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9 de febrero de 2022

Civilizaciones perdidas de los Andes (5 de 5)

Por David Pratt
Enero 2010, actualizado junio 2019


Contenidos:

07. Tiwanaku
-Centro ceremonial
-Puma Punku
-Cronología


07. Tiwanaku 

El lago Titicaca yace en la cuenca del altiplano entre los Andes orientales y occidentales, en el límite de Perú y Bolivia y a 3.812 mts. sobre el nivel del mar; además, debido a su longitud máxima de 190 kms. es considerado el lago más grande de Sudamérica. Ciertas secciones de los Andes se hallaban a nivel del mar en el Cretácico (145 a 65 millones de años atrás*) e incluso hasta el Mioceno (que comenzó hace 23 millones de años*), luego de lo cual la orogénesis procedió de manera intermitente y cuya mayor actividad ocurrió durante el Plioceno y Pleistoceno, es decir, en los últimos 5,3 millones de años*. Se cree que en el Pleistoceno dicha elevación se prolongó por varios cientos de metros, contradiciendo así la teoría principal de que los Andes se levantaron por subducción de la "placa" del Pacífico bajo la sudamericana, pues se supone que dicho proceso continuó sin variaciones a lo largo de los pasados 200 millones de años (1). 

(*Para las fechas teosóficas correspondientes, ver "Geological timescale"; "Diseño y evolución de las especies", parte 17).

Hace unos dos mil años el nivel del agua en el Titicaca era unos 30 mts. más alto que hoy y se extendía hasta el borde de Tiwanaku, aunque durante los últimos 100.000 años ha tenido más de 100 mts. sobre su nivel actual y también cotas mucho más bajas. Se han encontrado varias ruinas y artefactos en el lago a profundidades de hasta 70 mts. o más, incluyendo un ídolo dorado de 30 kgs., múltiples vasijas, un templo de 200 mts. de largo y 50 de ancho, una terraza para cultivos, un camino preinca y un muro de contención de 800 mts. de longitud. Se piensa que podrian estar asociados con la cultura Chiripa y que datan de entre el 1.500 al 2.000 a. de C. (2). 

Todas las civilizaciones andinas creían que el lago Titicaca es el lugar legendario de la Creación. En una versión de la leyenda, el dios creador Viracocha emergió de la Isla del Sol durante un tiempo de oscuridad y creó el Sol, la Luna y las estrellas, y luego formó a los humanos al dar su aliento de vida a las piedras. Primero concibió gigantes que fueran capaces de mover las enormes rocas para muchas de sus construcciones, pero más tarde se sintió insatisfecho con ellos y decidió destruirlos por medio de inundaciones para dar lugar a una raza mejor y más pequeña (3). 

Las ruinas de Tiwanaku (o también Tiahuanaco) están situadas a 21 kms. al noreste del lago Titicaca, en la actual Bolivia. Un nombre más antiguo para Tiwanaku fue Taypikala, un término aymara que significa "piedra en el centro"; los nativos consideraban que la ciudad se hallaba en el centro del mundo y creían que fue repoblado desde allí luego del diluvio. Entre el 300 a. de C. y el 300 d. de C. Tiwanaku se convirtió en el principal centro ritualístico y administrativo de la cuenca del Titicaca, y ubicándose a 3.850 mts. sobre el nivel del mar, fue el asentamiento urbano más alto del mundo antiguo. En su apogeo, se cree que la ciudad tuvo una población de unas 30 ó 40 mil personas y estaba gobernada por la élite de los guerreros quienes detentaban cargos políticos y religiosos. Inmediatamente bajo ellos había una clase media de artesanos y otra inferior de granjeros, pastores y pescadores. Los especialistas suponen además que se llevaron a cabo grandes proyectos de construcción de tipo arquitectónico y agrario en Tiwanaku desde el 100 al 700 d. de C. 

En torno al 400 d. de C. Tiwanaku se convirtió en un Estado invasor y su imperio se expandió hasta cubrir casi la mitad de la actual Bolivia, la parte sur de Perú, el noroeste de Argentina y casi la mitad de Chile; no obstante, Tiwanaku comenzó a declinar luego del 1.000 d. de C., principalmente debido a prolongadas sequías, y así la metrópoli colapsó poco tiempo después. Los mayores edificios sufrieron una seria destrucción, aunque algunos más tarde fueron reparados, pero en una forma desordenada y poco hábil. Más adelante los incas tomaron el control del área en torno a 1450 y los conquistadores españoles en 1532, quienes trajeron consigo el flagelo de las enfermedades contagiosas (viruela y sarampión) contra las que los nativos no tenían resistencia, y los enviaron a trabajar en las mortales minas de plata de Potosí (sur boliviano). Se estima que en algunas partes del altiplano más del 90% de la población indígena fue eliminada durante los 50 años de conquista española. 

A pesar de su clima severo y árido, en la antigüedad el sector del lago Titicaca pudo haber albergado poblaciones humanas 20 ó 30 veces más grandes que hoy, gracias al sofisticado sistema agrícola de campo levantado. Los campos elevados o "camellones" tienen más de 1 metro de alto, 5 a 10 de ancho y hasta 200 en longitud, que consisten en una capa basal de arcilla impermeable, otra de gravilla áspera, otra de gravilla fina y finalmente la tierra cultivable. Los campos estaban separados por una red de canales que proveían humedad para los cultivos y recibían suficiente calor por el día a fin de proteger las plantaciones de la congelación durante las noches extremadamente frías. En el fondo de dichas acequias se formaba un rico fango de deposiciones de patos, algas descompuestas y remanentes de peces que se usaba como fertilizante. Los campos y cauces cubrían casi 50 kms. cuadrados, y al crear este sistema los antiguos ingenieros enderezaron el río Catari y lo trasladaron 1,5 kms. al este. De esta manera, se afirma que la cultura Tiwanaku de los últimos 2.000 años concibió el sistema de campos levantados, aunque sigue siendo sólo una suposición. 

Los experimentos han demostrado que los campos levantados eran significativamente mejores que las campiñas comunes, incluyendo aquéllas tratadas con fertilizantes o pesticidas. Por ejemplo, los campos de papas rendían casi el doble que los tradicionales intervenidos con fertilizantes químicos, y más de siete veces que el campo de cultivo común subdesarrollado. Sobre este aspecto, Alan Kolata comenta: "Para aquéllos que se aferran a las queridas nociones del progreso humano inexorable gracias a la aplicación de tecnología moderna occidental, la disyuntiva entre un lejano pasado sustancialmente mejor en términos económicos y el presente representa un problema molesto que no fue previsto" (4). 

Se han descubierto ejemplos de escritura bustrófedon -compuestos alternativamente de izquierda a derecha- cerca de Tiwanaku a fines de la década de 1940 y comienzos de los '50, y que asemeja una versión simplificada de la escritura en Isla de Pascua ("rongorongo"), la que a su vez muestra muchas similitudes a la utilizada por la civilización del Valle del Indo en el lado opuesto del mundo. También en Panamá se han encontrado ejemplares de caligrafía bustrofedónica (5). 


Centro ceremonial

El principal sitio arqueológico en Tiwanaku tiene cinco estructuras primarias, incluyendo la pirámide Akapana y el templo Kalasasaya, y menos de un kilómetro hacia el sur se ubica Puma Punku con su plataforma hecha artificialmente y ruinas megalíticas. Por varios siglos los sitios fueron saqueados, vandalizados y destruidos para obtener rocas, y en la actualidad se han reconstruido todas las murallas que permanecen en pie. También muchas de las estatuas fueron demolidas durante una campaña de la iglesia católica para desterrar la idolatría. 

Fig. 7.1. Reconstrucción del sitio de Tiwanaku en la parte trasera del boleto de entrada.

El núcleo ceremonial de Tiwanaku estaba rodeado por un inmenso foso artificial que Alan Kolata cree que fue diseñado "no tanto para proveer de una estructura defensiva a la élite", sino "evocar la imagen del núcleo de la ciudad como una isla", y más específicamente, a fin de crear una semblanza de las islas sagradas en el lago Titicaca que fueron los sitios legendarios de la creación del mundo y la aparición humana (1). 

Las estructuras muestran una impresionante mampostería ciclópea, que consiste a menudo en bloques rectangulares de sillar colocados en trayectorias regulares. Por ejemplo, una de las piedras tiene 11 mts. de largo, 2,1 de ancho y pesa 154 toneladas, y otra mide 7,9 por 4,9 por 1,8 mts. La mayor parte de la andesita utilizada vino desde canteras localizadas a 60 kms. de distancia, mientras que la arenisca roja se trajo desde unos 15 kms. (2). Las rocas de andesita verde usadas para las esculturas y monolitos más elaborados tuvieron su origen en la península de Copacabana, y según una teoría estas piedras gigantes -que pesaban hasta 40 toneladas- se transportaron a unos 90 kms. a través del lago Titicaca en botes de juncos y luego fueron arrastradas otros 10 kms. a la ciudad. Cabe señalar que a la altitud de Tiwanaku el aire está tan enrarecido que los habitantes de las tierras bajas resuellan al respirar, incluso cuando sólo pasean en torno al sitio

Originalmente se pensaba que la pirámide Akapana era un cerro natural, pero en realidad es un montículo artificial hecho de tierra, arcilla, gravilla y piedra cortada. El grueso de la arcilla y la tierra fue excavado desde el gran foso, y contando con cerca de 200 mts. en un costado, la pirámide se alza en siete escalones a una altura de 17 mts. En el centro de la cumbre aplanada había un patio hundido, del cual ahora sólo existe un gran cráter horadado por cazadores de tesoros. Los muros de terraza consisten en una serie de pilares entre los que se colocaron bloques de andesita muy bien cortados y unidos con precisión. Las dos paredes inferiores contienen los bloques más grandes, mientras que la cumbre y las terrazas superiores estaban cubiertas con gravilla verde de las montañas. 

Fig. 7.2. Reconstrucción del Akapana por Javier Escalante, vista desde el noreste.

Fig. 7.3. Excavaciones a los pies del Akapana.

