9 de febrero de 2022

Vía Láctea, Pléyades y Sirio

VÍA LÁCTEA 


La ciencia contemporánea establece que nuestro Sistema Solar está ubicado en el borde de uno de los brazos espirales de la galaxia Vía Láctea, el que se ha denominado Brazo de Orión. Los científicos estiman que además hay entre 100 mil millones a 400 mil millones de otros sistemas solares al interior de la Vía Láctea y también que existen millones o billones de otras galaxias, cada una de las cuales puede contener un número similar de sistemas solares. De esta forma, la colectividad de estas formaciones es lo que constituye el Universo.

Por otra parte, se sostiene que la Vía Láctea contiene una gran masa de polvo y gas, lo que puede sonar bastante poco atractivo, pero es particularmente interesante saber lo que constituye en realidad de acuerdo con las enseñanzas de la Teosofía.

En el primer volumen de su obra principal "La Doctrina Secreta", Blavatsky traduce Siete Estrofas sobre el tema de Cosmogénesis o Evolución Cósmica de un texto esotérico antiguo y todavía inaccesible públicamente denominado “Libro Secreto de Dzyan". La tercera de esas estrofas se titula "El Despertar del Kosmos" y al describir el renacimiento cíclico y la manifestación del Universo, señala lo siguiente en su cuarto shloka o verso:

"El Huevo Luminoso que en Sí Mismo es Tres, se cuaja y propaga en grumos de leche blanca a través de las Profundidades de la Madre, la Raíz que crece en las profundidades del Océano de la Vida".

Comentando este pasaje, H.P.B. escribe:

"La esencia radiante se cuajó y extendió por las profundidades del espacio. Desde un punto de vista astronómico, esto es fácil de explicar: es la 'vía láctea', la materia del mundo o materia primordial en su forma prístina (…) Los grumos son la primera diferenciación y probablemente se refieren también a esa materia cósmica que se supone es el origen de la 'Vía Láctea', la materia que conocemos. Esta 'materia', según la revelación recibida de los Dhyani-Buddhas primigenios, es de la máxima tenuidad concebible para el ojo del Bodhisattva perfecto durante el sueño periódico del Universo; y así esta materia radical y fresca se dispersa por el espacio en el primer despertar del movimiento cósmico, y cuando se ve desde la Tierra aparece como grupos y bultos, o grumos en leche fina. Estas son las semillas de los mundos del futuro, la 'materia estelar'" ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 67, 69).

Esto se explica más detalladamente en “Transactions of Blavatsky Lodge”, donde H.P.B. informa a sus estudiantes sobre la Vía Láctea que:

“Es el almacén de materiales a partir de los que se producen estrellas, planetas y otros cuerpos celestes. La materia en ese estado no existe en la Tierra, pero la que ya está diferenciada y se encuentra en nuestro planeta también puede ubicarse en otros astros y viceversa, aunque según tengo entendido, antes de llegar a los planetas desde su condición en la Vía Láctea la materia primero debe pasar por muchas etapas de diferenciación” (p. 113-114).

"Todos los planetas de nuestro Sistema Solar (…) comenzaron la vida como vagabundos sobre la cara del Kosmos infinito. Se separaron del almacén común de material ya preparado, la Vía Láctea (que ni más ni menos es el material del mundo y bastante desarrollado, pues todo lo demás en el espacio es material crudo aún invisible para nosotros); luego, comenzando su largo viaje se establecieron por primera vez en la vida donde Fohat les preparó las condiciones y gradualmente se convirtieron en soles. Entonces cuando llegó su Pralaya, cada sol se resolvió en millones y millones de fragmentos. Cada uno de estos trozos se movió de un lado a otro en el espacio recolectando materiales frescos, a medida que éste avanzaba como una avalancha, hasta que se detuvo por efecto de las leyes de atracción y repulsión y se convirtió en un planeta como el nuestro y al igual que en otros sistemas más allá de nuestros telescopios. Los fragmentos del Sol se convertirán en tales planetas después del Pralaya Solar” (p. 145-146).

Para resumir, se señala que al menos parte de lo que otorga a la Vía Láctea su aspecto lechoso o turbio (para nosotros) son sus dispersiones de Materia Primordial "en su forma prístina". Por lo tanto, es el "reservorio" de materia en un estado extremadamente enrarecido y cercano a su estado original, el cual a menudo es llamado por los teósofos como Mulaprakriti o sustancia de la raíz precósmica, la “materia eterna” que para nosotros parece inconcebible.

