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24 de febrero de 2022

Gravedad y antigravedad (8 de 8)

David Pratt
Febrero 2001, última revisión octubre 2019


Contenidos:

06. Levitación humana
07. Enseñanzas teosóficas


06. Levitación humana

Existen informes sobre más de 200 santos cristianos levitadores, generalmente de forma involuntaria durante raptos religiosos y algunos casos están respaldados por una impresionante cantidad de relatos por testigos presenciales (1). Por ejemplo, Santa Teresa de Ávila (siglo XVI) fue observada en muchas ocasiones -por lo general durante oraciones profundas- elevándose desde unos pocos metros hasta el techo de la habitación. Cuando sintió que se avecinaba un "ataque" Teresa rogaba a las hermanas de su convento que la sujetaran, aunque no siempre tenían éxito. Una vez mientras recibía la Sagrada Comunión del Obispo de Ávila sintió que sus rodillas comenzaban a abandonar el suelo y se aferró a la rejilla, pero después de percibir la Santa Cena la soltó y se levantó en el aire.

El monje franciscano San José de Copertino (siglo XVII) comenzaba a levitar durante los servicios y fue observado a menudo por congregaciones enteras. En una oportunidad, mientras caminaba por los terrenos del monasterio se levantó hacia las ramas de un olivo permaneciendo arrodillado en una de ellas durante media hora y el tallo delgado apenas se movía bajo su peso. Incapaz de descender y después que hubiera pasado su éxtasis tuvo que esperar que le trajeran una escalera. Durante 35 años fue expulsado de todos los servicios públicos, pero levitó no sólo ante el Papa y sus compañeros monjes sino también ante autoridades europeas y el filósofo Leibnitz. El embajador de España en la corte papal lo vio volar sobre una multitud hacia una estatua de la Virgen María donde brevemente se mantuvo suspendido. Después de dar sus alaridos habituales voló de regreso y la esposa del embajador tuvo que ser revivida con sales aromáticas. El duque de Brunswick se escondió en una escalera para observar una de las levitaciones de José y tras observar una segunda instancia el duque renunció a su fe luterana y se convirtió en católico. En Osimo, José voló unos 2,5 mts. para besar una estatua de Jesús, luego la llevó a su celda y flotó con ella; también se dice que alcanzó a otro fraile y lo llevó en el aire por la habitación.

Durante el siglo XIX los anales del espiritismo contuvieron muchas referencias a levitaciones humanas, así como también de mesas, sillas y otros objetos que ganan o pierden peso, levitan y se mueven sin contacto humano (2). El levitador más famoso de todos fue el médium Daniel Dunglas Home cuya primera elevación registrada tuvo lugar en una sesión de agosto de 1852 cuando repentinamente "se levantó en el aire (...) Palpitaba de pies a cabeza con emociones contagiosas de alegría y miedo (...) Una y otra vez fue sacado del piso y la tercera ocasión fue llevado al techo del apartamento con el que sus manos y pies entraron en contacto suave".

Más tarde se hizo capaz de levitar a voluntad y creyó que los espíritus lo ayudaban en los fenómenos. Durante una carrera pública que abarca 30 años cientos de personas presenciaron sus elevaciones. El incidente más famoso fue cuando en compañía de Lord Adare, el Maestre de Lindsay y un amigo suyo salió por la ventana en una casa de Londres y luego entró por otra. El eminente científico inglés Sir William Crookes lo vio levitar en varias ocasiones y verificó que no había trucos involucrados. En una oportunidad la esposa de Crookes que estaba sentada al lado de Home fue levantada del suelo en su silla (3).

El mago Harry Kellar, que disfrutaba mostrando a la audiencia cómo los médiums hacían sus trucos, describió cómo durante una gira mundial en la década de 1870 observaba a un médico-brujo zulú en estado de trance cuando "de repente y para mi gran asombro el cuerpo recostado se alzó lentamente del suelo y flotó en el aire hasta más o menos un metro y donde por un tiempo subía y bajaba siempre en suspensión". En 1882 desafió al médium William Eglinton a realizar alguna hazaña que ningún hechicero pudiese repetir y entonces éste último levitó llevando a Kellar sosteniendo su pie en el aire, un logro del cual Harry admitió que no podía explicar (4).

La médium italiana Eusapia Palladino ocasionalmente solía levitar y también era capaz de aumentar o disminuir el peso de objetos. Sus poderes paranormales se verificaron en investigaciones realizadas por científicos europeos a finales del siglo XX, y después de presenciar sus manifestaciones el astrónomo francés Camille Flammarion declaró que la levitación ya no debería cuestionarse más que la atracción de hierro por un imán (5).

En la década de 1920 el canalizador brasileño Carlos Mirabelli demostró fenómenos sorprendentes bajo condiciones de prueba. Aparecieron materializaciones completas de individuos muertos y conocidos por testigos que pudieron conversar con los investigadores, tocar y ser tocados. También en una sesión fue capaz de permanecer flotando durante minutos. Incluso una silla donde se ubicaba Mirabelli se levantó en el aire hasta que estuvo a dos metros sobre el piso y permaneció así durante dos minutos (6). Desde entonces las levitaciones de los médiums han sido reportadas frecuentemente en revistas espiritistas, pero hasta donde se sabe ningún médium ha podido producirlas en condiciones a prueba de fraude.

La levitación es uno de los criterios de la Iglesia Católica para la posesión demoníaca. En 1906 una niña de 16 años llamada Clara Germana Cele, oriunda de Sudáfrica y que supuestamente estaba poseída levitó hasta 1,5 mts. del suelo, a veces de modo vertical y otras en forma horizontal y caía si era rociada con agua bendita (7).

A mediados del siglo XIX Louis Jacolliot -presidente del Tribunal Supremo de Chandernagore- viajó por toda India para aprender más sobre los faquires que producían maravillas y presenció muchos fenómenos extraordinarios que trató de ver de manera objetiva y sin prejuicios. En Varanasi (Benarés) conoció a un faquir llamado Covindasamy quien realizó varios fenómenos paranormales; en una ocasión cruzó los brazos sobre el pecho y levitó lentamente a una altura de 25 a 30 cms. permaneciendo en el aire más de ocho minutos (8). Otra de sus levitaciones es descrita por Jacolliot de la siguiente manera:

"Apoyándose en su bastón con una mano, el Fakir se elevó gradualmente a cerca de un metro. Sus piernas estaba cruzadas bajo él y no hizo ningún cambio en su posición (...) Durante más de veinte minutos traté de ver cómo Covindasamy podía volar desafiando abiertamente todas las leyes conocidas de la gravedad; estaba completamente más allá de mi comprensión pues el palo no le daba soporte visible y no hubo contacto aparente entre aquél y su cuerpo, excepto a través de su mano derecha" (9).

Una muestra similar fue informada por el periodista estadounidense John Keel. Mientras viajaba en Sikkim durante la década de 1950 conoció a un viejo lama que demostró su capacidad para levitar.

"[El lama] presionaba una mano en la parte superior de su bastón -una rama pesada de aproximadamente 1,2 mts. de largo-, fruncía levemente el ceño cuando se esforzaba y alzó con lentitud sus extremidades inferiores del piso hasta que estuvo sentado con las piernas cruzadas en el aire. No había nada tras él o por debajo; su único soporte era el bastón que parecía usar para mantener el equilibrio y me quedé asombrado". Luego el lama dirigió el resto de la conversación "sentado allí en un espacio vacío" (10).

En julio de 1916 P. Muller -veterinario alemán destinado en Turquía- asistió a una reunión de derviches en Rufai y describió una gran sala en que los derviches vestidos de blanco y gorras negras altas "se movían en círculo con pasos laterales y curiosos movimientos bruscos". Transcurrió cerca de una hora en esta ceremonia y la música, la danza y los gritos de los bailarines se intensificaron y repentinamente uno de ellos se adentró en el centro del círculo. Se quedó quieto con los brazos en alto con las palmas mirando al cielo, "y entonces sucedió lo incomprensible: lentamente todo el cuerpo tenso de este hombre se elevó a unos treinta centímetros del suelo y permaneció allí flotando en el aire con los dedos de los pies apuntando hacia abajo". El individuo extático permaneció suspendido durante aproximadamente un minuto (11).

También los tibetanos hablan de una facultad de desplazamiento rápido conocido como lung-gom. La exploradora, reportera y budista Alexandra David-Neel (siglo XX) proporcionó un relato de testigos oculares. Mientras se encontraba en el norte del Tíbet vio a un hombre que se acercaba con un "andar inusual" y una "rapidez extraordinaria": "Pude ver claramente su rostro impasible y perfectamente tranquilo, y sus ojos bien abiertos con la mirada fija en algún objeto lejano e invisible situado en algún lugar en lo alto del espacio. El hombre no estaba corriendo pues parecía levantarse del suelo, procediendo a pasos agigantados. Era como si le hubieran dotado de la elasticidad de una pelota y rebotaba cada vez que sus pies tocaban el suelo. Sus pasos tenían la regularidad de un péndulo" (12).

Los nativos americanos aparentemente conocían un método similar de carrera mágica y en la década de 1920 la antropóloga Carobeth Laird informó sobre uno de los últimos hombres que viajaba "a la antigua" donde las huellas dejadas por sus pies eran muy débiles y distantes como si apenas hubieran tocado el suelo (13).

El 6 de junio de 1936 el yogui indio Subbayah Pullavar levitó durante cuatro minutos frente a 150 testigos (14). Estaba en un nivel de trance profundo, y una vez de vuelta en el suelo sus extremidades se hallaban tan rígidas que no podían desplegarse al principio. Sólo recuperó la normalidad tras ser masajeado durante unos cinco minutos y haberle echado agua fría sobre cabeza y garganta. Los detalles que hacen que este acto parezca sospechoso son el palo cubierto de tela en contacto con el suelo, la abundante ropa y que nadie vio al hombre flotar en el aire. En concreto, se levantó una pequeña tienda de campaña, el yogui entró y luego de unos minutos se retiró el toldo mostrando a este personaje levitando horizontalmente, con una mano en el palo. Más tarde dicha carpa se instaló nuevamente en su derredor y fue retirada para exhibir a Pullavar tendido en el piso.



Fig. 6.1. El yogui Subbayah Pullavar (gdurl.com/wa9R).

