8 de febrero de 2022

Civilizaciones perdidas de los Andes (4 de 5)

Por David Pratt
Enero 2010, actualizado junio 2019


Contenidos:

06. Sitios "incas"
-A. Cuzco
-B. Sacsayhuamán
-C. Qenko
-D. Tambo Machay
-E. Písac
-F. Ollantaytambo
-G. Macchu Picchu
-H. Raqchi
-I. Sillustani y Cutimbo
-J. Túneles


06. Sitios "incas"



A. Cuzco

A menudo se afirma que la palabra Cuzco (también Cusco, o en quechua Qosqo), el nombre de la capital inca, significa "ombligo del mundo", aunque sería más exacta la acepción "placenta del mundo" (1). Situada a una altitud de 3.300 mts., la ciudad se diseñó en la forma de un puma, el animal que simbolizaba la dinastía inca. Su "cuerpo" se extiende entre los ríos canalizados de Tullumayo y Saphimayo, y el área de la "cola" está formada por la confluencia de ambos, teniendo por nombre Pumaqchupan ("cola del puma"), en la que también existe una calle llamada Pumakurko ("columna vertebral del puma"). Huacaypata, una plaza ceremonial de la que salían cuatro caminos principales hacia cada esquina del imperio, marca el "vientre" del felino y su cabeza es el cerro de Sacsayhuamán, con las tres murallas en zigzag de la "fortaleza" que dibujan su perfil (y no sus dientes, como se afirma a menudo). Sin embargo, el nombre de Sacsayhuamán se interpreta usualmente como "halcón moteado" o "halcón satisfecho" y no tiene nada que ver con el mamífero; más aún, el largo perfil es más parecido a un perro (2), lo cual es consistente con la idea de que Sacsayhuamán no es obra inca y que Cuzco fue adaptada a una estructura preexistente

Fig. 6.A1. Cuzco con la forma de un puma (3).

Cuando los españoles llegaron a Cuzco quedaron deslumbrados por su belleza, y especialmente por el Templo del Sol, originalmente llamado Inti Kancha y ahora Coricancha (también Koricancha, o en quechua Qoriqancha que significa "recinto dorado"). Compuesto de cuatro pequeños santuarios y un templo más grande situado alrededor de un patio central, era el lugar más importante en el imperio inca y fue construido sobre un sitio sacro más antiguo. Estaba dedicado principalmente a Viracocha, el dios creador, y a Inti, la divinidad solar, y tenía santuarios subsidiarios para la Luna, Venus, las Pléyades y varias deidades del clima. 

Las murallas de granito maravillosamente esculpidas del templo estaban recubiertas con más de 700 hojas de oro puro que pesaban alrededor de dos kilogramos cada una; el espacioso patio estaba repleto de esculturas zoomorfas en tamaño real y albergaba un campo de maíz, todo fabricado del mismo metal; los pisos también se cubrían de oro sólido, y mirando al lugar del Sol naciente había una enorme imagen dorada del Astro Rey incrustado en esmeraldas y otras piedras preciosas. Todo este trabajo áureo fue rápidamente robado y derretido por los españoles, quienes posteriormente construyeron la iglesia de Santo Domingo sobre los cimientos del templo. En el centro del Coricancha y señalando un lugar conocido como Cuzco Cara Urumi ("piedra ombligo descubierta"), existe un cofre de piedra octogonal que una vez estuvo revestido con 55 kgs. de oro puro (4). 

El Coricancha fue dañado considerablemente por los españoles en el siglo XVII, aunque la iglesia que construyeron encima ha sufrido seria devastación por terremotos, mientras que las murallas de piedra "incas" originales y magníficamente construidas todavía permanecen en pie

Fig. 6.A2. El Coricancha.

Fig. 6.A3. Nótese la pequeña piedra del tamaño de un dedo pulgar (el área se ha ennegrecido al ser tocada tantas veces). La piedra mantiene su forma trapezoidal en toda su extensión a través de la muralla externa que tiene casi un metro de espesor (5).

Fig. 6.A4. Arquitectura lítica en el Coricancha.

Fig. 6.A5. La famosa piedra de 12 ángulos, calle Hatunrumiyoc, Cuzco.

Fig. 6.A6. Detalle de un muro en Cuzco.


B. Sacsayhuamán

Sacsayhuamán (también Saqsaywaman) es una de las maravillas de la antigua Sudamérica; de hecho, representa una de las construcciones más formidables jamás construidas en el mundo. Emplazado en la cima de un alto cerro, un lado del complejo se extiende a lo largo de un acantilado con imponente vista hacia Cuzco, y en su sector opuesto se alzan tres terrazas sostenidas por tres imponentes muros megalíticos de hasta 6 mts. de altura, hechos con bloques poligonales ciclópeos y perfectamente ensamblados que zigzaguean a través de la meseta por cerca de 400 mts. Se estima que el volumen total de roca tiene más de 6.000 metros cúbicos, y cada bloque tiene una forma diferente. Los muros contienen las piedras más monumentales jamás usadas en el antiguo Perú, en particular la más externa de las tres murallas. Algunas de las rocas más grandes miden 3,1 mts. de alto por 1,8 de ancho, 5 por 1,9 mts., 4,3 por 3,7 mts. y 4,3 por 2,4 mts., mientras que otras tienen incluso 2,7 mts. de espesor y pueden exhibir hasta 12 ángulos. Los más pesados llegan a las 150 toneladas, e incluso existe un bloque de 8,5 mts. en altura con una masa estimada de 355 toneladas (1). Los españoles destruyeron muchos de los edificios interiores, pero sólo consiguieron demoler los tres metros superiores de los muros en zigzag donde se usaron los bloques más pequeños, puesto que las gigantescas rocas en las gradas más bajas son prácticamente inamovibles

Fig. 6.B1.