En "The Secret Doctrine Dialogues", William Kingsland hace una pregunta a Blavatsky: "Entonces, ¿es que la Vía Láctea, como suponen los astrónomos, está tan lejos de los límites del Sistema Solar o es sólo una apariencia? Los científicos suponen que la Galaxia se encuentra mucho más allá de la distancia de las estrellas fijas y más lejanas que podemos ver. ¿Es éste realmente el caso o es una apariencia engañosa?"

Blavatsky responde que “es una apariencia muy engañosa, porque eso que vemos es sólo debido a que nos ubicamos a cierta distancia, pero en realidad existe en la atmósfera y en todas partes. No es que exista una cosa particular a tal o cual distancia, o a tantos kilómetros a la lejanía; es una perfecta sandez porque se encuentra en todas partes, aunque la apreciamos sólo a cierta distancia (…) Esto es lo que llamamos la materia preparada del mundo y lista para utilizarse que se ha diferenciado y rediferenciado, desenmarañándose y siendo sometida a todo lo imaginable” ("The Secret Doctrine Dialogues", p. 316).

Por analogía parcial, si nos imaginamos flotando hasta el techo de una habitación y miramos hacia abajo, veremos la totalidad del lugar como si estuviéramos a cierta distancia, pero en realidad siempre estamos rodeados por la habitación, existiendo e incluyéndonos en la atmósfera de ese sitio.

En la literatura teosófica se emplea varias veces el término "Sol Central", "Sol Espiritual Central" o "Gran Sol Central", y no se refiere al Astro Rey que vemos durante el día ni a ningún cuerpo cósmico material. La información sobre lo que realmente constituye un concepto tan abstracto se proporciona en la página 240 del segundo volumen de “La Doctrina Secreta":

"Este 'sol central' de los ocultistas es visto de manera distinta en Oriente, y que incluso la ciencia está obligada a aceptar astronómicamente ya que no puede negar la presencia en el espacio sideral de un cuerpo central en la Vía Láctea, un punto invisible y misterioso que es el centro de atracción siempre oculto de nuestro Sol y sistema. Mientras que los cabalistas occidentales y judíos (e incluso algunos astrónomos piadosos modernos) afirman que en este sol la 'cabeza de Dios' está especialmente presente (…) los Iniciados orientales sostienen que como la Esencia Supradivina del Absoluto Desconocido está igualmente en cada dominio y lugar, el 'Sol Central' es simplemente el núcleo de la Vida-Electricidad Universal, el reservorio en cuyo interior se enfoca esa radiación divina ya diferenciada al principio de cada creación. Aunque todavía en un Laya o condición neutra, sin embargo es el único centro atractor de Vida como también aquél que siempre está en irradiación" (negritas añadidas). 

El lector cuidadoso también habrá notado la implicación hecha por Blavatsky de que existe una conexión vital entre el “Sol Espiritual Central” y la Vía Láctea.

Más específicamente, “un cuerpo central en la Vía Láctea, un punto invisible y misterioso que es el centro de atracción siempre oculto” y asimismo representa el sitio de enlace con ese “foco” igual o más misterioso de RADIACIÓN DIVINA.

¿Y qué es ese "cuerpo central" o "punto" al interior de la Vía Láctea? La ciencia sostiene que ésta "orbita alrededor de un núcleo llamado Centro Galáctico con un 'agujero negro supermasivo' en su centro llamado Sagitario A*". Si las ciencias exotérica y esotérica pudieran trabajar unidas, se llegarían a muchos descubrimientos complementarios y notables.

Fue sólo en la década de 1960 que los astrónomos comenzaron a sospechar que la Vía Láctea en realidad es una formación en espiral o "galaxia espiral barrada", lo cual actualmente es de conocimiento común.

El verso 4 de la quinta Estrofa en el volumen 1 de "La Doctrina Secreta" (publicada en 1888) dice que "Fohat [la Esencia de la Electricidad Cósmica] traza líneas espirales" y en "The Secret Doctrine Dialogues" Blavatsky declara:

Todo avanza de forma espiralada por ley, nunca en línea recta (…) No hay nada en este mundo que proceda de una manera que no sea en espiral, o en modos parecidos, pero jamás en línea recta” (p. 358).

