3 de febrero de 2022

La Carta del Maha Chohan


La siguiente misiva fue mencionada por Alice Leighton Cleather (uno de los doce miembros especialmente elegidos para el "Grupo Interno" de estudiantes esotéricos de H.P. Blavatsky en Londres) como "una carta muy notable del Maha Chohan, el jefe supremo de la Fraternidad Transhimaláyica (...) realmente constituye una especie de 'carta constitucional' que describe el alcance real y el trabajo del Movimiento Teosófico. Curiosamente, surgió por la sorprendente solicitud de los señores Sinnett y Hume de que a su 'Rama Ecléctica Simla' se le otorgaran privilegios especiales e instrucción por parte de los Maestros".

No hace falta decir que el Maha Chohan que dictó estas palabras en persona al Maestro K.H. (quien luego los transmitió a sus destinatarios previstos) no fue el personaje ficticio/inventado unas décadas más tarde por C.W. Leadbeater y respecto al cual también Alice Bailey escribió posteriormente.

Leadbeater y Bailey sostuvieron que el Maha Chohan era un "hombre indio de aspecto juvenil" con "turbante" y que había desempeñado ese cargo o función particular "desde la época atlante". Esto fue una insinuación directa de que, en alguna forma, tanto H.P.B. como los mismos Maestros en sus propias cartas estaban totalmente equivocados en todo lo que señalaron sobre el Maha Chohan, ya que Su descripción sobre Él es completamente distinta de la presentada en pseudoteosofía, así como las enseñanzas de Teosofía Original difiere enormemente respecto a sus imitaciones tardías.

Esta es una carta muy directa y poderosa que plantea aspectos muy definidos, especialmente en lo que refiere a la visión y postura de los Maestros y Jefes de la Hermandad Transhimaláyica hacia Buda y el budismo. Ellos no consideran a cualquier "Señor Cristo" como su "maestro supremo", no proclaman ni creen en la "Segunda Venida de Jesús" y ni siquiera reconocen a un Cristo corpóreo o personal de ninguna manera. Todas esas ideas son producto de Leadbeater -sacerdote anglicano al comienzo de su carrera teosófica y autodenominado "arzobispo" en la Iglesia Católica Liberal al final de la misma- y más tarde fueron perpetuadas por la ex misionera cristiana Alice Bailey.

Sin embargo, siempre habrá cierto tipo de personas que "prefieren creer lo que es agradable en lugar de la verdad, y se enojan mucho con cualquiera que destruya una ilusión agradable" (H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía").

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"Opinión del Chohan sobre la S.T.

Varias razones de peso dadas a K.H. por el Chohan sobre por qué la S.T. debería ser una Hermandad para el género humano.
Para 'Sociedad Ecléctica Simla' de la S.T. (1880 ó 1881).

La doctrina que promulgamos como la única verdadera y respaldada por la evidencia que nos preparamos para dar, debe triunfar al final como cualquier otra verdad. Sin embargo, es absolutamente necesario inculcarla gradualmente aplicando sus teorías, hechos irrecusables para los que saben y con deducciones directas deducidas y corroboradas desde la evidencia proporcionada por la ciencia exacta moderna. Por eso, el coronel Henry S. Olcott que trabaja para revivir el budismo puede considerarse como alguien que actúa en el verdadero camino de la Teosofía, mucho más que cualquier otra persona que elija como meta la gratificación de sus propias y ardientes aspiraciones de conocimiento oculto. El budismo es la verdad eterna cuando está despojado de sus supersticiones, y el que lucha por esta última lo hace por la Theos-sophia, la Sabiduría Divina que es sinónimo de verdad.

Para que nuestras doctrinas reaccionen de manera práctica en el llamado código moral o en las ideas de verdad, pureza, abnegación, caridad, etc., debemos predicar y popularizar el conocimiento de la Teosofía. No es el propósito individual y determinado de alcanzar el Nirvana por uno mismo (la culminación de todo conocimiento y sabiduría absolutos) que después de todo es sólo un egoísmo exaltado y glorioso, sino la búsqueda abnegada de los mejores medios para conducir a nuestro prójimo al camino correcto y hacer cuanto podamos para que tantas de nuestras criaturas compañeras se beneficien con ello, lo que constituye al verdadero teósofo.

Las porciones intelectuales de la humanidad parecen dividirse rápidamente en dos clases: la que de forma inconsciente se prepara para sí misma largos períodos de aniquilación temporal o estados de no-conciencia debido a la entrega y encarcelamiento deliberados de su intelecto en estrechos surcos de intolerancia y superstición, un proceso que no puede desembocar sino en la deformación completa del principio intelectual; y la otra que se entrega sin límites a la indulgencia de sus propensiones animales con la intención deliberada de someterse a la aniquilación pura y simple en instancias de fracaso, y a milenios de degradación luego de la disolución física. Esas 'clases intelectuales' que reaccionan sobre las masas ignorantes que atraen y éstas al considerar a aquéllas como ejemplos 'nobles y dignos de seguir', degradan y arruinan moralmente a quienes deberían proteger y guiar. Entre la superstición degradante y el materialismo brutal aún más deshonroso, la paloma blanca de la verdad apenas tiene sitio donde descansar sus agotadas e inoportunas alas...