Fig. 6.B2.

Algunos autores sostienen que las paredes externas en zigzag imitan la lejana cadena montañosa, o bien simbolizan a Illapa, la deidad del trueno y del relámpago. También se afirma que representan los tres niveles del cosmos andino: el inframundo, la superficie de la Tierra y el cielo, identificados a su vez con los tres animales sagrados que son la serpiente, el puma y el cóndor respectivamente (2). 

Se emplearon varios tipos de roca, incluyendo enormes bloques de diorita procedente de las cercanías para las murallas externas, caliza de Yucay llevada por un trecho superior a 15 kms. para los cimientos, y un tipo de andesita negra transportada por hasta 30 kms. en el caso de los edificios interiores. Aunque los bloques gigantescos fueron ensamblados con un grado casi estrafalario de exactitud, sus caras se dejaron toscas deliberadamente y muchas muestran extrañas huellas de "rasguño", por lo que parecen estar sin concluir. De esta forma, se aprecia un gran contraste entre los lados pulidos a la perfección (ocultos) que calzan ininterrumpidamente, y las caras más toscas del exterior, quizás simbolizando al espíritu y la materia respectivamente

Fig. 6.B3.

El cronista Garcilaso de la Vega describió la "fortaleza" de Sacsayhuamán como "la obra mayor y más soberbia" construida por los incas:

"La obra mayor y más soberbia que mandaron hacer para mostrar su poder y majestad, fue la fortaleza del Cozco, cuyas grandezas son increíbles a quien no las ha visto, y al que las ha visto y mirado con atención le hacen imaginar, y aun creer, que son hechas por vía de encantamiento, y que las hicieron demonios y no hombres; porque la multitud de las piedras, tantas y tan grandes, como las que hay puestas en las tres cercas (que más son peñas que piedra), causa admiración imaginar cómo las pudieron cortar de las canteras de donde se sacaron, porque los indios no tuvieron hierro ni acero para las cortar ni labrar" (3).

Fig. 6.B4.

Fig. 6.B5.

En vista de la gran variedad de objetos sagrados y rituales hallados en Sacsayhuamán, en la actualidad se lo considera más un centro ceremonial que una fortaleza. Garcilaso de la Vega relató que sólo los miembros de la realeza podían ingresar al complejo sacrosanto, porque esta era "una casa dedicada al Sol", y también aseveró que su edificación fue iniciada bajo el reinado de Pachacútec (muerto en torno a 1471) o de su hijo Yupanqui, y que tardaron 50 años para completarlo (4), pero el conquistador Pedro Sancho de la Hoz sostuvo que fue construido por el hombre que fundó Cuzco y vino desde el Contisuyu, la región suroeste del imperio, en dirección al Océano Pacífico (5). Cieza de León pensaba que habrían participado unos 20.000 hombres en su construcción: 4.000 cortadores de rocas en las canteras, 6.000 encargados de arrastrarlas por rodados de madera hacia el sitio, y otros 10.000 que terminaban los bloques y los calzaban. 

Fig. 6.B6.

Fig. 6.B7.

La idea de que "el templo en Sacsayhuamán fue construido en su totalidad hace sólo unos pocos cientos de años y usando nada más que herramientas primitivas", es tan estúpida que sólo un arqueólogo obcecado podría soñar con ella. No se han dejado registros que describan cuándo y cómo fue erigido, pues únicamente hay deducciones hechas por escritores posteriores, y como ya se sabe, las murallas externas podrían tener cientos de miles de años en antigüedad. Los incas pueden sólamente haber reparado las secciones superiores de los muros zigzagueantes y construido las estructuras menores al interior de las paredes

Carlos Fernández-Baca Tupayachi cree que las murallas megalíticas datan de una era muy remota, sugiriendo que los bloques fueron realizados al rellenar moldes con piezas líticas suavizadas, y que dichos moldes consistían en marcos de madera con pieles de animales extendidas sobre ellos. En su opinión, las marcas circulares y rectangulares en la cara de las piedras se produjeron cuando los bloques estaban aún en condición plástica. Tupayachi también presta atención a las señales que apuntarían a "burbujas de aire" que quedaron atrapadas en los bloques durante el proceso de manufacturación, y a un bloque con una cavidad en que se inserta una piedra más pequeña (6). 

Fig. 6.B8.

Fig. 6.B9. Una piedra pequeña inserta en una más grande.

En la cumbre aplanada del cerro situado dentro de los muros existían varios edificios de sillar fino, incluyendo la torre circular de Muyu Marca y otras dos rectangulares, pero hoy sólo permanecen sus cimientos. Muyu Marca tenía 30 mts. de alto y tres murallas concéntricas, de las cuales la pared exterior medía 24 mts. de diámetro. Este sitio fue construido como residencia imperial y se cuenta que también estaba cubierto con láminas de oro; además gozaba de un constante suministro de agua fresca encauzada mediante un elaborado sistema de canales de piedra finamente trabajados, desde un acueducto subterráneo que conducía a un manantial a tres kilómetros de distancia. Según Garcilaso, las torres estaban conectadas entre sí por túneles subterráneos ("chincanas"). 


