21 de marzo de 2022

Origen, vida y muerte del Guerrero Espiritual (1 de 2)


(Agradecimientos y créditos a G.H., un lector que desea permanecer anónimo y elaboró gentilmente este articulo para compartir. Las notas han sido añadidas por el mismo autor).

Contenidos:

01. Introducción
02. Significado del Guerrero
03. Familia y núcleo del Guerrero
04. Importancia de los Guerreros en las culturas mundiales


01. Introducción

Por mucho tiempo escritores, poetas, filósofos, nobles, políticos, bardos, cantantes y otros han narrado historias de innumerables personas cuya fuerza, astucia, inteligencia, sabiduría, bondad y sentido del deber rebasan con creces las cualidades humanas actuales. Dichas historias han exaltado muchos corazones por largas eras, y cuentan peripecias de héroes tales como Aquiles, Heracles, Quetzalcóatl, Arjuna, Wu Kong, Hanuman, David, Mokei, Perseo, Alceo, Apolo, etc.

Todos y cada uno de estos héroes representan la máxima capacidad en las virtudes de su nación, raza y épocas correspondientes, siendo así humanos del más respetable valor en sus culturas. Sin embargo, en el mundo actual estos guerreros y lo que representaba tan sagrada ocupación han sido mancillados con infinidad de alteraciones, volviendo a tan respetables figuras sólo un puñado de "asesinos", "oportunistas", "engañosos" o meramente "fantasías del inconsciente humano".

Esto dio paso a la creación de nuevos héroes diseñados por los sentidos alterados y materialistas de la "moral" contemporánea, denigrando aún más el significado del guerrero, volviendo a éste un individuo guiado por órdenes humanas inescrupulosas y sentido incierto del deber, impulsado por la sumisión y el miedo, matando en sí mismo el sentido de humanidad a la cual pertenece... En fin, un personaje que a todas luces parece más un títere que un ser humano real.

Sin embargo, para quienes estudiamos las tradiciones (y de ello nos queda mucho por entender), el camino del guerrero y las grandes figuras anteriormente mencionadas implican el simbolismo de una sabiduría de extensa belleza, que sólo puede ser comprendida en su totalidad por el iniciado, pero con el escaso entendimiento que tiene el autor de este artículo, se realizará el intento de calar un tanto más profundo sobre los antecedentes que existen hoy.


02. Significado del Guerrero

Este término proviene del sustantivo "guerra" (conflicto, desorden, disputa, etc.) y el sufijo "-ero" que indica carácter o condición moral, afinidad o partidario a realizar una actividad. En síntesis, un guerrero es alguien que posee una afinidad/condición y el deber de dar inicio a una disputa o conflicto. Pero las interrogantes son: ¿cuál es este conflicto? ¿A qué batalla ha de enfrentarse este guerrero? ¿Quién era este guerrero?

Las respuestas son provistas por la Teosofía como sistema filosófico y científico. El conflicto a que debe enfrentarse el guerrero atañe a su naturaleza dual, tanto sus principios divinos como animales, entre virtud e inmoralidad, Purusha (Espíritu) y Prakrti (Materia). El héroe es el punto central entre ambas fuerzas y puede decidir a cuál de ellas seguir, pero no hay espacio para ambas, como está descrito en La Voz del Silencio, Fragmento I, cap. 12 “El yo de materia y el SER del Espíritu nunca pueden encontrarse. Uno de los dos debe desaparecer, y no hay lugar para ambos”.

