TEOSOFÍA: SABIDURÍA ANTIGUA PARA LA NUEVA ERA
¿Qué es la Teosofía?
Helena Petrovna Blavatsky escribió una vez: "No es exagerado decir que nunca hubo -durante el presente siglo, en todo caso- un movimiento social o religioso tan terrible y absurdamente incomprendido o descrito con más desatino que la TEOSOFÍA, ya sea considerada en teoría como un código de ética o en su expresión objetiva y práctica, es decir, la Sociedad conocida con ese nombre" [1].
¿Acaso la Teosofía pretende ser una especie de nueva religión o revelación mística previamente desconocida para el mundo? Al contrario, pues uno de los sabios orientales detrás del Movimiento Teosófico escribió:
"La Teosofía no es un nuevo candidato para la atención mundial, sino sólo la reafirmación de principios que han sido reconocidos desde la infancia de la humanidad" [2].
En la actualidad, el término "Sabiduría Antigua" tiene un uso muy extendido, ya que casi todo y cualquier cosa se clasifica bajo esa categoría en el mundo de la espiritualidad popular, y al parecer, mucha gente considera que esta designación se basa en "algo sabio que se dijo en la Antigüedad".
El hecho es que la Sabiduría Antigua es un concepto muy definido, mientras que al mismo tiempo es no sectario y universal, constituyendo un cuerpo integral y completo de conocimiento; es un sistema vasto, perfecto e inmutable de información, instrucción y guía. Es la unidad y síntesis natural de religión, filosofía y ciencia, que contiene la respuesta a cada pregunta y la solución a cada problema. En pocas palabras, es Eterna Verdad.
"Sabiduría antigua" es sólo un nombre con que se ha designado al Gran Conocimiento, pues también se le llama Sabiduría Eterna, Sabiduría Divina, Ciencia Divina, Gnosis, Atma Vidya, Brahma-Vidya, Gupta-Vidya, Sanatana Dharma, Filosofía Esotérica, Ciencia Esotérica, Filosofía Oculta, Ciencia Sagrada, Sabiduría-Religión y la Doctrina Secreta. Es la enseñanza esotérica que subyace en todas las religiones del mundo, y la fuente arcaica y primigenia de cabecera de toda la verdad que se puede encontrar en las diversas religiones, filosofías y ciencias.
Helena Blavatsky comienza su libro "La Clave de la Teosofía" afirmando que "la Teosofía es Conocimiento o Ciencia Divinos", y explica que esta palabra se deriva del término griego theosophia, que "no es 'Sabiduría de Dios', como es traducido por algunos, sino Sabiduría Divina como la que poseen los dioses. El término tiene muchos miles de años (...) Nos llega de los filósofos alejandrinos, llamados amantes de la verdad, filaleteos (...) El nombre Teosofía data del siglo III de nuestra Era, y comenzó con Ammonius Saccas y sus discípulos, quienes iniciaron el sistema ecléctico teosófico (...) También fueron denominados neoplatónicos" [3].
Comenzando en el último cuarto del siglo XIX, la Sabiduría Antigua - o "la Religión-Sabiduría universal de la Antigüedad" [4]- fue presentada al mundo bajo el nombre de "Teosofía", y ésta, por lo tanto, es intercambiable con aquél término. En lugar de ser sólo una religión, filosofía o ciencia, podría describirse como la esencia misma de todas ellas.
El famoso lema del Movimiento Teosófico es: "No hay Religión más sublime que la Verdad", lo cual se puede interpretar o comprender de diferentes formas. Sin embargo, su principal significado para los teósofos es que la Verdad existe y que, por supuesto, trasciende y es anterior a todas las religiones, ya que la Teosofía sostiene y demuestra que todas ellas son iguales en su esencia esotérica. Los credos del mundo contienen alguna porción de dicha Verdad, algunos en mayor medida que otros, pero como todas las religiones son inevitablemente autolimitadas, ninguna puede abarcarla completamente, y de este modo la Teosofía es un sistema universal que no se adhiere a ninguna religión ni la promueve.
Asimismo, los teósofos pueden pertenecer a cualquier religión o a ninguna en absoluto, pues lo que realmente importa es la búsqueda de la Verdad y la Realidad en medio de este mundo ignorante de ilusión y decepción. Dado el carácter universal de la Teosofía, naturalmente hay muchas personas que son verdaderos teósofos sin haber oído nunca sobre ella o del Movimiento Teosófico. En aras de la claridad, sin embargo, utilizaremos el término "teósofo" a lo largo de este artículo para referirnos a cualquier persona específicamente relacionada con la corriente homónima moderna.
Helena Blavatsky (o H.P.B.) y sus Maestros insistieron en la importancia de proporcionar referencias, evidencias y fuentes con el fin de comprobar la validez, legitimidad y autenticidad de las enseñanzas presentadas. Utilizando miles de respaldos a partir de un conjunto de fuentes muy diversas y distantes, H.P.B. demostró la atemporalidad, fiabilidad y universalidad de las doctrinas teosóficas, incluso aquéllas que a primera vista parecían las más peculiares. Sus libros "La Doctrina Secreta" e "Isis Develada" contienen una miríada de referencias y citas de los ámbitos de la religión, filosofía, ciencia, literatura clásica e historia antigua y moderna.
H.P.B. nunca afirmó que alguna de sus enseñanzas fuera el resultado de "investigación clarividente" o "lecturas de registros akáshicos" llevadas a cabo por ella misma, y tampoco se trata de alguna teoría, especulación o ideología personales, y específicamente negó todo aquéllo escribiendo que: "La única ventaja que tiene la escritora sobre sus predecesores es que no necesita recurrir a especulaciones y teorías personales, ya que este trabajo es una declaración parcial de lo que ella misma aprendió de estudiantes más avanzados (...) La escritora (...) cree en los herederos antiguos y modernos de su Sabiduría, y creyendo en ambos, ahora transmite lo que ha recibido y aprendido a todos quienes lo acepten" [5].
