25 de enero de 2022

Una descripción de la Teosofía (3 de 4)


Enseñanzas teosóficas fundamentales

"No hay nada nuevo bajo el sol".

En 1877, H.P.B. publicó su primer libro, un vasto trabajo en dos volúmenes titulado "Isis Develada", que llevaba por descripción "Una clave maestra de los Misterios de la ciencia antigua y moderna y de la teología", con el primer tomo llamado "Ciencia" y el segundo, "Teología". A la vez desafiante, poderoso, perspicaz y revelador, inmediatamente saltó a los titulares y comenzó a atraer gradualmente el pensamiento y la atención del público general hacia el Movimiento Teosófico y las enseñanzas que presentaba al mundo.

El prefacio al segundo tomo dictaminó claramente que "este volumen está dirigido en particular contra el cristianismo teológico, el principal opositor del pensamiento libre. No contiene una sóla palabra contra las enseñanzas puras de Jesús, pero denuncia implacablemente su degradación en sistemas eclesiásticos nocivos que son ruinosos para la fe del ser humano en su inmortalidad y su Dios, y subversivo de toda restricción moral. Lanzamos nuestro guante a los teólogos dogmáticos que esclavizarían tanto a la historia como a la ciencia; y especialmente al Vaticano, cuyas pretensiones despóticas se han vuelto odiosas para la mayor parte de la cristiandad ilustrada. Excluyendo al clero, nadie más que el filósofo, el investigador o explorador intrépido debieran interesarse en libros como éste, pues tales profundizaciones de la verdad tienen el coraje de sus opiniones".

La Teosofía no duda en afirmar que la influencia del cristianismo sobre el mundo occidental se ganó en gran parte mediante fuerza, miedo y fraude. De esta manera, "Isis Develada" marcó el tono que ha llevado a muchos creyentes desde entonces a acusar a H.P.B. y a la Teosofía de ser claramente "anticristianos". Pero si la religión cristiana -incluidos su Dios, su Salvador, Biblia y doctrinas- se basa principalmente en siglos y siglos de mentiras, traiciones, ignorancia y corrupción, como "Isis Develada" prueba indudablemente con la ayuda de miles de referencias, ¿no sería tal vez "pro-Verdad" un epíteto más exacto en lugar de "anticristianos"?

Hablando sobre los sacerdotes y líderes cristianos hacia el final del segundo volumen, H.P.B. escribe:

"Ignórenlos, porque ya les hemos dedicado suficiente espacio y a su teología de conglomerados. Hemos pesado a ambos tanto en la balanza de la historia, la lógica y la verdad y los hallamos deficientes. Su sistema genera ateísmo, nihilismo, desesperación y crimen, y sus sacerdotes y predicadores no pueden probar por medio de obras su recepción del poder divino. Si tanto la Iglesia como el sacerdote pudieran pasar de la vista del mundo tan fácilmente como hacen ahora sus nombres ante el ojo de nuestro lector, sería un día feliz para la humanidad" [45].

La visión teosófica es que el cristianismo no es la cura para el ateísmo, sino más bien la causa del mismo para millones de personas al menos en Occidente.

Las enseñanzas teosóficas centrales, tales como la Reencarnación y la Ley del Karma, apenas se mencionan en "Isis Develada" y otros escritos tempranos de H.P.B. o, cuando se abordan, son tratadas en una manera breve y algo vaga. Aunque estuvieron presentes en los contenidos desde el principio, la Reencarnación y el Karma no asumieron su gran énfasis y lugar de importancia posterior hasta después de que el primer ciclo de siete años del Movimiento Teosófico se hubiera completado con éxito en 1882. Del mismo modo, había otras instrucciones de naturaleza más profunda que Blavatsky se abstuvo de entregar hasta después de 1889, siendo ejemplo de ello "Psychic and Noetic Action" ("Acción psíquica y noética"), un artículo de 1890. El número siete es de gran importancia en esoterismo, y así los ciclos septenarios se toman bastante en serio.

