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5 de marzo de 2022

Cinco anécdotas sobre los Maestros y Madame Blavatsky

Presentamos una selección de cinco historias verdaderas que ilustran claramente la íntima naturaleza de la participación entre H.P.
Blavatsky y los Maestros de Sabiduría. Existen cientos de tales historias documentadas, pero para este artículo sólo se escogió una pequeña muestra. 
Madame Blavatsky (mencionada como H.P.B. durante el resto de esta entrega) siempre sostuvo que los Maestros viven en cuerpos físicos aquí en la Tierra, aunque aislados intencionalmente debido a la toxicidad de la vida cotidiana. La idea moderna sobre los "Maestros Ascendidos" es falsa y se explica a fondo en el texto titulado “Peligros y engaños de la canalización”.

H.P.B. siempre se negó a aceptar elogios, adoración o reconocer que había "algo especial" en ella y a menudo solía decir de manera tímida: "Soy sólo una pobre anciana que sabe muy poco"; sin embargo, era infinitamente más que eso y lo sabía. Al respecto pueden consultarse los artículos “¿Quién es usted, Madame Blavatsky?” y “Palabras de los Maestros sobre H.P. Blavatsky”.

Se espera que las siguientes anécdotas breves, todas reales, sean una fuente de interés e inspiración para muchos.
 

01. El chalet junto al mar

Un día, poco después de mudarse a India, H.P.B. debía acudir a una reunión personal en el plano físico con su Gurú, el Maestro Morya, a quien ella no había visto materialmente por algún tiempo. Blavatsky dijo a Mooljee, su joven ayudante nativo, que la llevara a cierto lugar en un pequeño carruaje, aunque sin mencionar desde el principio el destino exacto. En lugar de eso, cuando partieron desde la sede de la Sociedad Teosófica, ella daba una dirección particular en cada cruce de carreteras al que llegaban: “justo aquí”, “doblemos a la izquierda”, “sigamos derecho”, etc. Pasando por la ciudad de Bombay, llegaron a un suburbio y luego viajaron a través de un área boscosa, a menudo cambiando de dirección, hasta que por último se acercaron a la orilla del mar.
 
El paseo marítimo de Bombay (Mumbay) en la actualidad.
 
Finalmente H.P.B. pidió a Mooljee que se detuviera. Habían llegado a las puertas de una finca privada con un jardín de rosas en el frente y un atractivo chalet al fondo. Mooljee estaba desconcertado por el hecho de que él, como residente de Bombay, nunca antes había visto, notado ni conocido siquiera la existencia de esta magnífica propiedad. Se sintió aún más confundido cuando H.P.B. le ordenó con firmeza y repetidamente que bajo ninguna circunstancia debía seguirla o intentar subir a la casa, y que en cambio tenía que esperar allí hasta que ella terminara su asunto.

Desde la distancia la observó mientras caminaba hacia la puerta principal que abrió un hombre indio muy alto y majestuoso, barbudo y vestido completamente de blanco. Era el Maestro M. Ambos entraron al chalet y pronto Mooljee notó que algunos jardineros trabajaban frente a la casa y los llamó a través del portón. Se acercaron a él, pero se negaron a decirle el nombre o cualquier detalle sobre el propietario, ya que se les prohibió hacerlo por haber jurado guardar el secreto.

Tras un largo rato, H.P.B. salió de la casa y se quedó unos momentos en el escalón con el Maestro. Uno de los jardineros cortó un ramo de rosas y se las llevó al Mahatma, quien las entregó de inmediato a Blavatsky y le dijo que eran un regalo suyo para el coronel Olcott, su socio y uno de los cofundadores de la Sociedad Teosófica. Se despidió y regresó al carruaje donde Mooljee estaba esperando y fue llevada a casa.

Más tarde ese día, ella explicó a Olcott que el chalet pertenecía a la Gran Hermandad y servía como residencia temporal para cualquiera de los Maestros, quienes a veces necesitaban hacer una visita o viajar por el área de Bombay, tal como sabemos que el Maestro Hilarión lo hizo en ocasiones de acuerdo a lo descrito por Koot Hoomi. Blavatsky señaló que era una de las varias casas en todo el mundo que usaban de esta manera y que estaba protegida por un "maya" (literalmente "ilusión" en sánscrito) que consistía en una disposición controlada de la atmósfera de tal forma que sólo muy pocos escogidos podían verlo y encontrarlo.

Sin embargo, Mooljee estaba convencido de que sería capaz de ubicar esa casa nuevamente y llevó al coronel Olcott con él para recorrer otra vez ese camino con la expectativa de volver a ese sitio en particular. Pero por más que lo intentaron nunca más pudieron encontrar ese chalet junto al mar.
 

02. El Maestro en el tren

Aproximadamente un mes luego del incidente del chalet (a saber, abril de 1879) el Maestro M. sugirió a H.P.B. que visitara el famoso templo en la cueva de Karli, llevando con ella al coronel Olcott. Partieron en tren con Mooljee y otros dos ayudantes, Babula y Baburao.

El tren se detuvo en Khandalla y se dirigieron hacia donde se quedarían esa noche. Mooljee, sin embargo, regresó al terminal de la localidad para hablar con el jefe de la estación sobre un asunto. Mientras estaba de pie en la plataforma, escuchó que lo llamaban y se volvió para ver una locomotora que acababa de llegar y dirigiéndose a Puna, donde estaba sentado el mismo indio alto y barbudo vestido de blanco que había visto anteriormente desde las puertas del misterioso chalet.
 
Rosas de India.

"Esto es para el coronel Olcott", dijo el Maestro M., entregando un ramo de rosas a Mooljee y quien las llevó rápidamente a la casa de descanso para entregarlas a su destinatario. Olcott, asombrado por la disposición generosa y amable mostrada hacia él por el Maestro, quiso escribir una nota de agradecimiento, pero no sabía cómo entregársela.

H.P.B. tomó la nota que Olcott había escrito, la pasó a Mooljee y dijo que comenzara a caminar por la carretera con el mensaje.“¡Pero no hay nombre ni dirección en él!”, protestó Mooljee. "¿Cómo se puede entregar o enviar?", pero Blavatsky simplemente insistió en que se fuera.

Luego de caminar un poco por el camino, el Maestro apareció de repente justo enfrente de él, como si estuviera en aire enrarecido. Al recibir la carta de manos del joven le dijo: "Ahora vuelve". Mooljee comenzó a caminar hacia atrás, pero no pudo resistir la tentación natural de mirar hacia atrás por encima del hombro. No había nadie ahí. El Maestro, todavía en el tren a Puna, aparentemente había proyectado momentáneamente su doble astral para recibir la nota de gratitud.
 

03. Un Mahatma indio en un banco de Nueva York

No mucho después de que se publicara “Isis Develada” -el primer libro de H.P.B.- y mientras aún vivía en Nueva York (EE.UU.) antes de ir a India, recibió la noticia del Maestro M. quien deseaba que el coronel Olcott hiciera negocios por él en otra parte del país. Sea lo que fuere, el asunto sonaba como si fuera a extenderse por varias semanas y Olcott se sentía preocupado y reacio debido a la cantidad de dinero que perdería como resultado de estar lejos de su trabajo en Nueva York durante tanto tiempo.

H.P.B. le preguntó cuánto podría perder y respondió que unos 500 dólares por cada mes de ausencia. Reflexionó sobre el tema y le dijo que, como no era un chela comprometido, no tenía que ir si eso significaría descuidar su propio negocio y que el Maestro lo entendería. Sin embargo, finalmente Olcott decidió ir.
 
El edificio "Lamasery" en Nueva York, donde H.P. Blavatsky alquiló un apartamento y escribió "Isis Develada".
 
Cuando regresó a Nueva York luego de dos meses, llamó al banco para consultar el saldo de su cuenta. El extracto bancario que se le entregó mostraba dos créditos de $500 cada uno, un dato que lo desconcertó enormemente. Al preguntarle de dónde había salido ese dinero, le dijeron que en el banco había estado un hombre de apariencia india e inusualmente alto, con largo cabello oscuro y suelto, barba negra y ojos muy penetrantes... ¡una imagen neoyorquina extremadamente inusual en la década de 1870!

Según el empleado bancario, este hombre pidió al cajero receptor que completara la boleta de depósito para él cuando ingresara el dinero en la cuenta de Olcott, pues dijo que no estaba lo suficientemente familiarizado con el idioma inglés para saber lo que debía escribir y en qué partes del documento.
 

04. Una extraña visita

En 1870 la familia de H.P.B. (que entonces vivía en Odessa) casi había perdido la esperanza para tener noticias de Helena otra vez. En el verano de 1868 el Maestro Morya la había convocado para ir al Tíbet a fin de recibir clases y entrenamiento más profundos por parte de los Maestros con objeto de prepararla en su misión como Mensajero para el mundo. Sus parientes no habían sabido nada de ella desde su partida y temían que probablemente estuviera muerta.

Un día de noviembre, su tía Nadezhda Fadeyeva recibió una extraña visita sobre la cual escribió en años posteriores de la siguiente manera:

"(...) cuando mi sobrina estaba en el otro lado del mundo (...) ningún alma sabía dónde se encontraba, lo cual nos entristeció enormemente. Todas nuestras investigaciones habían terminado en nada. Estábamos preparados para creerla muerta, cuando -creo que fue alrededor del año 1870, o posiblemente más tarde- recibí una carta suya, al que creo llamas 'K.H.', que me llegó de la forma más incomprensible y misteriosa, por medio de un mensajero de apariencia asiática y quien luego desapareció ante mis propios ojos. Esta carta, en la que me rogaba que no temiera nada y donde anunció que ella estaba a salvo, todavía la tengo en Odessa (...) Por favor, discúlpame, pero es difícil para mí, por no decir imposible, comprender cómo puede haber gente tan estúpida para creer que mi sobrina o tú hayan inventado a los hombres a quienes ustedes llaman los Mahatmas. No sé si los has conocido personalmente por mucho tiempo, pero mi sobrina me habló de ellos hace años, y con gran extensión. Me escribió que había vuelto a ver y renovado sus relaciones con varios de ellos, incluso antes de que ella escribiera su 'Isis'. ¿Por qué debería haber inventado estos personajes? ¿Con qué fin y qué bien podrían haberle hecho si no tuvieran existencia? (...) Si yo, que siempre he sido y espero seguir siendo una cristiana ferviente, creo en la existencia de estos hombres (aunque me niegue a dar crédito a todos los milagros que les atribuyen), ¿por qué los demás no deberían creer en ellos? Para la existencia de al menos uno de ellos, sí la puedo verificar. ¿Quién, entonces, podría haberme escrito esta carta para tranquilizarme en el momento en que tenía la mayor necesidad de tanto consuelo, a menos que hubiera sido uno de esos Adeptos mencionados? Es cierto que su escritura a mano no la conozco, pero la manera en que me fue entregada fue tan fenomenal, que nada menos que un Adepto en la ciencia oculta podría haberla efectuado. Me prometió el regreso de mi sobrina, y la promesa se cumplió debidamente".

Esta carta que le fue entregada estaba escrita en francés, probablemente por las razones ya indicadas de que éste ha sido el idioma principal en uso por la aristocracia rusa. Traducida al inglés decía:

"Los nobles parientes de Mme. H. Blavatsky no tienen razón alguna para sufrir. Su hija y sobrina no ha dejado este mundo en absoluto. Ella está viva y desea dar a conocer a quienes ama que está bien y se siente muy feliz en el retiro distante y desconocido que ha elegido para sí. Ha estado muy enferma, pero ahora ya no; debido a la protección del Señor Sangyas [nombre tibetano para Buda] ha encontrado amigos devotos que la cuidan física y espiritualmente. Deje que las damas de su casa, por lo tanto, pongan sus mentes en reposo. Antes de que 18 lunas nuevas hayan salido, ella habrá regresado con su familia".
 
“A Ravine in Tibet”, pintado por Djwhal Khul, chela del Maestro K.H. para mostrar las casas de los Maestros. Blavatsky vivió con dicho Adepto y la hermana de éste durante su estancia en el Pequeño Tíbet, en la región de las montañas Kunlun y Karakoram.

Aunque la carta no tenía firma, estaba escrita con la letra del Maestro K.H., como lo demuestra la misma caligrafía que fue utilizada diez años más tarde por Él cuando comenzó su larga correspondencia con varios teósofos. Por lo tanto, K.H. y su escritura eran conocidos por la familia de H.P.B. cinco años antes de que la Sociedad Teosófica fuera fundada. ¿Cómo puede entonces afirmarse, como se dice en ocasiones, que "Blavatsky inventó a los Maestros para atraer la atención hacia ella y la Sociedad Teosófica"? Además, los Kuthumpas (seguidores de Kuthumi) todavía existen hoy y asentados principalmente cerca de Lahaul y Ladakh en la región transhimaláyica de las montañas Karakoram.
 

