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25 de enero de 2022

Una descripción de la Teosofía (3 de 4)


Enseñanzas teosóficas fundamentales

"No hay nada nuevo bajo el sol".

En 1877, H.P.B. publicó su primer libro, un vasto trabajo en dos volúmenes titulado "Isis Develada", que llevaba por descripción "Una clave maestra de los Misterios de la ciencia antigua y moderna y de la teología", con el primer tomo llamado "Ciencia" y el segundo, "Teología". A la vez desafiante, poderoso, perspicaz y revelador, inmediatamente saltó a los titulares y comenzó a atraer gradualmente el pensamiento y la atención del público general hacia el Movimiento Teosófico y las enseñanzas que presentaba al mundo.

El prefacio al segundo tomo dictaminó claramente que "este volumen está dirigido en particular contra el cristianismo teológico, el principal opositor del pensamiento libre. No contiene una sóla palabra contra las enseñanzas puras de Jesús, pero denuncia implacablemente su degradación en sistemas eclesiásticos nocivos que son ruinosos para la fe del ser humano en su inmortalidad y su Dios, y subversivo de toda restricción moral. Lanzamos nuestro guante a los teólogos dogmáticos que esclavizarían tanto a la historia como a la ciencia; y especialmente al Vaticano, cuyas pretensiones despóticas se han vuelto odiosas para la mayor parte de la cristiandad ilustrada. Excluyendo al clero, nadie más que el filósofo, el investigador o explorador intrépido debieran interesarse en libros como éste, pues tales profundizaciones de la verdad tienen el coraje de sus opiniones".

La Teosofía no duda en afirmar que la influencia del cristianismo sobre el mundo occidental se ganó en gran parte mediante fuerza, miedo y fraude. De esta manera, "Isis Develada" marcó el tono que ha llevado a muchos creyentes desde entonces a acusar a H.P.B. y a la Teosofía de ser claramente "anticristianos". Pero si la religión cristiana -incluidos su Dios, su Salvador, Biblia y doctrinas- se basa principalmente en siglos y siglos de mentiras, traiciones, ignorancia y corrupción, como "Isis Develada" prueba indudablemente con la ayuda de miles de referencias, ¿no sería tal vez "pro-Verdad" un epíteto más exacto en lugar de "anticristianos"?

Hablando sobre los sacerdotes y líderes cristianos hacia el final del segundo volumen, H.P.B. escribe:

"Ignórenlos, porque ya les hemos dedicado suficiente espacio y a su teología de conglomerados. Hemos pesado a ambos tanto en la balanza de la historia, la lógica y la verdad y los hallamos deficientes. Su sistema genera ateísmo, nihilismo, desesperación y crimen, y sus sacerdotes y predicadores no pueden probar por medio de obras su recepción del poder divino. Si tanto la Iglesia como el sacerdote pudieran pasar de la vista del mundo tan fácilmente como hacen ahora sus nombres ante el ojo de nuestro lector, sería un día feliz para la humanidad" [45].

La visión teosófica es que el cristianismo no es la cura para el ateísmo, sino más bien la causa del mismo para millones de personas al menos en Occidente.

Las enseñanzas teosóficas centrales, tales como la Reencarnación y la Ley del Karma, apenas se mencionan en "Isis Develada" y otros escritos tempranos de H.P.B. o, cuando se abordan, son tratadas en una manera breve y algo vaga. Aunque estuvieron presentes en los contenidos desde el principio, la Reencarnación y el Karma no asumieron su gran énfasis y lugar de importancia posterior hasta después de que el primer ciclo de siete años del Movimiento Teosófico se hubiera completado con éxito en 1882. Del mismo modo, había otras instrucciones de naturaleza más profunda que Blavatsky se abstuvo de entregar hasta después de 1889, siendo ejemplo de ello "Psychic and Noetic Action" ("Acción psíquica y noética"), un artículo de 1890. El número siete es de gran importancia en esoterismo, y así los ciclos septenarios se toman bastante en serio.

En una carta a Olcott fechada el 6 de diciembre de 1887, Blavatsky escribió:

"La Sociedad fue creada y gradualmente se fusionó desarrollando indicios sobre las enseñanzas de la Doctrina Secreta originada en la escuela más antigua de Filosofía Oculta en todo el mundo: una escuela a reformarse lo que, finalmente, el Señor Gautama [Buda] hizo posible. Estas enseñanzas no pueden darse de manera abrupta y debían ser inculcadas gradualmente" [46].

Por lo tanto, "Isis Develada" sirvió para establecer la base de trabajo inicial e intentar eliminar parte de "la basura de las edades" en la mente y conciencia occidentales. Su capítulo final comienza enumerando diez puntos como sumario de "las proposiciones fundamentales de la filosofía oriental que hemos elucidado sucesivamente". La primera de ellas es: "No existen milagros. Todo lo que sucede es resultado de la Ley: eterna, inmutable y siempre activa. El milagro aparente no es más que la operación de fuerzas antagónicas a lo que el doctor W.B. Carpenter, Miembro de la Royal Society -un hombre de gran instrucción, aunque escaso conocimiento- llama 'las leyes bien determinadas de la naturaleza'. Como muchos de su clase, Carpenter ignora el hecho que puede haber leyes que alguna vez fueron 'conocidas', ahora ignotas para la ciencia" [47].

"Nuestro deber es mantener vivas en el ser humano sus intuiciones espirituales", declaró Blavatsky en otra parte [48]. "Crear oposición y contrarrestar -después de la debida investigación y la prueba de su naturaleza irracional- la intolerancia en todas sus formas, religiosa, científica o social, y la hipocresía sobre todo, ya sea como sectarismo religioso o creencia en milagros o cualquier aspecto prodigioso. Lo que debemos hacer es tratar de obtener conocimiento de todas las leyes naturales y difundirlo, como también alentar el estudio de aquellas normas menos comprendidas por la gente moderna, las llamadas Ciencias Ocultas, basadas en el verdadero conocimiento de la Naturaleza, en lugar de creencias supersticiosas basadas en fe ciega y autoridad, como sucede actualmente".

La Teosofía enseña que los sucesos descritos como "milagrosos" y "sobrenaturales" son simplemente la consecuencia de ciertas Leyes de la Naturaleza desconocidas para la gran mayoría de la gente (a menudo incluso para aquéllos que actuaron como instrumentos para el llamado "milagro") y tomadas en cuenta sólo por unos pocos.

La creencia en lo sobrenatural significa asumir que la Naturaleza -que, en terminología filosófica, no es sino otro nombre para el Universo Manifestado- no está gobernada por la Ley, sino que está regida o es susceptible de ser influenciada por un Poder o Ser separados o externos. La Teosofía niega con vehemencia tal idea e insiste en que el Universo es producido y gobernado por la Ley absoluta e inmutable, y que yerran de plano los individuos aferrados a la idea de que "todos los códigos de la Naturaleza ya son conocidos y entendidos por la humanidad moderna".

Aunque Helena Blavatsky escribió cientos de artículos sobre muchos temas y aspectos diferentes de la Sabiduría Eterna entre 1877 y 1888, no fue sino hasta la última fecha que se publicó su segunda obra. Incluso más largo que "Isis Develada", éste fue el más grande e importante de todos sus escritos, y se tituló "La Doctrina Secreta", publicada también en dos grandes volúmenes, "Cosmogénesis" y "Antropogénesis". El primero trataba sobre los orígenes, el nacimiento y la evolución del Universo, el Cosmos, el Sistema Solar y nuestro planeta, mientras que el segundo se ocupa de los orígenes, el surgimiento y la evolución de la humanidad.

Nunca se afirmó o insinuó que la totalidad de la Doctrina Secreta estaba contenida en el libro homónimo, pero el texto sí señalaba, entre otros aspectos:

"Sólo una cierta porción de las enseñanzas secretas puede darse en la era actual" [49].

"Pasarán siglos antes que se dé mucho más" [50].

"La DOCTRINA SECRETA no es un tratado ni una serie de teorías vagas, sino que contiene todo lo que se puede dar al mundo" [51].

"Los volúmenes presentes (...) aunque dan muchos principios fundamentales de la DOCTRINA SECRETA del Oriente, levantan una pequeña porción del velo oscuro. Porque a nadie, ni siquiera al mejor Adepto viviente, se le permitiría -ni podría aunque quisiera- entregar promiscuamente a un mundo burlón e incrédulo lo que tan eficazmente le ha sido ocultado durante largos eones y eras" [52].


"Ahora se permite que el esquema de algunas verdades fundamentales de la Doctrina Secreta de las Edades Arcaicas vea la luz, después de largos milenios del más profundo silencio y secreto (...) Pero incluso lo poco que se da ahora, es mejor que el completo silencio sobre esas verdades vitales" [53].

"La Doctrina Secreta" fue escrita deliberadamente de tal manera que resultó difícil y poco llamativa para el lector promedio y simplemente curioso. H.P.B. escribió que, aunque estaba disponible para cualquiera, se había compuesto principalmente para estudiantes de esoterismo y aquéllos que ya habían empezado a familiarizarse con las enseñanzas de Teosofía. Al presentar la síntesis perfecta y natural y la unidad de religión, filosofía y ciencia, se confirmó por los Maestros que consistió en "una triple producción" [54] o el resultado de los maestros Koot Hoomi y Morya trabajando junto con la que llamaron su "Agente directa". El Maestro K.H. había descrito "La Doctrina Secreta" como el "epítome de las verdades ocultas que la convertirá en una fuente de información e instrucción para el estudiante devoto durante los largos años venideros" [55].

Bajo esta óptica, lo que estaba ocurriendo en el Movimiento Teosófico era de importancia y significado únicos y monumentales para el mundo, aunque no fue amplia y apropiadamente reconocido y apreciado como tal, ni entonces ni después.

Junto a enseñanzas fundamentales como la Ley del Karma, Reencarnación y la Unidad de toda la Vida, estaban disponibles ciertas doctrinas espirituales-esotéricas que nunca antes se habían dado de manera específica o clara al público, como aquéllas sobre el origen y futuro de la Tierra y la humanidad (incluyendo cadenas planetarias, globos, rondas, razas-raíces, etc.), las civilizaciones de Atlántida y Lemuria, los verdaderos detalles sobre el estado de la vida póstuma y lo que sucede entre la muerte y el renacimiento, la naturaleza séptuple humana, el origen de la conciencia y la real naturaleza y sistema de evolución, nacimiento y estructura del Universo. Gran parte de esta información y conocimiento había sido previamente mantenida en secreto y cuidadosamente custodiada por sus hábiles guardianes, como dijeron los Maestros: "Hemos roto el silencio de siglos" [56].

A lo largo de los años, varios científicos, conocidos y desconocidos, han desarrollado un gran interés en "La Doctrina Secreta". Se dice que Albert Einstein conservaba una copia en su escritorio, y es relativamente sabido que Thomas Edison era miembro de la Sociedad Teosófica y admirador del trabajo y las enseñanzas de H.P.B. La comunidad científica ha fallado enormemente para reconocer el hecho innegable de que conceptos tales como la divisibilidad de los átomos, el perpetuo movimiento atómico y la convertibilidad de materia y energía se presentaran en "La Doctrina Secreta" antes que estos descubrimientos se realizaran en el campo de la física.

Curiosamente, la última parte de la biografía de H.P.B. por Sylvia Cranston se titula "La Ciencia y la Doctrina Secreta", y se refiere a algunos de los recientes descubrimientos y hallazgos de ciencia y psicología, así como las E.C.M. (Experiencias Cercanas a la Muerte) y O.B.E.s (Experiencias Fuera del Cuerpo, en inglés), demostrando cómo Blavatsky entendió y explicó con precisión la naturaleza de tales aspectos en sus escritos de hace más de un siglo.

Ambos volúmenes de "La Doctrina Secreta" constan de tres secciones principales. La primera proporciona largos comentarios y explicaciones sobre las estrofas citadas y traducidas del Libro de Dzyan, un antiguo y desconocido texto esotérico que trata sobre la evolución cósmica y humana y otros temas. La segunda parte explora el lenguaje universal del simbolismo místico que se encuentra a lo largo de varias religiones, filosofías y culturas, mientras que el tercer apartado compara los puntos de encuentro y divergencia entre la Teosofía y la ciencia de la época victoriana.

Si bien es cierto que muchas teorías y opiniones científicas han cambiado desde entonces (lo cual es inevitable y Blavatsky debe haber estado consciente de ello, al decir enfáticamente que la ciencia cambia constantemente sus puntos de vista acerca de todo, y por lo tanto es en gran medida indigna de total confianza), el caso es, no obstante, que los espiritualmente inclinados todavía tienen que pelear la misma batalla contra la ciencia, es decir, el combate frente al materialismo. Las teorías científicas pueden haber cambiado, algunas para peor en lugar de mejorar, pero los problemas subyacentes, temas y desacuerdos siguen siendo esencialmente los mismos.

Aquéllos que consideran las secciones de ciencia en "La Doctrina Secreta" como “pasadas de moda", no han percibido que los métodos utilizados en el libro para desafiar al materialismo científico y el prejuicio son un ejemplo de los mismos métodos y enfoques que nosotros podemos emplear y debiéramos estar usando hoy.

Aunque los teósofos no se refieren a "La Doctrina Secreta" como su "Biblia", es sin embargo el Libro de Teosofía y con razón considerado por muchos estudiantes como un don precioso e invaluable de almas más avanzadas, o como el nivel y la medida por los que todas las otras enseñanzas -ya sean espirituales, religiosas, filosóficas y científicas- deben ser probadas y examinadas, constituyendo un texto para el estudio de por vida.

El año 1889 vio la publicación del tercer y cuarto libros de H.P.B., denominados "La Clave de la Teosofía" y "La Voz del Silencio". Las primeras dos obras trataron casi exclusivamente sobre filosofía esotérica y metafísica; ahora la enseñanza tomaba una una dirección más práctica y personalmente desafiante, haciendo llamado a la pureza personal, la abnegación, la autodisciplina, el autodominio, el sacrificio de sí y la ética altruista, para todos aquéllos que serían "verdaderos teósofos", verdaderos estudiantes y practicantes de la sabiduría intemporal y universal.

"El propósito de este libro se expresa exactamente en su título, 'LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA', y necesita pocas palabras de explicación. No es un libro completo o exhaustivo de Teosofía, sino sólo una clave para abrir la puerta que conduce al estudio más profundo. Traza las líneas generales de la Religión-Sabiduría y explica sus principios fundamentales; reuniendo, al mismo tiempo, las diversas objeciones planteadas por el investigador occidental promedio, y tratando de presentar conceptos desconocidos en una forma y un lenguaje lo más claros y simples posibles. Sería demasiado pedir que la Teosofía se hiciera inteligible sin el esfuerzo mental del lector, pero se espera que la oscuridad que aún queda sea del pensamiento, no del lenguaje, y se deba a la profundidad, no a la confusión. Para los mentalmente perezosos u obtusos, la Teosofía debe seguir siendo un enigma; porque en el mundo mental, como en el mundo espiritual, cada persona debe progresar por su propio esfuerzo. La escritora no puede pensar por el lector, ni éste estaría mejor si este pensamiento sustituto fuera posible" [57].

