En realidad, existe una gran necesidad para tal compilación de citas, ya que H.P.B. ha sido calumniada y ridiculizada de manera tan repetida y espantosa por tantos que la gran mayoría de personas -incluidos varios teósofos, ¡para su vergüenza!- simplemente rechace creer que cualquier otro individuo, por no hablar de alguien tan respetado como Gandhi, pudo haberla tenido en gran estima y señalar aspectos maravillosos sobre ella y su trabajo para la humanidad.
Indudablemente, muchos seguirán promulgando las mismas viejas mentiras e información errónea, difundiendo la idea de que "Blavatsky no tiene credibilidad y nadie la toma en serio". Dejemos que lo hagan, si están contentos con su intolerancia, prejuicios ideológicos, psicopatía y tergiversación intencional de los hechos que son claramente obvios para todos.
Teósofo, no tienes por qué avergonzarte de tu Profesora. ¡Ella por sí sóla cambió el rostro de la espiritualidad mundial para siempre! Mientras que otros pueden despreciarla y criticarla, celebremos su persona y todo lo que ella representa, recordando que ex oriente lux, "la Luz verdadera viene de Oriente".
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“Era una mujer completamente culta en el ideal renacentista: científica, poeta, pianista, pintora, filósofa, escritora, educadora y, sobre todo, una guerrera incansable por la Luz. En su búsqueda de la verdad y la hermandad universal, H.P. Blavatsky se granjeó muchos enemigos. Nadie se opuso tanto a los atavíos del prejuicio religioso del siglo XIX, al charlatanismo espiritista y la pomposidad intelectual" (doctor Paul Weinzweig, en un tributo de Naciones Unidas de 1978 a “Outstanding Women”).
“La Teosofía es la enseñanza de Madame Blavatsky y el hinduismo en su máxima expresión. La Teosofía es la hermandad del hombre (…) Recuerdo haber leído (…) 'La Clave de la Teosofía' de Madame, y así este libro estimuló en mí el deseo de revisar obras sobre hinduismo y me disuadió de la idea promovida por los misioneros de que esa religión estaba llena de supersticiones” (Mahatma Gandhi; véase también “Gandhi on Blavatsky and Theosophy").
“He tenido el placer de compartir mis pensamientos con teósofos de varias partes del mundo en muchas ocasiones. Tengo mucha admiración por su búsqueda espiritual (…) Por lo tanto, estoy feliz de mantener esta larga asociación con teósofos y saber sobre la Edición del Centenario para LA VOZ DEL SILENCIO que se presenta este año. Creo que este libro ha influido fuertemente en muchos buscadores sinceros y aspirantes a la sabiduría y compasión en el Camino del Bodhisattva” (el Dalai Lama en su prólogo a la Edición Centenaria de "La Voz del Silencio" por H.P. Blavatsky, 1989).
"El Noveno Panchen Lama (…) Lopsang Tubten Chokyi Nyima (…) pidió [a Alice Leighton Cleather y Basil Crump] que republicaran La Voz del Silencio exactamente como lo había escrito Madame Blavatsky. Desde su muerte, las ediciones Adyar habían incorporado supuestas 'enmiendas', pero no recibieron su aprobación y [el Lama] permitiría la corrección sólo de lo que obviamente eran errores de impresión. Según sus palabras, era 'la única exposición verdadera en inglés sobre la doctrina Mahayana y su noble ideal de autosacrificio por la humanidad” (de “The Panchen Lama's Endorsement", capítulo 85, "Blavatsky and Her Teachers" por Jean Overton Fuller).
“Desde su traducción al inglés del tibetano por Madame H.P. Blavatsky en 1889, este pequeño libro, joya de las enseñanzas budistas, ha gozado de una amplia circulación entre europeos y estadounidenses interesados en budismo. Por lo tanto, hay poca necesidad de que lo recomiende a lectores extranjeros, excepto para señalar que lo que se encarna en él comprende una parte de las enseñanzas de la Escuela Esotérica (…) Madame Blavatsky tenía un profundo conocimiento sobre filosofía budista, y las doctrinas que promulgó fueron las de muchos grandes maestros. Esta obra es como un llamado a los hombres para que abandonen el deseo, disipen todo pensamiento maligno y entren en el verdadero Camino (…) Se me ha sugerido que, para el beneficio de budistas chinos, este trabajo debería traducirse a aquél idioma y estoy totalmente de acuerdo con la idea, pero hasta ahora la presión del trabajo me ha impedido escribir más que estas pocas líneas. Aunque forman un reconocimiento inadecuado para el mérito del libro, los ofrezco debido a mi gran reverencia por sus enseñanzas y espero poder realizar la traducción en algún momento futuro” (B.T. Chang, secretario chino del Noveno Panchen Lama, prólogo a la reedición de “La Voz del Silencio” en 1927).
