¿Un Dios "personal y finito", o el Todo Incondicionado y abstracto?
"Un teósofo verdaderamente religioso considera blasfemia y sacrilegio atribuir personalidad al Principio Divino eterno e incomprensible que, en su opinión, no es más que un intento de arrastrar al Infinito al nivel de lo finito"
(Damodar K. Mavalankar, “Theosophy and Christianity”).
(Damodar K. Mavalankar, “Theosophy and Christianity”).
Puesto que la Teosofía sostiene que no hay razón ni excusa legítimas para que la verdad divina o la filosofía espiritual sean ilógicas, contradictorias o absurdas, es justo que sean expuestas, cuestionadas y desafiadas algunas de las muchas creencias ilógicas y afirmaciones contradictorias en la religión y espiritualidad populares. Señalar tales aspectos de ninguna manera constituye un "ataque" contra alguna forma particular de misticismo, pero sí un embate necesario contra la insensatez, la ignorancia y el sentimentalismo antifilosóficos e innegables... Por ello, son estos rasgos particulares -y no los teósofos- los verdaderos enemigos de las religiones y dolorosamente intrínsecos a ellas.
La más importante de todas estas polémicas gira en torno a la eterna cuestión sobre la naturaleza de Dios. Todas las religiones, ya sean monoteístas, politeístas, panteístas o no teístas, son iguales al decir que la Causa última y Fuente de este Universo deben ser alguien o algo absoluto, infinito e ilimitado. Evidentemente difieren mucho entre sí en sus formas particulares de considerar y describir el Absoluto e incluso muchos agnósticos y ateos- o al menos aquéllos que realmente se detienen a pensar en ello- estarían de acuerdo en que todo lo finito, que incluiría nuestro Universo y su contenido, debe haber surgido de algo infinito.
Las enseñanzas teosóficas sostienen que no hay nada más ilógico, irracional, contradictorio y estúpido que la creencia de que lo ABSOLUTO e INFINITO tenga algún tipo de forma, personalidad, nombre, características, emociones, voluntad, deseo, género o mutabilidad.
Sin embargo, ¿qué apreciamos en muchas religiones y formas de espiritualidad? Por ejemplo, en el cristianismo encontramos a un Dios extremadamente humano y antropomórfico que posee las mismas características mencionadas: forma, nombre, emociones (a menudo muy amargas y turbulentas, incluso peores que las de muchos individuos si hemos de tomar la Biblia literalmente), voluntad o deseo (incluido el anhelo de incitar a masacres y ejercer una ira formidable en ciertas ocasiones), género y variabilidad (a pesar de la afirmación "¡Yo soy el Señor y no cambio!").
Al pasar de las religiones abrahámicas a las índicas, en algunas formas de hinduismo encontramos mucho de lo mismo, aunque significativamente con menos voluntad asesina, crítica y agresiva. Por ejemplo tenemos a los Vaishnavas adoradores y devotos de Vishnu, particularmente en su forma de Krishna, algunos de los cuales sostienen insistentemente que el Absoluto, el Infinito o la Única y Última Realidad Suprema es literalmente "un gran hombre azul que reside en el cielo".
Los cristianos pueden reírse de esto y condenarlo "ridículo", "absurdo" o "supersticioso"; sin embargo, su propio Jehová también cae dentro de esa categoría. Como ambos sistemas son antropomorfos, H.P. Blavatsky señaló que los Vaishnavas Vishishtadvaita tienen al menos una forma detallada y explicativa de filosofía y metafísica, que es mucho más de lo que se puede decir sobre la Biblia cristiana.
