13 de marzo de 2022

Visitantes paranormales: desdibujando la realidad (2 de 10)

David Pratt (diciembre 2002-junio 2009)


Contenido:

03. Apariciones de "ángeles"


03. Apariciones de "ángeles"

Muchas manifestaciones registradas provienen más de la dimensión de los vivos que de los muertos. Sólo una minoría de ellas son visuales y en muchas se percibe una presencia y escuchan golpes, quejidos y otros ruidos extraños, además de olerse aromas inexplicables. Con frecuencia estas apariciones son vistas sólo por una vez, pero algunas se producen reiteradamente y frecuentando la misma localización. R.E. Guiley escribe:

"Ciertas manifestaciones parecen reales y corpóreas, con forma y rasgos definibles y vestimenta si son humanas. Otras son nubosas, luminosas, transparentes, escasas y mal definidas; algunas son pequeñas y asemejan manchas, masas informes o trazas de luz.

Las apariciones surgen y desaparecen repentinamente y en ocasiones sólo se desvanecen. En ambos casos pasan a través de paredes y objetos y caminan alrededor de ellos. Pueden proyectar sombras y reflejarse en espejos (...) Algunas están acompañadas por sonidos, olores, sensaciones de frío y movimientos de objetos reales en el entorno del perceptor. En otros casos los testigos tratan de tocar las apariciones; muchos comprueban que sus manos pasan a través de ellas, aunque a veces han hecho contacto con una sustancia que se siente como un ropaje ligero" (1).

Algunas manifestaciones se comunican verbalmente y parecen poseer cierto grado de inteligencia, mientras que otras no responden a los intentos de comunicación y sólo muestran un rango limitado de gestos y movimientos; por ejemplo, pueden llamar la atención del observador a una herida fatal en el "cuerpo" del fantasma. A veces no existe interacción y el perceptor sólo da cuenta de una reiteración etérica de los eventos que anteriormente tuvieron lugar en el sitio. Existen informes sobre fantasmas de animales y también se han divisado apariciones de objetos inanimados, tales como barcos espectrales resplandecientes en el mar (como el caso del "Holandés Errante") y además se han visto ejércitos fantasmales batallando en el cielo. Por ejemplo, en la víspera de Navidad de 1642 y dos meses posteriores a la batalla de Edge Hill durante la guerra civil en Inglaterra, se observó una especie de repetición de dicha contienda en el aire sobre el campo de combate, complementada con efectos acústicos. La reconstitución se repitió en varias ocasiones seguidas y variaba en cada una de ellas. El rey convocó a una comisión para que examinara el caso y los investigadores presenciaron el espectáculo por sí mismos. Las repeticiones etéricas del combate tendían a desvanecerse con el tiempo, aunque muchas continuaron por varios siglos (2).

Más del 80% de estas manifestaciones parece producirse con un propósito. Las personas que se aparecen pueden comunicar su propia crisis (p. ej., que están muriendo o acaban de fallecer) usualmente a sus seres queridos u otros con quienes tengan vínculos emocionales. Los "fantasmas en crisis" suelen hacerse visibles a los testigos durante el sueño y la vigilia, y muchos espectros de muertos se presentan para aliviar la tristeza o comunicar información sobre el estado de asuntos no terminados de los difuntos. Por ejemplo, Dante luego de morir se apareció a su hijo y lo guió a donde había escondido los últimos cantos de la Divina Comedia. Las apariciones de occisos también pueden producirse varios años después a sus seres queridos en tiempos de crisis. A veces los moribundos dicen ver seres angélicos, figuras religiosas, luminosidades y familiares o amigos fallecidos brevemente antes de su deceso, y comúnmente dichas apariciones muestran vínculos emocionales al lugar en cuestión quizá como resultado de muerte violenta o repentina.