05. El experimento psicométrico

En Austria y durante 1886 el prominente teósofo Franz Hartmann realizaba una serie de experimentos psicométricos a través de una anciana campesina alemana que había demostrado ser una notable clarividente.

Entre otras cosas, Hartmann le entregó una carta que había recibido de uno de los dos Maestros principales que estaban más estrechamente relacionados con el Movimiento Teosófico y H.P.B. Varias personas en todo el mundo recibieron misivas de los Mahatmas durante esos días y esos mensajes generalmente aparecían de una manera muy inusual y misteriosa, a veces materializándose desde la nada.

La carta que Hartmann había recibido apareció un día repentina e instantáneamente en su escritorio. Hasta el momento, la clarividente pudo describir de manera precisa y perfecta los remitentes y escenarios relacionados con otros recados -cartas normales de personas comunes- que Hartmann receptó y, en esos casos ya conocía personalmente a quienes le escribieron y sabía muy bien desde el principio de quién eran esos mensajes en particular. Pero tenía una gran ansiedad cuando entregó la Carta Mahatma a esta vidente. ¿De quién era en realidad? ¿Era verdaderamente de un Maestro? ¿Había realmente una Hermandad esotérica de Adeptos y oculta en algún lugar del Himalaya que trabajó con H.P.B. y el Movimiento Teosófico?

La anciana se llevó la carta a la frente, sin que se le hubiera dicho nada sobre la naturaleza de la misiva o de quien se suponía que era su origen, y de inmediato exclamó: "¡Ah! ¿Que es esto? ¡Nunca vi algo tan hermoso en mi vida!" Con los ojos cerrados comenzó a ver con su ojo interno y describió todo a Hartmann...

Con intrincados detalles, contó que veía un templo de apariencia oriental encima de lo que parecía ser “una elevación o colina alta pero hecha artificialmente”. En su visión se encontró caminando unos escalones que conducían al templo e ingresó en él. Aunque llevaría demasiado tiempo relatar todos los detalles de lo que vio (se pueden encontrar en el libro "H.P.B.: La extraordinaria vida e influencia de Helena Blavatsky" por Sylvia Cranston), un aspecto que fue de particular interés para Hartmann fue la descripción dada por la mujer sobre dos hombres que veía de pie y juntos en el santuario. Uno era un caballero alto y "muy guapo" de aspecto indio, vestido completamente de blanco. La descripción que dio de la otra persona sugería a un monje con cabeza rapada o calvo que vestía túnicas oscuras.

Directamente bajo el techo del lugar notó tres niveles de tableros que contenían varios caracteres y símbolos extraños. Naturalmente, ella no entendía su significado en absoluto, pero aceptó dibujarlos con detalle en un papel para Hartmann. Finalmente y luego de describir otros aspectos, la clarividente echó a reír alegremente y dijo: “¡Qué gracioso espectáculo! ¡Hay mucha gente extraña! Son mujeres y niños pequeños. Van vestidos tan graciosamente y tienen gorras de piel en la cabeza (…) Ahora toda la escena se disuelve en una nube".

Luego Hartmann escribió una carta a H.P.B. describiendo en detalle las características que la mujer señaló. El investigador mencionó también los extraños símbolos en los paneles, pero no incluyó el dibujo de ellos. En su respuesta, Blavatsky dijo que el templo descrito por la mujer se parecía mucho al de tipo privado que tenía el Panchen Lama cerca de Shigatse (Tíbet) y que muchos de los detalles proporcionados eran completamente exactos, incluida la parte sobre dicho santuario que se estaba construyendo en una elevación artificial. Sostuvo asimismo que nunca se le había permitido entrar personalmente en el templo mientras se encontraba con los Maestros cerca de Shigatse a fines de la década de 1860, pero que lo había visto desde fuera y le habían descrito su interior. Pensaba que el hombre alto vestido de blanco era el Maestro M. y asumió que el personaje de cabeza afeitada que estaba con él debía ser un lama o sacerdote de alguna descripción. También dibujó algunos caracteres y símbolos tibetanos detallados y sumamente complejos y los envió a Hartmann con su carta, diciendo: "Pregúntele si es esto lo que ella vio".

Para el profundo asombro de Hartmann, ¡los signos que delineó H.P.B. eran 99% idénticos a los esbozados por la campesina alemana durante su visión psicométrica!

H.P.B. no explicó el significado de los diversos caracteres, pero el académico Wesley Needham de la división tibetana en la Universidad de Yale sí lo hizo, tras analizar los bosquejos de Blavatsky y la mujer alemana. Las letras tibetanas en el panel superior representaban el mantra "Om tram ah hri hum", mientras que los caracteres inferiores eran los mantras silábicos “bija” o “simientes” relacionados con los cinco Dhyani Budas de los que se habla en budismo tibetano. En su biografía de H.P.B., Sylvia Cranston escribió: “Así se confirma que una mujer alemana no educada pudo reproducir en sílabas simientes tibetanas un mantra budista sagrado del que probablemente no tenía conocimiento previo. El catalizador de esta notable hazaña y sus visiones complementarias fue, como hemos visto, una carta oculta que se dice es de uno de los Maestros de Blavatsky en Tíbet".
 
Algunos de los caracteres tibetanos dibujados por H.P.B.
 
Los artículos “El gran Tsong-Kha-pa” y "Alaya, el Alma Universal" incluyen información adicional sobre el Panchen Lama y el budismo tibetano a la luz de las declaraciones hechas por H.P.B. y los Maestros, como también el texto de “Damodar y el Salón Iniciático”.

"Y ahora, adiós. Compórtese como verdadero teósofo, hijo de la Luz y de Pragna, y acepte las sinceras bendiciones y los buenos deseos de su amigo y hermano malaventurado que se marcha rápidamente, 
H.P. Blavatsky" 
(“Cartas de H.P. Blavatsky a A.P. Sinnett”).

19 de febrero de 2022

Maji, la yoguini de Benarés

Breve biografía de una iniciada poco conocida
Ilustración de Maji tomada de “The Mystics, Ascetics, and Saints of India”.

Quienes han investigado con cierta profundidad real la historia del Movimiento Teosófico, probablemente habrán notado varias referencias a una misteriosa mujer india conocida como Maji (o también Majji, 1826-1898), cuya designación significa literalmente "madre venerada" y no era su nombre de nacimiento.

Aunque al parecer fue bastante conocida en ciertos círculos durante su vida, hoy es muy ignota incluso en India y entre los hindúes de Benarés (ahora llamada Varanasi). Hasta donde sabemos y fuera del ámbito teósofico, ella ha sido mencionada en un libro llamado “The Mystics, Ascetics, and Saints of India” de John Campbell Oman, publicado en Londres en 1905, y de este trabajo citamos los siguientes pasajes:

“Aunque son comunes para los jainistas, las ascetas femeninas son raras entre los hindúes. Sin embargo, hubo una que residió cerca de Benarés durante muchos años, honrada y respetada por la comunidad hindú. Lamento no haberla visto yo mismo, pero me comunicaron los siguientes datos relativos a ella:

Shri Maji, la Yogini de Benarés, nació en 1826 y se llamaba Hari Kuer Bai, pero el amor que inspiraba le ganó el cariñoso título de Maji, por el que era conocida para un gran público. Su familia era originaria de Gujrat, pero como sus antepasados residieron en Benarés durante algunas generaciones y ella misma había sido criada allí, sus admiradores -que la conectaban con su ciudad sagrada- le dieron el nombre de Benarsi. Siendo la menor de seis hijos, Maji tenía sólo cinco años cuando su madre murió. Su padre, Shri Rameshwar Dev, era un buen erudito en sánscrito y hombre de fuertes afectos religiosos; heredando su temperamento devocional y amor por el aprendizaje, ella se convirtió en su hija favorita. A ésta dedicó gran parte de su tiempo, enseñándole sánscrito e instruyéndola en los deberes religiosos. Asimismo demostró ser una alumna apta, que por su progreso recompensó ampliamente al amable instructor por sus labores como maestro y guía espiritual.

Cuando tenía diez años de edad, Maji se casó en Benarés con un joven brahmán. Tres años luego de su matrimonio ella fue a casa de su suegro; en otras palabras, se unió a su joven esposo. Apenas dos años después, se quedó viuda y regresó a casa de su padre con sólo quince años de edad, y totalmente decidida a dedicar su vida al estudio de los libros religiosos y la práctica del yoga. En poco tiempo, Maji adquirió una justa reputación entre los pandits eruditos de Benarés. Su padre hizo muchas peregrinaciones a pie y ella lo acompañó, llevando sobre su cabeza y a la manera india todas las simples necesidades de su viaje. En estas romerías andantes -que abarcaron unos cinco años-, padre e hija visitaron Jugganath, Hardwar, Brindaban, Badrinath, Kedarnath y muchos otros lugares sagrados. Cuando regresaron a Benarés en 1846, falleció Swami Sri Sachda Nand, el gurú de Rameshwar Dev que solía vivir en una cueva o celda subterránea conocida como Annandgupha y situada a unos 19 kms. al este de Benarés, y el gufha o gruta quedó desocupado. Así, el padre de Sri Maji tomó su morada en ese sitio y con él también su hija, siempre estudiando los libros sagrados hindúes y practicando yoga. Allí, en el gupha, vivieron juntos durante catorce años, hasta que en 1860 el padre murió y Maji se quedó sola, pero ella no abandonó el lugar y continuó su vida solitaria ahí hasta su muerte en noviembre de 1898, a la edad de setenta y dos años.

Por lo tanto, parece ser que durante treinta y ocho años esta religiosa había vivido completamente sola en la celda subterránea de Annandgupha, donde de hecho ella había pasado en tranquilidad y estudio místico no menos de cincuenta y dos años de su vida.

Año tras año, llegaban a su gruta personas de todos los sectores para consultar a esta mujer cuya fama se había extendido a lugares distantes, y conociendo el respeto con que los hindúes tienen a un personaje como Maji, podemos estar seguros de que no pasó necesidades personales o dificultades en su vejez, sino que vivió sus años de decadencia honrada por sus correligionarios y en el mayor confort que pudiera ser compatible o aceptable respecto a sus profesiones ascéticas o con su abnegada sencillez. Al comienzo de este capítulo puede verse un retrato de esta dama, reproducido a partir de un grabado en madera".

Por supuesto, el "yoga" mencionado en las citas anteriores es el Raja Yoga, la modalidad noble y espiritual del hinduismo, y distinto del Hatha Yoga que es de tipo físico. Este último está completamente descartado por los Maestros inspiradores del Movimiento Teosófico, así como por todos los hindúes sabios y de mentalidad filosófica, incluido el gran Adi Shankaracharya (fundador y codificador de la rama Advaita Vedanta del hinduismo) que a veces habló sobre el tema de manera claramente opuesta.

La breve descripción sobre la vida de Maji dada anteriormente es interesante, pero trata sólo con aspectos externos. Veamos qué más puede descubrirse de su verdadera naturaleza, su ser interior y conexión con H.P. Blavatsky y los Maestros de la Hermandad Transhimaláyica. 

En 1879, H.P.B. y el coronel Olcott se mudaron de Nueva York a India, trasladando allí la sede de la entonces Sociedad Teosófica. Hacia fines de ese año Olcott declaraba en su "Old Diary Leaves": "Todos fuimos al retiro de Majji, una asceta muy conocida y versada en el Vedanta que ocupaba una guha (cueva excavada) con edificios sobre el terreno, en la orilla del Ganges y a uno o dos kilómetros por debajo de la ciudad de Benarés (…) En ese momento, Majji tenía unos cuarenta años de edad, piel clara y una dignidad tranquila y gracia de gesto que exigía respeto. Su voz era de tono tierno, su rostro y cuerpo regordetes y ojos llenos de inteligencia y fuego (...) Una visita de regreso que realizó Majji a H.P.B. a la mañana siguiente causó sorpresa, porque según nos dijeron era algo muy inusual para ella ser convocada por alguien a excepción de su Gurú, y nunca por un europeo (…) en ausencia de H.P.B. ella le contó libremente a la señora Gordon, Damodar y a mí una historia maravillosa sobre ella. Majji dijo que el cuerpo de Blavatsky estaba ocupado por un yogui y que trabajaba con él tanto como podía para difundir la filosofía oriental".