Las excavaciones del Akapana han descubierto un sofisticado y monumental sistema de canales hídricos subterráneos y de superficies interconectadas. Alan Kolata comenta que el sistema, "aunque magníficamente funcional, es innecesariamente complejo, una pieza de técnica de cortado en piedra y ensamblaje que es pura virtuosidad" (3). Los canales llevaban el agua recolectada en la cumbre por debajo y a través de siete niveles, y luego salía para desembocar en un sistema de drenaje subterráneo mayor situado bajo el núcleo ceremonial-cívico de Tiwanaku, desde donde al final fluía hacia el lago Titicaca. 

Fig. 7.4. Un agujero de drenaje en la base del Akapana.

El Akapana era la montaña sagrada y el principal santuario terrestre de Tiwanaku. Kolata escribe:

"Formaba parte de la esencia espiritual del cordón montañoso llamado Quimsachata, cuya imagen era evocada por la forma de los andenes escalonados del Akapana, su manto de grava verde e imitación inteligente de la circulación natural de las aguas montañosas en la estación de lluvias. El curso del flujo hídrico en el Akapana replicaba el patrón de la naturaleza, primero almacenándose, después precipitando en las profundidades y saliendo a borbotones en las terrazas para emerger a los pies del montículo. En una tormenta altiplánica torrencial, los grandes drenajes subterráneos dentro del Akapana pueden haber generado incluso un efecto acústico, un rugido vibrante del agua que se abalanzaba y sacudía la montaña piramidal, igual que el trueno de las tormentas que retumbaba en los picachos del Quimsachata" (4). 

Bert Thurlings acusa a Kolata de recurrir a "fantasías extrañas" por sugerir que el Akapana y también Puma Punku representaban montículos sagrados. "¿Cómo se metió eso en la cabeza?", se pregunta. En lugar de aquello, Thurlings plantea que, dado el magnífico trabajo en piedra y el uso de piedrecillas verdes, estos montículos eran probablemente plantas de purificación de agua construidas por "extraterrestres" que llegaron a la Tierra en un "superplaneador interestelar de antigravedad". ¡Gracias, Bert! 

Antiguamente había una puerta en la cima del Akapana, y la parte inferior de su dintel estaba cortada en un ángulo que unía la cima de la jamba por debajo de él, lo cual requería que el fondo de la escalinata fuera moldeado en el dintel a ser esculpido en la superficie biselada de la jamba. Jean-Pierre Protzen escribe: "Estos detalles indican una destacada sofisticación en estereotomía, o arte de cortar la piedra, evidenciando así un entendimiento y profundo conocimiento de geometría descriptiva" (6). 

Fig. 7.5. Detalle de la puerta del Akapana.

El templo semisubterráneo es un patio rectangular hundido que mide 26 por 28 mts., hecho de mampostería en arenisca, y además se colocaron ciento setenta cabezas esculpidas en las murallas que presentan rasgos caucásicos, negros, asiáticos y semíticos (7). Una vez el recinto contuvo varias estelas de piedra y esculturas, dispuestas en torno a la estela central Bennett de 7 mts. en altura. Las complejas marcas en dicha obra han sido interpretadas como un calendario agrícola solar y lunar más exacto que el actual (8), y en nuestros días el patio contiene tres estelas, una de ellas cincelada con la figura de un hombre barbado, probablemente Viracocha en su forma humana. En dos lados de este monolito se pueden apreciar serpientes talladas verticalmente y que son el símbolo universal de la sabiduría (ver figuras 7.7 y 7.26). 

Fig. 7.6. La estela Bennett o "Pachamama". La mitad inferior de su cuerpo está cubierta con cabezas de pez (más similares a escamas) y recuerda a la deidad mesopotámica Oannes con cabeza de dicho animal, quien trajo conocimiento especial para la humanidad (9).

Hacia el oeste del templo semisubterráneo yace el templo Kalasasaya, un recinto rectangular que mide cerca de 130 por 120 mts. Rodeando una plataforma levantada y con un patio central hundido, presenta muros muy elevados compuestos por pilares de arenisca roja cortados en forma tosca y que se alternan con secciones de bloques de sillar más pequeños, elaborados con mampostería de alta calidad. 

Fig. 7.7. La entrada megalítica reconstruida al Kalasasaya, vista desde el templo semisubterráneo. La escalera es un bloque deteriorado de arenisca esculpida, y la puerta del fondo enmarca la estela Ponce que se yergue en el patio hundido (10).

Fig. 7.8. Cabezas esculpidas en piedra sobre los muros del palacio parto de Hatra, Mesopotamia. También se encuentran formas similares en los santuarios esculpidos sobre roca viva del oeste de India (por ejemplo, Chaitya) (11).

Fig. 7.9. Dibujo del Kalasasaya por Squier, 1873 (12).

Fig. 7.10. Un muro reconstruido del Kalasasaya. Se aprecia que falta uno de los pilares y que permanece en las cercanías (13).

Fig. 7.11. La estela Ponce, un monolito en andesita con 3,7 mts. de alto.

La Puerta del Sol está esculpida con extrema precisión en un sólo bloque de granito andesítico muy duro. Tiene 4,7 mts. de largo y 2,2 en altura, pesa unas 10 toneladas y su cima está dañada, quizás producto de un terremoto. La puerta muestra tallados de gran sofisticación y cuatro profundos nichos rectangulares, cortados a una exactitud de medio milímetro (14), y sobre ella se ve un friso compuesto por cuatro líneas de escultura en bajorrelieve y una figura central tallada en altorrelieve erguida en una pirámide de tres gradas. Se cree generalmente que la figura representa a Viracocha o al dios aymara del clima Thunupa, y a veces se denomina el "dios acongojado" relacionándolo con el "grupo de dioses" de la cultura Chavín (15). El elaborado adorno de su cabeza tiene 19 proyecciones parecidas a rayos que terminan en círculos o cabezas de puma, y la figura sostiene dos cetros con semblantes de cóndor. En cada lado de la deidad central hay 48 figuras dispuestas en tres filas; las decoraciones más externas están sin terminar e incluyen 30 asistentes alados o "ángeles" con cabezas humanas o aviares, que se ven arrodillados o corriendo. Además de la figura central existen otras 11 caras frontales con máscaras solares localizadas en la fila más baja del friso (o "serpenteo"). Algunos científicos creen que estas figuras representan un calendario solar con 12 meses de 30 días cada uno (16), y asimismo se piensa que la Puerta del Sol originalmente se ubicaba en Puma Punku donde existen portales similares, aunque reducidos a escombros. 

Fig. 7.12. El lado este (probablemente el interior) de la Puerta del Sol.

Fig. 7.13. Figuras aladas que convergen en la deidad central.

Fig. 7.14. La interpretación calendárica del friso según Arthur Posnansky (17). 

Como se mencionó, la Puerta del Sol está inacabada como muchas construcciones antiguas en Sudamérica y otras partes del mundo. Hay dos posibles razones para este fenómeno: a) condiciones súbitas que hicieron imposible terminar el trabajo, y b) que la obra deliberadamente se dejó inconclusa por razones simbólicas, por ejemplo, para denotar que nuestra evolución es una empresa interminable, y según la tradición de Sabiduría Antigua apenas nos encontramos en el punto medio de nuestro viaje evolutivo en este planeta. Igualmente, la Gran Pirámide de Egipto probablemente nunca recibió su sillar de coronamiento final, y es más pequeña que el diseño total señalado por las cavidades de las cuatro esquinas (18). 


Puma Punku

Puma Punku ("puerta del puma") se emplaza a poca distancia de Tiwanaku. Su plataforma-pirámide mide unos 150 mts. cuadrados y 5 de altura, pero actualmente no está intacta ninguna de las construcciones que antes se alzaban en ella. Alrededor del sitio hay bloques mezclados de andesita y arenisca, posiblemente como resultado de un desastre natural, y que están cortados con asombrosa exactitud. Algunos de ellos tienen más de 8 mts. de largo y pesan hasta 120 toneladas (1), y de modo manifiesto las estructuras que una vez se erguían en el sitio fueron producidas con elementos de alta tecnología, pues muchas piezas labradas muestran una pasmosa similitud entre sí, tanto en diseño como en dimensiones, sugiriendo que las piedras se fabricaron previamente y que los artífices usaron un sistema de medidas y proporciones seleccionadas (2). Los motivos ornamentales son comunes e incluyen cruces, flechas, círculos, rombos y moldeado de escalinatas y nichos, y el estilo de mampostería utilizado muestra un leve parecido con aquél de Tiwanaku. 

Fig. 7.15. Ruinas megalíticas en Puma Punku.

Fig. 7.16. Reconstrucción de Puma Punku por Javier Escalante.

Como el Akapana, Puma Punku era un emblema de la montaña sagrada. Un complejo sistema de canales transportaba el agua de lluvia desde un patio hundido en la cima hacia el interior de la pirámide, y repartiéndola de una terraza a la siguiente. Por último, el agua caía en cataratas desde túneles dispuestos horizontalmente en los cimientos de la estructura. 

Fig. 7.17. Reconstrucción de una de las puertas, vista desde atrás (3).


Fig. 7.18. En Irán e India se encuentran portales similares con arquitraves esculpidos. Arriba: palacio de Darío, Persépolis. Debajo: Udayagiri, India (4).


Fig. 7.19. Piedras en forma de H elaboradas con precisión (dimensiones en mm.). Cada una tiene cerca de 80 superficies (5).


Fig. 7.20. Configuración hipotética de bloques aislados descubiertos en Puma Punku. Arriba: parte trasera. Debajo: frente (6).

Fig. 7.21. Otra piedra cuya intrincada geometría desafía las explicaciones facilistas.


Fig. 7.22. Este bloque de piedra tiene una ranura de 6 mm. de ancho que contiene agujeros taladrados, y no pudo haber sido hecha con simples herramientas de piedra o cobre. El diámetro de los pequeños hoyos varía en no más de 0,1 mm., y ya que la roca es quebradiza, debe haber sido horadada con una herramienta fija en un portabrocas, pues cualquier bamboleo habría dejado trazos visibles (7).

