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25 de febrero de 2022

La venganza fallida de Elliott Coues

Del libro "La extraordinaria vida e influencia de Helena Blavatsky" por Sylvia Cranston, capítulo 11.


En junio de 1889 H.P.B. escribió:

"En India y durante 1879, me fue hecha una curiosa profecía por un místico que dijo que cada letra del alfabeto tiene una influencia benéfica o maléfica en la vida y el trabajo de toda persona. Los individuos cuyos nombres comienzan con una inicial cuyo sonido es adverso a alguna otra persona deben evitar a esta última. '¿Cuál es la letra que me es más adversa?', pregunté. 'Cuídese de la C', respondió, 'veo tres C mayúsculas brillando ominosamente sobre su cabeza. Deberá cuidarse de ellas especialmente durante los próximos diez años y escudar a su Sociedad de su influencia. Ellas son las iniciales de tres personas que pertenecerán al cuerpo teosófico, para volverse sus más grandes enemigos'. Olvidé la advertencia hasta 1884, cuando aparecieron los Coulomb en escena. Me pregunto si serán el doctor Coues y [Mabel] Collins [Cook] quienes cierren la lista" (170).

Lo que tienen de interés estos tres individuos, aparte de que sus nombres comienzan con “C”, es que tienen “Co” al comienzo de los apellidos. Hasta el nombre de casada de Mabel Collins (Cook) comparte esa sílaba; y luego de elegir el título para este capítulo, ¡notamos que "conspiración" también incluye esas grafías!

Al regresar a los Estados de Europa, donde encontró a Olcott y Blavatsky en 1884 y luego de ingresar a la S.T., Elliott Coues fundó esta colectividad en Washington D.C. y más tarde fue presidente de la Mesa de Control Americana en dicha Sociedad. En su carrera profesional había sido anatomista, historiador, naturalista y ornitólogo. Peter Brooks, un distinguido conservacionista, dice de Coues: “Entre los profesionales que establecieron la ornitología como ciencia, ninguno se recuerda con más respeto –casi devoción- que Elliott Coues” (171).

La conspiración a tratar aquí comenzó con una alianza entre Coues en EE.UU. y Mabel Collins en Londres, y recibió atención pública en dos cartas de Elliott, publicadas en el Religio-Philosophical Journal el 11 de mayo y 1 de junio de 1889. En su primera misiva Coues escribe que “hace alrededor de cuatro años” (1885) e interesado en Luz en el Sendero, “escribió a la señora Collins una carta, alabándolo y solicitándole [información] sobre su verdadero origen”. Esto era porque dicho libro, dice Coues, “se suponía haber sido dictado a Collins por Koot Hoomi o algún otro adepto hindú que mantenía a la Sociedad Teosófica en el hueco de su mano maestra”. Mabel respondió rápidamente con su propia mano de que su escrito “fue inspirado o dictado de la fuente arriba indicada", y Coues agrega que desde ese momento “nada pasó entre Collins y yo hasta ayer [2 de mayo de 1889], cuando inesperadamente recibí la siguiente respuesta” [carta de Collins, 18 de abril de 1889]:

"Sentí que era mi deber escribirle sobre un tema (para mí) doloroso y que no debo demorar más. Usted recordará que me escribió preguntando quién era el inspirador de 'Luz en el Sendero' (...) En ese momento, yo estaba estudiando a Madame Blavatsky y también bajo su dirección. No sabía nada entonces sobre los misterios de la Sociedad Teosófica, y me sorprendió cuando usted me escribió. Le llevé la carta a Blavatsky; el resultado fue que escribí la respuesta bajo su dictado (...) Deseo aliviar mi conciencia ahora, diciendo que compuse esta misiva sin saberlo y simplemente para complacerla; y ahora veo que estaba equivocada al hacerlo. Debo establecer además que 'Luz en el Sendero', según sé, no fue inspirado por nadie; pero que lo vi inscrito sobre las paredes de un lugar que visité espiritualmente (...) allí lo leí y lo registré. Jamás he recibido prueba de la existencia de ningún Maestro, aunque creo (como siempre) que la fuerza mahátmica debe existir".

En la segunda carta al Religio-Philosophical Journal, Coues establece que en su primera comunicación él no dio la carta original de Collins porque “no podía poner mis manos convenientemente sobre ella”. Elliott señala que ahora la refiere “palabra por palabra”, añadiendo: “Está escrita por la mano de la señora Cook, no firmada ni fechada”.

La escritora de Los Portales Dorados es Mabel Collins, a quien le fue dictado Luz en el Sendero y El Idilio del Loto Blanco por uno de los Adeptos del grupo que a través de Madame Blavatsky se comunicaron por vez primera con el mundo occidental. El nombre de este inspirador no puede ser otorgado, porque los nombres de los Maestros ya han sido suficientemente desacralizados.

Coues continúa: “Esto es exactamente, palabra por palabra, lo que Cook señala ahora que me escribió equivocadamente, porque Madame Blavatsky 'pidió e imploró' que lo hiciera, y lo cual registró bajo su dictado. Ciertamente tiene el genuino carácter blavatskiano”.

Esta carta que Collins dirigió a Coues fue urdida por él. ¡La obra A Través de los Portales Dorados no se publicó hasta 1887! Además, en 1885 y cuando ella afirmaba que estudiaba bajo H.P.B. y que ésta última le dictó la respuesta, Blavatsky estaba en India, a miles de kilómetros (172). La primera vez que Helena vio una copia de Luz en el Sendero fue durante 1886, cuando Arthur Beghard se la entregó en Alemania (173).

Mabel Collins frecuentemente reclamó la autoría de los tres libros mencionados, afirmando que le fueron dictados por uno de los Adeptos (174). Blavatsky lo identificó como Hilarión, un maestro griego que colaboraba con aquélla en sus propias historias; por ello, es evidente que Collins -en cuanto novelista- era incapaz de producir tales trabajos, si consideramos un ítem que aparece en el London Star, citado por H.P.B. en “Literary Jottings” (Lucifer, diciembre de 1888):

"Luz en el Sendero de la señora Mabel Collins ha sido traducido al sánscrito, y será considerado por los pandits hindúes como un clásico de ese idioma. La traducción al sánscrito no debe haberse realizado desde hace más de un siglo; pero el libro es lo suficientemente buddhístico y oculto para satisfacer aún a los hindúes más eruditos. Este pequeño libro, una verdadera joya -comenta H.P.B.- 'pertenece y emana de la misma escuela de pensamiento e instrucción indo-aria y budista que las enseñanzas de La Doctrina Secreta'”.

Lo que Coues no menciona en sus cartas al Religio-Philosophical Journal es que Collins había sido recién expulsada de la Sección Esotérica de la S.T., pues según Blavatsky “ella quebrantó sus votos, siendo culpable de la brujería más negra y deslealtad a su IDENTIDAD SUPERIOR. Y cuando ya no pude mantenerla más en la S.E. ni a ella ni a su amigo Michael Angelo Lane, los dos convulsionaron a toda la Sociedad con sus calumnias y falsedades” (175). Collins demandó a H.P.B., pero cuando el caso comenzó en julio de 1890, el abogado de Helena mostró una carta de Collins a su propio defensor y él inmediatamente solicitó la finalización del litigio (176). El contenido de esta carta jamás ha sido revelado.

El disgusto de Coues con la S.T. comenzó cuando fue anulada la Mesa de Control, sobre la cual había regido despóticamente durante dos años. En octubre de 1886 las doce logias estadounidenses se organizaron en una sección análoga de la Sociedad Teosófica y eligieron a William Q. Judge como Secretario General (177). Blavatsky dice qué sucedió a partir de allí en una carta a la hermana soltera de Charles Johnston, en Irlanda:

"Hace un tiempo que [Coues] me escribe pidiendo entre otras cosas que la S.T. en EE.UU. se ponga bajo su control. Se ha esforzado para incitarme contra Judge y Olcott, ¡y ha llegado a plantear que debiera unírmele en conspiración para engañarlos! Justo antes de la última convención en Chicago, me escribió sugiriendo que era tiempo para que él fuera elegido presidente, y solicitó que telegrafiase a la Convención para ordenar tal cosa. El verdadero propósito de su solicitud era que engañara deliberadamente a todo el cuerpo de la S.T. en ese país, diciendo que era deseo del Maestro que él fuera nombrado director. Sobra decir que su pretensión falló. Y ahora, como resultado de todo esto, se vuelve contra mí y la Sociedad amenazando en múltiples formas" (178).

Las ambiciones de Coues para dominar la Sociedad se desenmascararon en dos referencias que citaban las cartas del científico a H.P.B. (179). Las respuestas de ésta última fueron descubiertas recientemente en la Colección Coues, Sociedad Estatal Histórica de Wisconsin, y se publicaron en una serie de seis partes editadas por Michael Gomes en The Canadian Theosophist (septiembre/octubre de 1984 hasta septiembre/octubre de 1985).

Como resultado de las maquinaciones por Coues, la carta constitutiva de su "S.T. Gnóstica" fue revocada el 22 de junio de 1889 y terminó expulsado de la Sociedad (180). Luego de ello Elliott continuó sus ataques contra Blavatsky en forma aún más virulenta en el Religio-Philosophical Journal: “Mantengan silencio sobre H.P.B., si son sabios. Quien se detenga a analizar o siquiera notar tal inmundicia, arriesga ensuciarse las manos” (181). Pocos meses después, ella afirmó que sólamente seguía la recomendación por Coues de cuatro años antes (22 de noviembre de 1885):

"Usted es una maravillosa y gran mujer, a quien admiro tanto como aprecio (...) La admiro por su fortaleza para soportar cargas que matarían a cualquier otro, salvo a la Blavatsky que jamás ha sido vista ni lo será jamás (...) ¡Nunca tema a sus enemigos! Ellos conseguirán una reputación espuria y maliciosa atacándola; usted puede permitírselo, aunque no querrá concederles la inmortalidad que conseguirían si condescendiera a combatirlos. Cuando se escriba la historia, ellos aparecerán asiéndose de vuestro camisón. ¡Sacúdalos y déjelos ir!-Elliott Coues". Helena respondió: “Así lo haré”.

En la primavera de 1890, Coues cambió su táctica en la campaña contra Blavatsky. Como señalan sus biógrafos Cutright y Brodhead, decidió aceptar el consejo que algunos años antes le había dado un amigo, llamado J.A. Allen: “Cuando usted se encuentre en una controversia, sin importar cuáles sean los méritos del caso o quién esté en lo correcto, utilice los grandes periódicos y semanarios” (182). Coues eligió el Sun, uno de los medios líderes en Nueva York, editado por el famoso periodista Charles Dana y distribuido en todo el país. El ataque comenzó con una editorial preliminar el 1 de junio de 1890, que hablaba de la Teosofía como una "religión oculta" y se informaba al público que el profesor Coues “mostraba las mentiras y trucos de Blavatsky luego de haber sido durante años uno de sus incautos”. Luego en el suplemento dominical del Sun se publicó una larga “entrevista” a Coues: seis columnas de letra fina en las enormes páginas de aquellos días; y como recuerda un veterano periodista, tenía “todas las calumnias imaginables o pronunciables de los confines de la Tierra”. La “entrevista” fue encabezada en forma sensacionalista: “¡Blavatsky Develada: la Arpía Tártara domada por el Científico Smithsoniano!” Como preparativo anterior, Coues había realizado una amplia “cacería de hechos” por correspondencia con todos los enemigos de H.P.B. (183). De allí en adelante, los "biógrafos" más hostiles bebieron de la así llamada entrevista como "almacén de datos".