Es hora de que la Teosofía entre en el juego. Los hijos de teósofos tienen más probabilidades de convertirse también en lo mismo que cualquier otra cosa. Ningún mensajero de la verdad ni ningún profeta ha logrado durante su vida un triunfo completo, ni siquiera Buda, y así la Sociedad Teosófica fue elegida como piedra angular y base de la futura religión de la humanidad. Para lograr el objeto propuesto se determinó una mezcla mayor, más sabia y especialmente más benevolente de lo alto y lo bajo, del alfa y el omega de la sociedad. La raza blanca debe ser la primera en extender la mano de comunión a las naciones oscuras para convocar a los pobres y despreciados hermanos 'negros'. Esta perspectiva puede no agradar a todos, pero quien se oponga a este principio no es teósofo...

En vista del triunfo cada vez mayor y -al mismo tiempo- el mal uso del pensamiento libre y la libertad (o el reinado universal de Satanás como lo habría llamado Eliphas Lévi), ¿cómo se puede impedir que el instinto natural humano cometa atrocidades y crueldades tiránicas u otras injusticias hasta ahora desconocidas, si no a través de la influencia calmante de una hermandad y la aplicación práctica de las doctrinas esotéricas de Buda? Porque, como todos saben, la emancipación total de la autoridad del único poder o ley omniabarcante llamado 'Dios' por los teístas -Buda, Sabiduría Divina e Iluminación o Teosofía por los filósofos de todas las edades- significa también liberación de la ley humana. Una vez rescatados de su peso muerto de interpretaciones dogmáticas, nombres personales, concepciones antropomorfas y sacerdotes asalariados, se demostrará que las doctrinas fundamentales de todas las religiones son idénticas en su significado esotérico. Osiris, Khrishna, Buda y Cristo serán vistos como medios diferentes para uno y [el] mismo sendero regio hacia el Nirvana de la felicidad final. Se verá que el cristianismo místico, es decir, el que enseña la autoredención a través del propio séptimo principio, el Para-atma liberado (Augoeides) -llamado Cristo por algunos, Buda por otros y equivalente a la regeneración o renacimiento en espíritu- representa la misma verdad que el Nirvana del budismo místico. Todos nosotros debemos deshacernos de nuestro propio ego, el yo ilusorio y aparente y reconocer nuestro verdadero Ser en una vida divina trascendental; pero si no queremos ser egoístas, debemos esforzarnos para hacer que otras personas vean esa certeza con tal de reconocer la realidad de ese ser trascendental, el Buddh, Cristo o Dios de cada predicador. Por eso, incluso el budismo exotérico es el camino más seguro para guiar a los hombres hacia la única verdad esotérica. Al ver ahora el estado del mundo, ya sea cristiano, musulmán o pagano, la justicia se ignora y se prescinde del honor y la misericordia.

En una palabra, y una vez que los objetos principales de la S.T. sean mal interpretados por aquéllos que están más dispuestos a servirnos personalmente, ¿cómo debemos tratar con el resto de la humanidad, con esa maldición conocida como 'lucha por la vida' que es el padre real y más prolífico para la mayoría de aflicciones, dolores y todos los crímenes? ¿Por qué esa pugna se ha convertido en el esquema casi general del Universo? Porque ninguna religión -excepto el budismo- ha enseñado hasta ahora un desprecio práctico por esta vida terrenal, mientras que cada una de ellas y siempre con esa única excepción solitaria ha inculcado el mayor temor a la muerte a través de sus infiernos y condenas. Por lo tanto, encontramos que la contienda por existir se libra con más fuerza en los países cristianos, más prevalentes en Europa y América, se debilita en tierras paganas y es casi desconocida entre poblaciones budistas. (Durante las hambrunas en China y donde las masas son más ignorantes de sí mismas o de cualquier religión, se observó que las madres que devoraban a sus hijos pertenecían a localidades donde se encontraban la mayoría de misioneros cristianos; donde no había ninguno de ellos y sólo los bonzos tenían campo, la población moría con la mayor indiferencia). Enseñen a la gente a ver que la vida en esta Tierra, incluso la más feliz, no es más que una carga e ilusión; que es sólo nuestro propio Karma la causa que produce el efecto; es nuestro propio juez y Salvador en vidas futuras, y la gran lucha por la vida pronto perderá su intensidad. No hay penitenciarías en las tierras budistas y el crimen es casi desconocido entre los tibetanos de ese credo. (Lo anterior no está dirigido a usted y no tiene nada que ver con el trabajo de la Sociedad Ecléctica Simla. Está pensado sólo como respuesta a la impresión errónea en la mente de Hume de que el 'trabajo de Ceilán' no es Teosofía).