En Tiwanaku y Puma Punku se utilizaron grapas metálicas selectivamente. Por ejemplo, los muros laterales de las acequias hídricas en el Akapana y Puma Punku están construidos con bloques de piedra verticales, unidos con ganchos en forma de I, y Protzen piensa que esto se hizo para sostener dichos componentes en la alineación correcta. Los metales también enlazaban los enormes bloques de arenisca usados en la construcción de las cuatro plataformas en Puma Punku, siendo su rasgo único el uso del engrapado de nicho. Los enganches utilizados tenían una amplia variedad de formas y tamaños, y el hecho de que estén nivelados -incluso cuando las paredes del canal y las cavidades de esos artefactos tienen una pendiente de 12°- se interpreta usualmente como indicio de que fueron moldeados directamente en los surcos (8). El análisis espectrográfico de una grapa develó que estaba elaborada con una aleación inusual: 95,15% de cobre, 2,05% de arsénico, 1,70% de níquel, 0,84% de silicona y 0,26% de hierro (9), por lo que se habría requerido un fundidor móvil que operara a temperaturas extremadamente altas

Fig. 7.23. Jamba derecha de una puerta en Puma Punku, con multiplicidad de rasgos vinculantes. A: cavidad de grapas simple en forma de T; B: cavidad de grapa ahuecada en T en un pequeño nicho; C: compartimiento rectangular con oquedades de enganches en T apuntando en dos direcciones diferentes, sugiriendo la añadidura de bloques de construcción paralelos y perpendiculares a las puertas; D: cono.

Jean-Pierre Protzen puntualiza que las marcas de hoyos y los patrones de depresiones ahuecadas o canales se encuentran en varias piedras rústicamente labradas en Tiwanaku, lo que para él significa que se usaron martillos de piedra. Sin embargo, admite enseguida que se necesitaron herramientas más avanzadas: "(...) Para obtener terminaciones suaves, caras perfectamente planas y ángulos rectos interiores y exteriores precisos en las piedras finamente revestidas, recurrieron a técnicas desconocidas para los incas y para nosotros en esta época". 

Quizás el rasgo más destacable en el esculpido lítico de Puma Punku se aprecia en las denominadas "piedras-flecha". Los ápices en la base de la flecha se proyectan en el material de roca y bajo la superficie del diseño, con cuatro caras perfectamente planas, tres de ellas distribuidas a pares en los ángulos rectos y que eventualmente se unen a la cuarta en un punto (10). 

Fig. 7.24. Diagrama de esculpido en una "piedra-flecha".

Según Protzen, el conjunto de herramientas de los constructores debe haber incluido escuadras, reglas de borde recto, taladros y artefactos en forma de cincel y punzones. No obstante, no dice de qué material estaban hechos los últimos objetos, porque los utensilios de cobre no habrían dejado impresiones en el granito; así, para dicha roca es difícil saber cómo se hizo el trabajo de precisión que vemos en Puma Punku sin la ayuda de maquinaria avanzada. Otra posibilidad es el moldeado de piedra, pero eso requeriría un método para reducir el granito a polvo o pasta y luego endurecerlo con un aglutinante, y aún así se necesitarían herramientas sofisticadas para el acabado o producir un molde de precisión, el cual probablemente tiene que ser hecho de metal.

Puma Punku pudo haber sido destruido por un terremoto, quizás acompañado de una marejada desde el lago Titicaca, y algunas de las estructuras en el terreno más alto estuvieron cubiertas con unos 2 metros de tierra (11). En cualquier caso, puede desestimarse la versión oficial de que el complejo fue construido entre los siglos VII y VIII d. de C. con "herramientas simples", y de esta manera las ruinas podrían tener una antigüedad indecible al haber sido preservadas por el prolongado enterramiento.


Cronología

Actualmente existen 29 dataciones oficiales de radiocarbono para Tiwanaku y ninguna de ellas señala actividad humana antes del 1.500 a. de C. (1). Los arqueólogos de cabecera creen que esto "demuestra" la ausencia de personas en el sitio antes de esa fecha, pero bien puede ser sólo un pensamiento fantasioso. La versión convencional es que primero hubo asentamientos humanos cerca del lago Titicaca hace unos 14.000 años (2), pero en Bolivia existe la creencia general de que la región fue ocupada por culturas que datan del 60.000 a. de C. tales como la Vicachanense (3). Por otra parte y como se demuestra en "América Precolombina", hay evidencia de que el continente estuvo habitándose por millones de años. 

El cronista Cieza de León preguntó a los aymaras locales si los edificios en Tiwanaku eran obra de los incas, y se rieron de la pregunta repitiendo que aquéllos fueron construidos antes que ellos reinaran, y no podían afirmar o sostener quiénes las hicieron; sin embargo, escucharon de sus ancestros que todo ello había aparecido de la noche a la mañana. También señalan el avistamiento de hombres barbados en la isla del Titicaca y que esta gente erigió el edificio de Viñaque (4). De acuerdo con una tradición local, el complejo de Tiwanaku fue edificado "en el comienzo del tiempo" por el dios fundador Viracocha y sus seguidores, quienes hicieron que las piedras "fueran llevadas por el aire al sonido de una trompeta", y otra historia habla de este personaje provocando un "fuego celestial" que consumió las piedras y permitió que grandes bloques fueran levantados a mano "como si fueran de corcho" (5). 

En la actualidad, la versión oficial es que las estructuras en Tiwanaku y Puma Punku fueron construidas entre los siglos II y IX d. de C., a menudo en varias fases. A comienzos del siglo XX el arqueólogo boliviano Arthur Posnansky planteó un escenario mucho más radical, y descubrió que el Kalasasaya fue diseñado de manera que, visto desde la mitad del muro oeste, el Sol se habría levantado sobre los megalitos en las esquinas sureste y noreste del templo en los solsticios de verano e invierno respectivamente. Para tal efecto, la inclinación de la Tierra debiera haber tenido 23° 8' 48" (ó 23° 09' 54" de acuerdo a un cálculo reciente), mientras que en nuestros días es de 23° 26' 21". Basado en la teoría científica actual de que la inclinación planetaria oscila entre 21,6 y 24,6° en un período de 41.000 años, Posnansky calculó que las alineaciones solsticiales tuvieron lugar alrededor del 15.000 a. de C., aunque después lo redujo al 10.000 a. de C. (más recientemente, Neil Steede propuso como fecha el 7.000 a. de C. (6)). Según la Teosofía, la inclinación del eje gradualmente se traslada a través de 360° completos, en una tasa de 4° por cada ciclo precesional de 25.920 años (7), lo cual ubicaría la fecha de esos alineamientos en torno a unos ¡865.000 años AP!, pero no podemos asegurar que la premisa básica de Posnansky sea correcta, o que la Kalasasaya reconstruida calce con el edificio original. 

En el lado este de la Puerta del Sol y en la fila más baja del friso, se aprecian varios diseños que parecen dibujar la cabeza, orejas, colmillos y trompa de una criatura similar al elefante, la cual algunos dicen podría representar el Cuvieronius proboscídeo del Nuevo Mundo y que se extinguió hace 12.000 años, al término de la última era glacial. Cada "elefante" está compuesto en realidad por las cabezas de dos cóndores crestados y unidos por el cuello; las crestas forman las "orejas" y la parte superior de los cuellos delinean "colmillos" (en las esquinas izquierda y derecha de la figura 7.14 pueden apreciarse los buitres que determinan el centro de ambos "elefantes"; ver también las imágenes siguientes). Graham Hancock, sin embargo, afirma que el "elefante" puede ser intencional ya que los escultores de Tiwanaku a menudo empleaban una imagen para representar otra; por ejemplo, la oreja de una cara humana aparente puede convertirse en el ala de un pájaro (8). 


Fig. 7.25. Arriba: fotografía de la Puerta del Sol tomada en 1904 (9). Debajo: ampliación del "elefante" en el lado derecho.


Fig. 7.26. Dos animales de cola larga y no identificados están esculpidos en esta estatua de 2,13 mts., encontrada en el templo semisubterráneo durante 1934 (arriba). Algunos sostienen que las figuras representan al toxodon (debajo), un gran animal parecido al hipopótamo que se extinguió en el área de Tiwanaku hace más de 12.000 años, pero el parecido está lejos de ser perfecto.

Se dice que el toxodon ha sido "identificado" en varios fragmentos alfareros de Tiwanaku y piezas de escultura, y Posnansky menciona que algunas figuras en la Puerta del Sol están representadas con tres dedos en los pies, quizás para distinguir a humanos de dioses. El autor también plantea que esto puede relacionarse con el conocimiento del toxodon, del que precisamente algunos ejemplares tenían tres dedos, o del Macrauchenia, un mamífero tridáctilo de cuello largo y grandes miembros que se extinguió hace unos 20.000 años (10). No obstante y como de costumbre, estas hipótesis son combatidas denodadamente por los científicos de cabecera. 

El escritor teosófico Fred J. Dick prestó atención al siguiente relato andino, como fue registrado por Cieza de León: 

"(...) Antes que los incas reinasen en estos reinos [sic] ni en ellos fuesen conocidos, cuentan estos indios otra cosa muy mayor que todas las que ellos dicen, porque afirman questuvieron [sic] mucho tiempo sin ver el sol, y que padeciendo gran trabajo con esta falta, hacian grandes votos é plegarias á los que ellos tenían por dioses, pidiéndoles la lumbre de que carecian; y questando desta suerte, salió de la isla de Titicaca, questá dentro de la gran laguna del Collao, el sol muy resplandeciente, con que todos se alegraron" (11). 

Una interpretación es que esta historia se refiera a una época cuando la Tierra estaba "recostada" hacia un lado, como consecuencia del cambio continuo en la inclinación del eje planetario. En la latitud de Tiwanaku (16,5°S) la alternancia normal del día y la noche habría continuado hace unos 325.000 años, luego de un periodo de otros 214.000 en que los ciclos permanentes de luz y oscuridad cada año habrían tenido hasta varios meses de duración (12). 

