8 de enero de 2024

Inversiones polares y catástrofes geológicas (10 de 12)

David Pratt 
Enero 2000, enero 2024


Contenido:

05. Los zodíacos de Dendera


05. Los zodíacos de Dendera

El templo egipcio de Dendera, en la orilla occidental del Nilo, está dedicado a la diosa Hathor y contiene un mapa celeste o "zodíaco" rectangular y otro circular. Éste último, con 2,5 mts. de diámetro, es un bajorrelieve sobre dos bloques areniscos de 90 cms. en espesor, que formaba parte del techo de una capilla consagrada a Osiris en la planta cubierta del edificio. Se trata de una proyección planisférica de muchas constelaciones, incluidas las doce zodiacales. El burilado verdadero fue desprendido por un coleccionista francés de antigüedades en 1821 y luego se reemplazó por una copia de yeso; no obstante, el original se exhibe ahora en el Museo del Louvre. Entretanto, el zodíaco rectangular, también en bajorrelieve, se encuentra en el techo de la sala hipóstila principal y representa las constelaciones homónimas y otros objetos astronómicos en forma consecutiva. Los mapas causaron gran polémica, siendo "traducidos" de muy diferentes maneras, y es probable que estuvieran destinados a registrar más de una fecha importante.

El actual sitio de Dendera se remonta al siglo I a. de C., es decir, el período ptolemaico tardío, y fue concluido por el emperador Tiberio (mandato del 14 al 37 d. de C.) quien ordenó añadir el pórtico que contiene el zodíaco circular. Sin embargo, el templo se apoya en los cimientos de edificios anteriores que, según una inscripción, datan de la época predinástica (1).

Fig. 1. Techo que alberga el zodíaco circular, dibujado por Jean-Baptiste Jollois y René Edouard Devilliers (www.lindahall.org), y esta versión es más exacta que la realizada por Vivant Denon en 1799, unos meses antes. El firmamento está representado por un disco sostenido por cuatro sacerdotisas y cuatro pares de dioses con cabeza de halcón. En torno a la circunferencia se encuentran los 36 decanatos (grupos de estrellas cerca de la eclíptica), que se utilizaban como reloj estelar.

Fig. 2. Parte central del zodíaco circular (http://cartelen.louvre.fr).

La hipótesis general es que los asterismos en ambos diseños son de origen griego-babilónico, porque no se encontraban en Egipto antes que la zona fuera sometida por Alejandro Magno en 332 a. de C. (2). Si bien dichos grupos estelares se parecen comúnmente a las formas artísticas de aquellas culturas, ciertos rasgos fueron "egipcianizados"; por ejemplo, Acuario se simboliza como Hapi, dios de la inundación del Nilo, vertiendo agua desde dos jarrones. Asimismo, las figuras no muestran ningún vínculo con su tamaño real en el cielo.

Hay pruebas convincentes e ignoradas por ortodoxos de que los antiguos egipcios -o al menos las personas más cultas entre ellos- conocían el zodíaco "moderno" miles de años previos a su teórica "invención", y también los ciclos equinocciales mucho antes que Hiparco les (re) descubriera en el siglo II a. de C. Los lapsos y fechas de pleitesía al toro (Apis) y luego al carnero (Amón) en el Egipto dinástico corresponden a las edades de Tauro y Aries, mientras que el período predinástico estuvo dominado por el dios y la diosa gemelos Shu y Tefnut, atañente a la Era de Géminis; igualmente, en esa época había un reino del norte y otro al sur, cada uno con dos ciudades principales. En el quinto milenio a. de C. el ascenso helíaco de Sirio tuvo lugar en Virgo, y Schwaller de Lubicz dice que por ello el astro fue identificado con Isis, siendo conocido como "el gran proveedor". En el Egipto dinástico, el Sol siempre estaba en Leo para el orto helíaco, que marcaba el principio de las inundaciones del Nilo. Lubicz sostiene que por ese motivo y desde el Imperio Nuevo (que comenzó alrededor de 1550 a. de C.), las gárgolas en los templos fueron talladas con cabezas de león (3). Robert Bauval demostró que los egipcios representaban a Leo como un gran felino salvaje desde el mismo periodo (4), y la Esfinge -que probablemente tiene decenas de miles de años- fue esculpida con cuerpo de león y rostro femenino, por lo cual algunos piensan que encarna los sectores astrológicos quinto y sexto (5).

Tras descubrirse los zodíacos en Dendera bajo la campaña de Napoleón a fines del decenio de 1890, algunos eruditos franceses plantearon que las obras podrían tener 15.000 años o más, epitomando incluso mayor antigüedad que el mundo según la cronología bíblica, y otros pensaron que no databan más allá del 2500 a. de C. Champollion, quien estuvo cerca de descifrar los jeroglíficos egipcios, creía en su momento que el diseño circular había sido esculpido durante la era ptolemaica. En 1825 John Bentley argumentó que los zodíacos eran "ni más ni menos que el calendario para el año 708 de Roma [46 a. de C.], traducido a jeroglíficos" (6).