Por su parte, "La Voz del Silencio" es una traducción con notas explicativas en esquema triple de una escritura esotérica del budismo Yogacharya conocida como "Libro de los Preceptos Dorados". Sus tres fragmentos o secciones se titulan "La Voz del Silencio" , "Los Dos Caminos" y "Los Siete Portales". Fue la primera introducción en Occidente del Sendero del Bodhisattva, la Doctrina del Corazón caracterizada por el budismo Mahayana. Sin temor a declarar que todas las aspiraciones y motivos espirituales que no sean el ideal del Bodhisattva eran poco más que egoísmo, este trabajo corto pero potente presenta en un lenguaje poético e inspirador el camino experimentado y comprobado que deben seguir todos los que buscan unirse las filas de los Iniciados, servidores y benefactores de la humanidad sufriente. "Vivir para beneficiar a la humanidad es el primer paso; practicar las Seis Virtudes Gloriosas es el segundo" [58]. Completamente consciente del egoísmo abrumador y el egocentrismo prevaleciente en la mayor parte del género humano e incluso entre muchos teósofos, este libro fue, por tanto, "dedicado a los pocos".

El noveno Panchen Lama del Tíbet describió "La Voz del Silencio" como la única exposición auténtica en lengua inglesa de la Doctrina del Corazón del budismo Mahayana, y esto fue antes de que hubiera traducciones en ese idioma de escrituras budistas estándar sobre el tema. Desde entonces, el presente y decimocuarto Dalai Lama también lo ha elogiado y respaldado, escribiendo un prólogo especial para la edición y reimpresión del centenario en 1989. Cuando el libro fue reeditado en 1927 por algunos teósofos ingleses a pedido del Panchen Lama, el secretario chino de este último, B.T. Chang, compuso un prefacio para el texto diciendo:

"Desde su traducción al inglés del tibetano por Madame H.P. Blavatsky en 1889, este pequeño libro, la joya de las enseñanzas budistas, ha disfrutado de una amplia circulación entre europeos y estadounidenses interesados en el budismo. Por lo tanto, hay poca necesidad de que yo lo recomiende a lectores extranjeros, excepto para señalar que lo que está incorporado en él comprende una parte de los contenidos de la Escuela Esotérica (...) Madame Blavatsky tenía un profundo conocimiento de la filosofía budista, y las doctrinas que promulgó fueron las de muchos grandes maestros. Este libro es un llamado a los seres humanos para abandonar el deseo, disipar todo pensamiento malvado y entrar en el verdadero Camino" [59].

Ninguno de estos libros fue escrito con fines comerciales o ganancia económica; es más, H.P.B. declaró que preferiría "morir de hambre en la calle" que tomar un sólo centavo por enseñar las verdades sagradas. Su vida personal después de la fundación del Movimiento Teosófico consistió en una salud cada vez peor, la pobreza, calumnia y persecución sin tregua en su contra.

Los libros que hemos mencionado fueron transmisiones de la Teosofía, la Sabiduría Antigua, y en el transcurso de estas cuatro obras -junto con varios cientos de artículos escritos para revistas teosóficas y una serie de publicaciones póstumas y compilaciones como "The Theosophical Glossary", "Transactions of the Blavatsky Lodge", "Five Messages from H.P. Blavatsky", "Raja Yoga or Occultism" y "The Secret Doctrine Dialogues"-, Blavatsky había entregado LA ENSEÑANZA para la edad moderna. Y una vez más, cuando se acercaba el término de su existencia, recordó a sus alumnos y compañeros de trabajo que el período para impartir más instrucciones estaba severamente limitado y llegando a su fin.

Los escritos de H.P.B. no son la única presentación de enseñanzas teosóficas. William Judge, a quien aquélla describió repetidamente hacia el final de su vida como su "único amigo", redactó más de 300 artículos sobre todos los aspectos de la doctrina, así como el libro "El Océano de la Teosofía" y traducciones o interpretaciones brillantemente claras, con comentarios explicativos, del "Bhagavad Gita" y los "Aforismos Yoga" por Patanjali. También Judge compuso muchas cartas inspiradoras y perspicaces a sus compañeros teósofos, algunas de las cuales se publicaron más tarde en la obra "Cartas que me han ayudado". Sus sencillos folletos "Un epítome de la Teosofía" y "Ecos del Oriente" han servido como la primera introducción de dicho sistema para muchas personas en todo el mundo, y de esta manera "El Océano de la Teosofía" y "La Clave de la Teosofía" son a menudo los primeros libros recomendados para investigadores y legos.

Si bien muchos de los escritos de H.P.B. tienden a ser muy profundos, complejos e intelectualmente desafiantes, Judge se especializó en hacer que la Teosofía fuera clara y accesible para la persona común. Él creía, al igual que Blavatsky y quien siempre lo apoyó en sus esfuerzos, que si la Teosofía no sirve para "la gente de la calle", entonces no tiene utilidad alguna.

Las enseñanzas de Teosofía no exigen creencia ni aceptación, pues el Movimiento siempre se ha opuesto al dogmatismo y la fe ciega; no insta a nadie a aceptar o adherirse a ninguna de sus enseñanzas a menos que los interesados las encuentren lógicas, filosóficas y confiables. Hay algunos teósofos que no aceptan ni están de acuerdo con todo lo que H.P.B. y los Maestros enseñaron, pero esto no los convierte en teósofos menos "buenos", y por ende, la libertad responsable de pensamiento, de creencia y la autonomía espiritual y mental no sólo se permiten, sino que se fomentan activamente. Además y a diferencia de la mayoría de las religiones y formas de espiritualidad, la Teosofía acoge los cuestionamientos y desafíos de los verdaderos investigadores.

No es el propósito de este artículo otorgar una explicación de las principales doctrinas teosóficas, aunque algunas ya han sido abordadas brevemente. Sin embargo, una de las preguntas más frecuentes es "¿qué dice la Teosofía acerca de Dios?" Como ésta es quizá la cuestión más importante o fundamental de todas, debemos darnos el tiempo para discutirla, y el siguiente extracto es del prefacio a "Isis Develada", a lo largo del cual H.P.B. habla de sí misma como "nosotros" en lugar de "yo":

"Cuando hace años viajamos por primera vez hacia Oriente, explorando la penetralia de sus santuarios desiertos, dos preguntas tristes y recurrentes oprimieron nuestros pensamientos: ¿Dónde está, QUIÉN, y QUÉ es DIOS? ¿Quién vio alguna vez al ESPÍRITU INMORTAL del ser humano, para poder asegurarse de su inmortalidad?

Mientras estábamos más ansiosos por resolver estos problemas desconcertantes, entramos en contacto con ciertas personas dotadas de poderes tan misteriosos y de un conocimiento tan profundo, que podemos designarlos verdaderamente como sabios de Oriente. A sus instrucciones prestamos un oído atento. Nos mostraron que al combinar ciencia con religión, la existencia de Dios y la inmortalidad del espíritu humano pueden demostrarse al igual que un problema de Euclides. Por primera vez, recibimos la seguridad de que la filosofía oriental no tiene lugar para ninguna otra fe que no sea una de tipo absoluto e inamovible en la omnipotencia del propio ser inmortal. Nos enseñaron que esta omnipotencia proviene del parentesco que tiene el espíritu humano con el Alma Universal: ¡Dios! Éste último, dijeron, nunca puede ser demostrado sino por el primero. El espíritu del ser humano prueba el Espíritu de Dios, como la única gota de agua comprueba la fuente de la que debe haber venido (...) Cuando uno ve al mortal desplegando capacidades tremendas, controlando fuerzas de la Naturaleza y abriéndose paso para ver el mundo del espíritu, la mente reflexiva se siente abrumada con la convicción de que si el Ego espiritual de alguien puede realizar tantos prodigios, las capacidades del PADRE ESPIRITUAL deben ser relativamente tan vastas como todo el océano supera a la sóla gota en volumen y potencia. Ex nihilo nihil fit. ¡Demuestra la existencia del alma por sus maravillosos poderes, y habrás demostrado a Dios!" [60].

Aunque la palabra "Dios" se usó en algunos de los primeros escritos de Blavatsky, esto tuvo el propósito de hacer que los conceptos y las enseñanzas fueran más comprensibles para lectores occidentales, quienes en esa época aún no tenían la oportunidad de familiarizarse con ideas de la filosofía oriental. Después de unos pocos años, el término "Dios" se descartó de los textos y solo surgió de manera ocasional, ya que en su lugar se adoptaron otros términos como "Deidad", "lo Divino", "lo Absoluto", "la Vida única", y Parabrahm, que es sinónimo con el Brahman y Parabrahman de la filosofía Vedanta hindú.

Transcurridos once años de "Isis Develada" y respondiendo a un lector que consideraba que sus palabras en el prefacio se referían a un Dios antropomórfico, un Ser o al menos una especie de Entidad personal o semipersonal, Blavatsky explicó: "(...) un escéptico [sostuvo] en los comienzos de mi vida pública, que yo había buscado y obtenido a través de los Maestros la plena seguridad sobre la existencia de un Principio (no un Dios Personal), 'un océano ilimitado e insondable' del cual mi 'alma' era una gota. Como los advaitas [hindúes no dualistas de la filosofía Advaita Vedanta], no hice ninguna diferencia entre mi Séptimo Principio y el Espíritu Universal, o Parabrahm; tampoco creo en un espíritu individual y segregado en mí o como algo separado del todo (...) Mi error fue que a lo largo de todo el trabajo indistintamente empleé las palabras Parabrahm y Dios para expresar la misma idea: un pecado venial seguramente, cuando uno sabe que el idioma inglés es tan pobre, ¡que incluso en este momento estoy usando la palabra sánscrita para expresar una idea y la inglesa para otra!" [61].

"La Doctrina Secreta" proporciona una aclaración adicional al decir que "la Deidad no es Dios" [62]; "Parabrahm no es 'Dios" [63]; "Es para evitar tales concepciones antropomórficas que los Iniciados nunca usan el epíteto 'Dios' para designar el Principio Único y No Secundado en el Universo" [64], y también: "Los altos Iniciados y Adeptos (...) creen en 'dioses' y no conocen a 'Dios', sino a una Deidad Universal no relacionada e incondicionada" [65].

Otras dos declaraciones importantes de H.P.B. en este sentido son: "La idea de Dios y el Diablo haría que cualquier chela [“discípulo” en hindi] de seis meses [en probación] sonriera piadosamente. Los teósofos no creen ni en uno ni otro. Creen en el Gran TODO, en Sat, es decir, la Existencia Absoluta e Infinita, Única y sin nada que se le parezca, que no es ni un Ser ni una criatura antropomórfica, la cual es, y nunca puede no ser. Los teósofos ven en el sacerdote de cualquier religión un ser inútil, si no pernicioso, y predican contra toda religión dogmática e infalible, y no reconocen ninguna otra deidad que dispensa sufrimiento y recompensa aparte de Karma, un árbitro creado por sus propias acciones. El único Dios que adoran es la VERDAD; el único diablo que reconocen y contra el que luchan con incesante furia es el Satanás del egoísmo y las pasiones humanas" [66].

"El Parabrahm de los vedantinos es la Deidad que aceptamos y en la que creemos" [67].

El punto más importante y enfatizado en este asunto es que la "Causa sin Causa" y "Raíz sin Raíz" es el UNO Absoluto, Infinito, Omnipresente e Impersonal, PRINCIPIO Divino Eterno, y que no puede haber nada finito, condicionado, relativo, antropomórfico, personal ni humanizado sobre el Infinito. Se habla de ello con reverencia de "ESTO" y "ESO" en lugar de "Él" o "de Él", no siendo "un Ser" sino el "Ser" mismo. La Kabbalah, como todos los sistemas esotéricos, tiene el mismo concepto en Ain-Soph, el “No-Objeto” interminable e ilimitado que es a la vez causa y base subyacente de todo.

No es sólo la Fuente sin Origen de todo, sino también el Ser Verdadero, la Naturaleza Esencial, la Realidad más interna de todo ser vivo y de toda vida. Es tanto el Espíritu Divino Absoluto como la Sustancia Divina Absoluta. Parabrahm y Mulaprakriti son Uno; es realmente Conciencia Pura en Sí Misma. Los teósofos no oramos ni pensamos en orar a lo Absoluto e Infinito, porque nosotros somos Eso, y en lugar de realizar plegarias determinamos actuar, trabajar y vivir para y como el Ser de todas las criaturas. Mientras que Judge estaba más abierto a la palabra "Dios" que H.P.B., aunque todavía no la usaba en gran medida, los Adeptos transhimaláyicos se opusieron claramente a ella, como se aprecia en sus cartas:

"Nuestra filosofía no admite un Dios ni nosotros creemos en ello, y menos en uno cuyo pronombre necesita una E mayúscula", profesó el Maestro Koot Hoomi. "Nuestra doctrina no conoce compromisos. Afirma o niega, porque nunca enseña sino lo que sabe que es Verdad. Por lo tanto, negamos a Dios tanto como filósofos y budistas (...) Sabemos que en nuestro sistema no existe tal cosa como Dios, ni personal ni impersonal. Parabrahm no es un Dios, sino una Ley absoluta e inmutable (...) estamos en condiciones de sostener que no hay Dios (...) La idea de Dios no es una noción innata, sino adquirida, y tenemos sólo una cosa en común con las teologías al revelar el Infinito" [68].

Las enseñanzas de Teosofía podrían describirse como no teístas, monistas y panteístas, todo al mismo tiempo. H.P.B. y los Maestros no eran de ninguna manera ateos, sino completamente no teístas, siendo la sutil e importante diferencia entre los dos que la visión atea es que nada divino o espiritual existe en absoluto, mientras la postura no teísta es que lo divino y espiritual definitiva y indudablemente son reales, pero que no hay nada en la existencia que pueda ser descrito o nombrado apropiadamente como "Dios". En este contexto, las religiones índicas del budismo y el jainismo son de por sí no teístas, como las enseñanzas Advaita Vedanta sobre Brahman en el hinduismo.

La última cita incluía una referencia a la naturaleza budista de la Hermandad Transhimaláyica. Si bien la Teosofía en sí es un sistema universal (la Enseñanza Esotérica que subyace a todas las religiones del mundo), los miembros de la Hermandad Transhimaláyica, incluida H.P.B., se identifican sin vacilaciones como budistas. Una lectura de "Las Cartas Mahatma" y el mensaje del Maha Chohan, también conocida como "Carta del Gran Maestro", lo confirmará ampliamente. No son ningún tipo de budistas exotéricos, sino esotéricos, adherentes de una doctrina y filosofía que se mantiene en completo secreto, pero que bien puede ser la fuente más verdadera y poderosa en el mundo entero.