Innumerables artistas callejeros pueden producir el mismo efecto de levitación, usando un marco de metal oculto entre sus ropas, conectado a través de un "bastón" a una plataforma estable y escondida bajo una estera en el suelo, como se ilustra en la figura 6.2 (15). Un detalle interesante, sin embargo, es que el inglés que fotografió la levitación de Pullavar relató que al final él y su amigo pudieron ver a través de la delgada pared de la tienda y observaron que, tras aproximadamente un minuto, el yogui aún suspendido en el aire pareció balancearse y descendió lentamente, tardando unos cinco minutos en recorrer un metro. Además, las diversas imágenes muestran que el palo no estaba sujeto a una placa base y no era lo suficientemente largo para enterrarlo profundamente, por lo que no está claro cómo pudo haber soportado el peso del hindú. Por supuesto, una inspección adecuada podría haber establecido de modo inequívoco si se trataba de algún engaño.

Fig. 6.2. Un artista callejero contemporáneo (farm6.staticflickr.com).

En 1984 un equipo de filmación alemán registró la levitación de un médico brujo africano, llamado Nana Owaka y procedente de Togo. Luego de meditar durante un día completo, colocó hojas secas y ramitas en un círculo y se sentó en el medio.

"Justo cuando el Sol se ponía, Owaka comenzó a moverse. Un aldeano encendió el círculo de ramitas y las llamas se dispararon. Los tambores empezaron a sonar con fuerza, ¡y entonces apenas pudimos creer lo que veíamos cuando Owaka se puso de pie y elevó directamente! Era como si lo estuvieran levantando sobre una almohada de aire. Simplemente colgaba como si estuviera suspendido, sin nada por encima o debajo de él", y aproximadamente un minuto más tarde Owaka regresó al suelo. Fue filmado desde dos ángulos y nadie que haya examinado la película ha podido detectar signos de engaño (16).

En ocasiones los fenómenos paranormales -incluida la levitación- se informan en relación con el fenómeno ovni. Por ejemplo, en 1954 un hombre que regresaba del campo con su caballo tuvo que soltar la brida por causa de que el animal se elevó varios metros en el aire cuando un objeto oscuro y circular voló rápidamente por el sendero que seguían. En 1968 un médico francés vio dos discos brillantes en el cielo fusionándose en un sólo objeto y durante el avistamiento fue alcanzado por un rayo de luz. Algunos días más tarde él y su hijo pequeño desarrollaron una marca extraña de color rojizo y triangular en el abdomen la cual se repitió en años sucesivos. Comenzaron a ocurrir raras instancias paranormales que incluían actividad poltergeist, disturbios inexplicables en circuitos eléctricos, encuentros con un hombre misterioso y anónimo y levitación incontrolada en al menos una oportunidad (17).


Referencias

1. Rodney Charles y Anna Jordan, Lighter than Air: Miracles of human flight from Christian saints to native American spirits, Fairfield, IO: Sunstar Publishing, 1995, p. 155-80; Stuart Gordon, The Paranormal: An illustrated encyclopedia, London: Headline, 1992, p. 395; Brian Inglis, The Paranormal: An encyclopedia of psychic phenomena, London: Paladin, 1985, p. 159-60; Richard S. Broughton, Parapsychology: The controversial science, New York: Ballantine Books, 1991, p. 52-3.

2. William Crookes, Researches in the Phenomena of Spiritualism, London: J. Burns, 1874, Pomeroy, WA: Health Research, sin fecha, p. 9-19, 21-43, 88-91; H.P. Blavatsky, Isis Develada, Pasadena, CA: Theosophical University Press, 1972 (1877), 1:202-4, 358-9.

3. Researches in the Phenomena of Spiritualism, p. 89-90; Gordon, The Paranormal, p. 395-6; Inglis, The Paranormal, p. 161.

4. Inglis, The Paranormal, p. 161-2.
5. Brian Inglis, Natural and Supernatural: A history of the paranormal, Bridport, Dorset: Prism Press, Lindfield, NSW: Unity Press, 1992, p. 425.

6. Brian Inglis, Science and Parascience: A history of the paranormal, 1914-1939, London: Hodder and Stoughton, 1984, p. 224; Stephen E. Braude, "Survival or super-psi?" y respuesta por Ian Stevenson, Journal of Scientific Exploration, 6:2, 1992, p. 127-44, www.scientificexploration.org.

7. Rosemary Ellen Guiley, The Encyclopedia of Ghosts and Spirits, New York: Checkmark Books, 2da edición, 2000, p. 221.

8. Louis Jacolliot, Occult Science in India and Among the Ancients, NY: University Books, 1971, p. 257.

9. Ibídem, p. 237-8.
10. Lighter than Air, p. 64-5.
11. Ibídem, p. 132.
12. Alexandra David-Neel, With Mystics and Magicians in Tibet, London: Penguin Books, 1937, p. 186.

13. Lighter than Air, p. 98-9.
14. "Can the laws of gravity be overcome?", The Illustrated London News, 6 de junio de 1936.

15. "This street performer has mastered one of the greatest illusions", 2014, io9.gizmodo.com; "Levitating man trick revealed", 2015, youtube.com.

16. D. Hatcher Childress (ed.), The Anti-Gravity Handbook, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 1993, p. 171.

17. "Ovnis: la dimensión psíquica", sección 6.


07. Escritos teosóficos

Como se mencionó en la sección 1, Kepler creía que la rotación del Sol generaba su fuerza gravitacional. Siendo discípulo de Pitágoras y Platón, creía en un éter de materia más sutil y que las estrellas y los planetas estaban animados por almas. Consideró que era el magnetismo solar lo que mantenía a los planetas en sus órbitas y concibió el magnetismo como una forma de movimiento vortical. Escritores teosóficos más recientes como H.P. Blavatsky y W.Q. Judge (...) también han resaltado el vínculo entre gravedad y electromagnetismo, la naturaleza bipolar de la gravedad y el origen etérico de la fuerza, como muestran las siguientes citas.

H.P. Blavatsky:
 
"[El] éter es la fuente y causa (...) de fuerzas cohesivas, químicas, térmicas, eléctricas y magnéticas" (1).

"[Los] ocultistas (...) consideran todas las fuerzas de la Naturaleza como verdaderos estados de la Materia, aunque supersensibles; y como posibles objetos de percepción a los seres dotados de los sentidos necesarios" (2).

"No existe gravitación en el sentido newtoniano, sino sólo atracción magnética y repulsión (...) es por su magnetismo que los planetas del sistema solar tienen sus movimientos regulados en sus respectivas órbitas por el aún más poderoso magnetismo del Sol, no por su peso o gravitación" (3).

"Los ocultistas (...) ven en la gravedad sólo simpatía y antipatía, o atracción y repulsión, provocados por la polaridad física en nuestro plano terrestre y por causas espirituales fuera de su influencia" (4).

"La Tierra es un cuerpo magnético (...) Está cargada con una forma de electricidad, llamémosla positiva, que evoluciona continuamente mediante la acción espontánea en su interior o centro de movimiento. Los cuerpos humanos, en común con todas las demás formas de materia, están cargados con la forma opuesta de electricidad, la negativa. Es decir, si se dejan solos los cuerpos orgánicos o inorgánicos se cargarán constante e involuntariamente y desarrollarán la forma de electricidad opuesta a la de la propia Tierra (...) Existe una atracción entre nuestro planeta y los organismos sobre él que los mantiene sobre la superficie del suelo, pero la ley de la gravitación ha sido contrarrestada en muchos casos por levitaciones de personas y objetos inanimados (...) La acción de nuestra voluntad (...) puede producir (...) un cambio de esta polaridad eléctrica de negativa a positiva; las relaciones del hombre con el imán de la Tierra tendrían que volverse repelentes y la 'gravedad' para él habría dejado de existir. Entonces sería tan natural que se elevara en el aire hasta que la fuerza repelente se agotara, como antes había sido para él permanecer en el suelo. La altitud de su levitación se mediría por su mayor o menor capacidad para cargar su cuerpo con electricidad positiva, y una vez obtenido este control sobre las fuerzas físicas la alteración de su levedad o gravedad se volverían tan fáciles como respirar" (6).

"Hasta que se entienda que la gravitación es simplemente atracción magnética y repulsión y el rol que desempeña el magnetismo en las interminables correlaciones de fuerzas en el éter del espacio (...) no es justo ni sensato negar la levitación de cualquier fakir o mesa. Los cuerpos electrificados de manera opuesta se atraen entre sí y cuando están cargados de forma similar se rechazan mutuamente. Por lo tanto, admítase que cualquier cuerpo que tenga peso -ya sea hombre u objeto inanimado- por cualquier causa externa o interna puede tener la misma polaridad que el lugar en que se encuentra, pues ¿qué puede evitar que se levante?" (7).

William Q. Judge:

"En opinión del ocultismo, la gravitación depende completamente de la ley eléctrica y no del peso o la densidad" (9).

"La levitación del cuerpo en aparente desafío a la gravedad es algo que debe hacerse con facilidad cuando el proceso está completamente dominado y no contraviene ninguna ley. La gravitación es sólo la mitad de una norma. El sabio oriental admite la gravedad, si uno desea adoptar el término; pero el término real es atracción y la otra mitad de esa ley se expresa con la palabra repulsión y ambas se rigen por las grandes normas de la fuerza eléctrica. El peso y la estabilidad dependen de la polaridad, y cuando la polaridad de un objeto se altera con respecto a la Tierra inmediatamente debajo de él, entonces el objeto puede elevarse (...) El cuerpo humano (...) se elevará como un ave en el aire sin soporte cuando su polaridad se modifica" (10).

(...) La Teosofía afirma que durante la existencia de un planeta o una estrella las fuerzas atractivas no permanecen constantes. Se dice que la primera mitad en la vida de un planeta ("arco descendente") se caracteriza por la condensación de materia de un estado eterno y primordial, lo que implica un fortalecimiento de las fuerzas atractivas y cohesivas. A esto le sigue un proceso inverso más etérico y espiritualizado ("arco ascendente") cuando las fuerzas atractivas y cohesivas se debilitan y la materia se vuelve cada vez más radioactiva (15).


Referencias

1. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, Pasadena, CA: Theosophical University Press (TUP), 1977 (1888), 1:508.

2. Ibídem, 1:143 nota al pie.
3. H.P. Blavatsky, Isis Develada, TUP, 1972 (1877), 1:271.
4. La Doctrina Secreta, 1:513.
6. Isis Develada, 1:xxiii-iv, 497-8.
7. H.P. Blavatsky, "Fakirs and Tables", en A Modern Panarion, p. 102-106.
9. William Q. Judge, Ecos del Oriente, San Diego, CA: Point Loma Publications, 1975, 1:336.