Pero dejando a un lado tales disputas, echemos un breve vistazo a otra parte. Encontramos a algunos neoeristas aludiendo al “Absoluto", y sin embargo se refieren a esto como “ella”... Existen ciertos miembros de la tendencia “Nuevo Pensamiento” que insisten en la naturaleza impersonal, sin forma e infinita de Dios y aún así dicen que ese mismo Dios “vigila las cosas" y tiene una voluntad y un plan especiales para sus vidas. Hay también muchos autoproclamados cabalistas, gnósticos y “rosacruces” actuales (¡como si cualquier rosacruz genuino alguna vez rompiera el secreto sagrado de la Orden al admitir serlo!) que degradan sin saberlo las filosofías que pretenden representar personalizando o "humanizando" lo Divino en diversos grados... Y prácticamente a donde sea que deseemos mirar, no encontramos “nada más que un intento de arrastrar al Infinito al nivel de lo finito" y a menudo “dar un sexo a aquéllo o antropomorfizarlo, lo cual es blasfemia" (H.P. Blavatsky, “What is Theosophy?").
Ahora se puede preguntar cuál es exactamente nuestro problema con las cosas que acabamos de mencionar. La respuesta es simple: ¡El Infinito no puede tener nada finito en Sí mismo! ¡Lo Absoluto no puede tener nada relativo en sí! ¡Y es imposible que lo Ilimitado tenga algo limitado, condicionado o diferenciado!
Estas no son simplemente "máximas filosóficas", sino hechos obvios. La palabra "infinito" significa "que no tiene fin"; "absoluto" denota literalmente algo que no es relativo en ninguna forma, o en otras palabras, que está más allá de la posibilidad de relaciones o interrelaciones con cualquier cosa manifestada y que supera a cualquier similitud con el ser manifestado y objetivo; y lo "ilimitado" designa a "algo que no está restringido o confinado de ninguna manera". Por tanto, debemos considerar los siguientes puntos muy seriamente:
*Un nombre es indiscutiblemente un aspecto finito y relativo, y sólo lo necesitan los seres en un estado de manifestación finita y objetiva. ¿Por qué entonces lo Divino, si es infinito y absoluto, requeriría alguna designación propia? Hay algunos que parecen creer verdaderamente que Dios literalmente se llama Jehová, Allah, Krishna o Shiva. ¿Se nombró Dios a sí mismo? ¿Por qué necesitaría hacerlo? ¿Cómo podría desearlo o incluso ser capaz de algo tan profundamente finito, relativo, humano y autolimitado?
*El género también es finito, relativo y limitado, a diferencia de sus respectivas cualidades contrarias. Nuevamente preguntamos: ¿por qué lo divino, si es infinito y absoluto, requeriría un género masculino o femenino? Incluso referirse a Dios como "Él/Ella" como hacen algunas personas de "mente más abierta" sigue limitando lo ilimitado. Simplemente no es necesario, y mucho menos posible que algo infinito esté en posesión de características o atributos finitos de cualquier clase.
*Un cuerpo o forma también es innegablemente finito y relativo, limitado y limitante. La idea de que Dios posee algún tipo de cuerpo físico es absurda y grotesca, pues ¿para qué necesitaría lo Infinito limitarse o constreñirse de tal manera? ¿De dónde vino el cuerpo? ¿De qué está hecho? ¿Cómo se ve? ¿Por qué tiene que parecerse a algo o alguien? Si no es así, entonces ¿cuál es la necesidad de tener un cuerpo tal? ¿Tiene ese cuerpo órganos en su interior, como en nuestro caso? Si es así, ¿por qué qué los necesitaría? Si no, ¿qué necesidad habría de tal cobertura?
¿Acaso ese “cuerpo divino” contiene un cerebro? Si es así, ¿es éste el órgano a través del cual Dios piensa y es realmente tan finito que Él debe usar un cerebro de tipo físico en una cabeza concreta y situada sobre un cuerpo tangible? Si ese cuerpo no contiene cerebro ni nada, ¿para qué sirve entonces? Si esa forma externa contiene un cerebro, ¿cómo logró Dios crear el cuerpo, y ni digamos la masa encefálica, si antes no la tenía? Aún más importante es el hecho de que ningún cuerpo puede ser infinito porque éste no lo sería en absoluto, ya que la infinitud sólo puede equipararse y corresponder a la ausencia de cuerpo y lo inmensurable. En pocas palabras, un Dios con cuerpo no puede ser considerado como "infinito" ni "omnipresente", ya que la última palabra significa "presente en todas partes" y si algo posee esa característica entonces no puede existir nada excepto la limitación.
