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27 de enero de 2022

Karma bueno vs. Karma malo


¿Qué es el Karma bueno/positivo y cuál es Karma malo/negativo? Mucha gente piensa y dice: “El buen karma sucede cuando las cosas van bien, de manera feliz y positiva en la vida, como te gustaría que fuera, y el mal karma vendría siendo el fracaso personal, enfermedad, pobreza, pérdida de relaciones, etc.”

Por un lado, tal definición tendría sentido y parece razonable desde la perspectiva de nuestro yo personal/evanescente que no puede ver las cosas metafisicamente, sino sólo a través de sus cinco sentidos.

La Teosofía, por otro lado, sostiene que desde una panorámica más elevada -la de nuestra alma reencarnada o Ego interno- el "buen karma" y el "mal karma" adquieren un significado diferente y más sutil.

Es cierto que estos y otros términos similares se usan a veces en literatura teosófica. Sin embargo, echemos un vistazo a estas declaraciones escritas por William Q. Judge quien, junto con H.P. Blavatsky, fue uno de los dos principales Profesores teosóficos de nuestro tiempo:

“Ningún hombre puede juzgar el karma de otro, excepto un sabio o un verdadero vidente. Por lo tanto, mientras cada quien recibe lo que merece, las apariencias pueden engañar y nacer en la pobreza o pruebas duras pueden no ser un castigo por mal Karma, ya que los Egos se encarnan continuamente en entornos desfavorables donde experimentan dificultades y pruebas que son necesarias para la disciplina del Ego y resultan en fortaleza y simpatía" (“Aforismos sobre el karma”).

Esa visión del Karma personal que lleva a lamentarse por la mala suerte que nos ha alejado de ventajas en la vida, es una estimación errónea de lo que es bueno y lo que no para el alma (...)”.

“¿Entonces qué es el buen Karma y cuál es el malo? La respuesta suficiente y omniabarcante es la siguiente: El buen karma es aquél tipo que el Ego desea y requiere; y el malo, aquéllo que el Ego no desea ni exige (...)”.

“La lucha es necesaria para adquirir fuerza; los golpes de las épocas desfavorables sirven para ganar profundidad; se pueden usar escasas oportunidades para adquirir robustez y la pobreza debe engendrar generosidad.

En todo esto hablamos del término medio, y no de los extremos. Nacer con la desventaja de padres alcohólicos y enfermos en un sector delicitvo de la comunidad, es un castigo que constituye una espera en el camino de la evolución. En general es una necesidad porque el Ego ha determinado en una vida anterior ciertas tendencias que no se pueden eliminar de ninguna otra manera. Pero no debemos olvidar que en ocasiones -o a menudo en la gran mayoría- un Ego limpio y poderoso se encarna en entornos tan horribles y permaneciendo allí bueno y puro todo el tiempo con el propósito de elevar y ayudar a los demás (...)”.

“Pero al ver que tenemos muchas vidas por delante y que todas ellas nos darán las oportunidades necesarias para desarrollar el carácter, debemos admitir que la pobreza no es necesariamente en sí misma un Karma malo (...)”.

Los idiomas, la arqueología, la música, la complacencia visual con belleza, comer los mejores platos, vestir la mejor ropa, viajar a muchos lugares y, por lo tanto, variar infinitamente las impresiones en el oído y los ojos, todo esto comienza y termina en el cerebro y no en el alma o el carácter. Como el cerebro es una parte del cuerpo fugaz e inestable, la fantasmagoría desaparece de la vista y la utilidad cuando la nota de la muerte envía su terrible vibración a través de la forma física y expulsa al habitante. El maravilloso ganglio-maestro central se desintegra y no queda nada más que algunos débiles aromas aquí y allá, dependiendo del amor real interno por cualquier búsqueda, imagen o sensación. No queda nada en absoluto, excepto algunas tendencias o skandhas, pero no las mejores. Así, las ventajas se convierten en desventajas al final. Pero imaginemos que el mismo cerebro y cuerpo no estén en lugares tranquilos y luchen una buena parte de la vida, cumpliendo con su deber y no estén en posición de complacer a los sentidos; esta experiencia calará hondo, se estampará formando el carácter y dando más energía, poder y fortaleza. Así es como se forjan los grandes personajes a través de las eras. El otro modo es el de la monotonía, que todavía no representa nada, sino a un animal" ("Ventajas y desventajas en la vida").

