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22 de enero de 2025

Los Lipika o Registradores Kármicos


(The Theosophical Movement, noviembre 2024).

En Teosofía, lo que se llama "Dios" es un Principio Impersonal, Eterno, Ilimitado, Omnipresente e Inmutable, y no puede emanar ni fragmentarse. Sin embargo, por así decir existe un segundo “Uno” o reflejo de aquél, llamado Logos o Iswara, que emite los Siete Rayos o Dhyani-Chohans. Blavatsky dice que este Logos Creador no es un "dios" personal ni extracósmico, sino el conjunto de Dhyanis y otras fuerzas. El término genérico Dhyani-Chohan designa a todos los seres celestiales o "dioses", y se agrupan en siete jerarquías de diversas clases, en varios planos, realizando tareas circunscritas a su ámbito particular, y bien pueden ser vistos como otras tantas manifestaciones de la Divinidad.

Entre los muchos órdenes de Dhyanis, Helena menciona tres: “Constructores”, “Espíritus Planetarios” y “Lipika”, cada uno dividido a su vez en siete subgrupos. Los primeros y terceros son poderes inteligentes o creativos, que terminaron "personificándose" mediante nombres. De las tres índoles de Lipika, la más baja se vincula con todos los sucesos de nuestro mundo; así, la voz Lipi-ka viene de lipi o "escritura", y corresponde a Seres Divinos relacionados con el Karma al ser sus "Secretarios" o "Escribas".

Desde la Mente Universal pasiva, los Lipika proyectan en la objetividad el plan ideal del Universo, siendo "amanuenses" directos de la Ideación Eterna, o como señala Platón, el “Pensamiento Divino”, y en base a este esquema suplido por ellos, los Constructores "reedifican" el Kosmos (Sistema Solar) después de cada Pralaya (Doctrina Secreta, vol. 1, p. 104).

Para asimilar el concepto de "Ideación Eterna", vemos en el Glosario Teosófico que “Akasa es la esencia espiritual sutil y suprasensible que instila todo el espacio; la sustancia primigenia (...) el Espacio Universal donde reside inherentemente la Ideación Eterna del Universo (...) y desde el cual irradia el Primer Logos o pensamiento expresado”.

En Studies of the Secret Doctrine tenemos: “El plano arquetípico es una expresión de la filosofía platónica [que es] el mundo tal como existía en la Mente Divina (...). Dicha sustancia cósmica, energizada por ideación homónima, es el mundo de los noúmenos donde se ubica el rango ínsito de los fenómenos, en sus aspectos abstractos y arquetípicos” (p. 29-30).

En la página 200 del primer volumen de La Doctrina Secreta, hay un gráfico sobre tres planos Arupa o “sin forma”, y otros cuatro atañentes al Rupa o "ámbito de las formas" (conciencia cósmica), que tal vez podamos enlazar con los tres niveles de Akasa y cuatro de Luz Astral.


El mundo arquetípico de los noúmenos, mencionado por Platón, es “el segundo de los ‘tres planos del Kosmos Septenario'" (ibídem, p. 30). El primer nivel Rupa se describe así: “Los constructores elaboran paternas según los cánones en la Mente Divina. El mundo de éstos últimos es también el ámbito modelo; está hecho de prototipos, y es aquél responsable de generar mundos sucesivos, en o sobre los cuales las formas suceden a los modelos” (ibídem, p. 30). De este modo, “las formas ideales (...) permanecen 'latentes' en el seno de la Ideación Eterna, como las futuras hojas de loto y sus pétalos están ocultos en la semilla” (p. 31).

Una vez que los Lipika objetivan el Plan Ideal del Universo (o traducen la Ideación Universal en Cósmica), los Constructores fabrican el mundo-modelo basado en estas formas. En Transactions, Blavatsky señala de qué manera las formas condensadas y concretas en el plano físico se desarrollan a partir del arquetípico. Se nos dice que “los prototipos o ideas de objetos existen primero en la Conciencia Divina eterna (Akasa), y éstos se invierten en la Luz Astral”. Akasa simboliza los niveles superiores de materia y conciencia (nouménicos), en tanto que el concepto por Platón sostiene que hay ideas abstractas de "las cosas que serán".

