Por David Pratt
Julio de 2003, actualizado en agosto de 2004
e impreso en Fohat, invierno de 2003
La teoría estándar del Big-Bang -el postulado científico más popular sobre el origen del Cosmos- cuenta una historia muy diferente, pues señala que al principio y hace sólo 8-15 mil millones de años no había absolutamente nada, ni materia, ni energía, ni conciencia y tampoco algún tipo de espacio; entonces, a partir de este vacío de repente el Universo surgió como resultado de una "fluctuación cuántica aleatoria". Después de originarse como un punto infinitesimal de densidad y temperatura infinitas, supuestamente el espacio se ha estado estirando como elástico desde entonces; sin embargo, si no había espacio, ni materia ni energía antes del hipotético Big-Bang, obviamente no había nada que sufriera una "fluctuación" y ningún lugar para que sucediera.
Pero los "big-bangers" han abandonado las reglas lógicas comunes desde hace mucho tiempo y crearon un mundo de fantasía propio, basado en acrobacias matemáticas avanzadas. Algunos de estos partidarios afirman que el espacio se curva sobre sí mismo para que sea finito y aún así no tenga límites, y también creen que el Universo en algún momento comenzará a contraerse y terminará su vida en un "Big-Crunch" donde se aniquilará a sí mismo dejando "literalmente nada" (1). Otros "big-bangers" afirman que aunque el espacio surgió hace un período finito y se expande a un ritmo limitado, de alguna manera se volvió infinito, y aunque es ilimitado aún se las arregla para seguir expandiéndose (2). Es sorprendente que tales ideas a medio elaborar hayan logrado pasar por "ciencia", pero como George Orwell dijo una vez: "Hay algunas ideas tan erróneas que sólo una persona muy inteligente podría creerlas".
Cuando se confronta cualquier teoría científica, es importante distinguir entre los hechos por un lado y las suposiciones e interpretaciones por el otro; también es necesario examinar puntos de vista opuestos, pero los científicos que desafían las teorías reinantes a menudo encuentran obstáculos importantes al tratar de que sean oídos, con el resultado de que el público puede estar completamente inconsciente sobre la existencia de ideas alternativas. En un artículo reciente que enumera los 30 problemas principales respecto al Big-Bang, el astrónomo Tom Van Flandern señala que la teoría está experimentando constantemente ajustes ad hoc para acomodar descubrimientos nuevos e inesperados.
Quizás nunca en la historia de la ciencia se haya acumulado tanta evidencia de calidad contra un modelo tan ampliamente aceptado dentro de un campo. Incluso los elementos más básicos en dicha teoría- la expansión del Universo y la radiación remanente de la bola de fuego- siguen siendo posturas con explicaciones alternativas creíbles (3).
El físico de plasma Wal Thornhill lo expresa sin rodeos: "Olvídese de los brillantes libros y revistas de astronomía: el Big-Bang es pura ficción" (4). La principal evidencia de la Gran Explosión y un Universo expansivo es el desplazamiento al rojo o redshift, y esto se refiere al hecho de que la luz de galaxias distantes muestra un cambio hacia longitudes de onda más largas (o más rojas), lo que indica que está perdiendo energía. Los "big-bangers" interpretan esto diciendo que el espacio se expande y todas las galaxias se están separando a una velocidad inmensa, pero no todos están de acuerdo pues [desde la perspectiva teosófica] la teoría de un Cosmos/espacio en expansión es poco menos que un "sueño científico" o "cuento de hadas", y se sugiere que el desplazamiento hacia el rojo podría ser causado por la luz que pierde energía durante su largo viaje a través del éter espacial. Esto se conoce como "teoría de la luz cansada" y cuenta con el respaldo de varios científicos incluidos Tom Van Flandern y Paul LaViolette, que han demostrado que se ajusta a los datos mucho mejor que la hipótesis del Universo en expansión (6). Además, si los desplazamientos al rojo fuesen causados principalmente por la velocidad deberían mostrar un rango continuo de valores, pero en cambio exhiben periodicidades que son múltiplos de ciertas unidades básicas (7). La mayoría de los acólitos "Big-Bang" ha ignorado este rompecabezas y por lo tanto todo el edificio de dicha teoría se basa en la única suposición injustificada de que los desplazamientos al rojo galácticos son causados principalmente por velocidades de recesión.
Los astrónomos convencionales creen que debido a que los cuásares normalmente tienen desplazamientos al rojo muy altos, deben estar cercanos al límite del Universo observable y se alejan rápidamente de nosotros a velocidades cercanas a la de la luz. Si estuvieran realmente tan lejos como implican sus desplazamientos al rojo, algunos cuásares estarían irradiando mil veces más energía que una galaxia entera, a pesar de que son tan grandes como nuestro Sistema Solar y esto ha llevado a la creencia de que deben estar alimentados por monstruosos "agujeros negros".
El razonamiento que encontramos tras estas conclusiones es erróneo pues el desplazamiento al rojo no sólo no representa una medida confiable de velocidad y tampoco es una estimación creíble de la distancia, ya que existe abundante evidencia de que las galaxias a la misma separación pueden tener desplazamientos al rojo muy diferentes. En el caso de una galaxia este fenómeno parece depender en parte de su edad pues las galaxias activas de bajo desplazamiento hacia el rojo a veces están rodeadas de otras con redshift alto (a menudo cuásares) que aparentemente han sido expulsadas de ellas; asimismo, hay pares de estas galaxias embrionarias que a menudo se alinean a ambos lados de la galaxia madre y están conectadas a ella por puentes luminosos o chorros de materia. Los desplazamientos al rojo de galaxias y estrellas parecen disminuir a medida que envejecen (8), pero los cosmólogos ortodoxos han tratado sistemáticamente de ignorar, descartar, ridiculizar y suprimir esta evidencia. El astrónomo Halton Arp ha jugado un papel clave para sacar a la luz estos hallazgos, y al igual que otros oponentes del Big-Bang ha encontrado grandes dificultades para publicar artículos en revistas convencionales y sus solicitudes de trabajo en telescopios terrestres y espaciales son rechazadas con frecuencia. El Big-Bang se ha convertido claramente en un artículo de fe para muchos científicos y curiosamente fue propuesto por primera vez por el sacerdote belga Georges Lemaître en 1927, ¡y en 1951 incluso recibió la bendición del papa Pío XII!