Generalmente, la pregunta de cuál es el buen Karma y cuál el malo ha sido considerada por algunos teósofos desde un punto de vista muy mundano y egoísta, pues el elemento comercial ha entrado en el cálculo en cuanto al resultado de mérito y demérito. Se ha hablado de la justicia eterna -que no es más que otro nombre para el karma- como el otorgamiento de este o aquel estado de vida al ego reencarnado únicamente como un mero balance de cuentas en un libro de contabilidad, pagando en unos casos por medio de recompensa y enjuiciando por deudas en otros por vía del castigo (...)”.

“De esta manera, se ha dado que la única prueba del Karma bueno o malo se basa completamente en la billetera. Pero ¿es la pobreza con todas sus miserias un mal Karma? ¿Acaso un hombre padece un mal karma por nacer en la condición más baja de la vida, y está obligado a vivir siempre de la manera más humilde, a menudo pasando hambre y oyendo a su esposa e hijos clamar por comida?

Si miramos la pregunta completamente desde el plano de esta vida o nuestra personalidad, entonces puede decirse que lo desagradable y doloroso es 'malo'. Pero si consideramos todas las condiciones de la vida como experiencias padecidas por el Ego con un propósito de desarrollo, entonces incluso la pobreza deja de ser un 'karma malo'.

La fortaleza se adquiere sólo a través de la prueba y el ejercicio. En la pobreza se dan algunas de las mejores situaciones para la resistencia y el mejor medio para desarrollar la fuerza de carácter que por sí sola conduce a la grandeza. Estos Egos -a quienes percibimos a nuestro alrededor encerrados en cuerpos cuyo entorno es tan severo que se necesita resistencia para sostener la lucha- están pasando voluntariamente por esa difícil escuela para adquirir una experiencia más profunda y con ello mayor fuerza.

“La vieja definición constituye la mejor sobre lo que es Karma bueno y malo. Ese concepto es: 'El buen karma es lo que agrada a Ishwara, y el malo lo desagradable para Ishwara'. Aquí hay muy poco espacio para la disputa sobre pobreza o riqueza, porque la prueba y la medida no están de acuerdo con nuestros gustos y deseos humanos actuales y evanescentes, sino que se eliminan del juicio del yo inmortal o Ishwara (...)”.

“Entonces, ¿acaso toda la pobreza y la baja condición son un buen karma? Según la norma establecida, podemos decir que no. Algunas de esas vidas, y en efecto muchas de ellas, son un mal karma que desagrada al ser inmortal encarcelado en el cuerpo porque no son una elección deliberada, sino el producto de causas puestas producidas ciegamente en vidas anteriores y que darán como resultado que en una persona se planten las semillas de maldad que luego deben ser arrancadas con doloroso esfuerzo. Por tanto, bajo este canon diríamos que la mayoría de las veces las masas de pobres que no son malas en naturaleza están sobrellevando buen karma, porque está en la línea de experiencia que Ishwara ha elegido, y también podemos decir que sólo aquellas personas pobres y malvadas sufren mal karma porque hacen lo que es desagradable para el ser inmortal interior” (“Is Poverty Bad Karma?”).

"Ishwara" o "Ishvara" es una palabra sánscrita que literalmente significa "Señor", y cuando en Teosofía se usa con respecto al individuo, es un término para nuestro Ego Superior, el principio de Manas Superior, la parte noética humana o Mente-Entidad divina, aquélla parte de nuestro ser que encarna en esta Tierra cuerpo tras cuerpo, personalidad tras personalidad. Es "el Señor interior", nuestro Dios interno, ese Ser de Luz que es nuestro verdadero "Yo".

El Ser Superior es el principio de Atma, que está más allá del concepto anterior y es universal y no individual en absoluto. Aquí estamos hablando del Ego Superior y podemos ver que Judge nos alienta y aconseja que veamos todo el tema del karma desde la perspectiva Egoica en lugar del ángulo cotidiano, humano y personal. Tsong Kha-pa, reencarnación tibetana de Gautama Buda, goza de muy alta estimación en Teosofía y en el segundo volumen de su "Lamrim Chenmo" ("El Gran Tratado sobre las Etapas del Camino a la Iluminación") habla sobre la perfección del Paramita de la paciencia y hace una observación similar.

