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10 de marzo de 2022

La explicación esotérica de los fósiles


Muchos hemos visto fósiles, o algunos se topan con ellos casualmente y no es extraño que suceda.

Incluso para el materialista un fósil es motivo de maravilla; pero si analizamos lo que las enseñanzas de Teosofía tienen que decir sobre este tema, se vuelven aún más enaltecedoras. Sin embargo, éste y otros asuntos relacionados sólo pueden entenderse a la luz de los contenidos teosóficos fundamentales sobre cadenas planetarias, globos, rondas y razas-raíz, cuya comprensión sólo puede garantizarse mediante estudio individual y esfuerzo mental. Pueden ser de utilidad otros artículos en este sitio tales como “Cadenas, Globos, Rondas y Razas-Raíz" y “Evolución humana en 'La Doctrina Secreta'".

Por ahora, puede ser suficiente con explicar que de acuerdo con la Filosofía Esotérica presentada al mundo por ciertos Mahatmas orientales o Maestros de Sabiduría a través de H.P. Blavatsky y su colega William Q. Judge, cada planeta experimenta siete ciclos principales de vida y de una duración extremadamente larga. Otra forma de expresarlo sería que la “ola de vida evolutiva” circula por nuestra Tierra -que en realidad es séptuple, pues sus seis globos compañeros existen en planos inmateriales- por siete veces, cada una de las cuales se denomina "ronda".

Actualmente está en proceso la Cuarta Ronda y nuestro planeta es la cuarta esfera en la "Cadena Terrestre" de globos. Ya se han completado tres rondas en un pasado inimaginablemente lejano; la cuarta está justo sobrepasando su etapa intermedia y aún están por venir la quinta, sexta y séptima.

Teniendo esto en cuenta, echemos un vistazo a lo que los principales teósofos de nuestro tiempo tienen que decir sobre este intrigante tema de los fósiles.

Existen dos volúmenes del trabajo principal por H.P. Blavatsky titulado "La Doctrina Secreta" y que los Maestros M. y K.H. describieron como la "triple producción" de ellos mismos y H.P.B., a la cual se refirieron como su "agente directo" (véanse “¿Quién escribió 'La Doctrina Secreta'?" y “¿Cómo estudiar 'La Doctrina Secreta'?: guía para principiantes”). El primer tomo se denomina “Cosmogénesis” y trata sobre los orígenes, el nacimiento y la evolución del Universo, el Cosmos, el Sistema Solar y nuestro planeta, mientras que el segundo, "Antropogénesis", aborda el surgimiento y evolución de la humanidad.

En una nota al pie de la página 68 de este segundo volumen, encontramos a H.P.B. hablando por estos Maestros-Adeptos:

"Los fósiles encontrados en estratos -a los que debe atribuirse una antigüedad no de dieciocho, sino muchos cientos de millones de años- pertenecen en realidad a las formas de la Ronda precedente que, aunque vivían, eran mucho más etéreos que físicos, tal como conocemos lo tangible. El hecho de que los percibamos y desenterremos como formas concretas se debe al proceso de materialización o cristalización mencionado que tuvo lugar posteriormente al comienzo de la Cuarta Ronda, y alcanzó su máximo luego de la aparición del hombre, avanzando paralelamente con su evolución física. Esto por sí sólo ilustra el hecho de que el grado de materialidad de la Tierra cambia pari passu con el de sus habitantes. Y así, ahora el hombre encuentra como fósiles tangibles lo que una vez fueron formas etéreas (a sus sentidos actuales) de los reinos inferiores".

Y además: “Los anfibios, aves, reptiles, peces, etc., son resultado de la Tercera Ronda, formas fósiles astrales almacenadas en la envoltura áurica de la Tierra y proyectadas en objetividad física posterior a la deposición de las primeras rocas laurentianas" (vol. 2, p. 684).

"(…) las reliquias zoológicas que ahora se encuentran en los así llamados sistemas Laurentiano, Cámbrico y Silúrico son vestigios de la Tercera Ronda. Primero astrales como el resto, se consolidaron y materializaron pari passu con la NUEVA vegetación (…) Sin embargo, una vez que los prototipos se proyectan fuera de la envoltura astral de la Tierra, se produce una cantidad indefinida de modificación" (vol. 2, p. 712).