De manera similar, su colega William Quan Judge declaró en el prefacio de su libro "El Océano de la Teosofía": "No se reclama originalidad para este libro, pues el escritor no inventó ni descubrió nada de esto, sino que simplemente transcribió lo que le han enseñado y le ha sido demostrado, y por lo tanto es sólo una transmisión de lo que se ha conocido antes".
Luego comienza el libro con esta explicación:
"La Teosofía es ese océano de conocimiento que se extiende de orilla a orilla en la evolución de los seres sintientes; insondable en sus partes más profundas, le da a las mentes más grandes su alcance más completo; sin embargo, siendo lo suficientemente superficial en sus costas, no abrumará la comprensión de un niño. Es sabiduría acerca de Dios para aquéllos que creen que Él está en todo y en todos, y sabiduría sobre la Naturaleza para la persona que acepta la declaración que se encuentra en la Biblia cristiana de que Dios no puede ser medido o descubierto, y que la oscuridad está alrededor de su pabellón. Aunque contiene por derivación el nombre de Dios y por tanto puede parecer a primera vista que abraza sólo la religión, no descuida la ciencia porque es la ciencia de las ciencias, llamándose así la Religión-Sabiduría. No hay ciencia completa que omita cualquier departamento de la naturaleza, ya sea visible o invisible, y esa religión que, dependiendo únicamente de una revelación supuesta, se aparta de las cosas y las leyes que las rigen, no es más que un engaño, un enemigo del progreso, un obstáculo en el camino del avance del ser humano hacia la felicidad. Abarcando tanto lo científico como lo religioso, la Teosofía es una religión científica y una ciencia religiosa.
No es una creencia o un dogma formulado o inventado por humanos, sino que es un conocimiento de las leyes que rigen la evolución de los constituyentes físicos, astrales, psíquicos e intelectuales humanos y de la Naturaleza. La religión en boga no es más que una serie de dogmas hechos por personas y sin base científica para la ética promulgada, mientras que nuestra ciencia todavía ignora lo oculto, y al no admitir la existencia de un conjunto completo de facultades internas de percepción humana, queda aislada del inmenso y real campo de experiencia que yace dentro de los mundos visibles y tangibles. Pero la Teosofía sabe que el Todo está constituido por lo visible y lo invisible, y al percibir que las cosas y los objetos externos son sólo transitorios, capta los hechos de la Naturaleza, tanto internos como externos. Por lo tanto, está completa en sí misma y no ve ningún misterio irresoluble en ninguna parte; elimina la palabra 'coincidencia' de su vocabulario y aclama el reinado de la Ley en todo y en todas las circunstancias" [6].
En opinión de H.P.B., "la filosofía esotérica sólo está concebida para resistir, en esta era de materialismo craso e ilógico, los repetidos ataques contra todo lo que el ser humano considera más querido y sagrado, en su vida espiritual interna. El verdadero filósofo, el estudiante de la Sabiduría Esotérica, omite totalmente personalidades, creencias dogmáticas y religiones especiales".
Blavatsky continúa diciendo: "Además, la filosofía esotérica reconcilia todas las religiones, despoja a cada una de sus prendas exteriores y humanas, y muestra que la raíz de cada una es idéntica a la de cualquier otro gran credo. Demuestra la necesidad de un Principio Divino absoluto en la Naturaleza, y niega la Deidad no más de lo que lo hace el Sol. La filosofía esotérica nunca ha rechazado a Dios en la Naturaleza, ni a la Deidad como el Ens absoluto y abstracto, pues sólo se niega a aceptar a los dioses de las llamadas religiones monoteístas, dioses creados por humanos a su propia imagen y semejanza, una caricatura blasfema y lamentable de lo Siempre Incognoscible "[7].
Se dice que la ética teosófica es la parte más importante de esta doctrina; la forma en que vivimos la existencia, nos conducimos y comportamos con nuestros semejantes vivos es mucho más importante que cualquier conocimiento teórico o desarrollo práctico en Ciencia Esotérica. Por lo tanto, encontramos claramente establecido que: "La ética es el alma de la Religión-Sabiduría" [8], y que "en su orientación práctica, la Teosofía es puramente ética divina" [9]. Uno de los pasajes más importantes e inspiradores de toda la vasta literatura teosófica es el siguiente, publicado al final de un artículo de H.P.B. y atribuido por ella a uno de sus Maestros:
"EL QUE NO PRACTICA ALTRUISMO Y NO ESTÁ PREPARADO PARA COMPARTIR SU ÚLTIMO BOCADO CON UNO MÁS DÉBIL O POBRE QUE ÉL MISMO; AQUÉL QUE SE NIEGA A AYUDAR A SU HERMANO DE CUALQUIER RAZA, NACIÓN O CREDO, DONDE QUIERA QUE ENCUENTRE SUFRIMIENTO, Y QUIEN VUELVE UN OÍDO SORDO AL LLANTO DE LA MISERIA HUMANA; AQUÉL QUE OYE A UNA PERSONA INOCENTE SIENDO CALUMNIADA, YA SEA UN HERMANO TEÓSOFO U OTRO, Y NO SE COMPROMETE CON SU DEFENSA COMO ASUMIRÍA LA PROPIA, ÉSE, NO ES TEÓSOFO" [10].
Helena Blavatsky y la creación del Movimiento Teosófico
La vida, obra y personalidad de Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891) están tan íntima e inseparablemente conectados con la Teosofía y el Movimiento Teosófico que es imposible hablar de uno sin referirse al menos en cierta medida sobre el otro. Así como el budismo y el cristianismo son difíciles de abordar sin mencionar a Buda y Cristo, lo mismo ocurre con la Teosofía y H.P.B., aunque ella siempre fue la primera persona en negar cualquier rasgo especial acerca de sí misma e insistir reiteradamente que la Teosofía no es una religión ni ningún invento o producto de su imaginación. Siendo la más prominente de los fundadores del Movimiento y la exponente más prolífica y mejor conocida de sus enseñanzas y propósito, es natural que hablemos mucho de ella en el transcurso de este artículo.
Quien desee saber en detalle sobre su vida y obra puede consultar el libro titulado "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", escrito por Sylvia Cranston y publicado por Path Publishing House. Esta biografía sigue siendo la más importante, como la más extensa y ampliamente referenciada, de las numerosas semblanzas de H.P.B. publicadas en las últimas décadas, y por ahora bastará con proporcionar una breve sinopsis de su vida precedente a los importantes acontecimientos de 1875.