Todos hemos sufrido, todos sufrimos y todos sufriremos. Esta es la primera de las Cuatro Nobles Verdades de Buda, pero Tsong Kha-pa usa el epíteto "Reflexionando sobre las buenas cualidades del sufrimiento" y escribe:

"El sufrimiento tiene cinco buenas cualidades: (1) espolearte a la liberación, y esto se debe a que si no tuvieras ningún sufrimiento no desarrollarías la determinación de liberarte de él; (2) disipar la arrogancia, porque cuando el sufrimiento te golpea reduce tu sentido de superioridad; (3) hacer que evites el pecado, pues cuando experimentas sentimientos muy dolorosos éstos surgen de la no-virtud, por lo que si no deseas estos efectos debes evitar sus causas; (4) hacer que te guste cultivar la virtud, porque cuando estás atormentado por el sufrimiento, deseas la felicidad y una vez que la quieres debes desarrollar la virtud que la causa, y (5) producir compasión por aquéllos que vagan en la existencia cíclica, porque después de haber evaluado tu propia situación piensas: 'Otros seres sufren así'”.

Y todo esto nos ayudará a pasar de una opinión material del Karma a una comprensión verdaderamente espiritual de él.

En última instancia, no existe Karma "malo", excepto aquél del cual no aprendemos nada. Incluso las peores circunstancias y situaciones pueden aprovecharse y tener un efecto benéfico duradero tanto en el alma como en la personalidad.

En la página 126 de “Cartas que me han ayudado” William Judge dice: “El propósito de la vida es aprender, y todo está hecho de aprendizaje”. En la obra “Luz en el Sendero” el Adepto responsable de ese texto explica que “ningún hombre es tu enemigo y ninguno es tu amigo. Todos son tus maestros por igual” (p. 24).

Esta no es necesariamente una actitud mental fácil de aceptar. Debido a los difíciles contextos de la vida algunos comprensiblemente cuestionan y protestan contra principios tales como los descritos en este artículo; sin embargo, aquéllos que adoptan esta posición atestiguan por unanimidad que brinda una ayuda psicológica y emocional significativa, pues nos permite mirar la vida desde un plano superior en lugar de estar totalmente absorto en el mundo material. Pero esto no significa que no debamos intentar mejorar nuestra situación o circunstancias.

Nadie debería aceptar pasivamente lo que trae la existencia y decir "este es mi Karma y no hay nada que pueda hacer al respecto". Siempre podemos decidir algo sobre ello; tal vez mucho o en algunos casos un poco, pero sí se puede realizar lo que permita nuestro Karma (destino autocreado) y nunca sabremos cuál es ese límite kármico a menos que se intente. "Probar" es casi un lema con los Maestros. Inténtalo, pero desde una posición de Sabiduría Espiritual, y de esa manera la vida nunca te decepcionará.

¿Existe "sufrimiento inmerecido"?


“Nuestra filosofía enseña que el castigo kármico alcanza al Ego sólo en su próxima encarnación, y después de la muerte recibe la recompensa por los sufrimientos inmerecidos que padeció durante su encarnación pasada". Esta declaración hecha por H.P. Blavatsky en su libro "La Clave de la Teosofía" (p. 161) ha ocasionado confusión entre los estudiantes teosóficos a lo largo de los años.

Este desconcierto se relaciona con el hecho de que aquí habla del alma ("alma" y "Ego" son términos sinónimos en Teosofía) que se ve compensada después de la muerte por "sufrimientos inmerecidos" experimentados durante la vida que acaba de terminar, mientras que en todas partes de la literatura teosófica, e incluso en el mismo libro, Blavatsky sostiene enfáticamente que la Ley del Karma es tan perfecta e infalible en su funcionamiento que todo lo que nos sucede en la vida, sea bueno o malo, es completa y exactamente merecido.

