Por su parte Helena Blavatsky sostiene: "Un símbolo es una idea encarnada que combina la concepción de lo Divino Invisible con lo terrenal visible". Cada símbolo tiene varios significados y es fácil entender esto. Cada objeto puede constituir una simbología, como por ejemplo un árbol [al representar la ecología], pero denota diferentes aspectos para mentes diversas. La palabra "árbol" trae un tipo de idea en la mente de un niño y otra muy diferente en el caso de un botánico, un poeta, un pintor, un filósofo y un místico. Para éstos últimos el árbol encarna el proceso de la vida y el crecimiento, y de esta forma hablan sobre "el árbol del bien y del mal" o del conocimiento.
También cada símbolo debe tener un significado más profundo aparte del más obvio. De hecho, Blavatsky observa que cada emblema tiene al menos siete claves para su interpretación. La esvástica, que es una forma de cruz, constituye un signo universal que se encuentra en el simbolismo religioso de cada nación y está incluida en el sello de la Sociedad Teosófica.
La esvástica consta de una cruz equilátera con sus brazos doblados en ángulos rectos, todos en el mismo sentido de rotación, generalmente en dirección horaria. La palabra deriva del sánscrito swastika que significa "propicio para el bienestar". En India, la esvástica sigue siendo el símbolo auspicioso más utilizado de hindúes, jainas y budistas. Entre los primeros es signo de su séptimo Tirthankara (santo) y también se dice que recuerda al adorador -por sus cuatro brazos- los cuatro lugares posibles de renacimiento: el mundo animal o vegetal, el infierno, la Tierra o el ámbito espiritual. Los hindúes (y también jainas) usan la esvástica para marcar las primeras páginas de sus libros de cuentas, umbrales, entradas y ofertas. El signo de este tipo que se mueve a la derecha es considerado símbolo solar y en la rotación de sus brazos imita el curso que toma el Sol a diario. Contrariamente, la esvástica que va en sentido contrario a las agujas del reloj más a menudo representa la noche, la aterradora diosa Kali y las prácticas mágicas.
En la tradición budista, la esvástica simboliza los pies o las huellas de Buda y a menudo se coloca al principio y final de las inscripciones. Como señal de prosperidad y buena fortuna este signo se distribuye ampliamente en todo el mundo antiguo y moderno, siendo el favorito en la antigua acuñación mesopotámica. En la Alemania nazi, la esvástica con sus brazos oblicuos girados hacia la derecha se convirtió en símbolo nacional y para todas las organizaciones antisemitas. En Escandinavia, la esvástica que gira a la izquierda era señal del martillo del dios Thor (Enciclopedia Británica).
Se han atribuido muchos significados a este ícono, llamándoselo por ejemplo "cruz gnóstica". Cuando consideramos este signo dentro del círculo, está formado por dos líneas o diámetros de la circunferencia que se intersectan (vertical y horizontal). Cuando el Espíritu -representado por el diámetro vertical- desciende a la materia se dibuja mediante esa línea que divide a la horizontal, y cuando esto se completa comienza la revolución alrededor del gran círculo. Ese movimiento se representa girando hacia atrás los extremos de los diámetros horizontal y vertical; por lo tanto, la esvástica representa la evolución.
En el Bhagavad Gita, Shri Krishna parece sugerir que debemos ayudar a la gran rueda de la evolución y quien no logra hacer que continúe girando no tiene ningún propósito y lleva una vida de pecado. La humanidad es una emanación de lo divino en su sendero al retorno, y en consecuencia ayudar a la gran rueda evolutiva significa brindar nuestra colaboración en el ingente trabajo de regreso a la fuente de la que hemos venido. Esto implica continuar el proceso de transformar nuestra naturaleza inferior en superior y asistir en este proceso a todos nuestros semejantes y el mundo animado, tal y como escribe Judge. La esvástica también alude a la "rueda de la ley" mencionada en libros budistas y brahmánicos y se dice que los Budas dan otro viraje a a dicha rueda cuando vienen.
En India, la esvástica representa el lugar o centro del que brotan las fuerzas de los grandes desconocidos y se exhiben a través de diversas manifestaciones. El movimiento giratorio de este emblema se puede visualizar como el gran molino de los dioses y el alma humana que se sitúa en el medio. Con el movimiento del eje en esta rueda todas las cosas son atraídas hacia el centro o alma para ser maceradas, reunidas y "recicladas" una y otra vez.
