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15 de diciembre de 2022

"Farsantósofo$" y psicoterapia

Cortesía de Alamy Photos

"La verdad es dura, incómoda, pesada e hiriente, 
pero cicatriza más rápido que la mentira" (anónimo).

"Las costumbres son la hipocresía de las naciones
(Honoré de Balzac).

"No sé cuál es el secreto del éxito, pero sí del fracaso: 
tratar de complacer a todo el mundo" (Bill Cosby).




[Nota: la primera de estas declaraciones fue emitida el 14/12/2022, y las dos muestras finales aparecieron el 27/09/2023. La administradora del blog enemigo en cuestión: a) se cree con "autoridad" y "pericia" para sugerir "tratamiento psicológico" a determinados teósofos; b) mantiene un sitio web repleto de "traducciones" defectuosas, elaboradas por I.A., y su formato de presentación deja muchísimo que desear, con lo que se comprueba su total ausencia de ética y escrúpulos, y c) acrimina esos males con aspereza a otro individuo con quien tuvo roces en clases de la L.U.T., para después eliminar el contenido por "temor al qué dirán". ¿Qué más se puede esperar de inestables que no se atreven a propugnar con FUNDAMENTOS lo que piensan sinceramente, tirando la piedra y escondiendo la mano?].

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El doble rasero se ha impuesto como sello distintivo y normalizado en muchas formas de "misticismo", particularmente en su relación con la mal llamada "política". Como dijera cierto cantautor, casi siempre adoptan la pose de "tarjetitas de Navidad" por simple conveniencia, y lo peor es que las masas irracionales -con poquísimas y honrosas excepciones- las siguen sin elaborar ningún análisis, deviniendo instrumentos gratuitos de "los que vociferan más fuerte" en ciertos medios, aún cuando en la vida real no pasan de ser escorias ambulantes de fanatismo, resentimiento y delincuencia ideologizada.

De esta suerte, la injerencia que debiese tener la actividad espiritual -en tiempos horrendos del Kali Yuga- no está dando los resultados previstos, incluyendo a grupos teosóficos, en los cuales últimamente se han inmiscuido elementos disruptivos y tendenciosos, dentro del esquema general ya mencionado. Parece ser que algunos "fieles custodios" de la Doctrina se olvidan alegremente del lema "no hay religión más sublime que la verdad", y como vemos en las citas iniciales ésta última no tiene por qué ser siempre placentera, o parafraseando a Confucio, no es aceptable inducir a los demás a que permanezcan en cobardía sin hacer lo que intuyen que es correcto.

En las críticas de este blog no insinúo ni digo expresamente estar en posesión de una "verdad especial", sino intento ver los problemas abordados como son mediante la experiencia y los datos periodísticos disponibles. Sin embargo y como se podrá inferir con las polémicas planteadas, el objetivo de este trabajo en línea no es un mero conato de "devoción evangelizadora", e incorpora además filosofía ANTIMATERIALISTA, atendiendo a la imposibilidad manifiesta de vivir equilibradamente en "zoociedad". El escudo nacional chileno comporta la frase "por la razón o la fuerza", siendo este un buen resumen de lo que le espera a quienes no cultivan un juicio inegoísta en nombre de las "respetables" morbosidades y sus intermediarios conscientes, descritos en esos artículos. Y como ya queda suficientemente claro, mi postura es que hay "personajes" entre ellos que NO tienen el honor a recibir consideración alguna.

Hoy por hoy existe una enfermedad psicológica más dañina que la indignación oportuna, y se llama "trastorno de evitación experiencial", muy frecuente en personas "fraternas" que constantemente vuelcan sus defectos como el cinismo intelectual u otras malas costumbres sobre los observadores que se niegan a ser controlados por ellas. Si bien son imperfectos como las primeras, esos pensadores por lo menos evitan ser tránsfugas o moralistas superficiales respecto a lo que dicen o escriben en sus espacios sobre religión u otros temas -una cualidad que por cierto habla muy bien de su "madurez mental"-, y defendiendo posturas estereotipadas que comprueban aún más su adicción al "circo de la adaptabilidad".

