9 de febrero de 2022

Civilizaciones perdidas de los Andes (5 de 5)

Por David Pratt
Enero 2010, actualizado junio 2019


Contenidos:

07. Tiwanaku
-Centro ceremonial
-Puma Punku
-Cronología


07. Tiwanaku 

El lago Titicaca yace en la cuenca del altiplano entre los Andes orientales y occidentales, en el límite de Perú y Bolivia y a 3.812 mts. sobre el nivel del mar; además, debido a su longitud máxima de 190 kms. es considerado el lago más grande de Sudamérica. Ciertas secciones de los Andes se hallaban a nivel del mar en el Cretácico (145 a 65 millones de años atrás*) e incluso hasta el Mioceno (que comenzó hace 23 millones de años*), luego de lo cual la orogénesis procedió de manera intermitente y cuya mayor actividad ocurrió durante el Plioceno y Pleistoceno, es decir, en los últimos 5,3 millones de años*. Se cree que en el Pleistoceno dicha elevación se prolongó por varios cientos de metros, contradiciendo así la teoría principal de que los Andes se levantaron por subducción de la "placa" del Pacífico bajo la sudamericana, pues se supone que dicho proceso continuó sin variaciones a lo largo de los pasados 200 millones de años (1). 

(*Para las fechas teosóficas correspondientes, ver "Geological timescale"; "Diseño y evolución de las especies", parte 17).

Hace unos dos mil años el nivel del agua en el Titicaca era unos 30 mts. más alto que hoy y se extendía hasta el borde de Tiwanaku, aunque durante los últimos 100.000 años ha tenido más de 100 mts. sobre su nivel actual y también cotas mucho más bajas. Se han encontrado varias ruinas y artefactos en el lago a profundidades de hasta 70 mts. o más, incluyendo un ídolo dorado de 30 kgs., múltiples vasijas, un templo de 200 mts. de largo y 50 de ancho, una terraza para cultivos, un camino preinca y un muro de contención de 800 mts. de longitud. Se piensa que podrian estar asociados con la cultura Chiripa y que datan de entre el 1.500 al 2.000 a. de C. (2). 

Todas las civilizaciones andinas creían que el lago Titicaca es el lugar legendario de la Creación. En una versión de la leyenda, el dios creador Viracocha emergió de la Isla del Sol durante un tiempo de oscuridad y creó el Sol, la Luna y las estrellas, y luego formó a los humanos al dar su aliento de vida a las piedras. Primero concibió gigantes que fueran capaces de mover las enormes rocas para muchas de sus construcciones, pero más tarde se sintió insatisfecho con ellos y decidió destruirlos por medio de inundaciones para dar lugar a una raza mejor y más pequeña (3). 

Las ruinas de Tiwanaku (o también Tiahuanaco) están situadas a 21 kms. al noreste del lago Titicaca, en la actual Bolivia. Un nombre más antiguo para Tiwanaku fue Taypikala, un término aymara que significa "piedra en el centro"; los nativos consideraban que la ciudad se hallaba en el centro del mundo y creían que fue repoblado desde allí luego del diluvio. Entre el 300 a. de C. y el 300 d. de C. Tiwanaku se convirtió en el principal centro ritualístico y administrativo de la cuenca del Titicaca, y ubicándose a 3.850 mts. sobre el nivel del mar, fue el asentamiento urbano más alto del mundo antiguo. En su apogeo, se cree que la ciudad tuvo una población de unas 30 ó 40 mil personas y estaba gobernada por la élite de los guerreros quienes detentaban cargos políticos y religiosos. Inmediatamente bajo ellos había una clase media de artesanos y otra inferior de granjeros, pastores y pescadores. Los especialistas suponen además que se llevaron a cabo grandes proyectos de construcción de tipo arquitectónico y agrario en Tiwanaku desde el 100 al 700 d. de C. 

En torno al 400 d. de C. Tiwanaku se convirtió en un Estado invasor y su imperio se expandió hasta cubrir casi la mitad de la actual Bolivia, la parte sur de Perú, el noroeste de Argentina y casi la mitad de Chile; no obstante, Tiwanaku comenzó a declinar luego del 1.000 d. de C., principalmente debido a prolongadas sequías, y así la metrópoli colapsó poco tiempo después. Los mayores edificios sufrieron una seria destrucción, aunque algunos más tarde fueron reparados, pero en una forma desordenada y poco hábil. Más adelante los incas tomaron el control del área en torno a 1450 y los conquistadores españoles en 1532, quienes trajeron consigo el flagelo de las enfermedades contagiosas (viruela y sarampión) contra las que los nativos no tenían resistencia, y los enviaron a trabajar en las mortales minas de plata de Potosí (sur boliviano). Se estima que en algunas partes del altiplano más del 90% de la población indígena fue eliminada durante los 50 años de conquista española. 

