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14 de noviembre de 2023

Los misterios de Giza (5 de 9)

David Pratt
Noviembre 1997, última revisión noviembre 2023


Contenidos:

09. Religión y renacimiento
10. Templo de iniciación


09. Religión y renacimiento

Entre los antiguos egipcios, el rey era visto como encarnación del dios Horus, primogénito de Osiris e Isis, y siendo ésta su madre virgen. Luego de la muerte y los ritos de momificación, pasaba a "osirificarse" con miras a una existencia continua en el más allá o duat. Bauval afirma que la Gran Pirámide se utilizó durante la Cuarta Dinastía para ceremonias religiosas atañentes al culto del renacimiento estelar: los cuatro ejes cumplían una función fálica o de fertilidad, y ayudaban al espíritu del monarca en su ascenso al reino celestial de Osiris-Orión, o las estrellas circumpolares del norte (que los egipcios llamaban "imperecederas" pues nunca se ocultaban), donde se convertía en alma estelar. Asimismo, el autor encuentra apoyo en los Textos de las Pirámides, inscritos en varias construcciones homólogas de las dinastías Quinta y Sexta.

Originalmente, sólo el faraón y quizás los miembros de su familia tenían derecho a una vida futura, pero desde finales del Imperio Antiguo el culto al renacimiento se extendió a notables y otras personas ricas, y en la época del Imperio Nuevo incluía a cualquier ciudadano que pudiera permitirse una momificación elaborada y sepelios fastuosos. Para entonces, las sencillas prácticas embalsamadoras del Reino Antiguo se habían vuelto increíblemente complejas y el sacerdocio era una clase hereditaria distinta, que a menudo abusaba de su poder en beneficio personal.

Fig. 9.1. Momia de Ramsés I (fallecido c. 1290 a. de C.), Museo de Luxor.

Interpretada al pie de la letra, esta clase de pleitesía es puramente "maquillaje". Es absurdo creer que el ka ("fuerza vital"), ba ("alma") y akh ("espíritu") de una persona fallecida no sobreviven a la muerte excepto si el cadáver físico se preserva con embalsamamiento, y desde un punto de vista teosófico es una práctica degradante e insensata. Lo mejor es cremar el cuerpo, porque eso destruye más rápidamente el control del mundo material sobre los elementos internos de nuestro ser, en comparación con el mero entierro. Tras la muerte, el principio modélico y el alma humana inferior (kama-rupa) se desintegran poco a poco en los reinos astrales, mientras el Ser Superior regresa a su "estrella madre" (...) y nuestra alma reencarnante disfruta de un descanso similar al de un sueño, hasta que llega el momento de la siguiente encarnación (1); así, los genuinos sacerdotes egipcios e iniciados habrían conocido muy bien estas enseñanzas.

Los especialistas ortodoxos están convencidos de que la religión egipcia consistía sólo en "creencias exotéricas" y en gran medida "letra muerta sin sentido", pues según ellos no existiría ningún significado más profundo. El egiptólogo disidente John Anthony West replica: "Aunque la evidencia directa es escasa, las inscripciones en tumbas de altos funcionarios religiosos y las constantes referencias al 'conocimiento secreto' apuntan fuertemente a una tradición esotérica e iniciática, lo que Schwaller de Lubicz llama 'El Templo'" (2). Incluso el propio Orígenes, padre de la Iglesia cristiana, afirmó en el siglo III d. de C. que los sacerdotes-filósofos egipcios tenían una sabiduría oculta sobre asuntos divinos, revelada a la gente común sólo como alegorías y simbolismos (3).

Algunos señalan que este enfoque místico era de dos categorías: a) el culto sacramental-ceremonial, por cuyo medio los individuos gobernaban sus vidas externas o exotéricas, y b) la religión más intuitiva o perteneciente al corazón e incluido el intelecto superior, vinculada a los recintos iniciáticos. Egipto adquirió su celebridad mística debido a la alta magia blanca impartida en los santuarios, y además por el cultivo de hechicería. Aun cuando los antiguos vernáculos eran muy consagrados a sus dioses, en la práctica no fueron tan espirituales por su ascendencia mixta atlante [con menor pureza] y aria (indoeuropea).

West sugiere que la momificación era un intento equivocado para demorar el proceso reencarnatorio, prolongando así la vida mundana en el más allá. Reconoce que los textos egipcios no mencionan explícitamente ese fenómeno, pero "esto bien puede deberse a que los estudiosos no han considerado las fuentes desde esa perspectiva (...). Hay innumerables alusiones a nuevos nacimientos y vidas, e interpretadas en términos de reencarnación, poseen al menos tanto sentido como cuando se leen bajo los conceptos de 'vida en el inframundo' o 'después de la muerte'" (6).

Heródoto pasó mucho tiempo entre los egipcios, conversando con sacerdotes y ciudadanos, describiendo su creencia en la inmortalidad del alma, y que cuando el cuerpo físico moría aquélla pasaba a otras criaturas de tierra, mar o aire, antes de adquirir nuevamente la forma humana luego de unos 3000 años (7). No obstante, la Teosofía aclara que el Ego /Manas superior no reaparece como animal; más bien, los átomos de vida físicos y astrales que formaron el viejo soma pasan por rocas, plantas o animales, y terminan por reunirse al objeto de construir otra cobertura corpórea para esa alma. Como puede inferirse, el embalsamamiento tiene el propósito de evitar que los átomos más densos experimenten ese proceso.

A tenor de algunos escritores, el "arte" de preservar cadáveres se originó en la última época atlante, cuando las encarnaciones acontecían en rápida sucesión por el degeneramiento y la ausencia de espiritualidad entre muchas personas. Si la momia se veía intacta cuando el alma reencarnaba, a veces era incinerada a efectos de que los átomos físicos y astrales inferiores se convirtieran en parte del nuevo cuerpo, sin haber cambiado mucho desde que murió el anterior, y por cierto ello reflejaba un apego indebido a la vida material. De este modo, los egipcios, peruanos y otros pueblos perpetuaron esa costumbre después que se olvidara su significado.

La idea de "renacimiento" también implicaría una reconexión espiritual en la presente vida terrena (...). En Egipto, los iniciados que despertaban su autoconciencia eran llamados "hijos del Sol", o para decirlo de otra manera, un aspirante que lograba fusionar su yo mortal (kama-manas) con la tríada superior estaba "osirificado" (9). Igualmente, la deidad solar de Osiris representa el Manas superior o Christos interno (10); la mitología reseña que fue muerto y desmembrado por su hermano y adversario Seth (correspondiente a Tifón entre los griegos), símbolo de nuestro ser inferior o "lado oscuro" (11), pero luego fue reconstituido por su hermana-esposa Isis y retornó a la existencia. Blavatsky añade: "Tifón es la envoltura terrestre y material de Osiris, quien es el espíritu que habita en ella" (12).


Referencias

1. "Vida después de la muerte", sección 3.
2. John Anthony West, The Traveler’s Key to Ancient Egypt, Quest, 2da edición, 1995, p. 52.

3. Orígenes, Contra Celso, libro 1, capítulo 12.
6. The Traveler’s Key to Ancient Egypt, p. 62.
7. Heródoto, Historias, libro 2, sección 123.
9. Blavatsky, The Theosophical Glossary, p. 293-4, La Doctrina Secreta, 1:219-22.
10. The Theosophical Glossary, p. 25-6.
11. The Theosophical Glossary, p. 296.
12. The Theosophical Glossary, p. 346-8, 90.


10. Templo de iniciación

Según las enseñanzas teosóficas, originalmente la Gran Pirámide era un templo de iniciación; Helena Blavatsky dice que "fue construida siglos antes [de Khufu] y él sólo lo profanó para darle otro uso. En su época no tuvieron lugar más iniciaciones allí, y lo consagró a Tet, o Seth-Tifón [polo opuesto a Osiris/Thoth]" (1). Sin embargo, los Misterios egipcios continuaron de una forma u otra en tiempos ulteriores, y los pocos extranjeros a quienes se les confirieron incluían a Orfeo, Solón, Pitágoras, Sócrates, Platón, Jámblico, Plutarco y Proclo.

Marsham Adams demostró que hay remisiones al sistema piramidal y único de pasajes y cámaras en el Libro de los Muertos egipcio, una colección de escritos sagrados que tratan no sólo del viaje post-mortem del alma, sino también las etapas iniciáticas (2). Asevera que en realidad debería llamarse Libro del Maestro sobre los Lugares Escondidos (o Casa Secreta), mientras que hoy su título se traduce como Libro del Amanecer. En su forma actual data del Imperio Nuevo, pero incorpora algunos Textos de las Pirámides y de los Sarcófagos anteriores. En su pesquisa, Adams recibió apoyo del destacado egiptólogo Gastón Maspero, quien escribió: "Las pirámides y el Libro de los Muertos reproducen el mismo original, uno con palabras y el otro en piedra", comentando una tradición entre los sacerdotes de Menfis que respaldaba su aserto de que la "Casa Secreta" (Gran Pirámide) "era el escenario donde el neófito se introducía en los Misterios" (3).


Según ciertos teósofos, el candidato a iniciado recorría los pasillos y estancias de la Gran Pirámide, para memorizar simbólicamente lo que el alma experimentaría en los mundos interiores cuando comenzara el entrenamiento oculto real. En compañía de su mentor, caminaba agachado por el pasaje descendente ya que tiene 1,2 mts., y al final entra solo en el lúgubre espacio subterráneo o "Prueba de la Materia", una cámara burda y sin terminar como el mundo tangible.

Fig. 10.1. Cámara subterránea.