El eje del templo moderno está alineado con la ascensión helíaca de Sirio el 16 de julio del 54 a. de C., a la vez que ciertas estructuras aledañas lo hicieron unos 1200 años antes, bajo el gobierno de Ramsés II (7). En los años '90, la egiptóloga Sylvie Cauville y el astrofísico Éric Aubourg fecharon el mapa circular entre junio y agosto del 50 a. de C., poco después de iniciarse el reinado de Cleopatra, y basados en un ordenamiento que muestra cinco planetas, el cual ocurre aproximadamente una vez cada mil años. Declaran que aquéllos se exhiben en los asterismos donde se formaron sus conjunciones/oposiciones más recientes, antes que el zodíaco fuera concebido. El cálculo quedaría confirmado por dos eclipses en esa carta pétrea: uno solar del 7 de marzo del 51 a. de C. y otro lunar el 25 de septiembre del 52 a. de C. El primero se representa por un círculo que encierra a Isis sosteniendo un babuino por la cola, y el segundo mediante un "ojo de Horus" al interior de otro redondel (ver fig. 3: la Luna se encuentra bajo Piscis y encima se halla dicho emblema místico) (8).

Fig. 3. Zodíaco circular en Dendera. Las 12 constelaciones se muestran en verde y los cinco planetas (dioses sosteniendo bastones) en azul. El etiquetado de las mismas es de Aubourg, quien admite el carácter pro tempore para algunas.

Lubicz determina que el zodíaco circular marcaba tres fechas relevantes, asociadas con las tres últimas eras astrológicas (fig. 4) (9):

-Una línea perpendicular al eje del templo corre entre el final de Aries y el comienzo de Piscis, indicando la posición del equinoccio en la centuria I a. de C., o época en que se construyó el santuario y el mapa zodiacal fue esculpido. El polo celeste se emplazó en una de las garras del chacal Anubis (Osa Menor), al tiempo que el eclíptico está en el pecho de Apet (Draco) o hipopótamo hembra.

-La verdadera línea este-oeste atraviesa Aries, mostrando el punto del equinoccio durante el apogeo del culto al carnero Amón. Este tramo pasa por las dos secciones donde se cruzan los círculos (de igual radio) dibujados en torno a los polos celestes y eclípticos (10).

-Un tercer plano equinoccial, exhibido por los jeroglíficos E y O en el exterior del disco, pasa entre Géminis y Tauro consignando la fecha de fundación del imperio, el comienzo de oficios divinos destinados al buey Apis y el uso del nuevo calendario, alrededor del 4240 a. de C.

Fig. 4. Examen del zodíaco circular por Schwaller de Lubicz (1998, p. 489).

Fig. 5. Zodíaco circular de Dendera (Bentley, 1825, lámina VIII). Algunas figuras están mal dibujadas.

Fig. 6. Zodíaco rectangular en Dendera (Bentley, 1825, lámina VII). Los paneles izquierdo y derecho están en lados opuestos de la sala hipóstila, a unos 35 mts. de distancia, y la fila pedánea de ambos muestra los 36 decanatos en barcos solares. Como se aprecia, las figuras miran a los pies de la diosa Nut. En el zodíaco real, todas aquéllas de la derecha apuntan a su cabeza; en otras palabras y al igual que Denon, Bentley invierte su orientación.

Fig. 7. Dibujo más preciso por Jollois y Devilliers, con los personajes derechos mirando en sentido correcto.

A principios del siglo XIX, Charles Dupuis creía que el diseño rectangular se originó hacia el 13.000 a. de C., suponiendo que el solsticio de verano ocurría en Capricornio, uno de los cuatro extremos del zodíaco (11). Sampson Arnold Mackey postuló que ese asterismo se encuentra en la "parte superior" de igual artesanía, mientras que Cáncer brota como dos dibujos separados en la "inferior", connotando así que el arribo del invierno (cuando el Sol llega a su punto más bajo en el cielo) ocurrió en el grado 15 del Cangrejo hace poco más de 16.000 años (12); dicho de otra forma, adscribió aquellas zonas del "planisferio" a la cabeza y los pies de Nut, respectivamente. Sin embargo, los egipcios decían que ésta "se encorvaba sobre la tierra" con su testa y boca al oeste, y los genitales y la parte baja del cuerpo hacia el punto contrario; asimismo daba origen al Sol, la Luna, los planetas y estrellas "devorándoles" más tarde en el horizonte occidental. El escarabajo (a veces alado) representaba al dios-Sol Khepri (Kheper/Khepera) y especialmente el amanecer del Astro Rey. Uno o más de estos insectos, figurando el renacimiento, suelen estar cerca de los pies de Nut y en ocasiones próximos a la cabeza. En algunas cubiertas de ataúdes del período grecorromano vemos no sólo a dichas criaturas vinculadas con Nut, sino también las 12 constelaciones donde Cáncer es simbolizado por un crustáceo (13).