“Se supo que una sobrina de Einstein, en India durante la década de 1960, realizó una visita especial a la sede de la Sociedad Teosófica en Adyar. Explicó que no sabía nada de Teosofía ni del conglomerado, pero que debía recurrir a ese lugar porque su tío siempre tenía en su escritorio una copia de 'La Doctrina Secreta' por Madame Blavatsky. La persona con quien habló la sobrina fue Eunice Layton, una conferencista teosófica que viajó por todo el mundo y se encontraba en la recepción cuando llegó la visitante. Mientras estaba en Ojai (California) en enero de 1982, Sylvia Cranston conoció a Eunice Layton, quien confirmó la historia" (de "H.P.B.: La extraordinaria vida e influencia de Helena Blavatsky" por Sylvia Cranston).
“La Teosofía ocupa un lugar central en la historia de los nuevos movimientos espirituales, ya que los escritos de Blavatsky y algunos de sus seguidores han tenido gran influencia fuera de su organización (…) La importancia de la Teosofía en la historia moderna no debe ser subestimada. Los escritos de Blavatsky y otros no sólo han inspirado a varias generaciones de ocultistas, sino que el movimiento tuvo un papel notable en la restauración de los pueblos coloniales de Asia durante el siglo XIX respecto a su propia herencia espiritual" (Robert S. Ellwood y Harry B. Partin, “Religious and Spiritual Groups in Modern America”).
“Madame Blavatsky se destaca como la fuente del pensamiento oculto moderno y fue quien originó/popularizó muchas de las ideas y términos que se han reunido un siglo más tarde dentro del Movimiento Nueva Era. La Sociedad Teosófica, de la que fue cofundadora, ha sido la principal defensora de la filosofía oculta en Occidente y la vía más importante para la enseñanza oriental en dicha parte del mundo” (J. Gordon Melton, Jerome Clark y Aidan A. Kelly, editores, “New Age Almanac”).
“La Teosofía es una filosofía religiosa con inquietudes místicas definidas que se remonta al mundo antiguo, pero tiene una importancia catalítica en el pensamiento religioso de los siglos XIX y XX (…) El movimiento ha sido una fuerza catalizadora en el resurgimiento del budismo y el hinduismo en el siglo XX, como también una agencia pionera en la promoción de un mayor conocimiento occidental con el pensamiento de Oriente. En Estados Unidos influyó en toda una serie de grupos religiosos (…) En la estimación de algunos expertos, ninguna otra organización ha hecho más por popularizar las religiones asiáticas y sus ideas filosóficas en Occidente” ("Encyclopaedia Britannica").
“La síntesis esotérica de Blavatsky ha servido como fuente básica para esoteristas, literatos, científicos y movimientos posteriores, incluida la Nueva Era. A diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, hoy es tan visible como un gurú moderno que marca tendencias, y ella probablemente seguirá siendo la esoterista más memorable e innovadora del siglo XIX” (James A. Santucci, “Dictionary of Gnosis & Western Esotericism”).
"Helena Blavatsky, una pionera, visionaria y más que cualquier otra persona fue responsable por la introducción del pensamiento religioso-místico oriental en la religión, ciencia, psicología, arte y literatura de Occidente” (Jeremy P. Tarcher, Path Publishing House).
"Usted desestima a H.P. Blavatsky con bastante facilidad como 'timadora', pues desde esa condición nadie ha afectado el pensamiento de tantos hombres y mujeres capaces. La verdadera fuente de su influencia se encuentra en La Doctrina Secreta, un libro sobre las religiones del mundo que sugiere o revela una unidad subyacente entre todas ellas (…) es uno de los libros más emocionantes y estimuladores escritos en los últimos cien años. Es un pobre cumplido para hombres como Yeats o Maeterlinck, personajes como Sir William Crookes -el mejor químico de los tiempos modernos que fue miembro de su sociedad-, Carter Blake, F.R.S. -el antropólogo- y los académicos y científicos en muchos países que leen las obras de H.P. Blavatsky, asumir que todos ellos se sintieron atraídos por su 'jerigonza'. Si alguna vez vais a la Biblioteca Nacional de Kildare Street y tenéis un par de horas libres, podéis sumergiros en el Proemio a La Doctrina Secreta y comprenderéis el secreto de la influencia de esa mujer extraordinaria en sus contemporáneos (…) No os dejéis engañar por las suposiciones populares (…) sino tratad de descubrir los verdaderos secretos sobre la incidencia de Blavatsky que aún persiste como siempre, y como he encontrado aquí entre muchos intelectuales y escritores conocidos” (George Russell (AE), famoso autor en una carta al escritor irlandés Sean O'Faolain).
