceso permanente; de igual modo los miembros que piensan dejar el grupo no se consideran rehabilitados, sino como desertores (30). Por lo tanto, los grupos de ayuda también desempeñan un rol importante en la perpetuación de la "manía abduccionista".


Referencias

1. Peter Brookesmith, "Roper’s latest knot: the 1998 abduction survey", The Anomalist, n° 8, 2000, p. 32-8.

2. Paul Devereux, Earth Lights Revelation: UFOs and mystery lightform phenomena, London: Blandford, 1990, p. 204.

3. Robert Baker, "Alien dreamtime", The Anomalist, n° 2, 1995, p. 94-137.
4. Kevin D. Randle, Russ Estes y William P. Cone, The Abduction Enigma: The truth behind the mass alien abductions of the late twentieth century, New York: Forge, 1999, p. 263-84.

5. Ibídem, p. 339.
6. David M. Jacobs (ed.), UFOs and Abductions: Challenging the borders of knowledge, Lawrence, KS: University Press of Kansas, 2000, p. 207.

7. The Abduction Enigma, p. 245.
8. Peter Brookesmith, "Do aliens dream of Jacobs’ sheep?", Fortean Times, n° 83, octubre-noviembre 1995, p. 22-30 (p. 22).

9. John E. Mack, Abduction: Human encounters with aliens, London: Simon & Schuster, 1995, p. 217-40; "Do aliens dream of Jacobs’ sheep?", p. 27.

10. Leonard S. Newman y Roy F. Baumeister, "Toward an explanation of the UFO abduction phenomenon: hypnotic elaboration, extraterrestrial sadomasochism, and spurious memories", Psychological Inquiry, v. 7, 1996, p. 99-126 (p. 108).

11. The Abduction Enigma, p. 130-42.
12. John Whitmore, "Religious dimensions of the UFO abductee experience", en: James R. Lewis (ed.), The Gods Have Landed: New religions from other worlds, Albany, NY: State University of New York Press, 1995, p. 65-84 (p. 69).

13. Charles F. Emmons, At the Threshold: UFOs, science and the new age, Mill Spring, NC: Wild Flower Press, 1997, p. 155-6.

14. The Abduction Enigma, p. 97.
15. "Toward an explanation of the UFO abduction phenomenon".
16. Joost A.M. Meerloo, Hidden Communion: Studies in the communication theory of telepathy, New York: Helix, 1946.

17. "Religious dimensions of the UFO abductee experience", p. 68.
18. Ibídem, p. 66.
19. "Toward an explanation of the UFO abduction phenomenon", p. 101.
20. Richard L. Thompson, Alien Identities: Ancient insights into modern UFO phenomena, Alachua, FL: Govardhan Hill Publishing, 2da ed., 1995, p. 118-24.

21. UFOs and Abductions, p. 247.
22. Jacques Vallée, Revelations: Alien contact and human deception, New York: Ballantine Books, 1991, p. 248.

23. Marco Margnelli, "An unusual case of stigmatization", Journal of Scientific Exploration, v. 13, 1999, p. 461-82.

24. Antonio Ruffini, www.visionsofjesuschrist.com.
25. Alien Identities, p. 316, 348, 350.
26. The Abduction Enigma, p. 322-7.
27. Thomas E. Bullard, "UFOs: lost in the myths", en: UFOs and Abductions, p. 141-91 (p. 174); Dennis Stacy, Journal of Scientific Exploration, v. 7, 1993, p. 200-2.

28. The Abduction Enigma, p. 255-9, 318-22.
29. Franz Hartmann, The Life of Paracelsus and the Substance of his Teachings, San Diego, CA: Wizards Bookshelf, 1985 (1887), p. 115-6.

30. The Abduction Enigma, p. 272-3, 290-1, 307-13.