David Pratt
Octubre 2019, agosto 2024
Contenidos (final parte 9):
-Cuba
-China
-Perspectivas futuras
-Cuba
-China
-Perspectivas futuras
Cuba
Tras el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista respaldado por Estados Unidos (1959), la revolución liderada por Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara tomó un giro socialista, y Cuba se alió estrechamente con países de la misma línea. Desde entonces la nación caribeña se ha enfrenta a un resquemor generalizado en gran parte del "mundo libre" como el bloqueo punitivo de EE.UU., ataques terroristas (invasión de Bahía Cochinos en 1961) y otras formas de interferencia.
Tras el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista respaldado por Estados Unidos (1959), la revolución liderada por Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara tomó un giro socialista, y Cuba se alió estrechamente con países de la misma línea. Desde entonces la nación caribeña se ha enfrenta a un resquemor generalizado en gran parte del "mundo libre" como el bloqueo punitivo de EE.UU., ataques terroristas (invasión de Bahía Cochinos en 1961) y otras formas de interferencia.
De 1959 a 1965, Guevara se desempeñó primero como presidente del banco nacional, luego encabezó el Departamento de Industrialización y fue Ministro de Industrias, jugando un papel clave en el debate sobre la transición económica al socialismo (Yaffe, 2009; Williams, 2015). Visitó varios países socialistas y en privado fue crítico con muchos de los modos soviéticos que se adoptaron a distinto nivel en otras zonas. Como vimos, el sistema de gestión soviético mezcló propiedad estatal predominante y planificación central con dispositivos capitalistas, tales como intención de ganancia, intereses, créditos, estímulos tangibles individuales y elementos de competencia. Guevara reconoció que la "sovietización" conduciría a una burocracia excesiva y al distanciamiento con el liderazgo popular, y que esto junto con el rol continuo de los mecanismos mercantiles podrían desembocar en una restauración del capitalismo.
Guevara quedó impresionado por el atraso de la gestión soviética y sus técnicas contables, y creó una alternativa cubana mediante el sistema de finanzas presupuestarias (SFP). Sostuvo que las empresas nacionalizadas debían manejarse como una gran corporación, siguiendo la modalidad en que las grandes firmas estadounidenses administraron sus filiales en Cuba. Esto incluiría el uso extensivo de sistemas informáticos, y bajo el SFP los consorcios estatales no tendrían sus cuentas en el banco gubernamental, y éste no les otorgaba préstamos ni cobraba intereses. En cambio, el Estado asignaba fondos y suministros a estos negocios como parte de un plan económico general; de hecho, no hubo relaciones financieras ni intercambio de productos entre empresas gubernamentales. Guevara también enfatizó la trascendencia de la educación en el cultivo de solidaridad y "conciencia socialista", y en la superación del individualismo egomaníaco para que los alicientes materiales pudieran ser reemplazados cada vez más por otros de tipo moral, aunque sus oponentes caracterizaban sus puntos de vista como idealistas y utópicos.
El "Che" dejó Cuba en 1965 para fomentar la revolución en el extranjero, y durante 1967 cayó en manos de fuerzas asistidas por la CIA en Bolivia y fue ejecutado sumariamente. El enfoque económico de Guevara nunca se adoptó al por mayor en Cuba, y posterior al colapso del bloque soviético el PIB cubano se desplomó en un 35%, creando enormes dificultades y conduciendo a reformas orientadas al mercado. Desde el año 2000 el péndulo ha venido fluctuando en dirección opuesta. La centralización financiera ha conseguido un nivel nunca visto desde el periodo del SFP, aunque el involucramiento popular en la toma de decisiones está lejos de lo que Guevara deseaba lograr.
