9 de febrero de 2022

¿Quién es usted, Madame Blavatsky?

"Todos fuimos al retiro de Majji, una asceta muy conocida y versada en el Vedanta que ocupaba una guha (cueva excavada) con edificios sobre el terreno, en la orilla del Ganges y a uno o dos kilómetros por debajo de la ciudad de Benarés (…) En ese momento Majji tenía unos cuarenta años de edad, piel clara y una dignidad tranquila y gracia de gesto que exigía respeto. Su voz era de tono tierno, su rostro y cuerpo regordetes y ojos llenos de inteligencia y fuego (...) Una visita de regreso que realizó Majji a H.P.B. a la mañana siguiente causó sorpresa, porque según nos dijeron era algo muy inusual para ella ser convocada por alguien excepto por su Gurú, y nunca por un europeo (…) en ausencia de H.P.B. ella contó libremente a la señora Gordon, Damodar y a mí una historia maravillosa sobre ella. Majji dijo que el cuerpo de Blavatsky estaba ocupado por un yogui, y que trabajaba con él tanto como podía para difundir la filosofía oriental” (Henry Olcott, “Hojas de un Viejo Diario”).

“(...) esa noche [en Gooty] fui visitada por mi Gurú [Maestro M.] y 'Majji'” (Olcott, carta a Francesca Arundale). 

"Un mes después de que me uniera a la Sociedad, sentí como si hubiera una voz en mí susurrándome que Madame Blavatsky no es lo que ella representa ser, y entonces asumió la forma de una creencia en mí que se hizo tan fuerte y en tan poco tiempo, que cuatro o cinco veces pensé en arrojarme a sus pies y rogarle que se revelara a mí. Pero luego no pude hacerlo, porque pensé que sería inútil, pues yo sabía que era bastante impuro y había llevado una vida tan mala para confiar en ese secreto. Por lo tanto, permanecí en silencio con el consuelo de que ella misma me confiaría el secreto cuando me considerara digno de ello. Pensé que debía ser un gran Adepto indio que había asumido esa forma ilusoria, pero se me ocurrió una dificultad. Supe que había recibido cartas de sus tías y que se comunicaba con personas en casi todo el mundo, y por ende no pude reconciliar mi creencia pues pensé que Blavatsky tendría que practicar la ilusión en todo el mundo. Se me sugirieron varias explicaciones, excepto la correcta; sin embargo, estaba en lo cierto (como he comprobado posteriormente) en mi concepción original de que ella es un gran Adepto indio" (Damodar K. Mavalankar, carta a William Quan Judge). 

"[Damodar] era el único amigo verdadero y devoto que tuve en toda India, el único que tenía mi secreto y el de los Maestros; sabía toda la verdad y por lo tanto sabía que nunca había engañado a nadie, a pesar de todo lo que pensaba la gente cegada por la apariencia,  aunque estaba obligada a jurar y comprometerme a ocultar bastante a todos, incluyendo a Olcott” (H.P. Blavatsky, carta a Khan Bahadur N.D. Khandalavala). 

"Al día siguiente vino 'Maji' (que nunca habla de sí misma excepto como 'este cuerpo') para ver a Madame, y sólo yo estaba con ellas (…) Luego me enteré de lo que dijo que había estado primero en el cuerpo de un faquir, que luego de permanecer con una mano inutilizada por un disparo cuando pasaba por la fortaleza de Bhurtpore, tuvo que cambiar su cuerpo y elegir el que ahora era 'Maji'. Una niña de unos siete años se estaba muriendo en ese momento, y antes de su deceso este faquir entró en su cuerpo y tomó posesión de él. Por tanto, 'Maji' no es una mujer, sino un verdadero faquir hindú en cuerpo femenino. Sólamente uno por uno reuní todos estos detalles.

En su cuerpo anterior, este faquir había estudiado la ciencia del Yoga durante 65 años y tuvo que elegir otra cobertura corporal, ya que ese estudio había sido detenido e incompleto para cuando su cuerpo estaba discapacitado, y por tanto no era compatible con la tarea que tenía que realizar. En su cuerpo actual tiene 53 años, y en consecuencia la 'Maji interna' tiene 118.