"Conocí muy bien a la señora Blavatsky (…) y creo que no hay duda de que el movimiento teosófico ha tenido un excelente efecto sobre la humanidad. Ha hecho que un gran número de personas entiendan lo que toda India siempre comprendió, y esa es la importancia de las cosas invisibles. El Universo real es aquello que no ves, y el campesino indio más común sabe que eso es verdad por herencia. Los teósofos han inculcado a la generación actual la necesidad de admirar la existencia de lo invisible porque los sentidos son muy limitados, y todos deberían saber que detrás de ellos se encuentra un campo de desarrollo ilimitado” (Sir Edwin Arnold, famoso autor -particularmente "La luz de Asia"-y poeta, nombrado Caballero Comandante del Imperio Indio por la Reina Victoria).
"Vi La Voz del Silencio por primera vez cuando estaba en Oxford. Recibí una copia que envié a la señora Suzuki (en ese entonces Beatrice Lane) en la Universidad de Columbia, escribiéndole: 'Aquí está el verdadero budismo Mahayana' (…) Sin duda, Madame Blavatsky de alguna manera fue iniciada en el lado más profundo de la enseñanza Mahayana y luego otorgó lo que consideraba sabio para el sector occidental como Teosofía (…) No hay duda de que el Movimiento Teosófico dio a conocer al mundo general las principales doctrinas del budismo Mahayana, y el interés hacia éste en Occidente sin duda ha sido alentado por el conocimiento de la Teosofía (…) Como dice el señor Kingsland, 'ella hizo más que cualquier otro individuo para traer a Occidente un conocimiento de la filosofía religiosa oriental'" (D.T. Suzuki, erudito budista de fama mundial).
“Blavatsky tuvo acceso a fuentes budistas tibetanas que ningún otro occidental disfrutó en su tiempo. De ninguna manera sus obras son simples cadenas de plagios, sino más bien argumentos muy convincentes -complementados por masas de datos- de que sus lectores deben creer las afirmaciones budistas de que existe una filosofía perenne en posesión de Adeptos que explica los orígenes del mundo y lleva a la salvación de él (…) Blavatsky sabía lo que eran los Tantras budistas, conocía su contenido e importancia filosófica mejor que cualquier contemporáneo occidental, y conocía también las auténticas tradiciones tibetanas que los rodeaban. Sólo esto da fuertes razones para no desestimar descontroladamente sus afirmaciones” (Richard Taylor, experto en budismo).
"Su familiaridad con el budismo tibetano, así como con las prácticas budistas esotéricas, parece estar fuera de toda duda" (doctor G.P. Malalasekera, presidente fundador de “World Fellowship of Buddhists”, en la entrada para "Blavatsky" de su "Encyclopedia of Buddhism").
"Me enteré de que él [Edward Conze] era y sigue siendo teósofo: admira La Doctrina Secreta y cree que Mme. Blavatsky fue la reencarnación de Tsonkapa” (Mircea Eliade sobre Edward Conze, "la autoridad principal en el campo del budismo Mahayana"; ver también “El Gran Tsong-Kha-pa").
“Todos sintieron su penetración y poder. Cada uno cayó ante el encanto de su universalidad y ella elevaba a la gente a su mejor expresión al mismo tiempo. Daba a los individuos una nueva fuerza para sentir que se habían encontrado con alguien que podía mirar directamente a sus yoes, sin verse influida por la pequeñez en que otros caen tan seguido. Naturalmente, a la luz de su lógica y profundo conocimiento, quienes se aferraban a su credo y el verso literal de que 'Jonás fue tragado por la ballena' se atemorizaban ante la interpretación simbólica y se sentían incómodos, abandonando el lugar calificándola como 'una mujer terrible'. En ocasiones sus esposas confesaban: 'No la aprobamos, pero la amamos tal cual es'.