En una carta a Olcott fechada el 6 de diciembre de 1887, Blavatsky escribió:

"La Sociedad fue creada y gradualmente se fusionó desarrollando indicios sobre las enseñanzas de la Doctrina Secreta originada en la escuela más antigua de Filosofía Oculta en todo el mundo: una escuela a reformarse lo que, finalmente, el Señor Gautama [Buda] hizo posible. Estas enseñanzas no pueden darse de manera abrupta y debían ser inculcadas gradualmente" [46].

Por lo tanto, "Isis Develada" sirvió para establecer la base de trabajo inicial e intentar eliminar parte de "la basura de las edades" en la mente y conciencia occidentales. Su capítulo final comienza enumerando diez puntos como sumario de "las proposiciones fundamentales de la filosofía oriental que hemos elucidado sucesivamente". La primera de ellas es: "No existen milagros. Todo lo que sucede es resultado de la Ley: eterna, inmutable y siempre activa. El milagro aparente no es más que la operación de fuerzas antagónicas a lo que el doctor W.B. Carpenter, Miembro de la Royal Society -un hombre de gran instrucción, aunque escaso conocimiento- llama 'las leyes bien determinadas de la naturaleza'. Como muchos de su clase, Carpenter ignora el hecho que puede haber leyes que alguna vez fueron 'conocidas', ahora ignotas para la ciencia" [47].

"Nuestro deber es mantener vivas en el ser humano sus intuiciones espirituales", declaró Blavatsky en otra parte [48]. "Crear oposición y contrarrestar -después de la debida investigación y la prueba de su naturaleza irracional- la intolerancia en todas sus formas, religiosa, científica o social, y la hipocresía sobre todo, ya sea como sectarismo religioso o creencia en milagros o cualquier aspecto prodigioso. Lo que debemos hacer es tratar de obtener conocimiento de todas las leyes naturales y difundirlo, como también alentar el estudio de aquellas normas menos comprendidas por la gente moderna, las llamadas Ciencias Ocultas, basadas en el verdadero conocimiento de la Naturaleza, en lugar de creencias supersticiosas basadas en fe ciega y autoridad, como sucede actualmente".

La Teosofía enseña que los sucesos descritos como "milagrosos" y "sobrenaturales" son simplemente la consecuencia de ciertas Leyes de la Naturaleza desconocidas para la gran mayoría de la gente (a menudo incluso para aquéllos que actuaron como instrumentos para el llamado "milagro") y tomadas en cuenta sólo por unos pocos.

La creencia en lo sobrenatural significa asumir que la Naturaleza -que, en terminología filosófica, no es sino otro nombre para el Universo Manifestado- no está gobernada por la Ley, sino que está regida o es susceptible de ser influenciada por un Poder o Ser separados o externos. La Teosofía niega con vehemencia tal idea e insiste en que el Universo es producido y gobernado por la Ley absoluta e inmutable, y que yerran de plano los individuos aferrados a la idea de que "todos los códigos de la Naturaleza ya son conocidos y entendidos por la humanidad moderna".

Aunque Helena Blavatsky escribió cientos de artículos sobre muchos temas y aspectos diferentes de la Sabiduría Eterna entre 1877 y 1888, no fue sino hasta la última fecha que se publicó su segunda obra. Incluso más largo que "Isis Develada", éste fue el más grande e importante de todos sus escritos, y se tituló "La Doctrina Secreta", publicada también en dos grandes volúmenes, "Cosmogénesis" y "Antropogénesis". El primero trataba sobre los orígenes, el nacimiento y la evolución del Universo, el Cosmos, el Sistema Solar y nuestro planeta, mientras que el segundo se ocupa de los orígenes, el surgimiento y la evolución de la humanidad.

Nunca se afirmó o insinuó que la totalidad de la Doctrina Secreta estaba contenida en el libro homónimo, pero el texto sí señalaba, entre otros aspectos:

"Sólo una cierta porción de las enseñanzas secretas puede darse en la era actual" [49].

"Pasarán siglos antes que se dé mucho más" [50].

"La DOCTRINA SECRETA no es un tratado ni una serie de teorías vagas, sino que contiene todo lo que se puede dar al mundo" [51].