A pesar de su clima severo y árido, en la antigüedad el sector del lago Titicaca pudo haber albergado poblaciones humanas 20 ó 30 veces más grandes que hoy, gracias al sofisticado sistema agrícola de campo levantado. Los campos elevados o "camellones" tienen más de 1 metro de alto, 5 a 10 de ancho y hasta 200 en longitud, que consisten en una capa basal de arcilla impermeable, otra de gravilla áspera, otra de gravilla fina y finalmente la tierra cultivable. Los campos estaban separados por una red de canales que proveían humedad para los cultivos y recibían suficiente calor por el día a fin de proteger las plantaciones de la congelación durante las noches extremadamente frías. En el fondo de dichas acequias se formaba un rico fango de deposiciones de patos, algas descompuestas y remanentes de peces que se usaba como fertilizante. Los campos y cauces cubrían casi 50 kms. cuadrados, y al crear este sistema los antiguos ingenieros enderezaron el río Catari y lo trasladaron 1,5 kms. al este. De esta manera, se afirma que la cultura Tiwanaku de los últimos 2.000 años concibió el sistema de campos levantados, aunque sigue siendo sólo una suposición. 

Los experimentos han demostrado que los campos levantados eran significativamente mejores que las campiñas comunes, incluyendo aquéllas tratadas con fertilizantes o pesticidas. Por ejemplo, los campos de papas rendían casi el doble que los tradicionales intervenidos con fertilizantes químicos, y más de siete veces que el campo de cultivo común subdesarrollado. Sobre este aspecto, Alan Kolata comenta: "Para aquéllos que se aferran a las queridas nociones del progreso humano inexorable gracias a la aplicación de tecnología moderna occidental, la disyuntiva entre un lejano pasado sustancialmente mejor en términos económicos y el presente representa un problema molesto que no fue previsto" (4). 

Se han descubierto ejemplos de escritura bustrófedon -compuestos alternativamente de izquierda a derecha- cerca de Tiwanaku a fines de la década de 1940 y comienzos de los '50, y que asemeja una versión simplificada de la escritura en Isla de Pascua ("rongorongo"), la que a su vez muestra muchas similitudes a la utilizada por la civilización del Valle del Indo en el lado opuesto del mundo. También en Panamá se han encontrado ejemplares de caligrafía bustrofedónica (5). 


Centro ceremonial

El principal sitio arqueológico en Tiwanaku tiene cinco estructuras primarias, incluyendo la pirámide Akapana y el templo Kalasasaya, y menos de un kilómetro hacia el sur se ubica Puma Punku con su plataforma hecha artificialmente y ruinas megalíticas. Por varios siglos los sitios fueron saqueados, vandalizados y destruidos para obtener rocas, y en la actualidad se han reconstruido todas las murallas que permanecen en pie. También muchas de las estatuas fueron demolidas durante una campaña de la iglesia católica para desterrar la idolatría. 

Fig. 7.1. Reconstrucción del sitio de Tiwanaku en la parte trasera del boleto de entrada.

El núcleo ceremonial de Tiwanaku estaba rodeado por un inmenso foso artificial que Alan Kolata cree que fue diseñado "no tanto para proveer de una estructura defensiva a la élite", sino "evocar la imagen del núcleo de la ciudad como una isla", y más específicamente, a fin de crear una semblanza de las islas sagradas en el lago Titicaca que fueron los sitios legendarios de la creación del mundo y la aparición humana (1). 

Las estructuras muestran una impresionante mampostería ciclópea, que consiste a menudo en bloques rectangulares de sillar colocados en trayectorias regulares. Por ejemplo, una de las piedras tiene 11 mts. de largo, 2,1 de ancho y pesa 154 toneladas, y otra mide 7,9 por 4,9 por 1,8 mts. La mayor parte de la andesita utilizada vino desde canteras localizadas a 60 kms. de distancia, mientras que la arenisca roja se trajo desde unos 15 kms. (2). Las rocas de andesita verde usadas para las esculturas y monolitos más elaborados tuvieron su origen en la península de Copacabana, y según una teoría estas piedras gigantes -que pesaban hasta 40 toneladas- se transportaron a unos 90 kms. a través del lago Titicaca en botes de juncos y luego fueron arrastradas otros 10 kms. a la ciudad. Cabe señalar que a la altitud de Tiwanaku el aire está tan enrarecido que los habitantes de las tierras bajas resuellan al respirar, incluso cuando sólo pasean en torno al sitio

Originalmente se pensaba que la pirámide Akapana era un cerro natural, pero en realidad es un montículo artificial hecho de tierra, arcilla, gravilla y piedra cortada. El grueso de la arcilla y la tierra fue excavado desde el gran foso, y contando con cerca de 200 mts. en un costado, la pirámide se alza en siete escalones a una altura de 17 mts. En el centro de la cumbre aplanada había un patio hundido, del cual ahora sólo existe un gran cráter horadado por cazadores de tesoros. Los muros de terraza consisten en una serie de pilares entre los que se colocaron bloques de andesita muy bien cortados y unidos con precisión. Las dos paredes inferiores contienen los bloques más grandes, mientras que la cumbre y las terrazas superiores estaban cubiertas con gravilla verde de las montañas. 