Esto puede ser la razón por la cual en el segundo tomo de "La Doctrina Secreta" (p. 356) su autora señala que “la Luz Astral, la Vía Láctea y también el camino del Sol hacia los trópicos de Cáncer y Capricornio, así como los círculos del año Sideral o Tropical, en sentido figurado siempre se llamaron 'Serpientes' en la fraseología alegórica y mística de los Adeptos".


PLÉYADES


“Estas Pléyades son las constelaciones más ocultas que existen (…) Son muy secretas porque también están conectadas con todos los Rishis y tienen un intercambio de pensamiento con ellos” 
(H.P. Blavatsky, "The Secret Doctrine Dialogues", p. 319-320).

"¿Podrás detener las dulces influencias de las Pléyades, 
o desatar las ligaduras de Orión?" 
(Job, 38:31).

No sería exagerado decir que el Movimiento Nueva Era enloqueció con una gran cantidad de afirmaciones fantásticas y a menudo absurdas y ficticias sobre las Pléyades. En nuestro tiempo, su significado esotérico se hizo conocido por primera vez a nivel público gracias a H.P. Blavatsky y principalmente en los dos volúmenes de su obra principal "La Doctrina Secreta".

Desde entonces, miles de escritores han sostenido muchos más aspectos sobre este tema, incluyendo el caso de Alice Bailey cuyo trabajo desaprobamos por razones claramente explicadas en “¿Maestro del Tíbet o sacerdote cristiano?

El objetivo de este escrito es mostrar exactamente lo que sostienen las enseñanzas originales de la Teosofía acerca de las Pléyades.

En primer lugar sería conveniente explicar que existe una constelación llamada Ursa Major, también conocida como "Osa Mayor" y "Arado", y en India se la denomina "Saptarishi", que significa "Siete Rishis", donde el término sánscrito "Rishi" quiere decir “sabio” o “santo” y se compone de siete estrellas brillantes.

Estos Saptarishis tienen una conexión con las Pléyades, tanto en la mitología hindú como en el esoterismo. También llamadas "Siete Hermanas", éstas son un cúmulo de estrellas ubicadas en la constelación de Tauro y aunque tienen varios miles de luceros, se sostiene que son seis de brillo particular y un séptimo está oculto o no es visible físicamente.

En "La Doctrina Secreta" H.P. Blavatsky y sus Maestros explican:

“En cuanto a la misteriosa constelación de los Siete Rishis en el gran Oso, si Egipto los hizo sagrados para Tifón, 'la madre biológica más antigua', la India ha conectado todos estos símbolos hace varias edades con la época o revoluciones Yuga y los Saptarishis están íntimamente relacionados con nuestra era actual o Kali Yuga de Oscuridad".

Blavatsky continúa diciendo que en el Bhagavata Purana, también llamado Shrimad Bhagavatam, el "gran Círculo del Tiempo" se representa como una tortuga y "los Siete Rishis a través de sus entrañas".

"(…) son los Siete Rishis quienes marcan el tiempo y la duración de los eventos en nuestro ciclo de vida septenario. Son tan misteriosos como sus supuestas esposas, las Pléyades, de las cuales sólo la que se esconde ha demostrado ser virtuosa. Las Pléyades (Krittika) son las cuidadoras de Karttikeya, el dios de la guerra (Marte para los paganos occidentales) que se llama 'Comandante de los ejércitos celestiales' o más bien de los Siddhas (traducidos como 'Yogis en el cielo' y 'Santos Sabios en la tierra') o 'Siddha-sena', que haría a Karttikeya idéntico con Miguel, el 'líder de las huestes celestes' y un Kumara Virgen como él mismo. Realmente éste es el 'Guha', el misterioso, tanto como lo son los Saptarshis y Krittika (siete Rishis y las Pléyades) puesto que la interpretación de todos ellos combinados revelan al adepto los más grandes misterios de la naturaleza oculta” (vol. 2, p. 549).

También encontramos lo siguiente en la página 551:

"Las Pléyades son el grupo primario del sistema de simbología sideral. Están situadas en el cuello de la constelación de Tauro, considerado (…) en la Cábala y el esoterismo oriental como el septenado sideral nacido de la primera cara manifestada del triángulo superior, el △ oculto. Dicho costado es Tauro, el símbolo del UNO (figura 1) (…) Así, las Pléyades (especialmente Alcyone) se consideran incluso en astronomía como el punto central a cuyo alrededor gira nuestro Universo de estrellas fijas, el foco desde y en el cual funciona incesantemente el aliento divino o MOVIMIENTO durante el Manvantara”.

