12 de febrero de 2025

El grano de mostaza (parábola budista)


("El Evangelio de Buda", Paul Carus, capítulo 30./Traductor (es) anónimo (s); se realizaron leves cambios).

1. Sucedió una vez que un rico, que encontró de pronto su oro convertido en carbón, se metió en la cama y renunció a probar alimento; y habiendo sabido un amigo suyo que estaba mal, fue a verlo y le hizo contar la causa de sus penas. Entonces, el amigo le dijo: "No has hecho buen uso de tu opulencia. Cuando amontonaste tu oro no valía más que el carbón. Ahora escucha: Extiende tus tapices en el bazar, los llenas de carbón y anuncias su venta".

2. El rico hizo lo que su amigo le recomendó, y cuando sus vecinos le preguntaban "¿por qué vendes carbón?", él respondía: "Es que pongo en venta mis bienes".

3. Algún tiempo después una joven llamada Krisha Gotami, huérfana y muy pobre, pasó por allí, y viendo al rico en el bazar, le dijo: "Señor mío, ¿es que vendéis también esas pilas de plata y oro?"

4. Y entonces el rico dijo: "¿Queréis hacerme el favor de darme ese oro y esa plata?" Krisha cogió un puñado de carbón, y he aquí que se transformó en oro.

5. Reconociendo el rico que Gotami poseía el ojo mental del conocimiento, y veía el valor real de las cosas, la unió con su hijo en matrimonio, diciendo: "Para muchas gentes no vale el oro más que el carbón; pero con Krisha el carbón se transforma en oro".

6. Gotami tuvo un hijo, pero ese niño murió. En su dolor, llevaba el cadáver a todas las vecinas pidiendo un remedio, y las gentes decían: "Ha perdido la razón; su bebé está muerto".

7. Por fin, Krisha encontró alguien que escuchó su ruego: "No puedo darte un remedio para el niño, pero sé de un médico que podrá recetarlo".

8. Entonces ella dijo: "Te conjuro a que me digas qué señor es". Y el hombre respondió: "Ve a buscar a Sakyamuni, el Buda".

9. Gotami fue a hablar con el Despierto, y exclamó llorando: "Señor y Maestro, dadme el remedio que curará a mi niño".

10. Buda contestó: "No hace falta más que un grano de mostaza". Y como en su gozo la joven prometiera encontrarlo, Él añadió: "Ese grano debe proceder de una casa donde no se haya perdido un niño, esposo, pariente o amigo".

11. La pobre Gotami fue casa en casa. Las gentes tenían piedad de ella y le decían: "He ahí el grano de mostaza; tómalo". Pero cuando preguntaba: "¿Habéis perdido en tu familia un hijo o hija, un padre o una madre?", le contestaron: "¡Ay, los vivos son pocos, pero los muertos son muchos! No despertéis nuestro dolor". Y no encontró un sólo hogar en que no hubiesen muerto seres amados.

12. Cansada y desesperada, Krisha se sentó al borde del camino. Las sombras parecían emerger de todos lados. Entonces pensó en el destino del hombre, cuya vida se amortigua y extingue, y se dijo a sí misma: "¡Qué egoísta soy en mi dolor! La muerte es común a todos nosotros. Sin embargo, en este valle de desolación hay un camino que conduce a la inmortalidad que destierra todo egoísmo".

13. Y rechazando el egoísmo del amor por su hijo, Krisha lo enterró en el bosque; luego se dirigió al Buda, tomó refugio en Él y encontró consuelo en el Dharma, el bálsamo que alivia todos los corazones lacerados por la pena.

14. Y entonces Buda habló:

15. "La vida de los mortales sobre la Tierra se trastorna, traspasa y altera por el dolor. Para los que han nacido, no hay medio de evitar la muerte; tras la vejez viene el óbito, y así lo quiere la naturaleza de los seres vivos.

16. Así como los frutos maduros están a punto de caer, así los mortales, desde que nacen, están expuestos a la muerte.

17. Tal y como las vasijas de greda acaban por quebrarse, así ocurre con la vida de los humanos.

18. Jóvenes y adultos, locos y sabios, todos caen ante el influjo de la muerte; todos están sometidos a ella.

19. Entre aquéllos que abandonan la vida, y aterrados por la muerte, los padres no pueden salvar a sus hijos, ni los parientes a sus próximos.

20. ¡Mirad! Mientras los parientes miran y se lamentan con amargura, ya otro mortal es llevado como buey al matadero.

21. Así el mundo está afligido de muerte y ruina, y el sabio no se desconcierta, al conocer las leyes del mundo.

22. La manera como se cree que morirá una cosa, difiere de cómo se extinguirá por fin, y el contratiempo es grandísimo. ¡Tales son las leyes de! mundo!

23. Llorar en demasía afecta mucho la solaz del espíritu; al contrario, se acrecienta el dolor y sufrirá el cuerpo. Enfermaréis hasta poneros pálidos, y sin embargo, la muerte no se remediará por lamentaciones.

24. Los hombres mueren, y tras dejar el mundo, su destino está regulado según sus actos.

25. Que alguien viva cien años o menos, siempre acabará por separarse de la compañía de sus parientes, y deja la vida de este mundo.

26. Todo quien desee la paz, debe arrancar de su herida las flechas de lamentos eternos, quejas interminables y disgustos morbosos.

27. El que haya arrancado la flecha de su herida y se calme, obtendrá la paz del espíritu. Quien venza al dolor, se liberará de toda pena y será bendecido".