7 de febrero de 2022

La Teosofía del Bhagavad-Gita


El Bhagavad-Gita es un libro importante y precioso tanto para hindúes como teósofos.

Helena Blavatsky solicitó que se leyeran extractos de la traducción poética para este libro por Sir Edwin Arnold todos los años en el aniversario de su muerte, ocasión que se conoce como "Día del Loto Blanco". Mahatma Gandhi leyó por primera vez el Bhagavad-Gita como resultado directo de conocer a dos teósofos ingleses que fueron estudiantes de Blavatsky; así, dicha obra se convirtió para Gandhi en su favorita entre todas y que describió como "el libro por excelencia para el conocimiento de la verdad".

El nombre "Bhagavad Gita" significa literalmente "Canción de Dios" o "del Señor" y también se le denomina "Canción Celestial", siendo indudablemente la más popular y universal de todas las escrituras hindúes. Consiste en una conversación entre Krishna y Arjuna y es admirada por multitudes en todo el mundo por su filosofía espiritual y práctica de la cotidianidad, por cuanto algunos lo han descrito como un "Manual de Vida" y "Evangelio para el siglo XXI".

Muy a menudo el Gita es estudiado y referido en las diferentes sedes mundiales de la Logia Unida de Teósofos, en particular utilizando la traducción preparada por William Quan Judge, quien fue cofundador del Movimiento Teosófico con Blavatsky y su colega más cercano y confiable (véase "William Quan Judge: su rol e importancia en el Movimiento Teosófico"). Éste último escribió dicha interpretación y notablemente clara del Gita como "el resultado de una comparación cuidadosa de todas las ediciones en inglés y de una retransmisión completa del original dondequiera que existiese oscuridad u omisión evidente en las diversas versiones consultadas".

También escribió una serie de comentarios perspicaces y prácticos sobre los primeros siete capítulos de este gran texto, y las acotaciones para los apartados VIII a XVIII fueron escritas tras su muerte por su alumno y colega Robert Crosbie, quien fundó la Logia Unida de Teósofos. Ahora esta obra se publica bajo el título "Notes on the Bhagavad Gita".

Existen muchas formas de abordar este libro. Para el estudiante de Teosofía familiarizado con el lenguaje universal del simbolismo místico y la ciencia del esoterismo, Krishna representa principalmente el Ser Superior o Atman en sánscrito, Espíritu Puro y Eterno que es el Único Ser Universal de Todo, la parte más elevada y esencia interna de cada ser.

La Teosofía sostiene que ésta es la forma en que debemos entender y seguir los consejos e instrucciones de Krishna en las Escrituras y que no debemos verlo en la luz altamente personal, materializada y antropomórfica con que muchos hindúes lo contemplan, ¡y menos aún que adoremos a Krishna como una especie de deidad externa!

Si bien él vivió en nuestro mundo como un ser encarnado físicamente y de gran envergadura espiritual -existiendo a este respecto más pruebas históricas confiables de su existencia que las de Jesús, a quien precedió en alrededor de 3.000 años- debemos estudiar y abordar el Bhagavad-Gita desde una perspectiva simbólica y esotérica.

Mientras que Krishna es nuestro Ser Superior, Arjuna representa el alma humana individual que debe volverse hacia ese Ser y buscar refugio en él. Al ambientarse en la escena de un campo de batalla, de ninguna manera promueve o alienta "guerra" o "violencia" como algunos enemigos del hinduismo han afirmado de manera ignorante o maliciosa, sino más bien simboliza el campo de combate de la vida o "la guerra interior" que cada persona enfrenta alguna vez. Aunque no consiste en un libro particularmente largo, es verdaderamente un clásico inolvidable de la literatura religiosa y espiritual del mundo.