En otras partes de "La Doctrina Secreta" hay más revelaciones tales como:

"Astraea es Virgo, la constelación zodiacal. Astronómicamente tiene una denotación muy clara y que da la Clave al significado oculto. Pero esta constelación es inseparable de Leo, el signo que la precede, y de las Pléyades y sus hermanas las Híades en donde Aldebarán es el brillante líder. Todos ellos están relacionados con las renovaciones periódicas de la Tierra y con respecto a sus continentes, incluyendo Ganímedes, quien en astronomía es Acuario” (vol. 2, p. 785).

"Como todos sabemos, las Pléyades son las siete estrellas situadas más allá del Toro que aparecen a principios de primavera. Tienen un significado muy oculto en la filosofía esotérica hindú y están conectadas con el sonido y otros principios místicos en la naturaleza” (vol. 1, p. 648).

"De nuevo, el número siete está estrechamente relacionado con el significado oculto de las Pléyades, aquellas siete hijas de Atlas, 'seis visibles y la séptima oculta'. En India están asociadas con su vástago, el dios de la guerra llamado Karttikeya. Son estas estrellas (Krittika en sánscrito) que dan ese nombre al dios, porque astronómicamente Karttikeya es el planeta Marte" (vol. 2, pág. 618-619).

William Q. Judge, el colega más cercano y confiable de H.P.B., escribió esto poco después que ella muriera:

"Dirigiéndome a quienes saben y creen que H.P.B. estuvo todo el tiempo en comunicación con los Maestros durante sus retiros en algún lugar del mundo, puedo decir que entre ellos se realizó una serie de consultas serias sobre lo que debería abordarse en La Doctrina Secreta, y se dijo claramente que el libro se compondría de tal manera que obligara al estudiante serio a desenterrar muchas verdades profundas que en una obra moderna se anunciarían específicamente e incluirían en el curso regular. También y de la misma fuente, se dijo que en esta época -siendo una transición en todos los aspectos- las revelaciones completas no eran para la generación actual; pero era suficiente que se distribuyera claramente de la manera descrita para que sea una revelación de manera sustancial. Entonces, todos los estudiantes de voluntad fervorosa harán bien en no pasar por alto las páginas de cualquier parte de ese libro" ("About The Secret Doctrine", p. 90-91, del libro "Reminiscences of H.P. Blavatsky and The Secret Doctrine" de la Condesa Wachtmeister).

Entonces, ¿qué podríamos "desenterrar" cuidadosamente a partir de estas declaraciones?

*Los Saptarishis (Osa Mayor) están asociados con los Ciclos del Tiempo y especialmente conectados con el Kali-Yuga, la Edad Oscura actualmente en curso para nuestro planeta y se simbolizan yaciendo "a través de los lomos" del Círculo del Tiempo, lo que sugiere una posible conexión con la acción sexual o generativa.

*Aunque el hinduismo establece un vínculo entre las siete estrellas de la “Osa Mayor" y los siete grandes Rishis o seres iluminados que aparecen periódicamente en nuestro planeta para ayudar y enseñar a la humanidad, la Teosofia no afirma que tal conexión sea el caso realmente pues Blavatsky dice que los llamados "Saptarishis" son "misteriosos" y no revela más información.

*En nuestro articulo “¡Cuidado con los Rishis estelares!” mostramos cómo H.P.B. advirtió: "No son teósofos aquéllos que se separan de nuestros Mahatmas humanos y vivos para caer en los Saptarishis (Rishis Estelares)” (“She Being Dead Yet Speaketh") y Judge sobre esto explicó: “Como Blavatsky deseaba dar a entender, los Saptarishis constituyen una clase muy avanzada de elementales que a veces pueden comunicarse con el hombre y por su aparente conocimiento le hacen suponer que son seres espirituales elevados (…) al comunicarse con ellos uno se desvía de la línea normal del desarrollo humano” (“William Q. Judge Theosophical Articles”, vol. 2, p. 488-489). No está claro si los "Saptarishis" referidos por H.P.B. y W.Q.J. están realmente conectados con la llamada constelación homónima, pero de cualquier manera es evidente que la Teosofía no equipara a esta última con una característica de naturaleza puramente espiritual y benéfica.