Muchas luminosidades inexplicables en lugares encantados han sido capturadas en película (3) y en ocasiones las cámaras fallan en registrar lo que ven los testigos, sugiriendo que el fantasma no fue percibido por la visión normal, lo cual también se demuestra por el hecho de que en ocasiones una persona ve un espectro mientras que otra no. Hay también casos en que las cámaras registran un fantasma incluso si el fotógrafo no estaba consciente de ello cuando se obtuvo la imagen

Fig. 3.1. Esta célebre foto fue tomada por dos turistas canadienses el 19 de junio de 1966 en el Queen's House sobre el Támesis. Aunque al principio no vieron nada, se pueden apreciar dos figuras fantasmales encapuchadas en la imagen (las dos figuras visibles en el pasamanos de la escalera son manos izquierdas). 

Se han detectado campos magnéticos muy fuertes y notoriamente fluctuantes en los lugares donde la gente ve fantasmas, los que tienden a trasladarse de lugar en lugar y varían en tamaño, desde una pelota de básquet a una de béisbol. El componente eléctrico de estos campos es comúnmente uno de tipo CC (corriente continua) como el emitido por organismos vivos, en vez del típico campo CA (corriente alterna) de un circuito eléctrico. También se han medido descensos repentinos de temperatura (llamados "cold spots" en inglés) junto con elevados niveles de radiactividad (4).

Los pseudoescépticos han sugerido que las personas que ven fantasmas pueden estar sufriendo alucinaciones inducidas por fenómenos electromagnéticos especiales, pero incluso si ciertas experiencias fantasmales son alucinatorias, no es posible que un campo electromagnético común induzca alucinaciones similares al azar en personas diferentes y en distintas ocasiones, como tendría que suceder en los lugares aparentemente frecuentados por el mismo espectro.

William Q. Judge divide las apariciones en dos clases generales: 1) cascarones astrales de muertos o imágenes astrales que, ya sean visibles en realidad o como resultado de vibración interna, son proyectados al ojo y así la persona piensa que ve una forma física; y 2) formas astral-mentales de personas vivas (mayavi-rupa o cuerpo de pensamiento) a menudo proyectadas en forma espontánea y parcialmente conscientes (5). Cuando las condiciones son adecuadas, cualquier imagen astral o forma de pensamiento en la imaginación colectiva puede hacerse visible e incluso palpable mediante injerencia de elementales y otras entidades etéreas.

Las apariciones de personas moribundas o que acaban de fallecer son muy recurrentes. Por ejemplo, en una carta a Camille Flammarion -famoso astrónomo e investigador psíquico francés del siglo XIX- la princesa de Montarcy contaba que su abuela le había dicho siempre que le haría saber cuando ella muriera si no estaban juntas. Una noche a las 9 en punto, el perro de la princesa saltó sobre su cama "aullando como si lo mataran", y a los pies de la litera la princesa vio la aparición de su abuela, quien le dirigió un beso y desapareció. A la mañana siguiente un telegrama le informaba que la anciana había fallecido entre las 8 y 9 de la noche anterior (6).

En otro caso del siglo XIX la figura de un joven soldado en traje de hospital se manifestó ante el capitán de su compañía y solicitó que el salario fuera entregado a su madre, cuya dirección entonces le dio, y el capitán elaboró una nota de solicitud, tras lo cual el fantasma visitante se desvaneció. Luego de hacer las averiguaciones, el capitán supo que el soldado había muerto el día anterior. Helena P. Blavatsky sostiene que el intenso pensamiento y ansiedad experimentados por el militar en sus momentos de muerte podrían crear fácilmente una forma astral para alcanzar un determinado objetivo. El cuerpo astral es el retrato etéreo exacto del cuerpo, aunque no de sus vestimentas temporales, pero seguramente el soldado habría imaginado dialogar vestido y no desnudo con el capitán y así su deseo reprodujo fielmente la escena planeada con antelación (7).