Luego preguntó a Madame si sabía que tenían al mismo hombre para su 'Gurú', pero como Blavatsky deseaba que ella diera algunas pruebas de lo que me dijo, las proporcionó fácilmente. Sostuvo que el gurú de Madam [Maestro M.] nació en Punjab, pero generalmente vive en la parte sur de India y especialmente en Ceilán. Tiene alrededor de 300 años y un compañero de aproximadamente la misma edad, aunque ambos no aparentan ni siquiera cuarenta. En unos pocos siglos entrará en el cuerpo de un 'Kshatriya' (casta de guerreros entre los hindúes) y hará algunas grandes hazañas para India, pero aún no ha llegado el momento” (Damodar K. Mavalankar, carta a William Quan Judge). 

“'Maji' vino por segunda vez y en esta ocasión todos estuvimos presentes, excepto Swamiji y Madame que llegaron después. El coronel Olcott hizo a 'Maji' algunas preguntas sobre Madame, y aquélla señaló que Blavatsky no era lo que parece ser. Su hombre interior ya había estado dos veces en un cuerpo indio (…) También dijo que hasta ese momento nunca había visto a un europeo, pero como obtuvo la información sobre Madame de su Gurú, había venido a verla. Entonces le pregunté si la verdadera H.P.B. todavía estaba en el cuerpo [es decir, si la Blavatsky original abandonó su cuerpo en algún momento anterior, quedando entonces ocupado exclusivamente por un yogui indio o iniciado], pero ella se negó a responder y sólo añadió que ella misma, Maji, era inferior a Madame" (Damodar K. Mavalankar, carta a William Quan Judge). 

“Unos días posteriores a la muerte de Madame Blavatsky, ella misma me despertó por la noche. Me levanté sin sentir sorpresa, sino sólo el dulce placer acostumbrado. Ella sostuvo mis ojos con su mirada leonina y luego se hizo más delgada y alta, su forma se volvió masculina y entonces lentamente sus rasgos cambiaron, hasta que se alzó frente a mí un hombre de altura y fuertes poderes, y el último vestigio de sus rasgos se fundió con el suyo hasta que sólo permaneció la mirada silvestre y su resplandor progresivo. El hombre levantó la cabeza y dijo: '¡Atestígualo!'. Luego salió de la habitación y apoyó la mano en el retrato de H.P.B. al pasar. Desde entonces, él ha venido a mí varias veces con instrucciones a plena luz del día y mientras trabajaba, y una vez salió de un gran retrato de H.P.B.” (Julia Keightley).

“Me siento con temor a escribir para la Sociedad Cooperativa que está ejecutando la 'máquina Blavatsky' (…) ¡Realmente creo que he logrado comprenderos! Me parece que da a entender que no he estado en correspondencia con usted, H.P.B., sino con un Hermano que ha usado la carcasa B. como vehículo de su lubricación (…) que me encontraré con él en el futuro y 'no lo conozco'; y que en cuanto a 'la Blavatsky' nunca sabré nada más" (Stainton Moses, carta a H.P. Blavatsky). 

Digo que Isis [H.P.B.] es un hombre. Déjame añadir que ella es (en mi opinión) un hombre hindú. En cualquier caso, sucedió esta noche después que mi hermana y su esposo se hubieran ido a casa; Isis estaba reclinada en su silla, jugando con el cabello y fumando un cigarrillo. Tomó un mechón en sus dedos y lo jaló, tocándolo de manera ausente mientras hablaba, ¡cuando el mechón se hizo visiblemente cada vez más oscuro hasta que se puso tan negro como el carbón! No dije nada hasta que el proceso estuviera listo, cuando de repente le cogí la mano y pedí que me dejara conservar este impecable ejemplar de milagro como recuerdo. Deberías haber visto su cara cuando percibió lo que había hecho en su pelo marrón, pero ella rió de buen humor, me llamó un 'yanqui' fuerte, cortó el bucle y me lo dio. Te enviaré un poco como talismán. Eso sí, éste se cortó de la cabeza de Isis ante mis ojos y bajo el resplandor del candelabro. Este único mechón contrastaba con el cabello rubio, sedoso y arrugado de Blavatsky como una madeja de seda negra sobre un paño marrón claro. Ahora, lo que esto me enseña únicamente es que la cobertura de Blavatsky es una cáscara que 'arrienda' un Solón hindú o Pitágoras de color cobrizo, y en este momento de abstracción se materializó su propio cabello anteriormente allí sólo en su condición astral y ahora permanece así. Ten en cuenta que estas son mis especulaciones privadas” (Olcott, carta a un amigo. El coronel escribió esta misiva en particular durante el tiempo en que Madame Blavatsky estaba ocupada en escribir “Isis Develada”, por lo que se refiere a ella bajo el apodo de "Isis" en este mensaje). 