10. W.Q. Judge, El Océano de la Teosofía, TUP, 1973 (1893), p. 154.
15. La Doctrina Secreta, 1:159, 2:68 nota al pie, 250, 308 nota al pie; A.T. Barker (comp.), The Mahatma Letters to A.P. Sinnett, TUP, 2da edición, 1926, p. 98-9.

Gravedad y antigravedad (7 de 8)

David Pratt
Febrero 2001, última revisión octubre 2019


Contenidos:

05. Levitación y tecnología
-Mitos y megalitos
-Entre los tibetanos
-Keely y Leedskalnin
-Schauberger y la levedad en la naturaleza


05. Levitación y tecnología

Mitos y megalitos

Las estructuras megalíticas encontradas en muchos sitios alrededor del mundo han generado controversias interminables acerca de su construcción. Los arqueólogos convencionales descartan la posibilidad de civilizaciones altamente avanzadas en el pasado remoto e insisten en que fueron edificadas únicamente con el uso de herramientas primitivas y fuerza bruta. Algunas de las estructuras o partes de ellas podrían haberse ensamblado de esta manera, pero varios ingenieros han declarado que ciertas características serían difíciles -si no imposibles- de duplicar hoy incluso con la tecnología más avanzada. El peso y tamaño de algunos bloques de piedra han llevado a varios investigadores a preguntarse si los antiguos constructores habían dominado alguna forma de tecnología de levitación*.

*Las técnicas de levitación acústica y magnética actualmente desarrolladas por científicos convencionales crean una fuerza de elevación física más fuerte que la gravedad y no modifican ésta última ni generan una fuerza antigravitacional.

Las fortalezas preincaicas en Ollantaytambo y Sacsayhuamán (Andes peruanos) consisten en muros ciclópeos construidos con bloques de piedra poligonales y muy ajustados, algunos con 120 toneladas de peso o más. De alguna manera los bloques utilizados en Ollantaytambo se transportaron desde una cantera ubicada en la cima de otra montaña a 11 kms. de distancia, cuyo descenso era obstaculizado por un desfiladero de río con paredes verticales de roca que miden 305 metros. Las ruinas de Tiahuanaco (Tiwanaku) cerca del lago Titicaca (Bolivia) incluyen bloques que pesan alrededor de 100 toneladas que fueron transportados desde canteras a 50 kms. de distancia (1), y según los indios aymaras locales el complejo fue construido en el "principio del tiempo" por el dios fundador Viracocha y sus seguidores, quienes hicieron que las piedras fueran "transportadas por el aire al son de una trompeta". Un tema alternativo es que crearon un "fuego celestial" que consumió las piedras y permitió que los segmentos grandes se levantaran de modo manual "como si fueran corcho". Según una leyenda maya, el complejo de templos en Uxmal (península de Yucatán) fue construido por una raza de enanos que mediante silbidos pudieron mover rocas pesadas a su lugar (2). 

En rigor existe un carácter universal en las leyendas sobre el poder oculto que se emplea para levantar y transportar bloques de piedra. Por ejemplo y según se relata la ciudad megalítica de Nan Madol en la isla de Pohnpei (Micronesia) fue construida por los reyes-dioses Olosopa y Olosipa quienes utilizaron hechizos mágicos para hacer que las enormes rocas "volaran por el aire como pájaros" (3). También hay leyendas sobre las enormes estatuas de piedra o moai en Isla de Pascua -muchos de los cuales son tan altos como un edificio de tres pisos- y cuentan cómo los magos o sacerdotes usaban el maná o poder mental para hacerlos "caminar" o flotar en el aire (4). 

Según los primeros historiadores griegos, las murallas de la antigua ciudad de Tebas fueron construidas por Amphion -un hijo de Júpiter- quien trasladó los bloques "a los sones de su arpa" mientras que sus "cantos dibujaban incluso piedras y bestias tras él"; otra versión afirma que cuando tocó "fuerte y claro en su lira dorada la roca dos veces más grande le siguió sus pasos". El historiador árabe Mas'di del siglo X escribió que para construir las pirámides los antiguos egipcios insertaron papiros con ciertos caracteres bajo los bloques de piedra, y luego fueron golpeados por un instrumento produciendo un sonido que les hizo elevarse y viajar una distancia de más de 86 metros (5). 

Los logros de los antiguos constructores egipcios han hecho que incluso algunos investigadores bastante ortodoxos se pregunten si se podría haber empleado levitación (6); por ejemplo, el techo de la Cámara Regia en la Gran Pirámide -a 61 mts. de altura- consiste en enormes vigas de granito que pesan hasta 70 toneladas, y además los templos más importantes de la meseta de Giza -dos junto a la Esfinge y los que están al costado de la Segunda y Tercera Pirámides- contienen colosales bloques de piedra caliza colosales que pesan entre 50 y 200 toneladas y situados uno encima del otro. Los más grandes tienen 9 metros de largo, 3,6 de ancho y 3,6 de altura. Actualmente sólo hay unas pocas grúas en el mundo capaces de levantar objetos que pesen 200 toneladas o más (7). 

Los bloques más grandes utilizados en cualquier estructura artificial conocida se encuentran en el muro ciclópeo en forma de U que se encuentra en torno a la plataforma fundacional del Templo Romano de Júpiter en Baalbek (Líbano) (8). En la pared occidental y a una altura de 10 metros hay tres enormes segmentos de piedra caliza conocidos como "Trilithon" que miden 19,1, 19,3 y 19,6 metros de largo, 4,34 de altura y 3,65 de profundidad y pesan alrededor de 800 toneladas cada uno. Las piedras encajan perfectamente y ni siquiera se puede empujar una cuchilla entre ellas; asimismo la base del Trilithon contiene siete piedras gigantes que pesan cerca de 450 toneladas cada una.

Fig. 5.1. El enorme Trilithon en Baalbek (9) (la casa de dos pisos dibujada se insertó para escala).


Fig. 5.2. Otras vistas del Trilithon.

En la cantera y a un kilómetro de distancia hay tres monolitos incluso más grandes que los del Trilithon (10). Uno de ellos, conocido como "Piedra de la Mujer Embarazada" o "del Sur", pesa alrededor de 1000 toneladas y la parte inferior de su base todavía está unida a la roca de fondo. Otro pesa 1.240 toneladas mientras que el más grande mide cerca de 19,6 x 6 x 5,5 mts. y una masa estimada en 1.650 toneladas. Fue descubierto en 2014 y se encuentra junto a la "Piedra del Sur", pero en un nivel inferior, y constituye la piedra tallada antigua más grande conocida en el planeta.

Fig. 5.3. A la izquierda, la "Piedra del Sur" con el megalito más grande del mundo a su lado (hiddenincatours.com).

No hay rastros de una calzada que salga de la cantera o rastros de ninguna rampa y tampoco existen registros escritos sobre cómo se construyó el muro megalítico. Según la leyenda árabe local la primera ciudadela de Baalbek se construyó antes del Diluvio y luego fue reconstruida por una raza de gigantes. El historiador fenicio Sanjuniatón declaró que la primera ciudad del Líbano fue Byblos y fundada por el dios Ouranus quien diseñó estructuras ciclópeas y pudo hacer que las piedras se movieran como si tuvieran vida propia.


Entre los tibetanos

La evidencia de que las leyendas mundiales sobre levitación acústica podrían tener una base factual fue proporcionada por el ingeniero sueco Henry Kjellson, quien en la década de 1950 registró las experiencias de dos viajeros occidentales -desconocidos entre sí- que presuntamente atestiguaron demostraciones de tecnología sónica en el Tíbet (1), pero como los siguientes relatos no pueden verificarse los detractores asumen que Kjellson probablemente las inventó.

Durante una visita a un monasterio tibetano situado al suroeste de la capital Lhasa, el doctor Jarl -de origen sueco- fue llevado a un pradera donde había un alto acantilado al noroeste y a unos 250 metros sobre este desfiladero se ubicaba la entrada a una cueva, frente a la que había un amplio saledizo donde los monjes construían un muro de piedra. Incrustada en el suelo y a 250 metros del pie del acantilado se situaba una gran losa de roca con una depresión en forma de cuenco, y otro bloque de piedra de 1,5 metros de largo, 1 de ancho y 1 de alto era movido manualmente en ese hueco. Había monjes con 19 instrumentos musicales compuestos de 13 tambores y 6 trompetas muy largas, dispuestos en un arco de aproximadamente 90 grados y a 63 metros del tazón de piedra. Los tambores abiertos en un extremo apuntaban al bloque de piedra y tras cada instrumento había una línea de monjes de ocho a diez de profundidad. Un individuo en el centro del arco comenzó a cantar y golpear el ritmo en un tambor pequeño y luego se unieron los otros instrumentos. Transcurridos cuatro minutos el gran bloque de piedra comenzó a tambalearse y flotó en el aire meciéndose de lado a lado. Todos los instrumentos fueron probados constantemente en la piedra a medida que se elevaba a una rápida velocidad y finalmente se estrelló contra el saledizo. Los monjes continuaron realizando esta hazaña a razón de 5 ó 6 piedras por hora y no estaba claro el papel de los aproximadamente 200 monjes tras los instrumentos: una sugerencia es que utilizaron algún tipo de psicoquinesia coordinada para ayudar en el movimiento del bloque.

Fig. 5.4. El bosquejo del Dr. Jarl muestra cómo los monjes tibetanos podían levantar bloques líticos en el aire usando el poder del sonido.

El segundo caso involucró a un austriaco de apellido Linauer quien afirmó que mientras estaba en un monasterio remoto al norte de Tíbet durante la década de 1930 presenció la demostración de dos curiosos instrumentos acústicos que podían inducir ingravidez en bloques de piedra. El primero era un gong extremadamente grande de 3,5 metros en diámetro, compuesto por un área circular central de oro muy suave seguido por un anillo de hierro puro y finalmente otro en bronce muy duro. Cuando este gong se golpeaba producía un "dum" extremadamente bajo que cesaba casi de inmediato. El segundo instrumento también estaba compuesto de tres metales diferentes, tenía una forma semiovalada similar a una concha de mejillón y medía 2 metros de largo y 1 de ancho con cuerdas estiradas longitudinalmente sobre su superficie hueca. Se dijo a Linauer que emitía una onda de resonancia inaudible cuando se ejecutaba el gong y ambos dispositivos se utilizaban junto con un par de pantallas grandes colocadas de tal modo que formaran una configuración triangular con ellos. Cuando se golpeó el gong con un cipote grande para producir una serie de sonidos breves y de baja frecuencia, un monje pudo levantar un pesado bloque lítico con una sóla mano; también Linauer fue informado de que esta era la forma en que sus ancestros habían construido muros de protección alrededor del Tíbet y que tales dispositivos también podrían desintegrar la materia física.