*De las “Siete Hermanas” taurinas, “sólo la que permanece oculta ha demostrado ser virtuosa”. En la mitología griega antigua los nombres de estas hermanas eran Alcyone, Maia, Electra, Taygeta, Astérope, Celaeno y Mérope, y que la invisible de acuerdo a las leyendas es Electra o Mérope. Sin embargo, en la página 785 del segundo volumen es Alcyone (la estrella más brillante en las Pléyades) la que tiene mayor importancia oculta.

*La constelación de Tauro se describe como "la primera cara manifestada del triángulo superior, el △ oculto", el "triángulo superior oculto" que se refiere presumiblemente al Logos, lo cual demuestra la gran relevancia esotérica de este segundo signo zodiacal.

*Las Pléyades nacen de Tauro, y son estas estrellas, especialmente Alcyone, que representan el "punto central" a cuyo alrededor gira nuestro Universo manifestado. En el inicio de "La Doctrina Secreta" (vol. 1, p. 43) se dice que "la aparición y desaparición del Universo se representan como inhalación y exhalación del Gran Aliento Eterno y que siendo Movimiento es uno de los tres aspectos de lo Absoluto, y los otros dos son el Espacio Abstracto y la Duración. Cuando se proyecta este Gran Aliento, se le llama Respiración Divina y es considerada como la respiración de la Deidad Desconocida, la Existencia Única que exhala un pensamiento, y por así decirlo se convierte en el Kosmos. Así también sucede cuando el Aliento Divino se inspira nuevamente y el Universo desaparece en el seno de la Gran Madre que luego duerme 'envuelta en sus ropas invisibles'”. Y nuevamente las Pléyades (en particular Alcyone), son "el foco" mediante el cual trabaja este "Aliento Divino" durante el período de manifestación Universal.

*Las Pléyades están “vinculadas con el sonido y otros principios místicos en la naturaleza", incluyendo “las renovaciones periódicas de la Tierra, en particular sus continentes", y por lo tanto con las diversas razas sucesivas.

*En cierto sentido Marte es hijo de las Pléyades y ejerce una influencia misteriosa sobre Sabios y Adeptos, y en la Ciencia Esotérica generalmente los nombres de los siete planetas sagrados no se refieren principalmente al cuerpo planetario físico o visible, sino a una de las Siete Jerarquías de Dhyani Chohans (seres celestiales) en particular que está especialmente asociada con ese planeta. Por esa razón Blavatsky habla de Marte como el "Kumara virgen".

*Cuando se comprende correcta y completamente la "combinación" de las Pléyades, los Saptarishis, la Osa Mayor y Marte, esto "revelará al adepto los mayores misterios de la naturaleza oculta".

Nótese que dice “revelar a los Adeptos" y no al estudiante de Teosofía ni a la persona inquisitiva interesada en esoterismo, y ni siquiera a quienes se convierten en discípulos o chelas de esos Iniciados.

Sólo el Adepto es quien está capacitado para recibir la Verdad total y tiene derecho a saberla con respecto a estos y muchos otros asuntos. A algunos les parecerá que sólo se ha divulgado una cantidad muy mínima de información sobre dichos temas en "La Doctrina Secreta", pero "todos los verdaderos teósofos" (las únicas personas a quienes Blavatsky dedicó el libro) se sienten sinceramente agradecidos por lo que se ha otorgado desde "la Doctrina Arcaica Secreta" en sí, y que como se dijo en la Introducción, saben que "tomará siglos antes de que se dé mucho más" (vol. 1, p. xxxviii).

Muchos sistemas pueden autoproclamarse como "Astrología Esotérica", pero de acuerdo con los grandes Maestros que dieron la Teosofía al mundo, dicha Ciencia genuina "permanece hasta nuestros días (…) como un conocimiento secreto en Oriente" ("The Theosophical Glossary", p. 38, entrada para "Astrology"), pues Ellos sostienen que “la astrología se basa totalmente en esta conexión mística e íntima entre los cuerpos celestes y la humanidad y es uno de los grandes secretos de la Iniciación y los misterios ocultos” ("La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 500).


SIRIO


Ésta es la estrella más brillante en el cielo nocturno y la ciencia moderna establece que Sirio tiene el doble del tamaño del Sol y es veinticinco veces más luminoso que él.

A menudo se le llama "Estrella del Perro" debido a su posición de prominencia en la constelación llamada Can Mayor. Asimismo, la ciencia sostiene que se está acercando a nuestro Sistema Solar, lo que significa que devendrá más brillante para nosotros de forma paulatina.