*La personalidad, características, emoción, voluntad y deseo son todos rasgos finitos y relativos. Es un misterio insondable tratar de comprender cómo un individuo con algún grado de inteligencia puede considerar infinito, perfecto, sabio, omnisciente, omnipresente y supremo a un Dios "que se arrepintió y enojó por haber creado el mundo y así decidió destruirlo por inundación". El Dios representado en la Biblia muestra menos previsión, conocimiento, sabiduría, decencia y amabilidad que muchos humanos, que sin embargo son calificados de "pecadores perdidos e infernales" e "hijos del diablo" simplemente porque se rehúsan a creer o adorar un personaje tan ridículamente imperfecto, torpe y con frecuencia violento como Jehová, ¡el epítome de la finitud! Y sin embargo, estos conceptos judíos primitivos se han impuesto en el mundo como "la única religión verdadera", mientras que el origen y la autoría de todos los demás credos se atribuyen a Satán, el enemigo personal de Jehová. ¡Que “Dios” nos ampare!
Pero incluso muchas personas de una concepción más "amorosa" e "impersonal" de lo Divino son propensas a atribuirle emoción, sentimiento y deseo. Decir que "Dios debe estar triste y decepcionado por cómo se comporta la humanidad hoy", "Dios quiere que seas feliz en la vida", "Dios tiene un plan para ti", "Él responde la clase correcta de oración", "el Universo existe porque Dios lo quiso ", o incluso “Dios te ama", es irrevocablemente erróneo e incompatible con la idea de Absolutidad e Infinitud como el Dios cristiano.
Reiterando nuestro punto principal, el Infinito no posee nada finito en Sí mismo y el Absoluto carece de algo relativo. Sólamente un Ser o Entidad de cierta descripción podría ostentar rasgos de personalidad (emociones, voluntad, deseo, etc.) y es obvio que ningún ser individual tiene infinitud. Lo Absoluto-Infinito no puede consumar algo tan finito y humano como seleccionar una raza étnica y darle el estatus de "pueblo elegido".
El concepto de “no-dualidad” es muy popular actualmente, pero muchas personas en Occidente no lo entienden muy bien. La gente dice: "Creo en la no-dualidad y que Dios es todo lo que existe" y al mismo tiempo agrega que "Dios es bueno, amoroso y misericordioso". A esas personas podemos preguntarles razonablemente: ¿entonces en ese caso no crees realmente que Dios está más allá de toda dualidad? Simplemente otorgas a Dios cualidades finitas que sólo tienen existencia y posibilidad cuando se contrastan con sus opuestos dualistas. La bondad es una cualidad finita y opuesta al mal, y no puede sustentarse sin la existencia de éste último porque si el mal no existiese, lo bueno tampoco, ya que sin la presencia de su opuesto natural el bien no sería tal sino algo completamente distinto; lo mismo es válido para el amor, la misericordia y todo lo demás, y así dotar al Infinito con cualquier cualidad es "parcelarlo" automáticamente en nuestras concepciones. Esta es la razón por la que en Teosofía, al igual que las enseñanzas originales del hinduismo sobre no-dualidad (Advaita), señalamos que todos los "pares de opuestos", llamados "dvandvas" en sánscrito, se relacionan sólo con el Universo manifestado [material] y que el Absoluto trasciende completamente aspectos tales como amor, bondad, misericordia, gracia y deseo, ya que de lo contrario no sería un Absoluto.