Respecto al elevado nivel espiritual de H.P.B. y el de la propia Maji, sabemos también de una carta escrita en enero de 1880 por Damodar K. Mavalankar (consúltese la introducción del artículo "'Salvación' por el cristianismo" para más detalles sobre aquél) a William Quan Judge, uno de los tres cofundadores principales del Movimiento y quien se quedó en Nueva York para continuar con el trabajo teosófico en Estados Unidos. Damodar escribe: 

"Poco después, Madame [Blavatsky] y el coronel Olcott, acompañados por dos o tres miembros europeos de nuestra Sociedad, se reunieron conmigo en Benarés. Para mi gran sorpresa y cuando Madame preguntó, Swamiji [Swami Dayan y Sarasvati de Arya Samaj, quien estuvo inicialmente en estrecha asociación con teósofos de India, hasta que “cayó” por orgullo personal y ambición, según relatan los Maestros con cierta profundidad en cartas a A.P. Sinnett] mencionó el lugar donde residía 'Maji' y se ofreció a llevarnos allí, agregando que él la conocía bien y que a menudo venía a verlo (...) Madame no podía acompañarnos para entonces, pues en ese tiempo no se sentía bien, pero cuando se lo contamos a 'Maji' en consecuencia, ésta dirigió una mirada significativa al coronel Olcott quien la devolvió, y le pidió que permaneciera en silencio ya que sólo ellos habían sentido la presencia cercana de Madame. 'Maji' dijo entonces que, a pesar que nunca había visitado a europeos, ella misma venía a ver a la señora una o dos veces previo a nuestra partida de Benarés (...)". 

"Al día siguiente vino 'Maji' (que nunca habla de sí misma excepto como 'este cuerpo') para ver a Madame, y sólo yo estaba con ellas pues el coronel Olcott y la señora Gordon habían ido con Swamiji para supervisar la escuela de niñas. Luego me enteré de lo que dijo sobre haber estado primero en el cuerpo de un faquir que, después de quedar con una mano inutilizada por un disparo recibido cuando pasaba por la fortaleza de Bhurtpore, tuvo que cambiar su cuerpo y elegir el que ahora era 'Maji'. Una niña de unos siete años se estaba muriendo en ese momento y, antes de su deceso, este faquir entró en su cuerpo y tomó posesión de él. Por tanto, 'Maji' no es una mujer, sino un verdadero faquir hindú en cuerpo femenino. Sólamente uno por uno reuní todos estos detalles.

En su cuerpo anterior, este faquir había estudiado la ciencia del Yoga durante 65 años y tuvo que elegir otra cobertura corporal, ya que ese estudio había sido detenido e incompleto para cuando su cuerpo ya no era apto y por tanto no era compatible con la tarea que tenía que realizar. En su cuerpo actual tiene 53 años, y en consecuencia la 'Maji interna' tiene 118 años.

Luego preguntó a Madame si sabía que tenían al mismo hombre para su 'Gurú', pero como Blavatsky deseaba que ella diera algunas pruebas de lo que me dijo, las proporcionó fácilmente. Sostuvo que el gurú de Madam [Maestro M.] nació en Punjab, pero por lo común vive en la parte sur de India y especialmente en Ceilán. Tiene alrededor de 300 años y un compañero de aproximadamente la misma edad, aunque ambos no aparentan ni siquiera cuarenta. En unos pocos siglos entrará en el cuerpo de un 'kshatriya' (casta de guerreros entre los hindúes) y hará algunas grandes hazañas para la India, pero aún no ha llegado el momento.

Cuando Madame y el coronel Olcott fueron el verano pasado a las cuevas de Karley, vieron a cierto sannyasi con una vaca de cinco patas que se llevó aparte a Olcott, le dio el apretón de manos teosófico y luego dijo al coronel que era discípulo de 'Maji'. En esta ocasión comuniqué ese hecho a aquélla, quien rió y declaró que no era otro que el gurú de Madam en el cuerpo del fakir que había saludado a Olcott, y que si volvíamos a ver este personaje no podría darnos la señal nuevamente por el Maestro de Madam que a menudo realiza tales cosas, pues era él quien tomaba posesión de dicho hombre en ese instante. Luego 'Maji' se fue a casa prometiendo volver a vernos antes de nuestra partida (...)".

"'Maji' vino por segunda vez y en esta ocasión todos estuvimos presentes, excepto Swamiji y Madame que llegaron después. El coronel Olcott hizo a 'Maji' algunas preguntas sobre Madame, y aquélla señaló que Blavatsky no era lo que parece ser. Su hombre interior ya había estado dos veces en un cuerpo hindú (…) También dijo que hasta ese momento nunca había visto a un europeo, pero como hubo obtenido la información sobre Madame de su Gurú,  había venido a verla. Entonces le pregunté si la verdadera H.P.B. todavía estaba en el cuerpo [es decir, si la Helena Blavatsky original abandonó su cuerpo en algún momento anterior, quedando entonces ocupado exclusivamente por un yogui indio o iniciado], pero ella se negó a responder y solo añadió que ella misma, Maji, era inferior a Madame (...)".

“Luego dijo al coronel Olcott que una vez fue un joven hindú en la parte sur de India, pero había muerto y volvió a nacer. También nos explicó el significado de la acción del fakir al traer una vaca de cinco patas a Karli cuando vio a Olcott allí y lo saludó al modo teosófico. Ella dijo que toda persona tiene derecho a repetir el Gayatri Mantram que consta de tres Padas (metros), pero un brahmachari tiene derecho de repetir un Pada más, mientras que un Yogi puede reiterar tantos como quiera y así realizar maravillas. Por lo tanto, un yogui tiene facultad de iterar un mantram que consta de cinco Padas que es igual a Om Tat Sat; y como la palabra 'Pada' también significa 'pie' o 'pierna', había traído deliberadamente una vaca de cinco extremidades para denotar este significado. Y además, sostuvo que este símbolo estaba con Madam en el sello de su anillo, aunque ni ella (la señora) ni ninguno de nosotros había insinuado el hecho a 'Maji'. Así usted habrá visto cómo las instrucciones indias se transmiten por medio de símbolos, y alguien que pueda descifrar la antigua simbología aria encontrará un vasto campo para explorar (...)."

“'Maji' me dijo que, si quería hacer un progreso espiritual y ver a alguno de nuestros Hermanos [los Maestros], debo depender por completo de Madame pues nadie más era competente para llevarme por el camino correcto. Si fuera a irme solo a algún lado, estaría vagando aquí y allá durante años, pero eso será del todo inútil. Debo concentrarme enteramente en Madame y depositar mi plena y única confianza en ella. También 'Maji' me señaló que trabajase en la Sociedad y practicara regularmente dos veces al día lo que Madame me había ordenado hacer. En todo respecto debo actuar en obediencia a sus instrucciones (...)  Comentó que a medida que los hijos de India se están volviendo más y más malvados, ellos (estos Adeptos) se han ido retirando gradualmente hacia el norte de las montañas del Himalaya (...)".

"De esta forma, usted verá los grandes efectos que tiene para mí estar siempre con Madame. Desde el principio percibí todo lo que 'Maji' me había dicho. Sólo dos o tres días después de solicitar la admisión en la Sociedad, dije a H.P.B. lo que realmente sentía, que la consideraba mi benefactora, la veneraba como mi Gurú y la amaba más que a una madre. Desde entonces le aseguré lo que dije y ahora 'Maji' me afirma lo mismo, fortalece mi fe y me pide que confíe en ella (Madame). Cuando más tarde consulté a Swamiji con respecto a mí, y sin que yo le dijera una palabra de lo que 'Maji' señaló, él me instó a hacer lo mismo, es decir, poner mi fe en H.P.B. A lo largo de todo esto he sentido -y todavía siento con fuerza- que ya hubiera estudiado esta filosofía con Madame y que una vez fui su discípulo más obediente y humilde. Esto debe haber sido un hecho, pues de lo contrario ¿cómo puede usted explicar el sentimiento creado en mí sobre ella, sólo después de verla no más de tres o cuatro veces? Por lo tanto, todas mis esperanzas y planes futuros están centrados en ella y nada en el mundo puede sacudir mi confianza en su persona, especialmente cuando dos hindúes que no hablan inglés y no podrían haber arreglado estas cosas de antemano me dicen las mismas cosas sin consulta previa y lo que siempre yo había sentido”.

En relación con algunos aspectos mencionados aquí por Damodar y relacionadas con él según Maji, también podemos citar estas palabras de Julia Keightley, una teósofa estadounidense bastante influyente que fue estrecha colaboradora de William Judge,  destinataria de las cartas compuestas por éste último y publicadas en el libro "Letters That Have Helped Me":

“Unos días después de fallecer Madame Blavatsky, ella misma me despertó por la noche. Me levanté sin sentir sorpresa, sino sólo el dulce placer acostumbrado. Ella sostuvo mis ojos con su mirada leonina y luego se hizo más delgada y alta, su forma se volvió masculina, y entonces lentamente sus rasgos cambiaron hasta que se alzó frente a mí un hombre alto y de fuertes poderes, y el último vestigio de sus rasgos se fundió con el suyo hasta que sólo permaneció la mirada leonina, el resplandor progresivo de su mirada. El hombre levantó la cabeza y dijo: '¡Atestígualo!'. Luego salió de la habitación y apoyó la mano en el retrato de H.P.B. al pasar. Desde entonces, él ha venido a mí varias veces con instrucciones a plena luz del día y mientras trabajaba, y una vez salió de un gran retrato de H.P.B."

James Morgan Pryse, otro teósofo estadounidense, escribió:

“Una tarde [en 1889] mientras estaba meditando así, la cara de H.P.B. brilló ante mí. La reconocí por su retrato en Isis [su primer libro "Isis Develada"], aunque parecía mucho más vieja. Traté de excluirla pensando que la imagen astral -como la consideré- se debió a una fantasía caprichosa; pero en ese momento el rostro evidenció una mirada de impaciencia, y al instante fui sacado de mi cuerpo e inmediatamente estaba de pie 'en el astral' junto a H.P.B. en Londres. Allí era de mañana, pero ella todavía estaba sentada en su escritorio. Mientras Blavatsky me hablaba de forma muy amable, no pude evitar pensar en lo extraño que una anciana aparentemente robusta fuese un Adepto. Traté de sacar de mi mente ese pensamiento descortés, pero ella lo leyó y como si fuera una respuesta a ello, su cobertura física se volvió translúcida, revelando un maravilloso cuerpo interior que parecía estar formado por oro fundido. Entonces y de repente el Maestro M. apareció ante nosotros en su mayavi-rupa y a Quien hice una profunda reverencia, porque me parecía más un Dios que un hombre. De alguna manera yo sabía quién era él, aunque ésta era la primera vez que lo veía. Me habló con amabilidad y dijo: 'Tendré trabajo para usted en seis meses'. Caminó hasta el otro lado de la habitación, hizo un gesto de despedida con la mano y se marchó. Luego, H.P.B. me despidió con las palabras 'Dios te bendiga' y directamente vi las olas del Atlántico debajo de mí; descendí flotando y sumergía mis pies en sus crestas. Luego crucé con prisa el continente hasta que vi las luces de Los Ángeles y regresé a mi cuerpo, sentado en la silla donde lo había dejado”.

En respuesta a esto, Judge comentó: “Su visión es correcta respecto de que cuando miró a H.P.B., no vio a una anciana sino a Dios. Tuvo el privilegio de ver la Verdad, porque el Ser en ese viejo cuerpo llamado H.P. Blavatsky es un Adepto poderoso que trabaja en su propio plan en el mundo, y por lo tanto no necesitamos ir al Tíbet ni a América del Sur para encontrar el tipo de Ser que tantos desean contemplar. Sin embargo, habiendo visto mejor la realidad, guarde silencio y trabaje con eso a la vista. Incluso si le dijera que usted sabía que Él estaba allí, éste sonreiría mientras esperara que usted pudiese hacer algo en su esfera limitada. La adulación no cuenta y las declaraciones son peores que inútiles. Pero es una gran cosa ver tanto como ya lo ha hecho, y será algo más grande si no duda, pues puede ser que nunca más lo vea nuevamente".

A otra persona Judge replicó: "En cuanto a H.P.B., no puede juzgarla por ninguna regla. Hay un gran Adepto allí y él emplea ese cuerpo para Sus propios fines, tanto para el uso como para la prueba de otros".

Tallapragada Subba Row, otro colega de Blavatsky y conocido discípulo del Maestro Morya, escribió lo siguiente a V.V. Sivavadhanulu: "En algunos aspectos el temperamento de Madame Blavatsky es bastante malo como usted dice. Sin embargo, ella es la única agente que puede ser empleada por los Mahatmas para los efectos de la Sociedad Teosófica (…) Por favor, recuerde también que la persona que habita en el cuerpo de Madame Blavatsky (un Chela hindú) tiene enormes dificultades a enfrentar y no siempre es capaz de controlar la influencia de las impresiones áuricas de ese cuerpo, dejadas allí por la personalidad anterior con que estaba asociado". Y no sólo un chela, sino "uno iniciado y de alto nivel" según el Maestro K.H.