Podemos afirmar que en ese "marco" existe la idea de “triangularidad”, en base a lo cual aparecen los tipos rectángulo, equilátero, isósceles, etc. Basándose en la idea abstracta, los Constructores perfilan modelos que van mejorando de plano en plano, hasta que los Elementales o Espíritus de la Naturaleza trabajan en dichos patrones a fin de crear formas tangibles. El primer diseño es perfeccionado por los mundos que le suceden, cada uno más burdo que el superior -y en ese sentido menos puro-, remitiendo las "plantillas" astrales que surgen a modo de "imágenes concebidas". Por ejemplo, el plano de una casa corresponde a los prototipos espirituales, mientras que su miniatura -en madera o cartón- es la paterna astral, que a su vez sirve de proyecto para construir el hogar de cemento, ladrillo, etc., es decir, con sustancias más duras.

En The Secret Doctrine Commentaries, H.P.B. explica los cuatro ámbitos inferiores del diagrama previo. El rango arquetípico puede homologarse con el pensamiento que precede a la acción (a semejanza del Manas individual). Un artista primero concibe su idea antes de trabajar, pero debe adquirir lienzos, pinceles, colores, etc., lo cual concierne a la fase intelectual/creativa. Luego, el estadio formativo implica delinear bosquejos sobre el panel, y la etapa material se simboliza con el cuadro terminado.

El sloka o verso 6 (a) de la Estrofa V dice: “Los Lipika circunscriben el triángulo, el primer Uno (...) el Cubo, el Segundo Uno y el Pentáculo dentro del Huevo (círculo). Es el Anillo Infranqueable [Pass-Not]” (DS, vol. 1, p. 129). Al interpretar numéricamente, obtenemos 3, 1, 4, 1 y 5 que pueden cotejarse con la Estrofa IV, verso 2 (b), que habla de iguales cifras y da un total de dos veces siete ó 14. El valor "31415" ó 3,1415 es Pi, la relación de una circunferencia con el diámetro circular. Se supone que indica la jerarquía múltiple de Dhyani Chohans, y al guarismo del mundo interior o manifiesto que está circunscrito; también connota a los seres que se encuentran en el límite que separa el mundo fenoménico del noumenal, y ellos formarían el Dhyanipasa, “cuerda de los ángeles” o Anillo Inexpugnable. Respecto a cadenas planetarias, los Lipika que montan esa "palestra" dividen las áreas Rupa de las tres Arupa, si bien desde una perspectiva cósmica integran el Anillo que circunscribe el Huevo de Brahma, representado por el círculo o niveles perceptibles.

“Los Lipika separan los mundos (...) de Espíritu y Materia. Aquéllos que ‘descienden y ascienden' -las Mónadas encarnantes o humanos que luchan por 'elevarse' y aún no alcanzan su objetivo- pueden cruzar el ‘círculo Insalvable' sólo en el 'Día de Bienvenida' [Be-With-Us]” (DS, vol. I, p. 131). Este "lindero" metafísico es el que atraviesan los Egos mientras encarnan, y vuelven a pasarlo al “ascender" o "limpiarse", cuando a través de las ilusiones materiales se dan cuenta de que no están escindidos del Ser Universal y llegan a integrar la Esencia Única.

Metafóricamente, toda persona moldea y "empuja" una "cerca" dependiendo del desarrollo intelectual, psíquico y espiritual mientras vive la "fiebre separatista" en el reino tangible, a través de sus elecciones presentes y karma pasado que "monitorean" los Lipika. “La entidad espiritual llega al Nirvana eterno e inmutable sólo cuando se libera para siempre de toda partícula de materia, sustancia o forma, y se convierte de nuevo en parte del Aliento Divino” (La Clave de la Teosofía, p. 113). No pueden zanjar el Anillo otros seres celestiales excepto los Lipika, ni menos la gente común que no haya conseguido el Nirvana, excepto en el instante del Mahapralaya.