En agosto de 1864 May Clerke estaba leyendo en una veranda en Barbados mientras una niñera nativa llevaba a su pequeña hija en un coche. Cuando Clerke se incorporó para ir a casa, la niñera le preguntó quién era el hombre que le había estado hablando momentos antes y su patrona replicó que nadie estaba con ella. La niñera era persistente y afirmaba que el hombre era alto y se veía muy pálido. Clerke entonces se molestó cuando su asistente le dijo que había sido descortés al ignorar al sujeto y quien parecía muy ansioso de llamar su atención. Algunos días más tarde May supo que su hermano había muerto en Tobago en el momento de la aparición (8).

En general, la Teosofía rechaza la idea de que los espíritus reales de individuos muertos puedan manifestarse luego de la muerte, pues por lo común el alma humana superior (o reencarnante) se separa del alma humana inferior [kama-manas] luego del óbito; entonces la primera entra en un estado de consciencia parecido a un sueño pacífico en los ámbitos más altos de la dimensión astral, dejando atrás un cuerpo etérico decadente o cascarón (kama-rupa o "cuerpo del deseo") esencialmente desprovisto de razón, y éste es el que los médiums confunden muy seguido con los "espíritus" de fallecidos. Sin embargo, el alma-espíritu puede realmente estar presente antes o después de la muerte física, en particular si el fallecimiento ocurrió en forma repentina.

Los encuentros con "ángeles" (del griego angelos, "mensajero") continúan hasta el día de hoy. [Desde una perspectiva teosófica] las visiones de ángeles estarían conectadas a menudo con el propio ego superior o espiritual del testigo, siendo así una externalización de sus pensamientos. Algunas implican la aparición de humanos altamente avanzados tales como mahatmas y sus chelas (discípulos) que pueden viajar a voluntad en su cuerpo sutil y hacerse visibles cuando sea apropiado. En raros casos pueden emerger nirmanakayas, esto es, humanos espiritualmente avanzados pertenecientes a la Hermandad de Adeptos y que eligen vivir en la atmósfera áurica de la Tierra sin un cuerpo físico. En casos extremadamente raros, ciertos seres espirituales y etéreos de planos más sublimes que están íntimamente conectados con la raza humana pueden aparecerse a personas en un estado inusual de consciencia [espiritualmente avanzadas] y de esta forma la imaginación del testigo puede revestirlos con "alas" o vestimentas extrañas (9).

Usualmente los ángeles son percibidos o escuchados por clariaudiencia, pero ocasionalmente se presentan con "vestidos blancos brillantes" o en la forma de bolas luminosas blancas e incluso como personas reales, lo cual les ha valido la denominación popular de "extraños misteriosos".

Estas manifestaciones ocurren cuando alguien está en un dilema y necesita acción rápida, y entonces una "persona misteriosa" aparece repentinamente de la nada y provee una solución. Los "extraños misteriosos" pueden ser individuos de cualquier raza y de ambos sexos, y más a menudo son hombres de aspecto muy juvenil y pulcro, invariablemente bien vestidos, corteses y conocedores de la crisis que padece el testigo. Son tranquilos aunque enérgicos, saben precisamente lo que deben hacer y cuando hablan lo hacen con moderación. Estos extraños son tan reales como humanos de carne y hueso; sin embargo, una vez que el problema se ha solucionado los misteriosos ayudantes se desvanecen abruptamente y es esta característica precisa lo que hace que los testigos se pregunten si fueron asistidos por mortales o "ángeles" (10).

Por ejemplo, Benvenuto Cellini -escultor italiano del siglo XVI- estaba a punto de ahorcarse en prisión cuando un ángel luminoso y joven apareció y lo arrojó al suelo (11). En la década de 1950 una mujer alemana que escalaba sola en los Alpes Bávaros se vio en peligro, pues estaba oscureciendo y se había desviado del camino. Repentinamente vio una gran bola de luz que se transformó en un hombre alto y de aspecto "chino". En ese momento la aparición no la asombró porque parecía ser muy natural, ya que el sujeto saludó con una reverencia, la tranquilizó con algunas palabras y la condujo nuevamente al camino turístico, luego de lo cual la presencia se convirtió otra vez en una bola luminosa y se desvaneció. De esta forma vemos que actuó como "ángel guardián" o quizás una manifestación del propio ego superior de la mujer (12), uno de tantos casos en que una figura se materializa a partir de una pequeña fuente luminosa. 