El capítulo 15 de "El Océano de la Teosofía" -el libro más conocido de Judge- se titula "Diferenciación de especies: eslabones perdidos" y así es como resume esta enseñanza:

“Un gran período de aproximadamente 300.000.000 años pasó por la Tierra, el hombre y todos los reinos de la naturaleza se hallaban en una etapa astral, y para entonces no hubo materia densa tal como ahora la conocemos. Esto sucedió en las primeras rondas cuando la Naturaleza avanzaba lentamente en el trabajo de perfeccionar los tipos en el plano astral, que también es materia aunque de textura muy fina. Al final de ese tramo comenzó el proceso de endurecimiento, siendo la forma del hombre la primera en volverse sólida, y luego algunos antetipos astrales de las rondas anteriores estuvieron involucrados en la solidificación, aunque realmente pertenecían a un período anterior en que todo era astral. Cuando se descubren esos fósiles, se argumenta que deben ser de criaturas que coexistieron con el cuerpo humano físico y denso, y si bien esa visión es lo suficientemente apropiada según otras teorías de ciencia, se convierte sólo en una suposición si se admite la existencia del período astral. Profundizar en los detalles estaría más allá del alcance de este trabajo; pero incidentalmente se puede decir que ni la abeja ni el trigo pudieron haber tenido su diferenciación original en esta cadena de globos, sino que debieron haber sido concebidos y terminados en alguna otra desde la cual fueron incorporados a ésta. Por el momento dejo a conjeturas el motivo para ello" (p. 132-133).

Aquí vemos que se mencionan abejas y trigo, junto con la indicación de que fueron traídos a nuestra Tierra en una forma ya completa en lugar de tener que evolucionar acá hacia dicho estado y condición.

"La Doctrina Secreta" no arroja luz sobre las abejas, pero curiosamente sí lo hace respecto del trigo. En el volumen 2, p. 373, tenemos la oración "EL TRIGO TRAÍDO POR LOS DIOSES" en la parte superior de la página y luego leemos esto:

“Dicen los Comentarios: 'Los 'Señores de Sabiduría' trajeron frutos y granos desconocidos para la Tierra hasta ese día, y desde otros lokas (esferas) para el beneficio de aquéllos que gobernaban'”.

"(…) Pero si se afirma que 'no hay granos ni frutas desconocidos en la Tierra', entonces podemos recordar al lector que ese trigo nunca se ha encontrado en estado salvaje y no es producto terrestre. Todos los demás cereales se han explorado hasta sus formas primogenitales en varias especies de pastos silvestres, pero hasta ahora el trigo ha desafiado los esfuerzos de los botánicos para seguir el rastro hasta su origen. Y tengamos en cuenta, a este respecto, cuán sagrado era dicho cereal entre los sacerdotes egipcios, pues el trigo se colocaba incluso con sus momias y se encontró miles de años más tarde en sus ataúdes (…) Los egipcios tenían la misma filosofía esotérica que ahora enseñan los adeptos cis-himalayos, quienes cuando son enterrados se les deposita maíz y trigo sobre ellos” (p. 373-374).

Debió haber sido en la última parte de la Tercera Raza Raíz -generalmente llamada Lemuriana- que los "Señores de Sabiduría" trajeron dichos productos en beneficio de los gobernantes, pues "La Doctrina Secreta" afirma que esos Seres no se encarnaron hasta la época lemuriana, y también que hasta entonces el ser humano no era como tal y no tenía necesidad de comer nada que pudiéramos reconocer como "alimento".

Pero nos desviamos del tema. Para volver a los fósiles: “Entonces, la ciencia siempre carecerá de los instrumentos para descubrir los enlaces astrales que quedan en el plano homónimo en el largo curso de la diferenciación. Los fósiles de que se ha hablado anteriormente y que por decirlo así 'se habían quedado obsoletos', constituyen una excepción a la imposibilidad de encontrar enlaces faltantes, pero son callejones sin salida para la ciencia porque ella no admite ninguno de los hechos necesarios" (“El Océano de la Teosofía", p. 133).

Uno podría preguntarse de forma razonable por qué todo esto debería considerarse remotamente plausible o legítimo.

Una respuesta es que la Filosofía Esotérica es un Sistema o Cuerpo de Conocimiento autoconsistente, armonioso, lógico, razonable, filosófico y científico (en el sentido propio de la palabra), además de ser omniabarcante y otorgar aclaraciones integrales a todo tema útil, pues cuanto más se estudia, más incapaces somos de dudar. Y cuanto más se aprende y descubre a través de investigación y lectura en profundidad sobre la naturaleza, el conocimiento, las habilidades, los poderes y objetivos de H.P.B., W.Q.J. y las personas vivas a quienes se refirieron como Maestros, llegamos a la conclusión de que es simplemente imposible que Ellos no pudieran haber sabido con exactitud de lo que hablaban.

Pero a nadie se pide que "acepte" lo anterior, ni esperamos que sea así. Cada quien debe estudiar, pensar, reflexionar y decidir por sí mismo, no sólo sobre los temas de los fósiles y el trigo, sino respecto de todo lo que se puede encontrar en las enseñanzas originales de Teosofía.