Después de todo, si la Ley de Karma es realmente la "Ley Máxima del Universo" como se afirma en esa obra, ¿cómo y dónde puede algo "no merecido" introducirse en nuestra experiencia? Esto implicaría una ruptura o falla en algún punto de la línea operativa en la Ley Kármica y parecería anular la afirmación en "La Voz del Silencio" (p. 37) de que:

En el 'Gran Viaje' las causas que se siembran en cada hora conllevan a cada cosecha de efectos, ya que una justicia rígida gobierna el mundo. Con un poderoso rango de acción que nunca yerra, lleva a los mortales una vida de bienestar o aflicción, la progenie kármica de todos nuestros pensamientos y acciones anteriores".

La solución a este problema aparente se puede encontrar sin que tengamos que pasar la página, si sólo leemos con atención.

En una nota de la misma página 161, H.P.B. dice sobre los "padecimientos no merecidos" que "algunos teósofos han hecho una excepción a esta frase, pero las palabras son del Maestro y el significado atribuido a la palabra 'inmerecido' es el que se da más arriba".

Entonces, ¿cuál es ese significado? Para esto tenemos que mirar "arriba", es decir, retroceder a la parte principal de esa página donde Blavatsky aclara: “Si se puede decir que no hay un sufrimiento mental o físico en la vida de un mortal que no sea fruto directo y consecuencia de algún pecado en una existencia anterior; y por otro lado, como no conserva el más mínimo recuerdo de ello en su vida real, siente que no merece ese castigo y piensa que no sufre por culpa suya, todo esto por sí sólo es suficiente para dar derecho al alma humana al mayor consuelo, descanso y felicidad en su periodo postmortem".

Como se dice en el resto de las enseñanzas teosóficas, "no existe un sufrimiento mental o físico en la vida de alguien que no sea consecuencia directa de algún pecado en una existencia precedente" y se mantiene la justicia perfecta e infalible de la Ley Kármica, llamada "Gran Ajustador" y "Regulador Infalible".

Pero la gran mayoría de personas no tiene ningún recuerdo consciente de sus acciones en una vida anterior, lo que da lugar a esas reacciones y efectos en la vida actual. Si alguien “no conserva la más mínima memoria de ello en su vida real", entonces naturalmente "siente que no merece tal castigo, y por lo tanto piensa que no sufre por su propia culpa".

Esto no cambia el hecho de que todo sufrimiento es de naturaleza kármica y por tanto nos llega estrictamente bajo la ley, sino más bien significa que si pensamos y sentimos que nuestros sufrimientos y experiencias son "injustos", entonces -reiteramos- esto "es suficiente para dar derecho al alma humana al máximo consuelo, descanso y felicidad en su vida postmortem".

En este sentido podremos equivocarnos en nuestras suposiciones, pero seremos compensados por los sentimientos incorrectos -aunque sinceros y fuertemente arraigados al respecto- ya que la Ley de la Naturaleza es perfectamente justa en todas las formas y en todos sus departamentos. Es la Compasión en sí misma, pero de un tipo mucho más elevado, más verdaderamente espiritual y perfecto que nuestras limitadas concepciones terrestres sobre esa cualidad.

En su artículo "Reward for Unmerited Sufferings", William Q. Judge dice que "la palabra 'inmerecido' como está escrita en La Clave no debe interpretarse como siendo empleada por algún poder kármico, sino como la concepción formada por el Ego durante la vida de la conveniencia o inconveniencia de cualquier sufrimiento que pueda haber padecido.

Como hemos visto en otros estudios, Devachan –el estado post-mortem en consideración- es un periodo en que el Ego no tiene ninguna experiencia objetiva y en el cual ciertos pensamientos que se tuvieron durante la vida producen en él -o más bien dentro de su esfera- las felices experiencias subjetivas necesarias para el reposo del alma. Por lo tanto, si en el marco mortal ésta se consideraba 'injustamente tratada por el destino' o la naturaleza, estableció allí las causas de la llamada 'recompensa' por el sufrimiento que para ella parecía indebido, tan pronto como se liberara del cuerpo y esas causas pueden actuar en el único lugar o estado que permita su injerencia".