“Cada edad tiene sus profetas engañosos”, decía Coues. “Siendo esta una era femenina, es natural que su mayor charlatana sea alguna clase de Cagliostro femenino”. Tanto el Sun como Coues engañaron al público al difundir el mencionado artículo, porque él redactó tanto preguntas como respuestas. El imaginario reportero inquiría todas las dudas correctas, para las cuales Coues había escrito previamente su contestación. La antología de Coues en Wisconsin contiene la “entrevista” original mecanografiada; en el margen izquierdo de la primera página, con letra de Elliott, se encuentra lo siguiente: “Copia original del artículo como lo preparé para el Sun en nueve o diez columnas, pero cortado a seis para ser impreso; [firmado] E.C." Esta frase en tinta parece haber sido añadida después para identificar el documento, y Coues olvidó que se suponía era una entrevista. Había tres encabezados sugeridos que aparentemente eran demasiado riesgosos para que el Sun los imprimiera: "Descubrimiento de la Carrera de Crímenes y Oscuros Hechos de la Cosaca: ¿La allanarán en Nueva York el inspector Byrnes o Comstock †?"

† Anthony Comstock era un famoso expositor de fraudes en ese tiempo.

Los discípulos americanos más destacados de H.P.B., a saber Olcott y Judge, estaban etiquetados como "incautos" y "cómplices voluntarios". Coues hasta intentó dar la impresión de que él mismo jamás había sido miembro del culto: “Confieso la natural irritación que sentí cuando encontré mi nombre asociado en la opinión pública con su trampa; y el uso hecho del mismo -como material para tramas fraudulentos de un hato de groseros estafadores- sacaría de sus casillas e indignaría a cualquier hombre honesto” (184).

Como prueba de la "promiscuidad sexual de Blavatsky", Coues se refiere a una carta de Richard Hodgson (entonces secretario de la S.I.P. estadounidense) respecto de su vida en el Cairo en 1871-1872. También cita una correspondencia de 1885 por Emma Coulomb al coronel John C. Bundy, entonces editor del Religio-Philosophical Journal: “La primera información definida que tuve sobre su inmoralidad", escribe Coues, “es un resumen de una carta del malogrado D.D. Home, notable médium espiritista inglés, escrita a W.E. Coleman de San Francisco. Esta la coloca en París en 1857 ó 1858 como una damisela-concubina del Príncipe Émile de Wittgenstein, de quien tuvo un hijo deforme que murió en Kieff en 1868”. Esta última acusación hizo que finalmente Blavatsky actuara. Escribió una misiva impresa en The Path (septiembre 1890) bajo el título “Mme. Blavatsky Appeals To The Law”:

"Al Editor de Path:

Si bien estoy en pleno acuerdo con la proposición de perdonar a nuestros enemigos, no perderé por ello mi 'apelación al César' y en ello me reservo el poder de perdonar y protejo el nombre de un amigo muerto y la seguridad futura de los teósofos. Arrojo a las Cortes del país a quienes sin tener sentido de lo justo o injusto, piensan que es apropiado publicar calumnias e injurias infundadas.

Por alrededor de quince años he soportado con calma y visto a mi buen nombre atacado por chismes en periódicos que se deleitan sobre peculiaridades personales de aquéllos que son conocidos (...) Pero ahora, un gran diario metropolitano en Nueva York, sin conocimiento sobre los hechos del caso, expone ante el público numerosos cargos en mi contra, que en su mayoría encuentran su refutación en mi vida por más de una década. Pero como uno de esos cargos se refiere fuertemente a mi carácter moral y produce la mala reputación de un honorable hombre muerto, un viejo amigo de mi familia, es imposible para mi permanecer en silencio. Así que me he dirigido a mis abogados en Nueva York para que procuren una acción contra el N.Y. Sun por libelo.

Este periódico me acusa de ser miembro del bajo mundo [en 1857/1858] y de tener relaciones impropias con el Príncipe Émile Wittgenstein, con el cual -dice el periódico- tuve un 'hijo ilegítimo'. La primera parte del cargo es tan ridícula que da risa, pero la segunda y tercera partes involucran a otros en la reprobación. El Príncipe Wittgenstein, ahora muerto, era un viejo amigo de mi familia, a quien vi por última vez cuando tenía dieciocho años; él y su esposa se mantuvieron en contacto epistolar conmigo hasta su muerte. Fue primo de la fallecida Emperatriz de Rusia, y no pensaba que sobre su tumba se arrojara la mugre de un moderno periódico neoyorquino. Rechazaré este insulto a él y a mí con todos los dictados de mi deber, y también estoy obligada a proteger el honor de todos los teósofos que condujeron sus vidas por las enseñanzas de la Teosofía; por ello mi apelación a la Ley y al jurado de mis camaradas americanos. Abandoné mi obediencia al Zar de Rusia en la esperanza de que EE.UU. protegería a sus ciudadanos, y ojalá ese anhelo no sea vano".

Se hicieron dos litigios en nombre de Blavatsky, uno contra Coues y otro contra el Sun, ambos por la acusación de inmoralidad y se pidieron 50.000 dólares por daños. Debido al apiñamiento del calendario, los casos se prolongaron hasta 1891.

En marzo apareció una noticia en el Path. En una vista previa ante el juez Beach en la Corte Suprema, el abogado del Sun confesó la incapacidad de su cliente para probar el cargo de inmoralidad. La noticia continúa: “El caso ahora es simplemente una cuestión de a cuánto ascenderá el monto de los daños; todo debe esperar hasta que la pugna llegue al término del juicio” (185).

La confesión de "incapacidad para probar el caso" fue una victoria considerable. Subsecuentemente, en una moción propuesta por el abogado de H.P.B. el 27 de abril de 1891 (esta escritora posee una copia fotoestática y acreditada por la Oficina del Condado de la Corte Suprema, Nueva York), se atestigua que existen “certificados por expertos médicos” disponibles que prueban que los cargos de libelo reaizados por Coues “están absolutamente desprovistos de fundamento” (186). En específico, los registros sostienen -y según evidencia descubierta por Walter Carrithers- que “el abogado de la litigante informó a la Corte durante los procedimientos que estaban listos los informes de dos ginecólogos, que jurarían el hecho de que Madame Blavatsky no había tenido ningún hijo, como acusaba el Sun (187).

Charles Dana, editor del periódico, no era alguien que admitiera fácilmente la derrota y persiguió duramente sus objetivos hasta el amargo final. Blavatsky lo describe como “sentado por años sobre el malogrado Henry Ward Beecher” y “persiguió hasta la muerte al 'verdadero hombre bueno', Deacon Smith de Cincinnati” (188).

Sin embargo, se debe mucho a Dana que el Sun reconociera de modo editorial su error al publicar el "artículo Coues", en un momento que no estaba legalmente obligado a hacerlo. Helena murió antes que la causa llegara a juicio, y su fallecimiento automáticamente terminó el litigio. Apareció la retractación editorial en el Sun el 26 de septiembre de 1892; no se limita solamente al cargo de inmoralidad, sino que incluye otras acusaciones realizadas por Coues:

"En otra página imprimimos un artículo en el cual el señor WILLIAM Q. JUDGE trata la romántica y extraordinaria carrera de la fallecida Madame HELENA P. BLAVATSKY. Aprovechamos la ocasión para observar que el 20 de julio de 1890 nos equivocamos al admitir en las columnas del Sun un artículo del doctor E.F. COUES de Washington, donde se hacían alegatos que no parecen haber tenido fundamento sólido contra el carácter de Madame Blavatsky, así como de sus seguidores. El artículo de Judge elimina todo cuestionamiento relativo a Madame presentado por Coues, y deseamos declarar que sus alegatos respecto de la Sociedad Teosófica y Judge en persona no tienen el respaldo de evidencias y no debieron haber sido publicados" (189).

El largo artículo de Judge titulado “The Esoteric She" puede resumirse así:

"El objetivo en su vida era liberar la mente humana de los grilletes forjados por el sacerdocio. Ella deseaba que todos los hombres supieran que debían llevar la carga de sus propios pecados, porque nadie podía hacerlo por ellos, y en consecuencia Helena trajo a Occidente las antiguas doctrinas orientales del Karma y la Reencarnación. Sobre la primera o Ley de Justicia, ella dijo que cada uno la debe responder por si mismo; sobre la segunda, respondió sobre esta Tierra donde se efectuaron todos sus actos".

"Su vida desde 1875 se dedicó al incesante esfuerzo de atraer a la Sociedad Teosófica a todos quienes pudieran trabajar sin egoísmo para propagar una ética y filosofía tendiente a realizar la fraternidad humana, mostrando la unidad real y esencial de la no-separatividad de todos los seres. Sus libros fueron escritos con el objetivo declarado de proveer el material para el progreso intelectual y científico dentro de esas líneas. La teoría sobre el origen de nuestra especie, los poderes y destino por ella previsto venían de fuentes indias antiguas, y eso nos coloca en un pedestal mucho más alto de cualquiera ofrecido por otra religión o ciencia [occidental], porque da a cada quien la posibilidad de desarrollar los poderes divinos internos y llegar a ser un colaborador de la naturaleza".

"Como al final todos debemos morir, no diremos que su propósito era inútil porque si no hubiera vivido y hecho lo que realizó, la humanidad no habría tenido el impulso e ideas hacia el bien, por cuanto su misión fue proclamarlas y ofrecerlas. Hoy existen muchos devotos -quizá cientos-, hombres y mujeres inteligentes que intentan purificar sus vidas y alivianar las de otros, que dedican sus esperanzas y aspiraciones a la religión de la sabiduría -reavivada en Occidente mediante los esfuerzos de H.P.B.- y reconocen agradecidos que sus posesiones más queridas son el resultado de su vida esforzada y autosacrificada. Si a su vez ellos viven correctamente y hacen el bien, estarán realizando la doctrina que ella diaria y constantemente enseñaba y practicaba" (190).


Referencias

170. H.P. Blavatsky Collected Writings, vol. 2. p. 322.
171. Paul Russell Cutright y Michael S. Brodhead, Elliott Coues: Naturalist and Frontier Historian, Chicago, Illinois University Press, 1981.

172. H.P. Blavatsky Collected Writings, vol. 2, p. 317-23.
173. C. Jinarajadasa, (ed.), Golden Book of the Theosophical Society: A Brief History of the Society's Growth From 1875-1925, Adyar, Madrás (India), Theosophical Publishing House, 1925, p. 203.

174. H.P. Blavatsky Collected Writings, vol. 2, p. 323, 328; The Theosophical Movement 1875-1950, p. 146-48; Blavatsky, carta al juez Khendalavala, Adyar Archives; Blavatsky, Cartas de H.P. Blavatsky a A. P. Sinnett, p. 152; Jinarajadasa, Cartas de los Maestros de Sabiduría, vol. 1, p. 50.

175. The Theosophical Movement 1875-1950, p. 188-89.
176. The Theosophical Movement 1875-1950, p. 148-49.
177. Michael Gomes, The Dawning of the Theosophical Movement, p. 15.
178. Archivos de Zirkoff, Theosophical Society, Wheaton, Illinois.
179. “'Light on the Path' and Mabel Collins” y otras cartas de Coues, Religio-Philosophical Journal, Chicago, Illinois, 11 de mayo y 1 de junio de 1889; originales en los Archivos Zirkoff, Theosophical Society, Wheaton, Illinois.