Fig. 6.B10. Arriba: cimientos de Muyu Marca. Debajo: reconstrucción de la capital de Poseidonis (la "Atlántida" de Platón). Algunos escritores piensan que puede haber un parecido muy significativo.

Opuesto a las tres murallas de Sacsayhuamán, se ubica un gran afloramiento de diorita volcánica conocido como el Rodadero (o "lugar de deslizamiento"), parte del cual está desgarrado con profundas estriaduras glaciales que actualmente sirven como togobanes, y tiene sectores que están intrincadamente esculpidos en forma de escaleras, "banquillos" y "tronos". 

Fig. 6.B11. El Rodadero.

Fig. 6B12. "Banquillos" cuidadosamente cortados en la roca sólida. Sería interesante ver a Jean-Pierre Protzen intentando emular este extraordinario trabajo con su técnica de machacado...

Fig. 6.B13. Toboganes.


C. Qenko

Qenko (o Kenko, derivado de un vocablo quechua que quiere decir "laberinto" o "zigzag") se localiza a 1,5 kms. al este de Sacsayhuamán y consiste en formaciones de caliza seriamente erosionadas y esculpidas con una gran variedad de escalones y terrazas, estrechos canales en zigzag y figuras zoomorfas tales como un puma, un cóndor y una llama. También contiene cuevas, túneles, escaleras y nichos. En la base y rodeado por un muro elíptico de baja altura, se sitúa un monolito dentado de 4 mts. de alto y parecido al "heelstone" de Stonehenge. 

Fig. 6.C1.

Fig. 6.C2.

Fig. 6.C3.

En tiempos de los incas se celebraba un festival anual en que los sacerdotes derramaban sangre de llama sacrificada contenida en un cuenco sobre la cumbre serpenteante del ducto principal, que también corría en zigzag. Si la sangre fluía por la bifurcación izquierda, era un mal presagio para la fertilidad del año venidero, pero si rezumaba a lo largo del canal y hacia las rocas de más abajo, era considerado como buen augurio. 

Fig. 6.C4. Canal ritual en zigzag.

Qenko comparte algunos rasgos con el Rodadero. En el primer sector, las rocas configuradas a más pequeña escala incluyen el monolito Sayhuite, una piedra que presenta más de 200 figuras geométricas/zoomorfas y cercano al pueblo de Abancay, y otra esculpida en Concacha, también próxima a aquélla localidad. En otras partes del mundo también existen estructuras similares de rocas labradas como las escaleras esculpidas, plataformas y cavernas de Udayagiri/Khandagiri cerca de Bhuvaneswar, India, y el enorme monumento submbarino fuera de la costa de Yonaguni, la más austral de las islas japonesas de Ryukyu (1). 

Fig. 6.C5. El monolito Sayhuite, que más bien se asemeja a un modelo en escala.


Fig. 6.C5. Udayagiri y Khandagiri (2).

Fig. 6.C6. Ilustración de Yonaguni.


D. Tambo Machay

Fig. 6D1. Tambo Machay, un sitio para baños rituales, consiste en enormes muros de piedra adornados con elegantes nichos, y tiene una serie de cascadas de agua provista por canales ocultos al interior de la estructura.

Fig. 6D2. Detalle del impecable trabajo en piedra (1).


E. Písac

Fig. 6.E1. La citadela en ruinas de Písac. El Templo del Sol está construido en torno a un afloramiento volcánico transformado en un intihuatana o "lugar para atar al Sol". Los ángulos de su base sugieren que sirvió para alguna función astronómica.


F. Ollantaytambo

Ollantaytambo, localizado a 50 kms. de Macchu Picchu en el extremo norte del Valle Sagrado, comprende un pueblo distribuido en forma de malla, una propiedad real y un centro ceremonial. Este último, comúnmente llamado "fortaleza", adopta la forma de un vasto "anfiteatro" de andenería que se extiende en una ladera cóncava y empinada hacia una cresta plana a 80 mts. de altura. Una serie de escaleras conduce a la cima del complejo de terrazas, donde el sitio se divide en tres divisiones principales: el sector sur del templo (izquierda), la parte central directamente en frente de las terrazas y el área norte funeraria (derecha). 

Fig. 6.F1. Las terrazas de Pumatallis, circundadas por flancos de roca al sur y al norte, forman un magnifico "anfiteatro".

La destacada mampostería de rocas poligonales y cortadas en la zona del templo contrasta con los edificios de los otros dos sectores, que están hechos en piedra bruta y mortero. La sección del templo tiene su acceso a través de una escalera que termina en una terraza con el Muro de la Puerta Inconclusa y el Recinto de los Diez Nichos, el cual consta de una habitación. Tras ellos hay un espacio abierto con la Plataforma del Sillón Esculpido y dos paredes monumentales sin terminar (la Primera y Segunda Murallas). Más arriba se ubica la principal estructura de todo el sitio, el Templo del Sol, una edificación inacabada de la que destaca el Muro de los Seis Monolitos, considerado "la joya de Ollantaytambo". 

