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5 de marzo de 2022

Cinco anécdotas sobre los Maestros y Madame Blavatsky

Presentamos una selección de cinco historias verdaderas que ilustran claramente la íntima naturaleza de la participación entre H.P.
Blavatsky y los Maestros de Sabiduría. Existen cientos de tales historias documentadas, pero para este artículo sólo se escogió una pequeña muestra. 
Madame Blavatsky (mencionada como H.P.B. durante el resto de esta entrega) siempre sostuvo que los Maestros viven en cuerpos físicos aquí en la Tierra, aunque aislados intencionalmente debido a la toxicidad de la vida cotidiana. La idea moderna sobre los "Maestros Ascendidos" es falsa y se explica a fondo en el texto titulado “Peligros y engaños de la canalización”.

H.P.B. siempre se negó a aceptar elogios, adoración o reconocer que había "algo especial" en ella y a menudo solía decir de manera tímida: "Soy sólo una pobre anciana que sabe muy poco"; sin embargo, era infinitamente más que eso y lo sabía. Al respecto pueden consultarse los artículos “¿Quién es usted, Madame Blavatsky?” y “Palabras de los Maestros sobre H.P. Blavatsky”.

Se espera que las siguientes anécdotas breves, todas reales, sean una fuente de interés e inspiración para muchos.
 

01. El chalet junto al mar

Un día, poco después de mudarse a India, H.P.B. debía acudir a una reunión personal en el plano físico con su Gurú, el Maestro Morya, a quien ella no había visto materialmente por algún tiempo. Blavatsky dijo a Mooljee, su joven ayudante nativo, que la llevara a cierto lugar en un pequeño carruaje, aunque sin mencionar desde el principio el destino exacto. En lugar de eso, cuando partieron desde la sede de la Sociedad Teosófica, ella daba una dirección particular en cada cruce de carreteras al que llegaban: “justo aquí”, “doblemos a la izquierda”, “sigamos derecho”, etc. Pasando por la ciudad de Bombay, llegaron a un suburbio y luego viajaron a través de un área boscosa, a menudo cambiando de dirección, hasta que por último se acercaron a la orilla del mar.
 
El paseo marítimo de Bombay (Mumbay) en la actualidad.
 
Finalmente H.P.B. pidió a Mooljee que se detuviera. Habían llegado a las puertas de una finca privada con un jardín de rosas en el frente y un atractivo chalet al fondo. Mooljee estaba desconcertado por el hecho de que él, como residente de Bombay, nunca antes había visto, notado ni conocido siquiera la existencia de esta magnífica propiedad. Se sintió aún más confundido cuando H.P.B. le ordenó con firmeza y repetidamente que bajo ninguna circunstancia debía seguirla o intentar subir a la casa, y que en cambio tenía que esperar allí hasta que ella terminara su asunto.

Desde la distancia la observó mientras caminaba hacia la puerta principal que abrió un hombre indio muy alto y majestuoso, barbudo y vestido completamente de blanco. Era el Maestro M. Ambos entraron al chalet y pronto Mooljee notó que algunos jardineros trabajaban frente a la casa y los llamó a través del portón. Se acercaron a él, pero se negaron a decirle el nombre o cualquier detalle sobre el propietario, ya que se les prohibió hacerlo por haber jurado guardar el secreto.

Tras un largo rato, H.P.B. salió de la casa y se quedó unos momentos en el escalón con el Maestro. Uno de los jardineros cortó un ramo de rosas y se las llevó al Mahatma, quien las entregó de inmediato a Blavatsky y le dijo que eran un regalo suyo para el coronel Olcott, su socio y uno de los cofundadores de la Sociedad Teosófica. Se despidió y regresó al carruaje donde Mooljee estaba esperando y fue llevada a casa.

Más tarde ese día, ella explicó a Olcott que el chalet pertenecía a la Gran Hermandad y servía como residencia temporal para cualquiera de los Maestros, quienes a veces necesitaban hacer una visita o viajar por el área de Bombay, tal como sabemos que el Maestro Hilarión lo hizo en ocasiones de acuerdo a lo descrito por Koot Hoomi. Blavatsky señaló que era una de las varias casas en todo el mundo que usaban de esta manera y que estaba protegida por un "maya" (literalmente "ilusión" en sánscrito) que consistía en una disposición controlada de la atmósfera de tal forma que sólo muy pocos escogidos podían verlo y encontrarlo.

Sin embargo, Mooljee estaba convencido de que sería capaz de ubicar esa casa nuevamente y llevó al coronel Olcott con él para recorrer otra vez ese camino con la expectativa de volver a ese sitio en particular. Pero por más que lo intentaron nunca más pudieron encontrar ese chalet junto al mar.
 

02. El Maestro en el tren

Aproximadamente un mes luego del incidente del chalet (a saber, abril de 1879) el Maestro M. sugirió a H.P.B. que visitara el famoso templo en la cueva de Karli, llevando con ella al coronel Olcott. Partieron en tren con Mooljee y otros dos ayudantes, Babula y Baburao.

El tren se detuvo en Khandalla y se dirigieron hacia donde se quedarían esa noche. Mooljee, sin embargo, regresó al terminal de la localidad para hablar con el jefe de la estación sobre un asunto. Mientras estaba de pie en la plataforma, escuchó que lo llamaban y se volvió para ver una locomotora que acababa de llegar y dirigiéndose a Puna, donde estaba sentado el mismo indio alto y barbudo vestido de blanco que había visto anteriormente desde las puertas del misterioso chalet.
 
Rosas de India.

"Esto es para el coronel Olcott", dijo el Maestro M., entregando un ramo de rosas a Mooljee y quien las llevó rápidamente a la casa de descanso para entregarlas a su destinatario. Olcott, asombrado por la disposición generosa y amable mostrada hacia él por el Maestro, quiso escribir una nota de agradecimiento, pero no sabía cómo entregársela.

H.P.B. tomó la nota que Olcott había escrito, la pasó a Mooljee y dijo que comenzara a caminar por la carretera con el mensaje.“¡Pero no hay nombre ni dirección en él!”, protestó Mooljee. "¿Cómo se puede entregar o enviar?", pero Blavatsky simplemente insistió en que se fuera.

Luego de caminar un poco por el camino, el Maestro apareció de repente justo enfrente de él, como si estuviera en aire enrarecido. Al recibir la carta de manos del joven le dijo: "Ahora vuelve". Mooljee comenzó a caminar hacia atrás, pero no pudo resistir la tentación natural de mirar hacia atrás por encima del hombro. No había nadie ahí. El Maestro, todavía en el tren a Puna, aparentemente había proyectado momentáneamente su doble astral para recibir la nota de gratitud.
 

03. Un Mahatma indio en un banco de Nueva York

No mucho después de que se publicara “Isis Develada” -el primer libro de H.P.B.- y mientras aún vivía en Nueva York (EE.UU.) antes de ir a India, recibió la noticia del Maestro M. quien deseaba que el coronel Olcott hiciera negocios por él en otra parte del país. Sea lo que fuere, el asunto sonaba como si fuera a extenderse por varias semanas y Olcott se sentía preocupado y reacio debido a la cantidad de dinero que perdería como resultado de estar lejos de su trabajo en Nueva York durante tanto tiempo.

H.P.B. le preguntó cuánto podría perder y respondió que unos 500 dólares por cada mes de ausencia. Reflexionó sobre el tema y le dijo que, como no era un chela comprometido, no tenía que ir si eso significaría descuidar su propio negocio y que el Maestro lo entendería. Sin embargo, finalmente Olcott decidió ir.
 
El edificio "Lamasery" en Nueva York, donde H.P. Blavatsky alquiló un apartamento y escribió "Isis Develada".
 
Cuando regresó a Nueva York luego de dos meses, llamó al banco para consultar el saldo de su cuenta. El extracto bancario que se le entregó mostraba dos créditos de $500 cada uno, un dato que lo desconcertó enormemente. Al preguntarle de dónde había salido ese dinero, le dijeron que en el banco había estado un hombre de apariencia india e inusualmente alto, con largo cabello oscuro y suelto, barba negra y ojos muy penetrantes... ¡una imagen neoyorquina extremadamente inusual en la década de 1870!

Según el empleado bancario, este hombre pidió al cajero receptor que completara la boleta de depósito para él cuando ingresara el dinero en la cuenta de Olcott, pues dijo que no estaba lo suficientemente familiarizado con el idioma inglés para saber lo que debía escribir y en qué partes del documento.
 

04. Una extraña visita

En 1870 la familia de H.P.B. (que entonces vivía en Odessa) casi había perdido la esperanza para tener noticias de Helena otra vez. En el verano de 1868 el Maestro Morya la había convocado para ir al Tíbet a fin de recibir clases y entrenamiento más profundos por parte de los Maestros con objeto de prepararla en su misión como Mensajero para el mundo. Sus parientes no habían sabido nada de ella desde su partida y temían que probablemente estuviera muerta.