Elena Petrovna von Hahn nació en Ekaterinoslav, Rusia (ahora Dnipropetrovsk, Ucrania, debido al desplazamiento subsiguiente de fronteras y territorios) del 11 al 12 de agosto de 1831, o del 30 al 31 de julio en el antiguo calendario ruso. Su padre era un militar de alto rango oficial y su madre una renombrada novelista y escritora. Asimismo, Elena sólo tenía una hermana y su abuela materna fue una princesa rusa, mientras que la familia pertenecía a los altos niveles de la aristocracia, aunque más tarde Elena renunciaría a cualquier posición y privilegios que pudieran pertenecerle por derecho, hablando de sí misma en una carta a un teósofo inglés como "a mí cuyo nacimiento no es un poco más bajo que el de tu Reina y quizás, más puro que el de ella, y que aún desprecio todo reclamo basado en tal nacimiento" [11].
Como la familia era rica y viajaba mucho debido a la carrera de su padre, la educaba una institutriz privada en su casa. Su madre, también llamada Elena, murió cuando su hija tenía once años. En su adolescencia, la joven Elena y su hermana Vera (nacida en 1835) pasaron mucho tiempo en la región del Cáucaso, particularmente en Tiflis, actual Tbilisi y capital de Georgia.
En 1849, poco antes de cumplir 18 años, Elena estaba casada con un tal señor Blavatsky, muchos años mayor que ella, y al igual que con la mayoría de los aspectos en su vida, el compromiso y el matrimonio no comenzaron ni finalizaron de manera convencional. Su institutriz se mofaba de ella diciendo que ningún hombre quería ser su marido, a la luz de su temperamento feroz, disposición independiente y voluntad fuerte (ni siquiera un hombre llamado Nikifor Blavatsky que Elena había encontrado tan feo), y desafiante se dispuso demostrar a su institutriz que estaba equivocada. Así, en tres días logró persuadir con la propuesta de matrimonio a Blavatsky, lo suficientemente mayor para parecer su padre.
"¿Quieres detalles sobre mi matrimonio? Bueno, ahora dicen que quería casarme con el viejo susodicho por mi propia iniciativa. No hagamos caso de ello. Mi padre estaba a 6.400 kilómetros de distancia y mi abuela se hallaba muy enferma, así que fue como te dije. Me había comprometido a fastidiar a la institutriz sin pensar que ya no podía desvincularme. Y de esa forma, Karma siguió mi pecado" [12].
El ruego a su prometido para que la liberara del compromiso no tuvo éxito y, desesperada, se escapó de casa y regresó después de unos días para finalmente resignarse a su destino, o eso parecía. Cranston relata: "Se le ocurrió, como le dijo a sus amigos íntimos, que como mujer casada estaría libre de la supervisión constante a la que solteras y mujeres de familias aristocráticas estaban sujetas" [13]. De acuerdo con su tía Nadia, sin embargo, la familia no había tenido éxito en sus intentos de sugestionar a la joven acerca de la solemnidad del matrimonio y sus futuras "obligaciones" y "deberes" hacia su esposo. En la ceremonia de la boda, cuando el sacerdote que la presidía le dijo: "Honrarás y obedecerás a tu esposo", se le escuchó responder pausadamente y molesta: "¡Por supuesto que no!"
Esa misma noche intentó huir de su nuevo marido y escapar de Rusia por completo, pero a partir de ese momento se le previno y mantuvo bajo vigilancia. La relación fue difícil e infeliz desde el comienzo para ambas partes, pues el marido intentaba con frecuencia consumar el matrimonio y la esposa lo rechazaba persistentemente. Elena escribió a Alfred P. Sinnett: "Que nunca fui Mme. Blavatsky es algo cuyas pruebas me llevaré a la tumba, y no es asunto de nadie" [14]. Después de tres meses finalmente logró huir con éxito, cabalgando sola hasta Tiflis, donde regresó con su abuela, jurando que se mataría si la obligaban a regresar con su marido, y ese fue el final del matrimonio Blavatsky. Pronto Elena partió hacia Constantinopla y de esta forma comenzó sus viajes por el mundo, financiada por su padre indulgente.
Desde la temprana infancia, su vida estuvo llena de experiencias místicas y sucesos de naturaleza inusual, y tenía sueños en los que veía a un indio alto y misterioso vestido de blanco, con pelo y barba largos y negros, y ojos ardientes y brillantes. Asimismo Elena evitó accidentes mortales y el peligro más de una vez en sus años de formación, atribuyendo su rescate a las manos y la influencia invisibles de este individuo llamativo, a quien a menudo había visto cerca de ella en su forma astral.
Cuando visitó Londres en 1851, "estaba caminando un día cuando, para su asombro, vio a un hindú alto en la calle con algunos príncipes indios. Ella inmediatamente lo reconoció como la misma persona que había visto en el Astral, y su primer impulso fue apresurarse para hablar con él, pero el individuo le hizo un gesto de que no se moviera, y Elena permaneció de pie como embelesada mientras él pasaba. Al día siguiente, fue de paseo a Hyde Park para estar sola y reflexionar sobre su extraordinaria aventura, y cuando alzó los ojos, vio que la misma forma se acercaba a ella, y luego su Maestro le dijo que había venido a Londres con los príncipes indios en una misión importante y que deseaba conocerla personalmente, puesto que requería su cooperación en un trabajo que estaba a punto de emprender. Luego le detalló cómo se iba a formar la Sociedad Teosófica y deseaba que ella fuera la fundadora. Acto seguido, le esbozó brevemente todos los problemas que tendría que sufrir, y también le anunció que debería pasar tres años en el Tíbet para prepararla en esa importante tarea" [15].