"Los volúmenes presentes (...) aunque dan muchos principios fundamentales de la DOCTRINA SECRETA del Oriente, levantan una pequeña porción del velo oscuro. Porque a nadie, ni siquiera al mejor Adepto viviente, se le permitiría -ni podría aunque quisiera- entregar promiscuamente a un mundo burlón e incrédulo lo que tan eficazmente le ha sido ocultado durante largos eones y eras" [52].


"Ahora se permite que el esquema de algunas verdades fundamentales de la Doctrina Secreta de las Edades Arcaicas vea la luz, después de largos milenios del más profundo silencio y secreto (...) Pero incluso lo poco que se da ahora, es mejor que el completo silencio sobre esas verdades vitales" [53].

"La Doctrina Secreta" fue escrita deliberadamente de tal manera que resultó difícil y poco llamativa para el lector promedio y simplemente curioso. H.P.B. escribió que, aunque estaba disponible para cualquiera, se había compuesto principalmente para estudiantes de esoterismo y aquéllos que ya habían empezado a familiarizarse con las enseñanzas de Teosofía. Al presentar la síntesis perfecta y natural y la unidad de religión, filosofía y ciencia, se confirmó por los Maestros que consistió en "una triple producción" [54] o el resultado de los maestros Koot Hoomi y Morya trabajando junto con la que llamaron su "Agente directa". El Maestro K.H. había descrito "La Doctrina Secreta" como el "epítome de las verdades ocultas que la convertirá en una fuente de información e instrucción para el estudiante devoto durante los largos años venideros" [55].

Bajo esta óptica, lo que estaba ocurriendo en el Movimiento Teosófico era de importancia y significado únicos y monumentales para el mundo, aunque no fue amplia y apropiadamente reconocido y apreciado como tal, ni entonces ni después.

Junto a enseñanzas fundamentales como la Ley del Karma, Reencarnación y la Unidad de toda la Vida, estaban disponibles ciertas doctrinas espirituales-esotéricas que nunca antes se habían dado de manera específica o clara al público, como aquéllas sobre el origen y futuro de la Tierra y la humanidad (incluyendo cadenas planetarias, globos, rondas, razas-raíces, etc.), las civilizaciones de Atlántida y Lemuria, los verdaderos detalles sobre el estado de la vida póstuma y lo que sucede entre la muerte y el renacimiento, la naturaleza séptuple humana, el origen de la conciencia y la real naturaleza y sistema de evolución, nacimiento y estructura del Universo. Gran parte de esta información y conocimiento había sido previamente mantenida en secreto y cuidadosamente custodiada por sus hábiles guardianes, como dijeron los Maestros: "Hemos roto el silencio de siglos" [56].

A lo largo de los años, varios científicos, conocidos y desconocidos, han desarrollado un gran interés en "La Doctrina Secreta". Se dice que Albert Einstein conservaba una copia en su escritorio, y es relativamente sabido que Thomas Edison era miembro de la Sociedad Teosófica y admirador del trabajo y las enseñanzas de H.P.B. La comunidad científica ha fallado enormemente para reconocer el hecho innegable de que conceptos tales como la divisibilidad de los átomos, el perpetuo movimiento atómico y la convertibilidad de materia y energía se presentaran en "La Doctrina Secreta" antes que estos descubrimientos se realizaran en el campo de la física.

Curiosamente, la última parte de la biografía de H.P.B. por Sylvia Cranston se titula "La Ciencia y la Doctrina Secreta", y se refiere a algunos de los recientes descubrimientos y hallazgos de ciencia y psicología, así como las E.C.M. (Experiencias Cercanas a la Muerte) y O.B.E.s (Experiencias Fuera del Cuerpo, en inglés), demostrando cómo Blavatsky entendió y explicó con precisión la naturaleza de tales aspectos en sus escritos de hace más de un siglo.

Ambos volúmenes de "La Doctrina Secreta" constan de tres secciones principales. La primera proporciona largos comentarios y explicaciones sobre las estrofas citadas y traducidas del Libro de Dzyan, un antiguo y desconocido texto esotérico que trata sobre la evolución cósmica y humana y otros temas. La segunda parte explora el lenguaje universal del simbolismo místico que se encuentra a lo largo de varias religiones, filosofías y culturas, mientras que el tercer apartado compara los puntos de encuentro y divergencia entre la Teosofía y la ciencia de la época victoriana.