Para los no-teósofos que lean este artículo, puede sorprenderles saber que hay muchas personas autodenominadas "teósofas" que son completamente ignorantes sobre la vida, el trabajo y las enseñanzas de H.P. Blavatsky, sin mencionar su verdadera naturaleza e identidad internos y su alto estatus espiritual. Incluso muchos de esos individuos la ven desde una perspectiva negativa y crítica, debido en gran parte a que se los mantiene deliberadamente en el desconocimiento sobre los hechos de "teósofos" posteriores como Annie Besant, C.W. Leadbeater y Alice Bailey, quienes estaban muy interesados en hacer creer al público que H.P.B. era simplemente "un tipo de precursor para ellos" y en realidad "una persona bastante infortunada", "torpe", de "menor grado espiritual", propensa "a muchos errores e imprecisiones" y "utilizada por los Maestros como recurso provisional", por así decirlo, hasta que dicho trío infame apareciese en escena. Hablando desde una amplia experiencia personal, también estamos conscientes de que muchos seguidores de Bailey casi llegan al desprecio en su visión de H.P.B. y actitud hacia ella y sus enseñanzas, que en la mayoría de los casos nunca se han molestado en considerar. De hecho, recientemente recibimos a través de nuestro sitio [en inglés] un mensaje muy extenso de un entusiasta discípulo "baileyano", y completamente tóxico y descarado contra H.P.B. y aquéllos que tienen en alta estima su persona y legado, en lugar de "aceptar las enseñanzas de Bailey".

Para A.P. Sinnett, un influyente teósofo inglés que tuvo una actitud algo similar hacia H.P.B. como los pseudoteósofos de hoy, la Agente de los Maestros dirigió estos asertos que se vuelven más comprensibles en su significado a la luz de todo lo que acabamos de ver sobre Maji, Damodar y otros:

"No, usted no me odia; sólo siente una especie de desprecio amable, indulgente y benévolo para H.P.B. Usted está justo ahí, como la conoce hasta ahora y que está lista para caerse a pedazos. Tal vez aún pueda descubrir su error con respecto a la otra parte que está bien oculta (...) Ahora, ¿realmente cree que me conoce, señor Sinnett? ¿Cree eso porque ha comprendido, como piensa, mi corteza física y cerebro, ese astuto analista de la naturaleza humana, aunque sea que alguna vez haya penetrado incluso bajo las primeras cutículas de mi Ser Real? (…) lo que digo es esto: usted no me conoce, pues lo que sea que haya dentro no es lo que piensa; y por tanto juzgarme como 'deshonesta' es el mayor error en el mundo, además de ser una injusticia flagrante. Yo (el 'yo' interior real) estoy en prisión y no puedo mostrarme como soy con todo el deseo que pueda tener".

Otra referencia interesante a Maji se encuentra en una carta compuesta por Olcott a Francesca Arundale, en la que menciona haber sido visitado de noche por el Maestro M. y Maji juntos en sus cuerpos astrales.

Para 1885, Damodar había alcanzado tal nivel de progreso espiritual que el Maestro K.H. decidió que para él ya era hora de vivir con los Mahatmas en el Tíbet con objeto de aprender de ellos directamente, tal como lo había hecho H.P.B. dos décadas antes como preparativo para su gran misión y trabajo teosóficos con la humanidad. El Maestro recién mencionado y quien fue gurú de Damodar ayudó a planear el viaje para él, incluyendo sus diversas etapas físicas y espirituales, pues parte de ello implicaba volver a ver a Maji y quedarse con ella durante varios días.

En el interesante diario que nos legó, Damodar registra el día 8 de marzo: "(...) llegué a Benarés y fui al ashram de Maji. Tenía largas conversaciones con ella tanto de mañana como de tarde; habló sobre Subba Row y me contó cosas que él me refirió últimamente en privado. También comentó sobre Bawaji y otras cosas que sólo conocíamos Madame B. y yo, además de otros aspectos sorprendentes".

Al día siguiente, "las conversaciones con Maji continuaron. Habló sobre los retratos de los Maestros en la Sede y me contó muchas cosas asombrosas. Cuatro teósofos de Benarés llamaron por la tarde y la charla de Maji fue muy interesante e instructiva. En igual periodo del día, ella me contó sobre el gurú de Subba Row y él mismo". Para el 10 de marzo comenzó a "tomar un medicamento que ella preparó para mí y tuve diálogos privados con ella durante el día. Sobre Madame B., Maji afirma que aún no morirá dentro de un año o más" (como sucedió, H.P.B. vivió otros seis años antes de salir del plano físico), y el 11 de marzo "los diálogos continuaron (...) Más tarde, Maji me mostró un retrato de su padre que fue precipitado luego de su muerte". El 12 de ese mes fue su última jornada en Benarés y tuvo "una plática matutina con ella, y otra al mediodía, totalmente privadas en su guha, cuando ella discutió los planes a la vista y las personas involucradas. Me cuenta hechos sorprendentes y algo sobre el futuro".

Poco más de un mes más tarde, Damodar escribió su última entrada en el diario: "Tomé bhat por la mañana y procedí solo desde Kabi [Kabi Lungchok en el Sikkim himaláyico] enviando mis cosas de vuelta [incluyendo el diario] con los coolies a Darjeeling".

Aunque H.P.B. y algunos otros tuvieron noticias de él posterior a ese tiempo, nunca regresó a India sino que permaneció con el Maestro. En la medida en que es posible relatarla, la historia completa se narra en el libro "Damodar and the Pioneers of the Theosophical Movement", compilado por Sven Eek.

En una ocasión Damodar mencionó a Maji en un breve artículo titulado "Can Females Become Adepts?" y señalando: "Es difícil ver una buena razón por la cual las mujeres no deban convertirse en Adeptos (...) En Benarés también vive una cierta dama, insospechada y desconocida excepto para unos pocos". También Damodar ofrece una referencia a otro artículo de The Theosophist que consiste en una transcripción de preguntas y respuestas entre Olcott y Swami Dayanand Sarasvati, donde el primero pregunta: "¿Puede un yogui pasar de su propio cuerpo al de una mujer?", a lo que Swami responde: "Con tanta facilidad como un hombre puede ponerse el atuendo de una mujer, si lo desea, así también él puede poner sobre su propio atma la forma física de aquélla. Externamente, entonces él sería mujer en todo aspecto físico y relación, pero en su ámbito interno continúa siendo él mismo". Con H.P.B. y Maji en mente, Olcott luego dice: "Me he encontrado con dos de ellos, es decir, dos personas que parecían mujeres, pero que eran completamente masculinas en todo, menos en el cuerpo. Si usted recuerda, visitamos juntos a una de ellas en Benarés, en un templo a la orilla del Ganges", y Swami Dayanand replica: "Sí, Maji". 

La mención final de Maji en la literatura teosófica parece figurar en el artículo de William Q. Judge "Habitations of H.P.B.", compuesto poco después de su fallecimiento en 1891. Al describir la sala de escritura que aquélla tenía en la casa de Londres donde pasó sus últimos años, dice: "Se yerguen dos ménsulas, y en una de ellas al final hay una foto de Maji, la famosa mujer yogui de India".

Al parecer existe cierta contradicción entre los teósofos de esa época en cuanto a si Maji era bien conocida o no, pero una cosa es segura tras revisar todos estos hechos y referencias intrigantes, y es que Maji fue y es un alma grande y especial que trabaja estrechamente con la Hermandad de Maestros para ayudar a la humanidad, al igual que H.P.B., aunque Maji declaró que respectó a sí misma Blavatsky tiene un nivel más elevado.

Es interesante observar que ninguno de esos individuos probados objetivamente y de quienes se sabía eran chelas de los Maestros, jamás respaldaron de ninguna forma el trabajo y las "enseñanzas" de los diversos "teósofos" posteriores como Besant, Leadbeater y Bailey que afirmaban ser "discípulos de los mismos Maestros" y nunca dieron evidencias de ello. Dado que los últimos chelas indios y supervivientes de la Sociedad Adyar de Blavatsky se sintieron tan perturbados por las acciones y asertos de tales individuos -sin mencionar su completa reescritura y alteración de los contenidos teosóficos genuinos-, se separaron completamente de ese conglomerado para aliarse con la Logia Unida de Teósofos cuando B.P. Wadia la estableció en Bombay.

El más prominente de estos individuos fue Bhavani Shankar, de quien se habla en términos brillantes en ciertas cartas escritas por los Maestros. Recordando lo dicho por uno de los Mahatmas de que la Sociedad Adyar se había convertido en "un cadáver sin alma" y destinado a "caerse a pedazos" como el inevitable resultado kármico de su infidelidad a H.P.B., y al ver cómo Besant y Leadbeater parecían estar muy convencidos destruyendo el legado y los sacrificios de aquélla, cortó todos los lazos con Adyar y se convirtió en asociado de la L.U.T. al percibir que aquí existía la única agrupación leal a la Causa, instrucciones y Maestros auténticos, de los cuales Shankar fue discípulo fiel y con quien estaba familiarizado personalmente. Como parte de su sadhana o práctica espiritual rutinaria en la última parte de su vida, Shankar solía centrarse en H.P.B. durante meditaciones reverenciales y animó a otros a hacer lo mismo.

La L.U.T., fundada en Los Ángeles en 1909 por Robert Crosbie, continúa vigente en todo el mundo hasta el día de hoy y su declaración sigue siendo la misma como en ese entonces: "difundir ampliamente las enseñanzas originales de Teosofía, tal como se registran en los escritos de H.P. Blavatsky y William Q. Judge".

9 de febrero de 2022

¿Quién es usted, Madame Blavatsky?

"Todos fuimos al retiro de Majji, una asceta muy conocida y versada en el Vedanta que ocupaba una guha (cueva excavada) con edificios sobre el terreno, en la orilla del Ganges y a uno o dos kilómetros por debajo de la ciudad de Benarés (…) En ese momento Majji tenía unos cuarenta años de edad, piel clara y una dignidad tranquila y gracia de gesto que exigía respeto. Su voz era de tono tierno, su rostro y cuerpo regordetes y ojos llenos de inteligencia y fuego (...) Una visita de regreso que realizó Majji a H.P.B. a la mañana siguiente causó sorpresa, porque según nos dijeron era algo muy inusual para ella ser convocada por alguien excepto por su Gurú, y nunca por un europeo (…) en ausencia de H.P.B. ella contó libremente a la señora Gordon, Damodar y a mí una historia maravillosa sobre ella. Majji dijo que el cuerpo de Blavatsky estaba ocupado por un yogui, y que trabajaba con él tanto como podía para difundir la filosofía oriental” (Henry Olcott, “Hojas de un Viejo Diario”).

“(...) esa noche [en Gooty] fui visitada por mi Gurú [Maestro M.] y 'Majji'” (Olcott, carta a Francesca Arundale). 

"Un mes después de que me uniera a la Sociedad, sentí como si hubiera una voz en mí susurrándome que Madame Blavatsky no es lo que ella representa ser, y entonces asumió la forma de una creencia en mí que se hizo tan fuerte y en tan poco tiempo, que cuatro o cinco veces pensé en arrojarme a sus pies y rogarle que se revelara a mí. Pero luego no pude hacerlo, porque pensé que sería inútil, pues yo sabía que era bastante impuro y había llevado una vida tan mala para confiar en ese secreto. Por lo tanto, permanecí en silencio con el consuelo de que ella misma me confiaría el secreto cuando me considerara digno de ello. Pensé que debía ser un gran Adepto indio que había asumido esa forma ilusoria, pero se me ocurrió una dificultad. Supe que había recibido cartas de sus tías y que se comunicaba con personas en casi todo el mundo, y por ende no pude reconciliar mi creencia pues pensé que Blavatsky tendría que practicar la ilusión en todo el mundo. Se me sugirieron varias explicaciones, excepto la correcta; sin embargo, estaba en lo cierto (como he comprobado posteriormente) en mi concepción original de que ella es un gran Adepto indio" (Damodar K. Mavalankar, carta a William Quan Judge). 

"[Damodar] era el único amigo verdadero y devoto que tuve en toda India, el único que tenía mi secreto y el de los Maestros; sabía toda la verdad y por lo tanto sabía que nunca había engañado a nadie, a pesar de todo lo que pensaba la gente cegada por la apariencia,  aunque estaba obligada a jurar y comprometerme a ocultar bastante a todos, incluyendo a Olcott” (H.P. Blavatsky, carta a Khan Bahadur N.D. Khandalavala). 

"Al día siguiente vino 'Maji' (que nunca habla de sí misma excepto como 'este cuerpo') para ver a Madame, y sólo yo estaba con ellas (…) Luego me enteré de lo que dijo que había estado primero en el cuerpo de un faquir, que luego de permanecer con una mano inutilizada por un disparo cuando pasaba por la fortaleza de Bhurtpore, tuvo que cambiar su cuerpo y elegir el que ahora era 'Maji'. Una niña de unos siete años se estaba muriendo en ese momento, y antes de su deceso este faquir entró en su cuerpo y tomó posesión de él. Por tanto, 'Maji' no es una mujer, sino un verdadero faquir hindú en cuerpo femenino. Sólamente uno por uno reuní todos estos detalles.