La verdadera identidad de dicho guerrero no era la personalidad encarnante, sino el principio auto-consciente (Manas), esto es, el pensador, el mar de consciencia y acción, principio inteligente que ordena las fuerzas materiales y atrae las espirituales. Ese componente participa en una lucha encarnizada entre el deseo que hace que regresemos a este mundo, tal como vemos nuevamente en La Voz del Silencio, Fragmento II, p. 36: "No hay luz que irradie del Espíritu capaz de disipar las tinieblas del Alma inferior, a menos que de allí se haya fugado todo pensamiento egoísta y que el peregrino haya dicho: 'He renunciado a esta forma pasajera; he destruido la causa, y las sombras proyectadas no pueden existir más como efectos'. Ahora ha tenido lugar la gran y última batalla, la guerra final entre el Ser Superior e Inferior. Observa, el campo de batalla, sumido en la gran lucha y ya no vive más”. Manas es la abstracción sin la cual todo mérito y castigo serían inservibles a los propósitos del Karma. Por esta justa razón, el héroe no era considerado sólo como un mero soldado, sino el representante del mundo espiritual en la Tierra. Un buen ejemplo es Melquisedec, descrito en Hebreos 7, 1-4: “Melquisedec fue rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo. Cuando Abraham regresaba de una batalla, en la que había derrotado a unos reyes, Melquisedec salió a recibirlo y lo bendijo. Entonces Abraham le dio a Melquisedec la décima parte de todo lo que había ganado en la batalla. El nombre Melquisedec significa 'rey justo', pero también se le llama Rey de Salem, que significa 'rey de paz'. Nadie sabe quiénes fueron sus padres ni sus antepasados, ni tampoco cuándo o dónde nació y murió. Por eso él, como sacerdote, se parece al Hijo de Dios, que es sacerdote para siempre. Ahora bien, Melquisedec era tan importante que nuestro antepasado Abraham le dio la décima parte de lo que ganó en la batalla". Respecto a los rituales hebreos, vedantinos, griegos, mayas y otros, el guerrero era sumo sacerdote sin el cual el destino de los mundos permanecía inerte.

Como prueba de la identidad del héroe está el venerable Arjuna, al cual Kesava (Krishna) le tenía un enorme aprecio, pero notemos que a Arjuna se le llama también "Nara" que significa “individuo”, y es curioso que la palabra "Manas" se relaciona con "man" (inglés para "hombre"), aunque los teósofos muy acertadamente le denominan “Alma humana”, a falta de mejores términos. Cuando Arjuna -el principio humano- es guiado por el componente divino e impersonal simbolizado por Krishna, entonces emprende su camino a vencer los ejércitos de las fuerzas pasionales, figuradas por los Kurus.

El Ego reencarnante era tanto un dios encarnado como un mortal (Ego inferior); esto nos lleva a entender el término “semi-dioses”, tales como Perseo, Aquiles, Heracles, Arjuna o Bhima. Una vez que el mal era vencido, el guerrero pasaba de ser semidiós a un dios (Manas unido inseparablemente a Buddhi), tal como sucede con Heracles tras su muerte; su cuerpo es elevado en un carruaje de truenos enviado por Zeus, y su padre envía rayos (la fuerza divina e impersonal que atrae a Manas) destruyendo su cuerpo mortal para mostrar su verdadera figura, la cual era hermosa, resplandeciente y divina. Tenemos además la historia del sabio Narada, con sus 10.000 hermanos que se volvieron yogis contra de las órdenes de Brahma, y éstos fueron expulsados a la Tierra y aún no han vuelto. De este modo, dichas crónicas representan la caída del principio autoconsciente, que dio la chispa de la vida en el ser humano y por nuestros pecados seguimos anclados al mundo.

La Filosofía tras el pensamiento del guerrero es extensa y no bastarían ni 100 artículos para abarcar la profunda sabiduría tras estas figuras; además, esto no es el interés particular en esta ocasión, sino dar un esquema general y sobre ello los estudiantes deberán sacar sus propias conclusiones.


03. Familia y núcleo del Guerrero

Antes de comenzar, es muy interesante darnos cuenta de la profunda filosofía tras el nacimiento de un guerrero, cuyas interrogantes sólo pueden responderse por el conocimiento de la Ley Kármica y las familias, castas o gotras donde nace cada individuo.