A continuación subía al Pozo de la Vida o "Escalera del Alma", un tramo "áspero y difícil de remontar"; sin embargo, la ruta más expedita y larga a través del corredor ascendente no estaba disponible para los aspirantes que desearan forzar el ritmo evolutivo. Al salir por el extremo inferior de la Gran Galería, sigue el conducto hacia la Cámara de la Luna, donde se llevarían a cabo las ceremonias apropiadas.

Fig. 10.2. De acuerdo con algunos testimonios, la Cámara de la Reina albergaba un cofre.

Después alcanza la Gran Galería. En su cúspide sube el escalón de casi un metro y debe agacharse bastante (concepto de humildad) con objeto de ingresar en el vestíbulo de la Cámara del Rey. Si el rastrillo está levantado, lo atraviesa e inclinándose otra vez llega al cuarto de Resurrección, el "Hogar del Dios Oculto" donde yace en el cofre de Osiris. Una vez liberada del cuerpo en trance, el alma pasa a las esferas internas y comienzan sus pruebas. El iniciado rompe las cadenas terrenales, fortalece la unidad con su Ser espiritual y triunfa sobre todos los desafíos que encuentra. Finalmente, el alma se reencuentra con su "vasija corpórea" y el aprendiz exitoso sale de la Pirámide más iluminado que antes, en todos los sentidos de la palabra.


Fig. 10.3. Entrada a la Cámara del Rey.

Blavatsky menciona que uno de los libros de Hermes describía algunas pirámides como si estuvieran cerca del mar, "cuyas olas se estrellaban con impotente furia contra su base", e implicando que las estructuras se levantaron previo a un gran terremoto en el desierto sahariano (6); asimismo, ella relaciona la Gran Pirámide con el templo en Dendera, unos 440 kms. al sur de Giza, y como los dos zodíacos representados en su techo muestran el paso de tres ciclos precesionales (cerca de 78.000 años), debía considerarse seriamente el resquicio de que la Pirámide tenga una edad similar (7). De esta forma, la sección 13 examina si hubo coincidencias astronómicas significativas en ese momento.

El filósofo neoplatónico Proclo afirmaba que dicho monumento constituía un observatorio antes de su finalización, mientras Richard Proctor argumentó que, amén de cumplir propósitos religiosos y funerarios, habría sido un excelente mirador para el momento en que se concluyó el ápice de la Gran Galería, desde donde pudieron contemplarse los tránsitos astronómicos; se halla perfectamente en línea con el meridiano, y las piedras de su tejado se concibieron para desmontaje individual (8). Proctor creía que las 27 ó 28 ranuras en cada una de sus rampas laterales sirvieron como sujetadores de banquillos para concurrentes. Además, este pasadizo mayor emerge en la hilera n° 50 de mampostería, donde la plataforma cuadrada ocupa exactamente la mitad del área de la base piramidal.

Fig. 10.4. La espléndida Gran Galería. Tiene 8,6 mts. de alto, 46,7 de largo, 2,1 de anchura en la base y 1 de amplitud en la parte superior, ya que las paredes muestran voladizos hacia el interior en siete escalones.

Blavatsky también escribió: "Habiendo vencido con éxito todas las pruebas, el aspirante era atado -y no crucificado- a una camilla en forma de T (tau) [y] caía en un sueño profundo (...) durante tres días y tres noches, una fase en que su Ego Espiritual confabulaba con los 'dioses', descendía al Hades, Amenti o Patala (según el país) y ejercía obras de caridad a seres invisibles, ya fueran almas humanas o espíritus elementales, y su cuerpo permanecía todo el tiempo en la cripta de un templo o alguna cueva subterránea. En Egipto, ese lugar correspondía al sarcófago de la Cámara del Rey en la pirámide de Keops, y se llevaba durante la noche del tercer día próximo a la entrada de un corredor, donde a cierta hora los rayos del Sol naciente caían de lleno sobre el rostro del candidato en trance, que despertaba para ser iniciado por Osiris y Thoth, el Dios de la Sabiduría" (9). El pasillo que nombra la autora pudo señalar al degresivo o la Galería. Si fuera esto último, implicaría que la Pirámide aún era truncada en el momento que se realizaban las ceremonias descritas.

Fig. 10.5. El cofre de tres toneladas en la Cámara del Rey es más ancho que el extremo inferior del pasaje ascendente, y debe haber sido incorporado al recinto durante la construcción.

Cuando se golpea, el cofre resuena emitiendo la nota La por encima del Do medio (438 Hz), equivalente al Manas superior o inteligencia espiritual. En su conjunto, la cámara produce un acorde de Fa sostenido, que representa la inteligencia humana ordinaria (Manas inferior), y también se considera el tono clave de la naturaleza (10). Las cinco capas de enormes vigas graníticas que forman el techo y los cuatro espacios superiores están revestidos en su nivel pedáneo, pero completamente sin labrar en la superficie más alta. Algunos tienen oquedades en dicha parte, posiblemente para sintonizarlas y emitir la frecuencia correcta, del mismo modo que se puede afinar una campana alterando su masa (11).

Se infiere entonces que el contenedor nunca fue depósito de cadáveres, sino una tumba alegórica de la personalidad humana, y el "ataúd" abierto del candidato vencedor que experimenta un renacimiento espiritual luego de purificar su yo mundano. Los conductos de aire indicaban que el sitio no era destinado a los muertos, sino a individuos que Osiris aguardaba para llevarles a una nueva existencia.

Fig. 10.6. Escena en el templo de Kom Ombo, que muestra al rey siendo purificado por Osiris (u Horus) con cabeza de halcón (Sol) y Thoth como ibis (Mercurio). También se interpreta en función del "derrame de agua vital" y el nuevo nacimiento sobre un aspirante exitoso (13).


Referencias

1. Blavatsky Collected Writings, 4:287.
2. W. Marsham Adams y E.J. Langford Garstin (ed.), The Book of the Master of the Hidden Places, The Search Publishing Company, 1933; W. Marsham Adams, The Book of the Master or the Egyptian Doctrine of the Light Born of the Virgin Mother, John Murray, 1898; W. Marsham Adams, The House of the Hidden Places, Books on Demand, 2019, edición Kindle.

3. The Book of the Master of the Hidden Places, p. 12.
4. Lemesurier, The Great Pyramid Decoded, p. 29-30; The Book of the Master of the Hidden Places.

6. Isis Develada, 1:520; La Doctrina Secreta, 2:8-9 nota al pie, 405.
7. La Doctrina Secreta, 2:432.
8. Proctor, The Great Pyramid, capítulo 3; Tompkins, Secrets of the Great Pyramid, p. 147.

9. La Doctrina Secreta, 2:558.
10. Blavatsky Collected Writings, 12:562; H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio, TUP, 1976 (1889), p. 89; galaxyquestbooks.com/the-great-pyramid-equation-in-stone; Dunn, The Giza Power Plant, p. 139-43.

11. The Giza Power Plant, p. 154-9.
13. La Doctrina Secreta, 2:558-9.

Los misterios de Giza (4 de 9)

David Pratt
Noviembre 1997, última revisión noviembre 2023


Contenidos:

06. Keops: una visión alternativa
07. Datación por carbono
08. Arqueoastronomía 


06. Keops: una visión alternativa

De acuerdo con Heródoto, los sacerdotes egipcios le relataron que la Gran Pirámide fue encargada por Keops, y a quien describe como un "tirano impopular" que no había sido enterrado en ella (1). El historiador apuntó que trabajaron 100.000 personas en 20 años, luego de invertir 10 para situar la calzada que llevó las piedras. Expresó su disgusto por hablar públicamente sobre aspectos sagrados, y Blavatsky afirma: "No reveló todo, aunque sabía que el verdadero objetivo de la pirámide era muy diferente al que le asigna. Si no fuera por sus escrúpulos religiosos, podría haber añadido que externamente simbolizaba el principio creativo de la naturaleza, e ilustró también axiomas de geometría, matemáticas, astrología y astronomía. Internamente era un templo majestuoso, en cuyos sombríos recovecos se celebraban los Misterios" (2).

En el siglo I a. de C., Diodoro Sículo mencionó que la tríada guizense fue construida por Keops, Kefrén y Menkaure (Micerino), pero los dos primeros no estaban sepultados allí debido al sufrimiento que provocaron a su gente. Afirma que unos 360.000 esclavos confeccionaron la Gran Pirámide en 20 años utilizando rampas, y tanto ella como las otras homólogas eran vinculadas a ciertos reyes (3). Hacia el siglo I d. de C., ni Estrabón ni Plinio el Viejo citaron al responsable de dicha obra (4), y según una leyenda copta se fabricó previo al diluvio bíblico por iniciativa de Surid bin Sahluk, asociado a menudo con Hermes, para preservar el conocimiento de las ciencias sagradas (5).

¿Y qué nos ofrecen los registros históricos sobre la época de Keops? Sorprendentemente casi no existen esos anales, y como observa un egiptólogo, es "increíble que sepamos tan poco acerca del hombre que comandó erigir la Gran Pirámide" (6). Una de las exiguas referencias al gobernante es la Estela del Inventario, descubierta en Giza durante 1858. Conmemora la restauración por aquél de un reducido sanctum local, y consigna que la Esfinge, el Templo homónimo y el del Valle existían en su tiempo, e incluso ordenó trabajos restaurativos para esa escultura (7), aunque también se interpreta en el sentido de que la Gran Pirámide ya era conocida (8). La estela muestra ideogramas de un estilo posterior, y algunos egiptólogos la consideraron inicialmente como "copia de un original" de la Cuarta Dinastía, pero por su contenido tiende a descartarse como "ficción".