Si bien es cierto que muchas teorías y opiniones científicas han cambiado desde entonces (lo cual es inevitable y Blavatsky debe haber estado consciente de ello, al decir enfáticamente que la ciencia cambia constantemente sus puntos de vista acerca de todo, y por lo tanto es en gran medida indigna de total confianza), el caso es, no obstante, que los espiritualmente inclinados todavía tienen que pelear la misma batalla contra la ciencia, es decir, el combate frente al materialismo. Las teorías científicas pueden haber cambiado, algunas para peor en lugar de mejorar, pero los problemas subyacentes, temas y desacuerdos siguen siendo esencialmente los mismos.

Aquéllos que consideran las secciones de ciencia en "La Doctrina Secreta" como “pasadas de moda", no han percibido que los métodos utilizados en el libro para desafiar al materialismo científico y el prejuicio son un ejemplo de los mismos métodos y enfoques que nosotros podemos emplear y debiéramos estar usando hoy.

Aunque los teósofos no se refieren a "La Doctrina Secreta" como su "Biblia", es sin embargo el Libro de Teosofía y con razón considerado por muchos estudiantes como un don precioso e invaluable de almas más avanzadas, o como el nivel y la medida por los que todas las otras enseñanzas -ya sean espirituales, religiosas, filosóficas y científicas- deben ser probadas y examinadas, constituyendo un texto para el estudio de por vida.

El año 1889 vio la publicación del tercer y cuarto libros de H.P.B., denominados "La Clave de la Teosofía" y "La Voz del Silencio". Las primeras dos obras trataron casi exclusivamente sobre filosofía esotérica y metafísica; ahora la enseñanza tomaba una una dirección más práctica y personalmente desafiante, haciendo llamado a la pureza personal, la abnegación, la autodisciplina, el autodominio, el sacrificio de sí y la ética altruista, para todos aquéllos que serían "verdaderos teósofos", verdaderos estudiantes y practicantes de la sabiduría intemporal y universal.

"El propósito de este libro se expresa exactamente en su título, 'LA CLAVE DE LA TEOSOFÍA', y necesita pocas palabras de explicación. No es un libro completo o exhaustivo de Teosofía, sino sólo una clave para abrir la puerta que conduce al estudio más profundo. Traza las líneas generales de la Religión-Sabiduría y explica sus principios fundamentales; reuniendo, al mismo tiempo, las diversas objeciones planteadas por el investigador occidental promedio, y tratando de presentar conceptos desconocidos en una forma y un lenguaje lo más claros y simples posibles. Sería demasiado pedir que la Teosofía se hiciera inteligible sin el esfuerzo mental del lector, pero se espera que la oscuridad que aún queda sea del pensamiento, no del lenguaje, y se deba a la profundidad, no a la confusión. Para los mentalmente perezosos u obtusos, la Teosofía debe seguir siendo un enigma; porque en el mundo mental, como en el mundo espiritual, cada persona debe progresar por su propio esfuerzo. La escritora no puede pensar por el lector, ni éste estaría mejor si este pensamiento sustituto fuera posible" [57].

Por su parte, "La Voz del Silencio" es una traducción con notas explicativas en esquema triple de una escritura esotérica del budismo Yogacharya conocida como "Libro de los Preceptos Dorados". Sus tres fragmentos o secciones se titulan "La Voz del Silencio" , "Los Dos Caminos" y "Los Siete Portales". Fue la primera introducción en Occidente del Sendero del Bodhisattva, la Doctrina del Corazón caracterizada por el budismo Mahayana. Sin temor a declarar que todas las aspiraciones y motivos espirituales que no sean el ideal del Bodhisattva eran poco más que egoísmo, este trabajo corto pero potente presenta en un lenguaje poético e inspirador el camino experimentado y comprobado que deben seguir todos los que buscan unirse las filas de los Iniciados, servidores y benefactores de la humanidad sufriente. "Vivir para beneficiar a la humanidad es el primer paso; practicar las Seis Virtudes Gloriosas es el segundo" [58]. Completamente consciente del egoísmo abrumador y el egocentrismo prevaleciente en la mayor parte del género humano e incluso entre muchos teósofos, este libro fue, por tanto, "dedicado a los pocos".