El comercio entre países ricos y subdesarrollados tiende a caracterizarse por un intercambio desigual; por ejemplo, una hora de trabajo en regiones avanzadas puede cambiarse por 10 horas laborales correspondientes a sectores en desarrollo. El único ejemplo de tráfico verdaderamente justo entre áreas industrializadas y en vías de progreso estaba representado por las relaciones de Cuba y los países del bloque soviético (Comecon). Para garantizar el intercambio igualitario en mano de obra, Cuba recibía, verbigracia, 40 centavos por cada libra de azúcar exportada a la Unión Soviética, en lugar del valor-mercado de cinco centavos. Tras el derrumbe de los países socialistas a principios de los '90, Cuba perdió rápidamente el 85% de su comercio exterior cuando los antiguos países Comecon se sometieron a la presión estadounidense para romper lazos comerciales con Cuba, como requisito para préstamos y ayuda con reformas mercantiles (Smith, 2016, cap.7).
China
El régimen chino describe su sistema socioeconómico como "socialismo con características chinas"; sin embargo, es una forma muy extraña de dicho esquema ideológico (Roberts, 2016). Entre 1952 y 1978 tuvo una economía estatal y planificada, y su PIB creció entre 6-7% anual. Aunque en los últimos 30 años hubo una importante expansión de negocios nacionales y extranjeros, junto con el florecimiento de un mercado de valores y otras instituciones financieras, los medios productivos siguen siendo principalmente del Estado, mas la agricultura colectiva ha desaparecido en modo gradual. Las empresas o entidades públicas controladas por el Partido Comunista (PCCh) representan la gran mayoría del empleo y la inversión. No existe libre flujo de capital extranjero hacia y desde China; el desembolso foráneo directo representó apenas el 0,2% del PIB en 2023, y los activos públicos siguen siendo casi el doble que aquéllos particulares, pero la brecha se está reduciendo.
El régimen chino describe su sistema socioeconómico como "socialismo con características chinas"; sin embargo, es una forma muy extraña de dicho esquema ideológico (Roberts, 2016). Entre 1952 y 1978 tuvo una economía estatal y planificada, y su PIB creció entre 6-7% anual. Aunque en los últimos 30 años hubo una importante expansión de negocios nacionales y extranjeros, junto con el florecimiento de un mercado de valores y otras instituciones financieras, los medios productivos siguen siendo principalmente del Estado, mas la agricultura colectiva ha desaparecido en modo gradual. Las empresas o entidades públicas controladas por el Partido Comunista (PCCh) representan la gran mayoría del empleo y la inversión. No existe libre flujo de capital extranjero hacia y desde China; el desembolso foráneo directo representó apenas el 0,2% del PIB en 2023, y los activos públicos siguen siendo casi el doble que aquéllos particulares, pero la brecha se está reduciendo.
A nivel global, China es la mayor economía en términos de PIB, relativa a sus manufacturas y venta de bienes. Desde 1981 el gobierno sacó de la pobreza a 853 millones de personas; a comienzos de década el 75% de la población mundial vivía mejor que el chino promedio, y hoy la cifra llega a 31%. China apenas se vio afectada por la recesión de 2008-2009 debido al programa de inversiones a gran escala dirigido por el Estado y cuyo financiamiento deriva de corporaciones y bancos análogos. Aunque el comercio mundial se paralizó desde entonces, la economía china creció 5,2% en 2023 y se espera 4,5% en 2024 (Banco Mundial), una tasa dos veces superior a EE.UU. La “productividad total de los factores” (medida de innovación) tiene una marcha anual de 6%, mientras que el país norteamericano se halla en descenso y su rival del Oriente registra salarios medios-altos.
La élite del PCCh está decidida a preservar su ascendencia y privilegios, y la democracia obrera no forma parte del modelo chino de “socialismo”. El régimen cuenta con un enorme respaldo popular, pero la ciudadanía está preocupada por la corrupción y la desigualdad masiva. Hay un número in crescendo de magnates, muchos asociados con el liderazgo actual, pero el PCCh sigue estando compuesto de trabajadores, tecnócratas y funcionarios gubernativos.