180. Theosophical Society, American Section, Fourth Annual Convention Report Of Proceedings: Held at Chicago, Illinois, April 27th & 28th, 1890; H.P. Blavatsky to the American Conventions 1888-1891, Pasadena (California), Theosophical University Press, 1979; también publicado en Five Messages to the American Theosophists, Los Angeles (California), Theosophy Company.

181. Blavatsky “The 'Nine Days' Wonder Press”, Lucifer, agosto de 1889, p. 444; también en Blavatsky Collected Writings, vol. 2, p. 366-77.

182. Cutright y Brodhead, Elliot Coues: Naturalist and Frontier Historian, p. 300.
183. Michael Gomes, “Malicious From the Beginning to the End (H.P.B. to Coues)", The Canadian Theosophist, febrero de 1986, p. 128-29.

184. Cutright y Brodhead, Elliott Coues: Naturalist and Frontier Historian, p. 299.
185. “Libel Suits Against the NY Sun and Elliott Coues”, The Path, marzo de 1891, p. 390.

186. Documentos fotoestáticos en los archivos de Sylvia Cranston, Nueva York, NY. Se obtuvieron el 17 de junio de 1955 mediante el abogado Walter Carrithers del fiscal estatal y la Corte Suprema, Estado de Nueva York.

187. Walter Carrithers escribió una carta a Don Brown, editor del Sunnyside, California, Valley Journal, fechada el 7 de noviembre de 1970, sobre el encabezado de la Blavatsky Foundation en Fresno, California. Carrithers le recomendó contratar al abogado neoyorquino Joseph P. Blechman para revisar los archivos del caso en el Salón del Registro, y fue en ese momento que se descubrieron los procedimientos.

188. Blavatsky, “The 'Nine Days' Wonder Press”, p. 441.
189. “Two Theosophical Events”, The Path, noviembre de 1892, p. 249.
190. William Q. Judge, “The Esoteric She", reimpreso en Madame Blavatsky's Life and Work (W.Q.J. Pamphlet Series, n° 2), Los Angeles, California, Theosophy Company.

21 de febrero de 2022

Las calumnias de Solovyov contra Blavatsky

Uno de los rasgos que caracterizan a los ociosos de la Calumniología (y su "religión") es el encono y la ferocidad con la cual reaccionan a cualquier crítica que se haga a su doctrina (su religión, aunque ellos niegan que sea tal), a sus exponentes. Este fanatismo es típico de los líderes en esta secta de avinagrados y entre muchos de sus adláteres. Y no se dan cuenta que al actuar así no se están diferenciando mucho de aquellos líderes y creyentes exaltados que ellos mismos critican en las corrientes genuinas y potencialmente revolucionarias. Pero si acaso debiéramos ser "tolerantes" con ellos, deben entender que no puede existir en la Tierra una imposición masiva, planetaria, de una única ideología materialista. Tal imposición sería nociva e iría en contra de la libertad de culto y pensamiento, que es uno de los pilares fundamentales de la democracia y la libertad de pensamiento que debe haber en el mundo. En ese sentido, no debería ser un "crimen" o "atrevimiento" refutar al pseudoescepticismo de mala muerte o a las personas que le dan vida.

Muchas veces quedamos atrapados en falsas creencias, en puntos de vista fantasiosos porque queremos que la verdad sea como nos gustaría que fuese. Pero lo cierto es que la verdad es lo que es, independientemente de nuestros gustos y pareceres. La verdad muchas veces es gris e incómoda, incluso severa o rompedora de esquemas. Tenemos que comprender que todo el tiempo estamos fabricando verdades falsas que son emocionantes, hermosas, excitantes, llenas de cierto gusto, de cierto sabor, para complacer nuestras necesidades psicológicas del momento. Cuando comprendamos esto, el verdadero velo de "maya" comenzará a disolverse frente a nosotros.

No es espiritual ni respetable una persona que desprecia a otros, respondiendo con cinismo y evasiones cobardes y saturninas cuando le contradicen con las pruebas a la vista. Estos son rasgos de una persona déspota, dictatorial, muy retrasada espiritualmente. No es espiritual ni respetable una persona que sufre de amargo resentimiento y que se entrega a su enfermedad sin ningún remordimiento de consciencia. Estas adicciones a conductas contaminantes son características de personas espiritualmente subdesarrolladas. No es espiritual -ni digna de consideración- una persona que miente sobre sus "investigaciones", y que más aún es tan canalla que no es capaz de un debate abierto y serio sobre lo que critica, ni ser consecuente son sus "valores religiosos o de vida". La falta de honestidad y la mentira deliberada son totalmente contrarias a la espiritualidad desarrollada. Y no parecen ser muy "espirituales" los individuos que suelen "ponerse el parche antes de la herida" para proyectar en otros sus demonios de desengaño intelectual e infundir "buena impresión" en otros. Hemos descrito aquí a los vagos indecentes e irresponsables, los doctorados en Sofistería del Desconsuelo que calumnian a los Profesores Teosóficos (enlace a panfletos).

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En su malintencionada obra "El teosofismo: historia de una pseudoreligión", René Guénon se hace eco de las afirmaciones fofas, pasionales, inconexas e infundadas hechas por Vsevolod Solovyov luego del fallecimiento de Helena Blavatsky en 1891, pero como señalamos oportunamente, el autor francés incurrió en serias falsedades refutadas en 1922 por el teósofo y profesor emérito Georges Méautis

Es francamente divertido y enriquecedor corroborar cómo la experiencia muestra una y otra vez que los enemigos de la Teosofía recurren a tácticas tan idiotas al exagerar ad infinitum pormenores triviales, descontextualizando citas, equiparando maliciosamente la obra de Blavatsky con la neoteosofía y -quizá lo más jocoso- amparándose en supuestas "decepciones personales" para disparar sus dardos ponzoñosos adoptando el disfraz de "pobrecita víctima", aún cuando -y a modo de ejemplo- hay personas que son capaces de no amargarse ni caer en baboserías prejuiciosas cuando la vida las golpea de una forma u otra para desarrollar su DISCERNIMIENTO, IMPARCIALIDAD, INEGOÍSMO y HUMILDAD. 

En este sentido hay un adagio áspero e ilustrativo: "La principal diferencia entre un inteligente y un estúpido es que el primero reconoce sus límites", especialmente en el caso de los autopublicitados "individuos de mente abierta" o "poseedores de conocimiento liberador" que más bien debieran catalogarse como esceptisofistas obsesivos que en su improductividad narcisista vampirizan tiempo y recursos atosigando audiencias o lectorado con actitudes intelectualoides e insípidas para el espíritu.

Citamos el siguiente extracto del libro "H.P.B.: La extraordinaria vida e influencia de Helena Blavatsky" escrito por Sylvia Cranston, a saber, el capítulo 2 titulado "El Yago de la Teosofía".

                                                                                 Aquila in Terris
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La historia de Würzburg no estará completa si no entramos en más detalles, como la visita de Solovyov en agosto y septiembre de 1885 y de aquello que condujo a su aparición en escena en ese momento. Primero encontró a Blavatsky en París en la primavera de 1884, y algunas semanas después ella escribió a una persona de su relación:  

"Tiene una llamada de un caballero desconocido para usted, pero muy bien conocido en Rusia. Él es un amigo y camarada mío y de la Teosofía. Su nombre es Vsevolod Solovyov y es autor de muchas novelas históricas. Es un teósofo genuino -no simplemente un miembro de la Sociedad Teosófica, y yo percibo una gran diferencia entre ambas cosas" (28).  

Dos años después, en una carta a Sinnett (3 de marzo de 1886) H.P.B. se refiere a él como “el Yago de la Teosofía”, indicando, por supuesto, al bribón shakespeariano cuyas mentiras a Otelo lo condujeron a estrangular a Desdémona, su bella y casta esposa; e igualmente en el drama llevó a la locura a todos los que se encontraban en el camino de sus ambiciones. La versión de Solovyov y su asociación con H.P.B. se registró por primera vez en una serie de artículos en Russky Vyestnik de 1892, y fue publicada como libro al año siguiente. En 1895 se difundió una traducción inglesa de Walter Leaf en nombre de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas [S.I.P.] londinense, bajo el título "Una Moderna Sacerdotisa de Isis" (29). Como la traducción ha sido considerada desde entonces por los críticos de H.P.B. como "fuente principal de información con respecto a su vida", sus biógrafos están obligados a investigar su validez. El profesor Sidgwick, en una nota preparatoria, explica por qué la S.I.P. apadrinó el libro. Primero dice que sólo se imprimieron ciertas porciones relativas a la investigación psíquica en las Actas de la Sociedad, pero continúa:  

"En consideraciones posteriores parece ser claro, de ser posible, que gran parte de la entretenida narrativa de Solovyov sería accesible a los lectores ingleses, porque éstos estaban inclinados a aprender cualquier otra cosa más sobre Madame Blavatsky y no deseaban tanto pruebas de que ella era charlatana- un tema ya juzgado y decidido-, sino mas bien alguna explicación de los sucesos destacados de su impostura; y la vívida exposición de Solovyov de la mezcla de cualidades sobre la naturaleza de la mujer- su habilidad superior e incansable audacia, vigor intelectual y vitalidad elástica, su bonohomía genuina, afectiva y (en ocasiones) persuasiva- proveía elementos importantes a la explicación requerida, tal como posiblemente ningún compatriota podría haber ofrecido. Sea o no que la Sociedad Teosófica vaya a durar en el tiempo, yo no estoy en posición de decirlo; pero aún cuando vaya a expirar el año próximo, sus veinte años de existencia serían un fenómeno de tanto interés para la historia de la sociedad europea en el siglo XIX; y no hay otro libro que arroje más luz sobre este origen que 'Una Moderna Sacerdotisa de Isis'".  

Sidgwick creía que la historia de Solovyov sería especialmente valiosa porque venía de un compatriota de H.P.B., y que demostraría cómo sus camaradas rusos veían al libro de Solovyov y el tema en cuestión, Helena Blavatsky. El primero era el notable matemático P.D. Ouspensky, discípulo destacado de Gurdjieff. Citando del libro "La Cuarta Dimensión", publicado en Rusia durante 1918:  

"Las variadas 'exposiciones' de Blavatsky ahora en impresión, recuerdan uno de los gorriones que habiendo reunido uvas pintadas en la pared, luego gritan que han sido engañados, las uvas son incomibles, es un fraude, etc.  El libro de Vsevolod Solovyov  'Una Moderna Sacerdotisa de Isis', que para mucha gente ha sido la única fuente de información sobre Blavatsky, la perfila con mala voluntad y consiste en nada más que descripciones detectivescas de espías, fisgoneos y mucamas cuestionables; en breve, detalles triviales sin fin que el lector no puede verificar. Y mientras tanto, el autor no dice ni una palabra sobre lo que es más importante, los libros de Blavatsky, su vida y sus ideas. H.P. Blavatsky fue una personalidad descollante, una de esas que sólo los grandes artistas pueden representar en plenitud y complejidad (...) Con respecto al Movimiento Teosófico, sus aspectos positivos son por cierto sumamente importantes. Éste ha unido y traído a la luz a muchos estudios que antes se encontraban fragmentados y por separado. Provee a la gente un sendero fuera del callejón ciego del materialismo; introduce muchas palabras y conceptos nuevos que abren nuestras mentes a las preguntas eternas, los misterios de la muerte, los enigmas del existir, y nos mantiene alertas de ellos, sin permitirnos jamás olvidar. Empuja al hombre a vivir en lo Eterno y no quedarse satisfecho con lo temporal (...) Estas son introspecciones intrépidas que no se pueden negar" (30).  

