9 de noviembre de 2023

Los misterios de Giza (2 de 9)

David Pratt
Noviembre 1997, última revisión noviembre 2023


Contenido:

03. Construcción y tecnología


03. Construcción y tecnología

El largo basal promedio de la Gran Pirámide tiene 230,4 mts., y su altura original era de 146,6; el volumen alcanza los 2,6 millones de metros cúbicos y su peso a unos 6 millones de toneladas. La Encyclopaedia Britannica le llama "una obra maestra de aptitud técnica y capacidad de ingeniería (...) el edificio más colosal en la historia del mundo" (1), admitiendo que "la cuestión de cómo se construyeron las Pirámides no ha recibido una respuesta completamente satisfactoria" (2).

Se dice que el monumento está conformado principalmente por piedra caliza numulítica, es decir, con fósiles de crustáceos prehistóricos, y extraída en Giza. La ortodoxia sostiene que el material análogo de más calidad para los 115.000 bloques de revestimiento vino a través del Nilo desde las canteras de Tura, 10 kms. al sureste del promontorio de Giza, mientras que el granito se extrajo desde Asuán, 680 kms. hacia el sur. Las piezas de granito utilizadas en el suelo y las paredes de la Cámara del Rey presentan una media de 30 toneladas, y los 43 monolitos con casi 70 cada uno -hechos con la misma sustancia- forman el cielo raso del lugar y las "cámaras de alivio" situadas por encima.

La creencia general es que esta pirámide fue construida en un periodo de 20 a 30 años, empleando entre 20.000 y 40.000 trabajadores y artesanos calificados, situando un bloque lítico cada dos o tres minutos de luz solar. Supuestamente se edificó con herramientas simples como cinceles, sierras y taladros de cobre, mazos de madera o dolerita, martillos en piedra, palancas, trineos, rodillos, cuerdas y rampas. Ciertamente dichos medios serían suficientes para labrar una pirámide, pero ¿alcanzarían con tal de erigir la de Keops y otras grandes situadas en el país? Como dice el ingeniero de construcción Robert Bauval, "hoy sería difícil igualar este logro sin el uso de grúas mecanizadas, vehículos de transporte especiales e instrumentos topográficos-ópticos de alta precisión" (2).

Según dicen, los constructores no tenían poleas, ruedas o utensilios de hierro, ni siquiera en bronce, aunque Petrie se opuso a esta idea. De hecho, en 1837 el coronel Howard Vyse encontró un fragmento perteneciente a una chapa de hierro (23,5 cms. de largo) en la mampostería exterior del ducto de aire sur en la Cámara del Rey, y la superficie tenía rastros de oro, lo que indicaba que pudo haber sido bañada en ese metal (4). Los exámenes posteriores develaron que el hierro no es de tipo meteórico, pues el contenido de níquel era muy bajo, y se fundió entre 1000 y 1100° C (5). El consenso oficial es que el hierro conocido por los egipcios en épocas del Imperio Antiguo (2700-2200 a. de C.) se obtuvo a partir de meteoros en lugar de fundirlo, y que ellos no fabricaron herramientas duras de bronce hasta al menos 800 años después que se construyera la pirámide. Otra hipótesis es que "los egipcios habían dominado un proceso, ahora perdido, de dotar al cobre con un carácter muy robusto" (6).

Petrie afirmó que las piedras impecables del revestimiento fueron trabajadas mediante "punzado o azuela muy fina", haciendo uso de "perpendículos verdaderos untados con ocre" para comprobar su rectitud. Añadía que los implementos para cortar granito incluían "sierras de bronce con más de dos metros y medio de largo y engastadas con joyas, taladros cilíndricos entallados análogamente con piedras preciosas, y sierras circulares" (7); sin embargo, nunca se encontraron ítemes semejantes y tampoco cinceles de cobre en Giza. Petrie expresó su sorpresa por la gran presión (entre 1 y 2 toneladas) que debió aplicarse para perforar granito o diorita, y también vio evidencias claras de que algunos artefactos habían sido hechos con un torno, refutando la teoría de que "los egipcios eran demasiado primitivos para inventar la rueda".