He aquí un extracto del artículo "¿Quiénes son los Rishis?": "El término sánscrito 'Gotra' fue utilizado inicialmente por el pueblo védico para la identificación de los linajes. En general, éstos significaban descendencia patrilineal de los sabios o rishis en los brahmanes, de guerreros y administradores en el grupo de los kshatriyas y comerciantes ancestrales en el caso de los vaishyas. Sin embargo, según el sistema védico hindú original, Gotra siempre ha sido sólo un linaje brahmín que desciende de siete u ocho Rishis asociados con el Saptarishi o las siete estrellas de la constelación Osa Mayor; por ejemplo, Bhrigu, el gran Rishi y uno de los siete Prajapatis, es fundador de la Raza de Bhargavas en que nace Parasurama (D.S., II, 32, nota al pie). En los primeros días y antes de que las enseñanzas antiguas se hubieran materializado, el matrimonio era una institución sagrada y un contrato religioso. La vida familiar se entendió y llevó a cabo con objeto de proporcionar un ambiente adecuado para egos [Manas en Teosofía] de la misma naturaleza que la familia; así, los antiguos intentaron desarrollar líneas familiares muy puras, de modo que durante muchos siglos esa línea grupal tuviera el poder de repeler los egos malvados o mediocres que no alcanzaban el nivel de esa corriente genealógica. William Judge escribió que existían líneas familiares puras de verdaderos brahmanes, con amor genuino por el conocimiento y altos valores morales que aspiraban a producir salvadores y regeneradores de la humanidad. Sin embargo, en nuestros días hay varnasankara o mezcla de castas, y por tanto la naturaleza de los nacidos en una prosapia dada no necesariamente se ajusta a la original. En tiempos pretéritos y debido a las líneas familiares puras, al conocer la raíz o casta era posible discernir la naturaleza interna de la persona, porque en ese tiempo había una relación directa entre la característica física/externa, y la naturaleza psíquica y moral/interna”.

Como hemos visto, las familias puras donde nacían ciertos héroes eran consolidadas justamente para dar un lugar adecuado a esos Egos Nobles. A fin de consolidar esta idea en el lector, observemos los Aforismos de Karma, nº 17 [parte 11 de 19]: “La idoneidad de un instrumento para el proceder de la Ley, consiste en el vínculo exacto de Karma con el cuerpo, la mente y la naturaleza intelectual y psíquica adquirida para su uso por el Ego en cualquier vida”. Por lo tanto, dichos núcleos donde nacían eran el sitio perfecto para que el Ego se desarrollara, naciendo así grandes Reyes como Janaka, Visvamitra, Salomón y Siros; entonces, es claro apreciar por qué sólo a las castas Brahmin y Kshatriya se les entregaba el conocimiento de los Vedas. Esta sabiduría no se daba por "predilección de castas", sino porque el propio Ego preparado para tal efecto era atraído hacia dicho estrato.

Sólo de esta forma podemos entender los peculiares destinos de algunos guerreros y sacerdotes, como el caso de Moisés, donde a pesar de haber nacido en Israel, el río Nilo le llevó al centro de la familia imperial egipcia, y viendo la condición de este noble personaje fue aceptado con los brazos abiertos según Hechos 7:20-22: "En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y crió como hijo suyo. Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras". ¿Por qué otra razón él seria aceptado por la hija del faraón? ¿No era el Nilo lugar del nacimiento de dioses y el flujo del Karma? ¿Acaso los Hierofantes develarían sus secretos a un alma mezquina?

La ascendencia de guerreros y sacerdotes se remontaba a Manu, o el primer reformador de la humanidad. Este aspecto reviste tanto ciencia como filosofía, y sería pertinente remitirnos nuevamente a "¿Quiénes son los Rishis?": “Judge escribió que Shri Krishna rastreó su doctrina desde el Kshatriya Manu a través de una línea de Rajrshis o sabios de Rajanya, y el último personaje nombrado en la línea es Ikshvaku, de cuya raza emergió Buda". Es indispensable añadir que a Ikshvaku en el Mahabharata se le nombra como el "glorioso y noble hijo de Vaivasvata-Manu" (quien fuera emperador de Dravida), siendo uno de los personajes centrales del Matsia-Purana junto con el avatar Matsia ("pez") del dios Vishnu.

Esto en lo que corresponde a la sabiduría antigua es más que revelador, puesto que Manu deriva de la raíz sánscrita Man (“humanidad”) y “pensar”, pero significa Swayambhuva o "el primero de los Manus", que su vez descendía de Swayambhu o "aquel que nació de sí mismo", cuya identidad era el Primer Logos. Manu era una idea pura de la intercesión del Primer logos en la Tierra, quien ayudaba a revelar las ciencias, artes y organizaba a la humanidad, y ésta es la identidad de todos los Avatares.

