20 de febrero de 2022

Las mujeres y el sexo: una perspectiva espiritual

Nota del traductor/administrador:

Para el caso específico de este blog, el presente artículo se incluye única y exclusivamente con el propósito teosófico de crear reflexión y debate despersonalizados sobre el tema aludido, y de ninguna manera representa un "guiño" o "estímulo" para sentimentales y condicionados de (extrema) izquierda/(extrema) derecha, gravemente imbuidos por el materialismo cínico, imbécil y manipulador que exige "tratamiento ético" cuando le conviene con tal de mantener sus negocios repugnantes. De esta forma, dependerá de cada lector/a en qué modo absorbe esta información y cómo se las arregla con su consciencia... una palabra ignorada por MILLONES.

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Recientemente ha habido un aumento nunca antes visto en la violencia contra mujeres, especialmente en India, por cuanto hay delitos sexuales, maltrato doméstico y hostigamiento hacia ellas. Tras la violación y muerte de una joven en Delhi, la conclusión general es que las mujeres en nuestro país están en peligro y se considera que las leyes deben ser más estrictas: en lugar de unos pocos años en prisión, debe existir cadena perpetua. Es necesario que los casos de violación se resuelvan en tribunales de vía rápida e incluso que el acoso y la intimidación “menores” se tomen en serio para sancionar adecuadamente a quienes los cometan; pero se reconoce que el problema no es meramente de ley y orden, sino que tiene un aspecto social y psicológico. Tuhin A. Sinha escribe: "Hay demasiados aspectos del problema y la naturaleza del crimen es diferente en diferentes partes del país", señalando que en India una gran parte de la población masculina vive lejos de su cónyuge para ganarse la vida y es esta parte de población la que ha mostrado una mayor tendencia hacia los delitos contra mujeres. Sinha entonces pregunta: “¿Podríamos considerar legalizar la prostitución?”

Steven Pinker, profesor de psicología en la Universidad de Harvard, dice que "la violación es un fin extremo de un continuo en la sexualidad masculina; los hombres persiguen a parejas sexuales de manera más fogosa e indiscriminada que las mujeres. Por lo general, esto lleva a los hombres a cortejar, proponer y seducir, pero en entornos no regulados, lo cual puede llevar al hostigamiento y la violación cuando los hombres se muestran desesperados, con poca empatía y autocontrol".

Esto puede exacerbarse en las culturas que practican infanticidio selectivo para mujeres, ya que entonces la proporción de hombre a mujer está sesgada (The Times of India, 14 de enero de 2013). Hay muchas sugerencias prácticas para disuadir los delitos sexuales, pero muy pocos han sentido la necesidad de cambiar la mentalidad del individuo moderno. Fue alentador saber que mientras la mayoría de personas discutía sobre formas y medios para mejorar las leyes de protección a mujeres, un grupo de directores de escuelas pensó que otro tema importante a abordarse es la necesidad de sensibilizar a los hombres. Los niños deben ser instruidos a respetar tanto a niñas como mujeres; de igual forma, los padres no deben discriminar entre hijos e hijas, sino otorgarles el mismo trato. De hecho, valdría la pena reflexionar y popularizar la actitud y las opiniones de los antiguos hacia las mujeres, el sexo y el matrimonio.

En el transcurso del tiempo, el estatus de la mujer en la sociedad ha disminuido. Nos preguntamos cuántos hombres están preparados para reconocer y practicar la enseñanza de Manu: “Donde las mujeres son honradas, allí realmente se regocijan los Devas; donde no son honradas, en verdad todos los ritos son infructuosos”. En muchas historias, leyendas y alegorías, la mujer es simbolizada como "inferior" al hombre, pero estos relatos no deben tomarse de forma literal sino alegórica. La materia está simbolizada por la mujer, como también ésta personifica los poderes de dicha materia o Shaktis. Así como el Espíritu y la Materia son sólo dos aspectos de la Realidad Única, también lo son el hombre y la mujer. Shri B.P. Wadia escribió: “Cuando el hombre o el Alma se une con la Sabiduría o la mujer, aquél alcanza la Iluminación. Si no puede levantarse sin ella, ésta sin él es una abstracción impotente”. Desde hace mucho tiempo los hombres han asumido la posición de "superioridad" y las mujeres la de "inferioridad", y el remedio para esto no es la "afirmación de su independencia" por parte de la mujer o que ella a su vez trate de "explotar" a los hombres, sino despertar en éstos el sentido del deber hacia el género opuesto. Es menester que tanto varones como féminas reconozcan sus deberes e interdependencia; es bueno que ellas sean capaces de llevar a cabo lo mismo que sus compañeros, pero ¿realmente necesita hacerlo? ¿Es la tarea de las mujeres inferior a la de los hombres? Shri Wadia afirmaba que la mujer no es una máquina para criar niños, ni necesita estar confinada a la cocina y al cuidado de los vástagos, y sin embargo en estos dos ámbitos tiene las funciones más importantes que desempeñar.