Hoy se cree que los egipcios trozaban granito, basalto y diorita con sierras y taladros cúpricos, junto con abrasivos como cuarzo o esmeril en forma de polvo o lechada. Chris Dunn asegura que ese método sólo sería factible para eliminar una pequeña cantidad de material, y no explica la precisión y geometría de múltiples artefactos ni las marcas (incluidas fallas menores) dejadas por herramientas de corte (8). La evidencia sugiere que muchas estatuas y otras obras fueron producidas por una máquina motorizada que guiaba el instrumento a lo largo de un trayecto predeterminado, y actualmente se recurriría a procesos mecánicos de control cuantitativo por ordenador (CNC).

El examen de un bloque granítico cortado con precisión mecánica en Abu Rawash (o Roash), hizo concluir a Dunn que las cisuras se efectuaron mediante una gran sierra circular, con 11 mts. en diámetro, y sostiene que la profunda trinchera en el emplazamiento de esa pirámide se cavó para albergar dicho artefacto (las siete hoyas del antillano guizense suelen denominarse "fosos para barcos", al descubrirse un navío en una de ellas). Claramente, los antiguos egipcios eran capaces de hazañas artesanales e imposibles con las herramientas catalogadas hasta ahora en el registro arqueológico, y esto se confirma por las inspecciones de muchos artesanos e ingenieros, pero los egiptólogos convencionales no están interesados.

Fig. 3.1. Superficie cóncava en una pieza granítica de Abu Rawash.


Fig. 3.2. Estrías realizadas por el aparato que cortó la piedra (9).

Fig. 3.3. Caja de granito en Memphis, hecha con toscos mazos de piedra.

Fig. 3.4. Chris Dunn en una enorme caja de granito (Serapeum, Saqqara). Las superficies interiores son planas y cuadradas, cuya separación es tan ínfima como un cabello humano (10).

Luego de ser extraídos, se piensa que los bloques de piedra fueron transportados al sitio de construcción en trineos (posiblemente sobre vías) o por el suelo, utilizando lubricantes como agua, patatas o barro del Nilo, para posteriormente llevarse por rampas. Si se ocupara una sóla plataforma externa y recta, debería tener casi dos kilómetros con tal de alcanzar el cénit de la Gran Pirámide, y albergar al menos tanto material como ésta última. También se ha propuesto una variedad de ramplas en zigzag, espiral o empinadas, e incluso contrarampas, aprovechando la parte incompleta de la estructura.

Otra premisa es que los bloques se levantaron con palancas, ya sea de forma gradual y alzando repetidamente lados alternos unos pocos centímetros e insertando madera o piedras bajo ellos, o bien mediante dispositivos más grandes para erguir sillares o hileras completas de una sóla vez; no obstante, se plantea un problema para situar los componentes de núcleo finales y recubrimiento en el área ocupada por la maquinaria. También se ha sugerido la existencia de contrapesos sobre encuadres de madera, al objeto de subir ítemes más pesados, y que éste era el propósito de la Gran Galería, pues de otro modo sería "inútil". Hay docenas de hipótesis antagónicas (11), pero se cree que están "resueltas" muchas dificultades, al menos sobre el papel.

Fig. 3.5. Igualmente se probaron modelos a escala para demostrar "lo fácil que es construir una pirámide" (12).

En 1991 se realizó un experimento para una producción documental de NOVA TV (13). La pirámide fabricada tenía 9 mts. de ancho y 6 de alto, y comportó 186 piedras con una media de 0,7 toneladas cada una, las cuales fueron esculpidas por doce personas, y otras 44 configuraron la estructura. Su parte trasera quedó inconclusa, y para acelerar la tarea se emplearon martillos de hierro, cinceles y barretas, en lugar de aparejos en madera, piedra y cobre, junto con un cabrestante mecanizado de cable metálico para sacar peñascos de la cantera, y una carretilla elevadora para mover los cubos pétreos, pero el documental no menciona esos aspectos; es más, sólo se movió a mano un par de bloques inferiores a media tonelada. Asimismo, fracasaron las tentativas para nivelar una piedra de revestimiento con cinceles de cobre y herramientas líticas; las rocas de aquél tenían cornijales rotos y las uniones entre ellas mostraban espacios de 0,5 a 1 cms. ¡Al parecer, los organizadores creyeron poder imitar la mano de obra vista en la Gran Pirámide con un poco más de práctica!

Fig. 3.6. Cómo no construir una pirámide enorme: el ridículo intento de NOVA.