*Un Infinito que cambia de improviso y en cualquier manera no puede representar una Infinitud. En un sentido, el cambio y la capacidad de transformación es la definición misma de finitud. Lo que es absoluto e infinito, por necesidad también debe ser inmutable. Si es así, entonces Aquéllo no puede pensar, elegir, planificar, desear, ni alegrarse, enojarse o incluso ver, decir o hacer cualquier cosa, y mucho menos escuchar y responder a la oración. De ahí la declaración de Buda como se relata en "La Luz de Asia": "¡No recen! El silencio no puede oír ni hablar”; en consecuencia, lo absoluto, infinito y eterno también debe ser inmutable.
“Pregunta: ¿Creen en Dios?
Respuesta: Depende de lo que entienda por ese término.
P.: Me refiero al Dios de los cristianos, el Padre de Jesús y el Creador... en pocas palabras, el Dios bíblico de Moisés.
R.: No creemos en tal Dios. Rechazamos la idea de un Dios personal, extracósmico y antropomorfo, el cual es sólo una sombra gigantesca del ser humano y ni siquiera de su mejor aspecto. Nosotros decimos y comprobamos que el Dios de la teología es un conjunto de contradicciones y una imposibilidad lógica; por ende no tenemos nada que ver con él.
P.: Exponga sus razones, por favor.
R.: Son muchas y no se pueden considerar todas. He aquí algunas. Los devotos de este Dios lo llaman infinito y absoluto, ¿no es cierto?
P.: Creo que sí.
R.: Entonces, si es infinito -es decir, ilimitado- y especialmente si es absoluto, ¿cómo puede tener una forma y ser creador de algo? La forma implica limitación y también un comienzo y un fin. Para crear, un Ser debe pensar y planificar. ¿Cómo podemos suponer que el ABSOLUTO piense, es decir, tenga relación alguna con lo limitado, finito y condicionado? Este es un absurdo filosófico y lógico. Hasta la Cábala hebraica rechaza una idea de tal género, haciendo del Principio Único, Absoluto y Deífico una Unidad infinita llamada Ain-Soph*. Para poder concebir, el Creador debe volverse activo, y como esto es imposible para la ABSOLUTIDAD, se tuvo que demostrar que el principio infinito se convertía en causa de evolución (no de creación) en un modo indidrecto, es decir, a través de la emanación de las Sephiroth† a partir sí mismo... otro absurdo, esta vez debido a los traductores de la Cábala”.
† ¿Cómo puede emanar o emitir el principio no activo y eterno ? El Parabrahman de los vedantinos no hace nada de eso, ni siquiera el Ein Soph de la Cábala caldea. Una ley eterna y periódica hace que una fuerza activa y creativa (el logos) emane del principio único y siempre oculto e incomprensible, al comienzo de todo mahā-manvantara o nuevo ciclo de vida”.
“P.: ¿Entonces ustedes son ateos?
R.: No que sepamos; a menos que el epíteto de 'ateo' se aplique a quienes no creen en un Dios antropomorfo. Concebimos un Principio Universal y Divino, la raíz de TODO de la cual todo procede y en el cual todo se absorberá al final del gran ciclo del Ser”.
R.: No que sepamos; a menos que el epíteto de 'ateo' se aplique a quienes no creen en un Dios antropomorfo. Concebimos un Principio Universal y Divino, la raíz de TODO de la cual todo procede y en el cual todo se absorberá al final del gran ciclo del Ser”.
“P.: Una vez oí a uno de sus miembros observar que la Deidad Universal, estando por todas partes, se encontraba tanto en los vehículos de honra como de deshonra, y por lo tanto estaba presente en cada átomo de ceniza de mi puro. ¿No es esta blasfemia pura y simple?
R.: Creo que no; pues la simple lógica difícilmente podrá considerarse blasfemia. Si excluyéramos el Principio Omnipresente de un sólo punto matemático del Universo o de una partícula de materia que ocupa algún espacio concebible, ¿podríamos seguir considerándolo infinito?” (H.P. Blavatsky, "La Clave de la Teosofía", p. 61-62, 63, 65, 66).