Fig. 6.1. La principal imagen superviviente de Keops es una estatuilla en marfil con ocho centímetros de alto, descubierta por Petrie en el templo de Abidos, 420 kms. al sur de Giza.

Durante 2013 y en plena zona desértica, se hallaron bitácoras de papiro elaboradas por un funcionario llamado Merer. Se cree que datan del año 27 del reinado de Keops, y documentan el transporte de sillares calíferos en barcos desde las canteras de Tura a Giza. Varias veces designa el término "akhet Khufu" u "horizonte del faraón", es decir, la pirámide homónima, y así los ortodoxos suponen automáticamente que se trataba de revestimiento en caliza para el edificio poligonal -que según ellos el rey supervisaba en ese entonces- y no refería a otros proyectos.

La presencia de cartuchos con el nombre de Keops y Khnum-Khufu al interior de la Gran Pirámide y algunos bloques centrales de mampostería externa, no prueba que fuera este monarca quien la concibió, y en su lugar es posible que haya recibido el nombre de la estructura, no al revés. El registro oval del mismo se ha encontrado en docenas de tumbas y monumentos por todo Egipto, e incluso algunos son muy subsecuentes a su reinado. William Fix comenta: "Los egiptólogos explican que el nombre 'Keops' se había convertido en 'un poderoso amuleto' y era grabado en memoriales como emblema de santidad y protección. Dicho de otro modo, se utilizó en épocas posteriores, como la señal de la cruz preponderó en naciones cristianas durante casi dos mil años. Por supuesto, no asumimos que sea 'Jesucristo' cada representación de alguien que porta dicho símbolo, ni que todo recinto con esa figura haya sido ordenado construir personalmente por el Mesías. De igual manera, tampoco supondríamos que todo hombre llamado 'Jesús' sea el 'enviado original'" (9).

Fix cita evidencias sobre la interpretación defectuosa de marcas de albañilería y cartuchos utilizados para adscribir las pirámides a determinados reyes. Por ejemplo, Petrie encontró rótulos que vinculaban a Menkaure con dos construcciones diferentes, y en el caso de Sneferu -padre o padrastro de Keops- los registros parecen conferirle las gigantes de Meidum y las dos de Dahshur; también se supone que edificó una pirámide de menor tamaño en Seila, junto con numerosos santuarios en todo Egipto. Esto no tiene ningún sentido, pues se sostiene que Djedefre -sucesor de Keops- ordenó erigir un polígono acotado y de calidad inferior en Abu Rawash, y para explicar por qué no lo ubicó en Giza, los estudiosos convencionales creen que se debió a una reyerta familiar, pero el nombre 'Djedefre' figura en las rocas del techo de los "fosos para embarcaciones" cercanos a la Gran Pirámide.

Se estima que algunos cartuchos dedicados a soberanos de la Cuarta Dinastía eran símbolos sacros que identificaban diversas escuelas de pensamiento religioso, en lugar de faraones individuales. Los conocidos históricamente como Keops, Kefrén y Micerino bien pudieron reparar el terceto arquitectónico en calidad de monumento conmemorativo -o apropiarse de él-, y asimismo incorporar extensiones como pirámides subsidiarias, templos, tumbas (mastabas) y fosos para barcos, pero no hay evidencia concluyente de que esos monarcas construyeran las obras principales. Es más verosímil que fuesen elaboradas por otra civilización, mucho antes de la "era piramidal", y sirvieran como estándares que los faraones posteriores trataron de emular. La génesis de mastabas alcanzó su ápice bajo la Cuarta Dinastía, particularmente en Giza y alrededores, tal vez porque los miembros de la realeza y jerarcas enterrados en ellas querían asociarse con los magníficos constructos de sus antepasados.

Fig. 6.2. La meseta de Giza (vías fluviales en la Cuarta Dinastía).

Como ya se mencionó, "Khnum-Khufu" significa "Khnum me protege", siendo éste el dios del Nilo y alfarero mítico encargado de la creación planeada por Thoth, y concibió a los humanos a partir de arcilla en un torno. Thoth representaba la sabiduría o inteligencia rectora del Universo, y era conocido en épocas posteriores como Hermes, Mercurio y Enoc. Por su parte, Thoth-Hermes insipró las artes y ciencias, además de ser patrono del conocimiento secreto en calidad de iniciador. El nombre sería acogido por muchos adeptos llamados "serpientes de sabiduría", y en efecto el caduceo o bastón de Hermes está entrelazado con uno o dos ofidios (10). Más tarde Khnum pasó a denominarse Kneph o Chnuphis, también retratado como un enorme reptil que encarnaba la sapiencia divina creativa, y era protector de estudiantes esotéricos (11). Inclusive, todas estas características se hallan en consonancia con las tradiciones árabes que asocian la pirámide con Hermes.


Referencias

1. Heródoto, Historias, libro 2, secciones 124-127, p. 183-4.
2. Isis Develada, 1:519.
3. Diodoro Sículo, Biblioteca Histórica, vol. 1, secciones 63-64.
4. Estrabón, Geografía, libro 17, sección 33; Plinio el Viejo, Historia Natural, libro 36, capítulo 17.

5. "Al Maqrizi On the Pyramids of Egypt", jasoncolavito.com.
6. Ahmed Fakhry, The Pyramids, University of Chicago Press, 2da edición, 1969, p. 102.

7. M. Seyfzadeh y R. Schoch, "The Inventory Stele: More Fact Than Fiction", Archaeological Discovery, v. 6, n° 2, 2018, p. 103-61.

8. Fix, Pyramid Odyssey, p. 53-6.
9. Pyramid Odyssey, p. 89-90.
10. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 1:675, 2:364, 529-30; The Theosophical Glossary, Theosophical Publishing Society, 1892, p. 140; E.A. Wallis Budge, From Fetish to God in Ancient Egypt, Dover, 1988 (1934), p. 121-2.

11. La Doctrina Secreta, 2:210-11; From Fetish to God in Ancient Egypt, p. 174-5, 255-8.


07. Datación por carbono

En la década de 1980 se dataron con radiocarbono varios monumentos del antiguo Egipto, incluida la Gran Pirámide (1). Esta técnica no puede aplicarse a la piedra, pero sí para fechar fragmentos de material orgánico como madera y carbón, a veces incrustados en el mortero entre bloques líticos. Las 15 muestras de la pirámide arrojaron fechas desde 2853 a 3809 a. de C., siendo el promedio 3029 a. de C., y si esto es fiable suponiendo que corresponde al periodo de su construcción, haría que la estructura sea unos 400 años más vieja de lo estimado.

A mitad de los '90 se realizaron más dataciones de aquélla y muchos otros sitios egipcios, lo que permitió descubrir promedios entre 200 y 300 años más antiguos, si bien los cálculos para el coloso poligonal variaron en 1210. Luego de un nuevo análisis con modelos informáticos y "calibraciones sólidas", que implicaron "centrarse en el extremo inferior de los rangos de edad", se obtuvieron resultados que mostraban "un acuerdo mucho más cercano con los registros cronológicos convencionales" (2).

Inclusive, si se cree que las fechas de radiocarbono en la Gran Pirámide son razonablemente precisas, aún no hay certezas de que señalen su longevidad real. Todas ellas proceden del exterior, los bloques de mampostería del núcleo, o el espacio entre éste y las piedras de revestido, por lo que pueden indicar trabajos de reparación posteriores. Ciertamente, los años de 2085 a. de C. y 2746 a. de C. para el Templo de la Esfinge no determinan la época de su levantamiento, ya que sus enormes sillares tienen erosión severa y parecida a la de dicha obra zoomorfa, que de acuerdo a los geólogos poseería al menos 10.000 años (ver sección 11).


Fig. 7.1. En 2020, un trozo de cedro con casi 13 cms. de largo, yaciente en un pozo de la Cámara de la Reina, fue datado por carbono entre 3341 y 3094 a. de C., y a diferencia de los conductos en la estancia del Rey, los pertenecientes a aquélla no se prolongan hacia el exterior piramidal ni fueron cortados originalmente en dirección al recinto, sino que se detuvieron a una brecha de cinco pulgadas. Se abrieron por primera vez desde el interior en 1872, cuando en el pozo norte se localizó cedro y una bola en dolerita (7 cms. de diámetro), e igualmente un pequeño gancho de cobre (o bronce) en el homónimo sur. El cedro estaba en una sola pieza, pero la exposición al aire provocó que se desintegrara, y constituía parte de un objeto maderero mucho más grande cuyos restos fueron detectados en 1993 durante una exploración de pozos con cámara robótica (3).

El método con radiocarbono está sujeto a varias fuentes potenciales de error (4). En particular, su concentración atmosférica no es permanente, y las muestras pueden estar contaminadas con carbono viejo o reciente de su entorno, por lo cual se hacen ajustes para tenerlo en cuenta. No obstante, hay numerosos casos de edades falsas. Existen caracoles vivos en manantiales artesianos del sur de Nevada con radiocarbono tan bajo en sus conchas, que en teoría "llevan muertos" 27.000 años. Además, un hueso procedente de lechos en Olduvai (Tanzania) adscrito con 29.000 años mediante dicho sistema y otros rasgos geológicos, terminó revelando una edad de 3340. Las tectitas (trozos de roca con apariencia de vidrio) fechadas en aproximadamente 700.000 años sobre la base de dataciones con potasio-argón y estudios estratigráficos, tenían sólo entre 4830 y 5700 según el análisis del carbón vegetal que les acompañaba.