En una página de su álbum de recortes, escribió en francés (el idioma principal entonces utilizado por la aristocracia rusa): Nuit mémorable! Certaine nuit, par au clair-de lune qui se couchait a Ramsgate 12 Août 1851 lorsque je recontrais M. le Maître - de mes rêves!! Le 12 Août c'est Juillet 31 style russe jour de ma naissance-Vingt ans! Una traducción al inglés incluida en el libro de Cranston dice: "¡Noche inolvidable! ¡En cierta noche a la luz de la luna que se estaba poniendo en Ramsgate el 12 de agosto de 1851, cuando conocí al venerable Maestro de mis sueños! El 12 de agosto es el 31 de julio en el calendario ruso, el día de mi nacimiento, ¡veinte años!"
Podríamos preguntarnos por qué su entrada en el álbum de recortes de la época designa a Ramsgate (ciudad costera a unos 110 kms. de Londres) como lugar de la reunión, en reemplazo de la capital. La condesa Wachtmeister, amiga de H.P.B. y quien descubrió dicho álbum de recuerdos unos 35 años después de la auspiciosa ocasión, fue informada de que la inserción de "Ramsgate" había sido deliberada como un intento de asegurar privacidad, protección y el secreto del Maestro, quien luego sería referido como el Maestro Morya (M.) y descrito por H.P.B. como su Gurú y Guardián Directo.
Desde ese momento y hasta principios de la década de 1870, pasó gran parte de su vida viajando y estudiando en preparación para el trabajo y la misión que le había informado su Gurú. Aunque ofreció detalles breves y vagos de algunos de estos viajes y experiencias cuando la presionaron aquéllos que deseaban escribir su biografía en años posteriores, ella siempre se esforzó por decir lo menos posible sobre esos temas, principalmente para garantizar la privacidad y seguridad de los diversos Maestros, iniciados y hermandades esotéricas de todo el mundo con quienes tuvo contacto y conexión. Habiéndose comprometido con el secreto inviolable sobre muchos asuntos, desde el principio estaba decidida a mantenerlo, incluso si eso significaba confundir y oscurecer nombres, fechas y lugares deliberadamente.
"Es simplemente imposible que debiera decirse la verdad clara y sin disfraz sobre mi vida", le dijo a Sinnett. "De los 17 a los 40 años me cuidé durante mis viajes para barrer todo rastro de mí a donde fuera. Cuando estaba en Barri, Italia, estudiando con una bruja local, envié mis cartas a París para que se mandaran desde allí a mis parientes. La única correspondencia que recibieron de mí desde India fue cuando la dejaba, la primera vez. Luego desde Madrás en 1857, cuando estaba en Sudamérica, les escribí y puse el correo en Londres. Nunca permití que la gente supiera dónde me encontraba y qué estaba haciendo. Si hubiera sido una pag----- común, lo habrían preferido a mis estudios del ocultismo. Sólo cuando volví a casa le dije a mi tía que la carta que había recibido de Koot-Hoomi (K.H.) no era de un espíritu como ella pensó, y cuando obtuvo las pruebas de que eran hombres vivos, los consideró como demonios o vendidos a Satanás".
"Fui a la India en 1856, sólo porque anhelaba al Maestro. Viajé de un lugar a otro, nunca dije que era rusa, la gente me juzgaba por mis aficiones (...) Si yo describiera mi visita a India sólo en ese año, sería un libro completo, pero ¿cómo puedo decir AHORA la verdad? Supongamos que te dijera que estaba con ropa masculina (porque estaba muy delgada para entonces), lo que es verdad solemne, ¿qué pensaría la gente? Así estuve en Egipto con la vieja condesa a la que le gustaba verme vestida de hombre, de 'caballero estudiante', como decía. ¿Ahora entiendes mis dificultades? Lo que parecería una excentricidad o rareza con cualquier otro, serviría sólo para incriminarme a los ojos del mundo".
"Me recuerdan repetidamente el hecho de que como mujer y personaje público y en lugar de cumplir con deberes femeninos (acostarse con el marido, criar hijos, limpiarles la nariz, ocuparse de la cocina y consolarse con asistentes matrimoniales secretamente y a espaldas del esposo), he elegido un camino que me ha llevado a la notoriedad y la fama, y que por lo tanto tenía que esperar todo lo que me sobrevino. Muy bien, lo admito y estoy de acuerdo. Pero digo al mismo tiempo al mundo: 'Damas y caballeros, estoy en sus manos y subordinada al jurado mundial, sólo desde que fundé la Sociedad Teosófica'. Entre la H.P. Blavatsky de 1875 y la H.P.B. de 1830, se impone un velo y a ustedes no les incumbe de ninguna manera lo que ocurrió tras él, antes de aparecer como personaje público. Era mi VIDA PRIVADA, sacrosanta para todos, menos para los perros locos, calumniosos y venenosos que metían sus narices al amparo de la noche en la vida privada de cada familia e individuo" [16].
Siempre consciente de cómo pudieran hacerla parecer a los ojos de los demás las restricciones serias y reales impuestas sobre ella por sus solemnes juramentos y votos, hizo declaraciones privadas como estas a modo de explicación:
"Cuando esté muerta y me haya ido de este cuerpo, sabrás toda la verdad. Entonces sabrás que nunca, nunca he sido falsa con nadie, ni he engañado a nadie, pero tuve muchas oportunidades de permitirles engañarse a sí mismos, porque no tenía derecho a interferir con su Karma" [17].
"Te he dicho la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, hasta el punto en que se me permite darla. Muchas son las cosas que no tengo derecho a explicar si tuvieran que colgarme por eso" [18].
"Bien, adiós a todos, y cuando me haya ido, si me voy antes de verte, no pienses demasiado en mí como una 'impostora', porque te juro que te dije la verdad, por mucho que te la haya ocultado" [19].
De esta manera, y junto con la referencia del álbum de 1851 sobre la reunión con el Maestro Morya, la reseña anterior a la carta recibida por su tía Nadia del Maestro K.H. sirve como valiosa prueba para la existencia legítima de tales Adeptos orientales y de la conexión y participación de H.P.B. con ellos mucho antes de que se fundara el Movimiento Teosófico.