“Cada pueblo tiene un Dios propio; tantos pueblos y Seres Supremos que corresponden a las ideas mentales de la gente. Y así hay tantos dioses como individuos, pues las ideas humanas difieren ampliamente. Todos estos dioses o seres egregios son creaciones de personas y no hechos en sí mismos. Pero detrás de todas esas ideas se encuentra una realidad, porque el mismo poder que reside en el individuo para crear imágenes y dotarlas de virtudes que él no posee apunta a algo más grande que las cosas creadas. Las criaturas no pueden ser mayores que los creadores y lo que genera ideas en una persona es mayor que cualquier concepción que pueda tener en cualquier momento o tenga en este instante. Entonces tenemos que recuperar todas las nociones para encontrar al verdadero 'Dios', la verdadera religión (…) Detrás de todo lo que existe está el Sustentador de todo lo que es o lo que alguna vez fue o será. Nada existe sin ello; es omnipresente e infinito. Pero si tomamos esa idea y nos esforzamos por limitarla a la forma de cualquier Ser, encontraremos que hemos intentado lo imposible, pues no se puede sostener la idea de 'ser' respecto de lo que es omnipresente e infinito. Ningún ser puede existir fuera del espacio que es en Sí mismo, ya sea que haya vacío o finitud, planetas, dioses, hombres o nada; que en sí mismo no se altera en modo alguno por los objetos que la ocupan, y que es ilimitado, sin principio ni fin. Un Ser debe existir en el Espacio, y por tanto debe ser menos que ese espacio. Entonces podemos llamar al Poder Supremo con cualquier nombre que escojamos -lo Supremo, el Ser- siempre que no lo limitemos ni le otorguemos atributos. No podemos decir que está contento o enojado, o que recompensa y castiga, porque así le ponemos límites. Si el espacio mismo no se puede medir o limitar, ¿cómo podemos limitar al Supremo? El Poder más elevado no puede ser menor que el espacio, e incluso nombrarlo significa confinarlo; sin embargo, debe ser la Realidad Única, el Sustentador Único y Causa Única de todas las existencias, el Conocedor-Experimentador Único en todas las direcciones y en todos los objetos" (Robert Crosbie, "The Friendly Philosopher", p. 211-212).
“¿Cómo podemos imaginar un ser tan omnipresente y al mismo tiempo separado de nosotros o de cualquier cosa? Si la Deidad es infinita y omnipresente, no hay un grano de arena ni un punto de espacio vacío en ningún lugar donde no se encuentre la Deidad. ¿Y cómo podemos dar otra vez a la noción de Deidad atributos o facultades como estar enojado o complacido, recompensar o castigar, ya que cada atributo que añadimos es una limitación y excluye la idea de omnipresencia? Ningún ser podría ser el origen, el sustentador o la fuente de todo lo que fue, es o será alguna vez. Cualquier entidad, por grande que sea, está contenida y limitada en el espacio; ningún ser puede tener omnipresencia (…) Las personas que vivían a lo largo de esos siglos conocían mucho más que nosotros porque sabían que no hay tal cosa como 'creación'. Ningún ser jamás creó la Tierra ni sus condiciones. Este planeta como cualquier otro nunca fue creado por ninguna entidad, y así también este sistema solar y otros conjuntos planetarios no se originaron por ninguna presencia. Algo los produjo, y es posible entender cómo se generó todo aquello: por evolución, siempre en un despliegue desde el exterior, desde la raíz misma de cada ser y a partir de la Deidad, el Alma y Espíritu de todo. Éste es la raíz, el sustentador, la fuerza que produce energía para toda la evolución que se ha producido, y así cada ser en el Universo es producto de la evolución, todo desde la misma raíz idéntica de ser y obteniendo sus poderes de expresión de la única Fuente. Todos son rayos de ese Principio Absoluto y uno con ello, el cual es nuestro propio Ser y aquél que se encuentra en todas las criaturas" (Robert Crosbie, "The Friendly Philosopher", p. 216, 217-218).