Referencias

1. Venture Inward, noviembre/diciembre 1985, mayo/junio 1986, noviembre/diciembre 1986.

2. "How old are the pyramids?", 10 de septiembre de 2009, aeraweb.org; G. Bonani et al., "Radiocarbon dates of Old and Middle Kingdom monuments in Egypt", Radiocarbon, v. 43, n° 3, 2001, p. 1297-320; M.W. Dee et al., "Reanalysis of the chronological discrepancies obtained by the Old and Middle Kingdom monuments project", Radiocarbon, v. 51, n° 3, 2009, p. 1061-70.

3. abdn.ac.uk/news/14573; world-archaeology.com/issues/issue-106/lost-dixon-relic; britishmuseum.org/collection/object/Y_EA67818; britishmuseum.org/collection/object/Y_EA67819.

4. W.R. Corliss, Anomalies in Geology: Physical, chemical, biological, Sourcebook Project, 1989, p. 249-52; Michael A. Cremo y Richard L. Thompson, Forbidden Archeology, Bhaktivedanta Institute, 1997, p. 764-94.


08. Arqueoastronomía

Otra manera de fechar obras es la arqueoastronomía o investigación de posibles alineamientos celestes en épocas pretéritas. Las coordenadas estelares vistas desde la Tierra cambian con el tiempo, y una causa principal es la precesión de los equinoccios, que dura unos 25.920 años y se genera como resultado de que el eje planetario traza un "círculo" alrededor de los polos eclípticos (sectores en el cielo a que apuntarían los extremos de esa línea si estuviera perfectamente vertical en lugar de inclinada). Los antiguos egipcios conocían ese periodo, pues al culto de los dioses gemelos Shu y Tefnut le siguió el de los toros míticos Apis y Mentu, y luego el carnero Amón, coincidiendo con las etapas en que el Sol pasaba por Géminis, Tauro y Aries, respectivamente.

Si la precesión fuera el único causante, los astros parecerían salir y ponerse exactamente en la misma época anual cada 25.920 años, pero hay otros factores: primero, todas las estrellas -incluido el Sol y su familia de planetas- experimentan "movimiento propio" a través del espacio, y segundo, existe variabilidad en la inclinación del eje terrestre. Para hoy, ésta última es de 23,4° y los científicos han establecido que sigue disminuyendo aproximadamente una centésima de grado (47 segundos de arco) por siglo, teorizando que fluctuaría entre 21,5° y 24,5° durante unos 41.000 años.

Según la Teosofía, el eje se invierte poco a poco a lo largo de 360°, con una velocidad media de 4° en cada fase precesional (56 segundos de arco/centuria), y por lo tanto describe una espiral alrededor de los polos eclípticos. Además, se producen perturbaciones axiales esporádicas y repentinas que conllevan cataclismos importantes (1), si bien los científicos del establishment descartarían esto como "imposible" porque no conocen ninguna fuerza que genere tal efecto, y tampoco explican qué causa la rotación planetaria sobre su eje.

A fines del siglo XIX, el astrónomo Richard Proctor declaró que la Gran Pirámide se habría edificado alrededor del 3350 a. de C. ó 2170 a. de C. porque en esa fecha el pasaje descendente se alineó con Thuban (Alpha Draconis) en su culminación inferior (2), e inspirándose en sus datos, Robert Bauval desarrolló una hipótesis alternativa más elaborada (3). A tenor de su pesquisa, hay siete pirámides normalmente atribuidas a reyes de la Tercera o Cuarta dinastías que son un reflejo en el terreno de ciertas estrellas importantes. El terceto de Giza representa las tres lumbreras en el "ceñidor" de Orión; las pirámides de Abu Rawash y Zawyet El Aryan serían Bellatrix y Saiph -ubicadas en la pierna izquierda y el hombro derecho de esa constelación-; las obras al norte y sur en Dahshur corresponderían a Aldebarán (Alfa Tauri) y Ain (Epsilon Tauri), y el río Nilo a la Vía Láctea. Asimismo, las llamadas "Tres Marías" en Latinoamérica también pueden aludir a los Tres Magos o Sabios de la mitología cristiana (4).

Fig. 8.1. Diagrama por Legon del plano geométrico de Giza, con medidas en codos reales (1 codo real= 20.620 pulgadas= 0,524 mts.) (5).

Fig. 8.2. Correlación en 10.500 a. de C. entre las tres pirámides de Giza y las estrellas en el "cinto" de Orión (de derecha a izquierda: Alnitak, Alnilam y Mintaka), propuesta por Robert Bauval (6).

Bauval muestra que la coincidencia entre las posiciones relativas del trío piramidal en Giza y los astros de la "faja oriónida" habría sido más precisa alrededor del 10.500 a. de C., cuando ese asterismo alcanzó por última vez su punto más bajo en el cielo como parte de su ascenso y ocaso periódicos, resultantes de la precesión. Sostiene que en dicho momento los egipcios trazaban el sitio guizense y elaboraron la Esfinge (Era de Leo), pero la Gran Pirámide no se habría levantado hasta más o menos el 2500 a. de C., porque en esa época los pozos norte en las Cámaras del Rey/Reina apuntaban a Thuban (Draco) y Kochab (Osa Menor) respectivamente, mientras los del sur se ajustaron con Alnitak y Sirio (Canis Major). Cabe recordar que en la mitología egipcia Orión y Sirio representan a los Padres Divinos conocidos como Osiris e Isis.

Fig. 8.3. Alineaciones de ejes propuestas por Bauval.

Fig. 8.4. Deslizamiento precesional de Orión por el meridiano entre 10.500 a. de C. y 2000 d. de C. (7).

Si utilizamos las fórmulas científicas aceptadas para calcular dichas alineaciones, y considerando el movimiento de las estrellas o su lejanía/aproximación respecto al Sistema Solar (8), encontramos que el eje sur de la Cámara del Rey indicó hacia Alnitak en 2465 a. de C. y su extremo norte a Thuban en 2425 a. de C., mientras que el punto norte en el vestíbulo de la Reina convergió con Kochab durante 2375 a. de C., y su parte austral miraba a Sirio para 2365 a. de C. Todas estas fechas son más recientes que las citadas respecto al gobierno de Keops (c. 2589-2566 a. de C.) (9), y es ilógico que las sincronicidades astronómicas de los pozos en la Cámara del Rey sean anteriores a aquéllas de su contraparte, ya que éstas últimas deben haber sido construidas primero (tengamos en cuenta, sin embargo, que el ángulo de cada eje varía y el valor promedio es incierto).


Referencias

1. La Doctrina Secreta, 2:331, 725-6; S.A. Mackey, Mythological Astronomy of the Ancients Demonstrated, Wizards Bookshelf, 1973 (1822/23); "Inversiones polares y catástrofes geológicas", parte 5.

2. Richard A. Proctor, The Great Pyramid: Observatory, Tomb and Temple, R. Worthington, 1883, p. 100.

3. Robert Bauval y Adrian Gilbert, The Orion Mystery, 2da edición, Mandarin, 1995; Bauval y Hancock, Keeper of Genesis.

4. Blavatsky Collected Writings, 8:384.
5. John A.R. Legon, "A ground plan of Giza", Discussions in Egyptology, n° 10, 1988, p. 33-40.

6. wikipedia.org.
7. Keeper of Genesis, p. 231.
8. A. Hirshfeld, R.W. Sinnott y F. Ochsenbein, Sky Catalogue 2000.0, vol. 1, Cambridge University Press, 2da edición, 1991, p. xv.

9. egymonuments.gov.eg (Collections-"Khufu's Statue"). 

9 de noviembre de 2023

Los misterios de Giza (3 de 9)

David Pratt
Noviembre 1997, última revisión noviembre 2023


Contenidos:

04. La "era de las pirámides"
05. ¿Inscripciones falsificadas?


04. La "era de las pirámides"

Fig. 4.1.

El considerando doctrinario sobre la "era piramidal" en Egipto es altamente especulativo y plantea más preguntas que certezas. Se piensa que en poco más de un siglo las sencillas tumbas rectangulares de adobe o mastabas evolucionaron hasta convertirse en pirámides escalonadas, y luego adquirieron proporciones enormes con caras lisas de bloques calíferos y graníticos labrados. Como dice Robert Bauval, esa teoría "es muy ridícula, si no imposible" (1).

Se supone que este periodo comenzó de forma muy abrupta con la construcción de la pirámide escalonada en Saqqara por el rey Zoser, segundo faraón de la Tercera Dinastía, alrededor del 2630 a. de C., y en sus inicios era una mastaba pétrea sobre la cual se emplazó una estructura mayor de cuatro niveles, que después aumentaría a seis. Cada bloque contiene pocas docenas de kilogramos, y bajo la pirámide existió un laberinto de pozos, túneles, cámaras, galerías y almacenes de 5,7 kms. en longitud. Esta obra formaba parte de un complejo citadino de edificios y patios, al interior de muros con 10,5 mts. en altura; asimismo, su escala y magnificencia superaron con creces todo lo conocido hasta entonces.

Fig. 4.2. Pirámide escalonada de Saqqara (base de 121 x 109 mts.).

Por alguna razón desconocida, las pirámides adscritas a faraones subsecuentes de la Tercera Dinastía eran inferiores en calidad a las de Zoser, y mostraban pocos signos de avance arquitectónico; incluyen la "Enterrada" de Saqqara, sin terminar y erigida hacia el 2645 a. de C. para Sekhemkhet, segundo monarca de dicho linaje, y la de Zawyet El Aryan (8 kms. al suroeste de Giza), posiblemente en honor a Khaba, también escalonada y en ruinas.