Fig. 8. Dos detalles del zodíaco rectangular: a) escarabajo y b) cangrejo.

Los cangrejos tienen diez patas y los escarabajos ocho. En el zodíaco circular, el cuarto signo está claramente delineado por uno de los primeros, y si observamos el panel izquierdo del esculpido rectangular, cerca de los pies de Nut hay un escarabajo con un ala (foto 8), al igual que los orbes solares junto a su boca. La posición de aquél coincide con la del Sol próximo a los pies en el sector derecho, y ellos simbolizan a nuestra estrella principal que sale del "regazo" de Nut. A menudo se afirma que la criatura del lado derecho es un coleóptero -justo bajo el orbe solar-, pero Buchwald y Josefowicz dicen que es un artrópodo (14); ciertamente posee su anatomía, y a diferencia del insecto, mira aproximadamente en la misma dirección que las otras constelaciones del zodíaco en aquella área. Como muestra la figura 8b, algunas de sus patas se ven muy estilizadas formando semicírculos, y si cada uno de éstos se interpreta como dos limbos, entonces sería un cangrejo. Dado que el diseño rectangular no contiene otra representación de Cáncer, pareciera que uno o ambos dibujos zoomorfos deben simbolizarlo, además de cualquier otro trasfondo que puedan contener.

Es comprensible que Mackey y otros consideraran que Cáncer estaba "dividido cerca de su mitad", pero es más probable que sólo el cangrejo designe a la cuarta casa, de modo que habría seis constelaciones en cada panel del zodíaco, donde el artrópodo ocuparía un lugar único. Esto podría deberse a que la obra señala un momento en que uno de los solsticios o equinoccios se encontraba en dicho asterismo; por ende, falta precisar cuál de ellos era y en qué grado de Cáncer se produjo. Si elegimos el solsticio de invierno como Mackey, el grado 15 representaría un periodo cercano a 16.300 años atrás; si nos decantamos por la primavera, el tiempo llega a 9800 años, y en el verano equivaldría a 3300. Si el punto equinoccial o solsticial estuviera justo entrando en Cáncer, entonces los tramos cronológicos se retrasarían en 1080 años.

Otra teoría refiere al ascenso helíaco de Sirio, que marcaba el comienzo del año egipcio (celebrado en Dendera) y la inundación del Nilo, un acontecimiento vital para el sustento del antiguo Egipto. Coincidió aproximadamente con el solsticio de verano a lo largo de la historia dinástica, y ocurrió en Leo hasta alrededor del 500 a. de C. cuando pasó a Cáncer (15). En el zodíaco rectangular (fig. 9), junto a la cabeza de Hathor (bajo el orbe solar cerca del crustáceo), vemos en el área cimera un personaje que vierte agua con sus manos (que se interpreta como "riada"), y un vacuno recostado con una estrella entre los cuernos que representa a Sirio. En el panel inferior, al lado del Sol, hay un pequeño barco transportando una flor de loto de donde emerge una serpiente, metáfora para el nacimiento del Sol en Año Nuevo, y aquel flósculo era el primer objeto aparecido en las "aguas míticas" durante la creación del mundo.

Fig. 9. Parte del zodíaco rectangular.

Mackey pensó que los zodíacos en Dendera comportaban una antigüedad mucho mayor a 16.000 años, pero los argumentos no convencen (16). Según su texto, el esquema rectangular connota el traslado de polos geográficos al plano de la eclíptica (es decir, una inclinación de 90°) que ocurrió por última vez hace más de 400.000 años, y el circular mostraría la coincidencia de ambos pares (ángulo de 180° ó 0°) hace 540.000, cuando el eje de la Tierra estaba invertido. Además, ciertos rasgos zodiacales indican que estos lugares de polos se repitieron tres veces, aludiendo a las representaciones de Leo y Virgo; por tanto, los esquemas de Dendera ilustraban 3,5 millones de años, tiempo en que los polos se situaron "tres veces dentro del plano de la eclíptica". Es interesante observar que, además de referirse a Mackey como "el Edipo que había comprendido el enigma de los zodíacos", Blavatsky comentó: "Sobre el zodíaco de Dendera tal y como lo conservan los modernos adeptos egipcios-coptos y griegos, y explicado de manera un tanto diferente por Mackey..." (17).

Fig. 10. Otra parte limpia del techo, sala hipóstila principal, Templo de Hathor (en.wikipedia.org).