Las estructuras interminadas en el Templo del Cerro y los numerosos bloques de piedra desperdigados (algunos sobre las 100 toneladas) indican que la construcción estaba aún en progreso durante la época en que se desalojó el sitio. Claramente ciertos bloques han sido removidos de otras murallas terminadas, demostrando que estaba teniendo lugar una gran reconstrucción. Los incas usaron Ollantaytambo como fuerte para proteger la entrada a Cuzco desde el valle de Urubamba, pero no hay razón para creer que el complejo en su totalidad haya sido construido por ellos en el siglo XV, pues es mucho más probable que, como en Sacsayhuamán, los incas sólamente remodelaran y agregaran secciones a las obras que ya existían en el lugar.

Fig. 6.F2. El Muro de la Puerta Inconclusa, adyacente al Recinto de los Diez Nichos.

Fig. 6.F3. El Recinto de los Diez Nichos.

Fig. 6.F4. Parte del Recinto de los Diez Nichos.

Fig. 6.F5. Detalle del Muro de la Puerta Inconclusa.

Fig. 6.F6. El Muro de los Seis Monolitos (pared sureste en el Templo del Sol).

La piedra de mayor tamaño en el Muro de los Seis Monolitos tiene unos 4,3 mts. de alto, 2,1 de ancho, 1,8 de espesor y pesa alrededor de 50 toneladas. Los monolitos están unidos con estrechas piedras laminadas, un estilo que no se encuentra en ninguna otra parte del imperio inca, y gran parte de su superficie presenta un pulido muy fino, como también una variedad de picaportes, protuberancias, marcas de trabajo e indentaciones. El motivo escalonado que aparece como bajorrelieve en una de las piedras se encuentra ampliamente difundido por Tiwanaku, pero no así en Cuzco. En Egipto se usó el mismo motivo como jeroglífico y símbolo para la piedra Benben, el emblema de la vida inmortal

Fig. 6.F7. Las otras murallas del Templo del Sol están toscamente construidas con bloques reconvertidos, y los amplios espacios están rellenados con trabajo de escombros.

En Ollantaytambo se utilizó una asombrosa variedad de rocas como riolita, riolita de toba volcánica, riolita breccia, andesita, andesita fuertemente alterada, piedra caliza e ignimbrita. La riolita rosada (porfirio o granito rojo), una materia ígnea muy dura, fue empleada en el Templo del Sol y en la Primera y Segunda Murallas, mientras que la riolita volcánica se destinó para construir los muros de piedra cortada de la terraza y el Recinto de los Diez Nichos. Entretanto, se trajo riolita rosada desde las canteras de Kachiqhata, a unos 5 kms. de distancia, pero aún no se ha identificado el origen de los tipos restantes. 

Los bloques de Kachiqhata tuvieron que ser traídos desde la parte inferior del escarpado flanco de la cantera, bajando por un cañón de pared vertical y luego llevados a través del río y colocados en su posición actual. En 1996 un grupo de arqueólogos intentó demostrar cómo se hizo este procedimiento, con una piedra relativamente débil de una tonelada que, camino de la cantera, resbaló cerro abajo de las cuerdas que la sostenían y rodó hasta el río. El equipo consiguió arrastrarla sobre los adoquines en el fondo del río de poca profundidad, pero entonces la abandonaron en el agua declarando que "habían probado la manera" en que fueron transportados los bloques (1). 

Como se mencionó anteriormente, en varios de los bloques de Ollantaytambo se encuentran cavidades en T para grapas de metal en I. Las grandes piezas líticas desprendidas y halladas en el Coricancha muestran moldes en forma de T, doble T y U para ganchos metálicos, y el mismo método también fue usado en Tiwanaku. Protzen puntualiza que bajo una rústica muralla de Ollantaytambo hay una fila de cuatro rocas de andesita verde y fuertemente alterada, con caras muy planas y de igual altura sobre un cimiento de piedras similares y recubiertas con pulcritud, lo cual no encaja con el estilo normal inca, pero sí muestra un asombroso parecido a la mampostería en la pirámide Akapana de Tiwanaku (2). 


G. Macchu Picchu

La impresionante citadela de Macchu Picchu se extiende en una cresta estrecha a 2.450 mts. sobre el nivel del mar, entre las montañas de Macchu Picchu ("picacho viejo") y Huayna Picchu ("picacho joven"), y tiene vista al río Urubamba que corre 450 mts. más abajo. Supuestamente Macchu Picchu fue construida por órdenes del inca Pachacuti como retiro real y centro sagrado, comenzando en torno a 1450, y menos de 100 años después fue abandonada en tiempos de la conquista española antes que las obras estuviesen terminadas. Aunque sólo se ubica a unos 75 kms. de Cuzco, la remota e inaccesible locación nunca fue descubierta por los españoles. El sitio permaneció olvidado por muchos siglos y era conocido sólo para lugareños, hasta que fue redescubierto en 1911 por el explorador norteamericano Hiram Bingham, quien pasó los siguientes años rescatándola de la selva.  

Fig. 6.G1. La citadela de Macchu Picchu con el Huayna Picchu al fondo.