Se cree que la primera pirámide de cara lisa está en Meidum, 72 kms. al sur de Cairo, y habría sido completada en tres fases: primero hubo un edificio de siete gradas eventuales, y sobre él se instaló un segundo con quizás ocho; finalmente, toda la estructura fue cubierta con un manto liso, convirtiéndola en una verdadera pirámide. Se dice que fue concluida por Sneferu, primer rey de la Cuarta Dinastía, y en la actualidad está muy maltrecha, ya sea porque en tiempos pasados se derrumbó o fue destruida al utilizarse como cantera. También se sostiene que Sneferu construyó otras dos gigantes en Dahshur, Acodada y Roja, situadas 27 kms. al sur de Giza. Las colosas de Meidum y Dahshur contienen cámaras con techos en voladizo sobre el nivel del suelo, aunque no en el mismo grado que la galería principal de la Gran Pirámide.

Fig. 4.3. Pirámide de Meidum (longitud basal 144 mts.).

Fig. 4.4. Cámara abovedada con ménsulas en la Pirámide Roja.

Se afirma que la Gran Pirámide comenzó bajo el reinado de Keops y fue concluida aproximadamente en 2560 a. de C. Este era el segundo rey de la Cuarta Dinastía y, según dicen, hijo o hijastro de Sneferu, quien a su vez gobernó entre 23 y 63 años. Si los arquitectos e ingenieros de Keops habrían dominado el arte de construir un edificio tan imponente como aquél, no está claro el motivo por el que su hijo y continuador Djedefre supuestamente concibió otro mucho menos destacable, ni por qué estaba ubicado en Abu Rawash (8 kms. al N.O. de Giza) y no junto al de su padre, pues la teoría es que las otras dos pirámides de Giza aún no se habían construido. Tenía casi el mismo tamaño que la tercera de aquéllas, pero hoy se encuentra en ruinas ya que por lo visto fue utilizada como cantera.

Fig. 4.5. Pirámide en ruinas, altiplano de Abu Rawash (longitud basal 106 mts.).

Fig. 4.6. Corredor hacia la cámara baja de Abu Rawash.

Fig. 4.7. De izquierda a derecha: Tercera, Segunda y Gran Pirámide. También hay seis pequeñas en la meseta de Giza, además de restos pertenecientes a otras dos más reducidas.

La Segunda Pirámide es atribuida a Kefrén, quien sucedió a Djedefre y era otro hijo de Keops, y constituye la segunda obra lítica más grande del mundo; ulteriormente Micerinos habría ordenado el levantamiento de la Tercera, que tiene la mitad del tamaño de aquélla, y si bien ambas son impresionantes, no logran igualar el trabajo artesanal de la Gran Pirámide y tampoco albergan cámaras superiores.

Fig. 4.8. Sección transversal de la Segunda Pirámide (largo basal 215 mts.).

Fig. 4.9. Sección transversal de la Tercera Pirámide, mirando hacia el oeste (103 mts. de largo en su base). El pasadizo descendente superior era la entrada original, o un pasaje incompleto.

Fig. 4.10. Menkaure fue secundado por Shepseskaf, último gobernante de la Cuarta Dinastía, en cuyo honor existe una mastaba de piedra con 18 mts. de altura en Saqqara.

Menkaure pudo ser precedido por otro rey (cuyo nombre es incierto), que planeó la gran pirámide norte y sin terminar en Zawyet El Aryan, descubierta en 1900 (2). Sobre el suelo, su base mide unos 200 por 200 metros, pero sólo se construyó un par de pistas con bloques macizos en caliza, una de las cuales tiene 2 mts. de largo por 3,6 en alto. Una larga trinchera inclinada conduce a un enorme pozo excavado en roca, como el de Abu Rawash, y con dimensiones similares (11,7 x 25 mts. y 21 de profundidad). En el impecable terreno estaba sepultado un "sarcófago" ovoide, compuesto por cuatro hileras de enormes losas de cal y granito con hasta 4,6 mts. de extensión, y además un bloque de 43 toneladas. No es seguro que la estructura en su conjunto sea una pirámide inacabada, y se le considera un pozo abierto terminado en medio de una plataforma baja, posiblemente con funciones de templo u observatorio (3).


Fig. 4.11. Subestructura excavada en roca, Zawyet El Aryan. La imagen superior es una escena de "Land of the Pharaohs" (1955).

En consecuencia, la egiptología ortodoxa asegura que durante los reinados de Sneferu, Keops, Djedefre, Kefrén, Micerino y otro rey (período total de casi 100 años) se extrajeron, transportaron, pulieron y apilaron casi 25 millones de toneladas en piedra para formar ocho enormes pirámides, pero esa teoría pone a prueba su lógica. Según Petrie, era factible que 100.000 individuos enhestasen la Gran Pirámide en 20 años, pero observó que "ningún otro rey trabajó a la mitad -o quizás una décima parte- del ritmo al que se obró bajo Keops y Kefrén, o con una finura similar" (4). Sólo en las estructuras de Giza se empleó mucha más piedra que en todas las erigidas durante el Imperio Nuevo, el Período Tardío y Ptolemaico juntos, los que suman un lapso de 1500 años (5).

La superficie en los módulos del revestido, ampliamente ocupados, se torna más dura y pulida con el tiempo, lo que ayuda a proteger las construcciones contra los elementos, aunque no son permeables a la arena arrastrada por el viento desértico. Buena parte del exterior calcáreo de la Gran Pirámide fue retirada en el siglo XIV, tras los grandes terremotos de 908 y 1301, y se destinó para mezquitas y otras obras en El Cairo. Las dos hileras inferiores de la Segunda se cubrían de granito rojo y el resto con caliza, que aún permanece en la zona superior. El tramo cimero de la Tercera también se revistió con cal, mientras que las 16 filas pedáneas siguen con granito rojo ultraduro y sin terminar, a excepción de un área circundante a la entrada en el lado norte y otra correspondiente del sector oriental.

Fig. 4.12. Revestimiento granítico de la Tercera Pirámide.

Las pirámides de la Quinta Dinastía y sucesivas eran muy inferiores en tamaño, materiales y mano de obra, exhibiendo una marcada disminución en habilidades constructivas. Sin embargo, las edificaciones homólogas en las Dinastías V y VI encierran cámaras protegidas por enormes dinteles que pesan de 30 a 40 toneladas, que según Davidovits se componen de piedra caliza reagregada. Entretanto, las docenas de pirámides creadas por gobiernos posteriores eran más exiguas y de peor calidad. En el Reino Medio (Dinastías XI a XIII) solían erigirse con ladrillos de barro, pese a la disponibilidad de herramientas en bronce duro, y en nuestro tiempo la mayoría de dichos 140 polígonos son poco más que montones de escombros.

Se cree que la tríada guizense fue concebida para servir como "tumbas", pero en ninguna de ellas se encontró el cuerpo de su presunto constructor. Según un relato y hacia 820, ciertos trabajadores árabes dirigidos por el califa al-Ma'mun de Bagdad excavaron un túnel en la Gran Pirámide (cuyo acceso estaba oculto por una piedra con bisagras) y se abrieron paso alrededor de los tapones en granito que obstruían el pasaje ascendente, para llegar a la Cámara del "Rey", pero estaba completamente vacío excepto por un "sarcófago" hueco, sin tapa ni inscripciones; empero, es muy factible que ya existiera un túnel y que al-Ma'mun sólo quitase los escombros y lo ampliara.

El espacio libre entre dichas rémoras pétreas y los lados del pasaje ascendente es tan mínimo, que se cuestiona seriamente si aquéllas se deslizaron hacia el término del corredor desde la Gran Galería, luego de la supuesta procesión fúnebre de Keops, y algunos pesquisantes creen que fueron construidas allí desde el comienzo (6) porque se cortó casi un metro del extremo del tapón superior, pero todavía hay granito adherido al suelo (7). Dichos "cubos-barrera" pudieron cumplir una función simbólica, si la pirámide fuese un templo iniciático (ver sección 10), mas la hipótesis oficial es que tras sellar el pasaje ascendente, los trabajadores cavaron el tosco y serpenteante "pozo" para salir; en otras palabras, cerraron una vía de acceso a las cámaras superiores y luego crearon otra. Esto no tiene ningún sentido, pero permite a los "sepulcrófilos" asegurar que el cuerpo de Keops y todos los objetos "enterrados" con él fueron extraídos por ladrones antes de la visita por al-Ma'mun.

No obstante, repetimos que ninguna pirámide egipcia contuvo el cadáver de su autor y sólo se hallaron entierros intrusivos posteriores; de hecho, la mayoría de esos monumentos ni siquiera tiene sarcófago. Por ejemplo, el de la Segunda contenía huesos de toro, y en la Tercera había partes de un ataúd de madera a nombre de Menkaure, pero se remontaba a la Dinastía 26 (siglos VI-VII a. de C.), junto con osamentas del periodo cristiano. En la escalonada atribuida al rey Zoser, se develaron restos de momia que eran varios siglos más recientes que aquél, junto con el hueso coxal de una mujer de 18 años y otros retales óseos femeninos de generaciones previas a Zoser. En la pirámide inacabada de Sekhemkhet, los ladrones nunca dieron con la cámara funeraria y escondía un sarcófago sellado con mortero, pero cuando se aperturó a la fuerza estaba completamente vacío. Por todo lo anterior, Mark Lehner admite que "la historia de las pirámides no siempre es tan sencilla como pueden pensar los egiptólogos" (8).