El segundo ruso a considerar es Víctor Bourenine, destacado materialista y cínico durante la década de 1890. Su revisión de los artículos de Solovyov en Russky Vyestnik, del cual se extrae lo siguiente, apareció en el Novoye Vremya (New Times) de San Petersburgo el 30 de diciembre de 1892:  

"Hay dos Solovyov en la literatura rusa moderna: Vladimir Solovyov, llamado 'el filósofo', y Vsevolod Solovyov, 'hermano del filósofo'. Estas tres últimas palabras son suficientemente sugestivas de que Vsevolod Solovyov no tiene nombre literario propio, o por lo menos que su nombre no es nada en particular. Sin embargo, este romancero ha trabajado tantos años como su hermano el filósofo, es decir, durante veinte años si no estoy equivocado; y lo que es más, ha trabajado con la mayor diligencia. Como bien se sabe, Vsevolod Solovyov ha escrito un gran número de novelas históricas, en las cuales ha retratado la vida y las modalidades rusas de todas las épocas (...) puesto que el talento literario de Mme. Blavatsky no se comparaba con capacidades comunes, lo que se comprueba en sus artículos bajo el seudónimo Radda Bai en el Russian Herald bajo la editoría de Katkov; artículos que para mí eran miles de veces más interesantes y talentosos que todas las novelas cuasi-históricas de Vsevolod Solovyov y todos sus escritos fantásticos y no fantásticos. Es muy posible que yo sea víctima de una impresión equivocada, pero mientras leo las revelaciones de Solovyov ['Sacerdotisa Moderna'] suelo llegar a la siguiente conclusión: ya sea que Vsevolod Solovyov no es demasiado exacto en sus narraciones sobre su relación con Madame Blavatsky, distorsionando los hechos un poco y en general, 'siendo parcial en embustes', para usar la expresión de una cierta comedia, o durante su relación con la sacerdotisa de Isis -deseo lograr una expresión refinada- su salud no estaba como debiera. Que el lector juzgue por sí mismo".

† Hoy Vsevolod Solovyov está completamente olvidado en Rusia, aunque su distinguido hermano Vladimir se recuerda muy bien. Cuando "La Clave de la Teosofía" por Blavatsky fue publicada en 1889, este último redactó un largo comentario en Ruddkoye Obozreniye (Russian Review, agosto 1890, p. 881-86).

La siguiente selección de cartas escritas por Solovyov a Blavatsky, que él olvidó haber compuesto alguna vez, demuestran claramente que su historia era una fabricación. Bourenine señala que él obtuvo copias de estas misivas de un familiar de H.P.B. El familiar era su hermana, Vera Zhelihovsky, quien publicaba los mensajes en consecuencia como respuesta a las acusaciones de Solovyov.  

Volvamos ahora a "Una Moderna Sacerdotisa de Isis". Si Solovyov hubiera esperado escribir un trabajo y descrito la historia como retrato fiel de sus relaciones con H.P.B. y los teósofos, difícilmente habría un comienzo tan desafortunado. Él relata su llegada a París en mayo de 1884, ocupado en ese momento -entre otras cosas- con la literatura sobre misticismo y ocultismo. Recuerda las interesantes narrativas de "Radda Bai" (H.P.B.) en el Russky Vyestnik y se preguntó si podría buscarla en India, donde había ido a vivir. Justo entonces, según su relato, un amigo le mostró una copia de Le Matin anunciando que Blavatsky había llegado de Niza hace pocos días, estableciéndose en la calle Notre-Dame-de-Champs donde la gente se arrebañaba para visitar la celebridad. En variadas oportunidades Solovyov recuerda a sus lectores que esto era "en verdad todo inflado" y preparado por Blavatsky para atraer la atención sobre su presencia en París, y que había pagado por ello, porque cuando él la visitó no encontró ninguna multitud agolpada a su puerta (31). La mayoría de los hechos de Solovyov resultaron ser ficción. Primero, no es verdad que H.P.B. llegara a París poco antes de su aparición, pues ella arribó cinco semanas antes; y segundo, no había necesidad de pagar el anuncio: la primera edición de abril del Le Rappel llevaba tres columnas de informe sobre los teósofos, seguido por Le Temps el día 21 y Le Matin el 22.    

El reportero Gil Blis entrevistó a H.P.B. el 6 de mayo y el día 11 el corresponsal en París del London World cubrió la conversación sostenida con la Duquesa de Pomar (32). A H.P.B. no le agradaba toda esta atención; había ido a Europa por recomendación urgente de su médico para obtener el descanso que necesitaba desesperadamente. Solovyov afirma que el apartamento de Blavatsky alquilado en la calle Notre-Dame-de-Champs se encontraba en un vecindario bajo y que la casa tenía aspecto desagradable. Sin embargo, estas habitaciones habían sido generosamente provistas por la Duquesa de Pomar a sus honrosos invitados durante toda su estadía en París y difícilmente podrían encajar en esa descripción. Al final de una “oscura escalinata” Solovyov encontró una figura desaliñada de un oriental con turbante que lo condujo a una “pequeña salita oscura”. Este era Babula, el asistente de H.P.B. Solovyov más tarde describe esta figura desaliñada con “rostro feo y tuno, un consumado linyera; una mirada en su rostro fue suficiente para convencerme de ello” (33). El hecho es que la duquesa de Pomar se deleitaba en ostentar a Babula cerca de su cochero cuando paseaba por París. En Enghien, la condesa d´Adhemar le reprochó que sirviera a los invitados en su sala, mientras que Francesca Arundale, al escribir sobre la estadía de H.P.B. en su hogar londinense unos pocos meses después, menciona: “Había también un miembro importante en el contingente indio, llamado Babula, el siervo de H.P.B.; con su pintoresco turbante y vestido blanco creaba una sensación en el Croissant; cuando en las tardes se servía el té y el samovar ruso de H.P.B. brillaba y refulgía sobre la mesa, y Babula ofrecía tazas de té y bizcochos dulces a los visitantes, y por cierto que éramos una casa exclusiva en el Londres suburbano” (34). 

Podríamos recordar a [William] Judge, que se detenía con Blavatsky para ese momento en París antes de partir hacia India. La crítica literaria Beatrice Hastings, autora de "Solovyoff's Fraud", pensó que era desagradable que no hiciera mención de él (35). Esto resulta de lo que señala el ruso, pero Walter Leaf pensó que era apropiado sacarlo de su traducción. Solovyov relata que un día mientras visitaba a H.P.B. “sonó la campana en la puerta y entró un caballero; sin embargo, no había nada de educado en él. Un hombre de edad media, con cabello rojizo, pobremente vestido, de figura rústica y rostro feo y repulsivo- que produjo en mi la peor de las impresiones” †.   

August Lindstrom, el escultor que elaboró la máscara mortuoria de Judge, observaba: “Creo que la nariz es el rasgo que mejor señala el carácter; ésta era uno de sus rasgos más distinguidos y muestra gran poder y al mismo tiempo completo control sobre cada pensamiento y acto, y aunque fuerte, es del tipo delicado y sensitivo. Su boca muestra ternura y firmeza presentes en igual proporción. Los huesos de sus mejillas evidencian una voluntad fuerte. Su cabello era suave y mostraba refinamiento y gentileza. Tomado en conjunto había un desarrollo armonioso, sin defectos presentes y el cuidadoso examen de su cabeza comprueba que era un hombre grande y noble. Si alguien como él dedicó su vida a la Sociedad Teosófica, creo que debe haber sido una gran misión y pediré ser admitido como miembro” (William W.Q. Judge, "Letters That Have Helped Me", Los Angeles, California, The Theosophy Company, p. 299-300).

Luego H.P.B. lo presentó como "el señor Judge" y privadamente preguntó a Solovyov qué pensaba de William. “No me gustaría estar solo con él en un lugar desolado”, respondió. El ruso entonces pone estas palabras en boca de H.P.B.: 

“El era un gran bribón y estafador; en su alma posiblemente haya más de un crimen serio, desde el momento en que se ha hecho teósofo ha sufrido un completo cambio; ahora es un santo”. “Entonces, ¿por qué tiene un rostro tan repulsivo?”, preguntó Solovyov. “Es comprensible; toda su vida dejó su impresión sobre sus rasgos. El rostro es el espejo del alma, y eso no es sólo un dicho, sino algo real, ¡y por supuesto necesita mucho tiempo para borrar de su rostro esta maldición!” ¿Podría H.P.B. haber dicho tal cosa? Debemos recordar que Judge tenía sólamente 23 años cuando se hizo teósofo. Él llegó de Irlanda a los 14 años; trabajó como oficinista; estudió leyes y fue admitido a la barra a los 21; ahora él tenía 33 (36). Hay una foto tomada de él en India durante 1884, el mismo año del que escribe Solovyov. Judge no tenía cabello rojizo, pero en la fotografía (ver Center's Pamphlet, fotografía nº 8) es evidente que estaba encaneciendo prematuramente. El arquitecto estadounidense Claude Bragdon, en "Episodes of an Unwritten History", menciona la “atractiva presencia” de este irlandés-americano buen mozo; y el reconocido autor irlandés George Russell (cuyo nombre de pluma era Æ), en una carta a Carrie Rea habla de Judge como “[la persona] más sabia y dulce que jamás encontré (...) siento más respeto por él que [por] cualquier otro ser humano que haya conocido” (37).

A partir de la imagen de Judge por Solovyov y otras características en su libro, puede apreciarse una carta adjunta de Vera Johnston (sobrina de H.P.B.) y su marido Charles, impresa en el Pall Mall Gazette (18 de febrero de 1895), cuando la S.I.P. promovió la publicación del libro de Solovyov; pensaron que éste había publicado muchas novelas en ruso, pero la única traducida al inglés era "Una Moderna Sacerdotisa de Isis". El profesor Sidgwick tenía razón: ¡sin duda era entretenimiento!  Fue en París que Solovyov encontró por primera vez a Vera, la hermana de H.P.B., desarrollando una estrecha relación que duró durante varios años y se intercambiaron numerosas cartas. Cuando él escribía "Una Moderna Sacerdotisa", Solovyov aparentemente había olvidado todo sobre su antigua correspondencia que duró ocho años. Vera conservaba todas sus misivas y también algunas que él había escrito a Blavatsky, que ella había devuelto a Vera. Además, tras el fallecimiento de Helena, Vera recibió de los archivos de Adyar más correspondencia de Solovyov a H.P.B. 

Cuando sus artículos sobre Helena fueron publicados en 1892 en el Russky Vyestnik, Vera escribió una larga respuesta. Nadie la imprimió, aunque ella era una autora célebre, así que la hizo conocida por sí misma bajo el título "H.P. Blavatsky y una Moderna Sacerdotisa de la Verdad". Cuando los artículos de Solovyov fueron publicados como libro, él difícilmente pudo ignorar el folleto de Vera, así que incluyó selecciones de él en el Apéndice A, dando respuesta en el Apéndice B. Sin embargo, no fueron incluidas algunas de las cartas más comprometedoras que escribió a H.P.B., así como otras informaciones vitales, y esto fue evidente cuando Cathy Young tradujo al inglés todo el folleto de Vera. La traducción corre a través de 110 páginas escritas a máquina, y aún así, aunque eso no incluye todo el registro, esto se hace evidente así como en otros materiales de familiares de H.P.B. 