Un día de noviembre, su tía Nadezhda Fadeyeva recibió una extraña visita sobre la cual escribió en años posteriores de la siguiente manera:

"(...) cuando mi sobrina estaba en el otro lado del mundo (...) ningún alma sabía dónde se encontraba, lo cual nos entristeció enormemente. Todas nuestras investigaciones habían terminado en nada. Estábamos preparados para creerla muerta, cuando -creo que fue alrededor del año 1870, o posiblemente más tarde- recibí una carta suya, al que creo llamas 'K.H.', que me llegó de la forma más incomprensible y misteriosa, por medio de un mensajero de apariencia asiática y quien luego desapareció ante mis propios ojos. Esta carta, en la que me rogaba que no temiera nada y donde anunció que ella estaba a salvo, todavía la tengo en Odessa (...) Por favor, discúlpame, pero es difícil para mí, por no decir imposible, comprender cómo puede haber gente tan estúpida para creer que mi sobrina o tú hayan inventado a los hombres a quienes ustedes llaman los Mahatmas. No sé si los has conocido personalmente por mucho tiempo, pero mi sobrina me habló de ellos hace años, y con gran extensión. Me escribió que había vuelto a ver y renovado sus relaciones con varios de ellos, incluso antes de que ella escribiera su 'Isis'. ¿Por qué debería haber inventado estos personajes? ¿Con qué fin y qué bien podrían haberle hecho si no tuvieran existencia? (...) Si yo, que siempre he sido y espero seguir siendo una cristiana ferviente, creo en la existencia de estos hombres (aunque me niegue a dar crédito a todos los milagros que les atribuyen), ¿por qué los demás no deberían creer en ellos? Para la existencia de al menos uno de ellos, sí la puedo verificar. ¿Quién, entonces, podría haberme escrito esta carta para tranquilizarme en el momento en que tenía la mayor necesidad de tanto consuelo, a menos que hubiera sido uno de esos Adeptos mencionados? Es cierto que su escritura a mano no la conozco, pero la manera en que me fue entregada fue tan fenomenal, que nada menos que un Adepto en la ciencia oculta podría haberla efectuado. Me prometió el regreso de mi sobrina, y la promesa se cumplió debidamente".

Esta carta que le fue entregada estaba escrita en francés, probablemente por las razones ya indicadas de que éste ha sido el idioma principal en uso por la aristocracia rusa. Traducida al inglés decía:

"Los nobles parientes de Mme. H. Blavatsky no tienen razón alguna para sufrir. Su hija y sobrina no ha dejado este mundo en absoluto. Ella está viva y desea dar a conocer a quienes ama que está bien y se siente muy feliz en el retiro distante y desconocido que ha elegido para sí. Ha estado muy enferma, pero ahora ya no; debido a la protección del Señor Sangyas [nombre tibetano para Buda] ha encontrado amigos devotos que la cuidan física y espiritualmente. Deje que las damas de su casa, por lo tanto, pongan sus mentes en reposo. Antes de que 18 lunas nuevas hayan salido, ella habrá regresado con su familia".
 
“A Ravine in Tibet”, pintado por Djwhal Khul, chela del Maestro K.H. para mostrar las casas de los Maestros. Blavatsky vivió con dicho Adepto y la hermana de éste durante su estancia en el Pequeño Tíbet, en la región de las montañas Kunlun y Karakoram.

Aunque la carta no tenía firma, estaba escrita con la letra del Maestro K.H., como lo demuestra la misma caligrafía que fue utilizada diez años más tarde por Él cuando comenzó su larga correspondencia con varios teósofos. Por lo tanto, K.H. y su escritura eran conocidos por la familia de H.P.B. cinco años antes de que la Sociedad Teosófica fuera fundada. ¿Cómo puede entonces afirmarse, como se dice en ocasiones, que "Blavatsky inventó a los Maestros para atraer la atención hacia ella y la Sociedad Teosófica"? Además, los Kuthumpas (seguidores de Kuthumi) todavía existen hoy y asentados principalmente cerca de Lahaul y Ladakh en la región transhimaláyica de las montañas Karakoram.
 

05. El experimento psicométrico

En Austria y durante 1886 el prominente teósofo Franz Hartmann realizaba una serie de experimentos psicométricos a través de una anciana campesina alemana que había demostrado ser una notable clarividente.

Entre otras cosas, Hartmann le entregó una carta que había recibido de uno de los dos Maestros principales que estaban más estrechamente relacionados con el Movimiento Teosófico y H.P.B. Varias personas en todo el mundo recibieron misivas de los Mahatmas durante esos días y esos mensajes generalmente aparecían de una manera muy inusual y misteriosa, a veces materializándose desde la nada.

La carta que Hartmann había recibido apareció un día repentina e instantáneamente en su escritorio. Hasta el momento, la clarividente pudo describir de manera precisa y perfecta los remitentes y escenarios relacionados con otros recados -cartas normales de personas comunes- que Hartmann receptó y, en esos casos ya conocía personalmente a quienes le escribieron y sabía muy bien desde el principio de quién eran esos mensajes en particular. Pero tenía una gran ansiedad cuando entregó la Carta Mahatma a esta vidente. ¿De quién era en realidad? ¿Era verdaderamente de un Maestro? ¿Había realmente una Hermandad esotérica de Adeptos y oculta en algún lugar del Himalaya que trabajó con H.P.B. y el Movimiento Teosófico?

La anciana se llevó la carta a la frente, sin que se le hubiera dicho nada sobre la naturaleza de la misiva o de quien se suponía que era su origen, y de inmediato exclamó: "¡Ah! ¿Que es esto? ¡Nunca vi algo tan hermoso en mi vida!" Con los ojos cerrados comenzó a ver con su ojo interno y describió todo a Hartmann...

Con intrincados detalles, contó que veía un templo de apariencia oriental encima de lo que parecía ser “una elevación o colina alta pero hecha artificialmente”. En su visión se encontró caminando unos escalones que conducían al templo e ingresó en él. Aunque llevaría demasiado tiempo relatar todos los detalles de lo que vio (se pueden encontrar en el libro "H.P.B.: La extraordinaria vida e influencia de Helena Blavatsky" por Sylvia Cranston), un aspecto que fue de particular interés para Hartmann fue la descripción dada por la mujer sobre dos hombres que veía de pie y juntos en el santuario. Uno era un caballero alto y "muy guapo" de aspecto indio, vestido completamente de blanco. La descripción que dio de la otra persona sugería a un monje con cabeza rapada o calvo que vestía túnicas oscuras.

Directamente bajo el techo del lugar notó tres niveles de tableros que contenían varios caracteres y símbolos extraños. Naturalmente, ella no entendía su significado en absoluto, pero aceptó dibujarlos con detalle en un papel para Hartmann. Finalmente y luego de describir otros aspectos, la clarividente echó a reír alegremente y dijo: “¡Qué gracioso espectáculo! ¡Hay mucha gente extraña! Son mujeres y niños pequeños. Van vestidos tan graciosamente y tienen gorras de piel en la cabeza (…) Ahora toda la escena se disuelve en una nube".

Luego Hartmann escribió una carta a H.P.B. describiendo en detalle las características que la mujer señaló. El investigador mencionó también los extraños símbolos en los paneles, pero no incluyó el dibujo de ellos. En su respuesta, Blavatsky dijo que el templo descrito por la mujer se parecía mucho al de tipo privado que tenía el Panchen Lama cerca de Shigatse (Tíbet) y que muchos de los detalles proporcionados eran completamente exactos, incluida la parte sobre dicho santuario que se estaba construyendo en una elevación artificial. Sostuvo asimismo que nunca se le había permitido entrar personalmente en el templo mientras se encontraba con los Maestros cerca de Shigatse a fines de la década de 1860, pero que lo había visto desde fuera y le habían descrito su interior. Pensaba que el hombre alto vestido de blanco era el Maestro M. y asumió que el personaje de cabeza afeitada que estaba con él debía ser un lama o sacerdote de alguna descripción. También dibujó algunos caracteres y símbolos tibetanos detallados y sumamente complejos y los envió a Hartmann con su carta, diciendo: "Pregúntele si es esto lo que ella vio".

Para el profundo asombro de Hartmann, ¡los signos que delineó H.P.B. eran 99% idénticos a los esbozados por la campesina alemana durante su visión psicométrica!

H.P.B. no explicó el significado de los diversos caracteres, pero el académico Wesley Needham de la división tibetana en la Universidad de Yale sí lo hizo, tras analizar los bosquejos de Blavatsky y la mujer alemana. Las letras tibetanas en el panel superior representaban el mantra "Om tram ah hri hum", mientras que los caracteres inferiores eran los mantras silábicos “bija” o “simientes” relacionados con los cinco Dhyani Budas de los que se habla en budismo tibetano. En su biografía de H.P.B., Sylvia Cranston escribió: “Así se confirma que una mujer alemana no educada pudo reproducir en sílabas simientes tibetanas un mantra budista sagrado del que probablemente no tenía conocimiento previo. El catalizador de esta notable hazaña y sus visiones complementarias fue, como hemos visto, una carta oculta que se dice es de uno de los Maestros de Blavatsky en Tíbet".
 
Algunos de los caracteres tibetanos dibujados por H.P.B.
 
Los artículos “El gran Tsong-Kha-pa” y "Alaya, el Alma Universal" incluyen información adicional sobre el Panchen Lama y el budismo tibetano a la luz de las declaraciones hechas por H.P.B. y los Maestros, como también el texto de “Damodar y el Salón Iniciático”.

"Y ahora, adiós. Compórtese como verdadero teósofo, hijo de la Luz y de Pragna, y acepte las sinceras bendiciones y los buenos deseos de su amigo y hermano malaventurado que se marcha rápidamente, 
H.P. Blavatsky" 
(“Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett”).

27 de febrero de 2022

El aspecto mortal e inmortal en los Maestros


“Ha llegado el momento de hacerle saber quién soy. Hermano, no soy un espíritu incorpóreo, sino un hombre vivo dotado de tales poderes por parte de nuestra Logia, y que están a la espera de usted algún día. No puedo estar de otra manera con usted sino en espíritu, ya que muchos miles de kilómetros nos separan en la actualidad" (carta temprana a Henry Olcott del Maestro "S". o "S.B".).

Dado que existe tanto malentendido sobre los Maestros, Adeptos o Mahatmas debido a la popularidad sobre los "Maestros Ascendidos" dentro del movimiento Nueva Era, es importante explicar que los Mahatmas mencionados y conocidos en Teosofía son seres humanos encarnados físicamente en nuestro planeta, lo cual H.P. Blavatsky enfatizó muchas veces. En el artículo "¿'Siguiendo ciegamente a H.P.B.'?" dijimos:

"(1) De todas las personas que se han declarado Agentes o Mensajeros de los Maestros, H.P.B. fue la primera y también la única que afirmó haber pasado años viviendo con los Mahatmas y recibió enseñanza y entrenamiento por ellos personalmente antes de embarcarse en su misión pública.