Referencias

1. Wickramasinghe y Bauval, Cosmic Womb, p. 276.
2. wikipedia.org/Fourth_Dynasty_of_Egypt; wikipedia.org/wiki/Unfinished_Northern_Pyramid_of_Zawyet_El_Aryan; Lehner, The Complete Pyramids, p. 139.

3. Keith Hamilton, "The Great Pit of Zawiyet el-Aryan", noviembre 2017, academia.edu.

4. Petrie, The Pyramids and Temples of Gizeh, 1990, p. 69, 82-3.
5. Davidovits y Morris, The Pyramids, p. 48.
6. William Kingsland, The Great Pyramid in Fact and in Theory, Part 1: Descriptive, Rider & Co, 1932, p. 65; Lemesurier, The Great Pyramid: Your Personal Guide, p. 46-9.

7. The Pyramids and Temples of Gizeh, 1990, p. 21; Dunn, The Giza Power Plant, p. 177-8.

8. The Complete Pyramids, p. 48, 52, 88-90, 94; Edwards, The Pyramids of Egypt, p. 62, 147; Kurt Mendelssohn, The Riddle of the Pyramids, Book Club Associates London, 1975, p. 74.


05. ¿Inscripciones falsificadas?

Fig. 5.1.

La Gran Pirámide no está completamente exenta de jeroglíficos, si bien tampoco encierra inscripciones o elementos decorativos oficiales que digan cuándo fue levantada o quién condujo las obras. En 1765 se descubrió un estrecho pasillo que conectaba el ápice del muro oriental hasta un compartimento bajo e infestado de murciélagos, directamente sobre el techo de la Cámara del Rey. En 1837 el coronel Howard Vyse y sus asistentes localizaron cuatro "cámaras de construcción" por encima de aquél, cada una con entre 1 y 1,5 mts. en altura.

Es inverosímil la teoría de que estas cinco secciones fueran diseñadas para "aliviar la presión sobre el techo de la Cámara", dado lo que sabemos de su estructura, y probablemente comportaban un simbolismo (ver Apéndice 3). Ciertos escritores apuntan a que el habitáculo de la Reina representa la Luna y su contraparte masculina nuestro planeta, mientras que los espacios superiores equivaldrían a Saturno, Júpiter, Marte, Mercurio y Venus (1). Toda la conformación en la sala del Rey está techada por un gran hastial con 12 bloques de caliza situados en ángulo de 30°, protegiendo así el recinto del enorme peso de la albañilería empilada. Un frontón similar se encuentra sobre la Cámara de la Reina y el ingreso al pasillo descendente (ver sección 14).

Los cuatro compartimentos sobre la Cámara de Davison estuvieron sellados desde que se levantó la pirámide, y hubo que emplear pólvora para acceder a ellos. En algunas paredes y techos había jeroglíficos toscos pintados de rojo, que se cree fueron añadidos por equipos de trabajo o escribas asignados a éstos. Las marcas se encuentran únicamente en sillares calcáreos y no de granito, que procedían de diferentes canteras.



Fig. 5.2. De arriba abajo: ideogramas de "Khufu", "Khnum-Khufu" y "Hor-Medjedu".

Las inscripciones (algunas sin terminar) incluyen dos cartuchos diferentes o nombres magnos en óvalos: "Khufu" (que aparece una vez) y "Khnum-Khufu" (14 veces), y así los egiptólogos consideraron esto como evidencia de que la pirámide se erigió para Keops; de tal guisa, "Khufu" es una forma abreviada de "Khnum-Khufu" que significa "Khnum me protege". También se aprecia en diez oportunidades el nombre regio "Hor-Medjedu", y ahora se entiende que es un apelativo de Horus para igual monarca. Las designaciones completas en piedra de los grupos obreros son "compañeros de Keops", "acólitos de la poderosa corona blanca de Khnum-Khufu" y "purificadores de Hor-Medjedu".

Todos los cartuchos de realengo incluyen el jeroglífico aper o "equipo de trabajo", aludiendo quizás a cuadrillas. Ocasionalmente las inscripciones están al revés o de lado, otras se ocultan a medias por ciertos bloques y ninguna se extiende sobre más de uno, indicando que fueron garabateadas en aquéllos antes de transcribirse (2).

Fig. 5.3. Rotulado de bloque, techo en la Cámara de Campbell, y dice "la división 'Compañeros de Keops'".

La validez de estas impresiones fue cuestionada primero por Zecharia Sitchin (3), sosteniendo que las tres pirámides guizenses fueron concebidas por los "annunaki" (extraterrestres de un planeta allende Plutón) como "faros guía" para sus naves espaciales, y asimismo que Vyse y sus hombres alteraron las inscripciones con objeto de ganar renombre y fortuna. Sitchin añade que las figuras no son gramaticales y están mal concebidas (el signo "kh" se reemplazó por "ra", dios supremo egipcio), sus caracteres cursivos escritos (en lugar de tallados) se remotan a una época posterior, y fueron "copiados" con "errores" de obras contemporáneas estándar sobre jeroglíficos (¡que en realidad no contienen grafías cursivas!). La hipótesis del fraude ha sido promovida por otros autores, entre ellos Graham Hancock (quien más tarde cambió de opinión, antes de volver a modificarla parcialmente) (4), Eric von Däniken y Colin Wilson.

Martin Stower demostró que el relato de Sitchin es una mezcla de inexactitudes y tergiversaciones. El supuesto "traspié ortográfico" es simplemente falso y la modalidad cursiva data de tiempos predinásticos (5); además, en el momento que se descubrieron dichos criptogramas, nadie sabía algo sobre los nombres de Horus o aper, y se creyó que Khnum-Khufu denotaba "hermano de Keops". También se rechazaron apostillas supletorias de Sitchin y otros escritores (6) de que el "engaño" aparecía en los diarios de Vyse y el testimonio de un presunto empleado (7). Refiriéndose a la cámara de Wellington, Petrie escribió en 1883: "Hay un gran cartucho de Khnumu-Khufu, destruido casi totalmente por el ingreso forzado de Vyse" (8); de igual modo, ese título, el de Medjedu y otras referencias a grupos también se encontraron sobre bloques externos, junto con marcas de color rojo ocre, como por ejemplo en líneas de nivelación (9).


Referencias

1. Tallapragada Subba Row, "The Philosophy of Spirit", 1910, p. 45.
2. J.S. Perring y E.J. Andrews, The Pyramids of Gizeh: From Actual Survey and Admeasurement, parte 1: "The Great Pyramid", Londres, 1839, láminas iv-vii.

3. The Stairway to Heaven, Avon Books, 1983, p. 253-82; Zecharia Sitchin, "'Forgery' in the Great Pyramid", Venture Inward, Association for Research and Enlightenment, noviembre-diciembre 1986, p. 33-7.

4. grahamhancock.com/outrageous-hypotheses-hancock; grahamhancock.com/phorum/read.php?1,301606,301961.

5. Martin Stower y Jean Coburn, The Strange Journey of Humphries Brewer: Witness to a Forgery in The Great Pyramid?, edición Kindle, 2019, parte 1: "Investigating the Legend", capítulo 12 y siguientes, y parte 2: "Uncovering the Truth", capítulos 23-26; Martin Stower, "Forging the Pharaoh’s name?", martins.castlelink.co.uk; Frank Dörnenburg, "The Faked Name", doernenburg.alien.de.

6. S. Creighton, The Great Pyramid Hoax: The Conspiracy to Conceal the True History of Ancient Egypt, Bear & Company, 2017.

7. The Strange Journey of Humphries Brewer.
8. Petrie, The Pyramids and Temples of Gizeh, 1883, capítulo 7, sección 63.
9. Uncovering the Truth, capítulo 24; wikipedia.org/Great_Pyramid_of_Giza.

Los misterios de Giza (2 de 9)

David Pratt
Noviembre 1997, última revisión noviembre 2023


Contenido:

03. Construcción y tecnología


03. Construcción y tecnología

El largo basal promedio de la Gran Pirámide tiene 230,4 mts., y su altura original era de 146,6; el volumen alcanza los 2,6 millones de metros cúbicos y su peso a unos 6 millones de toneladas. La Encyclopaedia Britannica le llama "una obra maestra de aptitud técnica y capacidad de ingeniería (...) el edificio más colosal en la historia del mundo" (1), admitiendo que "la cuestión de cómo se construyeron las Pirámides no ha recibido una respuesta completamente satisfactoria" (2).

Se dice que el monumento está conformado principalmente por piedra caliza numulítica, es decir, con fósiles de crustáceos prehistóricos, y extraída en Giza. La ortodoxia sostiene que el material análogo de más calidad para los 115.000 bloques de revestimiento vino a través del Nilo desde las canteras de Tura, 10 kms. al sureste del promontorio de Giza, mientras que el granito se extrajo desde Asuán, 680 kms. hacia el sur. Las piezas de granito utilizadas en el suelo y las paredes de la Cámara del Rey presentan una media de 30 toneladas, y los 43 monolitos con casi 70 cada uno -hechos con la misma sustancia- forman el cielo raso del lugar y las "cámaras de alivio" situadas por encima.

La creencia general es que esta pirámide fue construida en un periodo de 20 a 30 años, empleando entre 20.000 y 40.000 trabajadores y artesanos calificados, situando un bloque lítico cada dos o tres minutos de luz solar. Supuestamente se edificó con herramientas simples como cinceles, sierras y taladros de cobre, mazos de madera o dolerita, martillos en piedra, palancas, trineos, rodillos, cuerdas y rampas. Ciertamente dichos medios serían suficientes para labrar una pirámide, pero ¿alcanzarían con tal de erigir la de Keops y otras grandes situadas en el país? Como dice el ingeniero de construcción Robert Bauval, "hoy sería difícil igualar este logro sin el uso de grúas mecanizadas, vehículos de transporte especiales e instrumentos topográficos-ópticos de alta precisión" (2).