Fig. 7.2. Reconstrucción del Akapana por Javier Escalante, vista desde el noreste.

Fig. 7.3. Excavaciones a los pies del Akapana.

Las excavaciones del Akapana han descubierto un sofisticado y monumental sistema de canales hídricos subterráneos y de superficies interconectadas. Alan Kolata comenta que el sistema, "aunque magníficamente funcional, es innecesariamente complejo, una pieza de técnica de cortado en piedra y ensamblaje que es pura virtuosidad" (3). Los canales llevaban el agua recolectada en la cumbre por debajo y a través de siete niveles, y luego salía para desembocar en un sistema de drenaje subterráneo mayor situado bajo el núcleo ceremonial-cívico de Tiwanaku, desde donde al final fluía hacia el lago Titicaca. 

Fig. 7.4. Un agujero de drenaje en la base del Akapana.

El Akapana era la montaña sagrada y el principal santuario terrestre de Tiwanaku. Kolata escribe:

"Formaba parte de la esencia espiritual del cordón montañoso llamado Quimsachata, cuya imagen era evocada por la forma de los andenes escalonados del Akapana, su manto de grava verde e imitación inteligente de la circulación natural de las aguas montañosas en la estación de lluvias. El curso del flujo hídrico en el Akapana replicaba el patrón de la naturaleza, primero almacenándose, después precipitando en las profundidades y saliendo a borbotones en las terrazas para emerger a los pies del montículo. En una tormenta altiplánica torrencial, los grandes drenajes subterráneos dentro del Akapana pueden haber generado incluso un efecto acústico, un rugido vibrante del agua que se abalanzaba y sacudía la montaña piramidal, igual que el trueno de las tormentas que retumbaba en los picachos del Quimsachata" (4). 

Bert Thurlings acusa a Kolata de recurrir a "fantasías extrañas" por sugerir que el Akapana y también Puma Punku representaban montículos sagrados. "¿Cómo se metió eso en la cabeza?", se pregunta. En lugar de aquello, Thurlings plantea que, dado el magnífico trabajo en piedra y el uso de piedrecillas verdes, estos montículos eran probablemente plantas de purificación de agua construidas por "extraterrestres" que llegaron a la Tierra en un "superplaneador interestelar de antigravedad". ¡Gracias, Bert! 

Antiguamente había una puerta en la cima del Akapana, y la parte inferior de su dintel estaba cortada en un ángulo que unía la cima de la jamba por debajo de él, lo cual requería que el fondo de la escalinata fuera moldeado en el dintel a ser esculpido en la superficie biselada de la jamba. Jean-Pierre Protzen escribe: "Estos detalles indican una destacada sofisticación en estereotomía, o arte de cortar la piedra, evidenciando así un entendimiento y profundo conocimiento de geometría descriptiva" (6). 

Fig. 7.5. Detalle de la puerta del Akapana.

El templo semisubterráneo es un patio rectangular hundido que mide 26 por 28 mts., hecho de mampostería en arenisca, y además se colocaron ciento setenta cabezas esculpidas en las murallas que presentan rasgos caucásicos, negros, asiáticos y semíticos (7). Una vez el recinto contuvo varias estelas de piedra y esculturas, dispuestas en torno a la estela central Bennett de 7 mts. en altura. Las complejas marcas en dicha obra han sido interpretadas como un calendario agrícola solar y lunar más exacto que el actual (8), y en nuestros días el patio contiene tres estelas, una de ellas cincelada con la figura de un hombre barbado, probablemente Viracocha en su forma humana. En dos lados de este monolito se pueden apreciar serpientes talladas verticalmente y que son el símbolo universal de la sabiduría (ver figuras 7.7 y 7.26). 

Fig. 7.6. La estela Bennett o "Pachamama". La mitad inferior de su cuerpo está cubierta con cabezas de pez (más similares a escamas) y recuerda a la deidad mesopotámica Oannes con cabeza de dicho animal, quien trajo conocimiento especial para la humanidad (9).

Hacia el oeste del templo semisubterráneo yace el templo Kalasasaya, un recinto rectangular que mide cerca de 130 por 120 mts. Rodeando una plataforma levantada y con un patio central hundido, presenta muros muy elevados compuestos por pilares de arenisca roja cortados en forma tosca y que se alternan con secciones de bloques de sillar más pequeños, elaborados con mampostería de alta calidad. 

Fig. 7.7. La entrada megalítica reconstruida al Kalasasaya, vista desde el templo semisubterráneo. La escalera es un bloque deteriorado de arenisca esculpida, y la puerta del fondo enmarca la estela Ponce que se yergue en el patio hundido (10).

Fig. 7.8. Cabezas esculpidas en piedra sobre los muros del palacio parto de Hatra, Mesopotamia. También se encuentran formas similares en los santuarios esculpidos sobre roca viva del oeste de India (por ejemplo, Chaitya) (11).