En otra parte Judge explica:

“Me parece imposible que una persona sufra o disfrute de cualquier cosa excepto a través del Karma; y ya sea que estemos en familias, naciones o razas y padezcamos o gocemos a través de causas generales, todavía se debe a que nuestro propio Karma nos lleva a ese lugar. En encarnaciones sucesivas somos recompensados o castigados de acuerdo con el mérito o demérito de vidas anteriores, y donde sea que los escritores competentes declaren en libros teosóficos que las personas son 'recompensadas por un sufrimiento inmerecido', siempre se refieren al hecho de que un individuo no percibe cualquier conexión entre el sufrimiento o la recompensa y su propio acto. En consecuencia, en Devachan el individuo crea para sí mismo lo que considera una 'recompensa completa' por cualquier supuesto 'sufrimiento inmerecido', pero en su vida terrena recibe sólo lo que merece exactamente, ya sea felicidad o lo contrario. Esta es una breve declaración de la doctrina, pero creo que puede sostenerse con argumentos. Me parece que todo el sistema se derrumbaría si por un momento admitiéramos que cualquier dolor o recompensa no era aquéllo a lo que exactamente el individuo tenía derecho, porque la amplitud de la recompensa que el Ego fabrica para sí en Devachan es un aspecto al que tiene derecho en la medida que equilibra la actitud mental que asumió mientras vivía y satisface sus necesidades individuales sin molestar a nadie más" (“Forum Answers”, pregunta 257).

En su respuesta a la pregunta 262, Judge señala: “No creo que ningún sufrimiento o disfrute sea indebido. Todo lo que tenemos viene por ley y con justicia, pero como éste es un mundo gobernado por causa y consecuencia se debe considerar la actitud mental de quienes sufren o disfrutan; tiene su fuerza y repercusión y eso debe facilitarse. En su ignorancia los humanos no siempre comprenden por qué sufren, ya que no hay una conexión visible entre las circunstancias punitivas y la causa anterior que de hecho surgió en una vida ya finalizada. Por lo tanto y mientras sufre, la persona siente profundamente que 'no lo merece', y esto es lo que se entiende por 'sufrimiento inmerecido'. En la mente se aloja el pensamiento de que no se merecía el dolor experimentado, y así Devachan provee para esto, tal como lo hace para muchas otras supuestas dolencias o injusticias. Debido a esta idea que menciono, allí la persona encuentra para sí misma la recompensa por ese 'sufrimiento impropio'. Si estuviera completamente iluminada, por supuesto, vería que todo lo que sucedió era justo, y que no existiría ningún dolor innecesario en ese caso".

En conclusión, siempre debemos recordar que no hay Dios ni ningún otro ser tras la Ley Kármica, ni es algo que se nos imponga desde fuera. La Ley Única es inseparable de la Vida Divina e Infinita. El Karma es uno con el Principio Divino Absoluto, y de esta forma "La Doctrina Secreta" enseña que la Deidad es Ley y la Ley es Divinidad.

La acción perpetua e incesante de reajuste kármico es simplemente la manera y el medio por el cual el Universo mantiene su armonía y equilibrio. Y después de todo, ningún karma es totalmente "malo" excepto aquél del que no aprendemos nada.

[N.del T.: Precisamente por éstas últimas líneas, cabría añadir un matiz al reformular la pregunta como "¿existe sufrimiento inmerecido o inútil?" Pensemos en lo siguiente: 

a) Un rasgo de la mal llamada "civilización moderna" es su hedonismo virulento -esto es, pasarlo bien a costa de quien sea y de lo que sea-, y con ello el escape psicopático de todo lo que representa un "peligro para el egocentrismo". Eso está muy bien ejemplificado en la exaltación patética de "quererlo todo aquí y ahora" o "todos quienes no me dan en el gusto son idiotas", sin medir las consecuencias malas e indirectas que genera en otras personas. Ahora bien... 

b) La inquietud del "sufrimiento inmerecido/inútil" también puede tomarse desde la perspectiva de que el Karma no actúa tanto como "ojo por ojo y diente por diente" en todo contexto y lugar, sino más bien como un disciplinador ético para erradicar conductas individuales que ya se traen de vidas anteriores (no necesariamente "actos malos"), sean animales o humanas. En su obra "Ciencia Oculta y Magia Práctica" (p. 181-183, edición española), el hermetista Paul Jagot explica y añade: 