Las construcciones están hechas de granito gris-blanco regional y la calidad del trabajo lítico varía considerablemente, lo que no se debe por fuerza a que las edificaciones sagradas siempre tengan una mayor elaboración que las de tipo residencial o más mundano. Los bloques megalíticos más grandes y el trabajo de mayor finura siempre se localizan en los niveles más bajos de las construcciones, y como en otros sitios ciertas estructuras o partes de ellas indudablemente son anteriores a los incas. 


Fig. 6.G2. Diferentes estilos de mampostería.

Fig. 6.G3. El exquisito mosaico en el Muro de los Artesanos.

Fig. 6.G4. Mampostería ciclópea.

Fig. 6.G5. Una enorme pieza lítica en la Sacristía. Otro bloque poligonal tiene 32 ángulos.

El sistema para el manejo del agua en Macchu Picchu es una obra maestra. Existe una fuente natural cuyo rendimiento está aumentado por una muralla de piedra permeable cuidadosamente diseñada y construida que se sitúa al interior de la escarpada ladera. Los ingenieros construyeron un canal de 749 mts. de largo, comúnmente de 4 a 5 pulgadas en tamaño, y capaz de llevar 300 litros por minuto a Macchu Picchu en un gradiente relativamente estable a cerca del 3%. Si la pendiente hubiera sido demasiado escarpada, el agua habría saltado fuera del canal, y si el conducto fuera muy poco profundo el líquido fluiría más lentamente a la primera de las 16 fuentes expertamente diseñadas. El sistema de drenaje es otro impresionante rasgo de ingeniería, y se estima que un 60% del trabajo de construcción en Macchu Picchu fue subterráneo, incluyendo los drenajes y las bases para los cientos de murallas requeridas para crear espacios planos y construibles (1). 

Fig. 6.G6. El primer manantial y situado a más altura, magníficamente construido.

Fig. 6.G7. Más de 100 tramos de empinados escalones de piedra, a menudo esculpidos en un sólo bloque de granito, conectan palacios, templos, almacenes y terrazas. 

El trabajo en roca más fino se halla en el Distrito Sagrado. El Templo del Sol (o Torreón) es un edificio en forma de torre semicircular cuyos escalones esculpidos y bloques líticos suavemente unidos calzan prolijamente en el relieve de un canto rodado natural, que servía como una especie de altar. Una ventana provee vistas del amanecer en el solsticio de junio y la constelación de Pléyades. Además, bajo el templo existe una caverna conocida como Tumba Real, que exhibe más labor en piedra e igualmente espléndida. 

Fig. 6.G8. El Templo del Sol (2).


Fig. 6.G9. La "Tumba Real".

Fig. 6.G10. El Templo de las Tres Ventanas.

Fig. 6.G11. Templo de las Tres Ventanas. Nótese la mampostería inferior en la cima de los bloques megalíticos.

Fig. 6.G12. El Templo Principal. La muralla oriental (derecha) ha cedido, causando que se inclinara hacia fuera y empujando con ella parte del muro trasero (3).

Desde el Templo Principal, una escalera de piedra lleva a la cumbre del montículo piramidal céntrico, coronado por el intihuatana ("lugar donde se ata al Sol") y esculpido fuera de la roca firme. Aunque muestra alineamientos solares con los equinoccios y solsticios cuando se empleaba como punto de avizoramiento hacia montañas distantes, no constituye en absoluto un "proyector de sombras" ideal o "lugar de vigilancia". En su base hay representaciones esculpidas de las cuatro principales constelaciones que se cree regían las cuatro esquinas del imperio inca: la Cruz del Sur, el Triángulo estival, los brillantes "ojos estelares" en la constelación de la nube oscura en nuestra galaxia (conocida por los incas como la "Llama") y las Pléyades (4). 

Fig. 6.G13. La intihuatana. En 2000 una grúa cayó sobre ésta durante la filmación de un comercial de cerveza y rompió un fragmento de roca.

Fig. 6.G14. El Templo de la Luna, localizado en una gruta a 400 mts. bajo la cumbre del Huayna Picchu (5).


H. Raqchi

Fig. 6.H1. Templo de Viracocha en Raqchi, a medio camino entre Cuzco y Juliaca. El muro central tiene 92 mts. de largo y 12 de alto, aunque solía exhibir mayor envergadura. La parte inferior está hecha de andesita y la parte superior de adobe. El templo tenía un ancho de 25,5 mts. (1).


I. Sillustani y Cutimbo

Las chullpas (o chulpas), comúnmente descritas como torres sepulcrales o de enterramiento para los nobles y sus familias, se encuentran a través del altiplano de Perú-Bolivia y muchas son atribuidas al pueblo aymara (1). Estas torres pueden ser cilíndricas o rectangulares, altas o bajas, y elaboradas en piedra o adobe. El grueso de las estructuras es sólido y tienen pequeñas entradas de cara al este o lugar del Sol naciente. Se encontraron cuerpos de adultos y niños en varias chullpas, usualmente en posición fetal; algunos piensan que las torres comenzaron a construirse alrededor del 1.000 d. de C. y que su uso continuó durante la ocupación inca en los años 1400. Varias de estas tumbas han sido dinamitadas por saqueadores, mientras que otras fueron dejadas sin terminar. Es interesante destacar que también se encuentran estructuras similares (llamadas "tupas") en Isla de Pascua (2).

Fig. 6.I1. Chullpa en Macaya, Bolivia.

Fig. 6.I2. Chullpa en Sillustani, Perú.