El noveno Panchen Lama del Tíbet describió "La Voz del Silencio" como la única exposición auténtica en lengua inglesa de la Doctrina del Corazón del budismo Mahayana, y esto fue antes de que hubiera traducciones en ese idioma de escrituras budistas estándar sobre el tema. Desde entonces, el presente y decimocuarto Dalai Lama también lo ha elogiado y respaldado, escribiendo un prólogo especial para la edición y reimpresión del centenario en 1989. Cuando el libro fue reeditado en 1927 por algunos teósofos ingleses a pedido del Panchen Lama, el secretario chino de este último, B.T. Chang, compuso un prefacio para el texto diciendo:

"Desde su traducción al inglés del tibetano por Madame H.P. Blavatsky en 1889, este pequeño libro, la joya de las enseñanzas budistas, ha disfrutado de una amplia circulación entre europeos y estadounidenses interesados en el budismo. Por lo tanto, hay poca necesidad de que yo lo recomiende a lectores extranjeros, excepto para señalar que lo que está incorporado en él comprende una parte de los contenidos de la Escuela Esotérica (...) Madame Blavatsky tenía un profundo conocimiento de la filosofía budista, y las doctrinas que promulgó fueron las de muchos grandes maestros. Este libro es un llamado a los seres humanos para abandonar el deseo, disipar todo pensamiento malvado y entrar en el verdadero Camino" [59].

Ninguno de estos libros fue escrito con fines comerciales o ganancia económica; es más, H.P.B. declaró que preferiría "morir de hambre en la calle" que tomar un sólo centavo por enseñar las verdades sagradas. Su vida personal después de la fundación del Movimiento Teosófico consistió en una salud cada vez peor, la pobreza, calumnia y persecución sin tregua en su contra.

Los libros que hemos mencionado fueron transmisiones de la Teosofía, la Sabiduría Antigua, y en el transcurso de estas cuatro obras -junto con varios cientos de artículos escritos para revistas teosóficas y una serie de publicaciones póstumas y compilaciones como "The Theosophical Glossary", "Transactions of the Blavatsky Lodge", "Five Messages from H.P. Blavatsky", "Raja Yoga or Occultism" y "The Secret Doctrine Dialogues"-, Blavatsky había entregado LA ENSEÑANZA para la edad moderna. Y una vez más, cuando se acercaba el término de su existencia, recordó a sus alumnos y compañeros de trabajo que el período para impartir más instrucciones estaba severamente limitado y llegando a su fin.

Los escritos de H.P.B. no son la única presentación de enseñanzas teosóficas. William Judge, a quien aquélla describió repetidamente hacia el final de su vida como su "único amigo", redactó más de 300 artículos sobre todos los aspectos de la doctrina, así como el libro "El Océano de la Teosofía" y traducciones o interpretaciones brillantemente claras, con comentarios explicativos, del "Bhagavad Gita" y los "Aforismos Yoga" por Patanjali. También Judge compuso muchas cartas inspiradoras y perspicaces a sus compañeros teósofos, algunas de las cuales se publicaron más tarde en la obra "Cartas que me han ayudado". Sus sencillos folletos "Un epítome de la Teosofía" y "Ecos del Oriente" han servido como la primera introducción de dicho sistema para muchas personas en todo el mundo, y de esta manera "El Océano de la Teosofía" y "La Clave de la Teosofía" son a menudo los primeros libros recomendados para investigadores y legos.

Si bien muchos de los escritos de H.P.B. tienden a ser muy profundos, complejos e intelectualmente desafiantes, Judge se especializó en hacer que la Teosofía fuera clara y accesible para la persona común. Él creía, al igual que Blavatsky y quien siempre lo apoyó en sus esfuerzos, que si la Teosofía no sirve para "la gente de la calle", entonces no tiene utilidad alguna.