“Sin embargo, estimado hermano, una vez que habéis aprendido la verdad, y dicho que esta mente desequilibrada, la incongruencia aparente de sus discursos e ideas y su emoción nerviosa -en resumen, todo eso que está tan calculado para trastornar los sentimientos de personas con mente sobria, cuyas nociones de reserva y modales se conmocionan por arrebatos tan extraños de lo que consideran su temperamento, y que tanto le incomodan-, una vez que usted sabe que nada de eso se debe a su culpa, quizás eso puede llevarle a mirarla de una forma muy diferente. A pesar de que no es el momento adecuado para dejarle completamente en el secreto y que aún no está preparado para entender el gran Misterio, incluso si se lo revelan, estoy autorizado para permitirle echar un vistazo tras el velo. Dicho estado en ella se halla íntimamente relacionado con su entrenamiento oculto en el Tíbet, y debido a que fue enviada sola al mundo con objeto de preparar gradualmente el camino para otros. Luego de casi un siglo de búsqueda infructuosa, nuestros jefes tuvieron que aprovechar la única oportunidad para enviar un cuerpo europeo a territorio homónimo para que sirva de enlace entre esa región y la nuestra (…) Actuando de acuerdo con mis deseos y si lo recuerda, mi hermano M. hizo a usted cierta oferta a través de ella. No tenía más que aceptarla, y en cualquier momento que quisiera habría tenido durante una hora o más al verdadero individuo para conversar con él, en lugar del lisiado psicológico con el que generalmente tiene que tratar ahora" (Maestro K.H., carta a A.P. Sinnett y otros). 

Para efectos del trabajo teosófico, ese cuerpo era un instrumento usado por uno de los Maestros, conocido como H.P.B.” (Archibald Keightley). 

“Tras haber demostrado lo que debía, me retiraré de la refinada Sociedad Occidental y ya no estaré más. Todos ustedes entonces podrán chiflar por los Hermanos, el EVANGELIO (…) No, usted no me odia; sólo siente una especie de desprecio amable, indulgente y benévolo para H.P.B. Usted está justo ahí, hasta ahora como la conoce y que está lista para caerse a pedazos. Tal vez aún pueda descubrir su error con respecto a la otra parte que está bien oculta (...) Ahora, ¿realmente cree que me conoce, señor Sinnett? ¿Cree eso porque ha comprendido, como piensa, mi corteza física y cerebro, ese astuto analista de la naturaleza humana, aunque sea que alguna vez haya penetrado incluso bajo las primeras cutículas de mi Ser Real? (…) lo que digo es esto: usted no me conoce, pues lo que sea que haya dentro no es lo que piensa; y por tanto juzgarme como deshonesta es el mayor error en el mundo, además de ser una injusticia flagrante. Yo (el 'yo' interior real) estoy en prisión y no puedo mostrarme como soy con todo el deseo que pueda tener" (H.P. Blavatsky, carta a A.P. Sinnett). 