Fig. 3.2. Bola de luz y hombre "oriental" encontrado en los Alpes Bávaros (13).

La siguiente "manifestación en crisis" plantea preguntas inquietantes sobre la realidad física e identidad de algunas figuras fantasmales.

En el verano de 1895 el marinero y capitán veterano Joshua Slocum completaba el primer tramo del viaje que le concedió un lugar en la historia como la primera persona en navegar sola alrededor del mundo. Entre las Azores y Gibraltar su robusta y pequeña embarcación "Spray" entró en una zona de borrascas, y al mismo tiempo Slocum sufría de severos cólicos estomacales que lo desmoralizaron tanto que bajó de cubierta sin ajustar las velas como debía, dejándose caer agónico en el piso de la cabina, y sus delirios febriles le hicieron perder la noción del tiempo.

Cuando Slocum despertó, se dio cuenta que su barco había ingresado en un área de difícil manejo. Buscando la escalerilla, para su asombro vio a un hombre alto en el timón. Su mano rígida agarraba los radios del volante y los sostenía como un tornillo. Estaba vestido como marino extranjero, con un gran gorro rojo sobre el lado izquierdo de la cabeza y tenía barbas negras y desgreñadas. Slocum se preguntó si este alarmante personaje, la verdadera imagen de un pirata, había abordado su barco y planeaba matarlo.

El marino pareció leer sus pensamientos ya que se quitó el gorro saludando a Slocum, diciendo con una sonrisa fantasmagórica: "Señor, no he venido a hacerle daño. Soy miembro de la tripulación de Colón, el piloto de la 'Pinta', y vine a ayudarlo. Descanse, señor capitán, y yo guiaré su barco esta noche. Usted tiene una calentura [fiebre], pero ya estará mejor mañana. Se equivocó al mezclar queso con ciruelas..."

Al día siguiente Slocum comprobó que el "Spray" todavía iba a la deriva como si lo hubiera abandonado, y pensó que "el propio Colón no podría haberlo conducido más acertadamente en su trayectoria". Esa noche Slocum recibió una segunda visita del marino español, pero esta vez en un sueño, y dijo que le gustaría navegar con Slocum en su viaje, sólo por amor a la aventura, y entonces quitándose la gorra desapareció tan misteriosamente como había llegado.

Slocum se despertó con el sentimiento de que había estado en presencia de un amigo y un hombre de mar con vasta experiencia. Y aunque reconoció su segundo encuentro como un sueño, también se dio cuenta que el primero había sido algo totalmente diferente. Además, ¿qué clase de sueño podría sostener un timón viajando a través del mar violento? (14). 

Fig. 3.3. Fantasma encontrado en el mar, julio de 1895 (15).

A lo largo de los siglos se han registrado numerosas visiones de la Virgen María, como la de 1531 en Guadalupe (México) donde aquélla se apareció cinco veces a Juan Diego, un azteca de edad mediana convertido al catolicismo. En una oportunidad la presencia encomendó a Juan recolectar flores, y aunque era un periodo frío del año encontró un jardín de rosas en un lugar donde ninguna flor había crecido antes; es más, dichas plantas eran de una especie que no se conocía en México hacia esa época. La Virgen dijo al natural que envolviera esos flósculos en su capa y las llevara al obispo, y entonces comprobaron que una hermosa imagen de la Inmaculada Concepción se había estampado en la capa, mostrando un estilo ajeno a la tradición maya-tolteca-azteca. El tejido estaba hecho con una tela tosca de fibra de cactus y tenía una duración máxima de 30 años, pero tanto dicha prenda como la "pintura" han perdurado hasta el día de hoy y se exhiben en el templo de la iglesia construida según los requerimientos de la Virgen (16).