(2) De todos los reclamantes, ella fue la única a través de la cual y con quien llegó la presencia objetiva de los Mahatmas, tanto en términos de su apariencia pública como privada ante otros en forma visible/material, y su envío y precipitación de cartas -directa e indirectamente- a numerosas personas en todo el mundo. Esto no se puede afirmar para algunos de los otros pretendientes, ya sean Alice Bailey, C.W. Leadbeater, Helena Roerich, Benjamin Creme, Elizabeth Clare Prophet u otros, incluso si afirmaron estar más cerca de los Maestros de lo que Blavatsky podría haber esperado".

Como se aseguró por primera vez en la década de 1930 por Guy Ballard (un comprobado estafador que promovió "la Actividad Yo Soy"), si estos Maestros son ascendidos, es decir, representan seres celestiales o incorpóreos provenientes de otro mundo que viven y funcionan únicamente en planos superiores, entonces cualquier persona puede plantear todo tipo de afirmaciones diferentes y contradictorias sobre ellos, sus enseñanzas, actividades, etc., y cualquiera aseguraría tener comunicación con estos "maestros" sin tener que demostrarlo como verídico, ya que después de todo, ¿cómo puede alguien probar objetivamente lo que se supone que es sólo farsa subjetiva? Al igual que durante miles de años, muchos individuos han hecho el aserto inverosímil de estar en contacto personal con "Dios mismo", y lo utilizaron para influenciar y controlar a otros para sus propios fines; esta también fue y es la tendencia con los llamados "Maestros Ascendidos".

Algunos podrán decir que "las propias afirmaciones de Blavatsky no son verificables ni están probadas", pero ése no es el caso y en este sentido alentamos la lectura de artículos tales como "Cinco anécdotas sobre los Maestros y Madame Blavatsky" y el apartado sobre los Mahatmas en "Una descripción de la Teosofía", parte 2. 

Aquí tenemos algunas declaraciones centrales de H.P.B.:

“Sin embargo, nuestros Maestros (...) son simplemente mortales santos y más elevados moral, intelectual y espiritualmente que cualquier otro en este mundo. Y aún siendo sacros y avanzados en la ciencia de los Misterios, siguen siendo humanos y miembros de una Hermandad, quienes son los primeros en mostrarse serviles a sus leyes y reglas consagradas por el tiempo" (artículo "The Theosophical Mahatmas").

"En primer lugar, Ellos son hombres vivos, nacidos como nosotros y condenados a morir como cualquier otro individuo (...) Algunos Adeptos exceden con creces lo que ustedes llamarían edad ordinaria; sin embargo, no hay nada de milagroso en esto y muy pocos de ellos quieren vivir mucho tiempo (...) Los llamamos nuestros 'Maestros' porque lo son, y de ellos hemos derivado todas las verdades teosóficas, por muy inadecuados que algunos podamos haberlas expresado y otros las hayan entendido. Son hombres de gran aprendizaje, a los que llamamos Iniciados y aún más en la santidad de vida. No son ascetas en el sentido ordinario, aunque ciertamente se mantienen alejados de la agitación y la lucha de su mundo occidental (...) Una vez que se comprende correctamente, la filosofía predicada por los 'Maestros' es una de las filosofías más grandiosas y benéficas" ("La Clave de la Teosofía" p. 288-289, 298).

"No son teósofos aquéllos que se alejan de nuestros Mahatmas humanos y vivos para caer en la influencia de los Saptarishis o Rishis Estelares" (artículo "She Being Dead Yet Speaketh").

"Me comprometo a dar al señor Mendenhall la verdadera declaración con respecto a la Hermandad de que no está compuesta de espíritus, como él puede pensar, sino de mortales vivos, y además, si lo desea le pondré en comunicación directa con la Logia como he hecho con otros" (artículo "The Science of Magic").

Vemos por tanto que H.P.B. y los Maestros reales dejan en claro que no desean ser vistos como dioses, sino como "mortales santos", "Mahatmas humanos" y "hombres vivos (y también mujeres) nacidos como nosotros", sujetos a la muerte como toda persona. 

Sin embargo, la parte mortal de Ellos es sólo su cuerpo físico y externo; por supuesto, al haberse convertido en Maestros han alcanzado cierto nivel de inmortalidad en el interior y sólo en el verdadero sentido de la palabra.

Esto significa una continuidad ininterrumpida de conciencia que pasa por alto el sueño e incluso la muerte, lo que significa que Su ser interno está siempre consciente o despierto, percibiendo, comprendiendo y capaz de funcionar deliberadamente en niveles superiores y metafísicos. Mientras que para la mayoría de nosotros la muerte física también implica la separación y desintegración de nuestro cuerpo astral respecto del tangible, estos Maestros han desarrollado a lo largo de muchas vidas lo que a veces se denomina un "astral permanente", y se puede leer más sobre esto en el texto titulado "El astral permanente". Para los legos esto podría sonar como las cualidades de un "dios" o "ser angélico", pero la Teosofía sostiene que los "ángeles" o Dhyani-Chohans representan algo muy diferente.

Como también se nos enseña, en ocasiones Ellos pueden permanecer en un cuerpo físico mucho más tiempo que una persona promedio -el artículo titulado "The Elixir of Life" publicado en el libro "Five Years of Theosophy" arroja cierta luz sobre cómo se logra esto-, pero ningún cuerpo concreto puede durar para siempre, por cuanto eventualmente deben descartarlo y ocupar otro. Esto se puede realizar a través del modo normal de renacimiento, o al ocupar un vehículo material y vivo cuyo ocupante original se está yendo.

Sobre este particular existen tres ejemplos conocidos de manera confiable en la historia del Movimiento Teosófico moderno, a saber, la propia Helena Blavatsky, además de William Q. Judge y también "Maji", cuyos casos se abordan específicamente en "¿Quién es usted, Madame Blavatsky?", "William Quan Judge: su rol e importancia en el Movimiento Teosfófico" y "Maji, la yogini de Benarés". Es cierto que no siempre pueden tomar un nuevo cuerpo de forma inmediata y así pueden haber períodos en que funcionan sólo en otros planos, pero la mayoría de las veces se encuentran en la Tierra debido a misiones importantes por cumplir.

Podríamos preguntarnos por qué estos individuos avanzados no se dan a conocer si en la práctica viven en nuestro plano material. Parte de la respuesta es obvia por lo que hemos señalado con anterioridad, es decir, muchas personas con intereses espirituales -y quienes de todas formas dan credibilidad a la noción de los Maestros de Sabiduría- prefieren las afirmaciones de fantasía y cuasirreligiosas en lugar de los hechos reales sobre el asunto.

Inclusive el Maestro K.H. escribió en una carta dirigida a un buscador espiritual: "Debe pasar de su tierra de sueño y ficción a nuestra comarca de Verdad y realidades severas".

Hasta que la gente esté dispuesta y preparada para comprender esto, nadie puede esperar razonable ni justificadamente que estas Grandes Almas brinden ayuda directa y pública o asistencia personal al mundo. No obstante, siempre colaboran cuando y donde pueden, muy a menudo tras bambalinas y pasando inadvertidos.

Durante el tiempo de Blavatsky, otro concepto erróneo fue la idea de que los Maestros eran un estereotipo de "ascetas indios" y orientales. Concluimos este artículo mencionando algunos extractos de "una carta escrita por H.P.B. a un amigo personal el 5 de julio de 1890" y publicada con el título "Mahatmas or Men-Spirits" en la revista "Theosophy" (septiembre de 1951), periódico mensual de la Logia Unida de Teósofos.

"Se verá que todo depende de lo que cada quien quiera decir con Mahatmas o Maestros. Indudablemente para un hindú y desde el docto Subba Row hasta Babula, un Mahatma, Gurú o Maestro es un Yogui desnudo con un moño de pelo retuerto y descuidado en la parte superior de la cabeza; uno que ya sea Adwaita, Dwaita o Visishtadwaita (...) Vishnava o lo que sea, sigue las reglas de Patanjali, Chaitanya, Sankaracharya o cualquier otro de los acharyas conocidos; el que invoca el nombre de sus 330 millones de dioses, repite como loro sus Aum, etc., etc. Para mí y aquéllos que conocemos a los Maestros personalmente, nuestros llamados 'mahatmas' no son nada de eso. Olcott está en casa y puedes preguntarle cuál es la apariencia de dichos Maestros, ya sea por la descripción que tuvo de mí en Nueva York y que nunca se modificó hasta hoy, o por los dos Maestros que conoció personalmente, uno en Bombay y el otro en Cachemira.

Mi Maestro y los Mahatmas son yoguis y munis de facto, no de jure; en su vida y no en apariencia. Ellos son miembros de una Hermandad oculta, no de ninguna escuela particular en India. Uno de sus más altos Mahachohans vivió en Egipto y fue al Tíbet sólo un año antes que nosotros (en 1878), y él no es tibetano ni hindú; esta 'Hermandad Oculta' no se originó en el Tíbet ni tampoco está ahora sólo en esa locación, pero lo que siempre he mantenido hasta hoy es que la mayoría de sus miembros y algunos de los más elevados están y viven constantemente en Tíbet debido a su aislamiento y libertad de los cristianos; que su origen es de una antigüedad incalculable y es tan masónico como lo poquito de la masonería actual (...) y finalmente, si sólo hablé (a nuestros amigos de la S.T.) de dos o tres Mahatmas, es porque sucede que mi Maestro es un Rajput de nacimiento y 'Koothoomi' un cachemiro, y por lo tanto éstos serían probablemente más autoritarios con los hindúes que con el resto de ellos.