Si el espacio es infinito, entonces obviamente no puede expandirse ya que el sentido común nos dice que la infinitud no puede hacerse más grande, o como expresa Helena Blavatsky "la extensión infinita no admite ampliación". Algunos escritores han establecido paralelismos superficiales entre la "expansión" del espacio y la "explosión" de Brahmâ (fuerza creativa tras la manifestación de un planeta, estrella, etc.), como se describe en la filosofía hindú, pero Blavatsky explica que "la expansión desde el interior al exterior" no se refiere a un aumento de tamaño, sino de condición: "el desarrollo de la subjetividad ilimitada en una objetividad ilimitada". En otras palabras, la inhalación y exhalación o expansión/contracción pueden referirse al desarrollo del Uno (la culminación espiritual de un sistema de mundos) en los muchos reinos materiales inferiores y la posterior reabsorción de los muchos en el Uno durante un ciclo interminable o latido cósmico de evolución e involución (9).
[Desde la perspectiva teosófica puede decirse que] una nebulosa puede crecer en tamaño mientras se está formando, en parte como resultado de las energías que se vierten desde los reinos internos y parcialmente a través de la acumulación de materia física, pero una vez que -por ejemplo- una galaxia o grupo galáctico ha alcanzado su pleno crecimiento, su estructura y forma permanecen relativamente estables durante el resto de su vida útil. En este sentido, todas las cosas -incluidas estrellas y galaxias- experimentan expansiones y contracciones rítmicas análogas al latido del corazón humano, pero esto no tiene nada que ver con la teoría de que "todo el Universo se está expandiendo" lo cual es completamente inaceptable e imaginario.
Para resolver varios problemas con el modelo Big-Bang, a principios de la década '80 los teóricos decidieron que durante los primeros 10-30 segundos tras la explosión inicial el "espacio-tiempo" experimentó un período de "inflación" hiper-rápida en el cual se expandió 1048 veces más rápido que la velocidad de la luz, creciendo desde un punto minúsculo a un volumen de varios cientos de millones de años luz en diámetro y luego de alguna manera frenó abruptamente a un ritmo de expansión más pausado. ¡Claramente, nadie puede negar que los "big-bangers" tienen una imaginación muy fértil! Todas las diferentes versiones sobre la teoría de la inflación establecen la predicción comprobable de que los protones eventualmente deberían decaer, pero todos los experimentos hasta la fecha no han podido detectar ese fenómeno y no parece importar pues el "trencito de la Gran Explosión" todavía está andando. Es importante darse cuenta de que nadie jamás ha medido ninguna expansión del espacio y no hay evidencia alguna de que átomos, galaxias o cúmulos galácticos se hayan agrandado con el tiempo. Por lo tanto, los defensores del Big-Bang afirman que el espacio debe expandirse entre cúmulos de galaxias y supercúmulos, donde se halla situado convenientemente más allá de la investigación experimental.
Según una estimación reciente, el Universo según el Big-Bang tiene 13.700 millones de años; sin embargo, otros científicos afirman que las estrellas más antiguas de nuestra galaxia tienen entre 16 y 20 mil millones de años. De acuerdo con la Teosofía, el Universo en su conjunto es eterno, sin principio ni fin, y dentro de él planetas, estrellas, galaxias, etc. sufren ciclos recurrentes de nacimiento, evolución y muerte. El ciclo evolutivo actual y principal que involucra nuestro propio Sistema Solar -la "edad de Brahmâ" como la llaman los hindúes- ha estado en progreso durante más de 155 billones de años, tiempo durante el cual ha habido numerosas reencarnaciones planetarias y solares en muchos planos diferentes.
Los agujeros negros están de moda en la cosmología ortodoxa. Se cree que los agujeros negros supermasivos habitan en el centro de muchas galaxias, y cuando mueren estrellas suficientemente masivas se supone que sufren un colapso gravitacional e implosionan en agujeros negros. El astrónomo Fred Hoyle describió la "manía del agujero negro" -junto con la cosmología del Big-Bang en general- como "una forma de fundamentalismo religioso".
En los últimos años ha surgido lo que podría llamarse la "institucionalidad de los agujeros negros" compuesta por individuos que se hablan entre sí en un lenguaje positivo, como si los agujeros negros tuvieran la misma certeza que el amanecer de mañana. Sin embargo, no existe una pizca de evidencia observacional que respalde su posición, y de lo que sin duda hay pruebas es de aglomeraciones altamente condensadas de materia que producen campos gravitacionales muy fuertes. Se ha sabido de mucha evidencia respecto a actividad violenta asociada con tales agregados, pero esa constatación refiere a estallidos y nunca al continuo movimiento descendente que conduciría a la formación de un agujero negro (12).
Por definición, nadie ha visto agujeros negros y siguen siendo entidades teóricas. La idea básica subyacente a este fenómeno de que la gravedad puede volverse infinita y comprimir un gran volumen de materia hasta un punto infinitesimal (o "singularidad") es irracional e ilógica; nada finito puede volverse infinitamente grande o pequeño porque estas son abstracciones matemáticas. El concepto de "agujero negro" se deriva de las manipulaciones matemáticas para la teoría de relatividad general que "explica" la gravedad como una deformación o distorsión del espacio alrededor de cuerpos materiales, una idea que [ciertos teósofos] y muchos científicos descartan como un "sueño matemático". Algunos investigadores sostienen que las fuerzas electrostáticas evitarían que las estrellas sufran un colapso gravitacional significativo e incluso hay buenas razones para cuestionar la suposición fundamental de que la gravedad es proporcional a la masa inerte (14).
Los teóricos dicen que nada -ni siquiera la luz- puede escapar si ingresa en el límite exterior u "horizonte de eventos" de un agujero negro, y asignan algunas propiedades curiosas a dicho ámbito de sucesos pues según ellos es simultáneamente estacionario, y sin embargo se desplaza hacia el exterior a la velocidad de la luz; asimismo, dentro del horizonte de eventos el "espacio-tiempo" supuestamente se vuelve tan "distorsionado" que el espacio se convierte en tiempo y viceversa (15). En este sentido la descripción que hizo Hoyle sobre la teoría del Big-Bang como un "revoltijo infructuoso de símbolos matemáticos" parece muy apropiada y es fácil ver por qué algunos científicos descartan los agujeros negros como pura ciencia ficción.
Un estudio publicado en 1995 y basado en las observaciones de 15 cuásares por el telescopio espacial Hubble recibió un golpe dañino en la teoría del agujero negro al descubrirse que 11 de aquéllos no tenían material circundante que pudiera caer en ningún agujero negro hipotético; sin embargo, de alguna manera estaban produciendo emisiones de radio intensas (16). Otras indagatorias más recientes han seguido avergonzando a la institucionalidad de los agujeros negros, pues las galaxias M87 y NGC 6605 emiten chorros de material y se cree que tienen agujeros negros supermasivos en sus centros. Se pensaba que esos chorros estaban alimentados por una nube de polvo en forma de rosquilla en torno al agujero negro M87 y un disco de acumulación de materia atraída alrededor del agujero NGC 6605, pero no se puede encontrar rastros para ninguno de ellos (17).