El león que simboliza la quinta casa astrológica es visible tanto en el zodíaco circular como rectangular (fig. 5, n° 36/imagen 6, n° 61). Mackey, al igual que Bentley, creía que el primero contiene un "segundo Leo", es decir, la criatura parecida a un felino de lengua salediza (n° 65 en la figura 5, pero más clara en foto 3), y su cola hacia el lomo indicaría que ésta y todas las demás constelaciones se habían invertido. Dicha figura añadida, y las dos en cada flanco, se vinculan hoy con Centauro y Lupus (figura 3) que coinciden con sus posiciones bajo Libra y Virgo (18).

Mackey escribe que en el plano rectangular "vemos tres Vírgenes entre el León y la Balanza, la última de las cuales tiene en su mano una espiga de trigo". El sexto asterismo es reconocible, pero ¿dónde están los otros dos?

Fig. 11. Las "tres vírgenes" de Mackey (19).

El autor se equivoca al pensar que también son "Virgo" los dos símbolos femeninos con una estrella en sus cabezas (fig. 6, nos. 65 y 66), vistas a la derecha de la constelación verdadera y sosteniendo ramas (n° 67). Puede distinguirse un total de 24 figuras análogas en el zodíaco rectangular, generalmente junto a una tablilla (nos. 1, 10, 11, 15, 19, 26, 27, 34, 35, 43, 45, 49, 59, 65, 66, 72, 73, 78, 79, 88, 89, 93, 99, 102; algunas están mal dibujadas en ilustración 6). Representan las 24 horas del día y la noche, y son un rasgo común del arte astronómico del antiguo Egipto, especialmente bajo el período grecorromano.

Según Mackey, también en el diagrama circular "hay tres vírgenes que personifican los tres decanatos en que se dividió cada signo del zodíaco. Pero aquí, la primera aparece con un Niño en su regazo" (20). Nuevamente, son notorias dicha "madre" -que a buen seguro no pretende representar a Virgo (21)- y la sexta casa (nros. 53 y 56 en figura 5), pero ¿dónde se halla el tercer homólogo? La figura 12 es del propio autor para el zodíaco circular (22), y dice que el personaje con guadaña (fig. 5, n° 59) alude a Boötes, situado entre la mujer con un niño y Leo, por cuanto el único emblema para la "tercera Virgen" se encuentra a la izquierda de Virgo empuñando trigo (fig. 5, n° 60); no obstante, su taparrabo indica que es un hombre, tiene cabeza animal y los egiptólogos le identifican como Saturno ("Horus el Buey") (23).

Fig. 12. ¿Tres "Vírgenes" más?

Volviendo al diseño rectangular, hay dos dibujos a la izquierda de Leo en el área descompuesta del panel (figuras 6 y 13). El zodíaco redondo exhibe al mismo pisando un ofidio (fig. 5, n° 46) y detrás hay una mujer con mayal, de pie y sosteniendo su cola (n° 47, pero mal dibujada (24); ver fig. 3 y 13), traducida en ocasiones como "segundo Virgo" (25), y también hay un ave sobre la misma serpiente (los tres se repiten en fig. 6, n° 61). El reptil correspondería con Hydra y el ave a Corvus, ambos reconocidos por babilonios, griegos y romanos.



Fig. 13. De arriba abajo: detalles del esquema circular por Denon, Bentley y una versión más exacta.


Fig. 14. Leo en el zodíaco rectangular.

Fig. 15 (línea roja: eclíptica/Stellarium). 

La constelación moderna de Virgo, que se extiende por la eclíptica en más de 40°, es una combinación del Surco y la Fronda babilonios, o sus sectores oriental y occidental (respectivamente y en el croquis circular, la mujer con trigo -diosa de la cebada-, y la otra posterior a Leo cuya zona se ubicó entre Coma Berenices y la mitad poniente de Virgo). Un texto babilónico tardío le describe con una hoja de palma datilera en su mano derecha, pero una crónica neoasiria dice que su látigo "apunta hacia la cola del león" (26).

Mackey creía reconocer tres "Virgos" en los zodíacos de Dendera, pero sólo una de las identificaciones es correcta. Sin embargo, lo cierto es que la constelación homónima actual parece estar simbolizada por dos mujeres en ambas gráficas, si bien el escritor no estaba al tanto; además, desconocemos qué figura apareció en el tramo dañado del esculpido rectangular, en medio de los domicilios astrológicos quinto y sexto. Cualquiera que sea el caso, La Doctrina Secreta expone el comentario por Sampson de que en la misma obra "vemos tres Vírgenes entre el León y la Balanza" (27), y asimismo parece unir "tres Virgos" con fechas distintas:

a) Ciclos precesionales:

"'Isis-Osiris' reinó en Egipto antes que se pintara el zodíaco de Dendera en el techo del santuario, ¡y hace más de 75.000 años!" (28).