El estudiante de Teosofía también puede llegar a reconocer en ciertos lugares y pasajes que Krishna no siempre habla específicamente como el Ser Superior, pues en ocasiones asume el papel del Logos Universal y en otras incluso como Brahman o Parabrahm, el Absoluto mismo. En las obras de arte religiosas se lo representa por tener una piel de tono azul que alude al Infinito, como la vasta extensión del cielo.

En sus "Palabras Precedentes" a este texto hindú, Judge declara: "El Bhagavad-Gita tiende a impresionar dos aspectos sobre el individuo: primero, el inegoísmo y segundo, la acción; y al estudiarlo y vivirlo despertará la creencia de que hay un sólo Espíritu y no varios; que no podemos vivir únicamente para nosotros y así debemos darnos cuenta de que no existe tal hecho como la separación; que no hay posibilidad de escapar del Karma colectivo de la raza a la que uno pertenece y que es necesario pensar y actuar de acuerdo con tal creencia".

Este artículo presenta algunas palabras e ideas interesantes de H.P.B. sobre el Bhagavad-Gita, seguidas por cinco pasajes seleccionados de esta escritura para nuestra reflexión y aplicación meditativas. No sirve de nada únicamente leer obras como ésta; para usar la fraseología de la Biblia cristiana, uno debe ser "hacedor de la Palabra y no sólo un oyente". 


H.P. Blavatsky sobre el Bhagavad-Gita

"Bhagavad-gita (sánscrito). Literalmente, 'canción del Señor'. Una porción del Mahabharata, el gran poema épico de India. Contiene un diálogo en que Krishna -el 'cochero'- y Arjuna, su chela, tienen una discusión sobre la más elevada filosofía espiritual. El trabajo es preeminentemente oculto o esotérico".

-Glosario Teosófico, p. 56. 

"Como el Libro de Job -incorporado erróneamente en la Biblia, ya que es el registro alegórico y doble de los misterios sagrados egipcios en los templos y del Alma desencarnada que aparece ante Osiris y el Salón de Amenti para ser juzgado según su Karma- el Gita es un registro de las antiguas enseñanzas durante el Misterio de la Iniciación".

-Nota a pie de página en un artículo titulado "Bhagavad-Gita".

“En la medida que se permita, comenzaremos este trabajo otorgando el significado esotérico del texto del Bhagavad-Gita (...) Sin duda, algunos de nuestros lectores y especialmente los hindúes se asombrarán al descubrir la identidad casi perfecta entre el sentido oculto de esta epopeya inmortal y la Doctrina Arhat tibetana que se ha expuesto en parte en los Fragmentos y otros escritos".

-Our Fifth Year

“Desde el nacimiento de la Sociedad Teosófica y la publicación de 'Isis', se repite a diario que toda la Sabiduría Esotérica de las eras se encuentra oculta en los Vedas, los Upanishads y el Bhagavad-Gita. Sin embargo, hasta el día de la primera aparición de 'Budismo esotérico' [el libro en que A.P. Sinnett presentó las enseñanzas que le dieron los Maestros K.H. y M. por correspondencia] y durante muchos siglos pasados, estas doctrinas seguían siendo una carta sellada para todos, menos unos pocos brahmanes iniciados que siempre habían mantenido el espíritu de ésta para sí mismos. El texto alegórico fue tomado de modo literal por los cultos y no educados; los primeros se rieron disimuladamente de las fábulas y los últimos cayeron en el culto supersticioso, y debido a la variedad de interpretaciones se dividieron en numerosas sectas (...) Más fehacientemente no 'casi todo' se encuentra en el Gita, sino todas las doctrinas dadas y mucho más intactas en 'Budismo Esotérico', y no sólo allí, sino en un millar de manuscritos más conocidos o desconocidos de las escrituras sagradas hindúes".