Sillustani es un sitio con vista al lago Umayo a unos 35 kms. al noroeste de Puno, un pueblo en las costas del lago Titicaca. En este sector no hay sólamente chullpas de aspecto tosco como en la figura anterior, sino también varias otras que exhiben una destacada mampostería. Ciegamente, los principales arqueólogos asignan la totalidad de ellas a los kollas, una tribu aymara que pobló el sitio.


Fig. 6I3. La Torre del Lagarto en Sillustani, 12 mts. de alto. En una de las piedras se ve un lagarto esculpido, símbolo de la regeneración.

Fig. 6.I4. Acercamiento de los bloques en andesita minuciosamente cortados.

Fig. 6.I5. Otra torre en Sillustani.


Fig. 6.I6. Entradas de cara al este (3).

Las dos chullpas de las imágenes siguientes se encuentran en el sitio de Cutimbo, unos 30 kms. al suroeste de Puno. Nótese la mampostería poligonal. 


Fig. 6.I7. (4).

Es interesante establecer una comparación con las numerosas torres cilíndricas de Irlanda, que son más altas (de 18 a 40 mts.) y contienen dos o más pisos con ventanas. La porción más baja es de mampostería sólida, y la puerta de cara al este se alza hasta 5 metros sobre el suelo, a menudo sólo accesible por una escalera. Se piensa que las torres fueron construidas entre los siglos IX y XII, principalmente para funcionar como campanario de una iglesia o monasterio vecinos (5). Por otro lado [ciertas tradiciones aseguran que] si bien más tarde se consideraron símbolos fálicos, eran originalmente lugares sagrados de iniciación y que esto también se aplica, por ejemplo, a ciertas torres en Asia y a los "nuraghes" de Cerdeña, de los cuales el más antiguo data oficialmente del 3.500 a. de C. 

Fig. 6.I8. Torre cilíndrica y patio circundante en Turlough, Count Mayo, Irlanda.

Fig. 6.I9. Nuraghe Losa, Cerdeña (7).

Fig. 6.I10. Otro nuraghe (8).


J. Túneles

Hablando acerca de las tres torres que solían existir en Sacsayhuamán, Garcilaso de la Vega escribe:

"Debajo de los torreones había labrado debajo de tierra otro tanto como encima; pasaban las bóvedas de un torreón a otro, por las cuales se comunicaban los torreones también como por cima. En aquellos soterraños mostraron grande artificio; estaban labrados con tantas calles y callejas, que cruzaban de una parte a otra con vueltas y revueltas, y tantas puertas, unas en contra de otras, y todas de un tamaño, que a poco trecho que entraban en el laberinto perdían el tino y no acertaban a salir, y aun los muy pláticos no usaban entrar sin guía, la cual había de ser un ovillo de hilo grueso que al entrar dejaban atado a la puerta para salir guiándose por él. Bien muchacho, con otros de mi edad, subí muchas veces a la fortaleza, y con estar ya arruinado todo el edificio pulido, digo lo que estaba sobre la tierra, y aun mucho de los que estaba debajo, no osábamos entrar en algunos pedazos de aquellas bóvedas que habían quedado, sino hasta donde alcanzaba la luz del sol, por no perdernos dentro, según el miedo que los indios nos ponían. No supieron hacer bóvedas de arco. Yendo labrando las paredes, dejaban para los soterraños unos canecillos de piedra, sobre los cuales echaban en lugar de vigas piedras largas, labradas a todas seis haces, muy ajustadas, que alcanzaban de una pared a otra" (1). 

Hay varias entradas a túneles en lugares como Sacsayhuamán y Qenko, pero tienden a estar bloqueados luego de recorrer 5 ó 10 mts. Existen antiguos relatos sobre túneles antaño conectados con el Coricancha y otros sitios, y asimismo hablan de fabulosas cantidades de oro "inca" que todavía permanecen escondidas bajo tierra. Se cuenta que en el siglo XVII un equipo pasó varios días bajo Cuzco buscando un tesoro, y supuestamente sólo un miembro salió vivo desde una abertura bajo el altar principal de la iglesia de Santo Domingo, en el sitio del Coricancha, trayendo una espiga de maíz hecha de oro. En 2000, investigadores que usaban un radar penetrante de tierra localizaron una cavidad de 2 mts. de ancho a unos 4 ó 5 mts. bajo el altar (2). 

Además se relata que, luego de recibir el rescate de Atahualpa, Francisco Pizarro aún no estaba satisfecho con el botín y supo que las riquezas acumuladas de Perú estaban ocultas en un túnel subterráneo, y amenazó con matar al monarca a menos que la localización le fuera revelada. El sumo sacerdote mostró a la reina en un mágico "espejo negro" que su esposo sería asesinado sin importar si ella divulgaba o no el secreto. La reina, entonces, ordenó cerrar la entrada al túnel, que era una puerta labrada en el muro rocoso de un abismo que fue rellenado con piedras, y se cubrió la superficie para ocultar los rastros del trabajo. Después que su esposo fuera ejecutado, la reina se suicidó. Más tarde los incas sepultaron otro tesoro que estaba justo en camino de Pizarro, y según Cieza de León ahora está perdido en las entrañas de la tierra (3). 


Fig. 6.J1. Túneles cerca de Sacsayhuamán (4).

Fig. 6.J2. Entrada de un túnel en ruinas justo al norte de Cuzco (5).