"Algunas escuelas restringieron el sentido de esta relación hasta el punto de que, según ellas, habría que ver un criminal en el pasado de un asesinado; un mutilador en el pasado de un inválido, el más compasivo filántropo de una vida precedente en los muy ricos de hoy; en el hombre que llora un abandono habría que ver un 'don Juan' de antaño; en la mujer traicionada, una antigua infiel; y, en fin, el avaro o egoístamente malgastador de una fortuna habría revivido en este pobre amado de Cristo... Ante esta teoría evidentemente exagerada, el clan de los 'anti-reencarnacionistas' dejó su actitud de ignorar todo lo que se refería a la reencarnación para concentrar su esfuerzo en denigrar una metafísica hecha de rigor más que de caridad, a pesar de lo cual seguimos sin conocer los métodos que ellos utilizan para concililar la Absoluta Justicia del 'Dios infinitamente Bueno y Misericordioso' con la arbitrariedad aparente de los nacimientos muy distintamente provistos de santidad, facultades, relaciones y dinero. 

En definitiva, el último término de la Evolución humana (...) consiste en ese estado de total adhesión a la realidad espiritual y de completa renuncia de las ilusiones materiales [hedonismo]; y como la serie de nuestros estadios graduales tiende al definitivo destino, explicado más arriba, al principio de cada nueva existencia -la actual, por ejemplo- debemos encontrarnos en las condiciones concretas y susceptibles de permitirnos alcanzar el progreso más inmediato y urgente del que nuestras anterioridades nos dejaron a la vez capaces y necesitados". 

"En consecuencia, conviene obtener de esta digresión y para la vida actual que, lejos de ser siempre 'recompensas' de cualquier mérito adquirido, los 'favores de la suerte' suelen tener como causa cualquier otro determinismo; y que a la inversa, los seres nacidos bajo los peores auspicios no son necesariamente sujetos de ninguna expiación (...) Se recomienda la mayor circunspección en lo que toca a las ventajas concedidas benévolamente por la 'suerte', sobre todo en los primeros años de la existencia. Todo aquello cuyo determinismo no se tiene en sí mismo, puede evaporarse de la noche a la mañana. Los favores temporales, las insinuaciones, los estímulos permitidos en nuestro favor antes de que seamos capaces de crear su equivalente por propia iniciativa, todos ellos responden a una necesidad de evolución; entonces, esforcémonos por adquirir una ventaja juiciosa y oponer nuestros méritos adecuados a las condiciones espontáneas de existencia que parecían exceder a aquéllos. Este es el único modo seguro de perpetuar, y hasta de mejorar, éstos últimos". 

c) Debido al punto anterior, no pocos ocultistas y autores consideran la vida misma como un "campo de prueba iniciática", en el sentido de que un agente kármico verdadero y competente se entrena para manejar y controlar a la perfección energías tanto "buenas" como "malas", nuevamente, dentro de un contexto kármico. De aquí la extrema dureza de las pruebas a que los Mahatmas teosóficos someten a los candidatos al discipulado antes de merecer conocimientos ocultos. Queda claro entonces que un "mono con navaja" no sirve de mucho, menos aún los mercachifles que se las dan de "esoteristas"...].

Para más detalles sobre el tema véanse también “Karma bueno vs. Karma malo”, "Los elementales y la Luz Astral" y la serie "Explorando los 'Aforismos sobre Karma' por William Judge".

26 de enero de 2022

Para entender correctamente el Karma


Aunque sea difícil de creer, nadie en el mundo occidental había oído hablar del Karma o sabía lo más mínimo sobre ello hasta hace 130 años, cuando Madame Blavatsky y el Movimiento Teosófico introdujeron en esta parte del mundo ese concepto junto con otras enseñanzas claramente orientales, como la reencarnación y Unidad/Divinidad de toda la Vida. En un comienzo, literalmente el karma era un concepto extraño, pero su realidad fue percibida rápidamente por muchos hasta que dicha palabra y su idea básica se incorporaron al pensamiento prevalente.

En nuestros días casi todos los occidentales han oído hablar del Karma y al menos tienen alguna idea de lo que significa, pero ¿qué designa exactamente y cómo funciona? Muchas personas malinterpretan o tergiversan esta noble y antigua enseñanza espiritual, y de este modo la Teosofía afirma que el karma y la reencarnación son los conceptos espirituales más importantes para que la humanidad los asimile con precisión. Esperamos que los siguientes diez puntos ayuden a lograr una comprensión mejor y también más práctica sobre la Ley del Karma.

