15 de marzo de 2022

¿A qué nos referimos con lo "oculto" en Teosofía?


Las palabras "oculto", "ocultista" y "ocultismo" pueden encontrarse con frecuencia a lo largo de los voluminosos escritos compuestos por H.P. Blavatsky, fundadora del Movimiento Teosófico, como también en textos y enseñanzas de muchos otros teósofos como William Quan Judge, T. Subba Row, Robert Crosbie, B.P. Wadia, y en las instrucciones dadas por los Maestros de Sabiduría en sus epístolas.

La incomprensión actual de lo que significan realmente esos términos ha llevado a acusaciones erróneas y asertos necios contra Madame Blavatsky, la Teosofía misma y sus estudiantes en general. 

Lo que debemos aclarar es que el vocablo "oculto" es simplemente un sinónimo de "esotérico", y proviene del latín "occultus" que literalmente designa la misma idea en lengua española. Si echamos un vistazo a la definición estándar del diccionario, encontramos lo siguiente:

"Oculto
adj.

1. Dícese de aquéllo que se relaciona o trata con influencias, agentes o fenómenos sobrenaturales.

2. Que está más allá del ámbito de la comprensión humana; inescrutable.
3. Lo que está disponible sólo para el iniciado; secreto o saber oculto.
4. Oculto o escondido a la vista.
5. a) Medicina: Detectable sólo por examen microscópico o análisis químico, como una pequeña muestra de sangre./No acompañado de signos o síntomas fácilmente detectables: carcinoma oculto./Sustantivo: Prácticas o técnicas ocultas: un estudiante de lo oculto (...)/V. tr.: 1. Ocultar o hacer que desaparezca de la vista. b) Astronomía: Ocultación de un planeta: la Luna ocultó a Marte./V.intr. Ocultarse o extinguirse a intervalos regulares: la luz de un faro que se oculta cada 45 segundos.

[Latín: occultus, secreto, participio pasado de occulere, cubrir]".

Téngase en cuenta que entre todas esas definiciones, referencias y ejemplos no hay el más mínimo concepto de magia negra, satanismo, adoración al diablo ni ninguna de las otras prácticas desagradables y horribles que hoy por lo general se conocen como "ocultismo"

El hábito de equiparar el ocultismo con actos tenebrosos y malvados es un desarrollo relativamente contemporáneo. Durante la vida de Madame Blavatsky se entendía perfectamente que "oculto" simplemente significaba "esotérico", y asimismo una persona a quien se hace referencia como "ocultista" estaba interesada en descubrir significados y verdades secretas tras lo espiritual y filosófico, o alguien que de hecho se había iniciado en tal "conocimiento escondido".

De esta manera, en su acepción literal y apropiada, el ocultismo es el estudio del conocimiento y las realidades secretas. Uno de los propósitos fundamentales del Movimiento Teosófico fue y sigue siendo señalar y demostrar que existe una enseñanza universal esotérica (es decir, oculta) que subyace a todas las tradiciones místicas del mundo y es, de hecho, la fuente arcaica de toda religión, filosofía y ciencia.

Resulta obvio que esa palabra es perfectamente inofensiva, a menos que sus implicaciones se concreten o persigan con fines egoístas o malévolos, pero ésa no es la naturaleza de la Teosofía, ya que el núcleo y énfasis subyacente de la Doctrina homónima es un absoluto servicio altruista a la humanidad, como también el ideal del Bodhisattva, lo cual hemos explicado en otros artículos como "Los dos Senderos". 

No obstante, hay ciertas personas que se incomodan cuando ven que otros comienzan el descubrimiento de verdades ocultas, o el estudio de enseñanzas espirituales que durante mucho tiempo habían permanecido desconocidas para las masas. En particular, a la Iglesia cristiana y sus variantes les desagrada bastante ese aspecto y fueron en gran medida ellas, durante el siglo XX, quienes hicieron que la palabra "oculto" desarrollara sus connotaciones negativas y siniestras actuales, al equipararla engañosamente con la magia negra y el satanismo, en un intento por mantener a sus acólitos alejados de todo lo que se vincule con el ocultismo. 

Debido al empañamiento de estos vocablos perfectamente inocuos, muchos teósofos hoy prefieren usar el término "esotérico" en lugar de "oculto" para evitar ser mal interpretados. Cualquiera que lea las obras de Madame Blavatsky verá que ella usó ambos conceptos y aplicándolos como sinónimos, que es como se consideran verdaderamente en Teosofía. 

Sin embargo, los cristianos deben recordar que incluso en el Nuevo Testamento hay relatos donde Jesús señala a sus discípulos que los "Misterios del Reino de los Cielos" pueden ser revelados sólo a ellos (sus apóstoles) y no al público general, que principalmente era instruido con parábolas y preceptos morales simples en su lugar. Así y por su propia admisión, el Nazareno impartía una formación oculta, pues ésta es simplemente esoterismo.