De modo significativo, la materia casi siempre es vista alejándose de los núcleos galácticos en vez de moverse hacia ellos como requiere la teoría del agujero negro. Esto también es cierto para nuestra propia galaxia y la radiación proveniente de su centro no coincide con la que se espera que se origine en un agujero negro. Varios científicos han concluido que los centros de galaxias activas son regiones de creación de materia en lugar de su destrucción, y a este respecto tanto Arp como Hoyle citan a Sir James Jeans quien a fines de los años '20 sugirió que "los centros de nebulosas [galaxias] tienen la naturaleza de 'puntos singulares' en donde la materia se vierte en nuestro Universo desde alguna dimensión espacial y completamente extraña".
[Hay teósofos que hacen eco de] esta afirmación y se dice que sería más exacto hablar de otros "mundos" o "planos" en lugar de "dimensión"; después de todo, si este ámbito adicional es más que una simple abstracción en blanco, tendría que incluir tres dimensiones. El concepto de "puntos singulares" se compara a la enseñanza teosófica de "centros laya" o "de disolución", que son "canales" a través de los que pasan las sustancias energéticas de un plano a otro superior o inferior, una forma gráfica de referirse a los procesos de materialización y eterización. En ocasiones un centro laya se describe como el estado relativamente homogéneo de materia correspondiente al grado más alto de un plano y al nivel más bajo del plano superior. En cierto sentido cada punto del espacio es un centro laya y además cada entidad, átomo, semilla, ser humano y cuerpo celeste tiene un centro laya en su núcleo ya que cada forma física está animada desde el interior al exterior.
En la actualidad el núcleo de nuestra galaxia se halla relativamente inactivo en comparación con otras galaxias espirales y cerca de una en cada seis está pasando por una fase activa y explosiva. Al mismo tiempo, los núcleos galácticos ejercen una fuerte atracción sobre la materia circundante; sin embargo, no hay una propuesta seria en la idea de que la materia puede desaparecer de nuestro plano al ser absorbida por un "agujero cósmico" y aplastada hasta un punto infinitesimal. Vale la pena señalar que, por ejemplo, según la Teosofía el globo originalmente etéreo de un planeta recién formado se condensa y contrae durante la primera mitad de su ciclo vital, y luego se reconvierte en etéreo durante la segunda mitad a medida que sus fuerzas cohesivas y atractivas se debilitan (19). Cuando Brahmâ "se contrae" y retira sus energías vitalizantes, los planetas y las estrellas mueren para desintegrarse y su materia se dispersa; también las estrellas terminan sus vidas en una ex-plosión y no im-plosión (20).
Otros ingredientes clave del "Universo Big-Bang" son la "materia oscura" y "energía oscura". Los seguidores de la hipótesis solían afirmar que hasta el 99% de la masa del Cosmos estaba compuesta de materia oscura. Indudablemente hay concentraciones "negras" o no luminosas de materia física ordinaria en nuestro Universo, pero se dice que gran parte de ese material oscuro consiste en partículas físicas exóticas y nunca detectadas que no emiten ni absorben luz a diferencia de todas las formas de sustancia física conocida. Esta teoría se basó parcialmente en la velocidad excesiva y aparente de ciertos movimientos galácticos, pero esta evidencia observacional se basa en varias suposiciones cuestionables (incluyendo el mito de que el desplazamiento al rojo se iguala a la velocidad). Sin embargo, la razón principal para postular la existencia de tanta materia oscura era puramente teórica: el Big-Bang no funcionaría sin ella y la mayoría de esa concentración no lumínica debía tener propiedades inusuales o de lo contrario alteraría otros aspectos en dicho paradigma. Así, la existencia de materia oscura exótica "se basa en la creencia, no en alguna constatación sólida" y literalmente se inventó (21).
En 1998 se descubrió que las supernovas remotas o estrellas en explosión eran más tenues de lo esperado. Los "big-bangers" señalaron que, al contrario de todas las predicciones anteriores, esto significaba que la expansión del Universo se está acelerando y el espacio se expandirá para siempre hasta que todas las estrellas se consuman y se extinga toda forma de vida. Para "explicar" la supuesta expansión acelerada los acólitos del modelo imperante crearon la "energía oscura" o "quintaesencia", una fuerza repulsiva presente en todas partes del espacio. La última suposición es que aproximadamente el 73% de la masa del Universo consiste en energía oscura, el 23% es materia oscura y el resto sustancia ordinaria (22). Dado que ante todo el espacio infinito no puede expandirse, la supuesta dilatación acelerada de éste es sólo otra mitología basada en suposiciones falsas y razonamientos defectuosos (23). Como la materia/energía oscuras se conjuraron para salvar el Big-Bang, obviamente no tienen nada que ver con los reinos internos mencionados en la tradición oculta.
Se ha sugerido que la energía oscura puede explicarse por las "dimensiones adicionales" postuladas por algunos físicos teóricos. Las ideas en cuestión son buenos ejemplos de cuán grotesca puede ser la especulación matemática pura. Por ejemplo, la hipótesis de "supercuerdas" -para la cual no hay una pizca de evidencia experimental o de observación- afirma que todas las partículas de materia/fuerza e incluso el espacio y el tiempo surgen de "cuerdas" unidimensionales y vibratorias, con un largo de 10-34 centímetros que se según se afirma es el tamaño más pequeño posible en la naturaleza, pero con espesor cero, y se dice que habitan en un universo de diez dimensiones en que los seis ámbitos espaciales extra se han sometido a una "compactación espontánea", de modo que ahora están tan acurrucados que son indetectables. Es más: de acuerdo con la última moda -la teoría M- el Universo tiene once dimensiones y está habitado por objetos de hasta nueve.
Pero el hecho de que puedan escribirse ecuaciones para ideas descabelladas no significa que esos pensamientos sean correctos. Como Blavatsky dijo una vez, "el sentido común popular se rebela justamente contra la idea de que bajo cualquier condición de cosas pueda haber más de tres dimensiones tales como longitud, anchura y grosor" (24).