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01. "Karma" significa literalmente "acción" o "hecho" en el antiguo idioma sánscrito de India, y es la Ley de Causa y Efecto, Acción y Reacción, Secuencia y Consecuencia. Siempre estamos poniendo causas en movimiento y a cada instante a través de acto, palabra e incluso pensamiento. Por cada causa que se genera existe un efecto correspondiente y correlativo que regresa, y ésta es la forma en que el Universo mantiene su armonía y equilibrio. Si alguna vez se originara una causa sin tener un efecto correspondiente, entonces inmediatamente todo el Universo dejaría de existir ya que su continuidad y permanencia dependen de esta gran Ley de equilibrio y ajuste, pero eso nunca sucederá pues la Ley Kármica es inmutable. En palabras de H.P. Blavatsky, la Ley de Karma es "la Ley suprema del Universo". Todo ser autoconsciente en él, sin excepción, está sujeto a dicha norma. Cada ser en posesión de conciencia individual y poder inteligente de elección es creador de causas kármicas, por cuanto el karma es la ley del destino creado por uno mismo y todo en el Universo procede de acuerdo con esta disposición. Las consecuencias pueden ser buenas o malas, positivas o negativas, dependiendo completamente de la naturaleza de las causas que iniciamos. Además, la Ley Kármica en sus operaciones es completamente impersonal, justa e imparcial.

02. Intentar "escapar" de esta Ley es crear incluso peor Karma para sí mismo, porque no sólo es absolutamente antifilosófico, imposible e inmaduro en términos espirituales y emocionales, pues al tratar de "prevenir" y "evitar" de alguna manera la manifestación de los efectos para las causas que hemos generado es tratar de involucrarse nada menos que en una injusticia cósmica.

03. Muchas personas tienen una visión unilateral del Karma y suelen pensar o decir "el karma alcanzará a esa persona que me hizo mal... ¡No puedo esperar que se ponga al día con ella!", ignorando completamente el hecho de que ese individuo no habría podido hacer daño o perjudicar a otro si no fuera por el PROPIO karma negativo del último. Esta Ley nunca es unilateral, y para cada efecto hubo una causa y viceversa. Quienes esperan que el karma se “ponga al día” con los demás están creando una “deuda” aún peor para su propio futuro por su falta de compasión y naturaleza rencorosa.

04. El karma y la reencarnación están inextricablemente vinculados pues uno no puede explicarse sin el otro. Es obvio que una sóla vida no es lo suficientemente larga para cosechar todos los efectos de cada causa que producimos durante esa vida. También es evidente que algunos de los aspectos y circunstancias de nuestra existencia actual no tienen su origen en el presente, sino en un pasado distante. La encarnación física en sí misma es un efecto kármico ya que una de las razones principales por las que volvemos a nacer es para tratar con nuestro Karma pasado. Para tener una comprensión cabal del Karma y del renacimiento, entonces debemos asimilar ambas doctrinas.

05. Existen tres categorías de Karma y en hinduismo se llaman Sanchita Karma, Prarabdha Karma y Agami Karma (también conocido como Kriyamana y Vartamana). El Sanchita Karma de una persona es su "cuenta" o "reservorio” kármicos, el “almacén” de todo su karma de vidas pasadas que aún no se ha agotado. El Prarabdha Karma constituye la parte específica de ese Sanchita Karma que la persona está destinada a enfrentar y experimentar en la vida presente, y si lo encara con éxito esa parte de su “deuda” se eliminará. El Agami Karma es la clase reciente que estamos creando para nosotros aquí y ahora durante la vida presente, se agrega a nuestro Sanchita Karma y manifestará como Prarabdha en vidas futuras.