Pregunta a Olcott, Sinnett o Hume, e incluso éste último no podría sino decirte sin mentir que yo no les había repetido esto una y otra vez, agregando en muchas ocasiones que incluso pocos lamas conocían toda la verdad sobre los chapa (espíritus de los hombres), pues los invocan al tener muy poca relación con la masa general de la gente. Dije y repito que son hombres vivos y no espíritus (...), que su conocimiento y aprendizaje son inmensos y su santidad personal de vida es aún mayor; son individuos mortales y ninguno de ellos tiene 1.000 años como algunos imaginaron. Lo que digo y afirmé era y es verdad; bien por quienes se contenten con eso, y los que ven en lo que digo un romance ingeniosamente preparado por mí, también son bienvenidos (...)". 

“Cuando fuimos a Pondichery con Olcott para formar una rama, en lugar de cincuenta o sesenta miembros sólo tenemos tres o cuatro. ¿Por qué? Simplemente porque dije a un miembro influyente que nuestros Mahatmas no se sentaban sepultados en la tierra dejando que sus uñas de pies y manos crecieran por un metro, y que los pájaros hicieran nidos en sus nudos superiores, porque ésa era su idea. El tipo dejó la S.T. y se llevó a casi todos los demás. Pregúntale a Olcott; él debe recordar el hecho. Y sin embargo, en la misma sala donde los visitantes vinieron a vernos, en la multitud había un Mahatma vivo que conocí durante años y habita en el vecindario, pero quien no parecía ser familiar para nadie en Pondichery y fue confundido con un Malayalin, ¡un extraño!"

Obviamente este tema es mucho más amplio, por lo que invitamos a los interesados a revisar la página "Artículos" y su sección "Maestros de Sabiduría". Otro texto relacionado con una cita anterior de Blavatsky sobre los Saptarishis es "¡Cuidado con los Rishis estelares!" y es particularmente relevante para cualquier persona involucrada con las prácticas mediúmnicas de la Nueva Era.

A principios de la década de 1870, Blavatsky escribió a su hermana: "Cuanto más veo de los médiums -ya que Estados Unidos es todo un vivero, la cama caliente más prolífica para médiums y sensitivos de todo tipo, genuinos y falsos-, más contemplo el peligro que rodea a la humanidad". Contrariamente a los conceptos erróneos populares, H.P.B. no era ninguna canalizadora, aunque sí la representante pública o portavoz de sus Mahatmas vivos y humanos con quienes estaba en contacto por correspondencia/telepatía y en el plano físico y astral. Y como se puede ver en "¿Quién es usted, Madame Blavatsky?", la Helena interna y real era y es un gran Adepto oriental en su propio derecho.

26 de febrero de 2022

Los Mahatmas teosóficos: mito y realidad


Desde los días de Helena Blavatsky hasta hoy muchas personas han tratado de entender a los Mahatmas teosóficos, pero la mayoría ha fracasado en esa tentativa. Debemos tratar de captarles a Ellos y Su trabajo, y eso es más una cuestión de sentimiento superior que pensamiento filosófico. ¿Quiénes son los “Mahatmas”? ¿Son "Espíritus de Luz" o "duendes malditos"? ¿Son seres o mitos sobrenaturales, o invenciones fantasiosas? ¿Es cierto que algunos de ellos tienen miles de años?

Tales fueron las preguntas con las cuales se abrumaba a los expositores de la Teosofía en los primeros días del Movimiento, y la respuesta definitiva de H.P.B. fue: Son hombres vivos, nacidos igual que nosotros y condenados a morir como cualquier otro individuo. Algunos de ellos superan la edad normal humana, pero muy pocos se preocupan por vivir mucho tiempo. Por el conocimiento de las leyes ocultas en la naturaleza es posible que tales seres avanzados vivan durante casi cuatrocientos años. El término "Mahatma" está compuesto de “maha” (“grande”) y “atma” (“alma”), es decir, “gran alma”; y dado que todos los seres humanos son almas, el Mahatma se diferencia de otras personas en que él es un alma elevada. Son personas de gran instrucción que se han perfeccionado en períodos evolutivos anteriores y están dotados de poderes sobre el espacio, el tiempo, la mente y la materia. Pero sólo por el hecho de poseer facultades supranormales no pueden ser clasificados como entes "sobrenaturales". Cada ser humano tiene el germen de todas las capacidades que manifiestan dichos Maestros y no hemos desarrollado esa semilla que Ellos han hecho crecer a través de entrenamiento y experiencia; por lo tanto, están en posesión de aptitudes divinas y milagrosas. Así como una gran habilidad musical no es usual ni común, también estos talentos son naturales, aunque infrecuentes. A estos personajes también se les llama Maestros, Hermanos Mayores e Iniciados.

La gente argumenta que si los Maestros existen y son todopoderosos, entonces todo debe ser posible para ellos y pueden ayudar a sus discípulos (chelas) y a la Sociedad a superar sus sufrimientos y dificultades para evitar que cometan errores. “¿Por qué no usan Sus poderes ni intervienen para salvar el negocio o la vida del hermano moribundo de un discípulo?” En primer lugar, Ellos personifican la Ley del Karma, y por tanto no infringirían esa normativa, pues si el Maestro usa fuerzas ocultas entonces produce un efecto de gran alcance. Así como haríamos estallar pólvora para partir una roca, también corremos el riesgo de derribar una casa en los alrededores. En los primeros días de la Sociedad Teosófica muchos miembros solicitaban a H.P.B. que llevara a los Maestros preguntas totalmente mundanas, relacionadas con asuntos familiares o financieros, respecto a lo cual Blavatsky escribió que sus interpeladores no entendían la existencia de una ley oculta que consiste en que cada vez que un deseo intenso se concentra en Sus personalidades -es decir, cuando una apelación proviene de alguien incluso con una buena moral promedio y que “necesita” Su atención en algún asunto mundano/insignificante- Ellos se ven perturbados por eso, y el deseo toma una forma material que los persigue. Luego se ven obligados a crear una barrera infranqueable o muro akásico entre ese deseo, pensamiento u oración para aislarse, y al hacerlo se separan de todos aquéllos que consciente o inconscientemente se encuentran dentro del círculo de ese pensamiento o anhelo (“H.P.B. Series”, n° 20). A pesar de que sí ayudan a individuos merecedores en sus esfuerzos espirituales e influyen benéficamente en el destino de las naciones, es sólo en la medida que lo permite el Karma del país o la persona y así escribieron: "Los ciclos deben operar en sus procesos (…) y nosotros, en la extensión de la marea poderosa, sólo podemos modificar y dirigir algunas de sus corrientes menores".

¿Cómo asisten a las personas? ¿Son ayudadas a esquivar las consecuencias kármicas? ¿Cómo es que a muchos chelas e incluso a los fundadores se les permitió sufrir sin interferencia de los Maestros? Cuando el mundo llamó a H.P.B. como la mayor impostora y una “médium”, ¿por qué los Maestros no intervinieron para defenderla y salvar su reputación? La respuesta en palabras de uno de los Maestros fue:

Es cierto y al pie de la letra que 'el chela llega a ser como tal, no se hace'. Dado que cada uno de nosotros es creador y productor de causas que nos llevan a tal o cual resultado, tenemos que cosechar lo que hemos sembrado. Nuestros chelas son ayudados sólo cuando son inocentes de las causas que los llevan a problemas, y cuando tales orígenes son producidos por influencias externas o ajenas. La vida y la lucha por el adeptado serían demasiado fáciles si todos tuviéramos rebuscadores detrás nuestro para eliminar los efectos que hemos generado a través de nuestra propia imprudencia y presunción (…) Paso a paso y tras una serie de castigos, se enseña al chela por amarga experiencia a reprimir y guiar sus impulsos; pierde su imprudencia y autosuficiencia y nunca cae en los mismos errores”.

Entonces el Maestro continúa explicando que se debió a un celo sublime, abnegado, noble y meritorio por parte de H.P.B. lo que le hizo decir que los fenómenos que realizó no fueron hechos por ella personalmente, sino por sus Maestros. Noble como era su humildad, esto fue confundido por el mundo exterior y la llamaron “mentirosa”, “impostora” y “médium”. Los Maestros sólo podían advertirle, pero siempre permitían a Sus chelas "plena y completa libertad de acción, la voluntad de crear causas".

Se llaman "Hermanos del Himalaya", y muchos creen que si viajaran al Tíbet o esas montañas podrían encontrarse con uno de ellos. Pero ¿es tan fácil toparse con un Mahatma de carne y hueso? Es el caso de S. Ramaswamier, miembro de la Sociedad Teosófica que fue a dicha cordillera asiática en busca de los Maestros, y realmente se encontró con uno en persona, pero se le pidió que regresara y esperase pacientemente si deseaba convertirse en un chela aceptado. Sin embargo, para aquéllos de nosotros que no estamos preparados, no sería propicio encontrarnos con un Maestro en la vida real ya que a su alrededor se despliegan grandes y poderosas fuerzas. Se nos dice que debemos merecer antes de desear intimidad con los Maestros. ¿De qué servirían un Clerk Maxwell o Einstein al enseñarles su tabla de multiplicar a niños de corta edad? Además, si una persona concurriera a presencia de dichos instructores y sin estar preparada, estaría expuesta a un poderoso magnetismo o corrientes pertenecientes al Mahatma y podría desmayarse, quedarse dormida o caer en coma. Toda su naturaleza se vería agitada; podría descubrir que su Karma ha comenzado a precipitar más rápido, que las tendencias malignas han salido a la superficie y tampoco tiene el poder suficiente para lidiar con ellas, pudiendo volverse dubitativa y supersticiosa. No hay nada sorprendente en las consecuencias ya descritas, pues en la vida cotidiana observamos que si un barco pequeño se acerca demasiado a uno grande sin hacer ciertos ajustes, es probable que se vuelque debido a las grandes corrientes creadas en el agua alrededor de la embarcación mayor mientras se está moviendo. Entonces, cuando un Maestro visita a cualquier persona, deliberadamente vela su magnetismo o protege a aquélla de las consecuencias que se derivan de dicha reunión.