En 2001 dos astrofísicos propusieron un nuevo modelo de Universo en expansión más aerodinámico, conocido como "Universo cíclico", pues no estaban satisfechos con los esfuerzos constantes para solucionar los graves defectos del modelo estándar. Aunque con razón abandonan la idea de que el Universo tuvo un comienzo absoluto, intentan explicar su supuesta expansión en términos de las teorías de cuerdas y M. Argumentan que el Cosmos consta de dos láminas paralelas infinitamente grandes o "branas" que se encuentran muy juntas en una quinta dimensión inaccesible, no observable y finita. Una de esas branas se compone de materia ordinaria, mientras que la otra puede contener materia oscura. Las branas se están separando actualmente en la quinta dimensión haciendo que se expanda el espacio infinito, y después de unos pocos billones de años la quinta dimensión comenzará a contraerse y el espacio dejará de expandirse, pero no se contraerá. Se producirá un "crujido" cuando las branas colisionen y la quinta dimensión se desvanezca, pero ésta reaparecerá de inmediato y las branas "rebotarán" en una nueva "explosión" causando que el espacio infinito experimente un nuevo ciclo de expansión (25).
El hecho de que este sinsentido arbitrario se esté tomando tan en serio subraya los graves problemas en que se encuentra la cosmología ortodoxa, y como era de esperar, ¡incluso se ha afirmado que la teoría muestra "convergencia" con la Teosofía! (26). Se dice que el nuevo modelo demuestra hasta qué punto necesitamos "deshacernos de los conceptos de sentido común" para avanzar en cosmología. Los científicos convencionales simplemente se basan con tal ahínco en el modelo de Universo expansivo en términos de carrera, financiación y prestigio que no están dispuestos a considerar seriamente las anomalías de desplazamiento al rojo y otras pruebas de observación que contradicen la idea misma de espacio dilatado.
Dejando a un lado la materia y energía oscuras, se cree que más del 99% de la materia en el Universo físico existe en estado de plasma, incluyendo estrellas, atmósferas exteriores de planetas y medios interplanetarios, interestelares e intergalácticos. El plasma -conocido como cuarto estado de la materia (después de sólidos, líquidos y gases)- consiste en átomos disociados, es decir, electrones e iones (núcleos atómicos). Es interesante notar que mientras la mayoría de científicos considera al Sol como una bola de plasma, la Teosofía dice que el interior de ese astro consiste en gran parte de materia en sus estados quinto, sexto y séptimo, desconocidos para los científicos en la Tierra (27); por tanto, tras la palabra "plasma" pueden ocultarse grados más finos de materia física.
Los cosmólogos de plasma critican a los "big-bangers" por creer que la fuerza de gravedad relativamente débil es la impulsora del Cosmos, y muestran que el comportamiento conocido de fuerzas eléctricas/magnéticas y los plasmas conductores de electricidad pueden arrojar luz sobre la formación y evolución de las galaxias, incluyendo los procesos de eyección que tienen lugar en los núcleos galácticos (28). Algunos científicos ajenos al establishment van más allá y señalan la necesidad de invocar la generación de materia-energía física a partir de un éter subyacente para explicar la fuente energética que alimenta estrellas, estallidos de supernovas y explosiones de núcleo galáctico (29). El éter solía ser considerado como la clave para una comprensión unificada de la fuerza y materia físicas, pero la ciencia ortodoxa lo abolió a principios del siglo XX y fue reemplazado con abstracciones matemáticas. Sin embargo, muchos investigadores independientes están encontrando evidencia experimental que respalda su existencia (30).
Ciertamente, el éter de la física no es el "nivel inferior" de la realidad, sino simplemente un puente hacia los reinos más profundos de la sustancia espiritual que se encuentran más allá. Estos ámbitos imperceptibles interpenetran nuestro mundo físico y son tan concretos para sus habitantes como este mundo para nosotros. No tienen nada en común con las dimensiones matemáticas imaginarias, inaccesibles y marchitas soñadas por algunos científicos, y es una gran ironía que muchos profesionales se sientan bastante cómodos con las teorías especulativas e indetectables, repletas de las ficciones matemáticas más extrañas, y se oponen ferozmente a la idea oculta de mundos internos de energía-sustancia conectados con una variedad de fenómenos paranormales y relacionados con la conciencia.
Una vez preguntaron a H.P. Blavatsky qué era lo más importante y necesario en el estudio de la Teosofía y su respuesta fue "sentido común", algo que los científicos también podrían aprovechar. Cuando se le interrogó qué colocaría en segundo lugar respondió "un sentido del humor", que también es útil al estudiar las últimas teorías científicas, y al pedírsele que dijera qué colocaría en tercer lugar Blavatsky replicó: "¡Oh, sólo MÁS sentido común!" (31).
Referencias
1. Paul Davies y John Gribbin, The Matter Myth, New York: Simon & Schuster/Touchstone, 1992, p. 122, 175.
2. Richard Morris, The Edges of Science, New York: Prentice Hall Press, 1990, p. 48-52.
3. "The top 30 problems with the big bang", Infinite Energy, v. 8, n° 46, 2002, p. 10-5 (www.infinite-energy.com). Ver "Cosmology and the big bang", davidpratt.info; William C. Mitchell, Bye Bye Big Bang – Hello Reality, Carson City, NE: Cosmic Sense Books, 2002.
4. ‘Science heading for a big bang’, www.holoscience.com/news/science_bang.htm.
Pero los "big-bangers" han abandonado las reglas lógicas comunes desde hace mucho tiempo y crearon un mundo de fantasía propio, basado en acrobacias matemáticas avanzadas. Algunos de estos partidarios afirman que el espacio se curva sobre sí mismo para que sea finito y aún así no tenga límites, y también creen que el Universo en algún momento comenzará a contraerse y terminará su vida en un "Big-Crunch" donde se aniquilará a sí mismo dejando "literalmente nada" (1). Otros "big-bangers" afirman que aunque el espacio surgió hace un período finito y se expande a un ritmo limitado, de alguna manera se volvió infinito, y aunque es ilimitado aún se las arregla para seguir expandiéndose (2). Es sorprendente que tales ideas a medio elaborar hayan logrado pasar por "ciencia", pero como George Orwell dijo una vez: "Hay algunas ideas tan erróneas que sólo una persona muy inteligente podría creerlas".
Cuando se confronta cualquier teoría científica, es importante distinguir entre los hechos por un lado y las suposiciones e interpretaciones por el otro; también es necesario examinar puntos de vista opuestos, pero los científicos que desafían las teorías reinantes a menudo encuentran obstáculos importantes al tratar de que sean oídos, con el resultado de que el público puede estar completamente inconsciente sobre la existencia de ideas alternativas. En un artículo reciente que enumera los 30 problemas principales respecto al Big-Bang, el astrónomo Tom Van Flandern señala que la teoría está experimentando constantemente ajustes ad hoc para acomodar descubrimientos nuevos e inesperados.