La aparición de María parece variar de acuerdo con el trasfondo cultural y étnico de los testigos. Por ejemplo, el dibujo de la Virgen de Guadalupe en la capa claramente se parece a una amerindia y no a una muchacha judía. Michael Grosso sugiere que las visiones de María pueden ser "expresiones de la imagen de la Diosa, un patrón arquetípico de enorme antigüedad y poder psicológico" y que "el culto a María provee un vehículo psíquico familiar a través del cual funciona la imaginación colectiva" (17). Es curioso notar que el cerro donde Juan Diego vio a María estaba anteriormente consagrado a la diosa azteca Teotenantzin o "Madre de Dios".

En Fátima (Portugal) María se apareció varias veces en 1917 a tres niños (de 7, 9 y 10 años), y nuevamente en un lugar de culto antiguo a una diosa, esta vez de Isis (18). Las dos niñas divisaron a una mujer joven y la oyeron hablar, mientras que el niño la vio pero no la escuchó. Asimismo sostuvieron que la "señora" estaba vestida de blanco y se hallaba de pie sobre un pequeño árbol, y antes de sus encuentros con María los niños también tuvieron visiones de un "ángel". En la fecha del primer encuentro, estaban ocupándose de sus ovejas en una loma rocosa no muy lejos de su casa cuando escucharon un ruido atronador parecido al de un viento poderoso (informado con frecuencia durante encuentros con ovnis) y vieron un globo de luz deslumbrante que se movía con lentitud hacia ellos desde el valle. A medida que se aproximaba se transformó paulatinamente en un hombre joven de gran resplandor que parecía tener unos 14 años y se identificó como "ángel de la paz". Luego de pedirles recitar una oración, se desvaneció.

Los encuentros con María ocurrieron todos los días 13, por 6 meses consecutivos como la Virgen había prometido en el primer encuentro, y los niños experimentaban parálisis durante las manifestaciones, como también sucede en algunos avistamientos de ovnis. Los tres pastores recibieron revelaciones en presencia de una gran multitud de espectadores que se incrementaban enormemente todos los meses. Las visiones reales de María eran apreciadas sólo por los tres niños, pero durante las revelaciones ocurrían fenómenos vinculantes que fueron presenciados por un gran número de personas, incluyendo la aparición de un objeto brillante en forma de globo y una lluvia de pétalos de rosas que se desvanecían al tocar el suelo. Cabe señalar que a menudo las lluvias de pétalos son mencionadas en los registros védicos de visitas celestiales.

Uno de los niños pidió a María hacer un milagro para el grueso del público, que la "señora" prometió para el 13 de octubre y en esa fecha se congregaron unas 70.000 personas para presenciarlo. El día estaba nublado y lluvioso, y la multitud se aglomeraba bajo paraguas en medio de un mar de fango. Repentinamente las nubes se dividieron y comenzó a desarrollarse un asombroso espectáculo. El disco del Sol giró como una rueda loca adoptando todos los colores del arcoiris, y entonces pareció precipitarse a tierra emitiendo calor y moviéndose en zigzag (como se reporta muchas veces en el caso de los ovnis). Algunas personas en la multitud temieron que era una señal del fin del mundo y entraron en pánico, pero luego el miedo dio paso al recogimiento a medida que el Sol retornaba a su posición normal en el cielo. El "milagro" fue atestiguado por un gran número de asistentes en un área que abarcaba unos 32 por 48 kms. y duró aproximadamente 10 minutos. Muchos testigos más tarde comprobaron que sus ropas mojadas estaban completamente secas, y los fotógrafos que estaban en el evento documentaron el inusual y rápido cambio de clima húmedo a seco, pero no el fenómeno del Sol rotatorio.