"Cada vez que me llamaban por mi nombre [en el período de una enfermedad muy grave y misteriosa a fines de la década de 1860, durante el cual ella parecía morir físicamente], abrí los ojos al escucharlo y era yo misma, mi propia personalidad en cada detalle. Sin embargo y tan pronto como me dejaron sola, recaí en mi condición habitual medio soñadora y me convertí en alguien más (quien, a saber, Madame B. no lo dirá). Simplemente tuve una fiebre leve que me consumía lenta pero seguramente, día tras día, con pérdida total de apetito y finalmente de hambre como no sentí nada durante días, y a menudo pasaba una semana sin probar ningún alimento, excepto un poco de agua, de modo que en cuatro meses me reduje a un esqueleto viviente. En los casos en que era interrumpida cuando en mi otro yo (por el sonido pronunciado de mi nombre actual) y mientras conversaba en mi vida de ensueño- digamos, en mitad de una frase que yo decía o los que estaban con mi segundo yo en ese momento- y abría los ojos para responder a la llamada, solía responder de manera muy racional y entendía todo porque nunca estaba delirando. Pero tan pronto como cerraba los ojos de nuevo, la oración que había sido interrumpida era completada por mi otro yo, continuada de la palabra o incluso la mitad de ella en que se había detenido. Cuando despertaba y como yo misma, recordaba bien quien era yo en mi segunda capacidad, lo que había sido y estaba haciendo; era otra persona, es decir, el personaje en que me había convertido, ¡y sé que yo no tenía idea de quién era H.P. Blavatsky! Estaba en otro país lejano, como una individualidad totalmente diferente a la mía y no tenía ninguna conexión con mi vida real" (H.P. Blavatsky, carta a su hermana Vera de Zhelihovsky). 

“Una tarde [en 1889] mientras estaba meditando así, la cara de H.P.B. brilló ante mí. La reconocí por su retrato en Isis, aunque parecía mucho más vieja. Traté de excluirla pensando que la imagen astral -como la consideré- se debió a una fantasía caprichosa; pero en ese momento el rostro evidenció una mirada de impaciencia y al instante fui sacado de mi cuerpo e inmediatamente estaba de pie 'en el astral' junto a H.P.B. en Londres. Allí era de mañana, pero ella todavía estaba sentada en su escritorio. Mientras Blavatsky me hablaba de modo muy amable, no pude evitar pensar en lo extraño que una anciana aparentemente robusta fuese un Adepto. Traté de sacar de mi mente ese pensamiento descortés, pero ella lo leyó y como si fuera una respuesta a ello, su cobertura física se volvió translúcida, revelando un maravilloso cuerpo interior que parecía estar formado por oro fundido. Entonces y de repente el Maestro M. apareció ante nosotros en su mayavi-rupa y a Quien hice una profunda reverencia porque me parecía más un Dios que un hombre. De alguna manera yo sabía quién era él, aunque ésta era la primera vez que lo veía. Me habló con amabilidad y dijo: 'Tendré trabajo para usted en seis meses'. Caminó hasta el otro lado de la habitación, hizo un gesto de despedida con la mano y se marchó. Luego H.P.B. me despidió con las palabras 'Dios te bendiga' y directamente vi las olas del Atlántico debajo de mí; floté hacia abajo y sumergí mis pies en sus crestas. Luego crucé con prisa el continente hasta que vi las luces de Los Ángeles y regresé a mi cuerpo, sentado en la silla donde lo había dejado” (James Morgan Pryse).

“Su visión es correcta respecto de que cuando miró a H.P.B. no vio a una anciana, sino a Dios. Tuvo el privilegio de percibir la Verdad, porque el Ser en ese viejo cuerpo llamado H.P. Blavatsky es un Adepto poderoso que trabaja en su propio plan en el mundo, y por tanto no necesitamos ir al Tíbet ni a América del Sur para encontrar el tipo de Ser que tantos desean contemplar. Sin embargo, habiendo visto mejor la realidad, guarde silencio y trabaje con eso a la vista. Incluso si le dijera que sabía que Él estaba allí, éste sonreiría mientras esperara que usted pudiese hacer algo en su esfera limitada. La adulación no cuenta y las declaraciones son peor que inútiles. Pero es una gran cosa apreciar tanto como ya lo ha hecho, y será algo más grande si no duda, pues puede ser que nunca más lo vea nuevamente" (William Quan Judge, carta a un teósofo). 

En cuanto a H.P.B., no puede juzgarla por ninguna regla. Hay un gran Adepto allí y él emplea ese cuerpo para Sus propios fines, tanto para el uso como para la prueba de otros” (William Quan Judge).