Ahora el mundo en general y particularmente la cristiandad han demostrado ser un fracaso, abandonados durante dos mil años al régimen de un 'Dios personal', así como a sus sistemas políticos y sociales basados en esa idea. Si los teósofos dicen 'no tenemos nada que ver con todo esto, las clases más bajas y las razas inferiores (de la India, por ejemplo, en la concepción de los británicos) no pueden preocuparnos y deben manejarse como puedan', ¿qué pasa entonces con nuestras excelentes declaraciones de benevolencia, filantropía, reforma, etc.? ¿Son estas manifestaciones una burla? Y si es así, ¿puede ser nuestro camino el verdadero? ¿Nos dedicaremos a enseñar a unos pocos europeos alimentados con la grasa de la tierra, muchos de ellos cargados con los dones de la fortuna ciega, la razón fundamental para los sonidos astrales de campanas, copas, el 'teléfono espiritual' y la formación del cuerpo homólogo, y dejaremos que los millones de ignorantes, pobres y despreciados, los humildes y oprimidos, cuiden de sí mismos y de su más allá como mejor puedan? ¡Nunca! Más valdría que pereciera la Sociedad Teosófica con sus dos infortunados fundadores en vez de permitir que se convierta en poco más que una academia de magia y salón de ocultismo. Hermanos míos, es una idea extraña que nosotros, los devotos seguidores de Gautama Buda -el hombre de hombres-, ese espíritu encarnado del autosacrificio absoluto, la filantropía, la bondad divina y todas las virtudes más elevadas que se pueden alcanzar en esta tierra de dolor, deberíamos permitir que la Sociedad Teosófica represente la encarnación del egoísmo y el refugio de unos pocos sin pensamiento en ellos para los muchos.

Entre los pocos destellos obtenidos del Tíbet por los europeos y su jerarquía mística de 'lamas perfectos', hay uno que se entendió y describió correctamente. 'Las encarnaciones de Boddisatwa Padma Pani o Avalo-Kiteswara y de Tsong Kapa, la de Amitabha, renuncian a su muerte al logro de la budeidad -es decir, el summum bonum de la dicha y felicidad personal del individuo- y pueden nacer una y otra vez en beneficio de la humanidad' (Rhys Davids). En otras palabras, que podrían someterse una y otra vez a la miseria, el encarcelamiento en la carne y todas las penas de la vida, siempre y cuando un autosacrificio semejante que se repite a lo largo de largos y lúgubres siglos puedan convertirse en los medios para asegurar salvación y felicidad en el más allá para un puñado de hombres elegidos en sólo una de las muchas razas humanas. ¿Y somos nosotros, los humildes discípulos de estos lamas perfectos, de quienes se espera que permitamos que la S.T. suelte su título más noble de Hermandad Humana para convertirse en una simple escuela de psicología? ¡No, buenos hermanos; vosotros ya llevabais demasiado tiempo trabajando bajo el error! Entendámonos unos a otros. Quien no se sienta lo suficientemente capacitado para comprender la noble idea de forma aceptable y trabajar por ella no necesita emprender una tarea demasiado pesada para él; pero casi no existe un teósofo en toda la Sociedad que no pueda ayudar eficazmente corrigiendo las impresiones erróneas de forasteros, si no con la propagación de la idea. ¡Oh, para el hombre noble y desinteresado que nos ayude efectivamente en India con esa tarea divina, todo nuestro conocimiento pasado y presente no sería suficiente para recompensarlo!... Habiendo explicado nuestros puntos de vista y aspiraciones, sólo tengo unas pocas palabras más que agregar.

Para ser verdaderas, la religión y la filosofía deben ofrecer la solución de cada problema. Que el mundo esté en tan malas condiciones morales es una evidencia concluyente de que ninguna de sus religiones y filosofías -las de razas civilizadas y menos que cualquier otra- jamás han poseído esa verdad. Las explicaciones correctas y lógicas sobre el tema de los problemas en los grandes principios duales -correcto e incorrecto, bien y mal, libertad y despotismo, dolor y placer, egoísmo y altruismo- son tan imposibles para ellos como lo eran hace 1.881 años y se hallan tan lejos de la solución como siempre, pero para esos conflictos debe existir una solución consistente en alguna parte, y si nuestras doctrinas demuestran su competencia para ofrecerla, entonces el mundo será el primero en confesar que ésa debe ser la verdadera filosofía, la verdadera religión, la verdadera luz que otorga la verdad y nada más que la verdad.

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Una versión abreviada de la opinión del Chohan sobre la S.T. a partir de sus propias palabras como se dio anoche. Seguirá en breve mi carta en respuesta a su último mensaje [K.H.]".