Quizás nunca en la historia de la ciencia se haya acumulado tanta evidencia de calidad contra un modelo tan ampliamente aceptado dentro de un campo. Incluso los elementos más básicos en dicha teoría- la expansión del Universo y la radiación remanente de la bola de fuego- siguen siendo posturas con explicaciones alternativas creíbles (3).
El físico de plasma Wal Thornhill lo expresa sin rodeos: "Olvídese de los brillantes libros y revistas de astronomía: el Big-Bang es pura ficción" (4). La principal evidencia de la Gran Explosión y un Universo expansivo es el desplazamiento al rojo o redshift, y esto se refiere al hecho de que la luz de galaxias distantes muestra un cambio hacia longitudes de onda más largas (o más rojas), lo que indica que está perdiendo energía. Los "big-bangers" interpretan esto diciendo que el espacio se expande y todas las galaxias se están separando a una velocidad inmensa, pero no todos están de acuerdo pues [desde la perspectiva teosófica] la teoría de un Cosmos/espacio en expansión es poco menos que un "sueño científico" o "cuento de hadas", y se sugiere que el desplazamiento hacia el rojo podría ser causado por la luz que pierde energía durante su largo viaje a través del éter espacial. Esto se conoce como "teoría de la luz cansada" y cuenta con el respaldo de varios científicos incluidos Tom Van Flandern y Paul LaViolette, que han demostrado que se ajusta a los datos mucho mejor que la hipótesis del Universo en expansión (6). Además, si los desplazamientos al rojo fuesen causados principalmente por la velocidad deberían mostrar un rango continuo de valores, pero en cambio exhiben periodicidades que son múltiplos de ciertas unidades básicas (7). La mayoría de los acólitos "Big-Bang" ha ignorado este rompecabezas y por lo tanto todo el edificio de dicha teoría se basa en la única suposición injustificada de que los desplazamientos al rojo galácticos son causados principalmente por velocidades de recesión.
Los astrónomos convencionales creen que debido a que los cuásares normalmente tienen desplazamientos al rojo muy altos, deben estar cercanos al límite del Universo observable y se alejan rápidamente de nosotros a velocidades cercanas a la de la luz. Si estuvieran realmente tan lejos como implican sus desplazamientos al rojo, algunos cuásares estarían irradiando mil veces más energía que una galaxia entera, a pesar de que son tan grandes como nuestro Sistema Solar y esto ha llevado a la creencia de que deben estar alimentados por monstruosos "agujeros negros".
El razonamiento que encontramos tras estas conclusiones es erróneo pues el desplazamiento al rojo no sólo no representa una medida confiable de velocidad y tampoco es una estimación creíble de la distancia, ya que existe abundante evidencia de que las galaxias a la misma separación pueden tener desplazamientos al rojo muy diferentes. En el caso de una galaxia este fenómeno parece depender en parte de su edad pues las galaxias activas de bajo desplazamiento hacia el rojo a veces están rodeadas de otras con redshift alto (a menudo cuásares) que aparentemente han sido expulsadas de ellas; asimismo, hay pares de estas galaxias embrionarias que a menudo se alinean a ambos lados de la galaxia madre y están conectadas a ella por puentes luminosos o chorros de materia. Los desplazamientos al rojo de galaxias y estrellas parecen disminuir a medida que envejecen (8), pero los cosmólogos ortodoxos han tratado sistemáticamente de ignorar, descartar, ridiculizar y suprimir esta evidencia. El astrónomo Halton Arp ha jugado un papel clave para sacar a la luz estos hallazgos, y al igual que otros oponentes del Big-Bang ha encontrado grandes dificultades para publicar artículos en revistas convencionales y sus solicitudes de trabajo en telescopios terrestres y espaciales son rechazadas con frecuencia. El Big-Bang se ha convertido claramente en un artículo de fe para muchos científicos y curiosamente fue propuesto por primera vez por el sacerdote belga Georges Lemaître en 1927, ¡y en 1951 incluso recibió la bendición del papa Pío XII!
En su libro "A Different Approach to Cosmology", Fred Hoyle, Geoffrey Burbidge y Jayant Narlikar usan esta imagen para ilustrar el enfoque conformista de la cosmología estándar sobre el Big-Bang y dicen: "Hemos resistido la tentación de nombrar algunos de los gansos líderes".
Si el espacio es infinito, entonces obviamente no puede expandirse ya que el sentido común nos dice que la infinitud no puede hacerse más grande, o como expresa Helena Blavatsky "la extensión infinita no admite ampliación". Algunos escritores han establecido paralelismos superficiales entre la "expansión" del espacio y la "explosión" de Brahmâ (fuerza creativa tras la manifestación de un planeta, estrella, etc.), como se describe en la filosofía hindú, pero Blavatsky explica que "la expansión desde el interior al exterior" no se refiere a un aumento de tamaño, sino de condición: "el desarrollo de la subjetividad ilimitada en una objetividad ilimitada". En otras palabras, la inhalación y exhalación o expansión/contracción pueden referirse al desarrollo del Uno (la culminación espiritual de un sistema de mundos) en los muchos reinos materiales inferiores y la posterior reabsorción de los muchos en el Uno durante un ciclo interminable o latido cósmico de evolución e involución (9).
[Desde la perspectiva teosófica puede decirse que] una nebulosa puede crecer en tamaño mientras se está formando, en parte como resultado de las energías que se vierten desde los reinos internos y parcialmente a través de la acumulación de materia física, pero una vez que -por ejemplo- una galaxia o grupo galáctico ha alcanzado su pleno crecimiento, su estructura y forma permanecen relativamente estables durante el resto de su vida útil. En este sentido, todas las cosas -incluidas estrellas y galaxias- experimentan expansiones y contracciones rítmicas análogas al latido del corazón humano, pero esto no tiene nada que ver con la teoría de que "todo el Universo se está expandiendo" lo cual es completamente inaceptable e imaginario.
Para resolver varios problemas con el modelo Big-Bang, a principios de la década '80 los teóricos decidieron que durante los primeros 10-30 segundos tras la explosión inicial el "espacio-tiempo" experimentó un período de "inflación" hiper-rápida en el cual se expandió 1048 veces más rápido que la velocidad de la luz, creciendo desde un punto minúsculo a un volumen de varios cientos de millones de años luz en diámetro y luego de alguna manera frenó abruptamente a un ritmo de expansión más pausado. ¡Claramente, nadie puede negar que los "big-bangers" tienen una imaginación muy fértil! Todas las diferentes versiones sobre la teoría de la inflación establecen la predicción comprobable de que los protones eventualmente deberían decaer, pero todos los experimentos hasta la fecha no han podido detectar ese fenómeno y no parece importar pues el "trencito de la Gran Explosión" todavía está andando. Es importante darse cuenta de que nadie jamás ha medido ninguna expansión del espacio y no hay evidencia alguna de que átomos, galaxias o cúmulos galácticos se hayan agrandado con el tiempo. Por lo tanto, los defensores del Big-Bang afirman que el espacio debe expandirse entre cúmulos de galaxias y supercúmulos, donde se halla situado convenientemente más allá de la investigación experimental.