Fig. 3.7. Espacios entre los sillares de revestimiento en la parodia.

Fig. 3.8. Articulación en el recubrimiento de la Gran Pirámide, severamente erosionada.

Es importante comprender que no todos los atributos de la Gran Pirámide muestran artesanía sublime. La mampostería del núcleo suele ser burda y los huecos se rellenan con escombros y mortero, aunque las piedras tras el revestimiento se cortaron y nivelaron con exactitud. Petrie comenta que la Cámara Subterránea está "completamente sin terminar" debido a un "cambio de planes" (14), agregando que la "mano de obra tosca" en el vestíbulo de la Cámara del Rey es "sorprendente, si se compara con la exquisita albañilería del recubrimiento y el ingreso a la pirámide", mostrando así "lo mal que podían trabajar los constructores" (15). Sin embargo, pasa por alto la posibilidad de que ciertas características hayan sido dejadas en bruto e inacabadas intencionalmente, y por razones simbólicas (ver secciones 10 y 15).

En la Segunda Pirámide hay un rastrillo granítico de casi 2 toneladas en un corredor estrecho, y Petrie comenta: "La habilidad necesaria para voltear y erigir un bloque de esos rasgos, en una superficie tan reducida, es bastante más asombrosa que trasladar objetos mayores al aire libre, donde cualquier número de personas podría trabajar sobre ellos". Calculó que se necesitarían entre 40 y 60 individuos para levantarlo, pero el área disponible "no permitiría laborar más de una décima parte de esa cantidad, y esto prueba que se utilizó algún método muy eficiente para manejar tales masas, aparte de la sola abundancia de fuerza manual" (16).

El peso de los bloques en los primeros 17 niveles de la Gran Pirámide disminuye de aproximadamente 6 toneladas a 2 -excepto las enormes piedras angulares-, y por sobre dicha planta vuelven a alcanzar más de 2 toneladas, e incluso 15 ó 20 en ciertos lugares, demostrando que sus magnitudes no aminoran conforme el observador asciende. El levantamiento de ítemes con 70 toneladas en la Gran Pirámide, y hasta 200 o más en templos megalíticos vecinos, ha llevado a especular sobre el uso de alguna forma levitatoria, de lo cual existen relatos análogos por todo el mundo que aun señalan el uso de energía acústica. También hubo informes por testigos presenciales de que el inventor estadounidense John Keely se sirvió de dicho fenómeno en las postrimerías del siglo XIX, e igualmente los monjes tibetanos y Edward Leedskalnin a principios del XX (17).

Se ha propuesto que algunos sillares de caliza son en realidad piedra sintética, un tipo de hormigón prácticamente indistinguible de la roca natural, y esta teoría fue desarrollada por el químico Joseph Davidovits, fundador del Instituto Francés de Geopolímeros (18). Sostiene que la caliza blanda se remojó en agua para convertirla en una suspensión, y se mezcló con ingredientes como arcilla de caolín, sal de natrón y cal, que actuaban como aglutinantes de geopolímero; luego el emplaste era vertido y se compactaba en moldes para endurecerlo formando bloques manufacturados, de los cuales entre el 93 y 97 % de su peso consistía en caliza bruta. El problema es que esa técnica no permite fabricar granito o basalto, y Davidovits niega que los egipcios tuvieran herramientas para escindir y labrar dichas sustancias; según él, consiguieron superficies planas y lisas partiendo hábilmente esos minerales con fuego, pero no explica cómo obtuvieron áreas curvas.

Fig. 3.9. Bloque de cornisa granítica, trabajado con precisión, junto al templo del valle de "Kefrén". Dunn puede elucidar el modo en que se logró, pero no Petrie ni Davidovits (19).

La presencia de nummulites fósiles en sillares calcáreos no significa automáticamente que sean naturales. Cuando la piedra se disgrega, las conchas permanecen intactas, y en el material tosco tienden a permanecer planas, mientras que en la cal reagregada se orientan al azar. Los bloques de caliza sintética muestran densidades variables y su estrato superior es el menos espeso, conteniendo asimismo burbujas de aire y fibras orgánicas. Las muestras piramidales examinadas con microscopios ópticos semejan rocas naturales, pero pueden aparecer evidencias de manufactura sólo con medios electrónicos o análisis de rayos X.