Como aprendizaje de otras experiencias, mantengo un buen caudal de escepticismo con los difusores que suelen contradecirse para hacer vista gorda a lo inexcusable, o expresan ideas o calificaciones francamente insólitas (véase por ejemplo la disonancia cognitiva entre los fachendosos incapaces de replicar con argumentos aceptables), y por si no lo sabían eso es síntoma potencial de psicopatía y/o esquizofrenia.

[Cito de la misma fuente, para los politilovers y anarcos desahuciados: "La esquizofrenia es una psicosis caracterizada por la distorsión del pensamiento (...) y creencias erróneas (...) de las que el paciente está firmemente convencido, incluso cuando hay pruebas de lo contrario"].

Dado el orgasmo comunicacional de nuestro tiempo en la reyerta de "quién está en lo cierto y quién no", conozco de sobra la manipulación de ciertos "escritores" o "especialistas" vendidos a "filosofías" trastornadoras, y quienes creen "dar cátedra" sobre "salud mental" -empezando por la tiranía del "pensamiento positivo"- cuando en verdad sólo son hipomaníacos deshonestos y hambrientos de influir en la opinión pública (síndrome de Hubris, ¡otra patología!). Estos y otros "dechados de integridad" son quienes necesitan más de una asesoría psicológica, pues vemos que su prontuario no los hace meritorios de respeto.

Los infaltables "calculistas de relativismo valórico" tachan cualquier código o disciplina moral como "superexigente", y como resultado calumnian de "enfermos" a los que trabajan en sí mismos para ser mínimamente consecuentes con preceptos básicos por el bien general, e imponiendo respeto con DUREZA merecida frente a los malintencionados. Millones de particulares cometen el descaro imperdonable de escudarse en la mística -o comunidades asociadas- al objeto de respaldar sofismas, tendencias u hostilidades consensuados que todos perciben en alguna medida, pero muy pocos se atreven a inquirir con actitud abierta. Un caso concreto es la plétora de coaches de sastre, matones y caraduras que aconseja "salir de la zona de confort", y al mismo tiempo miran por encima del hombro la diferencia entre "imperfección humana perfectible" y "proselitismo mórbido" disfrazado de espiritualidad. ¡Negocio redondo para ellos, no faltaba más!

La gente honrada no tiene problemas para admitir que la rabia ES NECESARIA, a condición de que no se transforme en hábito ni herramienta narcisista, menos aún para encubrir/propalar odios inconfesables. Por este motivo, es natural soltar una carcajada al momento de encontrar berrinches por todo internet que normalizan el prejuicio pudibundo de equiparar la exageración moral con el realismo totalmente desnudo, y sin filtros de cursilería ni melodramas. 

Alguien no tiene derecho a exigir/plantear "compasión" ni "fraternidad" absolutas, mientras el colectivo o ideario a que pertenece no ha demostrado consistencia ni audacia para desterrar elementos cizañeros o descabellados en mucho tiempo, y menos todavía si se cuelga de los mismos "defectos queridos" con tal de proteger su veleidad ética hecha a la medida. La irritación justificada y disciplinaria contra gentuza maléfica se valida en esta cita por Blavatsky: "¡Ay de quienes viven sin sufrir! El estancamiento y la muerte son el porvenir de todo lo que vegeta sin cambio. ¿Cómo podría haber una transformación para mejor, sin sufrimiento proporcional en el estado previo?" (La Doctrina Secreta, vol. 2, p. 475).

¿O qué tal este recordatorio por uno de los Maestros?: "Quienes han estado velando por el género humano (...) han visto repetirse constantemente los detalles de esta lucha a muerte entre la Verdad y el Error. Algunos de vosotros, teósofos, os sentís heridos ahora sólo en vuestro 'honor' o vuestros bolsillos, pero aquéllos que sostuvieron la lámpara en generaciones precedentes pagaron con sus vidas la posesión de esos conocimientos" (Carta Mahatma n° 55). 
         
Tampoco es excluyente tener "buena educación" para forjar una salud mental holística, pues conozco personas ineducadas y de recursos modestos que no necesitan FINGIR respecto de lo malo que hay a su alrededor y lo enfrentan en consecuencia, y de igual forma me he topado con sedicientes "espirituales/investigadores" cínicos que saben de todo y no entienden nada, obviamente sin perder ocasión de cobrar por sus servicios al "becerro de oro". Entonces, o bien se nace con cualidades morales, o bien se desarrollan, no sin antes moldearse con el fuego del atanor. Por eso Peter Pan se aferraba a la idea de que "todos los niños crecen, menos uno".

