3 de febrero de 2022

Ovnis: la dimensión psíquica (9 de 10)

David Pratt
Octubre 2002, octubre 2013


Contenido:

09. Abducciones alienígenas (parte 2)


09. Abducciones alienígenas (parte 2)

Los siguientes eventos muestran que las experiencias abductivas pueden involucrar mucho más que pura fantasía.

El primer secuestro de alienígenas en la época ovni moderna ocurrió durante 1957 y afectó a un estudiante brasileño de derecho llamado Antonio Villas-Boas. En la mañana del 16 de octubre y mientras araba en el rancho de sus padres, notó una estrella roja muy brillante en lo alto, y a medida que se acercaba adquiría la apariencia de una nave ovoide que aterrizó en tres patas plegables. El motor de su vehículo dejó de funcionar y entonces Villas-Boas se encontró con un pequeño humanoide al que empujó, haciendo que tropezara y cayera, pero otros tres "compañeros" lo capturaron y fue llevado a bordo del artilugio. Los seres tenían 1,5 mts. de alto, usaban trajes de una pieza ajustados y cascos, y se comunicaban entre sí produciendo gruñidos. Le quitaron la ropa y "lavaron" con un líquido aceitoso, además de tomar muestras sanguíneas desde su barbilla.

A solas, Villas-Boas notó un extraño olor en la habitación y vomitó. Fue entonces cuando entró una mujer desnuda, delgada, con ojos azules, pómulos altos, barbilla angulosa, pechos muy puntiagudos y brillante vello púbico de color rojo, quien comenzó a acariciarlo y Antonio se sorprendió al tener excitación. Tuvieron sexo dos veces y la mujer también tomó una muestra de esperma. Antes de marcharse, aquélla señaló su vientre y luego hacia el cielo, y después de vestirse Villas-Boas fue llevado a otro habitáculo. Pensó en robar una caja con "cara de reloj" como prueba de su experiencia, pero uno de los seres lo apartó inmediatamente. Tras un recorrido en la nave Antonio bajó por una escalera hasta el exterior y la embarcación despegó, en la cual había estado por más de cuatro horas.

Villas-Boas sufrió de somnolencia excesiva durante aproximadamente un mes posterior al evento. Un examen reveló dos cicatrices a cada lado de su barbilla y también se encontró que había sufrido envenenamiento por radiación. En ese momento el caso era demasiado extraño para que alguien lo aceptara como auténtico, a pesar de que Villas-Boas era un joven sincero e inteligente, quien andando el tiempo se convirtió en abogado. La experiencia fue hecha pública por primera vez en 1966 y es significativo que Antonio recordó el secuestro conscientemente (sin empleo de hipnosis), por cuanto este suceso marcó el tono para los informes de secuestro que seguirían.

Justo antes del evento anterior, Villas-Boas tuvo otras dos extrañas ocurrencias. El 5 de octubre de 1957 no podía dormir a causa del calor, abrió las persianas de su casa y avistó una luz brillante y fluorescente que parecía "barrer" el cielo. Poco después volvió a mirar afuera y la luz seguía allí, que ahora se aproximaba a la ventana. Cerró los postigos, pero el destello se filtró a través de los listones y las tejas del techo, mientras él y su hermano lo observaban. El 14 de octubre Antonio trabajaba el campo con su hermano por la noche cuando vieron un fuerte resplandor flotando en el cielo; intentó acercársele, pero siguió alejándose (1). 

El famoso rapto de Betty y Barney Hill tuvo lugar el 19 de septiembre de 1961. El matrimonio divisó un ovni siguiendo su vehículo en un camino solitario de New Hampshire, por cuanto Barney salió y pudo ver figuras dentro. Aterrorizado, volvió al auto y se alejaron a toda velocidad. Poco después la pareja escuchó una serie de pitidos electrónicos y se sintió somnolienta; más tarde percibieron una segunda serie de sonidos agudos y descubrieron que casi estaban en su hogar. Sólo después del evento se percataron de que el viaje tomó dos horas más de lo que debería haber tardado. 

Betty se obsesionó con el tema ovni y comenzó a tener sueños inquietantes que discutía con su marido, quien desarrolló úlceras como resultado de la ansiedad causada por esa experiencia, además de verrugas en torno a sus ingles; más tarde recordó un instrumento colocado sobre sus genitales en la aeronave divisada. Bajo hipnosis los Hill rememoraron que tras la primera serie de pitidos Barney inexplicablemente se desvió de la carretera principal para detenerse ante un grupo de figuras en el camino. Fueron llevados a bordo de una nave aterrizada donde se sometieron a un examen médico. Betty creía haberse comunicado con el líder alienígena telepáticamente y la pareja estuvo de acuerdo en que los extraterrestres tenían una altura cercana a 1,5 mts. y frente ancha, pero la mujer recordó grandes narices y pelo negro, mientras que Barney no tenía memoria de narices, sino sólo dos hendijas por fosas nasales y no describió cabello. Extrañamente el comandante del aparato estaba vestido como "nazi" y el hipnotizador consideró que la pareja relataba fantasías. Vale la pena señalar que posterior a ese encuentro cercano los Hill comenzaron a experimentar fenómenos poltergeist en su hogar y Betty tenía una historia pasada de episodios paranormales (2). 