Cualquiera que sea el caso, es probable que la naturaleza exacta del vínculo o conexión vital entre el budismo esotérico transhimaláyico y el Movimiento Teosófico permanezca envuelta en el misterio por algún tiempo. No obstante, para muchos espectadores superficiales, la Teosofía parece ser una mezcla de budismo e hinduismo, pero como hemos mostrado, es un sistema mucho más amplio.


Referencias

[45] H.P. Blavatsky, "Isis Develada", vol 2, p. 585-586, Theosophy Company. 
[46] "The Theosophical Movement: 1875-1950", p. 46, Cunningham Press. 
[47] H.P. Blavatsky, "Isis Develada", vol. 2, p. 587, Theosophy Company. 
[48] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 48, Theosophy Company. 
[49] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 480, Theosophy Company. 
[50] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xxxviii, Theosophy Company.

[51] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xxxviii, Theosophy Company.

[52] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xvii, Theosophy Company.

[53] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xxii, Theosophy Company.

[54] Maestros Koot Hoomi y Morya, "Letters from the Masters of the Wisdom", Segunda Serie, n° 69, p. 126-127, Theosophical Publishing House.

[55] Maestro Koot Hoomi, "Letters from the Masters of the Wisdom", Primera Serie, n° 19, p.51, Theosophical Publishing House.

[56] Maestro Koot Hoomi, "Letters from the Masters of the Wisdom", Primera Serie, n° 4, p. 23, Theosophical Publishing House.

[57] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", Prefacio, p. x, Theosophy Company. 
[58] H.P. Blavatsky, "La Voz del Silencio", p. 36, Theosophy Company. 
[59] Edición de Pekín para "La Voz del Silencio", p. 120-121, The Chinese Buddhist Research Society.

[60] H.P. Blavatsky, "Isis Develada", vol. 1, Prefacio, p. vi, Theosophy Company. 
[61] H.P. Blavatsky, "Isis Develada y el Visishtadwaita", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 3, p. 264-265, Theosophy Company.

[62] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 350, Theosophy Company. 
[63] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 6, Theosophy Company. 
[64] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 555, Theosophy Company. 
[65] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 295, Theosophy Company. 
[66] H.P. Blavatsky, "Misconceptions", "Theosophy: Some Rare Perspectives", p. 12, Theosophy Company.

[67] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 222, Theosophy Company. 
[68] Maestro Koot Hoomi, "Las Cartas Mahatma", n° X, p. 52, segunda edición, Theosophical University Press.

Una descripción de la Teosofía (2 de 4)


La Ley de los Ciclos

"La doctrina de los Ciclos es una de las más importantes en todo el sistema teosófico, aunque es la menos conocida de todas y la más infrecuente a que se hace referencia", escribió William Judge [28].

El último cuarto del siglo XIX fue un período muy importante y crucial en la historia y evolución de la humanidad, ya que tres grandes ciclos se fusionaron al mismo tiempo, lo que constituye una ocurrencia muy poco común. El primer ciclo de 5.000 años de la Kali Yuga -"Edad Oscura" o "de Tinieblas" a que se alude en el hinduismo, e iniciada con la muerte de Krishna*- debía llegar a su fin entre 1897 y principios de 1898, y podemos hallar mencionada su gran relevancia en varias partes de la literatura teosófica.

*De acuerdo a la doctrina teosófica, el Kali-Yuga o Edad Oscura durará 432.000 años terrestres (N.del T.).

En el libro "Letters That Have Helped Me" ("Cartas que me han ayudado") de Judge, su autor afirmaba hacia 1890: "El ciclo presente, que concluye entre el 17 de noviembre de 1897-18 de febrero de 1898, es uno de los más importantes de todos los que han existido" [29], e igualmente la Teosofía consigna que "el instante del comienzo de Kali-Yuga fue a las 2 h. 27 m. 30 s. a.m. del 16 de febrero del año 3102 a. de C." [30].

Por su parte, y en la introducción a "La Doctrina Secreta" de 1888, H.P.B. señala que "dentro de unos nueve años [es decir, 1897] terminará la primera fase de los primeros cinco milenios, que comenzó con el gran ciclo de Kali-Yuga (...) No tenemos que esperar mucho, y varios de nosotros presenciaremos el comienzo del nuevo periodo, al final del cual no pocas deudas se establecerán y cuadrarán entre las razas" [31].

Más adelante, en la misma obra, sostiene: "El alcance, la profundidad y la extensión exactas de los misterios de la Naturaleza sólo se encuentran en las ciencias esotéricas orientales. Tan vastas y profundas son éstas que apenas unos pocos, muy pocos de los Iniciados más elevados -aquellos cuya propia existencia es conocida sólo por un pequeño número de Adeptos- son capaces de asimilar el conocimiento. Sin embargo, está todo allí, y uno a uno los hechos y procesos en los talleres de la Naturaleza encuentran su camino en las ciencias exactas, mientras que una misteriosa ayuda se da a raros individuos para desentrañar sus arcanos. Es al final de los Grandes Ciclos que tales eventos generalmente tienen lugar en conexión con el desarrollo racial. Estamos en el cierre del ciclo de 5.000 años del presente Kali-Yuga ario; y entre este momento y 1897 habrá una gran renta a pagar en el Velo de la Naturaleza, pues la ciencia materialista recibirá un golpe mortal" [32].

La segunda de estas tres grandes fases se relacionó con las edades astronómica y astrológica e implicó el desvanecimiento gradual de la antigua Era de Piscis y el comienzo paulatino de la Nueva Era de Acuario. La Edad Antigua estaba llegando a su fin y la Era o Ciclo Acuariano iniciaría su curso de aproximadamente 2.155 años desde el comienzo del nuevo siglo en 1900.

Desde la perspectiva de las observaciones y los cálculos realizados por astrónomos, la actual Era de Acuario comenzará dentro de 100 o incluso 200 años, pero algunas afirmaciones de H.P.B. sugieren específicamente el año 1900 y sabemos que un viejo periodo no se detiene repentinamente en un momento y el siguiente llega de forma abrupta, tal y como la noche no da paso bruscamente al día y viceversa, porque siempre existe un período crepuscular o interludio. La filosofía india llama a este proceso el período Sandhya, o el ocaso cuando un período cíclico se desvanece y uno nuevo ingresa progresivamente.

La fecha de 1900 está implícita en la serie de artículos titulada The Esoteric Character Of The Gospels, afirmando que "existen varios ciclos notables que llegan a su fin en las postrimerías de este siglo", concluyendo H.P.B. en este pasaje del artículo con la declaración bastante profética de que "cuando el equinoccio (...) se ubique, dentro de unos pocos años, en el signo de Acuario, los psicólogos tendrán que trabajar un poco más y la idiosincrasia psíquica de la humanidad experimentará un gran cambio".

Además, junto con estos dos ciclos, hubo una fase que se conoce en la terminología teosófica como "ciclo centenario" o del "fin de siglo". Se dice que en el Tíbet del siglo XIV, Tsong Kha-pa (reencarnación de Gautama Buda y fundador de la escuela Gelugpa o rama del budismo tibetano) ordenó que la Hermandad Esotérica enviara a uno de sus miembros al mundo occidental en el último cuarto de cada siglo, para ayudar a lograr una mayor consciencia e iluminación espirituales. Se sabía y entendía que sólo un individuo en los postreros 25 años de la centuria podía emplearse activamente para este propósito, y tales eran y son las restricciones reales de la Ley Cíclica y Kármica.

Los Maestros conectados con el Movimiento Teosófico han dejado en claro, al igual que H.P.B. y su cofundador William Judge, que esos Seres no imparten ni pueden impartir mayores enseñanzas de su Sabiduría-Ciencia secreta, excepto en el cuarto final secular, mientras que los siguientes 75 años están destinados a utilizarse para la promulgación de los conceptos y verdades que se han presentado en ese ciclo, dando tiempo para la germinación y el crecimiento de ideas correctas y comprensión apropiada en las mentes y corazones de la humanidad general, si los estudiantes de la Enseñanza hacen su trabajo para la Causa como es debido.

Así, se nos dice que Franz Anton Mesmer, el Conde Cagliostro y el Conde St. Germain fueron agentes nombrados específicamente por los Maestros en el mundo para este propósito a fines de los años 1700:

"Mesmer (...) fue un miembro iniciado de las Hermandades de los Fratres Lucis y de Lukshoor (o Luxor), o la rama egipcia de ésta última. Fue el Concilio de 'Luxor' que lo seleccionó -según órdenes de la 'Gran Hermandad'- para actuar en el siglo XVIII como su pionero habitual, enviado en el último cuarto de cada siglo para iluminar a una pequeña porción de las naciones occidentales en el saber oculto. Fue St. Germain quien supervisó el desarrollo de los eventos en este caso; y más tarde Cagliostro recibió el encargo de ayudar, pero habiendo cometido una serie de errores más o menos fatales, se le hizo volver. De estos tres hombres que al principio fueron considerados como charlatanes, Mesmer ya está vindicado, y la justificación de los otros dos seguirá en el próximo siglo" [33].

A fines de los años 1800, este periodo centenario coincidió con el cierre de los otros dos, lo cual es un acontecimiento extremadamente raro, siendo la primera vez que ocurrió desde el edicto de Tsong Kha-pa y una época muy importante en la evolución de la consciencia humana. Por lo tanto, no fue casualidad ni accidente que el Movimiento Teosófico apareciera públicamente en escena el 17 de noviembre de 1875, pues la fecha es muy significativa esotéricamente y está llena de significado para los estudiantes de Teosofía.

"Se descubrió que el tiempo estaba maduro", declaraba H.P.B. en 1889, "lo cual se demuestra por el esfuerzo decidido de tantos estudiantes fervientes por llegar a la Verdad, a cualquier costo y donde sea que esté oculta. Al comprobar esto, los custodios permitieron que al menos algunas partes de esa Verdad se proclamaran. Si los cimientos de la Sociedad Teosófica hubieran sido pospuestos unos años más, la mitad de las naciones civilizadas se habrían convertido para entonces en materialistas de rango, y la otra mitad en antropomórficas y fenomenalistas" [34].

"Debo decirles que durante el último cuarto de cada centuria los 'Maestros' de quienes he hablado intentan ayudar en el progreso espiritual de la Humanidad de una manera marcada y definida. Hacia el final de cada siglo, invariablemente descubrirás que ha tenido lugar un derramamiento o agitación de espiritualidad, o misticismo si lo prefieres. Alguien o más personas han aparecido en el mundo como sus agentes y se ha impartido una cantidad mayor o menor de conocimiento oculto y enseñanza. Si quieres hacerlo, puedes rastrear estos movimientos anteriormente en el tiempo, siglo tras siglo, en la medida en que se extiendan nuestros registros históricos detallados (...) Si el presente intento en la forma de nuestra Sociedad tiene más éxito de lo que lograron sus predecesores, entonces existirá como un cuerpo organizado, vivo y saludable cuando llegue el momento del esfuerzo en el siglo XX" [35].

En otra parte, explicaba: "En cada siglo se intenta mostrar al mundo que el Ocultismo no es una superstición vanidosa, y una vez que la puerta se haya mantenido un poco entreabierta, se abrirá cada vez más con cada nueva centuria. Los tiempos están maduros para un conocimiento más serio que el permitido hasta ahora, aunque todavía muy limitado" [36].

Fue H.P.B. quien había sido elegida y preparada como "Agente directa" y Mensajera de los Maestros en el mundo para el ciclo 1875-1900. Teniendo en cuenta que este período implicó la intersección de las tres grandes fases ya referidas, esto puede proporcionarnos alguna idea o indicio de los tremendos poderes, conocimientos y capacidades que poseyó H.P.B., así como su estado y posición como Iniciada, porque seguramente los Maestros no enviarían a alguien incompetente o incapaz para una misión de tan seria y enorme responsabilidad en un momento tan crucial.

De hecho, en una ocasión el Maestro K.H. se vio en la necesidad de recordar al coronel Olcott lo siguiente:

"No tenemos favoritos ni afectos por las personas, sino sólo por sus buenos actos y humanidad en general, pero empleamos agentes, y los mejores disponibles. De éstos y durante los últimos treinta años, la cabeza ha sido la personalidad conocida como H.P.B. para el mundo (y de otra forma para nosotros). Imperfecta y muy problemática, sin duda, no obstante ella prueba a algunos que no hay posibilidad de que encontremos una persona mejor en los años venideros, y vuestros teósofos deberían comprenderlo (...) Los teósofos deberían aprender de ello. Comprenderá más adelante el significado de esta declaración, así que téngala en cuenta. Puesto que su fidelidad a nuestro trabajo es constante y los sufrimientos han caído sobre ella, ni yo ni ninguno de mis hermanos asociados la abandonará ni suplantará. Como dije una vez antes, la ingratitud no está entre nuestros vicios (...) Pero esto debe contarlo a todos: Ella está estrechamente relacionada con asuntos ocultos. No la hemos abandonado y tampoco está 'entregada a los chelas'; es nuestra Agente Directa, y le advierto que no permita que vuestras sospechas y resentimiento contra 'sus muchas locuras' desvíen su lealtad intuitiva hacia su persona" [37].

En otra carta a otro teósofo, el mismo Maestro había escrito anteriormente sobre lo que llamó "el intento centenario" de 1875-1900:

"Si durante generaciones hemos 'excluido al mundo del conocimiento de nuestro conocimiento', es a causa de su absoluta incapacidad; y si a pesar de las pruebas dadas todavía se rehúsa a ceder a la evidencia, entonces al final de este ciclo nos retiraremos a la soledad y a nuestro reino de silencio una vez más (...) Nuestra misión es zambullirnos y sacar las perlas de la Verdad a la superficie; la suya, limpiarlas y convertirlas en joyas científicas. Y si se niegan a tocar la concha de ostra mal formada, insistiendo en que no hay ni puede haber alguna perla preciosa dentro de ella, entonces, una vez más, nos lavaremos las manos de cualquier responsabilidad antes que el género humano. Durante innumerables generaciones el Adepto ha construido un templo de rocas imperecederas, la torre de un gigante de PENSAMIENTO INFINITO, donde el Titán habitó y aún habitará solo si es necesario, saliendo de ella sólo al final de cada ciclo para invitar al Elegido de la humanidad para cooperar con él y ayudar a su vez a iluminar a los supersticiosos. Y continuaremos en ese trabajo periódico; no nos dejaremos desconcertar en nuestros intentos filantrópicos, hasta el día en que los cimientos de un nuevo continente de pensamiento estén tan firmemente construidos, que no prevalezca la oposición y malicia ignorante guiada por los Hermanos de la Sombra".