En su cuerpo anterior, este faquir había estudiado la ciencia del Yoga durante 65 años y tuvo que elegir otra cobertura corporal, ya que ese estudio había sido detenido e incompleto para cuando su cuerpo estaba discapacitado, y por tanto no era compatible con la tarea que tenía que realizar. En su cuerpo actual tiene 53 años, y en consecuencia la 'Maji interna' tiene 118.

Luego preguntó a Madame si sabía que tenían al mismo hombre para su 'Gurú', pero como Blavatsky deseaba que ella diera algunas pruebas de lo que me dijo, las proporcionó fácilmente. Sostuvo que el gurú de Madam [Maestro M.] nació en Punjab, pero generalmente vive en la parte sur de India y especialmente en Ceilán. Tiene alrededor de 300 años y un compañero de aproximadamente la misma edad, aunque ambos no aparentan ni siquiera cuarenta. En unos pocos siglos entrará en el cuerpo de un 'Kshatriya' (casta de guerreros entre los hindúes) y hará algunas grandes hazañas para India, pero aún no ha llegado el momento” (Damodar K. Mavalankar, carta a William Quan Judge). 

“'Maji' vino por segunda vez y en esta ocasión todos estuvimos presentes, excepto Swamiji y Madame que llegaron después. El coronel Olcott hizo a 'Maji' algunas preguntas sobre Madame, y aquélla señaló que Blavatsky no era lo que parece ser. Su hombre interior ya había estado dos veces en un cuerpo indio (…) También dijo que hasta ese momento nunca había visto a un europeo, pero como obtuvo la información sobre Madame de su Gurú, había venido a verla. Entonces le pregunté si la verdadera H.P.B. todavía estaba en el cuerpo [es decir, si la Blavatsky original abandonó su cuerpo en algún momento anterior, quedando entonces ocupado exclusivamente por un yogui indio o iniciado], pero ella se negó a responder y sólo añadió que ella misma, Maji, era inferior a Madame" (Damodar K. Mavalankar, carta a William Quan Judge). 

“Unos días posteriores a la muerte de Madame Blavatsky, ella misma me despertó por la noche. Me levanté sin sentir sorpresa, sino sólo el dulce placer acostumbrado. Ella sostuvo mis ojos con su mirada leonina y luego se hizo más delgada y alta, su forma se volvió masculina y entonces lentamente sus rasgos cambiaron, hasta que se alzó frente a mí un hombre de altura y fuertes poderes, y el último vestigio de sus rasgos se fundió con el suyo hasta que sólo permaneció la mirada silvestre y su resplandor progresivo. El hombre levantó la cabeza y dijo: '¡Atestígualo!'. Luego salió de la habitación y apoyó la mano en el retrato de H.P.B. al pasar. Desde entonces, él ha venido a mí varias veces con instrucciones a plena luz del día y mientras trabajaba, y una vez salió de un gran retrato de H.P.B.” (Julia Keightley).

“Me siento con temor a escribir para la Sociedad Cooperativa que está ejecutando la 'máquina Blavatsky' (…) ¡Realmente creo que he logrado comprenderos! Me parece que da a entender que no he estado en correspondencia con usted, H.P.B., sino con un Hermano que ha usado la carcasa B. como vehículo de su lubricación (…) que me encontraré con él en el futuro y 'no lo conozco'; y que en cuanto a 'la Blavatsky' nunca sabré nada más" (Stainton Moses, carta a H.P. Blavatsky). 

Digo que Isis [H.P.B.] es un hombre. Déjame añadir que ella es (en mi opinión) un hombre hindú. En cualquier caso, sucedió esta noche después que mi hermana y su esposo se hubieran ido a casa; Isis estaba reclinada en su silla, jugando con el cabello y fumando un cigarrillo. Tomó un mechón en sus dedos y lo jaló, tocándolo de manera ausente mientras hablaba, ¡cuando el mechón se hizo visiblemente cada vez más oscuro hasta que se puso tan negro como el carbón! No dije nada hasta que el proceso estuviera listo, cuando de repente le cogí la mano y pedí que me dejara conservar este impecable ejemplar de milagro como recuerdo. Deberías haber visto su cara cuando percibió lo que había hecho en su pelo marrón, pero ella rió de buen humor, me llamó un 'yanqui' fuerte, cortó el bucle y me lo dio. Te enviaré un poco como talismán. Eso sí, éste se cortó de la cabeza de Isis ante mis ojos y bajo el resplandor del candelabro. Este único mechón contrastaba con el cabello rubio, sedoso y arrugado de Blavatsky como una madeja de seda negra sobre un paño marrón claro. Ahora, lo que esto me enseña únicamente es que la cobertura de Blavatsky es una cáscara que 'arrienda' un Solón hindú o Pitágoras de color cobrizo, y en este momento de abstracción se materializó su propio cabello anteriormente allí sólo en su condición astral y ahora permanece así. Ten en cuenta que estas son mis especulaciones privadas” (Olcott, carta a un amigo. El coronel escribió esta misiva en particular durante el tiempo en que Madame Blavatsky estaba ocupada en escribir “Isis Develada”, por lo que se refiere a ella bajo el apodo de "Isis" en este mensaje). 

“Sin embargo, estimado hermano, una vez que habéis aprendido la verdad, y dicho que esta mente desequilibrada, la incongruencia aparente de sus discursos e ideas y su emoción nerviosa -en resumen, todo eso que está tan calculado para trastornar los sentimientos de personas con mente sobria, cuyas nociones de reserva y modales se conmocionan por arrebatos tan extraños de lo que consideran su temperamento, y que tanto le incomodan-, una vez que usted sabe que nada de eso se debe a su culpa, quizás eso puede llevarle a mirarla de una forma muy diferente. A pesar de que no es el momento adecuado para dejarle completamente en el secreto y que aún no está preparado para entender el gran Misterio, incluso si se lo revelan, estoy autorizado para permitirle echar un vistazo tras el velo. Dicho estado en ella se halla íntimamente relacionado con su entrenamiento oculto en el Tíbet, y debido a que fue enviada sola al mundo con objeto de preparar gradualmente el camino para otros. Luego de casi un siglo de búsqueda infructuosa, nuestros jefes tuvieron que aprovechar la única oportunidad para enviar un cuerpo europeo a territorio homónimo para que sirva de enlace entre esa región y la nuestra (…) Actuando de acuerdo con mis deseos y si lo recuerda, mi hermano M. hizo a usted cierta oferta a través de ella. No tenía más que aceptarla, y en cualquier momento que quisiera habría tenido durante una hora o más al verdadero individuo para conversar con él, en lugar del lisiado psicológico con el que generalmente tiene que tratar ahora" (Maestro K.H., carta a A.P. Sinnett y otros). 

Para efectos del trabajo teosófico, ese cuerpo era un instrumento usado por uno de los Maestros, conocido como H.P.B.” (Archibald Keightley). 

“Tras haber demostrado lo que debía, me retiraré de la refinada Sociedad Occidental y ya no estaré más. Todos ustedes entonces podrán chiflar por los Hermanos, el EVANGELIO (…) No, usted no me odia; sólo siente una especie de desprecio amable, indulgente y benévolo para H.P.B. Usted está justo ahí, hasta ahora como la conoce y que está lista para caerse a pedazos. Tal vez aún pueda descubrir su error con respecto a la otra parte que está bien oculta (...) Ahora, ¿realmente cree que me conoce, señor Sinnett? ¿Cree eso porque ha comprendido, como piensa, mi corteza física y cerebro, ese astuto analista de la naturaleza humana, aunque sea que alguna vez haya penetrado incluso bajo las primeras cutículas de mi Ser Real? (…) lo que digo es esto: usted no me conoce, pues lo que sea que haya dentro no es lo que piensa; y por tanto juzgarme como deshonesta es el mayor error en el mundo, además de ser una injusticia flagrante. Yo (el 'yo' interior real) estoy en prisión y no puedo mostrarme como soy con todo el deseo que pueda tener" (H.P. Blavatsky, carta a A.P. Sinnett). 

"Cada vez que me llamaban por mi nombre [en el período de una enfermedad muy grave y misteriosa a fines de la década de 1860, durante el cual ella parecía morir físicamente], abrí los ojos al escucharlo y era yo misma, mi propia personalidad en cada detalle. Sin embargo y tan pronto como me dejaron sola, recaí en mi condición habitual medio soñadora y me convertí en alguien más (quien, a saber, Madame B. no lo dirá). Simplemente tuve una fiebre leve que me consumía lenta pero seguramente, día tras día, con pérdida total de apetito y finalmente de hambre como no sentí nada durante días, y a menudo pasaba una semana sin probar ningún alimento, excepto un poco de agua, de modo que en cuatro meses me reduje a un esqueleto viviente. En los casos en que era interrumpida cuando en mi otro yo (por el sonido pronunciado de mi nombre actual) y mientras conversaba en mi vida de ensueño- digamos, en mitad de una frase que yo decía o los que estaban con mi segundo yo en ese momento- y abría los ojos para responder a la llamada, solía responder de manera muy racional y entendía todo porque nunca estaba delirando. Pero tan pronto como cerraba los ojos de nuevo, la oración que había sido interrumpida era completada por mi otro yo, continuada de la palabra o incluso la mitad de ella en que se había detenido. Cuando despertaba y como yo misma, recordaba bien quien era yo en mi segunda capacidad, lo que había sido y estaba haciendo; era otra persona, es decir, el personaje en que me había convertido, ¡y sé que yo no tenía idea de quién era H.P. Blavatsky! Estaba en otro país lejano, como una individualidad totalmente diferente a la mía y no tenía ninguna conexión con mi vida real" (H.P. Blavatsky, carta a su hermana Vera de Zhelihovsky). 

“Una tarde [en 1889] mientras estaba meditando así, la cara de H.P.B. brilló ante mí. La reconocí por su retrato en Isis, aunque parecía mucho más vieja. Traté de excluirla pensando que la imagen astral -como la consideré- se debió a una fantasía caprichosa; pero en ese momento el rostro evidenció una mirada de impaciencia y al instante fui sacado de mi cuerpo e inmediatamente estaba de pie 'en el astral' junto a H.P.B. en Londres. Allí era de mañana, pero ella todavía estaba sentada en su escritorio. Mientras Blavatsky me hablaba de modo muy amable, no pude evitar pensar en lo extraño que una anciana aparentemente robusta fuese un Adepto. Traté de sacar de mi mente ese pensamiento descortés, pero ella lo leyó y como si fuera una respuesta a ello, su cobertura física se volvió translúcida, revelando un maravilloso cuerpo interior que parecía estar formado por oro fundido. Entonces y de repente el Maestro M. apareció ante nosotros en su mayavi-rupa y a Quien hice una profunda reverencia porque me parecía más un Dios que un hombre. De alguna manera yo sabía quién era él, aunque ésta era la primera vez que lo veía. Me habló con amabilidad y dijo: 'Tendré trabajo para usted en seis meses'. Caminó hasta el otro lado de la habitación, hizo un gesto de despedida con la mano y se marchó. Luego H.P.B. me despidió con las palabras 'Dios te bendiga' y directamente vi las olas del Atlántico debajo de mí; floté hacia abajo y sumergí mis pies en sus crestas. Luego crucé con prisa el continente hasta que vi las luces de Los Ángeles y regresé a mi cuerpo, sentado en la silla donde lo había dejado” (James Morgan Pryse).

“Su visión es correcta respecto de que cuando miró a H.P.B. no vio a una anciana, sino a Dios. Tuvo el privilegio de percibir la Verdad, porque el Ser en ese viejo cuerpo llamado H.P. Blavatsky es un Adepto poderoso que trabaja en su propio plan en el mundo, y por tanto no necesitamos ir al Tíbet ni a América del Sur para encontrar el tipo de Ser que tantos desean contemplar. Sin embargo, habiendo visto mejor la realidad, guarde silencio y trabaje con eso a la vista. Incluso si le dijera que sabía que Él estaba allí, éste sonreiría mientras esperara que usted pudiese hacer algo en su esfera limitada. La adulación no cuenta y las declaraciones son peor que inútiles. Pero es una gran cosa apreciar tanto como ya lo ha hecho, y será algo más grande si no duda, pues puede ser que nunca más lo vea nuevamente" (William Quan Judge, carta a un teósofo). 

En cuanto a H.P.B., no puede juzgarla por ninguna regla. Hay un gran Adepto allí y él emplea ese cuerpo para Sus propios fines, tanto para el uso como para la prueba de otros” (William Quan Judge).