-The Bhagavad-Gita and Esoteric Buddhism

“En lo que respecta al renacimiento de la literatura oriental, toda la prensa de India, Ceilán y Japón nos da el crédito de haber hecho más en esa dirección que cualquier otro organismo de los tiempos modernos. No sólo hemos ayudado a revivir en India los antiguos Tols o escuelas pandits de literatura y filosofía sánscritas, y a despertar la reverencia por la clase de los verdaderos yoguis o devotos santos, sino que también creamos una demanda de reimpresiones y traducciones de antiguos clásicos sánscritos que se satisface con las ediciones frecuentes de esta clase de obras en Calcuta, Bombay, Benarés, Lucknow, Lahore, Madrás y otros centros literarios de India. Entre los más importantes están los Vedas, el Bhagavad-Gita, los escritos de Shankara, Patanjali y otros renombrados filósofos y místicos arios. Los asiáticos nos han declarado públicamente y sin reservas su gratitud y respeto por lo que hemos hecho en la línea del segundo de nuestros objetos declarados. Tampoco se debe pasar por alto que el interés prevaleciente en Teosofía y la filosofía oriental mística en general -que el observador más casual está obligado a presenciar en toda Europa y América- es directa o indirectamente el fruto de la actividad en nuestro conglomerado".

-Recent Progress in Theosophy


Selecciones del Bhagavad-Gita

El individuo confirmado en el conocimiento espiritual
(del Capítulo 2 “Sankhya-Yoga”, p. 18-20, edición de Theosophy Company)

“Se dice que un hombre está afianzado en el conocimiento espiritual cuando abandona todo deseo que entra en su corazón, y es feliz por sí mismo y está contento en el Ser a través del Ser. Su mente es imperturbable en la adversidad; está contento en la bonanza y se mantiene ajeno a la ansiedad, el miedo y el enojo. A tal persona se le llama Muni [sabio]. Cuando en toda situación el individuo recibe cada evento, ya sea favorable o desfavorable y con una mente ecuánime a la que no le agrada ni disgusta nada, entonces su sabiduría ya está establecida habiendo experimentado lo bueno y lo malo, sin regocijarse ante lo uno ni abatirse por lo otro. Él está confirmado en el conocimiento espiritual, como cuando la tortuga puede replegar todos sus sentidos y restringirlos de sus queridos propósitos. El hambriento pierde de vista todo otro objeto que no sea la gratificación de sus apetitos, y cuando él se familiariza con lo Supremo pierde así todo gusto por los objetos de cualquier clase. Los tumultuosos sentidos y órganos hacen sentir su fuerza aún hasta en el corazón del sabio que lucha por la perfección. Dejad que un hombre, restringiendo todo eso, permanezca en devoción y descanse en mí, que soy su verdadero Ser; porque aquél que tiene sus sentidos y órganos bajo su control ya posee conocimiento espiritual.

Aquél que presta atención a las inclinaciones de los sentidos, en ellos tiene un interés; de éste último se crea la pasión; de ésta, la ira; de ésta surge la ilusión; de la ilusión, el malogramiento de memoria; de dicha pérdida, la merma en discriminación, ¡y de ésta se deriva la pérdida de todo! Pero aquél que libre de apego o repulsión por los objetos, los experimenta a través de los sentidos y órganos con su corazón obediente a la voluntad, ése alcanza la tranquilidad de pensamiento. Y una vez obtenido ese estado de tranquilidad, por ende resultará pronto en un alejamiento de toda aflicción; y estando su mente en descanso y fija sobre un sólo objetivo abraza así la sabiduría en todas sus partes. Pero el individuo cuyo corazón y mente no están en reposo permanece sin sabiduría o poder de contemplación; quien no practica reflexión no tiene calma; ¿y cómo, entonces, puede una persona sin calma obtener la felicidad? El corazón sin control que sigue los dictados de las pasiones que lo conmueven arranca de sí el conocimiento espiritual como la tormenta hace derivar la barca en un océano furioso. Por lo tanto, oh tú de poderosos brazos, quien posee conocimiento espiritual es aquél cuyos sentidos se apartan de los objetos sensoriales; lo que es noche para los no iluminados es como día a la vista del sabio; y lo que parece ser día, él sabe que es la noche, la oscuridad de la ignorancia. ¡Tal es el Sabio que se autogobierna!