Las enseñanzas de Teosofía no exigen creencia ni aceptación, pues el Movimiento siempre se ha opuesto al dogmatismo y la fe ciega; no insta a nadie a aceptar o adherirse a ninguna de sus enseñanzas a menos que los interesados las encuentren lógicas, filosóficas y confiables. Hay algunos teósofos que no aceptan ni están de acuerdo con todo lo que H.P.B. y los Maestros enseñaron, pero esto no los convierte en teósofos menos "buenos", y por ende, la libertad responsable de pensamiento, de creencia y la autonomía espiritual y mental no sólo se permiten, sino que se fomentan activamente. Además y a diferencia de la mayoría de las religiones y formas de espiritualidad, la Teosofía acoge los cuestionamientos y desafíos de los verdaderos investigadores.

No es el propósito de este artículo otorgar una explicación de las principales doctrinas teosóficas, aunque algunas ya han sido abordadas brevemente. Sin embargo, una de las preguntas más frecuentes es "¿qué dice la Teosofía acerca de Dios?" Como ésta es quizá la cuestión más importante o fundamental de todas, debemos darnos el tiempo para discutirla, y el siguiente extracto es del prefacio a "Isis Develada", a lo largo del cual H.P.B. habla de sí misma como "nosotros" en lugar de "yo":

"Cuando hace años viajamos por primera vez hacia Oriente, explorando la penetralia de sus santuarios desiertos, dos preguntas tristes y recurrentes oprimieron nuestros pensamientos: ¿Dónde está, QUIÉN, y QUÉ es DIOS? ¿Quién vio alguna vez al ESPÍRITU INMORTAL del ser humano, para poder asegurarse de su inmortalidad?

Mientras estábamos más ansiosos por resolver estos problemas desconcertantes, entramos en contacto con ciertas personas dotadas de poderes tan misteriosos y de un conocimiento tan profundo, que podemos designarlos verdaderamente como sabios de Oriente. A sus instrucciones prestamos un oído atento. Nos mostraron que al combinar ciencia con religión, la existencia de Dios y la inmortalidad del espíritu humano pueden demostrarse al igual que un problema de Euclides. Por primera vez, recibimos la seguridad de que la filosofía oriental no tiene lugar para ninguna otra fe que no sea una de tipo absoluto e inamovible en la omnipotencia del propio ser inmortal. Nos enseñaron que esta omnipotencia proviene del parentesco que tiene el espíritu humano con el Alma Universal: ¡Dios! Éste último, dijeron, nunca puede ser demostrado sino por el primero. El espíritu del ser humano prueba el Espíritu de Dios, como la única gota de agua comprueba la fuente de la que debe haber venido (...) Cuando uno ve al mortal desplegando capacidades tremendas, controlando fuerzas de la Naturaleza y abriéndose paso para ver el mundo del espíritu, la mente reflexiva se siente abrumada con la convicción de que si el Ego espiritual de alguien puede realizar tantos prodigios, las capacidades del PADRE ESPIRITUAL deben ser relativamente tan vastas como todo el océano supera a la sóla gota en volumen y potencia. Ex nihilo nihil fit. ¡Demuestra la existencia del alma por sus maravillosos poderes, y habrás demostrado a Dios!" [60].

Aunque la palabra "Dios" se usó en algunos de los primeros escritos de Blavatsky, esto tuvo el propósito de hacer que los conceptos y las enseñanzas fueran más comprensibles para lectores occidentales, quienes en esa época aún no tenían la oportunidad de familiarizarse con ideas de la filosofía oriental. Después de unos pocos años, el término "Dios" se descartó de los textos y solo surgió de manera ocasional, ya que en su lugar se adoptaron otros términos como "Deidad", "lo Divino", "lo Absoluto", "la Vida única", y Parabrahm, que es sinónimo con el Brahman y Parabrahman de la filosofía Vedanta hindú.