“En algunos aspectos el temperamento de Madame Blavatsky es bastante malo como usted dice. Sin embargo, ella es la única agente que puede ser empleada por los Mahatmas para efectos de la Sociedad Teosófica (…) Por favor, recuerde también que la persona que habita en el cuerpo de Madame Blavatsky (un chela hindú) tiene enormes dificultades a enfrentar, y no siempre es capaz de controlar la influencia de las impresiones áuricas de ese cuerpo, dejadas allí por la personalidad anterior con que estaba asociado” (T. Subba Row, carta a V.V. Sivavadhanulu). 

"La S.T. [Sociedad Teosófica] vive, y yo soy asesinada en mi honor, fama, nombre y en todo lo que H.P.B. retuvo y amó, porque este cuerpo es MÍO y siento agudamente a través de él (…) No he trabajado durante cuarenta años interpretando roles, arriesgando mi futura recompensa y tomando karma sobre esta desafortunada apariencia para servirles a Ellos sin que se me permitiera tener voz en el asunto. H.P.B. no es infalible porque ella es un cuerpo viejo, podrido, enfermo y desgastado, pero es el mejor que puedo tener en este ciclo (…) Cuando esté muerta y me haya ido de este cuerpo, entonces sabrán toda la verdad y que nunca, nunca sido falsa con nadie ni he engañado a nadie, sino que tuve mucho tiempo para permitirles que se engañaran a sí mismos porque no tenía derecho a interferir con su Karma (...) Oh, topos ciegos e idiotas, todos ustedes: ¿quién es capaz de ofrecerse en sacrificio como lo hice yo?” (H.P. Blavatsky, carta privada y conocida después de su muerte en "She Being Dead Yet Speaketh"). 

Esta es, de hecho, la verdad desnuda y exacta, vista y comprobada por unos pocos; negada y rebatida de forma resuelta e incluso feroz por la mayoría -por ejemplo, que la iniciada H.P.B. era el verdadero Mensajero y Maestro, y ese vehículo Suyo llamado como tal no era un médium (como la mayoría afirma), sino un instrumento especialmente preparado y elegido, siempre y completamente consciente en su propio cerebro. Verdaderamente ella fue de hecho 'el misterio de la Logia' como dijo a uno de sus alumnos” (Alice Leighton Cleather, “H.P. Blavatsky: Her Life and Work for Humanity”).

“La mayoría de nosotros está sujeta al nacimiento por necesidad o Karma; es decir, nuestro pensamiento y acción en el pasado han sido de tal clase para llevarnos a cierta familia o raza, a cierto tiempo y de manera determinada bajo condiciones y circunstancias específicas. Tales nacimientos como los nuestros están bajo la ley y así estamos cosechando lo que hemos sembrado. Pero en el caso de aquellos Seres de quienes hablamos, no siempre vienen a la Tierra y entran en un cuerpo por nuestro camino de nacimiento. Verdaderamente Ellos están bajo la ley, como todos nosotros, pero la conocen y también todos sus modos y procesos, viniendo por elección a través del modo que mejor sirve para la ocasión de su advenimiento. Pueden tomar un cuerpo que está abandonando el Ego o arrendatario natural, y por el acuerdo establecido en planos más elevados que los que conocemos; entonces, tal cuerpo que se deja es usado por esa Entidad superior con el propósito de Su trabajo en el mundo.

Ha habido dos ocasiones de esta clase en nuestro tiempo, y H.P. Blavatsky fue una de ellas. El inquilino que ocupa ese cuerpo realmente lo dejó cuando fue herido de muerte en el campo de batalla [Mentana, 1867] y otra Entidad lo tomó por acuerdo. Esa Entidad entrante fue uno de 'Aquellos que saben', habiendo alcanzado la perfección y que utilizó ese cuerpo para los propósitos del trabajo de la gran Logia de Maestros en el mundo. El segundo caso fue William Q. Judge, en cuya circunstancia el cuerpo pertenecía a un niño de siete u ocho años que estaba muriendo, y fue declarado muerto por el médico que lo atendió. Luego de un tiempo, el cuerpo mostró signos de vida y se recuperó, pero la naturaleza del niño era diferente de lo que había sido antes. Para los padres seguía siendo el mismo niño, vieron el mismo cuerpo y pensaron que era la misma Identidad o Entidad, pero pronto comprobaron el gran cambio en carácter, naturaleza y tendencias.

Ahora estos dos ejemplos apuntan a un aspecto que merece nuestra mayor atención para tratar de comprender: las leyes ocultas que gobiernan la Naturaleza visible e invisible. Todas ellas están resumidas en el último capítulo del segundo volumen de Isis Develada donde se insinúa e ilustra ampliamente este mismo modo de 'nacimiento' sobrehumano: el hecho de que un Ser de mayor conocimiento y logro puede, por elección o acuerdo, entrar en un cuerpo o tomarlo prestado cuando el anterior inquilino lo está dejando.

Estos dos Seres no entraron en la vida humana mediante el portal de nacimiento como todos lo hemos hecho, sino que ingresaron con conocimiento, e inmediatamente al entrar comenzaron a entrenar los cuerpos prestados para responder a sus propios logros y requisitos” (Robert Crosbie, "In Memory of H.P. Blavatsky", discurso para el "Día del Loto Blanco").

[En las enseñanzas de Teosofía, aquellos Adeptos e Iniciados que son Bodhisattvas también se conocen como Nirmanakayas. Helena Blavatsky los define como "aquellos grandes Adeptos de edades pasadas quienes, renunciando a su derecho al Nirvana, permanecen en nuestras esferas del ser no como 'espíritus', sino como seres humanos espirituales y completos. Salvo su envoltura visible y corpórea, la que dejan atrás, permanecen como estaban para ayudar a la pobre humanidad en la medida de lo posible, sin pecar contra la ley kármica. Esta es la 'Gran Renunciación', por cierto; un incesante autosacrificio consciente a lo largo de eones, hasta ese día cuando se abran los ojos de la humanidad ciega y, en lugar de unos pocos, todos verán la verdad universal" (véase el artículo “Nirmanakayas: su grandeza y función en esoterismo”). Estos Nirmanakayas a veces se encuentran en encarnación física y otras no, y esto se cita para que los siguientes dos extractos sean más comprensibles para quienes no estén familiarizados con el término].

"Una tarde estaba sentado con H.P.B. (…) Ella respondió que W.Q. Judge era su alumno favorito y que dignamente sostendría su manto cuando ella se hubiera ido (…) ella parecía saber que seguramente se producirían algunos disturbios graves tras su partida. En este sentido, le pregunté si quería reencarnarse de inmediato y respondió que no lo haría, pero que sería capaz de ayudar mejor en el buen trabajo como Nirmanakaya” (Roger Hall, carta a la revista "The Irish Theosophist"). 

"No podré ayudarlo [el Movimiento Teosófico] para renovar su curso [no desde el comienzo de su eventual nueva reencarnación], porque tendré que actuar en un cuerpo que tendrá que ser asimilado al Nirmanakaya" (H.P. Blavatsky, carta a William Quan Judge).

“Mi buen amigo, vuestro rechazo contra su infalibilidad [H.P.B.], como lo pensó una vez, ha ido demasiado lejos y fue injusto con ella, por lo que lamento decir que tendrá que sufrir en el futuro junto con los demás (…) Usted nunca ha entendido a Upasika [H.P.B.] ni las leyes por las cuales se ha hecho su vida aparente para trabajar desde que la conoció. Usted es ingrato, injusto y hasta cruel, tomando maya por realidad, y realidad por ilusión” (Maestro K.H., carta al coronel Olcott). 

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Muchas personas -ya sea que se llamen teósofos o estudiantes de Sabiduría Eterna- parecen no darse cuenta de que H.P. Blavatsky no era un "canal" telepático o vehículo psíquico lejano para los Maestros, sino que había permanecido siete años viviendo con los Mahatmas M. y K.H., tanto en el Pequeño Tíbet como en la comarca homónima propiamente dicha. Esto no es mera especulación, sino un hecho que se ha confirmado cada vez más por diversos medios de múltiples fuentes e investigadores. Se sabe y confirma que estos dos Maestros -y también su discípulo Djwhal Khul- realizaron muchas visitas a Blavatsky en presencia de otras personas, tanto en sus cuerpos físicos reales (por ejemplo, llegando a Adyar a caballo en una ocasión) y en Su forma astral.

A juzgar por las pruebas compiladas anteriormente, el ser conocido como "H.P.B." era en su aspecto interno un iniciado indio (masculino) de la Hermandad Transhimaláyica que había ocupado el cuerpo y la persona conocida como Helena Petrovna Blavatsky, tras la partida del alma que permaneció inicialmente en dicho cuerpo.

De ahí la razón por la que, cuando se publicó "La Voz del Silencio" -uno de sus últimos libros-, "ella" escribió en su copia personal por medio de la dedicatoria "De H.P.B. a Helena Blavatsky".

Aunque este concepto puede ser nuevo para algunos, de lo anterior se desprende claramente que tiene una base firme y exacta en las palabras de varias personas que tenían conocimiento directo y conexión cercana con H.P.B. como Damodar, William Q. Judge, T . Subba Row y Robert Crosbie. Además, en las cartas intercambiadas entre Judge y Damodar encontramos que el primero se refiere a sabiendas al cuerpo de Blavatsky como "el hogar abandonado" y a veces habla sobre su Profesora como "ella” o “él".

Algunos teósofos opinan que no había un ocupante interno constante o fijo en el "cuerpo de Blavatsky", sino que estaba habitado temporalmente en diferentes momentos por varios Adeptos y chelas sin que hubiese nunca una "H.P.B. Interior" y real. Esto, sin embargo, es muy contradictorio con todo lo señalado con anterioridad, e incluso lo descarta el propio Judge (colega más cercano y de mayor confianza de Blavatsky al que ella llamó su “único amigo", y de quien es imposible decir que "no sabía de lo que hablaba") en una carta sobre aquélla en 1890: "El cuerpo está realmente desgastado y sólo se mantiene vivo por medios extraordinarios (…) Sé con certeza que, si aquél debiera estar ausente en un momento, vería el cuerpo colapsar ante usted" (cursivas en el original).

Cabe recordar que en sus cartas los Maestros se referían a ella como su "Agente Directo" y "Hermano". Se puede descubrir más en artículos como “Cinco anécdotas sobre los Maestros y Madame Blavatsky”, “Palabras de los Maestros sobre H.P. Blavatsky”, “Respondiendo a calumnias nazistas contra H.P. Blavatsky”, “¿Quién escribió 'La Doctrina Secreta'?”, “Elogios para H.P. Blavatsky y la Teosofía”, “El Ciclo de Clausura”, “Maji, la yoguini de Benarés”, “Damodar y el Salón Iniciático”, “William Q. Judge: su rol e importancia en el Movimiento Teosófico” y “¿Cómo estudiar satisfactoriamente a H.P. Blavatsky?

Debiera ser evidente que las instrucciones y escritos de H.P.B. merecen ser considerados como mucho más representativos y precisos de las enseñanzas sobre Sabiduría Eterna legadas por los Maestros y la Gran Logia Blanca REALES, que cualquiera de sus múltiples "sucesores" con pretensiones de haberse relacionado con Ellos y ser Sus “representantes” siguen sin probarse ni confirmar en su totalidad y cuyas instrucciones a menudo son muy diferentes. Esto es sólo lógica simple, pues como alguien dijo una vez: "Con H.P.B. teníamos un Maestro entre nosotros, pero no nos dimos cuenta y nos dirigimos a aquéllos que realmente no tenían ni idea".

Para finalizar, debemos señalar también que los temas tratados en este artículo son de una naturaleza verdaderamente sagrada y esotérica. La única razón para exponer esto es contrarrestar la desafortunada tendencia de muchos "teósofos" a despreciar la obra y figura de H.P.B. cuando les conviene porque, y retomando las declaraciones del Mahatma K.H. a Olcott, nunca han entendido a Upasika ni las leyes por las cuales se ha hecho su vida aparente desde que la conocieron. Así, han sido ingratos, injustos y hasta crueles con ella, tomando maya por ilusión y viceversa

8 de febrero de 2022

Elogios para H.P. Blavatsky y la Teosofía


Por alguna razón, no es muy conocido que H.P. Blavatsky (1831-1891), sus enseñanzas y el Movimiento Teosófico que fundó recibieron respaldo y elogio de numerosos individuos altamente respetados e influyentes, y así el objetivo de este artículo es dar algunos de los ejemplos más destacados.

En realidad, existe una gran necesidad para tal compilación de citas, ya que H.P.B. ha sido calumniada y ridiculizada de manera tan repetida y espantosa por tantos que la gran mayoría de personas -incluidos varios teósofos, ¡para su vergüenza!- simplemente rechace creer que cualquier otro individuo, por no hablar de alguien tan respetado como Gandhi, pudo haberla tenido en gran estima y señalar aspectos maravillosos sobre ella y su trabajo para la humanidad.