Helena Blavatsky escribió y explicó muy poco acerca de Sirio en comparación con otros “maestros teosóficos" como A. Bailey cuya obra rechazamos por completo como ya se anticipó. Esto no significa que Blavatsky supiera poco al respecto, sino que sólo se le permitió revelar una mínima información al respecto por instrucción de los Adeptos e Iniciados del Este a quienes se refería como los Maestros.

Sus declaraciones clave sobre este tema son las siguientes:

"Sirius fue llamado 'Estrella del Perro', siendo la lumbrera de Mercurio o Budha, llamado el gran instructor de la humanidad antes que otros Budas” ("La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 374).

"En egipcio, Sothis o 'estrella del perro', adorada en Egipto y venerada por los ocultistas; por los primeros porque su ascenso heliacal con el Sol era una señal para la inundación benéfica del Nilo, y por los segundos porque está misteriosamente asociado con Thoth-Hermes, dios de la sabiduría, y con Mercurio en otra forma. Así, Sothis-Sirio tuvo y aún ejerce una influencia mística y directa sobre el conjunto del cielo vivo y está conectado con casi todos los dioses y diosas (…) está directamente relacionado con el anillo 'No-Se-Pasa' (…) Por tanto, al estar vinculado con la Pirámide, Sirio tenía lazos con las iniciaciones que tuvieron lugar en ella (…) En resumen, todas las religiones no se derivan de Sirio o la estrella del perro, como el egiptólogo francés Dufeu trató de demostrar, sino que Sirio-Sothis ciertamente se encuentra en relación con todas las religiones de la antigüedad” ("The Theosophical Glossary", p. 300, entrada para "Sirio").

Hay varios aspectos para considerar en la entrada del "Glosario":

(1) Sirio es "venerado por ocultistas".
(2) Tiene “una influencia mística y directa sobre el conjunto del cielo vivo".
(3) Está relacionado con las iniciaciones que tienen lugar aquí en la Tierra.
(4) Sirio está "directamente conectado" con lo que se conoce en la Doctrina Esotérica de los Maestros como "el Anillo No-Se-Pasa".

(5) También posee una misteriosa asociación con Mercurio; no sólo el planeta de ese nombre, sino también la Sabiduría Divina que representa y con la cual está vinculado de forma oculta.

En el quinto punto es interesante observar que H.P.B. en su artículo "The History of a Planet", que trata sobre Venus, también se menciona al planeta Mercurio al cual llama "el doble de Sirio en nuestro Sistema Solar".

En cuanto al “Anillo No-Se-Pasa”, también llamado "Gran Círculo Infranqueable y Dhyanipasa, la "cuerda de los Ángeles", se trata principalmente en las páginas 90 y 130-135 del volumen 1 de "La Doctrina Secreta". Se dice que éste es la "cuerda" invisible (en sentido figurado) que sirve de frontera o delimitación entre el mundo de la materia y el del espíritu puro, entre lo finito y lo verdaderamente INFINITO. Es establecido por los Lipika (seres celestiales elevados) y hasta el Pralaya Universal, es decir, cuando todo el ciclo de vida del Universo alcanza su inevitable fin periódico, y son ellos los únicos que pueden cruzar su "línea prohibida". Hasta entonces, en el “Gran Día de 'Sé con Nosotros'" cuando todo se absorbe en el estado de Parinirvana ningún humano, deva o Dhyani-Chohan puede cruzarlo, “ni siquiera en espíritu".

Ese concepto también se halla conectado de alguna manera con los números 31415, el valor matemático de π o "pi".

“El ocultista semi-iniciado se representará en este punto laya como existente en algún plano que, si no es físico, todavía es concebible para el intelecto humano, pero el íntegramente iniciado sabe que el anillo 'infranqueable' no es una localidad ni puede medirse por la distancia, sino que existe en la absolutidad del infinito. En este 'Infinito' del Iniciado total no existe altura, ancho ni grosor, sino que todo es una profundidad insondable que va desde lo físico hasta 'más allá de lo parametafísico'. Al usar la palabra 'abajo' se entiende como profundidad esencial -'en ninguna parte y en todas partes'-, no la profundidad de la materia física” ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 131).

Incluso lo poco que se puede mencionar al respecto muestra que realmente desafía la cotidianidad verbal, pero se nos dice que Sirio está directamente conectado con ello.