La única forma en que podemos atraer Su ayuda y atención es tratando de constituirnos en servidores de la humanidad. [William Judge dice en "Letters That Have Helped Me"]: “Como Ellos son Atman y por tanto la misma ley del Karma, están en todo en la vida y en cada fase de nuestros días y años cambiantes. Si estimuláis vuestra fe en esta línea, os acercaréis más a la ayuda de Ellos de lo que reconoceréis". Si están en todo proceso vital, depende de nosotros sentir Su presencia mientras realizamos tareas mundanas, ya sea escribir cartas, cocinar o elaborar pruebas de lectura. Ellos ajustan la mente de un discípulo y, sin interferir con su Karma, intentan ayudarlo a cumplir con su deber, enfrentar su deuda kármica y aprender de ella. Si el discípulo se equivoca en sus conclusiones, entonces el Maestro puede arrojar una pista para ajustar su mente. Un verdadero Mahatma nunca vierte grandes masas de conocimiento en la mente de un alumno, porque entonces dejaría de ser mejor que un libro bien escrito.

En las etapas tempranas del esfuerzo espiritual del individuo hay una expectativa e incluso la falsa creencia de que los Maestros deben guiarlo respecto a qué hacer y qué evitar. De acuerdo con “Book of Confidences”, en el diálogo entre Maestro y discípulo, éste dice a su tutor que si sólo le diera instrucciones de "ir allá", "quedarse allí", etc., entonces estaría feliz de seguir su consejo y tal vez podría avanzar sin cometer errores. Muchos de nosotros deseamos una guía así de infalible, pero vale la pena prestar atención a la respuesta del instructor. Señala que si pidiera al alumno que "haga esto" o lo otro, entonces su protegido nunca podrá fortalecer los músculos de su "voluntad". Quizás bajo la orientación del gurú nunca incurrirá en errores, pero jamás aprenderá cómo no cometerlos, y al hacerlo así -dice el Maestro-  robaría al estudiante el poder soberano de elección que puede hacer de él un dios. Hasta que se logre un dominio completo sobre las emociones humanas simples, ningún Mahatma puede aceptar al aspirante como chela, y de esta forma tiene que lograrse mucho por los esfuerzos no asistidos del discípulo.

Estos Grandes Seres irradian continuamente pensamientos nobles, pero sólo los individuos de naturaleza consustancial pueden recoger estas ideas y beneficiarse de ellas. Se sabe que hacen esfuerzos especiales para incidir en ciertas personas prominentes y, a través de tales sujetos, influyen y dan forma al destino de las naciones. Algunos de esos personajes son salvadores de países como Washington, Lincoln y Grant, como también grandes escritores y poetas de la talla de Shakespeare y Esquilo. Hay momentos en que dictan pasajes textuales, pero la mayoría de las veces sólo inspiran ideas y dejan la forma literaria a los autores.

Es natural que deseemos contacto con Ellos en el plano físico, pero es mucho más importante sentirlos internamente. Uno no debe buscar al Maestro porque éste aparece cuando el discípulo está listo. ¿Y cómo puede uno prepararse? Debemos contactar al Maestro en el plano espiritual elevándonos a Su nivel y no arrastrándolo al nuestro. El Mahatma puede ser encontrado en el "Salón de la Sabiduría" o el estado de sueño sin sueños (Sushupti) cuando nuestra conciencia está libre del cuerpo y los sentidos como también de la naturaleza kámica (pasiones y deseos). De aquí la importancia de prepararse para dormir y llevar una vida moralmente pura y realizar cada tarea con total concentración durante el estado de vigilia. El estudio de la naturaleza y los poderes de los Maestros nos ayuda a crear un canal apropiado que a su vez nos permite recuperar el recuerdo sobre las actividades de nuestra naturaleza superior en el grado de Sushupti.

Uno de los Mahatmas dijo “si quieres conocernos, entonces conoce nuestra filosofía; si quieres servirnos, entonces sirve a nuestra humanidad”. No debemos tratar de llegar a Ellos con nuestras mentes, sino que a través del servicio amable, la búsqueda indoblegable y la humildad en el estudio y el trabajo finalmente obtendremos esa sabiduría que nos permitirá conocerlos.

19 de febrero de 2022

Damodar y el Salón Iniciático

De una carta por Damodar K. Mavalankar a William Q. Judge (junio de 1881)

"Cerca de las 2 de la mañana y tras terminar mi trabajo, cerré la puerta de la habitación y me recosté en la cama. En unos dos o tres minutos escuché la voz de H.P.B. que me llamaba desde su aposento [1]. Me levanté sobresaltado y entré. Ella dijo 'algunas personas quieren verte' y después de un momento agregó: 'Ahora sal y no me mires'. Sin embargo y antes de tener tiempo para voltear el rostro, la vi desaparecer gradualmente en el lugar y desde ese mismo sector surgió la forma de ∴ [2]. Cuando me volví, vi a otros dos vestidos con lo que después supe que era ropa tibetana.

Uno de ellos permaneció con ∴ en la habitación de H.P.B. y encontré al otro sentado en mi cama cuando salí. Lo saludé y pregunté si tenía alguna orden que dar y dijo: 'Si hubiera alguna, te lo dirán sin que se lo pidan'. Luego solicitó que me quedara quieto por un tiempo y comenzó a mirarme fijamente. Percibí una sensación muy agradable, como si estuviera saliendo de mi cuerpo, pero no puedo decir ahora cuánto tiempo pasó entre eso y lo que voy a relatar ahora.

Pude presenciar que estaba en un entorno peculiar, el extremo superior de Cachemira al pie del Himalaya [3]. Vi que me llevaron a un lugar donde sólo había dos casas una frente a otra y ninguna señal de la habitación [4]. De una de ellas salió la persona que me había escrito la carta en hindi mencionada anteriormente y que después ha estado teniendo correspondencia conmigo. Puedo mencionaros su nombre ya que ha permitido que se publique en el libro del señor Sinnett llamado El Mundo Oculto que acaba de publicarse. El autor dedicó el texto a esta persona "Koot Hoomi ∴" y ésa era su casa. Frente a él se detiene ∴ el Hermano K. y me ordenó que lo siguiera.

Luego de recorrer una corta distancia de aproximadamente media milla, llegamos a un pasaje subterráneo natural que se encuentra bajo los Himalayas. El camino es muy peligroso y hay una calzada natural en el río Indo que fluye por debajo con toda su furia. Sólo una persona puede caminar sobre él a la vez y un paso en falso sella el destino del viajero. Además de esta calzada hay múltiples valles que cruzar.

Tras caminar una distancia considerable a través de este pasaje subterráneo, llegamos a una llanura abierta en L---k [5]. Hay un gran edificio macizo que tiene miles de años de antigüedad y delante se encuentra un enorme Tau egipcio. La construcción descansa sobre 7 grandes pilares en forma de pirámides y la puerta de entrada tiene un gran arco triangular. En el interior podían verse varios apartamentos -de los cuales me mostraron algunos-, y asimismo el edificio es tan grande que creo que puede contener fácilmente a veinte mil personas. 

Este es el Lugar Principal donde todos aquéllos de nuestra Sección [6] que sean consideraros merecedores de la Iniciación en los Misterios tienen que asistir a su ceremonia final y permanecer allí durante el período requerido. Y subí con mi Gurú al Gran Salón. La grandeza y serenidad del lugar son suficientes para impactar a cualquiera, pues la belleza del Altar que está en el centro y donde cada candidato debe hacer sus votos en el momento de su Iniciación seguramente deslumbrará a los ojos más brillantes. El esplendor del Trono del JEFE es incomparable [7]; todo se basa en un principio geométrico y contiene varios símbolos que se explican sólo al Iniciado, pero no puedo decir más ahora ya que ahora tengo una obligación de secreto que K. me hizo tomar allí.

Mientras estaba parado allí no sé qué pasó, pero de repente me levanté y encontré en mi cama. Eran cerca de las 8 de la mañana. ¿Qué fue lo que vi? ¿Fue un sueño o una realidad? Si fue verdadero, ¿cómo podría atravesar todo el Himalaya incluso en mi cuerpo astral en tan poco tiempo? Perplejo con estas ideas, estaba sentado en silencio cuando cayó una nota en mi nariz. La abrí y supe que no era un sueño, sino que me habían llevado de alguna manera misteriosa en mi cuerpo astral al lugar real de Iniciación, donde estaré en mi cuerpo para la Ceremonia si me muestro merecedor de la bendición [8]. Mi alegría en ese momento se puede conjeturar más fácilmente de lo que se describe, pero es suficiente".

Fuente: "Damodar and the Pioneers of the Theosophical Movement", compilado y transcrito por Sven Eek.

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NOTAS EXPLICATORIAS Y COMENTARIOS

[1] Otros dos artículos en este sitio que mencionan a Damodar con cierta extensión son "La 'salvación' por el cristianismo" y "Maji, la yogini de Benarés". Nacido en 1857, Damodar era un joven brillante y profundamente comprometido que fue chela (discípulo) aceptado del Maestro K.H. y un estudiante de H.P. Blavatsky a quien también asistió con honda devoción durante los años en que ella vivió y trabajó en India por la causa teosófica. Damodar residía en las instalaciones de la Sociedad homónima, al igual que H.P.B., el coronel Olcott y muchos otros. Había escrito en una carta anterior a William Judge (uno de los cofundadores de la Sociedad Teosófica con sede en EE.UU.) que poco después de conocer a Blavatsky por primera vez comenzó a sospechar que "ella" era realmente un gran Iniciado indio y Adepto que ocupaba un cuerpo femenino europeo para realizar una importante misión espiritual en el mundo, y Mavalankar comentó a Judge que más tarde se enteró de que había estado en lo cierto respecto a esa suposición. Varios años después, H.P.B. escribió en una misiva a otro teósofo indio que Damodar "era el único amigo verdadero y devoto que tenía en toda India, el único que teniendo el secreto de los Maestros y el mío sabía toda la verdad y por tanto estaba consciente de que yo nunca había engañado a nadie, a pesar de cualquier cosa que la gente pensara de estar cegada por la apariencia, aunque estaba compelida a prestar juramento y me comprometía a ocultarlo a todos, incluso a Olcott".