El siguiente rapto tuvo por escenario la localidad brasileña de Bebedouro (estado de Minas Gerais) en la tarde del 4 de mayo de 1969. José Antonio da Silva, militar alistado de 24 años, pescaba en una laguna cuando de pronto oyó voces, vio figuras que se movían tras él y sintió una ráfaga de luz que golpeó su pierna, por cuanto dejó caer su caña de pescar cayendo de rodillas.

"Dos seres con cerca de un metro en altura, vestidos con trajes de aluminio y lo que parecían ser cascos, lo capturaron arrastrándole hasta un objeto posado en un camino de tierra, el cual tenía forma de cilindro vertical y plataformas negras en cada extremo. José fue llevado al interior donde los humanoides le pusieron uno de sus 'yelmos'.

Da Silva sentía que el artefacto se elevó, mientras sus captores hablaban animadamente en un lenguaje no reconocido. Tras un extenso período de viaje advirtió una sacudida sugiriendo que el aparato se posó en tierra; entonces el militar fue vendado y conducido a una gran sala, donde le quitaron la venda. Un ser estaba frente a él, en extremo peludo y un poco más alto que el resto. Su cabello era ondulado y rojizo y llegaba hasta la cintura (...) Cuando los otros se quitaron los yelmos, tenían una apariencia similar a aquél.

Da Silva observó cómo los seres -que en un momento eran más de una docena- examinaban su equipo de pesca y tomaron uno de cada artículo que tenía en duplicado. Más tarde el testigo notó en un estante inferior los cuerpos de cuatro hombres humanos, uno de ellos negro, y se asustó terriblemente. Después los humanoides le suministraron un líquido verde oscuro que bebió de un vaso pétreo y cúbico. 

Entonces el líder enano comenzó un extraño diálogo con el soldado, sobre todo respecto a armas, que fue conducido enteramente con gestos y dibujos. Da Silva también entendió que deseaban la colaboración de éste en sus relaciones con humanos, y cuando el testigo se negó el enano le arrebató el crucifijo de un rosario que llevaba siempre con él; José comenzó a rezar y se apareció una figura similar a Cristo que hizo revelaciones".

Poco después Da Silva fue vendado nuevamente y devuelto a la realidad. Cuando el ovni aterrizó, percibió que estaba siendo arrastrado y perdió el conocimiento, despertándose en soledad cerca de Vitoria, a unos 320 kms. de donde había estado pescando. Permaneció ausente cuatro días y medio y se hallaba deshidratado y hambriento, pero bebía de un arroyo y era capaz de capturar algunos peces pues aún tenía su caña con él. Sólo había desaparecido su tarjeta de identidad, que los "invasores" también examinaron. Tenía una rodilla hinchada donde el rayo le alcanzó y tres heridas abiertas en el cuello donde el casco frotó contra su piel (3). 

Fig. 9.1. Alienígena encontrado por Antonio da Silva, mayo de 1969 (cortesía de Harry Trumbore) (4).

Algunas preguntas centrales en este hecho son cómo Da Silva viajó más de 300 kms. desde Bebedouro a Vitoria, y dónde estaba su cuerpo físico durante la ausencia de 4,5 días. Si hubiesen existido testigos y equipos de video en ambos lugares, ¿habrían registrado su captura e ingreso a una nave, el despegue de ésta última y su aterrizaje en la otra ubicación y su salida de ella?

La mayor parte de este evento podría ser fácilmente una visión. Jacques Vallée señala los sorprendentes paralelos entre la experiencia de José y las pruebas iniciáticas que se caracterizan por las siguientes escenas generales: a) el candidato se enfrenta a miembros del grupo oculto que llevan un traje especial, b) tiene los ojos vendados, c) es conducido por el brazo a lo largo de una ruta difícil, d) lo trasladan a una cámara especialmente diseñada sin ventanas, e) lo llevan a presencia de un "maestro", f) se le impone una prueba y formulan preguntas, g) se muestra una variedad de símbolos diseñados para recordarle la muerte, h) la situación sugiere que puede no sobrevivir a la probación, i) se le da comida o bebida ritual, y j) se vendan sus ojos nuevamente y lo llevan afuera; todos estos elementos están presentes en el caso de Antonio da Silva (5).