Fig. 7.9. Dibujo del Kalasasaya por Squier, 1873 (12).

Fig. 7.10. Un muro reconstruido del Kalasasaya. Se aprecia que falta uno de los pilares y que permanece en las cercanías (13).

Fig. 7.11. La estela Ponce, un monolito en andesita con 3,7 mts. de alto.

La Puerta del Sol está esculpida con extrema precisión en un sólo bloque de granito andesítico muy duro. Tiene 4,7 mts. de largo y 2,2 en altura, pesa unas 10 toneladas y su cima está dañada, quizás producto de un terremoto. La puerta muestra tallados de gran sofisticación y cuatro profundos nichos rectangulares, cortados a una exactitud de medio milímetro (14), y sobre ella se ve un friso compuesto por cuatro líneas de escultura en bajorrelieve y una figura central tallada en altorrelieve erguida en una pirámide de tres gradas. Se cree generalmente que la figura representa a Viracocha o al dios aymara del clima Thunupa, y a veces se denomina el "dios acongojado" relacionándolo con el "grupo de dioses" de la cultura Chavín (15). El elaborado adorno de su cabeza tiene 19 proyecciones parecidas a rayos que terminan en círculos o cabezas de puma, y la figura sostiene dos cetros con semblantes de cóndor. En cada lado de la deidad central hay 48 figuras dispuestas en tres filas; las decoraciones más externas están sin terminar e incluyen 30 asistentes alados o "ángeles" con cabezas humanas o aviares, que se ven arrodillados o corriendo. Además de la figura central existen otras 11 caras frontales con máscaras solares localizadas en la fila más baja del friso (o "serpenteo"). Algunos científicos creen que estas figuras representan un calendario solar con 12 meses de 30 días cada uno (16), y asimismo se piensa que la Puerta del Sol originalmente se ubicaba en Puma Punku donde existen portales similares, aunque reducidos a escombros. 

Fig. 7.12. El lado este (probablemente el interior) de la Puerta del Sol.

Fig. 7.13. Figuras aladas que convergen en la deidad central.

Fig. 7.14. La interpretación calendárica del friso según Arthur Posnansky (17). 

Como se mencionó, la Puerta del Sol está inacabada como muchas construcciones antiguas en Sudamérica y otras partes del mundo. Hay dos posibles razones para este fenómeno: a) condiciones súbitas que hicieron imposible terminar el trabajo, y b) que la obra deliberadamente se dejó inconclusa por razones simbólicas, por ejemplo, para denotar que nuestra evolución es una empresa interminable, y según la tradición de Sabiduría Antigua apenas nos encontramos en el punto medio de nuestro viaje evolutivo en este planeta. Igualmente, la Gran Pirámide de Egipto probablemente nunca recibió su sillar de coronamiento final, y es más pequeña que el diseño total señalado por las cavidades de las cuatro esquinas (18). 


Puma Punku

Puma Punku ("puerta del puma") se emplaza a poca distancia de Tiwanaku. Su plataforma-pirámide mide unos 150 mts. cuadrados y 5 de altura, pero actualmente no está intacta ninguna de las construcciones que antes se alzaban en ella. Alrededor del sitio hay bloques mezclados de andesita y arenisca, posiblemente como resultado de un desastre natural, y que están cortados con asombrosa exactitud. Algunos de ellos tienen más de 8 mts. de largo y pesan hasta 120 toneladas (1), y de modo manifiesto las estructuras que una vez se erguían en el sitio fueron producidas con elementos de alta tecnología, pues muchas piezas labradas muestran una pasmosa similitud entre sí, tanto en diseño como en dimensiones, sugiriendo que las piedras se fabricaron previamente y que los artífices usaron un sistema de medidas y proporciones seleccionadas (2). Los motivos ornamentales son comunes e incluyen cruces, flechas, círculos, rombos y moldeado de escalinatas y nichos, y el estilo de mampostería utilizado muestra un leve parecido con aquél de Tiwanaku. 

Fig. 7.15. Ruinas megalíticas en Puma Punku.

Fig. 7.16. Reconstrucción de Puma Punku por Javier Escalante.

Como el Akapana, Puma Punku era un emblema de la montaña sagrada. Un complejo sistema de canales transportaba el agua de lluvia desde un patio hundido en la cima hacia el interior de la pirámide, y repartiéndola de una terraza a la siguiente. Por último, el agua caía en cataratas desde túneles dispuestos horizontalmente en los cimientos de la estructura. 

Fig. 7.17. Reconstrucción de una de las puertas, vista desde atrás (3).


Fig. 7.18. En Irán e India se encuentran portales similares con arquitraves esculpidos. Arriba: palacio de Darío, Persépolis. Debajo: Udayagiri, India (4).


Fig. 7.19. Piedras en forma de H elaboradas con precisión (dimensiones en mm.). Cada una tiene cerca de 80 superficies (5).


Fig. 7.20. Configuración hipotética de bloques aislados descubiertos en Puma Punku. Arriba: parte trasera. Debajo: frente (6).