Esta clase de ilusión colectiva recuerda la forma en que los faquires indios pueden hacer que aparezcan tigres y elefantes ante una multitud de espectadores, pero lo que ven no tiene lugar en nuestra realidad física, y está probado por fotografía. Se puede ilustrar con una representación del famoso truco indio de la cuerda que fue capturado en película. Dos psicólogos junto con cientos de personas vieron a un faquir arrojar un manojo de cuerda en el aire y a un niño pequeño que trepaba por ella y desaparecía. Los observadores describen cómo partes desmembradas del niño caían horriblemente al suelo y el faquir las juntaba en una canasta, trepando él mismo en la cuerda para luego bajar sonriente con el niño intacto. Se dice que otros asistentes en la multitud estuvieron de acuerdo con muchos de los detalles de lo que pasó, pero un registro fílmico que comienza con la cuerda arrojada al aire muestra sólo al faquir y su ayudante estando inmóviles tras ella durante el resto de la representación. La cuerda no se mantuvo en el aire y el niño nunca la trepó, y de esta forma parece ser que la multitud fue parte de un engaño colectivo (19). Aparentemente el faquir fue capaz de proyectar sus propias imágenes mentales en los pensamientos de la audiencia.

Durante las apariciones de Fátima, María reveló que su propósito era inculcar en la gente la necesidad de orar, del arrepentimiento y la mortificación. Como resultado se salvarían muchas almas, Rusia se convertiría y una nueva guerra mundial no se llevaría a cabo. Si claramente y por una parte, las manifestaciones marianas servían para fortalecer la fe católica, por otro lado también desafiaron al patriarcado de la Iglesia.

Las manifestaciones podrían generarse por una fusión de imaginería arquetípica de la diosa con las poderosas formas de pensamiento asociadas con el culto a la Virgen María. Sin embargo, los eventos no parecen ser puramente espontáneos, pues el hecho de que "María" predijera sus presentaciones sucesivas en Fátima y que miles de personas vieran el evento solar en la fecha acordada, apunta a la injerencia de una fuerza directriz. Dada la naturaleza retrógrada de las enseñanzas católicas clave -desde el pecado original al perdón de las faltas mediante la creencia en Cristo- es más probable que el fenómeno en cuestión provenga de una entidad inferior aunque poderosa.


Referencias

1. Rosemary Ellen Guiley, The Encyclopedia of Ghosts and Spirits, New York: Checkmark Books, 2da edición, 2000, p. 17.

2. Ibídem, p. 38-9, 118-9.
3. Hilary Evans y Patrick Huyghe, The Field Guide to Ghosts and Other Apparitions, New York: Quill, 2000, p. 11-2, 52, 80, 82.

4. Ibídem, p. 12-4, 68, 74.
5. Judge, El Océano de la Teosofía, p. 162-3.
6. Inglis, The Paranormal, p. 191.
7. H.P. Blavatsky, "Comments on Strange Apparitions", The Theosophist, septiembre de 1881; "Was it 'Spirits' or what?", The Theosophist, octubre de 1882.

8. The Field Guide to Ghosts and Other Apparitions, p. 144.
10. The Encyclopedia of Ghosts and Spirits, p. 11.
11. Michael Grosso, Frontiers of the Soul: Exploring psychic evolution, Wheaton, IL: Quest, 1992, p. 222.

12. The Field Guide to Ghosts and Other Apparitions, p. 96-7.
13. Ibídem, p. 97 (ilustración por Harry Trumbore).
14. Ibídem, pág. 90.
15. Ibídem, p. 91 (ilustración por Harry Trumbore).
16. The Encyclopedia of Ghosts and Spirits, p. 240.
17. Frontiers of the Soul, p. 198-9.
18. The Encyclopedia of Ghosts and Spirits, p. 241; Jacques Vallée, Dimensions: A casebook of alien contact, New York: Ballantine Books, 1989, p. 173-82; Richard L. Thompson, Alien Identities: Ancient insights into modern UFO phenomena, Alachua, FL: Govardhan Hill Publishing, 2da edición, 1995, p. 293-301.

19. Lyall Watson, Supernature II: A new natural history of the supernatural, London: Sceptre, 1987, p. 158-9.