El 25 de octubre de 1974 Carl Higdon, perforador de campo petrolífero, estaba cazando en un bosque rural de Wyoming. Localizó a cinco alces, levantó su rifle y disparó contra uno, pero sin notar ningún culatazo en el arma de alta potencia y no escuchó ninguna detonación. Hubo un silencio absoluto en el bosque; la bala pareció flotar desde el cañón y cayó a 15 mts. frente a él. Tras recuperarla, oyó un resquebrajar de ramas (característica común en encuentros con "seres de otro mundo"), se volvió y contempló una figura parecida a un hombre parado de piernas torcidas con cerca de 1,95 mts. y próximo a Carl. Su tono de piel era como el de un oriental y el rostro parecía fundirse con el cuello. Como en tantos otros casos, el visitante llevaba traje de una pieza y el brazo derecho terminaba en un dispositivo con forma de cono. El individuo que más tarde reveló llamarse "Ausso" le saludó diciendo "¿cómo te va?", y luego preguntó si tenía hambre. Antes que Higdon pudiera responder, un pequeño paquete flotaba hacia él en cuyo interior había cuatro píldoras y tomó una.

Fig. 9.2. Alienígena encontrado por Carl Higdon, octubre de 1974 (6).

Entonces notó la nave de dicha criatura a distancia y ésta preguntó al testigo si deseaba ir con ella; antes que respondiera se vio dentro de un artefacto cúbico transparente, atado a una silla y con casco. Ausso y otro ufonauta estaban con él y los cinco alces permanecían abarrotados en una jaula tras él. Cuando Ausso apuntó su brazo a los controles, el ovni comenzó a moverse y Higdon vio la tierra alejándose por debajo. Momentos después aterrizaron en un astro oscuro que según Ausso se ubicaba a "163.000 millas-luz" (!) de nuestro planeta. Afuera había una enorme torre de brillante luz rotatoria, y Carl vio lo que parecían cinco humanos de pie en la plaza cercana. Cuando Ausso volvió a apuntar su brazo Higdon se encontró en una habitación de la torre. Un aparato salió de la pared frente a él y lo examinó durante varios minutos; entonces su "anfitrión" le dijo que "no era lo que necesitaban" y sería llevado de vuelta, por cuanto Ausso le devolvió su rifle y sacó las píldoras restantes de su bolsillo.

Lo siguiente que Higdon recordó era caminar por un sendero, sintiéndose atolondrado y confundido. Aproximadamente habían pasado 2,5 horas; aún llevaba su rifle, pero no sabía quién era ni dónde estaba. A lo lejos vio un camión estacionado y decidió usarlo como refugio, sin darse cuenta que era su propio vehículo, situado en medio de un barrial y sin huellas que mostraran cómo había llegado allí; entonces Carl usó la radio bidireccional para pedir ayuda y finalmente fue encontrado. El transporte tuvo que remolcarse y los participantes concluyeron que debió haber sido trasladado allí desde el aire. Llevaron a Higdon al hospital y al día siguiente comenzó a recuperar su memoria y equilibrio.

La bala que el testigo disparó al principio de su aventura fue examinada por un experto, quien no pudo explicar el estado en que se encontró. El plomo había desaparecido, no mostraba ninguna deformación esperada de un proyectil percutado y parecía como si hubiese sido volteado de dentro hacia fuera. No obstante, buena parte en la vivencia de Higdon suena muy onírica, pues algunos detalles fueron recordados con ayuda de sugestión. Carl pasó una prueba de detector de mentiras y se consideró que era un personaje confiable. Asimismo otras personas avistaron luces en el cielo la noche del secuestro (7). 

Otro incidente muy distinto del "secuestro estándar moderno" tuvo lugar en Emilcin, una aldea al sureste de Polonia, el 10 de mayo de 1978. Jan Wolski, granjero de 71 años, viajaba a bordo de un carro tirado por caballos en una carretera rural cuando encontró dos "bichos", como él los llamó. Pensaba que debían ser "extranjeros" pues tenían caras verdosas, ojos inclinados, pómulos prominentes y llevaban overoles oscuros de una pieza que cubrían sus cabezas y cuerpos, terminando en algún tipo de aletas pedales y también hablaban en un idioma desconocido. De improviso se metieron en la carroza a ambos lados de él, pero Wolski continuó su viaje sin decir nada. Poco después entraron en un claro y Jan advirtió un extraño vehículo reluciente y tan grande como un autobús, que se cernía en el aire y zumbaba suavemente. En cada esquina había un "taladro" de 3 mts. de longitud que giraba muy rápido. Wolski y los dos humanoides entraron en la nave por medio de un "ascensor" suspendido por cuatro cuerdas y dentro había dos seres más. Se encontró en una habitación oscura y rectangular, y notó unos 10 cuervos aparentemente paralizados en el suelo. Una de las entidades hizo gestos a Wolksi para quitarse la ropa y los captores se movían a su alrededor con un instrumento compuesto por dos pequeños platos que emitían una sonoridad de chasquido; luego le indicaron levantar los brazos y pararse de lado, como si tomaran fotografías. Después que Wolski se vistió, los captores le indicaron que se fuera, y así Jan se quitó la gorra e hizo una reverencia, siendo respondido con igual gesto por los otros quienes le sonrieron.