En varios continentes se han hallado esqueletos humanos gigantescos. Conforme con la literatura teosófica, los humanos tuvieron ancestros titánicos, como también muchas especies de animales y plantas. La humanidad ha estado declinando gradualmente en altura a partir de los atlantes, y desde hace unos 500.000 años muchos humanos no tenían más de 3 ó 3,7 mts. de altura (13). Blavatsky afirma que las ruinas megalíticas que existen por todo el mundo fueron el trabajo de gigantes, incluyendo las de Stonehenge (Inglaterra), Carnac (Bretaña) y América. También menciona una tradición americana local de que seres con estatura muy elevada invadieron América tan pronto cuando ésta se alzó de las aguas. Como ya se mencionó, hay leyendas que cuentan que las estructuras más antiguas de Tiwanaku y también la enorme pirámide de Cholula en México fueron construidas por una raza colosal (14). 

Según Posnansky, el Kalasasaya está orientado a 1° al este, mientras que el Akapana, el templo semisubterráneo y las plataformas de Puma Punku están situadas a 2,8° este (15), aseverando que las últimas estructuras son más antiguas que el Kalasasaya, pero que fueron modificadas en tiempos posteriores. Posnansky presta atención al extremo nivel erosivo mostrado por algunas de las piedras en Tiwanaku y Puma Punku, concluyendo que deben haber estado expuestas a los elementos por muchos miles de años, y que desde entonces muchas fueron encontradas totalmente cubiertas con lodo aluvial; incluso, esas rocas bien podrían tener de facto una extrema antigüedad en los lugares donde pueden haber permanecido por largas eras (16). La Puerta del Sol fue redescubierta yaciendo "boca abajo" en el suelo, y su lado oeste (probablemente el exterior, aunque a menudo llamado "parte trasera") está mucho más erosionado que el oriental. Fred Dick pensaba que podría tener al menos 10.000 años de antigüedad, pero que es improbable atribuirle más de 80.000 dado que la puerta tiene menos de 2 mts. de alto; no obstante, otras ruinas en Tiwanaku y otros sitios peruanos "incas" podrían remontarse a cientos de miles de años y constituir el trabajo de gigantes auténticos (17). 

Todo lo que se puede decir con certeza es que todavía existen muchísimos aspectos por aprender sobre la cronología, las costumbres y los métodos de construcción de las culturas que ocuparon el área de Tiwanaku.

Fig. 7.27. El lado oriental de la Puerta del Sol (18).


Referencias

1. Cliff Ollier y Colin Pain, The Origin of Mountains, London: Routledge, 2000, p. 112-27; "Continentes hundidos vs. deriva continental". 

2. "Hallan civilización perdida en Bolivia", 2004, http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_3587000/3587708.stm; "Hallazgo milenario en el Titicaca", 2001, www.rionegro.com.ar/arch200111/s23g01.html. 

3. "Viracocha", http://en.wikipedia.org/wiki/Viracocha; "Tiwanaku", http://en.wikipedia.org/wiki/Tiwanaku. 

4. Alan L. Kolata, The Tiwanaku: Portrait of an Andean civilization, Cambridge, MA: Blackwell, 1993, p. 204. 

5. Igor Witkowski, Axis of the World: The search for the oldest American civilization, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 2008, p. 186; "Los secretos latentes en Isla de Pascua y el Pacífico", sección 7.


Centro ceremonial

1. Kolata, The Tiwanaku, p. 90. 
2. Graham Hancock y Santha Faiia, Heaven’s Mirror: Quest for the lost civilization, London: Michael Joseph, 1998, p. 271, 304. 

3. The Tiwanaku, p. 115. 
4. Ibídem, p. 116. 
5. Bert Thurlings, Verborgen geheimen van de mensheid ("Secretos escondidos de la humanidad"), vol. 2, Soesterberg: Aspekt, 2008, p. 276-7. 

6. Jean-Pierre Protzen y Stella E. Nair, "On reconstructing Tiwanaku architecture", The Journal of the Society of Architectural Historians, v. 59, n° 3, 2000, p. 358-71 (p. 367). 

7. "Akapana 2008 Expedition", www.akakor.com/english/akap-uk.htm. 
8. Alan Murphy, Bolivia Handbook, Lincolnwood, IL: Passport Books, 1997, p. 115. 
9. www.ancient-wisdom.co.uk/Boliviatiahuanaco.htm. 
10. www.pbase.com/mr2c280/image/17018340. 
11. www.gerty.ncl.ac.uk/images/R_009.jpg; Graeme R. Kearsley, Inca Origins: Asian influences in early South America in myth, migration and history, London: Yelsraek Publishing, 2003, p. 291.

12. http://cg.cis.upenn.edu/tiwanaku/Timeline.pdf. 
13. www.atlantisbolivia.org/tiwanakucalendar.htm. 
14. W.R. Corliss (compilación), Ancient Infrastructure: Remarkable roads, mines, walls, mounds, stone circles, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 1999, p. 314-17. 

15. "Glossary of terminology of the shamanic & ceremonial traditions of the Inca medicine lineage", www.incaglossary.org/fg.html. Para una interpretación "teosófica" de las imágenes, ver Fred J. Dick, "Tiahuanaco, Bolivia, and its significance", The Theosophical Path, agosto 1925, p. 118-25; Fred J. Dick, "Studies in symbolism", The Theosophical Path, julio 1915, p. 6-13. 

16. The Tiwanaku, p. 148; Michael E. Moseley, The Incas and their Ancestors: The archaeology of Peru, London: Thames & Hudson, 2001, p. 219-20; Arthur Posnansky, Tihuanacu: The cradle of American man, New York: J.J. Augustin Publisher, 1945, 2: 3-43. 

17. Tihuanacu, v. 2, fig. 5. 
18. "Los misterios de Giza", parte 2.


Puma Punku

1. W.R. Corliss (compilación), Ancient Structures: Remarkable pyramids, forts, towers, stone chambers, cities, complexes, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 2001, p. 52-60. 

2. Jean-Pierre Protzen y Stella Nair, "Who taught the Inca stonemasons their skills? A comparison of Tiahuanaco and Inca cut-stone masonry", Journal of the Society of Architectural Historians, v. 56, n° 2, 1997, p. 146-67.

3. Protzen y Nair, "On reconstructing Tiwanaku architecture", p. 365. 
4. Kearsley, Inca Origins, p. 289-90. 
5. Witkowski, Axis of the World, p. 228. 
6. "On reconstructing Tiwanaku architecture", p. 370. 
7. Axis of the World, p. 216, 222-3. 
8. "Who taught the Inca stonemasons their skills?", p. 162-3. 
9. Hancock y Faiia, Heaven’s Mirror, p. 304. 
10. "Who taught the Inca stonemasons their skills?", p. 156-7. 
11. Ancient Structures, p. 55-6.


Cronología

1. Sean Hancock, "An interpretation and critique of the radiocarbon database for Tiahuanaco", 2001, www.grahamhancock.com/forum/HancockS2-p1.htm; Garrett Fagan, "An answer to Graham Hancock", www.hallofmaat.com/modules.php?name=Articles&file=article&sid=18. 

2. Kolata, The Tiwanaku, p. 56. 
3. Bolivia Diplomatic Handbook, Washington, DC: International Business Publications, 2008, p. 36 (http://books.google.co.uk). 

4. Citado en The Tiwanaku, p. 3. 
5. Andrew Collins, Gods of Eden: Egypt’s lost legacy and the genesis of civilisation, London: Headline, 1998, p. 58-60; "Gravedad y antigravedad", parte 7. 

6. Posnansky, Tihuanacu, 2: 87-105; Thurlings, Verborgen geheimen van de mensheid, p. 286-90; "From Tiahuanaco to the Giza Plateau", www.andrewcollins.com/page/conference/Qc00/speakers/speaker_steede.html. 

7. "Inversiones polares y catástrofes geológicas", parte 4.
8. Graham Hancock, Fingerprints of the Gods: A quest for the beginning and the end, London: Heinemann, 1995, p. 84-6. 

9. Tihuanacu, v. 2, lámina 45. 
10. Ibídem, 2: 134-7. 
11. Fred J. Dick, "Notes on Peruvian antiquities", The Theosophical Path, diciembre 1915, p. 441-51 (p. 447); "Tiahuanaco, Bolivia, and its significance", p. 123. 

12. "Inversiones polares y catástrofes geológicas", partes 4 y 5.
13. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 2: 276-80, 293, 336-40, 753-6; revista Lucifer, enero 1891; "Orígenes humanos", sección 4, y "Secret cycles", sección 2, http://davidpratt.info. 

14. La Doctrina Secreta, 2: 276 pie de página, 337-8, 341. 
15. Tihuanacu, 2:54-6. 
16. Ibídem, 2: 96-9. 
17. "Notes on Peruvian antiquities", p. 445-7. 18.www.archaeology.org/interactive/tiwanaku/qanda.html.

[N.del T.: Recomendamos también el documental "Los Secretos de Tiwanaku", producido por Miguel Montaño (enlace aquí)].  

8 de febrero de 2022

Civilizaciones perdidas de los Andes (4 de 5)

Por David Pratt
Enero 2010, actualizado junio 2019


Contenidos:

06. Sitios "incas"
-A. Cuzco
-B. Sacsayhuamán
-C. Qenko
-D. Tambo Machay
-E. Písac
-F. Ollantaytambo
-G. Macchu Picchu
-H. Raqchi
-I. Sillustani y Cutimbo
-J. Túneles


06. Sitios "incas"



A. Cuzco

A menudo se afirma que la palabra Cuzco (también Cusco, o en quechua Qosqo), el nombre de la capital inca, significa "ombligo del mundo", aunque sería más exacta la acepción "placenta del mundo" (1). Situada a una altitud de 3.300 mts., la ciudad se diseñó en la forma de un puma, el animal que simbolizaba la dinastía inca. Su "cuerpo" se extiende entre los ríos canalizados de Tullumayo y Saphimayo, y el área de la "cola" está formada por la confluencia de ambos, teniendo por nombre Pumaqchupan ("cola del puma"), en la que también existe una calle llamada Pumakurko ("columna vertebral del puma"). Huacaypata, una plaza ceremonial de la que salían cuatro caminos principales hacia cada esquina del imperio, marca el "vientre" del felino y su cabeza es el cerro de Sacsayhuamán, con las tres murallas en zigzag de la "fortaleza" que dibujan su perfil (y no sus dientes, como se afirma a menudo). Sin embargo, el nombre de Sacsayhuamán se interpreta usualmente como "halcón moteado" o "halcón satisfecho" y no tiene nada que ver con el mamífero; más aún, el largo perfil es más parecido a un perro (2), lo cual es consistente con la idea de que Sacsayhuamán no es obra inca y que Cuzco fue adaptada a una estructura preexistente

Fig. 6.A1. Cuzco con la forma de un puma (3).