La simbología tras el Avatar Matsia es indispensable para entender por completo la introducción del primer guerrero y sacerdote en la vida humana; no obstante, la Teosofia no es un camino recto sino que está lleno de analogías, y así el Glosario Teosófico dice lo siguiente sobre el tema: “Tritón (griego) – Hijo de Poseidón [Neptuno] y Anfitrite. Su cuerpo desde la cintura hacia arriba era de hombre, y sus miembros inferiores eran de delfín. Según la interpretación esotérica, Tritón pertenece al grupo de símbolos de peces, tales como Oannes (Dagón), el Matsya o Pez–avatar, y los Pisces, según los adoptó el simbolismo cristiano. El Delfín es una constelación llamada por los griegos Capricornus, y ésta última es el Makara indo. Así, posee un significado anagramático, y su interpretación es enteramente oculta y mística, y sólo la conocen los estudiantes avanzados de Filosofía esotérica. Baste decir que es tanto fisiológico como espiritual y místico”.

(Nota: Si deseáis aprender más sobre este tema, véanse "Manas, el misterio de la mente", "El Zodiaco esotérico y la vida humana" y "Las Siete Jerarquías").

Habiendo aclarado este tema sin el cual todo es incomprensible, procederemos a remarcar la prosapia para algunos de estos guerreros, y el lector reconocerá que hay más de una coincidencia entre ellos.

Respecto a Heracles, su padre real era Zeus, mientras que el adoptivo fue Anfitrión; el padre de este último era Alceo, a su vez hijo de Perseo y Andrómeda; y el mismo Perseo fue primogénito de Zeus, cuya madre era Alcmena, hija de Electrión, y éste igualmente vástago de Perseo y Andrómeda. Este es un tema sumamente complejo, pero antes de sacar cualquier tipo de conclusión el lector debe escudriñar en la ascendencia de otros guerreros.

A continuación tenemos al guerrero Aquiles, descendiente de los Mirmidones y cuyo padre era Peleo. Los progenitores de éste último fueron Éaco y Eneide, mientras que sus abuelos paternos eran Zeus y Egina; Esciro se casó con Cariclo y descendía de Poseidón. Su madre era Tetis, hija de Nereo y Doris, cuyos abuelos fueron Ponto y Gea.

Finalmente está el ejemplo de los 5 príncipes Pandavas, cada uno engendrado por un dios: Yudhisthira era hijo de Dharma, Bhima hijo de Varuna, y Arjuna primogénito de Indra, y estos tres últimos tenían por madre a Kunti. Nakula y Sahadeva eran hijos de los Ashin cuya madre se llamaba Madri. Su padre adoptivo fue Pandu, pero éste y Dhṛtarāṣṭra descendían de Kṛṣṇa Dvaipāyana cuyas esposas eran Ambika y Ambalika, quienes a su vez fueron engendradas de Kashya (primer rey de la dinastía lunar).

Incluso para los hindúes la ascendencia de cada pandava no parece clara, hasta percatarnos que la primera trinidad alabada por los pueblos arios eran Agni, que a su vez fue padre de los Tres Fuegos Sagrados: Vayu (que más tarde se volvió Indra), Varuna (después identificado con Vishnu) y Surya (que en su triple aspecto se formó en los gemelos Ashin, hijos del Sol y el Cielo); y envolviendo cada aspecto en su perfecta armonía y ley estaba Dharma (Ley Divina). Dicha Trinidad era sólo el aspecto diferenciado y manifestado de Kesava (Krishna). El estudiante perspicaz habrá notado que falta un hijo de Kunti, que termina por cerrar el triple aspecto del dios Sol (Surya), y su aparición tiene lugar en el Mahabharata, cap. XII: “No temas, porque luego que nazca el niño serás virgen de nuevo, nadie sabrá nada de este incidente. Y la jovencita se sintió atraída por sus palabras y su belleza, aceptándole sin ningún miedo a las consecuencias. Cuando el Sol ya estaba a punto de irse le habló así: Tu hijo nacerá con un kavacha y unos kundalas. Será fiel reflejo de mí, un gran arquero, y bondadoso de corazón como ningún otro. Será conocido en todo el mundo por su generosidad y espíritu servicial: jamás le negará nada a nadie, incluso cuando le pidan que no dé. Será un hombre orgulloso y sensible cuya fama perdurará en el mundo, mientras que el Sol y la Luna permanezcan en sus órbitas". Podrá parecernos que el nacimiento de este hijo de Kunti es idéntico al de Moisés; como les parecerá familiar que los Ashin (gemelos hijos del Sol y el Cielo) son los médicos de Svarga (cielo), tal y como Apolo (dios solar) dominaba la medicina, música y poesía.

