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9 de abril de 2025

El Mayavi-Rupa o "cuerpo de ilusión"


(The Theosophical Movement, octubre 2012).

El término sánscrito que nombra este artículo se compone de mayavi, que significa "ilusivo", y rupa, "forma", siendo un aspecto del cuerpo sutil invisible, astral o modelo (sukshma~/linga sarira) sobre el cual es forjada nuestra cobertura fisica durante el periodo gestacional, e incluye los centros primigenios de órganos sensorios.

Blavatsky describe tres categorías de cuerpos astrales. Linga Sarira es un "doble" proteano o plástico a cuyo alrededor se crea el organismo concreto; nace y muere con todo individuo, y nunca puede separarse de aquél en una manera ostensible, aunque sí experimentan desintegración simultánea y paulatina. Se unen a través de "cuerdas", y si uno de ellos resulta herido, el otro también. En los fenómenos de materializaciones parapsíquicas, es dicho estrato lo que sale del médium y suele hallarse a una distancia no superior al metro. Dado que Linga existe en el plano físico, como las hebras de pulpa frutal, su proyección en una persona común semeja atípica, y por ello se nos dice que la mayoría de gente permanece muy próxima a esta forma al dormir, pero a ratos ciertos anhelos poderosos de la Mente Superior pueden gatillar su "escape".

El segundo astral se llama "cuerpo de pensamiento", "onírico" o Mayavi-rupa, el vehículo donde se imprimen cogitaciones y apetencias, mientras la tercera clase la constituye el verdadero Ego, "causal" o "kármico", que se fusiona tras el óbito con las ideas sublimes asimiladas por mayavi, y sus contrarias producen bhuts, fantasmas o Kama-rupas. Para sintetizar, Blavatsky dice que sólo hay un cuerpo astral de niveles triples: la parte material desaparece con el organismo análogo, la media efímera sobrevive en el ámbito astral, y la última persiste a lo largo del Manvantara.

Una aparición fantasmagórica puede aparecer ante los seres queridos del muerto, al expirar o más tarde, y producirse por su mayavi-rupa o pensamiento consciente/inconsciente. Si el moribundo visualiza con intensidad la persona que anhela encontrar, sus ideas se "telegrafían" por vínculos compasivos y hacen perceptibles a modo de "reflejo especular" que lleva las impresiones del occiso; verbigracia, si éste murió ahogado, la imagen de su astral se verá exudando agua.

El mayavi se crea mediante el ejercicio inconsciente de Kriya-sakti o pensamiento intenso, y ese estrato es capaz de viajar muchos kilómetros. William Judge cuenta que una vez mientras viajaba en tren, atisbó huecos en los bordes de la vía por avalanchas. Pensó intensamente en ellos, deseando examinarlos, y a los pocos segundos se encontró cerca de uno; dicho de otro modo, su astral dejó el cuerpo físico. De pronto vio otra máquina aproximándose en trayecto contrario: "¡Pude sentir el reflector contra mi cabeza! Me hizo volver al cuerpo (...) con un temblor nervioso y sacudidas de los cuales aún no me recupero. Observe los peligros de abandonar el organismo con motivos pueriles, sin estar completamente sereno y centrado. Es cierto que salí antes de darme cuenta, pero un ocultista siempre debe poner atención a todo". Sintió miedo transitorio, aunque sabía que ningún instrumento físico puede dañar el viso astral, salvo esparcir sus moléculas finas por un rato (Letters That Have Helped Me).

El informe “Autoscopic Phenomena” del doctor N. Lukianowicz (hospital Barrow, Inglaterra) apareció en los Archives of Neurology and Psychiatry hacia agosto de 1958, y explica el trasfondo literal de “autoscopía” como “verse uno mismo en el espacio visual, cual si éste funcionara de espejo (...) una percepción alucinatoria y psicosensorial compleja del propio cariz, proyectándola hacia fuera”. Cita el caso de A., maestra jubilada, quien solía ver su “cuerpo astral” con los ojos abiertos o cerrados; se movía igual que ella y lo sintió "una parte viva e integral" de sí, aunque lejana. El paciente depresivo C. contemplaba su cara triste y angustiosa a un metro de distancia, experimentando sensaciones emocionales y cinestésicas de "unidad" respecto a ella, pareciéndole "el rostro de un doble" tan sólido como su pergenio físico.