Fig. 7.21. Otra piedra cuya intrincada geometría desafía las explicaciones facilistas.


Fig. 7.22. Este bloque de piedra tiene una ranura de 6 mm. de ancho que contiene agujeros taladrados, y no pudo haber sido hecha con simples herramientas de piedra o cobre. El diámetro de los pequeños hoyos varía en no más de 0,1 mm., y ya que la roca es quebradiza, debe haber sido horadada con una herramienta fija en un portabrocas, pues cualquier bamboleo habría dejado trazos visibles (7).

En Tiwanaku y Puma Punku se utilizaron grapas metálicas selectivamente. Por ejemplo, los muros laterales de las acequias hídricas en el Akapana y Puma Punku están construidos con bloques de piedra verticales, unidos con ganchos en forma de I, y Protzen piensa que esto se hizo para sostener dichos componentes en la alineación correcta. Los metales también enlazaban los enormes bloques de arenisca usados en la construcción de las cuatro plataformas en Puma Punku, siendo su rasgo único el uso del engrapado de nicho. Los enganches utilizados tenían una amplia variedad de formas y tamaños, y el hecho de que estén nivelados -incluso cuando las paredes del canal y las cavidades de esos artefactos tienen una pendiente de 12°- se interpreta usualmente como indicio de que fueron moldeados directamente en los surcos (8). El análisis espectrográfico de una grapa develó que estaba elaborada con una aleación inusual: 95,15% de cobre, 2,05% de arsénico, 1,70% de níquel, 0,84% de silicona y 0,26% de hierro (9), por lo que se habría requerido un fundidor móvil que operara a temperaturas extremadamente altas

Fig. 7.23. Jamba derecha de una puerta en Puma Punku, con multiplicidad de rasgos vinculantes. A: cavidad de grapas simple en forma de T; B: cavidad de grapa ahuecada en T en un pequeño nicho; C: compartimiento rectangular con oquedades de enganches en T apuntando en dos direcciones diferentes, sugiriendo la añadidura de bloques de construcción paralelos y perpendiculares a las puertas; D: cono.

Jean-Pierre Protzen puntualiza que las marcas de hoyos y los patrones de depresiones ahuecadas o canales se encuentran en varias piedras rústicamente labradas en Tiwanaku, lo que para él significa que se usaron martillos de piedra. Sin embargo, admite enseguida que se necesitaron herramientas más avanzadas: "(...) Para obtener terminaciones suaves, caras perfectamente planas y ángulos rectos interiores y exteriores precisos en las piedras finamente revestidas, recurrieron a técnicas desconocidas para los incas y para nosotros en esta época". 

Quizás el rasgo más destacable en el esculpido lítico de Puma Punku se aprecia en las denominadas "piedras-flecha". Los ápices en la base de la flecha se proyectan en el material de roca y bajo la superficie del diseño, con cuatro caras perfectamente planas, tres de ellas distribuidas a pares en los ángulos rectos y que eventualmente se unen a la cuarta en un punto (10). 

Fig. 7.24. Diagrama de esculpido en una "piedra-flecha".

Según Protzen, el conjunto de herramientas de los constructores debe haber incluido escuadras, reglas de borde recto, taladros y artefactos en forma de cincel y punzones. No obstante, no dice de qué material estaban hechos los últimos objetos, porque los utensilios de cobre no habrían dejado impresiones en el granito; así, para dicha roca es difícil saber cómo se hizo el trabajo de precisión que vemos en Puma Punku sin la ayuda de maquinaria avanzada. Otra posibilidad es el moldeado de piedra, pero eso requeriría un método para reducir el granito a polvo o pasta y luego endurecerlo con un aglutinante, y aún así se necesitarían herramientas sofisticadas para el acabado o producir un molde de precisión, el cual probablemente tiene que ser hecho de metal.

Puma Punku pudo haber sido destruido por un terremoto, quizás acompañado de una marejada desde el lago Titicaca, y algunas de las estructuras en el terreno más alto estuvieron cubiertas con unos 2 metros de tierra (11). En cualquier caso, puede desestimarse la versión oficial de que el complejo fue construido entre los siglos VII y VIII d. de C. con "herramientas simples", y de esta manera las ruinas podrían tener una antigüedad indecible al haber sido preservadas por el prolongado enterramiento.


Cronología

Actualmente existen 29 dataciones oficiales de radiocarbono para Tiwanaku y ninguna de ellas señala actividad humana antes del 1.500 a. de C. (1). Los arqueólogos de cabecera creen que esto "demuestra" la ausencia de personas en el sitio antes de esa fecha, pero bien puede ser sólo un pensamiento fantasioso. La versión convencional es que primero hubo asentamientos humanos cerca del lago Titicaca hace unos 14.000 años (2), pero en Bolivia existe la creencia general de que la región fue ocupada por culturas que datan del 60.000 a. de C. tales como la Vicachanense (3). Por otra parte y como se demuestra en "América Precolombina", hay evidencia de que el continente estuvo habitándose por millones de años. 