Cuando ella quería atraer a alguien al debate, fingía no saber muy bien el inglés, pero su conocimiento y orden aumentaron cuando entraba en discusión. Era divertido verla esquivar a un periodista -delgado, racional y contrainterrogador- que había venido a 'atraparla'. En esos momentos ella ponía esa estúpida apariencia que Loie Fuller usa tan efectivamente, como si sólo con una pequeña y más brillante podría llamársele 'tonta'; lo llevaba a dar toda su cuerda y luego, recuperando sus trincheras paso a paso, lanzaba sus bombas hasta que finalmente limpiaba el piso con él. Luego, con una carcajada cordial, ella tomaba su mano diciendo: 'Eres un compañero espléndido... ven a menudo, ¡ven siempre!'
La he visto en una discusión cuando de repente se golpeaba la frente con el puño cerrado: '¡Qué idiota soy! Mi querido amigo, perdóname, tienes razón y yo estoy equivocada'. ¿Cuántos harían esto? (…) Su ideal era el de Samadhi o conciencia divina. Ella era la barra de hierro calentada al rojo que se convierte en fuego, olvidando su propia naturaleza. La mayoría de las personas se ocupan de necesidades o placeres más bajos todo el tiempo, pero ella parecía no tener apuros o predilecciones propias. A menudo ella no salía de la casa durante medio año, ni siquiera para pasear por su jardín. La influencia de tal ejemplo fue el secreto del asombroso crecimiento y expansión de la Sociedad Teosófica. Vivió en gran verdad, pero fue llamada mentirosa; vivió con gran generosidad y fue catalogada como fraude; detestaba todas las farsas, y sin embargo fue coronada como reina de los farsantes" (Edmund Russell, artista estadounidense).
“A pesar de sus enormes logros y su talento incomparable, no tenía un vestigio de suposición pedante y llevaba el corazón simple de un niño (…) Sus seguidores son gnósticos en temas graves de teleología en los que sólo soy agnóstico (…) Para mí, Madame Blavatsky está muerta y otra sombra ha caído a lo largo de mi vida (…) Teosofía o no Teosofía, ha fallecido la mujer más extraordinaria de nuestro siglo u otro, ¡y ciertamente 'impostora'! Ella era casi la única mortal que he conocido y que jamás fue charlatana... y una de las muy pocas personas que me han entendido” (William Stewart Ross, editor de “The Agnostic Journal”).
“En líneas normales, es extraño que una mujer anciana y enfermiza, que no consulta una biblioteca y no tiene libros propios, tenga los conocimientos inusuales que indudablemente posee la señora Blavatsky. De hecho, es incomprensible a menos que ella tuviera una capacidad mental extraordinaria y hubiera pasado toda su vida en el estudio. Por el contrario, de muchas fuentes obtenemos evidencia indudable de que la educación de Madame Blavatsky ni siquiera había llegado tan lejos como la de un estudiante actual de secundaria; pero es un hecho que ella sabía más que yo en mis líneas particulares de antropología, etc. Por ejemplo, su información era superior a la mía en el tema de Naulette Jaw, y así la página 744 en el segundo volumen de La Doctrina Secreta se refiere a hechos que ella no podría haber recopilado fácilmente de ningún libro conocido.
En la página 754, también del segundo tomo de La Doctrina Secreta, la oración comienza diciendo: 'Si nos dirigimos al nuevo mundo', hablando sobre la existencia de 'mamíferos pliocénicos y la aparición de playas en altura'. Recuerdo en una conversación con ella durante 1888, en Lansdowne Road y para el tiempo en que ella estaba comprometida en la composición de esa gran obra, cómo Madame Blavatsky para mi gran sorpresa me refirió al pormenor de que las playas elevadas de Tarija eran del Plioceno. Siempre las consideré datadas en ese periodo, siguiendo la línea de razonamiento de Darwin y Spotswood Wilson, y el dato de que estas playas tengan dicha antigüedad me ha sido demostrado desde los trabajos de Istoria Fiscia de Chile por [Claudio] Gay, el libro de Castlenaw sobre ese país y otras obras, aunque estos textos remotos nunca habían llegado a mis manos, a pesar de que cursé una especialidad en este tema, y hasta que Madame Blavatsky me puso en el camino del Plioceno no supe de ellos.