(Nota: Los tres fuegos Pâvaka, Pavamâna y Zuchi son respectivamente Agni, Varuna y Vayu).

Con el fin de establecer analogías, debemos rastrear sus similitudes hasta la mitología griega. Sobre Indra en el Glosario Teosófico se aclara: “Dios del firmamento, rey de los dioses siderales; divinidad védica. [Llamado por otro nombre Vâsara. Indra significa jefe, señor, soberano, etc. Es el Júpiter tonante de India, y su arma es el rayo, que empuña con su diestra; gobierna el tiempo y manda la lluvia]”. A su vez, Júpiter fue derivación de Zeus, y éste de Agni, quien entregó el arco Gandiva a Arjuna.

[Nota del administrador: El pasaje entre corchetes recién citado NO corresponde a la obra original en inglés ("Theosophical Glossary"), y en realidad es un añadido posterior a la traducción por miembros de la Sociedad Teosófica española; véase además este enlace a Wikipedia].

Aclarado el punto anterior, Poseidón también resulta ser ascendente de muchos héroes, cuyo prototipo era Varuna y sobre el cual el Glosario Teosófico consigna: “Varuna (sánscrito). Dios del agua o marino, pero muy diferente de Neptuno, porque en el caso de ésta -la más antigua de las divinidades védicas- por 'agua' significamos las 'Aguas del Espacio', o el cielo que todo lo rodea; el Âhâza, en cierto sentido. Varuna o Uaruna (fonéticamente) es sin duda alguna el prototipo del Ouranos de los griegos. Dice Muir: 'Las más grandes funciones cósmicas son atribuidas a Varuna'”. Como fue aclarado anteriormente, Varuna fue más tarde sustituido por Vichnu, y así entendemos por qué este personaje es considerado sabio entre todos los dioses y reyes.

¿Por qué todos los Guerreros y Reyes terminan siendo descendientes de Zeus? Sólo la filosofía hinduista parece ofrecer algo de luz sobre el escabroso asunto, porque a los Kchatriya (guerreros) se les llamaba Agni-Bhu, concepto que puede encontrarse en la Doctrina Secreta, tomo II, p. 580: "Literalmente, 'nacido del fuego'. Este término se aplica a las cuatro razas de Kchatriyas (casta segunda o guerrera), cuyos antecesores, decíase, habían surgido del fuego. Agni–bhû es hijo de Agni, dios del Fuego, y equivale a Kârtti–Keya o divinidad de la guerra”. Ya lo habíamos mencionado anteriormente, pero es importante que el lector recuerde que Zeus, Indra y Agni son la misma deidad.

Este dato interesará al verdadero buscador, puesto que la ciencia esotérica identifica a Agni -y su versión griega- como el Aether (hálito de vida o soplo del Alma Universal); asimismo, el motivo para el surgimiento de la "era de los guerreros" se debe a que éstos eran considerados representación directa del Primer Logos, el Dragón de la Sabiduría, y los salvadores de este mundo renacen una y otra vez aprendiendo y dispensando ciencias, arte y magia, puesto que el nacimiento de los dioses es póstumo a la primera radiación de Paramarta. Por ello, en muchos Vedas y Sutras el Kchatriya es superior incluso a aquéllos (véase por ejemplo la relación de Tántalo y las divinidades helénicas, o analícese cómo los brahmines consideraban a Siddharta Gautama más elevado que los dioses).

(Nota: En la explicación sobre Cosmogénesis, la Teosofía considera que los dioses tuvieron su nacimiento del Mar Insondable; los Siete Rayos primitivos descendieron como lenguas de fuego y de ellos descendieron todas las jerarquías y divinidades menores de las culturas).