Transcurridos once años de "Isis Develada" y respondiendo a un lector que consideraba que sus palabras en el prefacio se referían a un Dios antropomórfico, un Ser o al menos una especie de Entidad personal o semipersonal, Blavatsky explicó: "(...) un escéptico [sostuvo] en los comienzos de mi vida pública, que yo había buscado y obtenido a través de los Maestros la plena seguridad sobre la existencia de un Principio (no un Dios Personal), 'un océano ilimitado e insondable' del cual mi 'alma' era una gota. Como los advaitas [hindúes no dualistas de la filosofía Advaita Vedanta], no hice ninguna diferencia entre mi Séptimo Principio y el Espíritu Universal, o Parabrahm; tampoco creo en un espíritu individual y segregado en mí o como algo separado del todo (...) Mi error fue que a lo largo de todo el trabajo indistintamente empleé las palabras Parabrahm y Dios para expresar la misma idea: un pecado venial seguramente, cuando uno sabe que el idioma inglés es tan pobre, ¡que incluso en este momento estoy usando la palabra sánscrita para expresar una idea y la inglesa para otra!" [61].

"La Doctrina Secreta" proporciona una aclaración adicional al decir que "la Deidad no es Dios" [62]; "Parabrahm no es 'Dios" [63]; "Es para evitar tales concepciones antropomórficas que los Iniciados nunca usan el epíteto 'Dios' para designar el Principio Único y No Secundado en el Universo" [64], y también: "Los altos Iniciados y Adeptos (...) creen en 'dioses' y no conocen a 'Dios', sino a una Deidad Universal no relacionada e incondicionada" [65].

Otras dos declaraciones importantes de H.P.B. en este sentido son: "La idea de Dios y el Diablo haría que cualquier chela [“discípulo” en hindi] de seis meses [en probación] sonriera piadosamente. Los teósofos no creen ni en uno ni otro. Creen en el Gran TODO, en Sat, es decir, la Existencia Absoluta e Infinita, Única y sin nada que se le parezca, que no es ni un Ser ni una criatura antropomórfica, la cual es, y nunca puede no ser. Los teósofos ven en el sacerdote de cualquier religión un ser inútil, si no pernicioso, y predican contra toda religión dogmática e infalible, y no reconocen ninguna otra deidad que dispensa sufrimiento y recompensa aparte de Karma, un árbitro creado por sus propias acciones. El único Dios que adoran es la VERDAD; el único diablo que reconocen y contra el que luchan con incesante furia es el Satanás del egoísmo y las pasiones humanas" [66].

"El Parabrahm de los vedantinos es la Deidad que aceptamos y en la que creemos" [67].

El punto más importante y enfatizado en este asunto es que la "Causa sin Causa" y "Raíz sin Raíz" es el UNO Absoluto, Infinito, Omnipresente e Impersonal, PRINCIPIO Divino Eterno, y que no puede haber nada finito, condicionado, relativo, antropomórfico, personal ni humanizado sobre el Infinito. Se habla de ello con reverencia de "ESTO" y "ESO" en lugar de "Él" o "de Él", no siendo "un Ser" sino el "Ser" mismo. La Kabbalah, como todos los sistemas esotéricos, tiene el mismo concepto en Ain-Soph, el “No-Objeto” interminable e ilimitado que es a la vez causa y base subyacente de todo.

No es sólo la Fuente sin Origen de todo, sino también el Ser Verdadero, la Naturaleza Esencial, la Realidad más interna de todo ser vivo y de toda vida. Es tanto el Espíritu Divino Absoluto como la Sustancia Divina Absoluta. Parabrahm y Mulaprakriti son Uno; es realmente Conciencia Pura en Sí Misma. Los teósofos no oramos ni pensamos en orar a lo Absoluto e Infinito, porque nosotros somos Eso, y en lugar de realizar plegarias determinamos actuar, trabajar y vivir para y como el Ser de todas las criaturas. Mientras que Judge estaba más abierto a la palabra "Dios" que H.P.B., aunque todavía no la usaba en gran medida, los Adeptos transhimaláyicos se opusieron claramente a ella, como se aprecia en sus cartas:

"Nuestra filosofía no admite un Dios ni nosotros creemos en ello, y menos en uno cuyo pronombre necesita una E mayúscula", profesó el Maestro Koot Hoomi. "Nuestra doctrina no conoce compromisos. Afirma o niega, porque nunca enseña sino lo que sabe que es Verdad. Por lo tanto, negamos a Dios tanto como filósofos y budistas (...) Sabemos que en nuestro sistema no existe tal cosa como Dios, ni personal ni impersonal. Parabrahm no es un Dios, sino una Ley absoluta e inmutable (...) estamos en condiciones de sostener que no hay Dios (...) La idea de Dios no es una noción innata, sino adquirida, y tenemos sólo una cosa en común con las teologías al revelar el Infinito" [68].