Sus viajes desde 1851 en adelante la llevaron a EE.UU., Canadá, América del Sur, el Caribe, India, el sur de Asia, Inglaterra, Tíbet y el Pequeño Tíbet (Ladakh), Turquía, Egipto, Siria, Italia, Francia, Hungría, Líbano y posiblemente otros lugares, intercalando sus recorridos con visitas ocasionales a su familia en Rusia. Sus destinos más frecuentes y permanencias más largas fueron en India, Tíbet y la región de Ladakh en la Cachemira transhimaláyica, que es donde se cree que los Maestros M. y K.H. tienen su principal hogar y base.
En 1870, su familia (que entonces vivía en Odessa) casi había perdido la esperanza para tener noticias de Helena otra vez. En el verano de 1868, el Maestro Morya la había convocado para ir al Tíbet a fin de recibir clases y entrenamiento más profundos por parte de los Maestros con objeto de prepararla en su misión como Mensajero para el mundo. Sus parientes no habían sabido nada de ella desde su partida y temían que probablemente estuviera muerta.
Un día de noviembre, su tía recibió una extraña visita que en años posteriores contó por carta al coronel Olcott de la siguiente manera:
"(...) cuando mi sobrina estaba en el otro lado del mundo (...) ningún alma sabía dónde se encontraba, lo cual nos entristeció enormemente. Todas nuestras investigaciones habían terminado en nada. Estábamos preparados para creerla muerta, cuando -creo que fue alrededor del año 1870, o posiblemente más tarde- recibí una carta suya, a la que creo llamas 'K.H.', que me llegó de la forma más incomprensible y misteriosa, por medio de un mensajero de apariencia asiática y quien luego desapareció ante mis propios ojos. Esta carta, en la que me rogaba que no temiera nada y que anunció que ella estaba a salvo, todavía la tengo en Odessa (...) Por favor, discúlpame, pero es difícil para mí, por no decir imposible, comprender cómo puede haber gente tan estúpida para creer que mi sobrina o tú hayan inventado a los hombres a quienes ustedes llaman los Mahatmas. No sé si los has conocido personalmente por mucho tiempo, pero mi sobrina me habló de ellos, y con gran extensión, hace años. Me escribió que había vuelto a ver y renovado sus relaciones con varios de ellos, incluso antes de que ella escribiera su 'Isis'. ¿Por qué debería haber inventado estos personajes? ¿Con qué fin y qué bien podrían haberle hecho si no tuvieran existencia? (...) Si yo, que siempre he sido y espero seguir siendo una cristiana ferviente, creo en la existencia de estos hombres (aunque me niegue a dar crédito a todos los milagros que les atribuyen), ¿por qué los demás no deberían creer en ellos? Para la existencia de al menos uno de ellos, sí la puedo verificar. ¿Quién, entonces, podría haberme escrito esta carta para tranquilizarme en el momento en que tenía la mayor necesidad de tanto consuelo, a menos que hubiera sido uno de esos Adeptos mencionados? Es cierto que su escritura a mano no la conozco, pero la manera en que me fue entregada fue tan fenomenal, que nada menos que un Adepto en la ciencia oculta podría haberla efectuado. Me prometió el regreso de mi sobrina, y la promesa se cumplió debidamente" [20].
Esta carta que le fue entregada estaba escrita en francés, probablemente por las razones ya indicadas de que este ha sido el idioma principal en uso por la aristocracia rusa. Traducida al inglés, decía:
"Los nobles parientes de Mme. H. Blavatsky no tienen razón alguna para sufrir. Su hija y sobrina no ha dejado este mundo en absoluto. Ella está viva y desea dar a conocer a quienes ama que está bien y se siente muy feliz en el retiro distante y desconocido que ha elegido para sí. Ha estado muy enferma, pero ahora ya no; debido a la protección del Señor Sangyas [nombre tibetano para Buda] ha encontrado amigos devotos que la cuidan física y espiritualmente. Deje que las damas de su casa, por lo tanto, pongan sus mentes en reposo. Antes de que 18 lunas nuevas hayan salido, ella habrá regresado con su familia" [21].
Aunque la carta no tenía firma, estaba escrita con la letra del maestro K.H., como lo demuestra la misma caligrafía que fue utilizada diez años más tarde por Él cuando comenzó su larga correspondencia con varios teósofos y que se publicó bajo el título "Las Cartas Mahatma". Más tarde se reveló que el "mensajero de aspecto asiático" que le había entregado la carta a Nadia y luego desapareció en el acto era el Maestro Morya usando su cuerpo astral. Por lo tanto, ambos maestros y la letra de uno de ellos eran conocidos por la familia de H.P.B. durante cinco años antes de que la Sociedad Teosófica fuera fundada. ¿Cómo puede entonces afirmarse, como se dice en ocasiones, que H.P.B. inventó a los Maestros para atraer la atención hacia ella y la Sociedad Teosófica?
En una refutación destinada a un crítico en 1884, Blavatsky explicó: "He vivido en diferentes períodos tanto en el Pequeño Tíbet como en el Gran Tíbet, y estas temporadas juntas forman más de siete años. Sin embargo, nunca he declarado ni verbalmente ni por mi firma que haya pasado siete años consecutivos en un convento. Lo que he dicho, y lo repito ahora, es que me he detenido en conventos lamaístas, que he visitado Tzi-Gadze [Shigatse], el territorio Tashi-Lhunpo y sus inmediaciones, que he estado más al interior y también en lugares del Tíbet que nunca han sido visitados por ningún otro europeo y que sólo puede soñar con conocer" [22].
Mientras estaba en París en junio de 1873, H.P.B. recibió noticias de su Maestro de que era hora de mudarse a Nueva York (EE.UU.), donde se llevarían a cabo los preparativos para la fundación de la Sociedad Teosófica. Llegó el 7 de julio y en octubre supo que su padre había muerto el mismo mes de su partida a la nación estadounidense, y entonces, sin más apoyo financiero, se dedicó a diseñar y crear diversos artículos de artesanía para comerciantes y negocios de Nueva York.