04. Importancia de los Guerreros en las culturas mundiales

Sin importar donde posemos nuestra vista, en grandes obras como el Bhagavad-Gita, Mahabharata, Matsia-Purana, la Torah, Viaje al Oeste, La Ilíada, La Odisea, el Ramayana, Zanoni, las parábolas Chan y muchos otros textos, el personaje principal es un Guerrero que debe enfrentarse a un inmenso mal (las fuerzas pasionales) y por medio de batallas simbólicas va mermando estas fuerzas hasta que vence la muerte, pero parecemos seguir sin comprender. ¿Por qué el Guerrero?

Una vez más, la sabiduría hindú nos ofrece una que otra pista, pues se considera que las 4 castas provinieron de Brahma, y cada una emergió de una parte corporal del dios: los Brahmines de la boca, los Kchatriyas de sus brazos (por ello a los descendientes de esta casta se les denomina "aquéllos con poderosos brazos"), los Vaisyas del vientre y los Sudras de sus pies; por tanto, la casta Kchatriya es la conexión entre la cabeza (devoción mental) y el cuerpo (devoción por medio del actuar). El deber del guerrero es ejecutar la guerra justa (disputa entre el Bien y el Mal) y honrar a su Señor; sobre esto habla el venerable Krishna en el Bhagavad Gita, cap. 2: “Porque un soldado de la tribu Kṣatriya no tiene deber que sea superior a la guerra justa; y ha sido a tu pedido que la puerta del cielo apareció abierta de par en par ante ti, a través de esta gloriosa batalla”.

Debemos recordar que en el caso de Aquiles, el profeta Calcante le había advertido que si iba a Troya moriría, pero su nombre iba a ser recordado por todas las eras; mientras que si decidía permanecer en casa su descendencia seria inmensa, pero en ese caso los hombres le olvidarán. Para Aquiles ir a Troya es muestra de que tras esta figura se halla el simbolismo del asceta, como señala el Bhagavad-Gita, cap. 2 : “Pero si por el contrario, tú dejaras de cumplir con el deber que te corresponde y abandonaras el campo, abandonarías con ello tu deber natural y tu honor, y serías culpable de un crimen. La humanidad hablará de tu gran mala fama como algo infinito (...) Porque si mueres, alcanzarás el cielo; y si salieras victorioso, el mundo sería tu recompensa. Por lo tanto, hijo de Kuntī, levántate con determinación fija en la batalla".

Como vimos más arriba, el héroe no sólo conlleva en su historia una serie de virtudes, sino un completo canon donde se revela -para quienes tienen la clave- la práctica de las más refinadas filosofías espirituales. El héroe como centro de la historia y sus relaciones con dioses y hombres no es otra cosa que el puro idealismo, de los misterios que se presentan a los iniciados. Una prueba de ello son los Misterios de Orfeo, cuyos practicantes “casualmente” detentan ideales totalmente afines con aquéllos de los brahmanes.

Hablemos sobre Orfeo y cómo a partir de este personaje se ve la inestimable importancia del Guerrero. Orfeo era hijo de la musa Calíope (aquella que dicta los poemas épicos) y no hay otra forma de explicar esta relación madre-hijo, al decir que -como personificación del Primer Logos y de sus divinos 7 poderes desplegados en la Tierra- cuando el Guerrero entra y sale de este plano, la fuerza creativa y divina/benigna que trae consigo y hace progresar al ser humano está simbolizada por sus madres (las 9 Musas), por lo cual los Salvadores de esta era y las anteriores nunca mueren y están unidos inseparablemente a ellas. Esta es una muestra meramente ideal y perfecta de la Ley de Amor y Simpatía que impulsa a renacer a los Salvadores en el planeta, todo ello figurado por Calíope que con sus hermanas son las fuerzas del Logos.

Seguramente habrá dudas en el lector sobre el asunto del renacimiento, pues lo que vuelve a nacer es el Ego humano o Alma humana; entonces, ¿qué tiene que ver Orfeo? La respuesta es sencilla: para los círculos esotéricos, Arjuna es el prototipo de aquél y se recordará que la identidad tras el velo de Arjuna es “Manas”. Consultemos el Glosario teosófico, p. 56: “Arjuna (sánscrito). Literalmente, el 'blanco'. Tercero de los cinco hermanos Pandu, o los celebrados hijos de Indra (esotéricamente, lo mismo que Orfeo)”. Además de ello, comparte muchas semejanzas con Narada, pues ambos dominaban la lira entre los griegos y el laúd para los indos; ambos descendieron al Patala (hindú) o Hades (helénico) y también encontraron dicho lugar como "exquisito" (para más información véase "Narada" y "Orfeo", ibídem).