Las enseñanzas de Teosofía podrían describirse como no teístas, monistas y panteístas, todo al mismo tiempo. H.P.B. y los Maestros no eran de ninguna manera ateos, sino completamente no teístas, siendo la sutil e importante diferencia entre los dos que la visión atea es que nada divino o espiritual existe en absoluto, mientras la postura no teísta es que lo divino y espiritual definitiva y indudablemente son reales, pero que no hay nada en la existencia que pueda ser descrito o nombrado apropiadamente como "Dios". En este contexto, las religiones índicas del budismo y el jainismo son de por sí no teístas, como las enseñanzas Advaita Vedanta sobre Brahman en el hinduismo.

La última cita incluía una referencia a la naturaleza budista de la Hermandad Transhimaláyica. Si bien la Teosofía en sí es un sistema universal (la Enseñanza Esotérica que subyace a todas las religiones del mundo), los miembros de la Hermandad Transhimaláyica, incluida H.P.B., se identifican sin vacilaciones como budistas. Una lectura de "Las Cartas Mahatma" y el mensaje del Maha Chohan, también conocida como "Carta del Gran Maestro", lo confirmará ampliamente. No son ningún tipo de budistas exotéricos, sino esotéricos, adherentes de una doctrina y filosofía que se mantiene en completo secreto, pero que bien puede ser la fuente más verdadera y poderosa en el mundo entero.

Cualquiera que sea el caso, es probable que la naturaleza exacta del vínculo o conexión vital entre el budismo esotérico transhimaláyico y el Movimiento Teosófico permanezca envuelta en el misterio por algún tiempo. No obstante, para muchos espectadores superficiales, la Teosofía parece ser una mezcla de budismo e hinduismo, pero como hemos mostrado, es un sistema mucho más amplio.


Referencias

[45] H.P. Blavatsky, "Isis Develada", vol 2, p. 585-586, Theosophy Company. 
[46] "The Theosophical Movement: 1875-1950", p. 46, Cunningham Press. 
[47] H.P. Blavatsky, "Isis Develada", vol. 2, p. 587, Theosophy Company. 
[48] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 48, Theosophy Company. 
[49] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 480, Theosophy Company. 
[50] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xxxviii, Theosophy Company.

[51] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xxxviii, Theosophy Company.

[52] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xvii, Theosophy Company.

[53] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, Introducción, p. xxii, Theosophy Company.

[54] Maestros Koot Hoomi y Morya, "Letters from the Masters of the Wisdom", Segunda Serie, n° 69, p. 126-127, Theosophical Publishing House.

[55] Maestro Koot Hoomi, "Letters from the Masters of the Wisdom", Primera Serie, n° 19, p.51, Theosophical Publishing House.

[56] Maestro Koot Hoomi, "Letters from the Masters of the Wisdom", Primera Serie, n° 4, p. 23, Theosophical Publishing House.

[57] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", Prefacio, p. x, Theosophy Company. 
[58] H.P. Blavatsky, "La Voz del Silencio", p. 36, Theosophy Company. 
[59] Edición de Pekín para "La Voz del Silencio", p. 120-121, The Chinese Buddhist Research Society.

[60] H.P. Blavatsky, "Isis Develada", vol. 1, Prefacio, p. vi, Theosophy Company. 
[61] H.P. Blavatsky, "Isis Develada y el Visishtadwaita", H.P. Blavatsky Theosophical Articles, vol. 3, p. 264-265, Theosophy Company.

[62] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 350, Theosophy Company. 
[63] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 6, Theosophy Company. 
[64] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 555, Theosophy Company. 
[65] H.P. Blavatsky, "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 295, Theosophy Company. 
[66] H.P. Blavatsky, "Misconceptions", "Theosophy: Some Rare Perspectives", p. 12, Theosophy Company.

[67] H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 222, Theosophy Company. 
[68] Maestro Koot Hoomi, "Las Cartas Mahatma", n° X, p. 52, segunda edición, Theosophical University Press.