Por su parte, William Judge señaló: "El hombre y la mujer son de carácter complementario (…) Es natural que cada sexo disfrute de la compañía del otro". La afinidad mutua puede resultar en intimidad y simpatía que conduce a la apreciación de unidad e identidad. “Cuanto más perfecta es la simpatía -en su mejor sentido, que es compartir la vida de otro y penetrarla con filamentos de amor-, más claramente se aprehende la verdad (…) que enmascarada bajo apariencias muy diferentes, el alma del hombre y el alma de la mujer son lo mismo”. También Charles Johnston aseveraba que es a través del amor entre ambos sexos que la vida enseña las lecciones de simpatía y unidad (The Path, febrero de 1888).

En la sociedad moderna encontramos que existe necesidad de reconocer la santidad del sexo y el matrimonio. El énfasis y la lucha por igualdad de género han transformado la relación entre hombres y mujeres, lo que a su vez está cambiando la actitud hacia el matrimonio. Entre otros aspectos, se supone que el matrimonio es "el único remedio contra la inmoralidad", como dijo H.P.B., pero la definición misma de moralidad está en proceso de cambio. Por ejemplo, el premio otorgado a la virginidad como virtud actualmente se ha convertido en insignificancia, pues ahora tanto hombres como mujeres -que antes buscaban estabilidad y seguridad del matrimonio- prefieren aventuras casuales de una noche, de las que puedan zafarse sin mirar atrás. La escritora Vinita Nangia lo describe así: “Los adolescentes de uno y otro sexo se han unido en travesuras nocturnas sin inhibiciones ni responsabilidad. Y para deleite de los hombres, las mujeres acuden a ellos livianamente, sin aferrarse, sin lágrimas ni interrupciones emocionales y, sobre todo, sin exigencias de declarar amor y afecto eternos. De hecho, la nueva mujer parece huir tan rápido como cualquier hombre ante el compromiso”. La mayoría de hombres y mujeres jóvenes hacen malabarismos entre múltiples relaciones, disfrutan la vida y extraen la mayor diversión posible antes de sentar cabeza. El matrimonio puede traer estabilidad, pero también conlleva restricciones. Además, la independencia financiera y los empleos que implican viajes largos han dado “sabor de libertad” a muchas mujeres, que ahora prefieren no atarse a sus hogares, ni criar a sus hijos y otras responsabilidades, y quizás esto sea una reacción a muchos años de opresión contra ellas.

Shri B.P. Wadia dice que en la vida matrimonial de un Grihasta el hombre y la mujer deben darse cuenta de que la verdadera unión es el contacto de mente con mente, de corazón a corazón y de un alma con otra, donde la esposa considera al marido no como una posesión sino como socio, y donde el marido no vea a su esposa bajo la etiqueta de objeto personal, sino a modo de compañera, y entonces ambos se ayudan mutuamente a recorrer el Camino de la Nobleza.

Un hombre casado tiene la oportunidad de desarrollar su fuerza de voluntad al resistir tentaciones de todo tipo. Si él usa correctamente esa capacidad, se vuelve fuerte y nacerá en la próxima vida con ese aspecto más desarrollado y llegará a poseer la cualidad de continencia. El instinto sexual es el más fuerte de todos, y el que lo vence se convierte en un dios. El matrimonio es la unión de dos almas con el propósito de propagar la especie, pero si en su lugar sólo existe vínculo de cuerpos masculinos y femeninos, entonces el desposorio se convierte simplemente en un acto brutal que a veces hace que el hombre y la mujer se rebajen a un nivel incluso inferior al de los animales. Pero ¿cuántos matrimonios son realmente espirituales y no se basan en la belleza de la forma u otras consideraciones? Si un hombre permite la libertad total de sus pasiones animales y sin moderación, entonces gradualmente se convertirá en esclavo de sus antojos animales y la esposa comienza a verlo como bruto, por cuanto la felicidad conyugal comienza a ser reemplazada por la miseria y lo desagradable. En su artículo llamado “Chastity”, Franz Hartmann decía que el remedio para todos estos males es la continencia.