De este modo, hay gente que gusta de mencionar la existencia de "gabinetes psicológicos infantiles" o escolares en sus países, insinuando su aplaudible postura de "condenar la rabia sancionadora". La mayoría de niños y adolescentes no tiene apuros por VENDER$E a cochambres ideológicos ni sentirse "superiore$", por lo cual su lógica mental suele ser más limpia, comprensible y honesta que la de los "misticoide$" malababa con apariencia de "adultos", en particular los duopolistas lametraseros en Teosofía Original que aún la prostituyen con su bacteriemia. Sin ir más lejos, el comportamiento sectario latente -por más que se camufle en un "bombardeo de amor"- aspira siempre a vulgarizar el mensaje de que "sólo una persona sabia (o iluminada) tiene las condiciones para amonestar, y jamás el resto", evidenciando así múltiples grados de emocionalidad fanática por adaptar la letra superficial de determinados "referentes" a objetivos personalistas, de lo cual ya hay suficientes muestras y fácilmente accesibles en varios medios. 

Visto lo anterior, el trasfondo incisivo de dichas tentativas es impedir a toda costa el análisis ECUÁNIME del permanente problema de cómo mantenerse "equilibrado" en un mundo tecnoartificioso que parece más infierno congelador que paraíso. Es muy difícil llegar a la causa real de cualquier fenómeno con un interés excluyente en las consecuencias, que a propósito es una de las tantas monedas de cambio acariciadas por "gallitos ciegos" que aún pretenden encontrar el alma diseccionando cadáveres, pero negando a la vez las herencias sublimes y atemporales de nuestra especie, si es que alguna vez las han contemplado.
    
Por último, cabe añadir que hay bastantes "teósofo$" falsos, algunos muy activos en RR.SS., que encarnan todas estas características u otras asociadas, y a todas luces requieren TERAPIA DE HONESTIDAD donde no sería necesaria la intervención de psicólogos clínicos para todos esos casos. Su verdadero problema es que necesitan drogarse con sensaciones baratas y falsas, ocultar el miedo a perder su "prestigio" o "valía" construidos con falsa tolerancia en determinados grupos, esconder o minimizar problemas con falsos "borrones y cuentas nuevas", o tal vez exigen una falsa compasión para huir de sí mismos. No obstante, si el diálogo con la almohada no basta y presentasen varios de los síntomas abordados en los enlaces provistos, no debieran dejarse llevar por orgullos, miedo o prejuicios, y que acudan a un experto cuanto antes. Se acostumbra decir que "cada loco tiene su tema" y todos presentamos algo de alteración en la modernidad, pero jamás hay que perder de vista que en la vida real es necesario un 50% de "namasté" y otro 50% de "vete al carajo". ¿O querrán escuchar también que sufren de "trastorno de fantasía compulsiva"?

Aquila in Terris


"Anarda la bella
tenía un amigo
con quien consultaba
todos sus caprichos:
colores de moda,
más o menos vivos,
plumas, sombrerete;
lunares y rizos
jamás en su adorno
fueron admitidos,
si él no la decía:
'gracioso, bonito'.
Cuando su hermosura,
llena de atractivo,
en sus verdes años
tenía más brillo,
traidoras la roban
(ni acierto a decirlo)
las negras viruelas
sus gracias y hechizos.
Llegóse al espejo:
éste era su amigo;
y como se jacta
de fiel y sencillo,
lisa y llanamente
la verdad la dijo.
Anarda, furiosa,
casi sin sentido,
le vuelve la espalda,
dando mil quejidos.
Desde aquel instante
cuentan que no quiso
volver a consultas
con el señor mío.
'Escúchame, Anarda:
si buscas amigos
que te representen
tus gracias y hechizos,
mas que no te adviertan
defectos y aún vicios,
de aquellos que nadie
conoce en sí mismo,
dime, ¿de qué modo
podrás corregirlos?'"

(Samaniego, "La hermosa y el espejo").