Fig. 3.10. Jeroglífico que representa la noción de "construir", descrito oficialmente como "un hombre usando mortero [recipiente]", y según Davidovits corresponde a "un trabajador que compacta material en un molde".

Tras su recorrido por Egipto (siglo V a. e. c.), el historiador griego Heródoto informó que el revestido de la Gran Pirámide tenía una inscripción señalando el gasto de 1.600 talentos de plata en rábanos, cebollas y ajos para los obreros (20), y Helena Blavatsky sugirió que implicaba un simbolismo (21). Según Davidovits, la Estela de la Hambruna refiere al uso de minerales con olor a esos alimentos, que podrían producir un aglutinante en la fabricación de piedra artificial (22). Se argumenta que dicho registro indica una carpanta seguida por inundaciones excepcionales, alrededor del año 200 a. de C., pero Davidovits dice que podría llamarse "estela alquímica de Khnum" (alfarero divino y dios creador más antiguo), ya que aproximadamente una cuarta parte describe rocas o minerales y su procesamiento. Asimismo, es relevante el informe de una visita a la capital egipcia por maoríes en 1915-1916, pues algunos de ellos estaban "muy entusiasmados con las pirámides, manteniendo que había referencias a las mismas en sus leyendas sagradas, y que las piedras eran hormigón erosionado, no losas de cantera" (23).

Sigue siendo muy controvertida la noción de roca artificial. Zahi Hawass, ex jefe del Consejo Supremo de Antigüedades en Egipto, descartó esa opción calificándola de "simplemente estúpida e insolente", pero varios análisis autónomos la respaldan. Por ejemplo, un estudio de 2006 por el ingeniero de materiales Michel Barsoum y su equipo -utilizando microscopía electrónica- determinó que las muestras del revestido exhibían tasas minerales inexistentes en otros surtidores de caliza conocida, y algunas porciones presentaban estructura desorganizada y distinta a la cal en bruto (24). Barsoum cree que el tipo reconstituido se estiló principalmente para el recubrimiento exterior y en bloques de respaldo, pasillos o cámaras internas, y en hileras elevadas de la pirámide, cuya mampostería central era por lo común roca natural tallada. Se publicaron otras dos investigaciones revelando que ciertos bloques piramidales de Giza y Dahshur son sintéticos, mediante procedimientos de resonancia magnética nuclear y paleomagnéticos (25).

Otros niegan que se haya demostrado de manera convincente que los sillares piramidales sean manufacturas. Dipayan Jana examinó una muestra de revestimiento análoga que Davidovits consideraba hecha por humanos (aunque éste último pone en duda si en realidad era el mismo espécimen) (26), y no encontró diferencias importantes con la caliza cruda de Tura, dictaminando que una anomalía en ese rastro se explicaba mejor por contaminación externa, y ambas clases tenían disparidades con el material producido por Davidovits. Las muestras de la carcasa no presentan evidencia de un aglutinante a base de álcali o alúmina, como los utilizados por Joseph, pero él admite desconocer la receta exacta manejada por los constructores (27).

Davidovits acepta que los monumentos del Imperio Nuevo (dinastías XVIII a XX) están conformados por piedra tallada, pero especula que todas las pirámides iniciales se edificaron con material derretido, la misma técnica sugestiva en otras áreas como Tiwanaku y Puma Punku en Bolivia (28), si bien pudo recurrirse a otros métodos. Además, y considerando la forma de esas rocas en la construcción egipcia, Joseph piensa que el vaciamiento se hizo al revés o de costado (29), relacionándolo a que en la Pirámide Roja de Dashur siempre se encuentran inscripciones en la parte inferior de los bloques externos; ergo, incluso si los componentes del revestido se hubieran hecho al nivel de la pirámide donde era necesario, una vez retirada la moldura aún tendrían que maniobrarse hasta su posición, sin siquiera dejar una astilla. Asimismo, no se pudieron fabricar moldes en madera con la exactitud mostrada en el revestimiento de la Gran Pirámide (ver Apéndice 3).


Referencias

1. britannica.com/topic/Pyramids-of-Giza.
2. britannica.com/place/Great-Pyramid-of-Giza.
3. Chandra Wickramasinghe y Robert Bauval, Cosmic Womb: The Seeding of Planet Earth, Bear & Company, 2017, edición Kindle, p. 270.