Keely y Leedskalnin

Un hombre que parece haber recorrido un largo camino para descubrir los secretos del sonido fue John Ernst Worrell Keely (1827-1898), oriundo de Filadelfia y quien pasó 50 años en el desarrollo y perfeccionamiento de una amplia variedad de dispositivos que utilizaban "fuerza vibratoria simpática" o "etérica" para levitar objetos, hacer girar grandes ruedas, impulsar motores y desintegrar rocas. También realizó muchas demostraciones convincentes en su laboratorio para científicos y otros observadores interesados e intentó poner su aparato en producción comercial, pero se vio obstaculizado por el hecho de que debía ajustarse a las vibraciones corporales del operador y a los alrededores (1). 

Fig. 5.5. John Keely.

Keely construyó varios dispositivos para manipular la gravedad (2) y uno de ellos era el "transmisor simpático", un globo de cobre de aproximadamente 30 cms. de diámetro que contenía una placa Chladni y varios tubos metálicos, cuya posición podía ajustarse mediante una manilla. El globo era sostenido por un soporte de metal, alrededor de cuya base se proyectaban pequeñas varillas de metal con diferentes tamaños y longitudes que vibraban como tenedores de sintonía cuando se las tocaba con los dedos. En un experimento el transmisor se conectó mediante un cable hecho de oro, platino y plata a la parte superior de un frasco de vidrio lleno de agua. Cuando se hizo sonar el acorde correcto en las cuerdas de una cítara, unas bolas de metal que pesaban 0,9 kgs. se elevaron desde el fondo del frasco hasta que golpearon la tapa metálica, y permanecieron allí hasta que se tocó una nota diferente causando que se hundieran otra vez. Tras un ensayo adicional los testigos relataron cómo Keely pudo hacer que pesadas bolas de acero se movieran en el aire simplemente tocando una especie de órgano bucal, y empleando la misma combinación de transmisor, cable de conexión e instrumento musical pudo hacer que un modelo de aeronave con un peso de 3,6 kgs. subiera en el aire, descendiera o flotara con un movimiento "tan suave como el de un cardo". También pudo levantar pesas extremadamente macizas conectándolas a aparatos vibratorios usados en su persona; varios testigos lo vieron levitar y mover una esfera de hierro fundido de 3 toneladas con este procedimiento y también la hizo más pesada para que se hundiera en el suelo como si fuera barro.

Asimismo Keely pudo catalizar la fuerza vibratoria necesaria para hacer que los objetos se movieran empleando una variedad de instrumentos musicales incluyendo trompetas, trompas, armónicas, violines y cítaras e incluso podía operar el equipo con sólo silbar. No obstante, un detractor afirmó que Keely no ejecutaba un instrumento para configurar una vibración simpática, sino para avisar a un cómplice en otra parte del recinto cuándo encender o apagar el aire comprimido que supuestamente alimentaba sus dispositivos "fraudulentos".

Otro personaje que en tiempos más recientes afirmó saber el secreto de cómo se construyeron las pirámides y otras estructuras megalíticas fue Edward Leedskalnin (3) quien residía en un lugar llamado Coral Castle, cerca de Miami (Florida), y él mismo lo construyó con bloques gigantes de coral que pesaban hasta 30 toneladas. Durante 28 años, trabajando solo y sin el uso de maquinaria de construcción moderna extrajo y erigió un total de 1.100 toneladas. Era un hombre muy reservado, generalmente trabajaba de noche y murió en 1952 sin divulgar sus técnicas de construcción a pesar de las visitas de ingenieros y funcionarios gubernamentales. Algunos adolescentes que lo espiaban una noche dijeron haberlo visto "flotar bloques de coral por el aire como globos de hidrógeno" y otras personas piensan que descubrió una forma de revertir localmente los efectos de la gravedad. A partir del contenido restante del taller y la evidencia fotográfica de Leedskalnin, el ingeniero Chris Dunn sugirió que fue capaz de generar una señal de radio haciendo que el coral vibrase a su frecuencia de resonancia y luego usó un campo electromagnético para voltear los polos magnéticos de los átomos para que fueran rechazados por el campo homónimo de la Tierra.

Fig. 5.6. Puerta de nueve toneladas en Coral Castle. Originalmente utilizada como torniquete de acceso, esta estructura de 2,5 mts. de alto está perfectamente montada y balanceada para que un niño pueda abrirla con el toque de un dedo (4).


Schauberger y la levedad en la naturaleza

Según los expertos aeronáuticos el vuelo de un "simple" abejorro es un misterio que desafía las leyes físicas convencionales ya que sus alas no revolotean lo suficientemente rápido para crear una elevación suficiente. El escarabajo rinoceronte también debiera ser incapaz de volar ya que su masa corporal es completamente desproporcionada con su área de ala, y así algunos escritores han sugerido que las fuerzas levitacionales ayudan a explicar cómo vuelan aves e insectos y cómo nadan los peces.

El científico e inventor austriaco Viktor Schauberger (1885-1958) creía que en la naturaleza y junto con la gravedad operaba un principio de ligereza que regulaba todo movimiento ascendente de energía y crecimiento. Durante su vida temprana como trabajador forestal en tierras alpinas vírgenes, observó cómo las grandes truchas de montaña podían permanecer inmóviles en las corrientes más fuertes, excepto por un ligero movimiento ocasional de sus aletas caudales. Si estaban alarmados, los peces se lanzaban corriente arriba a la velocidad del rayo y en lugar de permitir que la corriente los tirara hacia abajo. Cabe señalar que la trucha y el salmón pueden saltar cascadas altas (de hasta 60 mts.) con poco esfuerzo aparente. Schauberger observaba la danza de truchas en un frenético movimiento giratorio en el fondo de una cascada, luego salían de esta dinámica y flotaban inmóviles hacia arriba. De este modo el austríaco desarrolló la idea de que además del movimiento gravitatorio hídrico desde el manantial hasta el mar existe un flujo de energía "levitacional" en la dirección opuesta.

En un experimento Schauberger hizo que se vertieran 100 litros de agua caliente en un arroyo. Aunque no calentó notablemente el agua, una trucha que descansaba unos 150 mts. río abajo se alteró de inmediato: comenzó a agitar su cola moviéndose hacia atrás todo el tiempo mientras luchaba por mantener su posición y finalmente fue arrastrada río abajo para regresar mucho más tarde, por cuanto Schauberger concluyó que el agua caliente había destruido el flujo ascendente de energía levitacional. En una noche de invierno con luz de luna vio piedras ovaladas del tamaño de una cabeza que subían a la superficie de una piscina profunda y dedujo que el efecto combinado del frío y la composición metalífera de las piedras (especialmente su contenido de sílice) era responsable de potenciar las energías levitacionales.

Schauberger se sorprendió al descubrir que los extremos de musgos sobre rocas en un arroyo de montaña sombreado apuntaban corriente arriba, y de alguna manera resistían la presión del caudal con flujo rápido. Consideraba esto como un indicador confiable sobre la salud de un torrente al mostrar que la fluencia gravitacional de materia descendente y el curso levitacional de energía ascendente estaban en equilibrio. Sin embargo, si debido a la deforestación una corriente se expone a la luz solar directa entonces el agua se vuelve más cálida y menos densa y las puntas de musgo apuntan río abajo. Hoy sabemos que la naturaleza virgen es difícil de encontrar por causa de la acción humana.

Schauberger buscó desarrollar máquinas generadoras de energía que sólo por el poder de la forma y el movimiento pudieran imitar los procesos de la naturaleza. Mientras que las principales tecnologías energéticas de hoy utilizan una explosión hacia el exterior -como la quema de combustible y la división de átomos- sus máquinas funcionaron sobre la base de movimientos de espiral hacia el interior o implosión y escribió: "Si el agua o el aire se rotan en una forma de oscilación giratoria conocida como 'coloidal' se produce una acumulación de energía que con un poder inmenso puede causar levitación". El movimiento vortical con velocidades de rotación de 15-20.000 r.p.m. y acompañado de enfriamiento rápido creó fuertes efectos de vacío dentro de sus máquinas y algunos investigadores creen que también se generó transmutación de materia en estados más etéreos y la producción de fuerzas levitacionales genuinas.

Por lo general faltan informes detallados de sus experimentos con una variedad de diseños, pero sus esfuerzos parecen haber tenido al menos un éxito parcial. Durante la Segunda Guerra Mundial se vio obligado a trabajar para los nazis y desarrolló pequeños "platillos voladores" y se informó que uno de los científicos involucrados dijo que en el primer intento de ejecutar uno de los modelos éste se disparó hacia arriba inesperadamente, arrastrando un resplandor azul-verdoso y luego de color plateado para terminar estrellándose contra el techo del hangar. Al final de la guerra la investigación de Schauberger fue investigada por estadounidenses y rusos, pero en lo que respecta al registro público no se siguió desarrollando ninguno de sus modelos. Más recientemente ha habido un resurgimiento del interés en sus ideas revolucionarias (1). 

Fig. 5.7. Dos prototipos del platillo volante de Schauberger (aproximadamente 65 cms. de diámetro).


Referencias

Mitos y megalitos

1. Paul LaViolette, Genesis of the Cosmos: The ancient science of continuous creation, Rochester, VE: Bear and Company, 2004, p. 343; Ian Lawton y Chris Ogilvie-Herald, Giza: The truth, London: Virgin, 1999, p. 201; "Civilizaciones perdidas de los Andes", parte 5.

2. Andrew Collins, Gods of Eden: Egypt’s lost legacy and the genesis of civilisation, London: Headline, 1998, p. 58-62.

3. Graham Hancock y Santha Faiia, Heaven’s Mirror: Quest for the lost civilization, London: Michael Joseph, 1998, p. 235.