El testigo y sus caballos partieron al galope hasta su casa y luego volvió al claro con su hijo mayor y un vecino, encontrando una serie de huellas trapezoidales, casi rectangulares, y un montón de plumas aviares. Un niño de seis años que habitaba en las cercanías dijo haber visto cierto aparato metálico semejante a un autobús que volaba muy bajo sobre un granero, luego subía verticalmente por el aire y desapareció; también aseguró divisar dentro un piloto con cara verde, gorro y uniforme gris oscuro, mientras que su madre percibió un estruendoso rugido. Este incidente es considerado como un relato abductivo de referencia estándar, con poca o ninguna contaminación del mundo exterior y sin el despliegue mediático que caracteriza las historias de secuestros estadounidenses (8). 


Fig. 9.3. Arriba: Jan Wolski (9). Debajo: reconstrucción artística de la nave descrita por Wolski, mayo de 1978 (10). ¡No recomendada para viajes interestelares!

El que sigue constituye un presunto caso de rapto permanente. En la localidad brasileña de Piranhas y hacia las 17 horas del 20 de enero de 1978, seis muchachos jugaban fútbol al momento de percibir un objeto volador, descrito como "locomotora luminosa" que bajaba sin hacer ruido. Cuatro de los chicos corrieron aterrorizados a casa, pero Manoel y su primo Paulinho de 10 años se quedaron atrás. Los otros jóvenes alertaron a sus padres y se activó la búsqueda de ambos chavales. Manoel fue encontrado más tarde esa noche por un ingeniero en la ciudad de Rondonópolis, a 500 kms. de distancia; tenía frío y hambre y buscaba refugio. Dijo que cuando el objeto aterrizó él y Paulinho intentaron correr, pero eran incapaces de moverse, y luego fueron atraídos hacia el aparato. Dentro de la nave se encontraron en un habitáculo grande donde había ocho humanoides pequeños con trajes rojizos, elásticos y ajustados, quienes no hablaban y se hacían entender por movimientos oculares; también había un asiento y un botón grande en la pared contigua a aquél. Los muchachos se sentaron allí todavía incapaces de movimiento, hasta que uno de los seres mostró cómo podían liberarse pasando la mano por un costado de la silla. Los visitantes dieron a los muchachos un líquido para beber, luego el objeto aterrizó en Rondonópolis una o dos horas después y los humanoides dejaron ir a Manoel. En torno al mismo periodo hubo un corto apagón en la zona y nunca más se escuchó algo de Paulinho ni se lo ha visto nuevamente (11). 

En la noche del 3 de enero de 1979 los estadounidenses Filiberto Cárdenas, su amigo Fernando Martí, la esposa de éste y su hija de 13 años conducían a casa cuando el motor del automóvil dejó de funcionar. Los dos hombres salieron para inspeccionar el capó, y repentinamente vieron alternar luces rojas y violetas que se reflejaban en el motor y oyeron un sonido "similar a muchas abejas". El vehículo comenzó a temblar, la luz se tornó blanca-brillante y Fernando gateaba por debajo del capote para protegerse, mientras Filiberto se sentía paralizado y comenzó a alzarse en el aire gritando "¡no me lleven!". Fernando lo vio levantarse, y cuando salió de su escondite lo único que notó fue un objeto voluminoso que ascendía y se alejaba. Lo siguiente que Filiberto rememoró era que había sido atropellado por un auto en la ruta Tamiami, a unos 16 kms. de donde lo habían abducido. La policía estaba bastante desconcertada por la historia y clasificaron este suceso como "encuentro cercano de tercer tipo" en su informe oficial.

Bajo hipnosis Filiberto aseguraba ser sometido a un examen que dejó numerosas marcas en su cuerpo. Acto seguido una figura encapuchada y de apariencia humana le habló telepáticamente en perfecto español y le mostró muchas "escenas notables" en las paredes. Filiberto entonces fue llevado a una base submarina donde nuevamente se le examinó en estado de parálisis y se extrajo una muestra de esperma. Después otra figura con capucha y entronizada le dio instrucciones ilustradas con imágenes en hileras de televisores, y tras varias experiencias similares que parecían prolongarse durante muchos días, lo dejaron cerca del camino Tamiami al cabo de un lapso cercano a dos horas.

Richard Thompson comenta: "Es posible (...) que Filiberto Cárdenas haya sido llevado al cielo como Marti testificó, pero las experiencias que relató con hipnosis pueden haber sido generadas parcialmente por su propia imaginación, o proyectadas en su mente por la injerencia que lo llevó". Hubo un segundo encuentro con alienígenas cuando Filiberto y su esposa caminaron voluntariamente por una rampla hacia una nave extraña y mantuvieron una conversación amistosa con sus ocupantes casi humanos. Posteriormente fueron capaces de evocar este suceso sin sugestión, pero no hubo testigos independientes para confirmar su objetividad (12).