Esto sintetiza la visión teosófica del asunto. La enseñanza homónima sobre lo Divino refleja la filosofía hindú de los Upanishads y el Advaita Vedanta, en donde el término Brahman o Parabrahman se usa para referir al "Uno sin segundo", "Aquéllo de donde todas las palabras regresan y a lo cual el pensamiento nunca puede llegar".
Helena Blavatsky dice en "La Clave de la Teosofía" (p. 222) que "el Parabrahm de los vedantinos es la Deidad que aceptamos y en la que creemos". En "The Secret Doctrine Dialogues" ella sostiene que los vedantinos "son ciertamente los más grandes filósofos en el mundo” (p. 271) y agrega: “Tome por ejemplo el Vedanta. No conozco ninguna filosofía en el mundo más elevada que aquella” (p. 74); “Si quiere comprenderlo de manera filosófica, tiene que adoptar el modo vedantino de ver las cosas, pero si usted recurre a los teólogos occidentales, está perdido" (p. 395), y también sostiene respecto a los Vaishnavas Vishishtadvaita: “Ahora, ¿sabe usted qué es un Visishtadvaita? Creen en un Dios personal y son dualistas. Son vedantinos, pero no tienen derecho a usar ese nombre".
No obstante, debe entenderse que la concepción del hinduismo esotérico sobre el Absoluto es exactamente igual a lo que señala cualquier forma de esoterismo genuino en este tema, ya sea el budismo esotérico, el judaísmo oculto bajo su forma cabalística, el cristianismo esotérico o las doctrinas de Pitágoras, Platón, los neoplatónicos y la tradición hermética. La Teosofía no es hinduismo ni budismo, aunque en un aspecto podría describirse como la combinación perfecta de ambos; de hecho, es una presentación para la Nueva Era sobre Sabiduría Antigua y Eterna que subyace, trasciende y antecede a todas las religiones, incluyendo el hinduismo que es considerado el credo más antiguo del mundo. Además, la Teosofía sostiene que todas las religiones son iguales en su esencia esotérica y realmente no hay necesidad de pertenecer a ninguna de ellas, porque "no existe religión más elevada que la Verdad", como declara el famoso lema teosófico.
Por las razones mencionadas a continuación, la Teosofía tiene verdadero honor y respeto por la Realidad Divina, Infinita y Absoluta, Causa sin Causa y Raíz sin Raíz, Conciencia Divina, Pura y Suprema que es y está en todo:
*No respalda ni cree en la eficacia de la oración/adoración, excepto en las formas de meditación y conducta de honor reverencial para toda la vida y todos los seres.
*No se refiere a lo Absoluto como Él/Ella, prefiriendo en cambio el término “AQUÉLLO” o “ESTO”, que como H.P.B. señala en "La Doctrina Secreta", es infinitamente más respetuoso que hacer de la Deidad un “hombre/una mujer gigantescos”.
*Descarta que exista una separación en el Universo, y en su lugar proclama que todo es una expresión impregnada por el Principio Absoluto ÚNICO, Infinito, Omnipresente, Eterno y Divino.
*La Teosofía no lo describe como una Entidad sino como Principio; no como un ser, sino como SEIDAD; no como algo que existe, sino EXISTENCIA Infinita y Absoluta en sí misma o "Sat", para usar el equivalente sánscrito de expresión.