En la página 755 del segundo tomo de La Doctrina Secreta, su mención sobre las huellas fósiles de Carson (Indiana, EE.UU.) otra vez es interesante como prueba de que no obtuvo su información mediante lectura del pensamiento. Cuando Madame Blavatsky me habló de las huellas yo no sabía de su existencia, y el señor G.W. Bloxam, Subsecretario del Instituto de Antropología, luego me señaló que nunca había salido un folleto sobre el tema en su biblioteca. Madame Blavatsky ciertamente tenía fuentes de información originales (no digo cuáles) que trascienden el conocimiento de los expertos en sus propias líneas" (doctor Charles Carter Blake, respetado antropólogo y científico de la época victoriana).
"H.P.B. me ayudó mucho en mi esfuerzo (…) Hasta el día de su partida [de Adyar] Blavatsky se hizo cargo de mí. Me escribía para que siguiera mi propia luz interna, he seguido estrictamente sus consejos y me complace dar testimonio sobre sus maravillosos poderes de iluminación mística (…) El amor a todos los seres vivos, pequeños y grandes, el deseo de renunciar a los placeres sensuales que impiden el progreso en el ámbito espiritual y el esfuerzo extenuante con objeto de realizar acciones meritorias para el mejoramiento de la humanidad y el olvido del yo, ha sido para mí una especie de pábulo espiritual que he compartido desde que entré en contacto con la maravillosa personalidad de H.P.B.” (Anagarika Dharmapala, llamado "el principal misionero budista de nuestro tiempo" y "figura imponente en el trabajo por el resurgimiento espiritual de Asia").
"En relación con Isis Develada, puedo citar una entrevista que tuve con el académico Hiram Corson, ahora profesor Regius de inglés en la Universidad de Cornell (Nueva York) y autoridad reconocida en Browning. Al hablarle sobre los grandes hombres y mujeres del siglo XIX a quienes había conocido íntimamente, le pregunté a quién de todos ellos consideraba el más sorprendente y notable. Él respondió de inmediato que de todas maneras fue la señora Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, y Walt Whitman después de ella.
Ésta era una línea de conversación interesante que no esperaba, y le insté a que me contara más de esta destacada figura en su recuerdo. Corson dijo: 'Blavatsky escribió una parte considerable de Isis Develada en mi casa de Itaca, y viviendo constantemente con ella durante esas semanas, me llenó de asombro y curiosidad por lo que vendría después. Al parecer tenía un profundo conocimiento de todo y su metodología de trabajo era la más inusual. Solía escribir en la cama, desde las nueve de la mañana hasta las dos de la madrugada siguiente, fumando innumerables cigarrillos y citando largos párrafos literales desde docenas de libros de los cuales estoy perfectamente seguro que no había copias en ese momento en EE.UU.; traduciendo fácilmente de varios idiomas, y ocasionalmente llamándome en mi estudio para saber cómo convertir algún idioma del Viejo Mundo en un inglés literario, porque en ese momento ella no había alcanzado la fluidez de la dicción que distinguía La Doctrina Secreta.
Le pregunté cómo explicaba aquellas citas en su totalidad a partir de estos volúmenes muy raros y curiosos. Él sonrió de manera reminiscente y dijo: 'Ella misma me dijo que las escribió cuando aparecieron ante sus ojos en otro plano de existencia objetiva, que vio claramente la página del libro y la cita que necesitaba y simplemente tradujo al inglés lo que vio en realidad'. Le pregunté si creía en esto y respondió:
'Esta mujer tan maravillosa tenía caudales tan misteriosos de conocimiento definitivo, que me parece mucho más fácil creer su declaración que explicar sus citas por cualquier causa común de la memoria. Los cientos de libros que citó no estaban en mi biblioteca, muchos de ellos ni siquiera en Estados Unidos, algunos de ellos muy raros y difíciles de conseguir en Europa; y si sus citas eran de memoria, entonces fue una hazaña aún más sorprendente que escribirlos desde el éter. Los hechos son maravillosos, y la explicación necesariamente debe desconcertar a aquéllos cuya conciencia es de un tipo más ordinario” (Charles Lazenby, teósofo canadiense).