El siguiente evento con varios testificantes ocurrió el 17 de noviembre de 1971. A las 21:30 horas el brasileño Paulo Gaetano conducía su auto acompañado por Elvio B., y al pasar por la ciudad de Bananeiras Gaetano advirtió que el vehículo no traccionaba con normalidad; lo mencionó a su compañero quien dijo estar cansado y deseaba dormir. El motor se detuvo por cuanto Paulo llevó su coche a un costado de la carretera, y luego vio un objeto a unos 4 mts. de distancia. Un haz de luz roja se proyectaba sobre el auto y parecía hacer que la puerta se abriera; aparecieron así varios seres de baja estatura quienes llevaron a Paulo a la nave y lo hicieron acostarse sobre una mesa pequeña. Tras sujetarle los brazos bajaron del techo un aparato semejante a una máquina de rayos X. Sintió cortes cerca de su codo y los seres extrajeron sangre (los investigadores de un grupo ufológico fotografiaron la herida tres días más tarde). Luego le mostraron dos paneles, uno de ellos con un plano de la ciudad de Itaperuna y el otro que proyectaba una explosión atómica. Paulo se sentía "pesado" y rememoró haber sido ayudado por Elvio, pero no recuerda cómo llegaron a casa.

La historia de Elvio, sin embargo, es muy diferente pues éste contó que cerca de Bananeiras Paulo había comenzado a mostrar signos de nerviosismo, diciendo que había un "platillo volante" siguiéndolos cuando en realidad era sólo un autobús. Elvio añadió que el auto se detuvo luego de disminuir su velocidad y que había acudido en ayuda de Gaetano cuando éste se desplomó tras el coche, con la puerta abierta del lado del conductor. Elvio consiguió poner a su amigo en pie y llegaron en autobús hasta Itaperuna donde aquél fue examinado por el puesto de primeros auxilios. La policía envió una patrulla al lugar y encontró el auto de Paulo en la carretera, aunque Elvio no pudo explicar lo que ocurrió con su acompañante y por qué la puerta estaba abierta. No recordaba cuando Gaetano había salido y tampoco fue capaz de esclarecer por qué tomaron el bus; asimismo los agentes no encontraron rastros en el coche que pudiesen aclarar el origen de la herida en el brazo de Paulo.

Vallée comenta que algunos experimentos con microondas sugieren la factibilidad técnica de que se estén proyectando a distancia impresiones sensoriales a la mente de personas y pregunta: "¿Es esta parte de la tecnología que está involucrada en el fenómeno ovni? (...) ¿Estamos tratando con sistemas que confunden metódicamente a los testigos?" (13). Otra opción es que en lugar de que la mente se vea influenciada por dispositivos psicotrónicos avanzados que actúan sobre el cerebro, aquélla podría ser afectada directamente en el nivel astral/mental sin el uso de equipamiento físico.

Las narraciones anteriores muestran que algunos episodios de rapto parecen tener un componente físico. Ciertamente existe gran cantidad de evidencia de que los ovnis pueden manifestarse de modo tangible y dejar huellas constatables; en algunos casos las personas pueden haber sido trasladadas de forma corporal a bordo de esas naves y hay algunas instancias de secuestro en que los abducidos aparentemente fueron abandonados a varios kilómetros de distancia respecto al punto de recogida. Si ocasionalmente se lleva a humanos al interior de artefactos materializados, entonces un examen médico no es inconcebible, aunque sólo puede ser uno de tipo simulado y conducido por entidades paranormales en lugar de "científicos extraterrestres"; sin embargo, muchos aspectos de las experiencias abductivas suenan como visiones o sueños.

Los episodios de abducción con elementos físicos definidos parecen ser raros en comparación con los numerosos ejemplos donde no hay evidencia de algo extraordinario, sino sólo eventos recordados principalmente bajo hipnosis. En estos hechos toda la experiencia podría tener lugar en el plano mental y reflejar una variedad de influencias. Algunos de esos acontecimientos pudieron generarse durante la sesión hipnótica, mientras que otros pueden tener origen en una ocurrencia real y atípica. 

La cultura popular ha tenido gran influencia en los relatos de abducción. Desde principios del siglo XX películas, libros, historietas, etc. a menudo han presentado historias sobre raptos, artefactos alienígenas y seres de ojos grandes, incluidos exámenes médicos, implantes, cicatrices, bloqueos de memoria y tiempo perdido. Por ejemplo, varios elementos en la contingencia narrada por el matrimonio Hill parecen derivarse de las películas Invaders from Mars y Killers from Space, un episodio del programa televisivo The Outer Limits y un libro de Donald Keyhoe titulado The Flying Saucer Conspiracy que Betty había leído justo después de su extraña experiencia (14). El gran nivel de atención por los medios comunicacionales respecto a secuestros en las últimas dos décadas significa que probablemente ninguna historia análoga esté del todo descontaminada por influencias culturales.