“En algunos aspectos el temperamento de Madame Blavatsky es bastante malo como usted dice. Sin embargo, ella es la única agente que puede ser empleada por los Mahatmas para efectos de la Sociedad Teosófica (…) Por favor, recuerde también que la persona que habita en el cuerpo de Madame Blavatsky (un chela hindú) tiene enormes dificultades a enfrentar, y no siempre es capaz de controlar la influencia de las impresiones áuricas de ese cuerpo, dejadas allí por la personalidad anterior con que estaba asociado” (T. Subba Row, carta a V.V. Sivavadhanulu). 

"La S.T. [Sociedad Teosófica] vive, y yo soy asesinada en mi honor, fama, nombre y en todo lo que H.P.B. retuvo y amó, porque este cuerpo es MÍO y siento agudamente a través de él (…) No he trabajado durante cuarenta años interpretando roles, arriesgando mi futura recompensa y tomando karma sobre esta desafortunada apariencia para servirles a Ellos sin que se me permitiera tener voz en el asunto. H.P.B. no es infalible porque ella es un cuerpo viejo, podrido, enfermo y desgastado, pero es el mejor que puedo tener en este ciclo (…) Cuando esté muerta y me haya ido de este cuerpo, entonces sabrán toda la verdad y que nunca, nunca sido falsa con nadie ni he engañado a nadie, sino que tuve mucho tiempo para permitirles que se engañaran a sí mismos porque no tenía derecho a interferir con su Karma (...) Oh, topos ciegos e idiotas, todos ustedes: ¿quién es capaz de ofrecerse en sacrificio como lo hice yo?” (H.P. Blavatsky, carta privada y conocida después de su muerte en "She Being Dead Yet Speaketh"). 

Esta es, de hecho, la verdad desnuda y exacta, vista y comprobada por unos pocos; negada y rebatida de forma resuelta e incluso feroz por la mayoría -por ejemplo, que la iniciada H.P.B. era el verdadero Mensajero y Maestro, y ese vehículo Suyo llamado como tal no era un médium (como la mayoría afirma), sino un instrumento especialmente preparado y elegido, siempre y completamente consciente en su propio cerebro. Verdaderamente ella fue de hecho 'el misterio de la Logia' como dijo a uno de sus alumnos” (Alice Leighton Cleather, “H.P. Blavatsky: Her Life and Work for Humanity”).

“La mayoría de nosotros está sujeta al nacimiento por necesidad o Karma; es decir, nuestro pensamiento y acción en el pasado han sido de tal clase para llevarnos a cierta familia o raza, a cierto tiempo y de manera determinada bajo condiciones y circunstancias específicas. Tales nacimientos como los nuestros están bajo la ley y así estamos cosechando lo que hemos sembrado. Pero en el caso de aquellos Seres de quienes hablamos, no siempre vienen a la Tierra y entran en un cuerpo por nuestro camino de nacimiento. Verdaderamente Ellos están bajo la ley, como todos nosotros, pero la conocen y también todos sus modos y procesos, viniendo por elección a través del modo que mejor sirve para la ocasión de su advenimiento. Pueden tomar un cuerpo que está abandonando el Ego o arrendatario natural, y por el acuerdo establecido en planos más elevados que los que conocemos; entonces, tal cuerpo que se deja es usado por esa Entidad superior con el propósito de Su trabajo en el mundo.

Ha habido dos ocasiones de esta clase en nuestro tiempo, y H.P. Blavatsky fue una de ellas. El inquilino que ocupa ese cuerpo realmente lo dejó cuando fue herido de muerte en el campo de batalla [Mentana, 1867] y otra Entidad lo tomó por acuerdo. Esa Entidad entrante fue uno de 'Aquellos que saben', habiendo alcanzado la perfección y que utilizó ese cuerpo para los propósitos del trabajo de la gran Logia de Maestros en el mundo. El segundo caso fue William Q. Judge, en cuya circunstancia el cuerpo pertenecía a un niño de siete u ocho años que estaba muriendo, y fue declarado muerto por el médico que lo atendió. Luego de un tiempo, el cuerpo mostró signos de vida y se recuperó, pero la naturaleza del niño era diferente de lo que había sido antes. Para los padres seguía siendo el mismo niño, vieron el mismo cuerpo y pensaron que era la misma Identidad o Entidad, pero pronto comprobaron el gran cambio en carácter, naturaleza y tendencias.