Desde lo esencial es necesario revisar rápidamente los sentimientos profesados por Solvovyov con respecto a la Teosofía y H.P.B. Él establece desde el mismo comienzo de su libro que "fue cauteloso con sus credenciales". Cuando ella hablaba de su Maestro, él dice que “inmediatamente sentía algo, una clase de falsedad intangible, y fascinado como estaba por sus maravillosos ojos me sentía totalmente insatisfecho”. Cuando más tarde ingresó a la Sociedad Teosófica, esta “iniciación” pareció "una broma tonta hecha por mí mismo, que dejó detrás un sentimiento de vergüenza y hasta de repugnancia (...) sólo sentí el deseo de irme a una atmósfera más pura” (38). Esta actitud profesada debiera compararse con las cartas de Solovyov a H.P.B. y Vera, y también la correspondencia de H.P.B. con todo lo concerniente. “Hace mucho que no viene a Londres” escribe Blavatsky a Nadya, “pero ya tengo dos de esas cartas misericordiosas de Solovyov. Lo único que solicita es que cuide de él y no lo olvide. Dice que jamás ha amado a nadie fuera de su familia y que me ama a mí, la pobrecita” (39). Luego de leer la traducción francesa de Isis, Solovyov escribió a Vera (7 de julio de 1884): “He leído la segunda parte de Isis Develada y estoy ahora convencido de que es un verdadero prodigio”. Vera afirma que a menudo le decía que parecía innecesario hablar de otros “milagros” de su hermana luego que condescendiera en escribir el libro (40). Solovyov pasó una semana en Elberfeld y tras regresar a París recibió una larga carta de Blavatsky; al final de la misma había una nota precipitada de K.H. “en su acostumbrado lápiz azul”. Ambas se citan en "Una Moderna Sacerdotisa" y en sus comentarios siguientes observamos al novelista en su mayor apogeo:  

"Estaba tan irritado por la 'post-data astral de Koot Hoomi' que en el primer momento me sentí tentado de apelar a Madame Blavatsky para que se olvidara de mi existencia. Pero me habría arrepentido si hubiese seguido ese primer impulso; ese mismo día, en lo de Madame de Morsier, encontré a los teósofos franceses más convencidos y honestos; y ellos, a pesar de lo obvio del engaño, admitieron que la post-data era el auténtico trabajo no de la mano de Madame, sino de Koot Hoomi. Esta ceguera absoluta por parte de gente perfectamente racional en todo, excepto el tema de la impecabilidad de 'Madame', me forzaron finalmente a adherirme a mi plan original. Coleccionaría pruebas de estos engaños de donde vinieran, suficientes no sólo para mí sino para todos estos tontos ciegos. No daría más rienda a la simpatía involuntaria o la misericordia que a pesar de todo me atraía hacia Helena Petrovna. En primer lugar, únicamente trataría con Madame Blavatsky, la ladrona de almas, que trataba también de robar la mía. Ella me embaucaba bajo el velo de la amistad y devoción personales; trataba de captarme y explotarme, y así mis manos estarían libres" (41).  

¡Cuán débil es la memoria humana!  Aquí tenemos el principio de las cartas de Solovyov a H.P.B. en respuesta a su carta y la post-data de K.H.: 

"Querida Helena Petrovna:                                             

Recién recibí tu carta. Créase o no, ni la carta misma, ni la post-data de Koot Hoomi fueron sorpresa para mí.  Elaboraré una sensación con ella a través de Madame Morsier..."  

Cuando H.P.B. recibió las primeras noticias del escándalo Coulomb durante su estadía en Elberfeld y decidió volver inmediatamente a India, Solvoyov escribió a Vera (30 de octubre): “Mañana H.P. parte hacia Liverpool, luego irá a Egipto e India. Que ella todavía esté viva y sea además capaz de viajar tales distancias en este momento del año, ¡me parece un milagro! O más bien, ¡otra prueba de que los Mahatmas existen!” (42).

Luego sigue un período en que H.P.B. se mudó nuevamente a Europa. En "Una Moderna Sacerdotisa" Solovyov establece que en Würzburg él muy pronto obligó a Blavatsky a confesar sus actividades fraudulentas a través de los años, ¡y que Olcott era cómplice -según ella-, así como Damodar, Mohini y hasta Subba Row! Uno de los aspectos que los críticos de H.P.B. siempre mencionan apareció en un artículo en el Newsweek (24 de noviembre de 1975) en ocasión del centésimo aniversario de la Sociedad Teosófica en Nueva York: "¡Leones y águilas de los cuatro rincones del globo se han vuelto borricos con mi silbato, y obedientemente menean sus grandes orejas cuando toco la armónica!"  

Completamente disgustado, Solovyov abandonó Würzburg a principios de septiembre.  Juró no tener nada más que ver con H.P.B. y no le escribió nunca más. Añadió: “Todavía recibo cartas de Madame Blavatsky, primero en París y luego en San Petersburgo. Ella no admitía que nuestra relación había llegado a su fin, y que yo había dicho adiós para siempre” (43). “Para siempre” quería decir en tres o cuatro semanas, y así Solovyov escribió a H.P.B. desde París el 8 de octubre de 1885:  

"Querida Helena Petrovna:             
          
(...) me he hecho amigo de Madame [Juliette] Adam y conversado mucho con ella sobre usted; la he interesado bastante y me dijo que su Revue está abierto no sólamente a la teosofía, sino a una defensa de usted personalmente en caso necesario (...) Atenta y cordialmente, Vs. Solovyov" (44).  

Walter Leaf, en el prefacio al libro de Solovyov, admite que la carta anterior produce las preguntas más serias en su mente:  

"Hasta donde puedo apreciar, esto implica una verdadera inconsistencia en la narrativa de Solovyov; muestra que él no tiene la actitud mental correcta en que se encontraba luego de las conversaciones de Würzburg. Confieso que no estoy satisfecho con su explicación de que toda la carta es simple burla. En verdad y bajo las circunstancias, el 'tono de burla' mismo requiere explicación" (45).  

También en "Una Moderna Sacerdotisa" se revela evidentemente que la carta del 8 de octubre no era una broma de Solovyov; allí él cita otra relación de una carta en francés por Charles Richet †.  

† Charles Richet (1850-1933) notable fisiólogo francés e investigador psíquico, Premio Nobel de fisiología y medicina en 1913.

Traducida dice: "Cuando le encontré, usted me dijo: 'No se apure a hacer juicios; ella ha demostrado cosas que me parecen bastante sorprendentes; mi opinión no es final aún, pero creo que ella es una extraordinaria mujer, dotada con poder excepcional. Espere y le daré una explicación más completa” (46).  

Ahora es evidente que en algún punto Solovyov en verdad se volvió contra H.P.B. ¿Qué gatilló ese acto? Destaquemos que en la carta del 8 de octubre él esperaba algo que sucedería en los próximos meses que “sería un triunfo tal que todos los psíquicos [gente de la S.I.P.] serían arrasados”. En esa carta él se vanagloria de su importancia para H.P.B. con tal de influenciar a personas de importancia, como Adam y Richet para que se interesen en ella. Es como si dijéramos "ahora que él hacía tanto por Helena ella debía hacer algo por él". ¿Y qué quería? ¿Por qué corrió tras ella y pasó semanas acompañándola en Würzburg? En julio de 1885 H.P.B. escribía a Vera: “Estoy de viaje con [Solovyov] en Suiza. En verdad no puedo comprender qué lo torna tan apegado a mí y no puedo asistirle en lo mínimo. Escasamente puedo ayudarlo a realizar cualquiera de sus expectativas. Pobre hombre, estoy muy apenada por él”. Esto fue publicado en The Path (julio de 1895) con una nota del editor y señala que Solovyov “se convirtió en su peor enemigo, como si todas sus oraciones para ser tomado como chela fueran rechazadas de plano”. En su apunte sobre "Una Moderna Sacerdotisa de Solovyov", Vera escribe:  

"En mi diario está registrado que nadie pidió a mi hermana 'audiencias secretas' tan a menudo y persistentemente como él hizo- lo que él no menciona para nada (...) Nosotros, los familiares de H.P.B., conocemos muy bien no sólo la substancia de estas conversaciones, sino hasta muchos detalles, por ella y en parte por él mismo, porque en sus charlas conmigo él a menudo era franco y sincero. Él le imploraba una y otra vez que compartiera su conocimiento sobre la demostración de fenómenos puros; su ambición era volver a Rusia como prototipo del 'Magus Príncipe' en su novela 'El Mago' (...) Helena nos dijo: '¿Por qué -esto es un lío-, y qué hago con Solovyov? Jamás me deja sola, me pide que le enseñe fenómenos, ¿y cómo se pueden enseñar estas cosas?  ¿Cómo haces que la música suene en el aire? Y bien, ¿qué le puedo decir? Le digo lo que ve, agito mi mano en el aire y la música viene (47) (...) ¿Qué más puedo decirle? Que pase en India las cosas que yo pasé; ¡quizás entonces logre estos poderes también! Tal como suceden las cosas, él está perdiendo su tiempo y también el mío' (...) Recuerdo otra vez que H.P. [Helena Petrovna] estaba hasta enojada, y nos dijo luego que Solovyov se había ido: '¡Qué hombre sorprendente que es! Ahora dice, ¿por qué enseñó a Olcott y no me enseña a mí? Jamás he enseñado nada a Henry; él es lo que es, un magnetizador nato'. Es verdad que el coronel era indudablemente magnetizador de nacimiento; lo vimos curar a muchas personas. El curó mi reumatismo por ejemplo y también a Solovyov mismo por su requerimiento (48). En India él dijo haber sanado a cientos de nativos" (49).  

Luego que Solovyov dejó Würzburg, dijo estar "inundado por cartas de H.P.B." El hecho parece ser que no recibió nada y se dio cuenta de que la carta del 8 de octubre no había impresionado para nada a H.P.B. Entonces Solovyov pensó en crear problemas para Blavatsky en su propia familia: comenzó inculcando a Vera la idea de que la Teosofía era antagónica al cristianismo y ésta última introduce este concepto con la siguiente explicación:  

"Cuando Solovyov vino a San Petersburgo en el otoño de 1885, lo recibimos como un amigo devoto y nos visitaba todos los días. Su constante correspondencia conmigo misma y mis hijas mayores había sido de lo más interesante; su conversación vital, sus criterios originales y gran sinceridad de interesarse en nosotros (...) Fue entonces que escuchamos por primera vez expresiones poco amistosas sobre mi hermana y su causa" (50).  

H.P.B. comentó a Sinnett que Vera le había escrito “una carta tronante llamándola 'renegada', una 'apóstata sacrílega como Julián' y una 'Judas' para Cristo” (51). Blavatsky replicó: "Es evidente que [Soloyov] están bastante furioso porque no consiguió de mí lo que esperaba, y ha inventado la excusa del anti-cristianismo (...) Y ustedes ya conocen lo que es mi anti-cristianismo; soy enemiga de los excesos eclesiásticos de protestantes y católicos; el ideal de Cristo crucificado brilla para mí todos los días más claro y puro" (itálicas añadidas, 52).  