Los motivos de abducción que surgieron por primera vez en los casos de Villas-Boas y la pareja Hill se habrían originado en parte de influencias culturales y hasta cierto punto por la imaginación de los experimentadores, pero es poco probable que ello sea la historia completa pues los patrones que constituyen la cultura popular y nuestra propia mente se extraen principalmente desde la "memoria de la naturaleza", del "inconsciente colectivo" o el mundo astral en terminología oculta, la atmósfera de pensamiento en que nuestras mentes están sumergidas de modo constante.

Existe algo más involucrado y ajeno a la imaginación individual, lo que se enfatiza por el hecho de que durante la década '60 -incluso antes que se hicieran conocidos los casos Villas-Boas y Hill- John Keel recopiló muchos otros informes de individuos con recuerdos difusos de haber sido detenidos en carreteras solitarias y llevados a algún tipo de estructura (no siempre platillos volantes) donde se les examinó médicamente (15). Keith Thompson sugiere que "quizá algo muy antiguo en el alma del mundo estaba haciendo su retorno periódico y en una forma novedosa, como parte de un ciclo o una espiral de manifestación de mayor envergadura" (16), porque después de todo los raptos son un tema recurrente en la mitología y el folclore.

Algunas abducciones comienzan con una observación de raras externalizaciones, a menudo luces brillantes, que ayudan a desencadenar más experiencias que no tienen lugar en nuestra realidad física, y parece ser que cuanto más personas denuncian secuestros y más publicidad reciben, mayor es la probabilidad de que otros puedan vincularse con iguales temas e imágenes "arquetípicos", especialmente cuando están en trance o bajo sugestión. Esto también puede acontecer durante la transición despertar-dormir y durante los sueños, ya que incluso éstos últimos no son simplemente productos de nuestro cerebro. Dicho órgano es una extensión de la mente que opera en diferentes niveles del plano astral, y es parte de la mente colectiva de Gaia.

De este modo, comparar raptos con quimeras, presencias y alucinaciones no significa que se generen únicamente en nuestra propia cabeza. En un evento nocturno de EC una mujer recordó salir de su cama y reunirse con un amigo para caminar por el campo hacia un "avión" que los esperaba, el que entonces despegó. La testigo fue llevada a una inmensa nave madre donde pudo apreciar las instalaciones, y al día siguiente su amiga informó de una experiencia idéntica, describiendo un paseo con ella a través de la campiña hasta una aeronave y corroborando todos los detalles de ésta hasta que se separaron, cuando el hombre recordó ir a un planeta con ciudades doradas. Victoria LePage escribe:

"Muchos investigadores ahora consideran altamente probable que los 'testigos-ovni', en particular aquellos involucrados en encuentros cercanos y secuestros, estén informando de eventos con una base genuinamente objetiva pero percibidos de modo imaginario, como son los sueños, a través de la lente de una conciencia subjetiva y absorta, y en términos que están de acuerdo con sus propios prejuicios inconscientes, expectativas, neurosis y nivel de desarrollo intelectual o psicoespiritual" (17). 

La mente sutil puede experimentar un acontecimiento abductivo puramente visionario, basado en una serie de elementos arquetípicos estándar, y algunas instancias podrían implicar viajes astrales, es decir, la separación temporal de la mente respecto a los cuerpos físico y astral*. Es posible que ambos tipos de vivencia tengan influencias de agentes externos ya que el mundo astral está habitado por varios tipos de seres, tanto elevados como inferiores. En raras ocasiones, los eventos visionarios o externos al cuerpo podrían comenzar después que el testigo haya sido llevado a bordo de una nave materializada; sin embargo y como apunta Michael Talbot, la mayoría de los exámenes médicos probablemente sean sólo una representación simbólica de un sondeo en la anatomía sutil de nuestros "seres energéticos" o almas (18), aunque sólo un adepto avanzado podría desentrañar todos los factores físicos, astrales y mentales implicados en cualquier eventualidad particular de abducción.

*Se dice que el cuerpo astral "modelo" o de "diseño" (linga-sharira en sánscrito) puede viajar a no más de unos metros respecto a la cobertura física. No obstante, nuestra conciencia puede ser transferida a una forma astral o capa sutil superiores (a veces llamados mayavi-rupa o forma ilusoria) que puede alejarse de los cuerpos físico y astral, espontánea o intencionalmente.

Michael Grosso asevera que "hay una mezcla tal de elementos míticos y psíquicos que es difícil tomar las narraciones ovni en forma literal" (19), y John Whitmore comenta: "Los patrones supuestamente descubiertos por investigadores de secuestros suelen tener connotaciones religiosas o similitudes con tipos más tradicionales de experiencia mística. Además, a esta ocurrencia de rapto a menudo se le otorga un significado fervoroso por el perceptor, y estas interpretaciones son habitualmente ignoradas u omitidas por los estudiosos de ovnis" (20). 