4. "Los secretos latentes en Isla de Pascua y el Pacífico", sección 5.
5. Gods of Eden, p. 35-7, 62-3.
6. Giza: The truth, p. 198-210.
7. Robert Bauval y Graham Hancock, Keeper of Genesis, London: Heinemann, 1996, p. 28-9.

8. Andrew Collins, "Baalbek, Lebanon’s sacred fortress", andrewcollins.com/page/articles/baalbek.htm; Gods of Eden, p. 63-4; David Hatcher Childress, Lost Cities of Atlantis, Ancient Europe & the Mediterranean, Stelle, IL: Adventures Unlimited Press, 1996, p. 31-6, 48-50; Christian y Barbara Joy O’Brien, The Shining Ones, Kemble, Cirencester: Dianthus Publishing, 2001, p. 265-82; Graham Hancock, Magicians of the Gods: The forgotten wisdom of earth’s lost civilisation, London: Coronet, 2015, p. 249-87.

9. The Shining Ones, p. 269.
10. en.wikipedia.org/wiki/Stone_of_the_Pregnant_Woman.


Entre los tibetanos

1. Collins, Gods of Eden, p. 66-72.


Keely y Leedskalnin

1. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, Pasadena, CA: Theosophical University Press, 1977 (1888), 1:554-66.

2. Theo Paijmans, Free Energy Pioneer: John Worrell Keely, Lilburn, GA: IllumiNet Press, 1998, p. 58, 144, 200, 207-12; Clara Bloomfield Moore, Keely and his Discoveries: Aerial navigation, London: Kegan Paul, Trench, Trübner & Co., 1893, Mokelumne Hill, CA: Health Research, 1971, p. 106, 122-3; Dale Pond, Universal Laws Never Before Revealed: Keely’s secrets, Santa Fe, NM: Message Company, 1996, p. 54-60, 214-17, 232-4, 257 (svpvril.com); Dan A. Davidson, Energy: Breakthroughs to new free energy devices, Greenville, TE: RIVAS, 1990, p. 12-13.

3. Christopher Dunn, The Giza Power Plant: Technologies of ancient Egypt, Santa Fe, NM: Bear & Co, 1988, p. 109-19; Frank Joseph, "Mysteries of Coral Castle", Fate, 1998, parascope.com/en/articles/coralCastle.htm; Kathy Doore, "The enigma of Coral Castle: a geomantic wonder", labyrinthina.com/coral.htm.

4. coralcastle.com.


Schauberger y la levedad en la naturaleza

1. Callum Coats, Living Energies: An exposition of concepts related to the theories of Viktor Schauberger, Bath: Gateway Books, 1996; Olaf Alexandersson, Living Water: Viktor Schauberger and the secrets of natural energy, Bath: Gateway Books, 1996; John Davidson, The Secret of the Creative Vacuum, Saffron Walden, Essex: Daniel Company, 1989, p. 246-62; Nick Cook, The Hunt for Zero Point, London: Arrow, 2002, p. 296-328; schauberger.co.uk.

Gravedad y antigravedad (6 de 8)

David Pratt
Febrero de 2001, última revisión octubre de 2019


Contenidos:

04. Ondas gravitacionales
-Observaciones
-Interpretaciones


04. Ondas gravitacionales

De acuerdo con la teoría de relatividad general los cuerpos acelerados causan ondas gravitacionales u "ondulaciones en el tejido del espacio-tiempo" que viajan al exterior en todas direcciones y a la velocidad de la luz. Se predice que las ondas son muy débiles y sólo aquéllas causadas por eventos cataclísmicos -como la fusión entre dos estrellas de neutrones o agujeros negros- se consideran potencialmente detectables en la Tierra. De igual modo los esfuerzos para observar directamente las ondas gravitacionales comenzaron en los años sesenta.


Observaciones

En marzo de 2014 los astrónomos que utilizaban el telescopio para imágenes de fondo de polarización extragaláctica y cósmica (BICEP2) en el Polo Sur anunciaron triunfalmente haber detectado evidencia de ondas gravitatorias primordiales e impresas en la radiación cósmica de fondo de microondas e insistieron en que sólo había una posibilidad en un billón de que esta señal pudiese haber sido causada por otros factores como el polvo galáctico. Sin embargo, en enero de 2015 se vieron obligados a admitir que justamente ese material era el responsable (1). El astrofísico Peter Coles comentó: "No creo que BICEP2 salga muy bien parado de esto y tampoco los muchos teóricos que lo aceptaron sin lugar a dudas como señal primordial y generaron un enorme circo de relaciones públicas", y añadió que la debacle "ha expuesto un preocupante desprecio por el método científico en algunos especialistas de alto nivel que realmente deberían saber mejor, porque puede ser peligroso desear que tu teoría sea cierta al punto de nublar tu juicio" (2).

El 11 de febrero de 2016 el Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferómetro Láser (LIGO) anunció con gran entusiasmo que la primera señal de ondas gravitacionales había sido observada el 14 de septiembre de 2015 por sus dos detectores ubicados en Livingston (Louisiana) y Hanford (Washington) (3). Esta onda llegó primero a Livingston y Hanford la percibió 7 milisegundos después, lo que indica que viajaba a la velocidad de la luz. La oscilación medida que duró sólo un quinto de segundo comenzó a 35 ciclos por segundo (hercios), se aceleró hasta 150 hercios y luego desapareció rápidamente, dando cuenta así de una forma de onda conocida como "chirrido". Los cálculos y las simulaciones informáticas basadas en la teoría de relatividad general indican que la onda gravitatoria fue gatillada por fusión y choque violentos de dos agujeros negros (de 29 y 36 masas solares) hace 1,3 mil millones de años, y en la fracción final de un segundo supuestamente la explosión emitió más energía que todas las estrellas en todas las galaxias produciendo la onda observada.

Fig. 3.1. Observatorio de LIGO en Livingstone (mediaassets.caltech.edu).

El LIGO se describe como "uno de los instrumentos científicos más sofisticados, complejos y precisos jamás construidos" (4); costó más de 620 millones de dólares y las subvenciones para investigación y costos operativos elevan esa cifra a más de 1.000 millones. Los dos interferómetros de LIGO emiten rayos láser entre espejos suspendidos en extremos opuestos de dos tubos de vacío que miden 4 kms. de largo y colocados en ángulo recto entre sí. Una onda gravitacional circulante hará que uno de los brazos se alargue y el otro se acorte provocando que los rayos láser se desvíen ligeramente de sincronización. Según se dice y tras una actualización en septiembre de 2015 los detectores Advanced LIGO (aLIGO) pueden percibir tramos y compresiones de "espacio-tiempo" tan pequeños como una parte en 1022, comparable a un cambio en el ancho de un cabello a la distancia del Sol a Alpha Centauri, la estrella más cercana al primero. En realidad la onda gravitacional fue detectada mientras los instrumentos mejorados aún se hallaban en calibración y prueba, con objeto de prepararse para la primera observación cuatro días después.

Desde que se anunció esta presunta observación, el LIGO y otros equipos han anunciado el descubrimiento de otros 10 eventos relativos a ondas gravitacionales.


Interpretaciones

La precisión reclamada por LIGO ha sido puesta en duda, pues se espera que una onda gravitacional desplace los espejos en apenas 10-15 mm., o una cienmillonésima parte del diámetro en un átomo de hidrógeno. La tolerancia de los espejos utilizados en los instrumentos LIGO es tal que algunas partes de un espejo pueden estar a 50 nanómetros más lejos o más cerca del punto de observación, una distancia mil millones de veces mayor que la firma de ondas gravitacionales. Numerosos factores pueden cambiar la distancia entre los espejos en muchos órdenes de magnitud mayor que una onda gravitatoria incluyendo variaciones de temperatura y carga, actividad sísmica, cambios de clima y tráfico en carreteras cercanas. Incluso los interferómetros son sensibles a las olas oceánicas que se estrellan en las costas a miles de kilómetros de distancia, rayos lejanos, transmisiones satelitales de posicionamiento global y pulsos electromagnéticos en la atmósfera superior de la Tierra, y es por eso que están equipados con numerosos dispositivos de protección y utilizan cientos de niveles de retroalimentación y sistemas de control. Las perturbaciones conocidas son monitoreadas por una serie de sensores para que puedan tenerse en cuenta al interpretar los resultados de las mediciones, aunque algunos científicos dudan si esto se puede hacer con suficiente certeza y sin interferir con la señal buscada (1).

Para propósitos de prueba, LIGO utiliza un método conocido como "inyección ciega" que consiste en insertar secretamente una señal falsa en los datos sin procesar para ver si el resto del equipo lo detectará. Cuando se percibió una posible señal de onda gravitacional en septiembre de 2010 los científicos se pusieron a trabajar y tras un estudio de seis meses concluyeron que era genuina y debía anunciarse al mundo, ¡pero el equipo de inyección ciega reveló que era falso! (2).

El equipo de LIGO afirma tener una seguridad del 99,99994% de que la señal observada en septiembre de 2015 (GW150914) es una onda gravitacional auténtica y no fue causada por influencias ambientales o ruido de instrumentos (3) y creen que los sistemas de humedecimiento y filtrado pueden deshacerse de todos los disturbios no deseados. La similitud de las señales detectadas por los dos interferómetros se considera como prueba de que la onda llegó desde el espacio y ciertamente no hay forma de verificar que realmente fue causada por colisión de dos agujeros negros hipotéticos y tardara varios billones de años en llegar a la Tierra, y tampoco existe una manera de descartar cualquier otra causa posible (4). Igualmente no hay certeza de que la señal encontrada tenga algo que ver con la gravedad y una sugerencia es que podría haberse originado por pequeñas tensiones en los tubos metálicos de vacío resultantes de las corrientes inducidas por una tormenta geomagnética en la ionosfera terrestre (5). 

Fig. 3.2. Después del procesamiento, cuando la señal del observatorio LIGO de Washington (naranja) se desplaza 0,007 segundos y es invertida (debido a la diferente orientación de su detector) establece una buena combinación con la señal del observatorio en Louisiana (azul). Aún no se han aclarado las diferencias en las fortalezas de las señales (mediaassets.caltech.edu).