La Doctrina Secreta (vol. 1, p. 132) enseña que Visishtadwaita alcanzó la felicidad de Moksha en Parampadha, lugar constituido por el Suddasatwa o esencia divina de que están hechos los "cuerpos" de Dhyanis más sublimes. Allí los Muktas se liberan para siempre de atributos materiales o kármicos y no están obligados a reencarnar en la Tierra, pero pueden hacerlo voluntariamente.

Se dice que los elementales o "vidas" propalan el Karma a las órdenes de Chitra-Gupta o Lipikas, imprimiendo "la enorme galería de imágenes de la Eternidad en la Luz Astral y sus 'catálogos invisibles', un registro fiel de cada acto y pensamiento humano de todo lo que fue, es o será en el Universo fenoménico”. La literatura egipcia indicaba cuarenta “Evaluadores” en la zona de Amenti que leen la vida en los corazones de fallecidos ante Osiris o el equivalente de Yama (Karma). Además, el hindú Chitra-Gupta supervisa el Agra-Sandhini o historia del individuo que permanece en los archivos astrales (DS, vol. 1, p. 104-105).

El hinduismo sostiene que Chitra-Gupta es un dios cuyo oficio es "poner en bitácora" a todos los humanos en la Tierra, y generalmente se lo representa a la derecha del rey Yama (o de la muerte) sosteniendo un inventario de nuestras obras mundanas. Cuando el espíritu del difunto ingresa en Yamaloka, sus acciones se juzgan para decidir si es meritorio del Swarga ("cielo") o Naraka ("infierno").

Los Lipika son agentes de Karma o Ley Retributiva. “En la Kabbalah se denominan 'cuatro Ángeles Registradores'; en India, los cuatro Maharajás que toman nota de cada pensamiento y obra humanos” (Transactions, p. 147). Dichos Maharajás gobiernan las fuerzas cósmicas del Norte, Sur, Este y Oeste, pero necesitan vehículos materiales -por ejemplo, los tipos cuádruples de vientos- con tal de hacer cumplir decretos kármicos. Se afirma que ciertas masas de aire "llevan" descalabros y otras son auspiciosas, al tenor de epidemias, contratiempos o hechos críticos en el planeta. “La gloria de Dios viene de Oriente", de acuerdo con Ezequiel, mientras el dogma católico-romano atribuye diversas calamidades a los "mensajeros invisibles" del Norte y Oeste (DS, vol. 1, p. 123). Subrayemos que los Maharajás no recompensan ni castigan a la especie humana, sino ella misma se condena o redime al actuar individual y colectivamente, sembrando pensamientos y actos que despiertan poderes análogos en el mundo sideral; éstos, a su vez, son atraídos hacia quienes produjeron determinados factores y reaccionan sobre ellos.

Estas injerencias pueden referir a elementales, en cuanto emisarios de Karma que gatillan réplicas -ya sean unitarias o grupales- a nuestros efluvios psíquicos o actos. William Judge enseñó que toda patología física muestra un desajuste del ser interno en el plano material. El libro teosófico For The Children Who Ask Why contiende que las "vidas" en el planeta se saturan por ideas egomaníacas o perversas de hombres y mujeres, llegando a un "punto álgido" que detona tsunamis, terremotos, volcanismos, etc., ya que nos auto-castigamos por el modo en que cada persona utiliza su mente. Muchos estudios serios en Parapsicología demuestran que las cogitaciones emiten formas sutiles de materia; así, toda partícula es susceptible de absorber o consignar hechos.

Visto lo anterior, hay otro detalle oculto: “Los Lipika se relacionan con el destino del individuo y el nacimiento de niños, cuyas vidas ya están delineadas en la Luz Astral no en un sentido fatalista, sino sólo porque el futuro, como el PASADO, siguen vivos en el PRESENTE. También puede señalarse que tienen predominio sobre la Ciencia Astrológica, y guste o no, debemos admitir su realidad” (DS, vol. 1, p. 105).