Alguien que la conoció durante este tiempo fue Anna Ballard, veterana periodista del New York Press Club, quien en una carta a Olcott después de la muerte de H.P.B. recordaba: "En nuestra primera entrevista ella me dijo que no tenía idea de dejar París para ir a Norteamérica hasta la noche anterior a su partida, pero no dijo por qué vino o quién la apresuró. Recuerdo perfectamente que declaró con un aire de exultación: 'He estado en el Tíbet'. Ahora bien, por qué Blavatsky debería pensar en un gran asunto más notable que cualquier otro de los viajes a Egipto, India y otros países de los que me habló, no lo pude entender, pero lo dijo con especial énfasis y convicción. Ahora sé, por supuesto, lo que significaba" [23].
La dificultad para encontrar alojamiento adecuado había llevado a H.P.B. a establecer su residencia en un hogar comunal o cooperativo para mujeres en el barrio de Lower East Side. Una de sus numerosas compañeras residentes fue Elizabeth Holt, quien sesenta años más tarde rememoraba:
"Con el fin de estar lista para la escuela cuando se inauguró, me enviaron de vuelta en agosto a la casa de Madison Street, donde teníamos una amiga que me cuidaría un tiempo, y allí encontré a Madame Blavatsky. Hasta donde sé, este fue su primer lugar de detenimiento en Nueva York. Ella tenía una habitación en el segundo piso y mi amiga vivía en una pieza duplicada al lado de la suya, por lo que se convirtieron en muy buenas vecinas. Siendo una familia cooperativa, todos nos conocíamos y también había un aposento junto a la puerta de la calle que usábamos como sala de estar común u oficina. Mi pequeño apartamento estaba justo enfrente, por lo que vi muchas veces a Madame Blavatsky, que se sentaba en la oficina una gran parte del tiempo, pero rara vez se encontraba sola; ella era como un imán, lo suficientemente poderoso para atraer a todos los que pudieran venir. La vi, día a día, sentada allí, enrollando cigarrillos y fumando incesantemente. Ella era ciertamente un personaje inusual. Creo que debe haber sido más alta de lo que parecía; era tan amplia... Toda su apariencia transmitía la idea del poder. Había una especie de emoción reprimida en la casa por su presencia, una emoción totalmente placentera y un poco teñida de asombro”.
"Nunca consideré a Madame como una maestra ética, dado que era demasiado excitable; cuando las cosas le parecían incorrectas, podía expresar su opinión sobre ellas con un vigor que era muy perturbador. Nunca la vi enojada con alguna persona o cosa a corta distancia. Sus objeciones tenían una impersonalidad sobre ellos, y en un dilema mental o físico, instintivamente apelarías a ella porque sentías su intrepidez, su originalidad, su gran sabiduría y amplia experiencia y buena voluntad, aparte de su simpatía por los desvalidos" [24].
En esta época, estaban de moda el espiritismo y sus prácticas de mediumnidad llamadas "sesiones", atrayendo considerable atención y adquiriendo influencia y popularidad en EE.UU., Reino Unido y gran parte de Europa. Aunque ciertas demostraciones espiritistas fueron simplemente fraudes conscientes, muchos otros eran genuinos y es así que una cantidad creciente de fenómenos asombrosos e inexplicables y "materializaciones espirituales" ocurrieron en algunas de dichas sesiones.
Gran parte de la misión de H.P.B. durante sus primeros años en Estados Unidos estuvo relacionada con el movimiento espiritista, aunque ella misma nunca formó parte de él en el sentido comúnmente aceptado del término. Sus Maestros se opusieron inequívocamente al espiritismo y la mediumnidad y, previendo un destino calamitoso para Occidente si se permitía su continuidad, le dieron instrucciones para revelar la verdad detrás del fenómeno. No negaron lo que estaba ocurriendo en el mundo mediúmnico, pero sí objetaron la explicación espiritista de ello, que generalmente era atribuirlo todo a "almas difuntas" y "espíritus" que según la Teosofía no es el caso en absoluto.
H.P.B. escribía lo siguiente en una carta a su hermana durante este periodo:
"Cuanto más veo de los médiums -ya que Estados Unidos es un auténtico vivero, el más prolífico para los médiums y sensitivos de todo tipo, genuinos y artificiales-, más veo el peligro que rodea a la humanidad (...) Tú recuerdas, Vera, cómo hice experimentos para ti en Rugodevo, con qué frecuencia vi los fantasmas de aquéllos que habían vivido en la casa y te los describí, porque nunca podrías verlos (...) Bueno, era lo mismo todos los días y todas las noches en Vermont. Vi y observé estas criaturas desalmadas, las sombras de sus cuerpos terrestres, de los cuales, en la mayoría de los casos, el alma y el espíritu habían huido hace mucho tiempo, pero que vivían y preservaban sus sombras semimateriales, alimentándose de las energías vitales de los cientos de visitantes que venían y se iban, así como de los médiums (...)”.
"¡Fue espantoso ver el proceso! A menudo me enfermaba y mareaba, pero tenía que mirarlo, y lo único que podía hacer era mantener esas criaturas repugnantes a la distancia de un brazo. ¡Pero fue un espectáculo ver la bienvenida que los espiritistas dieron a estas sombras! Lloraban y se regocijaban alrededor del médium, vestidos con estas sombras vacías materializadas (...) Hizo que mi corazón sangrara por ellos. A menudo pensaba: 'Si pudieran ver lo que veo'. Si sólo supieran que estos simulacros de hombres y mujeres están formados totalmente por las pasiones terrestres, los vicios y pensamientos mundanos del residuo de la personalidad que fue; porque éstas son sólo heces que no pueden seguir al alma y al espíritu liberados, y quedan para una segunda muerte en la atmósfera terrestre que pueden ser visitadas por el canalizador promedio y el público" [25].
Fue a través de su participación en la escena espiritista que Blavatsky conoció a Henry Steel Olcott, un ex coronel de la Guerra Civil, quien pronto se convirtió en su amigo, colega y asistente. Ella le presentó el hecho de la existencia de los Maestros y lo puso en comunicación personal e independiente con varios de ellos. Mientras estuvo activamente involucrada defendiendo sinceramente a los más honestos y genuinos entre los médiums, y cuando también desafiaba y exponía audazmente las falsificaciones denunciando la falta de destreza filosófica de los espiritistas y la justificación adecuada para sus experiencias, Helena llamó la atención de Michael Betanelly, un georgiano del Cáucaso que había leído sobre ella en uno de los artículos periodísticos de Olcott y expresó su deseo de conocerla.