"(...) puesto que el zodíaco de Dendera muestra el paso de tres años sidéreos, la Gran Pirámide debió ser construida 78.000 años atrás" (29).

"(...) los egipcios tienen en sus zodíacos pruebas irrefutables de registros que abarcan más de tres años sidéreos y medio, o alrededor de 87.000 años" (30).

b) Tres inversiones axiales de 180°:

"(...) el zodíaco de Dendera (...) con sus misteriosos tres Virgos entre el León y Libra, ha encontrado a su Edipo [Mackey] quien comprendió el arcano de dichos signos, y justificó la veracidad de los sacerdotes diciendo a Heródoto que (...) incluso desde cuando se establecieron sus primeros registros zodiacales, los polos han estado tres veces dentro del plano de la eclíptica" (31).

c) Tres vuelcos de 360°:

"Las tres 'Vírgenes' o Virgo en posiciones diferentes, denotaban [para egipcios e hindúes] el registro de las tres primeras 'Dinastías divinas o astronómicas' que enseñaron a la Tercera Raza-Raíz; y tras abandonar a los atlantes en su desgracia, volvieron (o más bien redescendieron) durante la tercera subraza de la Quinta, para revelar a la humanidad salvada los misterios de su lugar de nacimiento, o los Cielos Siderales" (32).

Se pueden encontrar más detalles en el Apéndice 4. Además de Cáncer, Leo y Virgo, se ha especulado que otras constelaciones aparecen más de una vez en el zodíaco de Dendera, pero ninguna hipótesis es convincente.

En el plano circular (fig. 5) Géminis es el n° 35, y según Bentley también el 82 (33), pero al revisar las imágenes 2 y 3 sólo hay una persona representada que sería Cygnus/Lyra en la figura 3.

Aries está incluido en el esquema orbicular (fig. 5) y tiene el número 25, pero también hay un pequeño bovino bajo la pata delantera/muslo del Toro (Arado u Osa Mayor, es decir, sus siete estrellas más fulgurantes, n° 36), con la cabeza vuelta hacia atrás. Algunos investigadores lo llaman "león agachado" y sería parte del grupo de constelaciones autóctonas del norte de Egipto, pero Robert Bauval dice que la criatura "es muy similar al dibujo del Carnero que se muestra en los distintos zodíacos ptolemaicos, es decir, tiene patas delanteras de vacuno representadas como el Aries en Dendera (...) con la misma posición mirando hacia atrás" (figura 14) (34). Gavin White piensa que el animal es una oveja y corresponde al tipo babilónico, que probablemente encarnó una sóla estrella ubicada en el eje de Carro Mayor (35).

Fig. 16. Reproducción en mármol de un molde de yeso del zodíaco circular genuino (fotografía por Richard Fusniak; Museo Fitzwilliam, Cambridge, Inglaterra).

A principios del siglo XIX, un puñado de expertos consideró que los zodíacos podrían tener 15.000 años debido a ciertas constelaciones iteradas en un lapso de aproximadamente seis signos (36). Por ejemplo, en el diseño redondo (fig. 5) Acuario aparece con el número 10, y también 50 según cabe suponer, mientras que en la obra rectangular (fig. 6) tiene al 12 y quizá el 56 (las dos efigies supletorias se ven en la figura 17). Los dos planisferios celestes le muestran como "diosas entronizadas" -vistiendo tocados distintivos- sosteniendo un par de jarrones (de los que no sale agua); así, White cree que refieren a la estrella babilónica de Eridu, ubicada en la región que hoy circunscribe la popa de Argos; su salida anunciaba el fin de la sequía estival y la llegada de precipitaciones en otoño (37).


Fig. 17. Detalles de los zodíacos circular y rectangular.

Acerca del rectángulo que comporta líneas onduladas (fig. 5, n° 64) bajo las patas del León/Lupus/Centauro (n° 65), Bentley lo adscribe a Piscis y Mackey al Aguador (38); White declara que los tramos en zigzag son canales de riego pletóricos y constituyen la señal babilónica del Abismo o depósito subterráneo de agua dulce donde vivían Enki (dios de la sabiduría), múltiples seres fabulosos y los siete sabios que llevaron cultura a la humanidad antes del gran diluvio. En el zodíaco circular, la seña del Abismo bajo la criatura semejante a un león probablemente sea la Cruz del Sur, cuyas luminarias forman un "cuadrado". El símbolo también es evidente en la constelación de Piscis, donde representa las cuatro estrellas que forman el Cuadrado de Pegaso, conocido en astronomía babilónica como Campo. White añade que la marca del Abismo se utilizó junto con dicho asterismo cruciforme porque marcan el inicio de la temporada de lluvias y las crecidas fluviátiles, y asimismo al lado de Pegaso pues inauguraban el tiempo de inundaciones cuando los cultivos tenían su riego final (39).