[2] En muchos lugares de la literatura teosófica se utiliza un símbolo triangular compuesto por tres puntos para indicar un Adepto o Maestro de Sabiduría. Teniendo una enorme reverencia por los Mahatmas, Damodar emplea este símbolo sólo aquí para referirse al Maestro M. (el Gurú de H.P.B.) y luego lo incluye después del nombre de K.H. de quien también habla como el "Hermano K-."

[3] Es bien sabido entre los teósofos que el Maestro K.H. es cachemir de nacimiento. Cachemira es la región noroeste del subcontinente indio y su extremo superior, según lo declarado por Damodar, está "al pie del Himalaya" y se acerca a lo que se clasifica geográficamente como la región Transhimaláyica.

[4] H.P. Blavatsky declaró varias veces en correspondencia privada que los Maestros K.H. y M. viven muy cerca uno de otro en un lugar remoto pero tranquilo. Ella misma había vivido en la casa de K.H. durante algún tiempo en la década de 1860 durante la preparación para su labor pública. 

En una carta fechada en octubre de 1881 a la señora Hollis Billings, H.P.B. escribió: “Ahora Morya vive generalmente con Koot-Hoomi quien tiene su casa en dirección a las montañas Kara Korum, más allá de Ladak, que se encuentra en el Pequeño Tíbet y ahora pertenece a Cachemira. Es un gran edificio de madera en forma de pagoda al estilo chino, entre un lago y una hermosa montaña (...) y salen muy raramente, pero pueden proyectar sus formas astrales en cualquier lugar”. Los propios Maestros pueden confirmar los detalles geográficos como éstos a lo largo de Sus cartas, aunque queda claro a veces Ellos viajan y residen temporalmente en otros lugares, incluido el Tíbet propiamente dicho. 

Un pasaje aparentemente relacionado en la "Introducción" de “La Doctrina Secreta” menciona “los pasos solitarios de Kuen-lun” (la nota al pie de página dice “montañas Karakorum, Tibet Occidental”) y continúa diciendo: “A lo largo de la cresta de Altyn-Toga, cuyo suelo no ha pisado ningún europeo hasta ahora, existe cierta aldea perdida en una profunda garganta. Es un pequeño grupo de casas, más villorrio que monasterio, con un templo de aspecto pobre con un viejo lama, un ermitaño que vive cerca para mirarlo. Los peregrinos dicen que las galerías subterráneas y los pasillos bajo de él contienen una colección de libros cuyo número, según los relatos conocidos, es demasiado grande para encontrar espacio incluso en el Museo Británico”. Se dice que la imagen que sigue fue pintada por un individuo conocido como Juala Kula o Djwhal Khul, un discípulo del Maestro K.H., para representar esta área donde los Maestros tienen sus hogares. La pintura se titula "A Ravine in Tibet" ("Un barranco en el Tíbet"), aunque técnicamente no es dicho lugar sino el área que antaño era conocida como "Pequeño Tíbet".


[5] Significa "Ladakh". Como nos informa el artículo respectivo de Wikipedia, es "una región de India en el estado de Jammu y Cachemira que se encuentra entre la cordillera de Kunlun al norte y los Himalayas principales al sur, habitada por personas de descendencia indoaria y tibetana. Es una de las regiones menos pobladas de Jammu y Cachemira (...) La comarca contemporánea de Ladakh limita con Tíbet al este, Lahaul y Spiti al sur, las regiones del Valle de Cachemira, Jammu y Baltiyul al oeste y el territorio trans-Kunlun de Xinjiang en el extremo norte. Ladakh es famosa por la belleza de sus montañas y cultura; a veces se le llama 'Pequeño Tíbet' ya que ha sido fuertemente influenciado por la cultura tibetana".

[6] La frase “todos los de nuestra Sección” puede referirse a la “Segunda Sección” del Movimiento Teosófico: la Primera está compuesta por Maestros y Adeptos, la Segunda por chelas y discípulos laicos y la Tercera representa a todos los demás miembros y asociados del Movimiento en general, o aquella "sección" de toda la Gran Logia a que los teósofos se han referido como "Hermandad Transhimaláyica".

[7] El "Jefe" o "Gran Jefe" de la Hermandad Transhimaláyica generalmente es mencionado por H.P.B. y los Mahatmas como el Maha-Chohan, el Maestro de los otros Maestros, y han escrito que el futuro yace como un libro abierto ante de su visión y que él es "el más grande de todos nuestros Adeptos vivos". Su famoso mensaje sobre los temas gemelos del Movimiento Teosófico y el Budismo puede leerse en nuestro artículo titulado "La Carta del Maha-Chohan". 

El Maestro K.H. describe así su viaje de regreso de una visita al Maha Chohan: "(...) Estaba bajando por los desfiladeros de Kouenlun-Karakorum como usted los llama, y vi caer una avalancha. Había acudido personalmente a nuestro jefe para presentar la importante oferta del señor Hume y estaba cruzando a Lhadak camino a casa. No puedo decir qué otras especulaciones podrían haber seguido, pero me recordó groseramente a mis sentidos justo cuando me estaba aprovechando de la terrible quietud que generalmente sigue a tal cataclismo para tener una visión más clara de la situación actual y la disposición de los 'místicos' en Simla".

[8] “Fui llevado de alguna manera misteriosa en mi cuerpo astral al verdadero lugar de Iniciación donde estaré en mi cuerpo para la Ceremonia si demuestro merecer la bendición”. Como el extracto completo muestra claramente, todo esto existe en el plano físico y en particular revela que la ceremonia iniciática real a la que se somete un (a) chela se lleva a cabo en su cuerpo físico, y en esta ubicación particular y tangible de la región transhimaláyica. 

Obviamente hay alguna razón específica e importante por la que todo existe en el ámbito de la objetividad material en lugar de únicamente en algún nivel sutil o astral. Los propios Maestros están encarnados en cuerpos concretos y viven en nuestro plano, a pesar de que su trabajo más importante se realiza en ámbitos superiores. Las cartas de los Mahatmas cuentan que éstos deben comer, dormir, vestirse, leer, etc., al igual que nosotros, y la idea de que son "Maestros Ascendidos" no se origina con la Teosofía y este concepto no se inventó hasta la década de 1930. En cuanto a Damodar, de hecho "se mostró merecedor de la bendición" y cuatro años después (1885) su Gurú lo llamó. Siguiendo los cuidadosos preparativos y planes establecidos para su viaje por el Maestro K.H., Mavalankar se dirigió al Himalaya y aunque H.P.B. y otros escucharon de él después de ese tiempo, nunca regresó a India y permaneció con los Maestros.

Aunque siempre se dedicó y comprometió con los Maestros y Helena Blavatsky -a quien llamaron su "Agente directo" y "Hermano"-, sin embargo Damodar cometió algunos errores imprudentes al ser interrogado como parte de la investigación por la Sociedad de Investigación Psíquica (S.P.R., por sus siglas en inglés) sobre Blavatsky y los "fenómenos" inusuales que frecuentemente la acompañaron y ocurrían en su presencia. Esto es lo que se menciona en el siguiente extracto de una misiva por el Maestro K.H. a Olcott, enviada después que Damodar finalmente se fuera a vivir con los Maestros:

“El pobre muchacho ha tenido su caída. Antes de poder estar en presencia de los 'Maestros' tuvo que pasar por las pruebas más severas que alguna vez haya sufrido un neófito con tal de expiar las muchas acciones cuestionables en que había participado con excesivo celo, trayendo la desgracia a la ciencia sagrada y sus adeptos. El sufrimiento mental y físico fue demasiado para su débil estructura, que se ha resentido bastante, pero se recuperará con el tiempo. Esto debería ser una advertencia para todos ustedes. Habéis creído 'no sabiamente, sino demasiado bien'. Para desbloquear las puertas del misterio, no solo debéis llevar una vida de la más estricta probidad, sino aprender a discriminar lo verdadero de lo falso. Habéis hablado mucho sobre el karma, pero apenas os dais cuenta del verdadero significado de esa doctrina. Ha llegado el momento en que sentéis las bases de esa conducta estricta -tanto en el cuerpo individual como colectivo-, que siempre despierta protege contra el engaño tanto consciente como inconsciente".

Todo esto, incluidas las palabras de Damodar a Judge, también "debería representar una advertencia" de que el tema de la iniciación no es un aspecto para tomar a la ligera o referirse a ello con soltura. Es infinitamente más sagrado, importante, poderoso, difícil, desafiante y serio de lo que podrían comenzar a imaginar los miles de pseudoteósofos y neoeristas que hoy afirman ser "iniciados" o "expertos" en el tema.

El "engaño consciente e inconsciente" abunda en los círculos "espirituales" y "religiosos" y debemos esforzarnos deliberadamente y a diario para librarnos de cada rastro antes de que podamos comenzar a pensar en la ascensión larga, ardua, peligrosa y a veces incluso mortal por la montaña iniciática.