Al parecer, se enamoró de ella casi de inmediato, comenzó a acosarla y finalmente le suplicó que se casara con él. Helena se negó en repetidas ocasiones, pero cuando Michael amenazó seria y desesperadamente con suicidarse a menos que ella estuviera de acuerdo, decidió aceptar la propuesta en lugar de arriesgarse a ser responsable de un destino tan terrible. Sus estipulaciones fueron que no cambiaría su nombre, que sería tan libre e independiente como antes, y que él nunca debería pedir ni esperar nada en cuanto a las relaciones románticas o la intimidad física, porque ella no tenía interés en tales asuntos.
Michael consintió en esto, declarando que su único deseo real era tener el honor de velar por ella y hablar de Helena como su esposa y de sí mismo como su compañero. El matrimonio duró sólo unos meses y cuando se hizo evidente que Betanelly no estaba dispuesto a cumplir con las estipulaciones después de todo, H.P.B. lo dejó y se negó a tener más que ver con él. Finalmente, Betanelly solicitó con éxito el divorcio por deserción y poco después regresó a su Georgia natal.
El "espiritualismo" es original y principalmente un término filosófico que designa la creencia y convicción de que la realidad última no es material, física y objetiva, sino más bien puramente espiritual y trascendente, y que ésta es fuente, esencia, naturaleza verdadera, vida animadora y destino final de todo y de todos dentro del Universo. No niega la existencia de materia objetiva y de los fenómenos físicos, pero sostiene que éstos son sólo apariencias temporales y efímeras que constituyen el vehículo para la experiencia y evolución de lo que es en esencia puramente espiritual y divino. Es lo opuesto al materialismo, que a su vez es originalmente un término y concepto filosófico.
Es en este sentido que H.P.B. nos informa que: "La Teosofía, una doctrina que enseña que todo lo que existe está animado o formado por el Alma o Espíritu Universal, y que ningún átomo en nuestro Universo puede estar fuera de este Principio Omnipresente, es espiritualismo puro. En cuanto a la creencia que está bajo ese nombre, a saber, la idea de comunicación constante de los vivos con los muertos -ya sea a través de los poderes mediumnísticos de uno mismo o un llamado médium- no es mejor que la materialización del espíritu y la degradación de las almas humanas y divinas. Los creyentes en tales comunicaciones simplemente están deshonrando a los muertos y realizando sacrilegios constantes, y bien se hizo en llamarlo 'nigromancia' en los días de antaño... Pero nuestros espiritistas modernos se ofenden cuando se les dice esta simple verdad" [26].
Las enseñanzas teosóficas explican que la mediumnidad y las prácticas nigrománticas común y erróneamente llamadas "espiritismo" siempre han sido mal consideradas y vistas con legítimo horror en Oriente, particularmente en el hinduismo. Los Maestros habían esperado que los espiritistas percibieran la verdad de la Teosofía y se convirtieran en sus más grandes aliados y seguidores, abandonando sus falsas nociones y prácticas, pero esto no fue así y, con muy pocas excepciones, los espiritistas terminaron siendo algunos de sus oponentes más grandes y tenaces.
En su prefacio a "La Clave de la Teosofía", H.P.B. afirma que: "Los espiritistas, al igual que muchos otros, prefiriendo creer en lo que es agradable en lugar de lo verdadero, se han enfadado mucho con quienquiera que destruyese una ilusión placentera (...) como si los poseedores de una verdad a medias sintieran más antagonismo hacia los que tienen la verdad completa, que hacia los que no tienen nada de qué ufanarse".
El 17 de noviembre de 1875, cuando H.P.B. ya se había distanciado en gran medida de los espiritistas, el Movimiento Teosófico se fundó en Nueva York bajo el nombre de "The Theosophical Society". Los principales fundadores fueron H.P.B., el coronel Olcott y William Quan Judge, un joven abogado irlandés-americano que había sido presentado a Blavatsky por Olcott.
El Movimiento fue fundado con tres aspiraciones principales u objetivos. El primero y más importante era ayudar a lograr la realización de la Hermandad Universal, que la Teosofía insiste no es simplemente un noble y elevado ideal, sino un eterno hecho en la Naturaleza, debido a la Unidad y Divinidad de toda la vida. H.P.B. audazmente declaró que era un pecado contra la Naturaleza y contra la Humanidad que uno discriminara por razones de raza, credo, género, casta o color de piel.
Aunque la verdad de esto ahora es generalmente aceptada en todo el mundo, se consideró radical, extraña, extrema e incluso inaceptable a fines del siglo XIX. Parte de la misión de H.P.B. era romper las barreras ilusorias y autoerigidas que separaban a seres humanos, razas, castas, naciones y credos religiosos.
En segundo lugar, el Movimiento debía llamar la atención del mundo hacia Oriente, promoviendo el estudio y la investigación de las religiones, filosofías y ciencias de India, en particular las relacionadas con el hinduismo y el budismo, y demostrar tanto su grandeza como su importancia vital para la humanidad en general, y es así que la primera introducción de la espiritualidad oriental en Occidente vino a través de la Teosofía. Sin embargo, debe entenderse que esta doctrina no alienta a nadie a convertirse en hindú o budista; simplemente sostiene que las filosofías centrales de estas dos religiones se han mantenido más puras y menos corrompidas y distorsionadas, y por lo tanto, más cercanas a la Verdad que las de otras creencias en el mundo.
Como resultado, las enseñanzas teosóficas utilizan algunos términos y aspectos de la filosofía hindú y budista para presentar parte de la Sabiduría Antigua de manera más clara y comprensible. En 1888, H.P.B. escribía: "Lo decimos de nuevo: el ocultismo arcaico sería incomprensible para todos si no fuera traído por otros canales más familiares que el budismo y el hinduismo, porque el primero es la emanación de este último; y ambos son hijos de una madre, la antigua Sabiduría lemuriana-atlante" [27].
El tercer objetivo principal, que se consideraba de menor importancia que los otros dos, era estudiar e investigar algunas de las misteriosas e inexplicables Leyes de la Naturaleza y las facultades psíquicas y espirituales latentes en cada ser humano.