Notas

1. John Anthony West, Serpent in the Sky: The high wisdom of ancient Egypt, Quest, 1993, p. 100-1.

2. White señala varios nexos cercanos entre las constelaciones de Dendera y lo que sabemos de la astrología babilónica. Cree que ésta última comenzó a organizar los grupos estelares en el quinto milenio a. de C., y a mediados del tercer milenio a. de C. casi la mitad de asterismos arcaicos se reemplazó por nuevas figuras debido a los cambios generados por la precesión de equinoccios (Gavin White, Babylonian Star-Lore: An illustrated guide to the star-lore and constellations of ancient Babylonia, Solaria Publications, 2da edición, 2008; "A new interpretation of the Dendera Zodiac", 2007, solariapublications.com).

Gary Thompson determina que no hay evidencia concreta de ningún conocimiento zodiacal en Egipto hasta el período griego/ptolemaico; la escritura cuneiforme mostraría que las doce constelaciones fueron establecidas por los babilónicos en el primer milenio (~750 a 450 a. de C.), y no hay pruebas de que éstos lo adoptaran de otro lugar ("Critique of Alexander Gurshtein's theory of constellation development", septiembre 2012, member.westnet.com.au).

3. R.A. Schwaller de Lubicz, Sacred Science: The king of Pharaonic theocracy (1961), Inner Traditions, 1982, p. 117-9, 176-7; R.A. Schwaller de Lubicz, The Temple of Man, Inner Traditions, 1998, p. 486-90; West, Serpent in the Sky, p. 98-100.

4. Robert Bauval, "The Lion (Leo) was known in the New Kingdom", 2002, robertbauval.co.uk.

5. R.H. Allen escribe: "(...) Plinio tiene autoridad para afirmar que los egipcios adoraban las luminarias de Leo, porque las crecidas del Nilo coincidían con el paso del Sol entre ellas. Por la misma razón se dice que la gran Androesfinge fue esculpida con el cuerpo de Leo y la cabeza del vecino Virgo, aunque los egiptólogos declaran que esta cabeza simbolizaba a uno de los primeros reyes o el dios Harmachis. Se hace una clara referencia a la quinta casa zodiacal en una inscripción de las paredes del Ramesseum en Tebas, que como otros templos del Nilo estaba adornado con el pelaje del animal" (Star Names: Their lore and Meaning (1899), Dover, 1963, p. 253, constellationsofwords.com). El zodíaco rectangular del santuario en Esna (ver nota 15) muestra una esfinge con anatomía felina y rostro de mujer; para la edad del monumento cercano a las pirámides, consúltese "Los misterios de Giza", parte 6).

6. J. Bentley, A Historical View of Hindu Astronomy (1825), Como Publications, 1981, p. 251-82. Blavatsky consigna: "Los europeos ignoran los verdaderos zodíacos de India, ni entienden los que ya conocen (véase a Bentley)" (La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 2:431).

7. Sylvie Cauville, "Le temple d'Isis à Dendera", Bulletin de la Société Française d'Egyptologie, n° 123, 1992, p. 31-48, www.sfe-egyptologie.fr.

8. Éric Aubourg, "La date de conception du temple d'Hathor à Dendera", Bulletin de l'Institut Français d'Archéologie, n° 95, 1995, p. 1-10, ifao.egnet.net; Jo Marchant, "Decoding the ancient Egyptians' stone sky map", New Scientist, 5 de julio de 2010 (newscientist.com). Cauville y Aubourg rechazan explícitamente el carácter simbólico de las posiciones planetarias, pero Gary D. Thompson comenta: "(...) parecen no estar conscientes de que los orbes en el planisferio están ubicados en sus puntos de exaltación ('hypsomata'), es decir, los signos en que se supone tienen facultades especiales. Esta es una tradición bien conocida en la astrología babilónica tardía y helenística" ("Late Egyptian constellations: Denderah zodiac", septiembre 2010, members.westnet.com.au).

9. De Lubicz, Sacred Science, p. 283-6; The Temple of Man, p. 486-90; West, Serpent in the Sky, p. 100-2; Peter Tompkins, Secrets of the Great Pyramid, Harper & Row, 1978, p. 169-75.

10. Tengamos en cuenta que la ubicación de Libra y especialmente de Cáncer es anómala (ver figura 4); éste último podría considerarse como el punto interior de una espiral disimétrica.

11. Jed Z. Buchwald y Diane Greco Josefowicz, The Zodiac of Paris: How an improbable controversy over an ancient Egyptian artifact provoked a modern debate between religion and science, Princeton University Press, 2010, p. 113. Otra posibilidad es que, en lugar de ser Capricornio donde aparecía el Astro Rey en el solsticio, constituya la zona donde se ocultaba, lo cual adelantaría la fecha unos 10.500 años (ibídem, p. 208).