"Pero hasta ese día de triunfo final alguien tiene que ser sacrificado, aunque aceptamos víctimas voluntarias. La tarea ingrata le fue encomendada a ella [H.P.B.], abatida y desolada en las ruinas de miseria, incomprensión y aislamiento; pero tendrá su recompensa en el más allá porque nunca fuimos ingratos" [38].

En su artículo de 1895 titulado "The Closing Cycle", Judge enfatiza muy claramente este hecho de las restricciones cíclicas y la responsabilidad de los teósofos, pero como veremos más adelante, sus palabras y advertencias fueron rápidamente olvidadas o ignoradas en uno de los períodos más cruciales en el desarrollo del Movimiento Teosófico:

"Nada es más claro que lo que H.P. Blavatsky dijo, bajo la autoridad directa de los Maestros, que en los últimos veinticinco años de cada siglo la Logia y sus agentes realizan un esfuerzo con Occidente, y que cesa en su forma e influencia directa y pública con el vigésimo quinto año. Aquéllos que creen en ella creerán esto; aquéllos que piensan saber más sobre el asunto que ella inventarán otras ideas adecuadas a sus fantasías".

William Q. Judge (1851-1896).

“Ella explicó, al igual que todos los que son enseñados (como muchos) por los mismos Maestros, que si el esfuerzo público fuera a continuar más allá de lo permitido, se generaría un efecto muy similar a la indigestión, pues debe darse tiempo para que sea asimilado, o de lo contrario la 'sombra oscura que sigue a todas las innovaciones' aplastaría el alma del ser humano. El gran público, la masa, debe tener tiempo y también material. El tiempo es siempre. El tema fue proporcionado por los Maestros en el trabajo realizado por H.P. Blavatsky a través de sus libros y lo que surgió de ellos; ella y los Instructores han declarado -y nuevamente lo afirmo en beneficio de aquellos que tienen fe en mí- que los últimos la ayudaron a escribir 'La Doctrina Secreta', de modo que los futuros setenta y cinco o más años deberían tener algún material sobre el que trabajar, y que en el futuro ese libro y sus teorías se estudiarían ampliamente. El material que se entregó tiene que ser examinado, para asimilarse por el bienestar de todos (...)".

"Tenemos que hacer lo que Buda dijo a sus discípulos: predicar, promulgar, exponer, ilustrar y aclarar en detalle todas las grandes cosas que hemos aprendido. Ese es nuestro trabajo, y no el despertar de cosas sorprendentes como la clarividencia y otros asuntos astrales, ni cegar el ojo de la ciencia por descubrimientos imposibles para ellos, pero accesibles para el ocultista. El plan del Maestro no ha cambiado y lo dio hace mucho tiempo, que es para mejorar el mundo en general y preparar un suelo adecuado para el crecimiento de los poderes del alma, que son peligrosos si surgen en nuestro presente suelo egoísta. No es la Logia Negra la que trata de detener el desarrollo psíquico; es la Logia Blanca. Los dugpas se alegrarían con tener todos los poderes psíquicos que han eclosionado ahora, porque en nuestra población perversa, mezquina, hipócrita y amante del dinero pronto arruinarían a la raza. Esta idea puede parecer extraña, pero para aquéllos que creerán en mi palabra no fundamentada, digo que es palabra del Maestro".

Para los albores del año 1900, tanto H.P.B. como William Judge habían fallecido, la primera en 1891 a la edad de 59 años y aquél en 1896 a los 44. Olcott, cuyo papel había sido el de organizador y administrador más que un profesor espiritual, terminó divergiendo seriamente de su fidelidad a Blavatsky y su trabajo, muriendo en 1907 a los 74 años.

Es un hecho innegable que se han producido muchos cambios y eventos notables y acelerados para la conciencia humana desde finales del siglo XIX. Pensemos en el crecimiento, los desarrollos y avances extraordinariamente rápidos en el campo de la ciencia y tecnología desde el comienzo de la década de 1900, y aún más desde inicios de este siglo, y pareciera que no hay un final a la vista. Esto no tiene paralelo con ningún período de la historia que conozcamos, aunque la Teosofía sostiene que ciertamente hubo un símil en civilizaciones mucho más antiguas como la Atlántida. Pensemos también en algunas de las génesis más desafortunadas, como las dos guerras mundiales dentro de un sólo siglo, sin mencionar la multitud de otros conflictos, revoluciones y agitamientos políticos mundiales, y todo dentro de poco tiempo. Nuevamente, nuestra historia no nos muestra nada comparable.

Además, nuestro mundo antaño separado y misterioso se ha convertido en una "aldea global" gracias en gran parte al nacimiento y desarrollo de internet. Otras ocurrencias notables de importancia duradera desde "el comienzo del nuevo ciclo" incluyen -en grados variables y determinados ampliamente por la ubicación geográfica- la liberación y emancipación de la mujer, la gran disminución del racismo y los prejuicios raciales, el aumento de la tolerancia, el reconocimiento sobre la importancia de otorgar los mismos derechos a todos, el declive significativo del sistema de castas y los desastres con consecuencias globales que incidieron a futuro como el de Chernobyl.

Muchas de las antiguas instituciones religiosas, estructuras de poder y teologías han caído o están en proceso de desmoronamiento caótico. Los cambios cíclicos implican que aquellas estructuras ya no sirven a ningún propósito válido ni tienen ninguna influencia o atracción en las mentes y la conciencia en evolución de las masas. Realmente el pensamiento religioso y espiritual gravita cada vez más sobre el Oriente, ya que lenta pero seguramente las grandes enseñanzas orientales como el Karma, la Reencarnación y la Divinidad de toda la Vida ganan cada vez más aceptación, reconocimiento y adhesión en Occidente.

En esta Nueva Era, la conciencia colectiva ahora está muy amplia y naturalmente atraída hacia la Hermandad Universal de nuestra especie y la Unidad de todos los seres, siendo éste precisamente el primer objetivo principal para el cual se fundó el Movimiento Teosófico en 1875.


Los Maestros de Sabiduría

¿Quiénes son estos Maestros a que nos hemos referido tan a menudo? Una comprensión precisa a este respecto parece crucial para abordar correctamente la Teosofía y el Movimiento Teosófico:

"Nuestros MAESTROS (...) son simplemente mortales sagrados, y sin embargo, más elevados que cualquier otro en este mundo, moral, intelectual y espiritualmente", dice H.P.B. en uno de sus artículos. "No obstante, santos y avanzados en la Ciencia de los Misterios, siguen siendo humanos y miembros de una Hermandad, los primeros en mostrarse subordinados a sus leyes y reglas de larga tradición" [39].

En el capítulo titulado "Los Mahatmas teosóficos" en "La Clave de la Teosofía", Blavatsky sostiene frente al interlocutor:

"Si escuchas lo que dice la gente, nunca tendrás una verdadera concepción de ellos. En primer lugar, son humanos vivos y nacidos como todos, condenados a perecer como cualquier otro mortal (...). Algunos Adeptos exceden, con creces, lo que usted llamaría esperanza de vida promedio; sin embargo, no hay nada milagroso en ello, y muy pocos de ellos se preocupan por vivir mucho tiempo (...) Los llamamos 'Maestros' porque son nuestros enseñantes y de ellos derivamos todas las verdades teosóficas, por inadecuadas que algunos de nosotros las expresemos y otros las hayan entendido. Son personas de gran conocimiento a quienes llamamos Iniciados, y aún más Santos de la vida. No son ascetas en el sentido ordinario, aunque ciertamente permanecen separados de la agitación y la contienda de vuestro mundo occidental (...) La filosofía predicada por los Maestros es una de las más grandes y benéficas una vez que se entiende correctamente (...) Grandes son las profanaciones a que los nombres de dos Maestros [Morya y Koot Hoomi] han sido sometidos. Difícilmente haya un médium que no haya afirmado haberlos visto. ¡Todas las falsas sociedades estafadoras, con fines comerciales, ahora dicen ser guiadas e inspiradas por 'Maestros', que a menudo se supone son mucho más elevados que los nuestros! Muchos y graves son los pecados de aquéllos que promovieron estas afirmaciones, impulsados por deseo de lucro, vanidad o mediumnidad irresponsable. Muchas personas han sido saqueadas de su dinero por tales sociedades, que ofrecen vender los secretos del poder, el conocimiento y la verdad espiritual por oro sin valor. Lo peor de todo es que los sagrados nombres del ocultismo y sus santos guardianes han sido arrastrados a este sucio lodo, contaminado por asociarse con motivos sórdidos y prácticas inmorales, mientras que miles de individuos han sido retenidos en el camino de la Verdad y la Luz a través del descrédito y maldad que tales fingimientos, estafas y fraudes han traído sobre todo el tema. Repito, todos los teósofos fervientes lamentan hoy, desde el fondo de su corazón, que estos sagrados nombres y cosas hayan sido mencionados alguna vez al público, y desean con ardor que se los haya mantenido en secreto dentro de un pequeño círculo de fieles y devotos amigos" [40].

Los nombres aplicados en Teosofía a los Maestros se entienden como denominaciones místicas que reemplazan designaciones de nacimiento o apellidos reales: "El personaje conocido por el público bajo el seudónimo de 'Koot Hoomi' es llamado por un nombre totalmente distinto entre sus conocidos (...). Nunca y bajo ninguna circunstancia se revelan los nombres reales de los Maestros Adeptos y las Escuelas Ocultas a los profanos; y las designaciones de los personajes ya descritos en relación con la Teosofía moderna están en posesión únicamente de los dos principales fundadores de la Sociedad Teosófica" [41]. Aparte de que H.P.B. no divulgó detalles personales o información sobre ellos, tampoco existe una razón clara por la que deba ser así. Se dice que es muy difícil entrar en contacto directo con los Maestros, y que tienen poco interés en iniciar comunicación incluso con la gran mayoría de teósofos, porque en gran medida no es necesario.

Dichos Maestros en sus propias palabras han establecido muy claramente que ningún teósofo tiene derecho alguno a contactos o comunicaciones especiales, a menos que se lo haya ganado mediante un trabajo generoso y persistente para la gran Causa Teosófica, que es su Causa de Hermandad Universal y que trasciende con creces a cualquier sociedad u organización teosófica particular. Hay un viejo refrán que dice: "Cuando el discípulo esté listo, aparecerá el Maestro", pero aún así, uno no debería contar con eso ni esperarlo, sino simplemente hacer lo que se debe para aliviar el sufrimiento de nuestros semejantes en todos los niveles.

Parece haber muchos malentendidos con respecto a la naturaleza, los objetivos y el carácter de estos Seres especiales. Primero fueron aludidos entre los teósofos como "Hermanos" y más tarde también se los conocería como "Maestros", "Maestros de Sabiduría", "Adeptos" y "Mahatmas", siendo éste último un antiguo término sánscrito que literalmente significa "Alma Grande".

Hoy en día estos Instructores son malinterpretados por muchas personas debido a la tergiversación por teósofos posteriores a H.P.B. y por aquéllos dentro del Movimiento Nueva Era que pretenden estar en contacto con estos Seres y a quienes llaman "Maestros Ascendidos", retratándolos como un tipo de entidades angélicas o divinas incorpóreas que viven en otros reinos y hablan profusamente con clichés sentimentales y necias ideas cuasicristianas, repletas de las últimas jergas y vocablos de moda de la Nueva Era, al tiempo que niegan y contradicen de plano todas las enseñanzas transmitidas por H.P.B. y en sus propias Cartas. Si estos supuestos "Maestros Ascendidos" tienen alguna existencia fuera de la imaginación y las alucinaciones de sus autodenominados "canalizadores" y "adoradores", estamos seguros de que no son los mismos Instructores conectados con Helena Blavatsky y el Movimiento Teosófico.

Se dice que los Maestros de la Teosofía tienen cuerpos físicos durante su permanencia en la Tierra, porque es aquí donde se necesitan para realizar ciertos trabajos importantes en el plano material. También tienden a vivir en reclusión y aislamiento a propósito de la atmósfera psíquica y magnetismo tóxicos del mundo moderno.

Los Maestros más frecuentemente mencionados son Morya y Koot Hoomi, pertenecientes a una Hermandad Esotérica oculta con base principal en la región transhimaláyica, el Jefe de los cuales se conoce como Maha Chohan, el Maestro de Maestros. A menudo se la denomina "Hermandad Transhimaláyica", pero ésta es sólo una designación geográfica más que el nombre real de la Hermandad, la más importante de numerosas Hermandades de Adeptos de todo el mundo que están unidas y forman a su vez una Gran Fraternidad de Iniciados.

H.P.B. habló claramente sobre los Maestros en una carta a Franz Hartmann hacia abril de 1886:

"En cuanto a (...) la parte de tu carta en que hablas del 'ejército' de los engañados -y los 'imaginarios' Mahatmas de Olcott- tienes razón absoluta y tristemente. ¿No he atestiguado el asunto por casi ocho años? ¿No peleé y luché contra la ardiente y efusiva imaginación de Olcott y traté de detenerlo todos los días de mi vida? ¿Acaso no le dije que (...) si no veía a los Maestros en su verdadera luz, y no dejara de hablar y encender la imaginación de la gente, sería considerado responsable de todo el mal al que la Sociedad podría llegar? (…)".

"¡Ah, si por algún proceso psicológico se te pudiera hacer ver toda la verdad! (...) Fui enviada a Estados Unidos a propósito y hablé con los Eddy. Allí encontré a Olcott enamorado de los espíritus, como más tarde se enamoró de los Maestros. Se me ordenó hacerle saber que los fenómenos espirituales sin la filosofía del ocultismo eran peligrosos y engañosos. Le demostré que todo lo que los médiums podían hacer a través de espíritus, otros también podían realizarlo a voluntad sin espíritus en absoluto (...) Bueno, le conté toda la verdad. Le dije que conocía a los Adeptos (...) Que, si se los llamaba rosacruces, cabalistas o yoguis, ellos estaban en todas partes. Los Adeptos (silenciosos, secretos, retirados y que nunca se revelarían completamente a nadie, a menos que uno hiciera lo mismo que yo) pasaron entre siete y diez años de probación y dieron muestras de absoluta devoción, y que él o ella guardaría silencio incluso antes de un juramento o una amenaza de muerte. Cumplí con los requisitos y soy lo que soy, y esto no me lo pueden arrebatar ni un Hodgson, ni un Coulomb (...)".