Los principales científicos y los medios de comunicación han aclamado la supuesta detección de ondas gravitacionales como una "confirmación" de la teoría de relatividad general según Einstein y la "existencia" de "agujeros negros". Puesto que los datos se interpretaron sobre la base de suposiciones relativistas, no es sorprendente que tras varios meses de análisis el escenario inventado por los especialistas coincida con la teoría de relatividad. Las señales medidas por los detectores se mezclan con una significativa cantidad de ruido aleatorio, y hay varias técnicas empleadas para identificar cualquier forma de onda fuerte inmiscuida en dicho ruido. Luego estas señales son comparadas con aproximadamente 250.000 formas de ondas-plantilla esperadas sobre la base teórica del "agujero negro", hasta que se encuentre una coincidencia en ambos detectores dentro de 10 milisegundos entre sí. Shannon Sims comenta: "Dado el tiempo suficiente con tantos patrones aceptables, la coincidencia final estaba garantizada" (6).

Aun así, las masas teóricas de los agujeros negros implicados fueron mucho más bajas de lo que se predijo anteriormente para los eventos de fusión y el giro del agujero negro final fue un tercio menor a lo previsto. A los 0,4 segundos posteriores a la observación de la onda gravitacional por el LIGO se detectó una explosión de rayos gamma que duró un segundo y provenía de la misma región del cielo sur (7). Si esto fue generado por el mismo evento cósmico, se plantea un problema para la teoría ortodoxa porque no se espera que la fusión de agujeros negros produzca explosiones de radiación electromagnética.

Como se indica en la sección 3, la teoría de relatividad general es un modelo geométrico abstracto y por lo tanto no puede proporcionar una comprensión realista de la gravedad o las ondas gravitacionales. Lógicamente las ondas sólo pueden propagarse a través de un medio material ya sea físico (rocas, agua o aire) o no físico (como el éter) porque la nada no tiene ondulación. Dado que el espacio-tiempo curvo es una construcción matemática abstracta y las abstracciones no pueden vibrar, las "ondulaciones en el espacio-tiempo" no pueden existir y nunca pueden observarse. Sin embargo, cabe esperar ondas y ondulaciones en el éter del espacio.

Un agujero negro es descrito como un objeto tan masivo que "ninguna luz puede escapar de él" y se dice que su masa está concentrada en una "singularidad infinitesimal" de "curvatura espacio-temporal" e "infinita" en su centro, lo que representa una idea absurda (8). Stephen Crothers sostiene que "toda la teoría de los agujeros negros es una falacia" y refleja "la decrepitud intelectual de la física y astronomía modernas" (9). Ciertamente es difícil imaginar que se unan dos puntos de singularidades sin estructura, aunque en teoría cualquier fusión de dos objetos masivos podría crear el tipo de señales gravitacionales predichas por la ecuación cuadrupolar de Einstein.

Fig. 3.3. En abril de 2019 el Event Horizon Telescope Collaboration (Telescopio del Horizonte de Sucesos) lanzó esta imagen difusa -con dos años de antigüedad- del centro de la galaxia M-87, a 55 millones de años luz de distancia (eventhorizontelescope.org), y fue aclamada en todo el mundo como "la primera imagen de un 'agujero negro' supermasivo". En realidad, la región central no es tan oscura en comparación con el fondo, y dado que el EHT usa imágenes de microondas, cualquier radiación de rayos X y gamma emitida desde el núcleo no sería visible (etheric.com). En consecuencia, la foto no prueba nada sobre los agujeros negros, y como señala Stephen Crothers: "Los astrónomos y cosmólogos hacen ciencia mediante el fraude de histeria masiva, instigada por los medios de comunicación" (sciencewoke.org). Según la teoría del "universo eléctrico", existe una estructura de energía electromagnética toroidal superdensa en forma de "rosquilla" (conocida como plasmoide) en el centro de las galaxias (holoscience.com; thunderbolts.info).

Suponiendo que se hayan detectado ondas gravitacionales, existen varias alternativas a la interpretación para la teoría de relatividad. La electrodinámica estocástica (sección 3) propone que la fusión involucró dos cuerpos masivos cargados (o plasmoides) en lugar de dos agujeros negros y que las ondas gravitacionales son perturbaciones en las partículas virtuales o energía de punto cero que forman el "vacío cuántico" (10). Basado en su modelo de éter dinámico, Paul LaViolette sostiene que no puede ocurrir el colapso gravitacional que conduce a la creación de agujeros negros, pero que dos objetos altamente densos y compactos -que él llama "estrellas madre"- moviéndose en espiral entre sí podrían generar ondas gravitatorias cuadrupolares según lo detectado por LIGO. LaViolette afirma que las explosiones de supernova, los arrebatos de núcleo galáctico y otros eventos naturales probablemente producirían pulsos de ondas gravitatorias longitudinales (es decir, similares a las ondas de sonido), pero los observatorios como LIGO no están diseñados para detectar ese tipo de onda (11).


Referencias

Observaciones

1. Ian O’Neill, "BICEP2 gravitational wave 'discovery' deflates", 30 de enero de 2015, news.discovery.com; Miles Mathis, "Gravity waves of propaganda", 18 de marzo de 2014, milesmathis.com.

2. Tushna Commissariat, "Galactic dust sounds death knell for BICEP2 gravitational wave claim", 3 de febrero de 2015, physicsworld.com.

3. Tushna Commissariat, "LIGO detects first ever gravitational waves – from two merging black holes", 11 de febrero de 2016, physicsworld.com; Adrian Cho, "Gravitational waves, Einstein’s ripples in spacetime, spotted for first time", 11 de febrero de 2016, sciencemag.org; Davide Castelvecchi y Alexandra Witze, "Einstein’s gravitational waves found at last", 11 de febrero de 2016, nature.com; B.P. Abbott et al., "Observation of gravitational waves from a binary black hole merger", Physical Review Letters, v. 116, 061102, 2016, journals.aps.org.

4. "Feedback and control systems", ligo.caltech.edu.

 
Interpretaciones

1. Hilton Ratcliffe, "'Discovery' of gravitational waves", febrero de 2016, researchgate.net.

2. Tom Hartsfield, "Faking data for a good cause", 13 de enero de 2016, realclearscience.com.

3. B.P. Abbott et al., "Characterization of transient noise in Advanced LIGO relevant to gravitational wave signal GW150914", arxiv.org.

4. Wal Thornhill, "An examination of 'gravitational waves'", 19 de febrero de 2016, youtube.com; "Absurdity of modern physics: LIGO gravitational wave detection as ill-posed problem", 12 de febrero de 2016, claesjohnson.blogspot.nl.

5. "A commentary on LIGO by Dr Bibhas De", facebook.com; Hilton Ratcliffe, "Playing devil’s advocate on the discovery of gravitational waves", 22 de febrero de 2016, thehansindia.com.

6. Shannon Sims, "Problems with the LIGO gravitational wave discovery", 6 de marzo de 2016, plasma.pics.

7. Marcus Woo, "LIGO’s black holes may have lived and died inside a huge star", 16 de febrero de 2016, newscientist.com.

8. "Debate sobre Big-Bang y agujeros negros".
9. Stephen J. Crothers, "The Painlevé-Gullstrand 'extension' – a black hole fallacy", American Journal of Modern Physics, v. 5, n° 1-1, 2016, p. 33-9, vixra.org.

10. Barry Setterfield, "Gravitational wave announcement", 12 de febrero de 2016, setterfield.org.

11. Paul LaViolette, "First discovery of quadrupole gravity waves still does not prove existence of black holes", 18 de febrero de 2016, etheric.com.

Gravedad y antigravedad (5 de 8)

David Pratt
Febrero de 2001, última revisión octubre de 2019


Contenidos:

03. Explicando la gravedad
-Espacio vacío, espacio curvo y éter
-Campos, cuerdas y branas
-Campo de punto cero
-Impulsando la gravedad
-Éter dinámico


03. Explicando la gravedad

Espacio vacío, espacio curvo y éter

La teoría gravitatoria newtoniana supone que la gravedad se propaga instantáneamente a través del espacio vacío, es decir, se cree que es una forma de acción a distancia. Sin embargo, en una carta privada [al teólogo Richard Bentley] el propio Newton descartó esta idea:

"Que la gravedad deba ser innata, inherente y esencial para la materia de modo que un cuerpo pueda actuar sobre otro a distancia a través de un vacío y sin la mediación de ninguna otra cosa -mediante la cual su acción y fuerza puedan ser transmitidas de una a otra- es para mí un absurdo tan grande que creo que ningún hombre en materia filosófica pueda caer en él teniendo una facultad de pensar competente".

Newton jugó periódicamente con la idea de un éter que impregnaba todo y llenando su "espacio absoluto", y pensó que la causa de la gravedad debía ser un agente espiritual que para su comprensión significaba "Dios" (...).

Lógicamente, todo tipo de fuerza debe ser producida en última instancia por la actividad de agentes concretos de algún tipo -aunque no necesariamente físicos- que se mueven a velocidades finitas o posiblemente superluminales.

En 1905 Albert Einstein rechazó el éter como "superfluo"; sin embargo, reconoció que los campos gravitatorios estaban presentes en todas las regiones del espacio y durante un tiempo habló de un "éter gravitacional", pero lo redujo a una abstracción vacía al negarle propiedades energéticas. El hecho de que el espacio tenga más de 10 características diferentes (constante dieléctrica, módulo de elasticidad, permeabilidad magnética, susceptibilidad magnética, módulo de conductancia, impedancia de onda electromagnética, etc.) es una clara señal de que está lejos de verse vacío, y por ello hace más sentido considerar que el espacio se compone de energía-sustancia en lugar de simplemente estar "repleto" con ella.

En 1915 Einstein publicó su teoría general de la relatividad que es esencialmente una hipótesis sobre gravedad. No desafió la idea newtoniana de que la masa inerte era la causa de fuerza gravitatoria, pero mientras Newton atribuyó la atracción gravitatoria a la densidad de la materia, Einstein asumió que la misma cantidad de materia ("masa gravitacional") de alguna manera distorsionaba el hipotético "continuo espacio-tiempo" de cuatro dimensiones y que esta deformidad hacía que los planetas orbitaran alrededor del Sol. En otras palabras, la gravedad no se considera como una fuerza que se propaga, sino que supuestamente se debe a que las masas distorsionan el "tejido del espacio-tiempo" en su vecindad de alguna "manera milagrosa". Así, en lugar de ser atraída por el Sol, se cree que la Tierra sigue el equivalente más cercano a una línea recta disponible a través del espacio-tiempo curvo alrededor del astro rey.