12. Sampson Arnold Mackey, The Two Zodiacs of Tentyra, and the Zodiac of Thebes, Norwich, 1932, p. 15-7.

13. Antonios Goyios, "S.A. Mackey and the Dendera zodiacs", octubre 2009, blavatskyarchives.com.

14. Buchwald y Josefowicz, The Zodiac of Paris, p. 365.
15. Ibídem, p. 141-2, 196-7. Algunos han visto a Leo como la "primera" constelación en el zodíaco rectangular, y no Cáncer. Por ejemplo, a principios del siglo XIX Jean-Baptiste Caraboeuf (y otros) sostuvieron que ese diagrama muestra el solsticio de verano en Leo (próximo a Cáncer) y podría remontarse a mediados del tercer milenio a. de C.; la gráfica estelar en Esna señala el mismo fenómeno producido en Virgo, y por lo tanto pertenece a fines del quinto milenio a. de C., con tal vez mil años o más aparte. Se reconoció que el planisferio de Dendera pudo ser elaborado en la época griega, pero todavía alude a períodos mucho más antiguos (ibídem, p. 104, 109, 163-4). Joseph Fourier interpretó la obra rectangular en el sentido de que el ascenso helíaco de Sirio ocurrió en el límite entre Leo y Cáncer, que data en 2100 a. de C., y creía que el zodíaco en Esna fue concebido en 2500 a. de C. cuando dicha ascensión fue "patrocinada" inequívocamente por Leo. Estas fechas son correctas si consideramos la verdadera contingencia astronómica, pero no al ponderar lo que era visible desde el suelo, lo que obliga a tener en cuenta la refracción atmosférica, y esto adelantaría los tramos temporales unos 1500 años (ibídem, p. 196-200). 
El zodíaco de Esna se muestra a continuación (revisedhistory.org).


16. Sampson Arnold Mackey, Mythological Astronomy of the Ancients Demonstrated (1822/1823), Wizards Bookshelf, 1973, p. 2-6; The Two Zodiacs of Tentyra, and the Zodiac of Thebes, p. 15-21; S.A. Mackey, The Original Design of the Ancient Zodiacal and Extra-Zodiacal Constellations, Norwich, 1834, p. 21-2 (ver también Apéndice 6).

17. La Doctrina Secreta, 2:368, 432. Blavatsky comenta lo dicho por Sampson de que los éxodos y llegadas divinos apuntan al movimiento de constelaciones zodiacales en una época en que los polos de la Tierra estaban en el plano eclíptico: "Ésta es una explicación ingeniosa, aunque no del todo libre de herejía oculta" (2:358). Las apostillas dispersas de Mackey sobre los planisferios en Dendera son muy dudosas en ocasiones, si no totalmente erróneas. Afirmó que en el plano circular los asterismos se hallan sobre el ecuador, y coincidieron los polos eclípticos y geográficos, pero esto no recibe ningún apoyo por Schwaller de Lubicz.

18. Robert Bauval escribe: "Este 'león agazapado' en el zodíaco de Dendera, al estar bajo LIBRA, es quizás una protorrepresentación de la figura clásica del 'Centauro'" ("The Lion (Leo) was known in the New Kingdom", 2002, robertbauval.co.uk). En efecto, el dibujo se parece más a un león que un lobo o centauro, pero Lupus no fue reconocido hasta aproximadamente el siglo XVI. Los antiguos griegos le llamaban Therion, por recordarles un animal salvaje e ignoto, mientras que en Roma era la Bestia. Se lo delineaba atravesado en una larga estaca sostenida por la constelación adyacente de Centauro, hacia las estrellas de Ara (Altar), como si estuviera a punto de sacrificarlo. Hiparco cambió el nombre de algunos astros a Therion en el siglo II a. de C., y Ptolomeo lo bautizó con dicho nombre en el II d. de C. (ianridpath.com; topastronomer.com). Entre los árabes fue Lupus Al Asadah o Leona. Se cree que la constelación griega está basada en el asterismo babilonio Perro Loco, una criatura de cabeza y torso humanos, con patas y cola de león (constellationsofwords.com).

Gavin White opina que el distintivo leonino es la agrupación babilonia del Jabalí, ubicada en medio de Centauro. La "lengua" que sobresale del animal en Dendera sería una mala hipótesis de los "colmillos", y por ende su "melena" equivale al pelaje dorsal del paquidermo. Piensa que el hombre-hipopótamo con la corona blanca del Alto Egipto, tras el "león", corresponde a Perro Loco situado al interior de Lupus. Se decía que el contorno del Jabalí era cercano al Abismo, y éste (un rectángulo lleno de líneas onduladas) aparece bajo los pies de la figura en el templo. El individuo con cabeza de toro que sostiene algo parecido a un almocafre, y de pie ante el Abismo, probablemente sea la constelación babilónica del Rastrillo, entre los fulgores occidentales de Centauro (Babylonian Star-Lore, p. 57-60, 126-7, 145- 6, 226-8; "A new interpretation of the Dendera Zodiac").