Ahora estos dos ejemplos apuntan a un aspecto que merece nuestra mayor atención para tratar de comprender: las leyes ocultas que gobiernan la Naturaleza visible e invisible. Todas ellas están resumidas en el último capítulo del segundo volumen de Isis Develada donde se insinúa e ilustra ampliamente este mismo modo de 'nacimiento' sobrehumano: el hecho de que un Ser de mayor conocimiento y logro puede, por elección o acuerdo, entrar en un cuerpo o tomarlo prestado cuando el anterior inquilino lo está dejando.

Estos dos Seres no entraron en la vida humana mediante el portal de nacimiento como todos lo hemos hecho, sino que ingresaron con conocimiento, e inmediatamente al entrar comenzaron a entrenar los cuerpos prestados para responder a sus propios logros y requisitos” (Robert Crosbie, "In Memory of H.P. Blavatsky", discurso para el "Día del Loto Blanco").

[En las enseñanzas de Teosofía, aquellos Adeptos e Iniciados que son Bodhisattvas también se conocen como Nirmanakayas. Helena Blavatsky los define como "aquellos grandes Adeptos de edades pasadas quienes, renunciando a su derecho al Nirvana, permanecen en nuestras esferas del ser no como 'espíritus', sino como seres humanos espirituales y completos. Salvo su envoltura visible y corpórea, la que dejan atrás, permanecen como estaban para ayudar a la pobre humanidad en la medida de lo posible, sin pecar contra la ley kármica. Esta es la 'Gran Renunciación', por cierto; un incesante autosacrificio consciente a lo largo de eones, hasta ese día cuando se abran los ojos de la humanidad ciega y, en lugar de unos pocos, todos verán la verdad universal" (véase el artículo “Nirmanakayas: su grandeza y función en esoterismo”). Estos Nirmanakayas a veces se encuentran en encarnación física y otras no, y esto se cita para que los siguientes dos extractos sean más comprensibles para quienes no estén familiarizados con el término].

"Una tarde estaba sentado con H.P.B. (…) Ella respondió que W.Q. Judge era su alumno favorito y que dignamente sostendría su manto cuando ella se hubiera ido (…) ella parecía saber que seguramente se producirían algunos disturbios graves tras su partida. En este sentido, le pregunté si quería reencarnarse de inmediato y respondió que no lo haría, pero que sería capaz de ayudar mejor en el buen trabajo como Nirmanakaya” (Roger Hall, carta a la revista "The Irish Theosophist"). 

"No podré ayudarlo [el Movimiento Teosófico] para renovar su curso [no desde el comienzo de su eventual nueva reencarnación], porque tendré que actuar en un cuerpo que tendrá que ser asimilado al Nirmanakaya" (H.P. Blavatsky, carta a William Quan Judge).

“Mi buen amigo, vuestro rechazo contra su infalibilidad [H.P.B.], como lo pensó una vez, ha ido demasiado lejos y fue injusto con ella, por lo que lamento decir que tendrá que sufrir en el futuro junto con los demás (…) Usted nunca ha entendido a Upasika [H.P.B.] ni las leyes por las cuales se ha hecho su vida aparente para trabajar desde que la conoció. Usted es ingrato, injusto y hasta cruel, tomando maya por realidad, y realidad por ilusión” (Maestro K.H., carta al coronel Olcott). 

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Muchas personas -ya sea que se llamen teósofos o estudiantes de Sabiduría Eterna- parecen no darse cuenta de que H.P. Blavatsky no era un "canal" telepático o vehículo psíquico lejano para los Maestros, sino que había permanecido siete años viviendo con los Mahatmas M. y K.H., tanto en el Pequeño Tíbet como en la comarca homónima propiamente dicha. Esto no es mera especulación, sino un hecho que se ha confirmado cada vez más por diversos medios de múltiples fuentes e investigadores. Se sabe y confirma que estos dos Maestros -y también su discípulo Djwhal Khul- realizaron muchas visitas a Blavatsky en presencia de otras personas, tanto en sus cuerpos físicos reales (por ejemplo, llegando a Adyar a caballo en una ocasión) y en Su forma astral.