Cuando los españoles llegaron a Cuzco quedaron deslumbrados por su belleza, y especialmente por el Templo del Sol, originalmente llamado Inti Kancha y ahora Coricancha (también Koricancha, o en quechua Qoriqancha que significa "recinto dorado"). Compuesto de cuatro pequeños santuarios y un templo más grande situado alrededor de un patio central, era el lugar más importante en el imperio inca y fue construido sobre un sitio sacro más antiguo. Estaba dedicado principalmente a Viracocha, el dios creador, y a Inti, la divinidad solar, y tenía santuarios subsidiarios para la Luna, Venus, las Pléyades y varias deidades del clima. 

Las murallas de granito maravillosamente esculpidas del templo estaban recubiertas con más de 700 hojas de oro puro que pesaban alrededor de dos kilogramos cada una; el espacioso patio estaba repleto de esculturas zoomorfas en tamaño real y albergaba un campo de maíz, todo fabricado del mismo metal; los pisos también se cubrían de oro sólido, y mirando al lugar del Sol naciente había una enorme imagen dorada del Astro Rey incrustado en esmeraldas y otras piedras preciosas. Todo este trabajo áureo fue rápidamente robado y derretido por los españoles, quienes posteriormente construyeron la iglesia de Santo Domingo sobre los cimientos del templo. En el centro del Coricancha y señalando un lugar conocido como Cuzco Cara Urumi ("piedra ombligo descubierta"), existe un cofre de piedra octogonal que una vez estuvo revestido con 55 kgs. de oro puro (4). 

El Coricancha fue dañado considerablemente por los españoles en el siglo XVII, aunque la iglesia que construyeron encima ha sufrido seria devastación por terremotos, mientras que las murallas de piedra "incas" originales y magníficamente construidas todavía permanecen en pie

Fig. 6.A2. El Coricancha.

Fig. 6.A3. Nótese la pequeña piedra del tamaño de un dedo pulgar (el área se ha ennegrecido al ser tocada tantas veces). La piedra mantiene su forma trapezoidal en toda su extensión a través de la muralla externa que tiene casi un metro de espesor (5).

Fig. 6.A4. Arquitectura lítica en el Coricancha.

Fig. 6.A5. La famosa piedra de 12 ángulos, calle Hatunrumiyoc, Cuzco.

Fig. 6.A6. Detalle de un muro en Cuzco.


B. Sacsayhuamán

Sacsayhuamán (también Saqsaywaman) es una de las maravillas de la antigua Sudamérica; de hecho, representa una de las construcciones más formidables jamás construidas en el mundo. Emplazado en la cima de un alto cerro, un lado del complejo se extiende a lo largo de un acantilado con imponente vista hacia Cuzco, y en su sector opuesto se alzan tres terrazas sostenidas por tres imponentes muros megalíticos de hasta 6 mts. de altura, hechos con bloques poligonales ciclópeos y perfectamente ensamblados que zigzaguean a través de la meseta por cerca de 400 mts. Se estima que el volumen total de roca tiene más de 6.000 metros cúbicos, y cada bloque tiene una forma diferente. Los muros contienen las piedras más monumentales jamás usadas en el antiguo Perú, en particular la más externa de las tres murallas. Algunas de las rocas más grandes miden 3,1 mts. de alto por 1,8 de ancho, 5 por 1,9 mts., 4,3 por 3,7 mts. y 4,3 por 2,4 mts., mientras que otras tienen incluso 2,7 mts. de espesor y pueden exhibir hasta 12 ángulos. Los más pesados llegan a las 150 toneladas, e incluso existe un bloque de 8,5 mts. en altura con una masa estimada de 355 toneladas (1). Los españoles destruyeron muchos de los edificios interiores, pero sólo consiguieron demoler los tres metros superiores de los muros en zigzag donde se usaron los bloques más pequeños, puesto que las gigantescas rocas en las gradas más bajas son prácticamente inamovibles

Fig. 6.B1.

Fig. 6.B2.

Algunos autores sostienen que las paredes externas en zigzag imitan la lejana cadena montañosa, o bien simbolizan a Illapa, la deidad del trueno y del relámpago. También se afirma que representan los tres niveles del cosmos andino: el inframundo, la superficie de la Tierra y el cielo, identificados a su vez con los tres animales sagrados que son la serpiente, el puma y el cóndor respectivamente (2). 

Se emplearon varios tipos de roca, incluyendo enormes bloques de diorita procedente de las cercanías para las murallas externas, caliza de Yucay llevada por un trecho superior a 15 kms. para los cimientos, y un tipo de andesita negra transportada por hasta 30 kms. en el caso de los edificios interiores. Aunque los bloques gigantescos fueron ensamblados con un grado casi estrafalario de exactitud, sus caras se dejaron toscas deliberadamente y muchas muestran extrañas huellas de "rasguño", por lo que parecen estar sin concluir. De esta forma, se aprecia un gran contraste entre los lados pulidos a la perfección (ocultos) que calzan ininterrumpidamente, y las caras más toscas del exterior, quizás simbolizando al espíritu y la materia respectivamente

Fig. 6.B3.

El cronista Garcilaso de la Vega describió la "fortaleza" de Sacsayhuamán como "la obra mayor y más soberbia" construida por los incas:

"La obra mayor y más soberbia que mandaron hacer para mostrar su poder y majestad, fue la fortaleza del Cozco, cuyas grandezas son increíbles a quien no las ha visto, y al que las ha visto y mirado con atención le hacen imaginar, y aun creer, que son hechas por vía de encantamiento, y que las hicieron demonios y no hombres; porque la multitud de las piedras, tantas y tan grandes, como las que hay puestas en las tres cercas (que más son peñas que piedra), causa admiración imaginar cómo las pudieron cortar de las canteras de donde se sacaron, porque los indios no tuvieron hierro ni acero para las cortar ni labrar" (3).

Fig. 6.B4.

Fig. 6.B5.

En vista de la gran variedad de objetos sagrados y rituales hallados en Sacsayhuamán, en la actualidad se lo considera más un centro ceremonial que una fortaleza. Garcilaso de la Vega relató que sólo los miembros de la realeza podían ingresar al complejo sacrosanto, porque esta era "una casa dedicada al Sol", y también aseveró que su edificación fue iniciada bajo el reinado de Pachacútec (muerto en torno a 1471) o de su hijo Yupanqui, y que tardaron 50 años para completarlo (4), pero el conquistador Pedro Sancho de la Hoz sostuvo que fue construido por el hombre que fundó Cuzco y vino desde el Contisuyu, la región suroeste del imperio, en dirección al Océano Pacífico (5). Cieza de León pensaba que habrían participado unos 20.000 hombres en su construcción: 4.000 cortadores de rocas en las canteras, 6.000 encargados de arrastrarlas por rodados de madera hacia el sitio, y otros 10.000 que terminaban los bloques y los calzaban. 

Fig. 6.B6.

Fig. 6.B7.

La idea de que "el templo en Sacsayhuamán fue construido en su totalidad hace sólo unos pocos cientos de años y usando nada más que herramientas primitivas", es tan estúpida que sólo un arqueólogo obcecado podría soñar con ella. No se han dejado registros que describan cuándo y cómo fue erigido, pues únicamente hay deducciones hechas por escritores posteriores, y como ya se sabe, las murallas externas podrían tener cientos de miles de años en antigüedad. Los incas pueden sólamente haber reparado las secciones superiores de los muros zigzagueantes y construido las estructuras menores al interior de las paredes

Carlos Fernández-Baca Tupayachi cree que las murallas megalíticas datan de una era muy remota, sugiriendo que los bloques fueron realizados al rellenar moldes con piezas líticas suavizadas, y que dichos moldes consistían en marcos de madera con pieles de animales extendidas sobre ellos. En su opinión, las marcas circulares y rectangulares en la cara de las piedras se produjeron cuando los bloques estaban aún en condición plástica. Tupayachi también presta atención a las señales que apuntarían a "burbujas de aire" que quedaron atrapadas en los bloques durante el proceso de manufacturación, y a un bloque con una cavidad en que se inserta una piedra más pequeña (6). 

Fig. 6.B8.

Fig. 6.B9. Una piedra pequeña inserta en una más grande.

En la cumbre aplanada del cerro situado dentro de los muros existían varios edificios de sillar fino, incluyendo la torre circular de Muyu Marca y otras dos rectangulares, pero hoy sólo permanecen sus cimientos. Muyu Marca tenía 30 mts. de alto y tres murallas concéntricas, de las cuales la pared exterior medía 24 mts. de diámetro. Este sitio fue construido como residencia imperial y se cuenta que también estaba cubierto con láminas de oro; además gozaba de un constante suministro de agua fresca encauzada mediante un elaborado sistema de canales de piedra finamente trabajados, desde un acueducto subterráneo que conducía a un manantial a tres kilómetros de distancia. Según Garcilaso, las torres estaban conectadas entre sí por túneles subterráneos ("chincanas"). 


Fig. 6.B10. Arriba: cimientos de Muyu Marca. Debajo: reconstrucción de la capital de Poseidonis (la "Atlántida" de Platón). Algunos escritores piensan que puede haber un parecido muy significativo.

Opuesto a las tres murallas de Sacsayhuamán, se ubica un gran afloramiento de diorita volcánica conocido como el Rodadero (o "lugar de deslizamiento"), parte del cual está desgarrado con profundas estriaduras glaciales que actualmente sirven como togobanes, y tiene sectores que están intrincadamente esculpidos en forma de escaleras, "banquillos" y "tronos". 

Fig. 6.B11. El Rodadero.

Fig. 6B12. "Banquillos" cuidadosamente cortados en la roca sólida. Sería interesante ver a Jean-Pierre Protzen intentando emular este extraordinario trabajo con su técnica de machacado...