19. Mythological Astronomy, p. 4; The Two Zodiacs of Tentyra, and the Zodiac of Thebes, lámina A. En The Original Design of the Ancient Zodiacal and Extra-Zodiacal Constellations, Mackey escribe: "[La virgen] se repite tres veces en el largo zodíaco de Dendera, una de las cuales sujeta un espigón entre Leo y la Balanza" (p. 21).

20. The Original Design of the Ancient Zodiacal and Extra-Zodiacal Constellations, p. 21-2. En The Two Zodiacs of Tentyra, dice que el plano orbicular exhibe a Virgo "entremezclado con Leo, y la primera de las tres vírgenes tiene a su hijo en el regazo" (p. 20).

21. Bentley interpretó a la diosa con el niño como Isis y Horus (A Historical View of Hindu Astronomy, p. 276), pero Schwaller de Lubicz y Mackey le asocian a Virgo (The Temple of Man, p. 776 nota al pie). Gavin White se decanta por Ninmah o Dama Exaltada babilonia, diosa de la maternidad y los infantes, cuya constelación se ponía bajo la Serpiente y el León (entre las luminarias más orientales de Argo), lo que coincide con su sector en el mapa de Dendera (Babylonian Star-Lore, p. 147, 245).

22. The Two Zodiacs of Tentyra, and the Zodiac of Thebes, lámina B.
23. Goyios, "S.A. Mackey and the Dendera zodiacs"; Mackey, The Two Zodiacs of Tentyra, p. 20; The Original Design of the Ancient Zodiacal and Extra-Zodiacal Constellations, p. 21.

24. Número 47 en figura 5; la versión por Bentley se basa en aquélla del volumen 2 de Voyage dans la Basse et la Haute Egypte (1802) por D.V. Denon. Compárese con fotos 2 y 3 del presente artículo. Puesto que Samspon fundamentó su exégesis del mapa redondo en el bosquejo hecho por Denon -donde el personaje a la izquierda de Leo está mal dibujado-, esta fémina no está incluida en su gráfico de dicho mapa (fig. 12), aunque sería un mejor candidato para otro Virgo; también prescinde de la estampa similar directamente posterior a Leo en el rectangular (fig. 11), que apenas era visible en las ilustraciones de Denon. Schwaller de Lubicz consideraba a esta mujer como parte integral del símbolo de Leo (Temple of Man, p. 483), mas no aparece en todos los retratos egipcios de éste último. El zodíaco de Esna tiene a otra de pie tras el felino (ver nota 15), además de Virgo sosteniendo la cola de la Esfinge en el panel inferior.

25. Thompson, "Late Egyptian constellations: Denderah zodiac": "Además, algunos interpretan como Virgo a la mujer sobre la cola del León, que agarra con su mano".

26. White, Babylonian Star-Lore, p. 112-8, 243.
27. La Doctrina Secreta, 2:433; 2:368, 435. Blavatsky afirma: "Habiendo visto [los zodíacos de Dendera] personalmente, la escritora no necesita confiar en lo que otros estudiantes digan sobre ellos, aún cuando los analizaron y estudiaron con mucho cuidado" (2:431).

28. Ibídem, 2:374 nota al pie.
29. Ibídem, 2:432.
30. Ibídem, 2:332; "Los misterios de Giza", parte 7.
31. La Doctrina Secreta, 2:368.
32. Ibídem, 2:435-6.
33. Bentley, A Historical View of Hindu Astronomy, p. 279.
34. robertbauval.co.uk; Robert M. Schoch y Robert Bauval, Origins of the Sphinx: Celestial guardian of pre-Pharaonic civilization, Rochester, VE: Inner Traditions, 2017, p. 318-27. También es discernido como "carnero" por Giorgio de Santillana y Hertha von Dechend, Hamlet's Mill: An essay investigating the origins of human Knowledge and its Transmission Through Myth, Nonpareil Books, 1969, p. 405. Thompson le denomina "león agazapado" ("Late Egyptian constellations: Denderah zodiac").

35. White, Babylonian Star-Lore, p. 101.
36. Bentley, A Historical View of Hindu Astronomy, p. 251-2.
37. Babylonian Star-Lore, p. 98-100, 244-5.
38. Bentley, A Historical View of Hindu Astronomy, p. 277; Mackey, The Two Zodiacs of Tentyra, p. 20.

39. Babylonian Star-Lore, p. 103-7, 169, 245.