"Cuando llegamos [a India] y el Maestro vino a Bombay físicamente, nos visitó (...). Olcott se volvió loco. ¡Era como la prostituta de Balaam cuando vio al ángel! Luego llegaron (...) otros fanáticos que comenzaron a llamarlos 'Mahatmas'; y poco a poco, los Adeptos se transformaron en dioses en la Tierra. Comenzaron a ser apelados, los honraron con puja [ritual hindú] y cada día se volvían más legendarios y milagrosos (...) Bueno, entre esta idea de los Mahatmas y las rapsodias de Olcott, ¿qué podría hacer? Vi con terror y rabia la pista falsa que todos perseguían. Los 'Maestros', como todo pensamiento, debían ser omniscientes, omnipresentes, omnipotentes (...) 'Los Maestros lo sabían todo; ¿por qué no ayudaban al devoto? Si se cometió un error o una tontería en la Sociedad, ¿cómo pueden los Maestros permitir que tú o Olcott lo hagan?', nos preguntaron con asombro. La idea de que Ellos eran mortales, limitados incluso en sus grandes poderes, nunca cruzó la mente de nadie" [42].

Es bastante conocido hoy en día que hay unos pocos yoguis y ascetas en India que han desconcertado y confundido a los científicos por sus facultades de percepción y habilidades inusuales para controlar ciertas fuerzas de la Naturaleza, y algunos de estos casos han sido reportados en todo el mundo. ¿Es demasiado irracional, entonces, suponer que puede haber yoguis, tanto de India como otras nacionalidades, que poseen y pueden demostrar poderes y conocimientos aún más avanzados que éstos? Tales son los Maestros de los que se habla en Teosofía, cuya inexistencia implicaría una ruptura en la cadena de evolución, una brecha ilógica en el orden natural de las cosas. Pero "si salieran abiertamente y fueran escuchados en todas partes, serían adorados como dioses por algunos y cazados como demonios por otros" [43], y ninguno de estos posibles resultados es deseable para ellos.

Es a través de "esfuerzos autoinducidos y autodidactas" a lo largo de muchas vidas que estos Seres se han convertido en Grandes Almas. Nunca podrían haber adquirido su sabiduría y conocimiento esotéricos si no se hubieran dominado a sí mismos, subyugándose y renunciando por completo a su naturaleza personal y pasional, a fin de vivir únicamente para ser de la mayor ayuda y servicio posibles a la humanidad.

Mediante la perfección en el altruismo y la pureza que corren paralelos a la excelencia en el conocimiento, se han adelantado (aunque con muchas batallas y dificultades en el camino, como es de esperar) al índice evolutivo promedio de nuestra especie y ahora son los representantes de cómo será el resto de la humanidad dentro de miles de años, y el único motivo para hacerlo es siempre el mayor amor y compasión por los demás.

Algunos de ellos ya han llegado al punto de poder entrar en el Nirvana, si lo desean, lo que significa la reabsorción literal de su alma después de la muerte en lo Absoluto, la Esencia Divina Única e Infinita, resultando así en felicidad imperecedera y separación eterna de toda la existencia manifestada, y de todos los sufrimientos y dolores de esta Tierra, pero como esto implicaría la pérdida de toda posibilidad de ayudar en alguna manera a lo que ellos llaman "la gran Humanidad huérfana", han elegido renunciar al Nirvana por el bien de sus semejantes. Esto se conoce en el budismo Mahayana como el "ideal del Bodhisattva" y se recomienda infaliblemente en Teosofía como objetivo correcto a adoptar para cualquier aspirante espiritual, mientras que cualquier otro aspecto externo es egoísmo.

Las habilidades y poderes de estos Maestros son tales que involucran facultades muy avanzadas de clarividencia, clariaudiencia, percepción psíquica, telepatía, capacidad de generar fenómenos inusuales como producción de sonidos, visiones y materialización de objetos sin que exista alguna causa física discernible, y un extenso uso y aplicación del cuerpo astral, incluyendo la perfección en las ciencias que ahora se conocen popularmente como "viaje/proyección astrales". La propia Helena Blavatsky también exhibió poderes, habilidades y conocimientos similares en numerosas ocasiones a lo largo de su vida, lo que provocó que algunos, especialmente entre sus colegas más cercanos que habían sido testigos de su vida diaria y actividades durante algunos años, concluyeran que ella era internamente una Maestra por derecho propio.

Alrededor de treinta personas diferentes en diversas partes del mundo informaron y describieron haber visto o conocido a alguno de estos Maestros durante la vida de H.P.B. En algunas de estas instancias, el o los Maestros estaban presentes en su cuerpo físico, pero para la mayoría se presentaban en su forma astral y aparecían a distancia desde cualquier parte donde pudieran ubicarse físicamente en ese mismo momento. Incluso algunos enemigos del Movimiento Teosófico admitieron la existencia de los Maestros, especialmente porque algunas de sus visitas se habían producido frente a grupos enteros de personas y quienes después testificaron los fenómenos por escrito, bajo sus propias firmas y palabra de honor. Algunas veces los Maestros fueron vistos cerca de Blavatsky o en su presencia y otras en países o continentes completamente distintos de donde ella permanecía.

A principios de 1879, H.P.B. y Olcott llegaron a India, después de haber trasladado allí la sede de la Sociedad Teosófica desde Nueva York. Judge y otros miembros se quedaron en Estados Unidos para continuar el trabajo, aunque el interés público fue muy mínimo en esos primeros años.

De 1880 a 1884, los Maestros K.H. y M. mantuvieron correspondencia escrita con Alfred P. Sinnett, un prominente inglés de clase alta que vivía en India y se había unido a la Sociedad expresando el deseo de ayudar a presentar y difundir las enseñanzas de los Maestros. Los cientos de cartas fueron donadas después de su muerte al departamento oriental del Museo Británico en Londres y ahora se encuentran en la Biblioteca Británica, donde cualquiera puede verlas con cita previa. Estas cartas, también publicadas póstumamente en el libro "Las Cartas Mahatma", proporcionaron la base e inspiración para los propios libros de Sinnett "El Mundo Oculto" y "Budismo Esotérico", que tuvieron el efecto de atraer el interés mundial hacia la Teosofía y el Movimiento.

La misma idea sobre la existencia de tales Maestros fue considerada fantástica y ridícula por muchos en la época, al igual que hoy. Cuando se descubrió que muchas personas afirmaban haber recibido cartas y comunicaciones escritas de estos Maestros, la conclusión de los escépticos fue que H.P.B. se había dedicado a "falsificarlas" y que las envió a particulares de todo el mundo para "hacerles creer que estaban en correspondencia" con esos Seres.

Helena Blavatsky consintió en que los miembros de la suspicaz S.P.R. o Sociedad para la Investigación Psíquica investigaran el asunto por sí mismos, analizando toda la evidencia disponible y entrevistando a cualquier persona dispuesta que afirmara haber visto, conocido o recibido cartas de los Maestros. El informe de Richard Hodgson, publicado por la S.P.R. en 1885, acusó a Blavatsky de falsificación y fraude, a pesar de no proporcionar ninguna prueba tangible.

Cualquier investigador interesado en este asunto puede revisar el informe del profesor Vernon Harrison de 1986 y 1997 y su crítica sobre tales acusaciones. Harrison, un experto entrenado en fraudes y falsificación, demostró que el "informe Hodgson" no era de ninguna manera "el modelo de investigación imparcial tan a menudo reivindicado en el siglo pasado; es imperfecto e indigno de confianza, y las observaciones y conclusiones de Hodgson deben tomarse con un considerable escepticismo. El caso de Helena Petrovna Blavatsky necesita un nuevo examen en este sentido y ella no merece menos". De esta forma, el informe y los hallazgos del profesor Harrison fueron tan concluyentes que el S.P.R. se vio obligado a publicarlos y reconocerlos en su propia revista. Hoy todos, excepto los desinformados y fanáticos, no pueden sino estar de acuerdo con las observaciones de Harrison de que el reporte Hodgson estaba "plagado de declaraciones sesgadas y franca falsedad" [44].

H.P.B., sabiendo perfectamente que no constituía fraude, deseaba llevar el S.P.R. a los tribunales, pero Olcott, presidente de la Sociedad Teosófica para entonces, no aceptó que lo hiciera por temor a que ocasionara aún más escándalos y conmoción pública que perjudicarían los objetivos, influencia y reputación de la Sociedad. Blavatsky, que se preocupó más por la verdad y la justicia que de su imagen y reputación sociales, se abatió y desilusionó por lo que percibía como falta de apoyo y desconfianza por parte de Olcott y otros, y se fue de India a Europa para nunca más regresar.

Ella misma recibió muy pocas "Cartas Mahatma" en comparación con otros, ya que se entendía que ella estaba en contacto telepático regular y comunicación con los Adeptos y por lo tanto tenía poca necesidad de cartas escritas. Afirmó que no pasaría mucho tiempo antes que los científicos reconocieran que no existe distancia en el reino de la mente, y que no hay nada anormal o sobrenatural en dos mentes armoniosamente sintonizadas que sean capaces de comunicarse a distancia con la misma facilidad y claridad que dos individuos en una misma habitación.

Las cartas de los mismos Maestros continuaron recibiéndose de diversas maneras después de la muerte de H.P.B. y con menos frecuencia, aunque en igual estilo de escritura y exaltando los mismos principios y enseñanzas que antes, junto con sabios consejos y en algunos casos advertencias proféticamente precisas sobre la condición y futuro del Movimiento. La última carta que se conoció fue producida en 1900, nueve años después que H.P.B. falleciera y al cierre del ciclo centenario de 25 años.


Referencias

[28] William Q. Judge, "El Océano de la Teosofía", p. 117, Theosophy Company. 
[29] William Q. Judge, "Cartas que me han ayudado", p. 97, Theosophy Company. 
[30] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 662, Theosophy Company. 
[31] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xliv, Theosophy Company.

[32] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 611-612, Theosophy Company. 
[33] H.P. Blavatsky, "The Theosophical Glossary", entrada para "Mesmer", p. 213, Theosophy Company.

[34] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 36, Theosophy Company. 
[35] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 306-307, Theosophy Company. 
[36] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xxxvii-xxxviii, Theosophy Company.

[37] Maestro Koot Hoomi, "Letters from the Masters of the Wisdom", Primera Serie, n° 19, p. 49-50, Theosophical Publishing House.

[38] Maestro Koot Hoomi, "Las Cartas Mahatma", n° IX, p. 51, segunda edición, Theosophical University Press.

[39] H.P. Blavatsky, “The Theosophical Mahatmas”, H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 1, p. 302, Theosophy Company.

[40] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 288, 289, 298, 301, Theosophy Company.

[41] H.P. Blavatsky, "Lodges of Magic", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 1, p. 288, Theosophy Company.

[42] "The Theosophical Movement: 1875-1950", p. 175-176, Cunningham Press. 
[43] William Q. Judge, "El Océano de la Teosofía", p. 3, Theosophy Company. 
[44] Vernon Harrison, "H.P. Blavatsky and the SPR: An Examination of the Hodgson Report of 1885", Theosophical University Press.

Una descripción de la Teosofía (1 de 4)


El doctor y profesor universitario Kubilay Akman nos pidió a comienzos de 2015 que escribiéramos un capítulo sobre Teosofía para un libro que editaba acerca de diferentes tradiciones místicas y esotéricas, el cual estaría destinado a estudiantes de religión y filosofía. El texto fue publicado a fines de ese año con el título The Esoteric Paths: Philosophies, Teachings and Secrets, y es así que dicho capítulo se reproduce en esta página, esperando que sea de interés y beneficio para muchas personas.


TEOSOFÍA: SABIDURÍA ANTIGUA PARA LA NUEVA ERA

¿Qué es la Teosofía?

Helena Petrovna Blavatsky escribió una vez: "No es exagerado decir que nunca hubo -durante el presente siglo, en todo caso- un movimiento social o religioso tan terrible y absurdamente incomprendido o descrito con más desatino que la TEOSOFÍA, ya sea considerada en teoría como un código de ética o en su expresión objetiva y práctica, es decir, la Sociedad conocida con ese nombre" [1].

¿Acaso la Teosofía pretende ser una especie de nueva religión o revelación mística previamente desconocida para el mundo? Al contrario, pues uno de los sabios orientales detrás del Movimiento Teosófico escribió:

"La Teosofía no es un nuevo candidato para la atención mundial, sino sólo la reafirmación de principios que han sido reconocidos desde la infancia de la humanidad" [2].

En la actualidad, el término "Sabiduría Antigua" tiene un uso muy extendido, ya que casi todo y cualquier cosa se clasifica bajo esa categoría en el mundo de la espiritualidad popular, y al parecer, mucha gente considera que esta designación se basa en "algo sabio que se dijo en la Antigüedad".

El hecho es que la Sabiduría Antigua es un concepto muy definido, mientras que al mismo tiempo es no sectario y universal, constituyendo un cuerpo integral y completo de conocimiento; es un sistema vasto, perfecto e inmutable de información, instrucción y guía. Es la unidad y síntesis natural de religión, filosofía y ciencia, que contiene la respuesta a cada pregunta y la solución a cada problema. En pocas palabras, es Eterna Verdad.

"Sabiduría antigua" es sólo un nombre con que se ha designado al Gran Conocimiento, pues también se le llama Sabiduría Eterna, Sabiduría Divina, Ciencia Divina, Gnosis, Atma Vidya, Brahma-Vidya, Gupta-Vidya, Sanatana Dharma, Filosofía Esotérica, Ciencia Esotérica, Filosofía Oculta, Ciencia Sagrada, Sabiduría-Religión y la Doctrina Secreta. Es la enseñanza esotérica que subyace en todas las religiones del mundo, y la fuente arcaica y primigenia de cabecera de toda la verdad que se puede encontrar en las diversas religiones, filosofías y ciencias.

Helena Blavatsky comienza su libro "La Clave de la Teosofía" afirmando que "la Teosofía es Conocimiento o Ciencia Divinos", y explica que esta palabra se deriva del término griego theosophia, que "no es 'Sabiduría de Dios', como es traducido por algunos, sino Sabiduría Divina como la que poseen los dioses. El término tiene muchos miles de años (...) Nos llega de los filósofos alejandrinos, llamados amantes de la verdad, filaleteos (...) El nombre Teosofía data del siglo III de nuestra Era, y comenzó con Ammonius Saccas y sus discípulos, quienes iniciaron el sistema ecléctico teosófico (...) También fueron denominados neoplatónicos" [3].

Comenzando en el último cuarto del siglo XIX, la Sabiduría Antigua - o "la Religión-Sabiduría universal de la Antigüedad" [4]- fue presentada al mundo bajo el nombre de "Teosofía", y ésta, por lo tanto, es intercambiable con aquél término. En lugar de ser sólo una religión, filosofía o ciencia, podría describirse como la esencia misma de todas ellas.