Solovyov da ahora pasos para aumentar la fiebre de odio en Vera y sus hijas por H.P.B. Aquélla explica que aunque Solovyov en "Una Moderna Sacerdotisa" habla de ella como siendo odiosa con su hermana en esa época, “él no dice quién era el responsable de eso, quién había creado a propia conveniencia una tensión entre nosotros, manteniéndola con sus mentiras y calumnias, llegando a afirmar que mi hermana y un cercano amigo mío habían acusado [a Vera] de ocultar el dinero de nuestro padre muerto”, y añade: “Mi confusión era tal que ni siquiera se me ocurría que ni mi hermana ni nadie de mis amigos podrían haber dicho jamás una cosa así, porque al momento de su muerte sabían que mi padre residía con sus otros hijos en Stravropol, a 1.600 kilómetros de Tiflis, la que yo en ese tiempo jamás abandoné” (53). Helena se esforzaba por recuperar las relaciones con su hermana y en una carta dice: “Hay una cosa que quiero decirte, Vera, y es que puedo predecir que te arrepentirás amargamente de haber confiado en Solovyov y de tu amistad con él, ¡pero será demasiado tarde! (...) ¡Yo también lo amaba como un hermano!” Vera comenta: “¡Cuántas veces recuerdo desde entonces y con cuánta amargura rememoro esta profecía suya! (...) ahora cuando veo de lo que este hombre 'desventurado' es capaz!” (54). No satisfecho con separar a las hermanas, Solovyov llegó más lejos y destruyó la confianza de Madame de Morsier así como en la mayoría de los miembros de la S.T. parisina en H.P.B. y la Teosofía. Durante este período H.P.B. también tuvo serios problemas con Mohini y Bawaji, pues halagados por la adulación que les demostraban los teósofos en Europa, ellos se habían establecido por su cuenta como gurúes. A todas partes que iban, los estudiantes hasta ese momento leales a la causa teosófica se volvían contra la Sociedad. La correspondencia de H.P.B. en ese tiempo revela en qué medida ellos causaron serios problemas al Movimiento y en las vidas personales de sus miembros. H.P.B. escribió luego a Julia Campbell Ver Planck, una teósofa que significaba una nueva promesa en EE.UU.:  

"Sí, el trabajo ha traído sobre mí contumacia, ignominia de todas clases, odio, malicia y calumnia. Si fuera sólamente de los extraños me importaría muy poco, pero es triste decirlo: son los 'teósofos' principalmente quienes me desgarran en pedazos. Nuestras aves místicas son tan sabias para abonar su propio nido, en vez de irse y elegir otro. Es verdad, 'hay muchas mansiones' en la casa de nuestro Padre, pero para el mundo hay una sóla. ¡Y parece difícil que haya creado un 'Frankenstein' únicamente para correr alrededor de mí y desgarrarme en pedazos! Bien, así será porque es mi karma. 'Barkis está ansioso' aunque sea de convertirse en abono para el campo teosófico, porque algún día producirá cosechas".  

La siguiente carta apareció en The Irish Theosophist (febrero de 1895) con este comentario: "H.P.B. dijo una vez que la expresión 'Barkis está ansioso' era un mantram inconsciente elaborado por Dickens [en "David Copperfield"] y ella lo utilizaba en ciertas ocasiones con ciertas personas al encontrarlas [o escribirles] por primera vez. Cuando era pronunciado tenía una fuerza tan peculiar para [levantar] a aquél que lo escuchaba de sus labios cuando ella lo usaba”. Luego que Solovyov partió de París hacia Rusia, cesó con él todo contacto, y cobarde como era, esperó siete años para escribir "Una Moderna Sacerdotisa" cuando H.P.B. ya no estaba viva para refutar su historia. Respecto de qué creía Vera luego de morir H.P.B., Boris de Zirkoff informa que “el sufrimiento mental que experimentó” luego que Solovyov publicase "Una Moderna Sacerdotisa de Isis" (1892 y 1893) “quebrantó su salud y aceleró su muerte” (55). Ella murió en 1896, un año después de ser difundida esa ignominiosa obra en inglés. Por el lado positivo, Vera informó que en Rusia el libro de Solovyov despertó mucho interés en el trabajo de H.P.B en la Teosofía y había recibido muchas preguntas sobre de dónde su hermana podría haber obtenido sus escritos. El artículo sobre arte moderno "The Occult Literature in Russia" en un libro reciente afirma que como resultado de la respuesta desapasionada de Vera a los artículos de Solovyov, “la popularidad de Blavatsky creció” (56). Se hace evidente la enormidad de la deuda hacia Vera al ver la bibliografía “Zhelihovsky” del presente volumen, y sin este testigo en escena se habría perdido para la historia mucho de la primera parte sobre la vida de Blavatsky y muchas fases de su trayectoria posterior. 


Referencias

28. “Cartas de H.P.B. a Sergiev Alexandrovitch", The Theosophist, 1 de mayo de 1959, p. 87. 

29. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis". 
30. P. D. Ouspensky, "La Cuarta Dimensión", 3ra edición revisada, Pregrat, San Petersburgo, Rusia, M. V. Pirozhkov, 1918, p. 88-96. 

31. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis", p. 10-12, 21, 22, 29.
32. Beatrice Hastings, "Solovyov's Fraud-A critical analysis of the book 'A Modern Priestess of Isis'", Edmonton, Canadá, Logia Edmonton de la Sociedad Teosófica Canadiense, 1988, p. 58.

33. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis", p. 12, 24, 65. 
34. Hastings, "Solovyov's Fraud", 59; Francesca Arundale, "My Guest- H.P. Blavatsky", p. 29-30. 

35. Hastings, "Solovyov's Fraud", p. 59. 
36.  El retrato estaba originalmente en posesión de la esposa de Judge, quien donó sus efectos teosóficos a la Logia Unida de Teósofos en la ciudad de Nueva York. 

37. Eglinton, "A Memoir of Æ", p. 13. 
38. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis", p. 15, 22, 27. 
39. Blavatsky “Cartas de H.P. Blavatsky VII”, The Path, junio 1895, p. 76. 
40. H.L.P., “Ancient Egypt”, Lucifer, diciembre 1894, p. 278-79. 
41. Zhelihovsky, “Pravda ö Yelene Petrovne Blavatsky”, Rebus, 1883, p. 58-59. 
42. Zhelivhovsky, “Pravda ö Yelene Petrovne Blavatsky”, p. 52. 
43. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis", p. 173-75. 
44. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis", p. 288-89. 
45. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis", p. XV. 
46. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis", p. 346-47. 
47. Zhelihovsky, “Pravda ö Yelene Petrovne Blavatsky”, p. 33. 
48. Zhelihovsky, “Pravda ö Yelene Petrovne Blavatsky”, p. 31-32. 
49. Olcott, "Old Diary Leaves", 3º edición revisada, 2: 373-467. 
50. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis", p. 312. 
51. Blavatsky, "Cartas de H. P. Blavatsky a A. P. Sinnett", p. 172. 
52. Solovyov, "Una Moderna Sacerdotisa de Isis", 31; Zhelihovsky, “Pravda ö Yelena Petrovne Blavatsky”, p. 313. 

53. Zhelihovsky “Pravda ö Yelene Petrovne Blavatsky”, p. 124. 
54. Zhelihovsky, “Pravda ö Yelene Petrovne Blavatsky”, p. 53. 
55. Blavatsky, "H.P. Blavatsky Collected Writings I", p. 537. 
56. Edward Kasinec y Boris Kerdimun, “Occult Literature in Russia”, ed. Maurice Tuchman, "The Spiritual in Art-Abstract Painting 1890-1985", Nueva York, NY., Abbeville Press, 1986, p. 361-66.

Peter Washington y su mandril farandulero

"Notas sobre 'El Mandril de Madame Blavatsky'”
Reseña por W.T.S. Thackara; reimpreso de Theosophical History (6:8), octubre de 1997, p. 309-315, con material añadido (https://www.theosociety.org/pasadena/ts/hpb-notesbab.htm).


Presentamos una crítica de "El mandril de Madame Blavatsky: La Teosofía y el surgimiento del Gurú Occidental", por Peter Washington, Londres: Secker & Warburg, 1993 (…) (edición estadounidense de 1995 subtitulada: “Una historia de los místicos, médiums e inadaptados que trajeron el espiritismo a Norteamérica”).

Peter Washington es editor general de Everyman Library y autor de varios libros, entre ellos Fraud: Literary Theory and the End of English. Es profesor de literatura inglesa y europea en la Universidad de Middlesex; asimismo trabaja como revisor y crítico de The London Evening Standard y The Independent.


Introducción del Editor

Las "Notas sobre el Mandril de Madame Blavatsky" por W.T.S. Thackara no son tanto una reseña literaria como un ensayo vindicativo. Cuando esa obra apareció por primera vez en Reino Unido durante 1993, muchos se sintieron consternados por la cantidad de inexactitudes en el tratamiento del autor para el contenido teosófico. Se esperaba que se hicieran las correcciones pertinentes cuando Schocken Books lo publicara en Estados Unidos; sin embargo, este no fue el caso. Como resultado, el señor Thackara de Theosophical University Press (Theosophical Society, Pasadena) emprendió la tarea de detallar y corregir algunos de los traspiés más significativos. Dada la popularidad del libro (del cual existen numerosas referencias en Internet) y si bien puede ser cautivador (Robert Boyd en Theosophical History VI/6 escribió un resumen más favorable, destacando el alcance y las ideas contenidas en el mismo), es importante que los lectores -en especial del mundo académico- estén conscientes de los descuidos y, a veces, desatinos imperdonables que se encuentran dispersos en el libro de Washington. Por supuesto, surge la pregunta: "Si el libro tiene tantos errores en referencia sólo a la Teosofía, ¿cuántos más existen en el tratamiento del autor respecto a los otros movimientos?" Quizá sus representantes puedan contestar a esa inquietud.

“Con demasiada frecuencia y cuando se discute en círculos académicos, este tema se presenta de manera muy poco profesional. Las falsedades se perpetúan y la investigación original no se realiza activamente. Sin embargo, está apareciendo un renovado interés por la Teosofía (…) Tengo la esperanza de que [un historiador desapasionado de la religión que dé a H.P.B. lo que le corresponde] lleve a cabo dicha tarea más temprano que tarde, y una forma de hacerlo es que los expertos reevalúen -o tal vez lean por primera vez- los principales escritos de Blavatsky a la luz de la erudición del siglo XIX. En mi opinión, los lectores se sorprenderán de la profundidad y el eclecticismo que existen especialmente en sus obras maestras Isis Develada y La Doctrina Secreta.

-James Santucci, PhD, Director, Departamento de Religión Comparada, Universidad Estatal de California, Fullerton.


Valoración general

Escrito con un estilo ingenioso y atractivo, el libro contiene suficientes hechos y conocimientos, algunos bastante buenos, con objeto de resultar atractivo para un amplio lectorado; quizás de manera seductora, ya que se citó como fuente de referencia en revistas como Smithsonian (mayo de 1995), y Peter Washington ha sido entrevistado en la televisión británica como "autoridad" en historia teosófica.