La esvástica es también el símbolo del chakra hindú o disco de Vishnu, del que se dice fue usado en la batalla entre Devas (dioses) y Asuras (demonios) para destruir a éstos últimos. El conflicto entre ambos fue por la posesión del jarrón de Amrita (néctar de inmortalidad) que surgió durante la agitación del océano. El Amrita representaba sabiduría espiritual, inmortalidad y poder mágico.
William Judge comenta que el profeta judío Ezequiel vio esta rueda en su contemplación; de hecho vislumbró "una rueda dentro de otra" que representan, entre otras cosas, jerarquías de seres espirituales. Cada una de estas gradaciones proporciona la esencia y es el "constructor" de uno de los siete reinos en la naturaleza.
Blavatsky igualmente señala que el martillo de Thor era un arma que tenía forma de esvástica y que los místicos y masones europeos lo llamaron "cruz hermética". Es el símbolo más santo y venerado universalmente. Los cuatro brazos de la esvástica apuntan a los cuatro puntos cardinales que se pierden en el infinito e implica que el punto central -que representa a Dios o lo más elevado- no se limita a un individuo incluso si éste es perfecto. Ese Principio Divino está en la Humanidad y viceversa, como las gotas de agua en un océano. Las líneas horizontales y verticales de la cruz inscritas al interior de un cuadrado simbolizan nuestra existencia humana, mientras que los cuatro puntos de la cruz muestran en sucesión el nacimiento, la vida, la muerte y la inmortalidad (D.S., II, 556-57).
Hubo un tiempo en que se adoptó universalmente el símbolo oriental de la cruz y el círculo, o la esvástica. Con el budista esotérico (y en este sentido exotérico), el chino y el mongol denota "las 10.000 verdades" que de acuerdo con ellos pertenecen a los misterios del Universo invisible y la cosmogonía/teogonía primordiales, siendo éste el motivo por el cual la esvástica siempre se coloca en los pechos de místicos muertos, como la cruz ansada en Egipto. Se encuentra también en el corazón de las imágenes y estatuas de Buda, en Tíbet y Mongolia. Es el sello que se sitúa además en los corazones de Iniciados vivos, quemado en la piel por siempre para algunos. Esto se debe a que deben mantener esas verdades [ocultas] inviolables e intactas, en eterno secreto y hasta el día en que éstas sean percibidas y leídas por sus sucesores elegidos, los nuevos Iniciados "dignos de ser confiados con las diez mil perfecciones", y así podríamos considerar la esvástica como sello de lo oculto.
El doctor Schliemann descubrió durante sus excavaciones en la antigua ciudad de Troya que los iniciados, videntes y sacerdotes de esa ciudad utilizaban la esvástica, lo que constituye una prueba más de que los antiguos habitantes y sus ancestros eran arios puros, como nos recuerda H.P.B., e igualmente su uso era conocido para los antiguos peruanos, asirios y caldeos. La esvástica está preñada de significado esotérico, y un iniciado en los misterios de su denotación puede rastrear la evolución de Kosmos, "la relación de lo visible con lo Invisible" y también "la primera procreación del hombre y la especie".
La cruz esvástica se usó en Egipto como talismán protector y símbolo de poder salvador; además aparece prominentemente en los misterios iniciáticos. Se dice que Thor golpea la cabeza de la Serpiente con su martillo, que es una forma de esvástica o cruz de cuatro pies. Visvakarman ata a su yerno Surya (el Sol) en su torno, de acuerdo a la alegoría exotérica o la esvástica en la tradición oculta. En la Tierra, Visvakarman es el iniciador-hierofante que corta una porción del fulgor solar. Aquél es hijo de Yoga-Siddha, es decir, el poder sagrado del Yoga, mientras que Surya representa al neófito o candidato para convertirse en hierofante. En la alegoría puránica, Sanjana -hija de Viswakarman que connota la conciencia espiritual- era esposa de Surya y se quejaba ante su padre por la gran refulgencia de su marido, por cuanto Viswakarman (el carpintero divino) crucificó al Astro Rey en su torno o esvástica y cortó la octava parte de sus rayos, creando a su alrededor una aureola oscura. Luego de eso, Surya asemejaba haber sido coronado con espinas oscuras y se convirtió en "Vikarttana" o aquél que estaba desprovisto de su refulgencia y siendo también el tipo del neófito iniciado. Todos estos nombres eran dados a candidatos que estaban pasando por pruebas iniciáticas. El candidato a este proceso personifica al Sol, que debe aniquilar todas sus pasiones salvajes y usar una corona de espinas antes de resucitar a una nueva vida o renacer.