"Recuerdo que en Cambridge me detuve en la calle y espeté en voz alta: 'No servirá, maldita sea, ¡no servirá! ¿Quién y qué soy yo, girando sobre esta mota de barro en este Universo particular?' Encontré mi Plan en un comentario sobre lo que se llaman las Estrofas de Dzyan, una escritura tibetana muy antigua en un libro llamado La Doctrina Secreta por H.P. Blavatsky. Esto por primera vez me dio lo que me pareció entonces -y también ahora-: una clara exposición en el bosquejo sobre la existencia del Universo y su término, y dentro de esto, la génesis y el significado del hombre. Aquí había un mapa que indicaba 'cómo llegar a ser'”.
“¡Qué mujer! (…) incomprendida, vilipendiada y maltratada, pero con una mente brillante y profundamente culta, el alma misma de la generosidad; una mujer de habla y acción directas que se niega a hablar de lugares comunes y sin sentido que referimos bajo el disfraz de buenos modales socialmente, pero que ofrece la verdad a quien la quiera (…) Ella nunca fue neutral, ni tenía igual postura para todo. Hizo una gran cantidad de amigos que morirían por ella, y enemigos que la matarían si pudieran (…) Esos fuertes ojos azules podían apreciar el carácter de cada hombre y mujer que acudía a ella, e incluso ver por quién sería traicionada más tarde (…) Ella ayudaría con sus escasos fondos (y siempre fue pobre) a todos los necesitados, aunque sabía en ese momento que estaban planeando destruir la causa por la que había dado su vida en servicio (…) Como oradora ella fue magnética; nunca daba conferencias, pero hablaba; y los que la oían no pensaban en otra cosa. En 1920 y cuando formé parte del Movimiento, entré en contacto con varias personas que la conocían bien, y al respecto estuvieron de acuerdo en que, después de conocerla, ya nada era lo mismo” (Christmas Humphreys, autor muy respetado sobre budismo y fundador de la London Buddhist Society).
"Scriabin se sintió enormemente en deuda con La Doctrina Secreta de Mme. Blavatsky en su propio desarrollo; de hecho sintió una tremenda admiración por ella hasta el final de su vida. Estaba particularmente fascinado por su valentía al ensayar una grandiosa síntesis y por la amplitud y profundidad de sus conceptos, que comparaba con la grandeza de los dramas musicales de Wagner (…) La visión teosófica del mundo sirvió como incentivo para su propio trabajo. 'No discutiré con usted la verdad de la teosofía', declaró a [de Schloezer] en Moscú, 'pero sé que las ideas de Mme. Blavatsky me ayudaron en mi trabajo y me dieron el poder para cumplir la tarea” (Alexander Scriabin, célebre compositor y pianista ruso, citado en su biografía "Scriabin: Artist and Mystic").
“Ven a verla cuando estés en Londres. Ella es la más humana entre cualquier persona viva; es como una anciana campesina y totalmente devota; toda su vida está sentada en una gran silla con una pluma en la mano, pues durante años ha escrito doce horas al día".
"Creo que los maestros de Madame Blavatsky son completamente rectos e intelectuales y que tengo en ellos la debida confianza de alumno a maestro".
“Recuerdo lo atenta que era de que los jóvenes que la rodeaban no debían trabajar demasiado (…) La oí decirle 'no, no, él es muy sensible' a un rudo desconocido que me había reprendido por hablar demasiado (…) [Ella era] humorística, nada fanática y al parecer mostraba siempre una mente que parecía sobrepasar a todos los demás en su honestidad".
“No debes tener miedo de que me decante por el mesmerismo. Me interesa, pero sólo un poco. No hay temor de que Madame Blavatsky me involucre en tales asuntos, porque está muy en contra de ellos y odia con vehemencia el peligro; dice que mediumnidad y locura son lo mismo".
"Cuando Madame Blavatsky estaba más silenciosa y menos vívida de lo habitual, era 'porque sus Maestros estaban enojados' y la habían reprendido por algún error, y ella profesaba equívocos constantes. Una vez me pareció estar en su presencia, o la de algún mensajero suyo. Eran cerca de las nueve de la noche, y media docena de nosotros nos sentábamos alrededor de su gran mantel, cuando la habitación se llenó con olor a incienso. Alguien vino del piso superior, pero no podía oler nada -parece que había estado fuera de la influencia-, pero para mí y los demás era muy fuerte. Madame Blavatsky dijo que era un incienso indio común y que una alumna de su 'Maestro' estaba presente; parecía ansiosa por aclarar el asunto y cambió la conversación a otro tema. Ciertamente era una casa romántica, y no me separé de ella por mi propia voluntad” (W.B. Yeats, una de las figuras más importantes de la literatura del siglo XX).