El cronista Cieza de León preguntó a los aymaras locales si los edificios en Tiwanaku eran obra de los incas, y se rieron de la pregunta repitiendo que aquéllos fueron construidos antes que ellos reinaran, y no podían afirmar o sostener quiénes las hicieron; sin embargo, escucharon de sus ancestros que todo ello había aparecido de la noche a la mañana. También señalan el avistamiento de hombres barbados en la isla del Titicaca y que esta gente erigió el edificio de Viñaque (4). De acuerdo con una tradición local, el complejo de Tiwanaku fue edificado "en el comienzo del tiempo" por el dios fundador Viracocha y sus seguidores, quienes hicieron que las piedras "fueran llevadas por el aire al sonido de una trompeta", y otra historia habla de este personaje provocando un "fuego celestial" que consumió las piedras y permitió que grandes bloques fueran levantados a mano "como si fueran de corcho" (5). 

En la actualidad, la versión oficial es que las estructuras en Tiwanaku y Puma Punku fueron construidas entre los siglos II y IX d. de C., a menudo en varias fases. A comienzos del siglo XX el arqueólogo boliviano Arthur Posnansky planteó un escenario mucho más radical, y descubrió que el Kalasasaya fue diseñado de manera que, visto desde la mitad del muro oeste, el Sol se habría levantado sobre los megalitos en las esquinas sureste y noreste del templo en los solsticios de verano e invierno respectivamente. Para tal efecto, la inclinación de la Tierra debiera haber tenido 23° 8' 48" (ó 23° 09' 54" de acuerdo a un cálculo reciente), mientras que en nuestros días es de 23° 26' 21". Basado en la teoría científica actual de que la inclinación planetaria oscila entre 21,6 y 24,6° en un período de 41.000 años, Posnansky calculó que las alineaciones solsticiales tuvieron lugar alrededor del 15.000 a. de C., aunque después lo redujo al 10.000 a. de C. (más recientemente, Neil Steede propuso como fecha el 7.000 a. de C. (6)). Según la Teosofía, la inclinación del eje gradualmente se traslada a través de 360° completos, en una tasa de 4° por cada ciclo precesional de 25.920 años (7), lo cual ubicaría la fecha de esos alineamientos en torno a unos ¡865.000 años AP!, pero no podemos asegurar que la premisa básica de Posnansky sea correcta, o que la Kalasasaya reconstruida calce con el edificio original. 

En el lado este de la Puerta del Sol y en la fila más baja del friso, se aprecian varios diseños que parecen dibujar la cabeza, orejas, colmillos y trompa de una criatura similar al elefante, la cual algunos dicen podría representar el Cuvieronius proboscídeo del Nuevo Mundo y que se extinguió hace 12.000 años, al término de la última era glacial. Cada "elefante" está compuesto en realidad por las cabezas de dos cóndores crestados y unidos por el cuello; las crestas forman las "orejas" y la parte superior de los cuellos delinean "colmillos" (en las esquinas izquierda y derecha de la figura 7.14 pueden apreciarse los buitres que determinan el centro de ambos "elefantes"; ver también las imágenes siguientes). Graham Hancock, sin embargo, afirma que el "elefante" puede ser intencional ya que los escultores de Tiwanaku a menudo empleaban una imagen para representar otra; por ejemplo, la oreja de una cara humana aparente puede convertirse en el ala de un pájaro (8). 


Fig. 7.25. Arriba: fotografía de la Puerta del Sol tomada en 1904 (9). Debajo: ampliación del "elefante" en el lado derecho.


Fig. 7.26. Dos animales de cola larga y no identificados están esculpidos en esta estatua de 2,13 mts., encontrada en el templo semisubterráneo durante 1934 (arriba). Algunos sostienen que las figuras representan al toxodon (debajo), un gran animal parecido al hipopótamo que se extinguió en el área de Tiwanaku hace más de 12.000 años, pero el parecido está lejos de ser perfecto.

Se dice que el toxodon ha sido "identificado" en varios fragmentos alfareros de Tiwanaku y piezas de escultura, y Posnansky menciona que algunas figuras en la Puerta del Sol están representadas con tres dedos en los pies, quizás para distinguir a humanos de dioses. El autor también plantea que esto puede relacionarse con el conocimiento del toxodon, del que precisamente algunos ejemplares tenían tres dedos, o del Macrauchenia, un mamífero tridáctilo de cuello largo y grandes miembros que se extinguió hace unos 20.000 años (10). No obstante y como de costumbre, estas hipótesis son combatidas denodadamente por los científicos de cabecera. 

El escritor teosófico Fred J. Dick prestó atención al siguiente relato andino, como fue registrado por Cieza de León: 

"(...) Antes que los incas reinasen en estos reinos [sic] ni en ellos fuesen conocidos, cuentan estos indios otra cosa muy mayor que todas las que ellos dicen, porque afirman questuvieron [sic] mucho tiempo sin ver el sol, y que padeciendo gran trabajo con esta falta, hacian grandes votos é plegarias á los que ellos tenían por dioses, pidiéndoles la lumbre de que carecian; y questando desta suerte, salió de la isla de Titicaca, questá dentro de la gran laguna del Collao, el sol muy resplandeciente, con que todos se alegraron" (11). 