En casi todos los continentes existen leyendas sobre redes de túneles y cavernas a mucha profundidad, tanto naturales como artificiales, y algunos de ellos se extenderían por cientos de kilómetros. Se dice que en Sudamérica se prolongan desde Colombia en el norte a través de Perú y Chile al sur, y a la jungla amazónica en el este. El gran terremoto de Lima en 1972 dejó al descubierto varios túneles bajo la ciudad, pero la exploración se vio impedida por colapso de los techos (6). Helena P. Blavatsky menciona un inmenso túnel que va de Cuzco a Lima y luego se extiende al sur hacia el norte de Chile (en días de Blavatsky parte de Bolivia). Un anciano peruano le contó que se almacenaba un fabuloso caudal inca en una gran cámara subterránea próxima al pueblo costero de Arica, que fue una vez parte de Perú y ahora se sitúa en el extremo norte de Chile. En otros sectores del sistema de túneles aún se esconderían tesoros más pequeños (7). 

Según el ingeniero escocés Stan Hall (fallecido en 2008), el ecuatoriano Petronio Jaramillo Abarca afirmó que en 1946 y a la edad de 17 años ingresó en un sistema de cavernas del cual solía contarle su tío (8).

"En esa ocasión puedo apreciar una biblioteca consistente en miles de grandes libros metálicos y apilados en estantes, cada uno con un peso cercano a los 20 kgs.; cada página estaba impresa en una cara con ideogramas, diseños geométricos e inscripciones. Había también una segunda biblioteca que almacenaba tablas pequeñas, duras, suaves y traslúcidas (que parecían ser de cristal) y grabadas con canales paralelos incrustados, apiladas en estantes inclinados cuyas unidades estaban recubiertas en hojas de oro. También vio estatuas humanas y zoomórficas (algunas en plintos de pesadas columnas), barras de metal de diferentes formas y "puertas" selladas, posiblemente tumbas, cubiertas en mezclas de piedras coloridas y semipreciosas. Un gran sarcófago, esculpido en un material duro y traslúcido, contenía el esqueleto de un gran ser humano también cubierto en hojas de oro. En síntesis, un increíble tesoro mantenido como si se ocultara en preparación de algún desastre venidero "(9). 

En las décadas que siguieron Jaramillo habló de las bibliotecas con varias personas, pero sin divulgar el punto exacto ni mostrar alguna evidencia fotográfica o física para respaldar sus aseveraciones. Se dice con frecuencia que esa colección está situada en las llamadas Cuevas de los Tayos, próximas al río Pastaza en Ecuador; no obstante, Jaramillo distinguía las primeras de lo que denominó los antros del tesoro homónimo. Hall trabajó en estrecha colaboración con Petronio durante seis años y no tenía dudas sobre su veracidad, pero el lugareño fue asesinado por ladrones en 1998 cuando ambos planeaban una expedición a la caverna. Mario, su hijo, se unió a Hall en una infructuosa odisea con objeto de localizar dicha formación, y en 2005 el escocés informó al gobierno ecuatoriano sobre el paradero del sitio que mejor se ajustaba a la descripción hecha por Jaramillo: 77°47'34" O y 1°56'00" S. No se ha descubierto ninguna caverna en el área, y según Petronio sólo se puede acceder al tesoro por vía submarina. La ubicación referida se encuentra a unos 2 kms. de la entrada principal a las Cuevas de los Tayos, que han sido inspeccionadas por varios equipos sin encontrar nada inusual (10). 

Fig. 6.J3. Stan Hall cerca de la supuesta entrada a la "cueva del tesoro" (11).

En 1968 Jaramillo relató al periodista Pino Turolla que visitó la gruta por primera vez en 1956 (no 1946) con su amigo nativo Mashutaka, quien le indicó dónde estaba. En 1970 Turolla entrevistó a éste último quien aseguró que su informante era un ladrón mentiroso y nunca habían entrado al lugar (las cuevas son consideradas sagradas por los indígenas shuar). En 2006 la ex esposa de Jaramillo dijo al explorador Stan Grist que aquél había inventado toda la historia (12); sin embargo, el propio Petronio confesó que su relato era una mezcla de realidad y ficción, diseñado para "engañar y desviar los ojos profanos del tesoro".

[N.del T.: Para complementar los datos previos sobre la "Cueva de los Tayos", se adjunta un vídeo realizado por el investigador ecuatoriano Jaime Rodríguez y su equipo, donde muestran que Juan Moricz, el así llamado "descubridor" del sitio (véanse los comentarios respecto al eurocentrismo del tópico), entró en amarga polémica con el escritor Erich Von Däniken, quien de acuerdo con la evidencia jurídica presentada plagió el trabajo de Moricz atribuyéndoselo como "propio"https://www.youtube.com/watch?v=UwaZe3dRLko. Por las características del audio, se sugiere configurar ecualización para el balance de altavoces/audífonos].   


Referencias

A. Cuzco

1. Hugh Thomson, The White Rock: An exploration of the Inca heartland, Woodstock & New York: Overlook, 2001, p. 202. 

2. Carlos Fernández-Baca Tupayachi, El Otro Saqsaywamán: La historia no contada, Lima: DFBS, 2000, p. 61-75. 

3. www.arqueologiadelperu.com.ar/qosqo.htm. 
4. "Church of Santo Domingo and Coricancha temple", www.sacredsites.com/americas/peru/santo_domingo.html. 