Los relativistas atribuyen principalmente el encorvamiento de la luz estelar que pasa cerca del Sol a la curvatura del espacio. A la distancia de Júpiter la curva sería de sólo 0,00078 segundos de arco y deberíamos creer que esta minúscula deformidad del "espacio-tiempo" pueda hacer que un planeta del tamaño de Júpiter orbite en torno al Sol. Además, el "espacio-tiempo curvo" es simplemente una abstracción geométrica -o más bien una monstruosidad matemática- y de ninguna manera puede considerarse como explicación de la gravedad. Aunque comúnmente se afirma que la teoría de relatividad ha sido confirmada por evidencia observacional, existen explicaciones alternativas y mucho más sensatas para todos los experimentos citados en su apoyo (3).

La teoría de relatividad general afirma que la materia, independiente de su carga eléctrica, produce sólo una fuerza gravitacional atractiva y permite únicamente una protección gravitatoria muy pequeña o efectos antigravedad y tampoco predice ningún acoplamiento entre los campos electrostático y gravitacional. De hecho, el artículo pionero de Townsend Brown en 1929 que informaba del posible descubrimiento de electrogravedad fue rechazado por el Physical Review porque estaba en conflicto con la relatividad general.


Campos, cuerdas y branas

De acuerdo con la teoría cuántica de campos, las cuatro fuerzas reconocidas (gravedad, electromagnetismo y las fuerzas nucleares fuerte y débil) surgen de partículas de materia que emiten y absorben constantemente diferentes tipos de partículas "virtuales" portadoras de fuerza (conocidas como bosones) que parpadean y desaparecen constantemente. La fuerza gravitatoria está supuestamente mediada por gravitones que son partículas infinitas, sin carga e hipotéticas que viajan a la velocidad de la luz. Como en apariencia los gravitones serían idénticos a sus antipartículas, esta teoría también parece descartar la antigravedad y tampoco explica la electrogravedad.

Se necesita más apoyo experimental para estas nociones sobre intercambio de partículas y no está claro cómo los impactos de éstas últimas pueden producir fuerzas atractivas y repulsivas. En ocasiones se afirma que los bosones llevan un "mensaje" para indicar a las partículas de materia si deben acercarse o separarse, pero esto no explica nada. Además, en el modelo estándar las partículas portadoras de fuerza -al igual que las de materia fundamental- son consideradas como "componentes puntuales de dimensión cero" e "infinitamente pequeños", lo que claramente constituye un absurdo. Como resultado de estas nociones idealizadas los cálculos cuánticos tienden a estar plagados de infinitos que deben eliminarse mediante una pirueta conocida como "renormalización".

Einstein pasó los últimos 40 años de su vida tratando de extender las nociones geométricas de la relatividad general para incluir interacciones electromagnéticas y unir las leyes de gravitación y electromagnetismo en una teoría de campo unificada. Muchos otros matemáticos también trabajaron en este tema y algunas de estas hipótesis introdujeron una cuarta dimensión enroscada, pero ninguno de estos intentos tuvo éxito y la búsqueda de una teoría unificada continúa.

Algunos científicos creen que la teoría de cuerdas -aparecida por primera vez en la década de 1970- es un paso importante hacia una "teoría del todo" y postula que todas las partículas de materia/fuerza e incluso el espacio-tiempo surgen de cuerdas unidimensionales vibrantes con alrededor de 10-33 cms. de largo y grosor cero, habitando en un Universo de diez dimensiones en que las seis dimensiones adicionales se enrollan de modo tan ínfimo que son indetectables. Esta teoría no tiene soporte experimental pues para detectar cuerdas individuales se requeriría un acelerador de partículas al menos tan grande como nuestra galaxia, y también las matemáticas en la teoría de cuerdas son tan complejas que nadie conoce las ecuaciones exactas, e incluso las fórmulas aproximadas son de tal dificultad que hasta ahora sólo se han resuelto parcialmente (1).

Ciertos especialistas piensan que más allá de la hipótesis de cuerdas se encuentra la "teoría M" que plantea un Universo de 11 dimensiones y habitado no sólo por cuerdas unidimensionales sino también por membranas bidimensionales, masas tridimensionales (brana triple) y también entidades de dimensiones superiores que incluyen hasta nueve dimensiones o branas; incluso se especula que los componentes fundamentales del Universo pueden ser branas-cero (2). Tales ideas ridículas no hacen nada para avanzar en nuestra comprensión del mundo real y simplemente muestran cómo la especulación matemática pura puede llegar a ser surrealista.


Campo de punto cero

De acuerdo con la teoría cuántica los campos electromagnéticos (y otros ámbitos de fuerza) están sujetos a fluctuaciones constantes y totalmente aleatorias* incluso a una temperatura hipotética de cero absoluto (-273° C), instante en que cesaría toda agitación térmica. Como resultado, se cree que el "espacio vacío" está repleto con energía de temperatura cero en forma de campos fluctuantes de radiación electromagnética (campo de punto cero) y partículas virtuales de corta duración (o "mar de Dirac") (1). Formalmente, cada punto del espacio debiera contener una cantidad energética infinita de punto cero, y al suponer una longitud de onda mínima de vibraciones electromagnéticas la densidad de energía del "vacío cuántico" se ha reducido a la cifra aún astronómica de 10108 julios por centímetro cúbico.

*H.P. Blavatsky escribe: "Es imposible concebir algo sin una causa y el intento de hacerlo hace que la mente se quede en blanco" (2). ¡Y esto implica que debe haber una gran cantidad de científicos caminando con mentes vacías!

Se dice que el motivo por el que normalmente no notamos esta energía se debe a su densidad uniforme y muchos científicos están felices de ignorarla por completo. Sin embargo, se han llevado a cabo muchos experimentos cuyos resultados se consideran ampliamente compatibles con la existencia de energía de punto cero. La presencia de superficies cambia la densidad en la energía de vacío y puede dar lugar a fuerzas homólogas, como por ejemplo el efecto Casimir, una fuerza atractiva entre dos placas conductoras y paralelas, pero se necesita mucho más trabajo experimental para probar la teoría y otras explicaciones alternativas. El Centro Marshall de Vuelos Espaciales (NASA) estudió la posibilidad de implementar energía de punto cero para el lanzamiento de una nave espacial como parte de su Programa de Física sobre Propulsión de Avance (1996-2002) (3).

Mientras que la electrodinámica cuántica convencional deriva el campo de punto cero (ZPF) -a veces llamado "éter cuántico"- de la teoría cuántica y supone que es generada por materia física-energía, existe el enfoque competitivo de la electrodinámica estocástica que se refiere al ZPF como un sustrato intrínseco muy real del Universo.

Algunos científicos han teorizado que masa, inercia y gravedad están conectadas con la energía electromagnética fluctuante del ZPF (4). Se sostiene que la inercia (resistencia de un cuerpo a un cambio en su estado de movimiento) es una fuerza de arrastre electromagnética y dependiente de la aceleración que proviene de interacciones entre una partícula cargada y el ZPF. También se dice que las fluctuaciones de éste último causan que las partículas cargadas emitan campos electromagnéticos secundarios, lo que da lugar a una fuerza de atracción residual o gravedad; de esta forma, en dicha teoría la gravedad se ve como una manifestación del electromagnetismo. Se piensa que al reconfigurar el ZPF que rodea a un cuerpo es posible modificar su inercia o "masa inercial" y controlar la gravedad.

Algunos investigadores de ZPF sugieren que no existe tal cosa como cargas de sólo masa que interactúan con el campo electromagnético omnipresente para crear la ilusión de materia (5). Sin embargo, esta teoría no nos lleva muy lejos dado que no presentan una imagen concreta de lo que entienden por "carga" o "partícula cargada". En el modelo estándar de física de partículas los componentes cargados "fundamentales" -como electrones y quarks- se modelan como infinitamente pequeños y sin estructura interna, lo que es claramente una imposibilidad física.


Impulsando la gravedad

De acuerdo con la teoría de impacto gravitacional que se originó principalmente con Georges-Louis Le Sage (siglo XVIII), la gravedad es causada por el hecho de que la materia física es bombardeada continuamente por partículas extremadamente pequeñas e inobservables (o "gravitones", una palabra que denota múltiples aspectos en diferentes teorías) que viajan a través del espacio en todas direcciones y mucho más rápido que la velocidad de la luz. Las partículas tendrían que ser tan pequeñas que sólo ocasionalmente golpeen constituyentes materiales al interior de los cuerpos mediante los cuales pasan, de modo que cada constituyente tenga las mismas posibilidades de ser impactado. Cualquier par de cuerpos en el espacio se ocultará entre sí para algunos impactos de gravitones, lo que resultará en que sean "atraídos" (es decir, empujados) recíprocamente con una fuerza que obedece la ley del cuadrado inverso. Hay varias versiones en competencia para la teoría de Le Sage y se dividen en dos grupos principales: los que siguen el enfoque de partículas (o corpuscular) y quienes reemplazan el mar de gravitones por radiación electromagnética de muy alta o baja frecuencia que llena todo el espacio (1).

James Clerk Maxwell y Henri Poincaré argumentaron que los choques de gravitones con la materia tendrían que ser inelásticos ya que los gravitones se moverían de un lado a otro entre dos cuerpos -cancelando así el efecto de blindaje- y que los impactos del gravitón inelástico calentarían rápidamente todos los objetos materiales a una enorme temperatura. Los defensores de la teoría respondieron afirmando que de alguna forma los cuerpos deben irradiar al espacio tanto calor como el que absorben, aunque no existe evidencia clara que respalde esto en el caso de la Tierra. Héctor Múnera se opone a la suposición de Maxwell y Poincaré de que los gravitones deben ser partículas puntuales que la materia refleja de manera coherente, y sostiene que si los gravitones son partículas espacialmente extendidas (como deberían ser si realmente existieran) podrían sufrir colisiones elásticas sin anularse entre sí y por lo tanto no surgirían problemas de calor (2).

Se supone que en la teoría newtoniana la gravedad actúa instantáneamente, mientras que en la hipótesis relativista se propaga a la velocidad de la luz. En ocasiones se argumenta que si la fuerza del Sol se propagara a la velocidad de la luz, aceleraría la velocidad orbital de la Tierra en una cantidad notable, un aspecto que no se observa. Tom Van Flandern calcula a partir de datos sobre púlsares binarios que los gravitones deben propagarse al menos 20 mil millones de veces más rápido que la luz (3) y no se explica cómo estos componentes se originan y logran acelerar a velocidades tan increíbles.