Las palabras "oculto", "ocultista" y "ocultismo" se pueden encontrar con frecuencia en los escritos teosóficos. La incomprensión actual de lo que este término significa en realidad ha llevado a muchas acusaciones equivocadas y tergiversaciones ignorantes, y de esta forma debemos aclarar que la palabra "oculto" es simplemente un sinónimo de "esotérico" y proviene de la palabra latina occultus, que literalmente significa "escondido"; por tanto, en su significado literal y correcto, el ocultismo es el estudio del conocimiento oculto y las verdades secretas. Como ya se dijo, uno de los propósitos principales del Movimiento Teosófico es señalar y demostrar que existe una enseñanza esotérica universal (es decir, oculta y reservada) que subyace a todas las religiones del mundo y que es, de hecho, la fuente arcaica y primigenia de toda religión, filosofía y ciencia.
El hábito de equiparar el ocultismo con prácticas oscuras y malvadas es un desarrollo relativamente moderno. Durante la vida de H.P.B. se entendía perfectamente que "oculto" simplemente significaba "esotérico" y que una persona referida como "ocultista" denotaba a alguien que estaba interesado en descubrir los significados secretos y escondidos y las verdades subyacentes a las enseñanzas espirituales y filosóficas, o a una persona que realmente ha sido iniciada en tal "conocimiento oculto". Es obvio entonces que el concepto es perfectamente inofensivo, a menos que sea llevado a cabo y deseado con propósitos egoístas o malévolos, pero esa no es la naturaleza de la Teosofía, ya que el móvil constante de fondo y el énfasis de todas las enseñanzas teosóficas es el completo altruismo, el servicio desinteresado a la humanidad y el ideal del Bodhisattva.
Por supuesto, existen ciertas personas que se incomodan cuando otros tratan de descubrir verdades ocultas o estudiar enseñanzas espirituales que durante largas eras se habían mantenido secretas y desconocidas para las masas. A la Iglesia cristiana en particular no le agradan tales cosas y fue en gran parte ella -durante el siglo XX- quien causó que la palabra "oculto" desarrollara sus connotaciones negativas y siniestras actuales, al equiparar engañosamente el ocultismo con la magia negra y el satanismo en un intento por mantener a la gente alejada de cualquier cosa que mencione el ocultismo y sus derivados.
Debido al empañamiento de estas palabras perfectamente inocentes en el idioma inglés, muchos teósofos hoy prefieren usar la palabra "esotérico" en lugar de "oculto" para evitar malentendidos o tergiversaciones. Cualquiera que lea los trabajos de H.P.B. verá que ella utilizó ambos términos aplicándolos como sinónimos, puesto que lo son. Los cristianos debieran recordar que incluso en su Nuevo Testamento hay relatos de Jesús diciendo a sus discípulos que los "Misterios del Reino de los Cielos" pueden ser revelados sólo a ellos (los discípulos) y no al público general o las masas, que debían ser instruidos principalmente con parábolas y preceptos morales simples en su lugar. En pocas palabras, y por lo que trasunta de su propia alocución, Jesús impartió una enseñanza oculta, ya que el ocultismo es simplemente esoterismo.
Referencias
[1] H.P. Blavatsky, "Is Theosophy A Religion?", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol.1, p. 57, Theosophy Company.
[2] Maestro Koot Hoomi, "Las Cartas Mahatma", n° VIII, p. 34-35, segunda edición, Theosophical University Press.
[3] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 1-2, Theosophy Company.
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[4] H.P. Blavatsky, "Isis Develada", vol. 1, Prefacio, p. vii, Theosophy Company.
[5] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Prefacio e Introducción, p. vii, xxxvii, Theosophy Company.
[6] William Q. Judge, "El Océano de la Teosofía", p. 1-2, Theosophy Company.
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[7] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xx, Theosophy Company.
[8] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 14, Theosophy Company.
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[9] H.P. Blavatsky, "The Theosophical Glossary", entrada para "Theosophia", p. 328, Theosophy Company.
[10] H.P. Blavatsky, "Let Every Man Prove His Own Work", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 1, p. 78, Theosophy Company.
[11] H.P. Blavatsky, "Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett", n° XXVII, p. 59, Theosophical University Press.
[12] H.P. Blavatsky, "Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett", n° LXII, p. 157, Theosophical University Press.
[13] Sylvia Cranston, "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 36, Path Publishing House.
[14] H.P. Blavatsky, "Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett", n° LX, p. 147, Theosophical University Press.
[15] Condesa Constance Wachtmeister, "Reminiscences of H.P. Blavatsky and The Secret Doctrine", p. 44, Quest Books, Theosophical Publishing House.
[16] H.P. Blavatsky, "Cartas de HP Blavatsky a A.P. Sinnett", nros. LXI y LX, p.154, 151, 145, Theosophical University Press.
[17] H.P. Blavatsky, "She Being Dead Yet Speaketh", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 1, p. 123, Theosophy Company.
[18] H.P. Blavatsky, "H.P. Blavatsky On Precipitation and Other Matters", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 2, p. 512, Theosophy Company.
[19] H.P. Blavatsky, "Cartas de HP Blavatsky a A.P. Sinnett", n° XVIII, p. 37-38, Theosophical University Press.
[20] Sylvia Cranston, H.P.B.: "The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 102-103, Path Publishing House.
[21] Sylvia Cranston, H.P.B.: "The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 103, Path Publishing House.
[22] H.P. Blavatsky, "Collected Writings", vol. VI, 269-280.
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[22] H.P. Blavatsky, "Collected Writings", vol. VI, 269-280.
[23] Sylvia Cranston, "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 114, Path Publishing House.
[24] Sylvia Cranston, "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 115-116, Path Publishing House.
[25] Sylvia Cranston, "H.P.B.: The Extraordinary Life and Influence of Helena Blavatsky", p. 128-129, Path Publishing House.
[26] H.P. Blavatsky, "The Theosophical Glossary", entrada para "Spiritualism", p. 307, Theosophy Company.
[27] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 668, Theosophy Company.
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