Perspectivas futuras
Los marxistas arguyen que el fracaso del socialismo de Estado funcionarial y su economía semiplanificada no significa la imposibilidad de un esquema eficiente y pujante dispuesto en un método central y democrático. El número de productos monitoreados por el planeamiento soviético en mitad de los '80 llegó a alrededor de 200.000, muy por debajo de los 24 millones de artículos producidos, lo que se relacionaba con el nivel primitivo de las instalaciones informáticas y telecomunicacionales soviéticas.
Los marxistas arguyen que el fracaso del socialismo de Estado funcionarial y su economía semiplanificada no significa la imposibilidad de un esquema eficiente y pujante dispuesto en un método central y democrático. El número de productos monitoreados por el planeamiento soviético en mitad de los '80 llegó a alrededor de 200.000, muy por debajo de los 24 millones de artículos producidos, lo que se relacionaba con el nivel primitivo de las instalaciones informáticas y telecomunicacionales soviéticas.
Varios investigadores dicen que sería factible una planeación central efectiva y detallada utilizando supercomputadoras modernas, con el tiempo laboral como unidad contable en lugar del dinero (Cottrell y Cockshott, 1993; Cockshott y Cottrell, 1993). Aducen que dicho entorno podría reaccionar con mayor rapidez a los cambios que una economía de mercado, y por tanto ser más ágil para responder a fluctuaciones en las demandas de consumidores. Los flujos de datos computarizados que acompañan automáticamente al caudal de bienes contribuirían en gran medida a garantizar la entrada correcta de información con fines organizativos (Mandel, 1986). El voto electrónico puede garantizar que el público tenga voz directa en las medidas económicas a implementarse, en vez de que estas decisiones fuesen zanjadas por una élite política.
Sólo el tiempo dirá si algún país pondrá a prueba esta recomendación, aunque quizá las circunstancias económicas en deterioro primero tendrían que causar dificultades masivas y disturbios sociales. Es difícil considerar cómo la propiedad privada de los medios productivos pudiese terminar sin una guerra civil, y la agitación social violenta no conduzca a una nueva sociedad libre y democrática.
En ciertos momentos, algunos países capitalistas han hecho uso efectivo de planes dirigidos por el Estado para promover su desarrollo económico, cuyos ejemplos más notables son Japón y Corea del Sur. Durante varias décadas el Ministerio de Comercio Internacional e Industria japonés proporcionó investigación y desarrollo financiados estadualmente a las industrias que ofrecieran la mejor perspectiva de crecimiento competitivo a largo plazo, y el éxito en esta política se hallaba condicionado a la disposición cooperadora de las empresas capitalistas. Como demuestran las respuestas de los gobiernos al colapso de 2008, incluso hoy los comerciantes libres no tienen objeciones a los rescates y nacionalizaciones estatales a gran escala si ello es necesario para salvaguardar el futuro del capitalismo.
Bajo el esquema capitalista, la anarquía de mercado contrasta marcadamente con la estructura de producción cada vez más sistematizada y consciente en las firmas privadas a medida que se expanden en tamaño. Con el desarrollo de transnacionales, la planificación corporativa interior se ha vuelto internacional y muchas veces de alcance múltiple. Dentro de esas entidades los bienes intermedios se generan por encargo, en lugar de asignarse a través del mercado. Hay reformistas políticos de izquierda que sueñan con volver a una etapa más temprana cuando las empresas eran más pequeñas, los monopolios aún no habían surgido y la competencia tenía más libertades. Sin embargo, existen límites estrictos sobre lo que se puede lograr a este respecto, porque es precisamente la lógica interna de competencia capitalista lo que genera la creciente concentración y centralización del capital.
Desde la visión marxista, cuanto más se reúna el educto global en manos de algunas corporaciones gigantes, más fácil será la transición al socialismo. La propiedad de estos consorcios simplemente tendría que transferirse de sus accionistas a la sociedad, y la producción podría planificarse para satisfacer mejor las necesidades sociales en lugar de la especulación privada. O al menos ésa es la teoría...