En un examen superficial, el texto aparenta buena investigación y objetividad, pero un análisis más cuidadoso, especialmente de la sección teosófica -a la que se limitan estas observaciones-, revela serios errores y negligencias. Aparte del uso bastante obvio de insinuaciones y medias verdades para reforzar sus corolarios negativos sobre H.P. Blavatsky y otros personajes, el autor es frecuentemente inexacto, tergiversa la enseñanza teosófica, se basa en afirmaciones no corroboradas (a menudo de fuentes hostiles secundarias y terciarias), omite evidencia de refutación o distorsiona fechas, eventos y atribuciones; degrada, trivializa y por lo común ofrece una explicación unilateral. Cualquiera que sea el mérito que pueda tener el libro, queda anulado por su ausencia de fiabilidad y múltiples prejuicios.

Uno esperaría que cualquier autor que escriba sobre temas históricos utilice informaciones primarias en la medida de lo posible. No tenemos constancia de que Peter Washington se haya puesto en contacto [con alguna de las ramas del Movimiento] y sus considerables recursos análogos, ya sea para verificar hechos o entrevistar a miembros del personal y testigos vivos que quizás estén mejor informados sobre Blavatsky (…) y la historia teosófica. La "competencia académica" y "objetividad" de Washington se pueden deducir de la siguiente lista de errores y omisiones que no pretende ser acuciosa, sino representativa [los números de página corresponden a la versión citada del inicio].


Errores y omisiones (enumerados secuencialmente):

01. Páginas 34e-35b: "Según la descripción posterior de Blavatsky sobre la Hermandad, esta jerarquía está encabezada por el Señor del Mundo que vive en Shamballa, desierto de Gobi (11). El Señor del Mundo vino originalmente desde Venus con varios ayudantes y ahora habita el cuerpo de un muchacho de 16 años. En orden descendente de autoridad, sus ayudantes son el Buda, el Mahachohan, Manu y Maitreya (…)”.

“El auxiliar de Manu es visitante original de Blavatsky, el Maestro Morya, a menudo denominado Maestro M. o simplemente ‘M’. Su deber especial en la distribución de responsabilidades cósmicas es presidir las cualidades de Poder y Fuerza, con especial atención a la guía de las naciones (…)”.

"El asistente de Maitreya es el Maestro Koot Hoomi (…) cuyas encarnaciones pasadas incluyen a Pitágoras (…) Es un compañero culto, lingüista y músico cuyo trabajo abarca la supervisión de temas religiosos, educacionales y artísticos".

Comentario: desinformación, mala atribución, dependencia evidente de fuentes secundarias o terciarias; indocumentado (la nota 11 del capítulo es una referencia a Shambhala por René Guénon y Marco Pallis). Este relato engañoso no se encuentra en los escritos de Blavatsky, pero puede remontarse a una tradición divergente [pseudo-Teosofía] que ganó prominencia entre algunos teósofos muchos años posteriores a la muerte de Helena en 1891. Un erudito cuidadoso y razonablemente familiarizado con la historia y doctrina teosóficas no confundiría las dos. En efecto, Peter Washington (en adelante P.W.) otorga muy pocas descripciones de la Teosofía tal como la presentaron H.P.B. y sus Maestros, y lo que sí menciona a menudo es inexacto o se halla fuera de contexto (ver Nota 13 a continuación).


02. Página 45a: "El mandril de Madame Blavatsky señaló su propia postura en este debate como una inflexible anti-darwinista (…) Pero involucrada con este gran rechazo del darwinismo (…) está el mensaje adicional de que cualquiera que piense como Darwin debe no ser mejor que un babuino, es decir, tosco y astuto, necio, vulgar, codicioso, grosero y engañoso".

Comentario: inexacto y engañoso. La primera declaración podría fácilmente -pero de forma incorrecta- ser interpretada en el sentido de que H.P.B. era “anti-evolucionista”. Por el contrario, la Doctrina Secreta se basa en un paradigma evolutivo, y ella estaba lo suficientemente versada en el tema para articular la diferencia entre el principio de evolución y el modelo darwinista que pretende explicar su mecanismo. Habiendo traducido al menos una parte de “El Origen de las Especies” a principios de 1875, sin duda conocía el capítulo 6 de Darwin llamado “Dificultades en la teoría", problemas fundamentales que no se han resuelto en la actualidad (lagunas fósiles, límites híbridos, instinto, etc.). En su Doctrina Secreta, Blavatsky otorgó a Darwin el crédito debido por la enmendatura parcial de su hipótesis con respecto a la variación, a diferencia de la especiación; pero ella lo juzgó insuficiente para explicar las causas evolutivas subyacentes, y a los darwinistas como éticamente culpables por poner "en el lugar de una fuerza creativa consciente (…) una serie de injerencias naturales que actúan de modo ciego, o mejor dicho, sin propósito ni diseño” (2:652; además cita a Ernst Haeckel para no tergiversar la postura darwinista). En cuanto a la "alta desestimación", H.P.B. simplemente resumió las críticas pertinentes de científicos contemporáneos como el co-teórico de Darwin A.R. Wallace, y el antropólogo francés A. de Quatrefages, cuyos temas propuestos aún se debaten en ambientes homólogos. Su posición frente al darwinismo se repite casi un siglo después en el comentario de 1973 por el zoólogo Pierre-Paul Grasse (fallecido presidente de la Academia Francesa de Ciencias): "Mediante el uso y abuso de postulados ocultos, de extrapolaciones audaces y a menudo mal fundadas, se ha creado una pseudociencia (…) las doctrinas explicativas de la evolución biológica [darwinista] no resisten una crítica objetiva y profunda. Se muestran en conflicto con la realidad o bien son incapaces de solucionar los principales problemas implicados" (Evolution of Living Organisms, NY: Academic Press, 1977, p. 6, 202). Vemos entonces que existe una diferencia considerable entre un olímpico descarte y la crítica informada.


03. Página 49c: "Después de eso [el cierre del Spiritual Scientist de Gerry Brown] Blavatsky estableció un Club de Milagros, dedicado a investigar fenómenos ocultos".

Comentario: Error de hecho, dependencia evidente de una fuente secundaria y viciosa. Olcott organizó el Miracle Club (con avenimiento de H.P.B.) en Nueva York hacia mayo de 1875, mientras Helena vivía en Filadelfia. El Club fracasó casi de inmediato, pero Brown continuó publicando The Spiritual Scientist durante unos años más. La fuente de P.W. es muy probablemente “Una Moderna Sacerdotisa de Isis” por V. Solovioff (1895, p. 249, 255), que comete el mismo error (ver Nota 10 a continuación sobre la credibilidad del calumniador ruso).


04. Página 52b: "Isis Develada es una exposición del ocultismo egipcio y el culto a la Gran Madre".

Comentario: Tergiversa y trivializa. Esta caracterización de Isis es nueva, pero completamente engañosa. P.W. amplía su descripción en el párrafo que sigue, pero esto también disminuye enormemente el alcance del trabajo de ambos volúmenes que suman 1.317 páginas. Sólo cita críticas hostiles y omite varias positivas.


05. Página 52e: "(…) otro crítico identificó más de dos mil citas no reconocidas [en Isis Develada]".

Comentario: Fuente cuestionable; omite pruebas de refutación. El crítico, a quien P.W. no logra identificar (tal vez intencionalmente, dada su falta de credibilidad), es William Emmett Coleman, por largo tiempo adversario de Blavatsky y ardiente espiritista que fue empleado de la Oficina del Intendente en el Ejército de EE.UU. (Fort Leavenworth, década de 1870) y más tarde en San Francisco. A pesar de sus aseveraciones, Coleman nunca presentó documentación satisfactoria. Para obtener las credenciales, se autodescribió como miembro de varias sociedades científicas, incluidas American Oriental Society, Royal Asiatic Society y Pali Text Society. Según el historiador Michael Gomes, la indagatoria no ha revelado contribuciones de Coleman en estos campos. Gomes también examinó la crítica de aquél y, teniendo en cuenta los errores en la preparación y composición tipográfica del manuscrito, concluyó que casi todos los ejemplos de citas en Isis se reconocen de una forma u otra (hay unas 2.400 notas al pie de página). Además, el doctor Graham Hough, profesor emérito de inglés en la Universidad de Cambridge, admitió a regañadientes en The Mystery Religion of W.B. Yeats (1984, p. 36) que "cuando [H.P.B.] cita una autoridad identificable -digamos, un filósofo neoplatónico- por lo común resulta que ella da una representación justa de lo que él realmente dijo”. También debemos tener en cuenta el testimonio del profesor Hiram Corson de la Universidad de Cornell, quien se sorprendió por la capacidad de H.P.B. para citar "largos párrafos textuales de docenas de libros, y estoy perfectamente seguro que no había copias de ellos en EE.UU. para ese momento, traduciéndose fácilmente de varias lenguas” (ver Michael Gomes, Dawning of the Theosophical Movement, p. 143-55, 113).


06. Página 53c: "(…) donde el nudismo y la reforma dietética unieron sus brazos con la hermandad universal y la sabiduría oculta".

Comentario: Asociación falsa, insinuación. La Teosofía puede recomendar una reforma dietética sensata, pero que sepamos no dice nada sobre el nudismo.


07. Página 53d: "(…) el señor J.G. Felt".

Comentario: Descuido, probable dependencia de una fuente secundaria o terciaria. John Symonds (1960, p. 75) y Gertrude M. Williams, Priestess of the Occult (1946, p. 101), quienes lo mencionan como J.H. Felt, y debiera ser G.H. [George Henry] Felt.


08. Página 54c: "William Judge, el pasante de abogado, propuso al coronel [Olcott] para presidente [de la Sociedad Teosófica]".

Comentario: degradaciones; depende de una fuente secundaria o terciaria. Omite que Judge era abogado por derecho propio, cuya especialización era el derecho mercantil. (La biografía de John Symond sobre H.P.B., frecuentemente citada por P.W., dice "pasantía de abogado", al igual que Gertrude Marvin Williams, una biógrafa negativa anterior y en quien Symond parece confiar mucho [¡vaya caso de disonancia cognitiva!]. La fuente principal es probablemente el artículo de Olcott "Old Diary Leaves" en The Theosophist, noviembre de 1892, donde afirma que Judge era "escribano de abogacía" en ese momento; a menudo el secretario era y es el destino de abogados jóvenes, pero Olcott también mencionó en el mismo artículo que Judge fue admitido en el Colegio de Abogados en 1872).


09. Página 54e: "La Sociedad Teosófica propiamente dicha nació el 13 de septiembre, aunque no celebró su primera reunión oficial hasta el 17 (...)".

Comentario: Fecha inexacta: la primera reunión "oficial" de la S.T. se llevó a cabo el 17 de noviembre.


10. Página 83: P.W. cita la conclusión del Informe Hodgson (1885) de la Society for Psychical Research (SPR) que calificó a Blavatsky como "una de las impostoras más consumadas, ingeniosas e interesantes de la historia".