Fig. 6.B13. Toboganes.


C. Qenko

Qenko (o Kenko, derivado de un vocablo quechua que quiere decir "laberinto" o "zigzag") se localiza a 1,5 kms. al este de Sacsayhuamán y consiste en formaciones de caliza seriamente erosionadas y esculpidas con una gran variedad de escalones y terrazas, estrechos canales en zigzag y figuras zoomorfas tales como un puma, un cóndor y una llama. También contiene cuevas, túneles, escaleras y nichos. En la base y rodeado por un muro elíptico de baja altura, se sitúa un monolito dentado de 4 mts. de alto y parecido al "heelstone" de Stonehenge. 

Fig. 6.C1.

Fig. 6.C2.

Fig. 6.C3.

En tiempos de los incas se celebraba un festival anual en que los sacerdotes derramaban sangre de llama sacrificada contenida en un cuenco sobre la cumbre serpenteante del ducto principal, que también corría en zigzag. Si la sangre fluía por la bifurcación izquierda, era un mal presagio para la fertilidad del año venidero, pero si rezumaba a lo largo del canal y hacia las rocas de más abajo, era considerado como buen augurio. 

Fig. 6.C4. Canal ritual en zigzag.

Qenko comparte algunos rasgos con el Rodadero. En el primer sector, las rocas configuradas a más pequeña escala incluyen el monolito Sayhuite, una piedra que presenta más de 200 figuras geométricas/zoomorfas y cercano al pueblo de Abancay, y otra esculpida en Concacha, también próxima a aquélla localidad. En otras partes del mundo también existen estructuras similares de rocas labradas como las escaleras esculpidas, plataformas y cavernas de Udayagiri/Khandagiri cerca de Bhuvaneswar, India, y el enorme monumento submbarino fuera de la costa de Yonaguni, la más austral de las islas japonesas de Ryukyu (1). 

Fig. 6.C5. El monolito Sayhuite, que más bien se asemeja a un modelo en escala.


Fig. 6.C5. Udayagiri y Khandagiri (2).

Fig. 6.C6. Ilustración de Yonaguni.


D. Tambo Machay

Fig. 6D1. Tambo Machay, un sitio para baños rituales, consiste en enormes muros de piedra adornados con elegantes nichos, y tiene una serie de cascadas de agua provista por canales ocultos al interior de la estructura.

Fig. 6D2. Detalle del impecable trabajo en piedra (1).


E. Písac

Fig. 6.E1. La citadela en ruinas de Písac. El Templo del Sol está construido en torno a un afloramiento volcánico transformado en un intihuatana o "lugar para atar al Sol". Los ángulos de su base sugieren que sirvió para alguna función astronómica.


F. Ollantaytambo

Ollantaytambo, localizado a 50 kms. de Macchu Picchu en el extremo norte del Valle Sagrado, comprende un pueblo distribuido en forma de malla, una propiedad real y un centro ceremonial. Este último, comúnmente llamado "fortaleza", adopta la forma de un vasto "anfiteatro" de andenería que se extiende en una ladera cóncava y empinada hacia una cresta plana a 80 mts. de altura. Una serie de escaleras conduce a la cima del complejo de terrazas, donde el sitio se divide en tres divisiones principales: el sector sur del templo (izquierda), la parte central directamente en frente de las terrazas y el área norte funeraria (derecha). 

Fig. 6.F1. Las terrazas de Pumatallis, circundadas por flancos de roca al sur y al norte, forman un magnifico "anfiteatro".

La destacada mampostería de rocas poligonales y cortadas en la zona del templo contrasta con los edificios de los otros dos sectores, que están hechos en piedra bruta y mortero. La sección del templo tiene su acceso a través de una escalera que termina en una terraza con el Muro de la Puerta Inconclusa y el Recinto de los Diez Nichos, el cual consta de una habitación. Tras ellos hay un espacio abierto con la Plataforma del Sillón Esculpido y dos paredes monumentales sin terminar (la Primera y Segunda Murallas). Más arriba se ubica la principal estructura de todo el sitio, el Templo del Sol, una edificación inacabada de la que destaca el Muro de los Seis Monolitos, considerado "la joya de Ollantaytambo". 

Las estructuras interminadas en el Templo del Cerro y los numerosos bloques de piedra desperdigados (algunos sobre las 100 toneladas) indican que la construcción estaba aún en progreso durante la época en que se desalojó el sitio. Claramente ciertos bloques han sido removidos de otras murallas terminadas, demostrando que estaba teniendo lugar una gran reconstrucción. Los incas usaron Ollantaytambo como fuerte para proteger la entrada a Cuzco desde el valle de Urubamba, pero no hay razón para creer que el complejo en su totalidad haya sido construido por ellos en el siglo XV, pues es mucho más probable que, como en Sacsayhuamán, los incas sólamente remodelaran y agregaran secciones a las obras que ya existían en el lugar.

Fig. 6.F2. El Muro de la Puerta Inconclusa, adyacente al Recinto de los Diez Nichos.

Fig. 6.F3. El Recinto de los Diez Nichos.

Fig. 6.F4. Parte del Recinto de los Diez Nichos.

Fig. 6.F5. Detalle del Muro de la Puerta Inconclusa.

Fig. 6.F6. El Muro de los Seis Monolitos (pared sureste en el Templo del Sol).

La piedra de mayor tamaño en el Muro de los Seis Monolitos tiene unos 4,3 mts. de alto, 2,1 de ancho, 1,8 de espesor y pesa alrededor de 50 toneladas. Los monolitos están unidos con estrechas piedras laminadas, un estilo que no se encuentra en ninguna otra parte del imperio inca, y gran parte de su superficie presenta un pulido muy fino, como también una variedad de picaportes, protuberancias, marcas de trabajo e indentaciones. El motivo escalonado que aparece como bajorrelieve en una de las piedras se encuentra ampliamente difundido por Tiwanaku, pero no así en Cuzco. En Egipto se usó el mismo motivo como jeroglífico y símbolo para la piedra Benben, el emblema de la vida inmortal

Fig. 6.F7. Las otras murallas del Templo del Sol están toscamente construidas con bloques reconvertidos, y los amplios espacios están rellenados con trabajo de escombros.

En Ollantaytambo se utilizó una asombrosa variedad de rocas como riolita, riolita de toba volcánica, riolita breccia, andesita, andesita fuertemente alterada, piedra caliza e ignimbrita. La riolita rosada (porfirio o granito rojo), una materia ígnea muy dura, fue empleada en el Templo del Sol y en la Primera y Segunda Murallas, mientras que la riolita volcánica se destinó para construir los muros de piedra cortada de la terraza y el Recinto de los Diez Nichos. Entretanto, se trajo riolita rosada desde las canteras de Kachiqhata, a unos 5 kms. de distancia, pero aún no se ha identificado el origen de los tipos restantes. 

Los bloques de Kachiqhata tuvieron que ser traídos desde la parte inferior del escarpado flanco de la cantera, bajando por un cañón de pared vertical y luego llevados a través del río y colocados en su posición actual. En 1996 un grupo de arqueólogos intentó demostrar cómo se hizo este procedimiento, con una piedra relativamente débil de una tonelada que, camino de la cantera, resbaló cerro abajo de las cuerdas que la sostenían y rodó hasta el río. El equipo consiguió arrastrarla sobre los adoquines en el fondo del río de poca profundidad, pero entonces la abandonaron en el agua declarando que "habían probado la manera" en que fueron transportados los bloques (1). 

Como se mencionó anteriormente, en varios de los bloques de Ollantaytambo se encuentran cavidades en T para grapas de metal en I. Las grandes piezas líticas desprendidas y halladas en el Coricancha muestran moldes en forma de T, doble T y U para ganchos metálicos, y el mismo método también fue usado en Tiwanaku. Protzen puntualiza que bajo una rústica muralla de Ollantaytambo hay una fila de cuatro rocas de andesita verde y fuertemente alterada, con caras muy planas y de igual altura sobre un cimiento de piedras similares y recubiertas con pulcritud, lo cual no encaja con el estilo normal inca, pero sí muestra un asombroso parecido a la mampostería en la pirámide Akapana de Tiwanaku (2). 


G. Macchu Picchu

La impresionante citadela de Macchu Picchu se extiende en una cresta estrecha a 2.450 mts. sobre el nivel del mar, entre las montañas de Macchu Picchu ("picacho viejo") y Huayna Picchu ("picacho joven"), y tiene vista al río Urubamba que corre 450 mts. más abajo. Supuestamente Macchu Picchu fue construida por órdenes del inca Pachacuti como retiro real y centro sagrado, comenzando en torno a 1450, y menos de 100 años después fue abandonada en tiempos de la conquista española antes que las obras estuviesen terminadas. Aunque sólo se ubica a unos 75 kms. de Cuzco, la remota e inaccesible locación nunca fue descubierta por los españoles. El sitio permaneció olvidado por muchos siglos y era conocido sólo para lugareños, hasta que fue redescubierto en 1911 por el explorador norteamericano Hiram Bingham, quien pasó los siguientes años rescatándola de la selva.  

Fig. 6.G1. La citadela de Macchu Picchu con el Huayna Picchu al fondo.

Las construcciones están hechas de granito gris-blanco regional y la calidad del trabajo lítico varía considerablemente, lo que no se debe por fuerza a que las edificaciones sagradas siempre tengan una mayor elaboración que las de tipo residencial o más mundano. Los bloques megalíticos más grandes y el trabajo de mayor finura siempre se localizan en los niveles más bajos de las construcciones, y como en otros sitios ciertas estructuras o partes de ellas indudablemente son anteriores a los incas. 


Fig. 6.G2. Diferentes estilos de mampostería.

Fig. 6.G3. El exquisito mosaico en el Muro de los Artesanos.

Fig. 6.G4. Mampostería ciclópea.

Fig. 6.G5. Una enorme pieza lítica en la Sacristía. Otro bloque poligonal tiene 32 ángulos.