El famoso lema del Movimiento Teosófico es: "No hay Religión más sublime que la Verdad", lo cual se puede interpretar o comprender de diferentes formas. Sin embargo, su principal significado para los teósofos es que la Verdad existe y que, por supuesto, trasciende y es anterior a todas las religiones, ya que la Teosofía sostiene y demuestra que todas ellas son iguales en su esencia esotérica. Los credos del mundo contienen alguna porción de dicha Verdad, algunos en mayor medida que otros, pero como todas las religiones son inevitablemente autolimitadas, ninguna puede abarcarla completamente, y de este modo la Teosofía es un sistema universal que no se adhiere a ninguna religión ni la promueve.

Asimismo, los teósofos pueden pertenecer a cualquier religión o a ninguna en absoluto, pues lo que realmente importa es la búsqueda de la Verdad y la Realidad en medio de este mundo ignorante de ilusión y decepción. Dado el carácter universal de la Teosofía, naturalmente hay muchas personas que son verdaderos teósofos sin haber oído nunca sobre ella o del Movimiento Teosófico. En aras de la claridad, sin embargo, utilizaremos el término "teósofo" a lo largo de este artículo para referirnos a cualquier persona específicamente relacionada con la corriente homónima moderna.

Helena Blavatsky (o H.P.B.) y sus Maestros insistieron en la importancia de proporcionar referencias, evidencias y fuentes con el fin de comprobar la validez, legitimidad y autenticidad de las enseñanzas presentadas. Utilizando miles de respaldos a partir de un conjunto de fuentes muy diversas y distantes, H.P.B. demostró la atemporalidad, fiabilidad y universalidad de las doctrinas teosóficas, incluso aquéllas que a primera vista parecían las más peculiares. Sus libros "La Doctrina Secreta" e "Isis Develada" contienen una miríada de referencias y citas de los ámbitos de la religión, filosofía, ciencia, literatura clásica e historia antigua y moderna.

H.P.B. nunca afirmó que alguna de sus enseñanzas fuera el resultado de "investigación clarividente" o "lecturas de registros akáshicos" llevadas a cabo por ella misma, y tampoco se trata de alguna teoría, especulación o ideología personales, y específicamente negó todo aquéllo escribiendo que: "La única ventaja que tiene la escritora sobre sus predecesores es que no necesita recurrir a especulaciones y teorías personales, ya que este trabajo es una declaración parcial de lo que ella misma aprendió de estudiantes más avanzados (...) La escritora (...) cree en los herederos antiguos y modernos de su Sabiduría, y creyendo en ambos, ahora transmite lo que ha recibido y aprendido a todos quienes lo acepten" [5].

De manera similar, su colega William Quan Judge declaró en el prefacio de su libro "El Océano de la Teosofía": "No se reclama originalidad para este libro, pues el escritor no inventó ni descubrió nada de esto, sino que simplemente transcribió lo que le han enseñado y le ha sido demostrado, y por lo tanto es sólo una transmisión de lo que se ha conocido antes".

Luego comienza el libro con esta explicación:

"La Teosofía es ese océano de conocimiento que se extiende de orilla a orilla en la evolución de los seres sintientes; insondable en sus partes más profundas, le da a las mentes más grandes su alcance más completo; sin embargo, siendo lo suficientemente superficial en sus costas, no abrumará la comprensión de un niño. Es sabiduría acerca de Dios para aquéllos que creen que Él está en todo y en todos, y sabiduría sobre la Naturaleza para la persona que acepta la declaración que se encuentra en la Biblia cristiana de que Dios no puede ser medido o descubierto, y que la oscuridad está alrededor de su pabellón. Aunque contiene por derivación el nombre de Dios y por tanto puede parecer a primera vista que abraza sólo la religión, no descuida la ciencia porque es la ciencia de las ciencias, llamándose así la Religión-Sabiduría. No hay ciencia completa que omita cualquier departamento de la naturaleza, ya sea visible o invisible, y esa religión que, dependiendo únicamente de una revelación supuesta, se aparta de las cosas y las leyes que las rigen, no es más que un engaño, un enemigo del progreso, un obstáculo en el camino del avance del ser humano hacia la felicidad. Abarcando tanto lo científico como lo religioso, la Teosofía es una religión científica y una ciencia religiosa.

No es una creencia o un dogma formulado o inventado por humanos, sino que es un conocimiento de las leyes que rigen la evolución de los constituyentes físicos, astrales, psíquicos e intelectuales humanos y de la Naturaleza. La religión en boga no es más que una serie de dogmas hechos por personas y sin base científica para la ética promulgada, mientras que nuestra ciencia todavía ignora lo oculto, y al no admitir la existencia de un conjunto completo de facultades internas de percepción humana, queda aislada del inmenso y real campo de experiencia que yace dentro de los mundos visibles y tangibles. Pero la Teosofía sabe que el Todo está constituido por lo visible y lo invisible, y al percibir que las cosas y los objetos externos son sólo transitorios, capta los hechos de la Naturaleza, tanto internos como externos. Por lo tanto, está completa en sí misma y no ve ningún misterio irresoluble en ninguna parte; elimina la palabra 'coincidencia' de su vocabulario y aclama el reinado de la Ley en todo y en todas las circunstancias" [6].

En opinión de H.P.B., "la filosofía esotérica sólo está concebida para resistir, en esta era de materialismo craso e ilógico, los repetidos ataques contra todo lo que el ser humano considera más querido y sagrado, en su vida espiritual interna. El verdadero filósofo, el estudiante de la Sabiduría Esotérica, omite totalmente personalidades, creencias dogmáticas y religiones especiales".

Blavatsky continúa diciendo: "Además, la filosofía esotérica reconcilia todas las religiones, despoja a cada una de sus prendas exteriores y humanas, y muestra que la raíz de cada una es idéntica a la de cualquier otro gran credo. Demuestra la necesidad de un Principio Divino absoluto en la Naturaleza, y niega la Deidad no más de lo que lo hace el Sol. La filosofía esotérica nunca ha rechazado a Dios en la Naturaleza, ni a la Deidad como el Ens absoluto y abstracto, pues sólo se niega a aceptar a los dioses de las llamadas religiones monoteístas, dioses creados por humanos a su propia imagen y semejanza, una caricatura blasfema y lamentable de lo Siempre Incognoscible "[7].

Se dice que la ética teosófica es la parte más importante de esta doctrina; la forma en que vivimos la existencia, nos conducimos y comportamos con nuestros semejantes vivos es mucho más importante que cualquier conocimiento teórico o desarrollo práctico en Ciencia Esotérica. Por lo tanto, encontramos claramente establecido que: "La ética es el alma de la Religión-Sabiduría" [8], y que "en su orientación práctica, la Teosofía es puramente ética divina" [9]. Uno de los pasajes más importantes e inspiradores de toda la vasta literatura teosófica es el siguiente, publicado al final de un artículo de H.P.B. y atribuido por ella a uno de sus Maestros:

"EL QUE NO PRACTICA ALTRUISMO Y NO ESTÁ PREPARADO PARA COMPARTIR SU ÚLTIMO BOCADO CON UNO MÁS DÉBIL O POBRE QUE ÉL MISMO; AQUÉL QUE SE NIEGA A AYUDAR A SU HERMANO DE CUALQUIER RAZA, NACIÓN O CREDO, DONDE QUIERA QUE ENCUENTRE SUFRIMIENTO, Y QUIEN VUELVE UN OÍDO SORDO AL LLANTO DE LA MISERIA HUMANA; AQUÉL QUE OYE A UNA PERSONA INOCENTE SIENDO CALUMNIADA, YA SEA UN HERMANO TEÓSOFO O NO, Y NO SE COMPROMETE CON SU DEFENSA COMO ASUMIRÍA LA SUYA, ÉSE, NO ES TEÓSOFO" [10].


Helena Blavatsky y la creación del Movimiento Teosófico

La vida, obra y personalidad de Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891) están tan íntima e inseparablemente conectados con la
Teosofía y el Movimiento Teosófico que es imposible hablar de uno sin referirse al menos en cierta medida sobre el otro. Así como el budismo y el cristianismo son difíciles de abordar sin mencionar a Buda y Cristo, lo mismo ocurre con la Teosofía y H.P.B., aunque ella siempre fue la primera persona en negar cualquier rasgo especial acerca de sí misma e insistir reiteradamente que la Teosofía no es una religión ni ningún invento o producto de su imaginación. Siendo la más prominente de los fundadores del Movimiento y la exponente más prolífica y mejor conocida de sus enseñanzas y propósito, es natural que hablemos mucho de ella en el transcurso de este artículo.

Quien desee saber en detalle sobre su vida y obra puede consultar el libro titulado "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", escrito por Sylvia Cranston y publicado por Path Publishing House. Esta biografía sigue siendo la más importante, como la más extensa y ampliamente referenciada, de las numerosas semblanzas de H.P.B. publicadas en las últimas décadas, y por ahora bastará con proporcionar una breve sinopsis de su vida precedente a los importantes acontecimientos de 1875.

Elena Petrovna von Hahn nació en Ekaterinoslav, Rusia (ahora Dnipropetrovsk, Ucrania, debido al desplazamiento subsiguiente de fronteras y territorios) del 11 al 12 de agosto de 1831, o del 30 al 31 de julio en el antiguo calendario ruso. Su padre era un militar de alto rango oficial y su madre una renombrada novelista y escritora. Asimismo, Elena sólo tenía una hermana y su abuela materna fue una princesa rusa, mientras que la familia pertenecía a los altos niveles de la aristocracia, aunque más tarde Elena renunciaría a cualquier posición y privilegios que pudieran pertenecerle por derecho, hablando de sí misma en una carta a un teósofo inglés como "a mí cuyo nacimiento no es un poco más bajo que el de tu Reina y quizás, más puro que el de ella, y que aún desprecio todo reclamo basado en tal nacimiento" [11].

Como la familia era rica y viajaba mucho debido a la carrera de su padre, la educaba una institutriz privada en su casa. Su madre, también llamada Elena, murió cuando su hija tenía once años. En su adolescencia, la joven Elena y su hermana Vera (nacida en 1835) pasaron mucho tiempo en la región del Cáucaso, particularmente en Tiflis, actual Tbilisi y capital de Georgia.

En 1849, poco antes de cumplir 18 años, Elena estaba casada con un tal señor Blavatsky, muchos años mayor que ella, y al igual que con la mayoría de los aspectos en su vida, el compromiso y el matrimonio no comenzaron ni finalizaron de manera convencional. Su institutriz se mofaba de ella diciendo que ningún hombre quería ser su marido, a la luz de su temperamento feroz, disposición independiente y voluntad fuerte (ni siquiera un hombre llamado Nikifor Blavatsky que Elena había encontrado tan feo), y desafiante se dispuso demostrar a su institutriz que estaba equivocada. Así, en tres días logró persuadir con la propuesta de matrimonio a Blavatsky, lo suficientemente mayor para parecer su padre.

"¿Quieres detalles sobre mi matrimonio? Bueno, ahora dicen que quería casarme con el viejo susodicho por mi propia iniciativa. No hagamos caso de ello. Mi padre estaba a 6.400 kilómetros de distancia y mi abuela se hallaba muy enferma, así que fue como te dije. Me había comprometido a fastidiar a la institutriz sin pensar que ya no podía desvincularme. Y de esa forma, Karma siguió mi pecado" [12].

El ruego a su prometido para que la liberara del compromiso no tuvo éxito y, desesperada, se escapó de casa y regresó después de unos días para finalmente resignarse a su destino, o eso parecía. Cranston relata: "Se le ocurrió, como le dijo a sus amigos íntimos, que como mujer casada estaría libre de la supervisión constante a la que solteras y mujeres de familias aristocráticas estaban sujetas" [13]. De acuerdo con su tía Nadia, sin embargo, la familia no había tenido éxito en sus intentos de sugestionar a la joven acerca de la solemnidad del matrimonio y sus futuras "obligaciones" y "deberes" hacia su esposo. En la ceremonia de la boda, cuando el sacerdote que la presidía le dijo: "Honrarás y obedecerás a tu esposo", se le escuchó responder pausadamente y molesta: "¡Por supuesto que no!"

Esa misma noche intentó huir de su nuevo marido y escapar de Rusia por completo, pero a partir de ese momento se le previno y mantuvo bajo vigilancia. La relación fue difícil e infeliz desde el comienzo para ambas partes, pues el marido intentaba con frecuencia consumar el matrimonio y la esposa lo rechazaba persistentemente. Elena escribió a Alfred P. Sinnett: "Que nunca fui Mme. Blavatsky es algo cuyas pruebas me llevaré a la tumba, y no es asunto de nadie" [14]. Después de tres meses finalmente logró huir con éxito, cabalgando sola hasta Tiflis, donde regresó con su abuela, jurando que se mataría si la obligaban a regresar con su marido, y ese fue el final del matrimonio Blavatsky. Pronto Elena partió hacia Constantinopla y de esta forma comenzó sus viajes por el mundo, financiada por su padre indulgente.

Desde la temprana infancia, su vida estuvo llena de experiencias místicas y sucesos de naturaleza inusual, y tenía sueños en los que veía a un indio alto y misterioso vestido de blanco, con pelo y barba largos y negros, y ojos ardientes y brillantes. Asimismo Elena evitó accidentes mortales y el peligro más de una vez en sus años de formación, atribuyendo su rescate a las manos y la influencia invisibles de este individuo llamativo, a quien a menudo había visto cerca de ella en su forma astral.

Cuando visitó Londres en 1851, "estaba caminando un día cuando, para su asombro, vio a un hindú alto en la calle con algunos príncipes indios. Ella inmediatamente lo reconoció como la misma persona que había visto en el Astral, y su primer impulso fue apresurarse para hablar con él, pero el individuo le hizo un gesto de que no se moviera, y Elena permaneció de pie como embelesada mientras él pasaba. Al día siguiente, fue de paseo a Hyde Park para estar sola y reflexionar sobre su extraordinaria aventura, y cuando alzó los ojos, vio que la misma forma se acercaba a ella, y luego su Maestro le dijo que había venido a Londres con los príncipes indios en una misión importante y que deseaba conocerla personalmente, puesto que requería su cooperación en un trabajo que estaba a punto de emprender. Luego le detalló cómo se iba a formar la Sociedad Teosófica y deseaba que ella fuera la fundadora. Acto seguido, le esbozó brevemente todos los problemas que tendría que sufrir, y también le anunció que debería pasar tres años en el Tíbet para prepararla en esa importante tarea" [15].

En una página de su álbum de recortes, escribió en francés (el idioma principal entonces utilizado por la aristocracia rusa): Nuit mémorable! Certaine nuit, par au clair-de lune qui se couchait a Ramsgate 12 Août 1851 lorsque je recontrais M. le Maître - de mes rêves!! Le 12 Août c'est Juillet 31 style russe jour de ma naissance-Vingt ans! Una traducción al inglés incluida en el libro de Cranston dice: "¡Noche inolvidable! ¡En cierta noche a la luz de la luna que se estaba poniendo en Ramsgate el 12 de agosto de 1851, cuando conocí al venerable Maestro de mis sueños! El 12 de agosto es el 31 de julio en el calendario ruso, el día de mi nacimiento, ¡veinte años!"