Aldous Huxley fue uno de esos pocos pensadores occidentales que creían que nuestro progreso intelectual y material ha superado al desarrollo moral y ético. Reconociendo la urgente necesidad de autocontrol y someter nuestra naturaleza animal, puntualiza: “La castidad es una de las principales virtudes en la medida en que, cuando está ausente, las sociedades carecen de energía y los individuos se hallan condenados a la falta de conciencia, el apego y la animalidad perpetuos”. Esta cualidad ha sido enfatizada por todos los maestros espirituales por dos razones: (1) no es posible auto-realizarse como alma espiritual, toda vez que uno se identifica con el cuerpo y las funciones corporales; y (2) la castidad es el medio para la conservación de la energía vital o Prana que puede dirigirse hacia los planos superiores de conciencia. El Kama Deva del período védico temprano -que es el deseo divino de crear felicidad y amor- puede compararse con Eros en la mitología griega que personifica el Amor Universal e Impersonal que funciona para la elevación espiritual en la especie humana. Ahora y en el plano material inferior, Kama-Deva se ha convertido sólo en Kama (deseo animal) y el poder procreativo de las bestias, comparable al Cupido de los helenos que representaba la fuerza de lujuria egoísta. El abuso del poder creativo y el desperdicio de la esencia vital con fines de gratificación personal ha hecho del hombre "un ser malhadado y escrofuloso (…) el heredero más rico del mundo en enfermedades constitucionales y hereditarias, y de todos los animales es el más consciente e inteligentemente bestial”, según consignaba H.P.B. Nuestra sociedad parece estar siguiendo la filosofía del hedonismo creyendo que la adquisición de placeres es el principal bien y al considerar el control de las pasiones como “antinatural”, y en este sentido Huxley explica de qué forma la adicción al sexo es equiparable a las drogas que crean hábito como el alcohol, la morfina o la cocaína, lo que lleva al tormento del cuerpo y la mente.

El verdadero comienzo en la práctica de continencia o castidad debe hacerse a nivel de los pensamientos, y luego extenderlo a palabras y hechos. Hay muchos que disfrutan discutiendo el tema de la indulgencia sexual. Gandhi escribió que la observancia de Brahmacharya (celibato) no significa mero control físico, y en realidad denota un dominio total sobre todos los sentidos. Así, un pensamiento impuro es una fractura en el brahmacharya, como también la ira y otros defectos. En ocasiones continuamos disipando inconscientemente la vitalidad o energía creativa a través de pensamientos básicos y no deseados, y por ello Jesús advertía: "Quien mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón".

En “Letters That Have Helped Me”, William Judge escribe que no hay sexo en el nivel del Espíritu porque allí todos los hombres son mujeres y viceversa, los dos unidos en uno, pero en la conciencia psíquica todavía existen distinciones. Cada ser humano se prepara para pasar del cuerpo masculino al femenino y viceversa en alguna vida posterior para adquirir experiencia. Todos nosotros y muchas veces debemos haber vivido en encarnaciones pasadas como varones y féminas hasta ahora, pues hay lecciones que aprender a nivel físico para ambos sexos y mediante las naturalezas que describen a cada cual.

Se dice que la liberación para una mujer se logra sólo a través del hombre, y también Judge señala que es igualmente difícil para ambos alcanzar la meta de la perfección espiritual. El hombre trabaja a través del intelecto y la mujer mediante las emociones o el corazón. Por separados ambos son igualmente inútiles luego de un tiempo, y de los dos el corazón es la mejor herramienta; pero una mujer se siente abrumada por sus emociones y no puede ir más lejos. Sin embargo, el autor dice que es más difícil dominar el cuerpo como mujer que siendo un hombre.