Retomando la vida de Orfeo, tras años más tarde se hace discípulo de Apolo quien le enseña a tocar la lira. El instrumento del dios tenía 7 cuerdas que producían un sonido idílico, y este conocimiento mistérico le fue transmitido a su alumno, pero Orfeo añadió dos cuerdas a su Phorminx en honor a las 9 musas. La música que generaba tenía una belleza extasiante y ningún ser podía resistirse a ella. Entonces y con el fin de buscar a su esposa, Orfeo descendió al Hades y encontró a Eurídice; de manera similar, Arjuna desciende a Patala y encuentra a su consorte que era hija del rey de los Nagas. Una vez que Orfeo ubicó a su compañera intentó escapar del infierno a su lado, pero al romper su promesa de no contemplar el rostro de aquélla mientras regresaban al mundo de los vivos, Eurídice se convirtió en piedra y él es expulsado.

Sobre la muerte de Orfeo hay muchas versiones, pero la que reviste interés para los teósofos es aquélla otorgada por Eratóstenes y que se remonta a la obra perdida de Esquilo Las basárides, donde Orfeo desdeñaba el culto de Dionisio, quien antes presidia los Misterios y consideraba a su padre Apolo como el principal dios. El músico se encontraba en el monte Pangeo esperando la salida del Sol, cuando Dionisio envió a las Ménades para que lo despedazaran. Unas ninfas lograron recuperar sus restos y los enterraron en un lugar llamado Libetros, cerca del Monte Olimpo, mientras la lira fue colocada por Zeus entre las constelaciones.

Todo esto podrá parecer "casual" para el escéptico, pero la vida de Orfeo no acaba allí porque durante su vida existió una serie de misterios que eran la llave de sus iniciados para adentrarse en las profundidades del budismo. Su relación con Arjuna es innegable, e incluso los Hierofantes del Templo de Orfeo llevaban vidas idénticas y tenían filosofías muy similares a las dispensadas por las escuelas vedantinas. Estos sacerdotes no comían carne, vestían túnica blanca, vivían con la mayor pureza y su canon estaba influenciado por la más pura resiliencia y compasión; también dirigían sus esfuerzos a obtener 9 virtudes (otra vez, el mismo número entre vedantinos y sacerdotes órficos). Veamos el Aparokshanubhuti de Shankarâchârya, Sutras 4-9: "La indiferencia con que uno trata los excrementos de un cuervo, o que sea tal hacia los objetos de goce, desde el reino de Brahmâ hasta este mundo (a la vista de su naturaleza perecedera), es llamada ciertamente Vairâgya pura.

El Âtman (Veedor) en Sí mismo es único y permanente, mientras que lo visto es opuesto a Él (es decir, transitorio); esta convicción verificada es conocida ciertamente como discriminación. El abandono de los deseos en todo tiempo se denomina Sama, y la contención de las funciones externas de los órganos es Dama.

Apartarse completamente de todos los objetos sensoriales es la obtención de Uparati, y la aceptación paciente de toda pena o sufrimiento es Titikshâ, la cual conduce a la felicidad.

La fe innata en las palabras de los Vedas y los Maestros que las interpretan es conocida como Sraddhâ, y la concentración de la mente en el único objeto Sat (es decir, Brahman) se denomina Samâdhâna.

'¡Oh, Señor! ¿Cuándo y cómo seré yo liberado de las cadenas de este mundo (es decir, nacimientos y muertes)?' Este deseo ardiente es llamado Mumukshutâ. Como vemos, son 9 las cualidades que debía obtener el asceta, pero haciendo justicia a las verdades que expresa el Gupta Vidya son 7, pues tanto Sama como Dama se unen y dan la función natural de Uparati. Estas virtudes debían aflorar y "resonar" armónicamente como las cuerdas de una lira, y una vez extraído el mal en su aspecto burdo en el interior del individuo empezaba a emanar un "sonido armónico" como el de la lira órfica.