Podríamos preguntarnos por qué su entrada en el álbum de recortes de la época designa a Ramsgate (ciudad costera a unos 110 kms. de Londres) como lugar de la reunión, en reemplazo de la capital. La condesa Wachtmeister, amiga de H.P.B. y quien descubrió dicho álbum de recuerdos unos 35 años después de la auspiciosa ocasión, fue informada de que la inserción de "Ramsgate" había sido deliberada como un intento de asegurar privacidad, protección y el secreto del Maestro, quien luego sería referido como el Maestro Morya (M.) y descrito por H.P.B. como su Gurú y Guardián Directo.

Desde ese momento y hasta principios de la década de 1870, pasó gran parte de su vida viajando y estudiando en preparación para el trabajo y la misión que le había informado su Gurú. Aunque ofreció detalles breves y vagos de algunos de estos viajes y experiencias cuando la presionaron aquéllos que deseaban escribir su biografía en años posteriores, ella siempre se esforzó por decir lo menos posible sobre esos temas, principalmente para garantizar la privacidad y seguridad de los diversos Maestros, iniciados y hermandades esotéricas de todo el mundo con quienes tuvo contacto y conexión. Habiéndose comprometido con el secreto inviolable sobre muchos asuntos, desde el principio estaba decidida a mantenerlo, incluso si eso significaba confundir y oscurecer nombres, fechas y lugares deliberadamente.

"Es simplemente imposible que debiera decirse la verdad clara y sin disfraz sobre mi vida", le dijo a Sinnett. "De los 17 a los 40 años me cuidé durante mis viajes para barrer todo rastro de mí a donde fuera. Cuando estaba en Barri, Italia, estudiando con una bruja local, envié mis cartas a París para que se mandaran desde allí a mis parientes. La única correspondencia que recibieron de mí desde India fue cuando la dejaba, la primera vez. Luego desde Madrás en 1857, cuando estaba en Sudamérica, les escribí y puse el correo en Londres. Nunca permití que la gente supiera dónde me encontraba y qué estaba haciendo. Si hubiera sido una pag----- común, lo habrían preferido a mis estudios del ocultismo. Sólo cuando volví a casa le dije a mi tía que la carta que había recibido de Koot-Hoomi (K.H.) no era de un espíritu como ella pensó, y cuando obtuvo las pruebas de que eran hombres vivos, los consideró como demonios o vendidos a Satanás".

"Fui a la India en 1856, sólo porque anhelaba al Maestro. Viajé de un lugar a otro, nunca dije que era rusa, la gente me juzgaba por mis aficiones (...) Si yo describiera mi visita a India sólo en ese año, sería un libro completo, pero ¿cómo puedo decir AHORA la verdad? Supongamos que te dijera que estaba con ropa masculina (porque estaba muy delgada para entonces), lo que es verdad solemne, ¿qué pensaría la gente? Así estuve en Egipto con la vieja condesa a la que le gustaba verme vestida de hombre, de 'caballero estudiante', como decía. ¿Ahora entiendes mis dificultades? Lo que parecería una excentricidad o rareza con cualquier otro, serviría sólo para incriminarme a los ojos del mundo".

"Me recuerdan repetidamente el hecho de que como mujer y personaje público y en lugar de cumplir con deberes femeninos (acostarse con el marido, criar hijos, limpiarles la nariz, ocuparse de la cocina y consolarse con asistentes matrimoniales secretamente y a espaldas del esposo), he elegido un camino que me ha llevado a la notoriedad y la fama, y que por lo tanto tenía que esperar todo lo que me sobrevino. Muy bien, lo admito y estoy de acuerdo. Pero digo al mismo tiempo al mundo: 'Damas y caballeros, estoy en sus manos y subordinada al jurado mundial, sólo desde que fundé la Sociedad Teosófica'. Entre la H.P. Blavatsky de 1875 y la H.P.B. de 1830, se impone un velo y a ustedes no les incumbe de ninguna manera lo que ocurrió tras él, antes de aparecer como personaje público. Era mi VIDA PRIVADA, sacrosanta para todos, menos para los perros locos, calumniosos y venenosos que metían sus narices al amparo de la noche en la vida privada de cada familia e individuo" [16].

Siempre consciente de cómo pudieran hacerla parecer a los ojos de los demás las restricciones serias y reales impuestas sobre ella por sus solemnes juramentos y votos, hizo declaraciones privadas como estas a modo de explicación:

"Cuando esté muerta y me haya ido de este cuerpo, sabrás toda la verdad. Entonces sabrás que nunca, nunca he sido falsa con nadie, ni he engañado a nadie, pero tuve muchas oportunidades de permitirles engañarse a sí mismos, porque no tenía derecho a interferir con su Karma" [17].

"Te he dicho la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, hasta el punto en que se me permite darla. Muchas son las cosas que no tengo derecho a explicar si tuvieran que colgarme por eso" [18].

"Bien, adiós a todos, y cuando me haya ido, si me voy antes de verte, no pienses demasiado en mí como una 'impostora', porque te juro que te dije la verdad, por mucho que te la haya ocultado" [19].

De esta manera, y junto con la referencia del álbum de 1851 sobre la reunión con el Maestro Morya, la reseña anterior a la carta recibida por su tía Nadia del Maestro K.H. sirve como valiosa prueba para la existencia legítima de tales Adeptos orientales y de la conexión y participación de H.P.B. con ellos mucho antes de que se fundara el Movimiento Teosófico.

Sus viajes desde 1851 en adelante la llevaron a EE.UU., Canadá, América del Sur, el Caribe, India, el sur de Asia, Inglaterra, Tíbet y el Pequeño Tíbet (Ladakh), Turquía, Egipto, Siria, Italia, Francia, Hungría, Líbano y posiblemente otros lugares, intercalando sus recorridos con visitas ocasionales a su familia en Rusia. Sus destinos más frecuentes y permanencias más largas fueron en India, Tíbet y la región de Ladakh en la Cachemira transhimaláyica, que es donde se cree que los Maestros M. y K.H. tienen su principal hogar y base.

En 1870, su familia (que entonces vivía en Odessa) casi había perdido la esperanza para tener noticias de Helena otra vez. En el verano de 1868, el Maestro Morya la había convocado para ir al Tíbet a fin de recibir clases y entrenamiento más profundos por parte de los Maestros con objeto de prepararla en su misión como Mensajero para el mundo. Sus parientes no habían sabido nada de ella desde su partida y temían que probablemente estuviera muerta.

Un día de noviembre, su tía recibió una extraña visita que en años posteriores contó por carta al coronel Olcott de la siguiente manera:

"(...) cuando mi sobrina estaba en el otro lado del mundo (...) ningún alma sabía dónde se encontraba, lo cual nos entristeció enormemente. Todas nuestras investigaciones habían terminado en nada. Estábamos preparados para creerla muerta, cuando -creo que fue alrededor del año 1870, o posiblemente más tarde- recibí una carta suya, a la que creo llamas 'K.H.', que me llegó de la forma más incomprensible y misteriosa, por medio de un mensajero de apariencia asiática y quien luego desapareció ante mis propios ojos. Esta carta, en la que me rogaba que no temiera nada y que anunció que ella estaba a salvo, todavía la tengo en Odessa (...) Por favor, discúlpame, pero es difícil para mí, por no decir imposible, comprender cómo puede haber gente tan estúpida para creer que mi sobrina o tú hayan inventado a los hombres a quienes ustedes llaman los Mahatmas. No sé si los has conocido personalmente por mucho tiempo, pero mi sobrina me habló de ellos, y con gran extensión, hace años. Me escribió que había vuelto a ver y renovado sus relaciones con varios de ellos, incluso antes de que ella escribiera su 'Isis'. ¿Por qué debería haber inventado estos personajes? ¿Con qué fin y qué bien podrían haberle hecho si no tuvieran existencia? (...) Si yo, que siempre he sido y espero seguir siendo una cristiana ferviente, creo en la existencia de estos hombres (aunque me niegue a dar crédito a todos los milagros que les atribuyen), ¿por qué los demás no deberían creer en ellos? Para la existencia de al menos uno de ellos, sí la puedo verificar. ¿Quién, entonces, podría haberme escrito esta carta para tranquilizarme en el momento en que tenía la mayor necesidad de tanto consuelo, a menos que hubiera sido uno de esos Adeptos mencionados? Es cierto que su escritura a mano no la conozco, pero la manera en que me fue entregada fue tan fenomenal, que nada menos que un Adepto en la ciencia oculta podría haberla efectuado. Me prometió el regreso de mi sobrina, y la promesa se cumplió debidamente" [20].

Esta carta que le fue entregada estaba escrita en francés, probablemente por las razones ya indicadas de que este ha sido el idioma principal en uso por la aristocracia rusa. Traducida al inglés, decía:

"Los nobles parientes de Mme. H. Blavatsky no tienen razón alguna para sufrir. Su hija y sobrina no ha dejado este mundo en absoluto. Ella está viva y desea dar a conocer a quienes ama que está bien y se siente muy feliz en el retiro distante y desconocido que ha elegido para sí. Ha estado muy enferma, pero ahora ya no; debido a la protección del Señor Sangyas [nombre tibetano para Buda] ha encontrado amigos devotos que la cuidan física y espiritualmente. Deje que las damas de su casa, por lo tanto, pongan sus mentes en reposo. Antes de que 18 lunas nuevas hayan salido, ella habrá regresado con su familia" [21].

Aunque la carta no tenía firma, estaba escrita con la letra del maestro K.H., como lo demuestra la misma caligrafía que fue utilizada diez años más tarde por Él cuando comenzó su larga correspondencia con varios teósofos y que se publicó bajo el título "Las Cartas Mahatma". Más tarde se reveló que el "mensajero de aspecto asiático" que le había entregado la carta a Nadia y luego desapareció en el acto era el Maestro Morya usando su cuerpo astral. Por lo tanto, ambos maestros y la letra de uno de ellos eran conocidos por la familia de H.P.B. durante cinco años antes de que la Sociedad Teosófica fuera fundada. ¿Cómo puede entonces afirmarse, como se dice en ocasiones, que H.P.B. inventó a los Maestros para atraer la atención hacia ella y la Sociedad Teosófica?

En una refutación destinada a un crítico en 1884, Blavatsky explicó: "He vivido en diferentes períodos tanto en el Pequeño Tíbet como en el Gran Tíbet, y estas temporadas juntas forman más de siete años. Sin embargo, nunca he declarado ni verbalmente ni por mi firma que haya pasado siete años consecutivos en un convento. Lo que he dicho, y lo repito ahora, es que me he detenido en conventos lamaístas, que he visitado Tzi-Gadze [Shigatse], el territorio Tashi-Lhunpo y sus inmediaciones, que he estado más al interior y también en lugares del Tíbet que nunca han sido visitados por ningún otro europeo y que sólo puede soñar con conocer" [22].

Mientras estaba en París en junio de 1873, H.P.B. recibió noticias de su Maestro de que era hora de mudarse a Nueva York (EE.UU.), donde se llevarían a cabo los preparativos para la fundación de la Sociedad Teosófica. Llegó el 7 de julio y en octubre supo que su padre había muerto el mismo mes de su partida a la nación estadounidense, y entonces, sin más apoyo financiero, se dedicó a diseñar y crear diversos artículos de artesanía para comerciantes y negocios de Nueva York.

Alguien que la conoció durante este tiempo fue Anna Ballard, veterana periodista del New York Press Club, quien en una carta a Olcott después de la muerte de H.P.B. recordaba: "En nuestra primera entrevista ella me dijo que no tenía idea de dejar París para ir a Norteamérica hasta la noche anterior a su partida, pero no dijo por qué vino o quién la apresuró. Recuerdo perfectamente que declaró con un aire de exultación: 'He estado en el Tíbet'. Ahora bien, por qué Blavatsky debería pensar en un gran asunto más notable que cualquier otro de los viajes a Egipto, India y otros países de los que me habló, no lo pude entender, pero lo dijo con especial énfasis y convicción. Ahora sé, por supuesto, lo que significaba" [23].

La dificultad para encontrar alojamiento adecuado había llevado a H.P.B. a establecer su residencia en un hogar comunal o cooperativo para mujeres en el barrio de Lower East Side. Una de sus numerosas compañeras residentes fue Elizabeth Holt, quien sesenta años más tarde rememoraba:

"Con el fin de estar lista para la escuela cuando se inauguró, me enviaron de vuelta en agosto a la casa de Madison Street, donde teníamos una amiga que me cuidaría un tiempo, y allí encontré a Madame Blavatsky. Hasta donde sé, este fue su primer lugar de detenimiento en Nueva York. Ella tenía una habitación en el segundo piso y mi amiga vivía en una pieza duplicada al lado de la suya, por lo que se convirtieron en muy buenas vecinas. Siendo una familia cooperativa, todos nos conocíamos y también había un aposento junto a la puerta de la calle que usábamos como sala de estar común u oficina. Mi pequeño apartamento estaba justo enfrente, por lo que vi muchas veces a Madame Blavatsky, que se sentaba en la oficina una gran parte del tiempo, pero rara vez se encontraba sola; ella era como un imán, lo suficientemente poderoso para atraer a todos los que pudieran venir. La vi, día a día, sentada allí, enrollando cigarrillos y fumando incesantemente. Ella era ciertamente un personaje inusual. Creo que debe haber sido más alta de lo que parecía; era tan amplia... Toda su apariencia transmitía la idea del poder. Había una especie de emoción reprimida en la casa por su presencia, una emoción totalmente placentera y un poco teñida de asombro”.

"Nunca consideré a Madame como una maestra ética, dado que era demasiado excitable; cuando las cosas le parecían incorrectas, podía expresar su opinión sobre ellas con un vigor que era muy perturbador. Nunca la vi enojada con alguna persona o cosa a corta distancia. Sus objeciones tenían una impersonalidad sobre ellos, y en un dilema mental o físico, instintivamente apelarías a ella porque sentías su intrepidez, su originalidad, su gran sabiduría y amplia experiencia y buena voluntad, aparte de su simpatía por los desvalidos" [24].

En esta época, estaban de moda el espiritismo y sus prácticas de mediumnidad llamadas "sesiones", atrayendo considerable atención y adquiriendo influencia y popularidad en EE.UU., Reino Unido y gran parte de Europa. Aunque ciertas demostraciones espiritistas fueron simplemente fraudes conscientes, muchos otros eran genuinos y es así que una cantidad creciente de fenómenos asombrosos e inexplicables y "materializaciones espirituales" ocurrieron en algunas de dichas sesiones.

