26 de enero de 2022

Para entender correctamente el Karma


Aunque sea difícil de creer, nadie en el mundo occidental había oído hablar del Karma o sabía lo más mínimo sobre ello hasta hace 130 años, cuando Madame Blavatsky y el Movimiento Teosófico introdujeron en esta parte del mundo ese concepto junto con otras enseñanzas claramente orientales, como la reencarnación y Unidad/Divinidad de toda la Vida. En un comienzo, literalmente el karma era un concepto extraño, pero su realidad fue percibida rápidamente por muchos hasta que dicha palabra y su idea básica se incorporaron al pensamiento prevalente.

En nuestros días casi todos los occidentales han oído hablar del Karma y al menos tienen alguna idea de lo que significa, pero ¿qué designa exactamente y cómo funciona? Muchas personas malinterpretan o tergiversan esta noble y antigua enseñanza espiritual, y de este modo la Teosofía afirma que el karma y la reencarnación son los conceptos espirituales más importantes para que la humanidad los asimile con precisión. Esperamos que los siguientes diez puntos ayuden a lograr una comprensión mejor y también más práctica sobre la Ley del Karma.

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01. "Karma" significa literalmente "acción" o "hecho" en el antiguo idioma sánscrito de India, y es la Ley de Causa y Efecto, Acción y Reacción, Secuencia y Consecuencia. Siempre estamos poniendo causas en movimiento y a cada instante a través de acto, palabra e incluso pensamiento. Por cada causa que se genera existe un efecto correspondiente y correlativo que regresa, y ésta es la forma en que el Universo mantiene su armonía y equilibrio. Si alguna vez se originara una causa sin tener un efecto correspondiente, entonces inmediatamente todo el Universo dejaría de existir ya que su continuidad y permanencia dependen de esta gran Ley de equilibrio y ajuste, pero eso nunca sucederá pues la Ley Kármica es inmutable. En palabras de H.P. Blavatsky, la Ley de Karma es "la Ley suprema del Universo". Todo ser autoconsciente en él, sin excepción, está sujeto a dicha norma. Cada ser en posesión de conciencia individual y poder inteligente de elección es creador de causas kármicas, por cuanto el karma es la ley del destino creado por uno mismo y todo en el Universo procede de acuerdo con esta disposición. Las consecuencias pueden ser buenas o malas, positivas o negativas, dependiendo completamente de la naturaleza de las causas que iniciamos. Además, la Ley Kármica en sus operaciones es completamente impersonal, justa e imparcial.

02. Intentar "escapar" de esta Ley es crear incluso peor Karma para sí mismo, porque no sólo es absolutamente antifilosófico, imposible e inmaduro en términos espirituales y emocionales, pues al tratar de "prevenir" y "evitar" de alguna manera la manifestación de los efectos para las causas que hemos generado es tratar de involucrarse nada menos que en una injusticia cósmica.

03. Muchas personas tienen una visión unilateral del Karma y suelen pensar o decir "el karma alcanzará a esa persona que me hizo mal... ¡No puedo esperar que se ponga al día con ella!", ignorando completamente el hecho de que ese individuo no habría podido hacer daño o perjudicar a otro si no fuera por el PROPIO karma negativo del último. Esta Ley nunca es unilateral, y para cada efecto hubo una causa y viceversa. Quienes esperan que el karma se “ponga al día” con los demás están creando una “deuda” aún peor para su propio futuro por su falta de compasión y naturaleza rencorosa.

04. El karma y la reencarnación están inextricablemente vinculados pues uno no puede explicarse sin el otro. Es obvio que una sóla vida no es lo suficientemente larga para cosechar todos los efectos de cada causa que producimos durante esa vida. También es evidente que algunos de los aspectos y circunstancias de nuestra existencia actual no tienen su origen en el presente, sino en un pasado distante. La encarnación física en sí misma es un efecto kármico ya que una de las razones principales por las que volvemos a nacer es para tratar con nuestro Karma pasado. Para tener una comprensión cabal del Karma y del renacimiento, entonces debemos asimilar ambas doctrinas.

05. Existen tres categorías de Karma y en hinduismo se llaman Sanchita Karma, Prarabdha Karma y Agami Karma (también conocido como Kriyamana y Vartamana). El Sanchita Karma de una persona es su "cuenta" o "reservorio” kármicos, el “almacén” de todo su karma de vidas pasadas que aún no se ha agotado. El Prarabdha Karma constituye la parte específica de ese Sanchita Karma que la persona está destinada a enfrentar y experimentar en la vida presente, y si lo encara con éxito esa parte de su “deuda” se eliminará. El Agami Karma es la clase reciente que estamos creando para nosotros aquí y ahora durante la vida presente, se agrega a nuestro Sanchita Karma y manifestará como Prarabdha en vidas futuras.