Una interpretación es que esta historia se refiera a una época cuando la Tierra estaba "recostada" hacia un lado, como consecuencia del cambio continuo en la inclinación del eje planetario. En la latitud de Tiwanaku (16,5°S) la alternancia normal del día y la noche habría continuado hace unos 325.000 años, luego de un periodo de otros 214.000 en que los ciclos permanentes de luz y oscuridad cada año habrían tenido hasta varios meses de duración (12). 

En varios continentes se han hallado esqueletos humanos gigantescos. Conforme con la literatura teosófica, los humanos tuvieron ancestros titánicos, como también muchas especies de animales y plantas. La humanidad ha estado declinando gradualmente en altura a partir de los atlantes, y desde hace unos 500.000 años muchos humanos no tenían más de 3 ó 3,7 mts. de altura (13). Blavatsky afirma que las ruinas megalíticas que existen por todo el mundo fueron el trabajo de gigantes, incluyendo las de Stonehenge (Inglaterra), Carnac (Bretaña) y América. También menciona una tradición americana local de que seres con estatura muy elevada invadieron América tan pronto cuando ésta se alzó de las aguas. Como ya se mencionó, hay leyendas que cuentan que las estructuras más antiguas de Tiwanaku y también la enorme pirámide de Cholula en México fueron construidas por una raza colosal (14). 

Según Posnansky, el Kalasasaya está orientado a 1° al este, mientras que el Akapana, el templo semisubterráneo y las plataformas de Puma Punku están situadas a 2,8° este (15), aseverando que las últimas estructuras son más antiguas que el Kalasasaya, pero que fueron modificadas en tiempos posteriores. Posnansky presta atención al extremo nivel erosivo mostrado por algunas de las piedras en Tiwanaku y Puma Punku, concluyendo que deben haber estado expuestas a los elementos por muchos miles de años, y que desde entonces muchas fueron encontradas totalmente cubiertas con lodo aluvial; incluso, esas rocas bien podrían tener de facto una extrema antigüedad en los lugares donde pueden haber permanecido por largas eras (16). La Puerta del Sol fue redescubierta yaciendo "boca abajo" en el suelo, y su lado oeste (probablemente el exterior, aunque a menudo llamado "parte trasera") está mucho más erosionado que el oriental. Fred Dick pensaba que podría tener al menos 10.000 años de antigüedad, pero que es improbable atribuirle más de 80.000 dado que la puerta tiene menos de 2 mts. de alto; no obstante, otras ruinas en Tiwanaku y otros sitios peruanos "incas" podrían remontarse a cientos de miles de años y constituir el trabajo de gigantes auténticos (17). 

Todo lo que se puede decir con certeza es que todavía existen muchísimos aspectos por aprender sobre la cronología, las costumbres y los métodos de construcción de las culturas que ocuparon el área de Tiwanaku.

Fig. 7.27. El lado oriental de la Puerta del Sol (18).


Referencias

1. Cliff Ollier y Colin Pain, The Origin of Mountains, London: Routledge, 2000, p. 112-27; "Continentes hundidos vs. deriva continental". 

2. "Hallan civilización perdida en Bolivia", 2004, http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_3587000/3587708.stm; "Hallazgo milenario en el Titicaca", 2001, www.rionegro.com.ar/arch200111/s23g01.html. 

3. "Viracocha", http://en.wikipedia.org/wiki/Viracocha; "Tiwanaku", http://en.wikipedia.org/wiki/Tiwanaku. 

4. Alan L. Kolata, The Tiwanaku: Portrait of an Andean civilization, Cambridge, MA: Blackwell, 1993, p. 204. 

5. Igor Witkowski, Axis of the World: The search for the oldest American civilization, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 2008, p. 186; "Los secretos latentes en Isla de Pascua y el Pacífico", sección 7.


Centro ceremonial

1. Kolata, The Tiwanaku, p. 90. 
2. Graham Hancock y Santha Faiia, Heaven’s Mirror: Quest for the lost civilization, London: Michael Joseph, 1998, p. 271, 304. 

3. The Tiwanaku, p. 115. 
4. Ibídem, p. 116. 
5. Bert Thurlings, Verborgen geheimen van de mensheid ("Secretos escondidos de la humanidad"), vol. 2, Soesterberg: Aspekt, 2008, p. 276-7. 

6. Jean-Pierre Protzen y Stella E. Nair, "On reconstructing Tiwanaku architecture", The Journal of the Society of Architectural Historians, v. 59, n° 3, 2000, p. 358-71 (p. 367). 