Nos encontramos en un punto evolutivo donde predomina el principio de Kama o deseo. Los Maestros nos dicen que la especie humana como conjunto está atrasada en su desarrollo, por cuanto deberíamos mostrar un mayor desarrollo de la mente con sus facultades superiores e involucrarnos menos con nuestros deseos y pasiones a estas alturas. En cambio, ¿qué encontramos? Que hay demasiada preocupación con el desarrollo de la personalidad; que se otorga importancia irracional a la apariencia física y la adquisición de nombre, fama y poder; de esta manera y en todos los modos de vida la gratificación de los sentidos se considera el "bien más elevado". Existe necesidad general de controlar nuestra naturaleza deseosa en lugar de dar juego libre a nuestros apetitos sexuales o de otro tipo.

En la obra “Through the Gates of Gold” se dice: "Ninguna bestia de la Tierra es tan brutal como el hombre que somete su poder divino a su facultad animal (…) No sólo el individuo es más que un animal por haber un dios en él, sino es más que una divinidad porque hay un animal en su interior. Una vez que obligues a la bestia a ocupar el lugar inferior que le corresponde, te encontrarás en posesión de una gran fuerza hasta ahora insospechada y desconocida. El dios como sirviente complementa mil veces los placeres del animal y éstos a los poderes divinos. Y es sobre la unión o relación correcta de estas dos fuerzas en sí mismo, que el hombre se erige como un rey fuerte".

(“The Theosophical Movement”, febrero 2013).


APÉNDICE PARA REFLEXIÓN (“The Theosophical Movement”, junio de 2013, sección “In the Light of Theosophy”)

Las mujeres de todo el mundo parecen llevar la carga psicológica de la belleza. Es extremadamente difícil escapar de esa trampa en el mundo de hoy, con modelos que salen de revistas e imágenes sexualizadas de íconos adolescentes que son difíciles de seguir como ejemplo, pero también difíciles de ignorar. Phoebe Baker Hyde (38 años), estudiante de una especialidad sobre antropología cultural en una facultad de Ivy League, dejó de lado sus cosméticos por 13 meses luego de esforzarse por alcanzar un peso y una apariencia "perfectos" en el período posterior al embarazo. Hyde escribió sobre su experiencia en el libro “The Beauty Experiment” y en una entrevista con Shikha Shah ella confiesa que lo que la llevó a renunciar a los cosméticos durante todo ese tiempo fue darse cuenta de que el empoderamiento no proviene de tener un vestuario increíble y no debemos confundir la confianza en uno mismo con una gran apariencia exterior. Hyde logró esto concentrándose en otras cosas además de la belleza y se comprometió en una "dieta de revistas" absteniéndose de comprar publicaciones de celebridades o glamour, y en su lugar comenzó a apreciar el mundo real a su alrededor. Se dio cuenta de que cuidar su salud básica contribuía a su "belleza interior": "Cuando estoy sana, bien descansada y mentalmente equilibrada, soy más amable y compasiva conmigo misma y con los demás, más sabia de mis acciones y elecciones, e incluso más generosa y siento menos temores”. Todos tenemos el impulso biológico de gustar y parecemos atractivos para los demás porque los humanos son animales sociales y se reproducen sexualmente, pero cuando hombres y mujeres tienen una fijación obsesiva por tener un tipo de belleza muy específico y culturalmente obligatorio, a menudo experimentan nerviosismo e inseguridad, como dice Hyde (“Times Life!” [Sunday Times of India], 26 de mayo de 2013).

Vivimos en un mundo que persigue "apariencias". Se da demasiada consideración a la cobertura externa que a la naturaleza interior y los valores morales. Un exterior "feo" a menudo esconde un alma noble. Nuestra autoestima generalmente se mide a través de los demás y también por nosotros mismos sobre la base del sentido derivado del "yo". Hay experiencias en la vida que nos abren los ojos al hecho de que nuestra identidad es más profunda que la apariencia y nuestros logros, ideas o sentimientos. Ya sea que busquemos verdadera belleza o felicidad duradera, debemos ir más allá de lo físico (…) Existe mayor sensualidad en nuestro arte y obras literarias. La hermosura de la forma es evanescente, pues como escribe Walter De la Mare: "Pero lo bello se desvanece; la belleza pasa, por muy rara que sea”. Se trata en realidad de una belleza interior que debemos esforzarnos por adquirir al llevar una vida moralmente pura.