Portada para la edición de la revista "Discover" (abril de 2002). Bajo el encabezado "¿De dónde vino todo?" está la imagen de una canica de mármol rojo con la leyenda "El universo a unos 1034 segundos (TAMAÑO REAL)". El mármol mide 2 centímetros de diámetro y el texto bajo él señala: "El Universo estalló desde algo de absolutamente nada, cero; y a medida que creció fue relpetándose con más cosas que vinieron de la nada. ¿Cómo es eso posible? Pregunte a Alan Guth. Su teoría de la inflación ayuda a explicarlo todo". El cosmólogo John Barrow, por otro lado, cree que en el momento del Big-Bang el Universo no era de tamaño cero, sino una bola increíblemente densa de 6 milímetros de diámetro. Esto es mejor que nada, ¡pero sigue siendo basura!
Según una estimación reciente, el Universo según el Big-Bang tiene 13.700 millones de años; sin embargo, otros científicos afirman que las estrellas más antiguas de nuestra galaxia tienen entre 16 y 20 mil millones de años. De acuerdo con la Teosofía, el Universo en su conjunto es eterno, sin principio ni fin, y dentro de él planetas, estrellas, galaxias, etc. sufren ciclos recurrentes de nacimiento, evolución y muerte. El ciclo evolutivo actual y principal que involucra nuestro propio Sistema Solar -la "edad de Brahmâ" como la llaman los hindúes- ha estado en progreso durante más de 155 billones de años, tiempo durante el cual ha habido numerosas reencarnaciones planetarias y solares en muchos planos diferentes.
Los agujeros negros están de moda en la cosmología ortodoxa. Se cree que los agujeros negros supermasivos habitan en el centro de muchas galaxias, y cuando mueren estrellas suficientemente masivas se supone que sufren un colapso gravitacional e implosionan en agujeros negros. El astrónomo Fred Hoyle describió la "manía del agujero negro" -junto con la cosmología del Big-Bang en general- como "una forma de fundamentalismo religioso".
En los últimos años ha surgido lo que podría llamarse la "institucionalidad de los agujeros negros" compuesta por individuos que se hablan entre sí en un lenguaje positivo, como si los agujeros negros tuvieran la misma certeza que el amanecer de mañana. Sin embargo, no existe una pizca de evidencia observacional que respalde su posición, y de lo que sin duda hay pruebas es de aglomeraciones altamente condensadas de materia que producen campos gravitacionales muy fuertes. Se ha sabido de mucha evidencia respecto a actividad violenta asociada con tales agregados, pero esa constatación refiere a estallidos y nunca al continuo movimiento descendente que conduciría a la formación de un agujero negro (12).
Por definición, nadie ha visto agujeros negros y siguen siendo entidades teóricas. La idea básica subyacente a este fenómeno de que la gravedad puede volverse infinita y comprimir un gran volumen de materia hasta un punto infinitesimal (o "singularidad") es irracional e ilógica; nada finito puede volverse infinitamente grande o pequeño porque estas son abstracciones matemáticas. El concepto de "agujero negro" se deriva de las manipulaciones matemáticas para la teoría de relatividad general que "explica" la gravedad como una deformación o distorsión del espacio alrededor de cuerpos materiales, una idea que [ciertos teósofos] y muchos científicos descartan como un "sueño matemático". Algunos investigadores sostienen que las fuerzas electrostáticas evitarían que las estrellas sufran un colapso gravitacional significativo e incluso hay buenas razones para cuestionar la suposición fundamental de que la gravedad es proporcional a la masa inerte (14).
Los teóricos dicen que nada -ni siquiera la luz- puede escapar si ingresa en el límite exterior u "horizonte de eventos" de un agujero negro, y asignan algunas propiedades curiosas a dicho ámbito de sucesos pues según ellos es simultáneamente estacionario, y sin embargo se desplaza hacia el exterior a la velocidad de la luz; asimismo, dentro del horizonte de eventos el "espacio-tiempo" supuestamente se vuelve tan "distorsionado" que el espacio se convierte en tiempo y viceversa (15). En este sentido la descripción que hizo Hoyle sobre la teoría del Big-Bang como un "revoltijo infructuoso de símbolos matemáticos" parece muy apropiada y es fácil ver por qué algunos científicos descartan los agujeros negros como pura ciencia ficción.
Un estudio publicado en 1995 y basado en las observaciones de 15 cuásares por el telescopio espacial Hubble recibió un golpe dañino en la teoría del agujero negro al descubrirse que 11 de aquéllos no tenían material circundante que pudiera caer en ningún agujero negro hipotético; sin embargo, de alguna manera estaban produciendo emisiones de radio intensas (16). Otras indagatorias más recientes han seguido avergonzando a la institucionalidad de los agujeros negros, pues las galaxias M87 y NGC 6605 emiten chorros de material y se cree que tienen agujeros negros supermasivos en sus centros. Se pensaba que esos chorros estaban alimentados por una nube de polvo en forma de rosquilla en torno al agujero negro M87 y un disco de acumulación de materia atraída alrededor del agujero NGC 6605, pero no se puede encontrar rastros para ninguno de ellos (17).
De modo significativo, la materia casi siempre es vista alejándose de los núcleos galácticos en vez de moverse hacia ellos como requiere la teoría del agujero negro. Esto también es cierto para nuestra propia galaxia y la radiación proveniente de su centro no coincide con la que se espera que se origine en un agujero negro. Varios científicos han concluido que los centros de galaxias activas son regiones de creación de materia en lugar de su destrucción, y a este respecto tanto Arp como Hoyle citan a Sir James Jeans quien a fines de los años '20 sugirió que "los centros de nebulosas [galaxias] tienen la naturaleza de 'puntos singulares' en donde la materia se vierte en nuestro Universo desde alguna dimensión espacial y completamente extraña".