También Jacques Vallée subraya que las historias de secuestros no debieran tomarse al pie de la letra:

"Desde cerca, los fenómenos ovni actúan como un transformador de realidad (...) provocando para el testigo una serie de demostraciones simbólicas que son indistinguibles de la realidad. Estas exhibiciones, que a menudo comienzan con una desconcertante serie de destellos lumínicos coloreados y de extraordinaria intensidad, inducen a un estado de profundo desconcierto para los sujetos vulnerables a la inserción de nuevos pensamientos y experiencias visuales.

La respuesta de los ufólogos a la perplejidad de los secuestrados ha sido desastrosa. Al tomar las exhibiciones simbólicas al valor nominal, e hipnotizando a los testigos en un esfuerzo por disipar su confusión, muchos pesquisantes bien intencionados han reforzado la realidad alternativa inducida por el avistamiento ovni, exacerbando así lo que puede ser un efecto secundario espurio y perdiendo de vista la experiencia principal (...)". 

"La representación simbólica vista por los secuestrados es idéntica al tipo de ritual iniciático o viaje astral que se incluye en las tradiciones de cada cultura. En ese sentido, la experiencia ovni es un verdadero disparador que libera imaginería de gran potencia y que todos llevamos en nuestro 'inconsciente colectivo'" (21). 

En otra oportunidad, cierta mujer se despertó en la cama y notó un helicóptero sobre su casa como si el cielo raso intermedio y el techo hubiesen desaparecido. Vio asimismo a dos humanoides inusuales al pie de su litera y afortunadamente dos amigos atestiguaron esta escena, pues divisaron una esfera de luz azul alrededor de esta persona (como la testigo relató) con luces más brillantes que se "disparaban" desde esa "envoltura", pero no oyeron ningún helicóptero y no vieron entidad alguna, por cuanto dicha luz aparentemente creó un escenario de realidad virtual (22). 

Kenneth Ring agrega que los episodios abductivos pueden considerarse como una variación del viaje iniciático estándar, con su secuencia familiar de separación, calvario y retorno. La primera fase es de abducción, donde el individuo generalmente es hecho desaparecer contra su voluntad y el "via crucis" toma la forma de un examen médico comparable a los patrones de desmembramiento en las iniciaciones tradicionales chamánicas. Entre los buriatos de Siberia el aprendiz chamánico es sustraído por sus ancestros y luego atormentado por los saajtani que se asoman a su vientre con cuchillos, cortando y lanzando trozos enteros de su cuerpo. Los "espíritus" entonces cocinan su carne para "sazonarla" y el iniciado adquiere su conocimiento interno durante este procedimiento.

Posterior a ser examinados y al igual que los chamanes, los abducidos pueden recibir enseñanzas o revelaciones y finalmente regresan a su entorno normal. Con frecuencia padecen desbarajuste, desorientación, pérdida de tiempo y deterioro de memoria, pero también el sentimiento de que ha ocurrido un suceso extraordinario que dejará huellas duraderas. Ring sostiene que, como las experiencias cercanas a la muerte -otra variante del viaje iniciático-, las abducciones tienen lugar en una realidad alternativa, el "reino de la imaginería" (23).

Con frecuencia hay diferencias superficiales significativas entre encuentros con ovnis, visitas angélicas, viajes chamánicos y experiencias cercanas a la muerte; sin embargo, como señala Keith Thompson, "en todos estos ámbitos encontramos imágenes arquetípicas de iniciación que implican viajes de otro mundo en medio de seres extraordinarios y aparentemente autónomos. Muchos ufólogos, tratando de mantener su precioso campo de estudio único y discreto, cuestionan tales paralelos porque según ellos no hay evidencia de que los seres descritos en informes no-ovni sean 'del mismo lugar' que los alienígenas, ¡pero lo que rara vez señalan es que tampoco tienen pruebas sobre la procedencia de éstos últimos!

Se requiere un acto de voluntad para no observar los paralelos temáticos entre las ceremonias de desmembramiento sufridas por iniciados chamánicos dentro de tradicionales cabañas circulares, y los procedimientos 'médicos' invisibles y experimentados por 'iniciados-ovni' al interior de quirófanos contorneados en naves discoidales u ovaladas" (24). 

Paul Devereux menciona los intrigantes efectos del DMT, la sustancia alucinógena más conocida que se produce naturalmente en el cerebro humano y está contenida en plantas psicodélicas que han sido utilizadas por pueblos chamánicos desde tiempo inmemorial. Durante años, los usuarios de este componente han narrado eventualidades bastante similares, tales como encontrarse con inteligencias extraterrenas. También son dignas de mención las historias de un individuo que trató de ingresar en un estado de sueño lúcido directamente desde la vigilia, e informó que en las profundidades de relajación extrema y concentración requeridos fue perturbado por la vivencia tangible de ser "examinado en la oscuridad por robots" u "operado por pequeños seres" (25). 