Existen muchos ejemplos autoscópicos de personas normales. En la revista Aryan Path de mayo de 1932 R.L. Megroz relata que Abraham Lincoln, cinco años antes de morir, distinguió su "duplicado fantasma" al espejo, en contraste con su talle "saludable y realista". Así, parece muy comprensible la "superchería" medieval de que estos episodios presagiaban decesos.

El "manto" astral puede utilizarse ad libitum por individuos de poder y conocimiento, pero hay médiumes, catalépticos, histéricos y escrofulosos que la emanan sin pensar, en razón de prácticas realizadas en vidas anteriores.

El texto “Projection of the Double” (The Theosophist, diciembre-enero 1883-1884) sostiene que cierto día algunos miembros de la Sociedad Teosófica neoyorquina dudaron que los Mahatmas fueran capaces de llegar al sitio en sus mayavi-rupas, mas al poco tiempo presenciaron dos imágenes masculinas vestidas de blanco y turbantes que pasaban lentamente por la ventana a seis metros del suelo (...). Un profesor alemán con rumbo a casa vio su réplica llamando a la puerta. Luego de entrar después que abriera su mucama, el hombre se dio prisa para alcanzar el umbral y ella lo recibió pavorosa, sin creer lo que sucedía. El maestro advirtió dicha figura sentada en su cuarto, la cual desapareció al aproximarse.

Otro hecho implicó a cierta preceptora vista recogiendo flores en el jardín por 42 niñas desde un aula con puertas de vidrio. Minutos después la notaron sobre el diván mientras aquélla seguía en el exterior, aunque "cansina y somnolienta". Algunas chicas intentaron palpar el molde que ofreció resistencia cual "muselina" o "crepé", y sus dedos la atravesaban en parte. Tras un rato, la aparición se esfumó. Según testigos, las instancias eran comunes y la mujer nunca percibió a su "gemela etérica", diferenciándose de varias anécdotas similares.

Judge escribe que esto puede tratarse de: a) envolturas astrales visibles o internas proyectadas, por cuanto la persona cree vislumbrar una imagen; y b) la cobertura análoga de particulares vivos, ya sea total o parcialmente provista de consciencia (...). Un médico angustiado no pudo acompañar a su esposa enferma al hospital, y le vería sonriendo en la habitación, diciéndole que estaba bien; al día posterior, ella vivió lo mismo con el marido desde aquel sanatorio. Así, "uno de los modos (...) se da por estímulo interno, haciendo que el ojo 'transmita al cerebro' y éste devuelve la semblanza extrínseca".

El mayavi-rupa de un Adepto se extiende a través de uso mental deliberado -al tiempo que físicamente parece estar meditativo, pero su carácter sensorio permanece alerta-, posee facultades e incluso puede hablar y actuar, siendo ésta la causa de que Buda, el Padre Pío u otros místicos fueran vistos predicando en dos lugares a la vez. El Ramayana refiere la historia de Lakshmana, hermano de Rama, quien fue herido de muerte en batalla, y el único remedio era la hierba Sanjivini ("regalo de vida") que crecía en la montaña Dronagiri del Himalaya. Hanuman voló al sector, y sin poder localizar el vegetal, "levantó" el terreno para llevarlo hasta Lanka donde los médicos sanaron al personaje.

El escrito "Can the Double Murder?" por H.P.B. narra que el trasunto de una médium gitana y vengativa comete asesinato bajo tesitura mesmérica. Los eventos genuinos "muestran el enorme potencial de la voluntad humana sobre sujetos en trance, cuyo ser completo puede verse tan imbuido de una preconcepción intelectual impartida, que el mayavi transcorpóreo ejecutará el mandato a carta cabal".