Probablemente sólo estamos develando un mínimo aspecto de lo instruido a los Hierofantes del Templo de Orfeo, mostrando así la superficie de su enseñanza. Ahora queda en manos de ustedes ir "excavando" poco a poco sobre estos temas.

Hay grandes confusiones sobre la función del Brahmin y el Kchatriya, pues muchos se ciñen a lo descrito en el Mahabharata, libro 13, cap. 1: “Yudhisthira preguntó: 'Los sabios han dicho que los deberes de un rey constituyen la ciencia más elevada. Por favor, háblame acerca de los deberes de un rey'. Bhishma estaba inmensamente complacido con la humildad de Yudhisthira y su deseo de aprender. Le sonrió y dijo: 'Hijo mío, estoy deseoso de poder hablarte de todo cuanto quieras saber. El primer deber de un rey es adorar a los brahmanes y dioses. Un rey, esencialmente, debe ser un hombre de acción”. 

Tal como se puede corroborar, el deber de un Kchatriya es la adoración de los brahmanes, y esto se debe precisamente porque dichos sacerdotes custodian los Vedas y se encargan de entregar nuevamente la Doctrina a la población cuando el momento así lo indique. Por esto se dice que son objetos de culto y ha de mantenerse una fe en ellos, o la virtud de Sraddha -que es tanto un misterio como un poder- pues la tradición sostiene que los brahmanes aparecieron primero que los Rajás. Esta fe en el brahmán trae la verdad del mundo, si vemos de nuevo el Mahabharata, "La llegada del Poeta", cap. 1: “Os contaré el poema compuesto por el gran santo, venerado y honrado por todos, el ilustre y sabio Vyasa cuyo brillo es ilimitado. Algunos poetas han cantado ya esta obra. Otros la enseñan a sus discípulos y otros la recitarán en el futuro. Es una gran fuente de conocimiento establecido sobre los tres mundos (…) De este huevo surgió Prajapati, Señor de las criaturas, con Suraguru y Sthanu. Después aparecieron los veintiún Señores de la Creación, que son Manu, Vasishtha, Parameshthi; los diez Prachetas, Daksha, y los siete hijos de Daksha. Después apareció el Universo con su alma inmensa, los Viswedevas, Adityas, Vasus y los gemelos Aswins; los Yakshas, Sadhyas, Pisachas, Guhyakas y los Antepasados. Después surgieron los más santos Brahmines y numerosos reyes sabios, dotados de las más nobles virtudes". 

En los brahmanes recae la misión de resguardar y oír las escrituras de los dioses, pero es el deber del Kchatriya o Guerrero impulsar el mundo o la era donde ha nacido con el fin de que los Vedas sean redescubiertos. Echemos otro vistazo al Mahabharata, libro 13, cap. 1: “Un rey, esencialmente, debe ser un hombre de acción. Debes haber oído decir a muchos que 'el destino gobierna al rey', pero sería una tontería que pensases así, pues el destino sólo juega una parte, te lo puedo asegurar. Sin ejecutar acciones un rey jamás puede ayudar a que el destino juegue su parte. El destino es poderoso, pero nuestras obras son igualmente pujantes, y ambos juegan un rol prominente (...) Es la acción lo que da forma al destino". 

Por lo que hemos apreciado, no existía un deber mayor para un guerrero que la pelea y acción justas, pues en este camino ningún esfuerzo es baldío y una pequeña práctica nos libera de un gran mal, como dijo Krishna a Arjuna. Mientras el brahmín se encarga de custodiar y contar la historia, el Kchatriya la escribe y durante todas las eras viene a reformar la humanidad, llegando a poseer las historias más reveladores de los Vedas. Sauti añade esto en el Mahabharata, "La llegada del Poeta", cap. 1: “He estado en el Sacrificio de las Serpientes celebrado por el sabio rey Janamejaya, donde escuché las extraordinarias historias sagradas del Mahabharata, compuesto por Krishna Dwaipayana, y que fueron recitadas en su totalidad por su discípulo Vaisampayana en presencia de aquel gran rey".