Gran parte de la misión de H.P.B. durante sus primeros años en Estados Unidos estuvo relacionada con el movimiento espiritista, aunque ella misma nunca formó parte de él en el sentido comúnmente aceptado del término. Sus Maestros se opusieron inequívocamente al espiritismo y la mediumnidad y, previendo un destino calamitoso para Occidente si se permitía su continuidad, le dieron instrucciones para revelar la verdad detrás del fenómeno. No negaron lo que estaba ocurriendo en el mundo mediúmnico, pero sí objetaron la explicación espiritista de ello, que generalmente era atribuirlo todo a "almas difuntas" y "espíritus" que según la Teosofía no es el caso en absoluto.

H.P.B. escribía lo siguiente en una carta a su hermana durante este periodo:

"Cuanto más veo de los médiums -ya que Estados Unidos es un auténtico vivero, el más prolífico para los médiums y sensitivos de todo tipo, genuinos y artificiales-, más veo el peligro que rodea a la humanidad (...) Tú recuerdas, Vera, cómo hice experimentos para ti en Rugodevo, con qué frecuencia vi los fantasmas de aquéllos que habían vivido en la casa y te los describí, porque nunca podrías verlos (...) Bueno, era lo mismo todos los días y todas las noches en Vermont. Vi y observé estas criaturas desalmadas, las sombras de sus cuerpos terrestres, de los cuales, en la mayoría de los casos, el alma y el espíritu habían huido hace mucho tiempo, pero que vivían y preservaban sus sombras semimateriales, alimentándose de las energías vitales de los cientos de visitantes que venían y se iban, así como de los médiums (...)”.

"¡Fue espantoso ver el proceso! A menudo me enfermaba y mareaba, pero tenía que mirarlo, y lo único que podía hacer era mantener esas criaturas repugnantes a la distancia de un brazo. ¡Pero fue un espectáculo ver la bienvenida que los espiritistas dieron a estas sombras! Lloraban y se regocijaban alrededor del médium, vestidos con estas sombras vacías materializadas (...) Hizo que mi corazón sangrara por ellos. A menudo pensaba: 'Si pudieran ver lo que veo'. Si sólo supieran que estos simulacros de hombres y mujeres están formados totalmente por las pasiones terrestres, los vicios y pensamientos mundanos del residuo de la personalidad que fue; porque éstas son sólo heces que no pueden seguir al alma y al espíritu liberados, y quedan para una segunda muerte en la atmósfera terrestre que pueden ser visitadas por el canalizador promedio y el público" [25].

Fue a través de su participación en la escena espiritista que Blavatsky conoció a Henry Steel Olcott, un ex coronel de la Guerra Civil, quien pronto se convirtió en su amigo, colega y asistente. Ella le presentó el hecho de la existencia de los Maestros y lo puso en comunicación personal e independiente con varios de ellos. Mientras estuvo activamente involucrada defendiendo sinceramente a los más honestos y genuinos entre los médiums, y cuando también desafiaba y exponía audazmente las falsificaciones denunciando la falta de destreza filosófica de los espiritistas y la justificación adecuada para sus experiencias, Helena llamó la atención de Michael Betanelly, un georgiano del Cáucaso que había leído sobre ella en uno de los artículos periodísticos de Olcott y expresó su deseo de conocerla.

Al parecer, se enamoró de ella casi de inmediato, comenzó a acosarla y finalmente le suplicó que se casara con él. Helena se negó en repetidas ocasiones, pero cuando Michael amenazó seria y desesperadamente con suicidarse a menos que ella estuviera de acuerdo, decidió aceptar la propuesta en lugar de arriesgarse a ser responsable de un destino tan terrible. Sus estipulaciones fueron que no cambiaría su nombre, que sería tan libre e independiente como antes, y que él nunca debería pedir ni esperar nada en cuanto a las relaciones románticas o la intimidad física, porque ella no tenía interés en tales asuntos.

Michael consintió en esto, declarando que su único deseo real era tener el honor de velar por ella y hablar de Helena como su esposa y de sí mismo como su compañero. El matrimonio duró sólo unos meses y cuando se hizo evidente que Betanelly no estaba dispuesto a cumplir con las estipulaciones después de todo, H.P.B. lo dejó y se negó a tener más que ver con él. Finalmente, Betanelly solicitó con éxito el divorcio por deserción y poco después regresó a su Georgia natal.

El "espiritualismo" es original y principalmente un término filosófico que designa la creencia y convicción de que la realidad última no es material, física y objetiva, sino más bien puramente espiritual y trascendente, y que ésta es fuente, esencia, naturaleza verdadera, vida animadora y destino final de todo y de todos dentro del Universo. No niega la existencia de materia objetiva y de los fenómenos físicos, pero sostiene que éstos son sólo apariencias temporales y efímeras que constituyen el vehículo para la experiencia y evolución de lo que es en esencia puramente espiritual y divino. Es lo opuesto al materialismo, que a su vez es originalmente un término y concepto filosófico.

Es en este sentido que H.P.B. nos informa que: "La Teosofía, una doctrina que enseña que todo lo que existe está animado o formado por el Alma o Espíritu Universal, y que ningún átomo en nuestro Universo puede estar fuera de este Principio Omnipresente, es espiritualismo puro. En cuanto a la creencia que está bajo ese nombre, a saber, la idea de comunicación constante de los vivos con los muertos -ya sea a través de los poderes mediumnísticos de uno mismo o un llamado médium- no es mejor que la materialización del espíritu y la degradación de las almas humanas y divinas. Los creyentes en tales comunicaciones simplemente están deshonrando a los muertos y realizando sacrilegios constantes, y bien se hizo en llamarlo 'nigromancia' en los días de antaño... Pero nuestros espiritistas modernos se ofenden cuando se les dice esta simple verdad" [26].

Las enseñanzas teosóficas explican que la mediumnidad y las prácticas nigrománticas común y erróneamente llamadas "espiritismo" siempre han sido mal consideradas y vistas con legítimo horror en Oriente, particularmente en el hinduismo. Los Maestros habían esperado que los espiritistas percibieran la verdad de la Teosofía y se convirtieran en sus más grandes aliados y seguidores, abandonando sus falsas nociones y prácticas, pero esto no fue así y, con muy pocas excepciones, los espiritistas terminaron siendo algunos de sus oponentes más grandes y tenaces.

En su prefacio a "La Clave de la Teosofía", H.B.P. afirma que: "Los espiritistas, al igual que muchos otros, prefiriendo creer en lo que es agradable en lugar de lo verdadero, se han enfadado mucho con quienquiera que destruyese una ilusión placentera (...) como si los poseedores de una verdad a medias sintieran más antagonismo hacia los que tienen la verdad completa, que hacia los que no tienen nada de qué ufanarse".

El 17 de noviembre de 1875, cuando H.P.B. ya se había distanciado en gran medida de los espiritistas, el Movimiento Teosófico se fundó en Nueva York bajo el nombre de "The Theosophical Society". Los principales fundadores fueron H.P.B., el coronel Olcott y William Quan Judge, un joven abogado irlandés-americano que había sido presentado a Blavatsky por Olcott.

El Movimiento fue fundado con tres aspiraciones principales u objetivos. El primero y más importante era ayudar a lograr la realización de la Hermandad Universal, que la Teosofía insiste no es simplemente un noble y elevado ideal, sino un eterno hecho en la Naturaleza, debido a la Unidad y Divinidad de toda la vida. H.P.B. audazmente declaró que era un pecado contra la Naturaleza y contra la Humanidad que uno discriminara por razones de raza, credo, género, casta o color de piel.

Aunque la verdad de esto ahora es generalmente aceptada en todo el mundo, se consideró radical, extraña, extrema e incluso inaceptable a fines del siglo XIX. Parte de la misión de H.P.B. era romper las barreras ilusorias y autoerigidas que separaban a seres humanos, razas, castas, naciones y credos religiosos.

En segundo lugar, el Movimiento debía llamar la atención del mundo hacia Oriente, promoviendo el estudio y la investigación de las religiones, filosofías y ciencias de India, en particular las relacionadas con el hinduismo y el budismo, y demostrar tanto su grandeza como su importancia vital para la humanidad en general, y es así que la primera introducción de la espiritualidad oriental en Occidente vino a través de la Teosofía. Sin embargo, debe entenderse que esta doctrina no alienta a nadie a convertirse en hindú o budista; simplemente sostiene que las filosofías centrales de estas dos religiones se han mantenido más puras y menos corrompidas y distorsionadas, y por lo tanto, más cercanas a la Verdad que las de otras creencias en el mundo.

Como resultado, las enseñanzas teosóficas utilizan algunos términos y aspectos de la filosofía hindú y budista para presentar parte de la Sabiduría Antigua de manera más clara y comprensible. En 1888, H.P.B. escribía: "Lo decimos de nuevo: el ocultismo arcaico sería incomprensible para todos si no fuera traído por otros canales más familiares que el budismo y el hinduismo, porque el primero es la emanación de este último; y ambos son hijos de una madre, la antigua Sabiduría lemuriana-atlante" [27].

El tercer objetivo principal, que se consideraba de menor importancia que los otros dos, era estudiar e investigar algunas de las misteriosas e inexplicables Leyes de la Naturaleza y las facultades psíquicas y espirituales latentes en cada ser humano.

Las palabras "oculto", "ocultista" y "ocultismo" se pueden encontrar con frecuencia en los escritos teosóficos. La incomprensión actual de lo que este término significa en realidad ha llevado a muchas acusaciones equivocadas y tergiversaciones ignorantes, y de esta forma debemos aclarar que la palabra "oculto" es simplemente un sinónimo de "esotérico" y proviene de la palabra latina occultus, que literalmente significa "escondido"; por tanto, en su significado literal y correcto, el ocultismo es el estudio del conocimiento oculto y las verdades secretas. Como ya se dijo, uno de los propósitos principales del Movimiento Teosófico es señalar y demostrar que existe una enseñanza esotérica universal (es decir, oculta y reservada) que subyace a todas las religiones del mundo y que es, de hecho, la fuente arcaica y primigenia de toda religión, filosofía y ciencia.

El hábito de equiparar el ocultismo con prácticas oscuras y malvadas es un desarrollo relativamente moderno. Durante la vida de H.P.B. se entendía perfectamente que "oculto" simplemente significaba "esotérico" y que una persona referida como "ocultista" denotaba a alguien que estaba interesado en descubrir los significados secretos y escondidos y las verdades subyacentes a las enseñanzas espirituales y filosóficas, o a una persona que realmente ha sido iniciada en tal "conocimiento oculto". Es obvio entonces que el concepto es perfectamente inofensivo, a menos que sea llevado a cabo y deseado con propósitos egoístas o malévolos, pero esa no es la naturaleza de la Teosofía, ya que el móvil constante de fondo y el énfasis de todas las enseñanzas teosóficas es el completo altruismo, el servicio desinteresado a la humanidad y el ideal del Bodhisattva.

Por supuesto, existen ciertas personas que se incomodan cuando otros tratan de descubrir verdades ocultas o estudiar enseñanzas espirituales que durante largas eras se habían mantenido secretas y desconocidas para las masas. A la Iglesia cristiana en particular no le agradan tales cosas y fue en gran parte ella -durante el siglo XX- quien causó que la palabra "oculto" desarrollara sus connotaciones negativas y siniestras actuales, al equiparar engañosamente el ocultismo con la magia negra y el satanismo en un intento por mantener a la gente alejada de cualquier cosa que mencione el ocultismo y sus derivados.

Debido al empañamiento de estas palabras perfectamente inocentes en el idioma inglés, muchos teósofos hoy prefieren usar la palabra "esotérico" en lugar de "oculto" para evitar malentendidos o tergiversaciones. Cualquiera que lea los trabajos de H.P.B. verá que ella utilizó ambos términos aplicándolos como sinónimos, puesto que lo son. Los cristianos debieran recordar que incluso en su Nuevo Testamento hay relatos de Jesús diciendo a sus discípulos que los "Misterios del Reino de los Cielos" pueden ser revelados sólo a ellos (los discípulos) y no al público general o las masas, que debían ser instruidos principalmente con parábolas y preceptos morales simples en su lugar. En pocas palabras, y por lo que trasunta de su propia alocución, Jesús impartió una enseñanza oculta, ya que el ocultismo es simplemente esoterismo.


Referencias

[1] H.P. Blavatsky, "Is Theosophy A Religion?", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol.1, p. 57, Theosophy Company.

[2] Maestro Koot Hoomi, "Las Cartas Mahatma", n° VIII, p. 34-35, segunda edición, Theosophical University Press.

[3] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 1-2, Theosophy Company. 
[4] H.P. Blavatsky, "Isis Develada", vol. 1, Prefacio, p. vii, Theosophy Company. 
[5] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Prefacio e Introducción, p. vii, xxxvii, Theosophy Company.

[6] William Q. Judge, "El Océano de la Teosofía", p. 1-2, Theosophy Company. 
[7] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xx, Theosophy Company.

[8] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 14, Theosophy Company. 
[9] H.P. Blavatsky, "The Theosophical Glossary", entrada para "Theosophia", p. 328, Theosophy Company.

[10] H.P. Blavatsky, "Let Every Man Prove His Own Work", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 1, p. 78, Theosophy Company.

[11] H.P. Blavatsky, "Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett", n° XXVII, p. 59, Theosophical University Press.

[12] H.P. Blavatsky, "Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett", n° LXII, p. 157, Theosophical University Press.

[13] Sylvia Cranston, "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 36, Path Publishing House.

[14] H.P. Blavatsky, "Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett", n° LX, p. 147, Theosophical University Press.

[15] Condesa Constance Wachtmeister, "Reminiscences of H.P. Blavatsky and The Secret Doctrine", p. 44, Quest Books, Theosophical Publishing House.

[16] H.P. Blavatsky, "Cartas de HP Blavatsky a A.P. Sinnett", nros. LXI y LX, p.154, 151, 145, Theosophical University Press.

[17] H.P. Blavatsky, "She Being Dead Yet Speaketh", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 1, p. 123, Theosophy Company.

[18] H.P. Blavatsky, "H.P. Blavatsky On Precipitation and Other Matters", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 2, p. 512, Theosophy Company.

[19] H.P. Blavatsky, "Cartas de HP Blavatsky a A.P. Sinnett", n° XVIII, p. 37-38, Theosophical University Press.

[20] Sylvia Cranston, H.P.B.: "The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 102-103, Path Publishing House.

[21] Sylvia Cranston, H.P.B.: "The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 103, Path Publishing House.

[22] H.P. Blavatsky, "Collected Writings", vol. VI, 269-280. 
[23] Sylvia Cranston, "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 114, Path Publishing House.

[24] Sylvia Cranston, "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 115-116, Path Publishing House.

[25] Sylvia Cranston, "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 128-129, Path Publishing House.

[26] H.P. Blavatsky, "The Theosophical Glossary", entrada para "Spiritualism", p. 307, Theosophy Company.

[27] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 668, Theosophy Company.