El sistema para el manejo del agua en Macchu Picchu es una obra maestra. Existe una fuente natural cuyo rendimiento está aumentado por una muralla de piedra permeable cuidadosamente diseñada y construida que se sitúa al interior de la escarpada ladera. Los ingenieros construyeron un canal de 749 mts. de largo, comúnmente de 4 a 5 pulgadas en tamaño, y capaz de llevar 300 litros por minuto a Macchu Picchu en un gradiente relativamente estable a cerca del 3%. Si la pendiente hubiera sido demasiado escarpada, el agua habría saltado fuera del canal, y si el conducto fuera muy poco profundo el líquido fluiría más lentamente a la primera de las 16 fuentes expertamente diseñadas. El sistema de drenaje es otro impresionante rasgo de ingeniería, y se estima que un 60% del trabajo de construcción en Macchu Picchu fue subterráneo, incluyendo los drenajes y las bases para los cientos de murallas requeridas para crear espacios planos y construibles (1). 

Fig. 6.G6. El primer manantial y situado a más altura, magníficamente construido.

Fig. 6.G7. Más de 100 tramos de empinados escalones de piedra, a menudo esculpidos en un sólo bloque de granito, conectan palacios, templos, almacenes y terrazas. 

El trabajo en roca más fino se halla en el Distrito Sagrado. El Templo del Sol (o Torreón) es un edificio en forma de torre semicircular cuyos escalones esculpidos y bloques líticos suavemente unidos calzan prolijamente en el relieve de un canto rodado natural, que servía como una especie de altar. Una ventana provee vistas del amanecer en el solsticio de junio y la constelación de Pléyades. Además, bajo el templo existe una caverna conocida como Tumba Real, que exhibe más labor en piedra e igualmente espléndida. 

Fig. 6.G8. El Templo del Sol (2).


Fig. 6.G9. La "Tumba Real".

Fig. 6.G10. El Templo de las Tres Ventanas.

Fig. 6.G11. Templo de las Tres Ventanas. Nótese la mampostería inferior en la cima de los bloques megalíticos.

Fig. 6.G12. El Templo Principal. La muralla oriental (derecha) ha cedido, causando que se inclinara hacia fuera y empujando con ella parte del muro trasero (3).

Desde el Templo Principal, una escalera de piedra lleva a la cumbre del montículo piramidal céntrico, coronado por el intihuatana ("lugar donde se ata al Sol") y esculpido fuera de la roca firme. Aunque muestra alineamientos solares con los equinoccios y solsticios cuando se empleaba como punto de avizoramiento hacia montañas distantes, no constituye en absoluto un "proyector de sombras" ideal o "lugar de vigilancia". En su base hay representaciones esculpidas de las cuatro principales constelaciones que se cree regían las cuatro esquinas del imperio inca: la Cruz del Sur, el Triángulo estival, los brillantes "ojos estelares" en la constelación de la nube oscura en nuestra galaxia (conocida por los incas como la "Llama") y las Pléyades (4). 

Fig. 6.G13. La intihuatana. En 2000 una grúa cayó sobre ésta durante la filmación de un comercial de cerveza y rompió un fragmento de roca.

Fig. 6.G14. El Templo de la Luna, localizado en una gruta a 400 mts. bajo la cumbre del Huayna Picchu (5).


H. Raqchi

Fig. 6.H1. Templo de Viracocha en Raqchi, a medio camino entre Cuzco y Juliaca. El muro central tiene 92 mts. de largo y 12 de alto, aunque solía exhibir mayor envergadura. La parte inferior está hecha de andesita y la parte superior de adobe. El templo tenía un ancho de 25,5 mts. (1).


I. Sillustani y Cutimbo

Las chullpas (o chulpas), comúnmente descritas como torres sepulcrales o de enterramiento para los nobles y sus familias, se encuentran a través del altiplano de Perú-Bolivia y muchas son atribuidas al pueblo aymara (1). Estas torres pueden ser cilíndricas o rectangulares, altas o bajas, y elaboradas en piedra o adobe. El grueso de las estructuras es sólido y tienen pequeñas entradas de cara al este o lugar del Sol naciente. Se encontraron cuerpos de adultos y niños en varias chullpas, usualmente en posición fetal; algunos piensan que las torres comenzaron a construirse alrededor del 1.000 d. de C. y que su uso continuó durante la ocupación inca en los años 1400. Varias de estas tumbas han sido dinamitadas por saqueadores, mientras que otras fueron dejadas sin terminar. Es interesante destacar que también se encuentran estructuras similares (llamadas "tupas") en Isla de Pascua (2).

Fig. 6.I1. Chullpa en Macaya, Bolivia.

Fig. 6.I2. Chullpa en Sillustani, Perú.

Sillustani es un sitio con vista al lago Umayo a unos 35 kms. al noroeste de Puno, un pueblo en las costas del lago Titicaca. En este sector no hay sólamente chullpas de aspecto tosco como en la figura anterior, sino también varias otras que exhiben una destacada mampostería. Ciegamente, los principales arqueólogos asignan la totalidad de ellas a los kollas, una tribu aymara que pobló el sitio.


Fig. 6I3. La Torre del Lagarto en Sillustani, 12 mts. de alto. En una de las piedras se ve un lagarto esculpido, símbolo de la regeneración.

Fig. 6.I4. Acercamiento de los bloques en andesita minuciosamente cortados.

Fig. 6.I5. Otra torre en Sillustani.


Fig. 6.I6. Entradas de cara al este (3).

Las dos chullpas de las imágenes siguientes se encuentran en el sitio de Cutimbo, unos 30 kms. al suroeste de Puno. Nótese la mampostería poligonal. 


Fig. 6.I7. (4).

Es interesante establecer una comparación con las numerosas torres cilíndricas de Irlanda, que son más altas (de 18 a 40 mts.) y contienen dos o más pisos con ventanas. La porción más baja es de mampostería sólida, y la puerta de cara al este se alza hasta 5 metros sobre el suelo, a menudo sólo accesible por una escalera. Se piensa que las torres fueron construidas entre los siglos IX y XII, principalmente para funcionar como campanario de una iglesia o monasterio vecinos (5). Por otro lado [ciertas tradiciones aseguran que] si bien más tarde se consideraron símbolos fálicos, eran originalmente lugares sagrados de iniciación y que esto también se aplica, por ejemplo, a ciertas torres en Asia y a los "nuraghes" de Cerdeña, de los cuales el más antiguo data oficialmente del 3.500 a. de C. 

Fig. 6.I8. Torre cilíndrica y patio circundante en Turlough, Count Mayo, Irlanda.

Fig. 6.I9. Nuraghe Losa, Cerdeña (7).

Fig. 6.I10. Otro nuraghe (8).


J. Túneles

Hablando acerca de las tres torres que solían existir en Sacsayhuamán, Garcilaso de la Vega escribe:

"Debajo de los torreones había labrado debajo de tierra otro tanto como encima; pasaban las bóvedas de un torreón a otro, por las cuales se comunicaban los torreones también como por cima. En aquellos soterraños mostraron grande artificio; estaban labrados con tantas calles y callejas, que cruzaban de una parte a otra con vueltas y revueltas, y tantas puertas, unas en contra de otras, y todas de un tamaño, que a poco trecho que entraban en el laberinto perdían el tino y no acertaban a salir, y aun los muy pláticos no usaban entrar sin guía, la cual había de ser un ovillo de hilo grueso que al entrar dejaban atado a la puerta para salir guiándose por él. Bien muchacho, con otros de mi edad, subí muchas veces a la fortaleza, y con estar ya arruinado todo el edificio pulido, digo lo que estaba sobre la tierra, y aun mucho de los que estaba debajo, no osábamos entrar en algunos pedazos de aquellas bóvedas que habían quedado, sino hasta donde alcanzaba la luz del sol, por no perdernos dentro, según el miedo que los indios nos ponían. No supieron hacer bóvedas de arco. Yendo labrando las paredes, dejaban para los soterraños unos canecillos de piedra, sobre los cuales echaban en lugar de vigas piedras largas, labradas a todas seis haces, muy ajustadas, que alcanzaban de una pared a otra" (1). 

Hay varias entradas a túneles en lugares como Sacsayhuamán y Qenko, pero tienden a estar bloqueados luego de recorrer 5 ó 10 mts. Existen antiguos relatos sobre túneles antaño conectados con el Coricancha y otros sitios, y asimismo hablan de fabulosas cantidades de oro "inca" que todavía permanecen escondidas bajo tierra. Se cuenta que en el siglo XVII un equipo pasó varios días bajo Cuzco buscando un tesoro, y supuestamente sólo un miembro salió vivo desde una abertura bajo el altar principal de la iglesia de Santo Domingo, en el sitio del Coricancha, trayendo una espiga de maíz hecha de oro. En 2000, investigadores que usaban un radar penetrante de tierra localizaron una cavidad de 2 mts. de ancho a unos 4 ó 5 mts. bajo el altar (2). 

Además se relata que, luego de recibir el rescate de Atahualpa, Francisco Pizarro aún no estaba satisfecho con el botín y supo que las riquezas acumuladas de Perú estaban ocultas en un túnel subterráneo, y amenazó con matar al monarca a menos que la localización le fuera revelada. El sumo sacerdote mostró a la reina en un mágico "espejo negro" que su esposo sería asesinado sin importar si ella divulgaba o no el secreto. La reina, entonces, ordenó cerrar la entrada al túnel, que era una puerta labrada en el muro rocoso de un abismo que fue rellenado con piedras, y se cubrió la superficie para ocultar los rastros del trabajo. Después que su esposo fuera ejecutado, la reina se suicidó. Más tarde los incas sepultaron otro tesoro que estaba justo en camino de Pizarro, y según Cieza de León ahora está perdido en las entrañas de la tierra (3). 


Fig. 6.J1. Túneles cerca de Sacsayhuamán (4).

Fig. 6.J2. Entrada de un túnel en ruinas justo al norte de Cuzco (5).