La "mujer Arani" es un nombre para la Aditi védica (esotéricamente, el útero del mundo). Arani es una esvástica, vehículo de madera similar a un disco en que los brahmanes generaban fuego por fricción con pramantha, el palo o símbolo de la generación masculina. Es una ceremonia mística con un mundo de significado secreto y es muy sagrada, según consigna el "Glosario Teosófico" por Blavatsky. El nombre Prometeo se deriva de la palabra sánscrita Pramantha, es decir, el instrumento utilizado para encender fuego. En los sutras védicos se nos cuenta que al girar rápidamente la palanca en el receptáculo primero se produjo el calor y después el fuego. El mencionado palo se llamaba Pramantha y el disco se conocía como Arani. H.P.B. comenta que en cierto sentido Prometeo denota el fuego por fricción que une a Manas con Buddhi (D.S., II., p. 413 y p. 524). El mito griego mencionado se relaciona con la evolución humana y relata que hubo un tiempo en que el hombre no era realmente mejor que una bestia, aunque tenía forma humana. Según esta tradición, Prometeo robó fuego del cielo y lo trajo a la Tierra, por cuanto esta historia refiere a la "luz de la mente" dada al ser humano por las deidades solares y le otorga el poder de elegir, pensar y razonar; por consiguiente, el personaje de Prometeo se relaciona con la primera apertura de la percepción espiritual en nosotros (D.S., II, p. 523).
La esvástica brilla sobre la cabeza de la serpiente con mil cabezas llamada Ananta Sesha sobre la cual descansa el Señor Vishnu. De igual forma este símbolo es el más filosóficamente científico de todos al expresar todo el trabajo de creación o evolución desde el Parabrahmam desconocido, hasta el moneron de la ciencia materialista. En el Libro de los Números caldeo se llama el "martillo del trabajador" que produce chispas en el pedernal (espacio) y esos destellos se convierten en mundos. En la obra macrocósmica, la esvástica es el "martillo de la creación" con sus cuatro brazos doblados en ángulo recto y se refiere al movimiento continuo y la revolución del Kosmos invisible de fuerzas. En el Kosmos manifestado y nuestra Tierra apunta a la rotación cíclica de los ejes y cinturones ecuatoriales; aplicado al microcosmos (el ser humano) muestra que es un vínculo entre Cielo y Tierra. Es al mismo tiempo un signo alquímico, cosmogónico, antropológico y mágico con siete claves para su significado interno, y así la esvástica contiene la clave de los siete grandes misterios del Kosmos. Quien comprenda su trasfondo completo queda liberado para siempre de los esfuerzos de Mahamaya, la gran ilusión y el Engañador (D.S., II, p. 98-100).
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"Una vez Sri Ramakrishna preguntó a Narendra (Swami Vivekananda) cuál era su ideal en la vida y respondió: 'Permanecer absorto en Samadhi' (...) a lo que el Maestro comentó: '¿Por qué? Pensé que usted estaba hecho de cosas mejores. ¿Cómo puede estar satisfecho con un motivo tan unilateral? Mi fuerza es la parcialidad total. Por ejemplo, me gustaría disfrutar del pescado de varias maneras: frito, hervido, hecho en sopa, escabeche, etc. Disfruto al Señor no sólo en Su estado incondicional de Unidad, como el Brahman no calificado en Samadhi, sino también en Sus diversas manifestaciones bienaventuradas a través de la dulce relación humana. Así que sea usted también un Jnani [hombre docto] y un Bhakta [devoto] en uno" ("Comentarios de Sri Ramakrishna").
(De la revista "The Theosophical Movement", octubre de 2011).