Algunos estudiosos sugieren que los "alienígenas" son un reflejo de nosotros mismos, es decir, los humanos maldispuestos y desvinculados con nuestro nivel interior y respecto a los demás, y de la sociedad antiespiritual, indiferente e incontrolable que nos rodea. En una línea similar, Michael Grosso interpreta los secuestros como una prueba simbólica para las perturbaciones en el inconsciente colectivo. Las visiones de seres con aspecto poco saludable (grises) que a veces pretenden venir de un planeta moribundo, examinan a sus rehenes y se llevan material genético para crear una especie híbrida significan "que los enfermos somos nosotros (...) como especie viviente en el planeta Tierra, estamos en necesidad de regenerarnos". Asimismo la apariencia fetal de estas entidades alude a una progenie o continuidad de vida humana; según Grosso, "el humano nuevo, en tanto que futuro de la especie, está en grave peligro y nuestro porvenir está en riesgo de extinción (...) Si aprendemos a cooperar con las fuerzas del renacimiento, aún podemos erguirnos de la 'mesa de examen' y resucitar por nuestra experiencia planetaria cercana a la muerte" (26). 


Referencias

1. Kevin D. Randle, Russ Estes y William P. Cone, The Abduction Enigma: The truth behind the mass alien abductions of the late twentieth century, New York: Forge, 1999, p. 30-6.

2. The Abduction Enigma, p. 36-9, 125-9, 133-4, 140-1, 385-8; Richard L. Thompson, Alien Identities: Ancient insights into modern UFO phenomena, Alachua, FL: Govardhan Hill Publishing, 2da ed., 1995, p. 162-3.

3. Patrick Huyghe, The Field Guide to Extraterrestrials, London: Hodder and Stoughton, 1997, p. 44-5; "La singular aventura de João Antonio da Silva", http://dimensionovni.galeon.com/abducciones.htm.

4. The Field Guide to Extraterrestrials, p. 45 (ilustración por Harry Trumbore).
5. Jacques Vallée, Dimensions: A casebook of alien contact, New York: Ballantine Books, 1989, p. 170-1.

6. http://thenightsky.org/higdon.html.
7. Kevin Randle y Russ Estes, Faces of the Visitors: An illustrated reference to alien contact, New York: Fireside, 1997, p. 108-12; The Field Guide to Extraterrestrials, p. 64-5; http://college-de-vevey.vd.ch/magic/Enigma2/class2.htm.

8. "CE3-G, Emilcin, Poland 10 May, 1978", http://ufostudy.wordpress.com/tag/jan-wolski; Dennis Stacy y Patrick Huyghe, The Field Guide to UFOs: A classification of various unidentified aerial phenomena based on eyewitness accounts, New York: Quill, 2000, p. 100-1; Brad Steiger y Sherry Hansen Steiger, Real Aliens, Space Beings, and Creatures from Other Worlds, Detroit: Visible Ink, 2011, p. 12-3.

9. http://chodel.com/emilcin.htm.
10. http://ufostudy.wordpress.com/tag/jan-wolski.
11. "January 20, 1978, Piranhas, Goias and Rondonopolis, Mato Grosso, Manoel Roberto", ufologie.patrickgross.org; Albert Rosales, "The strangest of the strange", The Anomalist, n° 12, 2006, p. 145-59.

12. Alien Identities, p. 176-7.
13. Dimensions, p. 171-2.
14. Keith Thompson, Angels and Aliens: UFOs and the mythic imagination, Reading, MA: Addison Wesley, 1991, p. 65-6.

15. John A. Keel, Disneyland of the Gods, Lilburn, GA: IllumiNet, 1995, p. 103, 131-2.

16. Angels and Aliens, p. 65.
17. Victoria LePage, Shambhala: The fascinating truth behind the myth of Shangri-La, Wheaton, IL: Quest, 1996, p. 248-9.

18. Michael Talbot, The Holographic Universe, New York: HarperPerennial, 1991, p. 283.

19. Michael Grosso, Frontiers of the Soul: Exploring psychic evolution, Wheaton, IL: Quest, 1992, p. 210.

20. John Whitmore, "Religious dimensions of the UFO abductee experience", en: James R. Lewis (ed.), The Gods Have Landed: New religions from other worlds, Albany, NY: State University of New York Press, 1995, p. 66.

21. Jacques Vallée, Confrontations: A scientist’s search for alien contact, London: Souvenir Press, 1990, p. 157, 161-2.

22. Charles F. Emmons, At the Threshold: UFOs, science and the new age, Mill Spring, NC: Wild Flower Press, 1997, p. 136.

23. Kenneth Ring, The Omega Project: Near-death experiences, UFO encounters, and mind at large, New York: William Morrow and Company, 1992, p. 64-5.

24. Angels and Aliens, p. 188-9.
25. Peter Brookesmith, "Do aliens dream of Jacobs’ sheep?", Fortean Times, n° 83, octubre-noviembre 1995, p. 22-30 (p. 28).

26. Thomas E. Bullard, "UFOs: Lost in the myths", en: David M. Jacobs (ed.), UFOs and Abductions: Challenging the borders of knowledge, Lawrence, KS: University Press of Kansas, 2000, p. 141-91 (p. 162-3).