En casi todos los continentes existen leyendas sobre redes de túneles y cavernas a mucha profundidad, tanto naturales como artificiales, y algunos de ellos se extenderían por cientos de kilómetros. Se dice que en Sudamérica se prolongan desde Colombia en el norte a través de Perú y Chile al sur, y a la jungla amazónica en el este. El gran terremoto de Lima en 1972 dejó al descubierto varios túneles bajo la ciudad, pero la exploración se vio impedida por colapso de los techos (6). Helena P. Blavatsky menciona un inmenso túnel que va de Cuzco a Lima y luego se extiende al sur hacia el norte de Chile (en días de Blavatsky parte de Bolivia). Un anciano peruano le contó que se almacenaba un fabuloso caudal inca en una gran cámara subterránea próxima al pueblo costero de Arica, que fue una vez parte de Perú y ahora se sitúa en el extremo norte de Chile. En otros sectores del sistema de túneles aún se esconderían tesoros más pequeños (7). 

Según el ingeniero escocés Stan Hall (fallecido en 2008), el ecuatoriano Petronio Jaramillo Abarca afirmó que en 1946 y a la edad de 17 años ingresó en un sistema de cavernas del cual solía contarle su tío (8).

"En esa ocasión puedo apreciar una biblioteca consistente en miles de grandes libros metálicos y apilados en estantes, cada uno con un peso cercano a los 20 kgs.; cada página estaba impresa en una cara con ideogramas, diseños geométricos e inscripciones. Había también una segunda biblioteca que almacenaba tablas pequeñas, duras, suaves y traslúcidas (que parecían ser de cristal) y grabadas con canales paralelos incrustados, apiladas en estantes inclinados cuyas unidades estaban recubiertas en hojas de oro. También vio estatuas humanas y zoomórficas (algunas en plintos de pesadas columnas), barras de metal de diferentes formas y "puertas" selladas, posiblemente tumbas, cubiertas en mezclas de piedras coloridas y semipreciosas. Un gran sarcófago, esculpido en un material duro y traslúcido, contenía el esqueleto de un gran ser humano también cubierto en hojas de oro. En síntesis, un increíble tesoro mantenido como si se ocultara en preparación de algún desastre venidero "(9). 

En las décadas que siguieron Jaramillo habló de las bibliotecas con varias personas, pero sin divulgar el punto exacto ni mostrar alguna evidencia fotográfica o física para respaldar sus aseveraciones. Se dice con frecuencia que esa colección está situada en las llamadas Cuevas de los Tayos, próximas al río Pastaza en Ecuador; no obstante, Jaramillo distinguía las primeras de lo que denominó los antros del tesoro homónimo. Hall trabajó en estrecha colaboración con Petronio durante seis años y no tenía dudas sobre su veracidad, pero el lugareño fue asesinado por ladrones en 1998 cuando ambos planeaban una expedición a la caverna. Mario, su hijo, se unió a Hall en una infructuosa odisea con objeto de localizar dicha formación, y en 2005 el escocés informó al gobierno ecuatoriano sobre el paradero del sitio que mejor se ajustaba a la descripción hecha por Jaramillo: 77°47'34" O y 1°56'00" S. No se ha descubierto ninguna caverna en el área, y según Petronio sólo se puede acceder al tesoro por vía submarina. La ubicación referida se encuentra a unos 2 kms. de la entrada principal a las Cuevas de los Tayos, que han sido inspeccionadas por varios equipos sin encontrar nada inusual (10). 

Fig. 6.J3. Stan Hall cerca de la supuesta entrada a la "cueva del tesoro" (11).

En 1968 Jaramillo relató al periodista Pino Turolla que visitó la gruta por primera vez en 1956 (no 1946) con su amigo nativo Mashutaka, quien le indicó dónde estaba. En 1970 Turolla entrevistó a éste último quien aseguró que su informante era un ladrón mentiroso y nunca habían entrado al lugar (las cuevas son consideradas sagradas por los indígenas shuar). En 2006 la ex esposa de Jaramillo dijo al explorador Stan Grist que aquél había inventado toda la historia (12); sin embargo, el propio Petronio confesó que su relato era una mezcla de realidad y ficción, diseñado para "engañar y desviar los ojos profanos del tesoro".

[N.del T.: Para complementar los datos previos sobre la "Cueva de los Tayos", se adjunta un vídeo realizado por el investigador ecuatoriano Jaime Rodríguez y su equipo, donde muestran que Juan Moricz, el así llamado "descubridor" del sitio (véanse los comentarios respecto al eurocentrismo del tópico), entró en amarga polémica con el escritor Erich Von Däniken, quien de acuerdo con la evidencia jurídica presentada plagió el trabajo de Moricz atribuyéndoselo como "propio"https://www.youtube.com/watch?v=UwaZe3dRLko. Por las características del audio, se sugiere configurar ecualización para el balance de altavoces/audífonos].   


Referencias

A. Cuzco

1. Hugh Thomson, The White Rock: An exploration of the Inca heartland, Woodstock & New York: Overlook, 2001, p. 202. 

2. Carlos Fernández-Baca Tupayachi, El Otro Saqsaywamán: La historia no contada, Lima: DFBS, 2000, p. 61-75. 

3. www.arqueologiadelperu.com.ar/qosqo.htm. 
4. "Church of Santo Domingo and Coricancha temple", www.sacredsites.com/americas/peru/santo_domingo.html. 

5. http://members.cox.net/ancient-sites/inca/day6_Cuzco.htm. 


B. Sacsayhuamán

1. Garcilaso de la Vega, Primera parte de los Reales Comentarios de los Incas (volumen 2), New York: Burt Franklin, 1869-71, 2: 310-11; John Hemming, The Conquest of the Incas, London: Macmillan, 1993, p. 91. 

2. "Sacsayhuaman", www.world-mysteries.com/mpl_9.htm. 
3. Primera parte de los Reales Comentarios de los Incas, 2: 305. 
4. Ibídem, 2: 318. 
5. El Otro Saqsaywamán, p. 166-7. 
6. Ibídem, p. 31, 175-9, 184-6.


C. Qenko

1. W.R. Corliss (compilación), Ancient Infrastructure: Remarkable roads, mines, walls, mounds, stone circles, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 1999, p. 309-11; Graeme R. Kearsley, Inca Origins: Asian influences in early South America in myth, migration and history, London: Yelsraek Publishing, 2003, p. 219-20. 

2. http://static.panoramio.com/photos/original/3424229.jpg; http://orissa.info/photo_gallery/monuments/hills_at_khandagiri_-_udaya.html. 


D. Tambo Machay

1. http://members.cox.net/ancient-sites/inca/day6_Cuzco.htm. 


F. Ollantaytambo

1. "Science Frontiers", n° 142, 2002, p. 1. 
2. Jean-Pierre Protzen, Inca Architecture and Construction at Ollantaytambo, New York: Oxford University Press, 1993, p. 89-90, 259. 


G. Machu Picchu

1. R.M. Wright y A. Valencia Zegarra, The Machu Picchu Guidebook, Boulder, CO: Johnson Books, 2004, p. 106-11. 

2. http://static.panoramio.com/photos/original/5910735.jpg; www.imagesofanthropology.com/images/
The_sun_temple_at_Machu_Picchu.jpg. 

3. www6.worldisround.com/photos/28/284/286_o.jpg. 
4. Graham Hancock y Santha Faiia, Heaven’s Mirror: Quest for the lost civilization, London: Michael Joseph, 1998, p. 293. 

5.www.inkas.com/tours/cuzco_machu_picchu/santillan_photos.html.


H. Raqchi

1. www.delange.org/Raqchi/Dsc01218.jpg. 


I. Sillustani y Cutimbo

1. W.R. Corliss (compilación), Ancient Structures: Remarkable pyramids, forts, towers, stone chambers, cities, complexes, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 2001, p. 265-7. 

2. "Los secretos latentes en Isla de Pascua y el Pacífico", sección 3. 
3. www.delange.org/Sillustani/Sillustani.htm. 
4. http://inkasnews.files.wordpress.com/2007/11/chullpa-mayor-y-cilindrica.jpg; www.bylandwaterandair.com/zz_
peru04/peruphoto/04040501.php. 

5. "Irish round tower", http://en.wikipedia.org/wiki/Irish_round_tower; "Irish round towers", www.roundtowers.org. 

7. "Nuraghe", http://en.wikipedia.org/wiki/Nuraghes. 
8. http://mysardinia.com/19/sardinia%E2%80%99s-stronghold.


J. Túneles

1. Garcilaso de la Vega, Primera parte de los Reales Comentarios de los Incas, 2: 314.
 
2. Philip Coppens, "As we walked through the tunnels of gold ...", www.bibliotecapleyades.net/arqueologia/esp_akakor02.htm; Enrico Mattievich, Journey to the Mythological Inferno: America’s discovery by the ancient Greeks, Denver, CO: Rogem Press, 2010, p. 171-2. 

3. H.P. Blavatsky, Isis Develada, TUP, 1972 (1877), 1: 596-7; Harold T. Wilkins, Mysteries of Ancient South America, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 2005 (1947), p. 157-61. 

4. www.flickr.com/photos/zenman/2762544090; www.flickr.com/photos/8825235@N02/2977493788. 

5. www.flickr.com/photos/mythousandwords/3905239000. 
6. David Hatcher Childress, Lost Cities and Ancient Mysteries of South America, Kempton, IL: Adventures Unlimited, 1986, p. 63-7, 72, 172-5; David Hatcher Childress, Lost Cities of North & Central America, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 1992, p. 83-4, 200-1, 213-4, 256-7, 302-3, 316-20, 390-1; David Hatcher Childress, "Subterranean tunnels and the hollow earth", World Explorer, vol. 2, n° 3, 1998, www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/esp_sociopol_underground14.htm. 

7. Isis Develada, 1: 546-7, 595-8; Mysteries of Ancient South America, p. 167-73. 
8. Stan Hall, Tayos Gold: The archives of Atlantis, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 2007, ed. Kindle, cap. 20-22.

9. Philip Coppens, "The quest for the metal library", Nexus, junio-julio de 2006, www.philipcoppens.com/metal_libr.html. 

10. www.tayos.org; en.wikipedia.org/wiki/Cueva de los Tayos.
11. "Metal library", www.goldlibrary.com/Metal_Library.html.
12. Brian Dunning, "Cueva de los Tayos and the Lost Metal Library", partes 1 y 2, agosto 2018, https://skeptoid.com.