A juzgar por las pruebas compiladas anteriormente, el ser conocido como "H.P.B." era en su aspecto interno un iniciado indio (masculino) de la Hermandad Transhimaláyica que había ocupado el cuerpo y la persona conocida como Helena Petrovna Blavatsky, tras la partida del alma que permaneció inicialmente en dicho cuerpo.

De ahí la razón por la que, cuando se publicó "La Voz del Silencio" -uno de sus últimos libros-, "ella" escribió en su copia personal por medio de la dedicatoria "De H.P.B. a Helena Blavatsky".

Aunque este concepto puede ser nuevo para algunos, de lo anterior se desprende claramente que tiene una base firme y exacta en las palabras de varias personas que tenían conocimiento directo y conexión cercana con H.P.B. como Damodar, William Q. Judge, T . Subba Row y Robert Crosbie. Además, en las cartas intercambiadas entre Judge y Damodar encontramos que el primero se refiere a sabiendas al cuerpo de Blavatsky como "el hogar abandonado" y a veces habla sobre su Profesora como "ella” o “él".

Algunos teósofos opinan que no había un ocupante interno constante o fijo en el "cuerpo de Blavatsky", sino que estaba habitado temporalmente en diferentes momentos por varios Adeptos y chelas sin que hubiese nunca una "H.P.B. Interior" y real. Esto, sin embargo, es muy contradictorio con todo lo señalado con anterioridad, e incluso lo descarta el propio Judge (colega más cercano y de mayor confianza de Blavatsky al que ella llamó su “único amigo", y de quien es imposible decir que "no sabía de lo que hablaba") en una carta sobre aquélla en 1890: "El cuerpo está realmente desgastado y sólo se mantiene vivo por medios extraordinarios (…) Sé con certeza que, si aquél debiera estar ausente en un momento, vería el cuerpo colapsar ante usted" (cursivas en el original).

Cabe recordar que en sus cartas los Maestros se referían a ella como su "Agente Directo" y "Hermano". Se puede descubrir más en artículos como “Cinco anécdotas sobre los Maestros y Madame Blavatsky”, “Palabras de los Maestros sobre H.P. Blavatsky”, “Respondiendo a calumnias nazistas contra H.P. Blavatsky”, “¿Quién escribió 'La Doctrina Secreta'?”, “Elogios para H.P. Blavatsky y la Teosofía”, “El Ciclo de Clausura”, “Maji, la yoguini de Benarés”, “Damodar y el Salón Iniciático”, “William Q. Judge: su rol e importancia en el Movimiento Teosófico” y “¿Cómo estudiar satisfactoriamente a H.P. Blavatsky?

Debiera ser evidente que las instrucciones y escritos de H.P.B. merecen ser considerados como mucho más representativos y precisos de las enseñanzas sobre Sabiduría Eterna legadas por los Maestros y la Gran Logia Blanca REALES, que cualquiera de sus múltiples "sucesores" con pretensiones de haberse relacionado con Ellos y ser Sus “representantes” siguen sin probarse ni confirmar en su totalidad y cuyas instrucciones a menudo son muy diferentes. Esto es sólo lógica simple, pues como alguien dijo una vez: "Con H.P.B. teníamos un Maestro entre nosotros, pero no nos dimos cuenta y nos dirigimos a aquéllos que realmente no tenían ni idea".

Para finalizar, debemos señalar también que los temas tratados en este artículo son de una naturaleza verdaderamente sagrada y esotérica. La única razón para exponer esto es contrarrestar la desafortunada tendencia de muchos "teósofos" a despreciar la obra y figura de H.P.B. cuando les conviene porque, y retomando las declaraciones del Mahatma K.H. a Olcott, nunca han entendido a Upasika ni las leyes por las cuales se ha hecho su vida aparente desde que la conocieron. Así, han sido ingratos, injustos y hasta crueles con ella, tomando maya por ilusión y viceversa