Si bien es lógico suponer que todas las fuerzas atractivas provienen en última instancia de empujes en algún nivel*, la teoría de impacto gravitacional es demasiado simplista para tener en cuenta todos los hechos relevantes. Al igual que la hipótesis convencional de gravedad no puede explicar por qué todos los planetas orbitan alrededor del Sol en planos que forman sólo ángulos pequeños con respecto al plano ecuatorial de esta estrella, o por qué todos los astros giran a su alrededor en la misma dirección que el sentido de su rotación. Aunque las teorías similares a la de Le Sage pueden dar cuenta del blindaje gravitacional (ya que la materia colocada entre dos cuerpos gravitantes absorberá o desviará los gravitones) no puede esclarecer fácilmente la antigravedad o la levitación y generalmente los ignora. No se ha ideado ninguna teoría de impacto para definir las fuerzas bipolares como electricidad y magnetismo y la adopción de un postulado sobre el impacto gravitatorio; por lo tanto, reduce la relación entre gravedad y electromagnetismo.

*Si razonamos por analogía ("como es arriba es abajo"), el mundo microscópico es una versión enormemente reducida y acelerada del mundo macroscópico (ver "The Infinite Divisibility of Matter", davidpratt.info). A nivel macroscópico es imposible encontrar una fuerza atractiva o de tracción que no sea realmente un empuje. Por ejemplo, en el caso de una persona que es "succionada" fuera de una cabina presurizada, si la puerta se abre mientras el avión está en vuelo es realmente empujada por el mayor número de bombardeos moleculares "detrás" de ellos. Si un objeto colocado en un fluido elástico emite ondas de condensación y rarefacción, otros cuerpos serán atraídos o repelidos dependiendo de si la longitud de onda es muy grande o muy pequeña en comparación con sus dimensiones (4). Por lo tanto, este caso involucra fuerzas tanto atractivas como repulsivas y ambas son finalmente reducibles a empujes, pero los procesos subyacentes son mucho más complejos que en el ejemplo de la aeronave.


Éter dinámico

Los investigadores en el campo de la física del éter han desarrollado una variedad de modelos para explicar la naturaleza de la materia y la fuerza. Tales nociones ya están "unificadas" en el sentido de que la materia física y las fuerzas se derivan de la actividad del éter subyacente. Las partículas subatómicas a menudo se modelan como vórtices autosuficientes en el éter que irradian y absorben continuamente los flujos de dicho compuesto. La inercia se puede representar como la fuerza de arrastre ejercida por el éter perturbado cuando un cuerpo acelera a través de él; la carga eléctrica puede considerarse como una diferencia en la concentración del éter y las fuerzas magnéticas como flujos circulares en aquél. Algunos investigadores como Dan Davidson dicen que así como la carga eléctrica es un gradiente en éter, la fuerza gravitatoria es un gradiente de carga eléctrica y esto significa que si el de tipo etérico cambia alrededor de un átomo la fuerza de gravedad también se verá alterada. Este fenómeno se puede amplificar sincronizando flujos de éter a través del núcleo de una masa dada, ya sea por rotación, movimiento o estimulación sónica, lo que hace que todos los átomos resuenen juntos (1).

Paul LaViolette ha desarrollado una teoría conocida como "cinética subcuántica" que reemplaza el concepto decimonónico de un éter mecánico inerte con el de uno que transmuta continuamente (2). Las partículas subatómicas físicas y los cuantos de energía se consideran patrones de concentración en forma ondulante en el éter. Se dice que los campos gravitatorio y electromagnético de una partícula resultan de los flujos de diferentes tipos de partículas etéricas -o "eterones"- mediante sus límites y los gradientes producidos de concentración de eterones. Las partículas cargadas positivamente como los protones generan pozos de gravedad que atraen materia, mientras que contrariamente a la teoría convencional las partículas negativas como los electrones generan colinas de gravedad que repelen la materia. Asimismo, la materia con electricidad neutra permanece gravitacionalmente atractiva porque el pozo de gravedad del protón domina de modo marginal la colina gravitacional del electrón.

La mayoría de científicos asume que los electrones son atraídos por gravedad, pero esto no se ha verificado experimentalmente debido a la dificultad de la medición. LaViolette ve la confirmación de su teoría respecto a las propiedades antigravitacionales de los electrones en un experimento realizado por Evgeny Podkletnov y Giovanni Modanese en 2001, que mostró que "una descarga axial de electrones de alto voltaje produce una onda de gravedad repelente de materia que viaja en dirección de la descarga y ejerce una fuerza de gravedad longitudinal y repulsiva en una masa de prueba distante" (3). Aunque la hipótesis de que las cargas negativas que generan campos antigravedad podría esclarecer el clásico efecto Biefeld-Brown (un impulso dirigido desde el electrodo negativo al positivo en un condensador de alto voltaje), plantea el problema de explicar por qué se puede producir un empuje independiente de si el electrodo principal es positivo o negativo.

Sobre la base del trabajo por científicos pioneros como Nicola Tesla, Louis de Broglie, Wilhelm Reich y Harold Aspden (4), los científicos canadienses Paulo y Alexandra Correa han desarrollado un modelo detallado y cuantitativo de un éter dinámico llamado "eterometría", y también trabajaron en aplicaciones tecnológicas como sus reactores de plasma pulsado (P.A.G.D.) que producen más potencia de la necesaria para su funcionamiento, un motor de éter autosuficiente y un neutralizador de peso y anti-gravitador (5).

Los Correa han realizado meticulosos experimentos con electroscopios, "acumuladores de orgón" (cercamientos metálicos especialmente diseñados) y bobinas de Tesla que apuntan a la existencia de formas eléctricas y no eléctricas de energía "libre de masa" (o no física) y no electromagnética, del cual existe un componente conocido por químicos y climatólogos como "calor latente" que tiene propiedades antigravitacionales (6). Al mostrar que el éter no se puede reducir a energía electromagnética han expuesto claramente la insuficiencia de los modelos sobre energía de punto cero. Cuando las ondas eléctricas sin masa se encuentran con materia física (por ejemplo, la atmósfera terrestre) imparten energía a las partículas cargadas -como los electrones- y cuando estas cargas se desaceleran emiten dicha potencia en forma de estructuras transitorias de energía electromagnética similares a vórtices, es decir, fotones.

La eterometría propone que los movimientos de rotación y traslación de planetas, estrellas y galaxias son resultado de giros y movimientos vorticales de éter en múltiples escalas. Por ejemplo, las ondas de éter eléctricas y no eléctricas transmiten impulsos a la Tierra a medida que se curvan hacia el planeta y esta afluencia de energía no sólo impulsa al planeta sino que también produce su campo gravitatorio. Cuando la energía de éter no eléctrica interactúa con cargas físicas o etéricas produce gravitones que impulsan una partícula o cuerpo hacia regiones con mayor densidad de masa, o antigravitones que los impulsan en la dirección opuesta. Esencialmente las fuerzas gravitacionales son injerencias electrodinámicas que dependen de la polaridad y la eterometría sostiene que la gravedad finalmente resulta de una atracción electrodinámica que se produce cuando la materia que es mayormente neutral (con cargas equilibradas de ambas polaridades) interactúa con los entramados etéricos formados por cargas libres de masa en fase, mientras en última instancia la antigravedad se produce por una repulsión electrodinámica que ocurre cuando la materia tiene carga neta e interactúa con las mismas redes de carga en fase (7).


Referencias

Espacio vacío, espacio curvo y éter

1. https://www.quora.com/Is-it-true-that-Newton-had-no-idea-how-gravity-works; H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 1:490-1.

3. Ver "Espacio, tiempo y relatividad".

 
Campos, cuerdas y branas

1. Brian Greene, The Elegant Universe: Superstrings, hidden dimensions, and the quest for the ultimate theory, London: Vintage, 2000, p. 19.

2. Ibídem, p. 287-8, 379.

 
Campo de punto cero

1. R. Forward, "Mass modification experiment definition study", Journal of Scientific Exploration, 10:3, 1996, p. 325-54.

2. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, Pasadena, CA: Theosophical University Press, 1977 (1888), 1:44.

3. Marc G. Millis, "Prospects for breakthrough propulsion from physics", 2004, nasa.gov.

4. B. Haisch y A. Rueda, "The zero-point field and the NASA challenge to create the space drive", Journal of Scientific Exploration, 11:4, 1997, p. 473-85; "Questions and answers about the origin of inertia and the zero-point field", calphysics.org.

5. B. Haisch, A. Rueda y H.E. Puthoff, "Beyond E=mc2", The Sciences, 34:6, 1994, p. 26-31.

 
Impulsando la gravedad

1. Matthew R. Edwards (ed.), Pushing Gravity: New perspectives on Le Sage’s theory of gravitation, Montreal, Quebec: Apeiron, 2002.

2. Héctor A. Múnera, "A Le Sagian atomic-type model for propagation and generation of gravity", en Héctor A. Múnera (ed.), Should the Laws of Gravitation Be Reconsidered? The scientific legacy of Maurice Allais, Montreal: Apeiron, 2011, p. 385-422.

3. Tom Van Flandern, "The speed of gravity – what the experiments say", Meta Research Bulletin, 6:4, 1997, p. 49-62.

4. Encyclopaedia Britannica, 9a edición, 1898, p. 64.

 
Éter dinámico

1. Dan A. Davidson, Shape Power, Sierra Vista, AR: RIVAS, 1997, p. 1-7; Dan A. Davidson, "Free energy, gravity and the aether", 1997, keelynet.com.

2. Paul A. LaViolette, Genesis of the Cosmos: The ancient science of continuous creation, Rochester, VE: Bear and Company, 2004; Paul A. LaViolette, Subquantum Kinetics: A systems approach to physics and cosmology, Alexandria, VA: Starlane Publications, 2da edición, 2003 (etheric.com).

3. etheric.com/predictions-part-ii-physics-and-astronomy/2; Subquantum Kinetics, p. 126-8.

4. Harold Aspden (física de éter), haroldaspden.com.
5. The New Aetherometric Technologies, aetherenergy.com; Keith Tutt, The Search for Free Energy: A scientific tale of jealousy, genius and electricity, London: Simon & Schuster, 2001, p. 218-22, 315-7.

6. Paulo N. Correa y Alexandra N. Correa, Experimental Aetherometry, vols. 1, 2A y 2B, Concord: Akronos Publishing, 2001, 2003, 2006 (aetherometry.com).