4. Howard Vyse, Operations Carried on at the Pyramids of Gizeh in 1837, vol. 1, Londres, 1840, p. 275-7; britishmuseum.org/collection/object/Y_EA2433.

5. Robert Bauval y Graham Hancock, Keeper of Genesis, William Heinemann Ltd., 1996, p. 104-10.

6. I.E.S. Edwards, The Pyramids of Egypt, Penguin, 1993, p. 254.
7. Petrie, The Pyramids and Temples of Gizeh, 1990, p. 85.
8. Dunn, Lost Technologies of Ancient Egypt.
9. Edward F. Malkowski, "The Stone at Abu Rawash: How new evidence of ancient machining is changing our view of the past", Champaign, 2008, p. 98-100.

10. "The Stone at Abu Rawash", p. 35, 55.
11. Peter Hodges y Julian Keable (ed.), How the Pyramids Were Built, Element Books, 1989; Mike Molyneaux, "Real life experiments that reveal the ancient art and techniques of building Egyptian pyramids", 2006, catchpenny.org; wikipedia.org/wiki/Egyptian_pyramid_construction_techniques.

12. "Real life experiments".
13. davidovits.info/nova-mini-pyramid-fiasco-and-swindle; davidovits.info/wp-content/uploads/Mini-pyramid-NOVA; Mark Lehner, The Complete Pyramids: Solving the Ancient Mysteries, Thames & Hudson, 1997, p. 202-25.

14. Petrie, The Pyramids and Temples of Gizeh, 1883, capítulo 22.
15. The Pyramids and Temples of Gizeh, 1990, p. 26.
16. The Pyramids and Temples of Gizeh, 1883, capítulo 9.
17. Ver "Gravedad y antigravedad", sección 5.
18. geopolymer.org/faq/faq-for-artificial-stone-supporters; Joseph Davidovits, "Why the Pharaohs Built the Pyramids with Fake Stones", Institut Géopolymère, 2da edición, 2017 (Kindle). Ver también H.P. Blavatsky, Isis Develada, Theosophical University Press (TUP), 1972 (1877), 1:519; "Civilizaciones perdidas de los Andes", sección 5.

19. Lost Technologies of Ancient Egypt, p. 156-57.
20. Heródoto, Historias, J.M. Dent & Sons, 1992, libro 2, sección 125, p. 185.
21. H.P. Blavatsky Collected Writings, Theosophical Publishing House (TPH), 1950-91, 11:358-9.

22. "Why the Pharaohs Built the Pyramids with Fake Stones", capítulo 14.
23. The Theosophical Path, abril de 1927, p. 361-2.
24. Bethany Halford, "In search of concrete evidence", 2008, materials.drexel.edu; M.W. Barsoum, A. Ganguly y G. Hug, "Microstructural evidence of reconstituted limestone blocks in the Great Pyramids of Egypt", Journal of the American Ceramic Society, v. 89, n° 12, 2006, p. 3788-96.

25. K.J.D. MacKenzie et al., "Were the casing stones of Senefru’s Bent Pyramid in Dahshour cast or carved?-Multinuclear NMR evidence", Materials Letters, v. 65, n° 2, 2011, p. 350-2; I. Túnyi e I.A. El-hemaly, "Paleomagnetic investigation of the great Egyptian pyramids", Europhysics News, 43/6, 2012, p. 28-31; "Paleomagnetism study supports pyramid geopolymer stone", 2013, geopolymer.org.

26. Joseph Davidovits, "Deep misleading publications by geologists", mayo 2020, geopolymer.org.

27. Dipayan Jana, "Evidence from detailed petrographic examinations of casing stones from the Great Pyramid of Khufu, a natural limestone from Tura, and a man-made (geopolymeric) limestone", mayo 2007, researchgate.net.

28. Joseph Davidovits et al., "Tiahuanaco monuments (Tiwanaku/Pumapunku) in Bolivia are made of geopolymer artificial stones created 1400 years ago", septiembre 2019, researchgate.net.

29. Joseph Davidovits y Margie Morris, The Pyramids: An Enigma Solved, Dorset Press, 1988, p. 184-6; "Why the Pharaohs Built the Pyramids with Fake Stones", capítulo 24.