[Hay teósofos que hacen eco de] esta afirmación y se dice que sería más exacto hablar de otros "mundos" o "planos" en lugar de "dimensión"; después de todo, si este ámbito adicional es más que una simple abstracción en blanco, tendría que incluir tres dimensiones. El concepto de "puntos singulares" se compara a la enseñanza teosófica de "centros laya" o "de disolución", que son "canales" a través de los que pasan las sustancias energéticas de un plano a otro superior o inferior, una forma gráfica de referirse a los procesos de materialización y eterización. En ocasiones un centro laya se describe como el estado relativamente homogéneo de materia correspondiente al grado más alto de un plano y al nivel más bajo del plano superior. En cierto sentido cada punto del espacio es un centro laya y además cada entidad, átomo, semilla, ser humano y cuerpo celeste tiene un centro laya en su núcleo ya que cada forma física está animada desde el interior al exterior.
En la actualidad el núcleo de nuestra galaxia se halla relativamente inactivo en comparación con otras galaxias espirales y cerca de una en cada seis está pasando por una fase activa y explosiva. Al mismo tiempo, los núcleos galácticos ejercen una fuerte atracción sobre la materia circundante; sin embargo, no hay una propuesta seria en la idea de que la materia puede desaparecer de nuestro plano al ser absorbida por un "agujero cósmico" y aplastada hasta un punto infinitesimal. Vale la pena señalar que, por ejemplo, según la Teosofía el globo originalmente etéreo de un planeta recién formado se condensa y contrae durante la primera mitad de su ciclo vital, y luego se reconvierte en etéreo durante la segunda mitad a medida que sus fuerzas cohesivas y atractivas se debilitan (19). Cuando Brahmâ "se contrae" y retira sus energías vitalizantes, los planetas y las estrellas mueren para desintegrarse y su materia se dispersa; también las estrellas terminan sus vidas en una ex-plosión y no im-plosión (20).
Otros ingredientes clave del "Universo Big-Bang" son la "materia oscura" y "energía oscura". Los seguidores de la hipótesis solían afirmar que hasta el 99% de la masa del Cosmos estaba compuesta de materia oscura. Indudablemente hay concentraciones "negras" o no luminosas de materia física ordinaria en nuestro Universo, pero se dice que gran parte de ese material oscuro consiste en partículas físicas exóticas y nunca detectadas que no emiten ni absorben luz a diferencia de todas las formas de sustancia física conocida. Esta teoría se basó parcialmente en la velocidad excesiva y aparente de ciertos movimientos galácticos, pero esta evidencia observacional se basa en varias suposiciones cuestionables (incluyendo el mito de que el desplazamiento al rojo se iguala a la velocidad). Sin embargo, la razón principal para postular la existencia de tanta materia oscura era puramente teórica: el Big-Bang no funcionaría sin ella y la mayoría de esa concentración no lumínica debía tener propiedades inusuales o de lo contrario alteraría otros aspectos en dicho paradigma. Así, la existencia de materia oscura exótica "se basa en la creencia, no en alguna constatación sólida" y literalmente se inventó (21).
En 1998 se descubrió que las supernovas remotas o estrellas en explosión eran más tenues de lo esperado. Los "big-bangers" señalaron que, al contrario de todas las predicciones anteriores, esto significaba que la expansión del Universo se está acelerando y el espacio se expandirá para siempre hasta que todas las estrellas se consuman y se extinga toda forma de vida. Para "explicar" la supuesta expansión acelerada los acólitos del modelo imperante crearon la "energía oscura" o "quintaesencia", una fuerza repulsiva presente en todas partes del espacio. La última suposición es que aproximadamente el 73% de la masa del Universo consiste en energía oscura, el 23% es materia oscura y el resto sustancia ordinaria (22). Dado que ante todo el espacio infinito no puede expandirse, la supuesta dilatación acelerada de éste es sólo otra mitología basada en suposiciones falsas y razonamientos defectuosos (23). Como la materia/energía oscuras se conjuraron para salvar el Big-Bang, obviamente no tienen nada que ver con los reinos internos mencionados en la tradición oculta.
Se ha sugerido que la energía oscura puede explicarse por las "dimensiones adicionales" postuladas por algunos físicos teóricos. Las ideas en cuestión son buenos ejemplos de cuán grotesca puede ser la especulación matemática pura. Por ejemplo, la hipótesis de "supercuerdas" -para la cual no hay una pizca de evidencia experimental o de observación- afirma que todas las partículas de materia/fuerza e incluso el espacio y el tiempo surgen de "cuerdas" unidimensionales y vibratorias, con un largo de 10-34 centímetros que se según se afirma es el tamaño más pequeño posible en la naturaleza, pero con espesor cero, y se dice que habitan en un universo de diez dimensiones en que los seis ámbitos espaciales extra se han sometido a una "compactación espontánea", de modo que ahora están tan acurrucados que son indetectables. Es más: de acuerdo con la última moda -la teoría M- el Universo tiene once dimensiones y está habitado por objetos de hasta nueve.
Pero el hecho de que puedan escribirse ecuaciones para ideas descabelladas no significa que esos pensamientos sean correctos. Como Blavatsky dijo una vez, "el sentido común popular se rebela justamente contra la idea de que bajo cualquier condición de cosas pueda haber más de tres dimensiones tales como longitud, anchura y grosor" (24).
En 2001 dos astrofísicos propusieron un nuevo modelo de Universo en expansión más aerodinámico, conocido como "Universo cíclico", pues no estaban satisfechos con los esfuerzos constantes para solucionar los graves defectos del modelo estándar. Aunque con razón abandonan la idea de que el Universo tuvo un comienzo absoluto, intentan explicar su supuesta expansión en términos de las teorías de cuerdas y M. Argumentan que el Cosmos consta de dos láminas paralelas infinitamente grandes o "branas" que se encuentran muy juntas en una quinta dimensión inaccesible, no observable y finita. Una de esas branas se compone de materia ordinaria, mientras que la otra puede contener materia oscura. Las branas se están separando actualmente en la quinta dimensión haciendo que se expanda el espacio infinito, y después de unos pocos billones de años la quinta dimensión comenzará a contraerse y el espacio dejará de expandirse, pero no se contraerá. Se producirá un "crujido" cuando las branas colisionen y la quinta dimensión se desvanezca, pero ésta reaparecerá de inmediato y las branas "rebotarán" en una nueva "explosión" causando que el espacio infinito experimente un nuevo ciclo de expansión (25).
El hecho de que este sinsentido arbitrario se esté tomando tan en serio subraya los graves problemas en que se encuentra la cosmología ortodoxa, y como era de esperar, ¡incluso se ha afirmado que la teoría muestra "convergencia" con la Teosofía! (26). Se dice que el nuevo modelo demuestra hasta qué punto necesitamos "deshacernos de los conceptos de sentido común" para avanzar en cosmología. Los científicos convencionales simplemente se basan con tal ahínco en el modelo de Universo expansivo en términos de carrera, financiación y prestigio que no están dispuestos a considerar seriamente las anomalías de desplazamiento al rojo y otras pruebas de observación que contradicen la idea misma de espacio dilatado.