06. Es cierto que todos tenemos un “fardo kármico" en la vida que constituye las situaciones, circunstancias y experiencias determinadas de manera kármica. Debemos esforzarnos continuamente por lo mejor, pero cuando no tenemos éxito como nos gustaría en ciertas áreas de la vida -sin importar lo difícil que sea o la frecuencia con que hagamos algo- debemos aceptarlo como una indicación de nuestro Karma y estar agradecidos y contentos por lo que realmente tenemos, en lugar de frustrarnos y deprimirnos por nuestras carencias. Ninguna cantidad de pensamiento positivo, visualización creativa, afirmaciones u oraciones puede modificar la "suerte" kármica en la vida, siendo ésta el Prarabdha Karma. Y esto NO se trata de fatalismo; simplemente es la ley del destino creado por uno mismo, porque en el pasado se crea el presente y en la actualidad se forja el porvenir.

07. TODO lo que nos sucede está kármicamente destinado [autoproducido-el individuo asimila consecuencias] o kármicamente permitido [disciplinario/probatorio-elegir prioridades éticas o materiales, redención o perdición] y no puede ser de otra manera, pues nada acontece fuera de la Ley del Karma. Algunos hechos en nuestra vida están destinados en forma específica para que acontezcan como resultado de nuestro Karma, mientras que otros están permitidos. También hay eventos que no nos ocurren porque nuestro Karma lo impide. Por ejemplo, las personas X e Y caminan juntas por la calle una noche, cuando de pronto aparece un delincuente y apuñala a X, y en el instante parece probable que también hará daño a Y, pero sin razón aparente escapa sin consumarlo. Así, X estaba destinado kármicamente a ser víctima del ataque o su Karma permitió que pudiera ser apuñalado, a pesar de que específicamente ese asalto no hubiese sido predestinado (1), mientras que el Karma de Y no posibilitó que fuera herida. Si bien nuestro Karma a veces puede parecer nuestro mayor "castigador", también puede convertirse en nuestro mejor guardián y protector.

[(1) Aquí nos referimos tácitamente a un principio esotérico muy pertinente para este ejemplo: “en la vida uno no tiene lo que quiere, sino lo que se merece”. El aura (campo electromagnético natural humano) puede atraer buenas o malas influencias de acuerdo a la actitud mental o intenciones del individuo, y es bien sabido que en la vida real muchas personas que tienen constantemente pensamientos negativos/morbosos o actitud agresiva sufren accidentes, ataques o conflictos. También una persona que con frecuencia sea ostentosa material o corporalmente atraerá sobre sí y en cualquier momento (incluyendo una vida futura) alguna desgracia por manipular consciente o inconscientemente energías ocultas (p. ej., magia negra), y de aquí el llamado a dejar el egoísmo, pues “semejante atrae semejante” y de esta manera lo perpetúa (N.del T.)].

08. La Ley kármica se aplica a todo en el Universo manifestado. Además del Karma individual también existe uno de tipo familiar, grupal, nacional, racial, planetario, etc.

09. El karma y la reencarnación se mencionan claramente en el hinduismo -la religión más antigua del mundo-, el budismo y otras religiones orientales, pero no es únicamente una enseñanza oriental. Ambos postulados fueron parte del cristianismo hasta el siglo VI d. de C., pero en el Segundo Concilio de Constantinopla (553 d.de C.) fueron repudiados, declarados heréticos y reemplazados oficialmente por doctrinas más representativas de la forma actual de cristianismo. Aunque la Ley del Karma y la Reencarnación no se imparten pública o exotéricamente en el credo cristiano, el judaico, el islámico, etc., sí se enseña en los niveles internos o esotéricos de esas religiones y también en todas las demás.

10. La única manera en que podemos liberarnos del Karma negativo es dejar de poner causas negativas en movimiento. Si deseas evitar más tristeza y sufrimiento futuro para ti, entonces deja de crearlo para otros. Vive tu existencia de forma consciente e inofensiva. Obtén dominio completo de sus pensamientos, palabras y acciones y vive para ayudar y servir a los demás. Pero no permitas que el motivo subyacente para eso sea el egoísmo, es decir, crear “buen Karma” para ti, sino practicar amor y compasión simplemente porque es lo correcto. Ama la bondad y la virtud por sí misma; date cuenta que el egoísmo es la gran maldición de la humanidad y vive simplemente con tal ser una fuerza benéfica impersonal para el bien en este mundo.

[Un texto estrechamente relacionado con este artículo, en particular el punto n° 7, es "Los elementales y la Luz Astral"].