Según dicen, los constructores no tenían poleas, ruedas o utensilios de hierro, ni siquiera en bronce, aunque Petrie se opuso a esta idea. De hecho, en 1837 el coronel Howard Vyse encontró un fragmento perteneciente a una chapa de hierro (23,5 cms. de largo) en la mampostería exterior del ducto de aire sur en la Cámara del Rey, y la superficie tenía rastros de oro, lo que indicaba que pudo haber sido bañada en ese metal (4). Los exámenes posteriores develaron que el hierro no es de tipo meteórico, pues el contenido de níquel era muy bajo, y se fundió entre 1000 y 1100° C (5). El consenso oficial es que el hierro conocido por los egipcios en épocas del Imperio Antiguo (2700-2200 a. de C.) se obtuvo a partir de meteoros en lugar de fundirlo, y que ellos no fabricaron herramientas duras de bronce hasta al menos 800 años después que se construyera la pirámide. Otra hipótesis es que "los egipcios habían dominado un proceso, ahora perdido, de dotar al cobre con un carácter muy robusto" (6).

Petrie afirmó que las piedras impecables del revestimiento fueron trabajadas mediante "punzado o azuela muy fina", haciendo uso de "perpendículos verdaderos untados con ocre" para comprobar su rectitud. Añadía que los implementos para cortar granito incluían "sierras de bronce con más de dos metros y medio de largo y engastadas con joyas, taladros cilíndricos entallados análogamente con piedras preciosas, y sierras circulares" (7); sin embargo, nunca se encontraron ítemes semejantes y tampoco cinceles de cobre en Giza. Petrie expresó su sorpresa por la gran presión (entre 1 y 2 toneladas) que debió aplicarse para perforar granito o diorita, y también vio evidencias claras de que algunos artefactos habían sido hechos con un torno, refutando la teoría de que "los egipcios eran demasiado primitivos para inventar la rueda".

Hoy se cree que los egipcios trozaban granito, basalto y diorita con sierras y taladros cúpricos, junto con abrasivos como cuarzo o esmeril en forma de polvo o lechada. Chris Dunn asegura que ese método sólo sería factible para eliminar una pequeña cantidad de material, y no explica la precisión y geometría de múltiples artefactos ni las marcas (incluidas fallas menores) dejadas por herramientas de corte (8). La evidencia sugiere que muchas estatuas y otras obras fueron producidas por una máquina motorizada que guiaba el instrumento a lo largo de un trayecto predeterminado, y actualmente se recurriría a procesos mecánicos de control cuantitativo por ordenador (CNC).

El examen de un bloque granítico cortado con precisión mecánica en Abu Rawash (o Roash), hizo concluir a Dunn que las cisuras se efectuaron mediante una gran sierra circular, con 11 mts. en diámetro, y sostiene que la profunda trinchera en el emplazamiento de esa pirámide se cavó para albergar dicho artefacto (las siete hoyas del antillano guizense suelen denominarse "fosos para barcos", al descubrirse un navío en una de ellas). Claramente, los antiguos egipcios eran capaces de hazañas artesanales e imposibles con las herramientas catalogadas hasta ahora en el registro arqueológico, y esto se confirma por las inspecciones de muchos artesanos e ingenieros, pero los egiptólogos convencionales no están interesados.

Fig. 3.1. Superficie cóncava en una pieza granítica de Abu Rawash.


Fig. 3.2. Estrías realizadas por el aparato que cortó la piedra (9).

Fig. 3.3. Caja de granito en Memphis, hecha con toscos mazos de piedra.

Fig. 3.4. Chris Dunn en una enorme caja de granito (Serapeum, Saqqara). Las superficies interiores son planas y cuadradas, cuya separación es tan ínfima como un cabello humano (10).

Luego de ser extraídos, se piensa que los bloques de piedra fueron transportados al sitio de construcción en trineos (posiblemente sobre vías) o por el suelo, utilizando lubricantes como agua, patatas o barro del Nilo, para posteriormente llevarse por rampas. Si se ocupara una sóla plataforma externa y recta, debería tener casi dos kilómetros con tal de alcanzar el cénit de la Gran Pirámide, y albergar al menos tanto material como ésta última. También se ha propuesto una variedad de ramplas en zigzag, espiral o empinadas, e incluso contrarampas, aprovechando la parte incompleta de la estructura.

Otra premisa es que los bloques se levantaron con palancas, ya sea de forma gradual y alzando repetidamente lados alternos unos pocos centímetros e insertando madera o piedras bajo ellos, o bien mediante dispositivos más grandes para erguir sillares o hileras completas de una sóla vez; no obstante, se plantea un problema para situar los componentes de núcleo finales y recubrimiento en el área ocupada por la maquinaria. También se ha sugerido la existencia de contrapesos sobre encuadres de madera, al objeto de subir ítemes más pesados, y que éste era el propósito de la Gran Galería, pues de otro modo sería "inútil". Hay docenas de hipótesis antagónicas (11), pero se cree que están "resueltas" muchas dificultades, al menos sobre el papel.

Fig. 3.5. Igualmente se probaron modelos a escala para demostrar "lo fácil que es construir una pirámide" (12).

En 1991 se realizó un experimento para una producción documental de NOVA TV (13). La pirámide fabricada tenía 9 mts. de ancho y 6 de alto, y comportó 186 piedras con una media de 0,7 toneladas cada una, las cuales fueron esculpidas por doce personas, y otras 44 configuraron la estructura. Su parte trasera quedó inconclusa, y para acelerar la tarea se emplearon martillos de hierro, cinceles y barretas, en lugar de aparejos en madera, piedra y cobre, junto con un cabrestante mecanizado de cable metálico para sacar peñascos de la cantera, y una carretilla elevadora para mover los cubos pétreos, pero el documental no menciona esos aspectos; es más, sólo se movió a mano un par de bloques inferiores a media tonelada. Asimismo, fracasaron las tentativas para nivelar una piedra de revestimiento con cinceles de cobre y herramientas líticas; las rocas de aquél tenían cornijales rotos y las uniones entre ellas mostraban espacios de 0,5 a 1 cms. ¡Al parecer, los organizadores creyeron poder imitar la mano de obra vista en la Gran Pirámide con un poco más de práctica!

Fig. 3.6. Cómo no construir una pirámide enorme: el ridículo intento de NOVA.

Fig. 3.7. Espacios entre los sillares de revestimiento en la parodia.

Fig. 3.8. Articulación en el recubrimiento de la Gran Pirámide, severamente erosionada.

Es importante comprender que no todos los atributos de la Gran Pirámide muestran artesanía sublime. La mampostería del núcleo suele ser burda y los huecos se rellenan con escombros y mortero, aunque las piedras tras el revestimiento se cortaron y nivelaron con exactitud. Petrie comenta que la Cámara Subterránea está "completamente sin terminar" debido a un "cambio de planes" (14), agregando que la "mano de obra tosca" en el vestíbulo de la Cámara del Rey es "sorprendente, si se compara con la exquisita albañilería del recubrimiento y el ingreso a la pirámide", mostrando así "lo mal que podían trabajar los constructores" (15). Sin embargo, pasa por alto la posibilidad de que ciertas características hayan sido dejadas en bruto e inacabadas intencionalmente, y por razones simbólicas (ver secciones 10 y 15).

En la Segunda Pirámide hay un rastrillo granítico de casi 2 toneladas en un corredor estrecho, y Petrie comenta: "La habilidad necesaria para voltear y erigir un bloque de esos rasgos, en una superficie tan reducida, es bastante más asombrosa que trasladar objetos mayores al aire libre, donde cualquier número de personas podría trabajar sobre ellos". Calculó que se necesitarían entre 40 y 60 individuos para levantarlo, pero el área disponible "no permitiría laborar más de una décima parte de esa cantidad, y esto prueba que se utilizó algún método muy eficiente para manejar tales masas, aparte de la sola abundancia de fuerza manual" (16).

El peso de los bloques en los primeros 17 niveles de la Gran Pirámide disminuye de aproximadamente 6 toneladas a 2 -excepto las enormes piedras angulares-, y por sobre dicha planta vuelven a alcanzar más de 2 toneladas, e incluso 15 ó 20 en ciertos lugares, demostrando que sus magnitudes no aminoran conforme el observador asciende. El levantamiento de ítemes con 70 toneladas en la Gran Pirámide, y hasta 200 o más en templos megalíticos vecinos, ha llevado a especular sobre el uso de alguna forma levitatoria, de lo cual existen relatos análogos por todo el mundo que aun señalan el uso de energía acústica. También hubo informes por testigos presenciales de que el inventor estadounidense John Keely se sirvió de dicho fenómeno en las postrimerías del siglo XIX, e igualmente los monjes tibetanos y Edward Leedskalnin a principios del XX (17).

Se ha propuesto que algunos sillares de caliza son en realidad piedra sintética, un tipo de hormigón prácticamente indistinguible de la roca natural, y esta teoría fue desarrollada por el químico Joseph Davidovits, fundador del Instituto Francés de Geopolímeros (18). Sostiene que la caliza blanda se remojó en agua para convertirla en una suspensión, y se mezcló con ingredientes como arcilla de caolín, sal de natrón y cal, que actuaban como aglutinantes de geopolímero; luego el emplaste era vertido y se compactaba en moldes para endurecerlo formando bloques manufacturados, de los cuales entre el 93 y 97 % de su peso consistía en caliza bruta. El problema es que esa técnica no permite fabricar granito o basalto, y Davidovits niega que los egipcios tuvieran herramientas para escindir y labrar dichas sustancias; según él, consiguieron superficies planas y lisas partiendo hábilmente esos minerales con fuego, pero no explica cómo obtuvieron áreas curvas.