Dejando a un lado la materia y energía oscuras, se cree que más del 99% de la materia en el Universo físico existe en estado de plasma, incluyendo estrellas, atmósferas exteriores de planetas y medios interplanetarios, interestelares e intergalácticos. El plasma -conocido como cuarto estado de la materia (después de sólidos, líquidos y gases)- consiste en átomos disociados, es decir, electrones e iones (núcleos atómicos). Es interesante notar que mientras la mayoría de científicos considera al Sol como una bola de plasma, la Teosofía dice que el interior de ese astro consiste en gran parte de materia en sus estados quinto, sexto y séptimo, desconocidos para los científicos en la Tierra (27); por tanto, tras la palabra "plasma" pueden ocultarse grados más finos de materia física.
Los cosmólogos de plasma critican a los "big-bangers" por creer que la fuerza de gravedad relativamente débil es la impulsora del Cosmos, y muestran que el comportamiento conocido de fuerzas eléctricas/magnéticas y los plasmas conductores de electricidad pueden arrojar luz sobre la formación y evolución de las galaxias, incluyendo los procesos de eyección que tienen lugar en los núcleos galácticos (28). Algunos científicos ajenos al establishment van más allá y señalan la necesidad de invocar la generación de materia-energía física a partir de un éter subyacente para explicar la fuente energética que alimenta estrellas, estallidos de supernovas y explosiones de núcleo galáctico (29). El éter solía ser considerado como la clave para una comprensión unificada de la fuerza y materia físicas, pero la ciencia ortodoxa lo abolió a principios del siglo XX y fue reemplazado con abstracciones matemáticas. Sin embargo, muchos investigadores independientes están encontrando evidencia experimental que respalda su existencia (30).
Ciertamente, el éter de la física no es el "nivel inferior" de la realidad, sino simplemente un puente hacia los reinos más profundos de la sustancia espiritual que se encuentran más allá. Estos ámbitos imperceptibles interpenetran nuestro mundo físico y son tan concretos para sus habitantes como este mundo para nosotros. No tienen nada en común con las dimensiones matemáticas imaginarias, inaccesibles y marchitas soñadas por algunos científicos, y es una gran ironía que muchos profesionales se sientan bastante cómodos con las teorías especulativas e indetectables, repletas de las ficciones matemáticas más extrañas, y se oponen ferozmente a la idea oculta de mundos internos de energía-sustancia conectados con una variedad de fenómenos paranormales y relacionados con la conciencia.
Una vez preguntaron a H.P. Blavatsky qué era lo más importante y necesario en el estudio de la Teosofía y su respuesta fue "sentido común", algo que los científicos también podrían aprovechar. Cuando se le interrogó qué colocaría en segundo lugar respondió "un sentido del humor", que también es útil al estudiar las últimas teorías científicas, y al pedírsele que dijera qué colocaría en tercer lugar Blavatsky replicó: "¡Oh, sólo MÁS sentido común!" (31).
Referencias
1. Paul Davies y John Gribbin, The Matter Myth, New York: Simon & Schuster/Touchstone, 1992, p. 122, 175.
2. Richard Morris, The Edges of Science, New York: Prentice Hall Press, 1990, p. 48-52.
3. "The top 30 problems with the big bang", Infinite Energy, v. 8, n° 46, 2002, p. 10-5 (www.infinite-energy.com). Ver "Cosmology and the big bang", davidpratt.info; William C. Mitchell, Bye Bye Big Bang – Hello Reality, Carson City, NE: Cosmic Sense Books, 2002.
4. ‘Science heading for a big bang’, www.holoscience.com/news/science_bang.htm.
6. Paul LaViolette, Genesis of the Cosmos: The ancient science of continuous creation, Rochester, VE: Bear and Company, 2004, p. 280-3, 288-95 (http://etheric.com); Tom Van Flandern, "Did the universe have a beginning?", Meta Research Bulletin, 3:3, 1994 (www.metaresearch.org).
7. Halton Arp, Seeing Red: Redshifts, cosmology and academic science, Montreal, Quebec: Apeiron, 1998, p. 195-223 (www.haltonarp.com).
8. "Exploding the Big-Bang", davidpratt.info; Arp, Seeing Red.
9. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 1:62-3, también 4, 43, 83-5.
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9. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 1:62-3, también 4, 43, 83-5.
12. Fred Hoyle, Home is Where the Wind Blows: Chapters from a cosmologist’s life, Mill Valley, CA: University Science Books, 1994, p. 406, 413.
13. Véase "Espacio, tiempo y relatividad".
14. Véase "Gravedad y antigravedad".
15. http://cosmology.berkeley.edu/Education/BHfaq.html.
16. Genesis of the Cosmos, p. 329.
17. www.gemini.edu/project/announcements/press/2001-3.html; http://arxiv.org/abs/astro-ph/0302349.
19. La Doctrina Secreta, 1:159; A.T. Barker (comp.), The Mahatma Letters to A.P. Sinnett, TUP, 2da edición, 1975, p. 98-9.
20. La Doctrina Secreta, 1:4, 41, 83-5.
21. Fred Hoyle, Geoffrey Burbidge y Jayant V. Narlikar, A Different Approach to Cosmology, Cambridge: Cambridge University Press, 2000, p. 293, 307; Eric J. Lerner, The Big Bang Never Happened, New York: Vintage Books, 1992, p. 32-5.
22. www.sciencenews.org/20030215/fob1.asp, www.sciencenews.org/20010407/bob14.asp.
23. "Do supernovas prove an expanding universe?", Meta Research Bulletin, 13:2, 2004, p. 28-30, http://metaresearch.org/msgboard/topic.asp?TOPIC_ID=517 (también TOPIC_ID=526).
24. La Doctrina Secreta, 1:252.
25. http://feynman.princeton.edu/~steinh; www.brain-mind.com/SciNewsJanMay2002.html.
26. Sunrise, abril/mayo 2003, p. 140-2.
28. The Big Bang Never Happened, capítulos 5 y 6.
29. Genesis of the Cosmos, p. 318-29.
30. Véase "Worlds within worlds", davidpratt.info.
31. Sylvia Cranston y Carey Williams, H.P.B.: The extraordinary life and influence of Helena Blavatsky, Santa Barbara, CA: Path Publishing House, 3era edición, 1994, p. 337.
13. Véase "Espacio, tiempo y relatividad".
14. Véase "Gravedad y antigravedad".
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