Indudablemente, muchos seguirán promulgando las mismas viejas mentiras e información errónea, difundiendo la idea de que "Blavatsky no tiene credibilidad y nadie la toma en serio". Dejemos que lo hagan, si están contentos con su intolerancia, prejuicios ideológicos, psicopatía y tergiversación intencional de los hechos que son claramente obvios para todos.

Teósofo, no tienes por qué avergonzarte de tu Profesora. ¡Ella por sí sóla cambió el rostro de la espiritualidad mundial para siempre! Mientras que otros pueden despreciarla y criticarla, celebremos su persona y todo lo que ella representa, recordando que ex oriente lux, "la Luz verdadera viene de Oriente".

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“Era una mujer completamente culta en el ideal renacentista: científica, poeta, pianista, pintora, filósofa, escritora, educadora y, sobre todo, una guerrera incansable por la Luz. En su búsqueda de la verdad y la hermandad universal, H.P. Blavatsky se granjeó muchos enemigos. Nadie se opuso tanto a los atavíos del prejuicio religioso del siglo XIX, al charlatanismo espiritista y la pomposidad intelectual" (doctor Paul Weinzweig, en un tributo de Naciones Unidas de 1978 a “Outstanding Women”).

“La Teosofía es la enseñanza de Madame Blavatsky y el hinduismo en su máxima expresión. La Teosofía es la hermandad del hombre (…) Recuerdo haber leído (…) 'La Clave de la Teosofía' de Madame, y así este libro estimuló en mí el deseo de revisar obras sobre hinduismo y me disuadió de la idea promovida por los misioneros de que esa religión estaba llena de supersticiones” (Mahatma Gandhi; véase también “Gandhi on Blavatsky and Theosophy").

“He tenido el placer de compartir mis pensamientos con teósofos de varias partes del mundo en muchas ocasiones. Tengo mucha admiración por su búsqueda espiritual (…) Por lo tanto, estoy feliz de mantener esta larga asociación con teósofos y saber sobre la Edición del Centenario para LA VOZ DEL SILENCIO que se presenta este año. Creo que este libro ha influido fuertemente en muchos buscadores sinceros y aspirantes a la sabiduría y compasión en el Camino del Bodhisattva” (el Dalai Lama en su prólogo a la Edición Centenaria de "La Voz del Silencio" por H.P. Blavatsky, 1989).

"El Noveno Panchen Lama (…) Lopsang Tubten Chokyi Nyima (…) pidió [a Alice Leighton Cleather y Basil Crump] que republicaran La Voz del Silencio exactamente como lo había escrito Madame Blavatsky. Desde su muerte, las ediciones Adyar habían incorporado supuestas 'enmiendas', pero no recibieron su aprobación y [el Lama] permitiría la corrección sólo de lo que obviamente eran errores de impresión. Según sus palabras, era 'la única exposición verdadera en inglés sobre la doctrina Mahayana y su noble ideal de autosacrificio por la humanidad” (de “The Panchen Lama's Endorsement", capítulo 85, "Blavatsky and Her Teachers" por Jean Overton Fuller).

“Desde su traducción al inglés del tibetano por Madame H.P. Blavatsky en 1889, este pequeño libro, joya de las enseñanzas budistas, ha gozado de una amplia circulación entre europeos y estadounidenses interesados en budismo. Por lo tanto, hay poca necesidad de que lo recomiende a lectores extranjeros, excepto para señalar que lo que se encarna en él comprende una parte de las enseñanzas de la Escuela Esotérica (…) Madame Blavatsky tenía un profundo conocimiento sobre filosofía budista, y las doctrinas que promulgó fueron las de muchos grandes maestros. Esta obra es como un llamado a los hombres para que abandonen el deseo, disipen todo pensamiento maligno y entren en el verdadero Camino (…) Se me ha sugerido que, para el beneficio de budistas chinos, este trabajo debería traducirse a aquél idioma y estoy totalmente de acuerdo con la idea, pero hasta ahora la presión del trabajo me ha impedido escribir más que estas pocas líneas. Aunque forman un reconocimiento inadecuado para el mérito del libro, los ofrezco debido a mi gran reverencia por sus enseñanzas y espero poder realizar la traducción en algún momento futuro” (B.T. Chang, secretario chino del Noveno Panchen Lama, prólogo a la reedición de “La Voz del Silencio” en 1927)

“Se supo que una sobrina de Einstein, en India durante la década de 1960, realizó una visita especial a la sede de la Sociedad Teosófica en Adyar. Explicó que no sabía nada de Teosofía ni del conglomerado, pero que debía recurrir a ese lugar porque su tío siempre tenía en su escritorio una copia de 'La Doctrina Secreta' por Madame Blavatsky. La persona con quien habló la sobrina fue Eunice Layton, una conferencista teosófica que viajó por todo el mundo y se encontraba en la recepción cuando llegó la visitante. Mientras estaba en Ojai (California) en enero de 1982, Sylvia Cranston conoció a Eunice Layton, quien confirmó la historia" (de "H.P.B.: La extraordinaria vida e influencia de Helena Blavatsky" por Sylvia Cranston)

“La Teosofía ocupa un lugar central en la historia de los nuevos movimientos espirituales, ya que los escritos de Blavatsky y algunos de sus seguidores han tenido gran influencia fuera de su organización (…) La importancia de la Teosofía en la historia moderna no debe ser subestimada. Los escritos de Blavatsky y otros no sólo han inspirado a varias generaciones de ocultistas, sino que el movimiento tuvo un papel notable en la restauración de los pueblos coloniales de Asia durante el siglo XIX respecto a su propia herencia espiritual" (Robert S. Ellwood y Harry B. Partin, “Religious and Spiritual Groups in Modern America”)

“Madame Blavatsky se destaca como la fuente del pensamiento oculto moderno y fue quien originó/popularizó muchas de las ideas y términos que se han reunido un siglo más tarde dentro del Movimiento Nueva Era. La Sociedad Teosófica, de la que fue cofundadora, ha sido la principal defensora de la filosofía oculta en Occidente y la vía más importante para la enseñanza oriental en dicha parte del mundo” (J. Gordon Melton, Jerome Clark y Aidan A. Kelly, editores, “New Age Almanac”)

“La Teosofía es una filosofía religiosa con inquietudes místicas definidas que se remonta al mundo antiguo, pero tiene una importancia catalítica en el pensamiento religioso de los siglos XIX y XX (…) El movimiento ha sido una fuerza catalizadora en el resurgimiento del budismo y el hinduismo en el siglo XX, como también una agencia pionera en la promoción de un mayor conocimiento occidental con el pensamiento de Oriente. En Estados Unidos influyó en toda una serie de grupos religiosos (…) En la estimación de algunos expertos, ninguna otra organización ha hecho más por popularizar las religiones asiáticas y sus ideas filosóficas en Occidente” ("Encyclopaedia Britannica").

“La síntesis esotérica de Blavatsky ha servido como fuente básica para esoteristas, literatos, científicos y movimientos posteriores, incluida la Nueva Era. A diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, hoy es tan visible como un gurú moderno que marca tendencias, y ella probablemente seguirá siendo la esoterista más memorable e innovadora del siglo XIX” (James A. Santucci, “Dictionary of Gnosis & Western Esotericism”)

"Helena Blavatsky, una pionera, visionaria y más que cualquier otra persona fue responsable por la introducción del pensamiento religioso-místico oriental en la religión, ciencia, psicología, arte y literatura de Occidente” (Jeremy P. Tarcher, Path Publishing House)

"Usted desestima a H.P. Blavatsky con bastante facilidad como 'timadora', pues desde esa condición nadie ha afectado el pensamiento de tantos hombres y mujeres capaces. La verdadera fuente de su influencia se encuentra en La Doctrina Secreta, un libro sobre las religiones del mundo que sugiere o revela una unidad subyacente entre todas ellas (…) es uno de los libros más emocionantes y estimuladores escritos en los últimos cien años. Es un pobre cumplido para hombres como Yeats o Maeterlinck, personajes como Sir William Crookes -el mejor químico de los tiempos modernos que fue miembro de su sociedad-, Carter Blake, F.R.S. -el antropólogo- y los académicos y científicos en muchos países que leen las obras de H.P. Blavatsky, asumir que todos ellos se sintieron atraídos por su 'jerigonza'. Si alguna vez vais a la Biblioteca Nacional de Kildare Street y tenéis un par de horas libres, podéis sumergiros en el Proemio a La Doctrina Secreta y comprenderéis el secreto de la influencia de esa mujer extraordinaria en sus contemporáneos (…) No os dejéis engañar por las suposiciones populares (…) sino tratad de descubrir los verdaderos secretos sobre la incidencia de Blavatsky que aún persiste como siempre, y como he encontrado aquí entre muchos intelectuales y escritores conocidos” (George Russell (AE), famoso autor en una carta al escritor irlandés Sean O'Faolain)

"Conocí muy bien a la señora Blavatsky (…) y creo que no hay duda de que el movimiento teosófico ha tenido un excelente efecto sobre la humanidad. Ha hecho que un gran número de personas entiendan lo que toda India siempre comprendió, y esa es la importancia de las cosas invisibles. El Universo real es aquello que no ves, y el campesino indio más común sabe que eso es verdad por herencia. Los teósofos han inculcado a la generación actual la necesidad de admirar la existencia de lo invisible porque los sentidos son muy limitados, y todos deberían saber que detrás de ellos se encuentra un campo de desarrollo ilimitado” (Sir Edwin Arnold, famoso autor -particularmente "La luz de Asia"-y poeta, nombrado Caballero Comandante del Imperio Indio por la Reina Victoria)

"Vi La Voz del Silencio por primera vez cuando estaba en Oxford. Recibí una copia que envié a la señora Suzuki (en ese entonces Beatrice Lane) en la Universidad de Columbia, escribiéndole: 'Aquí está el verdadero budismo Mahayana' (…) Sin duda, Madame Blavatsky de alguna manera fue iniciada en el lado más profundo de la enseñanza Mahayana y luego otorgó lo que consideraba sabio para el sector occidental como Teosofía (…) No hay duda de que el Movimiento Teosófico dio a conocer al mundo general las principales doctrinas del budismo Mahayana, y el interés hacia éste en Occidente sin duda ha sido alentado por el conocimiento de la Teosofía (…) Como dice el señor Kingsland, 'ella hizo más que cualquier otro individuo para traer a Occidente un conocimiento de la filosofía religiosa oriental'" (D.T. Suzuki, erudito budista de fama mundial)

“Blavatsky tuvo acceso a fuentes budistas tibetanas que ningún otro occidental disfrutó en su tiempo. De ninguna manera sus obras son simples cadenas de plagios, sino más bien argumentos muy convincentes -complementados por masas de datos- de que sus lectores deben creer las afirmaciones budistas de que existe una filosofía perenne en posesión de Adeptos que explica los orígenes del mundo y lleva a la salvación de él (…) Blavatsky sabía lo que eran los Tantras budistas, conocía su contenido e importancia filosófica mejor que cualquier contemporáneo occidental, y conocía también las auténticas tradiciones tibetanas que los rodeaban. Sólo esto da fuertes razones para no desestimar descontroladamente sus afirmaciones” (Richard Taylor, experto en budismo)

"Su familiaridad con el budismo tibetano, así como con las prácticas budistas esotéricas, parece estar fuera de toda duda" (doctor G.P. Malalasekera, presidente fundador de “World Fellowship of Buddhists”, en la entrada para "Blavatsky" de su "Encyclopedia of Buddhism").

"Me enteré de que él [Edward Conze] era y sigue siendo teósofo: admira La Doctrina Secreta y cree que Mme. Blavatsky fue la reencarnación de Tsonkapa” (Mircea Eliade sobre Edward Conze, "la autoridad principal en el campo del budismo Mahayana"; ver también “El Gran Tsong-Kha-pa").

“Todos sintieron su penetración y poder. Cada uno cayó ante el encanto de su universalidad y ella elevaba a la gente a su mejor expresión al mismo tiempo. Daba a los individuos una nueva fuerza para sentir que se habían encontrado con alguien que podía mirar directamente a sus yoes, sin verse influida por la pequeñez en que otros caen tan seguido. Naturalmente, a la luz de su lógica y profundo conocimiento, quienes se aferraban a su credo y el verso literal de que 'Jonás fue tragado por la ballena' se atemorizaban ante la interpretación simbólica y se sentían incómodos, abandonando el lugar calificándola como 'una mujer terrible'. En ocasiones sus esposas confesaban: 'No la aprobamos, pero la amamos tal cual es'.