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"De esta forma usted verá los grandes efectos que tiene para mí estar siempre con Madame. Desde el principio percibí todo lo que 'Maji' me había dicho. Sólo dos o tres días después de solicitar la admisión en la Sociedad, dije a H.P.B. lo que realmente sentía, que la consideraba mi benefactora, la veneraba como mi Gurú y la amaba más que a una madre. Desde entonces le aseguré lo que dije y ahora 'Maji' me afirma lo mismo, fortalece mi fe y me pide que confíe en ella (Madame). Cuando más tarde consulté a Swamiji con respecto a mí, y sin que yo le dijera una palabra de lo que 'Maji' señaló, él me instó a hacer lo mismo, es decir, poner mi fe en H.P.B. A lo largo de todo esto he sentido y todavía siento con fuerza que ya hubiera estudiado esta filosofía con Madame y que una vez fui su discípulo más obediente y humilde. Esto debe haber sido un hecho, pues de lo contrario ¿cómo puede usted explicar el sentimiento creado en mí sobre ella sólo después de verla no más de tres o cuatro veces? Por lo tanto, todas mis esperanzas y planes futuros están centrados en ella y nada en el mundo puede sacudir mi confianza en su persona, especialmente cuando dos hindúes que no hablan inglés y no podrían haber arreglado estas cosas de antemano me dicen las mismas cosas sin consulta previa y lo que siempre yo había sentido” (Carta de Damodar a William Q. Judge).

Asimilando a los Maestros


"Luz en el Sendero" es un pequeño libro publicado por primera vez en 1885 y ha permanecido en impresión desde entonces.

La edición de Theosophy Company, disponible en la Logia Unida de Teósofos, incluye el texto original e inalterado de ese mismo año (que se modificó de varias maneras en las ediciones por la Sociedad Teosófica) junto con una serie de cuatro artículos aclaratorios sobre las enseñanzas del texto y difundidos por primera vez en la revista "Lucifer" de H.P. Blavatsky en septiembre-noviembre de 1887 y enero de 1888.

Aunque escrito por la teósofa inglesa Mabel Collins, el libro -y también los artículos de "Lucifer"- fueron inspirados por Aquél que usaba un triángulo (△) como su firma simbólica.

En una nota a pie de página en "La Voz del Silencio" Blavatsky explicó: "El △ es signo para los chelas de alto rango, mientras que otro tipo de triángulo representa a los Altos Iniciados" (p. 79, edición original de 1889). Esa otra figura es "∴ " que la propia Blavatsky -tras ser autorizada para ello- incluía en ocasiones después de su nombre o rúbrica.

Los "chelas/Iniciados de alto rango" son discípulos de los Maestros de Sabiduría y de hecho ambos son iniciados, aunque el primero es de un grado inferior y el segundo de un nivel superior. Los altos Iniciados son Adeptos, pero no necesariamente Mahatmas pues ambos no son términos estrictamente sinónimos. Ciertamente un Mahatma es un Adepto, pero éste último no siempre representa a aquél porque el primero implica un nivel muy alto de Adeptado. No obstante, desde nuestra visión alguien que todavía es un "chela de alto nivel" o △ es esencialmente un Adepto debido a que está muy por delante de nosotros en su evolución interna y desarrollo iniciático.

Blavatsky identificó al inspirador de "Luz en el Sendero" como "un griego, aunque no Mahatma sino Adepto (...) que se convirtió en adepto sólo en 1886", es decir, el año posterior a la publicación del texto. Como ella y otros declararon, dicho individuo greco-chipriota fue conocido como "Illarion", "Illarion Smerdis" o "Maestro Hilarión".

Sin embargo, al inspirar dicha obra no estaba produciendo un escrito con sus propias palabras, sino traduciendo al inglés algunas oraciones y aforismos del "Libro de los Preceptos Dorados" como declaró H.P.B. en una carta de 1889. Ese texto esotérico aún desconocido públicamente fue transcrito más tarde con mayor extensión y detalle por H.P.B. bajo el título "La Voz del Silencio", y en en cierto sentido éste último junto con el texto de Collins son volúmenes complementarios y se pueden estudiar con gran beneficio. 

"Luz en el Sendero" impresionó hasta tal punto a los eruditos indios con su belleza y potencia que se tradujo al antiguo idioma sánscrito sacerdotal en 1888. Al anunciar esto, en la edición de "Lucifer" para diciembre de 1888 H.P.B. dijo: "Este pequeño libro, una verdadera joya, pertenece a y emana de la misma escuela de pensamiento y aprendizaje indo-ario y budista que las enseñanzas de La Doctrina Secreta".

El libro consta de dos partes donde cada una de ellas incluye veintiún "Reglas",  pero la página 1 se inicia con cuatro normas sin numerar respecto de las cuales el Maestro continúa diciendo:

“Las cuatro verdades escritas en la primera página de 'Luz en el Sendero' se refieren a la iniciación probatoria del aspirante a ocultista. Hasta que la haya superado, ni siquiera puede alcanzar el pestillo de la puerta que lleva al conocimiento" (p. 31).

"Sin duda, los primeros cuatro principios de 'Luz en el Sendero' son curiosos, aunque la declaración pueda parecer la más importante en todo el libro, salvo una sóla" (p. 45).

"Los cuatro preceptos están escritos en la gran cámara de cada logia real de una Hermandad viviente" (p. 46).

“Como he señalado, las cuatro reglas que he escrito para aquéllos en Occidente que deseen estudiarlas están registradas en la antecámara de cada Hermandad viviente; incluso puedo decir en el vestíbulo de cada Hermandad viviente o extinta, o una Orden aún por formarse” (p. 63).

¿Cuáles son dichas normativas? Haríamos bien en recordarlas a menudo:

Primero: "Antes que los ojos puedan ver, deben ser incapaces de llorar".

Segundo: "Antes que el oído pueda escuchar, debe haber perdido su sensibilidad".


Tercero: "Antes que la voz pueda hablar en presencia de los Maestros, debe haber perdido el poder de herir".


Cuarto: "Antes que el alma pueda estar en presencia de los Maestros, sus pies deben lavarse con la sangre del corazón".

Esas declaraciones y el libro en su conjunto no están destinados al público en general, ni siquiera a todos los interesados en espiritualidad, aunque ciertamente cualquiera puede obtener algo de inspiración en algunos de sus pasajes.

"Todas las reglas contenidas en 'Luz en el Sendero' están escritas para todos los discípulos y sólo para ellos, los que 'toman conocimiento'. Sus leyes son de uso o interés sólo del pupilo en esta escuela y para nadie más" (p. 34). Lo mismo es cierto para "La Voz del Silencio" que H.P.B. especifica está destinado "para el uso diario de lanoos (discípulos)" y "DEDICADO A LOS POCOS". No es necesario que un individuo sea alumno aceptado de los Maestros antes de utilizar estas obras, porque tan pronto como los serios y humildes aspiran a convertirse en tal, esos textos son para ellos con tal que los empleen y apliquen en la medida que se sientan capaces.

Las Cuatro Reglas mencionadas no deben ser entendidas o interpretadas en un sentido literal y tangible. Aunque la tercera parece bastante sencilla en su significado, las otras requieren más intuición para comprenderse. En la página 33 leemos: "'Luz en el Sendero' en su totalidad está compuesto en cifrado astral y por lo tanto sólo puede ser decodificado por alguien que lee astralmente".

Los dos primeros de dichos preceptos también se encuentran expresados en la página 2 de "La Voz del Silencio":

“Antes que el alma pueda ver, debe alcanzarse la Armonía interna y los ojos carnales volverse ciegos a toda ilusión.

Antes que el Alma pueda escuchar, la imagen (el hombre) debe volverse sorda a rugidos y susurros, a los gritos de elefantes y al zumbido plateado de la mosca dorada".

En la página 35 el Maestro añade: "Los sentidos de que se habla en estas cuatro declaraciones son los astrales o internos".

"Ser incapaz de llorar es haber enfrentado y conquistado la simple naturaleza humana y llegar a un equilibrio que no se vea sacudido por las emociones personales. No implica ninguna dureza de corazón ni indiferencia. No se refiere al agotamiento de la tristeza (...) no significa la muerte de la vejez (...) Ninguna de estas condiciones [incapacidad de sentir tristeza o muerte emocional] son aptas para un discípulo, y si alguna de ellas existe en él deben superarse antes que pueda entrar en el camino. La dureza de corazón pertenece al hombre egoísta, a quien la puerta está cerrada para siempre. La indiferencia pertenece al tonto y al falso filósofo (...)". 

"Si el dolor, la consternación, la desilusión o el placer convulsionan al alma para que pierda su control fijo sobre el espíritu tranquilo que lo inspira, y si brota la humedad de la vida ahogando el conocimiento en la sensación, entonces todo está borroso, las ventanas están oscurecida y la luz es inútil (...)".

"Los primeros cuatro aforismos de 'Luz en el Sendero' se refieren completamente al desarrollo astral. Este proceso debe realizarse hasta cierto punto, es decir, emprendido por completo antes que el resto del libro sea realmente inteligible excepto para el intelecto; de hecho, antes de que pueda leerse como un tratado práctico, no metafísico.

En una de las grandes Hermandades místicas hay cuatro ceremonias realizadas a principios de año que ilustran y aclaran estos aforismos de modo práctico. Constituyen rituales en que sólo participan los novicios, pues son simplemente servicios del umbral, pero esto mostrará cuán serio es convertirse en discípulo cuando se entiende que todos éstos son ritos de sacrificio. El primero es aquél que he estado explicando. El disfrute más agudo, el dolor más amargo, la angustia de la pérdida y desesperación se ciñen sobre el alma temblorosa que aún no ha encontrado luz en la oscuridad, que es tan impotente como un ciego, y hasta que estas conmociones puedan ser soportadas sin pérdida de equilibrio, los sentidos astrales deben permanecer sellados. Ésta es la ley misericordiosa (...) El discípulo está obligado a devenir su propio maestro antes de aventurarse en este peligroso camino e intenta enfrentarse a aquellos seres que viven y trabajan en el mundo astral, y a quienes llamamos maestros debido a su gran conocimiento y capacidad para controlar no sólo a sí mismos sino a las fuerzas que los rodean" (p. 37-41).