7. "Akapana 2008 Expedition", www.akakor.com/english/akap-uk.htm. 
8. Alan Murphy, Bolivia Handbook, Lincolnwood, IL: Passport Books, 1997, p. 115. 
9. www.ancient-wisdom.co.uk/Boliviatiahuanaco.htm. 
10. www.pbase.com/mr2c280/image/17018340. 
11. www.gerty.ncl.ac.uk/images/R_009.jpg; Graeme R. Kearsley, Inca Origins: Asian influences in early South America in myth, migration and history, London: Yelsraek Publishing, 2003, p. 291.

12. http://cg.cis.upenn.edu/tiwanaku/Timeline.pdf. 
13. www.atlantisbolivia.org/tiwanakucalendar.htm. 
14. W.R. Corliss (compilación), Ancient Infrastructure: Remarkable roads, mines, walls, mounds, stone circles, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 1999, p. 314-17. 

15. "Glossary of terminology of the shamanic & ceremonial traditions of the Inca medicine lineage", www.incaglossary.org/fg.html. Para una interpretación "teosófica" de las imágenes, ver Fred J. Dick, "Tiahuanaco, Bolivia, and its significance", The Theosophical Path, agosto 1925, p. 118-25; Fred J. Dick, "Studies in symbolism", The Theosophical Path, julio 1915, p. 6-13. 

16. The Tiwanaku, p. 148; Michael E. Moseley, The Incas and their Ancestors: The archaeology of Peru, London: Thames & Hudson, 2001, p. 219-20; Arthur Posnansky, Tihuanacu: The cradle of American man, New York: J.J. Augustin Publisher, 1945, 2: 3-43. 

17. Tihuanacu, v. 2, fig. 5. 
18. "Los misterios de Giza", parte 2.


Puma Punku

1. W.R. Corliss (compilación), Ancient Structures: Remarkable pyramids, forts, towers, stone chambers, cities, complexes, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 2001, p. 52-60. 

2. Jean-Pierre Protzen y Stella Nair, "Who taught the Inca stonemasons their skills? A comparison of Tiahuanaco and Inca cut-stone masonry", Journal of the Society of Architectural Historians, v. 56, n° 2, 1997, p. 146-67.

3. Protzen y Nair, "On reconstructing Tiwanaku architecture", p. 365. 
4. Kearsley, Inca Origins, p. 289-90. 
5. Witkowski, Axis of the World, p. 228. 
6. "On reconstructing Tiwanaku architecture", p. 370. 
7. Axis of the World, p. 216, 222-3. 
8. "Who taught the Inca stonemasons their skills?", p. 162-3. 
9. Hancock y Faiia, Heaven’s Mirror, p. 304. 
10. "Who taught the Inca stonemasons their skills?", p. 156-7. 
11. Ancient Structures, p. 55-6.


Cronología

1. Sean Hancock, "An interpretation and critique of the radiocarbon database for Tiahuanaco", 2001, www.grahamhancock.com/forum/HancockS2-p1.htm; Garrett Fagan, "An answer to Graham Hancock", www.hallofmaat.com/modules.php?name=Articles&file=article&sid=18. 

2. Kolata, The Tiwanaku, p. 56. 
3. Bolivia Diplomatic Handbook, Washington, DC: International Business Publications, 2008, p. 36 (http://books.google.co.uk). 

4. Citado en The Tiwanaku, p. 3. 
5. Andrew Collins, Gods of Eden: Egypt’s lost legacy and the genesis of civilisation, London: Headline, 1998, p. 58-60; "Gravedad y antigravedad", parte 7. 

6. Posnansky, Tihuanacu, 2: 87-105; Thurlings, Verborgen geheimen van de mensheid, p. 286-90; "From Tiahuanaco to the Giza Plateau", www.andrewcollins.com/page/conference/Qc00/speakers/speaker_steede.html. 

7. "Inversiones polares y catástrofes geológicas", parte 4.
8. Graham Hancock, Fingerprints of the Gods: A quest for the beginning and the end, London: Heinemann, 1995, p. 84-6. 

9. Tihuanacu, v. 2, lámina 45. 
10. Ibídem, 2: 134-7. 
11. Fred J. Dick, "Notes on Peruvian antiquities", The Theosophical Path, diciembre 1915, p. 441-51 (p. 447); "Tiahuanaco, Bolivia, and its significance", p. 123. 

12. "Inversiones polares y catástrofes geológicas", partes 4 y 5.
13. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 2: 276-80, 293, 336-40, 753-6; revista Lucifer, enero 1891; "Orígenes humanos", sección 4, y "Secret cycles", sección 2, http://davidpratt.info. 

14. La Doctrina Secreta, 2: 276 pie de página, 337-8, 341. 
15. Tihuanacu, 2:54-6. 
16. Ibídem, 2: 96-9. 
17. "Notes on Peruvian antiquities", p. 445-7. 18.www.archaeology.org/interactive/tiwanaku/qanda.html.

[N.del T.: Recomendamos también el documental "Los Secretos de Tiwanaku", producido por Miguel Montaño (enlace aquí)].