Aquella persona en que los deseos penetran su corazón como las aguas entran al océano abultado y en reposo, y el cual aunque siempre lleno jamás rebosa su límite, esa persona alcanza la felicidad; pero no así quien se deleita en sus propias lujurias.

El individuo que habiendo abandonado todos los deseos actúa sin codicia, ni egoísmo y sin orgullo, que no se contempla como actor ni poseedor, logra el descanso. Esto, oh hijo de Pṛithā, es depender del Espíritu Supremo; aquél que posee esto ya no se pierde más, y habiéndolo obtenido y si así se establece en la hora de su muerte, entra al Nirvāṇa en lo Supremo”. 


El sabio iluminado
(del Capítulo 5 “Karmasanyasayoga”, p. 41-42, edición de Theosophy Company)

“El sabio iluminado considera con la misma mentalidad a un brahmán iluminado y desprendido, a una vaca, un elefante o un perro, y hasta a un marginado que come carne de perro. Aquéllos que así preservan una mente ecuánime ganan el cielo incluso en esta vida, porque lo Supremo está libre de pecado y es de mente ecuánime; por tanto ellos descansan en el Espíritu Supremo. El hombre que conoce el Espíritu Superior, que no está engañado y se halla fijo en ello no se regocija al obtener lo placentero ni se lamenta cuando encuentra lo desagradable. Aquél cuyo corazón no está apegado a los objetos sensoriales encuentra placer dentro de sí mismo, y a través de la devoción se une con lo Supremo y goza la bienaventuranza imperecedera, porque esos placeres que surgen por contacto de los sentidos con objetos externos son matrices de dolor, ya que tienen un comienzo y un final; ¡oh hijo de Kuntī!, el sabio no se deleita en esos gozos. Aquél que, mientras vive en este mundo y antes que el alma se libere del cuerpo puede resistir el impulso que se alza del deseo y de la ira, es un devoto y bendito. 

Quien está feliz dentro de sí mismo y está iluminado interiormente es un devoto, y participando en la naturaleza del Espíritu Supremo se sumerge en Aquél. Tales sabios iluminados, cuyas faltas están extinguidas y se hallan libres de ilusión, que tienen sus sentidos y órganos bajo control y son devotos al bien de todas las criaturas, obtienen la asimilación en el Espíritu Supremo [conocimiento directo del Ser]. La asimilación con este Espíritu, en ambas orillas de la muerte, es para aquéllos que están libres del deseo y la ira, los temperados y de pensamientos restringidos, y que están familiarizados con el verdadero Ser".


Días y noches
(del Capítulo 8 "Aksharaparabrahmayoga", p. 60-61, edición de Theosophy Company)

“Todos los mundos hasta el de Brahmā están sujetos al renacimiento una y otra vez; pero aquéllos que llegan a mí, ¡oh hijo de Kuntī!, no renacen más. Aquéllos que están familiarizados con el día y la noche* saben que el día de Brahmā tiene mil revoluciones de los yugas y que su noche se extiende por otras mil. A la llegada de ese amanecer todas las cosas surgen de lo inmanifestado hacia la manifestación, de modo que cuando la noche se aproxima otra vez se sumergen de nuevo hacia lo inmanifestado. Toda esta colección de cosas existentes, habiendo así venido a la vida, es disuelta al acercarse la noche, ¡oh hijo de Pṛithā!; y ahora nuevamente, a la llegada del día, emana de forma espontánea. Pero existe aquéllo en que no se destruye la disolución de todas las cosas; que es indivisible, indestructible y de una naturaleza distinta a lo visible. Eso que se llama inmanifiestado e inextinguible es conocido como 'objetivo supremo', del cual jamás se retorna una vez alcanzado, y ésta es mi suprema morada. Y este lugar Altísimo, ¡oh hijo de Pṛithā!, y dentro del cual todas las criaturas están incluidas y que todo lo permea, puede ser alcanzado por una devoción que esté dedicada solamente a eso”.