Podríamos preguntar por qué alguien desearía someterse a una prueba como esa o abrir los sentidos astrales. El motivo en Teosofía no es la propia liberación o adquirir poderes para uno mismo; por el contrario, es el deseo de brindar la mayor ayuda y servicio posibles a la humanidad, convertirse en un servidor verdadero y preparado de la familia humana y asistir de manera consciente, directa y práctica a los Grandes Seres en su trabajo piadoso y desinteresado, todo lo cual representa al Bodhisattva Ideal, el Camino de los Budas de Compasión.

Sin embargo, una persona no puede llegar a esa situación de modo tan directo. Hay iniciaciones y pasos preliminares comenzando por las circunstancias de la vida cotidiana y la "Iniciación diaria" que invariablemente surge en ese contexto. Para quienes deseen saber más los alentamos a que estudien el libro de Mabel Collins y otras obras de la literatura teosófica original.


Uno de los principales objetivos del presente artículo es llamar la atención sobre lo siguiente...

La naturaleza del cometido sagrado de chelas y aspirantes a discípulos es un proceso de ASIMILACIÓN. En una carta publicada póstumamente en el artículo "She Being Dead Yet Speaketh", Helena Blavatsky aseveró que no consideraba que los teósofos tuvieran éxito "a menos que usted o yo asimilemos al Maestro; a menos que trabaje conmigo y con ELLOS, mano a mano". Del mismo modo, William Q. Judge escribe con énfasis especial en cursiva: "Aquéllos que en cualquier medida puedan asimilar al Maestro, hasta ese punto son Sus representantes y tienen la ayuda de la Logia en su trabajo" ("Letters That Have Helped Me", p. 113).

¿Cómo se puede comenzar a hacer tal obra? ¿Cómo se comienza a entrar en la corriente que conduce a la asimilación de los Maestros? "Asimilar" es integrar, imbuirse, mezclarse o formar parte permanente de algo, pero no sucede ni funciona simplemente deseando que suceda algún día. Uno realmente tiene que hacer algo tanto interna como externamente, y en este sentido el único reclamo que una persona puede tener respecto a los Maestros y Profesores teosóficos es el de co-naturaleza. "Luz en el Sendero" explica:

El discípulo (...) no puede enviar su voz a las alturas donde se sientan los dioses hasta que haya penetrado en los lugares profundos donde su luz no brilla en absoluto. Él ha estado bajo las garras de una ley de hierro, y si exige convertirse en neófito, de inmediato se transforma en sirviente. Sin embargo, su servicio es sublime aunque sólo sea por el carácter de quienes lo comparten, porque los Maestros también son sirvientes (...) Parte de su servicio es dejar que Su conocimiento lo toque; su primer acto de servicio es dar parte de ese conocimiento a quienes aún no están en condiciones de pararse donde él se yergue. Esta no es una decisión arbitraria ni hecha por ningún Maestro, profesor o persona, por divina que sea. Es una ley de esa vida en la que ha entrado el discípulo” (p. 65). 

¿Y cómo se puede dar a otros una porción de dicho Conocimiento que él/ella ha recibido mediante las enseñanzas teosóficas? Eso es para que cada persona averigüe por sí misma. No todos están preparados o tienen la oportunidad de trabajar o dar charlas en una sede de la L.U.T.; no todos están capacitados para escribir artículos o libros; no hay muchos que tengan el talento para traducir las enseñanzas teosóficas a diferentes idiomas, o que dispongan de la habilidad o el tiempo para configurar y administrar una página teosófica en internet o crear videos en YouTube; no existen muchas personas que puedan comenzar un grupo de estudio teosófico en el sector donde viven, etc. Y así deben haber otras formas de llevar a cabo esta tarea, pero sin duda éstos son algunos de los métodos que pueden tener efecto y marcar una gran diferencia en los corazones, mentes y vidas de muchos individuos. Al dar este tipo de ayuda a nuestros semejantes, estamos colaborando con los Maestros y su trabajo.

Si se brinda ayuda y se realiza el trabajo, entonces hay un reclamo real -no lo que llamamos una pretensión personal de pago-, sino la demanda de co-naturaleza. Los divinos dan y exigen que también otorguéis antes de que podáis pertenecer a su linaje” (p. 66). 

Pueden ser Maestros, pero también necesitan cierto tipo de asistencia: “Algunas obras sólo pueden ser realizadas por el Maestro, mientras que otras requieren la asistencia de compañeros. El trabajo del Mahatma es preservar la verdadera filosofía, pero se necesita asistencia de colegas para redescubrirla y promulgarla. Una vez más, los hermanos mayores han indicado dónde se puede encontrar la verdad sobre la Teosofía, y los compañeros de todo el mundo están comprometidos en presentarla para una mayor propagación" (William Q. Judge, "El Océano de la Teosofía", p. 6).

El verdadero autor de "Luz en el Sendero" continúa refiriéndose a "la noticia de que existe conocimiento y un poder benéfico que enseñan". En efecto, esto constituye una novedad para muchos en el mundo de hoy, es decir, el concepto de que la Verdad existe y “los que saben” son reales, quienes además se esfuerzan para permitir que nosotros también nos convirtamos en conocedores. Sí, "ningún discípulo puede cruzar el umbral sin comunicar esta noticia y dejarla registrada de una forma u otra".

Para quienes puedan temer que en sus esfuerzos por esta labor no la hayan hecho muy bien, el Maestro agrega algunas palabras de aliento: “Está horrorizado por la manera imperfecta e inexperta en que lo ha hecho, y luego viene el deseo de concretarlo bien, y con el ansia de ayudar a otros viene el poder, pues esto que le llega es un deseo puro y no puede obtener reputación, gloria ni recompensa personales al cumplirlo. Y por lo tanto, obtiene el poder para realizarlo” (p. 67-68).

Algunos podrían decir: “Yo quiero colaborar para la gran causa Teosófica, pero no deseo convertirme en chela/discípulo (a) de los Maestros, porque sé que no estoy preparado (a) para eso y todavía no tengo lo que se necesita de todos modos". Quienes piensan o hablan así tienen muchísimo más de "lo que se necesita" respecto de otros que en su "confianza" creen hallarse "bien preparados" para devenir chelas. El alma de humildad genuina y vívidamente consciente de sus propios defectos tiene muchas más posibilidades para llegar a los Maestros en comparación con quienes en su necedad imaginan tener un "gran avance" o desarrollo en esa vía.

Sin embargo, ciertamente no hay obligación ni expectativa para decidir dar el paso definitivo en el camino del discipulado. Respecto a quienes han tomado esa determinación los pasajes anteriores de "Luz en el Sendero" pueden servir como recordatorio y guía útiles, y para los que no lo han hecho y desean trabajar para la Causa de los Maestros, de todas formas esos extractos debieran ayudarles a percatarse de que al emprender una labor tan desinteresada y altruista están haciendo que su futuro camino al chelado sea mucho más fácil para ellos mismos, pues esa tarea en algunos aspectos es "trabajo del chela".

"Luz en el Sendero" también señala:

“De vez en cuando un adepto vive en diversas y grandes ciudades del mundo, o tal vez sólo está de paso; pero ocasionalmente todos son ayudados por la presencia y el poder reales de uno de estos individuos. Ya sea en Londres, París o San Petersburgo existen personas con un alto desarrollo, mas sólo son conocidas como 'místicos' por quienes tienen el poder de reconocerlos, la facultad otorgada por la conquista de uno mismo. De lo contrario, ¿cómo podrían permanecer en una atmósfera mental y psíquica creada por la confusión y el desorden de una ciudad, incluso por una hora? A menos que se proteja y asegure, su propio crecimiento y trabajo se verán afectados e interferidos; el neófito puede encontrarse con un adepto en persona o vivir en la misma casa con él, y sin embargo ser incapaz de reconocerlo y hacer que su propia voz sea escuchada por aquél pues ninguna cercanía en el espacio, ni proximidad de relaciones ni intimidad diaria pueden eliminar las leyes inexorables que dan aislamiento al adepto. Ninguna voz penetra en su oído interno hasta que ella se ha convertido en voz divina, una voz que no se hace parte de los gritos de uno mismo (...) Hasta que un individuo en corazón y espíritu se haya convertido en un discípulo, no tiene existencia para quienes enseñan a alumnos, y se transforma en tal sólo por un método: la rendición de su humanidad personal. Para que la voz haya perdido el poder de herir [Tercera Regla: “Antes de que la voz pueda hablar en presencia de los Maestros, debe haber perdido el poder de herir”] es necesario que una persona alcance ese punto donde se ve sólo como una de las vastas multitudes que viven, como un grano de arena lavado aquí y allá por el mar de la existencia vibratoria" (p. 74-75).

Son pocos quienes leen estas palabras o probablemente se encuentren con un Adepto cara a cara en esta vida y este plano físico, pero hay algunos que en algún momento de la presente encarnación podrán conocer chelas genuinos de los Adeptos, y si es así, ojalá que para ese momento estemos preparados en el aspecto interno y hayamos hecho lo necesario para reconocerlos (recuerde, ¡uno auténtico nunca dirá directamente que lo es!), ayudarlos de modo consciente y a la vez recibir asistencia de ellos. 

Recordemos también que ningún discípulo puede cruzar el umbral sin legar a la humanidad y registrar una porción de esta Sabiduría Divina llamada Teosofía. ¿Acaso este principio eterno no arroja luz sobre la naturaleza del libro "Luz en el Sendero", un regalo para nosotros de un discípulo avanzado que al año siguiente de su publicación se habilitó para avanzar todavía más y transformarse en Adepto?

Desde una perspectiva más resumida, es bastante simple:
SEA UNA LUZ DONDE EL FULGOR DE LOS MAESTROS NO BRILLA