*No declara que el Universo llegue a la existencia periódica debido a una voluntad o deseo divinos, sino simplemente por causa de la Ley que se repite en forma automática y que es una en esencia con el Absoluto Mismo. Parabrahm es "el poder propulsor, pero no volitivo" y aunque el Rig-Veda afirme que "el deseo surgió primero en el seno de ESTO", la Teosofía señala que "la causa no pueden ser una conciencia o deseo finitos. Es absurdo postular el deseo o la necesidad del Absoluto, así como el toque de un reloj no sugiere la voluntad del aparato para sonar” (H.P. Blavatsky, “Transactions of the Blavatsky Lodge”, p. 41, 40).
En el capítulo doce del Bhagavad Gita, Krishna dice que el Universo "emana espontáneamente", mientras que el Maestro M. en sus “Cosmological Notes” afirma que todo ser proviene “del mundo del no-ser donde existe el movimiento mecánico eterno, la causa increada de la cual surge una especie de incesante rotación hacia arriba y abajo, las causas del ser desde el no-ser, y este último es la realidad o maya anterior, lo temporal desde lo eterno, el efecto de su causa y el efecto se convierte a su vez en causa ad infinitum. Durante el pralaya ese movimiento hacia arriba y abajo cesa y sólo queda la vida inconsciente e inherente, todas las fuerzas creativas se paralizan y todo descansa en la noche de la mente".
*Los teósofos negamos que el Absoluto tenga forma, personalidad, nombre, características, emociones, voluntad, deseo, género o variabilidad en absoluto. La Seidad no piensa, no tiene ningún tipo de inteligencia ni ninguna forma de conciencia, porque ESTO es la Conciencia Absoluta en sí misma: “(...) la conciencia divina y eterna que no puede diferenciar, tener cualidades o actuar; la acción pertenece a lo que se refleja en ella. Lo incondicionado e infinito no puede tener relación con lo finito y condicionado" (H.P. Blavatsky, "Transactions of the Blavatsky Lodge", p. 17). El Maestro K.H. escribió a un teósofo inglés que comenzaba a estudiar Advaita Vedanta con un swami hindú que "si él te enseña algo que me dices, es decir, cualquier cosa excepto un Principio impersonal no pensante y no inteligente al que llaman Parabrahm, entonces no te inculcará el verdadero espíritu de esa filosofía, al menos no desde su aspecto esotérico".
*Aceptamos que lo Absoluto e Infinito debe permanecer eternamente Desconocido o Incognoscible para la percepción e inteligencia finitas, y el único conocimiento directo de AQUÉLLO es posible cuando la conciencia individual se fusiona o une con la Conciencia Absoluta, pero aún así las palabras no serían adecuadas o suficientes para cualquier descripción real de ESO que es realmente indefinible.
*En general, la Teosofía ni siquiera usa la palabra "Dios" ya que este término podría inducir a error y daría como resultado un malentendido o tergiversación de lo que realmente enseña la Doctrina a este respecto. Los Maestros de la Hermandad Transhimaláyica -que se identifican como budistas esotéricos- se oponen particularmente a la palabra "Dios" y así en una conocida carta el Maestro K.H. afirma: "Negamos a Dios como filósofos y budistas" y "sabemos que Dios no existe", por cuanto muchos teósofos han optado sabiamente por eliminarlos de su vocabulario.
De acuerdo con todo lo anterior, las enseñanzas de la Teosofía podrían describirse como monistas, no teístas y panteístas, o todo al mismo tiempo. Cualquiera sea el nombre que elijamos, no se puede argumentar ni negar que el enfoque teosófico sobre lo Divino es filosóficamente mucho más amplio, lógico, razonable, reverencial, autoconsistente, científico y sólido que cualquier otro sistema. Si sólo esta enseñanza fuera más conocida y difundida, habría mucho menos ateísmo, materialismo e intolerancia religiosa en el mundo y existiría una aplicación mucho más inteligente y práctica de la vida espiritual.
Antes de que este Universo naciera, “el ÚNICO respiraba sin aliento por sí mismo, y aparte de AQUÉLLO nada ha sido desde entonces”
(Rig-Veda).