*"Esto se refiere a quienes han adquirido conocimiento sobre las últimas divisiones del tiempo, un poder que se atribuye al yogui perfecto en la Filosofía Yoga de Patanjali".


La verdadera sabiduría y su objetivo
(del Capítulo 13 “Kshetrakshetrajnavibhagayoga”, p. 94-95, edición de Theosophy Company)

“La verdadera sabiduría espiritual es la libertad del amor propio, de la hipocresía y el daño a otros; es paciencia, sinceridad, respeto por los instructores espirituales, pureza, firmeza, autorestricción, ausencia de pasión por objetos sensoriales, estar libre de todo orgullo y una meditación acerca del nacimiento, la muerte, el deterioro, la enfermedad y el error; es redimirse del apego auto-identificatorio con los hijos, la esposa y el hogar, y una constante e inquebrantable firmeza de corazón a la llegada de cada evento, ya sea favorable o desfavorable; es un amor constante sólo por mí estando borrado el yo, una adoración hecha en un lugar solitario, y una ausencia de placeres en las congregaciones mundanas; es la continuación resuelta en el estudio del Adhyātman, el Espíritu Superior, y una meditación sobre el objetivo de adquirir el conocimiento de la verdad; esto se llama sabiduría o conocimiento espiritual y su opuesto es la ignorancia.

Ahora te diré cuál es el objetivo de la sabiduría, y sabiendo esto un hombre disfruta de la inmortalidad. Es eso que no tiene comienzo, incluyendo al supremo Brahman, y de lo que no puede decirse y que no es el Ser ni el No-Ser. Tiene manos y pies en todas direcciones; ojos, cabezas, bocas y oídos por todas partes; es inmanente en el mundo y posee la vastedad del todo. Aquéllo en sí mismo y sin tener órganos está reflejado por todos los sentidos y facultades; desapegado, pero sosteniéndolo todo; sin cualidades, pero siendo testigo de todas ellas. Está dentro y fuera de todas las criaturas animadas e inanimadas; es inconcebible por su sutileza, y aunque muy cercano se encuentra muy lejos. Y aunque indiviso, aparece dividido entre las criaturas, y en tanto que sostiene todas las cosas existentes también se le conoce como su destructor y creador. Es la luz de las luces, pero se afirma que está más allá de toda tiniebla, y siendo la sabiduría misma, la meta de ésta y aquéllo que ha de ser obtenido por la sabiduría; así preside por siempre en los corazones de todos".


El individuo que ha alcanzado la perfección
(del Capítulo 18 “Mokshasanyasayoga”, p. 129-130, edición de Theosophy Company)

“Aprende de mí, y en resumen, de qué modo el individuo que ha alcanzado la perfección adquiere el Supremo Espíritu, el cual es el fin, el propósito y la condición más elevada del conocimiento espiritual. 

Imbuido de puro discernimiento, restringiéndose a sí mismo con determinación, habiendo rechazado los encantos del sonido y otros objetos sensoriales, y descartando apegos y disgustos; habitando en lugares apartados, comiendo poco y teniendo controlados su habla, cuerpo y mente, ocupado en constante meditación e invariablemente anclado en desapasionamiento; abandonando el egoísmo, la arrogancia, la violencia, la vanidad, el deseo, la ira, el orgullo y la posesividad, con calma siempre imperturbable, un individuo así es digno de convertirse en el Ser Supremo. Y habiendo así alcanzado lo Superior, él permanece sereno, sin sufrir más y no deseando nada más sino alcanzar la suprema devoción por mí e igual que con todas las criaturas. Por esta devoción a mí, él conoce fundamentalmente quién y qué soy Yo, y habiéndome así descubierto él entra en mí sin ninguna condición intermediaria".