Comentario: Omite pruebas de refutación. Aunque P.W. señala que Hodgson retiró su "corolario" de que Blavatsky fue espía rusa, no menciona la publicación de abril de 1986 en el SPR Journal, denominado "J'Accuse" y por el doctor Vernon Harrison, experto en detección de falsificaciones y miembro senior de la misma colectividad. A partir de su análisis, Harrison concluye que "mientras Hodgson estaba dispuesto a usar cualquier evidencia -por trivial o cuestionable que fuera- para implicar a H.P.B., ignoró todas las pruebas que pudieran usarse a su favor. Su informe está plagado de declaraciones sesgadas, conjeturas sugeridas como hechos ciertos o probables, testimonio no corroborado de testigos sin identificar, selección de pruebas y absoluta falsedad” (p. 309). “El Informe Hodgson es un documento sumamente partidista que renuncia a todo reclamo de imparcialidad científica (…) el caso contra Madame Blavatsky NO ESTÁ PROBADO en el sentido escocés” (p. 287). Aunque no se publicó en ese momento, el estudio posterior de Harrison llamado H.P. Blavatsky and the SPR (TUP, 1997) condena el Informe Hodgson como "peor de lo que pensaba (…) Es el trabajo de un hombre que ha llegado a conclusiones al principio de la investigación y posteriormente, seleccionando y distorsionando la evidencia, no dudó en adoptar argumentos defectuosos para apoyar su tesis” (p. viii). Al igual que Hodgson, P.W. no cuestiona las acusaciones infundadas de los Coulomb, de quienes admite que buscaban venganza, pero posibilita que se mantengan sus libelos de fraude, evidentemente porque respaldan sus propias deducciones. De manera similar, asegura (p. 90) que H.P.B. confesó a Vsevolod Solovioff que sus fenómenos eran "fraudulentos", una declaración de éste último o posiblemente importada desde la biografía de John Symond -citada con amplitud-, pero eludiendo la pregunta de Symond: "¿Hasta qué punto se puede creer en Vsevolod Solovyov? Sólo tiene su palabra para ello" (Madame Blavatsky, 220).

*También está ausente aquí la respuesta de Vera Jelihovsky a Solovioff de que su hermana (H.P.B.) a veces se "acusaba falsamente" a sí misma para escapar de la molestia [mejor dicho, "acoso" de su amigo ruso], pero le dijo que ella (Helena) "estaba segura de que nunca había hecho una admisión de ese tipo" (Solovioff, A Modern Priestess of Isis, 318). A lo largo de estos capítulos, P.W. afirma el “engaño, la “farsa” y “mentira” por parte de Blavatsky, pero cuando no da información confusa, nunca establece nada más que varios rumores, si no todos ellos de testigos hostiles o prejuiciosos.

*Incluso Walter Leaf, traductor de Solovioff, admitió que éste usó las cartas de H.P.B. de manera selectiva: "Las misivas no están completas; son seleccionadas por un enemigo personal acérrimo con el propósito de dañar a su escritora”. Leaf señala una correspondencia en particular que implica "una inconsistencia real con la narrativa de Solovyoff; conlleva que no ha representado correctamente la actitud mental en que se encontraba luego de las conversaciones en Würzburg. Confieso que no estoy satisfecho con su propia explicación” (Solovioff, xv).


11. Página 110b: "Purucker, un compañero afable, erudito y ascético casi treinta años más joven que Tingley, pronto se convirtió en su hijo sustituto y mano derecha".

Comentario: Insinuación engañosa. Gottfried de Purucker (GdeP), soltero de toda la vida, era ascético y erudito, pero no "afable" según la mayoría de las definiciones. Como alumno y sucesor de Katherine Tingley, puede ser considerado su "hijo" sólo en el sentido de tutoría espiritual e intelectual.

La nota 7 (p. 415) es más seria. Aquí P.W. afirma que "H.N. Stokes descartó ingeniosamente los extensos escritos de Purucker como 'barboteo teosófico'". De hecho, P.W. confunde una declaración en California Utopia: Point Loma 1897-1914 por Emmett Greenwalt, donde escribe: "El doctor H.N. Stokes, editor teosófico independiente y uno de los críticos [hacia GdeP], llamó 'barboteo sánscrito' a las innovaciones de vocabulario por Purucker" (p. 118).

P.W. tergiversa a uno y otro. En la edición de mayo-junio de 1935 para su O.E. Library Critic ("The Sanskrit Jabberwock"), Stokes criticó lo que le parecía una "moda" en la educación sánscrita de Point Loma, y tampoco menciona a GdeP por su nombre en el artículo; hasta donde sabemos nunca acusó a éste último con el mencionado calificativo en ningún otro lugar, y sólo discrepa con la preferencia académica de GdeP por la precisión sánscrita (pues la ortografía correcta difícilmente puede considerarse "innovación"). Por el contrario, Stokes quedó impresionado con la enseñanza de Purucker y su claridad al escribir y hablar. Finalmente se unió a la S.T. bajo el liderazgo de Gottfried, permaneciendo como miembro activo hasta su muerte el 30 de septiembre de 1942, tres días después de fallecer aquél (Theosophical Forum, enero de 1943, p. 42). Si P.W. hubiera ido a la fuente principal, también encontraría la descripción de Stokes sobre su primer encuentro con GdeP en 1931 durante una reunión teosófica en Washington, DC (…).

[N.del T.: El apartado previo y siguiente se incluyen sólamente con un doble propósito: a) demostrar las asombrosas fallas de Washington y su “mandril farandulesco” respecto de la historia teosófica, y b) reconocer el mérito de Thackara al revisar y responder los prejuicios de dicho “investigador”. Cabe recordar que la L.U.T. -y como hizo el propio Stokes en su momento- expone antecedentes que cuestionan seriamente la fiabilidad de Purucker como “sucesor” de Helena Blavatsky. Sobre este tema consúltense “La polémica ‘sucesoria’ de Point Loma y Pasadena”, “¿Conviene estudiar a Gottfried de Purucker?” y una discusión con miembros de ese grupo].


12. Página 114c: "Para el estallido de la Primera Guerra Mundial, las cosas ya estaban en declive (…) La Madre Púrpura [Katherine Tingley] se tambaleó durante otros quince años (…) pero pocos años luego de su muerte, la comunidad se había visto obligada a cerrar".

Comentario: Inexacto y denigrante. El registro histórico dice lo contrario, incluida la constitución de la Universidad Teosófica en 1919 y un resurgimiento de la membresía en el decenio 1930 bajo el liderazgo de Purucker (1929-1942). La Depresión obligó a recortes en Point Loma, exacerbados por nuevos impuestos y otras cargas financieras; pero no fue hasta 1942, cuando San Diego se convirtió en área de preparación para el escenario del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial, que GdeP trasladó la sede internacional -virtualmente libre de deudas- a Covina (Theosophical Forum, diciembre de 1942, p. 573-4), desde donde se reubicó en 1951 a su ubicación actual en Pasadena/Altadena.

"Tambalearse", además, implica senilidad e incompetencia. El coronel Arthur L. Conger (a quien el general George C. Marshall consideraba como "una de las mejores mentes del ejército"*) escribió a H.N. Stokes el 8 de agosto de 1932:

“He recibido su carta del día 6, en que cita a un corresponsal que alega: ‘Sobre una autoridad indiscutible, la señora Tingley no era de ninguna manera 'la cabeza brillante' hasta el día de su fallecimiento, pues durante varios años y antes de su muerte estuvo aquejada de una enfermedad cerebral’. En respuesta, deseo negar enfáticamente que su informante tenga tal ‘autoridad’, sea ‘irreprochable’ o de otro tipo para semejante afirmación ridícula. Conozco íntimamente a Tingley desde 1896. En 1926 fui su invitado en Nurnberg y para 1927 fue mi huésped en Berlín [donde él era agregado militar de Estados Unidos]. En 1928 me reuní con ella en Visingso [Suecia] y permanecimos allí hasta abril de 1929 (…) Sobre la base de los contactos anteriores, afirmo que no hubo disminución de los brillantes poderes intelectuales en Katherine Tingley hasta el final de su vida [11 de julio de 1929]” (O.E. Library Critic, agosto de 1932).

*Según John Gilbert Winant en sus Letters from Grosvenor Square: An Account of a Stewardship, Houghton Mifflin, Boston, 1947, p. 135. Winant fue gobernador de New Hampshire, y durante la Segunda Guerra Mundial embajador de Estados Unidos en Gran Bretaña.


13. Página 406, nota 3: "(…) el sobrino nieto de H.P.B., Boris de Zirko".

Comentario: inexacto. "Zirko" debe escribirse Zirkoff. Este podría ser un desliz de tipografía, pero lo más probable es que el autor no haya prestado atención a los detalles. Y lo que es más importante, sólo hemos encontrado esta única mención de Zirkoff, nada en el índice ni en la bibliografía. Es curioso que en esta sección no haya ninguna referencia al monumental H.P. Blavatsky: Collected Writings de 15 volúmenes, editado por Zirkoff, como seguramente incluiría cualquier autor competente que se base en material de fuente primaria. Uno sólo puede preguntarse cuánto de los escritos de Blavatsky ha leído o “comprendido” P.W.


14. Sobrecubierta (edición en inglés, hoja delantera): "En 1875, una aristócrata rusa renegada y un coronel estadounidense jubilado fundaron la Sociedad Teosófica. Sus objetivos declarados eran promover la hermandad del hombre y alentar el estudio de religión y fenómenos psíquicos, pero en realidad fue el vehículo por el cual una de las fundadoras, Madame Blavatsky, pudo ejercer sus poderes ocultos".

Comentario: tergiversación; insinuación de motivo. Aunque probablemente fue escrito por el equipo de publicidad en la editorial, este pasaje refleja el estilo y las conclusiones del autor. El editor presentó el libro a Theosophical University Press (TUP) como "indudablemente escéptico, pero es un estudio objetivo del Movimiento Teosófico". En su respuesta del 24 de marzo de 1994, TUP solicitó una explicación de "por qué en la primera frase de la hoja volante del libro, el coronel Olcott debe considerarse 'jubilado' a los 43 años, cuando él más tarde recibió una Carta Presidencial [estadounidense] firmada personalmente y un pasaporte especial, recomendándole a todos los ministros y cónsules estadounidenses en el extranjero, con una comisión para informar ‘sobre la viabilidad de extender los intereses comerciales de nuestro país en Asia’" La declaración sobre H.P.B. no necesita comentarios.


15. Instituto de Ciencias Noéticas (IONS), otoño de 1995, “Listado de Recursos” (página 11): "(…) una expatriada rusa e itinerante de dudosa nobleza (Helena Blavatsky)" [la herencia aristocrática de la aludida está bien documentada en ambos lados de su familia, von Hahn y de Fadeyev]. “Con un ingenio incisivo, este libro ilumina en muchos niveles: como historia intelectual, panorama de fantasía y locura humanas, un ejercicio sobre cómo separar la ficción de los hechos y el mensaje del mensajero".

Comentario: sarcástico e inexacto: un ejemplo más de la facilidad con que se puede engañar a un revisor o redactor, pues si éstos se hallaran más familiarizados con el registro histórico real, podrían caracterizar mejor el libro como un engaño intelectual que infunde hechos con medias verdades y separa el mensaje sólo al ignorarlo o distorsionarlo. Un borrador anterior de estas notas se envió el 25 de octubre de 1995 al fallecido doctor Willis Harman, entonces presidente de IONS, quien respondió el 6 de noviembre: "No teníamos intención de denigrar a H.P. Blavatsky (…) Estamos eliminando el libro de Washington de catálogos futuros, y le agradecemos por llamarnos la atención sobre esto".

A juzgar sólo por esta muestra relativamente pequeña, se considera que el tratamiento de Peter Washington de la historia teosófica está muy sesgado y recurre a fuentes defectuosas, lo que genera dudas legítimas sobre su precisión y objetividad en el resto del libro. Las críticas de Vernon Harrison al Informe Hodgson (Nota 10 anterior) podrían aplicarse justificadamente al “mandril” de Peter.