06. Es cierto que todos tenemos un “fardo kármico" en la vida que constituye las situaciones, circunstancias y experiencias determinadas de manera kármica. Debemos esforzarnos continuamente por lo mejor, pero cuando no tenemos éxito como nos gustaría en ciertas áreas de la vida -sin importar lo difícil que sea o la frecuencia con que hagamos algo- debemos aceptarlo como una indicación de nuestro Karma y estar agradecidos y contentos por lo que realmente tenemos, en lugar de frustrarnos y deprimirnos por nuestras carencias. Ninguna cantidad de pensamiento positivo, visualización creativa, afirmaciones u oraciones puede modificar la "suerte" kármica en la vida, siendo ésta el Prarabdha Karma. Y esto NO se trata de fatalismo; simplemente es la ley del destino creado por uno mismo, porque en el pasado se crea el presente y en la actualidad se forja el porvenir.

07. TODO lo que nos sucede está kármicamente destinado [autoproducido-el individuo asimila consecuencias] o kármicamente permitido [disciplinario/probatorio-elegir prioridades éticas o materiales, redención o perdición] y no puede ser de otra manera, pues nada acontece fuera de la Ley del Karma. Algunos hechos en nuestra vida están destinados en forma específica para que acontezcan como resultado de nuestro Karma, mientras que otros están permitidos. También hay eventos que no nos ocurren porque nuestro Karma lo impide. Por ejemplo, las personas X e Y caminan juntas por la calle una noche, cuando de pronto aparece un delincuente y apuñala a X, y en el instante parece probable que también hará daño a Y, pero sin razón aparente escapa sin consumarlo. Así, X estaba destinado kármicamente a ser víctima del ataque o su Karma permitió que pudiera ser apuñalado, a pesar de que específicamente ese asalto no hubiese sido predestinado (1), mientras que el Karma de Y no posibilitó que fuera herida. Si bien nuestro Karma a veces puede parecer nuestro mayor "castigador", también puede convertirse en nuestro mejor guardián y protector.

[(1) Aquí nos referimos tácitamente a un principio esotérico muy pertinente para este ejemplo: “en la vida uno no tiene lo que quiere, sino lo que se merece”. El aura (campo electromagnético natural humano) puede atraer buenas o malas influencias de acuerdo a la actitud mental o intenciones del individuo, y es bien sabido que en la vida real muchas personas que tienen constantemente pensamientos negativos/morbosos o actitud agresiva sufren accidentes, ataques o conflictos. También una persona que con frecuencia sea ostentosa material o corporalmente atraerá sobre sí y en cualquier momento (incluyendo una vida futura) alguna desgracia por manipular consciente o inconscientemente energías ocultas (p. ej., magia negra), y de aquí el llamado a dejar el egoísmo, pues “semejante atrae semejante” y de esta manera lo perpetúa (N.del T.)].

08. La Ley kármica se aplica a todo en el Universo manifestado. Además del Karma individual también existe uno de tipo familiar, grupal, nacional, racial, planetario, etc.

09. El karma y la reencarnación se mencionan claramente en el hinduismo -la religión más antigua del mundo-, el budismo y otras religiones orientales, pero no es únicamente una enseñanza oriental. Ambos postulados fueron parte del cristianismo hasta el siglo VI d. de C., pero en el Segundo Concilio de Constantinopla (553 d.de C.) fueron repudiados, declarados heréticos y reemplazados oficialmente por doctrinas más representativas de la forma actual de cristianismo. Aunque la Ley del Karma y la Reencarnación no se imparten pública o exotéricamente en el credo cristiano, el judaico, el islámico, etc., sí se enseña en los niveles internos o esotéricos de esas religiones y también en todas las demás.

10. La única manera en que podemos liberarnos del Karma negativo es dejar de poner causas negativas en movimiento. Si deseas evitar más tristeza y sufrimiento futuro para ti, entonces deja de crearlo para otros. Vive tu existencia de forma consciente e inofensiva. Obtén dominio completo de sus pensamientos, palabras y acciones y vive para ayudar y servir a los demás. Pero no permitas que el motivo subyacente para eso sea el egoísmo, es decir, crear “buen Karma” para ti, sino practicar amor y compasión simplemente porque es lo correcto. Ama la bondad y la virtud por sí misma; date cuenta que el egoísmo es la gran maldición de la humanidad y vive simplemente con tal ser una fuerza benéfica impersonal para el bien en este mundo.

[Un texto estrechamente relacionado con este artículo, en particular el punto n° 7, es "Los elementales y la Luz Astral"].