Fig. 3.9. Bloque de cornisa granítica, trabajado con precisión, junto al templo del valle de "Kefrén". Dunn puede elucidar el modo en que se logró, pero no Petrie ni Davidovits (19).

La presencia de nummulites fósiles en sillares calcáreos no significa automáticamente que sean naturales. Cuando la piedra se disgrega, las conchas permanecen intactas, y en el material tosco tienden a permanecer planas, mientras que en la cal reagregada se orientan al azar. Los bloques de caliza sintética muestran densidades variables y su estrato superior es el menos espeso, conteniendo asimismo burbujas de aire y fibras orgánicas. Las muestras piramidales examinadas con microscopios ópticos semejan rocas naturales, pero pueden aparecer evidencias de manufactura sólo con medios electrónicos o análisis de rayos X.

Fig. 3.10. Jeroglífico que representa la noción de "construir", descrito oficialmente como "un hombre usando mortero [recipiente]", y según Davidovits corresponde a "un trabajador que compacta material en un molde".

Tras su recorrido por Egipto (siglo V a. e. c.), el historiador griego Heródoto informó que el revestido de la Gran Pirámide tenía una inscripción señalando el gasto de 1.600 talentos de plata en rábanos, cebollas y ajos para los obreros (20), y Helena Blavatsky sugirió que implicaba un simbolismo (21). Según Davidovits, la Estela de la Hambruna refiere al uso de minerales con olor a esos alimentos, que podrían producir un aglutinante en la fabricación de piedra artificial (22). Se argumenta que dicho registro indica una carpanta seguida por inundaciones excepcionales, alrededor del año 200 a. de C., pero Davidovits dice que podría llamarse "estela alquímica de Khnum" (alfarero divino y dios creador más antiguo), ya que aproximadamente una cuarta parte describe rocas o minerales y su procesamiento. Asimismo, es relevante el informe de una visita a la capital egipcia por maoríes en 1915-1916, pues algunos de ellos estaban "muy entusiasmados con las pirámides, manteniendo que había referencias a las mismas en sus leyendas sagradas, y que las piedras eran hormigón erosionado, no losas de cantera" (23).

Sigue siendo muy controvertida la noción de roca artificial. Zahi Hawass, ex jefe del Consejo Supremo de Antigüedades en Egipto, descartó esa opción calificándola de "simplemente estúpida e insolente", pero varios análisis autónomos la respaldan. Por ejemplo, un estudio de 2006 por el ingeniero de materiales Michel Barsoum y su equipo -utilizando microscopía electrónica- determinó que las muestras del revestido exhibían tasas minerales inexistentes en otros surtidores de caliza conocida, y algunas porciones presentaban estructura desorganizada y distinta a la cal en bruto (24). Barsoum cree que el tipo reconstituido se estiló principalmente para el recubrimiento exterior y en bloques de respaldo, pasillos o cámaras internas, y en hileras elevadas de la pirámide, cuya mampostería central era por lo común roca natural tallada. Se publicaron otras dos investigaciones revelando que ciertos bloques piramidales de Giza y Dahshur son sintéticos, mediante procedimientos de resonancia magnética nuclear y paleomagnéticos (25).

Otros niegan que se haya demostrado de manera convincente que los sillares piramidales sean manufacturas. Dipayan Jana examinó una muestra de revestimiento análoga que Davidovits consideraba hecha por humanos (aunque éste último pone en duda si en realidad era el mismo espécimen) (26), y no encontró diferencias importantes con la caliza cruda de Tura, dictaminando que una anomalía en ese rastro se explicaba mejor por contaminación externa, y ambas clases tenían disparidades con el material producido por Davidovits. Las muestras de la carcasa no presentan evidencia de un aglutinante a base de álcali o alúmina, como los utilizados por Joseph, pero él admite desconocer la receta exacta manejada por los constructores (27).

Davidovits acepta que los monumentos del Imperio Nuevo (dinastías XVIII a XX) están conformados por piedra tallada, pero especula que todas las pirámides iniciales se edificaron con material derretido, la misma técnica sugestiva en otras áreas como Tiwanaku y Puma Punku en Bolivia (28), si bien pudo recurrirse a otros métodos. Además, y considerando la forma de esas rocas en la construcción egipcia, Joseph piensa que el vaciamiento se hizo al revés o de costado (29), relacionándolo a que en la Pirámide Roja de Dashur siempre se encuentran inscripciones en la parte inferior de los bloques externos; ergo, incluso si los componentes del revestido se hubieran hecho al nivel de la pirámide donde era necesario, una vez retirada la moldura aún tendrían que maniobrarse hasta su posición, sin siquiera dejar una astilla. Asimismo, no se pudieron fabricar moldes en madera con la exactitud mostrada en el revestimiento de la Gran Pirámide (ver Apéndice 3).


Referencias

1. britannica.com/topic/Pyramids-of-Giza.
2. britannica.com/place/Great-Pyramid-of-Giza.
3. Chandra Wickramasinghe y Robert Bauval, Cosmic Womb: The Seeding of Planet Earth, Bear & Company, 2017, edición Kindle, p. 270.

4. Howard Vyse, Operations Carried on at the Pyramids of Gizeh in 1837, vol. 1, Londres, 1840, p. 275-7; britishmuseum.org/collection/object/Y_EA2433.

5. Robert Bauval y Graham Hancock, Keeper of Genesis, William Heinemann Ltd., 1996, p. 104-10.

6. I.E.S. Edwards, The Pyramids of Egypt, Penguin, 1993, p. 254.
7. Petrie, The Pyramids and Temples of Gizeh, 1990, p. 85.
8. Dunn, Lost Technologies of Ancient Egypt.
9. Edward F. Malkowski, "The Stone at Abu Rawash: How new evidence of ancient machining is changing our view of the past", Champaign, 2008, p. 98-100.

10. "The Stone at Abu Rawash", p. 35, 55.
11. Peter Hodges y Julian Keable (ed.), How the Pyramids Were Built, Element Books, 1989; Mike Molyneaux, "Real life experiments that reveal the ancient art and techniques of building Egyptian pyramids", 2006, catchpenny.org; wikipedia.org/wiki/Egyptian_pyramid_construction_techniques.

12. "Real life experiments".
13. davidovits.info/nova-mini-pyramid-fiasco-and-swindle; davidovits.info/wp-content/uploads/Mini-pyramid-NOVA; Mark Lehner, The Complete Pyramids: Solving the Ancient Mysteries, Thames & Hudson, 1997, p. 202-25.

14. Petrie, The Pyramids and Temples of Gizeh, 1883, capítulo 22.
15. The Pyramids and Temples of Gizeh, 1990, p. 26.
16. The Pyramids and Temples of Gizeh, 1883, capítulo 9.
17. Ver "Gravedad y antigravedad", sección 5.
18. geopolymer.org/faq/faq-for-artificial-stone-supporters; Joseph Davidovits, "Why the Pharaohs Built the Pyramids with Fake Stones", Institut Géopolymère, 2da edición, 2017 (Kindle). Ver también H.P. Blavatsky, Isis Develada, Theosophical University Press (TUP), 1972 (1877), 1:519; "Civilizaciones perdidas de los Andes", sección 5.

19. Lost Technologies of Ancient Egypt, p. 156-57.
20. Heródoto, Historias, J.M. Dent & Sons, 1992, libro 2, sección 125, p. 185.
21. H.P. Blavatsky Collected Writings, Theosophical Publishing House (TPH), 1950-91, 11:358-9.

22. "Why the Pharaohs Built the Pyramids with Fake Stones", capítulo 14.
23. The Theosophical Path, abril de 1927, p. 361-2.
24. Bethany Halford, "In search of concrete evidence", 2008, materials.drexel.edu; M.W. Barsoum, A. Ganguly y G. Hug, "Microstructural evidence of reconstituted limestone blocks in the Great Pyramids of Egypt", Journal of the American Ceramic Society, v. 89, n° 12, 2006, p. 3788-96.

25. K.J.D. MacKenzie et al., "Were the casing stones of Senefru’s Bent Pyramid in Dahshour cast or carved?-Multinuclear NMR evidence", Materials Letters, v. 65, n° 2, 2011, p. 350-2; I. Túnyi e I.A. El-hemaly, "Paleomagnetic investigation of the great Egyptian pyramids", Europhysics News, 43/6, 2012, p. 28-31; "Paleomagnetism study supports pyramid geopolymer stone", 2013, geopolymer.org.

26. Joseph Davidovits, "Deep misleading publications by geologists", mayo 2020, geopolymer.org.

27. Dipayan Jana, "Evidence from detailed petrographic examinations of casing stones from the Great Pyramid of Khufu, a natural limestone from Tura, and a man-made (geopolymeric) limestone", mayo 2007, researchgate.net.

28. Joseph Davidovits et al., "Tiahuanaco monuments (Tiwanaku/Pumapunku) in Bolivia are made of geopolymer artificial stones created 1400 years ago", septiembre 2019, researchgate.net.

29. Joseph Davidovits y Margie Morris, The Pyramids: An Enigma Solved, Dorset Press, 1988, p. 184-6; "Why the Pharaohs Built the Pyramids with Fake Stones", capítulo 24.