5. http://members.cox.net/ancient-sites/inca/day6_Cuzco.htm. 


B. Sacsayhuamán

1. Garcilaso de la Vega, Primera parte de los Reales Comentarios de los Incas (volumen 2), New York: Burt Franklin, 1869-71, 2: 310-11; John Hemming, The Conquest of the Incas, London: Macmillan, 1993, p. 91. 

2. "Sacsayhuaman", www.world-mysteries.com/mpl_9.htm. 
3. Primera parte de los Reales Comentarios de los Incas, 2: 305. 
4. Ibídem, 2: 318. 
5. El Otro Saqsaywamán, p. 166-7. 
6. Ibídem, p. 31, 175-9, 184-6.


C. Qenko

1. W.R. Corliss (compilación), Ancient Infrastructure: Remarkable roads, mines, walls, mounds, stone circles, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 1999, p. 309-11; Graeme R. Kearsley, Inca Origins: Asian influences in early South America in myth, migration and history, London: Yelsraek Publishing, 2003, p. 219-20. 

2. http://static.panoramio.com/photos/original/3424229.jpg; http://orissa.info/photo_gallery/monuments/hills_at_khandagiri_-_udaya.html. 


D. Tambo Machay

1. http://members.cox.net/ancient-sites/inca/day6_Cuzco.htm. 


F. Ollantaytambo

1. "Science Frontiers", n° 142, 2002, p. 1. 
2. Jean-Pierre Protzen, Inca Architecture and Construction at Ollantaytambo, New York: Oxford University Press, 1993, p. 89-90, 259. 


G. Machu Picchu

1. R.M. Wright y A. Valencia Zegarra, The Machu Picchu Guidebook, Boulder, CO: Johnson Books, 2004, p. 106-11. 

2. http://static.panoramio.com/photos/original/5910735.jpg; www.imagesofanthropology.com/images/
The_sun_temple_at_Machu_Picchu.jpg. 

3. www6.worldisround.com/photos/28/284/286_o.jpg. 
4. Graham Hancock y Santha Faiia, Heaven’s Mirror: Quest for the lost civilization, London: Michael Joseph, 1998, p. 293. 

5.www.inkas.com/tours/cuzco_machu_picchu/santillan_photos.html.


H. Raqchi

1. www.delange.org/Raqchi/Dsc01218.jpg. 


I. Sillustani y Cutimbo

1. W.R. Corliss (compilación), Ancient Structures: Remarkable pyramids, forts, towers, stone chambers, cities, complexes, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 2001, p. 265-7. 

2. "Los secretos latentes en Isla de Pascua y el Pacífico", sección 3. 
3. www.delange.org/Sillustani/Sillustani.htm. 
4. http://inkasnews.files.wordpress.com/2007/11/chullpa-mayor-y-cilindrica.jpg; www.bylandwaterandair.com/zz_
peru04/peruphoto/04040501.php. 

5. "Irish round tower", http://en.wikipedia.org/wiki/Irish_round_tower; "Irish round towers", www.roundtowers.org. 

7. "Nuraghe", http://en.wikipedia.org/wiki/Nuraghes. 
8. http://mysardinia.com/19/sardinia%E2%80%99s-stronghold.


J. Túneles

1. Garcilaso de la Vega, Primera parte de los Reales Comentarios de los Incas, 2: 314.
 
2. Philip Coppens, "As we walked through the tunnels of gold ...", www.bibliotecapleyades.net/arqueologia/esp_akakor02.htm; Enrico Mattievich, Journey to the Mythological Inferno: America’s discovery by the ancient Greeks, Denver, CO: Rogem Press, 2010, p. 171-2. 

3. H.P. Blavatsky, Isis Develada, TUP, 1972 (1877), 1: 596-7; Harold T. Wilkins, Mysteries of Ancient South America, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 2005 (1947), p. 157-61. 

4. www.flickr.com/photos/zenman/2762544090; www.flickr.com/photos/8825235@N02/2977493788. 

5. www.flickr.com/photos/mythousandwords/3905239000. 
6. David Hatcher Childress, Lost Cities and Ancient Mysteries of South America, Kempton, IL: Adventures Unlimited, 1986, p. 63-7, 72, 172-5; David Hatcher Childress, Lost Cities of North & Central America, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 1992, p. 83-4, 200-1, 213-4, 256-7, 302-3, 316-20, 390-1; David Hatcher Childress, "Subterranean tunnels and the hollow earth", World Explorer, vol. 2, n° 3, 1998, www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/esp_sociopol_underground14.htm. 

7. Isis Develada, 1: 546-7, 595-8; Mysteries of Ancient South America, p. 167-73. 
8. Stan Hall, Tayos Gold: The archives of Atlantis, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 2007, ed. Kindle, cap. 20-22.

9. Philip Coppens, "The quest for the metal library", Nexus, junio-julio de 2006, www.philipcoppens.com/metal_libr.html. 

10. www.tayos.org; en.wikipedia.org/wiki/Cueva de los Tayos.
11. "Metal library", www.goldlibrary.com/Metal_Library.html.
12. Brian Dunning, "Cueva de los Tayos and the Lost Metal Library", partes 1 y 2, agosto 2018, https://skeptoid.com.