Cuando ella quería atraer a alguien al debate, fingía no saber muy bien el inglés, pero su conocimiento y orden aumentaron cuando entraba en discusión. Era divertido verla esquivar a un periodista -delgado, racional y contrainterrogador- que había venido a 'atraparla'. En esos momentos ella ponía esa estúpida apariencia que Loie Fuller usa tan efectivamente, como si sólo con una pequeña y más brillante podría llamársele 'tonta'; lo llevaba a dar toda su cuerda y luego, recuperando sus trincheras paso a paso, lanzaba sus bombas hasta que finalmente limpiaba el piso con él. Luego, con una carcajada cordial, ella tomaba su mano diciendo: 'Eres un compañero espléndido... ven a menudo, ¡ven siempre!'

La he visto en una discusión cuando de repente se golpeaba la frente con el puño cerrado: '¡Qué idiota soy! Mi querido amigo, perdóname, tienes razón y yo estoy equivocada'. ¿Cuántos harían esto? (…) Su ideal era el de Samadhi o conciencia divina. Ella era la barra de hierro calentada al rojo que se convierte en fuego, olvidando su propia naturaleza. La mayoría de las personas se ocupan de necesidades o placeres más bajos todo el tiempo, pero ella parecía no tener apuros o predilecciones propias. A menudo ella no salía de la casa durante medio año, ni siquiera para pasear por su jardín. La influencia de tal ejemplo fue el secreto del asombroso crecimiento y expansión de la Sociedad Teosófica. Vivió en gran verdad, pero fue llamada mentirosa; vivió con gran generosidad y fue catalogada como fraude; detestaba todas las farsas, y sin embargo fue coronada como reina de los farsantes" (Edmund Russell, artista estadounidense)

“A pesar de sus enormes logros y su talento incomparable, no tenía un vestigio de suposición pedante y llevaba el corazón simple de un niño (…) Sus seguidores son gnósticos en temas graves de teleología en los que sólo soy agnóstico (…) Para mí, Madame Blavatsky está muerta y otra sombra ha caído a lo largo de mi vida (…) Teosofía o no Teosofía, ha fallecido la mujer más extraordinaria de nuestro siglo u otro, ¡y ciertamente 'impostora'! Ella era casi la única mortal que he conocido y que jamás fue charlatana... y una de las muy pocas personas que me han entendido” (William Stewart Ross, editor de “The Agnostic Journal”).

“En líneas normales, es extraño que una mujer anciana y enfermiza, que no consulta una biblioteca y no tiene libros propios, tenga los conocimientos inusuales que indudablemente posee la señora Blavatsky. De hecho, es incomprensible a menos que ella tuviera una capacidad mental extraordinaria y hubiera pasado toda su vida en el estudio. Por el contrario, de muchas fuentes obtenemos evidencia indudable de que la educación de Madame Blavatsky ni siquiera había llegado tan lejos como la de un estudiante actual de secundaria; pero es un hecho que ella sabía más que yo en mis líneas particulares de antropología, etc. Por ejemplo, su información era superior a la mía en el tema de Naulette Jaw, y así la página 744 en el segundo volumen de La Doctrina Secreta se refiere a hechos que ella no podría haber recopilado fácilmente de ningún libro conocido.

En la página 754, también del segundo tomo de La Doctrina Secreta, la oración comienza diciendo: 'Si nos dirigimos al nuevo mundo', hablando sobre la existencia de 'mamíferos pliocénicos y la aparición de playas en altura'. Recuerdo en una conversación con ella durante 1888, en Lansdowne Road y para el tiempo en que ella estaba comprometida en la composición de esa gran obra, cómo Madame Blavatsky para mi gran sorpresa me refirió al pormenor de que las playas elevadas de Tarija eran del Plioceno. Siempre las consideré datadas en ese periodo, siguiendo la línea de razonamiento de Darwin y Spotswood Wilson, y el dato de que estas playas tengan dicha antigüedad me ha sido demostrado desde los trabajos de Istoria Fiscia de Chile por [Claudio] Gay, el libro de Castlenaw sobre ese país y otras obras, aunque estos textos remotos nunca habían llegado a mis manos, a pesar de que cursé una especialidad en este tema, y hasta que Madame Blavatsky me puso en el camino del Plioceno no supe de ellos.

En la página 755 del segundo tomo de La Doctrina Secreta, su mención sobre las huellas fósiles de Carson (Indiana, EE.UU.) otra vez es interesante como prueba de que no obtuvo su información mediante lectura del pensamiento. Cuando Madame Blavatsky me habló de las huellas yo no sabía de su existencia, y el señor G.W. Bloxam, Subsecretario del Instituto de Antropología, luego me señaló que nunca había salido un folleto sobre el tema en su biblioteca. Madame Blavatsky ciertamente tenía fuentes de información originales (no digo cuáles) que trascienden el conocimiento de los expertos en sus propias líneas" (doctor Charles Carter Blake, respetado antropólogo y científico de la época victoriana)

"H.P.B. me ayudó mucho en mi esfuerzo (…) Hasta el día de su partida [de Adyar] Blavatsky se hizo cargo de mí. Me escribía para que siguiera mi propia luz interna, he seguido estrictamente sus consejos y me complace dar testimonio sobre sus maravillosos poderes de iluminación mística (…) El amor a todos los seres vivos, pequeños y grandes, el deseo de renunciar a los placeres sensuales que impiden el progreso en el ámbito espiritual y el esfuerzo extenuante con objeto de realizar acciones meritorias para el mejoramiento de la humanidad y el olvido del yo, ha sido para mí una especie de pábulo espiritual que he compartido desde que entré en contacto con la maravillosa personalidad de H.P.B.” (Anagarika Dharmapala, llamado "el principal misionero budista de nuestro tiempo" y "figura imponente en el trabajo por el resurgimiento espiritual de Asia")

"En relación con Isis Develada, puedo citar una entrevista que tuve con el académico Hiram Corson, ahora profesor Regius de inglés en la Universidad de Cornell (Nueva York) y autoridad reconocida en Browning. Al hablarle sobre los grandes hombres y mujeres del siglo XIX a quienes había conocido íntimamente, le pregunté a quién de todos ellos consideraba el más sorprendente y notable. Él respondió de inmediato que de todas maneras fue la señora Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, y Walt Whitman después de ella.

Ésta era una línea de conversación interesante que no esperaba, y le insté a que me contara más de esta destacada figura en su recuerdo. Corson dijo: 'Blavatsky escribió una parte considerable de Isis Develada en mi casa de Itaca, y viviendo constantemente con ella durante esas semanas, me llenó de asombro y curiosidad por lo que vendría después. Al parecer tenía un profundo conocimiento de todo y su metodología de trabajo era la más inusual. Solía escribir en la cama, desde las nueve de la mañana hasta las dos de la madrugada siguiente, fumando innumerables cigarrillos y citando largos párrafos literales desde docenas de libros de los cuales estoy perfectamente seguro que no había copias en ese momento en EE.UU.; traduciendo fácilmente de varios idiomas, y ocasionalmente llamándome en mi estudio para saber cómo convertir algún idioma del Viejo Mundo en un inglés literario, porque en ese momento ella no había alcanzado la fluidez de la dicción que distinguía La Doctrina Secreta.

Le pregunté cómo explicaba aquellas citas en su totalidad a partir de estos volúmenes muy raros y curiosos. Él sonrió de manera reminiscente y dijo: 'Ella misma me dijo que las escribió cuando aparecieron ante sus ojos en otro plano de existencia objetiva, que vio claramente la página del libro y la cita que necesitaba y simplemente tradujo al inglés lo que vio en realidad'. Le pregunté si creía en esto y respondió:

'Esta mujer tan maravillosa tenía caudales tan misteriosos de conocimiento definitivo, que me parece mucho más fácil creer su declaración que explicar sus citas por cualquier causa común de la memoria. Los cientos de libros que citó no estaban en mi biblioteca, muchos de ellos ni siquiera en Estados Unidos, algunos de ellos muy raros y difíciles de conseguir en Europa; y si sus citas eran de memoria, entonces fue una hazaña aún más sorprendente que escribirlos desde el éter. Los hechos son maravillosos, y la explicación necesariamente debe desconcertar a aquéllos cuya conciencia es de un tipo más ordinario” (Charles Lazenby, teósofo canadiense)

"Recuerdo que en Cambridge me detuve en la calle y espeté en voz alta: 'No servirá, maldita sea, ¡no servirá! ¿Quién y qué soy yo, girando sobre esta mota de barro en este Universo particular?' Encontré mi Plan en un comentario sobre lo que se llaman las Estrofas de Dzyan, una escritura tibetana muy antigua en un libro llamado La Doctrina Secreta por H.P. Blavatsky. Esto por primera vez me dio lo que me pareció entonces -y también ahora-: una clara exposición en el bosquejo sobre la existencia del Universo y su término, y dentro de esto, la génesis y el significado del hombre. Aquí había un mapa que indicaba 'cómo llegar a ser'”.

“¡Qué mujer! (…) incomprendida, vilipendiada y maltratada, pero con una mente brillante y profundamente culta, el alma misma de la generosidad; una mujer de habla y acción directas que se niega a hablar de lugares comunes y sin sentido que referimos bajo el disfraz de buenos modales socialmente, pero que ofrece la verdad a quien la quiera (…) Ella nunca fue neutral, ni tenía igual postura para todo. Hizo una gran cantidad de amigos que morirían por ella, y enemigos que la matarían si pudieran (…) Esos fuertes ojos azules podían apreciar el carácter de cada hombre y mujer que acudía a ella, e incluso ver por quién sería traicionada más tarde (…) Ella ayudaría con sus escasos fondos (y siempre fue pobre) a todos los necesitados, aunque sabía en ese momento que estaban planeando destruir la causa por la que había dado su vida en servicio (…) Como oradora ella fue magnética; nunca daba conferencias, pero hablaba; y los que la oían no pensaban en otra cosa. En 1920 y cuando formé parte del Movimiento, entré en contacto con varias personas que la conocían bien, y al respecto estuvieron de acuerdo en que, después de conocerla, ya nada era lo mismo” (Christmas Humphreys, autor muy respetado sobre budismo y fundador de la London Buddhist Society).

"Scriabin se sintió enormemente en deuda con La Doctrina Secreta de Mme. Blavatsky en su propio desarrollo; de hecho sintió una tremenda admiración por ella hasta el final de su vida. Estaba particularmente fascinado por su valentía al ensayar una grandiosa síntesis y por la amplitud y profundidad de sus conceptos, que comparaba con la grandeza de los dramas musicales de Wagner (…) La visión teosófica del mundo sirvió como incentivo para su propio trabajo. 'No discutiré con usted la verdad de la teosofía', declaró a [de Schloezer] en Moscú, 'pero sé que las ideas de Mme. Blavatsky me ayudaron en mi trabajo y me dieron el poder para cumplir la tarea” (Alexander Scriabin, célebre compositor y pianista ruso, citado en su biografía "Scriabin: Artist and Mystic").

“Ven a verla cuando estés en Londres. Ella es la más humana entre cualquier persona viva; es como una anciana campesina y totalmente devota; toda su vida está sentada en una gran silla con una pluma en la mano, pues durante años ha escrito doce horas al día".

"Creo que los maestros de Madame Blavatsky son completamente rectos e intelectuales y que tengo en ellos la debida confianza de alumno a maestro".

“Recuerdo lo atenta que era de que los jóvenes que la rodeaban no debían trabajar demasiado (…) La oí decirle 'no, no, él es muy sensible' a un rudo desconocido que me había reprendido por hablar demasiado (…) [Ella era] humorística, nada fanática y al parecer mostraba siempre una mente que parecía sobrepasar a todos los demás en su honestidad".

“No debes tener miedo de que me decante por el mesmerismo. Me interesa, pero sólo un poco. No hay temor de que Madame Blavatsky me involucre en tales asuntos, porque está muy en contra de ellos y odia con vehemencia el peligro; dice que mediumnidad y locura son lo mismo".

"Cuando Madame Blavatsky estaba más silenciosa y menos vívida de lo habitual, era 'porque sus Maestros estaban enojados' y la habían reprendido por algún error, y ella profesaba equívocos constantes. Una vez me pareció estar en su presencia, o la de algún mensajero suyo. Eran cerca de las nueve de la noche, y media docena de nosotros nos sentábamos alrededor de su gran mantel, cuando la habitación se llenó con olor a incienso. Alguien vino del piso superior, pero no podía oler nada -parece que había estado fuera de la influencia-, pero para mí y los demás era muy fuerte. Madame Blavatsky dijo que era un incienso indio común y que una alumna de su 'Maestro' estaba presente; parecía ansiosa por aclarar el asunto y cambió la conversación a otro tema. Ciertamente era una casa romántica, y no me separé de ella por mi propia voluntad” (W.B. Yeats, una de las figuras más importantes de la literatura del siglo XX)